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~sta obra reúne las lecciones que Osear Masotta dict() t'll

3arcelona, a partir de 1975, con el propósito de brindar tt11:l ..


~ía que facilitara a sus oyentes la comprensión de la doctrin''
reudiana a través de una lectura sistemática de los textos basi- •
:os del creador del psicoanálisis. •

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• ISBN: 978-950-12-41 54-9


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Osear Masotta

LECTURAS
DE PSICO_ ISIS
FREUD, LAC

~
PAIIJOS
Buenos Ai res
Barcelona
México
Cubierta: Gustavo Macri

.. 1 .·. de •~xtos ha sido realizada por Marcelo Ra n1irez Puig (t)


La ordenac1on y se ecc1on i.<;

y Eric Berenguer INDICE

150.195 Masotta. Osear ,


CDD Lecturas de psicoanálisis. Freud, Lacan.- 1 ed.
5• reimp.- Buenos Aires : Paidós. 2008.
224 p. : 22x14 cm.· (Psicología profunda)

ISBN 978-950-1 2-4 154·9

1. Psicoanálisis l. ntulo
.,
Presen tac1on .............................................................. . 9
1. El Significante ....... .................. .. ............... .... ..... 15
2. Edipo: falo y castración ..................................... 27
1" edición, 1991
6" re11npri>sion, 2008 3. Una maqueta del complejo de Edipo ............ .... 33
4. El destino de la omnipotencia . .. .. ... ..... .. ..... ... .... 51
l{l'servudos lodos los dcn•chos Quedan rii;:uros:1mcnlf' pruhibida. sin la :iulorizl.a '. 5. Identificaciones ..... ................... ........... ........... .... 61
• bUJO · ncs establecidas en us
· 1ª". s<tnc1o
c1on ('sen·ta dn<. lo·" t1lul11rcs• del ro¡n·ri~hl.
• • di
lt•ycs, l.l rl'produccion parci:il o total dl• esln obra por cu.nlqu1cr n1c o " procc ,_

c. El falo: fundamento del fundamento ................ 71
miento, incluidos Ju rl'prografin y el trntarnl(•nto i11rnrn1allco.
7. La aporía fundamental del complejo de Edipo. 85
8. Paradojas del superyó .... ............ .... ............... .... 93
© 1991 de todas las <•diciont's,
9. Respuestas del sujeto ..... ................................... 105
Editorial P aidós SAICF,
D efen sa 599, Buenos Ai res 10. Deseo y goce ....................................................... 119
e-1nail: difusion@1 areapaido~.corn.nr
www.pn1<losargenl ina.com.ar
11. Freud contra Jung ........................... ............. ..... 127
12. Consecuencias de la castración ..................... .... 135
13. La vida erótica de los sexos ............................... 143
l~uí'da hc•cho e l dt•pé>s1to que previen e la Ley 11. 723
Iinprí'SO en Argent ina - Printed u1 Argentina
14. Juanito: una llamada al padre .......................... 153
15. Leonardo: la madre fálica .................................. 163
16. El narcisismo y la pulsión ................................. 177
i mpr eso en 'l'nl lcr cs Gráficos D'Ave rsa,
Vicente' Lópcz 3 18, Q uiltnes, en j ulio de 2008
17. Las dificultades del narcisismo ........... .............. 191
'l'irada: l fiOO <'J<'n1p lnres 18. Valores estéticos / valores éticos ....................... 203

tKllN t1'1A «tfiO l:l 11 [1•1 !l


PRESENTACION

Cuando Marcelo Ramírez me propuso que colaborase


con él en la edición de un volumen con transcripciones
de clases de Osear Masotta, no lo dudé un instante y
acepté, a pesar de las dificultades que suponía el mis-

mo planteamiento del trabajo. Por una parte, era una
ocasión para rendir homenaje a quien muchos le debe-
mos haber tenido acceso a Freud y a Lacan en un país
en el que, hasta aquel momento, por una mal entendi-
da, además de falsa, ortodoxia, el psicoanálisis no pa-
1·ecía una empresa intelectual atrayente. Con él pu-
dimos, los unos, descubrir la lectura de Freud; los otros,
encontrar una guía para una lectura sistemática que nos
orientara en medio de las dificultades de los textos freu-
dianos. Por otra parte, esa lectura se inscribía bajo el
lema del retorno a Freud propuesto por Jacques Lacan
en un momento de su enseñanza, cuyos ecos nos llega-
ban atenuados por una distancia que se nos antojaba
enorme.
Me parece oportuno subrayar el espíritu vanguardis-
ta de la labor de Masotta, situándola en un contexto
histórico preciso, como el de la Barcelona de hace quin-
ce años. Las fechas de estas lecciones son por sí mismas
elocuentes: se inician en noviembre de 1975, el mismo
mes en que murió Franco. Para muchos estudiosos, al-
gunos de ellos muy jóvenes, los grupos de estudio que

9
se iniciaron entonces eran lugares donde se respiraba un tivamente el texto que debía publicarse. Parte debe asu-
ambiente de descubrimiento. Algunos de los que allí mirla el lector por sí mismo.
acudíamos proveníamos de una Universidad que consi- . ~~blemos de la parte que nos corresponde: nos resultó
derábamos pobre intelectualmente y donde no parecía dificil a Marcelo Ramírez y a mí llegar a un criterio de-
haber un lugar para los debates que en aquel momen- finitivo p~~ la p~eparación del texto. En un principio
to se producían en Europa. nos parec1a imposible cambiar una sola coma de la trans-
Hay que tener en cuenta, por otra parte, la peculiar cripción "original". Pero al poco tiempo esto se reveló ab-
relación de España con el resto de Europa en aquella surdo: ~as?~ta nunca había revisado estas clases para
época, para entender que a muchos ni siquiera nos su p~blicac1on, eran un instrumento de ayuda para el
parecía notorio que fuese precisamente un argentino estudio. Por ?tra parte, por las características de los gru-
quien nos facilitara el acceso a un pensamiento europeo, pos de estudio se producían muchas reiteraciones y lar-
pensamiento que abarcaba desde Lévi-Strauss hasta gos re~úr:iienes de las lecciones precedentes, lo que re-
Jakobson y estaba presidido por la referencia a Jacques sultana innecesario y hasta engorroso en la lectura.
Lacan. 1 Así,. poco a poco se impuso el criterio de la legibilidad,
Todo ello explica la peculiar composición de los gru- es ~~cir el de aceptar las modificaciones necesarias para
pos de estudio de Osear Masotta de entonces. Al prin- facilitar la tr~smisión de las ideas, eliminando equívo-
cipio, si había practican tes de psicoanálisis procedían cos que en el discurso hablado pueden ser intrascenden-
casi exclusivamente de la Argentina, mientras que los tes,,
pero .que, fijados por escrito producen confusión. Aun
españoles eran estudiantes, intelectuales e incluso artis- asi, en ningun momento se trató de convertir el texto en
tas -durante un tiempo, por otra parte, el estudio del utl escrito: sólo de impedir que la transcripción, fuera de
pintor catalán Guinovart fue el escenario donde se desa- su contexto original, acabara por decirlo con una fra-
rrollaban las clases-. Con el tiempo, como no podía ser se del propio Masotta- traicionando el pensamiento que
de otro modo, .t endieron a desaparecer quienes sólo pretende transmitir.
habían venido atraídos por la moda, que no eran pocos, ~~r otra parte se añadieron algunas notas, ya sea para
y quedaron quienes habían descubierto, precisamente en fac1l1tar las referencias, ya sea para dar una información
esos grupos de estudio, que el psicoanálisis no es un sa- suplementaria. El lector puede a su gusto prescindir de
ber sin consecuencias. todo ello, así como de los títulos de las lecciones casi
No quisiera pecar por exceso en estas referencias, pero .
s1empre tomadas de frases del propio Masotta.
'
me parecen imprescindibles para entender el tono gene-
ral que se respira en estas clases transcritas. Masotta
está en ellas muy condicionado por su auditorio, aunque Pasemos ahora a la.s dificultades propias de la lectu-
a veces se diría que muy a su gusto. Para captar algu- ra de unas clases dictadas hace quince años, en un con-
nos matices, en ciertos pasajes hay que hacer un esfuer- texto histórico preciso. Durante el trabajo de edición no
zo y situarse en el contexto: en muchos momentos el lec- podí~m.os dejar de sentir vivamente el paso del tiempo,
tor captará el tono distendido que adquiere la charla, a sentimiento al que se refiere Masotta en una lección
veces interrumpida por el café. De ahí el riesgo que su- apoyándose en una cita de Borges. Es evidente que es-'
pone leer estas lecciones como si fuesen escritos. Parte tas clases ya no pueden leerse desde el mismo punto de
de este riesgo lo asumimos quienes establecimos defini- vista en la actualidad, cuando el psicoanálisis lacania-

10 11
no se ha introducido definitivamente en España y con mente de aq~ellos grupor; de estudio que luego dieron pie
particular intensidad en Barcelona, donde los a111mnos a la fundac1ou por Masotta, en 1977, de la Biblioteca
de Lacan llevan a cabo una imJ>ortante tarea de Fret1dia:t~a. de Barcelona. Al lector atento no le pasará
enseñanza en el marco del Campo Freudiano. desaperc1b1da la fugaz y alusiva referencia en una de es-
Por eso es oportuno situar estas lecciones como ins- tas lecciones a "nuestra biblioteca" -¿con mayúscula o
piradas por la consigna del "retorno a Freud" de J acques con minúscula?-, entonces tan sólo un proyecto, con el
Lacan. * En eso Masotta es explícito cuando ordena los pretexto de recomendar un libro.
textos a partir del concepto de significante. Pero esta es- Por otra parte, no es esta una historia sin disconti-
trategia de lectura forma parte en primer lugar, para nuidades, las cosas no han surgido una de otra sin cor-
Masotta, de una propedéutica. Hay que decir, por otra tes. El proyecto de Masotta, su Biblioteca, no estaba ple-
parte, que él mismo se muestra cauto acerca de la po- namente desarrollado a su muerte, en 1979 el último
sibilidad de superponer, establecer correspondencias en- año una intens~ y persistente afonía le había impedido
tre Freud y Lacan. Sea como fuere, es un tipo de lectu- dar c?n normalidad algunas conferencias en aquel local
ra que nos cond"Qce hasta las puertas de la enseñanza de Diagonal-. Por entonces la biblioteca de la Biblio-
de Lacan. En estas lecciones -Masotta dedicó otras a teca contaba todavía con muy pocos libros. La Bibliote-
seminarios de Lacan- sus referencias al seminario so- ca Freudiana se desarrolló conducida por Germán L
bre "La carta robada" se centran precisamente en aque- García. ·
llos temas que se corresponden con las temáticas freu- Hoy, desde noviembre de 1990, la Biblioteca Freudia-
dianas que le interesa destacar: complejo de Edipo, nar- na se ha convertido en Biblioteca del Campo Freudia-
cisismo, falo, etc. Pero en todo caso hay una inspiración no, pertenece a la Sección Catalana de la Escuela Eu-
lacaniana en la idea misma de lectura de los textos de ropea de Psicoanálisis del Campo Freudiano, y es miem-
Freud: hacerl(ls responder por las preguntas que ellos se bro de una Federación Internacional de Bibliotecas. Es-
plantean. ta Biblioteca del Campo Freudiano ·de Barcelona, a
Entonces, ¿qué constituye el principal interés hoy día propuesta ~e Jacques-Alain Miller, ha instituido unas
de estas clases, con las limitaciones atribuibles al audi- Conferencias Osear Masotta'', cuyo primer invitado
torio al que se dirigían, con las dificultades propias de será Germán L. García, principal continuador de su
una transcripción no revisada por el autor? Para quie- proyecto .
nes fuimos al11mnos de Masotta no cabe duda: tienen un . Así, el nombre de Osear Masotta fo1·ma parte defini-
interés histórico indiscutible -por no hablar de la trans- t1vam_ente de la historia del lacanismo en España y muy
ferencia de cada cual-. Porque gran parte del protago- especialmente en Barcelona, ciudad en la que desarrolló
nismo que en la actualidad tiene Barcelona, como pri- l~ mayor parte de su actividad en la última etapa de su
mera ciudad en lo que se refiere a la difusión de la vida.
Enseñanza de Jacques Lacan en España, parte precisa- No puedo finalizar esta presentación sin recordar a
Marcelo Ramírez Puig, muerto prematuramente antes
* No es preciso discutir o explicar aquí esta estrategia de lectura.
Nos remitimos a "Historia y transmisión", texto de Germán L. García,
de que pudiéramos concluir la presente edición. Le co-
redactado como introducción a O. Masotta,El modelo pulsional (Ed. Al- nocí en 1976 y luego volví a e11contrarle en 1977 esta
tazor), donde se señala además el uso que se hizo luego de las "fotoco- vez en su casa, convertida en improvisada oficin~ a la
pias" de )as lecciones, a veces contra el propio Masotta y contra Lacan. que fui a inscribizme en una flamante Biblioteca Freu-
12 13
diana que por entonces todavía no tenía local. Más tar- l. EL SIGNIFICANTE
de las vicisitudes del movimiento psicoanalítico en Bar-
ceÍona hicieron que muchos de los que habíamos esta-
do juntos en torno de Masotta tomásemos caminos
divergentes. Pero esos caminos volvieron a encontrarse
luego esta vez en el Campo Freudiano. Marcelo Ra-
míre;, que cuando me propuso esta colaboración ~ra
miembro del Cercle Psicoanalític de Catalunya, qwso Hasta ahora había explicado la perspectiva general.
contar en aquella ocasión con "alguien de la bibliote~" Ibamos a introducimos en Freud a partir de Lacan. Iba-
para acentuar así el carácter de reencuentro de este ~m­ mos a basamos en un esquema de Lacan para entender
gular retorno a Masotta. Desde aquí le doy las gracias. a Freud. La peculiaridad de la manera de leer a Freud
consistía en programar un orden de lectura de los tex-
Enrie Berenguer
tos.1 Habíamos dicho que ese orden está fundado, tie-
Barcelona, enero 1991
ne una razón, y voy a hablarles a ustedes de ese f11n-
damento. Podemos comenzar tratando de ese orden para
que ustedes vean aparecer algo. Antes, sin embargo, de
proseguir con dicho orden de lectura, daré un esquema
lacaniano que dejaremos también inconcluso para pP.n-
sar todo esto. Construiremos un sistema de doble apo-
yo para finalmente introducirnos en el programa. Una
vez que hemos dicho -dogmáticamente en qué con-
siste el programa, hemos de encarar su comienzo, y el
primer problema que se presenta es decidir el texto que
se elige para empezar a leer a Freud.
Un criterio podría ser la elección de un texto impor-
tante para la teoría freudiana, que sea algo más que un
caso clínico, con un nivel de generalidad que lo haga
aceptable como punto de partida. Podríamos decidimos
entonces, si el criterio fuera éste, por Inhibición, stnto-
ma y angustia, uno de los grandes textos de la teoría de
Freud, o por Más allá del principio del placer o El yo
y el ello, por ejemplo. Sin embargo este criterio lo con-
sideramos malo, pues Freud fue un autor de ideas caro-

l. Masotta tenía confeccionado un programa, que oonsístfa en una lista de


textos de Freud ordenados siguiendo un criterio conceptual y propedéutico.
Como se verá, el orden de lectura era una de las primeras cuestiones discuti-
das en el curso.

15
hiantes, y su teoría se fue construyendo a lo largo de la Lo mismo ocurriría si decidiéramos comenzar por la
historia del desarrollo de su propio pensamiento. teoría pulsional ''la mitología''2 , como decía Freud mis-
En estos textos Freud llega a conclusiones que le ha- mo que es tan importante en la teoría psicoanalítica:
cen desdecirse de afirmaciones anteriores. Por ejemplo, en Más allá del principio del placer, donde aparece la
en Inhibición, síntoma y angustia se encuentra la últi- pulsión de muerte, no hay referencia alguna a las razo-
ma teoría sobre la angustia, "la angustia como señal", nes que llevan a abandonar la teoría pulsional anterior.
pero para llegar a esta teoría había pasado por otras Otra vez nos encontraríamos con los conceptos en su es-
anteriores. Digamos una rápidamente: la angustia como tado bruto, sin remisión a su historia, y por lo mismo
resultado de la represión -algo reprimido, imposible de no podríamos entender en profundidad qué significan,
expresar, produce angustia-. Esta es la primera teoría. porque significan, y eso no hay que dudarlo, según su
Según la última teoría, la angustia es una señal que an- inserción histórica, en el conjunto de la obra.
ticipa una catástrofe. Entonces la angustia surge cuan- Ahora bien, ¿cómo hacer para decidir el primer tex-
do algo catastrófico, o parecido a una catástrofe, va a ocu- to? Hay un principio metodológico que podemos aplicar:
rrir. Esta última teoría la encontraríamos en Inhibición, en primer lugar, buscar si hay algún tema en Freud, un
,r;íntoma y angustia, pero en este texto ~o encontraríamos concepto de la teoría o la práctica psicoanalíticas, que
datos con respecto al pasaje de una a otra, por lo cual se caracterice por su permanencia a lo largo de la his-
no entenderíamos bien la última teoría. Es como si, en toria de la construcción de toda la teoría. Y en segun-
los textos de Freud, la historia de la constitución de los do 1ugar, podríamos exigir a este tema o concepto un peso
conceptos no fuera ajena al contenido de los conceptos decisivo en el campo mismo de la teoría, es decir que sea
mismos: necesitamos de la historia para entender los importante y, para decirlo de otra manera, que de ser
conceptos. Por ello hay que tener cuidado en la elección posible nos enseñe o nos permita comprender qué da su
de los textos. especificidad al campo de la teoría psicoanalítica en tan-
Lo mismo sucede con El yo y el ello, donde se encuen- to tal. Y ahora sí, por suerte, podemos decir que ese tema
tra -según la terminología francesa- la "segunda o concepto existe y podemos darle un nombre: se trata
tópica", la del yo, el superyó y el ello, que remplaza a del significante aunque este nombre es más moderno
la ''primera tópica'' que data de la época de La interpre- y Freud no lo usó .
tación de los sueños. En ese t~xto se exponen estos con- Este término, usado en lingüística, proviene de Saus-
ceptos como una teoría constituida, pero no hay en él una sure.3 Hemos encontrado un término para definir algu-
revisión de los orígenes de esas famosas tres instancias. nos hechos, pero si nos metiéramos a su vez en los me-
Sobre todo una de ellas, el superyó, que tiene dos géne- andros modernos del término como concepto, estaríamos
sis distintas en Freud, y si uno no las conoce no sabe perdidos pues casualmente hoy toda la lingüística dis-
qué es el superyó. Así, todo el mundo sabe que se tra- cute qué se entiende por significante, incluyendo el uso
ta de una instancia punitiva, pero lo más importante no del tér·mino en psicoanálisis. Entonces tenemos quepo-
es esto, sino conocer su origen y cuáles son sus cimien- nernos de acuerdo en cuanto al uso que le damos y en-
tos en la estructura del sujeto, de donde surge necesa- contrar tina definición mínima. Definimos así el signi-
riamente el superyó. La teoría de esta génesis no está
cr1 R/ yo y el ello. Por lo tanto no se puede comenzar por 2. Cf. Osear Masotta: El niodelo pulswn.al, Ed. Altazor, 1980, pág. 37.
3. F. de Saussure: Curso de lin.gü{stica general, Ed. Losada.
\st r• lnxto.

16 17
ficante: es la palabra, en tanto la palabra es ca?az de manda de sentido. En cambio lo cómico es otra cosa: aquí
remitir a más de un significado ésta es aproximada- tiene que haber sólo un fenómeno de comparación de
mente la defmición saussuriana-. Podemos poner un imágenes y no un fenómeno de palabras. El modelo de
ejemplo para explicar esto: el chiste. Para que haya ;his- lo cómico sería el porte de una persona importante que,
te tiene que haber un fenómeno de palabra. Ademas, el de pronto, tropieza y se cae al suelo. Te puedes reír de
chiste necesita ser contado. Con el chiste nos encontra- algo cómico sin que nadie hable una palabra. Un chis-
mos siempre ante lo mismo, es decir, una. palabra q~e te tiene que ser contado.
remite a más de un significado. Esa capacidad que tie-
ne la palabra de remitir a más de un significado es lo Pregunta: No veo por qué distingues tanto entre ima-
que produce el efecto de chiste. " . ,, gen y palabra.
Pongamos un ejemplo citado por Freud, Un Judío le Aparte de que puede haber imágenes en las palabras
dice a otro judío: ¿Has tomado un baño? Y el otro le con- o de que las palabras pueden tener imágenes, estoy se-
testa: ¿Es que falta alguno?'' guro de ello, lo que produce su efecto en el chiste es la
palabra con su capacidad de tener dos sentidos, como un
Pregunta: Un significante, ¿debe referirse a una pala- grifo que se tapa y no entiendes, y de pronto se desta-
bra en concreto, necesariamente, o puede remitirse a una pa, entiendes y te ríes, sin pensar en nada; cuando el
frase? . . . chiste es muy puro tiene que ver con la repartee (como
Puede, siempre que tenga esta capacidad de remitir dicen los ingleses) que es la réplica rápida. En cambio,
a dos sentidos, a dos significados. no hay palabras cuando un señor se cae al suelo. Aho-
ra, frente a esto, puedes construir una teoría del cam-
Pregunta: ¿Esto vale sólo para el chiste y no para lo po perceptivo, la noción de la imaginación y la percep-
cómico? ción, los lenguajes, los lenguajes gestuales, etc., y mos-
Claro, el problema aquí es el chiste, lo cómico tie~e trar·me que también allí hay palabras. Se puede hacer,
que ver con otras cosas. Para que haya efecto de chis- aunque por mi parte rechazaré esas teorías por mil ra-
te tiene que producirse de pronto un efect~ de absurdo, zones, pero es posible hacerlo. Pero se ve muy clara la
cortarse el sentido, como cuando uno no entiende. Lo que oposición entre una cosa y la otra. Son cosas completa-
hace reír en el chiste es el sentido que pasa a través, mente distintas.
porque la palabra, en una doble remisión, como en un A Freud le llama la atención no lo cómico sino el chis-
cruce de vías, suprime un sentido y deja entrar otro. En- te, cuando la palabra hace de emb1·ague o shifter (Jakob-
tonces se produce una satisfacción, como si algo se re- son). 4
alizara por efecto del lenguaje. Cuando el otros~ t~e, ac-
cede a la demanda de quien está contando el chiste, por- Pregunta: ¿Qué relación puede haber entre el signifi-
que en verdad en el chiste, lo que se demanda del otro cante y lo que llamamos denotación y connotación?
es que acepte el sentido que uno está otorgando a las Son términos difíciles de definir, son necesarios con-
palabras. Entonces hay satisfacción, porque ~l otro te ~a
aquello que le pides, que es aceptar\~~ sentido .en pnn-
cipio absurdo. Entonces, la sat1sfaccion del chiste está 4. R. Jakobson: "XII. Los conmutadores, las categorías verbales y el verbo
ruso" ( 1956), en Ensayos de lingüística gen.eral, Barcelona, Seix Barral, 197 5.
cl11clt1 () tl csn demarlda, concedida por el otro, que es de-
\

18 19
ceptos teóricos para hacerlo. Pero podemos decir por aho- familia y se fue a vivir lejos de ella. La otra hermana,
ra que "denotación'' es el objeto referente indicado por en caro bio, se había casado con otro tipo que al parecer
la palabra, en tanto la palabra significa, y "connotación'' era encantador. Tan encantador, que incluso parece que
sería la atmósfera de sentido que está por detrás de la Isabel estaba enamorada de él. Y toda la interpretación
palabra, más retirada, que le da jugo a la palabra. Y par- que Freud hace del caso, acertada o no -en su momen-
tiendo de esto, en cuanto a tu pregunta: sí, tiene rela- to la discutiremos- consiste en hacer tomar conciencia
ción. Así, la connotación, como atmósfera de sentido a Isabel de que ama al marido de la hermana, de que
detrás del i·eferente cigarrillo (lo denotado), si estamos ahí está la base de una cierta culpabilidad que se agra-
en un hospital es la muerte, si estoy entre chicos, el ci- va cuando la hermana muere. Es de notar que la ma-
garrillo implica transgresión. Pero entonces para que dre de Isabel también estaba enferma y que por otra par-
haya chiste, ese fondo de sentido -o sea, lo connotado te, el padre la había deseado desde el primer momen-
por la palabra- tiene que ser compartido. Si no, no se to como un hijo varón. Isabel se había identificado en
produce el efecto. Bergson decía que para reírse de un parte con ese deseo del padre y era un poco como el ma-
chiste hay que ser de la parroquia. Así, hay chistes bar- chito de la familia, que se ocupaba de todos y sufría las
celoneses que dejan a los madrileños f1,íos. 5 tensiones de disgregación o agregación de la familia.
Freud ve en el chiste nada menos que una suerte de Freud se halla aquí en los inicios de la elaboración de
modelo del inconsciente en funcionamiento. Y cree que la teoría y piensa en la importancia de los acontecimien-
ese modelo sirve, en el sentido de que la estructura que tos del pasado, en la determinación de los síntomas ac-
lo constituye es similar a la de toda manifestación del tuales y en el tratamiento. Lo que intenta es hacer
inconsciente. O sea que para Freud un lapsus, un sueño, asociar a la paciente, tratando de conectar las manifes-
un síntoma o un chiste están estructurados de la mis- taciones actuales, somáticas, con acontecimientos reales
ma manera. del pasado. Encuentra así relación entre lo que le ocu-
Podemos ver como ejemplo, en los Estudios sobre la rre a la pierna de Isabel y la aparición de ciertos deseos
histeria (1895), uno de los cinco casos clínicos: Isabel estando apoyada en la cama del padre, así como con res-
de R. Se trata de una histérica endofamiliar, centrípeta, pecto a sentarse y no poder sentarse, en relación con una
que tiende a recortar las relaciones familiares hacia salida con el cuñado.
adentro. Isabel parece no tener más que el 11niverso fa- Además, después de esta búsqueda minuciosa, Freud
miliar en la cabeza. Había estado largo tiempo a la ca- se detiene y dice que el síntoma está sobredeterminado.
becera de su padre enfermo, situación que Freud y Sobredeterrninado quiere decir que responde a causas
Breuer habían considerado desde el comienzo como his- múltiples. Distintas vías de causalidad convergen en la
terizante. Al estar sujeto a las demandas del otro, uno producción de una misma manifestación. Y se trata de
debe aplastar sus propias demandas o deseos, que de- prestar 11na atención muy especial a la causa simbólica.
ben ser reprimidos. Por otra parte, Isabel tenía dos her- Simbólica, a esta altura significa que hay que interpre-
manas, una de ellas casada con un tipo que resultaba tar la parálisis histérica de Isabel, o astasia abasia, como
desastroso para Isabel, pues no quería saber nada de la 11n chiste. Y dice: "Si para Isabel la familia no anda,
luego ella no anda''. Por lo tanto se ve cómo el chiste es
ó Se refiere a las grandes diferencias y rivalidades que existen entre Bar- para Freud modelo, es decir, principio de homología en-
r••lonn y Mndrid, no sólo en materia de humor. tre todas las manifestaciones del inconsciente (el lapsus,

20 21
los sueños, los síntomas). Tienen la misma mecánica de ejemplos de este tipo: El chiste y su relación con lo in-
elaboración y esta mecánica de elaboración es el signi- consciente, La psicopatología de la vida cotidiana y La
ficante. interpretación de los sueños. Nos decidimos a comenzar
Encontramos así un principio que Freud nunca aban- por La interpretación de los sueños, pues el sueño tie-
dona y que por otra parte parece lo bastante importan- ne dentro de la sesión psicoanalítica un lugar de privi-
te, ya que es el modelo de toda manifestación del incons- legio. Es un material importante.
ciente. Sería entonces un principio general de interpre- En este texto, de 1901, encontramos resumidos cier-
tación, puesto que en el campo psicoanalítico uno debie- tos conceptos (contenido manifiesto, ideas latentes, con-
ra estar siempre atento para interpretar según este me- densación, desplazamiento, sueños infantiles, etc.), pero
canismo, y esto sería lo peculiar del psicoanálisis. Ni in- lo importante es la distinción que hace Freud de tres ma-
1

terpretar en el sentido de comprender al paciente, ni ha- neras de analizar un sueño. Una sería la manera anti-
cer análisis de conducta para ver qué es lo que más le gua, popular, donde se interpreta el sueño globalmen-
conviene, con recomendaciones sobre lo que ve y lo que te. (Ejemplo: Siete vacas flacas son siete años de pobre-
no ve de lo real, sino atender a los momentos en que la za.) Al todo del sueño, corresponde un todo de signifi-
manifestación da pie a una interpretación cuyo mecanis- cación. La segunda forma sería interpretarlo como un
mo debe ser el del chiste. todo susceptible de ser dividido en partes, pero tratan-
Así, no habrá campo psicoanalítico sin significante y, do a cada parte del sueño como 11n símbolo con signifi-
por lo mismo, sin significante en el diálogo. Esto quie- cado preestablecido. (Ejemplo: Una cajita sería el geni-
re decir que hay diálogo psicoanalítico cuando en lapa- tal femenino; un gato negro, mala suerte.) Y la tercera
labra del paciente se escucha la emergencia del signifi- manera sería la del psicoanálisis, donde se trata de sec-
cante. Para hacerlo no hay que escuchar lo que el pa- cionar de otra forma. De ahí la idea del cristal, que cuan-
ciente dice. Cuando se comenta, "me estoy analizando, do se rompe cada una de sus partes conserva una ar-
tengo un analista muy bueno, me escucha todo", no se monía formal. Con cada parte, en lugar de conectarla con
analiza muy bien. Mucho más grave es decir "mi psico- un símbolo preestablecido, se hace asociar al paciente y
analista me comprende": aquí no se analiza para nada. esta asociación muestra conexiones con distintos acon-
Para ver en qué consiste la operación enalítica, cómo se tecimientos del pasado. Se forma así un árbol de cone-
constituye, demos un ejemplo: "Papá, me siento mal". La xiones donde, por ejemplo, llD mismo fragmento del
actitud no analítica, sería tratar de comprender qué le sueño lleva a dos recuerdos, y un mismo recuerdo está
sucede para ayudarle. Lo analítico sería decir: "Siénta- representado dos veces en el material manifiesto. Una
te bien". La interpretación, si ustedes quieren, por de- verdadera arborización de relaciones. Cada uno de es-
cir algo, tiene que ver con el trasero, con el erotismo anal. tos nudos conecta con otro del modo más imprevisible.
En este punto se ve el. desvío por el doble significado de Pero cuando analiza uno de sus propios sueños, pla-
la palabra. Aquí, un campo psicoanalítico se constituye. gado de asociaciones, Freud se detiene y dice que si si-
Vemos entonces que el significante cumple las dos con- guiera adeiante todo ese montón de asociaciones con-
diciones fundamentales. Es lo suficientemente perma- cluiría en un solo punto (modelo en forma de paracaídas,
nente y define el campo en cuestión. Pasemos entonces donde todos los puntos convergen en uno). Mas aquí se
a estudiar el significante, que es nuestro primer punto. detiene y se disculpa diciendo que ese punto no lo va a
Esto nos pone ante tres textos de Freud plagados de revelar porque pertenece a su vida íntima. Nos pregun-

22 23
l•'rt.ud 110 lcl quil\ro contar por razo-
t:tn1<>R fiÍ rc11lr11<•11 t<! sido activo y en la histeria había sido pasivo. Pero en
11cs de índole personal o si hay alguna otra razón. Y en 1897, en una carta a Fliess, 6 le confiesa que toda su
tal caso, cuál podría ser. En primer lugar, si no hubie- ''neurótica" (así llamaba a su teoría) se viene abajo, ya
ra motivos de reserva personal, ¿podría ser contado? Si que había descubierto que los pacientes mentían. Todos
Freud fuera audaz en ese momento, ¿podría contar cuál los historiadores del psicoanálisis coinciden en ver ahí
es ese punto hacia donde convergen todos los otros? un momento f11ndamental en la teoría, pues Freud no
Podríamos contestar que sí o que no, que no se puede se desilusiona, ya que a pesar de tener que destruir toda
nombrar ese punto por alguna razón, tal vez porque ese su "neurótica'' ha descubierto algo nuevo. Así estos trau-
punto último no es un acontecimiento de algo realmen- mas, aunque no fuesen reales, tenían importancia. Y
te ocurrido, sino que podría pertenecer a otr~ orden de aparece entonces en la teoría el concepto de ''fantasía".
hechos -y no estoy hablando de misterios-. Es decir que los traumas no habían ocurrido, habían sido
Podemos comenzar a contestar que, en efecto, no es fantaseados y tenían fuerza causal en tanto que fanta-
que Freud no lo quiera contar por motivos de reserva seados.
personal sino por un motivo metodológico, una razón Estas fantasías, muy antiguas en la vida del pacien-
teórica, y la razón teórica podría ser que si este punto te, muy primitivas, las llamó después "fantasías origi-
pudiera nombrarse, tendría que haber un acontecimien- narias". Más tarde Freud distinguió tres fantasías ori-
to, algo realmente ocurrido, digamos un accidente. Pero ginarias fundamentales, muy primitivas y absolutamen-
en la medida en que ese punto ubicado aquí al final, te constitutivas de la estructura del sujeto. Son:
uniendo todos los hilos, tenga una significación, querrá
decir que en verdad tiene por sí mismo fuerza causal -La de ''seducción", que acabamos de nombrar: ha-
como para producir todo lo demás. Y en la teoría psico- ber sido seducido por un mayor, según el modelo de los
analítica, este punto, acontecimiento real con capacidad padres.
para causar el conjunto de los hitos fundamentales de -La "escena primaria": fantasía referida al coito de
la vida del sujeto y determinarlos a todos, se llamó "trau- los padres (con distintas significaciones).
ma''. La teoría es entonces la del trauma, acontecimien- -La de "castración".
to que ha tenido en el pasado una fuerza tan tremen-
da como para determinar todo lo demás. Así pues, Freud no podía contar cuál era el punto en
Sabemos que Freud había adoptado la teoría del trau- cuestión, en primer lugar porque el trauma no remitía
ma, pero que muy pro~to la abandonó. Lo que había des- a algo que pudiera ser contado, sino a algo fantaseado.
cubierto era que había un trauma infantil fundamental Y en segundo lugar, porque ese algo no era una sola cosa
y pensó que determinaba todas las neurosis. Descubrió fantaseada, sino tres, y las relaciones entre ellas.
la relación entre la neurosis y la sexualidad, y pensó que En este último punto, si nos preguntamos por la cau-
un trauma de tipo sexual ocurrido en la infancia era de- sa de una estructura neurótica, la teoría psicoanalítica
te1·minante. Ese trauma era algo soportado por el niño
en relación con el adulto: una seducción sexual. Freud 6. En la carta del 21-9-1897, Freud escribe: "Ya no creo en mis neuróticos".
Véase: Los orígenes ckl psicoanálisis en Obras Completas, Madrid, Biblioteca
había dicho que según la actividad o la pasividad en el Nueva, 1975, 3a. ed., tomo 111, pág. 3578.
trauma de seducción con el adulto había neurosis obse- En adelante, las referencias de las obras de Freud corresponden a esta
siva o histeria. En la neurosis obsesiva el trauma había edición.

24 25
nos dice: es una fantasía, pero una fantasía en la que 2. EDIPO: FALO Y CASTRACION
se intrincan tres, se entrelazan tres, produciendo una es-
tructura necesaria en la constitución de todo sujeto.
Podemos contestar entonces que Freud no pudo con-
tar cuál era ese p11nto, ante todo porque ese p11nto no
era un punto, sino que era una relación entre tres: er:i
una estructura, una relación entre tres fantasías. Deci-
mos fantasía en el sentido de una estructura, en el sen-
tido de una relación. Y a esta estructura se le llamó "com-
plejo de Edipo''.
Por eso en ese punto, en el extremo del paracaídas,
coloqué el significante, pues a través de este modelo el Al tratar de buscar el coro piejo de Edipo en los libros
significante nos lleva a reflexionar sobre el Edipo. nos encontramos con la dificultad de que en los traba-
En La Interpretación de los sueños encontramos las re- jos de Freud no se encuentra específicamente tratado;
laciones de los nudos entre sí, pero no la referencia que sólo hay un texto en el que aparece explicitado: "La di-
funda la conexión entre los nudos. solución del complejo de Edipo", trabajo en el que, por
Por lo tanto necesitamos encontrar el complejo de Edi- decirlo de algún modo, el complejo de Edipo se disuel-
po en la teoría de Freud. Y a eso vamos, sabi~ndo que ve. Alguien podría decir que esto no es del todo cierto,
en Freud no hay ningún texto (salvo dos excepciones, que puesto que existen dos textos:
no sirven para estudiarlo, ya veremos por qué) en el cual
esté tematizado explícitamente el problema del comple- • El capítulo 111 del El yo y el ello y
jo de Edipo. • El capítulo 1 de El presidente Wilson. 7
Llegados a este punto vamos a pasar a hablar de La-
can, para poder más adelante retomar esto donde lo he- Pero es que tanto en un caso como en el otro vemos
mos dejado. que no son buenos textos para estudiar el complejo de
Ustedes ya saben ahora las cosas fundamentales, que Edipo, por la siguiente razón: en el capítulo III de El yo
son: las partes que tiene el programa, las razones delco- y el ello se estudia el complejo de Edipo pero en rela-
mienzo y -a partir del libro sobre los sueños- por qué ción con el problema de las identificaciones; incluso el
tenemos que ir a estudiar el complejo de Edipo. tema fundamental es el de las identificaciones. Así, uno
lee el complejo de Edipo aquí la ligazón afectuosa de
un hijo con un padre, las relaciones con el otro padre,
las identificaciones con el uno y con el otro ... , etc.- y
cree entender, pero ahí hay un problema que es preci-
samente el concepto de identificación.
Resultará difícil de entender qué es el Edipo en la

7. S. Freud-S Bullit: El Presidente Tho1nas Woodrow Wilson. Un estudw


psicológico (1966), edición en español en Ed. Letra Viva, 1973.

26 27
~erspectiva de las identificaciones, si uno no tiene ya de- tre tres personajes o tres roles; ya sea invertido, posi-
~idido de antemano qué es una identificación. Y puede tivo o completo, sólo hay relaciones de tres personajes.
;er malo aprender cosas que tienen muchos supuestos. Por ello, dentro del Edipo ampliado tenemos que bus-
Lo mismo se puede decir del capítulo 1 del libro sobre car otras cosas, que haya má.s de tres personajes. o más
~l presidente Wilson, donde se define el complejo de Edi- de tres cosas:

po sobre el fondo de las ambivalencias en que se produ-
::e; y es difícil entenderlo si uno no tiene decidido de an- a) El caso en que, en la consideración del complejo de
temano qué son las ambivalencias. Edipo, debamos introducir, para entender qué está pa-
Por ello hemos dicho que estos dos textos no eran bue- sando, al padre del padre: al abuelo.
nos para comenzar. Y ahora surge precisamente este otro Esto ya está introducido de hecho, por lo menos por
problema: cómo comenzar a entender el Edipo. Para ha- Freud, cuando decía que el superyó no es solamente el
cerlo, establecemos una especie de código, una catego- padre, sino el padre del padre. Así, encontramos ya un
rización. Vamos a hablar de: personaje más, que es el abuelo.
b) Cuando leamos el trabajo sobre la sexualidad feme-
A. Edipo reducido o simple. nina se verá que para Freud el hijo es respecto de la mu-
B. Edipo amplio. jer un personaje fundamental. Ahí tenemos, pues, otro
personaje: el hijo del hijo o el hijo de la hija.
Dentro del Edipo reducido podríamos ubicar la defi-
nición clásica del complejo de Edipo: la ligazón libidinal Ahora no hablaríamos ya de más personajes, sino de
amorosa con el padre del sexo opuesto y, simultáneamen- aquello que mueve las relaciones entre los tres persona-
te, la reacción hostil para con el padre del mismo sexo. jes. O sea, lo que funda el movimiento del complejo de
Al mismo tiempo, también podríamos poner dentro del Edipo: el falo. Si esto es cierto tendríamos aquí algo que
Edipo reducido lo que se llama el Edipo invertido o ne- es como la base del complejo de Edipo. Y si esta base
gativo. El que acabamos de describir era un Edipo he- es cierta, también aquí estaría el fl1ndamento de la neu-
terosexual, mientras que la ligazón libidinal amorosa rosis, el falo como fundamento del fundamento de la neu-
que une al hijo con el padre del mismo sexo, junto con rosis. De modo que tendríamos que ir a buscarlo a los
la ligazón hostil con el padre del sexo opuesto, sería un textos freudianos inmediatamente comenzando a estu-
Edipo homosexual. diar el falo en la obra de Freud. Y ahora sí que pode-
Luego podríamos ubicar aquí lo que se llama el Edi- mos volver a los textos, que nos hacen señas con enea.o-
po completo, o sea, el Edipo bisexual. Para Freud, en todo to y, en lo que a esto se refiere, se ordenan solos.
complejo de Edipo hay un Edipo completo: ligazón amo- En primer lugar, podemos ir a los textos de Freud de
rosa con el padre del mismo sexo y ligazón amorosa con una época específica y especialmente importante: textos
el padre de sexo opuesto, más ligazón hostil con el pa- del año 1923 y 1931, en particular los textos sobre se-
dre del mismo sexo y ligazón hostil con el padre del sexo xualidad femenina. 8
opuesto. Es decir, la suma de las dos formas.
l,r\s tres estructuras anteriormente descritas son ubi- 8 . "Sobre la sexualidad femenina" (1931), Tomo lll, pág. 3077, y Nuevas lec-
c•11cl:1a en el Rdipo reducido por la siguiente razón: por- ciones inlroductori.as al psicoanálisis (1932), Tomo ITI, pág. 3164, capítulo: "La
c ¡ttt , 1' 1 Rt cu~ c.;1lH<>S sólo se tiene en cuenta la relación en-
1 femineidad".

