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original ha sido firmado digitalmente por: TONELLI,


José María - JUEZ/A DE 1RA. INSTANCIA, y obra
en el sistema SAC Exped. Nro 7144385
FRANCUCCI, JAVIER EMILIO C/ OLIVETO, MARÍA
GABRIELA - J.1A INST.C.C.C.FLIA.1A - MARCOS
JUAREZ. MARCOS JUAREZ, 19/09/2022

J.1A INST.C.C.C.FLIA.1A - MARCOS JUAREZ


Protocolo de Sentencias
Nº Resolución: 174
Año: 2021 Tomo: 3 Folio: 646-661

EXPEDIENTE SAC: 7144385 - FRANCUCCI, JAVIER EMILIO C/ OLIVETO, MARÍA GABRIELA - ORDINARIO

PROTOCOLO DE SENTENCIAS. NÚMERO: 174 DEL 02/12/2021

SENTENCIA NUMERO: 174.

MARCOS JUAREZ, 02/12/2021.

Y VISTOS: estos autos caratulados FRANCUCCI, JAVIER


EMILIO C/ OLIVETO, MARÍA GABRIELA – ORDINARIO,
Expte. 7144385, de los que resulta que en fecha 27 de abril de 2018
comparece Javier Emilio Francucci e interpone demanda de daños y
perjuicios en contra de la Sra. María Gabriela Oliveto, por ser
responsable de los daños y perjuicios producidos a su persona tras
haber realizado declaraciones injuriantes y calumniosas en distintos
medios de comunicación. Reclama la suma de pesos seiscientos
cincuenta mil ($650.000,00) o lo que en más o en menos resulte de la
prueba a rendirse y lo que prudencialmente estime el Tribunal de
conformidad a los hechos y al derecho que expone. Relata como
hechos que mantuvo una relación de pareja con la demandada durante
diez meses a partir de abril de 2016. Que con el correr de los días la
Sra. Gabriela Oliveto comenzó a tener una conducta sumamente

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agresiva, gritaba e insultaba por cualquier motivo, comenzó a exigirle
dinero y profería amenazas de toda índole hacia él y hacia sus hijos.
Qué, a raíz de la sucesión de estos episodios de violencia emocional
hasta física por parte de la demandada hacia su persona, tuvo que
realizar una denuncia por violencia familiar en el Juzgado de
Violencia Familiar de la Sede, a fin de hacer cesar dicha situación.
Que el día 20 de febrero de 2017 el mencionado juzgado, previo
diagnóstico de situación del equipo técnico multidisciplinario de la
sede, dictó la medida cautelar de exclusión del hogar de la
demandada, a fin de resguardar su integridad psicofísica. Continúa
diciendo que, el día 15 de noviembre de 2017 el diario de alcance
provincial La Voz del Interior, publicó una entrevista realizada a la
Sra. Gabriela Oliveto, en torno al secuestro sufrido el día 31 de
octubre de 2016, en la que con total mala intención la mencionada
vierte comentarios y afirmaciones falsos e injuriantes contra su
persona, a saber: "Varios de los acusados de mi secuestro cenaban en
mi casa con Francucci... El me hizo mucho mal. Es una mala persona.
Estuve a su lado en su momento y me equivoqué. Nos separamos tras
el secuestro y, aun así, me siguió haciendo mal en lo psicológico y en
lo económico. Me estafó ". "¿Qué si tuvo algo que ver con todo esto?
No lo sé... Tengo sospechas, pero no pruebas". "Por suerte me separé
de él y hoy estoy bien... ". Menciona que, el día 17 noviembre del
mismo año la misma nota es publicada en el diario local de Leones,
Córdoba, Nuevo Día. Expone que, el día 16 de noviembre de 2017 la
Sra. Oliveto brinda una nota radial en la Radio DIA A DIA + VIA
CORDOBA, la cual también es publicada en la página web de la

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radio; en la que, al referirse a su persona, vuelve a mencionar
situaciones de "amenazas y persecución " hacia ella. Que el día 21 de
noviembre de 2017, sale al aire en el programa local de televisión
LEONENSE TV, una extensa entrevista a la demandada en la que lisa
y llanamente le atribuye ser autor de su secuestro, y le acusa de
haberla estafado y haber cometido robos, así como toda una serie de
alusiones sumamente injuriosas que dañan su dignidad, como referirse
a su persona y entorno familiar y laboral como "la maldad" y aludir a
su hogar como "la casa del terror", todo ello iterado y recalcado
sistemáticamente y teñido además de una serie de sospechas y
suspicacias derivadas de gestos y silencios que lo agravian seriamente.
Considera que, basta mirar el video del programa referido para notar
con claridad lo objetivamente injuriante de todo su contenido. Dice
que, a raíz de esas publicaciones, como parece una obviedad toda la
ciudad de Leones comentaba la cuestión. Que, cada vez que la Sra.
Oliveto, aparecía en algún medio local, regional o provincial,
comenzaban a aflorar las preguntas de aquellos que lo conocen desde
siempre y principalmente de su familia, quienes sufrían con ese tema,
ya que quienes no lo conocen de forma cercana, abrían todo tipo de
juicios de valor negativos hacia su persona, generándole una situación
de profunda angustia, también a sus allegados y parientes. Dice que,
durante todo ese tiempo, a partir de las publicaciones referidas le ha
costado salir a la calle, tiene la certeza de que la gente habla de él, que
lo juzgan, que han creído en las barbaridades que la demandada ha
publicado, y que por más que la misma se retracte o sus familiares y
amigos lo defiendan ya ha quedado manchado su nombre y el de sus

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hijos por la deshonra. Sostiene que la responsabilidad del actuar
doloso, recae pura y exclusivamente sobre la demandada, Sra. María
Gabriela Oliveto, por aplicación de las siguientes disposiciones del
Código Civil (y Comercia), art. 1710. Respecto a esto dice que la
demandada, en su accionar, no solo viola esta norma de elemental
claridad y equidad, sino que lejos de evitar producir un daño, lo
produce con total conciencia e intención. Que, en el caso, ya sea que
la demandada haya actuado con negligencia o con dolo, su accionar
fue y es causa directa del daño producido, por lo que hay un nexo de
causalidad adecuado ente el accionar antijurídico de la Sra. Oliveto y
el daño sufrido por él. Cita arts. 51 y 52 del C.C. y C.. En cuanto a los
daños manifiesta que los mismos emanan con claridad del contenido y
significado objetivo de las palabras de la misma y su publicación por
medios de comunicación masiva, en cuanto realiza afirmaciones
falaces, injuriantes y calumniosas sobre su persona con intención de
dañarle. Sin lugar a dudas sus declaraciones y la circunstancia de
haberlas realizado en medios masivos de comunicación a nivel
provincial y local han lesionado su tranquilidad, dignidad y honor.
Cita el art. 1716 del C.C. en virtud de ello, dice que, como
consecuencia del accionar doloso y antijurídico de la demandada, se
produjo un daño injustificado, el que deberá ser reparado de forma
plena por la misma. Define el daño moral a partir de doctrina y
jurisprudencia. Menciona que, es de tal importancia la protección de la
moral, que su tutela tiene rango constitucional a través del art 75 inc.
22 de la C.N, tutelando dicha protección en los Art. 5 y ll del Pacto de
San José de Costa Rica, a su vez la Corte a través de diferentes fallos

