Está en la página 1de 12

PRINCIPALES MODELOS MACROECONÓMICOS DEL CONSUMO

El estudio de la función consumo representa una buena ilustración de la secuencia de desarrollo

del conocimiento en economía (Branson, 1989). La secuencia de desarrollo a la cual se hace

referencia presenta como piedra angular el cuadro conceptual desarrollado por John Maynard

Keynes (1936). Los avances de Keynes dan origen a diversas antítesis y aún hoy continúa la

búsqueda de mejores explicaciones acerca del comportamiento del consumo y de sus

componentes.

EL CONSUMO DE BIENES DURABLES

El gasto de consumo puede dividirse en consumo de bienes durables y consumo de bienes no durables. En

esta sección se presentan algunos determinantes relacionados principalmente con el consumo de bienes

durables, y esto, por tres razones fundamentales.

Ciertos bienes durables parecen ser bastante sensibles a las variables demográficas. , las transformaciones

por grupos de edad predominantes juegan un rol marcado sobre la concepción de los muebles que van a

ser puestos en venta. De la misma manera, Foot (1996) afirma que las tendencias en el mercado de

automóviles han estado influenciadas directamente por los baby-boomers del sistema y además que “los

consumidores se alejaron de las costumbres de su padre” (Foot, 1996, p. 123). Finalmente, los bienes

durables constituyen el componente más volátil del gasto en consumo (ver gráfica 1). Esta situación se

presenta además en un gran número de países, como se encuentra en la evidencia recogida por Arango y

Castillo (1999). En palabras de los autores: “El consumo de bienes durables presenta, como lo sugiere la

teoría en casos de restricciones de tipo financiero, una mayor desviación estándar. Estos resultados no

parecen ser específicos de ningún país en particular ni dependen de las características de los datos”
(Arango y Castillo, 1999, p. 4).

FIGURA 1

Fuente: DANE. Boletín mensual de estadística, mayo 1991 y septiembre 1997

Un bien durable se define como un producto que puede ser empleado varias veces, su utilidad

siendo determinada por su empleo en un largo período. Los determinantes del consumo de bienes

durables se dividen esencialmente en dos categorías: los determinantes económicos y los

determinantes demográficos. En efecto, las variables económicas indican las condiciones que

facilitan o no las decisiones de compra de los individuos, mientras que las variables

demográficas revelan las características “físicas” de estos individuos

FUNCIÓN KEYNESIANA SIMPLE

El estudio de la función consumo representa una buena ilustración de la secuencia de desarrollo

del conocimiento en economía (Branson, 1989). La secuencia de desarrollo a la cual se hace


referencia presenta como piedra angular el cuadro conceptual desarrollado por John Maynard

Keynes (1936). Los avances de Keynes dan origen a diversas antítesis y aún hoy continúa la

búsqueda de mejores explicaciones acerca del comportamiento del consumo y de sus

componentes.

Durante más o menos una década, el modelo y las hipótesis keynesianas dominaron el

pensamiento económico de la época. Se debió esperar hasta el fin de la segunda guerra mundial

para constatar, con base en análisis empíricos, algunas irregularidades de la función consumo

keynesiana

Estas imperfecciones fueron la fuente de modelos posteriores que buscaron explicar las

irregularidades del modelo keynesiano

Consumo privado y consumo público

Uno de los componentes fundamentales de la demanda interna en la mayoría de los países es el

consumo, tanto privado como público. El consumo privado es la demanda de bienes de consumo

final que realizan los hogares. Mientras que el consumo público, es el gasto en bienes de

consumo que realizan las administraciones públicas. La suma de ambos nos permite conocer el

gasto total en bienes de consumo.

La demanda interna es la suma del gasto en consumo, en inversión y en compras de

bienes y servicios por parte del Estado en una economía durante un período de tiempo.
Los componentes de la demanda interna se pueden hallar si a la demanda agregada se le

restan las exportaciones netas, que son las exportaciones menos las importaciones. A partir de la

demanda agregada medida a través del método del gasto:

Y = C + I + G + XN

Si detraemos las exportaciones netas, representadas por XN, se obtienen los componentes

de la demanda interna:

Y=C+I+G

Consumo (C), inversión (I) y compras de bienes y servicios por parte del Estado (G). En

algunas ocasiones cuando se estudia la demanda interna podemos encontrar que solo nos indican

los componentes del consumo y la inversión. En este caso están haciendo referencia al consumo,

privado y público, y a la inversión, privada y pública, por lo que el gasto por parte del Estado ya

ha quedado contabilizado en cada uno de estos componentes.

Es necesario tener en cuenta que en estos componentes se hallan contabilizados bienes y

servicios de producción nacional y extranjera. Es decir, la demanda interna es la suma de los

gastos de las familias, de las empresas y del Estado en bienes y servicios, independientemente

del lugar donde hayan sido producidos, puesto que no han sido restadas las importaciones

(contempladas en las exportaciones netas).