28 29
Llama la atención que la temática fálica tenga espe- hechos. Y surge, a partir de la experiencia que demues-
cial relevancia en el desarrollo y la sexualidad de aquella tra la diferencia de los sexos, el intento de explicar por
a quien casualmente le falta el pene. qué en un sexo falta el pene. Y partiendo de las fantasías
En el primer texto, el de 1923, el falo tiene especial primarias, según las cuales todo el mundo lo tiene, en-
importancia. Lo fundamental estriba en que Freud ya tonces las niñas, que descubren que no lo tienen, querrán
había descubierto la función del falo, 9 pero aquí adquie- ',erlerlo, y los niños, que lo poseen descubriendo a su vez
re estatuto de fase. Se habla ya entonces, en 1923, de que hay seres a quienes les falta, temerán perderlo.
''fase fálica''. ¿Qué quiere decir que hay una fase fálica? Surge así en la temática freudiana que:
Que al esquema del desarrollo que Freud había carac-
terizado por fases -que tenían para él un rigor, una ne· • La mujer envidia a quien tiene el pene, fantasea lle-
cesidad, como si fuese biológica- tales como la fase oral, gar a tenerlo o cree que tqdavía lo tiene (como en la épo-
anal y genital, se añade ahora una nueva fase: la fase ca fálica y de latencia).
fálica. Las fases quedan así: oral, anal, fálica, genital. • El hombre teme perderlo.
De este modo, en ese artículo de 1923 -"La organiza-
ción genital infantil" el falo es elevado a estatuto de Estos dos puntos son los que definen el complejo de
fase. castración.
Contestemos ahora a la pregunta: ¿Qué es el falo? En En la mujer, el complejo de castración recibe el nom-
primer lugar, el falo no es el pene. Esto es muy impor- bre de "envidia del pene". Y en el hombre, ''amenaza de
tante. ¿Qué es entonces? Para usar una frase de Freud, castración" o ''complejo de · castración".
diríamos que el falo es la premisa universal del pene. Nos detendremos ahora -después de recomendar la
Esto se refiere a la creencia infantil -la premisa que lectura concienzuda de "La organización genital infan-
mantiene el niño- de que todo el mundo tiene pene, de til"- para pasar a Lacan.
que sólo hay seres con pene. Y esto llevado al extremo,
seres en el sentido más general, es lo que induce a Jua-
nito en la primera etapa de su existencia a decir que to-
dos los animales tienen pene, e incluso que hasta los ob-
jetos lo tienen. Pasado un tiempo, Juanito dice: ''No, las
mesas no tienen pene'', "los seres humanos tienen pene".
Pero entonces les asigna el pene a todos los seres hu-
manos: a los hombres, a las mujeres, a los niños y a las
.-
n1nas.
Así, para Freud, el falo es una premisa que se da como
de antemano y cuyo origen -de dónde le viene esto al
niño- es desconocido. La cuestión es que el niño se pone
en posición de no querer conocer la evidencia de los
9. Cf. S. Freud, "Las teorías sexuales de los niños" (1908,) y "Análisis de la
fobia d<' un niño de cinco años. Caso Juanito" (1909). Referencias más ade-
lnnl<~ .

• 31
3. UNA MAQUETA DEL COMPLEJO DE EDIPO

Al pasar en este p11nto a Lacan, volveremos a encon-


trar, de alguna manera, la temática fálica. Y cuando la
encontremos de nuevo, entraremos otra vez en los tex-
tos de Freud.
Diremos, primero, tinas palabras generales sobre La-
can. Aparece como alguien que tiene fama de organizar
el psicoanálisis a partir de la lingüística. Si bien esto tie-
r1e muchos matices, lo que hay que decir es que uno de
los términos más usados por Lacan es el de "significan-
te", que trataremos de definir mínimamente.
El término "significante" proviene de Saussure. Saus-
sure dice que todo "signo" tiene dos caras: significante
y significado. Para Saussure, el significante es la ima-
gen fónica de la palabra; es la palabra misma en tan-
to imagen fónica que uno tiene capturada por el oído.
Por ejemplo, ''caballo" es sólo un conjunto de fonemas
ll ue se ordenan de cierta manera. Pero lo que oímos al
decir "caballo", la imagen fónica, ése es el significante.
l~l significado, lo que esa imagen fónica significa, es el
concepto "caballo''; la imagen psíquica que ahora tengo
del concepto "caballo".
La revelación fundamental que aquí nos hace Saus-
nure es que la relación que va de la imagen fónica al con-
cepto es una relación arbitraria. A~í, no existe ninguna
razón para llamar ''caballo" al caballo, como se demues-
tra, en primer lugar, si comparamos dos lenguas. Nos

33
ocurrir en distintos tiempos. Esto será la causa de que
preguntamos: ¿qué tiene el caballo de ''caballo"? ¡Pues haya lin sistema de los tiempos en español, un sistema
nada!, porque otra nenita llama horse al caballo. Así, la de diferencias.
palabra en sí misma, ¿qué conexión tiene? Ninguna. Es Al sistema de diferencias Saussure lo llamó la lengua.
arbitraria. Lo que por otra parte ya demostramos en La lengua es un sistema codificado de diferencias que
nuestra anterior definición de significante, porque vimos permite que cada individuo particular hable. Por lo mis-
que un complejo fónico como "tomar'' remite tanto a uno mo Saussure distinguió entre lengua y habla. Lengua es
como a otro concepto: en un caso, darse un baño, en otro el código del sistema y habla, el acto concreto de hablar.
caso, aga1·rar, robar. Este hecho concreto de hablar, que es el habla, se pro-
Lo importante, entonces, es que la palabra "significan- dµce porque antes existe, tenemos en com1ín, algo social
te" viene, en la esfera de la lingüística, a significar, en que es la lengua, un conjunto de diferencias que todos
virtud de esa arbitrariedad señalada por Saussure, que apreciamos en cada lengua particular.
hay una barra, un corte: no se pasa directamente al sig- Tenemos entonces que el significante, por sí mismo,
nificado, no se puede pasar, en el sentido de que las pa- no remite al significado, sino que en realidad remite a
labras no contienen de manera necesaria una significa- otros significantes y al sistema de las relaciones entre
ción determinada. ellos.
Saussure se pregunta de dónde proviene la capacidad Por ejemplo, -ió (comió) no tiene nada que se parez-
de las palabras para nombrar las cosas. Y responde que ca al pasado; salvo cuando nos ubicamos en el español
proviene de sus diferencias con otras palabras; son las y lo diferenciamos de -ía y -eré. Es un acuerdo, una con-
diferencias entre palabras las que permiten señalar de vención de la lengua.
qué se trata. Lo importante, pues, es que no hay nada en el signi-
Un ejemplo banal permitirá entender esto: ficante que remita inmediatamente al significado. Sólo
hay relaciones de diferencia.
caballo y zapallo Lingüísticamente hablando, lo opuesto a la arbitrarie-
dad sería la relación imposible, vertical, de ''caballo'' a
Este ejemplo muestra que la diferencia entre ''p" y ''b", caballo; pero no hay necesidad, sino una relación arbi-
"c" y "z" permite señalar un objeto en un caso y otro ob- traria. Lo contrario a la arbitrariedad, en lingüística, se
jeto en otro caso. Es la diferencia lo que permite al tes- llama motivación; esto significaría que puedo hallar un
tigo decidir. No hay ninguna propiedad: el caballo tie- significante motivado por el concepto que nombra y que
ne más "c" que ''z"; y es la diferencia entre la "c" y la no podría ser ningún otro. Eso implicaría que lo antes
"z" lo que en un caso me permite señalar al caballo y ~u:mado de que el carácter del significado depende de
en otro caso al zapallo. 1qs sistemas de diferencias de significante a significan-
Hay otros ejemplos, como el de las terminaciones ver- te es falso, en razón de lo que ocurre, por ejemplo, en
bales, por ejemplo: las onomatopeyas, como waf! (ruido que hace un obje-
to al golpearse contra otro), o kikirikt (la copia del can-
Comió Comía Comeré. to del gallo), etc. No obstante, se podría contestar, aun
en este tipo de palabras, las onomatopeyas, y en todas
Las terminaciones constituyen las diferencias que per- aquellas en las que el grado de motivación es muy alto,
miten señalar en cada caso acontecimientos que van a
35
34
que la comparación entre las lenguas demuestra que la sistemas. Este no es el t'1nico modelo, puesto que hay mu-
arbitrariedad existe siempre. Porque, por ejemplo, los in- chos, aunque el modelo de Trubetzkoy y Jakobson es el
gleses o los alemanes no dicen "kikirikí"; los últimos di- que usa Lévi-Strauss. 11
cen ''kokorokó''. Y así, cada lengua mantiene sus propias Así, podemos decir que si el significante está separa-
onomatopeyas, tal como lo exige el sistema de la lengua: do del significado, aunque tenga alguna capacidad de re-
la forma fonética de la lengua determina sus onomato- mitir al significado es por sus diferencias con otros sig-
peyas. Por eso, ni aun en la onomatopeya, poseedora de nificantes o por su relación con los mismos.
un elevado grado de motivación, puede hablarse de una Esto, aplicado a la sesión analítica, implica que cuan-
remisión directa significante-significado, sino que se ve do el paciente dice lo que dice, yo no entienda lo que dice;
la fuerza que ejerce el sistema para determinar la cons- estoy pensando con qué otras cosas se asocia lo que ha
titución del significante. dicho.
Lo que aparece entonces como primera idea de Lacan ''¿Me da usted una cerilla?" Si lo interpreto como: "dé-
es este significante, separado de su significado y con ca- me una cerilla para encender", estoy prescindiendo de
pacidad para significar a condición de estar en el siste- la barra; estoy entendiendo que él habla de lo que ha-
ma de los significantes. bla. Entonces, ¿qué hacer en lugar de darle una cerilla?
Pues tendría que poner una barra entre el significante
y su significado e ir a buscar con qué asocia cerilla.
Significante Significante Podríamos ver, por ejemplo, qué se asocia con ''cerilla".
Me está pidiendo una cerilla: se está acordando de que
Significado ayer su mujer lo cepilló (con todas las cosas que qu~1;;­
re decir "cepillar" en español). Aquí nos encontrarnos, a
raíz del significante, con la operación que habíamos de-
Pero téngase en cuenta: lo que ante todo quedará muy finido como básica: desconectar, para hacer aparecer otra
acentuado es la barra que hemos dibujado entre signi- cosa.
ficante y significado, barra que, en Lacan, en cierto sen- El concepto de significante aparece en Lacan muy fre-
tido, se va a identificar como la barra del inconsciente. cuentemente. Más adelante, no obstante, veremos que la
Esta barra remite a una relación de diferencia. definición misma de significante es muy problemática en
La utilización que va a hacer Lacan, en primer lugar, Lacan. Si bien toma el término de la lingüística, no lo
del término significante, parte de esto: no puede pasar- empleará en el mismo sentido.
se directamente del significante al significado. Y remi- Otro problema que también se nos planteará será el
te a una relación de diferencias ante todo. de las relaciones entre la lingüística y el psicoanálisis.
Y de aquí podemos pasar ya al modelo fonológico, en Lacan, que aparentemente parece empujar el psicoanáli-
particular al primer modelo fonológico que utiliza Jakob- sis hacia los estudios lingüísticos, deja claro que el psi-
son;10 es un modelo basado en diferencias binarias, en coanálisis no depende de la lingüística, sino que tiene

conjuntos de fonemas opuestos que van constituyendo su campo propio.

10. Cf. R. Jakobson: "VI. La estructura del fonema", Ensayos de lingüf.sti- 11. Cf. Lévi-Strauss: Antropologla estructural, Barcelona, Paidós, espe-
ca general, Barcelona, Seix Barral, 1975. cialmente "Lenguaje y parentesco".

36 37
La palabra "significante'' está, en Lacan, absoluta-
mente generalizada. Es usada a diestra y siniestra. Pero ta robada" de Poe, seminario de 1953 que aparece, y esto
es que, en Lacan, la generalización de este término tie- es lo importante, en tin seminario sobre Más allá del
ne un papel importante en oposición a otras teorías. Si principio del placer. 13
abriillOS, por ejemplo, un libro de Melanie Klein, la pa- Recordemos un poco el cuento de E . A. Poe:
labra que estaría absolutamente generalizada y tan Presenta al famoso detective Dupin (ya aparecido en
múltiplemente usada sería la palabra ''objeto". En La- otro cuento de Poe). Viene el prefecto de policía a pedir-
can, entonces, la palabra "significante" se opone, en su le a Dupin que le ayude en algo en lo que él no puede
uso generalizado, al uso que se hace de la palabra "ob- hacer nada. Le cuenta lo que ha ocurrido, que es lo si-
jeto'' en otros contextos teóricos. Porque cuando digo "ob- guiente: estando la Reina en sus cámaras reales recibe
jeto", por poco que sepa a qué me refiero, sé que me re- una carta comprometedora para ella, y eso en el momen-
fiero a algo: la palabra "objeto'' implica la creencia de que to en que el Rey entra en la cámara. La Reina deja la
sé que estoy hablando de algo. Si digo que hay objetos carta sobre la mesa, como por descuido, para no llamar
buenos y objetos malos para el niño, sé que de alguna la atención del Rey. Pero justo en ese momento entra el
manera el objeto señala "algo" que está ahí y que es fac- Ministro, que se da cuenta de que en esa carta hay algo
tible de ser conocido, cuyos límites coinciden con mi ges- comprometedor y de que la Reina procura que el Rey no
to de señalar. En cambio, un significante es absoluta- la vea dejando la carta abandonada sobre la mesa como
mente distinto. Si digo: "es un significante" en primer si no tuviera importancia. El Ministro se acerca enton-
lugar, ya no me quedo ahí, porque en primer lugar no ces a la carta y, ante los ojos asombrados de la Reina,
sé muy bien de qué estoy hablando, puesto que tal sig- que no puede hacer nada, la toma y se la guarda, de-
nificante no remite directamente a ningún significado. positando sobre la mesa otra carta que ha sacado pre-
En segundo lugar, si sé que podría llegar a significar viamente del bolsillo. Y desde este mismo momento, el
algo, a producir significado, primero tengo que averiguar Ministro comienza a chantajear a la Reina.
sus relaciones con los otros significantes. La Reina ve que, ante sus propias narices, el Minis-
En Lacan la extensión del uso del término significan- tro roba la carta; llama entonces al Prefecto de policía,
te viene a desalienar las teorías objetivistas, llamando quien pone en marcha todos sus efectivos para recupe-
la atención sobre esa barra que separa al significante del rar la carta que ahora tiene el Ministro. Pero no lo con-
significado, la falta inherente a la relación sistemática sigue, aunque lo ha intentado todo: cada dos por tres,
del significante con los otros significantes del sistema o policías de civil tropiezan con él en la calle y lo palpan
a una relación entre significantes. para ver si tiene la carta encima, pero nunca la lleva.
Entonces, significante no significa objetos, término de Cuando el Ministro se ausenta de su casa, comisiones
llegada del conocimiento, 12 sino falta de conocimiento. policiales enteras la revisan palmo a palmo: desa1man
Dicho todo esto, se nos aclara en qué sentido, por ejem- las mesas, las camas, los cajones, revisan el interior de
plo, el padre es un significante que está ubicado en un las maderas, ... etc. Todo, absolutamente todo ha sido in-
sistema. vestigado cuidadosamente y no han podido hallar la
Ahora tomaremos el seminario de Lacan sobre "La car- carta.

12. Se refiere a la noción de objeto en la teoría del conocimiento. 13. J. Lacan: Seniinarw 2. El yo en la twrta de Freud y en. la técnica psi-
coanalítica, Barcelona, Paidós.
38
39
El Prefecto de policía, ante esto, espera que Dupin re- inconsciente, es decir que ambos estaban hablando de lo
suelva el problema. Dupin le pregunta cuál será su re- mismo. Igual hace Lacan con el cuento de Poe; no es un
tribución si consigue la carta y el Prefecto le dice que psicoanálisis del texto; lo manej~ para mostrar cómo ?l
le pagará un precio muy alto, Dupin le pide un cheque cuento contiene estructuras semeJantes a las de la teona
con la cantidad ofrecida, asegurándole que tendrá la car- psicoanalítica, estructuras que vamos a ver a~arecer
ta al día siguiente. ahora, en cierto sentido, en forma de una pequena ma-
Dupin va entonces a casa del Ministro. La primera vez queta.
se cala unos lentes oscuros para poder mirar a su an- En el cuento hay dos escenas. Estas dos escenas, que
tojo. Pero le basta entrar y dar una breve ojeada para se suceden en el tiempo, son homólogas. En cada esce-
darse cuenta de que la carta está a la vista; es decir que na hay tres personajes. En la primera escena, cuando la
el Ministro vio que la mejor manera de ocultar la car- Reina recibe la carta comprometedora, está el Rey en la
ta era ponerla absolutamente a la vista de todos. Enton- cámara real y entra además el Ministro.
ces, al otro día, simplemente, Dupin contrata a un tip.o Primera escena:
para que haga alboroto en la esquina de la casa del Mi-
nistro; vuelve a visitarlo pretextando que se había olvi- l . Rey (no ve nada).
dado algo y cuando el Ministro, ante el estruendo que 2. Reina.
oye en la esquina, se asoma para ver qué pasa, Dupin 3 . Ministro.
cambia la carta buscada por otra que lleva consigo. Pero
lo interesante es que le deja una carta de recambio, igual La estructura de esta relación consiste en que hay un
que hizo el Ministro en el momento del robo, salvo que objeto comprometedor que alguien posee y tiene que
en el interior de la que deja Dupin hay una notita que ocultárselo a otro: la Reina tiene que ocultárselo al Rey.
dice: "Destino ta:i1 iunesto, si no es digno de Atreo es dig- Para ello usa una táctica: la mejor manera de ocultar-
no de Tiestes". lo es dejarlo a la vista. Y, estando la situación así plan-
Este es el cuento contado brevemente. Lacan dice que teada, entra un tercero y se da cuenta de la táctica de
es muy claro que en el cuento hay dos escenas y que son Ja Reina.
semejantes. En la primera escena hay, pues, uno que no ve nada:
Es necesario tener en cuenta que el análisis que hace el Rey. Por eso, como no ve nada, se puede ~ejar a l:=t
L:ican en este seminario, que abre los Ecrits, no preten- vista lo que hay que ocultar. Hay otro personaJe, la ~1-
de ser un análisis psicoanalítico del cuento de Poe, sino na, que, viendo que el primero no ve nada, oculta deJ~­
algo parecido a lo que quiso hacer Freud en su traba- do a la vista. Y hay un tercero que hace fracasar el in-
jo sobre la "Gradiva" de Jensen. Lo que se proponía tento al entrar y ver esa táctica contra uno que no ve
Freud en este trabajo de 1907 14 era menos psicoanali- nada. El sí que ve.
zar el texto que mostrarlo, mostrar que las impresiones En la segunda escena también hay tino que n~ ve
del poeta y su propia teoría coincidían. Quería demos- nada: el Prefecto. Hay otro, el Ministro, que a sab1e.n-
trar que lo que J ensen había descubierto era también el das de que el primero es un tonto, deja la carta. a la vis-
ta. Y hay un tercero, Dupin, que ve que ~1 pr1me~o no
14.S . Freud: El delirw y los sueños en. la "Gradiva, de Jensen" (1906),Tomo
ve nada y el segundo está jugando la táctica de deJar a
II, pág. 1285. la vista.

40 41
Segunda escena:
nistro es que está derrotado. Pero lo interesante de esta
l. Prefecto (no ve nada). derrota, además, es que se feminiza. Tenemos aquí,
2. Ministro. podríamos decir, la homosexualidad del Ministro, aun-
3. Dupin. que no hablando con rigor, ya que si tuviéramos que ca-
racterizar al Ministro con algún cuadro, lo desig-
Lacan plantea, pues, el cuento de Poe en dos escenas naríamos como un obsesivo, porque en él la homosexua-
homólogas y establece una clara analogía entre ambas. lidad no está aceptada sino reprimida. Puntualizando,
En cada escena hay tres personajes, y la relación de cada pues, dir·emos que el Ministro se nos feminiza.
uno de los personajes con los otros es un proceso Pero, ¿por qué y en qué se nos feminiza el Ministro?
homólogo en las dos escenas. Habría entonces seis luga- Vamos a dar tres razones:
res, pero cinco personajes, porque uno el Ministro-
se repite en las dos escenas. Vemos así la clara analogía la. Razón fenomenológica, descriptiva.
entre estas escenas. Ello configura esa pequeña maque- 2a. Por su papel en la escena.
ta que representa algo en miniatura: un modelo del com- 3a. Razón psicoanalítica propiamente dicha.
plejo de Edipo. Lo importante, de momento, es ver que
hay seis lugares (una suma de dos conjuntos de tres lu- En cuanto a la primera razón, descriptivarnente co-
gares cada uno) y, sin embargo, hay cinco personajes, mo observa Lacan , el Ministro, una vez que tiene la
puesto que uno de ellos se repite. carta, está por completo en posición de perseguido, en-
Podemos decir ya que esta maqueta puede ser un pe- cuentra policías por todas partes, policías que lo palpan,
queño modelo del complejo de Edipo, porque para que que literalmente lo toquetean. Y, además, cuando reci-
haya complejo de Edipo la condición es que alguien be a sus perseguidores como es el caso del Prefecto,
se repita -Y esa condición la cumple nuestra maque- que le está siempre encima- lo hace con un aire dis-
ta-. Para que haya complejo de Edipo tiene que haber plicente, descarado, un aire de fémina elegante.
en un momento anterior en el tiempo: La segunda razón es que el Ministro se nos f emini-
za por el rol que desempeña, porque en la segunda es-
l. El padre. cena ocupa el mismo lugar que la Reina en la primera;
2. La madre. está, ahora, en posición de Reina. Y no sólo está en la
3. El hijo. misma posición, sino que también actúa como ella: des-
arrolla la misma estrategia que la Reina.
Y en un momento posterior en el tiempo, algo que le La tercera razón, psicoanalítica propiamente dicha, es
ocurre al hijo: la historia del hijo. más seria. Recordemos del cuento de Poe que cuando el
En la maqueta del cuento, el Ministro (el hijo) es ven- Ministro roba por primera vez la carta de encima de la
cido: Dupin lo vence. Pero para que, además, esta ma- mesa, esta carta era la misma carta y lo único que ocu-
queta sea una maqueta completa del complejo de Edi- rría era que la Reina la había vuelto del revés para ocul-
po, tendríamos que poder observar en el Ministro algún tar el destinatario. Pero, cuando esta carta cae en ma-
síntoma, algo que le suceda, algo que lo asemeje al hijo nos del Ministro y éste se la lleva a su casa para ocul-
del Edipo. Y en la segunda escena lo que le pasa al Mi- tarla, da vuelta el sobre (la parte interna queda en el
exterior) de tal manera que puede escribir allí su pro-
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pio nombre, pero con letra de mujer como si una mu- !izado taro bién en su obra, como el significante. Aparen-
jer le hubiera escrito a él la carta . Y es aquí cuando temente es complicado lo que dice Lacan cuando habla
Lacan nos dice que se feminiza; el Ministro recibe una de ese Otro con mayúscula-. Pero lo vamos a escla-
carta de esa mujer que es él. Esta es una interpretación recer. Cada vez que en su obra nos encontremos con el
por el significante, casi una especie de chiste. A este Otro (Autre), Lacan está hablando de tres cosas y de nin-
. ,
síntoma, la feminización, podemos llamarlo también un guna mas.
efecto. Ellas son:
Tenemos, como resultado de todo esto, un efecto, que
es la feminización. Pero, ¿cómo ha ocurrido? El cuento la. Algo que tiene que ver con el padre.
aquí no es inocente: el relato en tanto tal no es sino esta 2a. Algo que tiene que ver con la madre.
secuencia de dos escenas que podríamos llamar estruc- 3a. Algo que tiene que ver con el complejo de Edi-
tura. Y podríamos decir que, en verdad, lo que produ- po en su conj11nto.
ce el efecto buscado es la suma de las dos escenas, o su
secuencia, lo que constituiría la estructura. Veamos ahora que el punto 3 es el que representába-
Decimos estructura en tanto que el Ministro no sólo mos con la maquetita (sobre el cuento de Poe), la secuen-
ignora su propia feminización, sino que aunque la cono- cia de las dos escenas. Entonces, a E podemos sustituir-
. . , lo por A. Así, si la estructura determina el efecto, de-
c1era ignorana sus causas; esa relación por la cual la se-
cuencia de las dos escenas en sí misma es lo que pro- cimos que el Otro determina el efecto, entendiendo por
duce el efecto en cuestión. Todo esto, dicho más senci- Otro la maqueta del Edipo. Por ello, en lugar de hablar
llo, significa que la estructura determina el efecto, en- de secuencia de las dos escenas, hacemos una sustitu-
tendiendo esta relación de determinación como una re- ción y decimos el Otro (A) con mayúscula .
lación de deterrn inación inconsciente. Y en lo que se refiere al efecto, es decir, a la femini-
Ahora ya podemos adentrarnos en Lacan, y con el pri- zación, en lugar de llamarlo efecto vamos a llamarlo Su-
mero de sus conocidos esquemas, que él llama el esque- jeto -con mayúscula-. Así, si decíamos que el Otro de-
ma L 15, esquema, por otra parte, en forma de Z. Y aquí ter1ninaba el efecto, ahora podemos decir que el Otro de-
podremos situar precisamente esta relación de determi- termina al Sujeto. ¿Por qué lo llamamos Sujeto? Pues
nación. Pero antes de hacerlo hemos de decir que, en pri- porque en Lacan "Sujeto" no quiere decir aquel que está
mer lugar, a la estructura -que representamos con la frente al objeto, aquel que manipula el objeto. Quiere de-
secuencia de las dos escenas, maqueta del complejo de cir, de acuerdo con la definición del significante, lo que
Edipo podríamos sustituirla, por medio de una conven- está sujetado, sujeto, determinado por el significante.
ción, por A mayúscula: Es así como el Ministro está atrapado en esa femini-
dad: en ese momento su ser se reduce a eso, podría de-
E = A cirse. Llevándolo al extremo, podemos decir que el Su-
jeto es ese efecto que ha caído sobre el Ministro sin que
''A" es el famoso Autre (Otro) de Lacan; muy genera- él se diera cuenta. El es el hecho de un efecto que so-
porta, que él no maneja. Es Sujeto de ese saber que él
no sabe, de ese efecto del que nada sabe. Por eso estába-
15. Cf. J. Lacan: "De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de
la psicosis", en Escritos ll, Ed. Siglo XXI.
mos diciendo que sustituimos efecto por Sujeto.

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Nos preguntamos, no obstante, si esto que hace Lacan
Y por ello mismo, si antes decíamos que la estructu- ele mostrar las dos escenas sirve, en verdad, para algo.
ra dete1·mina el efecto, podemos decir ahora, de nuevo, Bueno, pues sí; sirve, en primer lugar, porque describien-
que el Otro determina al Sujeto. do de esta manera lo que ocurre en el cuento, crea, de
Así, cuando leemos "Sujeto'' en Lacan, está referido a algún modo, una especie de teoría sobre la constitución
lo que acabamos de decir y no al sujeto que está fren- del relato en tan to tal.
te al objeto; no a la personalidad, sino a lo que es pre- Y nos preguntamos: ¿por qué hay relato? Porque hay
sa de algo, el lugar donde se produce un efecto de la es- algo que contar, porque algo está pasando y porque algo
tructura estando esta estructura referida al comple- que ocurrió en el pasado sigue ejerciendo su acción en
jo de Edipo-. el presente, de tal manera que tengo que contarlo, por-
En el esquema L de Lacan queda reflejada la relación que estoy esperando que se resuelva algo que ya esta-
de determinación entre la estructura y el efecto, o el Otro ba tramado antes. Podemos decir que ésta es, en primer
Y el Sujeto. Y esta relación es inconsciente. Este primer lugar, la relación entre las dos escenas. La primera es-
esquema lacaniano, si lo plasmamos completo, queda así: cena figura el momento en que algo se tramó. La segun-
da escena, el momento posterior: el de su resolución. En-
s a tre ambas escenas media un relato. Y podemos decir que
'' ésta sería como una maqueta de la estructura, una ma-
' queta de la teoría sobre aquello que permite que el re-
lato se haya constituido.
'' Algo pasa y yo estoy esperando que se descubra o que
a' ' A no se descubra. Por lo menos, algo está siendo contado
y lo que está siendo contado se refiere a algo que se
En esta figura , según Lacan, se hallan ya los dos ni- tramó.
veles fundamentales, que son: esa relación inconscien- Entonces, al dividir en dos escenas el relato -aque-
te que va desde el Otro (A) al Sujeto; vamos a llamar- lla pequeña maqueta que representa el complejo de Edi-
la el nivel de lo simbólico -lo simbólico en Lacan es, sim- po se da una pequeña teorí2 sobre cómo está consti-
plemente, un nivel- y el nivel de lo imaginario, donde tuido. Si la primera escena no fuera tal, no habría re-
''a" es la imagen y "a'" es el Yo identificado a esa ima- lato. Si el Rey no hubiera sido el Rey; la Reina, la Rei-
gen (un Yo [moi]). na; el Ministro, el Ministro; y el Ministro no hubiera ro-
Esa relación inconsciente en el nivel de lo siro bólico bado la carta, no habría relato. Entonces, lo que está pa-
que va de A a S, evoca ya una fórmula lacaniana como:' sando en el relato y nosotros estamos percibiendo, en el
"El inconsciente es el discurso del Otro''. Esta fórmula sentido que estamos capturando del relato que se nos
quiere decir que el Sujeto que habla está en una rela- hace, tiene que ver, en primer lugar, con las propieda-
ción de determinación con algo que tiene que ver con el des específicas de las relaciones tramadas por estos tres
padre; con algo que tiene que ver con la madre y con algo personajes. Si el Ministro devolviera la carta, se acabaría
que tiene que ver con el complejo de Edipo en su tota- el problema, no habría nada más que contar. Así, pode-
lidad. mos decir que el relato, el hecho de que haya un futu-
Volviendo ahora a la maqueta anterior del cuento de ro y la espera de una resolución, depende de algo que
Poe, vemos que pasan un montón de cosas ahí dentro.
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está tramado en la forma de este cuento; y esto sería pre- el ser Reina depende, en verdad, del título del Rey. Lo
cisamente la teoría de este relato. contradictorio de la Reina es que está haciendo uso de
La resolución -del cuento deja ver, además, que el un título que ella misma ataca en su acto. Para recu-
error de quien estaba en poder de la carta consiste en perar la carta con la cual pisa el título de aquel que le
hacer una estrategia semejante a la que había hecho la da su propio título, hace uso del mismo.
Reina en la otra escena; porque si el Ministro no hubie- Lo contradictorio del Rey es más interesante. El está
se usado esa misma táctica el cuento se seguiría contan- ahí, como una especie de pavo: no ve nada. Sin embar-
do, no se habría terminado. go, hay que fijarse en que este pavo es el Rey. La con-
Pero lo importante es que sospechamos que lo que su- tradicción del Rey estriba precisamente en esto: la ce-
cede en las relaciones entre los tres personajes es la cau- guera del personaje y la función que ocupa como funda-
sa de la continuidad del relato. Y entonces nos pregun- mento de la estructura. Es la contradicción entre alguien
tramos: ¿qué pasa entre estos tres personajes? ¿Qué que tiene que investir el poder de la Universalidad de
asegura que haya algo que relatar? ¿Qué nos asegura la ley -lo que es un Rey- y el hecho de que el así in-
que haya soluciones que dar? ¿Qué trama se halla en- vestido no es nada más que un hombre. La contradic-
cerrada para que el asunto tenga continuidad? ción entre el hombre y el poder que lo inviste.
En primer lugar, vemos, separando la primera esce- Lacan dice que la contradicción es que ningún hom-
na, que las relaciones entre los tres personajes están tra- bre puede investir, po11erse él mismo como símbolo del
madas de tal manera que se cierran, se anudan a la es- más potente o del más universal de los significantes. La
pera de su desanudamiento. Por una parte, parece como contradicción del Rey deja aparecer en la estructura, si
si cada uno de los personajes estuviera fundamental- no un personaje nuevo, sí al menos un lugar nuevo: el
mente en contradicción respecto del rol que está cum- lugar de la ley. La contradicción del personaje es la con-
pliendo. tradicción entre él y la ley: la universalidad de la ley y
Lo contradictorio del Ministro es fácil de describir: es la particularidad del hombre.
la definición misma del chantaje, lo que hace que el Mi-
nistro sea un chantaje. Pero, ¿qué es un chantaje? Es un
poder sobre el otro, pero un poder cuyo término está mar-
cado de antemano cuando se consigue lo que se quería,
o en todo caso cuando se hace uso del poder-. Esta de-
finición del chantajista implica la cuestión del tiempo du-
rante el cual no hace uso de su poder. Un chantajista
es aquel que para conservar el poder no debe usar de
aquello que se le da, porque en el momento que lo usa,
cae fuera de la estructura, cae fuera del interés del otro.
Lo contradictorio de la Reina es, también, bastante
evidente. La Reina hace uso de su poder de Reina -lla-
ma en su ayuda a toda la policía del reino para recu-
perar una carta que, casualmente, por su contenido, trai-
ciona algo de su relación con el Rey; ya que en su caso

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4. EL DESTINO DE LA OMNIPOTENCIA

Enlazando con lo dicho anteriormente, recordemos


que las relaciones entre los tres sujetos de la maqueta
del cuento de Poe eran contradictorias. Había l1na con-
tradicción en el Ministro, una contradicción en la Rei-
na y una contradicción en el Rey. La del Ministro im-
plicaba su definición como chantajista (el poder del chan-
tajista cesa cuando hace uso de él). La contradicción de
la Reina era que hacía uso de la policía del Rey, mien-
tras que la carta era una traición a aquello mismo en •
que se basaban sus emblemas. La contradicción del Rey
consistía en una suerte de alternativa contradictoria,
irresoluble, entre tener que investirse con los emblemas
de la universalidad de la ley y el hecho de ser un hom-
bre puro y simple, un hombre sencillamente empírico;
la contradicción entre la individualidad del hombre y la
universalidad de la ley que lo inviste. De ahí que Lacan
diga, en algún lado, que a ningún hombre le está dado
investirse del poder del más alto de los significantes,
a saber la ley. Esto es el fundamento de toda monar-
quía; de alguna manera, la monarquía reposa sobre esa
contradicción -las monarquías absolutas, cuanto me-
nos-.
De todo esto nos interesa destacar una serie de rela-
ciones que nos permitirán pensar el famoso problema
psicoanalítico del narcisismo. Y ello sobre la base de la
relación de la Reina con el Ministro. Ocurre lo siguien-
te: el Ministro hace uso de su poder como chantajista