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le ha dado jerarquía al principio ALTERUM NON LAEDERE (deber
de no dañar a otro) entre esos fallos, destaca Lujan y Aquino entre
otros. A los fines de atribuirle la responsabilidad a la demandada por
injurias e injurias calumniosas, afirma que de no poder demostrar el
dolo directo de infringir un daño, lo que quedara demostrado con total
claridad será la culpa grave derivada como mínimo del accionar
imprudente por los dichos vertidos en medios masivos de
comunicación que objetivamente son generadores de daños y
configura un acto efectuado con negligencia culpable por no haber
adoptado su autor las precauciones indispensables para no hacer con
ligereza imputaciones lesivas al derecho ajeno. Cita jurisprudencia.
Resalta que en fecha 15 de enero de 2018 envió carta documento n°
CD858388245 intimando a la demandada a rectificar o ratificar sus
dichos, con la esperanza de que en un acto de honorabilidad se
rectificara de los dichos que había proferido por los mismos medios.
Que, dicha misiva no fue contestada; por lo que en fecha 23 de enero
de 2018 le notificó mediante CD858388492 que ante su actitud
omisiva iniciaría acciones legales en su contra. Tampoco contestó
dicha notificación. Aclara que la intimación y posterior notificación
referida lo fueron a los efectos de detener de alguna manera la ola de
la opinión pública de su localidad ya que se le hace emocionalmente
insoportable, aún a la fecha de la demanda, escuchar y enterarse de
que se continúa comentando los dichos de la demandada en su contra.
Expone que, no obstante si la demandada se hubiese rectificado por
los mismos medios de forma clara, ya el daño estaba hecho, el manto
de sospecha sobre su accionar ya está sembrado, el honor y buen

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nombre ya ha sido salpicado. Piensa, que no solo causó un daño
gravísimo sino que ni siquiera, luego de haberlo causado y de ser
intimada a rectificarse, intentó evitar, si se puede, su prolongación en
el tiempo, por lo que su actitud demuestra con claridad un dolo directo
dirigido a dañar a su persona. Cita jurisprudencia y doctrina. Por lo
que expone, reclama la debida reparación del daño producido,
específicamente el daño moral por el desprestigio que ha sufrido en su
persona, honor personal y de su familia y amigos ya que ha sido duro
el tránsito por los estados emocionales que provocó dicha denuncia.
Que, el hecho de ser una persona muy conocida en su localidad, ya
que tiene un taller mecánico desde hace más de veinte años, la
circunstancia de tratarse de una ciudad pequeña en la que todos se
enteraron de todo y todos se conocen, hace que el daño sea mayor, que
ha pasado meses dando explicaciones a todo aquel que se cruzaba en
la calle y le preguntaba sobre los dichos de la demandada. Dice que
tuvo y tiene que dar explicaciones en cada lugar al que ha ido y al que
va, todo por la irresponsabilidad y temeridad de la demandada. Aparte
de la suma dineraria solicita que se condene a la demandada a efectuar
una publicación a su total costo, retractándose de todo lo dicho sobre
su persona en todos los medios locales y en dos medios provinciales
de amplia difusión.
Impreso el trámite de juicio ordinario a la demanda (f. 19), comparece
a f. 46, María Gabriela Oliveto. Corrido el traslado de la demanda (f.
53), contesta la demandada a ff. 57/59vta.. Niega todos y cada uno de
los dichos expresados por el actor en su escrito, especialmente niega:
Ser responsable de daños y perjuicios que se le hayan producido al

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actor mediante declaraciones injuriantes y calumniosas en distintos
medio de comunicación y que adeude la suma de pesos seiscientos
cincuenta mil o lo que en mas o en menos resulte; que haya mantenido
una relación de pareja desde el mes de abril de 2016 y que su
poderdante haya tenido una conducta sumamente agresiva, que haya
gritado, lo haya insultado, le haya exigido dinero y le haya proferido
amenazas el actor o sus hijos; que haya expresado lo publicado por la
Voz del Interior, el diario Nuevo Día, la nota radial en el programa
Día a día más Vía Córdoba y en el programa Leonense TV; que toda
la ciudad de Leones haya hecho comentarios sobre su persona y que
hayan emitidos juicio de valor negativo y que se le haya generado una
profunda angustia en el actor, sus allegados y parientes; que le haya
costado salir a la calle, que la gente habla de él, que lo juzguen por
culpa de su representada y que haya quedado manchado en su nombre
y el de sus hijos; que la fundamentación de la atribución de
responsabilidad y los daños que menciona sean aplicables a este caso;
que nunca recibió intimación alguna, ya que el domicilio donde fueron
enviadas (Entre Ríos 396) no le pertenece, siendo que desde que se
separó lo hizo en calle Libertador N° 351 de la ciudad de Leones,
provincia de Córdoba; que tenga derecho el actor a ser indemnizado
por un posible daño moral por el supuesto desprestigio que dice que
ha sufrido en su persona, honor, familia y amigos y que haya tenido
que transitar por estados emocionales adversos; que tenga un taller
mecánico desde hace más de veinte años y que haya pasado meses
dando explicaciones a todo aquel que se le cruzaba en la calle y que
haya tenido que dar explicaciones en cada lugar al que ha ido y al que

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va y que su representada haya tenido una conducta temeraria; que
tenga derecho a reclamar la suma de pesos seiscientos cincuenta mil
para atenuar el supuesto padecimiento que dice haber sufrido y que se
la deba castigar; que se le tenga que condenar a hacer una publicación
en dos periódicos provinciales y en todos los medios locales de la
ciudad de Leones. Relata cómo hechos que en el año 2013 comenzó a
tener una relación de convivencia con el Sr. Javier Emilio Francucci,
domiciliado en calle Laprida N° 1647 de la ciudad de Leones. Que al
comienzo de la relación vivían en su domicilio sito en calle Libertador
N° 676 de la ciudad de Leones, provincia de Córdoba, y cuando el
actor terminó de restaurar la casa que era de sus padres sito en calle
Laprida N° 1647 también de la ciudad de Leones, provincia de
Córdoba, se mudaron a ese domicilio, trasladando todos los muebles
de su propiedad. Menciona que, en el mes de abril de 2016 y a
instancias del actor procedió a la venta del automóvil de su propiedad,
marca Peugeot, Modelo 308, Dominio MAB835 al Señor Jorge
Horacio Di Cristofaro, domiciliado en calle Entre Ríos N° 812, la
localidad de San Marcos, provincia de Córdoba. Dice que, a raíz de la
venta efectuada el Sr. Jorge Horacio Di Cristofaro hizo el pago
mediante dinero en efectivo y la entrega del automóvil Marca
Peugeot, Modelo 206, Dominio GJP744, vehículo que se encontraba
inscripto a nombre de quien fuera su esposa y que la misma había
fallecido, llevando adelante los trámites de la declaratoria de
herederos el Dr. Mauricio Paschetti, con domicilio en calle San José
N° 408 de la ciudad de Leones, provincia de Córdoba. Que el auto que
se hiciera entrega como parte de pago, tenía algunos problemas

