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Directora de contenido:
Yanina Martínez
Editora general:
Alida Cesetti Roscini
Diseño y arte:
Clara Vallejos
ÍNDICE
Editorial ...............................................................................................................pág. 2
Agradecimientos ............................................................................................................pág. 33
1
EDITORIAL
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esta oportunidad un valiosísimo texto. Una valiente compañera de nuestra RED se anima
a compartir y reflexionar sobre una experiencia que la obligó a salirse de los estándares
establecidos y de los modelos clásicos de atención en Salud Mental. Débora Drobniak
prioriza el derecho fundamental de una adolescente a ser escuchada. Débora Drobniak
se anima a acompañar, en este caso, como la adolescente puede y quiere. Una vez más
confirmamos que resulta crucial que las instituciones, sus dispositivos y lxs adultxs que
transitamos por ellas, seamos capaces de flexibilizar nuestros encuadres al servicio de la
población que URGE en este presente.
“Habilitar la palabra repara y abre la posibilidad del reparo colectivo” así concluye el
relato titulado Siempre por lxs pibxs. Una vez más se impone la necesidad de crear y co-
construir con los y las adolescentes espacios más propicios para que se apropien y los
transiten libremente. La suerte de contar con compañeras en esta RED territorial de
salud mental comunitaria, que se animan a correrse del adultocentrismo impuesto y
generan lugares para compartir, para encontrarse, para redescubrir que las emociones
son importantes, que nuestros sentires valen, y que el malestar se combate
colectivamente.
Y aquí también traemos la voz de una joven de La Matanza que escribe y reflexiona
sobre su quehacer solidario. La pandemia, como venimos compartiendo, vino a
zarandear de raíz todo lo que venía dado. Las urgencias en el conurbano, nos obligan a
HACER SOLIDARIAMENTE, con otros y otras capaces de organizarse para dar
respuestas. Una jóven que en el hacer reflexiona y echa luz con referentes de nuestra
Historia, rescatando valores, que ponen en primer lugar la importancia de la VIDA de
cualquier ser humano, buscando las mejores estrategias que permitan y viabilicen las
mejores, pero también las más DIGNAS, soluciones.
Irrumpe el arte y su potencia para crear y fortalecer los LAZOS que, como siempre
repetimos en TERRITORIA, en definitiva siempre es lo que nos salva como comunidad.
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En sintonía con ello, donde empieza La Matanza, allá por los kilómetros (como
solemos decir las y los matanceros), ponen VOZ los pibes y las pibas, con un RAP
desde un aula, con esa FUERZA que da la pobreza y la cruda realidad. Una vez más,
la potencia de la organización colectiva puede manifestarse en PALABRAS que, sin
anestesia, relatan la cotidianidad que los indigna y les da rabia. La importancia del rol
de las y los adultxs, facilitando y creando caminos, permitiendo y facilitando que las y
los JÓVENES DE HOY SE EXPRESEN y comuniquen que la información es poder.
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LOS PIBES DE LA U.E.S. DEL OESTE.
GABRIEL FERNANDEZ
Los pibes de la U.E.S. (Unión de Estudiante Secundarios) eran jóvenes que militaban en
una construcción política que pertenecía al peronismo revolucionario. Ese peronismo al
que el General decidió, vaya alguno a saber porqué oscuros motivos (de los que vamos a
prescindir en este relato), espantar de la Plaza el 1° de mayo del ‘74. Esa mañana había
amanecido lindo, pero parece que el viejo estaba muy hinchado las pelotas por tanta
efervescencia juvenil o por tanta gorilesca compañía de la que se rodeó durante sus
últimos sombríos pasos por la Casa Rosada.
Desde los 13 años, Ale decidió sumarse a la U.E.S., estaba cursando el primer año de
secundario en el Instituto Solano, un colegio comercial de la ciudad de Ituzaingó. Jorge se
sumaría después, él era un año menor que Ale. Motivados por las inquietudes sociales
mamadas desde el catre de una familia que no tenía antecedentes de militancia
peronista, ni política, pero sí antecedentes de militancia social.
Nuestra familia pertenencia a un grupo de comunidad de base, así le decían al grupo
católico con el que nos reuníamos en las casas para rezar misas que oficiaba un cura
tercermundista (hoy, curas de opción por los pobres) o para ayudar en tareas
comunitarias en un barrio que tenía todo o casi todo por hacer. Estos curas, muy mal
vistos por la jerarquía eclesiástica, terminaban siendo enviados a otros destinos cuando
molestaban demasiado a las burguesías donde actuaban, sean estas de la propia iglesia
o de otro orden. El padre Gianfranco Vivaldi terminó siendo enviado a un barrio de Flores
y cuando se cansó de las amenazas y de los autos “raros” que lo seguían o aparecían por
las noches a vigilarlo, se exilió a Francia y, más tarde, ya sin sus hábitos, terminó siendo
gerente de un supermercado en Italia, en su pueblo natal.