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y lo exhibe en su gesto de poder ante la Reina. Y la Rei- que está en juego es el pene. Y la exhibición del pene,
na devuelve ese gesto de poder con una especie de san- ¿qué pone en juego? Supongamos que 11n hombre efec-
ción positiva. Cuando la Reina habla del Ministro, dice tivamente dotado por la naturaleza posee un pene Y lo
que el Ministro es Who dares all things. O sea, el que exhibe: ¿qué es lo que está en juego en esa exhibición?
lo osa todo, el que es capaz de cualquier cosa. Es decir Precisamente el temor a perderlo: la amenaza de castra-
que la imagen que la Reina tiene del Ministro es la de ción y toda la organización fálica. . .
un tipo absolutamente poderoso. Muestra el efecto de la Decimos ahora que la condición de la omn1potenc1a del
omnipotencia que le permite el chantaje. En verdad Ministro es el policía tonto introducido por la Reina. Y
podríamos decir que en esta relación la imagen omnipo- esta definición corresponde a lo que. en Lacan se va a
tente, la omnipotencia del Ministro, se ve ratificada por llamar el objeto "a'', el modelo del objeto parcial. Lo que
la Reina. Pero ella no solamente ratifica y gratifica esta está en posición de objeto "a" será condición del mante-
omnipotencia, sino que crea las condiciones adecuadas nimiento de la estructura narcisista del sujeto, así como
para que persista. Porque, ¿qué vemos hacer a la Rei- el Prefecto es condición del mantenimiento de la omni-
na? Haciendo uso de su poder busca un policía. Y este potencia. Y además es interesante que -re~ué:denlo,
policía que busca, el Prefecto, es un imbécil. Quiere de- porque esto será la misma estructura .de~ fetichismo
cir esto que la Reina introduce para recuperar la carta ese objeto, que es condición del manten1m1ento de la es-
a alguien que por su imbecilidad no va a poder recupe- tructura narcisista del sujeto, es introducido por la ma-
rarla. Y de aquí se deduce algo muy interesante: que la dre, en nuestra analogía la Reina.
condición de la omnipotencia del Ministro es el policía Hay en la relación de la Reina y el Ministro algo com-
tonto introducido por la Reina. Es como si, ex profeso, plicado: es la relación de alguien que se mira en ~l es-
buscase a alguien inútil para conseguir la carta, intro- pejo y alguien que mira .al que se mira .en el espeJO, ~o
duciendo a un policía tonto en la estructura. Si ella, en mira mirarse en el espeJo. El que se mira en el espeJO
verdad, quisiera recuperar la carta, hubiera buscado de es el hijo, el Ministro: "Soy osado". La Reina lo mira mi-
entrada a Dupin. rarse en el espejo, y le ratifica: "Sí, eres osado". Pongo
La Reina, en lugar de querer terminar con el chan- el ejemplo de un hijo, un "Narciso", que se mira en el
taje que el Ministro está ejerciendo sobre ella, al bus- espejo y dice: ''Soy hermoso". Y la madre le dice: '~Sí,. eres
car un policía tonto lo que en verdad quiere es perpe- hermoso''. Así hemos desentrañado las contradicciones
tuarlo. Esto es una estructura conocida en mucha gen- entre los tres primeros personajes. Hemos hecho una
te que sufre: introduce las condiciones que perpetúan la teoría del relato, porque el relato no es más que la es-
situación por la que se queja. pera de la resolución de las contradicciones que una na-
Si, por un instante, cuando el Ministro se siente om- rración de los tres primeros personajes ha mostrado. El
nipotente y genial, pensara que en verdad su genialidad relato consiste en ver a dónde va a parar la omnipoten-
depende de la imbecilidad del policía, podríamos decir cia del Ministro, sostenida por la mirada ratificante de
que se le caerían las medias de vergüenza, usando lapa- la Reina. Esta es, realmente, la estructura del cuento,
labra vergüenza en este caso con absoluto rigor psico- lo que realmente nos apasiona: ¿a dónde irá a parar est.e
analítico, como una formación reactiva. Si uno tiene tipo tan ''desamparado", cuyo único amparo es una mi:
vergüenza, en 1·ealidad lo que desea es lo contrario: ex- rada que lo ratifica en la imagen que él se hace de s1
hibir. Y cuando se trata de exhibir, en psicoanálisis, lo mismo? Este es, en verdad, el cuento de Poe.
52 53
subrepticiamente, introdujimos algo que nos lleva a pen-
Vemos entonces que lo que estaba traro ando eran las sar la relación con el falo, vía vergüenza-formación re-
contradicciones de tres personajes. Habíamos visto que, activa-exhibicionismo=exhibicionismo de pene. Si se ex-
de estas tres contradicciones, no todas estaban al mis- hibe el pene es porque no se está seguro de que está ahí,
mo nivel y que había una privilegiada, la del Rey. La o si se va a caer.
contradicción del Rey es la más importante porque, en Esto permite añadir un dato importante más qu.e nos
verdad, su posición está referida a esa ley, esa univer- lleva directamente a pensar el problema del estadio del
salidad de la que depende todo, porque el robo del Mi- espejo tal como aparece planteado en Lacan. Es el con-
nistro y el chantaje que le 11ace a la Reina no tendrían tenido de la segunda carta que Dupin deja al Ministro,
sentido si no fuera por ese Rey que representa algo que la inscripción siguiente: ..."Destino tan funesto, si no es
traicionar, una legalidad que transgredir, porque sin le- digno de Atreo, es digno de Tieste". Esto nos remite in-
galidad que transgredir las cosas resultan un tanto so- mediatamente al estadio del espejo de Lacan por los mo-
sas en la vida. tivos que a continuación diremos.
Así, lo que produce el relato es el acto del robo, las La frase de la inscripción está tomada de un autor del
contradicciones de los tres personajes y la referencia ma- siglo XVIII francés, 16 autor de obras de teatro, que cons-
yor a la ley. Vimos que el padre se empezaba a dibujar truía sus obras sobre el modelo de las historietas de la
en la estructura de la maqueta con referencia a la ley, mitología griega. En este caso se trata de una historia
encarnado por el Rey. Y, por otra parte, vemos apare- bastante famosa, de dos hermanos llamados Atreo y
cer ahora otro concepto: el narcisismo referido, tanto a Tieste. Atreo y Tieste habían matado a todos sus her-
su relación con la madre, como a las falsas especulacio- manos y habían abandondo Grecia para entrar en otras
nes que tiene como condición. regiones nuevas. Cuando llegan a estas regiones se apo-
Parece que, si la maqueta es cierta, el narcisismo tie- deran del reino; uno le roba la mujer al Rey -la Rei-
ne un soporte, algo que lo sostiene. Y eso que lo sostie- na- y en ese momento empiez~n a surgir las peleas en-
ne es lo que llamamos el objeto ''a". En este caso, quien tre ambos hermanos. El que había robado la mujer al
estaría en posición de objeto "a" sería el imbécil del Pre- Rey, es a su vez robado por el hermano, que se escapa
fecto. Lo que Lacan llama objeto "a" tiene que ver con con su mujer, y conquista otro reino. El otro, odiando al
el goce y es un disparador del deseo; está en la fantasía, hermano por lo que ha hecho, captura a los hijos del her-
debe aparecer en la fantasía. mano y se los manda como mensajeros. El hermano, sa-
En verdad, si uno dijera, por má.s grosero que fuera biendo que estos mensajeros eran enviados por su her-
el concepto de fantasía que utilizáramos: ¿en qué pien- mano, antes de que los mensajeros hablen, los mata (a
·sa todo el día el Ministro? Verdaderamente, tiene al Pre- sus propios hijos). Entonces, le manda a decir al herma-
fecto metido en la -cabeza. No sola ro ente, de acuerdo con no que, a pesar de todo, lo perdona y lo invita a una gran
sus síntomas homosexuales, está todo el día pendiente cena. Pero, mientras, captura a los hijos del hermano,
de encontrarse con los hombres del Prefecto que lo pal- los mata, los corta en pedazos y el día de la cena se los
pan en la calle constantemente, sino que además lo tie- sirve como comida.
ne metido en la cabeza permanentemente. Lo que él no
sabe es que eso que tiene metido en la cabeza es la con-
dición de su sostén narcisista; si lo supiera, se moriría 16.Racine.
de vergüenza. Y en ese "morirse de vergüenza", nosotros,
55
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Destino tan funesto, si no es digno de aquel que le En primer lugar, nos interesa el título ~ismo del en-
había robado la mujer al hermano, es digno de aquel que sayo de Lacan, que tiene que ver con la idea de que el
se tuvo que comer los objetos de su propio deseo, sus hi- estadio del espejo es el formador de la estructura del yo.
jos, en pedazos. Ese sería el mensaje. Y, además, está El estadio del espejo como formador de la función del yo
la idea de "cuerpos cortados en pedazos". (''je'') tal como se nos revela en la experiencia p~icoa­
Y esto es taro bién lo que le dice Dupin al Ministro; nalítica". La idea es que lo que ocurre en el estadio del
le viene a decir "mira, tú que te crees tan omnipoten- espejo determina y forma el yo humano.
te cuando te miras al espejo, en verdad estás cortado en Lacan comienza el artículo haciendo, por tin lado, una
pedazos, porque el triunfador aquí soy yo, que te destro- analogía y, por otro lado, señalando una diferencia e~­
za. La otra cara de esa omnipotencia, que la Reina ra- tre el comportamiento del nenito human~ y el ~el ani-
tifica, es que estás hecho pedazos''. Ese es el mensaje. mal frente al espejo. Con respecto a la diferencia, fun-
Y en ese mensaje es como si Dupin fuera el propio La- damental, todo el mundo la sabe. El cachorro humano
can, porque contiene un concepto de la teoría lacania- es capaz de acceder al espacio especular en tanto tal. Es
na. En el texto lacaniano aparece un modelo de dos ca- decir, capaz de escindir el espacio meramente real Y
ras: por un lado, un cuerpo unificado narcisista, cuya empírico en espacio real y espacio i~a~n~o. ~sea, no
verdad es un despedazamiento corporal el famoso confundir lo que ocurre en el espacio imaginario. con el
corps morcelé de Lacan. Entonces, el final de la histo- espacio real, darle al espacio imaginario su propia pro-
ria, con esta carta que manda Dupin al Ministro, nos re- fundidad.
mite directamente a un trabajo lacaniano, que es el "El Esto no es lo que hace un mono ni lo que hace un pe-
estadio del espejo". 17 Y a ello vamos. rro. No lo pueden hacer. El mono, en la época en que,
Ahora ya estamos fuera del seminario sobre "La car- desde el punto de vista de la inteligencia instrumental,
ta robada". Vamos a estudiar otro trabajo de Lacan. Po- es capaz de dar este paso, se mira al espej~, parece que
demos ojear ya en los Escritos este trabajo del estadio tiene cierto interés en la imagen, pero rápidamente co-
del espejo. rre a ver qué hay detrás del espejo, como si la imagen
Este uso del concepto del estadio del espejo nos va a que ve fuera la de otro animal. . .
ser muy útil, sobre todo, para plantear el problema del Mientras que el nenito humano en pnmer l~gar, ~ce
narcisismo en Freud. Y plantearlo de una manera radi- Lacan, responde a su propia imagen en el espe~o ~on sig-
calmente distinta de la de otros teóricos del psicoanáli- nos de alegría. Saluda la aparición de su propia imag.en
sis que pretendieron dar una explicación, a nuestro en- con alegría. Por los movimientos de la cabeza y los OJOS
tender mala, de los problemas que quedaban abiertos en muestra, además, que reconoce y explora el doble entor-
torno al concepto mismo de narcisismo y narcisismo pri- no: el entorno imaginario y el entorno real. Y compara.
mario. Este concepto es fundan1ental. Anticipo desde ya Mira a la madre, mira al espejo y además lo hace con
cuál va a ser la conclusión derivada de la introducción alegría. Por lo mismo, desde entonces, el nenito ya no
de este concepto: la conexión entre narcisismo y agresi- va a confundirse -salvo que sea un psicótico-. Captu-
vidad en la teoría psicoanalítica. ra su imagen en el campo especular; al mismo tiempo,
desdobla el campo en real e imaginario. Es capaz de ha-
17.J. Lacnn: "El estadio del espejo como formador del yo tal como se nos re- cerlo.
vela en la experiencia psicoanalítica", en Escritos I, Ed. Siglo XXI. No me pregunten qué pasa en las culturas donde no

56 57
Se constituye entonces una matriz donde coexisten la
hay espejos. Ocurriría lo mismo; aunque no haya espe- anticipación mental (porque es capaz de esa gran esci-
jos el animal humano es capaz de hacerlo, mientras que sión) y la premaduración biológica. Veremos cómo esta
el mono no lo es. Por otra parte, aunque no haya espe- oposición constituye la base de la matriz.
jos toda cultura guarda sus muertos. No hay cultura que Lacan dice que $e produce ahí una especie de extraña
no tenga una referencia respecto a sus muertos. Y si proporción cuyo fundamento sería dicha oposición. Ocu-
guarda sus muertos, si hay tumbas, quiere decir que esos rre que del lado de la imagen el chico captura algo así
seres que son capaces de referirse a sus tumbas se iden- como, podríamos decir, su unidad guestáltica: la imagen
tifican con los muertos. Y al identificarse ccn sus muer- se le da como un todo guestáltico. Pero del lado del cuer-
tos, son capaces de hacer t1n intercambio de imágenes po propio, lo que le ocurre es que recibe los datos pro-
que sostiene la idea de inmortalidad. Lo cual quiere de- pioceptivos de la percepción interna en general. Y estos
cir que en la idea de tumba hay un espejo escondido. Es datos, en cambio, son discontinuos: y aquí estaría la ato-
decir, el concepto de identificación funciona, lo que sig- mización. Mientras en el nivel imaginario del espejo me
nifica que distingo entre yo y otro que es como yo sin percibo como unificado, en el nivel propioceptivo de mi
ser yo. Lo mismo ocurre en el espejo: distingo entre yo propio cuerpo me percibo como atomizado. Y yo, ante este
y otro que está dentro del espejo sin ser yo. Cosa que cuerpo autoperceptivo atomizado, lo "reprimo" para alie-
ningún animal puede hacer porque, que se sepa, nun- narme completamente en la unidad de la imagen
ca se encontró, ni aun en las organizaciones de anima- guestáltica especular.
les, el culto a los muertos.
Pero no es menos importante, dice Lacan, el hecho de unidad especular
que el niño pueda hacerlo incluso cuando no está todavía
mielinizado, cuando aún no está consolidado todo el apa- datos propioceptivos atomizados
rato de sostén (el estadio del espejo se puede situar en-
tre los 6 y los 18 meses). Lacan llama la atención sobre La anticipación es a la prematuración biológica como
el hecho de que el nenito da grandes sacudidas de ca- la unidad especular a los datos atomizados propiocepti-
beza ante el espejo, como para "capturar'', dice, el ins- vos. Y, podríamos decir, como lo imaginario es a lo real.
tante, la unidad de su propia imagen en el espejo. Al niño Así, lo que Lacan viene a decir es que esta matriz es el
se le ilumina la cara, sonríe con alegría ante la apari- fundamento de iodo yo humano.
ción de esta imagen suya especular.
Aquí se constituye ya una matriz, según Lacan, cu-
yos dos vectores fundamentales son:

• por un lado, la capacidad de desdoblar el campo en


real e imaginario o, lo que es lo mismo, capacidad de
otorgar al espacio imaginario estatuto de tal;
• por otro lado, la inmaduración biológica en ese mo-
mento del desarrollo. El nenito, aun mucho más inma-
duro que el mono, que el perro ... , que cualquier animal,
puede hacerlo.
59
58
5. IDENTIFICACIONES

Habíamos llamado la atención sobre dos cosas. Una


era esa extraña relación que unía al Ministro con la Rei-
na, en la que la Reina ratificaba el narcisismo del Mi-
nistro, lo que llevaba a cabo introduciendo en la estruc-
tura al Prefecto condición de posibilidad de dicha ra-
tificación narcisista-. Y aquí ya tenemos un estadio del
espejo en ciernes: el Ministro mirándose en el espejo y
la Reina mirándolo mirarse y diciendo: ''Sí, eres lindo".
El decía: "Soy omnipotente". Y la Reina lo confirmaba:
"Eres omnipotente".
La otra cosa era el contenido de la carta dejada por
Dupin: destino tan funesto , si no es digno de aquél que
le robó la mujer a su hermano (alusión a Tótem y tabú;
los hermanos desean las mujeres del padre), si no es dig-
no de aquel que sedujo a su madre (ya que haber sedu-
cido a la mujer de su hermano es lo mismo que trans-
gredir el incesto, pues la mujer del hermano es un símbo-
lo de la madre), es digno de aquel a quien esa omnipo-
tencia no le vale para nada, o sea digno de aquel de quien
quedó demostrado que su cuerpo estaba hecho pedazos.
Entonces aparece la oposición entre la unidad cons-
titutiva narcisista de la imagen omnipotente y la verdad
de esa imagen, que es el cuerpo despedazado. Y a par-
tir de aquí pasamos al estadio del espejo.
Hicimos una primera comparación entre el hombre y
los animales, con quienes había una semejanza y una di-
ferencia. La diferencia fundamental es que sólo el niño

61
humano puede acceder a la imagen en tanto tal, lo que
quiere decir que es capaz de desdoblar el espacio en ima- figura como una totalidad aprehensible. El nenito le dice
ginario y en real. El espejo es tal espejo para el niño. sí a su propia imagen y sonríe: "estoy unificado". Esto
A lo que saluda el niño es a su imagen especular, no a sería a nivel de la imagen, mientras que en su interior
otro nenito igual a él. A lo que un animal mira en el es- está destrozado.
pejo es a otro animal. Es fácil probarlo, aparte de la ob- En esta proporción, el movimiento consiste en ir ha-
servación de los animales, por razones completamente cia arriba, porque el sujeto se defiende de la atomiza-
demostrables. ción, de la indefensión. Si ustedes quieren, reprime los
Así, el niño ht1mano es capaz de hacer esto a una edad datos propioceptivos para alienarse en su \1nidad ima-
en que comparativamente, por su desarrollo, está mu- ginaria. Se identifica a la unidad imaginaria guestálti-
cho más atrasado muscularmente y desde el punto de ca especular. Para Lacan ésta es una matriz en la que
vista de la inteligencia animal ("intelige11cia animal'' se constituye el yo. El yo en su constitución sería -lo
quiere decir cómo los animales manipulan los objetos, que llamamos yo en psicoanálisis, que de todas mane-
cómo se manejan). El niño a esa edad ni siquiera está ras para Lacan es lo mismo, po1·que no se podría hablar
aún mielinizado. Entonces pareciera como que el nenito de ningún yo en ninguna teoría sin referirlo a esta ma-
está adelantado mentalmente -llamando mental a esta triz- el resultado de esa alienación que es defensa con-
capacidad de desdoblar el espacio en imaginario y real tra el cuerpo despedazado.
en relación con el animal, mientras que está muy atra- Y fíjense que esto es la historia del Ministro. En ver-
sado biológicamente. Para Lacan esto es una matriz que dad lo único que viene a i11troducir el recuerdo de su ato-
está constituida por una primera oposición: adelanto mización es la cartita del otro y su derrota. En verdad
mental/inmadurez biológica. En verdad lo que hay den- todo el cuento es la historia del Ministro alienado a su
tro del espejo, a lo que el nenito accede, el fundamen- imagen omnipotente. •

to de su júbilo, es una oposición entre la unidad Una sola cosa más y termino esta secuencia sacando
guestáltica de la totalidad de su propio cuerpo, en la ima- unas conclusiones que más adelante vamos a ver apa-
gen, y los datos propioceptivos que provienen de sus recer en Freud. Todo ello para captar un punto funda-
vísceras, sus articulaciones, etc. Su representación sería mental, que es cómo debemos pensar el concepto de nar-
la coexistencia de la unidad de la imagen con la atomi- cisismo. Este va a ser nuestro gran apoyo para pensar-
zación a nivel propioceptivo. lo, porque es un concepto problemático en la historia de
Podemos ejemplificarlo así: sería como si yo me mi- la teoría.
rara al espejo antes de ir a ver a mi novia. Compongo Estábamos hablando de la identificación especular,
mi figura -estoy bien, traje elegante mientras que al del estadio del espejo. Hablaré ahora de lo que resta con-
mismo tiempo mis datos propioceptivos son contradicto- tar de él. Lo que vimos hasta ahora era la diferencia
rios una muela cariada, un dolor renal, etc. entre el nenito y el animal, ya que el animal no reali-
Pero no hay que hacerse ilusiones con respecto a los za ese desdoblamiento del espacio que está en el funda-
ejemplos: no son importantes. Debemos plantearnos las mento de toda cultura. Del mismo modo, no hay socie-
cosas en otro nivel, ya que estas unidades de las que es- dad ht1mana sin lenguaje: no hay sociedad humana en
tamos hablando no son las que se dan empíricamente. que se haya descubierto que los hombres no hablaran;
Entonces, del lado de la imagen hay una unidad, mi todos hablan, algunos no pueden pasar a escrito lo que
hablan pero hablan siempre. Tampoco hay sociedad hu-
62
63
m~a alguna sin pr~hibición del incesto. Y tampoco hay J>er&ona es ésta, distinta de otras. Identificar es, en pri-
sociedad humana sin alguna relación con los muer- 111er lugar, distinguir, diferenciar perceptos.
tos, algunas marcas con respecto a los muertos (se los Cuando uno habla de identificación en psicoanálisis
entierra, se los guarda). Cuando se habla de cultura dice dos cosas al mismo tiempo: que el sujeto distingue
por otra. parte, son estas cosas fundamentales las que' perceptos, uno de otro (esta caja no es un libro, este li-
se estudian: la lengua, los muertos, la tradición, el ri- llro no es un hombre) y es capaz de distinguir una ima-
tual. No puede haber sociedad humana alguna sin imá- gen, que es la suya (este hombre soy yo).
genes. 18 Vean "Identificación" en Diccionario de psicoanálisis
. La ~mag·en está en la base del lenguaje, en la iden- (le Laplanche y Pontalis. En verdad, en lugar de hablar
t1fi~ac1ó~ con los muertos, en tanto implica la idea de ''se- de identificación en psicoanálisis habría que hablar de
meJa~te : debo conservarlo porque soy yo o tiene que ver "seidentificación", porque el término es inmediatamen-
conmigo. Hay una identificación especular en juego. Yo te reflexivo. Significa ser capaz de distinguir un percep-
tomo al otro, como en un espejo, por otro yo. Así a la pre- to: el propio. Identificarse.
gunta ~ue muchas veces plantean, de tipo empirista, so- Esto es lo que hace el nenito. Es interesante obser-
br~ que p~a con las sociedades en las que no hay es- var que hay animales que hacen algo similar. Lacan cita
peJos,.habria que contestar: no hay sociedad h11mana que dos ejemplos. Las palomas, en una etapa de su desarro-
aun sm conocer los espejos no sea capaz de desdoblar el llo, para poder madurar sus gónadas, tienen que perci-
e~~acio en ~maginario y real. Entonces aunque tales bir en su campo a otra paloma. La prueba consiste en
n1nos no tuvieran espejo, si llegaran a tenerlo sonreirían <'ncerrar a una paloma en desarrollo y se la deja sola:
. . ' se comprueba que sus gónadas no se desarrollan. Lo mis-
a su pro~1a imagen. No habría ningún problema, sin
duda. Y s1 no lo hacen, habría que dudar de la salud de mo ocurre con la langosta, que en un momento de su de-
tales nenitos. Aarrollo necesita percibir a otra langosta del mismo tipo,
En cuanto a lo que decíamos de la matriz especular o a algún animal de una especie cercana, o como se dice
fo1·~adora del yo. ¿Q~é quiere decir formadora? Que por C\n lingüística, con un límite de dispersión preciso es
medio de esta capacidad del nenito de distinguir fuera decir que hay un límite más allá del cual no1se produ-
de él una forma guestáltica, que es la suya, distinguir- ce el efecto . Ahora bien: colocando a estos animales en
la de otras en el espejo, se constituye la matriz de un tina caja con espejos, cumplen sin problemas su desarro-
yo que ~esde entonces va a ser la alienación del suje- llo. Así se ve que estos animalejos son capaces de dis-
to a esa imagen especular y la represión de los datos del tinguir en un percepto una forma semejante a la suya

desmembramiento corporal. propia.
El concepto de identificación, en primer lugar, tiene Lo interesante para Lacan es esto. En los dos ejem-
como serna (io que significa) el concepto de identifica- plos, muy relevantes, una vez que la identificación se
ción policial, identificar como se hace en un careo: tal produce, incide en el desarrollo del animal y, por así de-
cirlo, lo marca para toda la vida. Lo mismo ocurre con
18. Este párrafo queda algo confuso en lo que se refiere al estatuto dado a
el nenito, quien una vez que es capaz de capturar su pro-
"las i~á~e~es", si n .duda por el contexto de la discusión. Pareciera que no hay pia imagen en el espejo, de reconocer que esa carita es
una. d1st1nc1ón precisa entre simbólico e imaginario, pero puede entenderse al la suya y no la de otro, en ese momento queda marca-
revcs: Masotta acentuaría así la dimensión simbólica presente en lo que su in-
terlocutor pretende reducir a las "imágenes".
do para toda su existencia: ya constituyó su yo huma-

64 65
no y su fo1·ma específica de alienación. La diferencia res- el otro se cae y él llora. No es que mientan, sino que to-
pecto del animal está en que si la condición para lapa- man la conducta del otro por la propia. Yo soy el otro,
loma es percibir a otra paloma, ella toma a su imagen textualmente. Es decir que el transitivismo basado en
en el espejo por un animal real. la identificación al semejante, en la identificación espe-
Entonces la prueba sirve para demostrar la capacidad cular, podría ser el grado más alto de tránsito de las for-
que tiene el animal de distinguir perceptos semejantes mas. Es un grado altamente formal de la relación. La
a su propia imagen, pero no prueba que el animal sea relación no tiene contenido, no se determina, no se fi-
capaz de desdoblar el espacio en imaginario y en real, ja. El niño, a esta edad, no sólo no puede decir "yo
sino más bien lo contrario - aunque estrictamente des- soy yo'', sino que además frente al otro está perdido,
de el punto de vista de la demostración y desde el pun- porque no puede determinarse, no puede fijarse como
to de vista lógico no quede totalmente probado . Pero distinto del otro. Es la época en que necesita al otro pa-
obviando esto, indudablemente las palomas no desdo- ra determinarse a sí mismo, pero en tanto se identifi-
blan el espacio. que con él.
Lacan dice que podemos ubicar como una etapa que La identificación estaría en sus momentos fundantes,
sucede a ésta del acceso del niño a su propia imagen es- y sería en tal grado que no se podría distinguir entre el
pecular y el desdobla1niento del campo en imaginario y yo y el otro. Ahora comparemos esto con lo que teníamos
real, otra cuya novedad, digamos, es que la imagen es- en el estadio del espejo, la atomización y la unificación
pecular se pondría a caminar y saldría del espejo. ¿Quién en el espejo.
es el que aparece afuera, como otro, imagen especular? En esta nueva etapa, las cosas están un poco compli-
Es otro nenito que aparece en el campo. cadas: lo imaginario sigue perteneciendo al espejo, con
Lacan llama a esta etapa de identificación con el se- su unidad, pero lo real ahora está como duplicado. Te-
mejante. Un nenito es para otro nenito como la propia nemos al sujeto, que propioceptivamente sigue sin-
imagen del espejo, que se salió del espejo y se puso en tiéndose atomizado, pero identificándose con 11n otro que
el campo real. Esto complica todo en verdad, porque en está unificado. Hay un real uno y un real dos. Y de este
un primer momento teníamos solamente el fundamen- desdoblamiento del campo de lo real por la aparición del
to del desdoblamiento entre imaginario y real, pero aho- semejante lo que tendrá que surgir es el tercer campo,
ra tenemos algo más. Se produce la aparición en el cam- sin el cual no hay reflexión en cualquier nivel teórico:
po real de dos "unos'', porque el otro nenito soy yo mis- el caro po de lo siro bólico.
mo. ¿Quién es ese que está en ese campo? Yo mismo. Pero lo importante ahora es esto: la atomización es-
Y en relación con esta etapa de identificación al seme- pecular era reprimida en el primer momento y el suje-
jante nos llaman la atención ciertas observaciones de to se alienaba de su imagen especular. Mas ahora apa-
los psicólogos infantiles que muestran que en esta rela- rece en el campo otro que tiene las propiedades de la ima-
ción de identificación hay una enorme carga de transi- gen, es decir, latinidad de la imagen. Pero esta unidad
tivismo. no pertenece al campo imaginario, sino que está en el
Transitivismo es un grado de identificación muy alto: campo de lo real y es contenida o sostenida o mante-
significa que las formas transitan. Como sucede en al.. nida o acarreada- por el otro. El otro está unificado.
gunas conductas infantiles, cuando un nenito le pega a Tiene propiedades que Lacan en "el estadio del espejo"
otro y le dice al padre que el otro le pegó a él. O bien asigna a la imagen y que llama estatuarias. El otro es

66 67
una estatua, una escultura, o sea algo exterior a noso- llo percibir desde adentro, desde él. Lo que significa que
tros, algo acabado, unificado. los datos propioceptivos, las muelas cariadas y los
Entonces, ¿qué pasa ahora? Antes, la atomización era 1·11iones doloridos, son los míos y nunca los del otro. Así
reprimida haciendo surgir la matriz de la alienación fu- ruando un amigo viene y dice que se siente mal, que se
dante del yo. Pero ahora la referencia a la unificaci611 va a morir, uno no le cree. Por eso no conviene distraer-
·es un otro real, una pequeña estatuita, otro nenito to- se mucho, porque puede que el amjgo realmente se mue-
talmente exterior a mí. Lo veo al revés. Es exterior, así ra. Me defiendo de esta propioceptividad alimentándo-
como mi imagen era exterior a mí. Porque mi imagen 111 e con la imagen del otro. Es lo que llamo mi identi-
en el espejo, lo bueno que tiene, su gran ventaja, es que licación con la imagen escultórica del otro. Cuando me
me veo totalmente desde fuera. alimento de esta imagen quiero decir que creo que soy
A algunos psicóticos les ocurre lo que podemos llamar lo que ustedes son para mí. Pero para llegar a hacer esto
el síntoma de la cabeza negra, de la capucha, ante la im- tendría que reprimir totalmente, apaciguar, apagar, los
posibilidad de ver su propia cara. Lo cierto es que usual- datos propioceptivos. Y tengo que enviar a algún lado
mente no vemos nuestra propia cara. Lo que hacemos esos datos propioceptivos. En realidad lo que hago es en-
habitualmente es que aquello que no vemos nosotros viarlos al otro. Y de aquí surgiría como l1na especie de
mismos lo sostenemos con lo que vemos del otro. Al mi- 11ecesidad, por la cual la identificación al semejante su-
rar la cara del otro como externa, no necesito mirar la pone esta remisión de la atomización al otro, lo que cons-
mía como interna. Quiere decir que en el síndrome de tituye el origen de la agresividad. Se puede percibir, o
la capucha negra no tengo cabeza, soy un descabezado. pareciera que hay, 11na relación de necesidad entre el
Cada uno de nosotros lo es para sí mismo en este mo- i1arcisismo, lo que se funda en esa alienación yoica de
mento: necesitamos apoyarnos en las caras de los otros la imagen del espejo y la agresividad cuando el que ocu-
que vemos en cambio como exterioridad. O sea que en pa el lugar de Ja imagen en el espejo es uno igual a mí.
verdad, si nos zafamos del síntoma de la capucha negra Lacan dice que incluso, psicoanalíticamente hablando,
es por ese apoyo que encontramos en la escultura que tiene mucha importancia la edad de los hermanitos en
son los otros, esas estatuas que vemos, tan seductoras, la determinación de la estructura del sujeto. Cuando se
en primer lugar porque tienen todo lo que nosotros no produce esto ocurren dos cosas fundamentales: por una
tenemos. Es decir que habría un campo de seducción parte, se produce un grado máximo de transitivismo,
recíproca, donde cada uno de nosotros estaría seducido y por otra, en tanto hay apoyo pai~a alimentar mi uni-
por todos los demás, por la exterioridad de la presenta- ficación libidinal narcisista, tengo que expeler esos
ción del otro. Esa presentación de la exterioridad es lo trozos atomizados que me constituyen, lo que es el fun-
que Lacan llama aspecto estatuario. damento de la agresividad. Pueden encontrar esto en
Pero tenemos que ver qué pasa con la atomización, un famoso pasaje de Freud en Más allá del principio del
pues sucede que el otro con el que me identifico tiene placer.19
todas las ventajas de mi imagen en el espejo, pero es un
otro real como yo, y no tiene en cambio ninguna de las Pregunta: ¿Entonces la agresividad está directamen-
desventajas de mi propioceptividad. Cada uno de noso- te ligada con el narcisismo?
tros es para los demás como una imagen en el espejo.
Pero en tanto real, esa imagen que es el otro no la pue- 19. S. Freud: Más allá del principio del placer, pág. 2535, Tomo III.

68 69
En la teoría lacaniana, completamente. Lo cual quie- 6. EL FALO: FUNDAMENTO
re decir que hay que rechazar toda teoría que funde la DEL FUNDAMENTO
agresividad en la frustración. El sujeto agrede porque
hay una relación de identificación a un otro que es igual
que él Y no porque el otro no le dio lo que necesitaba,
como dice la teoría basada en la psicología animal. En
cualquier libro sobre la agresividad, verán que siempre
aparece en el fundamento de la teoría alguna referen-
cia a la frustración ante una necesidad. En Lacan no es
así. Hay agresión porque se necesita expulsar los datos
atomizados de la alienación yoica.
Habíamos hablado del estadio del espejo, en realidad
una fase, o sea que parece una estructura nueva yapa-
rece necesariamente. En cuanto a la secuencia de apa-
rición precede a otra fase, la de identificación al seme-
jante, el surgimiento en el campo de otro nenito real. El
campo real está escindido en dos reales distintos, y el
problema es cómo se articula la propioceptividad de la
atomización en relación con la imagen estatuaria exte-
rior del semejante. La solución consiste en alimentarse
de la imagen del otro para constituir la propia unidad,
así como el niño se alimentaba de la imagen del espe-
jo para constituirse como unitario. Habitando, podemos
decir, su espacio con energía unitaria obtenida del otro
y expulsando hacia éste los trozos atomizados. Y aquí es-
taría el fundamento de la agresividad que se relaciona
así con la constitución unitaria del sujeto, es decir con
el narcisismo. Cuanto más radicalice el sujeto su posi-
ción narcisista, fundada en la identificación al otro, más
necesitará expulsar su atomización, habrá más agresi-
vidad. La agresividad, entonces, es f11nción de la iden-
tificación narcisista con el semejante. Por lo tanto hay
agresión cuando uno se equipara al otro, cuando ve en
el otro a un semejánte. Dejemos las cosas en este pun-
to, que luego trataremos más extensamente, y volvamos
a Freud.
El momento del desarrollo de la teoría freudiana cuan-
do se introduce la teoría del narcisismo, es decir, un cier-

70 71
to momento de la teoría de las pulsiones que acaba in- 1><>ndían bien y pudimos ver la importancia de ciertos tra-
corporando la teoría de la pulsión de muerte, nos traerá l1:1jos entre 1923 y 1931, el primero de los cuales es "La
nuevamente esta agresividad unida al narcisismo. 20 c>rganización genital infantil", donde en forma muy con-
Rememoremos el comienzo. Tuvimos que fundamen- tlcnsada se encuentra tpdo.
tar nuestro punto de partida buscando un tema perma- Hicimos algunas observaciones respecto al falo. El falo
nente en Freud y necesario por su importancia. El tema 110 es el pene: es la premisa universal del pene. El falo
era el significante, definido como la palabra en tanto que <'S, pues, irrepresentable porque no es el pene real sino
es capaz de remitir a más de un significado. Dábamos tllgo que tiene que ver con el orden de la legalidad -
un ejemplo: el chiste. Freud consideraba el chiste como y una ley no se puede dibujar-. Entonces al concepto
modelo de toda formación del inconsciente. Buscamos en 1l1ayor de la teoría, el complejo de Edipo, lo considera-
los textos de Freud dónde podía apreciarse la importan- l'Cmos una confrontación entre la premisa universal y la
cia del significante. Nos decidimos por La interpretación <'Xperiencia de la diferencia de los sexos. De esa percep-
de los sue1ios. Vimos aparecer ahí el modelito del árbol ción surgía el complejo de Edipo como totalidad que ya
que se desarrollaba en forma de paracaídas y nos inte- estudiaremos en sus pormenores, que en la mujer se lla-
rrogábamos por el último punto del paracaídas para ver ma envidia del pene y en el hombre amenaza de castra-
qué había allí. Nos preguntábamos si era también u n ción.
acontecimiento y respondimos que no, porque si fuera un Recordamos también los tres términos relacionados
acontecimiento todo se deslizaría hacia una teoría con el concepto de castración: amenaza de castración,
empírica tal como la que Freud abandonó muy pronto. fantasía de castración y complejo de castración. Son co-
Evocamos el momento en que Freud habla del trauma sas distintas. Con respecto al complejo de c~stracir:i no
de seducción y recordamos el nombre que le dio poste- diré nada, porque todo lo que expongo se refiere a él. Más
riormente: protofantasía. Asimismo enumeramos otras adelante llegaremos a un pt1nto en que podremos esque-
dos protofantasías: castración y escena primaria. Las matizarlo. Pero distinguimos, en el complejo de castra-
tres constituye11 ese campo de intrincadas relaciones del ción, la palabra complejo que indica la complejidad de
complejo de Edipo. De ello sacamos en conclusión que relaciones que lo constituyen. La amenaza de castración
debíamos ir a la teoría a buscar el complejo de Edipo. es el nombre del complejo en el hombre, que teniendo
Del complejo de Edipo destacábamos el eje de su pene teme perderlo.
dinámica: es decir, el falo. Todo lo que es analizable en Dicho esto, conviene comenzar por el artículo que se
psicoanálisis tiene que ver con la castración y por lo mis- plantea a sí mismo como inaugural, donde están las ba-
mo con el falo. El referente fundamental de toda la in- ses de la teoría fálica y por consiguiente del complejo de
terpretación es la cosa fálica, fundamento del complejo castración, fundamento de la teoría en su conj11nto: ''La
de Edipo. organización genital infantil".
Así, alcanzábamos el fundamento del fundamento. Y En este artículo podemos distinguir seis puntos fun-
nos disponíamos a buscar en los textos ese fundamen- damentales que enumero y comento:
to que es el falo. Dijimos que los textos en este caso res-
l. La definición de falo. Freud dice que la sexualidad
20. Masotta desarrolla esta temática en su libro El niodelo pulsional , Ed.
del niño se define entre los dos y los cinco años (com-
AJtazor. plejo de Edipo): al final de esta fase ya tiene decidida

72 73
su elección de objeto (heterosexual u homosexual). Y c•sla fase? Que introduce una relación de objeto allí don-
añade que en este sentido no hay diferencia entre el niño <le no hay objeto. En la fase oral y en la fase anal se podía
y el púber, o entre el niño y el adulto. Sin embargo, dice, l1nblar de objetos reales y de experiencias reales, pero
el adulto está genitalizado, lo que significa que ha re- t1quí no. La relación ahora, y esto es lo que obliga a in-
alizado la síntesis de las pulsiones parciales en la geni- troducir la fase fálica, es la falta de objeto (la ca.s tración
talidad. No obstante el niño también está genitalizado, en tanto que falta de objeto), lo que supone el dominio
aunque en forma sui géneris: para él en esta etapa exis- ele la fantasía.
te sólo un órgano que atrae su interés, el masculino. Me- Entonces la fantasía de castración no es más que esto,
diante esta reflexión Freud define el falo como este ob- que es la novedad que aporta en verdad la fase fálica.
jeto del interés del niño, interés considerado como estéti- l~l nenito, dice Freud, cuando ve a una nenita, piensa:
co -me interesa esto o no me interesa- y no que haya si ella no lo tiene, como debería tenerlo de acuerdo con
una pulsión unificada, genital,21 o una base biológica de la premisa, es que ha hecho algo malo y se lo han cor-
este interés. tado. Esto es la fantasía de castración. Es en realidad
un pequeño mito con el que se trata de explicar algo ver-
2. La elevación del falo a estatuto de fase . El falo pasa daderamente molesto y que no tiene explicación: es la
a constit11ir una fase del desarrollo de la libido. El de- deducción de que la dif~rencia anatómica es resultado
sarrollo de la libido había tenido hasta entonces tres de un acto. Si no tiene, es que le fue cortado. Por este
grandes fases y un período: fase oral, fase anal, período motivo aparece contra el fondo alguien que se lo cortó,
de latencia y fase genital. Fase implica obligatoriedad en la figura de un castigador, el padre. La explicación de
el tiempo, más emergencia de una estructura nueva; la mera diferencia como resultado de un acto y la apa-
período de latencia quiere decir que hay un tiempo de rición del agente constituyen la fantasía de castración.
aparición en la secuencia e implica obligatoriedad, pero Distinguimos la fantasía de la amenaza de castración y
no hay surgimiento de una estructura nueva. Esta es la del complejo de castración, que las contiene a ambas,
mejor manera de entender el período de latencia: hay un complicado conjunto teórico al que se refiere todo lo que
silenciamiento, no aparece ninguna estructura nueva. decimos.
No hay que entender en sentido literal este término,
como Uil cese de la actividad genital del nenito, ya que 3. Una advertencia fundamental que hace Freud en el
no hay tal cese. texto. Tratándose del complejo de castración, lo que está
Fase implica entonces esa obligatoriedad: todo el mun- en juego es la pérdida del pene (pérdida fantaseada) y
do tiene que pasar por ella. Y hablar de la fase fálica ningún otro tipo de pérdida, como el destete o la pé;rdi-
implica recordar que, si algún día pensamos una teoría da de los excrementos o el tral1ma del nacimiento pos-
sobre las relaciones de objeto, tendríamos que tenerla en tulado por Rank 22 (o sea separación del nacimiento, la
cuenta porque para F:r eud esta fase tiene un valor fun- pérdida del contacto con la madre). Estas otras pérdi-
damental en la consti·tución del sujeto. Y, ¿qué pasa con das no definen el complejo de castración. En otro lado,
Freud va a decir que, en verdad, la distinción entre las
21. S. Freud: "Las pulsiones y sus destinos" (1915) Tomo II, pág. 2039. Am-
pérdidas anteriores y la pérdida del pene es que en las
pliamente comentado por J. Lacan en su Seminario 11, Los cuatro conceptos fun-
danientales del psicoanálisi,s, Ed. Paidós. El término alemán correspondiente a 22. O. Rank: El traunta del nacimiento, Ed. Paidós.
"pulsión unificada" es Ganzesexualstrebung.

