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Siglo XIX

La Venezuela del Siglo XIX

Glendys Gonzales, Jorge Oñate, Damarys Grillo, María Veronica


Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez Núcleo Palo Verde
Sección 202 de Administración Organización y Sistema
Prof. Jorge Silva

Nota de Autor

Jorge Oñate https://orcid.org/ 0000-0002-3925-2200


Esta investigación fue apoyada por el grupo que investigación que conforma esta
monografía.
La correspondencia relativa a este articulo debe dirigirse a Jorge Oñate/ 28.472.879/
Jorgeluismy132@gmail.com, Glendys Gonzales/ 30.246.338 /Glendysysg49@gmail.com,
Damarys Grillo/ 16.562.272/ Damarisgrillo@gmail.com, María Veronica/ 31.121.233
/Maeao06@gmail.com .

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Resumen

La Venezuela del siglo XIX definió su economía en base a la producción y


venta del café, producto que configura y fortalece la tradición monoproductora-
monoexportadora iniciada con el tabaco y el cacao durante el pasado colonial. Al negocio
regentado por el café, se agrega la producción de cueros cuya comercialización fortaleció
en buena medida los mercados del país no sin dejar de contribuir con la destrucción de los
recursos pecuarios de la nación. Esta precaria economía campesina, estuvo sometida a
violentos enfrentamientos por el dominio de la propiedad territorial agraria, protagonizado
por toda suerte de caudillos quienes en procura de poder frustraron todo intento popular por
hacerse de tierras.

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Tabla de Contenidos

Resume……………………………………………....………………………….........2
Caracteristicas del Momento Historico
4
Situación Política ......................................................................................................5
Estructura Social..........................................................................................................9
La Iglesia y el Clero .................................................................................................9
La Nueva Clase Ascendente .....................................................................................10
La nueva estructura social. Las clases medias ..........................................................11
El Ejercito .................................................................................................................11
La Disgregación del Artesanado……………………………………………………..………………….……….12
El Mundo Rural de los Campesino………………………………………………....12
Elementos Culturales. Romanticismo…………………………………………...….13
Hechos que Influenciaron los Cambios Socioeconómicos de la Época ………....…21
Líderes Y héroes, y sus Aportes Históricos………………………………………...22
Síntesis de Hechos Históricos relevantes de la época………………………....……23
Participación o Intervención del contexto internacional……………………………24

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Capítulo I
Características del momento histórico

Como bien recordarás, para Venezuela el siglo XIX fue producto de enormes
esfuerzos de mujeres y hombres valientes y comprometidos, cuyos sueños y luchas forjaron
la libertad. Todos estos procesos estuvieron sometidos a periodos alternos de paz y de
revoluciones, de gobiernos legales y de dictaduras autocráticas; se puede decir que el
desarrollo institucional del país ha sido lento discontinuo; con frecuencia amenazado con
golpes y, en muchas oportunidades, violada nuestra constitución

Economía. Fue una época de inestabilidad con moderado desarrollo económico. A pesar
de un crecimiento de la actividad económica que promedió 2.6%, los estándares de vida
superaron el nivel de subsistencia tan sólo en unas pocas décadas. Los vaivenes de la
economía venezolana antes del petróleo también estuvieron influidos por el ritmo del
mercado internacional.
El progreso durante el siglo XIX fue significativo, los niveles de vida, en general, fueron
inferiores a los niveles de otras economías en vías de desarrollo. Una clase de grandes
señores de la tierra impone su voluntad y explota a su antojo a una vasta masa de
desposeídos, integrada por indios, mestizos y negros esclavos", Esos señores de la tierra
son los que se rebelan contra la autoridad de España por razones estrictamente
económicas, dejando a un lado, sin considerarlos, a la inmensa masa de paupérrimos y
desheredados que desde la periferia observan y contribuyen a la abundancia de los
poderosos. Esa masa de pueblo marginal, a través de las diferentes insurrecciones, ya
había dado muestras de su combatividad y de su potencialmente explosiva situación de
oprimidos en espera de un cambio. Visto desde su misma génesis, las estructuras políticas,
económicas y sociales se construyeron en Venezuela sobre el hecho objetivo de una
invasión imperial, en la que se impusieron los modelos civilizatorios y de explotación

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feudal vigentes para la época. Esa masa de pueblo marginal, a través de las diferentes
insurrecciones, ya había dado muestras de su combatividad y de su potencialmente
explosiva situación de oprimidos en espera de un cambio.

Situación Política. Es así que el movimiento emancipador venezolano comienza siendo una
expresión política sin base popular, dirigida por los explotadores criollos a los que no los
movía ningún fundamento ideológico o filosófico, solo reivindicaciones económicas.
Tampoco proponían ningún cambio social. Es decir, continuismo en la base productiva de
la economía y en las estructuras sociales, pero sin tener relaciones de subordinación en lo
político, comercial, impositivo o jurídico con un centro imperial.

Dentro de esos patriotas existía una minoría, que de una manera tímida asomaban algunas
ideas de la igualdad, justicia y fraternidad de la Revolución Francesa, cuyos precursores
habían sido ajusticiados recientemente; pero en lo sustantivo no tenían mayor peso ni
profundidad en el cambio revolucionario. Una expresión de ellos fue la Sociedad Patriótica,
que dirigida por Francisco de Miranda, el joven Simón Bolívar y Francisco Espejo,
apoyados en el periódico El Patriota; presionaban al Congreso de las siete provincias, desde
el mismo momento de la declaración de la independencia en abril de 1810, para que
Venezuela se declarara una república independiente; objetivo que se logró al firmar el Acta
de Independencia en julio de 1811.