Desde siempre, la adolescencia es el tiempo vital, es la primavera de la vida, es el fuego
de la pasión puesto al servicio del amor. Y ese amor, en el corazón de estos jóvenes de
los ‘70, se entregaba hacia el otro, hacia el que estaba peor que nosotros y necesitaba
ayuda. Desde las “Ranas”, 20 o 30 años antes, los desalojos, la expulsión de sus
territorios originales y la industrialización impulsada por el primer gobierno de Perón,
fomentan la creación de nuevos barrios en casas precarias y sin ningún servicio. Familias
enteras que solidariamente se organizan para impulsar el crecimiento de su propio
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entorno a través del trabajo solidario y del reclamo conjunto hacia el Estado, fomentan el
crecimiento de los barrios del conurbano bonaerense. Los jóvenes de la U.E.S., lejos de
desconocer esa realidad, se convierten en actores de su propio presente entregándose
a la tarea con el cuerpo, la pasión y la alegría propias de su juventud.
En Villa Udaondo se juntaban, se acompañaban con el Chelo, con Sonia, con Pluma y con
Adriana. Y, como ahí no había escuelas públicas, entonces, alfabetizaban conducidos por
compañeros militantes de los barrios y de las cercanías del oeste. Cuando lograron crear
la Escuela N°103, en el INTA, junto a Marta Sierra (bióloga e investigadora del INTA
Castelar), un grupo de militantes barriales colaboraron pintando, reparando, sacando
yuyos y generando recursos para el mantenimiento de la escuela. También colaboraron
en la construcción de la salita de Villa Udaondo, hoy Centro de Atención Primaria de la
Salud “17 de Octubre”, que en esos momentos era el anhelo del papá de Sonia, Hermann
Von Schmeling y sus vecinos. Hoy es “Lugar de Memoria”, declarado así por el Municipio
de Ituzaingó. Como ellos mismos repetían: “La felicidad nunca es solo, siempre es con el
otro”.
En el ámbito estudiantil, Jorge, Alejandro y otros delegados del Centro de Estudiantes del
colegio, se reunían periódicamente realizando asambleas con el Bocón, el Indio y Polenta.
Alejandro, como delegado del curso, viajaba semanalmente hasta el centro para reunirse
con otros compañeros de Capital donde se discutía sobre el panorama político y social
de la época y se tomaban decisiones sobre la organización, y su rol en el partido.
Entonces, Ale traía al colegio nuevas ideas que se debatían y daban lugar a nuevas
decisiones para llevar a la práctica.
Convulsionados, como lo estaba toda la sociedad, entre revoluciones cubanas que no
eran mitología, eran realidad con Fidel en La Habana y el Che esparciéndose en millones
de estrellas desde la Higuera a las mentes y los corazones de los pueblos oprimidos.
Eran el Hombre Nuevo, se sentían así, impulsados por una furia desalambradora,
revolucionaban y se revolucionaban, eran las revoluciones sociales, las que se estaban
produciendo en el mundo, las que vendrían y las que se gestaban en sus propios
cuerpos. Irradiaban esa alegría que desde mi estado de niño podía respirar en el
cotidiano vivir.
En ese discurso, el General los llamó “estúpidos”, los llamó “imberbes”, y habló de
escarmiento cuando saludó a la dirigencia sindical. Eran tiempos complejos, también hoy.
Gorilas hubo siempre, ahora y entonces, adentro y afuera del partido.
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Perón ya estaba muerto en el ’75 cuando los pibes pasaron a la clandestinidad. Los
centros de estudiantes eran mala palabra. Habían pasado dos años y un poco más
desde que Ale se había sumado a la UES y que la UES existía en su nueva configuración.
Y, de la alegría, pasamos al temor. Porque los mismos de siempre ya habían encontrado
su enemigo. Sin el líder, los gorilas ya habían armado toda la escena del espanto. El
sentido común construido haría el resto.
Cuando sonó El Golpe, todos lo esperaban. Todos sabían y sabíamos que era cuestión
de tiempo. Solo ellos y sus cómplices podían descifrar el día e imaginar y planificar la
barbarie. Los que antes eran perseguidos por la Triple A, y por todos esos comandos de
derecha que actuaban en las sombras de una democracia de ficción y del poder real,
ahora lo serían, pero por dictadores de uniforme y cara lavada. Mientras tanto, la
militancia sigue, pero ahora no podrían acusarlos de tener una conducta
antidemocrática, la lucha era contra una Dictadura que secuestraba y asesinaba a los
compañeros. Los pibes, lejos de replegarse, crean códigos y formas de comunicación
entre los compañeros, formas de mantenerse en contacto, formas de saber si la cita se
mantenía o sería abortada por una llamada a tiempo. Así se enteran de la caída de El
Bocón (Gabriel Lázaro), estudiante del Colegio Manuel Belgrano de Ituzaingó, quien fue
baleado en la esquina de su vivienda al querer escaparse de sus secuestradores. Al
momento de su desaparición tenía 18 años.
A Alejandro lo intentan “chupar” desde un Falcon a la salida del Solano, lo impiden los
compañeros, zafó. No volvería por un mes al barrio. Jorgito aguantaba en casa.
Pasaron meses y todo parecía estar más tranquilo. El viernes 16 de septiembre de 1977,
Pluma (Enrique Rodríguez) era secuestrado junto con otros compañeros en su vivienda y
sus padres asesinados allí por una patota integrada por Fuerza Aérea y Policía
Bonaerense de la brigada.
