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Significado de Epistemología
Qué es Epistemología:
La epistemología es una rama de la filosofía que se ocupa de estudiar
la naturaleza, el origen y la validez del conocimiento.
La palabra epistemología está compuesta por las palabras griegas ἐπιστήμη
(epistéme), que significa ‘conocimiento’, y λόγος (lógos), que traduce ‘estudio’ o
‘ciencia’.
Historia de la epistemología
La epistemología surgió en la Antigua Grecia con filósofos como Platón, quien
oponía el concepto de creencia u opinión al de conocimiento.
Sin embargo, no fue hasta el Renacimiento que se comenzó a desarrollar como tal
el término epistemología, cuando grandes pensadores como Galileo Galilei,
Johannes Kepler, René Descartes, Isaac Newton, John Locke o Immanuel Kant,
entre otros, se dedicaron a analizar los fenómenos científicos y su veracidad.
Epistemología genética
La epistemología genética es una teoría que sostiene que tanto el conocimiento
como la inteligencia son fenómenos adaptativos del organismo humano a su
entorno.
Como tal, la epistemología genética es una teoría desarrollada por el psicólogo y
filósofo Jean Piaget a partir de la síntesis de dos teorías previas: el apriorismo y el
empirismo.
La epistemología jurídica aborda al ser humano como un ser único, que presenta
diferentes maneras de pensar, de actuar y de reaccionar, debido a lo cual la ley
puede tener varias interpretaciones.
CONOSIMIENTO EN EPISTEMOLOGIA
Así, es posible hablar de conocimiento científico, por ejemplo, cuando se rige por
las exigencias del método científico; de conocimiento teológico, cuando se trata de
los saberes en torno a lo religioso; de conocimiento artístico, cuando se adquiere
mediante el ejercicio del talento y de los mecanismos de representación conocidos
por el ser humano.
Qué es el conocimiento?
Generalmente, por conocimiento queremos decir:
Determinadas formas de conocimiento han sido más valoradas que otras en cada
época de la historia, como lo fue el religioso en el medioevo europeo, o como lo es
el científico en la actualidad posindustrial. Sin embargo, la pregunta filosófica de
fondo respecto a qué cosa es el conocimiento continúa desafiándonos y dándonos
mucho para pensar.
La relación sujeto-objeto
El conocimiento es uno de los productos de la relación sujeto-
objeto, donde sujeto es un ser auto-consciente y el objeto es
un ente externo e independiente al sujeto.
FILOSOFIA CARTESIANA
Descartes fue un filósofo racionalista francés del siglo XVII, muy relevante en su
época y cuya importancia trasciende hasta la actualidad.
Suya es la célebre frase “Pienso, luego existo”. El autor quiso elaborar una
metodología infalible para obtener el conocimiento, al cual denominó “método
cartesiano”.
Contexto
Descartes, a lo largo de su vida académica, se planteaba cómo podría ser un
método que diese respuesta a todas las dudas que surgían del estudio y la
investigación. Hay que destacar que Descartes también pertenecía a la corriente
escéptica, dudaba de todo, por ello se hallaba en la necesidad de encontrar un
método que acabasen con la duda y permitiera hallar certezas. El filósofo se dio
cuenta de que la disciplina que mejor permitía resolver este planteamiento y que
no dejaba lugar a la duda eran las matemáticas, las cuales las situaba en lo más
alto de las clasificaciones científicas.
A pesar de tener claro este papel predominante de las matemáticas, Descartes era
consciente de la dificultad que entrañaba extrapolar la geometría y el álgebra a
todos los ámbitos de conocimiento. Por ello, se hallaba en la necesidad de
encontrar la forma en la que su método fuera totalmente universal a todas las
disciplinas. Esto lo consigue gracias a la razón, por lo que establece que esta es
universal a todo ser humano (lo que le diferencia de los animales). Y, por tanto, la
razón es la herramienta que permite universalizar y agrupar todas las ciencias.
