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El documento es una sentencia judicial que resuelve un caso de daños y perjuicios iniciado por Javier Francucci contra María Gabriela Oliveto. Francucci demanda a Oliveto por realizar declaraciones falsas e injuriantes en su contra en distintos medios de comunicación, acusándolo de estar involucrado en su secuestro y de estafarla económicamente. El juez analiza los hechos y el derecho aplicable, y dictamina sentencia resolviendo el caso.
El documento es una sentencia judicial que resuelve un caso de daños y perjuicios iniciado por Javier Francucci contra María Gabriela Oliveto. Francucci demanda a Oliveto por realizar declaraciones falsas e injuriantes en su contra en distintos medios de comunicación, acusándolo de estar involucrado en su secuestro y de estafarla económicamente. El juez analiza los hechos y el derecho aplicable, y dictamina sentencia resolviendo el caso.
El documento es una sentencia judicial que resuelve un caso de daños y perjuicios iniciado por Javier Francucci contra María Gabriela Oliveto. Francucci demanda a Oliveto por realizar declaraciones falsas e injuriantes en su contra en distintos medios de comunicación, acusándolo de estar involucrado en su secuestro y de estafarla económicamente. El juez analiza los hechos y el derecho aplicable, y dictamina sentencia resolviendo el caso.
original ha sido firmado digitalmente por: TONELLI,
José María - JUEZ/A DE 1RA. INSTANCIA, y obra en el sistema SAC Exped. Nro 7144385 FRANCUCCI, JAVIER EMILIO C/ OLIVETO, MARÍA GABRIELA - J.1A INST.C.C.C.FLIA.1A - MARCOS JUAREZ. MARCOS JUAREZ, 19/09/2022
EXPEDIENTE SAC: 7144385 - FRANCUCCI, JAVIER EMILIO C/ OLIVETO, MARÍA GABRIELA - ORDINARIO
PROTOCOLO DE SENTENCIAS. NÚMERO: 174 DEL 02/12/2021
SENTENCIA NUMERO: 174.
MARCOS JUAREZ, 02/12/2021.
Y VISTOS: estos autos caratulados FRANCUCCI, JAVIER
EMILIO C/ OLIVETO, MARÍA GABRIELA – ORDINARIO, Expte. 7144385, de los que resulta que en fecha 27 de abril de 2018 comparece Javier Emilio Francucci e interpone demanda de daños y perjuicios en contra de la Sra. María Gabriela Oliveto, por ser responsable de los daños y perjuicios producidos a su persona tras haber realizado declaraciones injuriantes y calumniosas en distintos medios de comunicación. Reclama la suma de pesos seiscientos cincuenta mil ($650.000,00) o lo que en más o en menos resulte de la prueba a rendirse y lo que prudencialmente estime el Tribunal de conformidad a los hechos y al derecho que expone. Relata como hechos que mantuvo una relación de pareja con la demandada durante diez meses a partir de abril de 2016. Que con el correr de los días la Sra. Gabriela Oliveto comenzó a tener una conducta sumamente
agresiva, gritaba e insultaba por cualquier motivo, comenzó a exigirle dinero y profería amenazas de toda índole hacia él y hacia sus hijos. Qué, a raíz de la sucesión de estos episodios de violencia emocional hasta física por parte de la demandada hacia su persona, tuvo que realizar una denuncia por violencia familiar en el Juzgado de Violencia Familiar de la Sede, a fin de hacer cesar dicha situación. Que el día 20 de febrero de 2017 el mencionado juzgado, previo diagnóstico de situación del equipo técnico multidisciplinario de la sede, dictó la medida cautelar de exclusión del hogar de la demandada, a fin de resguardar su integridad psicofísica. Continúa diciendo que, el día 15 de noviembre de 2017 el diario de alcance provincial La Voz del Interior, publicó una entrevista realizada a la Sra. Gabriela Oliveto, en torno al secuestro sufrido el día 31 de octubre de 2016, en la que con total mala intención la mencionada vierte comentarios y afirmaciones falsos e injuriantes contra su persona, a saber: "Varios de los acusados de mi secuestro cenaban en mi casa con Francucci... El me hizo mucho mal. Es una mala persona. Estuve a su lado en su momento y me equivoqué. Nos separamos tras el secuestro y, aun así, me siguió haciendo mal en lo psicológico y en lo económico. Me estafó ". "¿Qué si tuvo algo que ver con todo esto? No lo sé... Tengo sospechas, pero no pruebas". "Por suerte me separé de él y hoy estoy bien... ". Menciona que, el día 17 noviembre del mismo año la misma nota es publicada en el diario local de Leones, Córdoba, Nuevo Día. Expone que, el día 16 de noviembre de 2017 la Sra. Oliveto brinda una nota radial en la Radio DIA A DIA + VIA CORDOBA, la cual también es publicada en la página web de la
radio; en la que, al referirse a su persona, vuelve a mencionar situaciones de "amenazas y persecución " hacia ella. Que el día 21 de noviembre de 2017, sale al aire en el programa local de televisión LEONENSE TV, una extensa entrevista a la demandada en la que lisa y llanamente le atribuye ser autor de su secuestro, y le acusa de haberla estafado y haber cometido robos, así como toda una serie de alusiones sumamente injuriosas que dañan su dignidad, como referirse a su persona y entorno familiar y laboral como "la maldad" y aludir a su hogar como "la casa del terror", todo ello iterado y recalcado sistemáticamente y teñido además de una serie de sospechas y suspicacias derivadas de gestos y silencios que lo agravian seriamente. Considera que, basta mirar el video del programa referido para notar con claridad lo objetivamente injuriante de todo su contenido. Dice que, a raíz de esas publicaciones, como parece una obviedad toda la ciudad de Leones comentaba la cuestión. Que, cada vez que la Sra. Oliveto, aparecía en algún medio local, regional o provincial, comenzaban a aflorar las preguntas de aquellos que lo conocen desde siempre y principalmente de su familia, quienes sufrían con ese tema, ya que quienes no lo conocen de forma cercana, abrían todo tipo de juicios de valor negativos hacia su persona, generándole una situación de profunda angustia, también a sus allegados y parientes. Dice que, durante todo ese tiempo, a partir de las publicaciones referidas le ha costado salir a la calle, tiene la certeza de que la gente habla de él, que lo juzgan, que han creído en las barbaridades que la demandada ha publicado, y que por más que la misma se retracte o sus familiares y amigos lo defiendan ya ha quedado manchado su nombre y el de sus
