Está en la página 1de 16

estrategias para aumentar tu

motivación

¿Qué es lo que te hace intentar lograr tus objetivos ¿Por qué te


implicas en lo que haces? o simplemente ¿Por qué levantarse cada
día?
Las respuestas a estas y muchas otras preguntas, te pueden ayudar a
comprender qué es lo que te motiva. Pero en muchas ocasiones, no lo
tenemos muy claro, o incluso, teniendo un objetivo, pero no tenemos
ánimo para ponernos a ello.

Pero, ¿qué es realmente la motivación?


Podríamos definirla como aquella fuerza que impulsa a una persona a
ponerse o mantenerse en movimiento hacia sus objetivos. Esta
motivación es la que, en la medida de su fuerza, nos va a permitir
enfrentarnos a los problemas, desafíos y adversidades que se
interponen entre nosotros y nuestro objetivo.

Pero no siempre estamos igual de motivados ni hacia diferentes


objetivos ni en diferentes momentos, así que, debido a esa variabilidad
en nuestra motivación, vamos a conocer algunos claves para tratar de
guiarla y aumentarla, especialmente en los momentos claves:

1. Pensamiento positivo (pero realista)


La motivación depende en primer lugar de tus pensamientos. A partir
de las expectativas que tengas, podrás ir avanzando, y si piensas que lo
puedes lograr o no, aumentará o disminuirá tu motivación.

Hay personas que, ante una adversidad, la ven como un problema, y


otros como un reto, es decir, en función de cómo interpretes los
acontecimientos, podrás motivarte o desmotivarte.
Por ello, es muy importante mantener un pensamiento positivo, pero
cuidado, no tenemos que crearnos fantasías irreales, y mucho menos
pensar que (como sugieren algunos libros ) sólo por querer lograr algo,
el cosmos se va a alinear de nuestro lado y nos lo va a poner en
bandeja.

Nada parecido, si algo es complicado de lograr lo seguirá siendo, pero si


tú piensas que puedes lograrlo realmente y te esfuerzas en ello, es más
fácil que acabe ocurriendo.

Si eliminamos por completo cualquier referencia a la posibilidad de


dificultad o fracaso, en el momento que esta aparezca, se nos
desmontará el castillo que habíamos creado y será mucho más difícil
reconstruirlo que si desde un primer momento somos conscientes de
las dificultades.

Conclusión: Haz caso a los pensamientos positivos e intenta alejar los


negativos, pero sin crearte falsas ilusiones.

2. Establecimiento de objetivos adecuados

Cuando pensamos en objetivos, pensamos casi siempre en el destino


final de lo que queremos lograr y pocas veces nos paramos a pensar en
el camino. Para poder mantener la motivación necesitamos establecer
objetivos de manera adecuada, a grandes rasgos deben cumplir las
siguientes características:

 Realistas pero desafiantes


 Concretos y medibles (que se puedan cuantificar y no sean
ambiguos o generales)
 Divisibles en largo-medio-corto plazo
Conclusión: Organiza bien tus objetivos

3. Registro de los progresos


Muchas veces, las personas empiezan muy motivadas a lograr sus
objetivos, pero conforme pasa el tiempo, esa motivación poco a poco va
decayendo y desvaneciéndose si no la trabajamos. Normalmente
nuestros objetivos suelen ser a medio y largo plazo, con lo que en el día
a día no solemos valorar nuestro progreso.

Por ello, llevar un registro diario de los logros a corto plazo que vamos
consiguiendo, nos ayudará tanto a darnos cuenta de nuestro avance
como de generar aún más motivación.

Podemos añadir también las dificultades o los problemas que nos


hemos encontrado para que nos sirva para reflexionar y prepararnos
para que no se repitan o reestructurar nuestra estrategia para lograr
los objetivos.

Conclusión: Sé consciente de lo bien que lo haces

1. Pequeñas recompensas

La motivación intrínseca (aquella que viene desde dentro de nosotros)


está muy bien, pero no está demás, darnos un extra de motivación con
alguna recompensa extrínseca (vienen desde fuera).

