Pautas del programa de planificación familiar en Venezuela
Explicar la importancia del uso de un método anticonceptivo para prevenir
embarazos no planificados. Formar al personal de salud en los temas relacionados al consentimiento sexual de la mujer a la hora de las prácticas sexuales con la intención de detectar situaciones de violencia sexual (ver capítulo IV). No estigmatizar o emitir juicios de valor por el número de parejas sexuales que la mujer manifieste, ni preguntar sobre el número de parejas. Dar importancia al uso del condón como método de prevención de infecciones de transmisión sexual. Brindar orientación de calidad sobre ITS creando un clima de confianza para que la usuaria sienta la libertad de realizar preguntas sin temor a ser juzgada. Desmitificar información o prejuicios relacionados a VIH-SIDA u otra ITS.
En adolescentes:
El Estado venezolano tiene la obligación de garantizar la debida formación a
operadores de salud para la atención de las adolescentes. Garantizar que los servicios de salud apliquen la Estrategia de Integración del manejo de las adolescentes y sus necesidades, así como la gratuidad en la atención, en la realización de estudios y tratamientos. Dar cumplimiento al artículo 50 de la LOPNNA, que establece que a partir de los 14 años las y los adolescentes tienen el derecho a acceder directamente a los servicios de salud sexual y reproductiva, sin el requisito de ser acompañadas/os por su madre, padre, representante o responsable. Dar cumplimiento al artículo 57 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y 91 de la LOPNNA, según los cuales las y los trabajadores del sector salud deben dar aviso a las autoridades competentes sobre casos de violencia contra las mujeres y deben denunciar las amenazas o violaciones de derechos y garantías contra niñas, niños y adolescentes, respectivamente. Garantizar que toda atención a la salud sexual y reproductiva de las adolescentes sea libre de prejuicios, confidencial y ajustada a sus necesidades. Es importante que las y los operadores de salud no presuman preferencias o actitudes negativas comúnmente atribuidas a las adolescentes (irresponsabilidad, rebeldía, promiscuidad). Debe primar el reconocimiento de sus derechos, ya que de lo contrario se crearán obstáculos para el acceso de estas a los servicios. Garantizar la presencia de personal de enfermería en toda atención a las adolescentes y/o permitir la presencia de algún acompañante promovido por la propia adolescente mientras se realiza la atención y el examen clínico, incluida la evaluación ginecológica. Desarrollar protocolos de detección y actuación en los centros de salud para abordar situaciones de abuso y/o acoso sexual cometidas por parte de operadores de salud en contra de adolescentes que acuden a los servicios. Los centros de salud deben tener tolerancia cero ante los abusos sexuales. Antes de cualquier exploración o evaluación clínica, brindar información a la adolescente sobre el procedimiento y el objetivo del mismo, garantizando que comprenda a cabalidad y pueda aclarar las dudas que se le presenten. Ofrecer servicios de salud sexual y reproductiva ante todos los motivos de consulta de las adolescentes e incluso ante las consultas de seguimiento. Esta atención se debe centrar tanto en lo reproductivo como en los aspectos concernientes a su sexualidad. Garantizar a las adolescentes el acceso a métodos anticonceptivos modernos y de protección sexual, incluida la anticoncepción de emergencia. Hacer seguimiento a las adolescentes luego de la consulta o realización de exámenes para conocer el cumplimiento del tratamiento y/o la evaluación de su salud. Este seguimiento es particularmente relevante luego de la atención postparto y/o postaborto. Explorar situaciones de abuso y explotación sexual, violencia en el noviazgo o cualquier otra forma de violencia que pueda estar siendo ejercida contra ella y canalizar la atención adecuada. Es importante tener en cuenta que embarazos en niñas y adolescentes pueden ser producto de abusos sexuales. Contar con información en los centros de salud en forma de trípticos y carteleras que insten a las adolescentes a solicitar información en el propio centro y/o que las canalicen hacia instituciones en las que puedan obtener más información sobre sexualidad, reproducción y derechos. Ofrecer consejería con personal capacitado que permita a las adolescentes contar con la información necesaria para la toma de decisiones, así como en la solución de las principales inquietudes y/o conflictos en torno a su salud sexual y reproductiva. La consejería en salud sexual y reproductiva debe ser ofrecida tanto a las adolescentes que se han iniciado sexualmente como a las que aún no lo han hecho, es decir, debe ser ofrecido a todas. En estas consejerías se debe prestar atención a las referencias sobre la identidad, la autopercepción, la valoración del cuerpo, la vivencia de la sexualidad, el rol en la pareja, patrones de género, entre otros. Rol de enfermería dentro del programa de salud sexual y reproductiva y planificación familiar.
Proporcionar información para orientar al solicitante en la toma de decisiones
en cuanto a los métodos anticonceptivos. Ubicarse en un ambiente imparcial y privado. Presentar un carácter de confidencialidad. Ofrecer a hombres y mujeres información acerca del funcionamiento de sus cuerpos y su sexualidad. Identificar y discutir inquietudes preguntas o temores. Informar acerca de todas las alternativas anticonceptivas. Asegurar que los solicitantes y sus parejas tengan la ayuda que consideren necesaria. Entender mejor los conceptos de sexualidad y fecundidad. Asegurar la satisfacción de los usuarios de métodos. Disminuir la importancia de deserción de los usuarios del Programa de Planificación Familiar.