El lunes 19 a las 23 hs., golpean la puerta y entran en casa, se llevan a Alejandro, salen y
van a la de Chelo (Marcelo Moglie) y también lo llevan. Van a la casa de Sonia, no la
encuentran, vuelven a casa y secuestran a Jorge. Dos horas después, van a Merlo y
secuestran al Indio (Alejandro Aibar) la misma patota, la misma camioneta azul de la
Fuerza Aérea y el Falcon de la brigada.
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La persecución sigue días después, secuestran a Sonia Von Schmeling, luego a su
papá Hermann. También cae Adriana Martín y, finalmente, en los primeros días de
octubre, cae Polenta (Luis Ángel García) en la casa de su padre en San Justo. Todos
secuestrados, todos torturados y, salvo Adriana Martín, asesinados en la Brigada de
Investigaciones de San Justo.
Son más de 600 jóvenes de entre 13 y 19 años los que aún permanecen
desaparecidos. Todos ellos comprometidos con su momento político, con un rol social,
con iniciativas reparadoras hacia su entorno, con un compromiso ante el momento
histórico que estaba atravesando la sociedad. Todos ellos creían que contaban con el
apoyo de su pueblo, de aquellos con los que juntos habían levantado casillas, zanjas,
veredas, con los que habían mejorado las paradas del único colectivo que entraba al
barrio, con los que tanto habían hablado de derechos, aquellos a los que tantas veces
habían esperado con un guiso, un desayuno, peñas, un abrazo, una sonrisa.
Pero pudo más el miedo.
Al pasar los primeros momentos, la seguridad, la tranquilidad y la “paz” que esperaban
de ellos, se fue convirtiendo en temor, miedo y terror.
Ganó el silencio, el “no mires”, el “no te metas”.
El Silencio Es Salud
Después de 45 primaveras, no se
puede menos que apelar a
aquello que alguien de casi 60
años puede recurrir, con todo
derecho, para dilucidar momentos
“confusos” que tocan vivir hoy, La
Memoria. Ventajas que llevamos
los que vivimos esos tiempos y
que nos ayudan a entender su correlación con los actuales. Sin pretender que ese
entendimiento esclarezca el relato histórico de otres. Cada cual con su historia vamos
armando el rompecabezas de la verdad. Para poder armarlo hay que juntar esas
piezas. Jorge y Alejandro, aparecen todas las primaveras desde hace 45 años para
hacerme recordar que toca en este mes salir a sembrar. Y, desde hace diez años que
decidí no salir solo. Hoy somos muchos los que nos juntamos a recordarlos y salimos a
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sembrar durante todo el mes de septiembre. Lo hacemos desde el espacio H.I.J.O.S. LA
MATANZA (en la Red Nacional de H.I.J.O.S.) junto a un grupo de hijos y familiares de
desaparecidos y víctimas del genocidio infringido por el Estado Militar que gobernó
desde el 24 de marzo de 1976 hasta la instauración de la democracia el 10 de diciembre
de 1983. Decidimos caminar juntos para armar lo que alguna vez ellos creían que habían
roto para siempre, como hicieron nuestras Madres y Abuelas, desde el minuto cero del
genocidio.
Hoy, como hubieran querido los nuestros, seguimos al lado de los que más necesitan, al
lado de los que no tienen nada porque los han despojado de casi todo y quieren sacarle
lo último, su derecho a seguir reclamando. Lo hacen silenciando a los que siguen
peleando por los más vulnerados, persiguiendo nuevamente, esta vez sin el fusil y la
picana, pero nuevamente con mentiras, con una justicia amañada y fraudulenta.
Nuevamente, con la construcción de un sentido común que señala al enemigo público.
Antes eran los subversivos los que habían venido a subvertir el orden establecido, los
que no callaban y se revelaban.
Hoy sigue siendo ese peronismo revolucionario que no se detiene y que por su propia
inercia vital, sigue formando seres pensantes, críticos de la historia inventada,
memoriosos seguidores de los héroes cotidianos de los años duros, de plazas
bombardeadas, de revoluciones fusiladoras, sobrevivientes de fusilamientos en
basurales del conurbano, de lo héroes de Malvinas y de los que volvieron de la guerra, de
la resistencia en los montes tucumanos, de tantos y tantos compañeros torturados en
brigadas policiales, desaparecidos echados al mar, a los ríos marrones que opacan el
Plata, en pozos de Vargas, de Arana, de Quilmes, de Banfield, de tantos y tantos pozos,
como agujeros que degradan la dignidad en el Alma de la Patria. Y allí siguen, desde allí
claman y los seguiremos buscando.
Caminan con nosotros en las vigilias de marzo, en las tomas de tierra de los barrios
bonaerenses, en la defensa de los territorios ancestrales de los primeros que resistieron
a la invasión civilizadora, en las charlas con los jóvenes y docentes de los colegios
matanceros para honrar La Memoria y formar espíritus críticos capaces de seguir
revelándose contra la desigualdad y la injusticia. Nos acompañan cuando mostramos
que el low fear no lo crearon solo para perseguir a los oponentes políticos, lo despliegan
desde hace tiempo impunemente en los barrios, armando causas contra pibes, que
persigue “la yuta” y convalidan los fiscales, culpables de su propia pobreza, creada por
un régimen que mata, que los sigue asesinando, y los encarcela masivamente desde
hace, por lo menos, 30 años.