hijos por la deshonra. Sostiene que la responsabilidad del actuar doloso, recae pura y exclusivamente sobre la demandada, Sra. María Gabriela Oliveto, por aplicación de las siguientes disposiciones del Código Civil (y Comercia), art. 1710. Respecto a esto dice que la demandada, en su accionar, no solo viola esta norma de elemental claridad y equidad, sino que lejos de evitar producir un daño, lo produce con total conciencia e intención. Que, en el caso, ya sea que la demandada haya actuado con negligencia o con dolo, su accionar fue y es causa directa del daño producido, por lo que hay un nexo de causalidad adecuado ente el accionar antijurídico de la Sra. Oliveto y el daño sufrido por él. Cita arts. 51 y 52 del C.C. y C.. En cuanto a los daños manifiesta que los mismos emanan con claridad del contenido y significado objetivo de las palabras de la misma y su publicación por medios de comunicación masiva, en cuanto realiza afirmaciones falaces, injuriantes y calumniosas sobre su persona con intención de dañarle. Sin lugar a dudas sus declaraciones y la circunstancia de haberlas realizado en medios masivos de comunicación a nivel provincial y local han lesionado su tranquilidad, dignidad y honor. Cita el art. 1716 del C.C. en virtud de ello, dice que, como consecuencia del accionar doloso y antijurídico de la demandada, se produjo un daño injustificado, el que deberá ser reparado de forma plena por la misma. Define el daño moral a partir de doctrina y jurisprudencia. Menciona que, es de tal importancia la protección de la moral, que su tutela tiene rango constitucional a través del art 75 inc. 22 de la C.N, tutelando dicha protección en los Art. 5 y ll del Pacto de San José de Costa Rica, a su vez la Corte a través de diferentes fallos
le ha dado jerarquía al principio ALTERUM NON LAEDERE (deber de no dañar a otro) entre esos fallos, destaca Lujan y Aquino entre otros. A los fines de atribuirle la responsabilidad a la demandada por injurias e injurias calumniosas, afirma que de no poder demostrar el dolo directo de infringir un daño, lo que quedara demostrado con total claridad será la culpa grave derivada como mínimo del accionar imprudente por los dichos vertidos en medios masivos de comunicación que objetivamente son generadores de daños y configura un acto efectuado con negligencia culpable por no haber adoptado su autor las precauciones indispensables para no hacer con ligereza imputaciones lesivas al derecho ajeno. Cita jurisprudencia. Resalta que en fecha 15 de enero de 2018 envió carta documento n° CD858388245 intimando a la demandada a rectificar o ratificar sus dichos, con la esperanza de que en un acto de honorabilidad se rectificara de los dichos que había proferido por los mismos medios. Que, dicha misiva no fue contestada; por lo que en fecha 23 de enero de 2018 le notificó mediante CD858388492 que ante su actitud omisiva iniciaría acciones legales en su contra. Tampoco contestó dicha notificación. Aclara que la intimación y posterior notificación referida lo fueron a los efectos de detener de alguna manera la ola de la opinión pública de su localidad ya que se le hace emocionalmente insoportable, aún a la fecha de la demanda, escuchar y enterarse de que se continúa comentando los dichos de la demandada en su contra. Expone que, no obstante si la demandada se hubiese rectificado por los mismos medios de forma clara, ya el daño estaba hecho, el manto de sospecha sobre su accionar ya está sembrado, el honor y buen
nombre ya ha sido salpicado. Piensa, que no solo causó un daño gravísimo sino que ni siquiera, luego de haberlo causado y de ser intimada a rectificarse, intentó evitar, si se puede, su prolongación en el tiempo, por lo que su actitud demuestra con claridad un dolo directo dirigido a dañar a su persona. Cita jurisprudencia y doctrina. Por lo que expone, reclama la debida reparación del daño producido, específicamente el daño moral por el desprestigio que ha sufrido en su persona, honor personal y de su familia y amigos ya que ha sido duro el tránsito por los estados emocionales que provocó dicha denuncia. Que, el hecho de ser una persona muy conocida en su localidad, ya que tiene un taller mecánico desde hace más de veinte años, la circunstancia de tratarse de una ciudad pequeña en la que todos se enteraron de todo y todos se conocen, hace que el daño sea mayor, que ha pasado meses dando explicaciones a todo aquel que se cruzaba en la calle y le preguntaba sobre los dichos de la demandada. Dice que tuvo y tiene que dar explicaciones en cada lugar al que ha ido y al que va, todo por la irresponsabilidad y temeridad de la demandada. Aparte de la suma dineraria solicita que se condene a la demandada a efectuar una publicación a su total costo, retractándose de todo lo dicho sobre su persona en todos los medios locales y en dos medios provinciales de amplia difusión. Impreso el trámite de juicio ordinario a la demanda (f. 19), comparece a f. 46, María Gabriela Oliveto. Corrido el traslado de la demanda (f. 53), contesta la demandada a ff. 57/59vta.. Niega todos y cada uno de los dichos expresados por el actor en su escrito, especialmente niega: Ser responsable de daños y perjuicios que se le hayan producido al
actor mediante declaraciones injuriantes y calumniosas en distintos medio de comunicación y que adeude la suma de pesos seiscientos cincuenta mil o lo que en mas o en menos resulte; que haya mantenido una relación de pareja desde el mes de abril de 2016 y que su poderdante haya tenido una conducta sumamente agresiva, que haya gritado, lo haya insultado, le haya exigido dinero y le haya proferido amenazas el actor o sus hijos; que haya expresado lo publicado por la Voz del Interior, el diario Nuevo Día, la nota radial en el programa Día a día más Vía Córdoba y en el programa Leonense TV; que toda la ciudad de Leones haya hecho comentarios sobre su persona y que hayan emitidos juicio de valor negativo y que se le haya generado una profunda angustia en el actor, sus allegados y parientes; que le haya costado salir a la calle, que la gente habla de él, que lo juzguen por culpa de su representada y que haya quedado manchado en su nombre y el de sus hijos; que la fundamentación de la atribución de responsabilidad y los daños que menciona sean aplicables a este caso; que nunca recibió intimación alguna, ya que el domicilio donde fueron enviadas (Entre Ríos 396) no le pertenece, siendo que desde que se separó lo hizo en calle Libertador N° 351 de la ciudad de Leones, provincia de Córdoba; que tenga derecho el actor a ser indemnizado por un posible daño moral por el supuesto desprestigio que dice que ha sufrido en su persona, honor, familia y amigos y que haya tenido que transitar por estados emocionales adversos; que tenga un taller mecánico desde hace más de veinte años y que haya pasado meses dando explicaciones a todo aquel que se le cruzaba en la calle y que haya tenido que dar explicaciones en cada lugar al que ha ido y al que