Toda idea, por muy compleja que sea, puede dividirse en otras más simples. A
través de este proceso desmenuzamos un complejo concepto en un conjunto de
ideas evidentes. Así, nuestra mente puede concebir con claridad cada una de
ellas.
Una vez que hemos descompuesto y entendido todos los elementos del problema
complejo, se construyen todas y cada una de las ideas en orden de complejidad.
En esta fase y gracias a este proceso, se genera nuevo conocimiento. Se realiza a
través de la deducción.
Las fuentes de la síntesis tomista: La filosofía de Santo Tomás es tributaria de una larguísima tradición
histórica. En algún sentido puede decirse que el tomismo nace de la confluencia de las grandes
corrientes de pensamiento que cruzaron la antigüedad y el medievo: platonismo y aristotelismo,
helenismo y arabismo, paganismo y cristianismo, sin olvidar otras corrientes secundarias, como la
filosofía hebrea. Habiendo nacido en un momento histórico bien concreto y teniendo el sello cristiano
medieval, el pensamiento de Tomás de Aquino es un pensamiento esencial y dialogante. No le importó
enfrentarse a los prejuicios de su tiempo y se mostró siempre abierto a toda aportación valiosa, dando
acogida a toda partícula de verdad, sin importarle que ésta procediera de filósofos paganos, griegos,
hebreos o musulmanes. Ese era el auténtico espíritu de Tomás de Aquino y, probablemente, una de
sus más valiosas herencias. Su obra constituye un esfuerzo por integrar en un sistema simple, pero
coherente, el legado de sus antecesores. En este sentido, conviene señalar que su pensamiento no es
la simple suma de elementos de sus predecesores, sino que constituye un sistema propio cuya nota
distintiva y original es su noción filosófica del ser, la cual recorre y vertebra el conjunto de su
pensamiento.
Razón y fe: Santo Tomás de Aquino replanteará la relación entre la fe y la razón, dotando a ésta de
una mayor autonomía. El punto de partida externo de la filosofía de Santo Tomás fue la necesidad de
distinguir la razón de la fe, y también la de ponerlas de acuerdo.
La teoría del conocimiento: Santo Tomás no se ocupó específicamente de desarrollar una teoría del
conocimiento, del modo en que se ocuparán de ello los filósofos modernos. Al igual que para la
filosofía clásica, el problema del conocimiento se suscita en relación con otros problemas en el curso
de los cuales es necesario aclarar en qué consiste conocer. En el caso de santo Tomás esos problemas
serán fundamentalmente teológicos y psicológicos. Por ser el hombre punto de intersección entre lo
meramente corporal y lo espiritual, su modo peculiar de conocer tiene una doble vertiente: por una
parte, gracias a su cuerpo, el hombre parte de los sentidos para adquirir conocimiento; pero por otra,
gracias a su intelecto, el hombre puede abstraer de las cosas sensibles sus formas o esencias
inteligibles, y remontarse así al mundo espiritual. El proceso del conocimiento se da bajo la
cooperación estrechísima de alma y cuerpo.
Una metafísica del ser: La mayor parte de la metafísica tomista procede de Aristóteles, pero la
necesidad de conciliar el aristotelismo con el cristianismo le llevará a introducir una nueva estructura
metafísica, utilizada ya por Avicena, y que constituye uno de los aspectos más originales de su
filosofía: la distinción entre "esencia" (essentia) y "ser" (esse). También recurrirá a las teorías
platónicas de la participación, de la causalidad ejemplar y de los grados del ser. Analogía, causalidad y
participación vertebran y configuran su metafísica del ser.