Esta recompensa debe de estar marcada de antemano por la


consecución de un objetivo en concreto, no por un simple “me lo
merezco”, ya que, si no es así, esta recompensa perderá fuerza.

Obviamente, la recompensa que nos otorguemos no debe ser


incompatible con nuestro objetivo (ej: comer sin control por haber ido al
gimnasio), sino simplemente que nos resulte placentero.
Conclusión: Date una caminata y observa la naturaleza, comete un
helado, comparte un café con algún que te genere energía positiva y
afectividad o simplemente escoge una película de tu preferencia
disfruta viéndola prémiate por lo bien que lo estás haciendo.

5. Visualiza tu éxito
Una técnica ampliamente utilizada, es la visualización. Básicamente
consiste en intentar imaginarte a ti mismo logrando esa meta que te
has propuesto, intenta sentir lo que sentirías, pensar lo que pensarías.

A tu cerebro le cuesta diferenciar lo real de lo imaginado por lo que


reaccionará como si fuese real. Si sabes lo bien que te sentirías si logras
tus objetivos, es más probable que sigas trabajando para alcanzarlos.
Visualiza tu éxito durante unos pocos minutos cada día para mantener
tu motivación en auge.

Conclusión: imagínate logrando tu objetivo.

6. Constancia
Qué difícil se nos hace a veces mantener la constancia. Siempre va a
haber un día “tonto” en el que no vamos a cumplir nuestros objetivos,
nos da pereza, tenemos otras urgencias que atender… es comprensible.

Lo que debemos evitar a toda costa, es que esa excepción se pueda


convertir en una regla, es decir, es comprensible que un día podamos
fallar, pero no que se repita. Esto lo podemos prever y organizar para
dejarnos algún día de descanso en nuestro “camino placentero hacia
nuestros objetivos” e incluso estrategias de compensación para esos
días imprevistos que no hemos logrado el objetivo buscado.

Conclusión: Por un día no pasa nada, pero que no se repita.


7. Busca un cómplice

Competir contra uno mismo motiva, pero si competimos contra otro,


suele motivar más. Una competición sana con un amigo, compañero…
que tenga un objetivo similar al nuestro, nos puede ayudar a que no
nos relajemos y nos anime a seguir mejorando para que el otro nos
supere.

Pero recuerda, que esto no es tu objetivo principal, sólo una ayuda, no


te obsesiones en compararte a diario, debe de ser únicamente un apoyo
de vez en cuando.

Conclusión: Una competencia sana puede ayudar.

8. Mentalízate de que no es un camino de rosas

Mientras todo sale como queremos y teníamos previsto es muy fácil


continuar, el desafío real viene cuando las cosas empiezan a torcerse.

En esos momentos es cuando viene a tu cabeza todos esos


pensamientos negativos que habíamos estado evitando y llegas incluso
a catastrofizar pensando que todo el esfuerzo que hemos hecho no
sirve para nada, que ya no vale la pena esforzarse. Si nos preparamos
de manera adecuada, ante un hecho negativo, seremos capaces de no
dejar que estos pensamientos pesimistas cojan fuerza y sobreponernos
lo antes posible.

Conclusión: Prepárate para cuando no salga como esperas y trata de


no formarte expectativas altas frente al resultado mejor disfruta el
proceso y aprendizaje sin pensar el resultado.
9. Ten claro el por qué lo haces

Si tengo siempre presente las razones que me han llevado a tomar una
decisión, me será más fácil hacer uso de ellos en los momentos de
“bajón”.

Si tengo escrito a fuego y apunta de sudor mis motivos, no dejaré


espacio apenas para las excusas y la pereza. Puede que lo hagas por ti
mismo, por una ilusión, por un ser querido, por salud, por mejorar, por
dinero, por placer… sea cual sea el motivo, tenlo presente y trata de
ganar más argumentos todavía para autoconvencerte.

