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ABUSO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS I

Las adicciones son un grupo de enfermedades de la mente y del sistema nervioso central (SNC), que se caracterizan por
un comportamiento compulsivo o repetitivo, en busca de un estímulo placentero intenso, sin ninguna regulación y sin
tener en cuenta las consecuencias de dicha conducta repetitiva. Para que exista una adicción debe existir un estímulo que
genere un refuerzo positivo o estimulación del llamado sistema de recompensa o del placer en el SNC, de suficiente
intensidad como para que el individuo pueda perder el control de su comportamiento.
Una conducta adictiva se caracteriza, generalmente, por ser una especie de ritual más o menos fijo, en el que se busca la
sensación placentera a través de varios pasos, condiciones o momentos que, en su conjunto, van a producir el estímulo
buscado. Como la conducta adictiva se lleva a cabo sin tener en cuenta las consecuencias, sin control adecuado ni
regulación, se convierte en comportamientos autodestructivos que terminan afectando la salud mental y física de la
persona; llega incluso, a producir enfermedades mentales y físicas que a la postre causan mucho sufrimiento y pueden
hasta comprometer la vida de la persona.
La adicción modifica, altera y con el tiempo, destruye el sistema nervioso central y la mente. La persona que padece esta
enfermedad cambia gradualmente su comportamiento y modifica su vida, al punto de ubicar la conducta adictiva como lo
más importante de su vida, sacrifica y desplaza las demás actividades vitales y pone incluso en peligro su salud, su vida, la
familia, su grupo de amigos y la sociedad en general.
Es así como la conducta adictiva se encuentra asociada a muchos de los principales problemas de salud y sociales del
mundo en el siglo XXI; como todo tipo de agresiones y muertes violentas, la conducta suicida, el homicidio, la
prostitución, el desempleo, los accidentes de tránsito, la violencia intrafamiliar, el VIH/sida, la desintegración familiar, el
abuso sexual, la promiscuidad sexual, el cáncer, las enfermedades mentales, etc. La adicción no solamente altera el
comportamiento sino la conciencia humana, en el más amplio de los sentidos de esta palabra, esa capacidad que tiene el
ser humano de preguntarse y llegar a saber: ¿quién es? ¿en dónde está? ¿para dónde va? ¿con quién se relaciona? ¿cuál es
el sentido de su vida? Una persona en el trascurso de una adicción va perdiendo la capacidad de hacerse y de responderse
estas preguntas y esto, en parte, es explicado por las alteraciones funcionales y estructurales que produce la conducta
adictiva en el sistema nervioso central y en la mente; esto es mucho más claro en las adicciones al alcohol o sustancias.
Una borrachera o una “traba” no es más sino un estado de intoxicación y falla aguda del encéfalo y la mente, esto es muy
sencillo de observar y de evaluar, no es sino realizarle un examen mental, neurológico y neuropsicológico a alguien en
estos estados y los resultados serán de falla, alteración y bloqueo de todas estas funciones.
Epidemiología
El uso, abuso, dependencia y abstinencia a sustancias psicoactivas y los trastornos adictivos son unos de los principales
problemas de salud pública actualmente en el mundo, es un problema considerado como una verdadera pandemia con
preocupante tendencia a empeorar en el siglo XXI. Es muy importante no olvidar qua las adicciones son enfermedad
encefálicas o neuropsiquiátricas severas y crónicas.
En el año 2013, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, reportó que para el año 2006 más de 170
millones de personas en todo el mundo y 40 millones de personas en América (6,9% de la población de 15 a 64 años de
edad) habían consumido cannabis, 10 millones de personas habían consumido cocaína; 5,7 millones, estimulantes como la
anfetamina y 2,2 millones, heroína. Identificando-se una tendencia a aumentar el consumo en todo el mundo, además de la
existencia de cada vez más drogas emergentes.
En Colombia según los resultados de la encuesta Nacional de salud mental del Ministerio de la Protección Social
publicados en 2015, el consumo de sustancias psicoactivas ha ido en aumento en las últimas décadas de las sustancias
tradicionales, también vienen en aumento las llamadas drogas emergentes, la ludopatía y el uso problemático de internet.
Estos datos nos sirven para concluir que, como médicos, trabajadores de los servicios de urgencias y prestadores de
servicios de salud en general, debemos conocer y proporcionar el adecuado tratamiento de todos los trastornos
relacionados con el consumo de sustancias psicoactivas, los cuales pueden llegar a ser verdaderas urgencias vitales. Es
muy importante que asumamos nuestro papel humanitario y médico de servicio y de ayuda a seres humanos bajo un
severo sufrimiento, como lo son los pacientes abusadores o adictos a sustancias psicoactivas, despojándonos de juicios
morales o de valor, que no permiten un adecuado abordaje del paciente y que culminan en una mala prestación del
servicio de salud, lo que ocasiona riesgos innecesarios para el paciente.

Unos 275 millones de personas en todo el mundo, es decir, aproximadamente el 5,6% de la población mundial de
edades comprendidas entre los 15 y los 64 años, consumió drogas en al menos una ocasión en 2016. Unos 31 millones
de personas que consumen drogas padecen trastornos derivados de ello, lo que significa que ese consumo es perjudicial
hasta el punto de que podrían necesitar tratamiento. Según las estimaciones iniciales, 13,8 millones de jóvenes de 15 y
16 años consumieron cannabis en el año anterior en todo el mundo, lo que equivale a una proporción del 5,6%.

Según la OMS, en 2015 fallecieron aproximadamente 450.000 personas a consecuencia del consumo de drogas. De esas
muertes, 167.750 estaban directamente relacionadas con los trastornos por consumo de drogas (principalmente
sobredosis). El resto de las muertes podían atribuirse indirectamente al consumo de drogas, y entre ellas figuraban las
relacionadas con los virus del VIH y la hepatitis C contraídos como resultado de prácticas de inyección inseguras.

Los opioides siguieron siendo las drogas que más daños causaron y fueron responsables del 76% de las muertes en que
intervinieron los trastornos por consumo de drogas. Las personas que se inyectan drogas, unos 10,6 millones en todo el
mundo en 2016, son las que afrontan mayores riesgos para la salud. Más de la mitad de esas personas viven con la
hepatitis C, y una de cada ocho vive con el VIH.