va y que su representada haya tenido una conducta temeraria; que tenga derecho a reclamar la suma de pesos seiscientos cincuenta mil para atenuar el supuesto padecimiento que dice haber sufrido y que se la deba castigar; que se le tenga que condenar a hacer una publicación en dos periódicos provinciales y en todos los medios locales de la ciudad de Leones. Relata cómo hechos que en el año 2013 comenzó a tener una relación de convivencia con el Sr. Javier Emilio Francucci, domiciliado en calle Laprida N° 1647 de la ciudad de Leones. Que al comienzo de la relación vivían en su domicilio sito en calle Libertador N° 676 de la ciudad de Leones, provincia de Córdoba, y cuando el actor terminó de restaurar la casa que era de sus padres sito en calle Laprida N° 1647 también de la ciudad de Leones, provincia de Córdoba, se mudaron a ese domicilio, trasladando todos los muebles de su propiedad. Menciona que, en el mes de abril de 2016 y a instancias del actor procedió a la venta del automóvil de su propiedad, marca Peugeot, Modelo 308, Dominio MAB835 al Señor Jorge Horacio Di Cristofaro, domiciliado en calle Entre Ríos N° 812, la localidad de San Marcos, provincia de Córdoba. Dice que, a raíz de la venta efectuada el Sr. Jorge Horacio Di Cristofaro hizo el pago mediante dinero en efectivo y la entrega del automóvil Marca Peugeot, Modelo 206, Dominio GJP744, vehículo que se encontraba inscripto a nombre de quien fuera su esposa y que la misma había fallecido, llevando adelante los trámites de la declaratoria de herederos el Dr. Mauricio Paschetti, con domicilio en calle San José N° 408 de la ciudad de Leones, provincia de Córdoba. Que el auto que se hiciera entrega como parte de pago, tenía algunos problemas
mecánicos, por lo que quien fuera su concubino, le dijo que él se ocuparía de la reparación del mismo, llevándose en consecuencia el automóvil, prestándole un automóvil marca Suzuki Swift de color gris, vehículo que fue devuelto a Francucci al poco tiempo del préstamo, ya que decía que lo había vendido. Expresa que, ante esa situación es que empezó a reclamarle a Francucci que le devolviera el automóvil que le habían entregado como parte de pago por el vehículo de su propiedad, comenzando con distintas evasivas. Que producida la rotura de la relación convivencial la echaron de la casa en donde vivía, no pudiendo llevarse ninguna de sus pertenencias, menos aún el vehículo de su propiedad y la documentación que suscribiera con el Sr. Jorge Horacio Di Cristofaro. Expone que, pese a los reiterados reclamos que le hiciera al Sr. Francucci para que le devolviera, sus efectos personales y en especial su automóvil, averiguó que el mismo se lo había hecho transferir a nombre de su hija, Gloria Rocío de Valle Francucci, con domicilio en Av. Eva Perón N° 1502 de la ciudad de Leones. Que ante esta situación formuló denuncia criminal ante la Fiscalía de Instrucción de esta ciudad de Marcos Juárez. Manifiesta que el actor es una persona que posee diversas causas penales en su contra, a saber: 1) Ante la Cámara en lo Criminal y Correccional de la ciudad de Bell Ville, en los autos caratulados: a.- Francucci, Javier Emilio y otro como presuntos autores del delito de Encubrimiento Agravado (art. 45 y 277 inc. 3 0, apartado C del Código Penal) (SAC 2317413), causa en la cual estuvo privado de su libertad a orden de la Fiscalía de Instrucción de la ciudad de Marcos Juárez, b.- Francucci, Javier Emilio p.s.a del delito de encubrimiento agravado (SAC
699939); 2) Ante el Juzgado Federal de la ciudad de Quilmes en los autos caratulados: a.- "Gambuzza, Miguel Angel, López, Gustavo Enrique y Francucci, Javier Emilio s/uso de documento público falso, etc." (expte. FLP 74000886/2013); 3) En la Fiscalía de Instrucción de Junín, provincia de Buenos Aires, desconociendo como se encuentra caratulada la misma, causa en la cual también estuvo privado de su libertad; 4) Ante la Fiscalía de Instrucción de la ciudad de Marcos Juárez la denuncia por ella formulada; 5) Ante el Juzgado en lo Penal de Sentencia de la ciudad de Rosario en los autos caratulados "FRANCUCCI, JAVIER EMILIO p.s.a. DEL DELITO REPRIMIDO POR EL ART. 289 INC. 3° DEL C. PENAL" (Sumario N° 675/2013), en donde realizó una suspensión de juicio a prueba. Continua relatando que, el Señor Juez de Control de esta ciudad de Marcos Juárez, en el mes de febrero de 2017 dictó la Resolución mediante la cual resolvió su exclusión del hogar y la prohibición de contacto recíproco; la obligación de parte del actor de proceder a la devolución de los muebles de propiedad de su poderdante, situación que al día de la fecha no ha realizado y estableció una cuota -asistencial a su favor y sus hijos en la suma de pesos veinte mil mensuales por el transcurso de seis meses. Que, pese a encontrarse firme dicha resolución el actor no ha cumplido, desobedeciendo lo resuelto por el Señor Juez de Control. Expresa que, después de atar cabos y al ver el nombre de las personas que fueron detenidas por la Fiscalía Federal de Instrucción de la ciudad de Bell Ville, quien es la que lleva adelante la investigación por su secuestro y relacionando el nombre de las personas imputadas y que fueron detenidas, se da cuenta que en
reiteradas oportunidades las mismas, o algunas de ellas fueron con el actor a cenar a la casa donde vivía para supuestamente hacer negocios, por tal motivo piensa lo que piensa. Dice que, el actor no posee ningún taller mecánico a su nombre ni se encuentra inscripto en Afip ni en Anses, donde va a realizar sus actividades pertenece a Servicio Mecánico Diesel S.R.L., por lo que es una gran mentira que tenga un taller mecánico a su nombre y no puede justificar ningún ingreso legal. Por ultimo expresa que, el actor en su demanda expresa que ha sido agraviado y manchado su nombre, a que agravio o daño se refiere, ya que se trata de una persona que fue detenida en varias oportunidades y posee un montón de causas penales en su contra; o se refiere a que no tiene ninguna actividad que se desarrolle de acuerdo a las normativas en vigencia, ya que carece de alguna inscripción ante Afip o Anses, evidentemente que alguien dude si existía alguna connivencia entre los detenidos o algunos de ellos ya que venían con el actor a su casa a comer, a esta persona con estas calidades no le puede producir ningún tipo de daño. Por lo que expone solicita el rechazo de la demanda con especial imposición de costas a cargo de la contraria.- Remitida la causa a mediación (f. 65), la coordinadora del centro judicial de mediación informa la conclusión del proceso en virtud de la incomparecencia injustificada de Javier Emilio Francucci y María Gabriela Oliveto (f. 70).- Abierta a prueba la causa (f. 75), el actor ofrece la que hace a su derecho (f. 116) consistiendo en: instrumental, informativa y testimonial. A su turno la demandada hace lo propio (f. 179),