Posteriormente a este período vino la guerra de independencia en el que el país se dividió


en facciones de patriotas y realistas, en la que inicialmente la clase propietarios y oligarcas
criollos abrazaron la causa independentista enfrentados a los funcionarios de la corona
española y a los españoles europeos. No fue hasta cuatro años más tarde cuando se
comprendió que para tener resultados definitivos en la contienda armada, era necesario
incorporar militantemente a las clases populares. Boves, un caudillo español fue el primero
en aplicar ese método político militar y cambió totalmente el curso de la guerra, hasta que
El Libertador comprendió el papel que le correspondía a las masas populares en una
revolución. Paralelamente surgió Páez, otro caudillo venezolano que intuyó "cuál es el
señuelo tras el cual sus hombres lo seguirían hasta la muerte: ese señuelo es la tierra y los

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bienes materiales que su posesión significa". Tanto Boves primero, como Bolívar y Páez
después, entendieron que un pueblo explotado y condenado a vivir en la miseria, dentro de
las mayores necesidades, está dispuesto a dar las más desiguales batallas para superar su
condición y asegurar el derecho a vivir mejor.
Este caudillo era quien organizaba a la gente y les ofrecía prebendas por su
acompañamiento. Así muchos comenzaron a vivir de ellos. Apostaban por quien tenía
realmente condiciones de detentar el poder, porque con el triunfo es que llegaba la real
ganancia, que era la distribución del botín (en mismo sistema clientelar).

Luego de finalizada la guerra de independencia en 1824 estos caudillos y sus seguidores


formaron facciones, se tornaron más personalistas y se dividieron en paecistas, bolivarianos
o santandereanos, federalistas o centralistas. Páez en Venezuela, contrario a la prédica y
práctica de El Libertador, se convirtió en propietario, se alío con la oligarquía y traicionó a
la clase social de la que provenía y que lo había seguido durante la guerra, hasta llevarlo a
las encumbradas posiciones que alcanzó.
En 1830, comienza una nueva etapa política en Venezuela cuando un congreso
constituyente, instalado por Páez, separó a Venezuela de la Gran Colombia y redactó una
constitución republicana, fundando así la República de Venezuela. En ese momento de
separarse de la Gran Colombia y constituirse como República independiente, no existían
partidos políticos en Venezuela y no fue hasta 10 años después, en 1840, cuando se
hicieron presentes de manera evidente dos posiciones políticas, sociales y económicas muy
diferenciadas: conservadores y liberales. "De ellos pudiera decirse que respondían a las
divisiones sociales producidas por el proceso de construcción nacional, luego de la guerra
de independencia". Los conservadores, con Páez como figura central, estaban conformados
por las clases sociales y económicas que usufructuaban el poder político, figuras
prominentes de la gesta libertadora, la mayoría convertidos en grandes latifundistas o
burócratas, por aristócratas de la colonia y por la nueva clase de comerciantes exportadores
e importadores, relacionados con las casas comerciales de las potencias industrializadas. Su
proyecto de gobierno en la práctica buscaba consolidar el dominio de las clases dominantes,
latifundistas y grandes comerciantes vinculados al comercio exterior, quienes se proponían
instaurar un modelo agroexportador de los bienes producidos por un modelo feudal y

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caudillista, basado en un latifundio poco productivo y la explotación de mano de obra


semiesclava; donde se practicaba el liberalismo económico y la libre competencia entre las
élites. El pueblo, por su parte, sobrevivía a duras penas agobiados por relaciones
económicas de explotación y dominación de las clases pudientes.

Frente a ellos surge inicialmente un partido local de Caracas, el partido liberal, que se
opone al absolutismo y propone un orden político y económico más justo. Se apoyan en un
periódico, El Venezolano, y fundan una sociedad liberal y un partido local que se extenderá
nacionalmente. Antonio Leocadio Guzmán descolla como dirigente de este grupo. Este
partido político recogió bajo sus banderas a los pequeños y medianos propietarios y
comerciantes; mientras que la inmensa masa de pueblo que no tenía derechos políticos:
artesanos, campesinos y dependientes de comercio explotados, los esclavos recién liberados
y a la enorme masa de soldados desmovilizados de la guerra de independencia y que habían
sido traicionados y engañados por sus antiguos jefes militares. Estos no cumplieron sus
obligaciones legales de cumplir con los decretos de El Libertador, de reconocerle con
tierras y bienes sus haberes militares por sus servicios prestados a la causa independentista
durante los largos años de lucha de esa cruenta guerra, se mantenían al margen observando
el proceso.

A partir de ese momento comenzó una accidentada vida política caracterizada por
caudillismo y guerras civiles en las que se enfrentaban grupos antagónicos, liderados por
caudillos que se disputaban el poder y enarbolaban diferentes banderas como federalismo,
centralismo, legalismo, continuismo, o simplemente tomaban el nombre del caudillo por el
que luchaban: paecistas, tadeistas, gregorianos, guzmancistas, etcétera. Con la única
excepción de la Guerra Federal (1859-1863) donde el enfrentamiento tuvo características
de lucha de clases; se enfrentaron los desposeídos y los dominados contra la clase
oligárquica, las demás guerras civiles y cambios de poder se trataron de lucha de élites y de
grupos oligárquicos que se disputaban la hegemonía en la naciente República.