Etiología
Factores genéticos
Existen múltiples estudios que indican un componente genético en el abuso de drogas. Los estudios de gemelos indican
un mayor grado de concordancia entre los homocigóticos que entre los heterocigóricos (54 % frente a 28 % en el caso del
alcoholismo). Los estudios de adopción también señalan la importancia de los factores genéticos frente al aprendizaje de
las conductas observadas en el ám bito familiar. Los estudios de riesgo indican una asociación familiar de las patologías
adictivas. Así, la dependencicia del alcohol y de otras sustancias es frecuente entre los familiares de los individuos
dependientes del alcohol, del mismo modo que, entre los familiares de primer grado de los dependientes de opiáceos,
también son frecuentes el alcoholismo y otras dependencias (40 %). Todavía no está claro si la transmisión hereditaria de
la dependencia de drogas es específica (por ejemplo, los descendientes de alcohólicos tendrán más riesgo de dependencia
alcohólica pero no de otras sustancias) o inespecífica (los familiares de los dependientes de drogas tendrán una mayor
vulnerabilidad para cualquier sustancia).
Factores biológicos. Se pueden plantear tres teorías explicativas de la adicción.
La primera, relacionada con el consumo como fuente de placer y fundamentada en los efectos reforzadores positivos de la
sustancia (euforia, sensación de bienestar, extroversión, sedación). No explica en su totalidad el fenómeno de la adicción
pues los efectos placenteros duran poco debido a la generación de tolerancia o complicaciones médicas.
La segunda teoría propone el consumo de sustancias para contrarrestar los efectos físicos y psicológicos del síndrome de
abstinencia que genera (refuerzo negativo). Tampoco explica en su totalidad la adicción pues el síndrome de abstinencia
es limitado en duración y sin embargo tiempo después de resuelto éste, el adicto puede tener deseo de consumo y llegar a
recaer.
La tercera teoría es la de la adicción como sensibilización a la sustancia adictiva. Usualmente quien consume de manera
reiterativa una sustancia desarrolla en momentos de no consumo un deseo creciente y no controlable de uso de la misma
denominado craving (antojo)
Factores familiares. Si un individuo desde temprana edad vive en una familia en la cual el consumo de alcohol u otras
sustancias es ingrediente primordial para socializar, divertirse y enfrentar dificultades, muy probablemente aprenderá tal
conducta y la repetirá.
Factores sociales y culturales
Factores neurobiológicos: El sistema de recompensa del cerebro es el encargado de mediar la sensación de
placer en el organismo. Este sistema se activa frente a estímulos o acciones que generan placer en el
individuo, cuando éste realiza actividades relacionadas con la supervivencia, tales como comer alimentos
deliciosos. Este sistema está compuesto de diversas áreas y estructuras conectadas, entre las cuales
destacan fundamentalmente el área ventral tegmental y el núcleo accumbens.

- Área Ventral Tegmental (VTA) es un núcleo semicircular que se encuentra a lo largo de la línea
media en el mesencéfalo, alberga una población heterogénea de neuronas que contienen múltiples
neurotransmisores, entre ellos la dopamina.
- Núcleo accumbens: situado en el estriado ventral
- Corteza prefrontal
Por tanto, el sistema de recompensa no se encuentra ubicado en una única zona cerebral, sino que está
formado por un conjunto de estructuras situadas en diferentes zonas del cerebro e interconectadas entre sí.
El neurotransmisor fundamental que actúa en este sistema es la dopamina, aunque también actúan otros
como el GABA y el glutamato. Las neuronas dopaminérgicas son las consideradas como neuronas del placer,
y tienen diferentes patrones de disparo, mediante los cuales se obtiene la sensación de recompensa. El
sistema de recompensa también influye sobre la memoria y el aprendizaje, ya que el individuo recuerda y
repite las acciones que le generan placer. Las diferentes sustancias de abuso tienen distintos mecanismos
para acabar produciendo el aumento de la transmisión dopaminérgica  en el núcleo accumbens.
Por ejemplo: la cocaína bloquea la recaptación y aumenta la liberación de dopamina. La estimulación opioide
produce una inhibición de GABA al igual que el alcohol, por lo tanto GABA no va a inhibir el ATV por lo cual va
a producir un aumento de la transmisión dopaminérgica hacia el núcleo accumbens.

CONCEPTOS IMPORTANTES
Es importante definir algunos conceptos básicos en el consumo de sustancias:

 Fármaco: Cualquier sustancia que, introducida en un organismo vivo, modifica por lo menos una de sus
funciones fisiológicas.
 Medicamento: Cualquier sustancia que, introducida en un organismo vivo, modifica por lo menos una de sus
funciones fisiológicas, con fines terapéuticos.
 Droga/narcótico/estupefaciente: Toda sustancia que, introducida en un organismo vivo, modifica por lo menos
una de sus funciones fisiológicas con efecto psicoactivo (capaz de producir cambios en la percepción, la
regulación emocional, la conciencia o el comportamiento).
 Droga de abuso: Aquella sustancia de uso no médico con efectos psicoactivos (capaz de producir cambios en la
percepción, la regulación emocional, la conciencia o el comportamiento), que produce placer (por estimulación o
refuerzo positivo del sistema de recompensa del SNC, mediada principalmente por dopamina y endorfinas) y se
puede autoadministrar.
 Tolerancia: Definida por uno de los siguientes: necesidad de cantidades crecientes de la sustancia para conseguir
la intoxicación o el efecto deseado, o, porque el efecto de las mismas cantidades de la sustancia disminuye
claramente con su consumo continuado.
 Abstinencia: Síndrome característico producido por la suspensión o reducción del consumo de una sustancia, que
produce malestar clínicamente significativo o la administración de la misma sustancia o una muy parecida, para
aliviar o evitar los síntomas de abstinencia.
Diagnóstico De Las Adicciones
Para saber si una persona presenta o no una enfermedad adictiva (ya que todo el que realiza una actividad placentera no
termina en una adicción: no toda persona que se toma un vino es un alcohólico, ni todo aquel que alguna vez apuesta es
ludópata o jugador patológico), conceptualmente se deben tener en cuenta tres aspectos o variables, una sola de estas
variables que cumpla claramente una persona, se considera que tiene una conducta adictiva y requiere de ayuda
profesional:
Cuando un individuo utiliza una droga de abuso se puede clasificar en uno de los siguientes patrones de consumo:

 Uso. Utilizar una droga esporádicamente sin ningún tipo de repercusión negativa.