74 75
anteriores los objetos son reales porque hubo experie11- lr1 oposición es activo/pasivo; en la fase fálica la oposi-
c~a de la separación de la madre, experiencia de la pér- ,·ión es genital masculino/castración y sólo al final del
dida de los excrementos (con cierta significación), perc> 1Jt~sarrollo, en la fase genital, se dará la oposición mas-
no hay ninguna experiencia de la castración. Es unct ('t1lino/femenino. Fíjense que la oposición masculino/fe-
mera fantasía. Por eso las primeras experiencias, en tan- 1llc11ino no aparece de entrada. Son co11clusiones del de-
to referidas a objetos reales, no podían nunca fundar una ftt\rrollo: no se nace ni hombre ni mujer.
estructura de la fantasía, donde lo que está en juego aho-
ra es una falta imaginaria. Freud dice también que tal 6. Las dos respuestas a la pregunta sobre la motiua-
vez las primeras experiencias preparan el complejo de '''ón. O sea, por qué el pene es elegido para elevarlo a
castración, en el sentido de que le dan un soporte de ve- tl ivel de fase, por qué no la premisa universal de la va-
rosimilitud. Es como si en la fantasía el sujeto se dije- t~i11a. Las dos respuestas de Freud son: la primera por
1·a que, tal como hizo la experiencia de perder cosas, aho- 1;1 estética y la segunda por la clínica.
ra puede perder lo que tiene, o que quien tiene puede Razón estética: poi· ser un órgano del cuerpo con pro-
perderlo o que, si alguien no tiene, en el origen hubo una fJtedades visuales especiales, como apéndice saliente, do-
pérdida. tado de la propiedad de cambiar de tamaño, por su erec-
tibilidad. En suma, por propiedades de forma, estéticas,
4. Otra advertencia de Freud con respecto al aspecto por su modo de aparecer. La vagina, en cambio, no se
terrorífico que produce11 los genitales castrados de la mu- ve. Y fíjense que, si bien es cierto que lo que no se ve
jer. Hace referencia a un artículo de Ferenczi sobre la tiene importancia en la constitución de los campos se-
cabeza de Medusa. Freud escribió otro artículo sobre la xuales, todo campo de relación sexual es indudablemen-
cabeza de Medu.c;a, diciendo lo mismo prácticamente con te visual. La vista es constitutiva de lo sexual en tan-
algunas cosas más. Freud dice en este texto que Ferenc- to tal. La razón es algo pobre pero no se puede decir mu-
zi se dio cuenta de que la cabeza de Medusa (en la re- cho más.
presentación griega Medusa e1·a una mujer que a veces Razón clínica: Juanito le atribuye un pene a todas las
figuraba con serpientes en la cabeza) simboliza el terror cosas y no quiere reconocer hasta muy tardíamente que
ante los genitales castrados (falta de genitales) en la mu- la madre no lo posee.
jer. Pero agrega Freud inmediatamente: ese terror no es La pobreza de estas respuestas tiene que ver con el
ante cualquier mujer, sino que es el terror ante la cas- nivel de análisis y no con la pobreza inherente a la teoría:
tración de la madre, la falta de pene en la madre. El ·te- es decir que, en verdad, son puntos de partida y, por tan-
rror que despierta el genital femenino no es porque el to, no pueden estar muy f11ndados empíricamente ya q\ie
hombre nazca misógino, sino porque lo que está en jue- son los fundamentos de la teoría en su conjunto. Estas
go es la castración de la madre y es eso lo que no pue- respuestas aparentemente débiles se tomarán fuertes si
de soportar. Es un dato de estructura po:;: cuyo signifi- constituimos 11n sistema coherente.
cado debemos preguntarnos. Veremos aparecer cada uno de estos puntos cobran-
do su importancia en el momento necesario. Pero que-
5. La descripci6n de las oposiciones que caracterizan da insistir en una cosa fundamental: la fase fálica es
a las fases del desarrollo . Freud dice que en la fase oral fase. Se puede decir con una fórmula así: la fase fálica
la oposición fundamental es sujeto/objeto; en la fase anal es una fase y no una defensa. ¿Qué quiere decir que no

76 77
es defensa? Para Jones lo era: retomando a Freud y que- tividad biológica que lo llevara a buscar el objeto que lo
riendo profundizar, ter·minó cambiando la teoría. Jones colme.
pensaba que había pulsiones genitales, mi~ntras que Pero pasa sencillamente que la nenita no puede co~-
para Freud no l1ay pulsión genital por dos razones. La t;eguir sus objetos de entrada. En verdad el deseo geru-
primera razón la encontramos en los Tres ensayos, cuan- tal está constituido pero no lo está la posibilidad de ac-
do Freud comienza a construir la teoría de la sexuali- ceder a su objeto. El peligro de la edad infantil sería en-
dad, los fundamentos de la sexualidad infantil y la re- tonces que por la imposibilidad de obtener el objeto, se
presión, partiendo del estudio de las perversiones, y apagara el deseo sexual. A esta posibilidad amenazan-
muestra que el concepto de pulsión debe desmontarse en te de que se apague el deseo (fading ), Jones la llamó
cuatro elementos: objeto, fin, fuente, e impulso. 23 Plan- "aphanisis" (eclipse). Entonces la mujer, para defender-
tea que la relación de la pulsión con el objeto es lo más se de la aphanisis, inventaría el i11terés por el falo y lan-
lábil -de esa labilidad comienza hablando el primero de zaría la premisa: todo el mundo tiene pene. Así, al ~­
los Tres ensayos, dedicado a las perversiones, que son ventar la premisa e introducir el problema de su propia
una muestra de dicha labilidad-. La pulsión puede dar- falta de pene, eludiría la posibilidad de la desaparición
se distintos objetos y si el concepto de perversión no es de su deseo.
un concepto normativo en psicoanálisis, sino que signi- La premisa aparece como un momento secundario en
fica tin determinado tipo de relación de objeto, entonces el desarrollo qu ~ viene a operar como defensa contra la
en la geni talidad humana no hay impulso directo alguno posibilidad de la aphanisis. Pero esto es .el resulta~o de
hacia t1n objeto determinado. lo que se supuso de entrada: que la muJer era muJer Y
Así, la pulsión nunca podía ser genital. Por lo mismo que la vagina buscaba un objeto. Según esto el fal~ es
no podía haber una pulsión masculina o una pulsión fe- defensa , síntoma en tanto defensa. Síntoma del peligro.
menina, algo directamente relacionado con la genita- de la desaparición del deseo por no poder conseguir su
lidad, que proporcionara de antemano el objeto. Lo que objeto o sea que la mujer se interesaría en el pene por-
sería, como teoría, biologicista y, por otra parte, bastan- que no puede conseguir el pene que quiere . . .
te ID:ala ideológicamente puesto que consideraría que el Como se ve este desarrollo es muy malo ideológica-
hombre nace hombre y la mujer, mujer. mente. Si la vagina está de entrada buscando el pene
Esto es lo que Jones viene a restituir después de y la relación de la pulsión al objeto está determinad~,
Freud. Jones piensa que, por ejemplo, en el caso de la entonces la mujer nace Dios los creó, como en la Bi-
mujer hay una cierta pulsión vaginal, es decir, ciertas blia . Por eso insisto en que la fase fálica es fase, es
propiedades dadas de antemano por la genitalidad y los decir que no es defensa. Y recordamos como motiv.º, fun-
objetos correspondientes de modo que la mujer, por la damental de la teoría freudiana que no hay relac1on de
vagina, es receptiva, pasiva, etc. Es decir que desde el determinación entre la pulsión y el objeto. Lo más lábil
nacimiento el objeto femenino busca a su objeto penia- en la relación, en el movimiento mismo de la pulsión, son
no, como si hubiera un principio fundamental de recep- los objetos hacia los cuales tiende. Superado entonces el
biologicismo de tal concepción, estamos ante la fase
23. Este "'desmontaje", desarrollado por Freud en "Las pulsiones y sus des- fálica, que en taI?-to fase debe ser atravesada. Para
tinos" (1915) es analizado por Lacan en el Seniinario 11, Los cuatro conceptos
funda1nen.tales del psicoanálisis, cap. XIII, "Desmontaje de la pulsión", Ed.
Freud, tanto el hombre como la mujer deben atravesar-
Paidós, pág. 168. la, y dada la diferencia anatómica que hay entre ellos

78 79
-otra vez la forma- se van a producir desarrolloR tc>das las relaciones que llevan al complejo de Edipo pue-
peculiares, uno para la mujer y otro para el hombre. clen ser llamadas edípicas. Entonces, en la mujer hay re-
Estos desarrollos no son paralelos en ningún mo- laciones que llevan al complejo de Edipo, pero que son
mento. llI'eedípicas en la medida en que la triangulación no está
¿Qué debemos hacer ahora? Ver si hay algún artículo constituida. O, lo que es lo mismo, no está constituido
que nos diga cómo atraviesa la mujer la fase fálica y si lodavía el objeto heterosexual en la mujer. Y esto por una
hay algún otro que nos diga cómo la atraviesa el hom- razón fundamental: de entrada el objeto primordial es,
bre. Y los hay. Para la mujer, tenemos dos artículos, casi para ella, de su propio sexo.
iguales y muy cerca en el tiempo (1931 y 1932), como Lo cual significa que la sexualidad de la mujer es har-
si Freud hubiera estado teóricamente muy excitado. Lo to difícil para Freud. Está llena de recovecos, de vuel-
que ocurrió fue que en el Congreso de 1929 sobre la se- las y tiene dos dificultades fundamentales. Ya que, en
xualidad femenina, las ponencias de sus discípulos su desarrollo normativo (por no decir normal) hetero-
habían disgustado a Freud. Por tanto escribe estos sexual, la mujer tiene que hacer un doble cambio: en
artículos para decir qué es lo que él piensa al respecto. primer lugar, cambio de objeto -de la madre al pa-
El segundo artículo nos muestra a un Freud un poco dre-, en segundo lugar, cambio de zona genital -del
misógino, porque en verdad todas las teorías equivo- clítoris a la vagina-. Lo que hace dificultoso su desa-
cadas estaban basadas en un cierto "feminismo''. Pa- rrollo. Doble cambio que el hombre no tiene que reali-
ra defender a la mujer de la universalidad del falo zar, porque su referencia genital será el pene y su ob-
Jones hacía de la mujer una mujer ''natural". Mien-' jeto primordial es el objeto de su posición normativa he-
tras que aparentemente producía una teoría feminista terosexual. Entonces es como si la mujer naciera homo-
lo que en realidad hacía era una teoría bíblica al esti-' sexual. Como si, pues para que haya homosexualidad tie-
lo de santo Tomás. El enojo de Freud explica ciertas ne que haber más datos que la relación con el objeto pri-
frases dichas un poco como para espantar a estos ''fe- mordial. Lo veremos más adelante, sobre todo para acla-
ministas''. rar la posición de Freud según la cual la paranoia es una
Por otra parte, Freud era un poco misógino hay que defensa contra la homosexualidad. Tesis que nosotros
reconocerlo . En el artículo en cuestión, al explicar el vamos a discutir, contra Freud, aunque con sus propios
superyó de la mujer, lo que no le sale demasiado bien, argumentos.
al final dice que ciertas cosas se entienden porque la mu- Podríamos decir que el hombre nace heterosexual, que
jer tiene un superyó más débil que el hombre. Las mu- la mujer nace homosexual. Por lo mismo podríamos de-
jeres no inventaron nada, dice, salvo el tejido, que pro- cir que la homosexualidad en el hombre es progresiva,
viene de tejer con los vellos pubianos para ocultar la fal- mientras que la homosexualidad en la mujer es regre-
ta de pene. Aclaremos que si bien es misógino, hay hu- siva. La mujer debe de progresar hacia la heterosexua-
mor en todo ello. lidad. Cuando se hace homosexual, vuelve al objeto pri-
Con respecto a la mujer, Freud descubre la importan- mordial.
cia de las fases preedípicas del desarrollo. Con esto en- En la primera relación con la madre, Freud defme una
seguida se le arma un pequeño lío pues, ¿hay acaso re- relación muy fuerte, un lazo muy intenso. Incluso ve en
laciones que no sean edípicas? Lo que es preedípico, ¿es la madre el modelo de toda ulterior relación afectiva con
no edípico? Su respuesta es que no. Habría que decir que la mujer. Sugiere graciosamente que la mujer, en ver-

80 81
dad, si. constituye su triángulo y va en busca del padrt!, l1 r.at·e· no hay tendencia, no hay determinación del
en realidad lo que hace es transferir los sentimientos por fillJt' tO.
la madre porque está decepcionada por ciertas razo- l~ntonces, ¿qué es lo que va a buscar? Freud contes-
n~s~ h~cia el padre. Los va a transferir, es decir que 1r1 claramente: proyectar sobre la imagen del hombre la
onginar1amente se dirigen a la madre. Y Freud dice que 111 >sibilidad de que le dé un hijo. Lo que busca es el hijo
en verdad elegirá marido sobre el modelo de la madre. Ll<•I hombre. Esto no quiere decir que Freud sea hurna-
A veces parece que el marido está elegido sobre el mo- ti is ta, sino que para la mujer el hijo es lo único que la
delo del padre, pero cuando se profundiza un poco se ve 1>t1cde colmar de su falta de pene. Con el hijo consigue
que en esa relación persisten los rasgos-de toda relación <•I pene que no tuvo.
con la madre. Esto hay que decirlo así, con una formulita. Al final
Este lazo intensísimo con la madre, dice Freud, se <le su desarrollo, la mujer produce una equivalencia:
cons~it~ye sobre el fondo de una ilusión fálica, paraíso
roman~1co donde está ese objeto primordial, para quien chico = falo
ella misma es además el objeto de todos los deseos. La
ilusión es doble: yo tengo, ella tiene y constituimos un c¡ue es una de las cinco equivalencias faro osas de la
todo unitario y perfecto. Pero ll~ga el momento de la de- teoría freudiana. El hijo· es lo único que la colma de la
cepción, fin de esta etapa. Así algo tiene que arrancar falta de pene.
a la mujer de la madre. Y esto es lo que sucede al ha- El desarrollo de la mujer queda entonces así: en la eta-
cer la experiencia de la diferencia de los sexos con el pa preedípica, fuerte ligazón a la madre sobre el fondo
reconocimiento de que ella no tiene. Y fmalmente: lo más de la ilusión fálica. Después, decepción por la experien-
grave, tendrá que reconocer que la madre tampoco. Se cia de la diferencia de los sexos y abandono de la ma-
rompe entonces el idilio con la madre, objeto primordial, dre. Entrada en el complejo de Edipo. En consecuencia
Y la mujer se dirige al padre entrando entonces en el busca al padre, no por el pene, sino para proyectar en
complejo de Edipo. Vemos así que la decepción fálica él la posibilidad de un hijo. Finalmente, realización de
-sobre el fondo de la ilusión fálica (premisa universal la equivalencia hijo = pene. En algún punto de este ca-
del pene)- por la confrontación con la diferencia de los mino, como tiene que introducir al hombre de alguna ma-
s~xos, es decir, el complejo de castración, al producirse nera en la estructura, tuvo que pasar del objeto prime-
tiene fuerza dinámica en la mujer, la impulsa hacia el ro, la madre, al padre, y a su vez tuvo que erogenizar
hombre. la vagina, que de entrada no lo estaba la vagina es al
Ahora hay que preguntarse, qué es lo que va a bus- principio silenciosa-.
car en el hombre. ¿Busca al hombre? No, porq1:1e el hom- Dada la complicación que presenta el desarrollo en la
bre es un concepto. Y, por otra parte, si lo va a buscar mujer> Freud le ve tres posibles salidas. Una de ellas
no puede encontrarlo en sí mismo, porque tal como sería el rechazo, ante la dificultad del desarrollo, de toda
decíamos, nadie es hombre ni mujer. ¿Busca el pene sexualidad, es decir la frigidez. Otro camino sería lacre-
d_e,l padr~? No, porque habíamos dicho que no hay pul- encia imaginaria de que de alguna manera tiene pene
s1on genital. No hay en la vagina nada que la lleve a o de que va a conseguirlo, lo que la llevaría a una elección
b~sca: el ,pene masculino. Si dijéramos que tiene algo, homosexual de objeto. Y la tercera vía, que llevaría a la
b1ologizanamos la teoría otra vez, cosa que Freud no "normalidad'', que supone la ecuación chico = falo.

82 83
7. LA APORIA FUNDAMENTAL DEL
COMPLEJO DE EDIPO

Con respecto al desarrollo de la fase en la mujer,


'lccíamos que tenía doble consecuencia. Por una parte,
las recomendaciones fundamentales de cualquier análi-
His psicoanalítico correcto de la sexualidad de la mujer,
que vendría a seguir esta secuencia: preedípico, ilusión
fálica, fuerte ligazón a la madre, decepción fálica, aban-
dono de la madre, entrada en el complejo de Edipo,
búsqueda del padre, pero no para buscar ni al hombre
o al pene, sino al hijo; producción, al final del desarro-
llo, de la secuencia de la equivalencia del chico al pene.
De ahí que, según Freud, el desarrollo sea difícil para
la mujer en particular por el doble cambio: de objeto -
de la madre al padre y de zona erógena -del clítoris
a la vagina .
Por otra parte, decíamos que el fmal de la secuencia
era lo más relevante porque en verdad el problema fun-
damental es un problema de deseos, cómo se maneja el
sujeto en relación con el deseo del Otro y la primera
relación con respecto al deseo del Otro nace con respec-
to a la madre-. Entonces el dato fundamental a tener
en cuenta para estudiar la estructura en función de este
sujeto que estamos estudiando, es el momento en que
aparecía como objeto absoluto del deseo de la madre,
como el que cumple, como el que colma el deseo de la
madre, que originalmente había sido deseo de falo. Por
eso decíamos que la función de sujeto y el narcisismo tie-
nen que ver con el momento en que el niño recibe, con

85

su impacto masivo, ese deseo ilusorio de la madre de col- 110ser nada fálica. Madre fálica no quiere decir madre
masculina. Puede ser muy femenina y ser fálica. La con-
mar con el hijo la falta de falo. En esta relación iluso-
dición para que sea fálica es que, por alguna operación
ria,. re~ación entre dos deseos, se origina todo el campo
subJet1vo. Esta relación ilusoria tiene mucha importan- de la estructura, en su comportamiento mantiene al pa-
cia, porque es lo mismo que negar la diferencia de los dre excluido de la relación. En este espacio se crea todo,
sexos, de forma tal que la madre impide que el padre todas las perversiones, todas las neurosis, todas las psi-

entre en la estructura como objeto de su deseo. Por eso COSlS .
la madre de la primera relación es madre fálica, en tan- En la neni ta sucede lo mismo. La razón para que el
to el chico se origina en posición de objeto que cumple padre aparezca en el triángulo es que la mujer proyec-
el deseo de la madre. Si esta relación originaria tiende ta sobre el hombre su deseo de hijo y entonces hace. ,al
a perpetuarse por alguna razón -por ejemplo, por la niño equivalente del falo. Pero para que esa proyecc1on
neurosis de la madre que puede excluir al padre de la s~a posible, el padre tiene que ser introducido en la es-
estructura-, entonces los efectos serán patógenos. Por tructura por el deseo de la madre.
eso, entonces, la primera relación es fundamental. ¿Qué hará entonces la mujer? Una operación muy sen-
Narcisismo, para nosotros, es lo mismo que decir ma- cilla: por la tendencia edípica, en tanto tiende a aban-
dre fálica. Y madre fálica defme, por un lado, la posi- donar a la madre, va a ir en busca del padre. Pero, ¿qué
ción de toda mujer en relación con su hijo; pero, por otro ocurre entonces? Que si el padre no está puesto en la
lado, define la posición de una mujer en la medida en estructura por el deseo de la madre, no encuentra a na-
que excluye de la estructura su deseo por el hombre. De die. Y cuando uno no encuentra a nadie, ¿qué hace? Se
este modo no habría diferencia. de los sexos, pues no vuelve. Y entonces hace el camino de regreso y consti-
habría razón para ello: no hay deseo de otra cosa, en la tuye la posición homosexual, que dijimos que en la mu-
madre, que ese deseo de hijo. Entonces, toda la estruc- jer era regresiva. Esto es lo importan.t e, ya que para ~uE;
tura se agota en esa relación ilusoria donde la madre eri- haya homosexualidad en la mujer tiene que haber ida
ge al hijo en objeto absoluto de su deseo y excluye a 11n y vuelta. Veremos con absoluta claridad, en el caso de
tiempo el objeto parcial, o sea, el pene del padre, la di- la homosexualidad femenina, que la estructura es ésta.
ferencia de los sexos. Ese es el núcleo de todo análisis: Ahora ya podemos preguntarnos por lo que ocurre en
la entrada en el complejo de Edipo y la cuestión fálica. el caso del varón. Para ello tenemos que leer ''La diso-
~a negación de la diferencia de los sexos, la perpetua- lución del complejo de Edipo", donde Freud responde a
ción de la ilusión fálica, componen la definición del nar- esta pregunta. En primer lugar, lo relevante de este
• •
c1s1smo. artículo es que, así como al tratar del desarrollo de la
Decíamos que llamábamos madre fálica a la que man- sexualidad en la mujer Freud hacía referencia a las eta-
tiene la ilusión fálica del chico junto con la negación de pas preedípicas -y no como referencia empírica a los
la diferencia de los sexos. Así, la madre fálica es, en pri: primeros momentos de la evolución, si~o por otras ~a­
mer lugar, la posición de la mujer en relación con el hijo zones, como la relación entre el compleJO de castración
Y, por otra parte, los efectos patógenos de esa posición. y el complejo de Edipo-, al referirse a la sexualidad en
Pero lo que este térrnino describe, entonces, no es una el hombre, comienza planteando que ya está estableci-
propiedad del carácter o de la conducta de la madre: la do de entrada en el complejo de Edipo. Entonces, ¿qué
madre puede ser muy vigorosa, musculosa y bigotuda y pasa en el complejo de Edipo? Pasa, según Freud, que

86 87
cualesquiera que fueran las decisiones internas del su- El superyó es el resultado del abandono del comple-
jeto con respecto a la elección de objeto en la estructu- jo de Edipo. Los objetos parentales son abandonados. El
ra edípica-a saber, de tipo heterosexual (positiva) u ho- punto fundamental de lo que ahora voy a decir se refie-
mosexual (negativa}-, ambos caminos conducen irreme- re al padre. De momento no debemos preocuparnos de-
diablemente a la castración. Ambos llevan a una aporía masiado de por qué es el padre, y no el padre y la ma-
insoluble. dre, o por qué no la madre. Después veremos que, en ver-
. Así, pues, si el Edipo es positivo, es decir, si la posi- dad, es el padre, el .padre y la madre, el padre y/o la ma-
ción del nenito es heterosexual, el sentimiento libidinal dre, etc. Pero, efectivamente, el padre tiene un lugar dis-
se dirigirá a la madre y la agresividad hacia el padre. tinto en la estructura por las funciones de distancia
Pero el padre respondería con una retaliación castrado- simbólica, de mediación, que realiza.
ra. Así, el chico quiere tener una relación con la madre El sujeto, entonces, se dice que los objetos parentales,
y, al no poder, odia al padre; éste entonces, lo castigaría por este pelig1·0 de la castración, deben ser abandona-
con la castración. Por ello vemos que el Edi po hetero- dos. Pero, ante la necesidad del abandono de los obje-
sexual lleva a la castración, ejercida por el padre, en de- tos, reemplaza esos objetos por una identificación con
fensa de su posición con respecto a la madre. ellos una identificación al padre y luego introyecta
Si el Edipo es homosexual, conduce igualmente a la esta identificación. El resultado de la internalización de
castración, dice Freud, porque el sujeto tendría el deseo la identificación con el padre, como defensa contra el pe-
de ser satisfecho por el padre. Pero entonces debería ligro al cual conducía la relación libidinal con el objeto,
identificarse con la madre, ubicarse en su posición, pero es el superyó.
ésta, por definición, está castrada. Entonces, por una Esta internalización implica que, en primer lugar, el
razón en un ca.so y por otra razón en el otro caso, am- sujeto internamente se divide entre una instancia que
bos c~minos el del Edipo positivo como el del Edipo castiga o prohíbe y una instancia que es castigada o evi-
negativo- conducen a la castración. En tal situación un ta el castigo. El yo aparecerá como diciendo "sí" y el su-
tanto espinosa, digamos, ¿qué hará el sujeto? Abando- peryó como diciendo "no": hay una escisión interna. In-
nar el complejo de Edipo; de ahí el título del artículo d~ ternalizar un superyó quiere decir que ahora tengo un
Freud, "La disolución del complejo de Edipo".24 yo deseante y un superyó que prohibe (más tarde en la
La disolución o abandono del complejo de Edipo es el teoría se añadirá el ello, que sería el lugar de las pul-
resultado de esta aporía ftindamental: que cuales(!uie- siones). ·
ra que fueran las decisiones con respecto a la elección Este superyó que prohíbe es, en verdad, la internali-
de objeto en el interior del Edipo, ambos caminos con- zación de la imagen castradora del padre. El sujeto aban-
ducen a la castración. Ese abandono del Edipo no deja dona el complejo de Edipo pero tiene que pagar tina con-
de tener consecuencias fundamentalísimas -incluso secuencia fundamental: que la figura castradora de la
para la teoría-. La primera es que como resultado de cual huye, ahora la tiene adentro.
ese abandono aparece una nueva estructura, una nue- En este movimiento que hemos descrito, hay nada me-
va instancia: el superyó. nos que uno de los conceptos importantes de la teoría
psicoanalítica: el concepto de identificación. Freud plan-
tea el origen del superyó como un proceso vinculado con
24. "La disolución del complejo de Edipo" (1924), T. III, pág. 2748. una de las dos grandes leyes de la identificación.

88 89
Podemos llamar "identificación regresiva" a la pri- cupado de una identificación al objeto: Las ~os leyes
mera ley de la identificación. Vamos a enunciar esta enuncian lo mismo en este punto. La diferencia es que
identificación regresiva del siguiente modo: ahí donde c11 la primera ley ello ocurre en el tiempo: ~ntes ~o ama-
hubo una relación libidinal de objeto, hay ahora una ba ahora me identifico con él; si ahora me identifico, no
identificación: la identificación al objeto vino a suplir, o lo ~mo; cuando lo amaba, no me identificaba. Y en la se-
a reemplazar, la relación libidinal con el mismo objeto. gunda ley, esa exclusión se realiza en el espacio: en el
Por otra parte, la identificación revela así una vocación espacio triangular edípico. Volvamos entonces al super-
defensiva -recordemos que, en la formación del su- yó -podemos leer ahora el capítulo II~ de El yo '! el
peryó, la identificación con el padre es defensa contra la ello . Hay algo que no funciona muy bien en el ongen
castración-. Freud llama a esta identificación "regresi- del superyó. Hasta ahora, fijémonos bien, estamos ha-
va" porque considera que la identificación es el primer blando de su surgimiento en el hombre. Una de las con-
lazo afectivo de objetó, la primera relación que tuvo el secuencias del desarrollo sexual del hombre, debido a las
sujeto con los objetos en términos afectivos. Esto quie- aporías a las que conduce la elección de .~bjeto en el i~­
re decir que, en verdad, antes de poder vincularse con terior del triángulo edípico, es la produccion del superyo:
un objeto en una relación de amor -localizar un obje- Pero, ¿y el superyó de la mujer? ¿De d?nde sale? ¿Y s1
to como externo para poder amarlo como otro-, antes -esto es más grave todavía- el superyo que hemos des-
de esto el sujeto estaba confundido con los objetos. O sea, crito no es más que la consecuencia del peligro de cas-
primero se identificaba, después, al evolucionar, pudo tración? ¡Tal vez no pueda haber ningún superyó en la
plantear 11na relación libidinal con el objeto. De ahí que mujer! Porque para la mujer, como dice Freud de en~ra­
cuando la relación libidinal con el objeto es abandonada da no existe ningún peligro con respecto a la castración.
' .
y reemplazada por una identificación al objeto, en reali- La mujer no se caracteriza aquí por la amenaza, sino por
dad, se vuelve así a la primitiva relación afectiva de ob- la envidia, por 11na aspiración o nostalgia. Así, pues,
jeto. Por eso Freud llama a esta identificación: ''identi- ¿dónde está el superyó de la mujer? Ese fue un proble-
ficación regresiva". Primera ley de la identificación, en- ma teórico para Freud. Freud, ante este problei:ia
tonces: ahí donde hubo una relación libidinal de objeto, teórico, queda un tanto confuso. E~ ve~dad, lo que vie:
de amor por el padre, hay ahora una identificación. ne a querer decimos es que la muJer tier:e un su~e.ryo
Podríamos enunciar aquí otra ley, aunque no tiene re- más débil. Supongamos que esto fuera cierto. Teorica-
lación directa con lo que estamos tratando: en el espa- mente es completamente ilógico, porque ¿de dónde pro-
cio triangular edípico la identificación y el objeto libi- vendría tal debilidad? Si no tiene ninguna razón para
dinal ocupan lugares opuestos, polares. Esto quiere decir evadir la castración, ¿qué justificaría esa debilidad? Por-
que, en la triangulación edípica, el sujeto ama a la madre que no es que tenga razones menores que las del hom-
y se identifica con el padre -Edipo heterosexual-, y si bre, es que no las tiene; y, al no tenerlas, no es que pue-
ama al padre, se identifica con la madre Edipo homo- da tener un superyó más débil, sino que no puede tener
sexual-. Ahora, lo importante en la enunciación de es- ningún superyó. Lo que Freud dice, entonces, con res-
tas dos leyes es que ambas tienen algo en común: el ob- pecto al superyó de la mujer depen~e de, su, h11n:'o:,. de
jeto de la catexia el objeto libidinal- y el objeto de la si está más o menos enojado; no sólo si esta mas m1sogino
identificación se excluyen recíprocamente. Cuando el ob- en un texto que en otro, sino según su grado de e,n?jo
jeto está ocupado por libido hacia él, por amor, está deso- con otros que están tratando ese mismo problema teonco

90 91
que lo ocupa Y que nunca terminó de resolver, que es el 8. PARADOJAS DEL SUPERYO
problema de la sexualidad femenina.
Y así nos queda planteado 11n problema: ¿de dónde sa-
car e. l. superyó ~e l~ mujer? La respuesta es que el su-
peryo de la muJer tiene 11n origen maternal arcaico es
~n superyó maternal arcaico. Para estudiar esta s~lu­
c1~n, leeremos "Un caso de paranoia contrario a la teoría
ps1coanali't.ica " .2s E n este texto hemos de buscar no las
palabras (porque Freud no las dice), sino la idea de un
s~p~ryó que se. originó en la relación con la madre pri-
~1t1va, con la imagen primitiva de la madre como ob-
Jeto más primordial. '
Así, nos habíamos preguntado cómo pasa la mujer por
la fase fálica y, luego, cómo pasaba el hombre. Lo im-
portante a retener es, desde el plinto de vista teórico, que
estos pasajes nos instruyen sobre dos cosas:

l. Sobre el desarrollo de la sexualidad de la mujer, de


una parte, y del hombre, de la otra.
2. Sobre la producción de conceptos nuevos.

El concepto nuevo producido por el desarrollo de la se-


xualidad en la mujer es la equivalencia simbólica: chi-
co = falo. El concepto nuevo introducido y producido por
el desarrollo de la sexualidad en el hombre es el superyó.
Los objetos teóricos así constituidos son objetos raros,
porque no son claros. ¿Cómo voy a hablar del superyó
de la mujer si el superyó tal como está planteado sur-
' gió del hombre? ¿Cómo voy a decir que en el hombre la
equivalencia simbólica chico = falo funciona, si chico =
falo es una equivalencia producida por la mujer?
Estos objetos teóricos son, siempre lo digo, como ·el do-
ble de Frankenstein, un cuerpo hecho con trozos d'e dis-
tintos cuerpos. Aquí ocurre lo mismo. El conjunto de es-
tos conceptos es 11na amalgama que tiene un trozo del
hombre y un trozo de la mujer. El conjunto teórico com-
pleto contiene tanto el objeto teórico ''equivalencia
25. "Un caso de paranoia contrario a la teoría psicoanalítica" (1915) to
II, pág. 1262. , mo
simbólica'' como el objeto teórico ''superyó''.
Al final del artículo "La disolución del complejo de Edi-
92
93
po'', Freud dice que una vez producido el superyó se En el caso de la mujer, los problemas teóricos son te-
abando~an las catexias edípicas porque condicionan la ,., ibles, porque en la mujer no hay ninguna razón para
castración, y el hombre conserva su pene, pone a salvo <Jll C su superyó se constituya así. La razón de la mujer
su pene. De ahí q:Ue superyó y narcisismo sean concep- 1>11ra resguardar su pene es nula, porque, desde el prin-
to~ complementarios y correlativos, porque preservan al CJ pio, no tiene pene.
su1eto de la castración -idea fundamental para enten- Freud es consciente de este problema, en cierto sen-
e!
der ~oncepto de superyó-. El superyó es algo así como tido, puesto que siempre está como titubeando cuando
un VIgilante al servicio del narcisismo del sujeto. Esto S<' trata del superyó de la mujer. Y lo que dice explíci-
es lo que h~y que tener siempre en cuenta, es lo que hace l"1mente es que la mujer tiene un superyó más débil.
del superyo la defensa fundamental. Cjomo ya hemos visto, vamos a encontrar textos en los
Fundamental porque es una instancia constitutiva de t¡ue Freud dice que la mujer tiene un superyó más débil,
la estruct~ra del sujeto. No hay sujeto sin superyó. que, desde el punto de vista social, las grandes creacio-
Esto es importante, porque cuando alguien habla de 11es sociales son de los hombres y no de las mujeres, pues-
superyó podríamos preguntarnos: ¿será cierto que lo que to que el superyó es lo que las impulsa, es esa fuerza
usted llama un superyó es un superyó? Para saber si lo negativa que impulsa a la producción del valor nuevo.
es, uno tendría que decir: es un superyó verdadero si Freud entonces no llega a obtener el concepto del su-
en ve:dad, es defensa contra la castración y es el defen~ p ...:.~yó en la mujer aunque ve la génesis de una estruc-
sor nur;nero uno del narcisismo. Porque el concepto de tura teórica correcta. Más allá de todo esto de la debi-
superyo, ~l como. se usa cot~dianamente, suele aparecer lidad, que está mal, althusserianamente hablando, el
c?mo una ~nstanc1~ que persigue, una especie de concien- concepto no está extraído y constituido como tal concep-
cia ~~ral internalizada. No es suficiente. Tiene que ser to: está la idea del concepto. Ni siquiera está nombra-
t~~ bien defensa contra la castración y resguardo nar- do porque a un concepto se lo nombra y el nombre del
cisista .. La mayor o menor internalización de las mane- concepto impide olvidarlo.
r~s social~s. se produce en función de lo que está defen- Antes de la introducción de la palaba "superyó", en-
dido narcisistamente. Por ejemplo, si tal señor, en sus contramos referencias a las condiciones de la conciencia
modales de mesa, no puede limpiarse la boca con la moral y del concepto de castración, cosas que estaban
mano, sino ~ue tiene que hacerlo con una servilleta es mezcladas en la teoría. Cuando aparece el término "su-
por.que percibe ~ue limpiarse la boca con la mano p~ne peryó" se dan condiciones nuevas: con el complejo de cas-
en JUe~o. su propia. ca.stración. Este sería un análisis psi- tración se retoma el viejo problema de los filósofos, el
coanalitico. Otro dIStinto sería decir: no, está educado de problema de la conciencia moral, y se lo introduce en tin
tal manera que no puede limpiarse la boca con la mano. nuevo nivel teórico. El nombramiento del concepto es un
Entre la co~ducta moral recomendada por el sistema nuevo corte epistemológico corta, separa, aísla y per-
de normas. social~s y la estructura de lo que está en jue- mite seguir avanzando teóricamente-. Pero esto no ocu-
g.º, en la diferencia de los sexos el complejo de castra- rre igual a raíz del superyó de la mujer: Freud no tie-
cion-, para la teoría psicoanalítica lo básico es lo últi- ne la palabra adecuada para realizar el corte, aunque
mo. En verdad, para la teoría psicoanalítica, toda mo- esté la idea del concepto.
ral Y tod~ recomendación con respecto a actos remiten La idea del concepto de superyó en la mujer está en
al comple10 de castración. el artículo antes citado: ''Sobre un caso de paranoia con-

94 95
trario a la teoría psicoanalítica''. En primer lugar comen- Lr(' sexualidad y paranoia. A un nivel más implícito des-
temos el título. Quiere decir que en este caso la pacien- l'tabre cosas como éstas que nosotros ahora queremos po-
te, que sufre una clara paranoia de persecución -deli- 1 «~r de relieve: la idea del concepto de un superyó feme-
rio persecutorio-, tiene como perseguidor en su delirio nino, entendido como 11n superyó de origen maternal ar-
a alguien del sexo opuesto, o sea un perseguidor hete- Cfltco.
rosexual. Pero la teoría psicoanalítica que Freud había Hay aquí, pues, tina perseguidora: la mujer tomada
elaborado decía que el perseguidor de la paranoia tenía <lcl modelo de la madre. Se trataría pues de una perse-
que ser del mismo sexo. Entonces, parece que el caso es l't1idora en el delirio más profundo, en contra de lo que
contrario a es ta teoría. ,nparece en el delirio menos profundo. Es una persegui-
En realidad, como la teoría de la que Freud habla es clora que le hace percibir al hombre como perseguidor,
la propia, considera que es la verdadera: esto de "caso <1ue le envenena las relaciones sexuales con el hombre,
de paranoia contrario a la teoría psicoanalítica'' debía c1ue le impide tener acceso al hombre con una relación
ser, en verdad, leído como "... aparentemente contra- l1eterosexual, digamos normal.
rio ...", porque él va a mostrar que la teoría psicoanalítica Hay un párrafo en este artículo en el que se encuen-
decía la verdad, pero que para demostrarlo había que in- tra la idea del concepto de superyó maternal arcaico.
terrogar un poco más a la paciente. F'reud dice en este párrafo lo siguiente, exactamente,
La paciente es una mujer que había mantenido rela- aunque con otras palabras: todas las ideas o todas las
ciones con un compañero de trabajo. Este la había in- tendencias que hay que referir a la conciencia moral, se
vitado a su pisito de soltero, dice Freud, y, en el momen- originan, en la mujer, en relación con la madre. Es de-
to en que iban a tener la relación sexual, la mujer oye cir que hay un superyó maternal: conciencia moral es la
\1na especie de "clic", un ruidito que sale del lado de una primera manera en que Freud lo nombra. ¿Cuál es la re-
cortina y que ella, después, en su delirio, dice que se tra- lación entre las normas morales y el complejo de castra-
taba de una foto que el hombre le había hecho para ex- ción? Ahora no nos importa precisarlos. Basta con que
torsionarla. tal relación exista, porque nosotros sabemos que des-
El perseguidor en este caso es un hombre. Entonces pués, abajo, tiene qué estar la otra. Desp\.léS veremos si
cuando Freud ve a la paciente y la interroga, ésta le es cierto que ese superyó que vamos a nombrar como tal
cuenta que había habido otro episodio. Que en las ho- es un verdadero superyó.
ras de trabajo, este hombre, con el que mantenía esta Al final del párrafo, entonces, Freud dice que es esa
relación -por otra parte inconclusa, no había llegado a relación con la madre la que impide, la que le prohíbe
mantener una relación sexual con él-, hablaba con una a la mujer las relaciones normales. Le impide así el de-
empleada de mayor edad. Y la paciente sentía que algo sarrollo de su sexualidad, ya de por sí complicado, pues
se tramaba entre ellos y que la empleada particularmen- la mujer tiene un desarrollo sexual que parece que ten-
te quería perjudicarla. De ahí que la perseguidora es fi- ga que ir en contra de los objetos primordiales. Es como
nalmente una mujer, una mujer vieja además, de la que una sexualidad contra corriente.
Freud dice inmediatamente que está tomada sobre el Así, pues, Freud dice que son esas prohibiciones que
modelo de la madre. Este es el contexto general del caso. provienen de la madre las que hacen más dificultoso a
Lo que a Freud le interesa se ve, explícitamente, por la mujer ese desarrollo, ya de por sí dificultoso. Y, al fi-
el título es demostrar que es verdadera la conexión en- nal del párrafo, dice textualmente: 'cy no se trata de la

96 97
madre actual, real, de la de ahora, sino de la image11 do l>re, por su parte, persigue porque desea romper el víncu-
la madre primitiva''. Es la imagen de la madre primi· lt> con la madre. La una persigue porque no le deja lle-
tiva prohibidora, el superyó maternal arcaico, palabrf1R JCttr al hombre. El otro, porque no le deja quedarse con
que son las que nombran el concepto. Ir\ madre. Este es el estado del conflicto; es como un con-
Bueno, y ¿qué es este superyó maternal arcaico, estii flicto coagulado, sin decisión, con doble polo de atracción.
imagen de la madre primitiva que se torna prohibid<>· [i~n suma, el hombre persigue porque obliga a la diferen-
ra? Este superyó que nosotros vemos originarse en la re· rin de los sexos. La madre persigue porque no le permi-
lación de la mujer con la madre, ¿será un verdadero SU• te hacer la experiencia de la diferencia de los sexos que
peryó? La prueba de fuego para comprobarlo es aplicar l(.' daría el acceso al objeto de su deseo.
nuestra definición de superyó: defensa contra el comple-
jo de castración y entronización de la posición narcisista Pregunta: Entonces, ¿es el hombre un verdadero per-
del sujeto. Entonces vemos que sí es verdadero. ~eg u ido r i.