consistiendo en documental, instrumental e informativa. Clausurado el periodo probatorio (f. 205), se corre traslado para alegar (f. 207), que evacuan las partes según constancias de autos (véase operaciones “alegatos-presenta” de fecha 20/10/2021 y 30/10/2020).- Dictado, firme y consentido el decreto de autos (véase operación “decreto de autos” de fecha 06/11/2021), quedan los presentes en condiciones de ser resueltos.- Y CONSIDERANDO: I.- Litis. Javier Emilio Francucci interpone demanda de daños y perjuicios en contra de la Sra. María Gabriela Oliveto, por ser responsable de los daños y perjuicios producidos a su persona tras haber realizado declaraciones injuriantes y calumniosas en distintos medios de comunicación. Reclama en concepto de daño moral la suma de pesos seiscientos cincuenta mil ($650.000,00) o lo que en más o en menos estime el Tribunal. Por su parte, la accionada contesta la demanda, negando todos y cada uno de los hechos invocados por la parte actora.- Así ha quedado trabada la litis.- II.- Injurias. Configuración. Conceptualización. Se reclama en autos el daño sufrido por el actor, con motivo de las presuntas injurias que le propinara la accionada en diversos medios de difusión masiva, afectándole moralmente. Sabido es que el daño moral “es la lesión sufrida por una persona en sus derechos extrapatrimoniales, que tiene naturaleza eminentemente subjetiva e importa una lesión a afecciones legítimas, como pueden ser la paz, la tranquilidad de espíritu, la libertad individual, el honor, la integridad física, las afecciones familiares, etc.” (Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de 5a Nominación de Córdoba- 29/07/2005 - M., F. M. c. Benavente,
Alfonso - Publicado en: LLC 2005 (octubre), 1019).- Así, también debe decirse que actitud injuriosa es toda aquella manifestación personal, sea mediante palabra oral o escrita como también gesticulaciones y un sinnúmero de acciones más, que atentando contra el honor de una persona provoquen en ésta una lesión ya de la autovaloración como así también de la reputación que la misma goce en la comunidad en que se encuentra inserta (deshonra y desacreditación).- Resulta así el honor un derecho de carácter personalísimo, definido por el Diccionario de la Lengua Española como la “…cualidad moral que nos lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo.” De Cupis expresa que es la dignidad personal reflejada en la consideración de los terceros y en el sentimiento de la persona misma (De Cupis, A., I diritti della personalitá, Milano, 1959, p. 83). “Se suelen distinguir dos aspectos del honor, el honor subjetivo que está dado por la autovaloración , el íntimo sentimiento que cada persona tiene de la propia dignidad y la de su familia, al margen de sus defectos y flaquezas, y el honor objetivo que es el buen nombre y la buena reputación objetivamente adquiridos por la virtud y el mérito de la persona o de la familia de que se trate, dentro del marco de sociabilidad del ser humano, es decir, la estimación ajena, fama o reputación.” (Mosset Iturraspe, Jorge, Responsabilidad por daños, t. II-B, N° 240, p. 232). El primero de estos aspectos aparece como una cualidad o atributo invariable que es común e inherente a todos los seres humanos en razón de su condición de tales, de modo que no es admisible la existencia de personas
carentes de honor subjetivo jurídicamente tutelable, o privadas de honor por causa de infamia, toda vez que a ninguna persona puede serle desconocida su propia dignidad como tal, sin perjuicio de que las circunstancias de hecho de cada caso puedan ser tenidas en cuenta para apreciar si ha existido o no menoscabo de la reputación; esto, a los fines de valorar la entidad del perjuicio reparable. En cuanto al honor objetivo hay, en cambio, mucho de contingente y convencional, pues resulta preponderante de la conducta de cada individuo, y su apreciación depende de la opinión ajena y de las costumbres y culturas de cada época y de cada país. No obstante, desde el punto de vista normativo, esta clasificación didáctica carece de trascendencia, pues tanto la lesión a un aspecto como a otro recibe la misma sanción (conf. Julio César Rivera, Gustavo Giatti y Juan Ignacio Alonso, La cuantificación del daño moral en los casos de lesión al honor, la intimidad y la imagen, Revista de Derecho Privado y Comunitario, 2006-2, ps. 404/405).- La indemnización de consecuencias no patrimoniales reviste protección normativa en el art. 1741 del C.C.C..- Existe consenso doctrinario y jurisprudencial que para la procedencia de la acción resarcitoria por injurias basta con la culpa del autor de las ofensas. “El daño moral habrá de ser resarcido si el actuar culposo o doloso del responsable ha generado en la víctima un padecimiento o inquietud de cierta entidad, que real y efectivamente afecte su ánimo o sus sentimientos.” (Trigo Represas – López Mesa –Tratado de la Responsabilidad Civil, Tomo I, La Ley, pag. 505, año 2005).- “Sostenemos, con la doctrina dominante, que la tutela que brinda la
ley civil es más amplia que la emergente de los supuestos tipificados por el Código Penal y que, por lo tanto, procede la reparación de daños “provocados por conductas que atacan al honor, aun cuando no encuadren en el tipo penal” (Kemelmajer de Carlucci) En materia penal se requiere que exista dolo para que se consume el tipo delictivo. En cambio, la cuestión es diferente en el ámbito de responsabilidad civil, por cuanto aun la conducta culposa ….que desacredita o deshonra, genera obligación de indemnizar.” (Pizarro- Vallespinos, Instituciones de derecho privado. Obligaciones, Tomo 4, Hammurabi, pag. 365, año 2008).- Reclamado que fuera el daño moral con motivo de una acción antijurídica, el mismo “…no requiere de una prueba directa de su existencia y entidad, ya que se manifiesta ·in re ipsa·, es decir por la propia calidad de la conducta y la condición del afectado que permiten inferir la trascendencia del agravio espiritual padecido.” (T. Represas – L. Mesa, obra citada, pag. 544).- III.- Presupuestos de la responsabilidad civil.- Sabido es que responder significa dar a cada uno cuenta de sus actos. La conducta de los individuos se traduce en actos unilaterales o bilaterales que a su vez producen una modificación del mundo exterior. Cuando la alteración ocasionada por un acto unilateral constituye la violación de un deber moral o jurídico, y menoscabándose el interés ajeno se invade la órbita de actuación de otro, se produce en el sujeto pasivo del acto una reacción desfavorable que se traduce en una insatisfacción. El autor de la alteración (dañador) se halla frente a la víctima en actitud de dar respuesta a la perentoria exigencia de ésta. El