 Hábito. Consumir una droga con una regularidad o patrón determinado, pero sin existir tendencia a aumentar la
dosis. No se padecen trastornos físicos ni psicológicos durante su consumo ni cuando la sustancia no se consigue.
 Abuso. Cualquier consumo de droga que dañe o amenace con dañar la salud física o mental, o el bienestar social
de un individuo, de diversos individuos o de la sociedad en general. También se ha definido como cualquier
consumo de sustancias que genere por lo menos un impacto negativo significativo.
 Dependencia. Grupo de síntomas cognoscitivos, conductuales y fisiológicos que indican que el individuo
continúa consumiendo la sustancia, a pesar de la aparición de problemas significativos relacionados con ella.
Existe un patrón de repetida autoadministración que puede llevar a la tolerancia, la abstinencia y a la ingesta
compulsiva.
Es de anotar que el abuso o uso nocivo de sustancias ya es un diagnóstico clínico que requiere atención y tratamiento, la
dependencia es un cuadro más severo; el abuso se tipifica en el DSM 5 como dependencia leve. Para diferenciar la
dependencia del abuso es importante realizar una valoración de las siguientes tres variables, con una de ellas que exista
claramente podemos hablar de dependencia, en las adicciones comportamentales una o más variables harían el
diagnóstico:

 Tiempo. Qué tanto tiempo de su vida útil gasta una persona consiguiendo, consumiendo o recuperándose de los
efectos de una droga de abuso o de un comportamiento adictivo. Se considera que si utiliza más de la tercera parte
de su tiempo productivo podemos hablar de dependencia.
 Control. Qué tanto es capaz el individuo de controlar o dominar el consumo de una sustancia o comportamiento,
especialmente en frecuencia e intensidad.
 Severidad del impacto. Qué tan grave, severo o disfuncional es el impacto negativo del consumo de la droga de
abuso o del comportamiento adictivo. En el DSM5 se incluyen varios cambios, combina abuso y dependencia en
un trastorno único que va de leve a severo.
Tamizaje-CAGE AID
Una excelente guía y ayuda para el diagnóstico rápido la ofrece la encuesta denominada CAGE como nemotecnia por sus
siglas en inglés, publicada inicialmente para alcohol, pero validada también para drogas.

 ¿Alguna vez ha sentido la necesidad de controlar o bajar la cantidad de alcohol o drogas que consume?
 ¿Alguna vez se ha sentido usted incómodo porque alguien criticaba su forma de consumir?
 ¿Alguna vez se ha sentido avergonzado o culpable de su forma de consumir?
 ¿Alguna vez se ha tomado usted un trago o ha consumido drogas temprano en la mañana para aliviar los efectos
de la resaca de la noche anterior?
 Los primeros tres ítems del cuestionario CAGE son consistentes y complementarios con los criterios de abuso y
dependencia del DSM IV. Según el número de respuestas afirmativas, en general se considera que cuanto mayor
es, mayor será también la dependencia. De este modo:
 0-1 Consumidor sin riesgo
 2 Consumo de riesgo. Sensibilidad >85% y especificidad alrededor del 90% para el diagnóstico de
abuso/dependencia
 3 Consumo perjudicial o abusivo
 4 Dependencia

Criterios del DSM-IV y DSM-5 para el trastorno por consumo de sustancias


a Uno o más criterios de abuso dentro de un periodo de 12 meses y sin diagnóstico de dependencia. Aplicable a todas las
sustancias excepto a la nicotina.
b Tres o más criterios de dependencia dentro de un periodo de 12 meses.
c Dos o más criterios del transtorno por consumo de sustancias de 12 meses.
d El síndrome de abstinencia no está incluido para la cannabis, inhalantes y trastonos alucinógenos del DSM-IV. El
Síndrome del cannabis se ha añadido en el DSM-5.
Tipos de Adicciones
En términos generales las adicciones se pueden dividir en dos tipos:
1. Adicciones químicas o a sustancias psicoactivas: En este grupo se encuentran todas aquellas asociadas al
consumo de las sustancias que de manera química directa alteran el encéfalo y la mente, y en las que la
estimulación del sistema de recompensa o placer es producido por una sustancia química externa que va al
cerebro. Dentro de las principales sustancias adictivas de acuerdo a sus efectos en el SNC están:
 Depresores. Principalmente el licor, las benzodiacepinas y derivados, heroína y derivados opiáceos y los
barbitúricos.
 Estimulantes. Como la cocaína, las anfetaminas y derivados, la cafeína y derivados, la mayoría de los
mal llamados energizantes y sustancias para adelgazar, entre otros.
 Alucinógenos. Marihuana, LSD (ácido lisérgico), sacol y otros inhalantes, cacao sabanero, escopolamina
y derivados, ketamina, mescalina, hongos, entre otros.
 Otros. Como la mayoría de las llamadas drogas emergentes apenas en estudio y en clasificación como los
derivados del catinonas, piperazinas, feniletilaminas, sutancias a base de diversas semillas y plantas como
la salvia, canabinoides sintéticos, entre otras.
2. Adicciones no químicas o comportamentales: La característica principal de estas adicciones es que no existe
sustancia química que estimule de manera directa el sistema de recompensa del cerebro, son comportamientos
compulsivos y repetitivos que también se ha visto, terminan afectando el sistema de recompensa, pero de manera
indirecta.
De éstas la que ha sido más estudiada y tipificada hasta el momento es el juego patológico o la también llamada
ludopatía, que es la adicción o el uso compulsivo de los juegos de azar o de apuestas (actividades en las que existe
ganancia o pérdida significativa y desproporcionada en cortos periodos de tiempo).
Dentro de las adicciones no químicas o comportamentales también se han mencionado prácticas compulsivas
relacionadas con las compras compulsivas, el sexo, el trabajo, la comida, el deporte en especial el extremo, otros
dispositivos tecnológicos como el celular y los teléfonos inteligentes, principalmente; pero para estos últimos
comportamientos, hasta el momento, no ha quedado claro que cumplan con todas las características de una adicción
en sí misma, aunque esto en el momento es controvertido.
Las señales de alerta pueden variar y depender del tipo de adicción que esté desarrollando la persona, pero de manera
general se pueden mencionar:

 Cambios poco explicables en la conducta o el comportamiento habitual.