Porque, en verdad, el superyó maternal arcaico es un Para Freud había dos delirios: un delirio en que el
superyó que llama, es la llamada de la madre, la llama- l'lombre parecería querer extorsionarla y después un de-
da del amor indio: "Quédate conmigo. Si te quedas con- lirio segundo en el que la perseguidora era una mujer.
migo evitarás la experiencia de la relación con el hom - l)os perseguidores. Pero para Freud es más fundamen-
bre: podrás resguardarte de la experiencia de la diferen- tal el último, porque encuentra que la perseguidora es
cia de los sexos". del mismo sexo, de acuerdo con su teoría sobre la homo-
De ahí que la mujer se sienta tan atraída por lama- sexualidad inconsciente como causa de la paranoia. En-
dre, porque la madre es la primera defensa contra la di- tonces el hombre es 11n verdadero perseguidor, pero de-
ferencia de los sexos. En este sentido, si la teoría es co- pendiente de un nivel más profundo donde la persegui-
rrecta -Freud tiene razón en cuanto a que las mujeres dora es la madre.
se pasan la vida dialogando con la madre- la madre es En este caso la estructura paranoica, desde este p11n-
el único lugar de referencia que resguarda a la mujer to de vista, sería el conflicto entre dos niveles persecu-
de la diferencia fundamental, la diferencia de los sexos, torios, donde los perseguidores ocuparían lugares pola-
que es la estructura que trata de evitar. res, opuestos. Estarían a dos niveles distintos y ocupan-
En verdad entonces, ese perseguidor que es el hom- do lugares polares. Sería una manera de distinguir el
bre es el resultado de una experiencia de prohibición an- campo tensional que define el conflicto.
terior que corresponde a la madre. Hay dos perseguido-
res; la estructura paranoica, en su caso, no es sino el re- Pregunta: Pero, este campo ¿es el del Edipo? ¿De he-
sultado conflictivo de dos perseguidores. cho, el hombre que persigue es el padre?
Porque fíjense que cualquiera que fuera la relación en- Lo que es muy claro en este caso es la absoluta au-
tre homosexualidad y paranoia, se puede decir q,uP. ~sta sencia del padre. Es como si el padre no pudiera apa-
mujer no es homosexual: el impulso de la conducta la recer aquí. Lo vamos a comparar con otro caso en el que,
lleva hacia el hombre. Lo que pasa es que después, en estando establecida la homosexualidad, el personaje fun-
su delirio, el hombre se le toma perseguidor. damental es el padre. En este caso, sin embargo, el pa-
Había, entonces, dos perseguidores. La madre persi- dre es como si no existiera. Volveremos a ello cuando re-
gue porque le impide la relación heterosexual. El hom- flexionemos sobre la relación que Freud establece entre

98 99
homosexualidad y paranoia. En cuanto a esto podemos ,,H la madre. Pero, de cualquier manera, las estructuras
decir que: A<Jn distintas. Podríamos decir entonces que el superyó
Lit" la mujer -que nosotros llamamos superyó maternal
l. Vamos a tratar de criticar esta idea de Freud. orcaico no es que funde esta llamada de defensa con-
2. Hay qu~ tener en cuenta que no lo dice cualquie- tra la castración sólo en el caso de la mujer, sino que
ra, sino Freud mismo. lt> hace de manera peculiar, dándole características es-
3. Tendremos cuidado de no deducir, de esta crítica de 1>ccíficas a su superyó.
la relación de necesidad entre paranoia y homose- Puede decirse que también en el hombre existe una
xualidad en la teoría de Freud, teorías extrañas, llamada del objeto primario, pero la estructura ulterior
como ha ocurrido en la historia del psicoanálisis con l'S distinta; porque lo que resguarda al hombre es inter-
las críticas a la teoría freudiana. Por ejemplo, con 11alizar al padre más que mantener la relación con lama-
Jung, de quien surge toda 11na mala teoría. Por po- dre. En cambio, la mujer va a asegurar más y a inter-
ner un ejemplo concreto: las conclusiones de la nalizar la primera relación con la madre. Mientras que
señora Macalpine y su hijo, el señor Hunter, que son la relación con el padre supone la diferencia de los se-
los traductores y los primeros comentaristas de las xos, porque ella es mujer.
• memorias de Schreber, libro sobre el que Freud
había escrito. Macalpine, en la introducción de ese Pregunta: ¡j'odr!a hablarse de "la llamada del pa-
libro, al criticar la conexión entre sexualidad y pa- cire"?
ranoia, . deduce una teoría totalmente jungiana, Sí, podría decirse así. Pero es una llamada distinta.
idealista, reaccionaria y no freudiana. Una es la llamada del castigador: el padre. En el caso
Bueno, así están las cosas. Le hemos devuelto a la mu- de la mujer, sería la llamada de la gratificadora: la ma-
jer su superyó, que es de origen maternal arcaico. Al- dre. La madre dice: ''Ven conmigo, te gratifico''. En el
guien puede decir: bueno, pero la llamada de amor de hombre, sin embargo, lo que se tiene que internalizar es:
la madre, esta llamada que permanece conmigo y me "Aquí está el castigador"; para evitar el castigo, hay que
acompafia, ¿no ocurre también en el hombre? Podríamos aceptar su llamada y poner un castigador adentro.
contestar que sí, ¿por qué no introducir en la teoría un
superyó constituido con esta rama maternal en el hom- Pregunta: ¿Esta distinción de las llamadas, no signi-
bre? Sólo que, aun si aceptáramos este concepto también fica que la mujer está más predestinada a la homosexua-
para el hombre, reivindicaríamos igualmente para el lidad, por esta fijación primaria, que el hombre?
caso de la mujer una estructura distinta, por el hecho No sé si más predestinada, pero diciéndolo de una for-
evidente de que para ella el objeto primordial es de su ma mejor, la homosexualidad en la mujer tiene 11na es-
propio sexo. La llamada proviene de la madre, para 11na tructura peculiar. La mujer es "como si naciera" homo-
mujer que es mujer como la madre. Lo que es distinto, sexual, lo cual tiene sus consecuencias: le es más fácil.
desde el punto de vista de la estructura, de que la lla- El objeto homosexual en la mujer es lo mismo. El obje-
mada provenga de 11na mujer para alguien que, como el to homosexual en el hombre es lo otro. En él, la homo-
hombre, es hombre y cuyo objeto primordial es la mujer. sexualidad es un progreso; en la mujer, un regreso. En
Se podría pensar que las defensas contra la castración el hombre, la homosexualidad, para decirlo de una ma-
están referidas a la llamada de ese objeto primordial que nera prohomosexual, es la calle. Para la mujer, la ho-

100 101
mosexualidad es la casa. Todo esto sin buscar teorías r1•· l~ntonces, las fantasmagorías creadas por los neuróti-
ras. No sé si esto es cierto. Quiero decir que no qui('ffl tJR para defenderse del conflicto fundamental en cues-
conectar abruptamente teorías de nivel psicosexual con Lió11 son: las fantasías, las teorías sexuales y la novela
conductas sociales, puesto que las relaciones sociales son ritmiliar.
complicadas. Ahora bien, si me dijeran: "Bueno, Masotta, usted que
Llegados hasta este punto, hemos redondeado algo. cl1 ce saber Freud ahora en Barcelona: ¿qué es una fan-
Partimos de que todo el mundo tiene pene y llegam 01 11lsía para Freud?" Yo le diría: ''Mire, me llevará tiem-
a esbozar ciertos hitos para una evolución de la mu .. 1»<> explicárselo, porque no es tan fácil definir qué es lo
jer y del hombre. Y vimos producirse objetos teóricos fl lle Freud entiende por fantasía''.
nuevos. Fantasía es uno de esos términos que en Freud tie-
De ahora en más vamos a seguir aplicando el mism<l t\ C' usos múltiples y definiciones múltiples según los con-
método, es decir, partiendo de los objetos teóricos cons- lt:xtos. Entonces, la dificultad para obtener una defini-
titutivos originales, a partir de los cuales se van produ· ción unívoca de la palabra fantasía es, tal vez, lo que hizo
ciendo los objetos del campo que estamos estudiando. In- c¡ue se produjera cierta confusión en relación con este
tentaremos ensanchar el campo sin abandonar el centro término a lo largo de la historia del psicoanálisis,
~el que partimos -la premisa universal del pene para 111ezclándose usos distintos, vulgares y psicoanalíticos.
ir generando conceptos teóricos. Lo haremos introducien- Diré un poco más con respecto a la fantasía. Prime-
do los artículos siguientes: ''Las teorías sexuales infan- ro, que el té1·mino fantasía no significa una imagen, no
tiles" y ''La novela familiar del neurótico''. 26 ¿Por qué es- t~s una ensoñación diurna. Es otra cosa. Lo que Freud
tos artículos? entiende por fantasía puede incluso no ser algo imagi-
El problema fundamental al que remite toda la estruc- r1ado. Tiene que ver también, añadiré, con el concepto
turación de las defensas, toda la constitución del suje- <le "construcción,. ea e:l análisis, con lo cual me acercaría
to en tanto sujeto, es el campo de la premisa universal udemás a una defmición más kleiniana del concepto de
Y lo que ella genera: el complejo de castración, con to- fantasía. De cualquier manera, no es fácil definir qué en-
das las implicaciones que estuvimos viendo hasta ahora. tiende Freud por fantasía, por todas las razones men-
Freud estudió esas defensas, lo que podríamos llamar el cionadas.
campo de las fantasmagorías del sujeto: cómo el suj€to Pero si alguien pregunta qué entiende Freud por
crea fantasmas, fantasmagorías, imágenes fantasiosas, "teorías sexuales'' podemos responder con una afirma-
fantasmas defensivos, para eludir el conflicto -la dife- ción unívoca: teoría sexual es aquella con la cual respon-
rencia de los sexos y el complejo de castración . Den- de el niño a un enigma (sexual), y lo hace en el contex-
tro de este campo de fantasmagorías freudianas po- to de una experiencia.
dríamos colocar tres grandes clases o campos de fantas- Voy a poner un ejemplo y, en verdad, este ejemplo es
magorías. Y también, junto a este campo, el de las típico en el sentido de que asegura bien el manejo de la
teorías sexuales -infantiles siempre y el de la nove- definición es un ejemplo de lo que es una teoría pro-
la familiar. piamente dicha-.
Un enigma sexual sería por ejemplo la pregunta: ''¿De
26. "Teorías sexuales infantiles" (1908),tomo 11, pág. 1262. dónde nacen los chicos?" Y la respuesta del niño: "Los
"La novela familiar del neurótico" (1908), tomo II, pág. 1361. chicos nacen por el ano''. Pero la respuesta del niño tie-

102 103
ne que ver con algo que él experimentó como goce cor- 9. RESPUESTAS DEL SUJETO
poral, es decir, la expulsión de los excrementos. Por CS«J
dice Freud que si bien las teorías sexuales infantiles,
cuyo estatuto es el de fantasías, son completamente
erróneas, sin embargo tienen una porción de verdad, des-
cubren una condición de verdad. ¿Cuál es la condición
de verdad? Es que, con esta respuesta, el chico encontró
una conexión entre el goce y el nacimiento de los niños.
Estas respuestas están ancladas en una experiencia de
goce; éste es su valor de verdad.
Comparen ustedes esto con las teorías que los mayo-
res explican a los chicos: "Los chicos nacen porque los
trae la cigüeña''. No sólo es una teoría sosa, sino además Hemos hablado de las fantasmagorías del sujeto. Para
idealista. Porque, ¿quién vio una cigüeña? Uno la vio de la teoría psicoanalítica no son tan fantasmagóricas. Es
grande, en el zoológico. Cuando el chico dice: "nacen del decir las fantasmagorías del sujeto son la manera en que
ano'', es algo que experimentó con su propio cuerpo. Es- el suJeto responde inconscientemente a los mismos ob-
tas teorías son verdaderas, según Freud, porque encuen- jetos teóricos de los que se ocupa ,la t~oría. , .
tran una conexión entre el enigma sexual y una expe- Esa es la peculiaridad de la teona ps1coanalít1~. Po.r
riencia corporal de goce. eso entre el saber psicoanalítico y el discurso del h1stén-
Esto es lo que de ahora en adelante habría que me- co ~o hay una. oposición, sino que hay una relación es-
terse en la cabeza, para no olvidarlo nunca, porque es tructurada de pasaje del uno al otro. Es decir, cuando
el fundamento del concepto de· ''etapa de desarrollo de hablamos de fantasmagorías, eso no quiere decir que
la libido". Las etapas del desarrollo de la libido son co- sean las tinieblas, mientras que el campo de la verdad
nexiones halladas entre conflictos enigmáticos y expe- serían los conceptos de la teoría. En ambos casos esta-
riencias hechas con el cuerpo. mos tratando de campos, de discursos que hablan de los
mismos objetos, de modo que el pasaje de uno a otro no
es tan problemático; incluso más adelante veremos que
esos pasajes son necesarios.
Entonces, dije que dentro de ese gran campo de ,las
fantasmagorías del sujeto podíamos citar las fantas1as,
las teorías sexuales y la novela familiar.
Vimos que decir lo que es una fantasía en Freud es
difícil; pero, en cambio, definir qué era una teoría sexual
nos resultó fácil. Según nuestra definición, teoría es la
respuesta dada a un enigma sexual en la persp.ectiva ~e
una experiencia de goce corporal. Y, en ese sentido, dec1a
que el prototipo de la teoría sexual infant~ es 3:11al.
Freud en11mera cuatro teorías sexuales infantiles:

104 105
l . La premisa universal del pene, formulada en 1908 a~ V• r·sal, tiene que ser colocada en otro nivel que, en prin-
atribuyéndole ya estatuto de teoría. t J)io, habíamos llamado de derecho y que establece la

2. Teoría anal (llamada también cloacal), según la ct1al l•r1se misma a par.tir de la cual puede haber enigmas o
los niños nacen por el ano. t 1>11llictos.
3. La couvade: representada en ese rito que encontri1~ La segunda, los chicos nacen por el ano. Ahí sí que
mos en algunos pueblos, en el que, mientras la mujor •olamos ante una verdadera teoría. Hay un enigma: el
está en el momento del parto, el hombre mira con ges· 111tcimiento de los chicos; y una respuesta: el ano. Pero
to de dolor: participa en el parto. Por extensión, figura f'(Jcnse en una cosa: el enigma aparente acá el naci-
que el hombre taro bién puede parir. En la teoría psico· 1111cnto de los chicos- oculta otro al que Freud se re-
analítica se usa en este último sentido. La teoría infan firre en el otro artículo, que es la diferencia de los se-
til es que los hombres también pueden tener hijos. "c's. Porque decir "los chicos nacen por el ano" es una
4. Escena primaria. La concepción aterrorizada del l1tiena defensa para ocultar la diferencia de los sexos.
coito parental, una escena rechazada como terrorífica. J>ero es una teoría auténtica, en el sentido propio. Y, por
11Lra parte, descubre algo de verdad puesto que, a nivel
Reflexionemos un poco en torno a cada una de ellas. el<' la zona anal (por sus experiencias anales), el chico
Con respecto a la primera, en verdad no es \1na teoría. lta tenido alguna experiencia de satisfacción. Entonces,
Una teoría es la respuesta a un enigma sexual, pero el t·on la teoría conecta la experiencia de satisfacción con
enigma sexual, para Freud, en este artículo, es el naci- ( l nacimiento de los chicos, lo cual está bien. Podemos
miento de los chicos. En el otro artículo, el enigma se- (lecir que la teoría cloacal-anal es la teoría sexual infan-
xual fundamental es la diferencia de los sexos. Diferen- t1l por antonomasia. Es el modelo de la teoría.
cia de los sexos y premisa universal del pene falo- La tercera teoría no es más que un derivado de la an-
son conceptos casi tautológicos. Pero cuando el chico dice terior . "Los hombres también pueden tener hijos'' es una
"todo el m11ndo tiene pene", no resuelve ningún enigma, consecuencia de que los niños nazcan por el ano; también
sino que resuelve la condición de la aparición del enig- o.sí se niega la diferencia de los sexos.
ma, que es: ''¿Cómo puede haber diferencia de los se- La cuarta podría tener rango de teoría, a pesar de que
xos?''. Y no quiere saber nada; dice: "Esto me asusta". en otro nivel Freud la va a enumerar más tarde entre
Entonces, la premisa 11niversal del pene no es una las fantasías primarias, puesto que al rechazo del coi-
teoría. Supongamos que esta casa se inunda de agua. En- to parental -porque si el coito parental existe, enton-
tonces la teoría sería: el agua sale de la casa de al lado, ces hay que reconocer la diferencia de los sexos- se le
que es vieja. Esa es la teoría. Pero decir "el agua sube" agrega la teoría de que ese coito es por sí mismo desa-
no es una teoría, sino describir con palabras lo que está gradable, sangriento, que algo malo pasa entre el padre
ocurriendo. Y lo mismo es decir ''todo el m11ndo tiene y la madre. En este sentido no sería una teoría. No ex-
pene", como decía Freud. No es una teoría, porque en plica lo que se está viendo. Volviendo a nuestro ejem-
verdad constituye el enigma mismo. La primera, pues, plo, es como decir: "sube el agua y el agua está podri-
no es una verdadera teoría sexual. Como premisa uní- da''. Pero por lo menos agrega algunos. datos a la refle-
xión sobre lo que está pasando.
Repito: la teoría por antonomasia es la anal. Y va a
27. "Teorías sexuales infantiles", véase nota 26. tener mucha importancia, scbre todo en la teoría de

106 107



Freud en relación con el análisis de la analidad en la padres-. Mis padres no son éstos, sino que mis padres
neurosis obsesiva. verdaderos son reyes.
Hablaremos ahora de la novela familiar. Lo mismo que Esto de los dobles padres es lo que hay que retener.
decíamos de las teorías en relación con las fantasías Después lo vamos a pensar y vamos a ver sobre todo la
-que las teorías son claras, son definibles podría de· cuestión del desdoblamiento del padre y la importancia
cirse de la novela familiar. La novela familiar es una que adquiere en el caso Schreber, en el ''Hombre de las
suerte de cuento inventado, gestado por el chico, para ratas'' y en el "Hombre de los lobos". 29 De cualquier ma-
responder también a algo que se le torna, si se quiere, nera los dobles están por todos lados en la estructura que
enigmático. Pero la estructura es distinta de la teoría. estamos estudiando. En el nivel del sujeto, más adelan-
En primer lugar, el enigma en este caso no es sexual, te lo probaré: dos sujetos -él y su propio doble . En
no tiene que ver, al menos directamente, con el sexo; el nivel de padre: dos padres el padre real y el padre
aunque las respuestas sí. Y en segundo lugar, lo novela- idealizado, sobrevalorizado . En el nivel de la madre:
do va a introducir como personajes de la novela funda- dos madres la madre sobrevalorizada y la madre de-
~entalmente a los padres. El enigma aquí no es sexual, gradada . En verdad, son seis 1ugares y no tres.
sino que es 11n problema --diciéndolo con un térinino no Y con esto está dicho casi todo lo que podemos decir
freudiano de identidad. La pregunta fundamental de de la novela familiar. Después vamos a leer el artículo,
la novela es: "¿Quién soy yo?". Es decir: ¿Quién soy yo un articulito corto.
en relación con mis padres? Puesto que de quiénes sean Ahora que ya hemos ensanchado lo suficiente este
mis padres depende quién soy yo. Y lo interesante de esto campo sería bueno poner a prueba algo de lo aprendi-
es lo s~guiente: que el resultado de esta novela, que do con respecto a algún caso.
asigna una historia a los padres, es que los padres apa- Aquí, indudablemente, corresponde la lectura del ar-
recen desdoblados, son dobles. La novela introduce una tículo "psicogénesis de un caso de homosexualidad feme-
estructura con padres dobles. nina". 3º Este artículo -del que voy a tocar los puntos
El modelo de la novela (sobre el cual Rank escribió 11n fundamentales para seguir fundamentando el orden de
libro) sería el mito del nacimiento del héroe. 28 Sería como los conceptos es interesante por varias razones:
la histotia:·de Moisés? por ejemplo. El argumento es siem-
pre parecido: hay algún oráculo que vaticina al padre que a. Por algunas reflexiones con respecto al complejo de
el hijo que va a nacer será peligroso para el reino y pa- transferencia.
ra su propio bien, de modo que el padre trata de defen- b. Para ampliar nuestra visión del desarrollo de la se-
derse del hijo. Entonces lo pierde, o el río se lo lleva, xualidad femenina.
o lo olvida. En el caso de Moisés, por ejemplo, lo po-
nen en una canasta y el río se lo lleva hasta donde unos
campesinos, muy lejos, lo recogen y lo crían. Cuando el 29. Caso Schreber: "Observaciones psicoanalíticas sobre un caso de para-
noia autobiográficamente descrito" (1910), tomo 11, pág. 1487.
chico es grande, llega 11n momento en que se entera El hombre de las ratas: "Análisis de un caso de neurosis obsesiva"
de que estos padres campesinos no son sus padres, (1909), tomo 11, pág. 1441.
de que sus padres eran reyes -sobrevaloración de los El hombre de los lobos: "Historia de una neurosis infantil" (1914), tomo
11, pág. 1941.
30. "Sobre In psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina" (1920),
28. O. Rank: El mito del nacimi.ento del héroe (1909), Ed. Paid6s, 1961. tomo m, pág. 2542.

108 109
c. Para pensar sobre eso que se llama la ''analizabi- llo, el Edipo de esta joven, claramente homosexual,
lidad". Es decir, para establecer cuándo los pacientes son muestra una estructura bien heterosexual, con fantasías
o no analizables. heterosexuales.
d. Y, en especial, para estudiar la estructura de la ho- En primer lugar, según el análisis de Freud, en el mis-
mosexualidad en el caso de una mujer. mo acting del suicidio. Resulta que en uno de los paseos
que ella realizaba con esta señora (que era una especie
s~ ~rata de una joven, 11na adolescente, que acude al de cocotte, mezcla de coqueta y de puta) se encuentra con
análisis sobre todo presionada por los padres. Ellos son el padre. Entonces, parece ser que el padre les lanza lina
los que quieren que se analice, en particular después de mirada, una mirada fulminante, terrible, muy agresiva.
una especie de intento de suicidio. Ella no pone en el La cocotte, después de esa mirada del padre fíjense
análisis más que un interés intelectual y sexual, y, por cómo la habrá mirado... , la cocotte le plantea a la chi-
otra parte, lo hace para satisfacer a los padres. Tal vez ca que prefiere que no se sigan viendo. Entonces ella se
estas malas condiciones de entrada en el análisis hacen siente muy mal y sobreviene el intento de suicidio; para
que fracase y la chica abandona a Freud y deja el tra- hacerlo se tira a 11no de los fosos por los que en Viena
tamiento. pasa el tranvía.
Es una ·chica claramente homosexual; no hay duda Freud interpreta el pasaje al acto del suicidio por la
alguna de que lo es esto nos lo dice Freud desde el prin- palabra, por el significante; como un chiste. Tirarse ha-
cipio . Por otra parte tiene muy pocos episodios de tipo cia abajo, en alemán, es: n'iederkomen, que quiere decir:
neurótico, había estado bien. Incluso venía al análisis no "ir abajo", "venir abajo". Y niederkomen al mismo tiem-
tanto porque ella misma tuviera problemas, sino que los po en francés es parecido quiere decir ''parir", "dar
problemas los ponían los demás a su homosexualidad. a luz". Entonces, "tirarse abajo'' es realizar el deseo de
No había mantenido, sin embargo, relaciones sexuales "parir". Es como en el chiste. Supongo que estarán de
reales con ninguna mujer todavía, lo cual Freud lo acuerdo con la interpretación de Freud, si lo que deci-
dice le daba una especie de ventaja al análisis. mos desde el comienzo es cierto: que el significante es
Bueno, voy a resumir el caso. Lo más interesante a el fundamento de toda interpretación psicoanalítica.
l~ largo de toda la observación de Freud es la importan- Pero, entonces, fíjense acá que el objeto del deseo de
cia que en este caso de homosexualidad femenina ad- esta homosexual, en el momento del pasaje al acto,
quiere la figura del padre. El padre está presente como es el hijo, o sea, el objeto de un Edipo positivo. Después
.
siempre, muy presente. Es el personaje fundamental
'
vamos a ver otros indicios de la presencia del Edipo
con ~uien le une una profunda relación de agresión, po; positivo en este caso. Por ahora doy solamente este
lo mismo muy intensa. ejemplo.
Ella, la cillca, anda con una mujer a la que ama y a Lo importante es que a lo largo de todo este caso Freud
quien declara su amor. La mujer se deja cortejar por ella. está mostrando que en ningún momento puede explicar
Todo esto enfurece bastante al padre. Ella, como si lo su- los determinantes de la homosexualidad, cuál es la cau-
piera, se pasea prácticamente delante de las narices del sa de la homosexualidad. Lo notarán durante la lectu-
?adre, ante la ventana del lugar donde el padre traba- ra del artículo: Freud está tratando de encontrar por qué
Ja. El padre es pues importante, pero no es solamente es homosexual esta chica, qué pasó, qué deterrninó la ho-
esto. Por lo menos en tres momentos clave del desarro- mosexualidad. Verán ustedes lo oscuro que es el capítulo

110 111
final, donde Freud trata de discutir el origen de la se- que no hay deseo del padre por parte de la madre; el de-
xualidad en la mujer. seo de la madre no se dirige al padre. Entonces, aquí hay
una razón de la deterrninación de la homosexualidad.
Pregunta: ¿De la madre de la paciente no se habla en Sería fácil realizar un modelito uniendo esta reflexión
este artículo? del caso con los datos que sabemos ya sobre el desarro-
En primer lugar, lo que se ve en el caso es que la re- llo de la mujer.
lación de la chica con la madre es muy distinta de la re- En el desarrollo de la mujer, nosotros teníamos en un
lación con el padre. Mientras que el padre está comple- primer momento \1na fuerte ligazón con la madre, rela-
tamente enfurecido por la homosexualidad de la hija, la ción preedípica sobre el fondo de la ilusión fálica. Lue-
madre no parece preocuparse; incluso, Freud lo dice, has- go experiencia de la diferencia de los sexos y complejo
ta cierto p11nto es como su cómplice, como si hubiera un de castración. A continuación, separación con respecto a
trato de complicidad entre las dos. Es como si hubiera la madre y entrada en el complejo de Edipo, en busca
entre ellas una especie de reparto. La madre es una mu- del padre. Esto es lo que ocurre en la nena. Va a bus-
jer joven, no cocotte pero sí un poco coquetona, bonita car al padre para proyectar sobre él al hijo, lo que re-
y coqueta, que todavía gusta -dice Freud-. El repar- aparece como explicación del pasaje al acto del suicidio.
to sería así: "Las mujeres son para ti y los hombres Por la tensión, la nena busca 11n objeto heterosexual;
son para mí". Es como si la homosexualidad de la chi- busca al padre como lugar de la proyección del deseo del
ca no le molestara a la madre, porque entonces la chi- hijo. Pero en el momento en que ella se separa de lama-
ca no aparece como rival de su coquetería. Esto por 11na dre y va a buscar al padre, podríamos decir que el pa-
parte. dre no está en el lugar que le corresponde en la estruc-
Por otra parte, fíjense, el padre es tina figura impor- tura: no está porque no está ahí sostenido por el deseo
tante en la estructura edípica. Además parece un padre de la madre. Entonces, la tensión estructural produci-
muy masculino, de voz ronca, un hombre violento, etc. da por la separación de la madre la llevaría hacia el pa-
Pero podríamos decir que a esta violencia la madre co- dre: el padre está, podría uno decir, ocupado por la li-
rresponde descalificándolo, porque mientras él se preo- bido que ella arrancó de la madre y que tiene que de-
cupa tanto por la homosexualidad de la hija, la madre positar en el padre. Pero ese padre no está sostenido en
no le da ninguna importancia; es una manera de des- la estructura por el deseo de la madre.
calificar la palabra del padre. ¿A qué recuerda esto que estoy diciendo? Se parece un
Y en tercer lugar, Freud dice cosa interesante que poco al melancólico. El melancólico pone la libido sobre
esta señora, que era bastante coquetona, había tenido en un objeto, pero sobre un objeto que no está, que está
algún momento de su vida un ataque nervioso un ata- muerto. Entonces, en este caso, si el objeto de la ocupa-
que histérico, puede pensar uno . Así, ataque histérico, ción de la libido es conflictual porque, igual que en el
coquetona, más joven que el marido, descalifica la pa- melancólico, el objeto falta, ¿cuál es la operación que ya
labra del marido, ¿le interesaría a ella el marido, como sabemos que es ley para Freud? ¿Qué hará la niña? Re-
objeto sexual? Parece que bastante poco, y uno puede in- emplaza la elección de objeto por 11na identificación; esa
cluso pensar que como buena coqueta le interesaba más identificación es la base de la estructura homosexual. Y,
seducir a los tipos que los tipos en sí mismos. entonces, podríamos decir, la niña regresa al objeto pri-
Entonces, ¿qué pasa? Lo que se ve en la estructura es mordial, a la madre, en lo cual Freud ve el modelo de
112 113
sus objetos ulteriores, porque lajoven parecía exigir para gido, puesto que la madre no lo había deseado. Así, en
enamorarse de una mujer que ésta fuera un poco coque- primer lugar, hemos de ver cómo aparecen datos de un
tona y mayor -sobre el modelo de la madre . Edipo heterosexual en la homosexualidad de la mujer.
Entonces, ahí le faltaba un solo concepto a Freud. Pero Y en segundo lugar, cómo la homosexualidad de la mu-
nos hace pensar que la determinante es que para que jer es regresiva, resultado de una frustración de estruc-
se pueda entronizar la estructura triangular en la mu- tura. Vuelvo a repetir: frustración de estructura -na-
jer -y también en el hombre, aunque con otras carac- die frustró a nadie . Esto se ajusta un poco más al es-
terísticas-, el padre tiene que estar sostenido por el quema que habíamos visto del desarrollo de la mujer. Y
deseo de la madre. Si el deseo de la madre no hace in- va a ser por esta razón de los datos con respecto a esta
teresante al padre, por decirlo así, el chico se encuen- estructura de una homosexualidad femenina, que vamos
tra con un vacío que es reemplazado con una identi- a discutir la conexión -que para Freud es de necesi-
ficación, base de la identificación masculina propia de dad entre la paranoia y la homosexualidad.
la homosexualidad. Por otra parte, Freud sugiere en
el artículo que la chica tiene un estilo muy masculino Pregunta: En cualquier caso, en la homosexualidad
de amar. En este sentido, entendemos por masculino un masculina, ila estructura es semejante? O sea, ausencia
estilo de amor cortés por la cocotte; porque Freud dice del padre por falta de deseo. ¿La carencia de deseo por
que en verdad amaba a esa mujer y no le interesaba el padre puede ser condicionante en todo caso, o no?
mucho la cosa sexual, no habían tenido relaciones se- Aquí habría una sustracción, porque el padre no está
xuales. puesto en la estructura; entonces ella ret?rna a la p~­
Siendo claramente homosexual, estableciendo clara- sición homosexual. Pero en la homosexualidad masculi-
mente que le gustaban las mujeres, estaba enamorada na es distinto: el padre no puede ser lugar de identifi-
-pero de amor- de esta mujer y la perseguía. caciones, primero, porque la madre retiene al niño en re-
Esto es lo masculino que he dicho, es lo que se llama lación, negando la diferencia de los sexos. Por otra par-
un amor cortés. El amor cortés es un amor hecho de su- te la madre tampoco desea al padre, entonces hace apa-
gerencias, de citas, sin plantear nunca la relación sexual. recer un padre sin el pene. El fundamento del homose-
''Nos encontramos a tomar el té a tal hora" ...Primero xual es que se pone frente al otro preguntándole: ''¿Es
el té, después la leche, t1n azúcar.... mandar un ramo de cierto que lo tienes?" Es la pregunta homosexual, la pre-
flores .... Toda una especie de persecución del objeto, sa- gunta que le hace al padre: "Si lo tienes, muéstramelo".
biendo que el objeto femenino se sustrae. El hombre en En verdad, el homosexual masculino lo que quiere ha-
este caso es quien persigue y no se plantea la relación cer es restituir a un padre con pene. Buscando un com-
sexual. Es este estilo el que adopta y que es altamen- pañero con pene, a quien busca es al padre, pero un pa-
te reasculino. dre cuyo pene no era introducido por el deseo de la ma-
De acá lo interesante es que la determinación de la dre. Eso es lo que se pide al compañero: "¡Muéstrame-
sexualidad no se produce en la relación primera con la lo!''. Es la exigencia de que el otro lo tenga. Pero siempre,
madre sino en la frustración de estructura, lo no reali- desde luego, el factor estructurante fundamental es el
zado, de ese padre a quien no han puesto en su lugar. deseo de la madre por el padre; es lo que determina la
Ella iba hacia allá y entonces se produjo una frustración estructura. Con la característica fundamental de que las
de estructura porque el padre no estaba ahí para ser ele- estructuras van a tener distintos desarrollos en el hom-

114 115
bre y la mujer, porque uno tiene pene y la otra no. Sim- asusta...Y si es t1n hombre homosexual, busca que haya;
plemente por eso. si no hay, él se asusta. Es la condición de que el otro
Lo que hace la homosexual femenina es mostrarle al tenga o no tenga pene lo que determina, desde el pun-
padre -que lo tiene que se puede amar a otra por lo to de vista descriptivo, la estructura.
que no tiene. La homosexual femenina reacciona contra La homosexualidad femenina es profundamente reac-
el padre, por el cual se vio frustrada. El padre lo tiene, ciona! y producto de la estructura del .amor, porque el
en verdad lo tiene. En los casos de homosexualidad re- amor es desinteresado. Si tú amas a ~guíen, estarás pro-
acciona!, como éste, se ve mucho más. Pero toda la ho- penso a permitirle incluso que no teng3: hasta la. cosa que
mosexualidad femenina sería, en verdad, reacciona!, más necesitas, si lo amas. No hay obJetos en Juego, en
posfrustratoria. No frustración por no haber conseguido este caso no hay un pene en juego.
lo que se tenía, sino porque el objeto no estaba introdu-
cido por el deseo de la madre. Pero entonces, al no po- Pregunta: ¡ft.xiste el amor en la estructura heterose-
der conseguir ese objeto, reacciona en su contra. De ahí xual?
la importancia del padre en el caso de homosexualidad Lo que define al amor heterosexual no es la he.tero-
de la mujer, de esta mujer en particular. sexualidad; no hay relación de necesidad. Pero, de igual
Entonces, lo fundamental en la homosexualidad de la modo en el amor heterosexual, supongamos que al hom-
mujer sería demostrar que se puede amar por lo que no bre amado le estalla una granada en la guerra Y le des-
se tiene. Por otra parte, esto es lo que define el amor: truye los genitales. ¿Ya no se lo amaría? Quién sabe, tal
el modelo de la homosexualidad entre mujeres es el mo- vez sí, aunque ya no tenga genitales. Es el ~aso de ~~a
delo del amor, porque nadie tiene nada que dar al otro famosa novela de Hemingway, Fiesta. La acción se situa
desde el punto de vista peniano. En este sentido se pue- en la posguerra. Hay un grupo de ame?-canos en París
de decir: la homosexualidad femenina se sitúa en la que va de fiesta en fiesta. Los personajes fundamenta-
vertiente del amor y del desinterés. La homosexuali- les son 11n periodista y ella, que es muy hermosa. Hay
1 na relación entre ambos, pero no se sabe lo que pasa.
dad masculina, en la vertiente del goce y de los objetos 1
reales. Entonces, lo que pasa es lo siguiente: es como si ~lla se
le insinuara a él; y él como si estuviera todo el tiempo
Pregunta: Entonces, ¿hay un desprecio de la envidia defendiéndose, como diciendo que no. Ella insiste en ~ue
del pene en la homosexualidad femenina? quiere estar con él, etc. Todo esto ocun:e .en un ambien-
Sería una manera de articular la envidia del pene. Pe- te muy divertido, de una forma muy c1nica en la nove-
ro no como cree la gente generalmente, como si la ho- la. Mientras todo esto ocurre, ella se acuesta con todo
mosexual dijera: ''Yo tengo pistola". No. Esta no es la el mundo. Hacen un viaje a España y van a ver una co-
idea. La idea fundamental es, en cuanto a la condición, rrida de toros; ella se enamora del torero y se acuesta
no que yo no tenga, sino que la otra no debe tenerlo. Eso con· el torero ...El sufre por todas estas relaciones, pero
es clarísimo. Un homosexual, masculino o femenino, cuando ella vuelve hacia él, entonces se sustrae. Al fi-
¿qué hace? Ve que hay un cuerpo en \1na cama y no sabe nal, toman un taxi y hay una conversación hemingwe-
si es masculino o femenino. Entonces pone la mano para yana, muy larga. Entonces te enteras de que ella lo ama.
ver si hay o no hay. Si ella es 11na mujer homosexual, Le dice: ''Eres el único hombre que he amado y todo lo
lo que busca es que no haya; si hay, saca la mano y se que quiero es estar contigo''. Pero el tipo le dice que no,