autor debe responder entonces de su acto lesivo cumpliendo la sanción que le viene impuesta consecuentemente (Cfr. Jorge Bustamante Alsina, Teoría General de la Responsabilidad Civil, Novena Edic., Edit. Abeledo-Perrot, pág. 71 y ss.).- El problema de la reparación del daño causado a otro constituye una cuestión de responsabilidad civil, sea que el daño se hubiere originado en el incumplimiento de un contrato, o resulte de un acto ilícito, siendo elementos comunes a ambos: a) antijuridicidad, b) daño, c) relación de causalidad entre el daño y el hecho, y d) factores de imputabilidad o atribución legal de responsabilidad.- Nuestro Código Civil y Comercial prevé en su art. 1716 la reparación del daño causado a consecuencia de la violación del deber de no dañar o el incumplimiento de una obligación. Conforme lo establece el art. 1717 C. C.C. cualquier acción y omisión que causa un daño a otro es antijurídica sino está justificada. En tal orden, la imputación puede hacerse en base a un factor de atribución subjetivo (culpa o dolo – art. 1724 CCC) u objetivo (riesgo, garantía, equidad, abuso del derecho, etc. – art. 1723 CCC). El nexo entre el daño y el agente lo constituye la relación de causalidad pues el daño debe constituir una derivación causal del hecho u omisión para engendrar responsabilidad civil. De lo expuesto se deduce que los elementos de la responsabilidad son: antijuridicidad, daño, imputabilidad y relación causal, y tales presupuestos deben ser acreditados convenientemente en la causa a fin de obtener la reparación del perjuicio. Sentado lo expuesto corresponde pasar al análisis de la prueba rendida a los fines de determinar la procedencia o no de la acción entablada.-
IV.- Prueba en el proceso de daños. Configuración y cuantificación del daño moral. Sabido es que el tema de la prueba en el juicio de daños, se caracteriza por tener una íntima conexión con el derecho de fondo. Dentro de esa perspectiva, cabe destacar que el eje de la responsabilidad está constituido por la producción de un daño injusto. Así podemos concluir, que los elementos básicos que deben ser objeto de prueba son los anteriormente sindicados como presupuestos de la responsabilidad civil (hecho, daño, causalidad, legitimación, factor de atribución).- Sin dejar de desconocer la vigencia de algunas presunciones legales y judiciales que trasladan el peso de la prueba al adversario, de conformidad con un principio tradicional, pesa sobre el actor la prueba de los requisitos condicionantes de la responsabilidad del demandado. “Mientras que la actora no pruebe los hechos fundantes de la demanda, la otra parte puede limitarse simplemente a negar” (Rep. ED., 20, A-540, CN Esp. C. C., Sala 4°, 25/08/83).- Ante la ausencia de prueba eficaz, debido a que no se ha rendido prueba sobre extremos esenciales de la responsabilidad o bien, la prueba diligenciada no es suficiente para formar la convicción del magistrado, corresponde examinar quién debía acreditar el elemento ausente (teoría de la carga de la prueba), y si el onus probandi pesaba sobre el actor, deberá rechazarse su pretensión. Destaca el jurisconsulto Devis Echandía que “las reglas sobre la carga de la prueba sólo adquieren significación ante la ausencia de prueba eficaz (suficiente), es decir, en la hipótesis de duda, pues entonces el magistrado debe fallar contra quien debía probar y no lo hizo” (Teoría General de la Prueba Judicial, T. 1, pág.
426).- Por tanto, no comparto irrestrictamente la opinión según la cual rige en el derecho de daños un principio prodamnato que obliga a interpretar a favor de la víctima, de la parte económicamente o técnicamente más débil. Este pensamiento que podría esbozarse como “en la duda debe estarse a favor de la víctima”, puede ser utilizado para aminorar el rigor de la prueba a cargo de quien alega ser damnificado, pero delimitado el campo de lo que debe ser objeto inexorable de prueba por el actor, la duda en el tema debe revertir en su contra.- En autos ha quedado acreditada la existencia de las manifestaciones injuriosas -aunque con diferentes opiniones sobre su alcance y efecto- vertidas por la Sra. María Gabriela Oliveto respecto al actor, Sr. Javier Emilio Francucci. Así se desprende de los propios dichos de la accionada en ocasión de una entrevista publicada por el diario La Voz del Interior (ff. 4/5 y 146) y reproducida por el periódico Nuevo Día, de la ciudad de Leones (f. 149): “Varios de los acusados de mi secuestro cenaban en mi casa con Francucci… El me hizo mucho mal. Es una mala persona. Estuve a su lado en su momento y me equivoqué. Nos separamos tras el secuestro y, aun así, me siguió haciendo mal en lo psicológico y en lo económico. Me estafó.” (…) “¿Que si tuvo algo que ver con todo esto? No lo sé… Tengo sospechas, pero no pruebas. Se lo dije al juez, pero esa gente, los de Marcos Juárez, cenaban en mí, por entonces, casa con él. Hablaban de negocios que no entendía. Cuando yo pasaba cerca, hablaban en código, para que no entienda.” (…) “El secuestro marcó un antes y un después en mi vida. Ya nada es igual, todo cambió. Hubo mucha
traición, mucha miseria, mucha gente que parecía buena y se volvió mala.” (…) “Por suerte, me separé de él y hoy estoy bien. También cambié de amigos, estoy rodeada de gente buena.” En el programa Leonense TV (programa 62) emitido por televisora regional Unimar S.A., cuya desgrabación fuera objeto de audiencia de f. 161 se pueden extraer de relevancia para la cuestión que se trata, los siguientes dichos de relevancia para el caso que se trata en autos: vuelve a estar mi cara al lado de …, lo bueno y lo malo; vivía en la casa del terror; fui victima no solo de una banda mafiosa sino de todo un contexto en el que yo vivía inmersa, de miseria humana y de personajes que cuando cayeron las caretas eran personajes macabros y yo estaba inmersa en ese ámbito tremendo; no tengo pruebas para dar a la fiscalía pero los hechos que fueron sucediéndose en mi vida en este año a partir del secuestro relacionados directamente con él hacen que yo dude, que tenga un duda tremenda adentro mío, no tengo pruebas pero adentro mío yo siento que inclusive no solo formó parte sino que fue autor de la idea; en la brigada antisecuestro me advertían que estaba viviendo con un personaje tremendo, que no debía volver a esa casa; cuando yo empecé a ver las cosas el odio de él hacía mí fue tremendo, empezaron las estafas, los robos, la manipulación, el sadismo apareció una persona que yo no conocía, él y su entorno familiar, su entorno intimo de amistades, de gente con la que el se rodea yo les digo los soldaditos Francucci, un ejército pago; relacionado con el secuestro esa gente frecuentaba la casa, el taller, era hablar habitualmente; había mucha miseria humana alrededor mío, lo traicionero, lo tremendo, lo bajo, lo malo, quedó allá; yo tenía una
