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en el lenguaje.
¿ D eb e elev arse, p ues, d efinitiv amente a co nsigna que la antigua
gramática requiere de hecho una refo rma en el sentid o de una re-
suelta teoría de la situación en el lenguaje? Mi respuesta es: hay un
límite inmanente que tienen que respetar to d o s los aficio nad o s a
refo rmas. Pues tan innegable co mo la situació n verbal co ncreta es
el o tro hecho de que hay decires ampliamente ajenos a una situación
que hay en el mund o , po r ejemp lo , libro s entero s que están lleno s
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Yo mismo me siento corresponsable, no de su concepción (que pertenece
íntegramente al estimado autor), pero sí de la edición del instructivo libro; fue
menester convencer a G ardiner de publicar en forma conclusa lo que había ma-
durado lentamente, y no he dejado de hacerlo cuando se me presentaba una
ocasión. En el libro mismo se han añadido después otras muchas cosas que yo
no conocía de palabra. V olveremos en otros lugares al libro de Gardiner y ten-
dremos que aprender mucho de él. zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPON
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d e decires ajeno s a una situació n. Y el que examina a fo nd o de un
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mo d o igualmente imparcial ese hecho del decir ajeno a toda situació n
encuentra, en caso de que salga del aula de un teó rico de la situació n
decidido, en p rimer lugar, mo tivo para un aso mbro filo só fico so bre
la po sibilidad de lo fáctico . Y luego , si no p ersiste tercamente en el
dogma de que aquel análisis causal que ha aprend id o allízyxwvutsrqponmlkjih
tiene que
bastar, sino que llega a co nsid erar, guiado po r las co sas, frases ajenas
a toda situació n, co mo « Ro m a está so bre siete co linas» o « d o s por
dos son cuatro » , v o lv erá ind efectiblemente al carril de la antigua y
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uno et otro
F lG . 1.
Teoría del lenguaje 45 zyxwvuts
1.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Consideraciones causales insuficientes de los especialistas
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Este ejemplo de la lluvia se discute en el interesante libro de Alan Gar-
diner,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCB
The theory of speech and language, 1932. A seguro con gusto al ilustre
autor que lo he discutido en el encerado, a propósito del esquema de los tres
fundamentos, en 1931, en Londres, sin saber que él lo había apuntado ya diez
años antes. Tal vez el clima de Londres sea responsable de la uniformidad de la
elección de ejemplo. El esquema mismo de los tres fundamentos no es de nin-
guno de nosotros dos, sino que fue concebido por primera vez por Platón, en la
medida en que un lógico podría inferirlo de la conjetura platónica. Cuando lo
hice en 1918, en el ensayo Kritische M usterung der neueren Theorien des Satzes
(Indog. Jahrbuch, 6), no pensaba tampoco en Platón, sino, como G ardiner, en
la cosa, y veía ante mí el modelo. Los títulos de mis dos conferencias en el
University College de Londres fueron: 1. Structure of language; 2. Psy chology
of speech. En relación con ellas tuve con G ardiner aquellas penetrantes discu-
siones, citadas por él, que nos revelaron a los dos que él desde el egipcio y yo
desde el alemán juzgábamos de un modo coincidente «el» lenguaje de los
hombres.
46 Karl Bühler zyxwvut
Fuente del
e stimuto
Objetos y Relaciones
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F lG. 3. zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTS
término s:zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
expresión, apelación y representación, p o rque « exp resió n»
adquiere cada vez más en el círculo de lo s teó rico s del lenguaje
la significació n precisa exigid a aquí, y p o rque la palabra latina ap-
pellare (inglés, appeal; alemán, ansprecben) es acertad a para lo se-
gundo ; hay, co mo hoy sabe to do el mund o , un sex-appeal, junto al
cual el speech appeal me parece un hecho igualmente tangible.
Pero en to d o caso , el que ha llegado al co no cimiento de la natu-
raleza de signo del lenguaje tiene que p ro curar la ho mo geneid ad de
sus co ncep to s; lo s tres co ncep to s fund amentales tienen que ser con-
cepto s semánticos. Es instructiv o darse cuenta en la fo nética de por
qué y có mo ha de ev itarse un cocktail de co ncep to s. Desp ués del
pro greso que ha traíd o la fo no lo gía, habrá que co nsid erar siempre
en el futuro , resp ecto al simple término « fo nem a» , po r el co ntexto
o med iante un calificativ o , si lo mentad o ha de ser un signo fo nético ,
una señal fo nética, es d ecir, una unidad d eterminad a del sistema de
fo nemas de una d eterminad a lengua, o algo p erteneciente al con-
tenido de la fo nética. Pues aho ra sabemo s que un fo nema en singular
puede « realizarse» de un mo d o fo néticamente d istinto en dos lu-
gares de la misma lengua en que aparece, y una materia fo nética en
singular, que aparece en dos lenguas distintas, puede « ap reciarse»
de un mo d o fo no ló gicamente d istinto . A quello , po r tanto (d icho una
vez más), en el d o minio de la misma lengua; esto , en el d o minio
de lenguas d istintas. Una mezcla de co ncep to s que pertenecen en
parte a la co nsid eració n causal (física), y en parte a la co nsidera-
ción co mo signo s, tend ría que co nfund ir de un mo do tan pro fund o
la interpretació n simbó lica de nuestro esquema de tres fund amento s,
que nadie po d ría entend erse ya bien y surgirían mero s pseudo pro -
blemas. La co nsigna « ¡marchar sep arad o s!» p ertenece al supuesto
o bvio de la ho mo geneid ad de co ncepto s que se quiere manejar
sinó pticamente en un mo d elo de relació n. La co nsigna co mplemen-
taria « ¡y go lpear ju nto s!» es un asunto que tiene que realizarse de
o tro mo do en el seno de la ciencia. Y , ciertamente, según reglas
lógicas p erfectamente claras y exp licables, acerca de las cuales se
pueden lo grar las primeras info rmacio nes, de un mo d o igualmente
ejemplar, a p ro p ó sito de la relació n entre la fo nética y la fo no lo gía.
¿Q ué significan, p ues, los grupo s de líneas del mo d elo de órga-
non? Plató n só lo ha intentad o interp retar uno de ello s, la relació n
fo nema-co sa, y en el Cratilo, si bien se prepara en el diálo go cierto
impulso hacia una nueva d ud a, se ha d ecid id o , sin embarg o , de un
niodo preponderante, po r elzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPON
Bácreí de su cuestió n d isyuntiva.
V Ó { J L C O O
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Ei nombre cuco puede ser más o menos «parecido» al conocido grito que
oímos en el bosque; pero esa semejanza misma no es más que elzyxwvutsrqponmlkji
motivo de la
ordenación fonema-cosa, sólo la cual hace nombre al nombre; nombre no del
grito, sino del pájaro (al que, por cierto, los menos de los contratantes podrían
haber percibido viva en el bosque y simultáneamente con el grito). Falta mu-
cho, lógicamente falta todo, para la ecuación semejanza = ordenación. Sólo es
cierto que cada miembro de una comunidad lingüística podría, y de hecho puede,
participar en la creación de nuevos nombres de un modo distinto y más sencillo,
donde siempre se ha convenido; que la semejanza en general, cualquier seme-
janza, debe de ser el motivo de ordenación. Pero la ordenación y el motivo de
ordenación tienen que distinguirse lógicamente en todo caso.
Teoría del lenguaje zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFE
51 zyxwvutsr