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Por otro lado, fuimos observando cómo el mismo escenario grupal se fue convirtiendo en
una excelente herramienta. Este espacio supo ser un lugar de apoyo, de pertenencia y
de encuentro, asimismo permitió armar lazos y redes que traspasan las paredes de la
sala.
En cada uno de los tres espacios mencionados prevalece la creatividad y la integración,
se potencian las habilidades sociales de cada unx de lxs integrantes, se genera un
sentido de pertenencia y de sostén porque “ahí soy, ahí me ven, ahí es importante lo que
hago y sobre todo, ahí me esperan”.
Respecto a nosotras como profesionales de la Salud Mental, apostamos fuerte al trabajo
en equipo. Nuestro deseo hizo posible armar y sostener estos dispositivos alojando a los
y las pacientes y a sus discursos, abriendo momentos de escucha y de intercambio.
Entendemos que lo que fortaleció la tarea diaria fueron las ganas de trabajar en equipo y
armarnos como tal. A su vez, consideramos que estas experiencias relatadas fueron
punto de partida para continuar gestando espacios significativos para quienes transitan
los pasillos de nuestro querido CIC “Las Antenas”.
No caminamos solos, vamos con la Mesa de la Memoria de la Matanza y todas las
organizaciones, los hermanos y compañeros que nos permiten seguir a su lado y hoy en
estos tiempos, que siempre son complejos, acompañados y cuidados por la Red
Territorial de Salud Mental de La Matanza a los que nunca vamos a dejar de agradecer y
a quienes siempre sentimos tan cerca.
En la foto:
Juan Alejandro,
Jorge, Alejandro Aibar,
Sonia Von Schmeling,
Julio Ángel García,
Enrique Rodríguez y
Marcelo Chelo Moglie.
¡Hasta la Victoria Siempre!
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DECIR… A TRAVÉS DE LA PALABRA ESCRITA.
LIC. DÉBORA DROBNIAK 1
Los expertos aseveran que la trasmisión oral, precedió a la palabra escrita. Aquella
transmisión oral era impartida por los ancianos, con la idea de pasar experiencia y
sabiduría a las generaciones venideras a través de narraciones, canciones, adivinanzas,
etc. Ese pasaje o modo de comunicación no abordaba un pensamiento racional, sino un
profundo contacto espiritual, y con sencillez transmitía simbólicamente una historia que
permitía a la comunidad crecer e identificarse. El pasaje de la oralidad a la escritura
puede atribuirse a diferentes razones: perpetuar, guardar para la posteridad, expandir el
alcance del mensaje y mucho más, lo cierto es que la cultura de la palabra escrita fue
eclipsando a la anterior, junto a la forma de vida moderna.
Desde el papiro al celular, los instrumentos en los cuales se apoyó la palabra escrita son
innumerables; los fines y contenidos aún más; tarjetas postales, correspondencia de
guerra, tratados políticos, descubrimientos científicos, declaraciones de amor, poesía,
ficción, adoctrinamientos, instructivos, protocolos; hasta existió un Braille que inventó un
sistema de lectura y escritura táctil para las personas no videntes; nos surgen muchos
ejemplos pero es indudable aquel axioma de Paul Watzlawick que enuncia “es imposible
no comunicarse, todo comportamiento es una forma de comunicación, no existe la no
comunicación”.
1 Lic. en Psicología. Actualmente forma parte del equipo de Salud Mental del H. del Niño de
San Justo.
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No es objeto de este escrito analizar la comunicación en profundidad, o sus partes;
emisor, receptor, canal o medio de comunicación, mensaje, etc. Pero sí podemos
describir que, muchas veces, aquello comunicado en la escritura tiene más que ver con
una necesidad, con cuestiones de la vida, de la muerte, de la supervivencia, de un pedido
de ayuda, que con la curiosidad o el disfrute… o ¿no son muchas más, acaso, las
canciones de desamor que de amor? Podemos recordar a Cervantes, Mandela, Ana
Frank, Viktor Frankl; podemos visualizar la señal de socorro más utilizada
internacionalmente SOS o la reciente campaña contra la violencia de género que es
escrita y emitida en absoluto silencio, consideremos que se puede pedir auxilio, se puede
gritar y hasta llorar, sólo usando subrayados, negrita, o letras más grandes y signos de
admiración sobre el papel o abreviaturas y emojis sobre un teclado. Para estos últimos,
seguramente algunos necesitaremos un traductor, alguna generación intermedia, que
achique distancias; pero no será ni más ni menos que lo sucedido con los relatos de
nuestros ancestros: seguramente los padres iban explicando a los hijos aquello que los
abuelos contaban. Será al revés esta vez, deberán esos intermedios explicar a los
mayores aquello que los jóvenes quieren decir, con tan poca sintaxis y respeto a la
lengua para nuestro gusto.
Conectando esto último con la imagen del segundo párrafo, gente alrededor de una
mesa, sin mirarse, sin escucharse, mirando una pantalla, leyendo; solemos decir que los
jóvenes, especialmente los adolescentes, “hoy, no leen”, sin embargo, si observamos,
podríamos decir que “hoy, no hablan”, sin duda lo que no podemos decir es que no se
comunican, quizás aquí los legos (por decirlo de algún modo) somos los adultos. Y nos
preguntamos también si ¿será por todo esto que ellos tienen la autopercepción de que
no saben expresarse, que no saben decir?