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mecánicos, por lo que quien fuera su concubino, le dijo que él se
ocuparía de la reparación del mismo, llevándose en consecuencia el
automóvil, prestándole un automóvil marca Suzuki Swift de color
gris, vehículo que fue devuelto a Francucci al poco tiempo del
préstamo, ya que decía que lo había vendido. Expresa que, ante esa
situación es que empezó a reclamarle a Francucci que le devolviera el
automóvil que le habían entregado como parte de pago por el vehículo
de su propiedad, comenzando con distintas evasivas. Que producida la
rotura de la relación convivencial la echaron de la casa en donde vivía,
no pudiendo llevarse ninguna de sus pertenencias, menos aún el
vehículo de su propiedad y la documentación que suscribiera con el
Sr. Jorge Horacio Di Cristofaro. Expone que, pese a los reiterados
reclamos que le hiciera al Sr. Francucci para que le devolviera, sus
efectos personales y en especial su automóvil, averiguó que el mismo
se lo había hecho transferir a nombre de su hija, Gloria Rocío de Valle
Francucci, con domicilio en Av. Eva Perón N° 1502 de la ciudad de
Leones. Que ante esta situación formuló denuncia criminal ante la
Fiscalía de Instrucción de esta ciudad de Marcos Juárez. Manifiesta
que el actor es una persona que posee diversas causas penales en su
contra, a saber: 1) Ante la Cámara en lo Criminal y Correccional de la
ciudad de Bell Ville, en los autos caratulados: a.- Francucci, Javier
Emilio y otro como presuntos autores del delito de Encubrimiento
Agravado (art. 45 y 277 inc. 3 0, apartado C del Código Penal) (SAC
2317413), causa en la cual estuvo privado de su libertad a orden de la
Fiscalía de Instrucción de la ciudad de Marcos Juárez, b.- Francucci,
Javier Emilio p.s.a del delito de encubrimiento agravado (SAC

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699939); 2) Ante el Juzgado Federal de la ciudad de Quilmes en los
autos caratulados: a.- "Gambuzza, Miguel Angel, López, Gustavo
Enrique y Francucci, Javier Emilio s/uso de documento público falso,
etc." (expte. FLP 74000886/2013); 3) En la Fiscalía de Instrucción de
Junín, provincia de Buenos Aires, desconociendo como se encuentra
caratulada la misma, causa en la cual también estuvo privado de su
libertad; 4) Ante la Fiscalía de Instrucción de la ciudad de Marcos
Juárez la denuncia por ella formulada; 5) Ante el Juzgado en lo Penal
de Sentencia de la ciudad de Rosario en los autos caratulados
"FRANCUCCI, JAVIER EMILIO p.s.a. DEL DELITO REPRIMIDO
POR EL ART. 289 INC. 3° DEL C. PENAL" (Sumario N° 675/2013),
en donde realizó una suspensión de juicio a prueba. Continua
relatando que, el Señor Juez de Control de esta ciudad de Marcos
Juárez, en el mes de febrero de 2017 dictó la Resolución mediante la
cual resolvió su exclusión del hogar y la prohibición de contacto
recíproco; la obligación de parte del actor de proceder a la devolución
de los muebles de propiedad de su poderdante, situación que al día de
la fecha no ha realizado y estableció una cuota -asistencial a su favor y
sus hijos en la suma de pesos veinte mil mensuales por el transcurso
de seis meses. Que, pese a encontrarse firme dicha resolución el actor
no ha cumplido, desobedeciendo lo resuelto por el Señor Juez de
Control. Expresa que, después de atar cabos y al ver el nombre de las
personas que fueron detenidas por la Fiscalía Federal de Instrucción
de la ciudad de Bell Ville, quien es la que lleva adelante la
investigación por su secuestro y relacionando el nombre de las
personas imputadas y que fueron detenidas, se da cuenta que en

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reiteradas oportunidades las mismas, o algunas de ellas fueron con el
actor a cenar a la casa donde vivía para supuestamente hacer negocios,
por tal motivo piensa lo que piensa. Dice que, el actor no posee
ningún taller mecánico a su nombre ni se encuentra inscripto en Afip
ni en Anses, donde va a realizar sus actividades pertenece a Servicio
Mecánico Diesel S.R.L., por lo que es una gran mentira que tenga un
taller mecánico a su nombre y no puede justificar ningún ingreso
legal. Por ultimo expresa que, el actor en su demanda expresa que ha
sido agraviado y manchado su nombre, a que agravio o daño se
refiere, ya que se trata de una persona que fue detenida en varias
oportunidades y posee un montón de causas penales en su contra; o se
refiere a que no tiene ninguna actividad que se desarrolle de acuerdo a
las normativas en vigencia, ya que carece de alguna inscripción ante
Afip o Anses, evidentemente que alguien dude si existía alguna
connivencia entre los detenidos o algunos de ellos ya que venían con
el actor a su casa a comer, a esta persona con estas calidades no le
puede producir ningún tipo de daño. Por lo que expone solicita el
rechazo de la demanda con especial imposición de costas a cargo de la
contraria.-
Remitida la causa a mediación (f. 65), la coordinadora del centro
judicial de mediación informa la conclusión del proceso en virtud de
la incomparecencia injustificada de Javier Emilio Francucci y María
Gabriela Oliveto (f. 70).-
Abierta a prueba la causa (f. 75), el actor ofrece la que hace a su
derecho (f. 116) consistiendo en: instrumental, informativa y
testimonial. A su turno la demandada hace lo propio (f. 179),

