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La discriminación es entendida como resultado, no solo como propósito, de tal forma que una

acción, ley o política sin intención de discriminar puede ser discriminatoria si ese fuese su efecto.
Por ende, una política que no nace con el objetivo de discriminar, una vez implementada, puede
generar una discriminación de género.

que la protección del Estado debe cubrir todas las áreas de la vida de las mujeres, tanto la esfera
pública como la privada.

La CEDAW incluye principios claves para asegurar la igualdad entre hombres y mujeres y una serie
de medidas que los Estados deben tener en cuenta al elaborar sus agendas nacionales y sus
normas internas. (Maietti, 2016) 22 Entre los principios claves podemos mencionar los sigui

Proteger a las mujeres de cualquier violación a las disposiciones de la Convención. En este sentido,
el Estado debe establecer tribunales y otras instituciones públicas que se rijan por los principios de
la CEDAW para asegurar la efectiva protección de las mujeres contra la discriminación. - Garantizar
la eliminación de todos los actos de discriminación contra las mujeres por parte de terceros, o sea
personas, organizaciones o empresas.

Es el único tratado de derechos humanos que afirma los derechos de reproducción de las mujeres
y señala la cultura y tradición como las fuerzas influyentes que moldean los roles de género y las
relaciones familiares. - A partir de la CEDAW, la discriminación que padecen las mujeres en su vida
privada, en el marco de sus vínculos familiares y personales, adquiere el grado de preocupación
internacional. (ONU Mujeres, SRE y PNUD, 2003)

¿El aborto es una cuestión derechos humanos?

El acceso al aborto seguro y legal es una cuestión de derechos


humanos. Diversas interpretaciones reconocidas del derecho
internacional de los derechos humanos consideran que negar a las
mujeres, niñas y otras personas embarazadas el acceso al aborto
constituye una forma de discriminación y atenta contra una
variedad de derechos humanos. 

Los países tienen la obligación de respetar, proteger y hacer


realidad los derechos humanos, incluidos los relativos a la salud y
la autonomía sexual y reproductiva. Cuando los servicios de aborto
seguros y legales están restringidos sin justificación o no se
encuentran plenamente disponibles, esto puede poner en riesgo
una variedad de otros derechos humanos protegidos
internacionalmente, que incluyen el derecho a no sufrir
discriminación y a la igualdad; a la vida, la salud y la información;
a no sufrir tratos crueles, inhumanos o degradantes; a la
privacidad y la autonomía e integridad física; a decidir sobre
número y espaciamiento de hijos; a la libertad; a disfrutar de los
beneficios del avance científico, y a la libertad de conciencia y
religión.
Estos derechos se establecen en la Declaración Universal de
Derechos Humanos y se protegen a través de numerosos tratados
internacionales, como el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), la
Convención contra la Tortura (CCT), la Convención sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer (CEDAW) y la Convención sobre los Derechos del Niño
(CDN),
los derechos reproductivos son derechos humanos, incluido el
derecho a acceder al aborto. Los Estados tienen la obligación de
brindar a mujeres, niñas y otras personas embarazadas acceso al
aborto seguro y legal como parte de sus responsabilidades
centrales de derechos humanos.

¿El derecho a la vida se encuentra en riesgo cuando se


restringe o prohíbe el acceso al aborto?

Sí. Restringir legalmente el aborto a menudo provoca que haya


más abortos practicados de manera ilegal, que pueden resultar
inseguros y generar una mayor mortalidad y morbilidad maternas.
Como resultado, la falta de acceso al aborto seguro y legal pone en
riesgo las vidas de las personas embarazadas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha indicado que


las complicaciones en el embarazo y el nacimiento son la causa
principal de muerte de niñas y mujeres jóvenes de entre 15 y 19
años, y que las niñas de entre 10 y 14 años tienen un mayor riesgo
d
 derecho internacional de los derechos humanos y la
jurisprudencia relevante abonan la conclusión de que las
decisiones sobre aborto corresponden únicamente a la persona
embarazada, sin injerencia ni restricciones irrazonables por parte
del Estado o de terceros.
 Estados Parte no pueden regular el acceso al aborto de un modo
que obligue a las personas embarazadas a recurrir a abortos
inseguros, y que los Estados deben garantizar el acceso seguro,
legal y efectivo al aborto para prevenir riesgos para la vida y la
salud de las personas embarazas, y para asegurar que no sufran
dolor ni padecimientos profundos,
 Estados Parte no pueden regular el acceso al aborto de un modo
que obligue a las personas embarazadas a recurrir a abortos
inseguros, y que los Estados deben garantizar el acceso seguro,
legal y efectivo al aborto para prevenir riesgos para la vida y la
salud de las personas embarazas, y para asegurar que no sufran
dolor ni padecimientos profundos,
 sobre derechos humanos relacionados con temas o países
específicos, han instado de manera constante a que se despenalice
el aborto y se asegure la plena efectivización de los derechos
sexuales y reproductivos, incluido el acceso al aborto seguro y
legal.

El Comité CEDAW, que monitorea el cumplimiento de la CEDAW,


indicó que:

Los abortos en condiciones de riesgo son una de las principales


causas de morbilidad y mortalidad materna. Por este motivo, los
Estados deberían legalizar el aborto, cuando menos en casos de
violación sexual, incesto, amenazas a la vida y/o salud de la mujer
embarazada o malformación fetal grave, y además brindar a las
mujeres acceso a servicios de atención de calidad después de un
aborto, especialmente cuando se presenten complicaciones a raíz
de un aborto en condiciones de riesgo. Los Estados Partes
deberían además eliminar las medidas punitivas para las mujeres
que se someten a abortos.
el Comité de la ONU sobre los Derechos del Niño ha exhortado a
los Estados “a que despenalicen el aborto para que las niñas
puedan, en condiciones seguras, abortar y ser atendidas tras
hacerlo, así como a que revisen su legislación para asegurar que se
atienda el interés superior de las adolescentes embarazadas y se
escuche y se respete siempre su opinión en las decisiones
relacionadas con el aborto”. En muchas evaluaciones individuales
sobre el cumplimiento del tratado por estados individuales, que se
denominan observaciones finales, el comité pidió expresamente
que se despenalice el

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