. La existencia de Dios: La existencia de Dios no es evidente para el hombre, por lo que necesita ser
racionalmente demostrada. Tomás de Aquino lleva a cabo dicha demostración a través de cinco vías o
caminos que son argumentos "a posteriori": parten de las criaturas como efectos y se remontan a
Dios como Causa a través de la analogía y la causalidad. Las vías tienen una estructura parecida: el
punto de partida es un hecho de experiencia que es considerado metafísicamente; aplicación de la
causalidad al punto de partida; imposibilidad de proceder al infinito en la serie de las causas; como
término final se concluye la existencia de Dios bajo una formalidad concreta. En este sentido: la
primera vía parte de la experiencia del movimiento y llega a Dios como Primer Motor Inmóvil; la
segunda vía parte de la experiencia de la causalidad eficiente, y concluye la existencia de Dios como
Primera Causa Incausada; la tercera vía parte de la generación y corrupción, y culmina en Dios como
Ser Necesario por sí mismo; la cuarta vía tiene su punto de partida en los diferentes grados de
perfección que encontramos en los entes y llega a Dios como Ser sumamente perfecto, Acto Puro o
Ser por esencia; finalmente, la quinta vía, parte de la experiencia de la finalidad de las cosas y llega a
la existencia de Dios como Inteligencia ordenadora del mundo.
La esencia de Dios: Dios es incomprehensible, en cuanto que su esencia trasciende o excede la
limitación del entendimiento humano. Pero, a pesar de que nuestra inteligencia no pueda abarcar toda
la realidad divina, Dios sí que puede ser conocido por el hombre: es cognoscible. Para Santo Tomás,
nuestro conocimiento de Dios tiene un carácter analógico cuyo fundamento es la analogía ontológica
que se establece entre Dios y las criaturas. El nombre más propio de Dios es el de Ipsum Esse
Subsistens (Mismo Ser Subsistente), que constituye su constitutivo formal o atributo fundamental del
que se derivan todos los demás.
. La creación y el orden: La creación no debe entenderse, en Santo Tomás, como una emanación de
Dios ni como una necesidad suya: Al igual que el resto de los filósofos medievales tributarios de la
tradición cristiana Santo Tomás afirmará la creación "ex nihilo" (de la nada); es decir, la creación del
mundo mediante un acto de Dios totalmente libre, radical y originario. Santo Tomás ofrece una visión
jerárquica y piramidal de la realidad creada. La jerarquía de los seres vendrá dada por la mayor o
menor simplicidad de estos, es decir, por su mayor o menor cercanía al puro ser de Dios.
El hombre, cuerpo y alma: La doctrina tomista acerca del hombre difiere de la agustiniana y se
fundamenta en la concepción aristotélica, la cual tratará de conciliar con creencias básicas del
cristianismo como son la inmortalidad del alma y la creación. En línea con el hilemorfismo, afirma que
el hombre está compuesto de materia y forma. La unión entre alma y cuerpo no es accidental, sino
sustancial. El hombre es un compuesto sustancial de alma y cuerpo, representando el alma la forma
del cuerpo. El cuerpo constituye el principio de individuación; el alma le da al hombre su condición en
cuanto tal. Frente a la afirmación de algunos de sus predecesores de que existen en el hombre varias
formas sustanciales, como la vegetativa y la sensitiva, Santo Tomás afirma la unidad hilemórfica del
hombre: el ser humano constituye una unidad en la que existe una única forma sustancial, el alma
racional, que informa inmediata y directamente a la materia prima constituyendo el compuesto
"hombre". Desaparecen así el alma vegetativa y sensitiva, pero no la racional, que tiene ser en sí
misma. Cada alma humana es creada individualmente por Dios. La subsistencia e inmaterialidad del
alma son las características esenciales del alma, a partir de las cuales demuestra su inmortalidad. Por
otra parte, también cabe destacarse que Tomás de Aquino considera al hombre como persona: adopta
la definición de Boecio de persona como "substancia individual de naturaleza racional" que concibe
como "lo subsistente en la naturaleza racional".
La Ética: Tomás de Aquino concibe la ética como la ciencia que considera el orden que la razón
humana introduce en los actos de la voluntad. Dicho orden se establece con vistas al fin último de la
vida humana; viene expresado por ley moral, y se realiza a través de las virtudes morales.
La teoría política: La filosofía jurídica y política de Santo Tomás se desarrolla en torno a la idea de la
justicia legal recibida de Aristóteles y el concepto agustiniano del orden. Probablemente una de sus
más importantes aportaciones al pensamiento político sea la formulación y explicitación de su célebre
definición de la ley como "disposición de la razón para el bien común promulgada por quien tiene el
cuidado de la comunidad".