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En un inicio hablamos del trabajo de expresarse y de interpretar. El trabajo de expresarse
puede parecer que no es tal, dado que buena parte de la sociedad ya está habituada a
este tipo y formas de comunicación donde Sms, Wathsapp, Instagram, Twitter,
Facebook, etc., son medios distintos para hacerlo, y tanto se usan que con frecuencia
aparece una nueva versión “corregida y aumentada”; digamos que a los más jóvenes les
resulta muy natural su empleo y que para los que nos gusta escribir como afición, hacerlo
no significa un trabajo, ni siquiera un esfuerzo, sino una forma de transmitir cosas y de
darles más difusión y alcance. Pero todo aquel que ha pasado por un consultorio
terapéutico tiene ese registro de lo difícil que es expresar, mostrar, contar, explicar,
demostrar pensamientos, emociones, historia de vida, problemas, soluciones
disfuncionales… Hacer todo eso sólo a través de texto de whatsapp, claramente, es un
trabajo, y muy arduo, porque no vemos las señales no verbales que nos indican si el otro
va entendiendo lo que queremos decir. Entre las muchas dudas que se presentan están:
cómo salir de la literalidad o cómo sostenerse en ella, cómo hablar sin hablar, cómo
mostrar sin que me vean, cómo representar sin más representación posible que la
palabra, dónde está la escena. Sin embargo, para los adolescentes, parece que esta
comunicación sin imagen, (¿cabe la expresión “sin imagen” en la adolescencia de hoy?,
resulta paradigmático), decía que la comunicación sin imagen parece que los
adolescentes la estaban esperando, ellos que todo lo ven y que quieren ser vistos y que
parecen mostrarse todo el tiempo, y que a su vez muestran tan poco. Pero volviendo a lo
anterior, será que nosotros no sabemos ver, escuchar, leer sus mensajes… decía esta
comunicación sin imagen, anónima, les da la oportunidad de desplegar un potencial que
nos deja atónitos.
Por otra parte, la interpretación, tiene dos vías: el que escribe, que cree ingenuamente
que la interpretación está del lado del receptor, y no es consciente que aquello que él
comunica no es ni más ni menos que una interpretación propia; y el que lee, que trata de
visualizar esa interpretación y a su vez hace la propia. La interpretación puede definirse
como un proceso cuyo resultado es la asignación de un significado, o un resultado de un
proceso de asignación de significados; es un recurso del Psicoanálisis en íntima relación
con la posición del analista y la transferencia, pero tampoco es allí donde se dirige
nuestro faro.
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Lo que intentamos iluminar, no en el sentido de dar claridad, sino en el de apenas dar
visibilidad, es pensar el trabajo terapéutico con este contexto extraordinario (coronavirus,
cuarentena, A.S.P.O.), en que el pasaje parece darse a la inversa, de lo oral a lo escrito, de
lo presencial a lo virtual.
Hasta no hace muchos años, no nos imaginábamos otro modo de atención posible que
no sea el presencial; ya habíamos sido bastante osados en entender que el diván no era
el único espacio donde ubicar la corporeidad del paciente, a quien también nos
atrevimos a llamar cliente, consultante y de otros tantos modos. Hemos comprendido
que existe el psicólogo de trinchera, como dice Fernández Álvarez, que no solo actúa en
un consultorio, sino in situ; entendimos también, luego de la Primera Guerra Mundial, que
con el uno a uno no se podía abastecer toda la gran demanda de neurosis de guerra o
estrés post-traumático; comprendimos el poder de lo grupal y allí cómo la fantasmática
de la grupalidad armaba y desarmaba otras representaciones. Surgieron diferentes
escuelas, corrientes y teorías que analizan y describen el comportamiento, los
pensamientos y las emociones, las subjetividades e intersubjetividades, desde diferentes
perspectivas, pero siempre, siempre era en presencia de un terapeuta o equipo
terapéutico y un paciente o un grupo terapéutico. Más próximo a estos tiempos, la
tecnología y los avatares de la vida moderna nos presentaron las sesiones vía Skype,
algo aún incipiente y para situaciones excepcionales, como ser que un paciente se vaya
a vivir al exterior, y acompañar el proceso hasta que ubique un terapeuta, o un enfermo
internado que no quiere dejar su tratamiento psicológico, no mucho más que eso. Pero la
cuarentena, el aislamiento social preventivo obligatorio, nos hace escuchar sin oír,
visualizar sin ver, exponernos a un texto y tener que escribir en lugar de hablar… iremos
descubriendo, suponemos, cómo se juegan lo real, lo simbólico, las representaciones;
cómo leer en lugar de escuchar y ver o tratar de ver y escuchar a través de palabras
escritas.
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SIEMPRE POR LES PIBES.
LIC. PAMELA CENTURIÓN MOREL. LIC, MELISA PASINATO Y LIC. YESICA
CASAS.
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La temática elegida que encontró un resonar común y un deseo de visibilizar hacia la
comunidad fue el bullying.
Aquí compartimos una imagen "pre-mural", que se acerca a la idea del proyecto que se
tiene en el grupo.
