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Peter Bürger

TEORÍA DE LA VANGUARDIA
Traducción de Jorge García
Prólogo de Helio Piñón

•.·

ediciones península ®
j f7<J r
J
11. El problema de la autonomía del arte
en la sociedad burguesa

J. PROBLEMAS DE LA INVESTIGACION
•Con todo. su autonomla [la del ane] es lrro.
vocablc.•'
• En general, no se puede pensar en la eutono-
mln del 0110 sin el disimulo drJ tnlbajo.• 1

Las dos frases de Adomo exponen el carécter contradlc·


torio de la categorfa de autonomla: necesaria para deter·
mína.r lo que es el11rte en la sociedad burguesa, carga, sln
embargo, con el estigma de la deformación ideológica, en
la medida en que no permite reconocer su relatividad so-
cíal. Aqul esté ya lmpUcada la definición de la autononúa
en la que nos apoyaremos en adelante, distinguibtdose a la
vez de las olriiS dos definiciones alternativas del concepto.
Me refiero al concepto de autonomla dell'art pour l'art y
al de la sociología positivista, que concibe la autonomla
como una mere ílusión subjetiva de los productores de
arte.
Cuando se define la autonomía del arte como la inde-
pendencia del nrte respecto a la sociedad, se pueden dnr
varias Interpretaciones de esta definición. Si se entiende
que su •cscncl:h consiste en la separación del arte res·
pecto a la sociedad, se está aceptando lnvoluntarhunentc
el concepto de arte del /'art portr l'art y se impide la ex·
pUcación de esto separación como producto de un desa·
rrollo histórico y social. Y si se apoya la opinión contraria
l . Th. W. AooUO, Astlutlsch~ Tluorl~ (TmriG utltico), ~¡.
lada por Grtrcl Adorno y R. íiCdcmann (Guammdte Schrlftm
(Obru rompl<tu), 7), Franefon. 1910, p. 9.
2. Th. W. Aoo•No, Vusw:h übu w..,...,. (T~nlaliVG JObre
Wqnu) (Knaur, 54), la. cd,, MW1íd1/ZUrieh, 1963, pp. 88 y u.

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de que la independencia del arte respecto a la sociedad B. HiM explica la gWesis de la idea de la autonomla
sólo se da en la imaginación del artista, no se d~ nada del arte de la si¡uiente manera: •En esta fase de la sepa-
sobre el st/Jlus de la obra, y la investigación correcta de la ración histórica de los productores respecto a sus medios
relatividad histórica de los fenómenos de autonomla se de producción, el artista era el único rezagado, al cual la
conviene bruscamente en su negación: lo que queda es división del trabajo no habla afectado en lo rds mini-
una mera ilusión. Ambos principios ignoran la compleji- mo [ ... ). En la prolongación, por los artistas. del medio de •
dad de la catcgorla de autonomía, cuya singularidad con- producción artesano con posterioridad a la división social
siste en que describe algo reaJ (la desaparición del ane del trabajo, parece residir la razón de que su producto
como llmbito particular de la actividad humano, vinculado baya obtenido valor como algo singular, algo "autónomo"•
a la praxis vital), un fenómeno real cuya relatividad social, (Autonomle der K tmsr, pp. 175 y s.).' La permanencia en
sin embar¡o, ya no se puede percibir, hecho l!stc que tnm- el nivel de producción artesanal en el seno de una sociedad
poco escapo al c:onoepto. Como el público, In outonomla dominada cada vez más pcr In división del trabajo y la
del tme es también unn categorla de la sociedad burguesa, co nsiguiente separación de los trabajadores respecto a sus
que desveln y oculta un real desarrollo histórico. Cada dis- medios de producción es. pcr tanto, la condición previa
cusión de In categorin demuestra lo apropiada que es para efectiva para que el arte ruera concebido como algo sin·
Interpretar y explicar la contradicción lógica e histórica guJar. En base al trabajo eminentemente cortesano del
que se da en el hecho mismo.
En lo sucesivo no podemos esbozar una historia de la
institución arte en la sociedad burguesa, porque para ello m su Kullur14'Gttrtprodukrum. AJ¡futu l.ltr útuatur· und ~pnKit·
soaologle !Produ«idn de mtrct~~ICI4s rullllflliu. Alllcodos sobr<
son necesarios los trabajos previos de hu ciencias del arte .odolofla dt la lll<rlltlua 7 dd lmJ:tUJjt) ( Ed.. Suhrt..mp. 621),
y de la sociedad. E.n cambio, podemos discutk diversas Fnmcfon, t97l. pp. tl-75, y B. J. WAII.'WW'. •AutooOmic und ln·
propuestas para una expUcac.ión materialista de la génesis dlenstnahme. Zu lhr<r Ba~huna in der Utel"lltur der ~rlkhm
de la categoría de autonomla, primero porque asl oclnra- Gesellschaft• l•Autonomla y alineamiento. Sus "'ladones en la
remos los conceptos y, probablemente también, el tema liunuuna de la sociedad bur¡¡~• ], en Rltetorik, Jlsth<tiA, Id~
log~ A.J¡Mk/0 túttr krlrlschm Kultut\\1SS<ns.chaft [Rtt drlca. u -
mismo, y ndemás porque con la critica o los trabajos mlls tltlco, idtolo~la. Al/MCtos de una cíen& crltiCD de la cultldo] .
recicn tes se pueden preparar lineas conc:_retns de investi- Stuupn, 1973, pp. 79-115.
gación! 4. UM int.,rpretndón •lmllar del arte burll\lc!S la dio en lo•
anos veinte el Y-nnauardilta rusu 8. ARvAtov: • Mientros que la
tt!cnlca de la IIUcl~od ccmJI ruyc liObre los bienes más nitos como
). Me refiero o las ¡lguicntos obr:u: M. MOW!K, Kllrmlerlsclrt sobre los mh bl\10'1 y obtknc una tc!c:oica parn lo producdóu m•·
wtd moterldlo Produlw'on. Zur Autouomij! dtr Kunst m dtr ltca- oiva (IndustriA, radio, transporte, prensa, laboratorios dentfflco>.
liclllschun Renorsst~uce [Producci6" ortlstlca y produccldu tnot~ etc<! tero), •1 orte bur¡u~s se ha quedado por principio rn lo arte·
rldl. Sobr• lu tmtonomlll d~l arte nt t1 rtttGCimlewo SudlGuo]; sana! y por """ rot4 :>lslodo de la totalidad de la praxis soc:ial de
U. BatULU.WP, AwouomU und Askuc (Amo,.omto y ca.scuis]; los hombrea, ha ¡Ido orrln<:e>ru>do en el :lmbho de la pura a.
8. •trl<7, Z..r Droltkttk du bUr¡uliJ:Iun Autollomie-Btarllfs (So- tética (. 1. El maestro aislado es el úniro tipo di' artista en la
br• la duJ/ktiJ:a dtl conceptO burgub de autcmoml11), tocloc In- oodedad capitalina, el tipo de too especialistas en el one "puro",
cluidos eft ti colcedvo AkiOtiOnu..t dh KuiiSt Zur c~ntsc Utfd Krt· que trabajan aj.- a todo utllldad ínn>ediata porque &ta se baso
llk tltltt bür~lichtn K<Jttf')rie (ilutooomla dd attt. Sobrt la m la t6atka de tu túqulnu. De aqul proviene La Ilusión del
11¿11uu 7 14 critu:a de """ CJIU,orl<J bur,.,uaj ( 1!4. Suhrltamp, arte como fin m ti mismo y su completo fctlc:hlsmo bu~·
592), Frandon, 1972, dtado en addante como AWOIIOfn/e dtr (Kunst un4 Productlon (Arto 7 produa:i6n], editado y traduclclo
Ktmst. Ademu, L Wtsa:J.Ot, • Eni$1<Chuna une! Funlr.tlon eles por 11. Cünthcr y ICaria Riel...,. (col=ióo Hanstr. 87). Munlch.
lltcra.rúc.ben Marktes• (•Origen y f'wlción di'l mercado literario•). tm. pp. 11 y u ).

8S
arte renacentista, su reacción frente a la división del tra· especulativo (incluso en la investigación de MUUer) domina
bajo es cfeudalo; niega su status artesanal y se atiene a en la medida en que el material desdice la validez de la
una labor puramente ideal. M. MUiler llega también a unas tesis. Hay otra cuestión decisiva: lo que aquí refiere el con·
conclusiones similares: •Surge as! la división del t:mbajo cepto de nutonom!a es casi exclusivamente el aspecto sub-
art1stico en producción material e ideal, por lo menos en jetivo del devenir autónomo del arte. El intento de explica·
la teorfa, a In que el arte cortesano se ve animado por la ción se fija en los conceptos que los artistas asocian con
corte; es una respuesta feudal a los cambios en las reJa. su actividad, pero no en el proceso del devenir autónomo
ciones de producción• (Aillouomie dtr Kun.st, p. 26). como un todo. Sin embargo, el proceso (ncluye también
la tarea fundamental consiste en intentar una expli· otro elemento: la liberación de una capacidad de percep-
cación materialista del fenómeno intelectual como resul· ción y construcción de la r:ealidad vinculada hasta entonces
tado de la oposición rfgida entre burguesía y nobleza. Los a finalidades de culto. Desde luego, hay ra:z:o.nes para ad·
autores no se contentan con una mera atribución de ob· mitlr que ambos momentos del proceso (el ideológico y el
jetlvaciones intelectuales a determinadas posiciones socia- real) están conectados; reducir el proceso a su dimensión
les, sino que pretenden deducir las ideologías (en este caso ideológica plantea varios problem:IS.
la idea de la esencia de los procesos de producción artísti- Al aspecto real del proceso •~: ci, ige preclsamente el
ca) de la propia dinámica social. Entienden la pretensión intento de explicación de lutz Winckler. J::ste parte de la
de autonomla del arte como un fenómeno que surge en el constatación de Hauser de que con la sustitución de los
marco de la corte, como reacción contra el cambio que mandantes, que encargan una obra para un determinado
surre la sociedad cortesana gracias a la Incipiente econo- fin a un art.ista, por los coleccíonistas de arte, que en el
mla capítalista. El esquema de interpretación dlrerencíado mercado naciente del arte adquieren obras de artistas
tiene correspondencias con la interpretacíón que ha dado prestigiosos, aparece también el artista independiente
Wemer Krauss del homt~te homme del siglo xvn francés.' como correlato histórico del coleccionista.• Winckler de·
El ideal social del honnite ltomme tampoco se puede con· duce de ello que cla abstracción de cliente y objeto, faci-
cebir simplemente como idcolog!a de la función política liradn por el mercado, era sin embargo la condición previa
de la nobleza en retroceso, dado que se dirige precísamente para la verdadera abstracción artística: el inte~s por la
co.ntra el particularismo estatal. Krauss lo interpreta como composición y las técnicas de pintura• (Winckler, p. 18).
el intento de la nobleza por conseguir el puesto privileg.ia- Hauser procede de modo esencialmente descriptivo: des ·
do de la burguesla en su lucha particular contra el absolu- cribe un desarrollo histórico, la aparición simul tánen de
tismo. El fruto de Jos trabajos de la llamada sociologla del los coleccionistas y Jos artistas independientes (o sea, los
arte tiene, pues, un valor limitado, ya que el momento artistas anónimos que producen para el mercado); Winck·
ler, sin embargo, establece a partir de aqui una explicación
S. W. Kuuss, •Obcr die Trliger dcr klassisehcn Gesinnu.ng lm de la génesis de la autonomfa de la estética. Pero llevar
17. Iahrhundert• [•Sobre )0$ cxponcnles del punto de vistll clásl·
co en el siglo XVU•], en sus Ge.s.ammclte Au/Siitte UU' Llterawr las alirmadones descriptivas hasta una construcción bis·
und Spr~h,vfs.-nsclw(t [Artlculos completos sobre ciencia do la tórica explicativa me parece problemática, y no sólo por-
literatura y lútgülstica), Fnndort, 1949, pp. 321·338. Este artleulo
parte del Importante trabajo sobre sodol~!n del publico de 6. A. R.IUSER, So~ialg..chicht• der Kunst und C.iteratur [Bis·
E . A UREl!Atn, ola Cour '" la vitle• [•la corte y In duda<b) , reim·
preso en su obn~ Vier Umersuclumge.u tur Cuclu'chte der frtltt• toria social d•l art• y d• la 1/ttrawra] (ed!elón especial en un
z6sischen Bildlmg (CJMII'O lnvestlgaciouts sobr~ la his toria de lo
tomo), la. ed., Munlch, 1967, pp. 318 y ss.; en ade!onte la citare·
pintura (ranctsa] , Berna. 1951. pp. 12-50. mos como Hau$er.

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que otros argumentos de HaU$Cr sugieran conclusiones que llamamos arte, apenas se puede explicar por una ún•
clistinw. Mientras que en el &l¡lo xv, como comprueb:l c:a •causa•. aunque bta sea de tanta importancia para la
Hau5Cr, los talleres de artistas que todavia peTSe\"C:ran en sociedad en 5U conjunto como el mecanismo del mercado.
el trabajo artesano y los reglamentos gremiales están so- El trabajo de Bredekamp se distingue de las tesis tra·
metidos (Hauser, pp. 331 y ss.). en el tránsito del siglo xv todas hasta ahora en la medida en que este autor intenta
al X\'1 cambia la posición socia l de los artistas, porque los demostrar que •el concepto y In función del arte "libre·
nuevos 5Cñorlos y principados por una parte, y el Estado (autónomo) estin ligados desde el principio a determino·
ya próspero por la otra, tienen siempre una gran demanda das clnses, que la corte y la gran burg~•cs!a protegen el
de artísw cualificados en situación de aceptar y llevar a arte como prueba de su dominio• (AIIIOIIomít der Kwrst,
cabo grandes encargos. Hauser también habla en este COn· p. 92). Para Bredekamp, la autonom!a es una •apariencia
texto de •demanda del mercado del arte• (Hau5Cr, p. 340), de realidad• gracias a que el es timulo est~tico es produci·
pero no pienso en el mercado donde se comercian obras do como medio de dominio. A kta ~ opone, como valor
concretas, sino en la elevada c•fra de ¡randes encargos. El posltho, el ane sometido. Tratará de demostrar, pues,
crecimiento de esta cifra tiene como consecuencia un re- que las clases bajas del siglo xv no perseveran en su
lajamjcnto de los compromisos gremiales de los artistas conservadurismo emocional como [orma •trecentesca•,
(los gremios eran, por cierto, un Instrumento de los pro. •sino en virtud de su c¡¡pacldad de c\pcrimcntar y re·
ductores contra la sobreproducción y la c:onsigulemc c:old:1 chaznr el proceso de indcpendi7.:1ción del arte respecto ni
de Jos precios). MientrM que Wincklcr dedude cln abstrac- culto, por su pretensión de nutonom!n como adaptado
ción artlstica: el interés por la composición y las t~cnic:os a la idcolop.!n de las clases superiores• (!d., p. 128). Del
de pintura• del mecanismo del mercado (el artista pro. mísmo modo Interpreta la lconoclastia de los movimien•
duclrla paro el mercado anónimo, en el que los clientes tos sectarios de la pequeña burgucsla plebeyo como pro-
compran las obras, y ya no para encargos paniculni'CJ), testa radical contra la independiznclón de los estfmulos
del argumento de Hauser que acabamos de exponer podrla sensibles, y de ahí que Sa\onarola apruebe completamente
llegarse a una conclusión opuesta a la de Winc:kler. Prec:i· un orte orientado a lo enscilon7o moral. En este tipo de
samente el interés por la composición y las técnicas de interpn:toclón, es especialmente problemática la equipa·
pintura habna que explicarlo entonces por el nuc,·o ran¡o ración del tonocírnicnto de la Interpretación con la CXp<'·
social de los artistas, producido no por la decadencia del rienda de In vida. El imérprcte tiene, desde luego. el
nrte por encargo, sino por MI crecimiento. derecho n determinar ~~~ posición po•· atribución, puede
Aqu! no se trata de desarrollar la explicación •corree· decldir, en base o su particular e:c¡x'riencin social, que
Uh, sino de rec:onooer los problemas de la im·es tigaclón, el conservadurismo estético del dcsposcldo contiene un
puestos de relieve en la dh·ergencia entre los dh-ersos momento de \'crd:~d; ¡x'ro no es sencillo referirse a In
intentos uplicativos. El desarrollo de los mercados del e'Cpericnclo, o propósito de las clases bajas pequeñobur·
arte (tanto los antiguos •mercados de encargo• como los guesas y plebeyas del siglo :w Italiano. De hecho, esto es
nuevos mercados donde se comercian obras concretai) lo que hace Bredekamp, como \'Ueh·c a comprobarse al
proporciona un tipo de •hechos• que por sf solos no fa. final de su trabajo, donde c:oracterlza el arte ascético-
cilltan runauna conclusión sobre In indepenclimeión de •r religioso corno •forma previa de lo "toma de partido"• y
Ambito de lo estético. El proceso secular y lleno de con- considero •su denuncia art!stica del poder aun\tico, la ten·
tradicciones (detenido una y otra vez por movimientos dencín hncla la recepción mash•a [ ... ) y su desinterés por
contrapuestos) por el que emerge el limbito social de lo los encnntos estéticos en fn"or de la claridad dídác:tieo·

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poUtica• como atribulOs positivos (Id., p. 169). Bredekamp cancelar el caricter contradictorio en el desarrollo del
confinna asl, Involuntariamente, la ínterpretaclón tradicio. arte, optando por un arte morali~nte frente a otro •autó-
nal, se¡ún la cual el at te comprometido no es ane cautén· nomo•. es tan erróneo como prescindir del momento JI.
tico•. Sin embargo, es decisivo el hecho de que Brede. berador en el arte autónomo y del momento represivo en
kamp considere muy pequeño el momento liberador que el ane moralizante. Frente a tales consideraciones aclialk.-
esta en la base de su toma de panido por un ane mo. ticas, darnos la razón o Horkheimer y Adorno, cuando
raJizante, y que consiste en la pérdida de los encantos insisten, en la Dlalektik der Aufklii.rUJig [Dial~ctica del
estéticos en el contexto religioso. Hemos de fijamos en la ilumimsmo] , en que el proceso de civilización Incorpora
aparición por separado de génesis y valor si queremos también la opresión.
captar el cardcter cantradictorio del proceso de nutono. Lns distintas propuestas recientes de aelaración de la
miUlCión del anc. Ln obra en lo que lo est~tico se ofrece génesis de la autonomía del arte no han sido comparadas
por primero ~cz como un particular objeto de pl11cer, po. con el único ánimo de desaconsejar tal empresa. Al oon·
drla estar untda en su génesis o un poder our:ltico, pero trario, me parecen en gran medida importantes. Desde
esto no cambia el hecho de que elln hace posible, parn luego, la comparación muestra con claridad el peligro de
un desarrollo histórico ulterior, un determinado tipo de In espeeuladón histórico.filosólica, del que debe guardarse
placer (el estético), y contribuye asl a crear el 4.m bíto de lo precisamente una ciencia que se pretende materialista.
que llamamos arte. En otras palabrltS: lo ciencia critica Esto no es ninguna invitación a entregarse ciegamente a
no puede negar sencillamente una parte de la realidad lo •material•, pero si tal ,-ez la defensa de un empirismo
~al (como la nutonomla del ane) y retirarse tras algun~ acompañado de teorla. Oetr:ls de esta fó nnula se ocultan
dJcotomla (poder aurático versus recepción masiva; es- los problemas de la Investigación, que en lo ciencia de la
timulo estético versus claridad clicLictico.polltlco); aqul culturo que se pretende materialista, por lo que yo sé, no
debe oomparecer la dialéctica del arte, de la que Benjamín han sido todavfn ronnulados, ni mucho menos resueltos
ha escrito que •no es jamás un documemo de la cultura con claridad: ¿cómo se pueden hncer operativas detenni·
sin ser por ello un pariente de la barbarie•.' Con esa ex: nadas cuestiones teó ricas de modo que la investigación
presión, Benjomln no pretende oondenor In cultura -un histórica produzco resultados que no estén ya fijados por
pensamiento totalmente ajeno a su concepto de crhico el plano de la teorla? Mientras no fonnulemos esta cues·
como salvación-, sino elCpresar más bien la tesis de que tión, las ciencias de la cultura correrán siempre el pellgt o
lo cultura ha pagado con el sufrimiento todo lo que dejaba de oscilar entre una generalidad y una concreción igual·
fuero. (Ln cultura griega es, como ya se sabe, la cultura de mente índcsenblcs. Trnsladándooos al problema de In aH·
uno 50Ciedad apoyada en la esdavltud.) Ln bellew de la tonomla. se tratarla de preguntar de qué manera se re·
obro .no justifica, en ab~oluto, el sufrimiento al que debe laciona la separación del arte de la praxis vita.l con la
su extstenclo; pero, a la tn\'ersa, no se puede negar la obra ocultación de los condiciones históricas de este nconlc·
que es el único testimon.i o de tales sufriml<"ntos. Tan im: cimiento, por ejt-mplo mediante el culto al genio. Tal vez,
portante es acusar al opresor (poder nurático ) en las gran- la separación de lo estético de la praxis vital se observa
des obras como superar en seguida este momento. Querer mejor en el desarrollo de los conceptos esu!ticos, por lo
cual la unión dt-1 nne a la ciencia, emprendida durante
7. W. Bnu..u'<, •Geschlclusphilosophlsc:be TbeKn· [•T<Sis el Renacimiento, seria Interpretada como una primero rase
.obre filotofta de lo hlstorb•). m lllurrnntlt iotrt ll [1/umrrnociorrul en su emancipación de lo ritual. En la liberación del nne
Aust~htl< & h rl/ttn [Obras tscogidas) (1). <dlta(bJ por S. un:
seld, f'randort, 1961: t«is 7. de su unión Inmediata a lo sagrado esrarfa, tal "n, la