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consistiendo en documental, instrumental e informativa. Clausurado el
periodo probatorio (f. 205), se corre traslado para alegar (f. 207), que
evacuan las partes según constancias de autos (véase operaciones
“alegatos-presenta” de fecha 20/10/2021 y 30/10/2020).-
Dictado, firme y consentido el decreto de autos (véase operación
“decreto de autos” de fecha 06/11/2021), quedan los presentes en
condiciones de ser resueltos.-
Y CONSIDERANDO: I.- Litis. Javier Emilio Francucci interpone
demanda de daños y perjuicios en contra de la Sra. María Gabriela
Oliveto, por ser responsable de los daños y perjuicios producidos a su
persona tras haber realizado declaraciones injuriantes y calumniosas
en distintos medios de comunicación. Reclama en concepto de daño
moral la suma de pesos seiscientos cincuenta mil ($650.000,00) o lo
que en más o en menos estime el Tribunal. Por su parte, la accionada
contesta la demanda, negando todos y cada uno de los hechos
invocados por la parte actora.- Así ha quedado trabada la litis.-
II.- Injurias. Configuración. Conceptualización. Se reclama en
autos el daño sufrido por el actor, con motivo de las presuntas injurias
que le propinara la accionada en diversos medios de difusión masiva,
afectándole moralmente. Sabido es que el daño moral “es la lesión
sufrida por una persona en sus derechos extrapatrimoniales, que tiene
naturaleza eminentemente subjetiva e importa una lesión a afecciones
legítimas, como pueden ser la paz, la tranquilidad de espíritu, la
libertad individual, el honor, la integridad física, las afecciones
familiares, etc.” (Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de
5a Nominación de Córdoba- 29/07/2005 - M., F. M. c. Benavente,

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Alfonso - Publicado en: LLC 2005 (octubre), 1019).- Así, también
debe decirse que actitud injuriosa es toda aquella manifestación
personal, sea mediante palabra oral o escrita como también
gesticulaciones y un sinnúmero de acciones más, que atentando contra
el honor de una persona provoquen en ésta una lesión ya de la
autovaloración como así también de la reputación que la misma goce
en la comunidad en que se encuentra inserta (deshonra y
desacreditación).-
Resulta así el honor un derecho de carácter personalísimo, definido
por el Diccionario de la Lengua Española como la “…cualidad moral
que nos lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del
prójimo y de uno mismo.” De Cupis expresa que es la dignidad
personal reflejada en la consideración de los terceros y en el
sentimiento de la persona misma (De Cupis, A., I diritti della
personalitá, Milano, 1959, p. 83). “Se suelen distinguir dos aspectos
del honor, el honor subjetivo que está dado por la autovaloración , el
íntimo sentimiento que cada persona tiene de la propia dignidad y la
de su familia, al margen de sus defectos y flaquezas, y el honor
objetivo que es el buen nombre y la buena reputación objetivamente
adquiridos por la virtud y el mérito de la persona o de la familia de
que se trate, dentro del marco de sociabilidad del ser humano, es decir,
la estimación ajena, fama o reputación.” (Mosset Iturraspe, Jorge,
Responsabilidad por daños, t. II-B, N° 240, p. 232). El primero de
estos aspectos aparece como una cualidad o atributo invariable que es
común e inherente a todos los seres humanos en razón de su condición
de tales, de modo que no es admisible la existencia de personas

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carentes de honor subjetivo jurídicamente tutelable, o privadas de
honor por causa de infamia, toda vez que a ninguna persona puede
serle desconocida su propia dignidad como tal, sin perjuicio de que las
circunstancias de hecho de cada caso puedan ser tenidas en cuenta
para apreciar si ha existido o no menoscabo de la reputación; esto, a
los fines de valorar la entidad del perjuicio reparable. En cuanto al
honor objetivo hay, en cambio, mucho de contingente y convencional,
pues resulta preponderante de la conducta de cada individuo, y su
apreciación depende de la opinión ajena y de las costumbres y culturas
de cada época y de cada país. No obstante, desde el punto de vista
normativo, esta clasificación didáctica carece de trascendencia, pues
tanto la lesión a un aspecto como a otro recibe la misma sanción (conf.
Julio César Rivera, Gustavo Giatti y Juan Ignacio Alonso, La
cuantificación del daño moral en los casos de lesión al honor, la
intimidad y la imagen, Revista de Derecho Privado y Comunitario,
2006-2, ps. 404/405).-
La indemnización de consecuencias no patrimoniales reviste
protección normativa en el art. 1741 del C.C.C..- Existe consenso
doctrinario y jurisprudencial que para la procedencia de la acción
resarcitoria por injurias basta con la culpa del autor de las ofensas. “El
daño moral habrá de ser resarcido si el actuar culposo o doloso del
responsable ha generado en la víctima un padecimiento o inquietud de
cierta entidad, que real y efectivamente afecte su ánimo o sus
sentimientos.” (Trigo Represas – López Mesa –Tratado de la
Responsabilidad Civil, Tomo I, La Ley, pag. 505, año 2005).-
“Sostenemos, con la doctrina dominante, que la tutela que brinda la

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ley civil es más amplia que la emergente de los supuestos tipificados
por el Código Penal y que, por lo tanto, procede la reparación de
daños “provocados por conductas que atacan al honor, aun cuando no
encuadren en el tipo penal” (Kemelmajer de Carlucci) En materia
penal se requiere que exista dolo para que se consume el tipo
delictivo. En cambio, la cuestión es diferente en el ámbito de
responsabilidad civil, por cuanto aun la conducta culposa ….que
desacredita o deshonra, genera obligación de indemnizar.” (Pizarro-
Vallespinos, Instituciones de derecho privado. Obligaciones, Tomo 4,
Hammurabi, pag. 365, año 2008).-
Reclamado que fuera el daño moral con motivo de una acción
antijurídica, el mismo “…no requiere de una prueba directa de su
existencia y entidad, ya que se manifiesta ·in re ipsa·, es decir por la
propia calidad de la conducta y la condición del afectado que permiten
inferir la trascendencia del agravio espiritual padecido.” (T. Represas
– L. Mesa, obra citada, pag. 544).-
III.- Presupuestos de la responsabilidad civil.- Sabido es que
responder significa dar a cada uno cuenta de sus actos. La conducta de
los individuos se traduce en actos unilaterales o bilaterales que a su
vez producen una modificación del mundo exterior. Cuando la
alteración ocasionada por un acto unilateral constituye la violación de
un deber moral o jurídico, y menoscabándose el interés ajeno se
invade la órbita de actuación de otro, se produce en el sujeto pasivo
del acto una reacción desfavorable que se traduce en una
insatisfacción. El autor de la alteración (dañador) se halla frente a la
víctima en actitud de dar respuesta a la perentoria exigencia de ésta. El

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autor debe responder entonces de su acto lesivo cumpliendo la sanción
que le viene impuesta consecuentemente (Cfr. Jorge Bustamante
Alsina, Teoría General de la Responsabilidad Civil, Novena Edic.,
Edit. Abeledo-Perrot, pág. 71 y ss.).-
El problema de la reparación del daño causado a otro constituye una
cuestión de responsabilidad civil, sea que el daño se hubiere originado
en el incumplimiento de un contrato, o resulte de un acto ilícito,
siendo elementos comunes a ambos: a) antijuridicidad, b) daño, c)
relación de causalidad entre el daño y el hecho, y d) factores de
imputabilidad o atribución legal de responsabilidad.-
Nuestro Código Civil y Comercial prevé en su art. 1716 la reparación
del daño causado a consecuencia de la violación del deber de no dañar
o el incumplimiento de una obligación. Conforme lo establece el art.
1717 C. C.C. cualquier acción y omisión que causa un daño a otro es
antijurídica sino está justificada. En tal orden, la imputación puede
hacerse en base a un factor de atribución subjetivo (culpa o dolo – art.
1724 CCC) u objetivo (riesgo, garantía, equidad, abuso del derecho,
etc. – art. 1723 CCC). El nexo entre el daño y el agente lo constituye
la relación de causalidad pues el daño debe constituir una derivación
causal del hecho u omisión para engendrar responsabilidad civil. De lo
expuesto se deduce que los elementos de la responsabilidad son:
antijuridicidad, daño, imputabilidad y relación causal, y tales
presupuestos deben ser acreditados convenientemente en la causa a fin
de obtener la reparación del perjuicio. Sentado lo expuesto
corresponde pasar al análisis de la prueba rendida a los fines de
determinar la procedencia o no de la acción entablada.-