 Cambios en la forma de ser y de relacionarse.
 Cambios en la manera de hablar y de vestir.
 La participación en nuevos grupos sociales o la presencia de amigos con reconocidos problemas de adicción.
 Cambios en la apariencia física o en el peso corporal. Ocurrencia de mentiras frecuentes.
 Comportamiento agresivo o rebelde sin clara explicación.
 Sudoración excesiva.
 Cambios en la alimentación o forma de hacerlo.
 Necesidad de dinero o gastos importantes sin clara explicación.
 Ausencias, fallas escolares o laborales repetidas sin clara explicación.
 Disminución en el rendimiento académico o laboral.
 Pérdida o desaparición, en el hogar, de objetos personales valiosos.
 Cambios inusuales en el estado de ánimo.
 Problemas repetidos con la autoridad, ya sea de tipo legal, familiar, escolar o laboral.
 Pérdida súbita de interés en las actividades habituales.
 Disminución del rendimiento físico y deportivo.
Comorbilidades
Existen más de 400 tipos distintos de enfermedades asociados a las adicciones en prácticamente todos los órganos y
sistemas del ser humano, dentro de los cuales existen más de 40 tipos de cáncer, enfermedades infecciosas, diversos
trastornos mentales, entre otros.
Hay trastornos mentales con más frecuencia asociados a las adicciones o como se han llamado el diagnóstico dual. En
psiquiatría se denomina diagnóstico dual a la existencia simultánea, en una misma persona, de un trastorno mental mayor
con una adicción activa, considerada esta última también un trastorno mental, en otras palabras, es la comorbilidad de una
enfermedad adictiva o de un trastorno por uso de sustancias o ludopatía con otra enfermedad psiquiátrica mayor. por
ejemplo, es muy común encontrar la depresión acompañada del alcoholismo o a los trastornos de ansiedad junto con un
trastorno por dependencia a marihuana, o, una adicción a los juegos de azar junto con trastorno bipolar.
Cuando otras enfermedades mentales acompañan una adicción, el fenómeno se puede explicar por alguna de las siguientes
posibilidades:

 La adicción causó o generó la otra enfermedad mental, como por ejemplo: el alcoholismo desembocó en una
demencia o la marihuana favoreció una esquizofrenia.
 La enfermedad mental causó o generó la enfermedad adictiva, por ejemplo una depresión desencadenó una
adicción a la cocaína que se usó inicialmente para calmar los síntomas de la depresión.
 La adicción adelantó o ayudó a iniciar la otra enfermedad mental que, de todas maneras, se iba a presentar, por
ejemplo el consumo de estimulantes favoreció un inicio más temprano de una esquizofrenia que de todas
maneras se iba a presentar en un paciente con pródromos o síntomas iniciales de esquizofrenia.
 La enfermedad mental se presentó por otras causas y empeoró una adicción ya existente, como el caso de un
paciente con alcoholismo que presenta un episodio de manía dentro de una enfermedad bipolar, lo que empeora
el consumo compulsivo de licor.
 La adicción se presentó por otras causas y empeora o agrava una enfermedad mental ya existente en una
persona, como el caso de un paciente con esquizofrenia que inicie a fumar marihuana.
 Las dos enfermedades se presentan o son causadas por una tercera condición, como sería el caso de una persona
que sufra un grave golpe en la cabeza y esto le afecte su funcionamiento cerebral normal y que luego del
accidente desarrolle una adicción y una enfermedad mental por esta causa.
 Por último, puede darse el caso de que las dos enfermedades se presenten en la misma persona y ninguna de las
dos influya o cause la otra, o sea que el hallazgo sea incidental. Este sería el caso de un paciente con un trastorno
obsesivo compulsivo que desarrolle un alcoholismo por otras causas o factores.

Las enfermedades mentales más comunes asociadas a las adicciones son: Depresión mayor, se presenta hasta en un 40%
de los pacientes que tienen adicciones. Ansiedad generalizada, hasta en un 20% de los casos. Trastorno de pánico, hasta
en un 20% de los casos. Fobia social, hasta en un 10% de los casos. Los trastornos del espectro bipolar, hasta en un 30%
de los casos. Esquizofrenia u otros trastornos psicóticos severos, hasta en un 10% a 15% de los casos. Trastornos del
sueño, de un 80% a un 90% de los casos. Síndrome demencial o la demencia inducida por sustancias.
Pronóstico
Se sabe que las alteraciones y los daños cerebrales son recuperables en más de un 90%, siempre y cuando exista
abstinencia total y radical, y se haga un tratamiento adecuado de largo plazo; pero, al parecer, quedan algunas secuelas
principalmente en el sistema de recompensa del cerebro, lo que hace que el riesgo de recaída permanezca latente de por
vida. En otras palabras, la persona sí se puede curar y recuperar completamente, pero le queda la huella o la
predisposición a volver a caer ante un descuido o un acontecimiento sobreviniente, se puede despertar una nueva crisis de
la enfermedad.
Como en la mayoría de las enfermedades crónicas el resultado de un buen enfoque de una adicción a largo plazo se pude
dividir en tres grupos de 33,3% el primer grupo: la recuperación total o abstinencia, el segundo la reducción de daño y el
tercero el grupo de mal pronóstico a pesar del tratamiento. Una vez una persona ha realizado un tratamiento exitoso con
base en la abstinencia total durante un lapso de mediano a largo tiempo, se considera rehabilitado y debe ser tratado como
una persona sana, pero, se recomienda que continúe con algunas asesorías, revisiones, refuerzos o apoyos, con el fin de
que logre mantener la abstinencia total a todas las sustancias y los comportamientos adictivos todo el tiempo; como ya se
mencionó el riesgo de recaída permanece desafortunadamente, toda la vida.
A las familias se les recomienda e instruye para que ayuden a la persona a mantenerse abstinente, favoreciendo
comportamientos y celebraciones libres de conductas adictivas. Es muy importante que le ayuden a la persona a
desmontar de su mente la que hemos llamado la “fantasía de los adictos” que es la de poder volver a realizar la conducta
adictiva porque “ya se recuperó el control total”
Tratamiento
El eje central del tratamiento busca lograr el cese total de la conducta adictiva, principio que se ha descrito como:
abstinencia total y radical de todas las sustancias y comportamientos adictivos. A la vez busca rehabilitar y reeducar al
paciente en todos sus comportamientos disfuncionales y en todas sus posibles carencias, tanto mentales como físicos.
Si bien puede ser cierto que en la mayoría de los casos alguien se inicia en una adicción por decisión propia, el que
continúe en la adicción no siempre es de su total voluntad o deseo, ya que existen muchas variables que pueden
determinar la enfermedad, como la genética, el funcionamiento cerebral, la publicidad, las tendencias de ciertos grupos
sociales, etc, si se logra expresar la preocupación y la necesidad de ayuda de manera empática y compasiva, se ahorrarán
muchos sufrimientos y se estará dando el primer paso en un tratamiento exitoso.
Un tratamiento exitoso de una adicción es en realidad, por todo lo que se ha expuesto, un tratamiento de rehabilitación
neuropsicológica y neuropsiquiátrica, ya que para lograr que un paciente se recupere de todos los daños y alteraciones
físicos, encefálicos y mentales se necesita mucha paciencia y tiempo.
Es de anotar, además, que ciertas terapias de confrontación y a base de disciplina sanas, sí son recomendables y pueden
ser exitosas de acuerdo al caso; también puede ser válido y útil para el adicto que reciba ciertas presiones para que realice
un tratamiento exitoso, por cuanto la adicción debilita mucho la consciencia y la toma de decisiones de una persona
adicta.
Las otras dos recomendaciones generales importantes son que los tratamientos de las adicciones, como para cualquier otra
enfermedad crónica, deben ser de mediano a largo plazo y deben ser flexibles tratando de amoldarse a las necesidades de
cada paciente.
Dada la complejidad de las adicciones, los tratamientos idealmente deben realizarse por grupos multidisciplinarios. Los
grupos de apoyo de tratamiento de pacientes con adicciones tienen evidencia de que son muy útiles en el tratamiento, para
la modificación de conducta y la rehabilitación.
Se ha determinado, con evidencia científica, que pueden ser útiles las siguientes modalidades de tratamiento para
adicciones:

