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1.

REVISIÓN DE ACTOS Y DISPOSICIONES POR LA PROPIA AP:


SUPUESTOS
La revisión de los actos en vía administrativa es la potestad que la Ley otorga a la
Administración Pública para que, con los requisitos y a través de los procedimientos
que el ordenamiento jurídico establece, pueda, de oficio o a instancia de los
interesados, según los casos, rectificar, sustituir sus actos por otros o dejarlos sin
efecto, declarando su nulidad o anulabilidad, o bien declarar su lesividad para,
posteriormente, demandar su anulación ante los Jueces y Tribunales.
2. ACCION DE NULIDAD: PROCEDIMIENTO Y LÍMITES
El procedimiento de revisión de oficio, se iniciará bien mediante la solicitud del
interesado, bien por la propia Administración. No obstante, si se inicia a solicitud del
interesado, la Administración podrá inadmitirla por alguno de los siguientes supuestos:

- Cuando la solicitud no aluda a alguna de las causas de nulidad del artículo 47.1
de la LPACAP.
- Cuando no tengan fundamento alguno.
- Cuando consten solicitudes iguales y las mismas hayan sido desestimadas.

Una vez que la Administración haya recabado el informe preceptivo del Consejo de
Estado o del órgano consultivo equivalente de la Comunidad Autónoma y éste sea
favorable, en el seno de dicha revisión de oficio, deberá dictar una resolución, la cual
será estimatoria o desestimatoria.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que en caso de que la resolución sea
estimatoria, la Administración podrá en la misma, determinar la indemnización que
tiene derecho a recibir el solicitante de la revisión de oficio a causa del daño que le ha
producido el haber declarado nulo el acto administrativo, siempre y cuando se den las
exigencias establecidas en el artículo 32.2 y 34.1 de la Ley 40/2015, de 1 de octubre,
de Régimen Jurídico del Sector Público:
(i) Que el daño sea efectivo, evaluable económicamente e individualizado en una
persona o grupo de personas.
(ii) Que la cuantía indemnizatoria sea calculada según los criterios de valoración
indicados en la legislación fiscal, de expropiación forzosa y otras normas aplicables
como por ejemplo la incluida en los baremos de la normativa de Seguros obligatorios y
de la Seguridad Social.
En cuanto al plazo que ostenta la Administración para resolver, éste es de seis meses
desde que se inició el procedimiento de revisión de oficio. No obstante ¿qué ocurre si
la Administración no dicta una resolución?
Pues bien, las consecuencias son diferentes según la manera en que se haya iniciado
el procedimiento.
En este sentido, si fue iniciado de oficio, se producirá la caducidad del procedimiento.
Y, sin embargo, si se hubiera iniciado a solicitud del interesado, la misma se entenderá
desestimada por silencio administrativo negativo.
Por último, en tanto que haber dictado un acto administrativo que, realmente es nulo
de pleno derecho supone una irregularidad grave por parte de la Administración, se
podrá suspender su revisión cuando la declaración de nulidad pudiera acarrear
perjuicios de imposible o difícil reparación.
Respecto a los límites, de conformidad con el artículo 110 de la LPAC, Las facultades
de revisión establecidas en este Capítulo, no podrán ser ejercidas cuando por
prescripción de acciones, por el tiempo transcurrido o por otras circunstancias, su
ejercicio resulte contrario a la equidad, a la buena fe, al derecho de los particulares o a
las leyes.
3. DECLARACIÓN DE LESIVIDAD
Las Administraciones Públicas podrán impugnar ante el orden jurisdiccional
contencioso-administrativo los actos favorables para los interesados que sean
anulables conforme a lo dispuesto en el artículo 48, previa su declaración de lesividad
para el interés público.
La declaración de lesividad no podrá adoptarse una vez transcurridos cuatro años
desde que se dictó el acto administrativo y exigirá la previa audiencia de cuantos
aparezcan como interesados en el mismo.
Transcurrido el plazo de seis meses desde la iniciación del procedimiento sin que se
hubiera declarado la lesividad, se producirá la caducidad del mismo.
Si el acto proviniera de la Administración General del Estado o de las Comunidades
Autónomas, la declaración de lesividad se adoptará por el órgano de cada
Administración competente en la materia. Si el acto proviniera de las entidades que
integran la Administración Local, la declaración de lesividad se adoptará por el Pleno
de la Corporación o, en defecto de éste, por el órgano colegiado superior de la
entidad.
4. REVOCACIÓN DE LOS ACTOS
Las Administraciones Públicas podrán revocar, mientras no haya transcurrido el plazo
de prescripción, sus actos de gravamen o desfavorables, siempre que tal revocación
no constituya dispensa o exención no permitida por las leyes, ni sea contraria al
principio de igualdad, al interés público o al ordenamiento jurídico.
5. RECTIFICACIÓN DE ERRORES MATERIALES O DE HECHO.
Las Administraciones Públicas podrán, asimismo, rectificar en cualquier momento, de
oficio o a instancia de los interesados, los errores materiales, de hecho o aritméticos
existentes en sus actos.

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