116 117
que eso es imposible, que ya no puede ser. Y 1uego se 10. DESEO Y GOCE
sabe que en la guerra perdió los genitales. ·
En el amor heterosexual es igual, sólo que es to no lo
define por sí solo. Es decir, cuando una mujer ama a l.lll
hombre -por suerte y desgraciadamente para la neu-
rosis- puede sacrificar el interés por el pene del hom-
bre. Pero en la homosexualidad femenina esto está ab-
solutamente claro, porque es la condición de la relación
con el objeto que determina toda la estructura de la se-
xualidad: tiene que faltar.
~a homosexual femenina es como una romántica que
quiere mostrar algo. Está hablándole en diagonal al pa- Como vimos en el caso de homosexualidad femenina
dre, diciéndole: ''¿Ves? No te puedo alcanzar, a ti que tie- comentado por Freud, lo fundamental es una frustración
nes, pero se puede amar a alguien que no tenga''. Es lo de estructura, ya que la chica va a buscar al padre, pero
que está demostrándole. el padre no está sostenido por el deseo de la madre. En
El caso del hombre se plantea sobre la vertiente del este caso el objeto falta porque no está indicado por el
deseo -dice Lacan-, en relación con el objeto de goce, deseo del Otro. Esto es importantísimo entenderlo. La
el pene. Es el objeto peniano como modelo el que está necesidad del Otro para que haya objeto de deseo es fun-
ahí Y la actitud sería de desafio con respecto al hombre: damental. Se ve en la vida de todos los días. Como cuan-
¡"Muéstram elo''! do una chica dice: "Cuando estoy con mi amiga, él es más
.Bueno, sobre esto que acabo de decir aquí, les reco- interesante. A solas con él, me aburro". En el artículo
miendo que lean el artículo de Lacan "La significación sobre la homosexual femenina, debemos acentuar la im-
31
del falo". Léanlo despacio, porque es muy complicado. portancia predominante del padre a todo lo largo de la
observación. Cosa que contrasta con el otro caso del que
h~blamos, "Sobre un caso de paranoia contrario a la
teoría psicoanalítica'', donde el padre brilla por su au-
sencia. En aquél está omnipresente, incluso en el sen-
tido de 11n estilo edípico positivo, con elementos hetero-
sexuales. En este caso el padre está completamente au-
sente: la omnipotencia de la madre aparece como algo
devorador. El padre está muerto, ni se habla de él ni se
lo ve por ninguna parte.
Visto esto, el motivo de entrada a los artículos que va-
mos a comentar es otro. Hemos visto cómo se estructu-
raban conceptos a partir del conflicto fundamental intro-
ducido por la premisa universal del pene: narcisismo,
equivalencias simbólicas, superyó. Estas son las tres re-
31. "La significación del falo", en Escritos, SigJo XXI.
ferencias fundamentales. Sin embargo, hemos dejado de
118 119
lado. otra temática. Si nos estamos ocupando en serio de cación es edípica, el perjudicado es el padre. Pero hay
la vida sexual, tendríamos que poder responder al me- más que eso ya que si no está el otro hombre de por me-
nos en. parte a una cosa fundamental en la observación dio, la mujer no sería deseada.
de la vida sexual. Es que los objetos de la sexualidad apa- Lo que nos descubre esto es algo fundamental en la
recen generalmente como condicionados. A saber, que determinación del objeto del deseo, algo que es coheren-
P.resent.a n lo que Freud llama condiciones eróticas, ero- te con el hecho del que nosotros partimos: la pulsión no
tik Bed~ngung~n. ¿De dónde sacar alguna teoría para ver tiene un objeto predeterminado. Si el sujeto va a inte-
por que el obJ eto está condicionado? rrogar en sí mismo al impulso que lo lleva hacia el ob-
De ~quí la remisión a los artículos de ''Contribuciones jeto heterosexual, la mujer, no encontrará nada. Encuen-
8: la vida. erótica''. Fundamentalmente dos: "Sobre un tra a la mujer cuando la mujer es puesta en la estruc-
tipo especial de elección de objeto en el hombre'' y ''So- tura por otro hombre que la desea. Entonces en verdad
bre la degradación general de la vida erótica''. 32 el deseo del tercero es aquí el que introduce el objeto y
~n el primero de los artículos, Freud señala la ex- lo torna objeto del deseo. En este sentido podríamos de-
trane~a que producen un par de exigencias eróticas en cir, si ustedes quieren, que este deseo del tercero es 11na
los SUJetos masculinos. Una de ellas se refiere a sujetos defensa contra la labilidad de objeto de la pulsión. Si la
que sólo pueden tener relaciones, o se enamoran, o sien- pulsión no da el objeto, entonces, ante la posibilidad de
ten deseos por mujeres que ya andan con otro tipo, que una nada de objeto, me defiendo mirando a donde mira
e~tán casadas o que tienen novio. Y la segunda condi- el otro. Y allí encuentro al objeto.
ción. es la pr~ferencia por prostitutas, preferencia en el Esto nos introduce a un universo donde los objetos
sentido de exigencia. Para que la mujer sea deseable tie- aparecen inducidos por deseos de otros. En verdad es
ne que tener algo turbio, entonces· se torna deseable. éste el único modelo que nos va a permitir integrar es-
tos datos coherentemente en la teoría, una teoría que en
Pregunta: -¿Sólo éstas dos condiciones? su p11nto de partida nos dice que la pulsión no da el ob-
En este texto, sí. Pero hay millones de ellas. Por ejem- jeto. Entonces habrá que fijarse en relaciones, sobre todo
plo: que sea manca, que tenga una tía que se llame Flo- triángulos.
ra, que sepa cocinar mal ... cualquiera. Ciertas mujeres Pero hay algo más interesante aún; decir que se de-
se casan ~o~ un paralítico, que parece cumplir para ellas sea el objeto introducido por el deseo de un tercero, es
una condición por ese mismo motivo. decir que uno se identifica con el tercero. Así, Pedro tie-
Sentir deseo por 11na mujer elegida por el deseo de ne una novia, María, y yo me enamoro de María. Esto
otro • s~ ~xplica, según Freud, por el Edipo reducido por
33
quiere decir que yo me identifico con Pedro. En la trian-
el peIJwcio d~l ~rcero. Se desea a la mujer elegida por gulación edípica es lo mismo. Me enamoro de mi madre
otro para fastidiarlo, para perjudicarlo. Ya que la expli- y me identifico con mi padre, que en verdad es quien de-
sea a mi madre. O utilizo el deseo de mi padre por mi
32. "Sobre un tipo especial de elección de objeto en el hombre" (1910) en madre, para darme a mi madre como objeto sexual.
tomo ll, pág. 1625. '
Pero entonces, el polo de la identificación es el que en
"'Sobre una degradación general de la vida erótica" (1912) en tomo II
pág. 1710. ' ' verdad dirige: porque su deseo hace aparecer el objeto
.. 33; ~a transcripción original no diferenciaba en este pasaje entre "otro" y del deseo. Lo que señalamos, antes de seguir nuestro ca-
Otro · Sm embargo, por el contexto pueden tratar de distinguirse. mino, es la extraña particularidad de que el objeto de
120 121
la identificación deba coincidir con el objeto de la agre- nos remite a la teoría de la represión. Las formaciones
sión. De eso parte Freud cuando habla de perjuicio del reactivas son apariciones masivas de lo reprimido a
tercero. Al identificarme con mi padre, según la lógica través de su contrario. Aunque esto podría darnos una
edípica mando la agresión hacia mi padre: el polo de concepción del inconsciente que, siendo buena, no es de-
identificación es el polo de la agresión. masiado acertada, porque podría dar la impresión de que
Dos cosas fundamentales: una cierta conexión, que la relación entre lo que aparece y lo inconsciente es, pun-
habrá que indagru· en adelante, entre identificación y to por punto, de una cosa a su contrario, lo cua~ no es
agresión, por una parte. Y por otro lado, lo que dijimos cierto. Las formaciones reactivas son parte del incons-
antes: que el objeto del deseo no surge de la pulsión sino ciente, pero no todo el inconsciente son formaciones re-
del deseo del Otro. Esto con respecto a la prjmera con- activas.
dición erótica. Esta condición erótica, en el sentido fuer- Decíamos que el disgusto supone placer. Si aparece el
te, muestra la labilidad del objeto de la pulsión. El ter- disgusto, ello significa que el goce que proporcionarí~.. la
cero funciona como apoyo. relación con el objeto está obturado, hay una repres1on.
La segunda condición erótica es más interesante to- Las formaciones reactivas son de afectos negativos, el
davía, porque contiene la operación básica de constitu- afecto que aparece es negativo. Por ejemplo, el recha.zo,
ción de la condición erótica en sí misma, de los objetos el disgusto, la vergüenza son deseos en forma negativa
parciales como objetos de goce, como podría ser una me- y actitudes pasivas frente al objeto. Pero la verdad del
dia para un fetichista. disgusto es el placer; la verdad de la vergüenza es el ex-
Condición erótica quiere decir las propiedades exigi- hibicionismo, que es activo.
das al objeto para que el objeto se tome apto para el goce. Lo complicado de la estructura es el deseo. Ya que es-
Lo importan te de las erotik Bedingungen es el carácter tuvimos hablando de la relación de goce con el objeto
compulsivo y de todo o nada de la condición. La condi- y empleamos el término placer, deberíamos tener pre-
ción determina lo que se torna apto para disparar el de- sente que tratándose de la teoría psicoanalítica habría
seo y el goce del sujeto con respecto al objeto. Si esa con- que distinguir entre goce, deseo y placer. Hay que tener
dición no se da, el sujeto está como trabado. en cuenta que generalmente los teóricos del psicoanáli-
sis hablan poco de goce. Esta palabra habría que pro-
Pregunta: Habría que preguntarte qué es el displacer. moverla.
Displacer, en primer lugar, no es un concepto freudia- En verdad el goce aparece en relación con las erotik
no. Psicoanalíticamente hablando se interpreta por su Bedingungen, porque las condiciones eróticas son las que
contrario, y así el disgusto hay que interpretarlo como determinan las propiedades del objeto para que el obje-
resultado de las barreras que el sujeto se pone para ac- to se tome apto para el goce, no para el deseo. El goce
ceder a sus propios objetos de goce. Tanto disgusto como es el usufructo real del objeto. Si el deseo pertenece al
displacer son formaciones reactivas. Indican el afecto subjuntivo, el goce pertenece al indicativo. Hay que dis-
contrario al de la conducta. Displacer sería, entonces, tinguir bien esto. En primer lugar, esta distinción no
placer profundo. Lo que ocurre es que hay una barrera. está muy bien hecha en Freud. La palabra ''goce" la usa
La verdad es que el objeto del goce, debido a las defen- poco. La palabra deseo la usa en lln contexto distinto,
sas del sujeto, no está estructurado. Entonces el sujeto pero donde adquiere su mejor significación es en re~a­
en vez de poder acceder a él, tiene que eludirlo, lo que ción con los sueños. Recuerden la famosa frase que dice

122 123
que los sueños son una realización de deseos. 34 En cuan- nes de equivalencia u homeostasis entre las energías
to al goce, tiene que ver con las propiedades actuales del psíquicas, pero taro bién por supuesto al problema ge~e­
objeto: si las condiciones son adecuadas, como yo exijo ral de la pulsión. ¿Qué quiso decir Freud, cuand? al m-
que sean, gozaré con él. troducir la pulsión de muerte, habló de una puls16n que
36
Lo otro sería el placer. En Freud el placer remite a está más allá del principio del placer?
la metapsicología y al modelo económico. Se trata del
principio del placer, que a su vez tiene dos definiciones.
Pero por el momento no quiero tocar este p11nto. Lo que
quiero decir solamente es que la palabra "placer'' hay que
oírla como un principio conservador, relacionado con la
homeostasis en la relación, con el intercambio equilibra-
do de presiones. El placer sería que la exigencia del ob-
jeto o la tensión frente al objeto no fuera ni demasiado
alta, ni demasiado baja. Podemos pensarlo como un prin-
cipio conservador aristotélico, puesto que la ética de
Aristóteles es una ética del término medio. 35
El de deseo es el concepto más complejo de todos. Si
la teoría freudiana lo remite a los sueños, hay que pre-
guntarse por su significación, su articulación y el por-
qué de la famosa frase de Freud, según la cual el sue-
ño es una realización de deseos. ¿Qué es lo que quiso
decir? Tendríamos que estudiar cómo se realiza el de-
seo en el sueño y la forma de su realización. Tal vez
así podríamos tener 11na idea del concepto freudiano de
deseo.
Con respecto al goce, como hemos dicho, remitiría a
las condiciones eróticas. Un buen artículo para estudiar
el problema del objeto apto para el goce, en Freud, es
éste: ''Sobre un tipo especial de elección de objeto en el
hombre".
En cuanto al placer, nos remite a la metapsicología,
al modelo económico o seudoeconómico y a las relacio-

34. Tesis fundamental en La interpretación de los sueñ.os (1900), que da


nombre al capítulo III: "El sueño es una realización de deseos", tomo I, pág. 422 .
35. Cf. Aristóteles: "De la naturaleza de la virtud", Cap. VI de la parte 2, de
36. Más allá del principio del placer (1920), tomo III, pág. 2507.
la Etica a Nic6maco, Ed. Austral.

124 125
11. FREUD CONTRA JUNG

Volviendo al artículo que comentábamos la otra vez,


"Sobre un tipo especial de elección de objeto en el hom-
bre", decíamos que en él Freud presenta dos tipos espe-
ciales de condiciones eróticas en el sujeto masculino. La
primera era la exigencia de mujeres que ya fueron ele-
gidas por otros sujetos. Decíamos que el deseo del ter-
cero era fundamental en la constitución del objeto del de-
seo. Por sí solo, el sujeto no podría constituir ese obje-
to. Por lo mismo el deseo del tercero es una suerte de

defensa contra la nada de objeto de la pulsión. Se dijo
taro bién que aquel que introduce el objeto, el tercero, el
deseante, es en verdad el polo de la identificación. De
modo que el concepto de identificación sexual -por la
cual el sujeto se identificaría al hombre y podría desear
a una mujer- oculta el hecho de que lo que permite
desear a una mujer es que la mujer sea dese~da por
otro. El otro como deseante es el que torna atractivo al
objeto.
Superponiendo a este esquema la idea freudiana del
perjuicio del tercero, vemos que el objeto de la identifi-
cación coincide con el objeto de la agresión, como si el
sujeto fuera tan desagradecido que quisiera destruir al
mismo que le permite acceder a los objetos sexuales. Des-
tacamos entonces la correspondencia en la teoría psico-
analítica entre la identificación y la agresión, carac-
terística que ya habíamos introducido cuando hablamos
del estadio del espejo.

127
Pero Freud hablaba de otra peculiaridad en la elec- c•luyentes: o es madre y entonces no puede ser deseada,
ción de objeto, que es la de ciertos tipos que se enamo .. ,, es deseada, es puta, pero entonces no es madre. En-
ran de prostitutas, en una preferencia por el objeto de· lt)t1ces, si se quiere mantener la idea de una madre so-
gradado. Y para contar esto hace una suerte de relal<> l>revalorizada que no es puta, mejor acostarse con una
de lo que le habría pasado al chico, la psicogénesis de [lrostituta. En consecuencia, si se da el caso de valorar
este tipo de condición erótica. Resulta que el nenito, en ft una mujer, se fracasa sexualmente con ella .. Queda
tin primer momento, se niega a reconocer que hay re- Rcñalar que la idea de que ella es una puta proviene en
laciones sexuales entre los padres. La relación sexual im- i>arte de la negación de que sea solamente, totalmente,
plicaría una verificación de la diferencia de los sexos, de 1nadre. Podemos tener en cuenta, como fundamental,
lo cual él no quiere saber nada puesto que sostiene la t'ste movimiento para comenzar a estudiar los objetos ap-
premisa universal del pene. Llegado un momento se ve tos para el goce en tanto que pueden ser o~je~s parcia-
obligado a reconocer que la gente mayor tiene relacio- les. En este caso la prostituta no es en s1 misma par-
nes sexuales, pero mantiene la creencia de que sus pa- cial, la condición de parcialidad reside en el hecho de que
dres no lo hacen. Cuando finalmente ha de reconocer que una parte de la madre es negada. Pero hay otras pro-
sus padres también, es mayor la herida narcisista, pues piedades que sí son parciales; por ejemplo el .cabello de
si el padre es deseado por la madre, ello significa que una mujer, una parte de su cuerpo. Para explica~ el mo-
él mismo queda excluido del deseo de la madre. Enton- vimiento de su constitución, desde el punto de vista es-
ces, como el nenito ha obtenido de alguna manera cier- tructural, vamos a pensar cómo se generan los objetos
tas informaciones sobre mujeres que tienen relaciones parciales, los objetos que aparecen más fuert~men~e de-
con otros hombres y lo hacen por dinero, hace esta de- terminados sobre los cuales pesan más las exigencias de
ducción: ''si ella, mi madre, tuvo relaciones con mi pa- la condició~ erótica. Con este fin podemos introducir la
37
dre, es capaz de haberlas tenido con todos los hombres; reflexión de Leclaire sobre el Hombre de los lobos. Se
luego es una puta". Pero como la madre es modelo de trata de un caso que tiene mucho que ver con la neu-
toda elección posterior de objeto, en todos los objetos ul- rosis obsesiva, aunque no sabemos a ciencia cie~a el
teriores aparecerá esta condición, la de que sean putas. diagnóstico. Según datos ulteriores, en verdad la smto-
El complejo de Edipo, entre otras cosas, otorga al su- matología que muestra cuando se va a tratar con Fre~d
jeto freudiano las líneas para la norm.atización ulterior es una sintomatología bastante depresiva. El padre mis-
de toda relación. En él aprende tipos de relaciones y bus- mo había tenido un ataque depresivo muy fuerte Y había
ca repetirlos -la repetición es 11n concepto básico de la sido atendido por Kraepelin. Pero seguramente hay ele-
teoría psicoanalítica-. En nuestro caso, lo que se repe- mentos de neurosis obsesiva, al menos por la importan-
tirá es esta condición, basada en tin juicio: si tiene re- cia que adquiere en la indagaci~n del caso el erotismo
laciones con mi padre, ella no es mi madre, es una anal.
prostituta. Pero además de la analidad propia de la estructura
En el texto de Freud se plantea como una suma de del sujeto, este hombre tenía con respecto a sus objetos
cualidades: ella es madre y puta a la vez. El movimien- femeninos una condición: lo que le interesaba era el culo
to de la negación no estaría totalmente realizado. Esto de la mujer. Esto hasta el punto de que el sujeto se con-
hay que decirlo para distinguirlo un poco del otro
artículo, donde en cambio aparecen como propiedades ex- 37. Serge Leclaire: Desenrnascarar lo real, Ed. Paidós.

128 129
tagia de sífilis al tener relaciones con una campesincl n Dios. Así, el hombre con barba es Dios, un arquetipo que
la que había visto en cuclillas y por detrás. Si se dabnl' aparece en varias religiones. Entonces lo que habría que
estas condiciones, ya, como dice el proverbio, no les n1i · estudiar serían las formas arquetípicas para ver qué sig-
raba la cara. En cuanto a Teresa, la mujer que ama, u110 nificaría, en este caso, inclinarse hacia Dios. Esto se re-
se pregunta qué propiedades especiales debía tener en feriría a una actitud general de la humanidad, la incli-
lo que se refiere al trasero. nación de lo humano frente a las figuras trascendenta-
En su artículo sobre el caso, Freud introduce una 1~11·­ les, por ejemplo.
ga reflexión sobre la escena primaria. Reflexión en Jc1 Para Freud, el hombre con barba no es Dios, es el pa-
cual aparece todo el problema del estatuto ontológico de dre. Y la inclinación hacia el padre, ¿qué significa? Cual-
la escena primaria. A saber, si es fantaseada, real o un:1 quier cosa. Por ejemplo, la idea de ser satisfecho sexual-
construcción del análisis. Freud discute a lo largo de cua- mente por el padre. Se trata de interpretaciones que van
renta páginas este problema sin llegar a conclusioneA en sentidos opuestos. En la interpretación junguiana, se
muy claras al respecto. Para estudiar el caso hay que asciende hacia los arquetipos y la relaci ón sexual se di-
1

recordar que históricamente se sitúa en la época en qu(> suelve. En Freud, la interpretación apunta hacia la re-
Freud polemiza con J11ng, y lo que quiere hacer es rei- lación primitiva sexual en la triangulación edípica.
vindicar o sostener la idea de que la escena primaria La sexualidad infantil, profundamente edípica, para
había sido real, a pesar de que estaba seguro de que era Freud tiene que ser real. Para Jung, son sólo construc-
una fantasía primaria. Eso para contestar el sistema de ciones de los adultos. Primero son los arquetipos que ha-
Jung, sistema simbolista idealista, que trataba de des- bitan a los sujetos, por decirlo así, y son ellos los que
cribir los acontecimientos reales de la sexualidad del son proyectados sobre la sexualidad infantil. Aparte de
niño como construcciones ulteriores de la vida del adul- esto, que muestra la estructura idealista del sistema,
to. Como si el adulto a posteriori inventara Ja sexuali- Jung era fascista y terminó aceptando el Tercer Reich,
dad infantil, que no habría existido en realidad. El niño como todo el mundo sabe. Es una actitud muy peligro-
de Jung es un niño inocente, mientras que el niño de sa. Toda teoría que intente hacer una relación analógica
Freud no lo es. entre las formas del inconsciente individual y el incons-
ciente colectivo, pensando que hay arquetipos, es idea-
Pregunta: ¿J>or qué, cuando te refieres a Jung, siem- lista. Es un punto de vista completamente destruido,
pre dices que su posición es idealista? desde la investigación moderna, por Lévi-Strauss. Jung,
Es muy fácil. Voy a dar un ejemplo de lo que sería un con todos esos libros que ha escrito sobre símbolos, en
análisis freudiano y un análisis junguiano basado en los verdad es un pensador de ba1"I·io sobre problemas de mi-
arquetipos. En Jung la interpretación va de lo bajo a lo tología universal. Leyó demasiado y se intoxicó. Encuen-
alto, en Freud la interpretación va de lo alto a lo bajo. tra formas, pero carece de todo rigor porque se basa en
Supongamos que alguien sueñe con un hombre con bar- analogías. Su historia demostró que había una conexión
ba, cubierto de vello y por quien siente una atracción entre esa teoría y la verdad del fascismo.
irresistible ante la cual tiene que ceder.
Entonces Jung interpretaría la aparición del ho~bre Pregunta: Pero, ¿de donde salen los arquetipos para
con barba como la imagen arquetípica de algo que se re- los junguianos?
pite en la historia de los pueblos y que es la imagen de

130 131
Están constituidos. Por ejemplo, un analista jungui11· Entonces, el ejemplo es. banal, pero quiero que se en-
no ahora, si nos encontrara así, nos miraría y como sn- tienda. Si veo ciertas formas y las entiendo como mani-
ben mitología, ellos "lo saben todo'', vería la forma, la dis- festaciones de una verdad preexistente, esto es la base
posición en redondo con la gente mirando hacia el cen- de todo sistema idealista. En todo sistema idealista, el
tro, formando una suerte de estrella. Diría que es un ar- espíritu ya está constituido y la historia es la manifes-
quetipo que se dio muchas veces en la historia, los man · tación de ese espíritu.
dalas. Así, el mandala sería un arquetipo hacia el cual Pero el saber, ¿dónde está? Está en mí, sin duda. Ten-
nosotros, por una razón extraña, trataríamos de conver- go todos los libros de antropología en mi casa y sé que
ger. Jung diría que si se dejara un conjunto de perso- hay formas que pueden ser en cruz, en cruz con dos pun-
nas aquí, compondrían figuras preformadas. Entonces titos, entonces encuentro un mandala. Por otra parte se
tüdo el pensamiento significa buscar información antro- trata de una operación con la que se intenta capturar
pológica para encontrar formas y después establecer el saber y ponerlo del lado del terapeuta: el terapeuta
analogías. A lo mejor, desde el punto de vista meto- "sabe". Y ese saber es como todo saber que está pues-
dológico, hay estructuras que se repiten, por ejemplo, la to en un solo lado: es absolutamente vacío. El saber pues-
estructura... to en el terapeuta trata de obturar el surgimiento de los
lugares, de los objetos del goce. Se trata de lo que se de-
Pregunta: ¿...edípica? En Tótem y tabú, Freud hace lo bería llamar el discurso del amo. 39

mismo.
No, eso no. Hablo de estructura formal. Que haya una Pregunta: En el ensayo sobre el estadio del espejo, La-
estructura que se repite es una cosa, y otra cosa es lo can habla sobre el existencialisrno y termina diciendo que
que estoy diciendo, que existen formas que se encarnan la única salida de una sociedad utilitaria es el a.'>esina-
en distintas manifestaciones. to hegeliano. ¿Tiene que ver con esto?
Hay formas, por ejemplo la simetría invertida, comu- No. Se trata de una crítica. Eso es una referencia a
nes a ciertos diseños de muchos pueblos. Estructura que la novela de Simone de Beauvoir, La invitada, cuyo
ustedes por otra parte conocen por las cartas de póker epígrafe, según recordaréis, dice: "toda conciencia per-
-los reyes son estructuras invertidas-. Estas estruc- sigue la muerte de la conciencia del otro''. Es una fra-
turas se re pi ten en la base de todo el arte chino y tam- se de Hegel. Por eso ella termina diciendo que la solu-
bién en los pueblos del norte de la costa ca11adiense. Así, ción del conflicto es la muerte de la otra, de la te1·cera.
el difusionismo no es cierto, porque en verdad lo que hay Cuando Lacan sitúa esto en el texto, es una especie de
es producción de estructuras. Pero punto, basta, se acabó ironía burlona con respecto a la posición existencialis-
toda la analogía. Entonces se trata de buscar cómo las ta, donde lo que aparece en ese aspecto es una relación
culturas en su conjunto y por qué razón, producen es- de oposición agresiva. Lo cual significa que todo el sis-
tas estructuras, pero no un arquetipo del cual las cosas tema está fundado en las identificaciones narcisistas
son manifestaciones, sino invariantes producidas por la agresivas. En cambio, la teoría psicoanalítica no encuen-
estructura, lo que es muy distinto. Les remito a la An- tra ahí el fundamento. Es precisamente lo que hay que
tropología estructural de Lévi-Strauss. 38 disolver, según la teoría psicoanalítica.

38. Lévi-Strauss, Claude: Antropologúi estructural (1958), Ed. Paidós, 39. "Discurso del amo": lomado de los "cuatro discu rsos" de Lacan. Véase J.
1977. Lacan, Seniin.aire 17, L 'envers de la psychanalyse (1968), Ed. du Seuil, 1991.

132 133
La articulación fundamental en el hombre es I<> 12. CONSECUENCIAS DE LA CASTRACION
simbólico, no las formas, no los arquetipos en el senti·
do jt1nguiano, sino lo simbólico como lugar donde se ar
ticula la estructura significante y nos remite a esta se ..
xualidad articulada en relación con el falo donde lo qu
hay son faltas de objeto. En verdad, el hombre del qu"
hablamos es un hombre al que le faltan imágenes. F~l
hombre de Jung es un hombre al que le sobran imáge·
nes, porque lo que manifiesta son imágenes y formas
constituidas.
Si no hay imágenes, el analista tampoco tiene el sa-
ber. En realidad el analista es el lugar donde el pacien-
te deposita el saber. Entonces, en primer lugar, llama-
remos idealista a una teoría en la que el teórico deten- Estamos en el artículo "Sobre un tipo especial de elec-
ta el saber. De este modo el saber está cerrado, porque ción de objeto en el hombre". Habíamos introducido lo
sólo hay manifestaciones de formas ya constituidas. No que Freud llama las condiciones eróticas y decíamos que
bay noved.ad posible en el sistema jungiano: las formas esto conectaba con el problema del goce. En verdad al
que aparecen ya estaban desde antes. Así se obtura la preguntarse por las condiciones eróticas -para decirlo
historia y la constitución de esos objetos marcados por correctamente- habría que plantearlo así: las condicio-
las condiciones eróticas, los objetos del goce. No puede nes por las cuales el sujeto es capaz de segregar, como
hacerse su historia porque no hay sexualidad infantil. si su estructura fuera capaz de ponerlo en el mundo, un
objeto con el que puede relacionarse en t érminos de goce.
Lo que se está viendo aquí es que el objeto así segrega-
do es una consecuencia, en último análisis, de una de-
fensa narcisista. Es como si los objetos de goce fueran
el i·esultado de una defensa narcisista exitosa. Y esto voy
a explicarlo ahora.
Entonces, en el segundo ejemplo que comentamos
-elección especial de objeto, conforme al modelo de la

prostituta-, el chico se niega a aceptar que los mayo-
res tienen relaciones sexuales. Cuando llega a aceptarlo,
aún sigue sosteniendo que la madre no y, cuando acep-
ta que la madre también, todavía es mayor la herida nar-
cisista, porque hay otro objeto del deseo de la madre, un
objeto que no es él mismo. Entonces hace este razona-
miento: "Si es capaz de hacerlo éon un hombre, lo hace
con todos. Ella no es mi madre, es una puta".
Como la madre es modelo de toda elección ulterior de

134 135
objeto, esto es determinante. Esta proposición sobre la hace Freud de ese seis que es muy interesante.) Los lo-
identidad de la madre, esta transformación o esta spal- bos son blancos: los padres estaban en camisón en la sies-
tung por la cual se divide a la madre negando su iden- ta de la tarde.
tidad, esta aparición de la madre como madre puta será Freud en este trabajo se pone a discutir si la escena
determinante para los objetos ulteriores. En esta opera- • primaria es una realidad o 11na fantasía. Esto sucede en
ción hay algo interesante para obtener la razón de es- la época de la discusión con Jung y lo más interesante
tructura. Aquí se ve muy bien que la definición que di es que en este caso él quiere seguir acentuando, en con-
antes del objeto apto para el goce, cumple esta condición tra de la opinión de Jting, la realidad de la sexualidad
estructural: la predilección por la prostituta mantiene la infantil. Para Jungla sexualidad infantil no es real, sino
defensa narcisista del sujeto. Es el resultado de una de- que es una construcción de la sexualidad del adulto. El
fensa narcisista exitosa que consistió en negar la iden- chico de Jung en un sistema ideológico como el suyo-
tidad de la madre. es un niño inocente. Para Freud se trata de un niño ubi-
Pero para cualquier objeto de goce lo que digo se debe cado en una estructura cuyas funciones y relaciones
cumplir igual. Para mostrar que hay una analogía en- harán surgir todo deseo sexual ulterior, pero porque él
tre el objeto degi~adado como objeto apto para el goce y mismo es ya sexuado. Freud ya había aceptado, en ver-
otro tipo de objetos parciales, en el sentido de objetos dad, que la escena primaria es una fantasía y la situa-
parciales aptos para el goce, vimos el ejemplo del Hom- ba entre las protofantasías. Pero aquí se pone a discu-
bre de los lobos. En el Hombre de los lobos aparece una tir otra vez si esa protofantasía es real o no, y como tie-
determinación fundamental: la atracción que ejerce el ne que mantener, contra el sistema ideológico de Jung,
trasero de las muje1·es en el paciente. que es real, entonces se pone a discutir.
Y en el conjunto del caso aparece, como algo que ad- Las conclusiones de esa larga discusión son, si no con-
quiere especial relevancia, la escena primaria. Freud ya fusas, al menos divertidas, porque Freud llega al mis-
conocía la escena primaria, pero aquí aparece en primer mo tiempo a tres conclusiones sin querer abandonar nin-
plano y puede decirse que el caso se resuelve por el análi- guna de las tres: que la escena primaria es una fantasía,
sis de dicha escena. La escena primaria es también el que es real (al menos en este caso, dice, tiene que ha-
contenido latente, la razón del mismo sueño de los lo- ber sido real) y también que es una construcción del
bos que centra el análisis de la neurosis infantil. El chi- análisis, como se ve por el análisis del sueño de los lo-
co a los cuatro años había soñado que veía una venta- bos. Así que, después de haber descrito la escena en
na abierta que daba a un nogal, donde había colgados capítulos anteriores, plantea entonces que el chico tenía
cinco o seis lobos que lo mii·aban fijamente. El sueño es que haber visto necesariamente la escena del coito pa-
angustioso, casi una pesadilla. La interpretación de rental, incluso que se puede deducir por los datos en qué
Freud, que utiliza la antítesis, es que el sueño esconde posición específica. El coito debió ser un coito a tergo y
una escena primaria. Los lobos lo miran fijamente: Frei1d en posición erguida, lo que explica la escena terrorífica
interpreta que. él mira fijamente una escena. Mucha del lobo evocada en 11n recuerdo infantil. Lo que Freud
quietud: movimiento en la escena, el chico mira el coi- analiz:i, por una parte, es la identificación de la ma-
to de los padres. Cinco lobos: la hora de la escena, las dre con el deseo del padre y, por otra parte, el acceso
cinco de la tarde. (Momentáneamente el número seis a la experiencia de la castración en la madre. El Edipo
queda sin analizar; después les contaré un análisis que del Hombre de los lobos es un Edipo invertido en su es-

136 137
tructura, es decir, homosexual. Cosa que en Juanito no erótica y que es además, ciertamente, un objeto en el sen-
se produce. En Juanito es completamente distinto: la es- tido fuerte del término.
tructura conflictual de Juanito es de un Edipo hetero- En el artículo siguiente, "Sobre una degradación ge-
sexual. Nosotros sabemos ya que tanto la estructura he- neral de la vida erótica'', aparece otra vez una suerte de
terosexual como la homosexual, aro has conducen a la necesidad de degradar al objeto, pero esta degradación
castración. aparece como una propiedad del objeto del des~o: Como
Y así están las cosas. Entonces, lo que el chico vio fue si Freud reflexionara sobre una suerte de esc1s16n en-
el mismo trasero de la madre, expuesto en una buena tre el deseo y el amor. Como si el objeto ~egradado fue-
posición para comprobar además su "castración". ra el objeto que corresponde a la tendencia del deseo,
Leclaire hizo una interpretación interesante, que in- mientras que habría otra tendencia si se quiere, si-
troduce aquí algo muy semejante a lo que Freud dice so- multánea, aunque en conflicto con la otra, de ahí ~a es-
bre la estructura que produce la determinación del ob- cisión entre los dos objetos- que sería la tendencia del
jeto degradado, la prostituta. Según Leclaire, lo que el amor. La degradación del objeto, así como en el otro
chico habría hecho ante la escena primaria, al tener que artículo se explicaba por esa operación de negación de
reconocer la diferencia de los sexos y la castración de la la identidad de la madre, ahora surge como una conse-
madre, es exclamar: "¡mierda!" Y eso lo lleva a cabo al cuencia de las propiedades del primer modelo pulsional
instante con 11na defecación, lo que remite a la analidad (pulsiones de conservación y pulsiones sexua~es).
del sujeto. "¡Mierda! Esta no es mi madre, es su culo." Freud dice que en el sujeto hay dos t~ndenc1as en re-
Se niega la identidad de la madre y se desprende un ob- lación con el objeto primordial. Aparece aquí la impor-
jeto, en este caso 11na parte del cuerpo. Desde entonces, tante noción de ''apoyo", anlehnung. 40 Hay pues dos ten-
el trasero aparece como algo apto para ser investido por dencias: una es la tendencia cariñosa hacia el objeto (la
la libido, como si hubiere atraído hacia sí la libido que madre) y la otra tendencia, en cambio, es la sensual. La
había en el contexto. tendencia cariñosa se origina en la relación con el ob-
Esta libido que atrae hacia sí el objeto -luego de esa jeto primordial, que es el objeto de la dependencia
proposición que niega la identidad de la madre es biológica. El objeto que satisface el hambre. El anleh-
libido narcisista. Es cuando se destaca el trasero yapa- nung alemán, o apoyo, quiere decir que el objeto de la
rece como condición erótica, como objeto por el que se sensualidad nació apoyado en el objeto de la dependen-
inclina el sujeto y lo atrae de forma particular. cia vital. La boca, que originariamente sirve para comer,
Entonces, el objeto apto para el goce -vuelve a la de- después sirve para besar. La teta es luego un modelo de
finición anterior- sería la respuesta a la pregunta que objeto erótico. Esta idea de apoyo es muy importante, ya
había planteado. ¿Por qué el objeto apto al goce es lo que que entre otras cosas vemos cómo se v~. estructurando
resulta de l1na operación exitosa de defensa narcisista? el objeto de la pulsión, porque por definición y por esen-
Por lo que acabo de decir. Porque supone la negación de cia la pulsión no determina el objeto. La pulsión se sos-
la identidad de la madre, siendo esta negación la ma- tiene mal, tiene que apoyarse. La zona erógena es la zona
nera de preservar la ilusión fálica. que originariamente sirvió para la necesidad biológica.
Esta operación constituye casi por sí misma la defi-
nición del objeto fetiche en la teoría freudia.11a: un ob- 40. Anlehnurig, concepto introducido en Tres ensayos para una teorla se-
jeto que c11mple cierta condición como modelo de elección xual (1905), correspondiente a la primera formulación de la teoría pulsional.

138 lil9
~l pasaje del momento biológico al momento de la cons- ftincional, no responde a objetos utilitarios, sino que sur-
titución libidinal del objeto, se produce por medio deJ ge en la estructura cuando esos objetos utilitarios caen
apoyo o anlehnung.
junto con la relación del organismo con el objeto de l.a
Así l~ tendencia cariñosa, sobre el modelo del objeto necesidad. Por lo cual las zonas erógenas son zonas on-
de la primera dependencia, sobrevaloriza el objeto. Mien- ginariamente referidas a la necesidad, pero que se tor-
tras que ~a ~endencia sexual degrada el objeto por dos nan erógenas cuando algo distinto se estructura a par-
razones distrntas: en el primer caso por una operación tir de la necesidad misma Lo que retienen de la nece-
de estructura y, en el segundo, por las propiedades de sidad es que son el testimonio, digamos, de haber esta-
l~ tendencia pulsional, el objeto del deseo aparece en do en contacto con el objeto de la necesidad. Pero el ob-
cierto modo como degradado. O moralmente, como en el jeto ya no es el objeto en tanto que útil. Esa imagen de
caso de la pro~titución, o degradado en el sentido de que Freud de los labios besándose a sí mismos en el ne-
es sólo una parte del objeto: como si el objeto cayera o nito, como origen de la zona erógena, como bordes que
en la degradación o en la parcialización. Esta parciali- se tocan- muestra cómo se origina la sexualidad a par-
zación es fundamental para pensar el concepto de zona tir del apoyo. Como necesariamente el objeto de la pul-
erógen~ Y de f~ente 41 de la pulsión. Se puede decir que sión es un objeto de nada, esta pulsión que no lleva a
la .puls1ón e~ siempre parcial -está siempre referida a ningún lado y que se sostiene mal se apoya en los lu-
obJetos parciales en el sentido de que cuando apare- gares donde nostálgicamente el cuerpo ''recuerda'' que
ce lo hace sobre el fondo de una caída de la función hubo un objeto. En este punto segwmos · a L acan. 42
biol~gica, con~iderada como una totalidad. Hagan una Las dos tendencias que hemos descrito tienen, según
se'?-c~lla reflexión y verán cómo en el sexo las partes son Lacan, un destino trágico en la vida humana: esos dos
mas interesantes que los todos. Al principio, para el niño objetos no se concilian. Además, como Freud dice que el
en .1..a relación con e~ objeto primordial, que es una re~ objeto de la tendencia biológica es el origen de la sobre-
lacion de dependencia, la relación es de todo o nada: si valorización del objeto, la madre como objeto sobrevalo-
come, come; y si no, se muere de hambre. La boca en rizado -nada menos que aquella que podía satisfacer las
verdad, .en la medida que sirve para comer, representa necesidades, fundamento de la tendencia cariñosa- ya
la totalidad de las exigencias del funcionamiento bio- nunca se superpone con la otra tendencia, de modo que
lógico del cuerpo. Sólo cuando esa relación de totalidad habría como una desgraciada separación constitutiva en-
cesa puede aparecer la boca apta para besar, así como tre el deseo y el amor, como si por su esencia no pudie-
ese otro caso de los labios que se besan a sí mismos ran coi11cidir.
e~emplo puesto por Freud como origen de la pulsión par~ Freud da ejemplos de la separación de las dos tenden-
c1al. Co~o por otra parte el chupeteo del nenito, que a cias. Uno de ellos, el más aparente, sería el de esos ho::::?:?.-
su vez tiene que ver con la conexión fundamental entre bres que se casan con mujeres a las que aman y sobre-
el .aarcisismo y las zonas erógenas. valorizan, pero mantienen buenas relaciones sexuales
. Las zonas erógenas son zonas de autocontacto, que no con prostitutas, convirtiendo la tragedia en comodidad.
sirven para nada desde el punto de vista de la función
-llamo función a la función biológica-. El sexo no es
42. Cf. J . Lacan, S eminario 11, Los cuatro concept-Os fundanientales del psi·
coanáli,sis, Ed. Paidós. Masott.a prologó la edición anterior de este Seminario
41. Cf. "Las pulsiones y su s destinos", tomo III.
(Barral Editores, 1977).