Mostrar la violencia que circula en las escuelas y sus consecuencias directas en las
emociones de les jóvenes, se planta como bandera y miramiento de este espacio.
El mismo tiene una frecuencia quincenal. Al llegar, les jóvenes tienen una merienda a la
canasta y eligen algún juego para compartir. Luego de ello, cada uno trabaja con el texto o
actividad correspondiente de acuerdo al recorrido en el que cada une se encuentre.
No faltan las risas, los chistes, comentarios de todo tipo. Incluso surgió una temática que
les atraviesa y les preocupa como es el bullying.
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Los participantes del taller son: Yazmín, Tatiana, Agustín, Nicolás, Ramiro, Rocío, Priscila.
De ello surgieron las siguientes conclusiones:
Es importante generar espacios de intercambio entre pares, donde circule el
respeto y el cuidado hacia el otre, potencia la salud mental.
La existencia del bullying no es de esta época, sino que tiene su anclaje en las
instituciones desde hace mucho tiempo.
No podemos naturalizar su existencia e incluso no hablar de eso por vergüenza.
Con los jóvenes nos encontramos saltando esas barreras y, aún más, queriendo
generar acciones puertas afueras para reducir el padecimiento en esta problemática.
Habilitar la palabra repara y abre la posibilidad del reparo colectivo.
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INTERVENCIONES SOCIALES EN GARANTÍA DE DERECHO, A
TRAVÉS DEL ARTE.
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SOFIA LORELEY BONOMO ZOZULA
Introducción:
Este artículo intenta abordar distintas miradas de intervención social, representando
las características de categorías asistenciales; exponiendo los mecanismos de frialdad,
como una problemática y revalorizando los efectos de superación desde los lazos
sociales.
Relata la experiencia de la Merienda Popular y Solidaria que se realiza todos los
sábados por la tarde en la plaza central de San Justo “General San Martín”, propone al
Arte como herramienta de transformación colectiva para una aproximación que intenta
ser integral, con una perspectiva feminista y de derechos humanos.
Sin integralidad, no hay garantía; Ante la falta de acceso a los derechos, nacen distintas
maneras de construir.
La Ranchada Popular
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entendiendo que el objetivo no era sencillamente suplir una necesidad alimenticia,
proponiendo un espacio de refugio, eligieron realizar una merienda popular y solidaria en
la plaza.
Al principio, recorrieron las calles para encontrar dónde ubicarse y adaptar el espacio, a
quienes lo iban a habitar. Los sábados a las 17hs en la plaza central de San Justo
“General San Martín”, La Matanza nace la ranchada popular en la "Merienda Popular
y Solidaria".
En este espacio se realizan distintas actividades en el marco de una estrategia de
intervención social: se festeja cada vez que alguien cumple un año más de vida, se
comparte arte popular, se charla y se registra lo que pasa a cada unx quien la habite, se
acompaña a quienes necesiten hacerse un documento, también un C.V., se reparten
recursos materiales obtenidos a través de donaciones, y se merienda, pero por sobre
todo, se resiste luchando por los derechos de las personas en situación de calle.
El arte es protagonista porque se usa como
herramienta de intervención, permite activar
en conjunto, una perspectiva feminista y de
derechos humanos. Durante el año 2021, se
pudo realizar un cortometraje documental
con el nombre de “VisibilizARTE”, trabajando
en el marco de Jovenes y Memoria. Ese
mismo año en Navidad, se realizó una cena,
en donde el cortometraje documental fue
proyectado en la plaza. Las personas en
situación de calle pudieron contar sobre sus
vidas, denunciando a la sociedad el
constante prejuicio que no los deja superar
la situación, observándose a sí mismos en la
pantalla grande.
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“La Caridad y Los Necesitados”
María Eva Duarte de Perón, en su discurso sobre la justicia social (1948) dice; “La ayuda
social que llega, que se suministra racionalmente, previo examen de las condiciones de
vida del que la recibe, protege y estimula. La limosna, dada para satisfacción de quien la
otorga, deprime y aletarga. La ayuda social, honestamente practicada, tiene virtudes
curativas. La limosna prolonga la enfermedad. La ayuda social está destinada a mitigar
necesidades y restituir a la sociedad, como elementos aptos, a los descendientes de los
desamparados”.
En el presente, aplicando la resignificación en los recursos simbólicos, analizaría los
conceptos destacando lo que este mismo significa en este discurso y su relación con la
intervención social.
Para la Intervención social, primero debemos direccionar nuestras miradas y objetivos.
No es lo mismo asistir a una persona facilitando recursos materiales que utilizar los
recursos, para acompañar a la persona en la situación.
Mariel Bufarini, escribe en Percibir y resistir los estigmas, un estudio sobre la
cotidianidad de personas en situación de calle (2020): “La aparente ociosidad se
resignifica en actividad, en búsqueda de alimentos, sanitarios, refugios de otros con
quienes compartir y dialogar”(p.219).
Sin lazos sociales, es muy difícil que la fuerza propia concluya en superación. Cuando
hace frío, nos ocultamos en nuestras casas… La frialdad no tiene que ver con una
estrategia, su resultado es aún más, es exclusión del sistema a quienes no están dentro
de él. Invisibiliza el padecer y nos hace responsables del abandono. Los hogares, en
cambio, son cálidos, nos abrazan, nos refugian; los habitamos porque son nuestros
espacios, nuestros lugares de pertenencia.