 Ambulatorio Seguimiento por un grupo multidisciplinario con al menos psicólogos, toxicólogos y psiquiatras.
 Comunidad terapéutica Comunidades de tratamiento interno constante, de 3 a 18 meses de acuerdo con las
condiciones de cada caso.
 Hospitalización Requerida en los casos en los que existen importantes complicaciones como síndromes de
abstinencia a alcohol u opiáceos, riesgo de auto o heteroagresión, daño de órganos.
 Hospital día El paciente asiste a la institución durante todo el día para sus sesiones terapéuticas; regresa a su
hogar en la noche.
 Grupos de autoayuda Los orígenes de los grupos de autoayuda en adicciones están en la comunidad
internacional de Alcohólicos Anónimos (AA), con sus dos derivaciones posteriores: Narcóticos Anónimos (NA) y
Ludópatas Anónimos (LA), este tipo de grupos constituyen la modalidad de tratamiento de adicciones que más
personas ha ayudado; existe evidencia científica que apoya su efectividad. En nuestro país existen los tres.
 Grupos o estrategias de reducción de daño Son estrategias de tratamiento que buscan reducir el impacto
negativo de las adicciones, aceptando que, como en todas las enfermedades crónicas, existe un grupo de adictos
que no van a dejar de consumir completamente, pero que siguen necesitando ayuda y apoyo como cualquier ser
humano; un ejemplo a destacar es el de los programas que facilitan el uso e intercambio de jeringas limpias y
nuevas para la inyección de heroína, claramente ha demostrado que disminuye la propagación del VIH/sida, sin
duda, un daño grave.
 Grupos religiosos Coloquialmente se ha llamado la “teoterapia”. Se trata de grupos o comunidades de ayuda con
base en principios religiosos, se ha visto que pueden ser efectivos.
 Terapias alternativas Existen reportes acerca de algunas terapias alternativas como la acupuntura, las técnicas de
relajación, el yoga, la meditación trascendental, que pueden ser de gran ayuda en el tratamiento de determinados
pacientes con adicción.
 Psicofármacos Los psicofármacos o medicamentos que han demostrado que pueden ser efectivos directamente
para las adicciones, pero dentro de un tratamiento integral son: La naltrexona para los dependientes al licor y
algunos casos de adicción a opiodes. Acamprosato y disulfiram para los casos de adicción al licor. El bupropión,
nicotina y la vareniclina en los dependientes al cigarrillo. La metadona y la buprenorfina en los dependientes de la
heroína.
La mayoría de los medicamentos descritos no se consiguen en Colombia. En nuestro medio están disponibles el
bupropión, la vareniclina, los reemplazos con nicotina, la metadona y algunas presentaciones de buprenorfina.
Otros medicamentos o psicofármacos que existen como los antidepresivos, los estabilizadores de ánimo, los
antipsicóticos, los inductores del sueño, pueden llegar a ser útiles dentro del tratamiento de cualquiera de las adicciones,
pero siempre y cuando existan síntomas importantes a tratar o enfermedades concomitantes a la adicción. Es
recomendable un tratamiento sintomático agresivo. Se debe tener especial cuidado de no usar fármacos con potencial
adictivo o medicamentos que puedan tener interacciones importantes con los medicamentos para la adicción o efectos
secundarios importantes, que se puedan sumar a los de la sustancia de base, siempre se deben usar por mandato de médico
tratante y bajo su orientación y guía.

ALCOHOLISMO
El consumo de alcohol puede generar una enfermedad adictiva. El alcohol es la sustancia
psicoactiva más consumida en todo el mundo y una de las que presenta mayor carga de enfermedad
y mortalidad.
El alcohol es tal vez la sustancia psicoactiva más antigua en la historia de la humanidad, desde que
el hombre se organiza como sociedad ha existido consumo de licor. Una de las principales razones
de esta situación es su fácil obtención a partir de la fermentación de carbohidratos, incluso de
manera natural sin intervención. Es así, como se puede obtener o producir licor de cualquier
elemento que contenga carbohidratos, se conocen múltiples preparaciones a partir de diversos
elementos de la naturaleza como del anís, papa, uvas, manzanas, peras, duraznos, caña, cebada,
arroz entre otros; su producción y destilación varía según la cultura, el contexto y la tradición. Es de
anotar que el cuerpo humano también genera pequeñas cantidades de alcohol como producto de
desecho del metabolismo de los carbohidratos, pero lo genera para eliminarlo inmediatamente, sin
que tenga ninguna función. CIB-6
Epidemiología
 Cada año se producen 3,3 millones de muertes en el mundo debido al consumo nocivo de
alcohol, lo que representa un 5,9% de todas las defunciones.
 El uso nocivo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos.
 En general el 5,1% de la carga mundial de morbilidad y lesiones es atribuible al consumo de
alcohol, calculado en términos de la esperanza de vida ajustada en función de la discapacidad
(EVAD).
 El consumo de alcohol provoca defunción y discapacidad a una edad relativamente temprana.
En el grupo etario de 20 a 39 años, un 25% de las defunciones son atribuibles al
consumo de alcohol.
 Existe una relación causal entre el consumo nocivo de alcohol y una serie de trastornos
mentales y comportamentales, además de las enfermedades no transmisibles y los
traumatismos.
 Recientemente se han determinado relaciones causales entre el consumo nocivo y la
incidencia de enfermedades infecciosas tales como la tuberculosis y el VIH/sida.
 Más allá de las consecuencias sanitarias, el consumo nocivo de alcohol provoca pérdidas
sociales y económicas importantes, tanto para las personas como para la sociedad en su
conjunto.