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cla.ve de aquel proceso secular, y, como tal,. diffcil de 2. LA AUTONOMIA DEL ARTE EN LA ESTSTICA
captar analíticamente, al que llamamos el devenir outóno. DE KANT Y DE SCHILLER
mo del arte. Evidentemente, esta separación del arte res-
pecto al ritual eclesiástico no puede entenderse como un Hasta ahora hemos visto, con el ejemplo de las artes
desarrollo progresivo, sino más bien lleno de contradic· figurativas del RenacimlenLO, los antecedentes de In npari·
dones (Hnuser subraya una y otra vez que la burguesfa ción de la autonomlll del arte; sólo en el siglo xv1u, con el
comerciante italiana del siglo xv satisface todavía sus ne- despliegue de la sociedad burguesa y la conquista del po.
cesidades de representación mediante la donación de obras der pollúco por unn burguesla económicamente fortale-
sacras). Pero tambitn bajo la apariencia de arte sacro cida, se originará una estética sistemática como disciplina
avanza la emancipación de lo estélic:o. incluso la Contra· filosófica, que va a producir un nuevo concepto de arte
rreforma, al poner el arte al servicio de un efecto, está autónomo. En la estética filosófica se ofrece el r~sultndo
provocando, paradójicamente, su liberación. La impresión de un proceso de ruptura del concepto que ha durado un
producida por el arte barroco es, pues, enorme, pero su siglo. •El concepto moderno de arte, común sólo desde el
independencia frente a lo religioso es todavía relativa. final del siglo xVJU como denominación que comprende
Este arte obtiene su efecto no del tema, sino princ:ípnl- la poesla, la música, el teau:o,la pintura, In arquitectura•;
mente de la riqueza de formas y colores. Asi el arte, que permite una comprensión de la actividad artlslica como
la Contrarreforma quería convertir en un medio de propa- disünta de cualquier otra actividad. •Las diversas artes
ganda de la lglesia, puede desprenderse de la imenciona- fueron liberadas de sus conexiones con la vida, concebidas
lidad sacra. porque los art·istas desarrollan un afilado como un todo homogéneo [ ...] y ese todo, como reino de
sentido para el efecto de las formas y los colores.' El pro. la creatividad sin objeto y del agrado desinteresado, quedó
ceso de emancipación de lo estético está lleno de contra· enfrentado a la vida social, lo racional, que aparece es-
dicciones en un sentido más. Pues coinciden completa· trictamente orientado hacia la definición de fines que de-
menre, como hemos visto, tanto la aparición de un ámbito terminan el porvenir.• •• Sólo con la constitución de la
de percepción de la realidad, donde la presión de la ra- estética como una esfera natural del conocimiento filosó-
cionalidad de l.o s fines ya no afecta, como la ideologb.ac.ión 6.co aparece el concepto de arte, cuya consecuencia es que
de esa esfero (la idea de genio, etc.). Y. finalmente, por Jo la creación artlstica afecte a la totalidad de las actividades
que respecta a la gtnesis del proceso, es evidente que se sociales y se 'enfrente a ellas en abstracto. Desde el hele-
origina en relación con la aparición de la sociedad bur- nismo, y especialmente desde Horado, la unidad de detec-
guesa, aunque está claro que esto todavía no se ha demos- tare y prodesse no sólo era un lugar común de la poética.
trdo. Aquí habrfa que desarrollar los principios de la sino, además, un principio de la naturalidad artística; en
sociologln del arte de Marburgo. contraste, la configuración de un ámbito del arte liberado
de toda finalidad va a hacer que la teoría considere el
prodesse como un elemento ajeno a la es tética y que la
critica rechace la tendencia doctrinaria de una obra como
8. El arte completamente unido ol rilllal no puede hnbcr es- e.-<traña al arte.
tado allne.'ldo porque no puede darse como ámbito espednl. La
obra dc.l arte •s aquf parte del ritual. SÓlo un arte que hayo ol- 9, H. Kuus, <Mthetlk• [Hstétka), en Das Físcloer Lexíkon
canzndo una relativa autonomfo puede tómnr posición. As' pues, [Enciclo]H!dfa Pi.scller) , Lileratur 2/ 1, edi111dlt por W,F. Friedrleh
la autonomi:l del urte es también la condición de una Mtcronomfn y W. Kllly, Fronc!ort. 1965, pp. 52 y 53.
rtO"terfor. lo estética de )tl me~ancJB suJ)One un arte au_tOnomo. 10. ltL

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En la Kritik du Urteilskraft [Critica del luido] de sólo si esa mera representación del objeto va acompañada
Kant, de 1790, queda reflejado el aspecto subjetivo de la en m1 de satisfacción• (KdU § 2; pp. 280 Y s. [ed. castella·
separación del arte de sus conexiones con la práctica na, p. 103]). d d · t és
vital." Bl objeto de In investigación kantiana no es la obra La cito ilustra lo que Kant enteo la por esm er ·
de arte, sino el juicio estético (juicio del gusto). 2ste se Tanto el interés dirigido a la satisfacción Inmediata. de las
produce entre la esfera de los sentidos y la de la razón, necesidades en el caso de .aquel iroqués•, como el mterés
entre ce! interés de la inclinación por lo agradable• (KdU pnictico de la razón en la critica social d~ Rousseau , ~o
§S; p. 287 [ed. castellana, p. 109]) y el Interés de la razón ajenos a la esfera de lo que Kant detenruna como objCtO
práctica por establecer el cumpllmíento de la ley moral del juicio est~tico. Además se ve .cJ:u:amente que. con ~
como desinteresado. •la satisfaoción que determina el jul· eJtigencla de generalidad para el JWClO e~étlco, Kant s~
cio del gusto es totalmente desinteresada• (KdU § 2; p. 280 pera los Intereses particulares de su propta clase. El teón·
[ed. castellana, p. 102]); el interés se define por su crela· co burgués pretende imparclnlldad, mcluso frente al ~ro­
ción con la facultad de descaro (fdem). SI la facultad de d ueto de los adversarios de clase. En la argumentaCJón
desear es la capacidad de l.o s hombres que permíte, desde kantiana, es burguesa la exigencia de validez general de
el punto de vista del sujeto, una sociedad basada en el los juicios estéticos. El pothos de la generalidad es earac-
principio de máximo beneficio, entonces la propuesta kAn· terlsticamente presentado como opuesto a los intereses
tiana también coloca la libertad del arte frente a las vio- particulares de la burguesía que combate a la nobleza
lencias de la sociedad burguesa en formación. Lo estético feudal."
se concibe como un ámbito ajeno al principio del mt\xlmo Kant explica lo estético por su independencln no sólo
beneficio que domina sobre la totalldad de la vida. Bste del tlmblto de los se.nlidos y de la ética (lo bello no es. lo
momento todavía no ocupa en el mismo Kant el primer deseable ni lo bueno, moral), sino tambié~ .del tlmbtto
plano; al contrario, aclara el principio (la separación del de lo teórico. La singularidad lógica de los jwctos de gusto
Ambito estético de toda relación con la pnictica vital) por consiste en que ciertamente, exige validez general, •pero
el que destaca la ¡cneralidad del juicio estético frente a la no una unlve~dad lógica según conceptos• (KdU § 31;
particularicbd de los juicios que dirige la burguesla critica p. 374 (ed. castellana, p. 185]), e porque de o.tro modo po-
contra el modo de vida feudal. cSi alguien me pregunta si drla ser forzada la aprobación necesaria y u?' versal• ~dU
encuentro hermoso el palacio que tengo ante mis ojos, § 35; p. 381 [ed. castellana, p. 191 ]). Para Kant , la un!ver·
puedo scguramemc contestar: "no me gustan las cosas solidad de Jos juicios estéticos se basa en la conformtdad
que no están hech11s más qu.e para mirarlas con la boca de un concepto con las condiciones de uso de lo facultad
abiert4", o bien como aquel iroqués, a quien nada en París de juzgar, subjetivamente válidas para todo el mundo
gustaba tanto como los ligones; puedo también, como (KdU § 38; pp. 384 y s. [ed. castellana, p. 194]), concr<>-
Rousseau , declamar contra la vanidad de los grandes, que tamente en la concordancia de la inaaginación y el enten·
malgastan el sudor del pueblo en cosas tan superfluas dimlcnto (KdU § 35; p. 381 [ed. castellana, pp. 191 Y s.]).
[ ... ].Todo esto puede concedérscme y a todo puede asen·
drse; pero no se traUI ahora de ello. Se quiere saber tan 12. Esto momento no el tan Importan~ en la ar¡umontacl6n
bntlana como el antifcudal, que Warneken hA descubierto en In
11. l. K.L'<T, •Krlllk dor Urteílskrnft•, en sus tvorke ¡,. te/m nota de Kant sobre la música para banquetes (KdU, 44: P· 404
BOmte~r, ediladu por W. Weischedel, Darnutadt, 1968, tomo VIII
[ed. casi., p. 2H)): tita ~ almplemente a¡radable, pero no puede
(corresponde al tomo V ele Kant.Studlenauspbe. Wldesbaden, te:r bella (A.utonomie. u~td Jnditnstnaltme, p. 85).
1957). En acklante citaremos KdU.
95
En el sinema filosófico de Kant , el Juicio ocupa un
lugar central; le corresponde mediar entre el conocimiento mas de corrupción.• " En este momento del ant\lisls el
teórico (naturala.a) y el conocimiento pl'liclico Oibertad). problema porcce imoluble. N~ sólo las ·~ases bajas~ mAs
Pruporeiuna •el concepto de una finalidad de la naturale- numerosas• orientan sus ncctones con VlStas a la sausf11C>-
7J>• que no sólo permite ascender de lo particular a lo ción inmediata de su~ impulsos, sino que las •clases civi-
general, SIDO que también interviene pr.iclicamente en la lizadas• no reciben de la •ilustración del enu~ndimiento •
realidod, pues sólo una na1ucalem pensllda en su diversi- ninguna educación para los asuntos morales. No se puede
dlld como finalid.1d puede reconocerse como unidad y con- confiar, pues, según el :m41isis de Schiller, ni en la bondad
vertirse en objeto manejable en la prliclico. natural del hombre ni en la capacidad rormadora de su
Kant ha concedido a lo estético un pues to privUcglado entendimiemo.
en1rc In razón y los sentidos, y hll definido el juJtio del Lo decisivo en la estrategia de Schlller consiste en que
guslo como libre y desinteresado. Schiller parte de estas no Interpreta el resultado de su análisis desde una pet'$-
reflexiones de Kan1 para ocuparse de algo nsl como unn pccliva ontropológlca, en el sentido de uno na turaleza
dctot·minaclón de la función social de lo eStético. El in len- humann perenne, sino desde una perspecliva soclnl, como
to parece paradójico porque Kant hablo puesto de relieve producto de un proceso histórico. El desarrollo de la cul-
el desinterés del j uicio estético, lo cual implicn también, tura ha destruido, nos dice Sc:hiller, la unidad de sensibi-
como se vio en primer lugar, la carencia de función del lidad y espfritu que conocieron los griegos: • No vemos
ane. Lo que Schiller intentará ahora probar es que el simplemente n sujetos aislndos, sino n clases enteras de
nne, en base precisamente a su autonomla, a su desvincu- hombres desplegar únicamente unn p:1rte de sus aptitudes,
lación de fines Inmediatos, es capaz de cumplir una misión mlen1ras que el resto apenas están indicadas con una IC\-e
que no podría cumplirse por ningün otro medio: la elc- huella [ ... ].Eternamente encadenado n uno sola pan!eula
,·ación de la humanidad. El punto de panld:1 de sus re. del todo, el hombre no se rorma a SI mismo más que como
flexiones es un anállsls de lo que Uama, bajo la Impresión panícula; oyendo siempre cl único ruido monótono de la
cau ada por la época del terror de la Revolución France- rueda que él impul5a, el hombre jamás desarrolla la ar-
sa, cel drama de nuestro tiempo•: •En las clases bajas monfa de su ser >, en vez de estampar en su naturaleza
y más numerosas se advienen impulsos brutales y an:ir- el sello de la humanidad, se con\.jerte en una copla de su
qulcos que se desencadenan trns romper el vinculo del ocupación, de su ciencia• (A.stheJ. En., Cai'Ul VI, p. 582
orden civil y que se apresuran a su salisfacclón anlmoll y s., p. 584 [ed. cast .. pp. 43 y s.J). L.1 diferenciación de
con una runa indómita. [ ... ] Su disolución (la del ·Esta- las actividades da lugar n • una clasificación más cstrlc.
do de urgcncfn"] basta. para justificarlo. Lll sociedad de- ta de las cl:lscs sociales y de los negociosa (fd., p. 583
sa tadn, en vez de progresar en In vida orgánica, vuelve a [ed. cast., p. 43 )); paro decirlo en términos de las cicnclns
caer en el reino de lo elemental Por el otro lodo, las clases sociales: la división del trabajo genera In sociedad de
civllimdas nos ofrecen un espectáculo aún más repugnante clases. Según la ar11umcntacióo de SchiJJer, ésta no se pue-
de languidez: una depravación del car.icler que enoja mu- de suprimir mcdlame una revolución política, porque la
cho más porque la misma cultura es su fuente ( ... ]. La re\'olución sólo la pueden hacer los hombres que, forma-
ilustración del entendlmiento, de la que se vanaglorian IJ. Souun, ·Ober doe llstlxtische enlehuna des Menschm •
-no del todo injusuunente- las clases más refinada~. 1 .) [•Cartas sobre la eduacaón csttlica cid hombre• ), <n ~UJ
muc•tra en conjunto tao poca inlluenciB ennoblecedora Siimtlich< \Vrrkc (Obr.u complttu], ediudas por G. Frlcke 1
sobre los bCntimiemos que más bien ronalece con mAxl- G. H. Gliprort, tomo V, ..._ <d .• Munkb. t967, p. 580 (carta V)
••taremos
[td. cast. pp. J9 1 ss.J. En ocklallte JCst"-'· Erz.
97
dos en la división del trabajo, no han podido acceder o la de la praJUS vital (•arte superior•). As! pues, la idea de:
humanidad. La aporía, que: apareció en el primer estadio Sehillcr es que el arte. por su renuncia a la intervención
del análisis $Ciullerlano como oposición irresoluble: entre: inmedoata en la rcalodad, es apropiado para restaurar la
la senslbllldnd y el entendimiento, "uc:lve a presentarse totalidad humana Sch1llcr, que no \'eia.eo su tiempo la po-
ahora. Esta oposición ya no es eterna, sino que se ha vuel- ~ibilidad de construir una sociedad que pennitlcro el desa-
to histórica, pero no por eso parece menos irremediable, rrollo de toda< las disposiciones particulares. pensar:\ con
pues toda transformación social hacia un hombre racional todo que esa meta no uene precio. La institución de una
y al mismo tiempo humano exige previamente que pueda socoedad racional depende de la realización previa de la
formarse en tal sociedad. humanodad por medio del arte.
En este momento de la argumentación In troduce Sehi· Por eso aquí no nos interesa el pensamiento de Sc:hi·
llcr el nrte, al que asigna nada menos que la misión de ller relatl\'o a los individuos, cómo determina el Impulso
volver n reunir Los dos •mi tades• separadas del hombre. do juego identificado con la actividad art lslicn, como sin·
O sea, que ya en el seno de 1:~ sociedad de la división del tesis del impulso mater ial y el impulso formal, y cómo
trabnjo, el :>rte debe facíUtar la formación de In totalidad tratn de encontrnr mediante una especu lación histórica In
de: l:u disposiciones humanGs que los individuos no pue• libcracion del destierro en lo material por la experiencia
den de$llrrollar en el :imbito de su actividad. •Pero, ¿pue- de lo bello. En nuestro contexto, hemos de insistir en la
de el hombre est:>r destinado o desentenderse de si mismo decis"" función social que Schiller atribuye al ane, pre-
por ningún fin? ¿Debía robamos la naturaleza, por sus cisamente por estar <!ste desvinculado de la ,-ida pr:lctlca.
ftnes, una perfección que la ralón nos prc:sc:robe con los En resumen, la awor~omra d~l arte es una coteaortll
suyos? Por consJguoente, o ha de ser f:>Jso que la forma- de 1:> sociedad buoauesa. Permne describir la des\lncula-
ción de las fuerms aisladas haga necesario el sacrificio ción del arte respecto a la ,-ida pr:lctica, históricamente
de su totalidad, o, por mucho que la ley de la naturnlem determinada, desc:nbir pues el fracaso en la construcción
tienda a ello, tiene que haber en nosotros medios de res- de una ocmualidad dospuesta conforme a la racionalidad
tituir. con un anc superior, esa totoUdad de nuestra esen- de los lin~s en lo~ miembros de la clase que está. por lo
cia, que ha sido destruoda por el anc• Cilstltet. Erz.., Caota menos periódicamente, liberada de constricciones lnme-
VI, p. S88 [cd. cost., pp. 50 y s.)). La tarea es complicada, diatns. En esto reside el momento de verdad del discurso
porque los conceptos no son rfgidos, sino que, una vez de las obras de arte autónomas. La categoría, sin embar·
cap tados por la dlalé<:tka del pensamiento, se transfor· ao. nu permhe captor el hecho de que esa scpnración del
mon en su contrario. Fin quiere decir, en primer lugar, la ane de sus conCJCioncs con la \'ido práctica es un proceso
misión limliado que corresponde a lo particular; también lrostórico. que está por tanto socialmente cor~diciorrado.
In tcolo¡la (in dilercnciación de I n~ capacidades de los Y precisamente In falsedad de la categorla, el momento
hombre~) ntrlbulda al desarrollo histórico (• la naturale- de la deformación, consiste en que cada id~'Ologla -con
za• ); por último, el fin racional de una formación universal tal de que se utilice este concepto en el sentido de la cri-
de los hombres. Algo p:>recido ~ucede con el concepto de tica de la ideo1Qll3 del jo\'en M.anc- está 111 servicio de
natur.lle/.3, que por un !:>do alude a unn ley de dc•arrollo, alguien. La categorfa de au tonomía no permite percrbir
y por el otro a los hombres como una totnlidnd de cuer- la aparición histórica de su objeto. La sep:>raclón de In
po y alma. Y también arte se dice en un doble sentido; en obra de arte respecto a la praxis ''ita!, relacionada con
pnmer lu@ar, en el sentido de técoie:> y ciencia, pero tam- la sociedad burguesa, se transforma asf en 1:> (falsa) idea
bién además en sentido modc:rno como un :lmbho surgido de la total independencia de la obra de ane rc:spccto a la