Por otra parte, en realidad "Venezuela no era una "nación" en el sentido europeo que surge
luego de la Paz de Westfalia, ni mucho menos un "Estado Nación" soberano que ejerce su

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poder administrativo y militar sobre un territorio definido".(5) Venezuela, producto de su


geografía y de la decisión geopolítica de la corona española de constituir en 1777 una
Capitanía General con porciones de territorio de dos virreinatos diferentes, era en realidad
un conjunto de territorios separados geográfica y culturalmente, diferentes entre ellos y con
muy poca comunicación interna, cada uno de ellos con un puerto que los comunicaba con el
extranjero y que servía como elemento centralizador de ellos.

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Capítulo II
Estructuras Sociales

La Aristocracia La nobleza desapareció como categoría en los censos oficiales, pero


no perdió su lugar predominante en la estructura social.
Aunque mantuvo durante algún tiempo su influencia en la vida pública española, no fue
ajena a los cambios políticos y económicos que se llevaron a cabo en el reino isabelino, y
las corrientes democráticas le hicieron perder terreno como clase social diferenciada.
Resultó beneficiada de la desamortización la nobleza latifundista de mediados de siglo. Por
contra, la desvinculación de patrimonios favoreció la desaparición de muchas casas de la
vieja hidalguía: algunos quedaron como pequeños agricultores; otros pasaron a la industria
y al comercio; unos terceros ingresaron en la nueva clase media como funcionarios,
militares e intelectuales.
El desarrollo de Madrid como capital del estado y centro de la vida intelectual española
influyó poderosamente en la estimación de los valores aristocráticos, ya que la nobleza
residía en la capital. Los nobles convivían y se mezclaban con los militares y los políticos.
De ahí surgió el nuevo tipo de cortesano, sólidamente establecido en sus bases latifundistas,
liberal en política y conservador desde el punto de vista religioso y social

La Iglesia y el Clero. La Iglesia católica representó durante esta época una fuerza social de
gran influencia en la vida pública española. Sin embargo, los sucesos acontecidos después
de la muerte de Fernando VII pusieron de manifiesto la ruptura de los lazos que,
tradicionalmente, la habían vinculado con el pueblo.
Las causas de la ruptura fueron la pasión política manifestada por algunos sectores del clero
regular en el alzamiento carlista; el resentimiento de los vasallos de abades y priores; el
deseo de la burguesía de adueñarse de las tierras, solares de monasterios y conventos de la
Iglesia; y la pérdida de prestigio del clero ante los embates ideológicos del momento.
Así, se comprenden las medidas dictadas desde el gobierno con el objeto de la extinción de
numerosas comunidades religiosas, la desamortización y pública subasta de sus bienes y la

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aceptación de la Santa Sede de la situación generada, al negociar el Concordato de 1851.


Por lo demás, el clero secular disfrutó de un amplio favor popular.
A mediados de siglo, un movimiento de recuperación de la Iglesia dio lugar al nacimiento
de los primeros indicios de un pensamiento social católico, en el que el jesuíta Antonio
Vicent fue la figura más representativa.
Circunstancias históricas habían conducido a un abandono de las actividades
imprescindibles para el idóneo funcionamiento de las diócesis. Los obispos españoles
dedicaron todos sus esfuerzos a su reorganización; todo fue reflexionado y regulado. Esta
tarea estuvo acompañada de una revitalización de la vida espiritual y religiosa.

La Nueva Clase Ascendente. algunas áreas periféricas, le situó una burguesía vinculada a
un proceso de modernización económica. En el resto del país prevaleció la alta clase media,
cuyos intereses divergían de los de la burguesía.
En Cataluña, la burguesía se vinculó a la industria textil. En otros puntos, como Bilbao, San
Sebastián, Cádiz, Málaga o Valencia, predominó la burguesía mercantil. Ambos tipos se
complementaban en cuanto a mentalidad: los comerciantes fueron más progresistas y
radicales, mientras que los fabricantes fueron más conservadores y proteccionistas, siendo
ambos grupos liberales ideológicamente.
Barcelona acogió la primera estructura realmente burguesa del siglo XIX español. Madrid
concentraba la alta burguesía de financieros y contratistas del Estado, los llamados
asentistas. Con la expansión económica de los años cincuenta, la burguesía amplió sus filas,
situándose en las grandes ciudades.
Los burgueses triunfaron en todos los campos de la vida española: a través del sufragio
censitario fueron los árbitros del Parlamento, y a través de la prensa, de la opinión. La
libertad, la propiedad y un progresismo cultural fueron los horizontes de la burguesía.
Las agitaciones del sexenio revolucionario sirvieron para intensificar la conciencia de clase
de la burguesía. Renunció, entonces, a sus veleidades progresistas para abandonarse en los
cómodos brazos de la Restauración, que le brindó la consecución de sus ideales políticos y
sociales.

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La nueva estructura social. Las clases medias. En un estrato distinto de la aristocracia y


de la burguesía se situaban las clases medias. Numéricamente, tenían una importancia muy
restringida; a ella pertenecían los intelectuales, los funcionarios, el Ejército y el artesanado.
LOS INTELECTUALES
Poseían una instrucción superior a la del resto de las clases medias, que les permitió gozar
de cierta dignidad económica e intervenir activamente en la vida pública. Destacaron los
médicos y los abogados.
Las preocupaciones higiénicas y sanitarias del siglo hicieron de los médicos un grupo muy
respetado y de sólida influencia social. Pocas veces cayeron en las sendas del socialismo en
sus ideas de libertad y de tolerancia ideológica por pertenecer a la clase media.
Los abogados, junto con los notarios, constituyeron un grupo social caracterizado por el
respeto a la ley y la tolerancia ciudadana. Entre ellos se formó la clase parlamentaria más
distinguida.