Qué es Ignorancia
Como ignorancia se designa la carencia de conocimientos o información, tanto a
nivel general como específico. En este sentido, una persona puede
mostrar ignorancia sobre algún asunto o materia particular, o sobre un campo
completo de conocimientos. La palabra, como tal, proviene del latín ignorantĭa, que
significa ‘no conocer’.
La ignorancia puede tener connotaciones despectivas, cuando se la señala a otra
persona con intención de descalificar sus afirmaciones u opiniones en torno a un
determinado tema. Incluso, en términos ofensivos, llamarle a alguien ignorante,
con o sin razón, puede ser equivalente a calificarlo de burro o idiota.
Por otro lado, la ignorancia sobre temas específicos es una cuestión común a
todas las personas. Todo proceso de aprendizaje parte un inicial desconocimiento,
de modo que, en este sentido, todos somos o hemos sido activamente ignorantes
sobre incontable cantidad de temas.
La ignorancia también alude a la condición de aquellos individuos que, como
resultado de no haber recibido educación o instrucción de ningún tipo, son
ampliamente desconocedores de una gran cantidad de materias. De allí que uno
de los principales objetivos de todo gobierno sea tener un sistema educativo lo
suficientemente eficaz como para erradicar la ignorancia de la población y,
además, suministrar las herramientas básicas para su adquisición, como por
ejemplo la alfabetización.
Algunos sinónimos de la palabra ignorancia son desconocimiento, analfabetismo,
incultura o ineptitud. Mientras que, entre sus antónimos, podemos encontrar
sabiduría, conocimiento, cultura, experiencia, destreza, aptitud.
Ignorancia en Filosofía
La Filosofía puede entender la ignorancia desde un punto de vista positivo, como
una puerta hacia el conocimiento. En este sentido, dice Platón: “Lo poco que sé,
se lo debo a mi ignorancia”. No obstante, también escribe Platón, y lo pone en
boca de Sócrates, que “existe un solo bien, llamado conocimiento, y un solo mal,
llamado ignorancia”, en referencia a aquellos que se empeñan en permanecer en
una actitud de ignorancia con respecto al conocimiento de las cosas del
mundo. Aristóteles, por su parte, apuntaba que “el ignorante afirma, mientras que
el sabio duda y reflexiona”. De allí que se haya acuñado la expresión docta
ignorantia para aludir a la actitud prudente del sabio, quien tiene conciencia de las
naturales limitaciones del conocimiento ante la magnitud de las cuestiones del
universo.
Ignorancia del Derecho
Como ignorancia del Derecho se denomina el desconocimiento de la ley por
parte de un individuo. Como tal, la ignorancia del Derecho es un argumento
improcedente para justificar el incumplimiento de las leyes, pues el Estado parte
de la presunción de que, una vez promulgadas las leyes, estas han de ser
conocidas por todos los ciudadanos.
Ignorancia supina
Como ignorancia supina se denomina el tipo de ignorancia relativo a asuntos
básicos de la vida. En este sentido, se dice que la ignorancia supina se deriva de
la negligencia de una persona en aprender o adquirir los conocimientos esenciales
de aquello que debería o podría saber. Un ejemplo de ignorancia supina sería el
de una enfermera que no sabe inyectar, pues, según su profesión, es su deber
haber aprendido a hacerlo.
Qué es Duda
La duda es la vacilación o indecisión que se tiene entre dos o más juicios o
decisiones; o la incertidumbre que se experimenta ante determinados hechos y
noticias. La palabra, como tal, deriva del verbo dudar, que a su vez procede del
latín dubitāre, que significa ‘vacilar entre dos cosas’.
La duda, en este sentido, supone la carencia de certezas en el pensamiento o
las acciones. Así, la duda puede afectar las decisiones, la confianza y el juicio de
una persona. Incluso, la duda puede suscitar una vacilación del ánimo en torno a
la fe y las creencias religiosas.