visión de mi pareja, pero era otra persona, que lo demostró a la semana del secuestro, fue la casa del terror; me dejaron en la calle, me robaron todo; entendí lo que es la maldad, la maldad existe y tiene nombre y apellido. No es un hecho menor que concluye la periodista agradeciéndole ser elegida como medio para realizar su nota, denotando ello la intencionalidad de hacer públicos los aspectos que resalta en la entrevista. La responsable del noticiero, presta testimonio a f. 139, María Paula Ramazzotti, afirmaba ser la conductora del programa televisivo que salía los lunes o martes a la 21.00 hs., una vez por semana por el canal de You tuve (así lo refiere) y lo colgaban en la página del Facebook.- Señalaba haberle hecho dos entrevistas a Gabriela (Oliveto), “la primera fue a dos o tres días de haber aparecido del secuestro y la segunda un tiempo después, para saber cómo se encontraba ella. Las expresiones “la casa de la maldad” no recuerdo y “la maldad” creo que sí, no estoy segura.- Las dos entrevistas fueron completamente diferentes, en la primera Gabriela estaba muy confundida, venía de estar secuestrada. En esa entrevista indujo que Francucci no tenía nada que ver, incluso estaba en su casa con él. En la segunda entrevista si, explicó que creía haberse dado cuenta que Francucci había tenido algo que ver con su secuestro”.- “No dijo me secuestró Francucci, eran todas suposiciones…” (…) “…yo si entendí que Francucci había cometido robos, la verdad que de haberla estafado no recuerdo”.- Preguntada la testigo si Francucci es una persona de honorabilidad en el pueblo, contestó: “Hay gente que lo ama y gente que lo odia”.-
Ricardo Núñez nos dice que es injuriosa sólo la conducta que significa algo que, con arreglo a las ideas de la comunidad de que se trata, puede deshonrar o desacreditar a un tercero. De esta manera, si bien la injuria es un ataque a la estimación propia o ajena, este ataque solo es injurioso en tanto que la estimación particular de los valores constitutivos de la personalidad y la de su ofensa coincidan con las valoraciones de la comunidad. En otras palabras, no todo lo que el ofendido aprecie como cualidad valiosa es algo defendible a título de honor; ni todo lo que el ofendido vea como una ofensa a las cualidades que se atribuye es una injuria por deshonra; ni todo lo que un tercero aprecie como una cualidad valiosa en la víctima es honor; ni todo lo que para el tercero aminore su aprecio de la víctima es una injuria por descrédito. Sólo lo son en la medida que las valoraciones de la sociedad lo permiten. El valor significativo de las acciones (y omisiones), como modos de expresar la injuria, es totalmente relativo. Depende, en primer lugar, de las ideas de cada época y lugar sobre los valores de la personalidad y su ofensa. En segundo lugar, depende de las circunstancias de personas (la frase que dirigida a un amigo no es insultante, lo puede ser si está enderezada a extraños; lo que es ofensivo para un adulto puede no serlo para un niño o para un incapaz), lugar (lo que no es agraviante en privado, lo puede ser en público o frente a extraños; lo que es ofensivo en un ambiente universitario, puede no serlo en el burdel), u ocasión (lo que no es agraviante durante los festejos de carnaval, lo puede ser en otro momento); y también, muchas veces, frente a medios expresivos susceptibles de ser usados con más de un significado, el valor depende
del designio del autor. El maestro Carrara nos enseñaba que “…las palabras tienen tanta elasticidad que a veces con la misma palabra se ofende seriamente el honor de un individuo, en tanto que con otras no se lesiona, e, incluso, se hace su elogio. Esto depende del hecho de que toda palabra puede variar en el concepto que expresa según la ocasión o el contexto del discurso” (Opuscoli di diritto criminale, vol.III (3°. Ed.), pág. 317 y 318). En este orden de ideas, tengo para mí que, por el lugar en que se dijeron, por la persona que lo dijo y por la persona injuriada, las palabras no fueron expresadas con el sólo ánimo de descargar un sentimiento de ira o de odio u encono; fueron dirigidas expresamente a ofender, a herir, a agraviar, a ultrajar.- Para tener por consumada la injuria, basta una conducta que, con arreglo a las circunstancias, tenga capacidad para lesionar la honra o el crédito ajeno. No es necesario que se haya producido la mortificación de la víctima. Como dice Carrara, “…basta el solo dolor moral del ofendido”, el cual “…es un resultado que con seguridad se logra con cualquier injuria, aunque sea despreciada por los terceros, porque no puede existir un hombre tan estoico como para permanecer insensible ante el propio vilipendio”.(Conf. C5aCC Cba. 29.07.05. Sent. N° 128 in re Manzur c Benavente, Diario Jurídico de Córdoba, Año 4 – N° 780) Claramente se infiere de los dichos de la demandada, la intención de deshonrar, de menospreciar, mediante declaraciones disvaliosas, ofensivas e injuriosas, con aptitud suficiente para afectar la autoestima y reputación de un hombre medio, afectando tanto el honor subjetivo (sustentado en la propia estimación de cada sujeto), como el objetivo
(concepto que los terceros hayan tenido sobre su personalidad), sin perjuicio de la prueba que se presente para su cuantificación, aspectos a analizar infra. Se tiene especial consideración para entender así la procedencia del daño moral en autos, que los dichos de la demandada –exconviviente del actor- fueron vertidas en medios de amplia difusión en la provincia (La Voz del Interior, con una tirada de 29.000 ejemplares del día de la publicación – ver f. 145), como en la región donde el actor reside (Periódico Nuevo Dia de la ciudad de Leones y Televisora Regional Unimar). Indudablemente, la alegación en diversos medios públicos, de ser autor de hechos delictivos de suma gravedad, resulta pasible de repercutir psíquicamente en el sujeto pasivo en forma de sufrimiento, de producir alteraciones a la tranquilidad espiritual, causante en definitiva de daño moral. A criterio del suscripto mediante los dichos de la demandada, se encuentra vulnerado el derecho a la honra y a la reputación, derecho a la dignidad en definitiva, tutelado en el art. 19 de la Constitución Nacional y a nivel convencional en el artículo12 de la Declaración de Universal de Derecho Humanos de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en punto a que “nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques”, y en el artículo undécimo primero de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa
Rica), la que en protección de la honra y de la dignidad estatuye que: “…2° Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación; 3° Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos ataques”. Ha quedado acreditada la existencia de antecedentes penales en la persona del actor, imputaciones en estado de citación a juicio (f. 202) y con suspensión de juicio a prueba (ff.197/199). No obstante ello y los demás antecedentes que pudiere tener el actor, se entiende en doctrina que se comparte que nadie tiene derecho a ofender o desacreditar a nadie. "A veces resulta injuriante el señalamiento de calidades verdaderamente poseídas por el sujeto pasivo (decirle delincuente a quien fue condenado por un delito; fea o petiso a quienes resultan que lo son), ya que la injuria consiste aquí en el conocimiento de la significación ofensiva de la expresión o actitud y su voluntad de concretarla; no requiriendo que su destinatario se sienta deshonrado ni que haya sufrido un menoscabo en su reputación; consumándose en el momento en que la expresión a actitud llega a conocimiento del sujeto pasivo o de terceros." (Laje Anaya – Gavier – Notas al Código Penal Argentino, T. II, Parte Especial, p. 108).- Jurisprudencialmente se ha expuesto que la certeza de la existencia del daño moral y la medida de su reparación son fundamentalmente fruto de un juicio de razonable probabilidad, basado en reglas de experiencias de vida emergentes de la reacción espiritual que es supuesta en la víctima y de la aptitud que ha tenido la agresión para
producirla, además de la prueba directa que, según la situación, fuese posible aportar por añadidura. Esto no significa que el daño pueda presumirse, sino que es a través principalmente de la prueba de presunciones que cabe inferir su concurrencia, siendo la demostración indirecta tan legítima como la que no lo es (conf. CNCiv., sala J, 3-7- 2002 cit. por Rivera, Giatti y Alonso, en Revista de Derecho Privado y comunitario ref. supra, p. 419). Con la certeza de la producción del daño, resta entonces pasar a su cuantificación; reclama el actor la suma de pesos Seiscientos cincuenta mil ($650.000).- Sabido es que no cabe indemnizar perjuicios meramente eventuales o hipotéticos, de modo que el daño indemnizable debe ser cierto, real, efectivo y actual. “La noción de daño resarcible se vincula con un hecho lesivo que debe ser su causa adecuada e imputable a otra persona..... Ningún perjuicio se indemniza en el vacío, sino en vista de un concreto antecedente fáctico respecto del cual se investigan los presupuestos de resarcibilidad...” (Matilde Zavala de González, Resarcimiento de Daños, vol 3, Edit. Hammurabi, pág. 155).- La certeza del daño o realidad del mismo atañe no sólo a su existencia, sino también a su composición. Por tanto, no bastaría la prueba de que se han producido daños, si se ignora qué circunstancias, modalidades y gravedad revisten. “Es decir, la carga probatoria sobre el daño debe satisfacerse en concreto, y no de un modo vago, genérico, e impreciso” (Matilde Zavala de González, Ob. Cit., pág. 181).- El actor en los presentes afirma haber sufrido un daño moral, no obstante ningún elemento probatorio que permita inferir como llega a la suma reclamada ha sido materia de
prueba. No se ha ofrecido -ni producido obviamente- la prueba pericial idónea en el caso que es la pericia psicológica, medio probatorio eficaz a los fines de demostrar los extremos invocados, y que en casos como en el presente se torna insoslayable; tampoco se ha acreditado el padecimiento que se dice haber sufrido al menos testimonialmente por personas allegadas que dieran cuenta de ello. En síntesis, ninguna prueba se ha acompañado que permita al suscripto arribar a la suma reclamada.- En este contexto de orfandad probatoria, como en muchos casos de daño moral, resulta sumamente dificultoso determinar la reparación, dado que los intereses extrapatrimoniales afectados y la espiritualidad quebrantada no tienen una exacta traducción económica, a lo cual debe adicionarse que las perturbaciones anímicas suelen quedar en el fuero íntimo del damnificado, de modo que la cuantificación del daño moral pasa a depender preponderantemente del arbitrio judicial, el cual debe asentarse en un criterio de prudencia, razonabilidad y equidad, entonces para establecer el quantum del daño moral deben ponderarse por sobre todas las cosas, su carácter reparador, la gravedad del hecho y los padecimientos soportados por el afectado (conf. Revista de Derecho Privado cit. supra, p. 417/4180).- Así, en afrentas a la dignidad se aplican reglas presuncionales, en cuya virtud el daño moral se prueba mediante inferencias a partir de la gravedad de la ofensa y las circunstancias de la víctima, sin necesidad de demostración sobre la alteración anímica sufrida por el afectado (Zavala de González, Matilde, “Doctrina Judicial - Solución de casos”, Alveroni, Córdoba, 2010, p. 95).
En el mismo sentido lo ha entendido la jurisprudencia diciendo que “el daño moral padecido en casos de lesión a derechos personalísimos surge in re ipsa del propio hecho antijurídico, sin que deba exigirse el aporte de otras pruebas, correspondiendo a la responsable la destrucción de tal presunción a través de la prueba de alguna situación objetiva que la excluya” (CNCiv., Sala B, 16/05/2005, DJ 2005-3- 186). Explica Zabala de González que la ponderación del monto a resarcir, deberá realizarse siempre que las circunstancias referidas, puedan operar como “indicios extrínsecos que permitan inferir la existencia del perjuicio moral y su magnitud, bajo la óptica de la ‘sensibilidad del hombre medio, de la cual el magistrado representa el intérprete más seguro’, pero sin descuidar al hombre ‘real’ ya que la apreciación de todo daño debe hacerse en concreto, no en abstracto” (Zavala de González, Matilde, “Resarcimiento de Daños. Daños a las personas”, Vol, 2ª., pág. 466, Ed. Hammurabi, Bs. As., año 1990). Tal como lo tiene resuelto nuestro Excmo. Tribunal Superior de Justicia, en virtud del principio de individualización del daño, se requiere que, en su valoración, se meriten todas las circunstancias del caso, tanto las de naturaleza subjetiva (situación personal de la víctima), como las objetivas (índole del hecho lesivo, y sus repercusiones).” (Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba, sala civil y comercial- Fecha: 10/04/2001 - Partes: B., L. E. c. Montoto de Spila, Marta - LLC 2002, 56). Se reitera que en virtud de la orfandad probatoria no puede estimarse más que presuncionalmente, las circunstancias personales, más si