Conclusión: No olvides tus motivos (lo que implicaría renunciar al


objetivo seria perder un aprendizaje no podría descubrir que sí,
realmente lo intento desde adentro lo puedo lograr YO SOY, SI PUEDO,
CLARO QUE PUEDO, LO HE LOGRADO …………..

10. Pide ayuda si la necesitas

Hacer este viaje sólo puede ser complicado en varios momentos, si


necesitas ayuda, pídela. Según cuál sea el objetivo que te planteas,
necesitarás un tipo de ayuda u otra.

Puede que sea de un profesional como un psicólogo, entrenador,


fisioterapeuta, nutricionista…, alguien con experiencia en un objetivo
similar al tuyo o de alguien cercano que simplemente te ayude en los
momentos de necesidad.

Conclusión: No pasa nada por necesitar ayuda, pero cuidado. Eso sí,
mucho cuidado en 2 aspectos, una cosa es necesitar ayuda y otra
querer que nos lo den hecho, el peso del esfuerzo debe de recaer
sobre nosotros.
11. Haz lo que disfrutas y disfruta lo que haces

Hay cosas que por su propia naturaleza nos atraen a hacerlas y otras,
nos suponen un esfuerzo. Si consigo hacer más cosas de aquellas que
me apasionan en el día a día, podré rendir mejor con menos esfuerzo, y
esto nos mantendrá motivados.

Si nos dedicamos a hacer cosas que no nos gustan, es cuando nos


supone un esfuerzo y necesitaremos la ayuda de las recompensas
extrínsecas (incentivos) para motivarnos. Por ello, tenemos que tratar
de integrar nuestras pasiones en nuestra organización, pero a la vez,
tratar de encontrar aquellos aspectos concretos de las tareas
desagradables que pueden llegar a ser placenteras para restarle
esa negatividad que nos generan.

Conclusión: Disfruta lo que te gusta, y busca la parte positiva de lo que


no te gusta.

Como ya sabemos, cada persona es un mundo, por lo que es fácil que


cada uno de nosotros tenga sus propios trucos, herramientas e
instrumentos que le funcionan y que pueden serle útiles a otras
personas para seguir motivándose en este camino de aprendizajes que
se llama vida.

Espero que estar estrategias te puedan servir para tu evolución y


renovación mental, emocional y física

UnYO SI PUEDO, VOY A LOGRARLO Y SOY FELIZ CON MIGO


MISMA PORQUE ESTOY COMPLETAMENTE EN ARMONIA
CON EL UNIVERSO.
Las 10 claves para motivarse a
uno mismo
La motivación es necesaria para llegar a lograr
tus metas. Pero... ¿cómo conseguir
motivarnos?
Muchas personas creen que para lograr objetivos solo hay que ser trabajador y
disciplinado. Esto es una verdad a medias: en realidad, solo cuando estamos
verdaderamente motivados somos capaces de lograr ciertas metas.

La motivación es la clave para entender por qué los seres humanos nos
mantenemos tenaces persiguiendo ciertos logros que no dan ningún fruto a
corto plazo. En este texto nos encargaremos de explicarte algunas claves,
trucos y consejos para que puedas entender cómo funciona la motivación
humana y puedas tener una pequeña guía para conseguir todo aquello que te
propongas en la vida.

 Te puede interesar: "Tipos de motivación: las 8 fuentes

motivacionales"

Las 10 estrategias y claves psicológicas para


motivarse a uno mismo
A continuación vamos a ofrecerte distintas formas de motivarte eficazmente, y
sea cual sea tu objetivo.

1. No olvides nunca pensar en positivo


Ten en cuenta que tus pensamientos van a influir decisivamente en cómo
afrontar cada paso que das. Si afrontas el día a día con una visión positiva de
las cosas, serás capaz de avanzar hacia tus metas. Si, por el contrario, eres una
persona negativa a la que todo le parece imposible, no harás nada para
mejorar.