Por otro lado, cuando se habla de la demanda de consumo debe distinguirse

entre consumo interior y consumo nacional. El primero es el que se realiza en bienes producidos

en el propio país (independientemente de la nacionalidad de quien los consuma), mientras que el

segundo es el consumo que realizan los residentes (independientemente de la nacionalidad de

quien produzca el bien).


También cabe hacer una distinción entre el gasto en consumo y el consumo efectivo de

un bien. Puede ocurrir que las administraciones públicas realicen el gasto (por lo que no se

incluiría en la categoría del gasto en consumo privado), pero que sí sean los hogares los que los

disfruten. Por ejemplo, cuando una familia disfruta de las medicinas pagadas por la Seguridad

Social está realizando un consumo efectivo, que en este caso es individual, aunque no lo haya

pagado.

Dentro de este consumo final que realizan tanto las familias como las administraciones

públicas está el consumo intermedio, que es el valor de los bienes y servicios que se utilizan

como inputs en el proceso de producción de nuevos productos, excluyendo los activos fijos

(máquinas, edificios).

Para la producción de cualquier producto es necesario utilizar otros que ya han sido

producidos en otra rama de producción. Por ejemplo, el pan se hace con la harina (consumo

intermedio de la panificadora) que a su vez utilizó trigo (consumo intermedio de la fábrica de

harinas).

El consumo intermedio puede incorporarse sin transformación a los bienes finales (los

tornillos utilizados para ensamblar un mueble); puede transformarse (la harina con que se hace el

pan) o simplemente puede consumirse por completo (la electricidad con la que funcionan las

máquinas).

Los bienes de capital también son inputs que se utilizan en el proceso productivo, pero, a

diferencia de los bienes intermedios, intervienen en el proceso productivo durante varios

períodos. Aunque van desgastándose por su uso, no se «consumen» en la producción de un bien.


El valor añadido de cada fase de producción es la diferencia entre el valor de la

producción final y el valor de todos los consumos intermedios que se han realizado. El PIB de

una economía puede calcularse sumando solo el valor de mercado de los bienes finales (no

intermedios) producidos o sumando el valor añadido que se genera en cada rama de producción.

Consumo Privado

El consumo privado es una variable especialmente importante en el estudio

macroeconómico y mide el valor total en un periodo de los bienes y servicios que los hogares,

empresas o instituciones privadas adquieren dentro de sus correspondientes actividades

económicas.

Al mismo tiempo, la propia definición de consumo establece que este gasto es realizado

en bienes finales y no en aquellos dirigidos a la producción de otros (lo que podría considerarse

como inversión, por ejemplo).

Junto al consumo público, conforma el gasto total de un país. Dependiendo de la

proporción existente entre el consumo privado y el público, es posible adquirir una cierta imagen

sobre el carácter intervencionista o no de una economía en particular, siendo mucho más

intervencionista cuanto menor sea el consumo privado, y viceversa.

Dentro de la demanda agregada de una nación, el consumo privado es el componente o la

variable de mayor importancia y tamaño, especialmente, si el país es considerado como

desarrollado o avanzado. Lo podemos ver en la fórmula de cálculo del producto interior bruto

(PIB).

PIB = C + I + G + X – M

Donde:
C = El consumo privado.

I = La inversión.

G = El gasto público.

X = Las exportaciones.

M = Las importaciones.

Es necesario hacer una distinción entre el consumo privado interior y el consumo privado

nacional. Así, dependiendo de la procedencia de los bienes o servicios demandados, nos

encontraríamos ante uno u otro.

El consumo interior incluye aquellos bienes producidos en el mismo país (sea cual sea la

nacionalidad del consumidor). En tanto, el consumo nacional es realizado por los residentes del

país, independiente del origen del bien.

Componentes del consumo privado

Los principales componentes del consumo privado son:

Renta disponible: Relacionada directamente con el consumo final. Así, cuanto más altas

sean las rentas disponibles, mayores posibilidades de consumo tendrán las empresas o las

familias.

Renta permanente: Es una especie de promedio del gasto o consumo que realiza un hogar

o una sociedad mercantil dentro de un periodo normal de actividad económica. Es decir, no se

tienen en cuenta posibles gastos imprevistos.


Hipótesis del ciclo vital: Suele considerarse que existe una conducta por la cual los

individuos emprenden acciones de ahorro de cara al futuro. Esto supone un control en el

consumo actual o presente con previsión de realizarlo en el futuro.

Efecto-riqueza: Indica que la renta obtenida por medio de los salarios en un periodo de

tiempo no es determinante a la hora de consumir. Esto se produce porque también se tienen en

cuenta aquellas riquezas ya poseídas o conseguidas con anterioridad.

Existen a su vez otras variables que influyen notablemente en el comportamiento de las

personas en lo que se refiere a sus decisiones de consumo. Nos referimos, por ejemplo, a las

previsiones económicas, las expectativas inflacionistas, los datos de empleo de su país o las

posibilidades de financiación a las que puedan acceder (especialmente si el bien por adquirir es

de alto valor). Es decir, la confianza es un elemento clave para el consumo privado.