El Ejercito. Los generales, jefes y oficiales del Ejército formaron parte de las clases
medias, y en algunas ocasiones del estrato superior de la sociedad. Era llamado para arbitrar
los conflictos políticos. Esta tarea le llevó a considerarse intérprete y depositario de la
voluntad popular.
La oficialidad española se refugió en el seno del pueblo, generalmente entre la clase media.
Los nobles quedaron refinados a regimientos.
Dentro del Ejército, los generales gozaban del poder y de la influencia, preparaban
conspiraciones y pronunciamientos y alternaban con la alta sociedad. La oficialidad se
formaba en centros de enseñanza específicos, el más prestigioso de los cuales fue el Real
Colegio de Artillería.
La Revolución de 1868, la Gloriosa, les sorprendió por su marcado carácter democrático y
su actitud antimilitarista. Este hecho torció el rumbo de la oficialidad que se orientó hacia
actitudes más conservadoras.

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La Disgregación del Artesanado. La base de las clases medias urbanas estuvo constituida
por el trabajador agremiado. Propietario de un pequeño taller, no pudo resistir el impacto de
la introducción de la máquina de vapor. Su definitivo deterioro se debió a la ofensiva de la
burguesía contra unas instituciones heredadas, los gremios, a los que consideraban un
obstáculo en el camino hacia el progreso técnico y la producción capitalista.
El artesanado se vio afectado por un progresivo proceso de deterioro social, de
proletarización.

4.- Las clases populares

El Mundo Rural de los Campesinos. A mediados de siglo, cerca del cincuenta y cinco de
la población agraria era jornalera; otro once por ciento era arrendataria; y un treinta y
cuatro por ciento era propietaria. Era lógico el deseo generalizado de tierra entre el
campesinado español. Las medidas adoptadas por la burguesía liberal para reformar la
propiedad provocaron la transferencia de la propiedad eclesiástica a la aristocracia y a la
burguesía, sin que se beneficiaran de ella los pequeños propietarios rústicos, los jornaleros
y el peonaje.
La presión social existente entre los campesinos se manifestó en ocasiones en la ocupación
violenta del suelo, como ocurrió en Casabermeja; pero lo más frecuente fue su desviación
hacia el bandolerismo, el contrabando y la mendicidad.
Cuando el progresismo llegó al poder y se puso en marcha la desamortización, la venta de
bienes propios y comunes provocó en Andalucía una oleada de agitaciones, que fueron
violentamente reprimidas. A excepción de las tierras vasconavarras, catalanas y
valencianas, la situación general del campesinado era lamentable.
Todo ello explica el rápido desarrollo de las doctrinas internacionalistas en las regiones de
predominio agrario, caso de Andalucía, a partir de la monarquía.
LOS OBREROS, LA FÁBRICA Y EL MOVIMIENTO OBRERO
La mentalidad obrera fue fruto de la evolución social en la única región realmente
industrializada del país: Cataluña. Su situación en las fases iniciales del desarrollo
industrial fue realmente calamitosa: excesiva duración de la jornada de trabajo, inseguridad

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del empleo, salario muy bajo, desamparo absoluto ante la enfermedad, el paro y la vejez.
Además, las mujeres y niños trabajaban en condiciones infrahumanas.
La actuación del proletariado industrial pasó por las siguientes fases:
- Empezó por presentar un carácter estrictamente reivindicativo. Sus propósitos alcanzaron
un éxito fugaz a raíz de la promulgación de la Ley de 1839, que autorizaba la creación de
sociedades con fines benéficos.
Hubo momentos de acción mancomunada entre patronos y obreros, en defensa de la
producción nacional, amenazada por la introducción en el mercado español de productos
textiles extranjeros. Estas experiencias les hizo descubrir los límites del Estado liberal, al
comprobar cómo sus asociaciones eran perseguidas hasta quedar fuera de la ley.
- Percibieron la necesidad de politizar su actividad: era la única forma de asegurar
legalmente su derecho de asociación y dar solidez jurídica al resultado de sus esfuerzos
colectivos. La fuerza política que capitalizó la confianza obrera de este momento fue el
Partido Democrático- Republicano.
- Un paso más en el proceso de radicalización se produjo después de la Revolución de
1868, cuando el movimiento obrero entró en contacto con los hombres de la Primera
Internacional. Los internacionalistas Fanelli y Lafargue proporcionaron un instrumento de
acción poderoso y eficaz: una teoría que afirmaba el protagonismo de la clase obrera en su
propia liberación.