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IV.- Prueba en el proceso de daños. Configuración y
cuantificación del daño moral. Sabido es que el tema de la prueba en
el juicio de daños, se caracteriza por tener una íntima conexión con el
derecho de fondo. Dentro de esa perspectiva, cabe destacar que el eje
de la responsabilidad está constituido por la producción de un daño
injusto. Así podemos concluir, que los elementos básicos que deben
ser objeto de prueba son los anteriormente sindicados como
presupuestos de la responsabilidad civil (hecho, daño, causalidad,
legitimación, factor de atribución).- Sin dejar de desconocer la
vigencia de algunas presunciones legales y judiciales que trasladan el
peso de la prueba al adversario, de conformidad con un principio
tradicional, pesa sobre el actor la prueba de los requisitos
condicionantes de la responsabilidad del demandado. “Mientras que la
actora no pruebe los hechos fundantes de la demanda, la otra parte
puede limitarse simplemente a negar” (Rep. ED., 20, A-540, CN Esp.
C. C., Sala 4°, 25/08/83).- Ante la ausencia de prueba eficaz, debido a
que no se ha rendido prueba sobre extremos esenciales de la
responsabilidad o bien, la prueba diligenciada no es suficiente para
formar la convicción del magistrado, corresponde examinar quién
debía acreditar el elemento ausente (teoría de la carga de la prueba), y
si el onus probandi pesaba sobre el actor, deberá rechazarse su
pretensión. Destaca el jurisconsulto Devis Echandía que “las reglas
sobre la carga de la prueba sólo adquieren significación ante la
ausencia de prueba eficaz (suficiente), es decir, en la hipótesis de
duda, pues entonces el magistrado debe fallar contra quien debía
probar y no lo hizo” (Teoría General de la Prueba Judicial, T. 1, pág.

Expediente SAC 7144385 - Pág. 17 / 31 - Nº Res. 174


426).- Por tanto, no comparto irrestrictamente la opinión según la cual
rige en el derecho de daños un principio prodamnato que obliga a
interpretar a favor de la víctima, de la parte económicamente o
técnicamente más débil. Este pensamiento que podría esbozarse como
“en la duda debe estarse a favor de la víctima”, puede ser utilizado
para aminorar el rigor de la prueba a cargo de quien alega ser
damnificado, pero delimitado el campo de lo que debe ser objeto
inexorable de prueba por el actor, la duda en el tema debe revertir en
su contra.-
En autos ha quedado acreditada la existencia de las manifestaciones
injuriosas -aunque con diferentes opiniones sobre su alcance y efecto-
vertidas por la Sra. María Gabriela Oliveto respecto al actor, Sr. Javier
Emilio Francucci. Así se desprende de los propios dichos de la
accionada en ocasión de una entrevista publicada por el diario La Voz
del Interior (ff. 4/5 y 146) y reproducida por el periódico Nuevo Día,
de la ciudad de Leones (f. 149): “Varios de los acusados de mi
secuestro cenaban en mi casa con Francucci… El me hizo mucho mal.
Es una mala persona. Estuve a su lado en su momento y me
equivoqué. Nos separamos tras el secuestro y, aun así, me siguió
haciendo mal en lo psicológico y en lo económico. Me estafó.” (…)
“¿Que si tuvo algo que ver con todo esto? No lo sé… Tengo
sospechas, pero no pruebas. Se lo dije al juez, pero esa gente, los de
Marcos Juárez, cenaban en mí, por entonces, casa con él. Hablaban de
negocios que no entendía. Cuando yo pasaba cerca, hablaban en
código, para que no entienda.” (…) “El secuestro marcó un antes y un
después en mi vida. Ya nada es igual, todo cambió. Hubo mucha

Expediente SAC 7144385 - Pág. 18 / 31 - Nº Res. 174


traición, mucha miseria, mucha gente que parecía buena y se volvió
mala.” (…) “Por suerte, me separé de él y hoy estoy bien. También
cambié de amigos, estoy rodeada de gente buena.”
En el programa Leonense TV (programa 62) emitido por televisora
regional Unimar S.A., cuya desgrabación fuera objeto de audiencia de
f. 161 se pueden extraer de relevancia para la cuestión que se trata, los
siguientes dichos de relevancia para el caso que se trata en autos:
vuelve a estar mi cara al lado de …, lo bueno y lo malo; vivía en la
casa del terror; fui victima no solo de una banda mafiosa sino de todo
un contexto en el que yo vivía inmersa, de miseria humana y de
personajes que cuando cayeron las caretas eran personajes macabros y
yo estaba inmersa en ese ámbito tremendo; no tengo pruebas para dar
a la fiscalía pero los hechos que fueron sucediéndose en mi vida en
este año a partir del secuestro relacionados directamente con él hacen
que yo dude, que tenga un duda tremenda adentro mío, no tengo
pruebas pero adentro mío yo siento que inclusive no solo formó parte
sino que fue autor de la idea; en la brigada antisecuestro me advertían
que estaba viviendo con un personaje tremendo, que no debía volver a
esa casa; cuando yo empecé a ver las cosas el odio de él hacía mí fue
tremendo, empezaron las estafas, los robos, la manipulación, el
sadismo apareció una persona que yo no conocía, él y su entorno
familiar, su entorno intimo de amistades, de gente con la que el se
rodea yo les digo los soldaditos Francucci, un ejército pago;
relacionado con el secuestro esa gente frecuentaba la casa, el taller,
era hablar habitualmente; había mucha miseria humana alrededor mío,
lo traicionero, lo tremendo, lo bajo, lo malo, quedó allá; yo tenía una