 En Colombia según la encuesta Nacional de Salud Mental publicada en 2015, el consumo de


licor es de lejos la principal sustancia psicoactiva más consumida en todos los grupos de
edad, informa altas prevalencias de consumo excesivo y de riesgo, reporta en el grupo de 18
a 44 años que el 36,6% de los hombres consume en exceso y que el 16% presentan
consumos de riesgo. En mujeres el 11,4% de las mujeres consume en exceso y el 9,1%
de ellas presentan consumos de riesgo.
 Para las américas según la Organización Panamericana de Salud (OPS), el consumo de
alcohol es la primera causa de muerte prevenible, por encima incluso del consumo de
cigarrillo.
Etiología
Factores ambientales Entre los factores ambientales de riesgo para el alcoholismo deben
considerarse variables demográficas como la edad, el género, la situación socioeconómica, y el nivel
educativo; los patrones en el uso de alcohol como la edad de inicio del consumo, el tipo de licor y la
cantidad consumida, la gravedad y la duración de la dependencia, la duración de la abstinencia y el
estado nutricional durante los períodos de consumo; al igual que el uso o abuso de otras sustancias
psicoactivas incluida la nicotina. La historia familiar de alcoholismo es uno de los factores de riesgo
más importantes para el desarrollo de alcoholismo. De hecho, la probabilidad de desarrollar
dependencia al alcohol aumenta de manera directa al grado de relación y el número de familiares
que se tengan de primer, segundo, o tercer grado, alcanzan un riesgo del 167% mayor de desarrollar
dependencia al alcohol.
Factores genéticos Estudios en gemelos y personas adoptadas demuestran que existen fuertes
influencias genéticas en la etiología del alcoholismo. Se estima que 60% del riesgo de alcoholismo
es hereditario. Recientemente, múltiples estrategias de investigación genética complementarias,
como la clonación posicional y el estudio de genes candidatos, están ofreciendo nuevos
conocimientos acerca de los genes asociados al alcoholismo. Esta estrategia permite también la
identificación de la asociación de los genes GABRA2 y CHRM2 con el alcoholismo.
Fisiopatología
El alcohol es una sustancia psicoactiva con capacidad de generar adicción y, además, con
capacidad de producir alteraciones importantes en casi todos los sistemas del organismo humano.
Como todas las demás adicciones las causas del uso nocivo o abuso y dependencia son
multifactoriales considerándose una enfermedad compleja y crónica. El tipo de alcohol más utilizado
es el etanol (C2H6O). El alcohol es una molécula de fácil absorción es más liposoluble que
hidrosoluble, pero es de fácil distribución por todos los tejidos del cuerpo humano e interactúa con la
membrana lipídica de todas las células del organismo.
El alcohol no importa por la vía en que se consuma actúa directamente sobre el sistema nervioso
central que es el órgano blanco, interactúa e intoxica todo el sistema nervioso central, en especial en
el sistema de recompensa repuestas mediado principalmente por dopamina y endorfinas, y en el
sistema GABA (ácido gama amino butírico) / glutamato causa un desbalance entre los mecanismos
inhibitorios (GABA) y excitatorios (glutamato). No todo el que consume licor alguna vez, desarrolla un
alcoholismo, esto hace pensar en la conjunción de diversos factores etiológicos que deben estar
presentes con diversas cargas de riesgo en un mismo individuo para que se produzca la
enfermedad. Se han mencionado factores personales influidos por la genética y la herencia
(respuesta cerebral especial, factores del metabolismo, mayor tolerancia), factores asociados a la
personalidad, factores culturales, sociales, de la sustancia en sí misma, entre otros.
La principal explicación de su potencial de daño es porque el alcohol interactúa, modifica y con el
tiempo, altera el funcionamiento normal de la membrana celular, afecta de manera directa la
flexibilidad de la membrana lipídica celular de todas las células del cuerpo humano, lo que genera
rigidez de membrana. La función de la membrana celular es la principal responsable de la
adaptación y homeostasis de las células, los órganos, los sistemas, el organismo y la vida humana
en general; también es una sustancia irritante y proinflamatoria de manera directa para muchas de
las estructuras y elementos del cuerpo humano como la mielina, las hormonas, la sangre entre otros.
Manifestaciones Clínicas
Las manifestaciones clínicas de todos los trastornos relacionados con el alcohol dependen de
muchas variables individuales y ambientales, como el tipo de consumo, la cantidad, la frecuencia, la
vía de administración, la resistencia al licor, el metabolismo, entre otros; pero se puede afirmar que
en los consumidores crónicos siempre existirá alguna alteración o daño importante, cambian sus
manifestaciones, sistemas afectados y presentaciones.
La intoxicación aguda o el estado de embriaguez del licor produce diversas manifestaciones,
depende de algunas variables en especial de la concentración en sangre de licor.
Las manifestaciones van desde una desinhibición y relajación leve hasta el estado de coma con
pérdida de conciencia y muerte. Se caracteriza por su efecto depresor sobre todo el sistema nervioso
central mediado en especial, por la potenciación del efecto GABA o inhibitorio central, enlentece
gradualmente todas las funciones neurológicas y mentales, tiene especial efecto en los estados
sutiles de conciencia, altera la toma de decisiones y favorece el comportamiento no planeado y
desorganizado. Es así como su consumo se asocia con todo tipo de agresiones, con conductas
sexuales de riesgo, accidentalidad, etc. Si esta intoxicación se produce de manera sistemática y
continua, inicia con alteraciones funcionales del sistema nervioso central, luego hace cambios
bioquímicos y eléctricos, y finalmente se presentan cambios estructurales del encéfalo, genera
demencia o un trastorno neurocognitivo mayor que puede ser reversible o irreversible, según los
factores asociados y de la cronicidad del daño. La atrofia encefálica característica del consumo
crónico de licor es una atrofia simultanea de predomino frontal y cerebelosa.

Examen físico.
El alcoholismo puede afectar casi todos los tejidos del organismo. Por lo tanto, el examen físico del
paciente alcohólico debe ser muy completo. Algunos signos que se deben explorar en el paciente
alcohólico:
• Piel. Nevus en rubí, nariz roja, piel acartonada, signos envejecimiento prematuro, signos de
ictericia, anemia o trombocitopenia, infecciones de piel, signos de deficiencia nutricional, evidencia
de traumas.
• Ojos: conjuntivas inyectadas, ambliopía alcohólica, nistagmus.
• Cardiovascular. Hipertensión arterial, presencia de soplos, cardiomiopatía, signos de vasculitis o
trombosis.
• Pulmonar. Signos de infección respiratoria, en particular tuberculosis.
• Digestivo. Boca seca, lengua saburral, signos de esofagitis o gastritis, síndrome de malabsorción,
cuadros de diarrea con deshidratación, signos de pancreatitis aguda o crónica, diabetes secundaria,
hepatomegalia y signos de hepatitis o cirrosis alcohólica.
• Neurológico. Hiper o hiporeflexia, signos de neuropatía periférica, temblores en reposo, ataxia,
signos de degeneración cerebelosa, intoxicación alcohólica y otras complicaciones
neuropsiquiátricas del alcoholismo.
• Osteomuscular. Osteoporosis, osteomalacia, miositis.
Se recomienda realizar en todos los casos tamizajes generales de condiciones frecuentemente
asociadas a la dependencia al alcohol o a la abstinencia, se debe pedir: hemoleucograma con
sedimentación, enzimas hepáticas incluyendo gamaglutamiltrasferasa, pruebas tiroideas, prueba
treponémica, ELISA para VIH, ionograma con calcio y magnesio, función renal, niveles de vitamina
B12 y de ácido fólico (recordar que para condiciones neuropsiquiátricas se recomienda el
suplemento de estas vitaminas aunque estén en los rangos normales del laboratorio, pero en
percentil bajo). Considerar la pertinencia de una tomografía simple de cráneo, una ecografía
hepática, una endoscopia digestiva o unos rayos X de tórax y tamizajes para hepatitis B (antígeno de
superficie hepatitis B) y hepatitis C (anticuerpos para hepatitis C y seguir); en los casos de mujeres
en edad fértil no olvidar pedir prueba de embarazo.