Consumo Publico

Es decir, el consumo público permite que el Estado se abastezca de los medios necesarios

para ofrecer, o financiar, una serie de productos y servicios al público. Esto, de manera gratuita o

cobrando un precio mínimo para cubrir principalmente los costes, pero sin el objetivo de generar

ganancias.

Lo anterior se da, por ejemplo, cuando pone a disposición del ciudadano determinados

trámites, como el duplicado del documento de identidad. Para dicha gestión, se suele efectuar un

cobro.

El consumo público forma parte del productor interior bruto (PIB). El PIB puede

desglosarse en consumo (tanto público como privado), inversión (también dividida en pública y

privada), y la resta de las exportaciones menos las importaciones.


Componentes del consumo público

El consumo público puede desglosarse de diferentes formas.

Producido por la propia administración pública:

Remuneración de los asalariados (R): Pago a los empleados de las entidades públicas.

Consumos intermedios (CI): Son gastos en bienes o servicios que sirven como insumo

para un proceso productivo. Nos referimos, por ejemplo, al pago de alquileres.

Consumo de capital fijo (CF): Se refiere al desgaste del activo fijo, denominado

depreciación. Este es reconocido en la contabilidad, pero no representa una salida de dinero en

efectivo.

Impuestos (I): Son tributos que pagan las propias instancias públicas al realizar

determinadas operaciones.

Ventas (V): Son los ingresos que reciben las entidades públicas por los bienes y servicios

que ofrecen. A diferencia de las categorías previamente mencionadas, van en negativo, es decir,

se restan. De ese modo, se busca estimar el valor de la producción de las instituciones estatales

sin considerar los cobros efectuados.

Adquirido en el mercado:

Transferencias sociales en especie adquiridas en el mercado (T): Se refiere a los gastos que

realiza el Estado para garantizar la oferta de un bien o servicio, pero que no es suministrado

directamente por la administración pública. Este puede ser el caso, por ejemplo, de aquellos

descuentos en tarifas de transporte público (gestionado por un concesionario) que son cubiertos

por el Gobierno.
La fórmula quedaría de la siguiente manera

Consumo público = R + CI + CF + I – V +T

Consumo versus gasto público

No todo consumo público es gasto público. El primero implica un desembolso que va a

satisfacer directamente una necesidad de la población, mientras que el segundo es más general.

Un caso de gasto público que no es consumo público es el pago de intereses por

préstamos que adeuda el Gobierno. Igualmente, otro ejemplo son las subvenciones a

determinadas empresas o sectores.

Recordemos que

El gasto total en consumo supone la mayor parte del PIB.

Cabe distinguir entre consumo privado y consumo público. A su vez, este último se

puede dividir entre consumo individual y consumo colectivo.

Los bienes de consumo incluyen tanto aquellos que se agotan por completo en un período

corto como otros que ofrecen al que lo adquiere un servicio más largo.
Los bienes de consumo intermedio son los que se reutilizan en el proceso productivo para

producir a su vez otros bienes, que pueden ser de consumo o de capital.

EVOLUVION DEL CONSUMO PRIVADO

El consumo público fue S/ 72,308 millones (+10.7%). La inversión bruta fija ascendió a S/

141,440 millones (+34.9%); de esta, la inversión privada fue S/ 116,364 millones (+37.6%) y la

pública, S/ 25,076 millones (+23.7%).

Con relación al consumo privado, este explicó el 62.1% del PBI en 2021, por lo que fue

el componente más importante de la economía. Además, si bien existe un crecimiento respecto

de 2020, año en el que la pandemia llegó a nuestro país, esta variación positiva contendría un

rebote estadístico. Es importante mencionar que, en el cuarto trimestre de 2021, la situación

sanitaria mejoró en comparación con el periodo anterior, debido a un menor número de

contagios, el avance en el proceso de vacunación y la flexibilización de algunas medidas

impuestas para contener el avance del virus. Estos factores impulsaron el crecimiento del

consumo privado, el cual superó incluso un 2.7% el nivel del mismo periodo prepandemia

(cuarto trimestre de 2019).


Según datos del BCRP, el consumo privado creció un 5.5% en el cuarto trimestre de

2021, respecto del mismo periodo de 2020. A su vez, el crecimiento fue del 2.7% con relación al

mismo periodo de 2019. Si bien el crecimiento interanual se desaceleró respecto de lo registrado

en el tercer trimestre de 2021 (+11.8%), esto se debió a un menor efecto estadístico. Por su parte,

el crecimiento respecto del mismo periodo previo a la pandemia se debió a la ampliación del

aforo en los negocios y la mayor disposición de los consumidores a concurrir en establecimientos

públicos debido al avance en el proceso de vacunación, especialmente en sectores no primarios

como comercio y servicios.

FIGURA 2

Fuente: INEI, BCRP.

También podría gustarte