puede recomponerse el daño a partir de su estimación conforme la índole del hecho lesivo, esto es las circunstancias objetivas que enmarcan el caso, a partir del impacto presumido en el hombre medio. En tal orden se ha resuelto que constituye otro elemento objetivo a valorar en orden a determinar el monto resarcitorio por daño moral por expresiones agraviantes, la difusión que han tenido, pues ello posee incidencia en la extensión del daño moral padecido y -por la misma razón- en la cuantificación de su indemnización. De allí que, una misma injuria podrá afectar tanto al honor como a la reputación de una persona, empero -en la generalidad de los casos- el daño que genere en esta última, es decir, en la valoración de los otros, será mayor que el que se ciña al autoestima, pues aquél trasciende a éste.( conf. H., O. F. vs. P., L. y otro s. Abreviado /// CCC 1ª, Córdoba, Córdoba; 27/03/2018; Rubinzal Online; RC J 2895/18) Con los parámetros analizados, teniendo en cuenta especialmente el lugar donde se desarrollaron los hechos (una comunidad relativamente pequeña como la ciudad de Leones), las injurias vertidas, la difusión de las mismas en medios de alcance provincial, regional y local, la inexistencia de retractación (por lo cual se rechaza la pretensión de publicación), las satisfacciones sustitutivas y compensatorias que puede procurar la suma reconocida y parámetros de resoluciones precedentes (Sent. N° 484 del 17-9-99, dictada in re: “Cuello Octavio Severo c/ Alberto Gallego - Daños y perjuicios”. Juzgado de 1° inst. y 38° Nom. en lo Civ. y Com. de la Ciudad de Córdoba; Sent. Nro.325 26 junio de 2.000 dictada in re: “Ruiz de Tapia Rosario del Valle c/ Libertad S.A. Ordinario”. Juzgado de 1° Inst. y 27° Nom. en lo Civil y
Comercial de la Ciudad de Córdoba; “C1a CyC Cba. Sent. N° 64. 28/05/19. "S. D. A. c. C. B. M. - Ordinario - Daños y Perj. - Otras formas de respons. Extracontractual - Recurso de apelación”; “P. S. M. c/ C. O. A. s/ daños y perjuicios- Tribunal: Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Azul- Sala/Juzgado: II - Fecha: 19-feb- 2015 - Cita: MJ-JU-M-91363-AR | MJJ91363 | MJJ91363”; Bobatto, Diego Oscar vs. Barrera, Iván s. Ordinario - Daños y perjuicios - Otras formas de responsabilidad extracontractual - CCC 7ª, Córdoba, Córdoba; 17/07/2012; Rubinzal Online; 1958294/36; RC J 6931/12; López, Gladys Mabel vs. Sasia, Walter Gerardo s. Daños y perjuicios por afectación a la dignidad - CCC Sala II, Azul, Buenos Aires; 06/04/2021; Rubinzal Online; 65805; RC J 2655/21), hacen que estime justo y equitativo establecer en concepto de daño moral, a favor del accionante, la suma de Pesos doscientos mil ( $ 200.000.-).- VI.- Intereses.- Los intereses moratorios, que se encuentran destinados a indemnizar el daño producido por el cumplimiento tardío de la prestación indemnizatoria, se deben a partir de la carta documento de f. 6, esto es el día 15 de enero de 2018, por medio de la cual el actor hacía conocer su intención de demandar por daños y perjuicios. Al efecto se aplicará la tasa pasiva promedio mensual que publica el BCRA con más un plus del 2 % nominal mensual, hasta el efectivo pago.- VII.- Costas.- Las costas se imponen a la demandada que resulta vencida, Sra. María Gabriela Oliveto, en virtud del principio objetivo de la derrota (art. 130 C.P.C.C.) y de la reparación integral a la víctima. Cabe destacar que tal imposición se efectúa más allá que la
demanda no prospera por el monto total reclamado, por cuanto sabido es por una parte, la dificultad en que se encuentra la parte al estimar el daño moral, y de otro costado el arbitrio judicial al que se somete el accionante al demandar.- VIII.- Honorarios. A los fines de establecer los honorarios que corresponden al letrado de la parte actora, la base regulatoria se encuentra dada por el monto de la sentencia (artículo 31, inc. 1º, de la ley 9459). Así, en el caso del Dr. Lucas Montenegro, la base económica se encuentra dada por la sumatoria del importe por la cual prospera la demanda más los intereses, suma que se erige como base económica ($ 742.634.67). Sobre este importe, corresponde aplicar el mínimo del 20% de la escala a) del art. 36 de la ley 9459, habida cuenta del parcial éxito obtenido (artículo 39 Ley 9459). Efectuados los cálculos aritméticos del caso corresponde regular la suma de Pesos ciento cuarenta y ocho mil quinientos veintiséis ($ 148.526) en concepto de honorarios profesionales a favor del precitado letrado.- No se regulan los honorarios de los abogados de la parte demandada, atento lo dispuesto por el artículo 26 -contrario sensu- de la Ley 9459.- Por todo lo expuesto, normas legales citadas y haciendo presente que el resto de las pruebas rendidas, debidamente valoradas, en nada modifican las conclusiones a las que se arriba.- RESUELVO: 1°) Hacer lugar parcialmente a la demanda incoada por el Sr. Javier Emilio Francucci en contra de la Sra. María Gabriela Oliveto, condenándola a la accionada a pagar al actor en el término de diez días y bajo apercibimiento, la suma de Pesos Doscientos mil ( $
200.000.-) en concepto de daño moral, todo con más los intereses establecidos en el considerando pertinente.- 2°)Imponer las costas a la demandada.- 3°) Regular los honorarios del Dr. Lucas Montenegro en la suma de pesos ciento cuarenta y ocho mil quinientos veintiséis ( $ 148.526).- Protocolícese y hágase saber.-
EXPEDIENTE SAC: 7144385 - FRANCUCCI, JAVIER EMILIO C/ OLIVETO, MARÍA GABRIELA - ORDINARIO
CERTIFICO:Que la copia que antecede se corresponde con la contenida en el
Protocolo de Sentencias del Tribunal, Resolución N° 174, año 2021, Tomo 3, Folio 646/661, dictada en el marco de las actuaciones caratuladas FRANCUCCI, JAVIER EMILIO C/ OLIVETO, MARÍA GABRIELA – ORDINARIO, Expte. 7144385, que tramitan ante este Juzgado de Primera Instancia y Primera Nominación en lo Civil, Comercial, de Conciliación y de Familia de la ciudad de Marcos Juárez, Provincia de Córdoba. Asimismo, se deja constancia que la Sentencia N° 174 del 02/12/2021, cuya copia se certifica, a la fecha, se encuentra firme. Oficina: 19/09/2022.-
Firmado digitalmente por
SAAVEDRA SAAVEDRA Virginia Del Valle Virginia Del Valle Fecha: 2022.09.19 10:52:10 -03'00'
Introducción al derecho internacional privado: Tomo III: Conflictos de jurisdicciones, arbitraje internacional y sujetos de las relaciones privadas internacionales