La duda, asimismo, puede emplearse como una herramienta para acceder o
acrecentar el conocimiento, bien sea científico o filosófico. Como tal, la duda es
un instrumento de indagación y cuestionamiento que parte de la aceptación de un
estado inicial de ignorancia para el abordaje metódico de aquello sobre lo que nos
interrogamos. En este sentido, la duda es fundamental para determinar la validez
de un conocimiento.
Duda metódica
Como duda metódica se denomina el procedimiento intelectual concebido por
el filósofo francés René Descartes según el cual deben rechazarse y cuestionar
todas aquellas creencias o conocimientos sobre los cuales pueda plantearse
alguna duda. Como tal, el método cartesiano es una fundamentación radical del
conocimiento, puesto que consiste en dudar de todo cuanto existe para encontrar
las verdades absolutamente ciertas, sobre las cuales sea posible fundamentar el
conocimiento.
Duda razonable
Una duda razonable, en Derecho Penal, supone la absolución de
responsabilidad penal al acusado de un delito debido a que no existe plena
prueba de su culpabilidad. Es lo que se denomina, también, el beneficio de la
duda. La duda razonable se basa en el principio de la presunción de inocencia a
que tienen derecho todas las personas. De modo que para el Derecho Penal una
persona solo puede ser declarada culpable cuando pueda probarse, más allá de
toda duda razonable, que fue quien, en efecto, cometió el delito.
Qué es Verdad
La verdad es la correspondencia entre lo que pensamos o sabemos con la
realidad. La palabra, como tal, proviene del latín verĭtas, veritātis.
En este sentido, la verdad supone la concordancia entre aquello que afirmamos
con lo que se sabe, se siente o se piensa. De allí que el concepto de verdad
también abarque valores como la honestidad, la sinceridad y la franqueza.
Como verdad, por otro lado, también podemos referirnos a la fidelidad a una
idea, a la convicción absoluta de su justicia y su certeza. Por ejemplo: “Mi verdad
es la Iglesia católica y la palabra del Señor”.
Una verdad, por otra parte, es una expresión clara, dicha resueltamente y sin
adorno, con que se reprende o se corrige a alguien: “María le cantó sus cuatro
verdades a Juan”.
Verdad en Filosofía
En Filosofía, la verdad implica siempre una relación entre un sujeto, es decir, una
inteligencia, y un objeto, o sea, una realidad. Como tal, la verdad es la
concordancia del pensamiento con lo real. En este sentido, si tal correspondencia
no se da, entonces podemos afirmar que se trata de una proposición falsa.
Qué es Certeza
La certeza es la conciencia de saber que conocemos la verdad. En este
sentido, como certeza denominamos el conocimiento seguro y claro que se tiene
de algo y que no deja lugar a dudas. La palabra, como tal, es un sustantivo
femenino que deriva de cierto, que a su vez proviene del latín certus, que significa
‘decidido’, ‘resuelto’ o ‘preciso’.
La certeza, en este sentido, no se limita a la idea de que sabemos la verdad, sino
que se refiere al estado de conocimiento según el cual estamos conscientes de
que poseemos la verdad.
La evidencia en la filosofía
SENSACION
La sensación es el resultado de la acción del mundo exterior sobre nuestros
órganos de los sentidos, “la transformación de la energía de la excitación exterior
en un hecho de conciencia” (Lenin). El contenido de nuestras sensaciones es el
mundo material. “La sensación es la imagen subjetiva del mundo objetivo”
(Lenin).
sensoriales pertinentes los que se ocupan de representar la energía recibida por parte de los
producen por medio de los sentidos. O sea es la percepción que reciben los sentidos por
causa de algo, ya que es la contestación inmediata que producen los órganos sensoriales
envidia) se localizan en la cabeza y en la parte superior del cuerpo, cerca de los órganos
vitales.
