Está en la página 1de 2

Querido Padre 27 De octubre, 1938

Junto con saludarlo quisiera contarle que hoy me levanté y fui a comprar La Nación, como lo hacia
usted. Lamente oír la perdida de el caballero Gustavo Ross, su candidato para estas elecciones
presidenciales. La verdadera razón de mi carta hacia usted, padre. Es poder expresar el contento
que me produce poder decirle que ya conseguí un trabajo, quizás no un trabajo digno para alguien
de su clase. Pero este trabajo me permitirá poder viajar al sur, lo cual espero que me ayude a poder
avanzar en mis estudios de arte. Partiré en la madrugada del lunes 31 de octubre rumbo hacia
Chillan. Le doy mi sincero adiós y espero que se encuentre bien.

Querido padre 7 De noviembre, 1938

Junto con saludarlo, quisiera contarle que llevo ya una semana en Chillan y este lugar tiene su
encanto en especial, hice un par de conocidos que trabajan reparando taxis. Ellos me mostraron un
poco la ciudad. Para mi sorpresa las casas no son como en la capital, son de adobe y viven familias
enteras en casas pequeñas. Paralelamente se ve como todos los días instalan cables de electricidad
o ponen cañerías para el agua, es una ciudad en crecimiento sin duda alguna. Respecto a mi
inspiración y estudio se vio afectada por las conversaciones con una muchacha que conocí en el
terminal de coches. Esta chica es muy bella y brillante, tiene cierto parecido con Greta Garbo, su
actriz favorita. Su nombre es Leonor y espero poder volver a concretar alguna cita con ella. Le doy
mi sincero adiós y espero que se encuentre bien.

Querido padre 14 De noviembre, 1938

Junto con saludarlo, quisiera contarle que por fin logre encontrar un lugar fijo donde hospedarme,
me instale en un pequeño cuarto cerca de la plaza de armas, la mitad del cuarto lo ocupa mi taller
de pintura y la otra mitad la comparto entre la cocina, baño y cama. El trabajo va bien y ya me estoy
integrando a la comunidad, me invitaron a una reunión de lectura donde me acorde de usted al ver
que el primer libro seria Zurzulita de Mariano Latorre, su libro favorito. Con respecto a mis estudios
pude encontrar un almacén donde venden lienzos y pintura, afortunadamente me queda a tan solo
unas cuadras de mi domicilio. Posterior a la reunión de lectura pude dar con el paradero de la bella
muchacha, Leonor. Me entere que su nombre es Leonor Arrau y es la hija menor de una familia de
clase media alta en la cual el padre es el alcalde de Chillan, espero volver a juntarme con ella uno
de estos días e invitarle a cenar. También aprovecho de criticarle la costumbre que me dejo usted
de ir todas las mañanas a comprar La Nación la cual leo habitualmente a lo largo del día y en mi
mente mantengo una constante preocupación por las declaraciones en contra de los judíos por
parte de Alemania y la controversia que a causado para otros países, pero creo que hay que
preocuparse mas por los problemas del país, si bien con mi trabajo no gano suficiente, tampoco me
falta y espero que la muchacha Leonor acepte salir conmigo. Le doy mi sincero adiós y espero que
se encuentre bien.
Querido padre 2 De diciembre, 1938

Junto con saludarlo, me gustaría contarle de el buen recibimiento y buena relación que e logrado
formar con la muchacha Leonor, ya conocí a su padre y a gran parte de su familia, si bien me han
preguntado muchas veces por usted, me gustaría que alguna vez la conociera y así poder entender
el cariño que yo siento por ella. En otras noticias supongo que usted estuvo presente en la
inauguración del Estadio Nacional, me gustaría conocerlo algún día, dicen que es grande como los
de Europa. También e aprovechado de ir a la catedral, generalmente a orar por mi madre que en
paz descanse, ahí fue donde conocí al padre Cristian quien me invito al convento San Francisco a
compartir alguna vez con él, espero poder conocer mas de esta ciudad, si bien es increíble poder
ver como llegan señores con sus carretas chanchas llenas de mercancía para vender en la feria,
también es increíble ver el avance que se vive día a día en Chillan. En una se esas vueltas me acorde
de usted al ver unas personas comentando el viejo cortometraje de Manuel Rodríguez que dirige
Adolfo Urzua, que tanto le gusta. Le doy mi sincero adiós y espero que se encuentre bien.

También podría gustarte