Elementos Culturales. Romanticismo: El romanticismo es en gran medida, un


movimiento anti ilustrado que tiene como precursores a finales del siglo XVIII, a Rousseau
en Francia, y a Goethe en Alemania. Su influencia corre paralela al desarrollo del idealismo
alemán -se puede decir que el romanticismo representa para el arte lo que el idealismo
alemán para la filosofía-, ambas corrientes se influencian entre sí. Sus características
principales son:
1. Frente al racionalismo ilustrado se exalta el sentimiento, la imaginación, la
intuición.
2. Se revaloriza el sentimiento religioso. La religión se basa para muchos -así
Schleiermacher- en el sentimiento de lo infinito y, con frecuencia, en el sentimiento de
dependencia con respecto a ese infinito. Muchos tienen preocupaciones religiosas de tipo

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místico o panteísta -reciben la influencia del panteísmo de Spinoza y del misticismo de


Böhme-.
3. Se revaloriza la historia, la tradición, por ejemplo las tradiciones populares, lo
nacional -en Alemania se acuña la expresión Volkgeist (Espíritu del pueblo) que va a tener
enorme importancia en el surgimiento de movimientos nacionalistas de fines de siglo e
incluso en el siglo XX-. Se revaloriza asimismo todo lo antiguo, la Edad Media (Schlegel),
la Grecia clásica (que pone de moda Goethe) y todo lo primitivo y salvaje (Rousseau).
4. Se exalta el individualismo. La libertad también es convertida en un valor
fundamental, de ahí que muchos románticos sean, también, auténticamente liberales.
5. Se sustituye la concepción “mecanicista” de la naturaleza, heredada de Descartes,
por una concepción “organicista”. La naturaleza es concebida fundamentalmente como un
ser vivo, como algo que crece, se desarrolla, y en donde el todo es algo más que la suma
mecánica de las partes. Y se exalta la identificación con la naturaleza a través de la música,
la pintura, la poesía, etc.

Informa Sobre este Anuncio: Escritores que se movieron en la órbita romántica fueron, en
Francia Víctor Hugo; en Inglaterra Lord Byron; en Alemania, la patria por excelencia del
romanticismo fue Goethe con su Werther, el precursor de esta corriente que recibe un
impulso definitivo con el conocido como Sturm und Drang (Tempestad e ímpetu), que debe
su nombre a una tragedia de Klinger; otros románticos alemanes fueron los hermanos
Schlegel, Schiller, Herder, Hölderlin, Novalis y H. Heine. En Inglaterra Wordsworth y
Coleridge. En España Larra y Espronceda. En Italia Leopardi, etc.
También se movieron en la órbita romántica los pintores Delacroix, Teófilo Gautier, etc., y
músicos como Schubert, Chopin, Wagner, etc.
Positivismo: Por positivismo suele entenderse aquella actitud que considera que la ciencia
y la filosofía deben limitarse al análisis de los hechos de la experiencia, estableciendo entre
ellos relaciones y leyes. Esto implica una renuncia a conocer qué es la realidad, qué son, en
esencia, las cosas. Si entendemos la metafísica como la ciencia que trata del ser de las
cosas, el positivismo implica una actitud antimetafísica (en un sentido similar al ya
mantenido por Hume). En filosofía surge como una reacción contra el romanticismo, el
idealismo y la metafísica. En la ciencia surge contra la ontologización de la física. Es decir,

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contra el intento de explicar qué es la realidad (qué es la materia, qué es el espacio, etc.).
los positivistas sostienen por el contrario, que la ciencia debe limitarse a describir los
fenómenos en función de leyes matemáticas, sin entrar en su naturaleza.
Se pueden distinguir tres grandes corrientes positivistas con implicaciones filosóficas,
políticas y científicas:
1. El positivismo social, cuyos máximos representantes son Augusto Comte y John
Stuart Mill.
2. El positivismo evolutivo, cuyos máximos representantes son Hebert Spencer y Ernst
Haeckel.
3. El empiriocriticismo, cuyos máximos representantes son Errnst Mach y Richard
Avenarius.
Además en el Siglo XX se desarrollará una corriente filosófica que será conocida como
positivismo lógico.
 Arte
Tras el período romántico de la primera mitad de siglo, en el terreno artístico el realismo se
va imponiendo frente al romanticismo en las artes plásticas, aunque a finales del XIX surge
el impresionismo.
En general, las artes del siglo XIX tuvieron una primera fase de búsqueda en el pasado,
gigantismo y sentimentalismo; y una segunda fase de crítica a la estética anterior, vuelta a
la racionalidad.
El romanticismo del siglo XIX fue la antítesis del neoclasicismo. La moderación, el
racionalismo, la pública inmoralidad serán tajantemente reemplazados por el exceso, el
sentimentalismo, la búsqueda de crear una moralidad cada vez más inalcanzable. Los
ideales cimentados por Rousseau, el precursor ideológico del romanticismo, culminarán en
la Revolución francesa, que sería el punto de partida para la creación de una nueva época.
La revolución será constantemente evocada a lo largo del siglo, junto con ideales como la
libertad, la independencia y el nacionalismo, en ese entonces perteneciente a la izquierda
política. Los pilares son el individualismo burgués, que quedaría plasmado en el
subjetivismo literario; la evasión de la realidad, en pro de la creación de una nueva sociedad
mejorada; la exaltación de la naturaleza, en la cual suponían que el Hombre estuvo exento
de dramas y dificultades.