98 99
sociedad 1.3 nutonoml:l es Wl3 categurlll Ideológica en el del prlncipe y como autom:trato de la sociedad cortesa.
scn1ido ril!Uroso del tennino " combina un momento de na. El arte cortesano es parte de la praxis vital de la
'erdad (la de;"nculación del arte respecto a 1• praxi< sociedad cortesana. como el ane sacro lo es de la pra:ds
vital) con un momento de fn6cdad (la h1po\t .. lizaci6n de vital de los ~tes. Con todo, la separación de lo sa·
C$ IC hecho hi>tóri~u n una •esencia• del nrl<'l grado es un primer paso hacia la emancipación del arte.
(Aquí usamos emancipación como un concepto descrip-
ti•'O, que refiere la emergencia de la esfera soclal del
arte.) La diferencia con el arte sacro se hace cspeclalmen.
J. M NEGACióN VE /.A AUTONOMIA DEL ARTE te claro en el ámbito de In producción, pues nqul el onlsta
EN LA VANGUARDIA produce como Individuo y desnrrolla una conciencia de In
singularidad de su actuación. La recepción, por el contnt·
Del curso de la investigación podemos deducir lo si· río, sigue siendo colectiva, aunque el contenido de la rcu·
guientc. El debalc de la ca1cgorfa de oulonomln w re; lente nión colec1iva ya no es sagrado: es la sociabilldod.
hasta ahora de que las dh·ersas subca1cgonn~. pcn<odns C) 'El ar1c burgués tiene la función de In representa·
unharinmcnlc en el concep10 de ob1n de arte, no han >ido ción sólo en In medida en que la burguesfo acepta el
distinguidas con precisión. Como el desarrollo de los sub- concepto de valor de la nobleza; la objetivación a.r tlslica
categorlas partkulares no se produce de manero simultá- de la autocomprensión de la propia clase es genuinamente
nea, unas veces el arte cortesano aparece )a como autóno- burguesa. La producción y la recepción de la autocom·
mo, otros veces se reserva est<~ cualidad si arte burgués. prensión articulada en el arte ya no están ''ineuladas a la
Paro sclarnr las contradicciones que las diversas intcrpre· praxis vital. Habermas se refiere a ene hecho como satis-
raciones arribu\'cn al objeto. 'onmos a 1razar una tlpologla facción de necesidades residual«=$, es decir, necesidades
histórica. Hemos reducido ésta inlencionadumcn~e a tres excluidas de la pnuis vi tal de la sociedad burguesa. No
elemenlo< (finalidad. producción, recepción), porque se sólo la producción, ¡ino tnmbién la recepción se realizan
trato de dc>lacar el hecho de la raltn de >imuhaneldad en ahoro de modo individual. El modo adecuado de apropiar·
el dcsnrrollo de las cntegorlas p3rlicularcs. se de la obra de arte consiste en sumergirse individual.
A) El arte sacro (por ejemplo, el nrto: de In Al tu Edad mente en ella, que yo está alejada de In praxis vital del
Media) sirve como objclo de culto. EsU\ IOialmcnte lncor· burgués, aunque pl'ctcnda todavía reRejarla. Y el cstell·
porado a In Institución social de In religión. Es producido cismo, con el que el arte burgués alca.n1.a el estadio de lo
de forma artesono-colectiva. El modo de roccpdón t.nm· au1ocrlrica, conservo 1odavla esta pretensión, lA 5epora.
blén está inslitucionnlizado colectlvnmcnle." ción ele la proxls vital que ha sido siempre el modo de
B) El arte cortesano (por ejemplo. el nru; de In cone función del orle en In 'ocicdad burguesa, se 1ronsrormn
de Luis XIV) cumple, asimismo, una línnlldod muy bien ahom en su con1cnido.
delimitada: es objeto de representación. sin·e a lo glorio La tipologln esbc».nda ~oe puede reflejar c:n el slguieote
esquema. (Las lineas vcrtlcales más gruesas indian una
14. C(. pa,. <"Sto nuenmente R. Wa""'· •Rh.a. M)tboc und ruptura decisiva en la e\-olución y las lineas discontinuas
adsdlches Spiel• (•Rito, mito y tib<'nad de ~lriru•J . <11 Turor uoa ruptura menos decisiva.)
und SPid. Probl1ma du Mythmreuptll»f (Terror y ltbtrtod. El
probltmo de IG " '"pd6t1 <h los milO>), tdi1ado por M. Fuhr'
mann (Poclf.t omd lltrmmluti.lc [Poitinr y IO<mtt>lllllfco) 4). MUo
nlch, t'171, pp. 111·239.

100 101
oalidnd de los fines), en d ane se experirnenta a si m~smo
arte arte como chombre•, y aqul puede desplegar tod:'5 sus dtSpo-
arte sacro COrtfiQ.IJO bur¡uis siciooes con la condición de que este tmbuo quede ri·
linaJJdad objeto de culto 1objeto de n> ~p~taclón gurosa~te separndo de la praxis vital. Vemos asl (al¡o
1 presentación de la autoeom- que en el esquema no estaba bastante claro) que la sepa·
1 p~nslón bu r· ración del arte respecto a la praxis vital es el slntoma
1 ¡uesa decisivo d~ la autonomla del arte burgués. Para evitar
1
confusiones, hemos de subrayar. no obstante, que la auto.
produeclón anesana-c:olectival individual ! Individual
nomla designa el status del arte en la sociedad burguesa.
1
recepción colectiva (sacra) 1 colectiva ! Individual pero con ello no se dice nada sobre el contenido de las
obras. Yn que In Institución arte se puede considerar com·
pletnmente formada hacia finales del siglo xvm. el deso·
El esquema permite comprender la falta de simu lltl· rrollo del contenido de las obras está sujeto todavln a uno
neldad en el desarrollo de las categorlns Individuales. El dinámlca histórico cuyo punto final se alcao7.a con el es-
modo de producción individual caracterlstlco del arte en teticismo, donde el propio arte se convierte en el contenl·
la sociedad burguesn surge ya con los mecenas de la cor· do del arte.
te. Sin embargo. el arte cortesano estaba unido todav!a Los movimientos europeos de vanguardia se pueclen
a In praxis vital, aunque la función de repi'C5Ctllación, en de6nir como un :naque al statu.< del arte en la sociedad.
comparación con la función de culto, ~prnentll un paso burguesa. No Impugnan una expresión artística p~edentc
hacia el relajamiento de la pretensión de aplicación .acial (un estilo), sino la institución ane en su separac:oóo ~e la
inmedialtl. La recepción del arte cortc!>llnO sigue iiendo praxis vital de los hombres. Cuando los vanguardiStas
también colectiva, si bien el sentido de las reuniones - plantean la exigencia de que el arte vueh'll a ser p ..ctlco,
lectivas ha variado. En el ámbito de la recepción, la trans- no quieren decir que el contenido de las obras sea se>
formación decishon se produce sólo con el arte burgué~. cialmente significativo. La exigencia no se rc6ere al con·
que es recibido por individuos aislados. l.a novelo es el tenido de las obras; va dirigida contra el funcionamiento
género literario que corresponde n este nuevo tipo de re- del arte en la sociedad, que dec.ide tanto sobre el efecto
cepción." Tnmbién en el arte burgué• se produce la ruptu· de la obra como sobre su panicular contenido.
rn decisivo desde el punto de vista de la linnlldnd. El arte Los vnngunrdistns ven como rasgo domina nte del nrtc
sacro y el arte cortesano están unidos. aunque cada uno a en la sociedad burguesa su separación de la prrucls vi tal.
su mnncrn, con la pmds vita l de los receptores. Como Este juicio lo hnbln facilitado. entre otros cosas, el este.
objeto de culto o como objeto de rcprcsenmción, las obro~ Licismo al convertir este momento de la institución arte
de ane están al s~rvido de una finalidad. Esto ya no se en con;enido esencial de la obra. La coincidencia entre
apilen ni arte burgués; In rcp~nlac'ón de la nutOCOm· instilución y contenido de la obra era el motivo lógicamen-
p~nsión burguesa se verifica en un recinto propio. ajeno te apan..-cido de la posibilidad del c:uesLiona.micoto van·
a la pra.ds vital . El burgués, que en su praxis vital se ' .: guardista del arte. Los vanguardistas intentaron, pues, una
reducido a una función parcial (los asuntos de lo raci'>- superación del nrte en el sentido hegeliano del tirmlno.
porque el arte no habla de ser destruido sin más, sino
IS. El sabido que Ho;n. habló 1" de la no•..,la romo • l• mo- reconducido o la praxis vital. donde seria transfonnado
derna Opopo)a burJitHG• ( Jisthdik (EsLi tiao), oditado por F Ba.. y conservado. Es importante observar que el vanguardis ta
Kl\&'0 en dos IOP>O$, &rtin/Weim•r. 1965. tomo 11. p 4S2).
103
102
acepta asl un momento esencial del esteticismo. este ha· procesos de la vida sea en si mismo una empresa en
bla distanciado el contenido de la obra respecto a la pra.~s gran medida contradictoria. La libertad (relativa) del
vital. La praxis vital, a la que el esteticismo se refiere por arte frente a la praxis vital es la condición de la posl·
exclusión, es la racionalidad de los fin.e s de 111 cotidianei· bilidad de un conocimiento critico de la realidad. Un arte
dad burguesa. Los vanguardistas no intentan en absoluto que ya no esté a!Uido sobre la pra.'<is vital, sino separado
integrar el arte en esa praxis vital; por el contrario, com- por completo de ella, pierde con la distancia referente a
parten la recusación del mundo ordenado conforme a la la praxis vital tambi~n la capacidad de criticarla. El inten·
racionalidad de los fines que había formulado el esteti· to de suprimir la distancia entre arte y praxis vital podría
clsmo. Lo que les distingue de éste es el intento de orgn· reclamar todavla, en la época de los movimientos histó-
niznr, a partir del arte, una nueva praxls vital. También a ricos de vanguardia, el patitos del progresismo histórico.
este respecto el esteticismo es condición previa de la in- Desde entonces, hemos conocido la falsa anulación de la
tervención v9J:Iguardista. Sólo un arte que se aparta com- distancia entre el arte y la vida producida por la industria
pletamente de la praxis vital (deteriorada), induso por el de la cultura, lo que ha hecho evidente el carácter con·
contenido de sus obras, puede ser el eje sobre el que se tradicto.rio de las iniciativas vanguardistas."
pueda organi:¡ar una nueva praxis vital. En Jo sucesivo, mostraremos cómo se traduce la in·
La intención vanguardista está muy bien reflejada tendón de superar la institución arte a los tres ámbitos
en el teorema que Herben Marcuse ha esbo•.ado sobre el que ames hemos necesitado para caracteri7.nr el arte au·
el doble carácter del arte en la sociedad burguesa que yo tónomo: finalidad, producción, recepción. En lugar de
vimos en .la introducción. En és ta, el ane está separado obra vanguardis'ln conviene hablar de manifestación van·
de la praxis vi tal y en él tienen cabida todas las necesi- guardista. Un acto dndalsta no tiene camcter de ob.m , pero
dades cuya satisfacción es imposible en la cxistenc.ia co- es una auténtica manifestación de la vanguardia artística.
tidiana, en base a los principios de competencia que pe· Co.o ello no quiero decir que los vanguardistas no hayan
netran todos los ámbitos de la vida. El arte conserva producido ninguna obra ni ningún acto momentáneo del
valores como humanidad, amistad , verdad , solidaridad. mismo nivel. La categoría de obra de arte, como hemos
que en cierto modo han sido bruscamente apnrtados de visto, no es destruída por los vanguardistas, aunque quizá
la vida real. En la sociedad burguesa, el arte juega un la hayan transformado por completo.
papel contradictorio: al protestar contra el orden deterio- De los u·es ámbitos, el de la finalídad de la manifesL:I·
rado del presente prepara In formación de un orden me- ción vanguardista es el más dificil de delimitar. En la obra
jor. Pero, en tanto que da forma o ese orden mejor en In de arte esteticista, la finalidad es convertir en con ten ado
apariencia de la ficción, descarga a la sociedad existente esencial de la obra la separación de las obras respecto a .la
de la presión de las fuerzas que pretenden su transforma· praxis viL:Il que caracteriza el staws del arte en la socte·
ción. ~stas quedan presas en un ámbito ideal. Mareuse dad burguesa. Sólo as! se convierte la obra de arte en un
llama •afirmativo• al arte que tiene estas consecuencias. fin en si mismo, en el sentido completo de la palabra. En
El doble carácter del arte en la sociedad burguesa consiste
en que su distancia relativa a los procesos sociales de 16. Para el problema de la falsa S\.lpcradón •ntre el orac Y !•
producción y reproducción contiene moto un momento pnuciJ vital. cf. J. HAIIOlM.<S. SttttkturwandeJ dtr 0/f<•Jtlic/tk<ll.
Unwrsucllungt.u zu eútu Kategorit! der bfl;getliclfi!H Ges!llsc/ltJ/t
de libertad como un momento de falta de compromiso, [Cambio de estruclllrQ dt la opinión pl1bUca. lnvestlgactoui!S ~
de falta de consecuencias. Por eso se entiende que el in· bre una categorlll de la sociedad burguesa] ( Pollrkn, 4 ). 3>. • ·•
tento de los vanguardistas por reintegrar el arte a Jos Neuwied/Bcrlln, 1.968, t8. pp. 176 y ss.

104 tOS
el esteticlsmo se hace maniliest3 la falta de fundón social productos en serie (un urinario, una escurridera) y Jos
del arte. Los \"llllguardistas no se oponen a bte creando envia a las exposiciones, está negando la categoría de la
obras de gran relC\·anda social, sino mediante el principio producción individual. La firma, que conserva precisamen-
de la superación del ane en la praxis vital. Pero semejante te la individualidad de la obra. es el hecho despreciado
concepción ya no permite distinguir una finalidad. Pan por el artlsta al e:dlibir productos en serie cualesquiera a
un arte abstraldo de la praxis vital ya no se puede ni si· modo de burla, frente a toda pretensión de creadón ln·
quiera hablar de la falta de finalidad soci3l, como en el dividua!. Ln provocadón de Ouchamp no sólo descubre
caso del esteticismo. Cuando arte y prads forman una que el mercado dclnrtc, que atribuye más valor a lo firma
unidad , cuando In praxis es estética y el arte pnlctlco, ya que a In obro sobre la que ésta figura, es una institución
no se puede reconocer una finalidad del arte, simplemen te cuestionable, sino que hace vacilar el mismo principio del
porque yn no rige la separación de los dos :lmbilos (el arte en la sociedad burguesa, conforme al cual el individuo
arte y la praxis vital) que requiere el concepto de fma· es el ct-eador de las obras de arte. Los ret~dy mades de
Udad . Ouchamp no son obras de arte. sino manifestaciones. El
Por lo que a la producción se refiere, lo que sucede, sentido de su provocación no reside en la totalidad de for•
como hemcn visto, es que la obra de arte autónoma se da ma y contenido de los objetos parti.culnrcs que Ouchamp
Individualmente. El artista produce como indh•iduo, con firma. sino únicamente en el contraste entre lo5 objeto'
lo cual su lndi\'ídualidad es percibida no como expre$ión producidos en serie. por un lado, y la finna y las cxposl·
de 3lgo, s.ino como singularidad radical. El concepto de clones de arte por el otro. Es evidente que esu1o provo.
genio da fe de ello. A él se opone. sólo en apariencia, la cación no se puede repetir en cualquier momento. La pro.
conciencia cuasi técnica de factibilidad de obras de arte \'ocación depende de cuál sea su objetivo: en este caso se
alcanmda con el esteticismo. Valéry, por ejemplo, mitifica trata de la idea de que el arte lo crean los individuos.
al genio artlstico en la medida en que lo ~duce al impubo Pero, una vez que la escurridera fumada se acepta en los
potencial del alma y a In autoridad sobre los medios nrtls- muscos. In pro\'OC:Bción no llene smtido. se convierte en
ticcn. De este modo, se muestran las doctrinas pseudo. lo contmrio. Cuando un anista de hoy firmo y exhibe un
rromántica~ de In Inspiración como autoengallo de los pro. tubo de estufa, ya no está denunciando el mercado del
ductores, pero no es superada en absoluto In Interpretación arte, sino sometiéndose n él; no destruye el concepto de la
del :me que se refiere ni individuo como sujeto creador. creación individual, sino que lo conñrmo. Ln razón de esto
Por el contrnrio, el teorema de V~tléry de In fuerza del hay que buscnrla en el (.,-acaso de la intención vanguar·
orgullo (orguei/), como provocadora y aCJivadora del pro. dista de superar el arte. Cuando la protesta de lo van.
ceso de ~rcación. renueva una vez más la concepción del guardill histórica contra la institución arte ha llegado o
carácter tndivlduaJ de In creación :mística ton vinculnd3 considerarse como arte, la actitud de protesto de lo neo.
al arte de In sociedad burguesa." En sus mnnlfestocioncs vanguardia ha de ser inauténtico. De ahJ In impresión de
extremos, la vanguardia no propone una creación coleeti· industria del o.rte que las obras neovanguardistas provo.
va, sino que incluso niega radicalmente la categoría de la can con frecuencia."
producción Individual. Cuando Ouchamp firma en 1913
IS. Ejemplos de obras ~~nllstas m d 4mblto de lu
17 Cf. o t'$tt n:spec:to P. Bl'RGDI, cFunlttlon und lkdcutuna anes plásticas K encuentran en el catliJotlo de la upOlldón S..m·
dH OI'JUt'll bti Paul Val<!n• [•Función y St¡¡niliado del OI'JU"II en mlunt Cr«mcr. Europduclrc AWJntgardc 19»1970 [Colecá61t C.c·
Paul Val~rp). con RotnGJIISII<diU }Qhrbll~h. 16 (196.S), pp. t4\lol6&. mu. Van1u~rdlo turopu tntrt /950 y /970), t'diu.do por G Adria·

106 107
Tal y como la vanguardia niega la cate¡orl3 de la pro- retin~da al problema del sujeto singular. El mismo Bre-
d~c:ción individual, han\ lo mismo con la ruepc/611 indi· ton \'io este problema y apuntó di'-ersos remedios. Uno
vtdual. Las reacciones del público Irritado [rente a In de cllcx es el ensabrunicnto de la espontaneidad de las
provOC3ción de un acto d3dá, que van desde el grullido rclac:ioncs amorosas. Podemos preguntru'DOs también si In
a la \iOlencia flslca, son decidídamente de naturolcza co- rigui"'Xll disciplina de grupo no <eria un int<'nto de surrea-
lectiva. Son reacciones, respuestas a una provocación pre· lí~mo para conjurar el pcli¡!ro del solipsl•mo que le ame-
cedente. El productor y el receptor quedan c:laromcnte nazaba.•
scparodos, por mús que el público pueda siempre volver· En rcsumidllS cuentas, los movimientos históricos de
se activo. La super:~c:ión de la oposición entre productores vanguardia nieg:u1 lns carnctcnstkas esenciales dcl'orte
y receptores pertenece a la lógica de la Intención vangunr· autónomo: lu separación del arte resp<.>eto a la praxis vi·
dista de In superación del arte como un (unbito separado tal.l:> pt'Oducción individual y la consiguiente recepción in·
de In proxis vital. No es casualidad que tanto las lnstruC:· dividuo!. La v:tnguordin inlenLO la superoción delurte au·
clones de l'Larn para In elaboración de una poesía dadais- tónomo en el sentido de una reconducción del une hncia
ta, como las orientaciones de Breton sobre In escritura de la prnxis vital. Esto no hn sucedido y acaso no pueda su·
textos automtltlcos, tengan el aspecto de una receta." Ello ceder en la sociedud burgues:~, a no ser en lo forma de la
impliC3 uno polémica contra la creación individual de los falsa superación del ane autonomo." De esta falsa supera·
artistaS, pero la receta también debe entenderse ni pie de
la letra como indicaciones p3tB una posible actividad de 20. Sobo~ la cc;n..~pcwn <k ~:rupo de t<>5 sur=hstas y el 11'11•
bajo coiC\.:11\0 que 1nh:nUl10n ) f'n p3rte llt'\"Bton a C$bo a pranlr
los receptores. Los tec<tos automtllicos hoy que leerlos, de tal ltn><cp..ión. e(. EJI ...,bclh t.t-.K, Du sprin,md< \'orci~. Arr.
tam~ién en este sentido, como instrucciones para una pro- dt'¿ BniOfl pu..:tíKhtr \latcruJismns [El nnrcuo stlltarflL U rtfa·
ducctón particular. Pero esta producción oo puede enten- t<rto/r<mO pt><IICO el< A~Jrt BrLIOtt), Munr<:lt. t971 . pp. <7 ) u .•
derse como producción artística, sino que ha de interpre. pp 7J V <O.
tarsc como parte de una praxis vital cmancipadoro. Breton 21. llabno q~ on><>llr>r hasta qué punto ha •lelo mollnda
por lo$ \11ncuardlitas tU«>S d<<dc la Rc\·oludón de O.:tub...,, en
K t-efiere a esto cuando eldge •practicar la pocsla• (prati· b3~ tl 13 tnm,formaclón '-'e la~ eondk:io~ soc.il21ts. la intcndón
quer la polsle). En esta exigencia ya no cuentan el pro- ck dl"\01udón dd arte! t\ la flJOlxis \;laL Tanto O. AncatO\ como
~uctor y el receptor, conceptos que han perdido su sen- S. Tl"t!tfa.C:O\', dtfuu:n el nnc cht.r.~men~, iminitndo (•1 concepto
udo. Ya no hay productores ni receptores, sólo qued;t 13 de arlo dc,..m>lladu .,.,, la •ock-dod burgu.,.n como aeth ldnd
JOC:Inltnt•ntc utll : cln !!iO tlllt(Qt;Cl6n co ln tmnsfonna.ción del matc-
poesla como instrumento para dominar la vida. Aqul se tlr.l IH'liiO en nnn d(.~lt'rmintldG f011'na ~olmcntc \\tll, j unto o
corre un riesgo evidente que por lo menos el Surrcali~mo la Gip.,cidnd p;IMI V In bu"ttl<-dn Intensiva de In rorma convcnl<n·
hnblu salvado parcialmente: el peligro del sollpslsmo, In te. <>tO es lo que dobcrln qutrcr decir la oonsisruo de •orte pa111
todo•·· !S. TIUTJ,.(I\, •Die Kun•t in der Rc•·olution und die R<>
"'Olution In üer t\.uns1• [•1':1 ane en la re"\'Oiución \ la J"e\·oludón
nl, Tubinvo. 1973. Sobn: <1 problema d<: b neo\'anauardoo, •'<!•~ en el arte• l. en w D•L Arb<ot du Schn/ntd/os [ .• ] [t.. torta
también el capitulo 111, l. dtl ucntor], c<lltlldo por H llochnc.lte [cbs oeu<' bueh, 3). Reln-
19. T. T1111A, • Pour faln: un pobne dadaostc• [ •Cómo ltaur bck en thamb..rso. 197l. p. 13). •B:>Sllndose m ID ttcnc eomün
un poema dodaf<l.,], en '"" úunpistmcs prtctdics dtl stpt m ... a todos lo< demM imbllos de la vida, el artista es ~uaclo por
nlfutu doda ( l [l.<Dnplsttri<U. pr<udidas por los ,,.., maní- la lde:a ck- ....,vetoink:oa. y se orienta en el tnabojo d<: lo mattrilll
frutos dtld4]. 1963, p. 64. A. BaETOS . -~bnlf..tc du wrrcallsme• no a JX)rtir de ni~ndas ¡ubjch\'U dd au<:to, sino a pardr de
( •Manllinto !urreali<ta•] ( 192~). en SU'I Mon/futu du m"'"'l/sme t..aua.s obar:th--aJ de 1n producck>n• ( B. AJt\'Atov•• o,~ Kunss lm
[ Mant(furos dtl <UIT«GliJmoJIColl. ldé\.-<. 231 PariJ, t9U. pp 42 1 Sntem det proi<U.r¡,chm Kulrun [.El arte cn d lb loma de
~•aulmtn lacultura proletarl2•]. m su lúms t und Prt>dulctian [Ar11 y -