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visión de mi pareja, pero era otra persona, que lo demostró a la
semana del secuestro, fue la casa del terror; me dejaron en la calle,
me robaron todo; entendí lo que es la maldad, la maldad existe y tiene
nombre y apellido.
No es un hecho menor que concluye la periodista agradeciéndole ser
elegida como medio para realizar su nota, denotando ello la
intencionalidad de hacer públicos los aspectos que resalta en la
entrevista.
La responsable del noticiero, presta testimonio a f. 139, María Paula
Ramazzotti, afirmaba ser la conductora del programa televisivo que
salía los lunes o martes a la 21.00 hs., una vez por semana por el canal
de You tuve (así lo refiere) y lo colgaban en la página del Facebook.-
Señalaba haberle hecho dos entrevistas a Gabriela (Oliveto), “la
primera fue a dos o tres días de haber aparecido del secuestro y la
segunda un tiempo después, para saber cómo se encontraba ella. Las
expresiones “la casa de la maldad” no recuerdo y “la maldad” creo
que sí, no estoy segura.- Las dos entrevistas fueron completamente
diferentes, en la primera Gabriela estaba muy confundida, venía de
estar secuestrada. En esa entrevista indujo que Francucci no tenía nada
que ver, incluso estaba en su casa con él. En la segunda entrevista si,
explicó que creía haberse dado cuenta que Francucci había tenido algo
que ver con su secuestro”.- “No dijo me secuestró Francucci, eran
todas suposiciones…” (…) “…yo si entendí que Francucci había
cometido robos, la verdad que de haberla estafado no recuerdo”.-
Preguntada la testigo si Francucci es una persona de honorabilidad en
el pueblo, contestó: “Hay gente que lo ama y gente que lo odia”.-

Expediente SAC 7144385 - Pág. 20 / 31 - Nº Res. 174


Ricardo Núñez nos dice que es injuriosa sólo la conducta que significa
algo que, con arreglo a las ideas de la comunidad de que se trata,
puede deshonrar o desacreditar a un tercero. De esta manera, si bien la
injuria es un ataque a la estimación propia o ajena, este ataque solo es
injurioso en tanto que la estimación particular de los valores
constitutivos de la personalidad y la de su ofensa coincidan con las
valoraciones de la comunidad. En otras palabras, no todo lo que el
ofendido aprecie como cualidad valiosa es algo defendible a título de
honor; ni todo lo que el ofendido vea como una ofensa a las
cualidades que se atribuye es una injuria por deshonra; ni todo lo que
un tercero aprecie como una cualidad valiosa en la víctima es honor;
ni todo lo que para el tercero aminore su aprecio de la víctima es una
injuria por descrédito. Sólo lo son en la medida que las valoraciones
de la sociedad lo permiten. El valor significativo de las acciones (y
omisiones), como modos de expresar la injuria, es totalmente relativo.
Depende, en primer lugar, de las ideas de cada época y lugar sobre los
valores de la personalidad y su ofensa. En segundo lugar, depende de
las circunstancias de personas (la frase que dirigida a un amigo no es
insultante, lo puede ser si está enderezada a extraños; lo que es
ofensivo para un adulto puede no serlo para un niño o para un
incapaz), lugar (lo que no es agraviante en privado, lo puede ser en
público o frente a extraños; lo que es ofensivo en un ambiente
universitario, puede no serlo en el burdel), u ocasión (lo que no es
agraviante durante los festejos de carnaval, lo puede ser en otro
momento); y también, muchas veces, frente a medios expresivos
susceptibles de ser usados con más de un significado, el valor depende

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del designio del autor. El maestro Carrara nos enseñaba que “…las
palabras tienen tanta elasticidad que a veces con la misma palabra se
ofende seriamente el honor de un individuo, en tanto que con otras no
se lesiona, e, incluso, se hace su elogio. Esto depende del hecho de
que toda palabra puede variar en el concepto que expresa según la
ocasión o el contexto del discurso” (Opuscoli di diritto criminale,
vol.III (3°. Ed.), pág. 317 y 318). En este orden de ideas, tengo para
mí que, por el lugar en que se dijeron, por la persona que lo dijo y por
la persona injuriada, las palabras no fueron expresadas con el sólo
ánimo de descargar un sentimiento de ira o de odio u encono; fueron
dirigidas expresamente a ofender, a herir, a agraviar, a ultrajar.- Para
tener por consumada la injuria, basta una conducta que, con arreglo a
las circunstancias, tenga capacidad para lesionar la honra o el crédito
ajeno. No es necesario que se haya producido la mortificación de la
víctima. Como dice Carrara, “…basta el solo dolor moral del
ofendido”, el cual “…es un resultado que con seguridad se logra con
cualquier injuria, aunque sea despreciada por los terceros, porque no
puede existir un hombre tan estoico como para permanecer insensible
ante el propio vilipendio”.(Conf. C5aCC Cba. 29.07.05. Sent. N° 128
in re Manzur c Benavente, Diario Jurídico de Córdoba, Año 4 – N°
780)
Claramente se infiere de los dichos de la demandada, la intención de
deshonrar, de menospreciar, mediante declaraciones disvaliosas,
ofensivas e injuriosas, con aptitud suficiente para afectar la autoestima
y reputación de un hombre medio, afectando tanto el honor subjetivo
(sustentado en la propia estimación de cada sujeto), como el objetivo

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(concepto que los terceros hayan tenido sobre su personalidad), sin
perjuicio de la prueba que se presente para su cuantificación, aspectos
a analizar infra.
Se tiene especial consideración para entender así la procedencia del
daño moral en autos, que los dichos de la demandada –exconviviente
del actor- fueron vertidas en medios de amplia difusión en la provincia
(La Voz del Interior, con una tirada de 29.000 ejemplares del día de la
publicación – ver f. 145), como en la región donde el actor reside
(Periódico Nuevo Dia de la ciudad de Leones y Televisora Regional
Unimar).
Indudablemente, la alegación en diversos medios públicos, de ser
autor de hechos delictivos de suma gravedad, resulta pasible de
repercutir psíquicamente en el sujeto pasivo en forma de sufrimiento,
de producir alteraciones a la tranquilidad espiritual, causante en
definitiva de daño moral.
A criterio del suscripto mediante los dichos de la demandada, se
encuentra vulnerado el derecho a la honra y a la reputación, derecho a
la dignidad en definitiva, tutelado en el art. 19 de la Constitución
Nacional y a nivel convencional en el artículo12 de la Declaración de
Universal de Derecho Humanos de la Asamblea General de las
Naciones Unidas, en punto a que “nadie será objeto de injerencias
arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su
correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda
persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias
o ataques”, y en el artículo undécimo primero de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa

Expediente SAC 7144385 - Pág. 23 / 31 - Nº Res. 174


Rica), la que en protección de la honra y de la dignidad estatuye que:
“…2° Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en
su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su
correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación; 3°
Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas
injerencias o esos ataques”.
Ha quedado acreditada la existencia de antecedentes penales en la
persona del actor, imputaciones en estado de citación a juicio (f. 202)
y con suspensión de juicio a prueba (ff.197/199). No obstante ello y
los demás antecedentes que pudiere tener el actor, se entiende en
doctrina que se comparte que nadie tiene derecho a ofender o
desacreditar a nadie. "A veces resulta injuriante el señalamiento de
calidades verdaderamente poseídas por el sujeto pasivo (decirle
delincuente a quien fue condenado por un delito; fea o petiso a
quienes resultan que lo son), ya que la injuria consiste aquí en el
conocimiento de la significación ofensiva de la expresión o actitud y
su voluntad de concretarla; no requiriendo que su destinatario se sienta
deshonrado ni que haya sufrido un menoscabo en su reputación;
consumándose en el momento en que la expresión a actitud llega a
conocimiento del sujeto pasivo o de terceros." (Laje Anaya – Gavier –
Notas al Código Penal Argentino, T. II, Parte Especial, p. 108).-
Jurisprudencialmente se ha expuesto que la certeza de la existencia del
daño moral y la medida de su reparación son fundamentalmente fruto
de un juicio de razonable probabilidad, basado en reglas de
experiencias de vida emergentes de la reacción espiritual que es
supuesta en la víctima y de la aptitud que ha tenido la agresión para

Expediente SAC 7144385 - Pág. 24 / 31 - Nº Res. 174


producirla, además de la prueba directa que, según la situación, fuese
posible aportar por añadidura. Esto no significa que el daño pueda
presumirse, sino que es a través principalmente de la prueba de
presunciones que cabe inferir su concurrencia, siendo la demostración
indirecta tan legítima como la que no lo es (conf. CNCiv., sala J, 3-7-
2002 cit. por Rivera, Giatti y Alonso, en Revista de Derecho Privado y
comunitario ref. supra, p. 419).
Con la certeza de la producción del daño, resta entonces pasar a su
cuantificación; reclama el actor la suma de pesos Seiscientos
cincuenta mil ($650.000).- Sabido es que no cabe indemnizar
perjuicios meramente eventuales o hipotéticos, de modo que el daño
indemnizable debe ser cierto, real, efectivo y actual. “La noción de
daño resarcible se vincula con un hecho lesivo que debe ser su causa
adecuada e imputable a otra persona..... Ningún perjuicio se indemniza
en el vacío, sino en vista de un concreto antecedente fáctico respecto
del cual se investigan los presupuestos de resarcibilidad...” (Matilde
Zavala de González, Resarcimiento de Daños, vol 3, Edit.
Hammurabi, pág. 155).- La certeza del daño o realidad del mismo
atañe no sólo a su existencia, sino también a su composición. Por
tanto, no bastaría la prueba de que se han producido daños, si se
ignora qué circunstancias, modalidades y gravedad revisten. “Es decir,
la carga probatoria sobre el daño debe satisfacerse en concreto, y no
de un modo vago, genérico, e impreciso” (Matilde Zavala de
González, Ob. Cit., pág. 181).- El actor en los presentes afirma haber
sufrido un daño moral, no obstante ningún elemento probatorio que
permita inferir como llega a la suma reclamada ha sido materia de

Expediente SAC 7144385 - Pág. 25 / 31 - Nº Res. 174


prueba. No se ha ofrecido -ni producido obviamente- la prueba
pericial idónea en el caso que es la pericia psicológica, medio
probatorio eficaz a los fines de demostrar los extremos invocados, y
que en casos como en el presente se torna insoslayable; tampoco se ha
acreditado el padecimiento que se dice haber sufrido al menos
testimonialmente por personas allegadas que dieran cuenta de ello. En
síntesis, ninguna prueba se ha acompañado que permita al suscripto
arribar a la suma reclamada.- En este contexto de orfandad probatoria,
como en muchos casos de daño moral, resulta sumamente dificultoso
determinar la reparación, dado que los intereses extrapatrimoniales
afectados y la espiritualidad quebrantada no tienen una exacta
traducción económica, a lo cual debe adicionarse que las
perturbaciones anímicas suelen quedar en el fuero íntimo del
damnificado, de modo que la cuantificación del daño moral pasa a
depender preponderantemente del arbitrio judicial, el cual debe
asentarse en un criterio de prudencia, razonabilidad y equidad,
entonces para establecer el quantum del daño moral deben ponderarse
por sobre todas las cosas, su carácter reparador, la gravedad del hecho
y los padecimientos soportados por el afectado (conf. Revista de
Derecho Privado cit. supra, p. 417/4180).-
Así, en afrentas a la dignidad se aplican reglas presuncionales, en cuya
virtud el daño moral se prueba mediante inferencias a partir de la
gravedad de la ofensa y las circunstancias de la víctima, sin necesidad
de demostración sobre la alteración anímica sufrida por el afectado
(Zavala de González, Matilde, “Doctrina Judicial - Solución de
casos”, Alveroni, Córdoba, 2010, p. 95).

Expediente SAC 7144385 - Pág. 26 / 31 - Nº Res. 174


En el mismo sentido lo ha entendido la jurisprudencia diciendo que
“el daño moral padecido en casos de lesión a derechos personalísimos
surge in re ipsa del propio hecho antijurídico, sin que deba exigirse el
aporte de otras pruebas, correspondiendo a la responsable la
destrucción de tal presunción a través de la prueba de alguna situación
objetiva que la excluya” (CNCiv., Sala B, 16/05/2005, DJ 2005-3-
186).
Explica Zabala de González que la ponderación del monto a resarcir,
deberá realizarse siempre que las circunstancias referidas, puedan
operar como “indicios extrínsecos que permitan inferir la existencia
del perjuicio moral y su magnitud, bajo la óptica de la ‘sensibilidad
del hombre medio, de la cual el magistrado representa el intérprete
más seguro’, pero sin descuidar al hombre ‘real’ ya que la apreciación
de todo daño debe hacerse en concreto, no en abstracto” (Zavala de
González, Matilde, “Resarcimiento de Daños. Daños a las personas”,
Vol, 2ª., pág. 466, Ed. Hammurabi, Bs. As., año 1990).
Tal como lo tiene resuelto nuestro Excmo. Tribunal Superior de
Justicia, en virtud del principio de individualización del daño, se
requiere que, en su valoración, se meriten todas las circunstancias del
caso, tanto las de naturaleza subjetiva (situación personal de la
víctima), como las objetivas (índole del hecho lesivo, y sus
repercusiones).” (Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de
Córdoba, sala civil y comercial- Fecha: 10/04/2001 - Partes: B., L. E.
c. Montoto de Spila, Marta - LLC 2002, 56).
Se reitera que en virtud de la orfandad probatoria no puede estimarse
más que presuncionalmente, las circunstancias personales, más si