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Hacia el posromanticismo se gestaría la idea de que la belleza del arte se encuentra en el


arte mismo: El arte por el arte. Varias corrientes se consideran postrománticas: El
parnasianismo, se caracterizaría por su ruptura con el subjetivismo y con el exceso de
sentimentalismo; el simbolismo según definió el propio Jean Moréas es «Enemigo de la
enseñanza, la declamación, la falsa sensibilidad, la descripción objetiva», se encuentra
impregnada de intenciones metafísicas, misterio y misticismo; el decadentismo surge por el
acto de potenciar a Baudelaire, que buscaba la belleza en lo repugnante, busca revelarse
contra la falsa moralidad burguesa.
Otra alternativa al romanticismo fue el realismo, inspirado en los efectos sociales del nuevo
capitalismo. Es habitual el uso de la sátira, la denuncia, las temáticas de enfermedad,
suciedad, locura, pobreza, vicios y prostitución. El realismo se potenciaría en el
naturalismo, más influenciado por el materialismo, el positivismo o el determinismo.
Literatura
En literatura, el realismo de Zola y Víctor Hugo representan en Germinal y Los miserables,
respectivamente, las difíciles condiciones de vida de las clases populares. Tolstoi y
Dostoievski, Stendhal, Dickens…son algunos ejemplos de la grandeza de este movimiento.
Arquitectura
El historicismo marca a la nueva arquitectura, que se deja influir por la añoranza al pasado,
que encuentra su originalidad en el estudio del origen del pasado. Concentraba todos sus
esfuerzos en recuperar la arquitectura de tiempos pasados. Al neoclasicismo del pasado
siglo le continuo el neogótico, asociada a los ideales románticos nacionalistas. La
arquitectura ecléctica, hace evolucionar a la historicista, combinando variedad de estilos
arquitectónicos en una nueva estructura.
El movimiento Arts & Crafts contempló la idea de aprovechar el desarrollo industrial y
tecnológico, viendo en el artesano una figura a destacar. Con la disolución de sus ideales y
la dispersión de sus defensores, las ideas del movimiento evolucionaron en el contexto
francés, hacia la estética del Art nouveau, considerado el último estilo del siglo XIX y el
primero del siglo XX.
Pintura
La Pintura del Siglo XIX no estuvo exonerada del quiebre histórico con su historia.
Tampoco lo estuvo de la multitud de corrientes de filosofía del arte. También se dejó

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influenciar por el fenómeno político francés, la ruptura con el tradicional artista que
muestra lo que la monarquía y su aristocracia pretenden. El mundo no está en orden, y eso
pretende mostrar el nuevo arte, al mismo tiempo que propone un nuevo orden: El
Romanticismo. Allí donde el neoclasicismo propone una belleza ideal, el racionalismo, la
virtud, la línea, el culto a la Antigüedad clásica y al Mediterráneo, el romanticismo se
opone y promueve el corazón, la pasión, lo irracional, lo imaginario, el desorden, la
exaltación, el color, la pincelada y el culto a la Edad Media y a las mitologías de la Europa
del Norte.
Hacia mediados de siglo hay una vuelta, en cierta forma, al racionalismo como fuente de
inspiración. El notorio desarrollo industrial provocado por la Revolución industrial, sus
«efectos secundarios» y la frustración con los estímulos revolucionarios de 1848 llevan al
artista a olvidarse del tema político y a centrarse en el tema social. El manifiesto realista
comprende que la única fuente de inspiración en el arte es la realidad, no existe ningún tipo
de belleza preconcebida más allá de la que suministra la realidad, y el artista lo que debe
hacer es reproducir esta realidad sin embellecerla.
Los pintores paisajistas ingleses del romanticismo sentarían las bases sobre las que más
adelante trabajarían los impresionistas. De Turner los impresionistas tomarían su gusto por
la fugacidad, sus superficies borrosas y vaporosas, el difuminado y la mezcla de colores
intensos; pero desecharían el componente sublime, propio de la pintura romántica.
Hacia finales de siglo y comienzo del siglo XX se podía ver una gran variedad de
vanguardias. El punto máximo del individualismo implicaba que cada artista debía
promover su propia vanguardia, que afirmaba, de carácter universal y verdadero. El
postimpresionismo, el puntillismo, el simbolismo pictórico, el expresionismo, el cubismo,
el fauvismo, el surrealismo, el futurismo darían cuenta de una sociedad que vive en la
revolución por la revolución, la vanguardia por la vanguardia, la universalidad por la
universalidad. Una sociedad donde los plazos son cada vez más pequeños, el ritmo cada vez
más rápido.
Música
El romanticismo y el nacionalismo se unen en figuras como Chopin y List, Schubert y
Schumann, Verdi y Wagner, por citar a algunos.

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Romanticismo no necesariamente funcionó como antítesis del clasicismo. Beethoven


(1770-1827), que significó un nexo entre ambos estilos, desarrolló principios heredados de
Haydn en término de contraste, al mismo tiempo que extendió temporalmente la forma
sonata. Se retomó la tonalidad cromática ampliándola y llegando al extremo, en el
Posromanticismo, de suspenderla o creando tonalidad errante generalizada. También fue
ampliado el tamaño de la orquesta llegando a extremos utópicos como el de Berlioz. En
este siglo se gestaría el culto al pasado, particularmente a Bach y el barroco, por lo que se
daría inicio a la interpretación como nueva rama. Hacia mediados de siglo también sería
importante el papel del nacionalismo como búsqueda estética.
Hacia fin de siglo se gestaría el Impresionismo, que buscaría su expresión en la ruptura con
la tonalidad, buscando en la modalidad como forma búsqueda arcaizante. También se
inspiraría en músicas «exóticas», particularmente en la música de gamelán. Rompería con
el contraste en favor de la homogeneidad incluso hasta llegar al concepto de música
funcional, como es el caso de la pieza experimental de Erik Satie «Musique
d’ameublement».
Mientras que el modalismo y escalismo del Impresionismo influenciarían más tarde a los
compositores modernistas, el interés por la música con mínimos contrastes influenciaría al
Minimalismo. El cromatismo postromántico, por el contrario, ejercería más influencia en el
Expresionismo, que desarrollaría el atonalismo Libre y posteriormente el Dodecafonismo.