108 109
ción dan f~ la litera1ura de evasión y la esl4!tica de la mer· 111. La obra de arte vanguardista
canela. Una lileralura que tiende an1e todo a impon~r al
lec1or Wlll dclermlnada conducta de consumo es pr:ic1ica
de hecho, pero no en d sentido en que lo entiende c:l van.
guardista. Semejanle lileralura no es lnslnlmcnto de la
emancipación, sino de la 6Umisión." Lo mismo se puede
decir de la eslética de la mercancla, que rrabaja con Jos
encan1os de la fonna paro estimular la adquisición d~ l. L.A PROBLEMATICA DE L.A CATECORJA DE OBRA
mcrcanclas inutlles." Esle breve apunte bas1n para mos·
lrar que la literal uro de evosión y la estética de la mercan· El empleo del concepto de obra de arte, referido a los
cfa son descubiertas por la tcorfa de l¡¡ vanguardia como productos de vonguurdill, plantea algunos problema~. Se
fonnas de la falsa superación de la Institución arte. Las podrla objetor que lo crisis del concepto de obrt\ provo·
intenciones de los movimientos históricos de vanguardia se cada por los movimientos de vanguardia no es evidente,
cumplen en la sociedad del capitalismo t:lrdfo como una que In discusión pone, pues, de falsas premisas. • La des·
advcr1encin funesta. Debemos preguntarnos, desde la ex. cornposidón de In trndícional unidnd de la obro se puede
periencla de la falsa superación. si es deseable, en reall· mostror de modo completamente formal como tendencia
dad, una supcrBclón del srauiS de Butonomla del arte, si colectiva de la modernidad. La coherencia ) la indepen-
la distancia del arte respecto 11 la praxis vital no es garan· dencia de la obro se cuestionan conscientemente y acaso
tín de una líbert11d de movimientos en el seno de la cunl se destruyen metódicamente.• 1 Es preciso asentir a esta
se puedan pensar ahernati\"as a la situación actual. constatación de Bub~r: no está claro, en cualquier caso,
que de ello ¡e desprenda que la estética deba renunciar
hoy al concepto de obra. Bubner, por su parte, piensa
en el regreso al kantismo como la única estética actual.'
• Las únicas obras que cuentan hoy son aquellas que ya
no son obras.• 1 La emgmt\tica sentencia de Adorno em·
plea el concepto de obra en un doble sentido: por un Indo,
en un sentido general (y desde este punto de vlst3 el onc
moderno todu,ra Llene carácter de obra); por otro, en el
duccldnJ, p. 15). Res¡x:clo o Lodo esto bobrln que discutir, par.
liendo de lo 1eorfo de lo '1li181Jardia y conlondo con lnves1111•· 1. R. B~esu1, •Obcr clnia• Bodlnsungon ge¡¡cnwor~l¡tr 1\stlte-
clon<S concretos, en que! medida (y ron qué ronkCUcnclu paro el tlb ( •Acerco de olaunns condiciones de 1> <SlEllca contcmpor.l·
sujeto artiSio) la lnslltuclón ane t iene en los pol<e• -lolln.. un ne;a•J. en N1111 1/tl,. fur Plulosoplut, nllm. 5 (1973), p. 49.
a~1or tod•l distinto al q..., lime en lA sociedad bur¡uesa. 2. La t'Sh!tin kantiona no parte. como sabemos. de una de-
22. C:f. a <Ste respecto Christa BCRCEJI, Tulallalyst ab /dm- finición do los obras de arte, sino de los juicios <Sltlkos Sin
IOJrdcnllk. Zur Rr:.epuDn uilgcnlSssise.hL,. Untnhalwncllu~""'"' cmbar¡o, para c_q, trorfa, no H dccl.s:iva la cattaor1a de obra:
[An411sls dt lUlO como trlt•C4 de la td<OIOJI•. Sabrt la rtctpcldn mis bien al contt>rlo; Kant puede Incluir uimlsmo en •us re-
do la llt<ralura d• ..,.rsumo] ( Krh. Ulrtaturwks., 1. FAT, 2116.1), llcxiOD<:S to bcii<U u<urol. qw DO Licoe c:a~cr de obn, que DO
Fnndon, 197J. es producida por los hombrn.
2J. Cf., a es1e respecto, W. F. R\1~. Kntlt du IVamtlsthttrt J. Tlt W ADOo,.,o, Ph1losopJue dcr rt<1t<n Afusik [Ftloso(la de
[CrltrC4 di la tStiti<D de /11 mtreanda] (Ecl. Suhrkamp, 51J), la nuewa IPUUICG) (CU>l<ID Budl, 2866), Francfort/BcrlfJI/Vteu,
Fnncfon, 1971. 1972, (la.), p. JJ,

110 111
sentido de obra de arte orgánica (Adorno habla de •Obr.. negativamente a la cntegorla do: obra. Los ready madu
re<lond;~• ), y e1o es re concepto limitado el que destruye la de Duchamp, por ejemplo. sólo tienen senudo en conexión
vanguardia. Esto nos \"lile, pues, para distin¡uir entre un con la categoria de obra. Cuand o Duchamp firma un ob-
significado general del concepto de obra y un determl· jeto cualquiera producido en serie, y lo en\13 a una ex·
nado uso hi tórieo. En un sentido general, la obra de posición, S\,l_pt:O\OCIIcl(in :!..1 ane implica un determinado
arte se establece corno unidad de generalidades y par. !:Yncepto de :me. Y el hecho de que finne los J'Uliy mtules
tlcularidades. Estll unidad, sin la cual no puede concebirse supone una clara rercrencin a la categorln de obra. La
una obra de arte, se realiza, sin embargo, de modos muy firma, que hacen la obra individual e irrepetible, se cstnm·
diversos en las distintas épocns del desarrollo del arte. En pa preci•amentc sobre el producto <m serie. Con ello se
las obras de arte org!lnicns (simbólicns) la unidad d e lo cuestiona pt·ovocn tivnmcnte el concepto de esencia del
general y lo par ticular se da sin mediaciones; en las obras arte, tal y como se hn conrot modo desde el Renacimiento,
inorgánicas (a legóricas), por el t.vntrario, en tre las que se como creación Individual de obras singulares; el ac to de
encuentrnn las obras de vanguardia, hay rncdloclón. Aqu! provocación mtsmo ocupa el puesto de la obro. ¿No esta·
el momento de la unidad está en cierto modo contenido rá, pues, en decadencia la categoría de obra? La provoca·
muy ampliamente, y en el caso extremo sólo Jo produce ción de Ouchamp se dlt igc en general contn la institución
el receptor. Adorno señala con raron que o incluso donde el social del ane, yo que la obra de a.ne pertenece a esa
ane [ ... ] consiste en una discrepancia y disonancia c•t re. institucion, el n tnquc tnmbtcn le :úccta.. Y sin embargO. es
ma, hay también momentos de unidad : sin ellos no exis- un hecho lústorico que d~-spu.:;s de los mo\•imicntos de
Liria la disonancia•.' La obra de vanguardia no niega la \'llllguard1a se han &cgutdo produciendo obras de ane, que
unidad en general (aunque incluso esto intentaron los da· la msdtucton social del arte ha rl!$lsudo el ataque de la
daútas), sino un determinado tipo de unidad, la conexión vanguardia.
entre la parte y el todo carncter!stica de las obras de arte Una estética de nuestro tlcmpo no puede Ignorar las
orgánicas. modificaciones trascmdentalcs que los movimientos de
La argumentación precedente nos puede servir para re· \'anguardia han cau>ado en cl ámbito del a ne, como tam·
plicar a los teóricos que mantienen que la categoría de poco puede prcsctndlr del hecho de que: el arte se ho.lla
obra cná dcfinitlvamcme anticuada, pues podemos rnOS• desde hnt'C tiempo en una fusc posvangunrdista. e sto se
trar que los movi mientos históricos de vanguardia dcsa· caractcril.n por la restaurnción de la categorlll de obrn y
rrollaron actividades cuy~ adecuada comprensión requiere por la oplicnción con fines 01t!sticos de los procedimlcn·
el uso de la catcgoria de obra: por ejemplo, los actos da. Los que lo vnn¡unrdlo Ideó con intención Mtlanlstlca. No
dalstns cuyo propó~llo manifiesto ero ID provocación del huy que ver en ello una • t raición• a los 6ncs de los mo-
público. En es tos actos se trata de algo más que de In -.imientos de van¡uardia (superación de la institución so.
liquidn.ción de la catcgorla de obra: se trnta de la liqui· ci:ll del arte, unión del anc} de la vida), sino el resultado
daclón del arte como una actívidad separada de In praxis d& un proceso histórico. Podemos explicarlo del modo
vital. Hay que insistir en que, incluso en sus ma.n ücstacio. siguiente: el fracaso del ataque de los movinúentos hist(>.
ncs extn:,rntlS, los movimientos de ,·nnguardla se refieren ricos de va.nguardio con tra l:a instítuci6n arte, su lncapa·
ciclad para reintegrar el ane a la praxis vital, acarrea la
4. Tb. W. Aooa.-.o, Asth<tuche TMI>ri• [Teorla utttlar]. <di·
suhsiswncla do la 105t itucion arte como algo separado de
lllda por C,..td Adorno y R. TI<dcm:um CGuammeltc Schrrftcn la praxis vital. Pero el ataque la ha mostrado como lns-
[Obras complttas], 1), Frandon, 1970, p. 2lS; "" ackt&ntc: JIT. 'Ut'uci6n y h a descubierto su principio en la (rclatl\'a) dis·