Una sensación provocada por un estímulo externo puede ser, por ejemplo, sentir una caricia;
ruidos que emite nuestro estómago vacío. Este concepto siempre suele ir acompañado del
concepto de percepción.
sensoriales pertinentes los que se ocupan de representar la energía recibida por parte de los
Qué es Reflexión
(Del latín: “reflexus”, reflejo.) La reflexión es un término empleado por la gnoseología en la
filosofía burguesa. Locke lo emplea para señalar una de las dos fuentes del conocimiento
humano, el cual, a su juicio, se forma, de un lado, con las sensaciones provocadas por la
acción de los objetos exteriores sobre nuestros órganos de los sentidos, y, del otro lado,
con la actividad observadora de nuestra alma. A esta percepción de “la actividad interna de
nuestra alma” la llama Locke reflexión. La admisión de la reflexión como una forma
autónoma del conocimiento, paralela e independientemente de la experiencia material, fue
por parte de Locke una concesión al idealismo. La noción de reflexión desempeña un
importante papel en la filosofía de Hegel, quien la explica de la siguiente manera:
“Empleamos la expresión ‘reflexión’, ante todo, en relación a la luz que en su movimiento
rectilíneo, al tropezar con un espejo, se refleja y se nos presenta como algo duplicado: en
primer término; como algo inmediato, existente, y, en segundo término, esto mismo, pero
mediatizado o supuesto. Pues así ocurre también cuando reflexionamos sobre un objeto
cualquiera o (como suele decirse) meditamos sobre él; por cuanto aquí el objeto
precisamente no se nos da a conocer como algo inmediato, deseamos conocerlo como
mediatizado”. El ser es inmediato, pero nuestro conocimiento no se contenta con ello y
aspira a penetrarlo totalmente para llegar hasta su fundamento, hasta su esencia.
“Solamente cuando el conocimiento, escribe Hegel, rebasando el ser inmediato, ahonda en
su interior, encuentra a través de esta mediatización su esencia”. En la sección sobre la
esencia, Hegel examina las categorías tan importantes como la identidad y la diferencia, lo
esencial y lo no esencial, la esencia y la apariencia, la forma y el contenido, &c. Hegel
subraya que si la reflexión del entendimiento ve en las categorías indicadas
determinaciones autónomas, anquilosadas, para la dialéctica, la verdad de las
determinaciones de la reflexión “sólo consiste en su correlación y, con ello, en que ambas
en su propio concepto se contienen mutuamente”. Así, Hegel opone al “entendimiento
reflector”, que separa la forma del contenido, considerando a este último como lo esencial y
autónomo, y a la primera, por el contrario, como lo no esencial y no autónomo, la
afirmación, de que “en realidad ambos son igualmente esenciales”; que las categorías de
forma y contenido están indisolublemente relacionadas y pasan la una en la otra; que no
hay contenido informe, que la forma tiene siempre un contenido y éste tiene siempre una
forma.
AFIRMACION
La palabra afirmación, en su sentido genuino y primitivo, es la simple declaración de la
existencia de un objeto, de una idea o de un término de pensamiento. Equivale en esta
acepción a la palabra, de sabor más técnico, tesis.
Aunque de momento pueda parecer superfluo y quizá inútil repetición de términos o palabras
expresar en la afirmación la existencia y persistencia de lo pensado, luego que se reflexiona
acerca de su alcance se advierte que es la base de todas las que posteriormente hayan de
hacerse, al predicar atributos de la idea previamente anunciada. Es en efecto evidente que
toda idea, antes de admitir referencia de ningún predicado, se refiere a sí misma.
No es éste lugar adecuado para examinar la batallona cuestión de los llamados universales en
la Edad Media, ni el problema aun no resuelto por la crítica kantiana y el positivismo moderno,
tocantes la primera y el segundo al valor objetivo de nuestros conocimientos; sino que nos
limitamos a consignar que es postulado de la razón y exigencia ineludible para la concepción
de la realidad la afirmación de la existencia de las cosas y de sus ideas como punto objetivo,
blanco o centro, del cual emergen y al cual convergen todas las referencias, atributos y
predicados, que de los objetos e ideas pensamos. Si no se expresan en el lenguaje,
repitiéndose los términos, latentes e implícitos quedan como supuestos de la realidad y de la
inteligencia.