140 141
13. LA VIDA EROTICA DE LOS SEXOS
Mi madr~ en mi casa, mis objetos sexuales fuera de casa.
Este sena el caso menos trágico.
El otro ejemplo sería el fundamento de la impotencia
s~xual, por la bifurcación de las dos tendencias. Freud
dice que ~o que tiene que hacer el hombre, en verdad -
~ugerencia muy graciosa-, porque así le iría mucho me-
JOr con las mujeres, e~ aprender a despreciarlas un poco.
Com~ las sobrevalonza, le va mal y tiene que buscar
pro~titutas fuera ?e la rela~ión amorosa. Lo que mejo-
r~na las cosas sena la capacidad de unir las dos tenden-
cias. Ento_nces ~ce que todo hombre en algún momen- •

~o de su vida es impotente y que la impotencia está me- Con respecto a esto del amor y el deseo hay una cosa
JOr :epartid~ de lo que generalmente se cree. Y que la más que quiero decir. El amor es oblativo, sacrificial. El
razon de la impotencia es simplemente que después de amor no está interesado por los objetos que el otro pue-
la P.ubei:tad cuando el sujeto tiene que volver a reor- da dar. El amor se abastece de nada. Entonces ciertos
ganizar sus objetos libidinales, después de haber aban- pacientes nos enseñan que hay una escisión entre la.ten-
donado ~os objetos edípicos, y tiene que conciliar las dos dencia amorosa y la tendencia del deseo. Los analistas
tendenci~s e.n. la realid~d- al encontrar en los objetos han de tener en cuenta que el amor en tanto oblativo,
sexuales indicios del objeto sobrevalorizado, entonces no sacrificial, está preparado para todos los sacrificios. In-
se los puede desear. Aparece un índice que remite a la cluso para aquellos sacrificios que constituyeron el fon-
madre y entonces no pueden ser deseados. do de la neurosis misma del sujeto, es decir, los objetos
Su~e del caso muy ~acioso de un hombre a quien le del deseo que tuvieron que ser dejados atrás por la re-
ocurn~ que cuando se iba a acostar con una chica si ésta presión. En el amor, si no puedo tener a quien qltiero,
se aparecía en camisón, quedaba impotente. ' o aquello que quiero, puedo aceptar no tenerlo. Por eso
Hasta a~uí lo fundamental en el artículo. Y después, no debe promoverse esta estructura, ya que aplastaría
~orno cosa importante, encontramos al fmal todo un con-
a la otra, la del deseo.
JU~~o de pequeñas fantasías, yo diría casi de novelas fa- No es que el deseo se abastezca de objetos, sino que
m1l~ares que en su momento compararemos con el el deseo no es sacrificial. En el fondo del deseo lo que
articulo "La novela familiar del neurótico" organizadas está planteado es el problema del goce con respecto al
en..e~te caso alrededor de esta doble tendencia de la vida
eroti~a, donde lo imp.ortante es acentuar la tragedia pri-
objeto.
En cuanto a la impotencia, Freud dice que se puede
~ordial de que el objeto del deseo no coincida con el ob- explicar por la escisión de las dos tendencias. La impo-
jeto del amor-. Esto es muy importante ideológicamen- tencia es un problema pospuberal. Después del momen-
te, pues l.o que debe hacer un psicoanalista no es pro- to -periodo de latencia- en que el sujeto abandonó
mover objetos de amor, sino dejar expresar los objetos las verdaderas relaciones de objeto, debe poder darse
del deseo. Porque los objetos del amor pueden en ver- otros objetos, ahora libidinales. Pero la prohibici~n del
dad aplastar los objetos del deseo, y es casualmente por incesto es vivida en la pubertad como norma social. Y
eso que el sujeto está enfermo.
143
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los objetos que el sujeto podrá darse, se los dará sobre po hasta que por nuevas relaciones con objetos se pro-
el modelo de la madre. Mas la ley del incesto lo prohí- duzca una revalorización narcisista y se pueda mante-
be y las dos corrientes terminan por escindir el objeto ner de nuevo relaciones sexuales.
madre. La madre quedó como modelo del objeto sexual En este caso, el problema surgiría por las fallas nar-
sobrevalorado, el correspondiente a la tendencia del cisistas, porque no se ha preservado el narcisismo. Pri-
cariño. Así, para acceder a los objetos del deseo el su- mero me tengo que gustar a mí mismo para después po-
jeto deberá transgredir la ley de prohibición deÍ inces- der tener relaciones. En algún momento hay que sentir
to, es decir, juntar las dos tendencias. Y lo que ocurre que se tiene un valor.
es que, en la medida que encuentre en los objetos sexua- Ahora bien, ¿esta explicación es distinta de la otra, o
les algún estigma o recuerdo del objeto sobrevalorado, en algún p11nto coinciden?. Cuando hablamos de sujeto
por la prohibición del incesto no puede tener acceso a desvalorizado, en verdad, se trata del fundamento del
ellos. Así, todo hombre en algún momento ha sido im- narcisismo, en la medida en que la madre amada es
potente, ha tenido el problema de que se junten las dos aquella que lo fundó a uno como objeto absoluto de su
tendencias. Esto sería lo que podemos llamar una espe- deseo. Por este lado habría que buscar la respuesta. En-
cie de insight de la estructura, que ideológicamente es- tonces cuando uno pierde un objeto, lo que pierde es la
taría bien. relación con la madre amada que asegura su narcisis-
mo. Es necesario que se produzca alguna operación que
Pregunta: Me han comentado vario.e; hombres que des- vuelva a cargar el narcisismo.
pués de haber mantenido una relación muy fuerte con En la pérdida de las cargas narcisistas concurren fun-
una mujer, durante años, cuando cortan tienen una im- damentalmente las dos tendencias: una generada en re-
potencia temporal. lación con el objeto sobrevalorizado, como fundamento
Esto sería por otro motivo. Con lo que estoy dicien- del narcisismo del sujeto, y la otra proviene del despren-
do no estamos dando cuenta de la impotencia en gene- dimiento de un objeto mediante la negación de la iden-
ral. Pero aun en este caso habría que ver si no se debe tidad de la madre.
a la separación de las tendencias. Es muy difícil, cuan- La operación que se produce en la pérdida de los ob-
do hay una pérdida de objeto (cuando hay una separa- jetos amorosos, lo que se podría llamar el trabajo del due-
ción o abandono), al sufrir una decepción narcisista, es lo, es precisamente una operación de negación de la iden-
muy difícil volver a darse objetos sexuales. Porque en tidad del otro. Aquel que era lo único para mí, ya no lo
verdad es la posición narcisista la que alimenta la libi- es. Sólo entonces recupero la libido. Del mismo modo que
do de objeto. Entonces es un observable- cuando un día se dijo "mi madre no es mi madre", ahora se dice
una persona mantiene una relación de aro or con otra du- "María, que era nada menos que María, no es María. Es
rante mucho tiempo, sobre todo si está acostumbrada a una entre otras". Lo que se llama el paso del tiempo es
acostarse solamente con esa persona, en el momento que una negación de la identidad, de la esencialidad, de lo
se separa le va a ser difícil acostarse con otra. Y en pri- que para uno era esencial en el objeto: entonces se vue~­
mer lugar a ese sentimiento de dificultad, que en el hom- ve banal. En El Aleph dice Borges: ... estaba en Consti-
bre puede ser de impotencia, se le agrega seguramen- tución, y vi que habían puesto un nuevo cartel de avi-
te (creo que es un dato de la experiencia) un sentimien- so de cigarrillos y tuve el sentimiento doloroso de que el
to de autodesvalorización. Entonces debe pasar un tiem- tiempo pasaba.

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El sentimiento de que verdaderamente hay 11n tiem- ne que reprocharse eso?" En este caso se trataría de 11n
po y de que hay cosas novedosas es un sentimiento de verdadero melancólico. ·
negación de la identidad estática de ese ser de llama- Una indagación que nos llevara un poco más a~elan-
da devorante que es la madre, el objeto del amor. La re- te mostraría que, en realidad, quien no servía bien el
alimentación narcisista tendrá que ver con una opera- mate era alguien que murió y, precisamente, el melan-
ción semejan te. cólico se lo reprochaba. El rasgo de la identi_ficación (ha-
cer mal el mate) era del otro y ahora constituye un au-
torreproche. Freud obtiene un esq':1ema se~ el cual el
Pregunta: Yo veo el duelo como el rescate de la libido
melancólico introyecta masivamente el objeto Y lo pone
narcisista. La operación del duelo es como rescatar la
en el lugar de su yo: el yo del sujeto es ocupado por el
libido del objeto que ya no está.
yo del otro, mientras que él ocupa el lugar del superyó.
Exacto. Pero sin la operación que hace el melancólico. Por eso se reprocha a sí mismo lo que antes le repro-
Porque el melru1cólico la rescata de golpe, y es por eso chaba al otro. Los temas del melancólico surgen de .los
que está melancólico. Esto ocurre porque el objeto del reproches dirigidos a sus objetos n~cisistas. Esto es im-
melancólico no era un verdadero objeto, sino una pesa- portante para estudiarse a uno mismo a veces, porque
da elección narcisista de objeto. Lo que no puede sopor- antiguos objetos perdidos donde uno había puesto cate-
tar el melancólico es que el objeto perdido era él mis- xias narcisistas están en la base de cosas que 11no ~o­
mo. Lo único que puede hacer es identificarse con el ob- ra se reprocha a sí mismo. Se trata de cosas que no tie-
jeto y apropiarse globalmente, masivamente, de él. La nen nada que ver con uno y ~ue en ve~d~d manifiestan
cualidad de los objetos, profundamente narcisistas, sería la antigua liga.zón a esos objetos narcis1s~s .
otro punto para explicar una melancolía. Volvamos ahora entonces a los dos eJem.plos ~u.e
Si puede hacerse un duelo, eso quiere decir que en ver- hemos dado acerca de las tendencias en la vida ~rot1-
dad la libido objeta! era objeta!. Si no se puede hacer, ca: uno, el de esos hombres que se casan con ~uje:es
es que la libido objeta! era pesadamente narcisista. El que sobrevaloran... , pero desean a otras; otro sena la im-
melancólico introyecta el objeto basado en una identifi- potencia. . .
cación. Para saber si se trata de un melancólico, la prue- Tendríamos así un primer acercamiento a los objetos
ba es escucharlo, examinar los reproches que se hace y degradados, objetos que surgen, que ~e al~a manera
atender a los contenidos de esos reproches. Veremos que tienen que ver con la negación de la diferencia de los se-
no corresponden a su propia realidad. xos y, de pronto, se toman aptos para el goce. Son ~b­
Así, si yo estuviera deprimido, tirado en la cama, y us- jetos degradados y no sobrevalorado~, se trata d~ obje-
tedes vinieran a verme, si les cuento que no estudié su- tos menores, de partes y no de totalidades. La vida se-
, '' .
xual tiene que ver con ''porquerias
ficientemente a Freud, entonces dirían: ''Bueno, está
bien, Masotta se dio cuenta de que no estudió bastan-
te". Pero si de pronto empiezo a decir que yo no soy lo Pregunta: En la mujer, ¿la estructura es ...?
que ustedes pensaban, que soy una mala persona por- Estoy hablando del hombre. Esta es ~na manera muy
que, entre otras cosas, no sé hacer bien el mate, no sé interesante de contestarte. Nuestro obJeto, nues.tro. ~b­
servirle el mate a un amigo, entonces diría: ''Bueno, a jeto teórico es un objeto bizarro, como dije al pnncip10:
éste algo le está pasando, porque, ¿a santo de qué tie- está hecho 'como el hombre de Frankenstein. Entonces,

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cuando estoy trabajosamente construyendo una parte~ que la mujer no tiene, que es lo que en verdad le per-
del monstruo, como en este caso... ¡encontré una pierna! turba de ella.
Y vos me decís: ¿Y la otra pierna? Bueno, mañana sal~ Pero la mujer, en tanto mujer, no necesita de esto,
go a ver si la encuentro. porque sí encuentra el pene en el hombre. Por tan-
Esto es lo que en Buenos Aires llamaba las pregun- to tendrá menos necesidad de esta operación de encon-
tas de las psicólogas. Uno está hablando de una cosa, en- trar el pene como objeto fáctico parcial, porque lo halla
tonces la psicóloga piensa en la otra. Estoy hablando, su- en el hombre.
pongamos, del superyó en la homosexualidad femenina. Esta sería la razón. Pero es complicado contestar esas
Mientras hablo de esto, la psicóloga ¿en qué está pen- preguntas, porque te sacan del contexto. Además, este
sando? En el superyó en la homosexualidad masculina. razonamiento que ustedes me han aceptado no es tan
Y no sé si se dieron cuenta, pero las estructuras que es- fácil de aceptar para tina mentalidad racionalista o em-
tamos construyendo son trabajadas una por una. No pirista. Hay un conjunto de operacione~ que h~n:ios acep-
siempre pueden generalizarse, menos aún en relación tado y que constituyen el discurso ps1coanalít1co. Pero
con el hombre y la mujer. es un hecho estadístico que el fetichismo carece de ca-
A pesar de todo, se saben algunas cosas con respec- sos en la mujer.
to a tu pregunta. El modelo de este objeto que salta de
la estructura, objeto degradado, la "porquería", en cual- Pregunta: ¿Jncluso en la homosexualidad femenina?
quier sentido (piensen en expresiones como ''hagamos la En la homosexualidad femenina mucho menos. A su
porquería'', etc.), o al menos uno de sus modelos, sería vez, todo lo que dije no significa que la mujer no nec~­
el objeto fetiche. Y lo que se sabe es que es bastante im- site de esa negación de la madre por la cual se consti-
probable en la mujer. En toda la historia del psicoanáli- tuye el objeto como parcial. Yo no dije eso. Qui~r? de-
sis hay contados casos y esto tiene su explicación. cir que tal vez en la conducta encontremos condiciones
El fetichismo, dice Freud, es en el hombre una defen- eróticas, y el modelo de las condiciones eróticas en ge-
sa contra la homosexualidad. Es el objeto que viene en neral es el fe tiche. Ahora bien, el fetiche en sí mismo es
lugar del pene que le falta a la madre. Allí donde de- lo que casi parece que no existe en la mujer. No quie-
biera haber un objeto, el sujeto pone ahora un trapo. El ro decir que no exista en absoluto. En caso de·que lo e~­
trapo simboliza al pene faltante de la madre. Operación contremos, en primer lugar tendremos que reconstruir
rara, pues una cosa es que el caballo simbolice al padre, toda la estructura para ver cómo ha sido generado par-
o la banana sjmbolice al pene -el pene está y la bana- tiendo de las cosas que sabemos. De todos modos, en
na también está . Pero ert este otro caso, fíjense, el cualquier explicación se ve que la relación fálica Y el ob-
pañuelo siro boliza el pene de la madre: el pañuelo está, jeto peniano son fundamentales. Es el referente ex-
pero el pene no está. Habría aquí una especie de onto- plicativo.
logía negativa. Hasta aquí este artículo, interesante además por las
Al encontrar el objeto que remplaza al pene materno, referencias que tiene al conjunto de fantasías que se
el sujeto hace de la mujer algo soportable y elude así la unen a la novela faro iliar.
homosexualidad. Y en segundo lugar, el objeto fetiche se
parece al pene en que es un objeto que tiene peso, está A continuación, en nuestro programa tenemos "El ta-
en lo real, existe. El fetichista encuentra en el objeto lo bú de la virginidad". Con respecto a este artículo hay

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ción a una persona. Por eso no hay que usar mucho esta
poco que decir. Lo he puesto aquí porque viene junto con expresión pero, en todo caso, en la teo?a psicoanalítica
los otros dos en la edición, siendo en verdad relevantes aparece esta famosa imagen de la vagina dentada, que
los dos primeros. No obstante, no es ajeno a esta pro- pertenece a la fantasía del hombre. Esta fantasía .no está
blemática. mal, porque lo que indica es el encono castratono de la
En este artículo las dificultades de la mujer con res- mujer por tener que experimentar en el acto sexual la
pecto al complejo de castración están vistas desde la
diferencia de los sexos, su propia falta de pene.
perspectiv.a del hombre. El tabú de la virginidad es aquí Una vez tranquilizados, cuando manejemos bien el
lo .cont~ano de lo que \1no entiende en el siglo xx como complejo de castración, podremos introducir estas co~as
exigencia ante el matrimonio de que la mujer sea vir- como "mujer castradora" en el sentido de una vagina
gen. El tab~ en este caso señala que la mujer, antes de dentada. A mí no me gusta mucho, pero cómo no reco- , .
tener. relaciones con quien va a ser su esposo, debe ha- nocer que desde el punto de vista de la estructu~a ps1q':1i-
ber sido desflorada. Esto responde a la práctica de al- ca hay mujeres que, en efecto, piensan en Joder sis-
gunos grupos étnicos donde se ve que la desfloración de temáticamente al tipo con el que viven, mucho más de
\a recién cas~da le es encomendada a una persona que lo que uno supone. La relación de pareja puede s~r muy
no es el mando. Esto se hace generalmente con instru- neurótica y ello puede depender en gran medida del
mentos rituales. Según Freud, lo que mostrarían estos complejo de castración en la mujer. En este sentido,
primitivos es una suerte de insight sobre las consecuen- podría usarse el concepto de vagina dentada. Pero no de-
cias que le acarrearía al esposo vivir toda la vida con una bemos usarlo hasta que comprendamos bien qué es la
mujer que le tendría un odio terrible por haberla desflo-
rado, es decir, por haberla hecho experimentar en lo con- castración.
creto la diferencia de los sexos.
Es un artículo divertido. Al final hay una reflexión:
que, en verdad, lo que produce que sea uno mismo el que
la desflora es una relación de dependencia. Y en el fon-
do la dependencia es el odio, el encono. Entonces dice
Freud, se ve en ciertos casos que la mujer mantien~ bue-
nas relaciones con un tipo fuera del matrimonio tiene
relaciones sexuales con él y además lo quiere. sin em-
b~rgo, no abandona al marido, pero no porque lo ame,
sino para vengarse hasta el final de su vida. Seguramen-
te hay en esto algo de verdad.
~aro bién se podría decir que en este artículo aparece
la imagen de la famosa mujer castradora. Nosotros es-
tuvimos hasta ahora hablando de complejo de castración
Y esta denominación tiene otro sentido. Por eso no quie~
ro hablar .mucho de ello, ya que recordarán que dije que
~a castración no hay que asignarla a ningún sujeto. Mu-
Jet castradora significaría asignarle el acto de la castra-
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150
14. JUANITO: UNA LLAMADA AL PADRE

Vamos a tratar ahora ''Análisis de la fobia de un niño


de cinco años". 43
En primer lugar, Juanito está aquí por razones obvias.
Porque en Juanito ocurre que la premisa universal del
pene -premisa loca- está en primer ptano. Y además
nos va a ser útil porque vamos a poder reflexionar algo
con respecto a la fobia, vamos a tratar de contradecir la
interpretación que hace Freud de la dete1minante de
esta fobia, y después vamos a leer el artículo desde la
interpretación que de él hace Lacan en su seminario Las
relaciones de objeto y las estructuras freudianas. 44
Bueno, en primer lugar, el artículo es interesante por
la claridad con que aparece en Juanito la premisa uni-
versal del pene. Juanito es una suerte de, digamos, ''hin-
cha" del falo. Para él, todas las cosas tienen pene tan-
to como los hombres. Tiene que pasar bastante tiempo
hasta que Juanito acepte que las cosas no tienen pene.
Desde entonces, divide a los seres en animados e inani-
mados, pero en adelante inviste indiscriminadamente
con el falo a todós los seres animados y tardará bastan-

43. "Análisis de la fobia de un niño de cinco años. Caso Ju anito." (1909), en


tomo II, pág. 1365.
44. J. Lacan: Seminario 4, "Las relaciones de objeto y las estructuras freu -
dianas" (1956), inédito.

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te tiempo hasta que acepte que las mujeres no tienen que conduce a la toma de posiciones en el interior del
pene. Y eso con todas las explicaciones didácticas del pa- complejo de Edipo.
dre, porque el padre -siguiendo las recomendaciones de Además, Freud va a insistir en esto: en o,t ro texto hace
Freud- trata de ser lo más sincero con el chico. En ver- una comparación, mostrando las semejanzas y las dife-
dad, no lo es tanto, como se ve por la actitud de Jua- rencias entre la fobia del Hombre de los lobos y la de
nito cuando ya empieza a salir un poco de la fobia. Al Juanito. Y la diferencia consiste fundamentalmente en
final, hay todo un largo diálogo donde la actitud de Jua- que el Edipo del Hombre de los lobos es un Edipo ho-
nito con el padre es de burla. Es un diálogo burlón, muy mosexu3.I, mientras que el Edipo de Juanito es decidi-
interesante, un diálogo irónico (después diremos algo so- damente heterosexual. La interpretación de Freud es
bre la ironía). sencilla: por el Edipo, por un Edipo simple. El objeto
Así, aun después de todas las aclaraciones del padre, fóbico, el caballo, simboliza al padre, es decir que el niño
Juanito sigue asignándole un pene a la madre. Ya había toma del caballo ciertas propiedades: la figura, la poten-
contado al principio, me acuerdo, cuando empezamos el cia, etc. El miedo a ser mordido es el miedo a la figu-
curso, cómo Juanito tras las aclaraciones del padre tie- ra castradora del padre. Esta es la interpretación con la
ne una fantasía, una ensoñación diurna: le cuenta al pa- que nosotros discrepamos y no para dar el secreto de la
dre que vio a la madre toda desnuda y con una bata. En- fobia de Juanito, no para decir pedanterías, sino sobre
tonces el padre le dice que cómo puede ser eso de "toda todo para mostrar dos maneras absolutarn ente distintas
desnuda y con una bata''. Y Juanito contesta con una pa- de p~nsar en relación con la interpretación. Para ello nos
labra-respuesta -es la forma de respuesta esquizofréni- ceñiremos a la forma lacaniana.
ca, que no contesta directamente por el contenido, sino Digamos, por otra parte, lo que este primer contacto
otra cosa para perseguir un fm que en apariencia no con la fobia nos enseña respecto del objeto fóbico cues-
tiene nada que ver con la pregunta misma, salvo si uno tión fundamental-. Lo primero es que el objeto fóbico
lo piensa mejor-. Juanito dice: "¡Sí, y se le veía la no es uno, son muchos. Tiende, mediante una especie de
cosita!" De modo que sigue asignando un pene a la difusión, a pluralizarse siguiendo, podríamos decir, las
madre. líneas de una inducción significante, también podríamos
La interpretación de Freud consiste en acentuar el decir simbólica, ya que entendemos lo simbólico en fun-
carácter heterosexual del Edipo de Juanito. Es como si, ción del significante. En efecto, no solamente es el ca-
dice Lacan, Juanito estuviera consagrado a la heterose- ballo, sino que son caballos con carros; son también cier-
xualidad. Su Edipo es excesivamente heterosexual; hay tas posiciones del caballo, el caballo cuando da vueltas,
elementos homosexuales en él, pero podríamos decir el caballo caído en el suelo. Está el miedo a que los ca-
para nosotros que, en opinón de Freud, no son la cau- ballos se caigan, a los caballos blancos, pero taro bién a
sa del conflicto. Son, digamos, una sobreabundancia de los carros. Así, Juanito construye una fantasía alrede-
estas formas polimorfas en Juanito. Entonces se ve cómo dor de un carro parado junto a un depósito. En general
Juanito quiere, o besa, o se interesa indistintamente por parece que la fobia tiende a extenderse, como se ve, a
las nenitas Y. los nenitos; pero esto no supondría la ho- los transportes en general, incluyendo los trenes y un
mosexualidad de Juanito, al menos desde el punto de vis- viaje con el padre en tren. Esto por una parte.
ta de la determinación del conflicto. Pero en cualquier Y por otra parte, el objeto fóbico que surge aparente-
caso sabemos que la castración es, en cierto sentido, lo mente como privilegiado aquí, el caballo, Freud mismo

154 155
comienza por no asignarle un solo significado, sino que tración . De modo que el objeto fóbico viene a represen-
en verdad está sobredete1minado. Sobredeterminado, en tar, por semejanza basada en determinadas propiedad~s,
Freud, quiere decir que responde en su constitución a al agente de la castración que es el padre. Esta es la in-
líneas causales distintas, a diferentes causas. Así el ca- terpretación de Freud. .,
ballo es para Freud el poder, pero también es la madre: La interpretación de Lacan llamará la atenc1on sobre
arrastra los carros que siro bolizan la carga de los her- las características de la figura real del padre Y sus con-
ma ni tos, es decir de los competidores narcisistas. Y tam- ductas en relación con Juanito. En verdad sería difícil
bién es el propio Juanito: los caballos cuando se caen - asignar a este padre al menos en apariencia- las
el pataleo del caballo caído evocan, según Freud, los propiedades de una imagen castradora. Es un padre
pataleos del propio' Juanito cuando recibía sus primeros bastante permisivo, un padre culto, const~temente
cuidados de la madre, lo que remite a su erotismo anal, preocupado por la educación se~ual de Jua~1to; está
su goce anal. siempre a su lado, tratando de dial~gar con el. Un pa-
Caballos caídos, Juanito, la analidad de Juanito, el pa- dre del cual finalmente -por sus aciertos y por sus de-
dre, la madre, el peligro de los competidores narcisistas, saciertos, pues es como si Juanito se diera cuenta- Jua-
el narcisismo. Bueno, resalta en la observación de Freud nito se burla. .
-una observación bastante detallada- que hay como Hay sobre todo dos fantasías que aparecen ~n la pri-
una progresión de fantasías que coincide, digamos, con mera parte del análisis y que muestran precisamente
cierta progresión de Juanito hacia posiciones más libe- que la relación de J uanito con su padr~ no. es una re-
radas con respecto al objeto fóbico. Es como si se cura- lación de temor al padre castrador. Juan1to piensa al pa-
ra, lo que se corresponde con fantasías que tienen que dre como alguien que está en su mismo nivel. Estas dos
ver con la curación. Esto es interesante y nos introdu- fantasías son fantasías de transgresión, en las que Jua-
ce en una forma de concebir lo que se considera como nito y el padre hacen lo mismo. En una de ellas se tr~­
fundamental en el proceso de la cura, que es la corres- ta de atravesar el cerco de un parque al que está prohi-
pondencia de la fantasía con el momento del desarrollo bido entrar. Y Freud interpreta esto inmediatamente
del sujeto hacia una posición más normal, más norma- como una fantasía i11cestuosa, de transgresión de algo
tizada. Hay fantasías de cura que tienen que ver con el que tiene que ver con la madre, con el deseo de hacer
momento en que el sujeto está progresando: ésta es una algo p1·ohibido. .
de las maneras de pensarlo. De cualquier modo, a11nque Pero lo más interesante es que el padre y Juaruto ha-
voy a tratar de emplear un ejemplo que tien~ que ver cen lo mismo los dos hacen algo que tiene que ver con
con esta manera de pensar, no hay que generalizar todo acostarse cor:. la madre. Lo que se ve en la fantasía es
proceso de cura tomando como referencia este progreso que el padre no es alguien que establece el límite Y Jua-
en la fantasía. Pero, sin embargo, en esto hay cosas que nito quien lo transgrede, sino que el padre transgrede
son ciertas. un límite que Juanito también transgrede. El límite en
Entonces, la interpretación de Freud es que, dado el sí mismo no viene del padre, ni el padre está represen-
Edi po heterosexual de J uanito, el caballo simboliza al tando el límite. Se podría decir que si la fantasía es una
padre (simbolización que vamos a discutir) por una re- fantasía de acostarse con la madre, Juanito lo hace al
lación de semejanza que se refleja en las propiedades del mismo título que el padre, de forma que si en la reali-
símbolo: grande, fuerte, muerde, arranca cosas -la cas- dad es el padre el único que se acuesta con la madre,

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esto es azaroso y no responde a legalidad alguna ni a objeto. Es preferible un objeto temible a que no hay~ ?~­
algo que tenga que ver con el padre en tanto que él im- jeto alguno. Si el sujeto fuese devorado por l~ pos~c~on
pone los límites. de la madre, no habría ningún objeto. El objeto fob1co
En cuanto a la otra fantasía, sucede lo mismo: Jua- sería la defensa contra esa devoración, defensa que con-
nito ~su padre tiran piedras contra un tren y rompen siste en ocupar el lugar de la falta de objeto.
los cnstales una fantasía sexual diríamos-. Pero otra Si ustedes quieren, podemos conectar esto masiva-
vez ~uanito y el padre están en el mismo nivel. Lo que mente con nuestra primitiva definición de la pulsión,
habna que pensar entonces es que esta fobia, o la se- cuya falta de objeto estructural se vería _redoblada por
gregación de este objeto fóbico, debe leerse al revés: la la devoración que resulta de la posición narcisista fren-
incapacidad del padre para separar a Juanito de lama- te a la madre fálica. Todo eso, por su constitución mis-
dre, es decir, la pregunta por su capacidad para asegu- ma, el objeto fóbico lo simboliza. El objeto por medio
rarlo contra el peligro de ser devorado en la relación con de relaciones de semejanza ocupa el lugar de un ob-
la madre fálica. jeto que falta. Podríamos decir que el objeto que, falta
Entonces ~l objeto fóbico aquí, si ustedes quieren, res- ya sabemos cuál es: es el pene de la madre. Quena de-
ponde al peligro de ser devorado por esta relación, con cirlo más adelante, pero lo anticipo: el objeto fóbico se
el resultado de no poder darse objetos. El objeto fóbico produce frente a la falta de pene en la m~dre, Y eso. se
apa_:ece como dotado de una propiedad que, como acerca a la mejor definición del objeto fetiche. La dife-
manan a constataremos, también se encuentra en la es- rencia será que en el objeto fetiche el afecto es positi-
tructura fetichista. En primer lugar, la semejanza es de vo y en el objeto fóbico el afecto es negativo. .
hecho descriptiva, porque tanto en el fetichismo como en Observamos que el padre -al menos en el nivel des-
la fobia hay objetos que están ahí: en un caso la media criptivo es en estas relaciones bastante poco cast~ador,
por, ejemplo, o lo que fuere un corpiño de mujer, ~ si lo podemos decir así, y en la fantas~a de ~uaruto se
boton-, cualquier cosa. constata lo mismo: el padre carece de distancia con res-
Y en el otro caso también: puede haber una fobia a pecto a él. Juanito lo imaginariza, lo fantasea c?mo un
los botones o fobia al talco, que es un objeto. Lo que lla- ser del mismo nivel. En la medida en que Juan1to pro-
ma la atenci?n es que, habiendo en ambos casos obje- gresa y parece empezar a salir de la fobia, .surge.en cam-
tos, las relaciones que con ellos mantiene el sujeto son bio otra fantasía donde el padre está mejor ubicado en
opuestas en lo que se refiere a los afectos. En un caso la estructura; es una ·fantasía final, que casi concuerda
el afecto e~ positivo y el objeto se erige como apto para con el momento de la curación, en la que el padre se casa
el goce, mientras que en el otro el afecto es negativo. con la abuela, mientras que Juanito se casa consuma-
Debe haber alguna 1·azón de estructura que explique la dre. Podríamos decir que esta fantasía tiene dos caras:
diferencia entre los afectos. una positiva y otra negativa. En la cara positi~a -que
Por ahora podemos decir esto sería una razón de es- evidencia ciertos progresos , al parecer Juan1to logra
~ructura, aunque nos falta una pequeña cosita que de- desnivelarse con respecto al padre, restituirle u.n lugar
Jaremos para más adelante- que el objeto fóbico viene que no es el de un igual. Al menos, le oto~ga la distan-
a recubrí~, simbolizándolo por medio de una analogía de cia generacional, logra distanciarlo y lo ubica en una le-
sus propiedades, al padre, cuyo lugar viene a ocupar galidad que establece diferencias, en este caso la ley de
como una defensa contra la posibilidad de que 110 haya las generaciones.
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Este puede ser el lado positivo de la fantasía. Sin em- poner un objeto donde no hay respuesta. La cuestión fun-
bargo -van a ver ustedes cómo Freud lo comenta-, la damental es ésta, dice Lacan: "¿Qué es- un padre?'' o
fantasía siempre tiene un lado narcisista, encerrado, de sea un padre capaz de arrancarme del lado de mi ma-
contenido incestuoso: así, Juanito casa a su padre con dre .
la abuela y se casa él mismo con su propia madre. En- De este modo el caballo se torna más interesante, no
tonces, se trataría de una fantasía de transición; le otor- por analogía, sino por inducción a partir de la homo-
ga al padre un lugar a cierta distancia, pero se preser- fonía Wagen/wegen-. La pregunta es entonces: ''¿Será
va la relación narcisista-fálica con la madre. mi padre capaz (wegen) de llevarme del lado de mi ma-
El problema fundamental de Juanito no es que el pa- dre?". Se puede apreciar claramente la diferencia entre
dre pueda castrarlo, sino que se muestra incapaz de ha- el análisis del símbolo por analogía o por el significante.
cerlo. La cuestión i10 es que el padre lo aleje de la ma- Entonces, la cuestión fundamental consiste en que si
dre, sino que él podría quedarse encerrado en su rela- se va más allá de una explicación simple del complejo
ción con ésta. Esto se ve en una fantasía construida a de Edipo, se ve que la figura del padre es crucial. No es
propósito de un carro detenido en un andén. Los chicos el lugar puntual de un temor, sino el término de una in-
juegan pasando del carro al andén, pero Juanito se ima- terrogación abierta. El objeto fóbico viene como respues-
gina con temor que, cuando suba, el carro pueda poner- ta a un enigma que no encuentra solución; lo que se lla-
se en marcha. Entonces el padre interpreta este temor ma relación incestuosa con la madre es, en verdad, el
en función del complejo de Edipo simple y le pregunta: peligro de la devoración.
"Entonces, ¿tienes miedo porque así te alejarías de Con respecto a la idea de la relación incestuosa con
mamá?" Y Juanito le contesta, dice Lacan, como si hu- la madre, en verdad se dice más de lo que hay, porque
biera un insight de la estructura misma: ''No, porque yo en el Edipo la madre no ha sido totalmente segregada
siempre acabaría volviendo a mamá". En el fondo del como objeto libidinal, y no porque el nene sea chiquito.
miedo a ser llevado, está la certeza de volver siempre. Hay que entender 'o hay que escuchar, cuando se habla
Esta es la fantasía en la cual Lacan funda su análisis de relación incestuosa con la madre en el complejo de
de la fobia. Edipo, que se refiere a esa relación devoradora con la
Bueno, entonces el otro punto para pasar de la inter- madre.
pretación del símbolo, según sus propiedades analógicas, Lacan cuenta un ejemplo un tanto gracioso, al respec-
a la interpretación por el significante está en la impor- to, de una madre bien fálica que había criado a sus hi-
tancia que a lo largo de toda la observación cobra lapa- jos en su propia frigidez histérica, en oposición a un pa-
l~bra Wagen, como vector fundamental porque, como dre no deseado. Cuando el chico va creciendo, la madre
dice Lacan, toda la fobia está colocada bajo el signo de ve que no tiene ninguna relación con mujeres y enton-
los transportes: caballos, carros, trenes, caminos, movi- ces empieza a pensar de qué manera podría 11acer para
mi~nto. Freud en el texto llama la atención sobre el pa- que consiga tenerla. Como ven, se· trata de una relación
recido de Wagen con wegen, que en alemán quiere de- con una madre fálica que ha mantenido al chico captu-
cir "a causa de'', "lo que es capaz de". El carro se mue- rado. •Entonces, en una especie de pensamiento sacrifi-
ve a causa (wegen) del caballo: el caballo es lo que lle- cial, la madre llama un día al chico y le dice: "Nene, ven".
va, lo que causa el movimiento. Entonces, la fobia de Y entonces se levanta las faldas. Pero el chico le contes-
Juanito sería una respuesta a una pregunta sin solución, ta: ''No mamá, soy homosexual''. Es decir que la relación

160 161
incestuosa con la madre no es el coito con la madre, por- 15. LEONARDO: LA MADRE FALICA
que si el hijo tiene pene, lo pondrá en otra parte, no del
lado de la madre.
Cuando decimos que el objeto fóbico viene en lugar de
tin objeto que falta, hay que entender también esto: quie-
re decir que en la relación heterosexual de Juanito co11
la madre, lo que peligra es la posibilidad de usar su pene
como heterosexual. El verdadero peligro no es ser cas-
trado por el padre. Después de Juanito -para ratificar lo dicho hasta
ahora y aclararlo les recomiendo que lean mi artículo
Pregunta: Juanito tiene fantasías de incorporación de que está en el número 4 de Cuadernos Sigmund Freud: 45
un pene mayor, como la fantasía del fontanero. "Edipo, castración, perversión''. Lo obvio es que la fobia
En cuanto a las fantasías del fontanero, también son de Juanito, el objeto fóbico, se explicaba como la nece-
dos. Lo que aparece claramente en la primera fantasía sidad de poner un objeto ahí donde el peligro era de que
es una concepción sangrienta de la castración. Si la cas- no hubiera ninguno. Y esto porque el padt·e no era ca-
tración es sentida como sangrienta, ¿qué significa esto? paz de producir un corte en la relación narcisista-fálica
Que la posición narcisista es fuerte. En la segunda fan- de Juanito con la madre. Esta es la explicación.
tasía, viene el fontanero, le saca una parte y se la vuel- Ahora deberíamos examinar si el concepto de madre
ve a poner. Fíjense, lean bien este fragmento porque lo fálica se encuentra en Freud. En efecto, así es: de for-
que ocurre es que el fontanero saca algo de la parte de ma más explícita en algún caso y en otros casos menos
atrás y le pone una cosa nueva. El padre pregunta, pero -hasta de una manera bastante compleja y un poco so-
a la vez añade algo: "¿Y también con la parte de delan- fisticada en "Lo siniestro"46- . Cuando veamos "Lo si-
te?" Juanito responde: ''Sí''. Pero en verdad eso no lo dice niestro", entenderán la utilidad de este concepto de ma-
Juanito. Aun así, entre la primera y la segunda fantasía dre fálica. Al hablar de madre fálica en el sentido que
del fontanero hay una i·elación de progreso: en la prime- nosotros le damos, se dibuja una cierta interpretación del
ra, la castración es imaginarizada como algo sangrien- complejo de castración.
to. Mientras que en la segunda, Juanito parece ser ca- De ese dibujo veremos surgir un concepto de angus-
paz de aceptar que si le sacan algo, luego podrá recu- tia, de la angustia en la teoría psicoanalítica, que nos
perarlo. Sin embargo, todavía no se trata de que sim- permitirá superar ciertas impasses con respecto a la in-
bolice la recuperación del pene, porque se trata de algo terpretación de la historia de este concepto en Freud. Es
que está en la parte de atrás. decir que todo ello después nos va a ser muy útil para
entender Inhibición, síntoma y angustia. 47 Para tomar

45. Cuadernos Signtund Freud, nº 4, revista de la Escuela Freudiana de


Buenos Aires, fundada por Masotta (posteriormente, E scuela Freudiana
Argentina).
46. "Lo siniestro" (1919), en tomo 111, pág. 2483.
47. Inhibición, síntonia y angustia (1925), en tomo 111, pág. 2833.

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posición, de entrada citamos estos dos trabajos funda- basta con su duplicación. Sería como una suerte de pe-
mentales: "Lo siniestro'' e Inhibición, síntqma y angus- queña proporción: pene es a castración como uno es a
tia. Pero ahora no voy a comentarlos; los dejaremos para múltiple, como uno es a dos.
después. Por otra parte, esto ayuda a definir un poco más el
Comenzaremos por ''La cabeza de Medusa'', 48 artículo concepto de narcisismo. El narcisismo contiene en su
un poco tardío, de 1922, donde está absolutamente cla- concepto la exigencia de la unicidad, de lo uno. Si alguien
ro lo que decíamos. Aquí Freud vuelve a citar a Ferenczi, sostiene que es único, que no hay nadie como él, no pue-
como taro bién lo había hecho en el articulito de ''La or- de haber otro. El mayor ataque que se le podría hacer
ganización genital infantil", para decir que tiene razón a un narcisista en este sentido -y esto aparece en ''Lo
al observar que la cabeza decapitada de Medusa simbo- siniestro"- es que haya otro igual. Supongan que yo soy
liza el efecto terrorífico de los genitales castrados de la narcisista. Llego a Barcelona y me dicen: "Masotta, te
mujer, pero que hay que entender que estos genitales son vamos a presentar a una persona que sabe Freud y La-
los de la madre. Los griegos, profundamente homosexua- cun". Sería terrible, ¿no? Más que terrible, alucinante.
les -dice Freud- debían tener cierta sensibilidad al Esto sería el ejemplo del doble; es muy interesante, por-
respecto, ya que disponían de un símbolo referido a ese que entonces, ¿qué relación podría existir entre alguien
efecto terrorífico de la falta de pene en la mujer. que se llamara Masotta, que enseñara Freud y Lacan en
En el artículo -sólo tiene cuarenta o cincuenta ren- Barcelona, y yo? Una relación mortífera.
glones-, Freud lo dice dos veces, por esto se torna más Esto pueden relacionarlo con algo que ya habíamos
interesante. Además no dice por qué, lo cual muestra que visto: 1ue la consecuencia del narcisismo es la agresión.
esto tiene en la teoría como 11n estatuto de postulado que La relación entre narcisismo y agresión es lo que vimos
no se puede soslayar. En el artículo hay otra observa- en la relación de identificación con el semejante que sur-
ción interesante de Freud sobre la representación dada gía en el estadio del espejo.
por los griegos de la cabeza de la Gorgona -Medusa, de Hay toda una literatura sobre el doble que sería in-
mirada petrificada- con serpientes en lugar de cabellos. teresante ver. Está en primer 1ugar el libro de Otto
En este símbolo de la castración de la mujer, dice Freud, Rank, 50 que les recomiendo. Recuerden también 'Wi-
aparece 11na multiplicación de los símbolos peneanos en lliam Wilson'', de Poe; es la historia de un sujeto que se
la cabeza. De lo cual debemos deducir, según él, una re- encuentra en su casa con un tipo que es igual que él,
gla general: toda multiplicación del símbolo del pene se llama igual que él, etc. También está ''El doble", de
simboliza la castración. Tampoco dice por qué, pero lo Dostoievski, pequeño cuento que comienza cuando él lle-
menciona tres veces, que yo sepa, en toda su obra. Una ga a su casa y ve que están enterrando a alguien que
de ellas en un capítulo de La interpretación de los resulta ser él mismo esto es muy melancólico-. Y lue-
sueños49 y otra en "Lo siniestro". En esta última ocasión go El retrato de Dorian Grey, 51 que incluye la temática
agrega una cosa más: algo más así como que no es del cuerpo atomizado y la un.idad de la imagen, si bien
precisa la multiplicación del símbolo del pene, sino que

50. O. Rank : "Der Doppelganger" (1914), !mago Ill. Edición española en


48. "La cabeza de Medusa" (1922), en tomo III, pág. 2697. Hormé (agotada).
49. Cf. La interpretación de los sueños , (1900), tomo !, pág. 682. 51. Osear Wilde: El retrato de Dorian Grey.