112 113
continuidad del ane en la soc:iedad burguesa. Todo arte puesto por los vanguardistas ha perdido, desde entonces,
porterior a los movimientos históriQOS de vanguardia en una parte considerable de su efecto de s/rock. Aunque
la sociedad burguesa ha de ajustarse a este hecho: puede también puede ser decisivo el que la superación del ane
darse por satisfecho con su status de autonomla. o puede que pretendieron los vanguardistas, su reingreso a la pra·
emprender Iniciativas que acaben con ese sttUus, pero lo xis vital. despu4!s de todo no haya tenido luglll'. La recu·
que ya no puede -sin renunciar a la pretensión de verdad pemción de las intenciones vanguardistas y de los propios
del ane-- es nepr sencillamente el status de autonomla medios de lo vanguardia no puede ya, en un QOnleJtto dis-
y creer en la poslbilldad de un efecto iomedlnto. tinto, volver a alcanwr el efecto restringido de las van·
Asl pues, lo que refiere la cate¡orfa de obra no sólo guardias históricas. En tanto que el medio con cuya ayuda
es restaurado o partir del fracaso de la intención vonguar· esperan alcanmr los vanguardistas la superación del arte
dista de reintegrar el arce a la praxis vllal, sino que In· 1m obtenido con el tiempo el statt<s de obra de arte, su
cluso se amplia. El objet trouvt, In coso, que no es el aplicación ya no puede ser vinculada legítimamente con
resultado de un proceso de producción Individual, sino la pretensión de una renovación de la prrucis vital. Dicho
el hallazgo fortuito en el cual se moterlali:at la Intención brevemente: la neovonguardia institucionaliza In vanguar·
vanguardista de unión del arte y la praxis viLnl, hoy es dia como arte y niega nsl las genuinas intenciones van-
reconocido como obra de artl!. El objet trouvt ha perdido guardistas. Esto es cieno al margen de la conciencia que
su carácter antiartlstico, se ha convenido en una obra tenga el artista de su actividad, y que muy bien puede ser
nutónoma que tiene un sitio, como los demás, en los vanguardista.' Pero, en lo concerniente ni efecto social de
museos.• la obra, éste ya no depende de la concien.c ia que el nrcista
1.4 restauración de la institución nrce y la restaurnción asoc:ie con su obra, sino del status de sus productos. El
de la categorfn de obra indican que la vanaunrdla hoy ya arce ncovanguardisLn es arce autónomo en el pleno sentido
es histolin. Naturalmente, boy se producen Intentos de de la palnbra, y esto quiere decir que niep la Intención
continuar la tradición de los movimientos de vanguardia
(y que este concepto se pueda poner por escrito, sin que
nos choque, muestra una v~ más que la vanguardia hn arte n<OVIUI¡I1ardlsL&. Por ejemplo: •El ane pop ( . ). que en la
suraldo históricamente); pero tales intentos, como por clooción de los objetos y de los colores y en el modo de ej<CUCión
parece unido lntlmamcntc a la vida ele las grnndes dudodcs am0o
ejemplo los lmpptmíugs -que podrfwnos llamar ncovan· rlcnruu. como cualquier arte previo, hnce, por osl dcelrlo, publl·
guardlstas- yo no pueden alcan7.nr el valor de protesta cldad de cómlcs, estrellas de cinc, sillas cl~trlcas, <:~U~rtos do
de los actos dadalstas. Independientemente de que puedan ba~o, t"Ocl16 y accidentes de eoch.,., herramlenllll y t'Oonestlbles
ser plancndos y llevados o cabo con una mayor perfec. de toda clase, huc publicidad de la publlcldod• (pp. 76 y u .).
dón.• Esto se explica por el hecho de que el medio pro- Sin embar¡o, Damus no dl•ponc de un coru:epoo de los ~vi·
mientoo histórlcoc ele vanauardla, por lo que tiende a dcscuodar
la clívcr¡encla entre dodlo!Jmo y surrealismo, por un lado. y el
s. Cf. la upooldón c¡u< oc p~~ en Bru.klas ~ ~n olnls arte """van.,.ardata de los allo$ ....,..,ta, por el otro.
ouclodes: Mtramorphose des Kunst nnd AnrlkllnJI, 19/(}.1970 [Me-
tomorfosll de /¡u t:ruiU. Arre 7 rmrüute, /9/(}.JYTO), B"""lu. 1970 1. Por ejemplo, coa rol~ explicita a la cxi¡encla ele Breo
6. Cf. a este respecto M. DUICS, FunltriDnen dcr bíldcndco ton de pt11Ctlcar lo pocsla, Ciscla Dtsc:nlln resume las !nt.cnc.~
nes de lo poesla concreta del modo si¡um.te; •la obra de ano
Kwut un SpJtlllpitaliSmus... Vnte.rsuchl mahond d«r •ovant,ard.t.
rllchuo• Kunst dcr S«<tzi¡<r ltúrrc [Fundonu dtl arre fr¡uroti\oo ccnc:reta up.i ra sin c:mbarao a una situ.acióo utópica: su anula-
~~~ d a~ptltrlumo rtJrdfo. lnvestillld6n sobre d Grt• •l'dttfUDrdl$.
ción en lo realidad concrc11• (/Conkrerc lúuur und G<Jellsdoaft
ra. do los m'los stunra) (Fisdlcr Touchmbuch. 61lU), F,.,cfort [Jirto concreto y S«iedtUI], en •Konkrelc Pocsia. Tcxt + Kritik•,
IYTl. El o11tor mota de pQI:ICr de relin.., lo fuoción alirmoth'll d núm. 25 [eocro de 1970] , p. 41).

114 li S
J

vanguardista de una relnt~ción del ane en la pnuls 2. WNUEVO


vitat Incluso los esfuerws pOr una super3Ción del ane
devienen actos nrtlsticos, que adoptan carácter de obra La As11tetlsche Tlreoru de Adorno no se concibe cier·
con lndc:pcndencia de la •oluntad de sus productores. tamente como una ccoria de la \'8llgu3rdJa, sino que pn:·
Hablar de una restauración de la catq¡orfa de obra teode una generalidad mayor; Adorno parte, no obstante,
desde el fracaso de los movimientos históricos de van· del conocimiento de que el nrte del pasado sólo se puede
guardia no carece de problemas. Podrfa dar la impresión comprender a la luz del arte moderno. Es naturnl entonces
de que los movimientos de \'<lllguardia no hao tenido un in•·estignr si lns categorfns aplicadas pOr Adorno en el lm·
significado radical pam el desarrollo ulterior del :me en la portante capitulo sobre lo moderno (JII, pp. JI-56 [ed.
sociedad burguesa. Pero así como las intenciones pollticos castellana, pp. 29-Ul) son útiles paro uno comprensión
de los movimientos de vanguardia (reorganización de lo de las obras de arte de vanguardia.'
prods vltol por medio del arte) no han sobrevivido, su
efecto u nivel nrt!sUco es, en cambio, tllflcllrncntc exoge·
r.tblc. Desde este punto de vista, la vanguardia ho sido trabajo es distinta a lo de f'riL-driciL Lo q"" )'O tt:uno la compren·
sión de las ruptums hi<tórlcos e,<c.'ncial.. en el de>a.rrollo del fe·
revolucionaria, pues ha destruido el concepto tradicional oómeno an~ en <1 ~~eno de la ooc:lcdlld bur¡uesa, lo llamo Frlo-
de obra org. nica y hn ofrecido otro en ~u lugar, que a drich opocsla de rango•. Hoy algo mAs importan!< ac;uo: lo tal•
continuación trataremos de deUmitar.' ck la unidad estnxtunl ckodc Boudrlaire ba"a lknn no purdc
''" diKUtlda si "" A<~ta el concepto ck <$lructuro de Fri<"tlrich.
a. El •l¡nUicado adjudocado aqul a lo> IDO\Imlmtos ck ..... q~ .,.u¡,. problcm~uco. No se trata ck la palabra .. tn><tura l•n
IW'rcba no ~• comp>nido, ol mud>o mellO', por todos l.,. lnn.'•· el pasaje citado l'rlrdrlc:h babia. por cjcmpkr, de •furru .. ti·
tlpdo~. r;.n Die Stmltur du modenwt 1..•-nlc ( l.D <SWI~IIfTG de bslica•) utiliz.ada en un smtido distinto al del ..tnx:turalrsmo.
la ltri.ca modtma], de 11. rJUD>tUcu. que P"'tcnck 1<r una l~rtA que sól~ se conod6 tanbamcnte ~ Alnn:ania, 5Jno c.kl prottdi·
de la poc'la modemn, se exclU)e por cornpi<IO <1 d.aclal<mo. mlcnto ckntilico &te pro<edlmiento se arractcrua por el hecho
) sólo S< loe m 1• nu.:n <"tlidOD ampli.lda, m <1 cuadro ~ de c¡uc l'ricdrich ""'ne balo el <<>nC"J>IO de dU'Uctura (cnómc-nc>O
nolóarco: ·1916. Nac~ rl dadai<mo <n ZUri<b• (Die Stmktur compl~tamcnt< hct<roa<'n<:o$ procrdlmleoto. ~tiros (por ejcm·
der modt rncn L) nt. Von túr Mllle da nrwtt tltttttlf br.f tllf plo, técnica.• de <>~Ad<nado), contenidos e.<phc:itos (rl alslamlcn·
Mitt~ dts 4\\'0trÚISttn JGhrhJuttkrJ IIA tJtrucwra llrlca m~ 10, la an¡ustla) y un troremn ~tolóslc:o el~ poeta (lo mo¡io del
dcrno d.sd• 1• tnlldd dtl srg/u XIX hlllLD 1• tmtad drl SiRIO xx¡ IIOniJWIJ">· La unidad de estos di•-cnoos limbrtos se consl¡ue con
[Rowohlt• O.,uu;chc 1 mykloplidlo. 25/ 26/ 26o), llambur¡o. 1968 la ayuda del C<~nc<pto de .. tructurn. Pero d~ ..truc turo sólo .e
(2a.] [ In .. 19~]. p . 2l!8). Sobre cl surr<:~llsmo, lk! di~: .o., los pu<"tlc hablar cuondo cst6n ll!loclonodos euteaori~L' do ldtntlro
sur renllnos sólo no< pucdr lntr.,,..r •u pro¡11'nm•. que confinnu orden. Ourda lo cut>tlón d< si los pi"'Cedlmlentos ortlslkos do
con ln•tr"mcntos p«.'udooientílkos un modo de hoetr poaln lnnu· las \'Onguard1u no fueron ya rompletumc.ntc desarrolladO! por
¡¡unruo por Rlnrbaud, Ln ronvla:ión de que rl hombro puede am- Rimbaud. Aqul se tn\10 dcl problema de lo. oprcc:ursof'<'••· !SIOS
pllnr lllmltodomente su t:>.l"'ricncla ~~~ el cnos del lncon!<:lt.'flt<; son d6Cubie.rtos tn base n lo t-<ilructurn n:.rrauva de IAJ lnh:r.
lo convl~lón d~ que ~1 loco. al c=r UD3 "sobn:nulldod", no u pretadonu hlstórlus, pero siempre sólo a postulorr. Onlcarncme
meno. •¡onlal " quo rl poeta; t.. con<eprlón de la poala romo un CUllndo se han dctermln~~do los procedirrumtos cmpl<ados por
dic:tado amorfo drl lncot~SC~ente: l!stos oon lll¡u~ puntos dr ae JUmbaud (DO todos), le 1~ purdc describir como oproeunoro de
PfOitDrna. A>l ~ confunde cl \'ómrto -ind...o ~tlco- con la la van¡u>rdoo. Drcho de Olrl rni\Mrl' sólo snctas a lo. mov~
ct"9Ción 0.. rilo no rrouha nín¡una poar:t de r11n¡o. Urlcos ck mientM de •·an~t<lla atrlbul.m os hoy a llimbcwd la lmponancla
calidod <t.-'ada, c¡ue "" •udén incluir entre loo •unull<tkJ, romo que se men:«:..
Ara¡on o fluard, apm•s dcbc:n su poal• a ..lll<"jante pi"OJ11Ima, 9. Adorno llama mod"rno al ane pT'Oduddo cksck B:wcklai"'
sino mM brrn a la ¡mrral fuerza estibstiar q""' ck~ Rimbaud El <:OI'lee'PtO abarca. pues.. 1os ant~e:ntd: de: los mo\ un~ntos d~
ba incorporado la llrlar al lenJU'Ije de lo ilóciC<I• (rd p 1021. En van¡uardia, 1ot propios mcnimicntoo y la .__,.n¡uara;o Mlc:n
prlmrr lupr, hay que ck¡or bien claro q~ la prropoetln de ml tras que '~>'O lnce:nto 11'MHtrar tos fnD'·imimtos hiatórk:os d~ \&1\•

116 117
En el centro de la tcor!a de Adorno sobre el arte mo- samlento de Adorno. La novedad como categoria est~tica
derno se encuenLra la categorla de lo nuevo. Adorno cuen. ha •ido propuesta por los modernos desde hace mucho
ta desde luego con la posible objeción contra la apllcac:Jón tiempo incluso como programa. El trovador cortesano se
de esa catcgorln, y trata de debilitarla si n esperar su lle. presen~a con la nsplradón de can lar una •n.ueva canelón•;
l!llda: •En una sociedad esenclalmentc no tradicionalista los autores de la tragicomedia francesa d1cen satisfacer ,
[o sea, la burguesa] la tradición estética es dudosa a prio. mediante In uotl\'eaurt, una e'lgencia del públlc~." En
rl. la autoridad de lo nuevo es la de lo históricamente ambos casos se trata de algo distinto a 1~ pretcnstón de
necesario• (JIT, p. 38 [ed. castellana, p. 36]). •Pero no novedad del arte moderno. La o nueva canc1ón•.de los=
niega [el concepto de lo moderno] lo que siempre han tas cortesanos no consiste sólo en un detcnnmado t
negado los estilos artísticos, es decir, el arte superior, sino (el amor) sino también en una cnntidad de motivos par·
la tradición como tal y, en esta medida, sirve de ratifica. tlcularcs; 'aquf se llamo novedad a Tn va.riación dentro ~e
clón del principio burgués en el arte• (fdem.). Adorno los estrechos limites de un género. En In tragicomedia
hace de lo nuevo la categorfa del arte moderno, de la francesa yí\ño ellllln predeterminados los te~ns, pero ~~
renovación de los temas, motivos y procedimientos artls- un esquema de desarrollo, en el que los camb1o~ ~penu·
dcos establecidos por el desarrollo del arte desde la ad· nos del nrgumento (por ejemplo. cuando descu~mmos que
misión de lo moderno. Piensa que la categoría se apoya un personnjc muerto no habla muerto en r~ahdod1 cons.
en la hostilidad contra la tradlc.ión que caracteriza a la thuyen el distintivo del género. En la trag1comed1a, que
sociedad burguesa capitalista. Adorno ha aclarado estas se aproxima a lo que más tarde se llamará literatu_ra .de
manifestaciones en otro lugar: •la sociedad burguesa cae consumo. los efectos de sl!ock (surpnse) que el pubhco
por completo bajo la ley del cambio, del "lgun l por Igual", reclama csuln prcvislos ya por los esquemas estruclurales
de cálculos que ajustan y donde todo cuadra. El cambio del género: In novedad $Ul'J!C como efectO calculado Y.e$-
es en su esencia propia algo intemporal, como la ratio tablecido. Finalmente podríamos recordar un .tercer upo
misrna [ ... ]. Pero esto quiere decir nada menos que re- de novednd , aquel que tos formalistas rusos qu1s1cron con·
cuerdo, tiempo, memoria [ ... ) son liquidados como un vcrlir en In ley de desarrollo ele In llterntura: la renov~·
residuo irracional.• 10 ción de los procedimientos dentro de una lrnea litera_na
Empecemos por acla.r ar con algunos ejemplos el pen· dada El procedimiento •automático•. que ya no se perc1~
com¿ forma y que precisamente por ello ya no permtte
auarclia como un rcnOm~no delimitado por lo historio, Adorno tampoco ninguna nueva visión de In rcolldad , dc~c ser
parte de ln unidad del orte moderno como el tlnleo orto l<sftüoo reemplazado por uno nuevo, !obre de taJes llmh:t~tones,
del presmte. Por _,.10 de una hiJtorla del concepto eSe •moder-
no• y de "' puesta m ~Ión. H R. J•n ha esbozado uno IJU. hasta que él mismo oc haga •automático• ) c~1¡a una
tona eSe Lo experiencia de lo translrlón clcsde lo on11¡\ledod tardla nueva sustitución.,!
1\osto Baudclolrc:: • LIIcrarlscho Trodltion und gcgcnwtirdges Be-
wu~l..,in dcr ModémltHI [ •Tradición litt'rorlo y eon.<ctcncio p~ 11 Sobre la 11011><allli en la tra¡icomedta, </ P lllRI'Ul. DI<
sen1e dt L:t, modc-rnid:ad• ]. tn su Utenuur,uchicht~ DI$ PrO\"'f::to. /t14h~ Kombdun Pttrr~ Contcdlcs urul dAs /ra.ntos•.sclr~ Thcater
1 :::Ut
rlon [Histon• de la literatura como pro''""'"'f6n] (Ed Suhrbmp. um 1630. Eute wirkwrgsilsth.elisd• Analyse (L.as prrmtr~
411), Frandort , 1970, pp. 11~
10. Th. \Y, Aooa.~o. \Vas bedeulet: •AuEorbehung d<r Vcnpn· d/Gs d• p,.,. Comdll• y cl w11ro (rancb lrac/G J6JO U~
Sir de sau COJIJ<CioiCIICitu estitletU). Fnmdort, 1971 , PP· 4 K •
aenheh• (•Oud sJ¡nUlca ocabamlen1o dcl p:uodo•J, en su Erz.i<l> 12. Cl 0 t:$lt respec:10 J T~N..,,"'\.• Dft hr~rnnschttt wu1·
""1 ttll' Mürrdr~kdt [ Educaa6n pt1ra la mayorla de •dad l. edita- mlltd und d1t E\'OlurtOif 111 det' l.ltertuur [l..ol rtcur.wt artlsUN>
do por C. Kaclclb3ch, rran.Con, 1970, p. IJ.
119
118
Ninguno de ~tos tres tipos de no, edad coincide con lo pleu n tomarse vengan-za el hecho de que Adorno no trate
que Adorno llnma la caracteri-zación de lo moderno No de fijar con precisión el carácter histórico de la categoría
se trata ya de vnrincioncs dentro de los estrechos li~ltes de lo nuevo. Al omitir esta tarea, debe deducir dlrectamen·
de un género (por ejemplo la •nuevu canción•) ni de un te la categoría de la sociedad de consumo. Para Adorno,
efecto de .sorpresa garan.tizado por In estructur~ del g~ne. pues , la cntegorin de lo nue\'O es la necesaria dupllcacióJl
ro (por eJ~mplo. In LrnllJcomcdia ), ni de la renovación de en el á.mbilo artrsúco del fenómeno dominiUltC en la so-
l~s proced•rruentos de una linea literaria; no se trata de un ciedad de consumo. Este sólo puede consistir, ya que las
subuo. d~sarrollo, sino de la ruptum...c!e u.na tradición. Lo rne~ean.:fas qoe se'}>roduccn también son ,·cndidas, en que
que dtsungue l:t aplicación de In categoría Cielo nuevo es preciso 5educir siempre al compmdor con el estlmulo
en lo mode~o de cualquier aplicación pt-ecedente, c:ntern. de la no~~Cdad del producto. 5egl1n Adorno, el arte tam·
mente leg!uma, es In rndicalidad de su ruptura con todo bién estll sometido a estn presión, con lo cual espera ver
lo que hasta emonces se considero vigente. Ya no se nie· en la ley que domina en In sociedad In propio resistencia
gn~ los principios opernti\·os y estll!sticos de los arlbtas, contra c!sta. Sin embargo, hny que tener en cuento que en
vWdos !'asta ese momento, sino la tradición del arte en la sociedad de consumo la categoría de lo nuc\'0 no es
•u totalJdad. substancial, sino que se queda en la aparienci:.. No desig.
~n est~ punto aplica Adorno la categoría de la nueva na la esencia de la mttJ;apcla, sino la apariencin que se le
criuc:a: Se '?cllnnnl, pues, ~ considerar que la singular rup- impone ani.lid:ltíñentc (pues lo nue\'0 en la mercanda es
tl_lra. h1stón~n con la tradic:íón, que caractcri7ó a los mo. sólo In presentación). Cuando el ane se acomoda a esa
V1m1en~os históricos de vanguardia , debe considerarse el superlielalldad de la sociedad de consumo, hoy que reco-
princlpto de desarrollo del arte moderno en general· •La nocer con pesar que debe servirse precisnmcn te de tal
activación del c~bio de los progrnmns y tcndenci:ls. esté· mecanismo pam oponer resistencia a la propia sociedad.
ticas. que los filisteos han desprccindo como un abuso de La resistencia que Adorno cree descubrir bajo la pn>
In moda, se \'C afectada por una hostilidad que crece ince· slóo contrn la renovación t>S, en realidad, diflcllmente en-
snntemente, que yo Val~ry percibió.• u No se le oculta a contrnble; esto queda reser\'ado al sujeto critico, que en
Adorno, desde luego, que In no> edad es la etiqueta bajo virtud de un pensamiento dialktico puede pcn::ibir la
In que el mercado ofrece siempre n los consumidores lns positividad en lo negativo. Pero, rrcme a e•to. hay que
mismas merc:anclas (JIT, p. 39). Su nrgumcntac:ión se hac.: sellalar que alll donde al nnc se somete de hecho a la
discutible cuando procl:~ma que el arte se •npropino del presión para la innovnclón que impone la socicdod de con·
mcrc~do de los bienes de consumo. •Sólo conduciendo su sumo, yn no se puede distinguir de la moda. Lo que Ador·
lmagmcr!3 [la pocsla de Baudelalre] hacia fa propia auto- no llama •imitnción de lo endurecido y lo extroi\o• podin
noml3, puede ntra\'esar ese mercado que le es heteróno- haberlo inspirado Warhol: la reproducción de 100 latas
mo. Lo ~erno a arte por la Imitación de lo endurecido Campbell's Implica resistencia contra la sociedad de con-
Y lo extranoo (AT. p. 39 [ ed. castellana, p. 36]). Aqul cm. sumo ~lo si se quiere entender asl. La nco,anguardia,
que recupcm la ruptura vanguardista con In trodic:ión,
tiende o admitir insensatamente cualquier pretl!llsión de
llt<rarlos 1 la <wJiucldu dt la literatura) (ed. Subrkomp, t97), sentido. Para. presentar con justicia la posición de Adorno
'Fnaodort, 1967, PI'· 7-60 cs¡x.ocinhnonlc In p. 21 .
1~. Th. W. Auo••u. •Thcscn iiber Tmdhlono [•Tosi• sobr< la hay que tener en cucntn, desde luego, que con la • imita·
lnadJclón•}. en &u Olr11e Ldtbild. Pan"' kfllr<Jica ¡s;;, llroddo ción de lo endurecido• no se refirió scncillorncnte a la
Pan'ft ilrsr/""""1 (<'d. Suhrka.mp, 2011, Franctort, 1967. p lJ: . acomodación. sino que quiso decir prescntacion de lo que
120 121
es el caso; y en CSUI Interpretación fidedigna vemO$ que para reOejar la siluoción. Pierde todo su valor cuando se
confiaba en una posible percepción de algo que en otro descubre que los movimientos históricos de vanguardia
tiempo pennanecfa oculto. Pero él mismo ha visto la apo. no sólo pretenden romper con )0$ sistemas de reproduc-
rfa, en lo concerniente al arte, como se muestra en el ción heredados, sino que aspiran a la superación de la
siguiente pArrafo: •No hay que jt12gar sJ se trata en gene- institución arte en general. Se trata, desde luego, de hacer
ral de un altavoz de las conciencias acomodadas, que hace algo •nuevo•, sólo que este algo •nuevo• se distingue cua·
tabla rasa con toda expresión, o si se trota en cambio lltativamente tanto de la transformación de los proc:edl·
de la expresión atónita, inexpresiva, que aquél denuncia• mientO$ nrtiSiicos como de la transformación de los siste-
(XT, p. 179). mas de representación. 1!.1 concepto de Jo nuevo no es
Se muestran asf los limites de la utiiJdad de la catego- falso, pero si general e ines~co. pam la radicalidad
ría de lo nuevo para la comprensión de los movimientos de la ruptura de lo tradición a la que debe referirse.
históricos de vanguardia. SI se tratara de comprender una Y apenas sirve, tampoco, como categorla para la descrip-