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puede recomponerse el daño a partir de su estimación conforme la
índole del hecho lesivo, esto es las circunstancias objetivas que
enmarcan el caso, a partir del impacto presumido en el hombre medio.
En tal orden se ha resuelto que constituye otro elemento objetivo a
valorar en orden a determinar el monto resarcitorio por daño moral
por expresiones agraviantes, la difusión que han tenido, pues ello
posee incidencia en la extensión del daño moral padecido y -por la
misma razón- en la cuantificación de su indemnización. De allí que,
una misma injuria podrá afectar tanto al honor como a la reputación de
una persona, empero -en la generalidad de los casos- el daño que
genere en esta última, es decir, en la valoración de los otros, será
mayor que el que se ciña al autoestima, pues aquél trasciende a éste.(
conf. H., O. F. vs. P., L. y otro s. Abreviado /// CCC 1ª, Córdoba,
Córdoba; 27/03/2018; Rubinzal Online; RC J 2895/18)
Con los parámetros analizados, teniendo en cuenta especialmente el
lugar donde se desarrollaron los hechos (una comunidad relativamente
pequeña como la ciudad de Leones), las injurias vertidas, la difusión
de las mismas en medios de alcance provincial, regional y local, la
inexistencia de retractación (por lo cual se rechaza la pretensión de
publicación), las satisfacciones sustitutivas y compensatorias que
puede procurar la suma reconocida y parámetros de resoluciones
precedentes (Sent. N° 484 del 17-9-99, dictada in re: “Cuello Octavio
Severo c/ Alberto Gallego - Daños y perjuicios”. Juzgado de 1° inst. y
38° Nom. en lo Civ. y Com. de la Ciudad de Córdoba; Sent. Nro.325
26 junio de 2.000 dictada in re: “Ruiz de Tapia Rosario del Valle c/
Libertad S.A. Ordinario”. Juzgado de 1° Inst. y 27° Nom. en lo Civil y

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Comercial de la Ciudad de Córdoba; “C1a CyC Cba. Sent. N° 64.
28/05/19. "S. D. A. c. C. B. M. - Ordinario - Daños y Perj. - Otras
formas de respons. Extracontractual - Recurso de apelación”; “P. S.
M. c/ C. O. A. s/ daños y perjuicios- Tribunal: Cámara de Apelaciones
en lo Civil y Comercial de Azul- Sala/Juzgado: II - Fecha: 19-feb-
2015 - Cita: MJ-JU-M-91363-AR | MJJ91363 | MJJ91363”; Bobatto,
Diego Oscar vs. Barrera, Iván s. Ordinario - Daños y perjuicios - Otras
formas de responsabilidad extracontractual - CCC 7ª, Córdoba,
Córdoba; 17/07/2012; Rubinzal Online; 1958294/36; RC J 6931/12;
López, Gladys Mabel vs. Sasia, Walter Gerardo s. Daños y perjuicios
por afectación a la dignidad - CCC Sala II, Azul, Buenos Aires;
06/04/2021; Rubinzal Online; 65805; RC J 2655/21), hacen que
estime justo y equitativo establecer en concepto de daño moral, a
favor del accionante, la suma de Pesos doscientos mil ( $ 200.000.-).-
VI.- Intereses.- Los intereses moratorios, que se encuentran
destinados a indemnizar el daño producido por el cumplimiento tardío
de la prestación indemnizatoria, se deben a partir de la carta
documento de f. 6, esto es el día 15 de enero de 2018, por medio de la
cual el actor hacía conocer su intención de demandar por daños y
perjuicios. Al efecto se aplicará la tasa pasiva promedio mensual que
publica el BCRA con más un plus del 2 % nominal mensual, hasta el
efectivo pago.-
VII.- Costas.- Las costas se imponen a la demandada que resulta
vencida, Sra. María Gabriela Oliveto, en virtud del principio objetivo
de la derrota (art. 130 C.P.C.C.) y de la reparación integral a la
víctima. Cabe destacar que tal imposición se efectúa más allá que la

Expediente SAC 7144385 - Pág. 29 / 31 - Nº Res. 174


demanda no prospera por el monto total reclamado, por cuanto sabido
es por una parte, la dificultad en que se encuentra la parte al estimar el
daño moral, y de otro costado el arbitrio judicial al que se somete el
accionante al demandar.-
VIII.- Honorarios. A los fines de establecer los honorarios que
corresponden al letrado de la parte actora, la base regulatoria se
encuentra dada por el monto de la sentencia (artículo 31, inc. 1º, de la
ley 9459). Así, en el caso del Dr. Lucas Montenegro, la base
económica se encuentra dada por la sumatoria del importe por la cual
prospera la demanda más los intereses, suma que se erige como base
económica ($ 742.634.67). Sobre este importe, corresponde aplicar el
mínimo del 20% de la escala a) del art. 36 de la ley 9459, habida
cuenta del parcial éxito obtenido (artículo 39 Ley 9459). Efectuados
los cálculos aritméticos del caso corresponde regular la suma de Pesos
ciento cuarenta y ocho mil quinientos veintiséis ($ 148.526) en
concepto de honorarios profesionales a favor del precitado letrado.-
No se regulan los honorarios de los abogados de la parte demandada,
atento lo dispuesto por el artículo 26 -contrario sensu- de la Ley
9459.-
Por todo lo expuesto, normas legales citadas y haciendo presente que
el resto de las pruebas rendidas, debidamente valoradas, en nada
modifican las conclusiones a las que se arriba.-
RESUELVO: 1°) Hacer lugar parcialmente a la demanda incoada por
el Sr. Javier Emilio Francucci en contra de la Sra. María Gabriela
Oliveto, condenándola a la accionada a pagar al actor en el término de
diez días y bajo apercibimiento, la suma de Pesos Doscientos mil ( $

Expediente SAC 7144385 - Pág. 30 / 31 - Nº Res. 174


200.000.-) en concepto de daño moral, todo con más los intereses
establecidos en el considerando pertinente.-
2°)Imponer las costas a la demandada.-
3°) Regular los honorarios del Dr. Lucas Montenegro en la suma de
pesos ciento cuarenta y ocho mil quinientos veintiséis ( $ 148.526).-
Protocolícese y hágase saber.-

Texto Firmado digitalmente por:


TONELLI Jose Maria
JUEZ/A DE 1RA. INSTANCIA

Fecha: 2021.12.02

Expediente SAC 7144385 - Pág. 31 / 31 - Nº Res. 174


EXPEDIENTE SAC: 7144385 - FRANCUCCI, JAVIER EMILIO C/ OLIVETO, MARÍA GABRIELA - ORDINARIO

CERTIFICO:Que la copia que antecede se corresponde con la contenida en el


Protocolo de Sentencias del Tribunal, Resolución N° 174, año 2021, Tomo 3,
Folio 646/661, dictada en el marco de las actuaciones caratuladas
FRANCUCCI, JAVIER EMILIO C/ OLIVETO, MARÍA GABRIELA –
ORDINARIO, Expte. 7144385, que tramitan ante este Juzgado de Primera
Instancia y Primera Nominación en lo Civil, Comercial, de Conciliación y de
Familia de la ciudad de Marcos Juárez, Provincia de Córdoba. Asimismo, se
deja constancia que la Sentencia N° 174 del 02/12/2021, cuya copia se certifica,
a la fecha, se encuentra firme. Oficina: 19/09/2022.-

Firmado digitalmente por


SAAVEDRA SAAVEDRA Virginia Del Valle
Virginia Del Valle Fecha: 2022.09.19 10:52:10
-03'00'

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