Alfredo Carballeda, en su artículo “La intervención
en Lo Social, las Problemáticas Sociales
Complejas y las Políticas Públicas” (1997), analiza
que “La ausencia del lazo social y su crisis forman
parte de los padecimientos de este nuevo siglo,
presentándose estas cuestiones en general dentro
de los espacios típicos de intervención”(p.2).
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El Arte Comunitario
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compañeras en las que se debe elegir a quién dedicársela. así reflexionamos acerca de
problemáticas sociales, reconocemos derechos vulnerados, encontramos maneras de
acompañarnos.
Hablamos sobre derechos humanos, feminismo. Se cumple el rol en un lugar
fundamental, un ratito de cada merienda es destinado a la conciencia social plasmada en
un mural, en escritos, en juegos, en un rap y en infinidades de expresiones artísticas que
cada uno da a conocer de sí. Cada sábado, se espera también una actividad.
Desde entonces, muchas personas reconocen el espacio como un lugar de pertenencia,
en el que se sienten acompañados; no simplemente en la falta de acceso a algo material.
Vienen no solo por la merienda, porque ahora comparten mucho más que eso.
Y quienes deciden organizar la merienda cada sábado, se integran en esa expresión;
porque entienden lo colectivo desde un espacio de encuentro, para vincularse,
conectarse, y acompañarse luchando por los derechos de las personas en situación de
calle.
Conclusiones:
La institución desenlaza las manos, vuelve impune a la desolación y al miedo. En
respuesta nacen espacios que representan resistencia, que marchan por lo que les
corresponde, por los derechos que el poder vulnera y esconde. Estos que intervienen, en
quienes los habitan, tienen la herramienta de transformar las realidades impuestas.
Muchos espacios institucionales, ante la inmediatez, forman una larga fila en la que
entregan bandejas de comida y se retiran. Sin embargo, hay espacios que apuestan a
una intervención integral, la comida como necesidad es algo más de lo que intentamos
suplir.
En los Espacios Comunitarios se comparte ese vínculo y seguimiento de lo que un otro
está padeciendo, buscando herramientas de superación, entonces el arte aparece
porque el arte nos atraviesa sin importar en la situación que estemos.
En la Merienda Popular y Solidaria de San Justo, cada sábado por la tarde se forma una
ranchada; que con herramientas “del corazón”, militan los derechos de las personas en
situación de calle y la intervención social a través del arte.
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Bibliografía
- María Eva Duarte de Perón, Discurso sobre la justicia social, Argentina, 28 de julio de
1948.
-Mariel Bufarini, Percibir y resistir los estigmas, un estudio sobre la cotidianidad de
personas en situación de calle, Santa Fe , artículo publicado en Kamchatka, 31 de
diciembre del año 2020.
-Alfredo Juan Manuel Carballeda, La intervención en lo Social, las Problemáticas Sociales
Complejas y las Políticas Públicas, Buenos Aires, artículo publicado en revista Margen,
Marzo del año 1997.
-Calcagno Luis, Los que duermen en la calle. Un abordaje de la indigencia extrema en la
ciudad de Buenos Aires, CABA, trabajo fue preparado en el Área de Estadísticas
Sociales de la Subsecretaría de Promoción y Desarrollo Comunitario (Secretaría de
Promoción Social del GCBA), año 1999.
-Ussher Margarita, Intervención comunitaria y subjetividad. VIII Congreso Internacional
de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XXIII, Jornadas de Investigación XII
Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología-
Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, año 2016.
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LA ADOLESCENCIA CONVERSA EN EL SENADO.
NORBERTO LIWSKI Y EQUIPO
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JORNADAS ARTE y SALUD MATANCERA “LA CORDONADA”.
La Matanza – Octubre 2022.
📌Martes 18/10 de 9 a 13 hs. en el CIC Las Antenas - Casa Joven: Intervenciones artísticas
e intercambio de prácticas y saberes
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INFANCIAS ROBADAS. RELATO SOBRE EL RAP DE
JÓVENES DE VIRREY DEL PINO.
Estudiantes de 6° año A del Instituto José de San Martín de la localidad de Virrey del
Pino, a cargo de la profesora de Literatura Silvia Boido, realizaron el rap que
compartimos a continuación. El punto de partida fue la novela picaresca. A partir de allí,
relacionaron la novela con la canción “Niño silvestre” de Serrat y luego, abordaron en
grupos el tema de infancias abandonadas.
Cada grupo tenía que buscar material sobre ese tema: pinturas de todos los tiempos,
poemas/canciones, fotos, dibujos.
El rap fue creado y musicalizado por lxs mismxs estudiantes como cierre de ese trabajo
de investigación que realizaron durante este último tiempo.