transformación de los medios artlsticos de representación, ción de las obras de vanguardia, no sólo por ser genernl
entonces lo catcgorla de lo nuevo seria aplicable. Pero e inespecl6co, sino Incluso porque no ofrece la posibilidad
cuando los movimientos históricO$ de vanguardia han de distinguir entre la modn (cualquiera) y la innovación
o~rado una ruptura de la tradición, de cuyas consecuen- históricamente necesaria. También plantea problemas la
CI85 se desprende una transformación de los sistemas de opinión de Adorno, según la cual el cambio siempre n\pido
representaclón," entonces tal categorfa ya no es apropiada de tendencias anlsticas corresponde a una necesidad his-
tó.r ica. La interpretación dialktica de la acomodación a lo
IC. En contn•~ eon las continuas tramlormaciODCS de to. sociedad de consumo, como resistencia contra ella misma.
rn~oos particulares de representación aeullados por el deurrollo conduce al problema de la concordancia fastidiosa entre
del ane, la trantfonnldón de los sisumas de reprcsentaclón (1,. modas de consumo y lo que acaso se debiera llamnr modas
duJO tu.lDCio se prolonp oolllbleJDOite) es un ocont<dmiento ardsticas.
hl1tórleo trascendental. P. FJW<CioSTO. ha ln•-estlpdo etta tranSo Desde aqul se puede reconocer la relatividad histórica
formaddn de Jo. sistemas de representación (Gtrrdts dt soclolo.
ate do /'art [ Bllutlios de soclologla dd artt] ( Blbl. Mt!ditotlons, de otro teorema de Adorno: la opinión de que sólo el ane
74), Purft, 1970): en el CUrtO del sl¡lo xv >e bo rorm•do en lo que s{guc a la vanguardia puede hacer justicia a1 mo-
plnluro. un )ol•u~ma de representación cnmctelltndo por la pers- mento histórico de desarrollo de las tknicas artlstlcas.
pectiva y por unn ti'C3elón uniforme del etpjlclo. Mltnl1'115 que Ray que preguntarse seriamente si la ruptura con In trll·
fns dlfcrcncfaJ de tnmo~o entTe 135 fl¡ul'lls remiten en lo plntur•
medieval n •u dlatlnto Jigni(lcado, desde el Rcnnclmlento mue•· dici6n, llevada o cabo por los movimientos históricos de
tnan el puesto de la fiaum en retoción con un eipotlo od<cu~do vanguardin, no ha hecho superfluo el discurso que rcla·
a la. ¡¡«)meuia euc:lfdca. Y rnientros que la plntura mcdlrvol reU· dona el tiempo presente con el momento histórico de las
ne v•rla• esc:cnu y pennlte eontar uno hittorla, desde el Renac:l· técnicas arllstlcas. La seducción que manifiestan los mo-
miento el cspaelo de la plnturo a unilorme, sólo permite repre· vimientO$ de vanguardia por los procedimientos nrtlstlcos
sentar un detennanado acontecimi~to.. EJ1e sJstttmo de reprcscn..
tackln, corocterlzado oqul de modo e~qucmit~. ha dominado el de ~!pocas pasadas (piénsese, por ejemplo, en la técnica
arte ocdde:ntal durante quinientos af\os. Ptl'O a conuet~~zos dd s¡.. de los viejos maestrO$ en muchas obras de Magrlue) hnce
llo u plenle su au"'!'dod indiscutible. En el propio Channe, la casi imposible referirse a un nivel histórico de los proce-
perspecth'11 <entra! prerde ya l3 importancia c¡uc toda•!> tenia dimientO$ anlsúcos. Los movimientos de vanguardia han
en los lmpretlonbtu.. que 1" eonscm>roo JXSt' a su dcscomposJ.
dón de las formas. Oc oste modo, so aeaba eon la autoridad un¡. transformado la sucesión histórica de procedimientos y
•~rul do los alnemu. de rrpretcntación tndlclonaks. • estilos en una simultaneidad de lo radicalmente dherso.

122 123
La consecuencia de elJo es que ningún movimiento artfs. siglo xx. ·El Cen'Or entusiasta por el material y su resls·
tlco puede ya hoy alzarse con fa pretensión de ocupar, renda contra el azar es, desde las poeslas de Trastao
CQmo arte, un lugar hi5tóricameote superior al de otro Tzara a base de reCQrtcs de papel hasta los moderno$
movimiento. De mnnera que la oeovanguardia, al alzarse happeníng, no enu~. sino consec:uencia de una situación
CQn esta pretensión, sólo puede honrarla, porque ya fue social, en la cual la falsa conciencia sólo respeta las mD·
realizada en un periodo anterior. Contra la aplicación de nifestaciones de azar, libres de ideología, no estigmnd·
técnicas realistas ya no se puede argumentar hoy aludien- zados por la total col[lficllción de las relaciones vilnles
do al nivel histórico de las técnicas. Si Adorno argumentó entre los hombres.• " Kllbler señala justamente el nban·
asf, ello nos muestra que como teórico pertenece a la épo. donarse al ml\lcrial ~:omo c:~racterisliw tanto del arre
ca de los movimientos hi5tóricos de vangunrdia. Prueba vanguardis ta como del ncovungunrdista, pero yn me pa·
de esto es que vio los movimientos de vnnguardin no como rece más dudoso que pueda encajar, como pretende, la
algo histórico, sino como algo vivo incluso e n el pre- Interpretación que dio Adorno de e.stc fenómeno. En el
sente.u ejemplo delltasard objccti/ (azar objetivo) de los surrt'a·
listas hay que mostror. poa· un lado, lns espernruas que
pusieron los movimientos de vanguardia en el atar; y, por
otro, la idCQioglzación que cometen con d uso de tal cate·
3. EL AZAR gorfa, p~isamcnH! en base a esas esper.ln"tas
Al comienzo de 1\'adJO ( 1928), Breron cuenta una sene
.En su aprodmac.ión a una historia de los •azares lite· de extraños acontecimientos en Jos cuaJes se :tclarn lo que
rartOS•. o sea. de las versiones que la lirerarum ha dado los surrealistas entienden por «a.zar objethu • Los ocon·
del azar desde el romance cortesano de lo Edad Media tc~cimientos si¡uen un parron básico; dos succ><» se po.
Kllhler reserva un \'Oiuminoso capitulo o In lhernrura deÍ nen en conedón en b~ al hecho de que mueo.tron una
o más coincidencias. Por ejemplo; Breron y su amigo
IS. Sólo ts con<ewente CUllndo 1• ron<iencin neo•on¡uord!J. descubren en el marcllé atu: puus, al ho¡ear uno obro
ta apoya la pr;,tcnsión pollll<:ll qu~ vinculo o •u producción m de Rimbaud, 11 uno joven vendedora que no sólo escribe
un:o ar¡umcntoción Upda est=biUJlentc o Adorno. ChriJ B1!%Z1!1., versos, sino que inclu~o ha lcfdo cl Payso11 de Paris [U11
un autor dt pocs'a cooc:re.t,Q. afirmará a.sf quu •un t'..'iCrhor nw~ campe.siuo de Parls], dc Arogon. El segundo c6UCC:>O• no
lucionorio no .,. el que ""'licc una composición semdntico-po<\llcn
que tcn¡¡o lo necesidad de In nwolución como rontenldo y como se recoge oqnf de manera expresa, porque los lec tores de
propósito, •lno oqu~l que con medios po<\tleos n!\'Oiuclono lo poe. Bre ton ya lo conocen : los ourrcalistns son poetas, Y Aro·
slo oomo mod<lo de In re•vluci6n miJma ( .. 1 <n companoelón con gon es uno de ellos. El azar objetivo se baso en In selec·
la nllenaclón do la burgu.. ra tardJn, la alienación compuo11a por ción de elementos ~cmdntJcos concordantes (aquí: poeta
r:l anc reJJ)«'IO a Ja realidad rep~iva ea uno fu<"-nD que ~mpuja
~la adelont<. Esta fucna .. dialéc:tlca, va que pon< en fundon•· y Aragón) en sucesos independientes en tre si. Lo• surr_cn·
mt<nto lo allcnoc:lón est~tka resp<cto • la -lidlld huoportoble• li>tas constatan lo coon<:~dencia, que remite a un ~><o"Ttltdo
Cdiclttu111 und r c>'OIIltion ( - Ú I y r<voluci6n), <n •Konkrete J>oe. no captablc. EI!Wlr ~da pues e de por sh, pero exige por
••c. T<Jit + Krillk•, núm. 25 (roen> de 1970). pp. lS y 11.~ P<ro el parte de los surreali~tns una orientación que pc rmlle oh-
prop•o Adomo oc mUHtta bastante <SC<!ptico - • rcsp<cto 0 <sO
·~nne ruma qU< <mpuja h3cio addonte- del .... 11<0\'&JlCWlT·
dtsto; <n la ~<Orla est~tlca, - hemos • IJto, se llqp o o puntar 16. B. Kbttl.ft, D<r ltta•ruch• l11(all, dJu Mu~1td1e 1md dte
lo totol ombl\'lllencla de tales obras abriendo la posibilidad' de NOtt4'<11d•lktll [CI 4~r l•t<rorro, lo pOSible 1 IG ntcmJ<>dJ, MIJo
... critiCa ruch. 1911. cap. l. y oqul p. IL

124 125
servar lo coincidencia de elementos semánticos en sucesos entre los hombres no se desp•·cnde ningún sentido. Para
independientes entre sL n los surrealistas, sin embargo, hay un sentido en las cosas
Val~ry ha observado correctamente que el aur se pue. azarosas, en las constelaciones de sucesos, al que ellos
de provocar. Para lograr un resultado azaroso basta con se refieren como caz.ar objetivo•. Aunque el sentido no se
elegir un objeto de entre una cantidad de objetos simila· deje determinar, no van a cambiar las expectativas surrea·
res. Entonces los surrealistas, en realidad, no producen listas, pues esperan encomrnrlo en la realidad. En este
azar, aunque dedican mucha atención a lo que cae fuera hecho hemos de ver una abolición del individuo (bur¡¡ués).
de toda o:xpectathoa, y permiten sellalar •azares• que, a Puesto que el momento activo de formación de la realidad
causa de su insignificancia (su falta de relación con los está en cieno modo ocupado por los hombres de la so-
pensamientos dominantes de los individuos pasarian de. ciedad de la racionalidad de los fines, ll! individuo que
saperclbidos. A partir de la constancia de que en una protesta contra la sociedad sólo le rena entregarse a una
sociedad ordenada conforme o In racionalidad de los fines, experiencia cuya carncterfstica y cuyo valor consisten en
la posibilidad de desarrollo de los individuos esul siempre la independencia de los lines. Que el sentido buscado en
limitada, los surrealistas tratan de descubrir momentos el azar sea siempre inaprehensible se explica por el hecho
de imprevisibilidad en lo vida cotidiana. Su atención se de que si fuero determinado. seria asumido en seauida
dirige, pues , hacia fenómenos que no tienen cabida en el pOr In rneionalidad de los fines, y perderla asl su valor
mundo de la racionolldad do los lines. El dcscubrimi.e nto • • de protesta. Asl pues. Jo esperan;,.a sólo se explica por la
de las maravillas de lo cotidiano representa, evidentemen· total oposición a la sociedad existente. Pero al no reco-
te, un enriquecimiento de las pOSibilidades de experiencias nocer que un detcrmiMdo dominio de In naturaleza ne.
del •hombre urbano•: sin embar¡¡o, está ligada a un dpo cesha una organización social. los surrealistas corren el
de conducta que renuncia a las iniciativas en favor de peli¡ro de que su protesta se coD\;erm de pronto en pro-
una predispOSición universal o la impresión. Los surrea. testn conTra lo social. No se cri tica la finalidad de la
listas no se dan por satis[cchos con ella , y buscan la sociedad burguesa capilalisto, que baoe del beneficio el
provocación de lo excepcional. La lijación por determina· principio dominante, sino la racionalidad de los fines en
dos lugares (liewc sacrés) y su esfuerzo por una mytlrolo- general. As1 el azar, al que los hombres están sometidos
gie modeme muestran que lo que ellos pretenden, domi· de modo completamente heterónomo, se conviene para·
nando el azar, es pOder repetir lo extTaordinario. dójicamente en la clave de la libertad.
El aspecto ideológico de la Interpretación surrealista Unu ieorfa de la vanguardia no puede admitir, sin m6s,
de In cotegoría de a1.ar no reside en el intento por doml· Lal y como ha sido desarrollado por los teóricos de In van·
nar lo extraordinario, sino en la Inclinación a ~-er en el guardia, el concepto de azar; pues se trata de una cate-
azor un sentido objetivo. El sentido es siempre obra de goría Ideológica: la producción de sentido, que es un
indiVIduos y grupOS; de las relaciones de comunicación asunto humano, es at:ribuida a la naturaleu~, y no queda
más que descifrarlo. Esto reducción del sentido producido
17. Sobre el sl¡niRudo de la orkntocl6n como c:o~raorl• du en los procesos comunicativos n la naturnlcUl no es arbl·
la es1~1ka de 1ll producción. cf. P. BUKcta. Der fran:lis/sche Su. trnria; está relacionada con la abstracción de la protesto
rrWis"uu. Stud1t11 Vtm Probltnt dtr Gl-'Ont&ua,.-dutlschc.n UttftJ• que caracteriu a la Lemprann fase del movimiento surrea·
tur (El setrrtlllimto (rGtiCÚ. EstudiOS sobre d problema de la lista. Pero la teorfa de la \oanguardla no puede renunciar
lít<roturo de •·• nfliOrdra], FMindon . 1971, pp. 154 y SS. P•r.a lo
que slau«'. vhse el an,Uob dd Payf4n d• Paris de An1110n· que se por completo o la categoría de azar, aunque sólo sea por·
Incluyo en es•• obra, que es decisiva para la comprensión del movimiento su·

126 127
rreali>til El ~•¡¡nifi~¡u.Jo que lo~ ~unwll§l8\ han dado o la burgués: •La impot<•ncia en que la tecnolopa ha sumido
nteg<>ria, que se puede considero• como cate¡oria ideo. ni sujeto, desatada por el mismo, ha sido recibida en la
lo¡:icn. permllc al ocntiliw captnr In Intención dd mo,·j. conciencia, se ha t.On1•ertido en programa. (AT, p. 43).
miento, aunque deba criticar<C al mismo tiempo 1.. misiun Aqur se repite la Interpretación que ya hemos visto al
para la que hu: concebida. discutir la catcgorla de lo nuevo. Acomodarse a la allen:.-
Ha1 una aplic:~ción de la catcgorfn de aar diStinta a ción parece ser la única forma posible de resistencia eon·
lll que hemos visto hasta ahora, que locali%:1 el QZ.Qr co In tra ésta. La observación que hicimos antes se aplica, mu·
obra de arte 1 no en In realidad, en lo producido > no en raris mutandis, también aquf.
lo pet cibldo, pues el azor puede producir de muy distintas Cabe supone¡· que la tesis de Adorno, que ve en la
manera\. Podemos distinguir entre producclon inmediata o primacla de In construcción una legalidad a la que los
mediudn del :nar. Ln primera .urge en la pintura durante artistas se nbundonnn sin poder prever los consecuencias
los nños clncucnta, con movimientos como el tnchlsmo, el de ello, resulta de su familiaridad con los modos do com·
actiou pai11ti11g y algunos otros. Se trow de mojar la tela posición de la música dodccafónica. En su Pltilosophie
con el pincel La rcahdnd ya no es formada 111 interpreto· tfer lleiiCil Mu>ik [Fi/oJofla de /a IIIICI'a mtlsica} lln.ma n
da : se rcnun~•a a la creadon intencionada de figuras en la racionnlldad dodecafónica •un sistema cerrado y opaco
fa1•or de un desarrollo de la e-pontnncidnd; el :wn aban· a la vez, en el cual la constelación de Jos medios c:s hipos.
dona en buena medida la figuración. El pmtor, hbcradu de tnsiada de inmcd1ato como finalidad y ley[ ... }. La lcgali·
toda prc Ión y ~.,b formal. se entre¡!a finalmente a WUI dad en l:1 que ~ta se cumple queda oculta por el ma·
subJcth•dad 1aefa El sujeto ya no puede entrq:arse n algo t<'rial. al que determina sin que este determinar mismo
e!lt¡;ido por el material y la 1aren; el n.•,ultodo deviene ofrezca un sentido•."
amroso en el mal scnudo de la palabra, o sea, que re~ulta La producción de aar por la aplicación de un principil)
arbitrano. La prot.,.ta total contra aquel momento de de construccion se dn en la literatura, si no me equí•'OCo,
roocdón conduce al pintor no hncia In lilxrtod de la for· ron la poesla concreta, más tarde que en la música. La
mn, sino unicamente bncia la arbitrariedad, aunque ~sla menor importancia de lo semántico en lll música tiene
pueda luC}lo ser interpretada como c.•prcsión de indh•i· como consecuencia que en el cnso de la construcción for·
dunlldnd. mal, In música y In literatura es tén muy próximos. P31'11
Tenemos por otrn pnrtc lo producción mediad:• de azor. que el mnterinl literario so someta completamente a una
!!.~ta ya no es el resultado de una espontaneidad cic¡10 ley de c:onstt ucclún que le es siempre ajenn, es preciso
en el manejo del material, sino que es, por el contrario, que rer•~nclc ol contenido semántico. Hny que dejor bien
fruto de un calculo muv preciso. Pero el cMculo se refiere claro, sm embar¡;o, que In oplícación de unn legalidad
al medio; el producto es bnstnntc Imprevisible. • El pro. al mntcrial de la lhcratura tiene un valor distinto ni de
greso del arte como actividad•, subrn\a Adorno, está la aplicación de un principio de construcción semejnntc
•acompañado por la tendencia hacin lo determinación a la música, en base n la genuina di\'crsidad de los
absoluta. Se ha señalado con razón 13 con,er~encio entre medios.
lns obras rc:.lit.ndns totalmente conforme a la ttcnic:. y
llls que son absolutamente :.m~~· (AT, p. 47 ). El prin·
cipio de construcción rcnunci:. a 13 imaginndón subjetiva
en fa1'0r de un nbnndono de 13 construcc•ón al azar. Ador·
no lo upl1Ca como rencción a la impotcnc•n del individuo

128 129
4. EL CONCEPTO DE ALEGORIA EN BENIAMIN el caricter de un determinado tipo de obra de arte (la
alegórica) puede explicar en su esuuctura social q,oeas
Una tarea eemral de !:1 rcoria de !:1 vanguardia es el tan distintas. Seria un error buscar. para responder a esta
desarrollo de un conoq>to de las obra• de arre lnorgllní. prq¡unta, afinidades histórioo-sociales entre ambas tpoeas,
cas. Semejante tarea puede iniciarse a partir del conoq>to suponiendo que formas artísticas iguales tienen por ne-
de alegoria de Benjamín, que, como ''imos, es una catego. cesidad un mismo fundamento social este no es el caso.
ria articulada especialmente rica, apropiada para referirse l:fabria que entender, m4s bien, que las formas arüsticas
tanto al aspecto de la producción como al del efecto es· deben su origen a un determinado contCJtto social, pero
rético de las obras de vanguardia. Benjamín ha desarro. que no mantienen ningún vinculo con tal contexto ni con
liado, como sabemos, el concepto paro la literatura ba· situaciones sociales analogos, que en con textos sociales
rroca; 11 se puede nlirmar, sin embargo, que su objeto más distintos podrfan asumir otras funciones. La investigación
apropiado es In obro de vnnguardla. Dicho de oirn mane- no debe centrarse en la posible analogf.a entre contexto
ro : In experienc.in de Benjamin en el contacto oon las primario y secundario, sino en las modificaciones sociales
obras de vanguardia es lo que le permite tanto el desarro- de la funcíón de lo forma artística.
llo de In categoría como su aplicació n a la literatura del Si se descompone el concepto de alegoria obtenemos
barroco, pero no al contrario. Puesto que nlll el desarrollo el siguiente esquema: l. Lo alegórico arranca un elemen·
de los objeto• se apoya uunbién en la inrerpretacíón del 10 a la totalidad del contexto vital, lo aisla, lo despoja
p:uado Inmediato, se puede entender sin ~iolencla el con· de su funcíón. La alegorfa es, por tanto, esencíalmentc un
eepto de alegoría de Benjamin como una tcoria del arte fragmento, en contraste con el símbolo orgll.nico. •la pin·
de ,·an¡uardia (inorgánico), aunque obviamente habrá que tura en el tem:no de la intuición alegórica es fragmento,
prescindir de los momenros que deri•·an de su aplicació n runa [ ... ] . La falsa apariencia de la totalidad desaparece•
a la literatura b3rroca." Aún asl, es lógico preguntar cómo (Urspnmg, p. 195). 2. Lo alegórico crea sentido al reunir
esos fragmentos aislados de la realidad. Se trata de un
t9. \Y. Bouuw•. Ursprlllll dts Dwtsclrtn Tr•utrsplcls [Orl· sentido dado, que no resulta del contexto original de los
ltn de la traJedia alemana), editado por R. Tirdemann, fronclon, fragmentos. 3. Benjamin Interpreta la función de lo ale-
t96J. pp. 174 y ••·: en lo que sigue d taremos como Ursprutlt. górico como expresión de melancolia. •Cuando el objeto
20. En mi Der (ranz6siscl,. Surrtalismus. cap. XI, pp. 174 y
u .. he aplicado el concepto de nlegorla de Benjamin oomo inJ. deviene alegórico bajo In mirada de la melancolía, deja
trumento para la interpretoelón de In p<>ctio do Breton. Creu que escapar la vida, y queda como muerto, detenido para lo
ba tldo (i, Luk4cs el primero en afirmar que el coneepto de al.,. etemldad. De esta manera se encuentro ante el artista
aorla de Benjomin se puede apllt:ar 3 la obro de vonauardla alegórico, destinado a él para gracia y desgracía; es decír,
(•Die weltanschaullehcn Grundla¡en des AvantaardeiJmus• (•Los
prlnd plos ldeolótlc:o< del vanguardismo• ], en •u Wider det~ mil- el objeto es totalmente Incapaz de irradiar sentido ni sig·
ver,stand~ntn Rcolis,ms [Contra ti realismo mal e-ntendido) , Ham- nificado, y como sentido le corresponde el que le conceda
bur¡o. 1958, pp. ~1 y u.). La tnvestipc:ión de Benjamln obedece el alegórico• (Ursprung, pp. 2(); y s.). El trato del alegó-
al lnterts por una eompren>ión de la llteraturo eontctnportlnea. y
ello no sólo es nidente por sus rdcrendas al impresiOnismo en
la tntr0du«16n • su obra (Urspru,.. pp. 41 y u). sino que Asja sua;e formal por lo dramjtleo barroco como un fen6met10 """