Vestigios de Imperialismo. EL IMPERIALISMO EN EL SIGLO XIX |


Es difícil dar una definición de imperialismo simple y acotada, ya que es un proceso
histórico muy complejo, pero podríamos describirlo como el proceso a través del cual,
estados poderosos someten a pueblos más débiles para satisfacer ciertos intereses. Dentro
de esta acepción podríamos identificar distintos procesos similares en momentos muy
diferentes de la historia, pero aquí nos abocaremos al llamado Imperialismo Moderno del
siglo XIX.
Desde 1870 –aproximadamente- hasta 1919 (tras el fin de la Primera Guerra Mundial) se da
lo que algunos historiadores han llamado la “Era del Imperialismo”. Este período está
caracterizado por una intensa expansión colonial en la que los países más poderosos salen a
dominar territorialmente enormes regiones dando origen a grandes imperios coloniales.

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Siglo XIX

El imperialismo implicó no sólo una expansión comercial y nuevas fuentes de recursos para
las potencias colonizadoras, sino además, dominio político, ocupación militar y una
explotación sistemática de las colonias, las cuales perdieron totalmente su soberanía. Hoy
en día existe la tendencia a definir el periodo imperialista como una forma de expansión
económica que prácticamente se había convertido en una necesidad, sobre todo en el último
tercio del siglo XIX, un proceso de expansión al que se denominó Imperialismo
Librecambista.
burguesía representada por empresas, banqueros e inversionistas esperaba de este
movimiento grandes utilidades. Durante este periodo, muchos países europeos,
especialmente Gran Bretaña, se extendieron, primero de forma no oficial y más tarde
anexaron territorios y formando colonias en África, Asia y el Pacífico.
LAS 5 CARACTERÍSTICAS DEL IMPERALISMO
Vamos a conocer muchos datos importantes acerca del Imperialismo pero para que
comprendas mejor todo queremos desgranarte cuáles son las 5 características del
Imperalismo. Aquí van
UNA NACIÓN DOMINARÁ A LAS OTRAS
El Imperialismo defiende que una nación pueda dominar a otra imponiendo sus propios
criterios, normas y haciéndose con el control absoluto incluyendo sus medios de
producción.
EL USO DE LA FUERZA
Se justifica el uso de la fuerza para conseguir ese control si fuese necesario recurrir a la
violencia incluso. Todo vale para el sometimiento de los estados.

MEDIOS DE PRODUCCIÓN CONTROLADOS


Las potencias imperialistas puede controlar los medios de producción de los estados
sometidos.
CONTROL MILITAR
El territorio dominado estará controlado por los militares, quienes asegurarán que se
cumplen las expectativas y exigencias del Imperio.
EL IMPERIALISMO EN EL SIGLO XIX | CAUSAS
Los factores que facilitaron la expansión imperialista fueron:

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Siglo XIX

• ECONOMICOS: Los estados europeos necesitan conseguir materias primas para


su producción industrial y nuevos mercados para vender sus productos. Las potencias
imperialistas tienden a obligar a sus colonias a comerciar en forma exclusiva con su
metrópoli.
• DEMOGRÁFICOS: El acelerado aumento de población europea a fines del siglo
XIX, provocó intensos movimientos migratorios hacia otros continentes en una búsqueda
de fuentes de trabajo y mayores oportunidades
• POLITICOS: El dominio de grandes territorios, de vías de circulación y de zonas
consideradas estratégicas se transformó en un símbolo de hegemonía de las potencias, en
una época en que el nacionalismo hacia auge en Europa
• IDELOGICAS: Las potencias defendían su dominio, planteando que tenían una
misión evangelizadora y civilizadora sobre las culturas consideradas primitivas y bárbaras.

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Siglo XIX

Capítulo III

Hechos que Influenciaron los Cambios Socioeconómicos de la Época

Cuando Venezuela se constituyó como república en 1830, una serie de elementos


influían para que los pobladores de la nueva nación se reconocieran a sí mismos como parte
integrante de Venezuela, Simón Bolívar, no se restringía a los estrechos límites de la
Capitanía General de Venezuela. En los hechos, Bolívar constituyó la República de
Colombia, que abarcaba el territorio de las que hoy son cuatro naciones latinoamericanas:
Ecuador, Colombia, Panamá y Venezuela. Su concepto de patria iba mucho más allá de la
misma Colombia; lo había dicho en la Carta de Jamaica. El nunca descansó en su lucha
independentista e hizo esfuerzos prácticos por formar una confederación de países
hispanoamericanos al convocar el Congreso de Panamá en 1826. Ya para 1830 el proyecto
de la gran Colombia se había disuelto y los países que habían sido liberados ahora son
independiente con sus propias soberanías.
En las distintas provincias de la Capitanía General de Venezuela se habían formado
históricamente como regiones agroexportadoras relacionadas con una ciudad-puerto como:
Maracaibo, Puerto Cabello, La Guaira, Cumaná y Angostura, que se comunicaban
directamente con la metrópoli española a través de sus posesiones en el Caribe y sin que
existiera mayor relación e interdependencia entre ellas. Además la misma Capitanía
General era de reciente formación, y no había transcurrido un tiempo histórico necesario
como para que se construyera una identidad común en sus pobladores, para los habitantes
del Oriente del país, así como para los de los Andes o Zulia, Venezuela no significaba
patria, no existía un sentimiento de identidad que agrupara sus expectativas sociales, pues
hasta ese momento la sociedad colonial tenía en común, principalmente, elementos
derivados de su relación con la monarquía español, mas no elementos culturales nacidos de
un intercambio interregional.
Las constantes guerras civiles del siglo XIX se explican en parte por la disputa de las
distintas regiones por intentar hegemonizar la conducción política de la república; la guerra
civil oriental de 1834 es un buen ejemplo de ello. Igualmente, las declaraciones de
independencia, que abundaron en ciudades como Maracaibo, se explican también en este
contexto de disgregación regional de la nación venezolana. Esta situación generó a lo largo

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Siglo XIX

del siglo XIX constantes confrontaciones sociales, expresadas en insurrecciones


campesinas cuyo punto culminante fue la Guerra Federal.