Tu discurso interno es uno de los factores clave a la hora de motivarte. Todos


tenemos una pequeña vocecilla interna que puede ayudarnos o
boicotearnos. Debemos aprender a gestionar su influencia y ser concientes de
que nuestro estado mental es la clave para que podamos fijarnos objetivos y
cumplirlos. Si tienes demasiados pensamientos negativos, ha llegado la hora
de eliminarlos e ir sustituyéndolos por pensamientos y creencias que jueguen
a tu favor.

 Para lograrlo: “7 técnicas para borrar de tu mente los pensamientos

negativos”

Nunca subestimes el poder que tiene el pensamiento positivo cuando estás


tratando de motivarte.

2. Elabora un diario personal que refleje tus progresos


Si eres una persona poco metódica, este truco puede resultarte muy útil. Una
de las claves para motivarnos a lograr un objetivo es tomar conciencia de los
progresos que vamos dando en el corto plazo. Así, percibimos que nuestros
esfuerzos están dando sus frutos y por tanto es más probable que sigamos
adelante. Es bueno fragmentar tu trabajo en distintas mini-metas que
supongan un aliciente para seguir batallando.

Si te gusta escribir, una buena manera de controlar tus progresos es redactar


un pequeño diario en que expliques qué has hecho durante el día y cuáles
han sido tus progresos. De este modo podrás ver cuánto te falta para
alcanzar tu objetivo. También es interesante que anotes tanto lo positivo
(avances, buenas sensaciones, etc) como lo negativo (errores que has
cometido, ideas para mejorar)... Te recomendamos que seas rígido y
actualices tu diario cada día a la misma hora.

Además, con el surgimiento de aplicaciones smartphone, puedes tener un


diario de tus progresos de forma prácticamente automática, en según qué
campos. Por ejemplo, si tu objetivo es correr cinco kilómetros en el menor
tiempo posible, existen apps que monitorizan tu actividad por ti. De este
modo puedes tener en tu ordenador un montón de información que te
dé feedback sobre tu rendimiento y tus progresos.

3. Imagínate logrando tus propósitos, cada día


Un truco psicológico altamente efectivo: visualiza mentalmente el resultado
que deseas alcanzar, durante varios minutos y con muchos detalles.
Simplemente cierra los ojos y disfruta imaginando cómo percibes el momento
de éxito y satisfacción en aquello que te has propuesto. ¿Cómo te sentirías,
con quién lo compartirías?

Cuanto más y mejor sepas imaginar ese momento, más motivado te


mantendrás y durante más tiempo. Si practicas esta imagen mental durante
cinco minutos al día, tu éxito estará más cerca.

 Más información: "Los 7 hábitos de las personas realmente

efectivas"

4. Un día puedes fallar… pero no dos


Los seres humanos somos profundamente imperfectos. Si un día no
conseguimos avanzar nada, debemos relativizarlo. Todos tenemos un mal día
en que la pereza nos paraliza. Pero la regla de oro es la siguiente: puedes
fallar un día, pero no dos días consecutivos.

Si el día anterior no lograste sentirte motivado para llevar a cabo las acciones
cotidianas que te acercan al objetivo, el segundo día es clave. No te permitas
que ese segundo día también te boicotee la pereza o cualquier otra
excusa. No puedes perder dos días seguidos porque entonces estarías
labrando un precedente mental que justifique tu holgazanería futura.

 Para saber más: “Las 10 excusas que siempre usan las personas

improductivas”

5. La sana competencia entre amigos es una gran


fuente de motivación
A todos nos gusta la competición sana, sobre todo cuando nos rodeamos de
personas que nos hacen sentir bien. Esta predisposición a la
competencia puede sernos muy útil para incentivarnos a luchar por
nuestros objetivos.

Si conoces a un familiar, un amigo o un compañero de trabajo que tiene unas


metas parecidas a las tuyas, puedes “reclutarle” para tener una sana
competencia que pueda ayudaros a ambos. Semana tras semana, podéis
poneros al día de quién ha logrado correr más kilómetros, fumar menos
cigarrillos, conseguir más ventas, hacer más flexiones, etcétera.