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Encargados de realizar y producir la canción:
Bertuzzi, Jazmin
Guillen, Cielo
Cristaldo, Lautaro
Suárez, Marcos
Cuella, Diego
Surbano, Bruno
Dietrich, Sebastián
Peña, Priscila
Gallardo, Pablo
Voz:
Suárez, Marcos
Cristaldo, Lautaro
Editora general:
Muñoz, Huilen 👆
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POETICAS PERIFERIANTES
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Solo son ignorados
Todos hablan
Pero nadie vive
Hay que ponerse en el lugar
De ese pibe
Ninguno sabe a lo que sobrevive
Pasan noches largas son
Mucho frío y sin nada en la panza
Le falta un abrigo y nadie los abraza
Pierden su inocencia sin quererlo
A temprana edad bajan a un infierno
Se hacen adultos sin saberlo
Salen a trabajar con problemas internos
Por cuadra hay un chico descalzo
Tan inocente sin saber lo que está pasando
Y no estoy hablando de áfrica sino
Argentina
Casa de madera piso de tierra
Olla quemada y se come lo que se encuentra
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¡Mi horóscopo narcisista!
Hoy como todos los días; me levanté, abrí las ventanas, puse la pava mientras preparaba
el mate antes de salir a trabajar, agarré el diario para ver mi horóscopo. Lunes 28 de
agosto , mi horóscopo narcisista me dice: no salgas, para que vas a trabajar si la plata no
te alcanza, estás loca si crees que vas a poder lograr eso que tanto querés, quedate en
tu casa y fijate la gente que te rodea, no podes estar a su altura, vos no encajas, y ni
pienses en comprar ese vestido que tanto te gustó, vos estas gorda, mirá lo que son tus
piernas. Ponete un pantalón largo, es mejor tener calor a exponerte a la mirada de los
demás...
Cerré los ojos, me agarre la cabeza, pensé por qué seguir leyendo; cerré el diario, lo
doblé y lo tiré a la basura. No quería seguir leyendo un horóscopo que ayer me hacía
sentir la mejor persona del mundo y al otro me dejaba por el piso, y es desde ahí que dejo
que cada mañana arranque de una manera distinta...
Kilómetros y kilómetros.
Supimos de una enfermera que saca una voz diferente para hablarle a la doctora, así
junta otra vez fuerzas para seguir. De tanto sacar esa voz en la sala del hospital y ver lo
que pasaba a su alrededor, le puso nombre, vestuario y acento. Porque esa voz creció
como flor entre desesperaciones: da fuerza y merece crecer. Entonces supimos que en
La Matanza hay formas y formas de esperar, desesperar y esperanzar.
Supimos que hay personas con alma niña y adolescente que tienen un corazón capaz
de agrandarse hasta dimensiones kilométricas. Sus pies recorren los barrios con las
manos dispuestas a dar enviones, pintar murales y malabarear. Su capacidad de invento
supera cualquier inventario, y se la saben rebuscar para llamar la sonrisa donde la
tristeza quiere mandonear.
Supimos de un grupo de psicos que empezó a asistir a un barrio de los kilómetros
porque muchos chikos chikas chikes se lastimaban, no le encontraban la vuelta a vivir.
Pintaba tan oscura la película, que empezaron a hacer cine. Llevaron luz, cámara y
acción a las historias de chikos chikas chikes. Mientras la vuelta se seguía buscando,
encontraron otras cosas que ya se pueden buscar y ver en iutub. Porque hay formas y
formas de encontrar la vuelta. O aunque sea, una ida.
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Supimos y decimos que hay muchas historias que merecen ser contadas. Tantas son,
que no alcanzarían las palabras, en este lugar lleno de nombres con vida y otros de
memoria de lo que nos mata.
La esperanza quiere ser mayor que las esperas, aunque los encuentros no siempre
superan a las búsquedas.
La memoria a veces se confunde hasta el olvido, y la vida tantas veces nos mata...
Pero acá estamos, contando las vueltas de lo que quema, espanta y lastima. Son vueltas
muy largas, difíciles de caminar. Entonces las voces nuevas se agitan adentro; y cuando
todo se desgasta, se sacan más tiernas y disfrazadas, para la escena de hoy y la salud
de mañana.
Sólo con arte es posible unir tantos kilómetros en una misma fuerza, con tal de que las
palabras no nos gasten, y sean una carga. Arte como mecha encendiendo las voces, las
luces, otras miradas. Así, un agite bien al fondo, en kilómetros de esperanza.
Carolina Wajnerman
Nadie cortó el cordón por donde la tierra alimenta a La Matanza y la mantiene viva.
Inquieta.
Así de visceral se recuesta en los puntos cardinales y expone sus multiples ombligos.
Indecente.
La que fluye en arte y salud
Acordoneta estridente, resistente.
La que se agita.
La del fueye acordonado
entre la paz y la cañuela
La cordonera desatada
La sagrada endiablada.
La del aviso: "es demasiado temprano para definirme".
Lis Harguindey.
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Agradecimientos especial a la Dra. Gabriela Alvarez, Secretaria de Salud del
Municipio de La Matanza, quien nos incentiva y posibilita desarrollar este y tantos
otros proyectos.
Especial agradecimiento a todx lxs que se sumaron para que salga la 9° edición
de Territoria
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La RED de Salud Mental de La Matanza nació en 2013 por la convicción de llevar
cabo en el territorio la Ley de Salud Mental. Depende directamente de la Secretaría
de Salud de La Matanza y su propuesta de trabajo es con enfoque participativo y
comunitario. La RED hace incapié en la prevención primordial y primaria,
promoviendo estilos de vida saludable y atención clínica con perspectiva de
derechos.
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