Comorbilidades
Como en las demás adicciones, en los trastornos relacionados con el consumo de alcohol existen
múltiples enfermedades asociadas, principalmente en la esfera neuropsiquíatrica, lo que en
psiquiatría se conoce como diagnóstico dual. También se encuentran múltiples enfermedades físicas
asociadas al consumo crónico de alcohol, se han encontrado alteraciones del:
 sistema nervioso central (cerebro, cerebelo, tallo cerebral; es considerado una de las
principales causas de demencia en el mundo) y el periférico (es la principal causa de
neuropatía periférica)
 sistema cardiovascular (desde su funcionamiento hasta su estructura tanto del corazón como
de todo el sistema vascular periférico),
 sistema digestivo (principal causa de cirrosis y trasplante hepático, principal causa de
pancreatitis aguda y crónica, una de las principales causas de gastritis, úlcera péptica y
sangrado gastrointestinal, asociado con la mayoría de los cánceres del sistema digestivo
desde la boca y lengua hasta el ano, pasa por el esófago, el estómago, el páncreas, el hígado
y los intestinos),
 en la piel, sangre,
 sistema endocrino (afecta el funcionamiento sexual normal y disminución de testosterona),
entre otros.
El consumo de alcohol, además, se asocia con otros graves problemas de salud pública como
agresiones, homicidios, abuso sexual, violencia intrafamiliar, muertes violentas, suicidio, toxicidad
fetal (el consumo de alcohol en el embarazo es la principal causa de retardo mental), accidentes (su
consumo aumenta el tiempo de respuesta y de reacción), contrabando, entre otros.
Diagnóstico
Para el diagnóstico de trastornos relacionado con el consumo de alcohol se han utilizado
tradicionalmente los criterios de la Clasificación Internacional de Enfermedades CIE-10), en donde se
habla de uso nocivo o abuso (lo que se equipararía a Trastorno por consumo de alcohol leve del
DSM 5), y dependencia (lo que se equipararía al Trastorno por consumo de alcohol moderado o
severo del DSM 5). En el DSM 5 mencionan que prefieren no incluir el apartado: uso nocivo o abuso,
por considerar todo como parte de este continuo y porque se piensa que con uso nocivo o abuso, se
puede minimizar la gravedad de la enfermedad adictiva.
Criterios Diagnósticos
Consumo problemático de alcohol que tenga dos o más de los siguientes en un periodo de 12
meses:
1. Más consumo del previsto en cantidad o tiempo
2. Fracaso en abandono o control del consumo
3. Mucho tiempo invertido en actividades relacionadas al consumo
4. Ansia o necesidad de consumo
5. Incumplimiento en deberes por el consumo
6. Continuar consumo a pesar de problemas asociados
7. Abandono de importantes actividades por consumo
8. Consumo recurrente en situaciones de riesgo físico
9. Continuar consumo a pesar de problemas físicos o mentales
10. Tolerancia
11. Abstinencia
Para considerar si existe o no problemas con el consumo de licor se deben considerar las siguientes
tres variables (una sola que se cumpla en los últimos 12 meses, se considera diagnóstica y se debe
buscar ayuda):
1. Tiempo: Qué tanto tiempo de su vida útil gasta una persona consiguiendo, consumiendo o
recuperándose de los efectos de una droga de abuso o de un comportamiento adictivo. Se considera
que si utiliza más de la tercera parte de su tiempo productivo podemos hablar de dependencia.
2. Control: Qué tanto es capaz el individuo de controlar, manejar o dominar el consumo de una
sustancia o comportamiento, especialmente en frecuencia e intensidad. Se evalúa la pérdida de
control.
3. Severidad del impacto: Qué tan grave, severo o disfuncional es el impacto negativo del consumo
de la droga de abuso o del comportamiento adictivo. Un solo impacto negativo importante se toma en
cuenta.
Se pueden usar escalas de tamizaje como el CAGE o el AUDIT. Se describen, son preguntas.
Encuesta CAGE Es un instrumento sencillo y ampliamente utilizado para evaluar el problema del
alcohol. Consiste en cuatro preguntas que están altamente relacionadas con el diagnóstico de
dependencia al alcohol.
Las preguntas son: 1. ¿Ha sentido alguna vez que debería disminuir la bebida? 2. ¿Le ha enojado
que la gente le haya criticado su forma de beber? 3. ¿Se ha sentido mal o culpable por su forma de
beber? 4. ¿Ha tenido que tomar una bebida en la mañana para calmar los nervios o un “guayabo”?
Una respuesta afirmativa a una de estas preguntas puede sugerir que existe un problema con el
alcohol. Más de una respuesta afirmativa es indicativa del problema.
Test de identificación de trastornos por uso de alcohol (en inglés, AUDIT) Es un cuestionario de
10 preguntas que fue desarrollado por la Organización Mundial de la Salud.
El DSM 5 en las alteraciones neuropsiquiátricas, referencia los siguientes trastornos
relacionados con el consumo de licor en el apartado Trastornos relacionados con sustancias
y trastornos adictivos:
- Trastorno por consumo de alcohol.
- Intoxicación por alcohol: más del 80% de los que cumplen criterios para trastorno por
consumo de licor.
- Abstinencia de alcohol: se presenta hasta en el 70% de los consumidores, con un porcentaje
de hasta un 15% de delirium tremens.
- Trastorno psicótico inducido por alcohol: se puede presentar en 10% al 20% de los que
cumplen criterios.
- Trastorno bipolar inducido por alcohol: se asocia hasta en el 50% de los que cumplen criterios.
- Trastorno depresivo inducido por alcohol: entre el 30% y el 50% de los que cumplen criterios.
- Trastorno de ansiedad inducido por alcohol: hasta en un 40% de los que cumplen criterios.
- Trastorno del sueño inducido por alcohol: más del 80% de los que cumplen criterios.
- Disfunción sexual inducida por alcohol: más del 40% de los que cumplen criterios.
- Trastornos neurocognitivos inducidos por alcohol: se pueden presentar en todos los
consumidores crónicos de licor con diversos grados de severidad. No se debe olvidar que
existen diversas condiciones asociadas al consumo de licor que afectan el estado cognitivo
como deficiencias vitamínicas, traumas, problemas vasculares, etc.
- Trastornos relacionados con el alcohol no especificados: existen una serie de síntomas y
síndromes asociados al consumo crónico muy difíciles de clasificar, como la celotipia o
trastorno por celos excesivos que va desde lo sobrevalorado hasta lo francamente delirante.
PRONÓSTICO
Como en la mayoría de las enfermedades crónicas sin tratamiento tiene un pobre pronóstico y se considera
que en más del 80% al 90% de los casos el trastorno por consumo de licor evoluciona hacía diversas
enfermedades físicas y mentales, la disfuncionalidad, la discapacidad y la muerte. Algunos estudios han
determinado que en 10% al 20% de los casos, el paciente por voluntad propia y generalmente asociados a
graves consecuencias asociadas al consumo el paciente deja de consumir por su cuenta sin ningún
tratamiento específico. Se dice que por diversas razones solo el 50% de los que cumplen criterios para
alcoholismo buscan alguna vez ayuda especializada.
1/3  Logra abstinencia el resto de la vida.
1/3  Logra reducción de daño.
1/3  Mal pronóstico a pesar del tratamiento.