LacU lo ha mcxtrado apllcitamente: •En s.e¡¡undo lupr, dlee que toso al tllprosioniJmo. Por eso, dice, he tratado con tanto der•
m tn'-utipdón no es acadbnica, sino que tiene eoneJdón lntne- Ue los problemas anlstlc:o< de la alqorla, del emblema y del rl-
dlata con problemu contempoñneos muy actuelcs. Insiste expU. tuab (Rcvolutlonlr• lm B<ruf [ ... ) [Rn<Olucfon4rio por pro/•
d tamente en que en su tnabajo ha sellalado la b<Uq~ de un l.,.. sidn], editado por Hlldepnl Br<DD<r, Munlcl1, 1971 , p. 44~

130 131
rico con las cosas supone un intercambio prolongado de por ello un concepto del arte clásico), maneja su mate-
slmpatla y hastlo: •la absoru simpatla de los enfermos rial como algo vivo, respetando su sígnilicado aparec:ido
por lo esponldico y lo insignificante (se desprende) del de. en cada situación concreta de la vida. Para el vanguardis-
sengallado abandono de los emblemas vados• (Id., p. 207). ta, al contrario, el material sólo es material; su actividad
4. Tambl~n alude Benjamín al plano de la recepción. La no consiste principalmente en otra cosa más que en &ca·
alegoría, cuya esencia es el fragmento, represenlll la his- bar con la cvida• de los materiales, arraoc:áodolos del
toria como decadencia: cen la alegoría [reside) la f~ies contexto donde realizan su función y rec:iben su signiJica·
ltippocratlca [o sea, el aspecto Fúnebre! de la historia do. El clasicista ve en el material al portador de un slg·
como primitivo paisaje petrificado de: lo que se ofrec:e o nilicado y lo oprec:ia por ello, pero el vanguardista sólo
la ViSillo (Id., pp. 182 y s.). distingue un signo vado, pues él es el único con derec:ho
Al margen de que los cuatro elementos del concepto a atribuir un significado. De este modo, el clasicista ma·
de alegoría que hemos presentado puedan aplicarse al neja su material como una totalidad, mientras que el van·
análisis de obras de vanguardia, podemos comprobar que guardistn separa el suyo de la totalidad de la vida, lo
se trata de una categoría compleja, que ocupa un puesto aisla, lo fragmenta.
especialmente alto en la jernrqufa de las categorías para La diversidad de las posiciones respecto al material,
In descripción de obras. Es111 categoría reúne claramente se reproduce respecto a la constitución de la obra. El cJa.
dos conceptos de In producción de lo estético, de los cua· sicista quiere dar con su obra un retrato vivo de In lOta·
les uno concierne al tratamiento del material (separación lldad: tal es su intención, incluso cuando la parte de
de las panes de su conre.no) y el otTO a la constitución realidad presentada se limita a ser la restitución de una
de la obra (ajuste de fr:.gmcntos y fijación de sentido), o.tmósfe111 f1.1gu. El vangunrdislll, por su parte, reúne
con una Interpretación de los procesos de producción y fragmentos con la intención de fijar un sentido (con lo
recepción (melancolla en los productores, visión pesimis- cual el sentido podrfa ser muy bien la ad\'ertencla de que
ta de la historia en los receptores). Ya que pennite distiDo ya no hay ningún sentido). La obra ya no es producida
gulr en el plano del :.nálisis Jos aspectos de la producción como un todo orgánico, sino montada sobre fragmentos.
y el efecto estético, sin dejar por ello de: pensarlos como (Hablaremos de ello en la siguiente sección.)
unidad, el concepto de alegoría de Benjamín puede ser De los aspectos has ta ahora discutidos del concepto
apropiado para ocupar la categorta central de una teoría de alegorlo., que describCII un determinado procedlmien·
de las obras de arte de vangunrdi:.. Con nuestro esquema to, hoy que distinguir aquellos que pretenden interpretar
se puede apreciar ya que la utilidad de la cotegorla resido el procedhnJento. Bste es el caso cuando Benjamln carac-
en el análisis de la estética de la producción; para el ám- teriza la conducto del artista alegórico como melancólica.
bito del efecto estético, sin embargo, requerirla algún Tal Interpretación no se puede trasladar alegremente del
complemento. barroco a la vanguardia, porque en tal caso se darla al
Una comparación de las obras de arte orglinlcas con procedimiento un $lgnUicado determinado, despreciando
ras lnorgAnicas (vanguardistas), desde el punto de vista asf el hecho de que un procedimiento puede ser aplicado
de la est4!lica de la producción, encuentra una herramlen· en el curso de la historia con signilicados dh-ersos." En
ta esencial en lo que llamamos montaje, con c:l que coin-
ciden los dos primeros elementos del concepto de alegoría . 2t . Sob"' el probl=a de la •semantlzad6n de ao. p~
de Benjamín. El artista que produce una obra orpnlca micntos lit~nrlos• , q, K. CC!m<D, •Funktionsanalyse der Ute.-.
Oo llamanmos en lo sucesh'O clasicista, sin querer dar rur- 1•AniiiJIJ de fundón de la Utetawn•], en J. Kolbe ( ed.).

132 133
el caso de la alegorfa parece posible, sin embargo, consi- pretende I'C$Uiutar la originalidad de la experiencia tra·
derando los modos de creación de los productores, en- tando como natural el mundo producido por los horn-
contrar similitudes entre el alegórico barroco y el alegó- bi'C$. De este ""' Jo, sin embargo, la rtalidad socilll está
rico van¡uardista. lo que Benjamín llama melancolla es protegida contr.1 el pensamiento de un posible cambio. La
una fijación en lo singular, destinada al fracaso porque historia hecha por los hombres se rebaja a historia natu·
no responde a ningUn concepto general de la formación ral cuando se petrifica en urm imagen de la naturaleza.
de la realidad. La devoción por cada singularidad es deses- La gran ciudad se experimenta como rtaturaleza enlgmll·
penda, porque Implica la consciencia de que la realidad tica, por donde el surrealista se mueve como el hombre
se escapa como algo que eslli en continua formación. Ea primltivo por la verdadera naturaleza: en busca de un
natural ver en el concepto de Benjamín la descripción de sentido que debe poder encontrarse en Jos hechos. en Ju.
la mentalidad del vanguardista, al que ya no le está per· g¡¡r de sumergirse en los misterios de la creación de estas
mltldo, como al esteticista, transfigurar la propia carencia dos naturalezas por el hombre, confía en poder disfrutar
de (unción social. Bl concepto surreallita del emwl (del del fenómeno como tal sentido. Bl cambio de función de
que •aburrimiento• es sólo una traducc:lón parcial) apo- la alegorfa desde el barroco es considerable; la devalua-
yarla tal vez esta interpretación."' ción barroca del mundo en favor del más allá se convier-
También la segunda interpretación, la de la e5télica te, en la vanguardia, en una afirmación francamente entu·
de la recepción, que da Benjamín del concepto de alegorla siasta del mismo mundo, aunque en un inmediato análisis
(la alegorla presenta la historia como historia de la na- de las técnicas artlsticas '-eremos que tal afinnaclón es
turaleza, o sea, como historia fatal de la decadencia) pa· desgarrada, que es una expresión de angustia ante una
rece admitir una traducción al arte de vanguardia. Si se técnica y una estructura social que restringen gra~-emente
toma la conducta del yo surreall5ta como prototipo de las posibilidades de occ:lón de los individuos.
conducta vanguardista, podemos comprobar que abl la Las interpretaciones que hemos dado del procedimien-
sociedad es reducida a la naturaleza." El yo surrealista to alegórico podrlan ser, sin embargo, menos importantes
que Jos conceptos explicitados por los propios procedt·
micntos, entre otras cosas porque ellos, como Interpreta·
N•"• Ansichtcn tlner kUnftigtn Gumanistlk [Nt4cva ¡Hmp«ti••a ciooes, se mueven ya a un nivel que requiere análisis de
do w11a futura gcmoanlstical (Relbe 1:1""-"'r. 122), Munlcb, 197J,
pp. 179 y as.
obras concretas. Por lo tanto, paro continuar nuesu·n com·
22. LA ccnducta dd yo surrcallsta, tal y como qutda reflejado paraeión entre obras orgánicas e inorgánicas, habremos
por Ara¡ón en el PayJan de Pa¡ú ( 1926), se determina por la n.,. de prescindir en adelante de categorlas dc la intcrpre.
¡atlva a someterse u tu presiones del orden social. LA ~rdlda tacióo.
de posibilidad<$ pnlcllcas de acción. que se deduce de la falto de La obro de nne orgánica se ofrece como una creación
uno función ""'lal, da lupr a la aparición de un vaclo, precisa·
mente el nmul. Desde el punto de vista surreali>la, eJte onnwl de la naturaleza: •el arte bello debe ser considerado como
nc se valora nl mudlo menos neptivomentc; es, al centrarlo, la naturolcu, por más que se tenga consciencia de que es
c:oodld6n decisivo para la transformacl6n de la realidad cotidiana arte•, escribe Kant (KdU, § 45; p . 405 [ed. castellana,
a la que se aplican los surreaJis1as. p. 212] ). Y Geor11 LukAcs distíngue una doble misión del
D . Es una lJstlma que la obra de Giscla Stelnwacbs, que
aclena en su determlnac:i6n del feoómeDO, no cuente ccn las ca·
tqorJas desc:rlpth'U que permiten una compm>Skln precl.sa. Cf. li.Jmo o 1• dn'Oio..,6n do 1• adtura a 1• MlUI'alou) 1S.mml11111
Gisela Smsw..ats, Myllrolo(ie des Sumt<l!lsmus odn dio RUc/1:· Luchterhand, oiO; colleeúon alternatiff, 3). Ncu,.ied/ Berl!n, 1971 ,
ve,...11dlun1 '"'" Kultur in Natur ( .] (úr mltolop del surr- pp. 71 y»

134 135
realista (en contraste con el artista de vanguardia): •Prl· S. MONTAJE
mero el descubrimiento intelectual y configureción arlls-
uca de esas eoneltiones [o sea, las conclÚOnes de la re4li- Es importante aclarar desde el principio que el con·
clad social); segundo, y sin que se pueda separar de lo ceplo de montaje no introduce ninguna categorla nueve.
anterior, el recubrimiento artístico de las conexiones ebs- alternativa al concepto de alegoría ; se trata, más bien, de
t:núdas y trabajadas, la superación de la abstracción•." Lo una categorla que permite C$tablece.r con exactitud un
que Lukllcs llama •recubrimiento• es precisamente dar determinado aspecto del concepto de alegorla. El monusje
apariencia de naturalclA. La obra de arte orgruuca quiere supone la fragmentación de la realidad y describe la rase
ocultar su artificio. A la obra de vanguardia se aplica lo de la constitución de la obra. Puesto que el concepto jue·
contrario: se ofrece como producto artlstlco, como ane- ga un papel no sólo en las artes pl.ásticas y en lo litera·
facto. En esta medida, el montaje puede servir como prin· tura , sino también en el cine, debemos averiguar a qué
cipio básico del arte vanguardista. La obm •mOntodth da se refiere en cada medio concreto.
a entender que esu\ compuesta de fragme,ntos do reoUdad; El cine se basa, como sabemos. en el encadenamiento
acaba con la aptlrlencia de totalidad. La institución arte de imágenes fotográficas que producen Impresión de mo-
se realiul, pues, de modo paradójico en la misma obra de vimiento por In velocidad con que se suceden ante nuestra
nne. La reintegración del arte a la prnxls vital se propone vista. El montaje de imágenes es la tlcnico. opualiva bá·
una re,·oluclón de la vida y provoca una revolución del sien en el cine: no se trata de una técnica artlstica es¡»
arte. clfica. slno que viene determinada por el medio. Aunque
La mencionada distinción también se aplica a los di- se podrla hacer una distinción según el uso, porque no ~
f~rentes modo! de recepción establecidos por los princi· lo mismo cuDndo la sucesión de planos fotogñ6cos re-
ptos constructivos de cada tipo de obra. (Es obvio que produce el curso de un mo,·imiento natural que cuando
estos modos de recepción no necesitan coincidir en cada reproduce UQ movimiento artlstico (por ejemplo: a partir
caso con los modos efectivos de recepción de cada obra de un león de mánnol dormido, despierto y puesto en
en panicular.) La obra orgáruca pretende una impresión pie se produce la impresión de que ese león salta, como
global. Sus momentos concretos, que sólo tienen sentido sucede en El acorazado Potemkin). En el primer caso
en coneltión con In totalidad de la obrn, remiten siempre, tambié.n se •montan• im6genes aisladas, pero la impre-
al observarlos por separado, a esa totalidad. Los momeo· sión cinematográfica reproduce por engaño el curso de
t~s concretos de la obra de vanguardia tienen, en cam- un movimiento nnturnl. En el segundo caso. sin embargo,
bto, un elevado grado de independencia y pueden ser la impr~ión de movimiento sólo puede producirla el mon·
leidos o Interpretados tanto en conjunto como por sepa· taje de imágenes."
rndo, sin necesidad de contemplar el todo de la obra. En Mientras que en el cine el montaje de imógenes es un
la obra de vanguardia sólo puede hablarse en sentido
n:strin¡ido de •totalidad de In obra• como suma de la 2S. Sobn: el problema del montaje en el dne. e(. W. 1'\.DO\ •
totalidad de los posibles sentidos. 1'-'lll. ·Uber die Montace• 1•Sobn: el montaje•J, en Tllcori• des
Kmos (Tcorl• dtJ cine), editada por K. Witte ( Ed. Suhrbmp, 5$7),
24. G. Llc.lcs, ·Es !l"hl um Rnli•mus• 1•Se trata del rulls- Frandor1, lm, pp. lU·llO. y S. EtusSTEtS. Dur/<ktrSdlt ThCOril
mo•), to Ator.ta.smus und UteraJur. Eitt~ DolwncntGtion (Mcar.rU. drs Füms 1Ttorl41 dl•lktlc:o dd cm<]. m D. Prokop (ed.), A1ottrl<Jo
mo 1 /ucrGtur& U1NJ doct~mmtación), editAdo por F. J. RAcldlt2. IDo V'' Thtorl• des Ftlms. hthttrk, So:iolo¡:i<, Poloult IAfattri•·
tomo JI. Rdnbeck en tlambur¡o. 1969. pp. 111 ..,. u . En la edk:k!u la ,.,. un ttorlD dd con<. EstitoCJt, sociD/o¡la, pOIItlcG], Munkh,
cait~llana <•• Bibliot¡nffa). p Zl . 19'71 . pp 65-&l .

136 137
p.rocedlmiento tl!cnico, dado por el propio medio cinema- Uevado al campo de la polltica. El emblema reúne una
tognlfico, en la pintura tiene el sra1us de un principio ar- figura oon dos textos diferentes, uno (frecuentemente con
tlstico. No es casuaUdad que el monUije --(!ejando a un carácter de denuncia) como titulo (inscriptio) y otro más
lado los • precursores• descubiertos siempre a posteriori- extenso como explicación (subscriptio). Por ejemplo:
aparece históricamente vinculado al cubismo, el movi- mientras Hitler est:l hablando, su tórax transparente nos
miento que dentro de la pintura moderna h:1 destruido muestra u.na columna de monedas en el lugar del esófago.
conscientemente el sistema de represenUición vigente des- Jnscriptio: •Adolf, el superhombre•: subscriptio: •Traga
de el Renacimiento. En los papiers collts de Picas50 y S ra- oro y dice disparates.• • O bien; sobre un cartel del
que, realizados durante los años de In Primera Guerra SPo,•• con el slogan c¡La socialización avanza!•, sobre
Mundial, hay siempre dos técnicas contrnstndas: el •ilu- el que se superponen dos personajes del mundo de la eco.
sionismo• de Jos fragmentos de realidad (un trow de nomla, altivos, con chistera y paraguas, y en segundo pin·
cesta, un papel pintado) y la •absu"aoción• de Jo técnica no dos mllltnres, uno de los cunles lleva una bandera con
cubista con la que se trnUin Jos objetos reprcscnUidos. la cru~ gamada. l!lscriptio: •;Alemania todavía no est6
Este contraste constituye sin duda un inte~s prioritario perdida! •: subscrlptlo: •"la socialización avanza!", han
para ambos artistas, cosa que podemos reconocer también escrito los "social " demócraUis en un cartel, y lo han de·
en los cuadros de la época que renuncian o la técnica del c.idido: los socialistas son muertos a tiros [ .. .l.•" Hay
montaje." que destacar tanto el sentido poJrtico obvio como el mo.
En el intento de determinar las intenciones de efecto mento antiesto!tlco que caracterizan a los monUijcs de
est~tico, que se pueden ~ibir sólo en el c:u:~dro-mon­ Heanfield. En cierto sentido el fotomontaje está próximo
Uije, hay que proceder con mucho cuidado. Evidentemente, al cine, no sólo porque ambos utilizan la foto¡¡rafla, sino
pegar papeles de periódico en cuadros supone un mo. tambi~ porque en ambos casos se disfraza o al menos
memo de provocación, aunque no debemos sobreestimar· no es evidente el hecho del montaje. EsUI razón separa,
lo, pues al fin y al cabo los fragmentos de re:~lid:ul están por principio, el fotomontaje del montaje de los cubistas
al sen•icio de una composición est~tlcn de figuras, y bus- o del de Schwluer.
can un equilibrio de los elementos concretos como volú· Naturalmente, las observaciones precedentes no prt>
menes, colores, etc. Podemos hablar fácilmente de una tendían agotar el objeto (el collage cubista o el foto.
intención reprimida: se trata de dc.~trulr las obras orgd· montaje de Hcartlield), sino sólo mostrar el empleo del
oleas que pretenden reproducir la realidad , pero no me- concepto de montnje. En el marco de una teorla de In
diante un cuestionamiento del arte en general como en vanguardia no Interesa la acepción cinemntográlica de
los movimientos históricos de vanguardia. El intento este concepto, porque viene dada por el medio. El fotO·
apunta n la creación de objetos estéticos que prescindan montaje tampoco ayuda o resolver la cuestión, porque
de los criterios tradicionales. ocupa un lu¡¡ar intermcdjo entre el montaje clnematográ·
Un tipo completamente distinto de monUije lo dan lico y el cuadro-montaje, y lo mb común es que oculte
los fotomontajes de Heartfield que no son esencialmente
objetos est~ticos, sino conjuntos de imdgenes. Heartfield • Juqo de palabras Blrch, en almmn, sianilica Wlto boja·
ha recuperado la vieja técnica de los emblemas y la ha lata como dl•parate. (N. del t.)
~ Pan ido Socblckmóc.rata Al<min. (N. 4<1 t .)
21. John Hurtfl<ld Dotummtarion {DocummtGd611 sobro
16 Cl por ej<mplo L'n Violón (19JH. de
>«> de Art< de Bemo
p,.,.,..,, m d Mu- John 1/u•t/l<ldJ, editado por el ¡n~po de U'llba)o Rearli<!td, &r·
lln (Neue Gescllsd!aft IOr bllcknde Kunst), 1969/ 1970, PI' J I Y U
138 139
el hecl!o del monraje. Una teorfa de la vanguardia tiene El problema de UIU técnica pictórica que ba s:ido acepo
q~e partir del concepto de montaje !al y como queda im- tada por el siglo no se puede resolver reduclbldolo a una
plicado en los primeros collog6 cubistas. Lo que dislin· cuestión de ahorro de esfuerzo supernuo;" en cambio, los
gue a ~tos de las técnicas de pintura desarrolladas desde argumentos de Adorno sobre el significado del montaje en
el renaclmlento, es la incorporación de fragmentos de rea. el arte moderno proporcionan un Importante punto de
lldad o In piotu:ra, o sea, de mnterinles que no han sido apoyo para la comprensión del fenómeno. Adorno observa
elaborados por el artistn. Con ello se destruye la unidad lo revolucionarlo (y aqui puede ser oportuna una metá·
de la obra como produeto absoluto de lo subjetividad del foro tan gastada) de los nuevos procedimientos: e la apa-
anlsta. El pedazo de cesta que Picasso pega en un cuadro riencia de que el arte está reconciliado con la experiencia
puede ser elegido teniendo en cuenta una intención de heterogéneo por el hecho de representarla debe romperse,
composición; como pedazo de cesta sigue formando pano mientras que la obra literal, que ndmile escombros de la
de la realidad, y se incorpora al cuadro tal cual es sin expericnc:la, sin apariencia, reconoce la ruptura y alcanza
experimentar cambios esenciales. De esta manera se' vio- una función distinta para su efecto estético• (AT, p. 232).
lenta un sistema de representación que se basa ~n la re. La obru de arte orgánica, elaborada por la mano del hom·
producción de la realidad, es decir, en cl principio de que brc y que no obstante se pretende nlllurniC'Za, presenta un
el anlsto tiene como tarea lo transposición de la realidad. cuadro de reconcllinci6n entre el hombre y la naturoleu.
Los cubistas no se contentan, es verdad -como horia un Lo caracicrlstico de lns obras inorgánicas que trabajan
poco más tarde Duchamp- con exhibir un mero frng·
mento de la ren.Udad, pero renuncian a la total constitu· contrutlo las rcO<!lliOn<S de S. Etse.'<S11'lN: •Para sw;tltulr el ·~
ción del espacio del cuadro como un continuo." nejo" eJ>l,tlco de un aoontedmi~nto, dado ,_.,.tlamentc por el
tema y la posrbrhdad de su solu~lón llnlcamente a través de con·
21. J WISSWA.'<l<, qul! ofnce wuo lltll panoriJllk:a IObre la utlll- sccucncúu 16Jicamenu~ vin<Uiados a tal acontecimiento, apar<ee