De todos modos, esto debe ser un incentivo, no un lastre: tus metas deben


estar ponderadas y deben ser equitativas respecto a la otra persona. Por
ejemplo, sería absurdo que alguien que empieza a correr se comparara con un
fondista profesional. La clave no es compararse constantemente sino
apoyarse en el otro para seguir avanzando, y que cada uno vaya logrando sus
propias metas.

6. Prepara tu mente para los momentos de bajón


A lo largo de un largo camino, puede que pases por momentos buenos y
momentos malos. En estos momentos en que no nos salen las cosas como
desearíamos, puede venirnos a la cabeza ciertos pensamientos derrotistas
y la urgencia irrefrenable de abandonar el barco.

No tengas miedo cuando estos pensamientos te aborden, ya que es


completamente natural que de vez en cuando surjan y te inviten a dejar de
luchar. Si eres consciente de ellos, puedes gestionarlos para que no te
afecten. Por cada momento de bajón que experimentes, ten pensado un
motivo de peso para seguir luchando.

 También te puede ayudar: “25 frases positivas cortas para vivir el día

a día con optimismo”

7. Haz una lista con tus razones para seguir motivado


Ahondemos en el punto anterior. Si conoces tus motivos que te empujan a
seguir tirando del carro y esforzándote cada día, tienes mucho ganado. Es el
antídoto perfecto para las excusas, la pereza y los secuestros mentales.

Muchas personas se motivan pensando en sus seres queridos. Otras personas


lo enfocan desde un sentido más individual o por la gran motivación
intrínseca que sienten hacia esa actividad que practican. Sea como sea, es
bueno que escribas en un papel cuáles son tus motivaciones.

8. La importancia de un buen consejero


Cuando persigues un sueño, es probable que otras personas ya lo hayan
conseguido antes que tú. Contar con el apoyo de una persona con una larga
experiencia puede ser clave para que te explique algunos trucos y
reflexiones para que puedas lograr lo que te propones.

También puedes buscar cursos o seminarios de personas que hablen sobre


aquello que te interesa. No conviene despreciar el conocimiento que pueden
aportarte otras personas. En nuestra sociedad, ya casi todo está inventado.
Pero sin embargo hay pocas personas que tengan la capacidad para
innovar y buscar nuevas formas de resolver problemas. Si eres capaz de
empaparte de mucho conocimiento proveniente de distintas fuentes, es
probable que puedas motivarte y seguir por el buen camino.

9. Descubre tus verdaderas pasiones


Esto es básico. Cuando disfrutamos genuinamente con una actividad,
conseguimos tener un Estado de Flow que nos permite rendir al máximo de
forma que hasta que perdemos la noción del tiempo. Antes hemos hablado de
la motivación intrínseca: es aquella motivación que sentimos por el placer
mismo de realizar algo.

Cuando conseguimos descubrir qué nos apasiona y tenemos la suerte de


podernos dedicar a ello, nuestra motivación intrínseca nos permitirá
afrontar la tarea y el día a día de un modo realmente efectivo. Si, por
contra, no nos agrada aquello a lo que nos dedicamos y por tanto no
contamos con una buena dosis de motivación intrínseca, solo podremos estar
motivados gracias a la motivación extrínseca, es decir, si tenemos incentivos
(económicos o de otro tipo) para seguir adelante.

Por tanto, es importante que escojas tu vida en base a lo que te gusta hacer,
puesto que estarás más motivado.

 Descubre la importancia de dedicarte a lo que te gusta: "La ley de las

10.000 horas de experiencia de Gladwell"

10. Inspírate con las pequeñas cosas del día a día


La clave para motivarse es ser una persona abierta al mundo y encontrar
inspiración en los pequeños detalles cotidianos. La inspiración puedes
encontrarla en casi cualquier cosa.

No solo te va a permitir motivarte en un momento dado (que también), sino


también a mantener tu motivación durante largas temporadas.

También podría gustarte