Líderes Y héroes, y sus Aportes Históricos. Para narrar las «hazañas» de los líderes del
proceso independentista sobre las cuales se cimentó aquella elevación heroica. Esto
queda visto, por ejemplo, en Biografía del general Diego Ibarra, primer edecán
del Libertador Simón Bolívar (1873), de Jesús María Morales Marcano; en el
prefacio escrito por Arístides Rojas para la edición en español de Miranda en
la Revolución Francesa, auspiciada por el Gobierno Nacional de cara a su
participación en la Exposición Universal de París, en la cual el homenajeado
es enaltecido como el “Néstor de nuestra emancipación política”;114 en el
Resumen de la vida militar y política del esclarecido ciudadano general José
Antonio Páez, escrito por encargo de la Junta Directiva de la Sociedad que
celebró el Centenario del héroe… (1890), por Tomás Michelena y en, entre
otras, Vida de Don Antonio José de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho (1895),
de Laureano Villanueva.
Al mismo tiempo vio irrumpir, en su estructura narrativa, el discurso
apologético en torno a algunos caudillos surgidos de la guerra federal, a
quienes se talló como ciudadanos modélicos y prototipos del combatiente
liberal, varios de ellos situados en la cumbre del poder al ser dirigentes de la
revolución de abril de 1870 y del liberalismo amarillo. Resaltan, como parte
de este grupo, los siguientes textos biográficos: El general Venancio Pulgar,
Presidente Constitucional del estado del Zulia ante la Nación (1873), de
Víctor Barret de Nazaris; Biografía del Mariscal Juan C. Falcón (1876), por
Jacinto Regino Pachano; Rasgos biográficos para la historia de la vida pública
del general Guzmán Blanco (1876), por Fausto Teodoro de Aldrey y Rafael
Hernández Gutiérrez; Biografía del general José Eusebio Acosta (1883), de
Aníbal Dominici; Biografía del benemérito general Joaquín Crespo (1893

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Siglo XIX

Capítulo IV

Síntesis de Hechos Históricos relevantes de la época

Hasta la obtención de la independencia, proceso que en algunos países duró hasta


finales del siglo XIX, la religión principal en América Latina
era el catolicismo. Fue la Iglesia católica la que durante la época colonial
formó la cultura, el arte, la educación y la sociedad en el sentido de la civilización
occidental. La Iglesia católica funcionó de forma independiente en
América Latina por más de 300 años, por lo cual, no es de extrañar que los
habitantes de estas tierras sientan un gran apego por una sola religión.
Con la formación de una sociedad multirreligiosa mediante la inmigración y misiones
realizadas por otras iglesias empezó a surgir el problema
de reconocer la libertad religiosa tanto en términos individuales como comunitarios. Así,
hubo que adaptar las leyes a las condiciones sociales cambiantes. La diversidad religiosa al
principio fue, sin embargo casi imperceptible,
por eso no se sentía la necesidad de crear reglas del derecho eclesiástico del
Estado. Hasta hoy en día es difícil distinguir esta rama del derecho. Las
normas básicas las encontramos todavía en el derecho constitucional o internacional
público – en caso de la Iglesia católica.
El concordato, como instrumento del derecho internacional que tiene
como propósito la regular las relaciones entre la Iglesia y el Estado, tiene
una historia larga2
. En caso de los estados latinoamericanos, esta empieza
con la obtención de la independencia por las nuevas repúblicas. Los documentos anteriores
acordados entre la autoridad secular que ejercía el poder

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Siglo XIX

Participación o Intervención del contexto internacional

Para Venezuela el siglo XIX fue una época de inestabilidad con moderado
desarrollo económico. A pesar de un crecimiento de la actividad económica que promedió
2.6%, los estándares de vida superaron el nivel de subsistencia tan sólo en unas pocas
décadas. En este siglo que ha recibido relativamente poca atención académica, los vaivenes
de la economía venezolana antes del petróleo también estuvieron influidos por el ritmo del
mercado internacional. En efecto, con una canasta de exportaciones poco diversificada,
Venezuela dependía del comportamiento de dos precios de exportación la clave: el cacao
fue el legado de la economía colonial de fines del siglo XVIII, mientras que el café fue el
producto de las nuevas condiciones posteriores a las guerras de independencia. A pesar de
la expansión de la actividad agrícola, el costo de vida en Caracas fue sumamente alto. Las
fuentes cualitativas confirman las estimaciones presentadas en este artículo. En términos de
estándares de vida, se observa una tendencia ascendente durante el periodo con reversiones
de tendencia durante la Guerra Federal y hacia fines de siglo XIX, sino hasta el
descubrimiento de petróleo esto acontecimiento provoco, que Venezuela tuviera un impacto
más importante, a nivel internacional, por los intereses que presentaba por los yacimientos
de petróleo.

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