Tratamiento
Lo ideal es remitir al paciente a un grupo de adicciones multidisciplinario con posibilidad de realizar
seguimiento a mediano o largo plazo y que sea flexible en sus parámetros, el tratamiento debe estar
basado en la abstinencia y radical de todas las sustancias y comportamientos adictivos todo el
tiempo. No se debe olvidar que un tratamiento en adicciones y en alcoholismo es una rehabilitación
neuropsiquiátrica de mediano a largo plazo, con frecuencia el paciente requiere múltiples
intervenciones y sistemas de tratamiento. Merecen mención especial los grupos de AA (Alcohólicos
Anónimos que tienen un sistema probado de seguimiento mediante 12 pasos y utilizan un padrino o
asesor exadicto), tienen evidencia sólida que demuestran su efectividad, además de ser de fácil
acceso y de bajo costo.
Antes de iniciar el tratamiento específico se debe realizar un cuidadoso examen general de la
condición médica del paciente, el cual debe incluir la evaluación de trastornos médicos o
psiquiátricos coexistentes, la severidad de los consumos y de las abstinencias previas, la presencia
de traumatismos y los demás factores de riesgo.
Si el paciente está en consulta o urgencias, una vez evaluado debe usarse los siguientes criterios
para tomar la decisión de una hospitalización:
Historia de síntomas moderados a severos de abstinencia.
Convulsiones recientes o historia de convulsiones por abstinencia.
Trauma craneoencefálico reciente.
Complicaciones médicas serias como: sangrado gastrointestinal, pancreatitis, hepatitis, cirrosis,
neumonía u otras infecciones, u otras complicaciones médicas.
Alteraciones del estado de conciencia, delirium o alucinaciones.
Temperatura mayor de 38 ºC.
Disautonomías.
Deshidratación o malnutrición significativas.
Síndrome de Wernicke – Korsakoff: oftalmoplejia, trastornos de memoria anterógrada,
confabulaciones y neuropatías.
Depresión mayor. riesgo de suicidio, síndrome sicótico, agitación severa u otra sicopatología
asociada severa.
En cualquiera de estos casos se ofrece el tratamiento inicial y se remite al paciente a una institución
de mayor complejidad si no está en condiciones de ofrecer un tratamiento completo.
Tiamina 300 mg/día, vía oral ya que la absorción de esta vitamina B1 se altera con el consumo de
licor y su deficiencia puede generar un síndrome de Wernicke – Korsakoff (encefalopatía hasta la
demencia persistente)
Otros medicamentos tienen evidencia como tratamiento específico la naltrexona, el acamprosato y el
disulfiram.
No se encuentran en nuestro medio los dos primeros y la efectividad del último es relativa
Se recomienda en todos los casos un tratamiento sintomático agresivo
Seguimiento estrecho de mediano a largo plazo

POR SI PREGUNTA ESTO: TENER EN CUENTA


Disulfiram. Es un bloqueador de la beta hidroxilasa que metaboliza el alcohol en el hígado, como
resultado, al consumir alcohol se acumula acetaldehído en la sangre. El disulfiram debe iniciarse
cuando el paciente ha estado libre de alcohol al menos cuatro a cinco días, la dosis inicial es de 0,5
g cada día durante una a tres semanas, la dosis de mantenimiento se ajusta individualmente y suele
ser entre 0,25 a 0,5 g diarios, estas dosis pueden ser más bajas en personas con disfunción
hepática, con pequeño tamaño corporal y en ancianos.
Naltrexona. Las endorfinas participan en los mecanismos del deseo vehemente (craving) por
consumir alcohol; la naltrexona es un antagonista de los opiáceos cuya formulación para
administración por vía oral fue aprobada por la FDA porque ayuda a mantener la abstinencia, su
mecanismo de acción consiste en bloquear los receptores de endorfinas y de esta manera ayuda a
reducir el deseo por consumir y los efectos placenteros. El tratamiento debe ser a largo plazo (al
menos tres meses), los mejores candidatos para el tratamiento son los pacientes con altos niveles de
dependencia al alcohol, historia familiar de alcoholismo, altos niveles de craving, o ambos. la dosis
inicial es de 25 mg dia- 109 Trastornos del alcoholismo 9 rios vía oral, preferiblemente con el
desayuno, si el paciente no tiene efectos secundarios se puede aumentar la dosis a 50 mg diarios.
Los efectos secundarios incluyen náuseas, calambres abdominales, ansiedad, insomnio y malestar
general.

Acamprosato. Es un compuesto sintético con acción moduladora del sistema glutamaérgico que normaliza la
excitación neuronal, aprobado por la FDA para el tratamiento de pacientes alcohólicos abstinentes, ya que
sirve para mantener la abstinencia y reducir la incidencia y severidad de las recaídas. El acamprosato se
comercializa en tabletas de 333 mg, la dosis recomendada es de dos tabletas tres veces al día. Produce
somnolencia.

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