-ión de la llc:níca del <of/Dge <n b pintura II>C>Cknu, resume asl un nu.e\*0 procahmjmto :anfstico: e1 Ubre montaje de in.Oumdas
d d<eto del eol~ rubbta: •las p&rt<S qU< 5<'ñaJan la ralidad• (atracaona) Independientes, conscientemente áelecdonadas (eon
lknen la misión de •hAcer qfbi<S para el obserndor los Jl¡nos el<etos mis aJJj de la compo<idón P"""'lc y de la escena.sujeto),
pletóricos que han devenido no objetuat.... Con ello no "' P<l' poro con una lntenc.l6o e.<acl& IObre un d<t<rmlnado cfCCIO t<mA-
SIJUe nln¡lln Ilusionismo en el ~tldo Yi¡¡ente huta ento_,; •<n tlco firual• (Dia Momage der Allt41tliotrcrt [ ... ] (El montaJe de
su lu¡nr .., oiC!\nm un extroftaml<nto que juego de una rorma orr•criotru). <o •Asthetik und Kommunlkotlon•, n~m. 13 (diclem·
muy dlf<rente con la oposición de arte y ~lldad•, oon lo que lu bre de 1973], p. 77); ol respecto Ulmbh!n Karlo HtEI.SClll!R. S. M.
contradlcdon<S entre lo plntndo y to real son odtsu<IUIS por su Elsonsl<iru Tlttater•rbeil bdm Moska,uer ProleJkul/ (1921·1924)
ob~rvadoro (•Collagcn odcr die lnt<¡ratlon von Roalltllt lm (El lra/>4/o ltotral de Eist.nstaifl ,_,, la culwra proletaria mosco-
Kun<t....,..k• (•El eollll¡c o la int<¡rad6n do la realidad on la vilo), en o!bttw>t lk und Kommunlkatlon•, nllm. U (diciembre de
obra de orle•]. en lmmGJrem• Jlslhttil<. Jls1he1iscJre Rtfluion [ J 1973). pp. 68 y u.
(EIIillcD imncuwrte. Rtf/clo tslillco] (PO<tik rmd H.,.,.,,.., 29. Cf. Hem Waawt. DU Col/al•· Cuchichie dnu küsll<ri·
lil<. 2). Munleh. 1966. pp. ll3 y os.). Aqul "' aborda el coflatt schm AutdrucksmJ/ttls ¡El <oflop. llurorlil de un medio do u.
d<Sde d punto de vis<& de la •«t~tíca lnmantot.. .. se nata do la prcsidn arllsll«>]. Cokmi.o, 1961. p. 22. que Hplica la lmrodua:lcln
CU<Stl6n de la •lntqración dt la realidad en IJI ob~ de art... Este dd <o!IDgc por Braquc como el deseo de ocvitane el faU,OSO pro-
Ol<t<MO anlculo apenas dedk:a una P4fna al fotomoruajc de CIHO de pontaro. Uoa breve presenlllción de IJI n'Oiudón del .orr...
Hausmann y H<artficld. Poro, pr<elument<. htos ha.b tlan ofrecido ••· en la que se Insiste, con rAl<Ófl, en los eamblos de sl¡nlfiC&do
la potllbllldad de probar si n<e<satlamentc se pnrduce en el <of/o. de uta ti!cnlco, n la olrecida por E. Romos. •Die blstorbchc Ent·
,. - olnt<¡radóo de la realidad en lo obra de arte•. •1 el prln- wlckluna dcr Collaac In der bildenden Kunst• [ •El desarrollo
<lplo d<l <ofl•f• no se opone mAl! bi<n o una tal lnt<¡radón po. histórico dol eollaac en las artes pllllttlcas•J. on Printip CollDI•
slbllhando asl un nuevo tipo de arte comprometido. Cf. en 'utc [Prl11clpio roll•l•l. Neuwlcdf!jerlln, 1961, pp. lS-41.

140 14 1
sobre el principio del montaje consiste, para Adorno, en atribuye determinaciones semánticas permanentes a los
que ya no provocan la apariencia de reconciliación. En procedimientos.
tal caso, podrlamos asentir al estudio de Adorno aun cuan. Asl pues, debemos tratar de separar, en las investiga.
do no compartamos la totalidad de la filosofía que lo sus- clones de Adorno, &us hallazgos en la descripción del
tenta.• La obra de ane se t:raosforma esencialmente al fenómeno del significado estricto que les atribuyó. Uno
admitir en su seno fragmentos de realidad. Ya no se trata de sus definiciones del montaje es la siguiente: •la nep·
sólo de la renuncia del artista a la creación de cuadros dón de la sín1esis es el principio de creación• (.liT, p. 232).
completos; tambic!o los cuadros mismos alcanzan un sta· La oe¡ación de la slntesls expresa para la producc:ión es-
tus distinto, pues una parte de ellos ya no mantiene con tttica lo que para el efecto estético se llama renuncia a la
la realidad las relaciones que caracterizan a las obras de reconciliación. Aplicando una vez más los descubrimien-
arte orgánicas: no remiten como signo a la realidad, sino tos de Adorno a los co/lages cubistas, podemos dcci r que
que son realidad. en éstos se aprecia un principio de construcción, pero no
No estA muy claro que pueda atribuirse, como hace una sín tesis en el sen tido de unidad de significado (pién-
Adorno, un significado pol!tico al procedimiento del mon· sese en el contraste entre •Ilusionismo• y •abstracción• al
taje. •El arte quiere confesar su impotencia frente a la que nos referlamos antes)."
totalidad del capitalismo tardío e inaugurar su abolición• Cuando Adorno Interpreta la negación de la slotesls
(AT, p. 232). Sin embargo, el montaje lo han aplicado como negación de sentido en general (.liT, p. 231 ), conviene
tanto los futuristas Italianos, de los que no se puede pre-
sumir en absoluto una \'Oiuntad de suprimir el capitalis- 32. W. lso ha 1n1ado cid moo1aje en la liria moderna en
mo, como los vanguardistas rusos posTC\'Oiuclonarios que •lma¡e und Mon~a¡e. Zur Bíldkonuptlon in der ima¡lS!Iscben
se esforzaron por la construcción de la sociedlld socialis- Lyrit und in T .S. Elio!J "Was!e l.and"• ( • l.ma¡en y mOIIII}e. So-
bre la Cl0n«pei6n repftSCRtalh.. en la llrica de lm6~ y en
ta. Atribuir un significado estricto a un procedimiento es "Was•e Utld" de T. S. Elio! ), en /mntllllmtc Jtsrhctit und dsthe-
probiC~Mtico por principio. Parece más acertada la alter· •luhe Reflwon ( ) (Poctlk und Hcnntn<!Utik. 2), Munld\, 1966.
nativa de Bloch, que supone que un procedimiento puede pp. 361-393. Parlkndo de una determinación de la repreKO!aelón
tener efectos d l$1iotos en contextos históricos diferentes, po<!tle~~ como •reducción lluslon•ria de la .ulidad• (lo repre~
tación de>~lve 1 la vista un Wúco momento del objelo), lser
y distingue así entre •montaje inmediato• (el del caplta· sollalo como montaje representativo la reunión (la 1upcrposld6n)
lismo tardío) y •mon taje mediado• (el de la sociedad de lm6aenes que .c; refieren ol mbmo ob)e!o. Describe su efec1o
socialista)." Aunque las defmiciones que Bloch da del de la formn $l .... lontc: •El monla)e de im4¡¡en<$ dcslruye su fi.
montaje sean a veces poco cla.r as, queda patente que no nilud ilusionarlo y Jupcm lo eon[uslón de fenómcnol reales CIOn
la (orma en que 1o.s vemo.. Las •imágenes• que lntc:rflert".n ofre-
cen en1onces la lrrepresenlllbmdad de lo o:eal como una plcnllud
30. Sobre la rdaclón ""'"' la tcorfa es1~tlc:a de ADoRNO y la de punlot de vl.,a extrallos. los cuales, preclsamerue por su ea-
lilosofla de la hls!Orfa desarrollada en la Dl41ektlk der Au/kllir· ricler Individual. pueden su producidos "" numero tndd'mldo>
""1 (D/<1/I!ctlu de la 1/ustrac/dt!), Amslerdan, 1947, d. Tb. B•u- (Id.. p. 393). La •lrre¡>resen!abílldad de lo real• no u el resullado
IWSTD/ J. KIJUI<UM,..,, GeschkhiSphílosoplúe und phllosophJ. de una ln!etpretactón. Jlno el b«ho desc:ubkrto por cl monlaje
.rdlc XstJutlk. Zu Adornos ohtlwisdr~ T~t«>ri.. (Ftlosofl4 de de lmi~nes. En vu de pre¡un~&r por qué aparece la realidad
lo hlstotúJ 1 ut¿tl.., /Üos6/ic4. Sobre /Q •TtJOtúJ ut¿tio" de Ador- como lrrepresenlablc, al lnt~rpo:ete se le muestra esa lrrepreRJ>o
no). en •Neue Hehe fllr Phllosopiúeo, nO.m. S (1973). pp. 74-104, • Ulbilidad como al,o c:krto e lncues!ion3ble. !ser adop!a asl la po-
ll. E. 81.001, ErtJselulft dics~ ZdJ [El 1•tad4 de utc timo. sición C\Onlraria 1 la !C\Orfa del rellejo; inclU10 en las lmi¡cnu
po), edldón ampliada. Gesamm4US,abe [Ob r<U completas), 4. de la liria lrldlcional cree clcs<ubr!r la Ilusión reaiiSia ( •la COD-
Francfon, 1962, pp. 221·21& fusioócl de fenó,.,..,... rala con la fonna en que los \'C,_.~

142 143
recordar que lncluso la negación de semldo es una ma· preu.ción anticipadora del todo que de este modo es eo.
nera de dar sentido. Tanto los textos automáticos de los rregida a su vez. La suposición de una necesaria armonfa
sum:allsw como el Paysan d$ Paris de Ara¡on y el Nadja entre el sentido de las panes y el sentido del todo es
de Breton, podemos entenderlos como resultados de una condiclón básica en este tipo de recepción.'' EsUI supo.
t6c:nlc:a de monu.je. De hecho, los textos automáticos se sición ~ue es el rasgo decisivo de las obras de ane
caracterlun tiUperfiC:ialmente por una destruec:lón de las orgW1ieas- ya no rige para las obras inorg¡\nieas. Las
relaciones de sentido; pero cabe también una lnterpreta· panes se e emancipan • de un todo situado por encima de
ción que reconozca un significado relativamente consis- ellas, al que se incorporaban como componente necesario.
tente, aunque no ya sujeto a la búsqueda de conexiones Pero esto quiere decir que las partes carecen de necesl·
lógicas, sino aplicado al procedimiento constitutivo del dad. En un texto automático, donde las Imágenes se
texto. Se puede decir algo similar acen:a de la serie de suceden, podrlan omitirse algunas de éstas sin que el texto
acontecimientos aislados con los que comienzo Nadja de cambiara esencialmente. Esto vale también para los su·
Brcton. No existe entre ellos ningún vlnculo narrativo cesos narrados en Nadía. La inclusión de nuevos sucesos
por el que los últimos supongan la narraclón lógica de los similares, como la eliminación de algunos de los que se
precedentes; pero Jos sucesos están vinculados de otro narran, no produclrlan cambios esenciales. Cabria pen·
modo: todos se desprenden del mismo modelo estructural. sar, incluso, en una transposición. Lo decisivo no son los
Con palabras del estructuralismo, d.irinmos que el vinculo sucesos en su singularidad, sino el principio de construc-
es de naturaleza paradigmática, no slntagmática. Mientras ción que cst4 en lo base de la serle de acontecimlentos.
que el modelo estructural slntagmálic:o, la oración, se ca· Naturalmente todo esto tiene consecuencias esenciales
racteriza por tener un fin -sea lo larga que sea-, el mo. para la recepción. El receptor de las obras de vanguardia
delo estructural paradigmático, el diSC\ln.o, es eminente- descubre que el mt!todo de apropiación de objetivaciones
mente lnconcluso. Esta diferencia esencial tambi6t da intelectuales que se ha formado para las obras de arte
lu¡ar a dos modos distintos de recepción.» orgánicas es ahora in11decuado. La obra de vanguardia no
La obra de ane orgánica está construida desde el mo. produce una impresión general que permita una lnterpre·
deJo estructural sintagmático: las panes y el todo forman Ulción del sentido, ni In supuesta impresión puede acla·
una unidad dialéctica. El circulo hermenéutico describe rarse dirigiéndose 11 las partes, porque éstas ya no están
la lectura adecuada: las panes sólo están en el todo de la
obra, y éste a su vez se entiende únicamente por lns par· 34. Sobre el drc:ulo hermenéutlce, e(. H. C. CADA116R, \Valrr·
tes. La In tcrpn:taclón de las partes se rige por una lnter- lrtll rmd Mtthode. Grumlú l#e, tlntr plrllosoplrlscltcll 1/ernrtnc"llk
[V•rdad y mltodo. Ftmdametllos de una hcmr<rululiea fllosó(ü:JJ),
2a. ed., Tubin¡a, I96S, pp. 275 y SS., y 1. H.ui!RMAS, Zur LD¡ik
33. La oplkaelón de las caJegorfas de parodl¡ma y alnlJI¡mo dtr So<]aiWÜstHscl•aftm. Ataten'altH [Materia/u sobre lo l61lca
1 Nojda de Breton ea el upoeto mú convincente del trabojo de de los rundtu socialu) (ed. Suhrbmp, 481), Fnonc!ort, 1970, 1"-
Clsela STIIMWACII• (Mytholoti• des SurrtiJliJmUJ oder dio Rile~ (IÍDI$ 261 y u. M. WAtU<U muestra cómo la dlalktico de la pano
V.N•II.ttdlitnl W>tt Kultur In Ndtur. Eiu $lrultllt,.4lc. AnolyJe vott y el todo en la interpretación de una obra puede deaemnr en un
Brttoou •N•dl•• (úa mitolothJ dtl surrtolismo o la dcvolud6n retlculo Interpretativo .que cumpla slem~ con la autoridad 111·
de 14 cullur11 11 111 "ttt,.raltv~. Un an4/lsü utnu:lurol de •Nadja• mltada del todo frente a lo individuab ( •Wdtanscbaullchc Motive
th Br<tO>t) (Sammluna Luclnerband, 40; collection Alt<matl~. 3), in du lwnst¡Ueblchtllchen Populirlit""'t:UP [ •Motivos ldeolóP-
Neuwled/ Berlln, 1971, Clp. IV). El defecto cid trlbejo conJ!.Ie cos en la literatura popular blstóñCO<lrtlstica•)). en su (como ecll-
. , que se limita a buscar anaJo&la$ eotre motJ- JUnulisw y tor), Dtu Kwutw<trk t wischm Wluenscha(l wrd Wdlansdl4lmnl
varios pñndplos surru.listas, cuyo valor de -unkoto ea a... [úa ollra de arte tntre la dtrrda 1 la ldtolop). COtusloh, 1970,
tiooable. pp. u y .... y aqul, p. 90.

144 145
subordinadas a una intención de obra. Tal negación de es esperado. Las \-iolentas reacciones del público ante la
sentido produce un shock en el receptor. Esta es la reac- mera entrada en escena de los dada1stas son prueba de
ción que pretende el artista de vanguardia, porque espera ello; el público estaba preparado para el slrock por los
que el receptor, privado del sentido, se cuestione su par. relatos period!stlcos, lo esperaba. Un shock de estalndole,
ticular praxis vital y se plantee la necesidad de transfor- casi institucionalizado. queda muy lejos de repercutir so-
marla. El shock se busca como estímulo para un cambio bre la praxis vital de los receptores; es •consumido•.
de conducta; es el medio para acabar con la inmanencia Lo que queda es el carácter enigmático del producto,
estética e iniciar una transformación de la praxis vital su resistencia contra el intento de captar su sentido. El
de Jos receptores.» receptor no se puede resignar sencillamente a describir
La problemática del slzock, como pretendida reacción el sentido de uoa parte de la obra; intentará entender el
de los receptores, es su carácter inespecífico. Aceptando propio carácter enigmático de la obra de vanguardia.
incluso que se pueda conseguir la ruptura de la inrnanen- Para ello ha de situarse en ot ro nivel de la interpreta·
cía estética, de ésta no se deriva una deter·mi nada tenden- ción. En lugar de pretender captar un sentido mediante
cia en los posibles cambios de conducta de los receptores. las relaciones entre el todo y las partes de la obra, tratará
La reacción del público frente al comportamiento dadá de encontrar los principios constitutivos de la obra, n fin
es caracterlstica como respuesta inespecJfica. El público de encontrar en éstos la clave del carácter enigmático de
contesta a la provocación de los dadalstas con un furor la creación. As! pues, la obra de vanguardia provoca en el
ciego.• Apenas se dan cambios de conducta en la praxis receptor una ruptura análoga al carácter rompedor (la
vital de los receptores; incluso debemos preguntamos si inorganicidad) de la creación. Entre la experiencia, regís·
la provocación no refuerza más bien las actitudes vigen· trada por el slzock, de la inconveniencia del modo de
tes que se expresan notoriamente en cuanto se les da oca· recepción formado en las obras de arte orgánicas, y el
sión." La estética del shock plantea un problema más: la esfuerzo por una comprensión del principio de construc·
posibilidad de mantener a la larga un efecto similar. Nada ción, se produce una fractura: la renuncia a la interpreta·
pierde su efecto tan rápidamente como el shock, porque ción del sentido. Una transformación decisiva para el de·
su esencia consiste en ser una uperiencia extraordinaria. sarrollo del arte, provocada por los movimientos históri·
Con In repetición se transforma radicalmente. El slrock cos de vanguardia, consiste en ese nuevo tipo de recepción
nacido con el arte vanguardista. La atención de los recep·
35. Sobre el problcmo dcl sllock en la modcmld,d, i:f. las su·
tores ya no se dirige a un sentido de la obra captable en
¡estivas observaciones de W. B F..'OA WlN, que sin embargo preten- la lectura de sus partes, sino al principio de construc·
dían pTObar su potencia (cOber ~lnige Motive bc;i Baudclahe• ción. Este tipo de recepción insta al receptor a aceptar
[•Sobre algunos t~mas en BaudeJairc.. ], cm sus Jllumination~n que la parte, que en la obra de arte orgánica era necesaria
[Iluminaciones). Ausgewliltlze Schri{t<n rn [Obras escogidas, 1]),
por su contribución a la constitución del sentido de la
edlwlo por S. Unseld, Francfort. 1961, pp. 201-245, y nqu! pp. 206
y siguientes. to~<~lidad de la obra, en la obra de va11guardia consta sólo
36. Cf. al n:specro, la presentación de R. Ehusw•NN. 4gil y .,.. como simple relleno de un modelo estructural.
pecla1mcnte vaJiosn por su documentación. en Am Attfang war Hemos tratado de reconstruir genéticamente la rela·
Dada (Ett lll principio era lll dlu14]. editado por K. 1\iha y ción entre la obra de arte de vanguardia y el método for-
G. Kiimpf, Steinba<oh/Gie en 1972.
37. La Lcorio del distanciamiento de Brec::ht scni un intcnro m:ll de la ciencia del arte y la literatura, ya que hemos
consecuenre de supen¡r el efecto inespccllico del slzock y n:co- interpretado éste como reacción de los receptores frente
gerlo o lo vez de formn diddt1ica. a l.as obras de vanguardia que se sustraen a los procedí·
146 147
mteniOS de la hennenéuüca tradicional. En este Intento pensarse todavfa l!n una unidad precaria. Para la rc«p-
de rcconstrucctón hay que destacar especialmente la rup- c:ión, esto significa que la obra de vanguardia también
tura entre los mctodos formales (que atienden a los pro. de~ comprenderse al modo de la hermenéutica (es decir,
cedimtmtos) y la interpretación de sentido pretendida por como totalidad de sentido), sólo que la unidad ha asumí.
la hermenáuica. Semejante reconstrucción de una reJa. do la contradicción. La armonla de las partes ya no cons-
ción genética no de~ malinterprctarse, stn embargo. en tituye el todo de la obra que consistl!, ahora, en la cone-
el sentido de astgnar a un determinado tipo de obra un xión contradictoria de panes heterogéneas. Los movimien·
determinado método cienúlico, a las obras orgánicas el tos históricos de vanguardia no exigen una mera sustflu.
hermenéutico y n las de vanguardia el formal. Tal aslg· ci.ón de la hermenéutica por el procedimiento formol, ni
nación serta contradictoria con nuestra argumentación. que hagamos de ésta, en adelante, un procedimiento In·
La obra de vanguardia obliga, desde luego. o un nuevo tuitivo de comprensión: la hermenéutica debe transfor-
tipo de comprensión, pero ni éste se aplic11 tinlcamente marse en correspondencia con la ·nueva situación histórl·
a la obra de vanguardia ni por Ulnlo desaparece. sin más, ca. El método de om\lisis formal de obras de arte adquie·
lll problemática hermenéutica de la comprensión. Lo que re gran importaoc.ia en el seno de una hermenéutica crftl.
sucede más bien es que, en base a la transformación esen- ca, a medida que In subordinación de las partes al todo
cial en el ámbi1o del objeto, se llega también a un cambio en que se apoyaba la interpretación de la hermenéutica
estructural del procedimiento de aprchens•ón científica tradicional se ha revelado en función de una estética clá.
del fenómeno anlstico. Hay que suponer que este proceso sica. Una hermenéutica critica, en lugar del teorema sobre
de oposición de los métodos formal y hermenéutico pre- la necesaria armonla de los todos y IM panes. establece.
cede al momento de la superación de ambos, en el sentido ri la investigación de las contradicciones entre los niveles
hegehano del término. Me parooe que la ciencia de la 11· de la obra y. de esta forma, deducirá en primer lugar el
teratura de~ detenerse hoy en este punto." sentido del todo.
La causa de la posibilidad de una slotesls de los pro.
cedlmlentos formal y hermenéutico es la suposición de
que la emancipación de las panes, incluso en la obra de
\'anguardia, no desemboca nunca en una completo esci·
slón del todo de la obra. Incluso donde In negación de la
sln1csls se convierte en el principio de creación, podrla

3S C/ al res¡xc1o P. BOtte>!R, .zur M"thode. Notlun 1U elner


~•alekti'IChcn Lheraturwlssensc:hah• (•Sobre el método. Noticia
a propó•ito de una ciencia dbleclica do la llteratunh), en sus
Swdtw tur fron:IJ.tschm Fri1Juwfldiiromr (Estudíos sobre la P"'
m••a l/usrrad6• fraiU:da ( Ed. Sllhrlalmp, 52$), J'rancfort, 1972.
pp 7·11, y P BCacn, •Benjamlns "rett<nde Krltlk". Voriltotrl~
aunacn rum Entwurf rin<T ltritiscbm Hermcncutlk• l•La "critica
oahadora" de Benjamín. Rdlcxloacs previas al p~to de una
be.rm~úca critica• ]. rn G~fJtt4Jti.sciJ..Romcni.s~he Mortotschri/t
S F. 2l 11971), pp. 191-210. Los problanas denllllcos y tc6rlcos que
<tea una slntuls de f ormalismo y llennmiutica los abordan! en
el marco de una altica del mttodo.
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