164 165
proyectados en el tiempo en función del tema del envc· Ahora pasamos a comentar Un recuerdo infantil de
jecimiento. En Los hermanos corsos, de A. Dumas, se tra- Leonardo da Vinci . Este artículo de 1910, juntamente
ta del tema de los gemelos. con ''Introducción al narcisismo'' y el trabajo sobre el caso
Estas serían interpretaciones de la estructura. La es- Schreber, 1In caso de paranoia, son los tres trabajos ma-
tructura es que la única relación que puede sostenerse yores sobre el narcisismo en la historia de la teoría freu-
con otro igual a uno mismo es mortífera: habría que ma- diana.52 Visto desde ahora, con todo lo que sabemos,
tarlo. El doble plantea un problema de espacios. Fíjen- podríamos decir que el trabajo sobre Leonardo es un tan-
se que Freud necesitó referirse· de una forma metafórica to obvio. Pero lo importante es que en ese momento apa-
a la ocupación del espacio al hablar de la energía libi- recía el concepto de narcisismo unido a la representa-
dinal. En el problema del doble, tal como lo sugiere la ción, no ya el concepto mismo, sino la representación del
literatura, entonces, habría un problema de espacio concepto de la madre fálica.
vital, en el sentido en que se habla de espacios vitales Recordemos lo que ocurre en el trabajo: ese famoso re-
en los animales. Entonces, lo que pasa es que alguien cuerdo de Leonardo era que un buitre -lo tenía graba-
sobraría, porque habría un solo espacio vital para dos. do en la memoria de cuando era muy chiquito- le ponía
La relación solamente puede ser una relación de exclu- la cola en la boca y entonces se le partía. Freud preten-
sión, y por eso vimos que conduce al fundamento del con- ~c que es un recuerdo que tiene que ver con la homo-
cepto de agresividad. Si esto es así, se puede entender sexualidad de Leonardo, que según él puede deducirse
la historia de Los hermanos corsos -recuerden la fa- de su historia.
mosa película de Douglas Fairbanks, que era muy lin- Estamos en 1910, la última época del idilio de Freud
da-. Según la historia, cuando le pegan a uno de los con J ung. En aquel momento, Freud quería demostrar
dos hermanos gemelos, sufre el otro y viceversa. En ver- los antecedentes mitológicos de sus descubrimientos,
dad, es una interpretación que explica el problema del además de demostrar que él también tenía conocimien-
doble por una relación donde el mal no viene del otro tos mitológicos -se refiere tanto a la mitología griega
especular, sino de un tercero. Esto sería una variación como a la mitología egipcia-. El buitre era un animal
sobre la estructura agresiva que, digamos, liga in- importante en la mitología egipcia y era representado
trapsíquicamente al sujeto con su doble. mediante estatuillas claramente femeninas, pero dota-
Bueno, esta cuestión del doble vamos a verla cuando das de pene. Entonces Freud ahí se pierde un poco;
hablemos de "Lo siniestro", y entonces añadiremos algu- en alemán, madre es Mutter y buitre, muth- dice que
nas cosas. Volveremos a decir esto con algunas cosas muth era quizá la madre fálica. Pero pasó lo siguiente:
más. Entonces, esta proporción, tino es a múltiple como que Freud había leído las memorias de Leonardo entra-
pene es a castración, como uno es a dos, encuentra su ducción alemana del italiano y el traductor se había
sentido en el narcisismo si se incluye en su concepto la equivocado, ya que muth no se refería a un buitre, sino
exigencia de la unicidad de lo 1Ino. A partir de ahí, el a un pájaro cualquiera, al parecer un milano, pájaro que
doble plantearía un problema. El doble es la castración, no tiene importancia en la mitología.
porque es la principal manera en que podría verse per-
turbada mi exigencia de unicidad de lo uno. Los dos mo- 52. Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci (1910), en tomo 11, pág.
dos principales de la castración serían la multiplicación 1577.
del cuerpo despedazado y el otro igual a mí. "Introducción al narcisismo" (1914), tomo 11, pág. 2017.

166 167
Bueno, entonces digamos que la condición de la argu- Acuérdense del cuadro: la Virgen, la madre de la Vir-
mentación de Freud está mal, pero por esas curiosas gen -santa Ana- y el niño. Deben conocer también los
coincidencias que se dan en la historia, una conexión cartones anteriores en los que Leonardo preparó el cua-
errónea produce el descubrimiento de un concepto. De dro. Bueno, las dos mujeres, en verdad, son figuras ab-
ahí, Freud sacó la noción de madre fálica. Entonces, ¿qué solutamente iguales y se están mirando una a otra como
es la madre fálica? En el trabajo es absolutamente en un espejo. Hay una sensibilidad por el desdoblamien-
claro: es el otro que sostiene la posición narcisista del to de las imágenes.
sujeto. Las figuras de santa Ana y la Virgen siguen en par-
En este trabajo sobre todo en éste- Freud estable- te ciertas formas establecidas de la época: las viudas re-
ce una relación de necesidad entre el narcisismo y la ho- ligiosas. Los vestidos se funden, no se sabe cuál es de
mosexualidad; cosa que tampoco está demasiado bien cada una, tienen al niño en los brazos y además hay, se
por otras razones que vamos a ver después. Esta cone- ve la forma de un pájaro. Es interesante que haya un
xión para Freud, es sencilla. Dice que a la elección de páJaro, y es cierto que lo hay, pueden verlo en la edi-
objeto heterosexual le precede siempre una etapa de elec- ción española. El pájaro aparece de tal manera que su
ción de objeto homosexual, porque la unificación de la cola está justo en la boca del niño. No se puede negar
libido del sujeto se realiza a nivel del narcisismo. que es así, no se sabe si es un buitre o no ese pájaro,
Entonces Freud dice que en la etapa narcisista del de- pero tiene la cola en la boca del niño. Pero en un dibu-
sarrollo, el sujeto elige al otro sobre el modelo de su jo de Leonardo que precede a ese cuadro, el ~efinitiv~,
propio sexo. Este sería el razonamiento: la homose- no hay un buitre, sino que están las dos muJeres arri-
xualidad se fundaría en l~ elección de un objeto que es ba como si fuesen iguales. Es como si no hubiera dife-
más parecido a uno mismo. ~sta es la idea, pero fíjen- re~cia de edad entre ambas, como si fueran la misma
se en las conexiones que por distintas razones se esta- figura, como un desdoblamiento de la figura de la ma-
blecen: hay una relación entre narcisismo y homosexua- dre. Y abajo está san Juan que es nenito y tiene la mis-
lidad pero, a su vez, una relación de la posición narcisis- ma edad del niño. Hay dos nenitos mirándose, dos ca-
ta de Leonardo con la madre fálica. ¿A qué se llama ras de nenitos mirándose, dos caras de mujeres mirándo-
una madre fálica? Está en el trabajo, es lo que ante- se. Es un cuadro interesante con respecto al tema de los
riormente hemos dicho: es la madre en ausencia del dobles.
padre. Volviendo a la historia de Leonardo, la madre es aban-
Esto en la historia de Leonardo se ve absolutamen- donada por el padre. Y cuando Leonardo vuelve a encon-
te claro. Leonardo era hijo de un notario de la época y trar al padre a los cinco años, entonces Freud dice que
de una campesina. El padre, después de nacer Leonar- ya estaba todo decidido. ¿Qué es lo que estaba decidi-
do, había abandonado a la madre. Leonardo pasa la pri- do? La estructura homosexual, todo lo vivido con lama-
mera época de su niñez envuelto en una relación con la dre, esta madre que nosotros llamamos -igual que
madre, con ausencia absoluta del padre. Cuando vuel- Freud madre fálica y que determina la posición nar-
ve a vivir con el padre, después de los cinco años, éste cisista de Leonardo. El resultado es la homosexualidad.
tiene otra mujer, lo que Freud interpreta como si hubie- Ausencia de padre, madre fálica, narcisismo, homose-
ra dos madres en la historia. Nosotros podríamos inter- xualidad.
pretarlo como la aparición de los dobles en Leonardo. La estructura está completa. Podemos dar además

168 169
una sencilla pero clara- razón de estructura de la más difíciles de fundamentar. Sublimar es cambiar el ob-
identificación que constituye la base de la relación ho- jeto de la tendencia sexual poder tomar otro y po-
mosexual de objeto. Sobre la homosexualidad se pueden ner la tendencia que se dirigía al objeto en otro lado. Pero
decir muchísimas cosas más, pero con respecto a las cuál es el mecanismo, nunca queda claro. Freud dice que
identificaciones, lo que viene a decir Freud es que su- se basa en la función del padre.
cede como si Leonardo estuviera enamorado de sí mis-
mo en brazos de su madre el objeto fundamental sería Volviendo entonces al tema de la madre fálica, nos
el objeto narcisista-. Entonces elige a los objetos, ya que conviene comentar ahora el artículo "Fetichismo". 53 En-
él era bellísimo, basado en ese rasgo de la belleza. Hay, contramos a la madre fálica en la definición misma del
por otra parte, una doble identificación: al mismo tiem- concepto de fetichismo en Freud. El objeto fetiche es,
po se identifica con la madre amando a sus discípulos en su definición, el sustituto simbólico del pene de la
y ama al pequeño Leonardo en brazos de la madre. Se madre.
identifica con la madre y con el discípulo. Para decir todo lo que Freud dice de manera ordena-
La homosexualidad de Leonardo respecto a la conduc- da y sintética, partiremos del análisis de esta definición:
ta parece una homosexualidad ideal, porque no se le co- el objeto fetiche es el sustituto simbólico del pene de la
nocen relaciones. Aunque en 11na ocasión tuvo un juicio madre. Habría que agregar algo más a esta definición;
a propósito de ello, pero no se pudo probar nada. Freud el objeto fetiche se muestra como un objeto vinculado con
supone, deduce, que era 11na homosexualidad ideal, que la esfera del cuerpo, con los usos del cuerpo. El fetiche
efectivamente no había mantenido relaciones sexuales. pertenece -para decirlo con un término rápido y claro~
De ahí, por otra parte, ciertos componentes obsesivos del a la clase de los trapos. Ahora veremos el mecanismo que
carácter de Leonardo, que es como empieza toda la des- explica por qué no cualquier objeto puede ser fetiche.
cripción de Freud: su actitud con respecto a la pintura Así, con respecto al objeto fóbico, también decíamos:
y la investigación intelectual recuerden que era inves- no cualquier objeto puede ser fóbico. Pero la extensión
tigador de la naturaleza- que termina aplastando el de las posiciones en las que aparece un objeto fóbico es
trabajo del pintor. Leonardo acaba dejando la pintura, mucho mayor; comprende un conjunto de posibilidades
y por otra parte siempre hubo una imposibilidad obse- lógicas mucho mayor que el correspondiente al objeto fe-
siva, 11na duda que forma parte de su carácter y que no tiche. Para que un objeto sea fóbico, únicamente tiene
le dejaba terminar los cuadros. Se aprecia igualmente que estar en el campo de las vivencias reales del suje-
una ansiedad con respecto a la manera de pintar que no to. Por eso podríamos decir: si uno vive en Barcelona no
le permitía usar la técnica del fresco y, por lo mismo, tendrá fobia a las ballenas, puesto que la fobia, en pri-
pintó mu chos murales sin la técnica adecuada, de modo mer lugar, es una defensa contra un peligro. Lo que su-
que los cuadros se descascararon totalmente. cede, cuando el objeto fóbico se determina, es que el pe-
En el artículo hay algunas otras cosas, como por ejem- ligro se sitúa, de modo que el sujeto está bien en cual-
plo una distinción entre la represión como sexualiza- quier parte, menos en una. Así, no podría llegar a ha-
ción de la conducta- y la sublimación. Como siempre ber un objeto fóbico que no estuviera en el campo de las
en los textos de Freud, la sublimación es descrita, pero vivencias del sujeto.
jamás se encuentra la razón de estructura de esta ope-
ración. Tal vez sea uno de los conceptos psicoanalíticos 53. "Fetichismo" (1927), tomo III, pág. 2993.

170 171
En cambio, el objeto fetiche pertenece a la clase de los auf der Nase, una vez transcrito al inglés queda glan-
trapos, está dentro del circuito más estrecho de los usos ce on the nose, con la particularidad de que si Glanz en
del cuerpo. Daremos ahora otra defmición referente al alemán significa ''brillo", en inglés glance significa "mi-
modo de defensa constitutivo, es decir, la operación por rada rápida, furtiva". Hay pues una mirada en juego.
la cual se constituye el objeto fetiche. El modo de defen- Pero Freud no dice nada más, lo deja como en el aire
sa constitutivo es la Verleugnung (que creo que es ''re- y después se pone a hablar del fetichismo en general.
pudio"54 en la traducción del diccionario). Para entender- Diremos entonces que si la Verleugnung es el resul-
lo, lo que hay que acentuar es algo que ya habíamos vis- tado del reconocimiento de la falta de pene, y el recha-
to en la definición: el fetiche es un sustituto del pene de zo de ese reconocimiento, el resultado de esa operación,
la madre. Fíjense que, en verdad, es un sustituto o sim- el trapo contiene en sí mismo esa doble operación. Si esto
boliza lo que en realidad no existe. El fe tiche tiene como es así, debería plantearse que la Verleugnung estable-
horizonte de su constitución una óntica negativa (ahí fal- ce no solamente el modo de defensa constitutivo de la
ta un objeto). Lo mismo hay que acentuar en cuanto al perversión fetichista, sino de la perversión en general.
modo de defensa constitutivo. Y si el modo de defensa se constituye a partir de lapo-
En primer lugar, el modo de defensa constitutivo se sitivización de un campo perceptivo visual, tal vez esto
ubica al nivel del campo perceptivo. La operación en su explique el clima necesariamente visual, escenográfico,
conjunto comprendería dos etapas simultáneas. La pri- propio del conjunto de las perversiones.
mera etapa sería la percepción de la falta -y aquí está La perversión requiere presentificaciones escenográfi-
la óntica negativa-, porque percibir una falta implica cas; requiere de algo relacionado -para que se entien-
la suposic;ión de que tiene que estar el falo. La segun- da mejor con los equívocos visuales, con la escena tea-
da etapa ~ería la negación de esa percepción. Pe!:o lo que tral en tanto que convención de relaciones entre el per-
hay que acentuar entonces es el primer momento, en el sonaje y el actor. Hay una posición, digamos, con res-
cual se produce la positivización de un campo perceptual pecto al equívoco. Ese equívoco es lo que aparece en el
en tanto tal. Entonces, la operación -el modo de defen- campo visual como fundamental en ciertas perversiones,
sa constitutivo supone un campo donde las cosas apa- o al menos en algunas.
recen en tanto que vistas, es el campo de las escenas vis- El campo perverso es un campo donde se juega con la
tas. Aquí el sentido privilegiado es la vista; se trata de verdad en relación con los objetos del campo percepti-
la mirada, hay miradas y escenas. Entonces, no es por vo visual. Así, simplemente, para dar un ejemplo,
casualidad que en el artículo sobre el fetichismo, Freud. podríamos decir del travestismo que es necesariamente
cuente un ejemplo que tiene que ver con miradas, con masculino. El travestista se pone un vestido de mujer;
miradas furtivas y rápidas. en primer lugar, esto quiere decir que el travestista jue-
Se trata del ejemplo de un fetichismo cuyo objeto es ga al juego "hay-no hay". Este juego del travestido se
el brillo Q~ la nariz, el paciente siente una especial atrac- base en la identificación con la madre, él se pone el ves-
ción por ei brillo en la nariz. El paciente era bilingüe y tido de la madre. Seguramente tiene razón al hacerlo.
este brillo en la nariz, que en alemán se escribiría Glanz Pero por esa identificación le otorga pene a la madre,
puesto que debajo de la falda, en este caso sí que lo hay.
54. Posteriormente se ha consagrado la traducción de Verleugnung por Pero además es necesario considerar si el travestismo se
"denegación", por influencia del francés déni. realiza con un compañero homosexual o heterosexual.

172 173
Hay.sujetos que mantienen relaciones con mujeres, pero ilusión la exigencia de que haya. Esto explicaría,
se visten como mujeres. además, por qué en el streep-tease siempre se mantie-
Es necesario que el otro, digamos, entre en la conven- ne alguna parte de la mujer vestida: para sostener lacre-
ción perversa, donde algo que pertenece al registro de encia fálica. Freud da el ejemplo de una mirada que re-
la verdad es transformado, se juega con ello y se mues- correría el cuerpo de abajo arriba. Así, cuando se mira
tra algo como si fuese verdad. Hay una vertiente seria hacia los pies, todavía existe la ilusión de que hay. En-
en este juego constante: "Debiera de haber pero no hay'' tonces, el pie puede ser la pantalla sobre la que se sos-
o ''No hay, pero debiera de haber", o ''Hay donde
' no hay''' tiene la ilusión. Por otra parte, como los nenes son
o ''No hay donde hay''. chiquitos en relación con los adultos, los pies y los za-
Con res pecto a la Verleugnung habría que distinguir- patos son objetos fetichistas privilegiados; son los más
la de palabras como Verdrangung (represió11), Verwer; frecuentes. La guerra de Dios es un ejemplo de fetichis-
ung (repudio), Unterdrukung (represión), Verneinung mo del pie, según la explicación de Freud.
(negación). Pero ahora no vamos a extendernos en esto. Habría que agregar, en primer lugar, que Freud des-
Debemos señalar la particularidad del mecanismo de cribe el fetichismo para el hombre y lo piensa como una
constitución, del modo de defensa constitutivo. La pala- suerte de defensa contra la homoseiualidad. La reflexión
o~a ''constitutivo'' debe entenderse en el sentido de pro- es sencilla: si el fetiche simboliza el pene de la mujer,
pio, característico, en el sentido de que constituye la es- el fetiche hace soportable a la mujer; por lo mismo, no
tructura de las perversiones. Las otras operaciones que es necesario ir a buscar el pene en el hombre. Hay una
hemos enumerado serían características de estructuras relación de defensa entre fetichismo y homosexualidad.
correspondientes a otros cuadros: por ejemplo, la Verwer- En segundo lugar, Freud no habla de fetichismo en las
fung, de la psicosis; la Verdriingung, de las neurosis, y mujeres. Y, por otra parte, en la historia del psicoanáli-
la Verleugnung, de las perversiones. sis, hablando clínicamente, parece que es bastante im-
Para terminar de exponer ordenadamente las cosas probable observarlo. No digo que sea imposible, digo que
que dice Fr~ud con respecto al fetichismo y con respec- es improbable. Y han sido descritos muy pocos casos.
to al mecanismo de su constitución, podríamos hacerlo Cuando la gente quiere teorizar sobre el problema de la
con una definición: el objeto fétiche se constituye en una feminidad y el fetichismo tiene que echar mano de un
relación de antes a después en el tiempo y, de contigüi- artículo de los años 30, de Hug-Hellmuth, 55 que fue una
dad en el espacio. Es esto lo que determina al fetiche de las primeras psicoanalistas de niños (precedió a M.
como perteneciente a la clase de los trapos de la madre Klein) y que escribió un artículo sobre un caso de feti-
Freud dice que el objeto que cae como objeto fetichis- chismo en la mujer.
ta es lo que se vio antes de ver lo que ahí faltaba-. En tercer lugar, en el capítulo VIII del Esquema del
Entonces en la secuencia del streep-tease femenino, lo psicoanálisis, Freud dice que el fetichismo no necesaria-
que se convertiría en fetiche sería lo último que se vio mente aparece como algo puro y aislado. Es decir que
antes de ver que la mujer carece de pene, o sea lo últi- no tiende a ocupar la totalidad de la conducta sexual,
mo que permite seguir manteniendo o proyectar la sino sólo un sector de ella. Puede acompañar, entonces,
creencia de que hay pene. Supongamos que sea la
bombacha.
El fetiche es como una pantalla donde se proyecta con 55. Hermine von Hug-Hellmuth.

174 175
~or .ejemplo, ~ la heterosexualidad. Por ejemplo, el fe- 16. EL NARCISISMO Y LA PULSION
tichista que tiene como condición cortar el cabello y así
mantiene relaciones con su mujer y va todo bien. El único
problema que van a tener es que llega t1n momento (para
contar un ejemplo de Ferenczi) en que la mujer no tie-
ne .más pelo. Entonces tiene que ir a analizarse, porque
3;11~ cortando llega a un límite. Por otra parte, los fe-
t1ch1stas viven tranquilos con su fetiche y diñcilmente
acuden al análisis, salvo que la cosa sea grave.
En el libro de Kraft-Ebbing, 56 por otra parte se dice
. '
que ciertas formas fetichistas son históricas. A fmes del
~iglo xrx abundan los cortadores de trenzas, llegándose Con respecto al texto de 1914, ''Introducción al narci-
incluso a establecer una grave penalización por esta sismo", lo que hay que decir es que es un texto que me-
práctica.
rece ser leído, merece ser ubicado en la evolución de los
conceptos teóricos en la constitución de la teoría freudia-
na. Y leído no sólo por lo que el texto tiene, sino en re-
lación con la intertextualidad histórica, dentro de la obra
de Freud, con respecto a los otros textos.
Lo que está en juego en "Introducción al narcisismo"
es, en primer lugar, la definición del modelo de las pul-
siones. A saber, en verdad, los referentes mayores a par-
tir de los cuales deben ser constituidos todos los otros
conceptos teóricos. Son los conceptos de base.
Leer el texto significa, en primer lugar, que hay que
encontrar en él una ausencia. Es decir que cuando se lee,
algo falta: alguna referencia a la agresión o a la pulsión
de muerte. Esto es obvio, no es que uno se lo invente,
porque alguien podría decir: '~Bueno, pero ¿por qué pe-
dirle a un texto que hable sobre la pulsión de muerte
si ese texto no trata de la pulsión de muerte?'' Pues, pre-
cisamente, por lo que acabo de decir, por el lugar que
ocupa el texto en el desarrollo de la teoría. En ese mo-
mento, en verdad, lo que está en juego es la relación del
narcisismo con la agresividad. Y la agresividad no apa-
rece en el texto. Podríamos decir que hay un convida-
do de piedra: es la muerte, que no aparece.
56. Kraft-Ebbing, au tor de Psychopatia sexualis, citado por Frcud en Tres Lo que pasa es que Freud estaba intentando dirimir
ensayos para una i,eoría. sexual (1905), tomo II, pág. 1169.
otra cuestión, que era, precisamente, la significación y
176 177
la necesidad del dualismo pulsional en la teoría. Ese es el campo teórico de los objetos ilusorios, fundamental-
el tema del texto. En verdad no quiere introducir la pul- mente. El narcisismo tiende a l"'eificar la falta, por eso
sión de muerte, sino que quiere justificar el dualismo, tiene que ver con la determinación de lo imaginario. El
podríamos decir casi un dualismo sin contenidos. Como narcisismo es el lugar de todas las identificaciones y de
si le interesara -más allá de los contenidos que podría todas las alienaciones del sujeto. Narcisismo, identifica-
tener el dualismo pulsional- afirmar que el modelo debe ción y alienación son términos que pertenecen al mismo
ser dualista. ¿Se entiende lo que digo? No importa que campo teórico y constituyen, a su vez, el campo de las
en ese momento las pulsiones debieran de ser no sexua- defensas. Esta vertiente del narcisismo debe entender-
les y sexuales -porque después van a ser "de vida" y se con referencia al gato.
''de muerte", los contenidos van a variar-, sino que lo La otra vertiente es la que vincula al narcisismo con
que importa es que se trate de un dualismo. Y, ahora, la agresividad, algo que ya habíamos visto cuando
con una sencilla reflexión, voy a decir por qué. 57 hablábamos del estadio del espejo. Habíamos dicho
De los referentes para estudiar el narcisismo, hay uno -¿recuerdan?- que en el estadio del espejo el sujeto se
que ya lo tenemos en el texto, que está absolutamente constituía según cierta matriz que constaba de dos po-
clarificado con respecto a nuestra ubicación en cuanto al los: tendencia a la unificación y peligro de la atomiza-
orden de lectura del texto. Nosotros estudiamos el nar- ción. El cuerpo despedazado, por una parte y, por otra
cisismo cuando, en cierto sentido, casi hemos agotado la parte, el sujeto que se toma a sí mismo -para .defen-
temática fálica. Hemos leído todos los artículos que tie- derse contra la atomización- por la imagen unificada
nen que ver con el falo, prácticamente todos. No nos he- que ve en el espejo. Esa alienación del sujeto en la ima-
mos olvidado de ninguno. A continuación, hemos intro- gen del espejo es el fundamento de toda identificación.
ducido el narcisismo. Es por ello que Lacan, como vimos, describe dos momen-
Así, el concepto de narcisismo se analiza en la teoría tos. Al primero, nosotros lo llamábamos, con términos
psicoanalítica en relación con otros dos conceptos bási- sui generis, "Identificación con el espejo"; y al segundo,
cos. Uno, el concepto de falo; otro, el de agresividad. Cada "Identificación con el semejante". Lo que ocurre con el
uno de esos conceptos se podría decir que abre vertien-. espejo, el sujeto lo repite con otro sujeto, el nenito con
tes conceptuales o caro pos teóricos. el nenito. Es la etapa del transitivismo infantil.
Una primera vertiente es la relación entre el narci- Recordáis que yo decía que el destino del cuerpo des-
sismo y el falo. Por este lado, el narcisismo se ubicará pedazado en la relación del sujeto consigo. mismo e~
entonces en el campo de todas las ''imaginerías'' con las el espejo- iba a ser, al introducirse otro suJeto, el on-
cuales el sujeto constituirá la idea que tiene de sí mis- gen de la agresividad. La relación con otro sujeto es una
mo. Entonces, hay que decir que el narcisismo es una relación doble. El sujeto utiliza al otro para alimentar
identificación, algo que nos introducirá en 11n campo de su propia libido narcisista.
imágenes. Y, hablando desde un punto de vista lacania- Identificándome con el otro, me unifico a mí mismo;
no, el narcisismo determina el nivel de lo imaginario; es necesito con el otro para unificarme. Pero, al mismo
tiempo, expulso, pongo en el otro los pedazos de mi
atomización. Se entiende con esta reflexión de dónde sa-
57. Cf. Osear Masotta: El niodelo pulsional, Ed. Altazor, donde desarrolla
le el bombardeo agresivo de las partes que constituye
ampliamente esta temática. la base del modelo kleiniano. Es la puesta en el otro de

178 179
la atomización, al mismo tiempo que el sujeto utiliza al agresividad, la pulsión de destr1:1cción y 18: p~lsión de
otro para unificarse libidinalmente. muerte. Estoy hablando de términos que sigrufican co-
Fíjense que, dicho todo esto así, hay como una espe· sas distintas, pero que por el momento podemos poner
cie de modelo de ocupaciones. Podemos verlo también en en el mismo saco.
un texto famoso de Freud, Más allá del principio del pla- Hagamos ahora unas breves reflexiones con respe~to
cer, en el que ocurre así: si es que hay un lugar del su- a ciertos térrninos. En primer lugar, ~on respecto al ter-
jeto en el yo, éste por definición- busca unificación mino pulsión. Les hablo de la pulsió~ porque .leer "In-
y esa unificación la obtiene en su identificación con el troducción al narcisismo" significa ubicar esta introduc-
otro. Le drena al otro libido unificante. Entonces, cuan- ción del concepto de narcisismo en la historia del ~od~­
do llena su lugar con esa libido, envía los pedazos de su lo pulsional. Bueno, tenemos entonces ahora este termi-
propia atomización al otro. no, que nos resulta nuevo, ya que hasta el ~omento
El término alemán que fue traducido por catexis en habíamos hablado de otras cosas, como fase fálica, nar-
inglés y por "cargas" o "catexias'' en español es besetzung, cisismo, madre fálica, función del padre, etc. Pero no he-
que quiere decir ''ocupar". Este término Freud lo usa en mos profundizado en otros términos que aparecen m':1-
Más allá del principio del placer para discutir la cues- cho en Freud y que son muy importantes en la teon~
tión del masoquismo primario que resultaría de una es- psicoanalítica, como es el caso precisamente del térmi-
pecie de flexión espontánea de la pulsión de muerte .. Dice no pulsión.
que esta tendencia primaria a la autodestrucción se de- De entrada, con respecto a la palabra "pulsión'' haga-
posita en el yo, y el sujeto, en la medida en que se ero- mos las siguientes observaciones. E~ primer lugar, t~~a
geniza a sí mismo, la expulsa hacia afuera. En la me- reflexión con respecto a la palabra misma, una reflex~on
dida en que pone libido, ocupa con libido el yo, tiene que externa. La palabra alemana Trieb debe ser traducida
expulsar la atomización. por "pulsión'' y no por "instinto'', mientras que en esta
Es en el último modelo pulsional donde Freud plan- edición está traducida por "instinto" -no se sabe muy
tea lo que fue llamado -no por él mismo, sino por otros bien por qué . Nunca logré ent~nde~ por q~~ In:otiv,?
analistas- la pulsión de destrucción. Aunque Freud la ciertos autores, después de traducir Trieb por mst1nto ~
nombra así alguna vez. El concepto de pulsión de des- acaban diciendo todo lo contrario, que en verdad no se
trucción remite a lo que ocurre cuando el sujeto debe ex.: trata de un instinto. Entonces, ¿por qué usar esa pala-
pulsar, en tanto quiere unificarse, la atomización origi- bra? Algo les pasa; el significante, como dice Lacan, no

naria que sería el resultado de la pulsión de muerte. Por es mgenuo.
eso, la definición general de pulsión de muerte es la ten- Bien, que no es el instinto quiere decir qu~ cu~do se
dencia a la desunión de las partes. Entonces, habría trata de pulsión no hay relación de determinación _con
como una tendencia fundamental a la desunión: el ma- respecto al objeto. Mientras que cua~~~ se trata de in~­
soquismo primario como tendencia primaria a la destruc- tinto, cualquiera que fuera la defin1c1on -aun la m.as
ción. En la medida en que el sujeto se libidiniza, la ex- banal- que diéramos de este término, es alg~ que tie-
pulsa. Y eso es muy importante, porque es la forma en ne que ver con el desencadenamiento de mecams_mos que
que Freud aborda la temática tratada por Lacan en "El pertenecen a la especie, que p~eden ser est~~ados en
estadio del espejo". los individuos, en los grupos animales y tamb1en en con-
Así, esta otra vertiente es la que se relaciona con la ductas de grupo: algo que, una vez desencadenado, con-

180 181
duce al individuo, en el interior de la especie hacia uil cho. Que el secreto de esto, de la palabra "pulsión" cuan-
o~eto. ' do se refiere a las pulsiones parciales, es recordar como
Mientras que e11 el psicoanálisis no hay esa relación fórmula mnemónica que cuando Lacan dice la pulsión,
de determinación; es algo absolutamente distinto. Por- está queriendo decir que es parcial. La pulsión, por de-
que cuando Freud empieza a hablar de pulsión, sabemos finición, es parcial. 58
que postula que su objeto es lábil. El objeto es \1n ob- Casi se podría decir más: el concepto de pulsión im-
jeto perdido, profundamente perdido, en todo caso debe plica parcialidad. Y hay que tener e~ cuenta_ entonces
ser reencontrado, pero nunca está efectivamente ahí. O que, estrictamente hablando, las (1nicas puls1ones ~:1e
si se presenta, lo hace bajo formas raras como en el fe. Freud estudia son las sexuales. El concepto de puls1on
tichismo o en las fobias. Bueno, todo esto con respecto remite siempre a la sexualidad, y la pulsión parcial supo-
al término pulsión. ne una teoría sobre la erogenización de ciertas zonas del
Con respecto a la pulsión en el interior de la teoría cuerpo, así como, por otra parte, una teoría ~ob~,e l~ que
podemos decir que el término tiene dos usos que corres~ en psicoanálisis se llamó "la relación de objeto , v:1i:cu-
ponden a distintos campos teóricos. Estos campos teóri- lada con la teoría de las etapas del de~arrollo de la libido.
c?s seguramente se conectan entre sí, pero no es dema- Recuerden que "etapas del desarrollo de la libido"
siado claro de qué modo. Y Freud usa indistintamente -esto para la lectura de Freud es importante tiene d.os
el término en uno y otro sentido. Uno de ellos se refie- sentidos distintos. Freud mismo dice que hay que dis-
1e a lo que podemos llamar, de ahora en adelante, pa- tinguirlos, aunque él a veces no lo hace. Cuall:do digo
r~ ponemos de acuerdo, el campo del gran modelo pul- "etapas del desarrollo de la libido", ¿en qué pe?sá1s? Ana-
sional. El otro se refiere a la teoría de las pulsiones lidad, oralidad, etc., ¿no es cierto? Pero también hay que
parciales. pensar en el autoerotismo, el narcisismo ... Recor~ad que
. Co~, re~pecto al primero, esto del ''gran modelo pul- hay un texto de Freud, importantísimo, donde dice que
s1onal , digamos que uso esta expresión simplemente hay que distinguir las etapas del desarrollo del yo au-
porque es el modelo que está arriba, el modelo de refe- toerotismo, narcisismo, elección de objeto- y ~as etapas
rencia en el conjunto de la teoría -pulsiones yoicas 0 del desarrollo de la libido -analidad, oralidad, fase
de conservación y pulsiones sexuales, posteriormente fálica, período de latencia, genitalidad-. Hay que distin-
pulsiones de vida y pulsiones de muerte-. guirlas por una razón teórica fundamental, puesto que
. Bueno, cuando se habla de pulsión, se habla en par- no casan unas con otras, hay un desfase entre ambas.
ticular de un modelo pulsional en un momento deterrni- Aho1·a comentaremos el artículo "La disposición a la
nado de la historia de la teoría. Más adelante haremos neurosis obsesiva", donde hallamos una reflexión sobre
alguna descripción de esa historia, que estudiaremos en la analidad. Se trata de algo fundamental y tiene que
la segunda parte de nuestro programa. De cualquier ma- ver con el tema que estamos tratando: la conexión en-
nera lo fundamental es que Freud se mantiene dualis- tre narcisismo y agresividad. Esto es lo que decíamos que
ta., En.ton~ lo que hay que intentar contestar es por faltaba precisamente en el texto de "Introducción al nar-
que en verdad, parece que hay alguna razón lógica cisismo" y hay que verlo así.
básica-. Ya hablaremos sobre ello.
. En cuanto al ~tro punto, la cuestión de la pulsión par- 58. J. Lacan: Seminarw 11, op. cit., cap. XVI "La pulsión parcial Y su cir-
cial, voy a repetir algo que en otro momento hemos di- cuito".

182 183
La determinación f11ndamental es que hay un párra- cisismo es la agresividad. Recuerden bien este texto por-
fo de este texto donde Freud critica a los autores que con- que es fundamental.
funden las etapas del desarrollo del yo con las etapas del Bueno, estábamos en esto de que la pulsión es siem-
desarrollo de la libido cosa que Lacan repite en su se- pre parcial, cuestión en la que Lacan insiste. O, dic~o
minario "Las relaciones de objeto y las estructuras freu- de una manera más sintética y con una fórmula ; decir
dianas''-. O sea que él sí las distingue, y de esta dis- "pulsión'' -que implica que es sexual, ya que en Freud
tinción surge esa cosa extraña que dice Freud en este no hay un verdadero análisis de la pulsión de conserva-
texto .. . dice: ahora comprendo por qué el hombre es ori- ción- es, entonces, decir "la función de la parcialidad,
ginariamente malo, como dijo Ferenczi una vez. ¿Recuer- la pulsión de la parte". De acuerdo con la reflexión la-
dan eso? ¿Por qué el hombre es originariamente malo? caniana, la relación de la boca con el objeto de la nece-
Porque hay l.Jn desfase, el sujeto está más adelantado en sidad es de "todo o nada", es una relación de totalidad,
el nivel del narcisismo, es decir, en el nivel de la sínte- el objeto de la necesidad es totalitario. La pulsión no lo
sis yoica, que en el de la síntesis que alcanza en el pla- es. Cuando la boca sirve para besar, el objeto deja de ser
no genital. Entonces responde a sus exigencias sintéti- total y se constituye en objeto erótico. Con la boca se pue-
cas con lo que puede. Responde de forma anal. Y como den hacer montones de cosas, aparte de comer. Y esos
el culo es el lugar del sadismo para Freud, entonces el montones de cosas ya describen una serie de objetos in-
hombre es desde el origen malo. tercambiables.
Par~ce una reflexión loca, pero es fundamental, por- Desde el punto de vista lacaniano, cuando se consti-
que fíjense que es, otra vez, el estadio del espejo, pero tuye la pulsión parcial, cuando se erogenizan ciertas zo-
ahora conectado con la determinante de la evolución de nas del cuerpo, ello significa una caída de la totalidad
la ~ibid?. Es esto lo que decíamos en otra ocasión, que orgánica. Esto es ideológicamente importantísimo. Aquí
lo inteligente es conectar la teoría de las pulsiones con está toda la diferencia fundamental con la fenomenología
el narcisismo y con el desarrollo de la libido. y la distinción fundamental althusseriana entre ideo-
Entonces, ¿en qué se parece el estadio del espejo a esto logías y ciencias. Sea cual fuere la determinación con-
que acabo de decir? Se trata de lo mismo, integrando creta de la ideología, las categorías de la ideología in-
otras cosas en el campo definido por Lacan, cuando dice cluyen la totalidad. En la ciencia se termina ese esque-
que el hombre nace adelantado mentalmente, desde el ma categorial, se pasa a otras cosas. En la teoría psi-
punto de vista de la percepción, y atrasado desde el pun- coanalítica, podríamos decir que es la relación en la que
to de vista de su constitución fisiológica. el sujeto se constituye como sujeto del goce, los obje-
Enton.ces, en lo que se refiere al desarrollo de la libido, tos aptos al goce están determinados como parciales. En-
Freud está diciendo lo mismo. Digamos que, en el nivel tonces tenemos ahora objetos en la teoría, pero objetos
de las exigencias sintéticas, el yo está constituido pero en el sentido duro, es decir, que tienen objetalidad y
el sujeto no está genitalizado. que están referidos al sujeto del goce, son aptos para el
Además, por otra regla fundamental que da Freud el goce.
.
SUJeto se enfrentará al objeto siempre con los elemen-
'
En la ''Introducción al narcisismo" no hay reflexiones
tos de que dispone. Sucede entonces que sintetiza ata- ni con respecto a la agresividad, ni con respecto a la pul-
cando. Pero decir que el strjeto sintetiza atacando no es sión. El tema, en verdad, es el destino teórico del gran
más que decir, de otra manera, que la otra cara del nar- modelo pulsional. No se habla, en ''Introducción al nar-

184 185
cisismo'', del desarrollo de la libido ni de la teoría de las homeostasis como esas válvulas que hay en las calde-
etapas. ras que avis~n cuando la presión sube más allá de cier-
En tanto, entonces, que el tema fundamental es la his- to límite, de modo que el aparato quede a salvo. Esto es
toria del gran modelo pulsional, lo que tenemos que ha- el principio del placer en Freud. .
cer son algunas reflexiones sobre esa historia, Hay un En el último modelo pulsional, ocurre una cosa dis-
artículo que ustedes tienen que leer, un artículo de Ba- tinta. Tenéis las pulsiones de vida dotadas de energía
lint, y que es la mejor exposición académica de lo que que tienden a producir cosas. Y el regulador ahora es la
pasa en Freud con respecto a esto: cómo va cambiando pulsión de muerte. Pero la pulsión de muerte pr~te~de
la constitución, históricamente, del modelo pulsional. reducir la tensión a cero. Por otra parte, Freud insiste
El primer modelo del aparato psíquico que Freud tie- en el texto en que la pulsión de muerte es el modelo de
ne es el siguiente: el aparato psíquico es algo que está toda pulsión y que originariamente toda pulsión es la
sometido a una exigencia de trabajo. Una pulsión es una tendencia a cero. .
exigencia de trabajo. En este sentido, la pulsión se pa- Entonces, en el primer modelo lo difícil era justificar
recería al toro en el ruedo hay que saber un poco de la existencia de lo desagradable. En el último, lo raro,
toros.... , en verdad, el ruedo es el lugar donde el toro lo misterioso es que todavía haya energía, es decir, que
es puesto en una situación artificial. Igual sucede con la todavía haya libido. Pero aunque esto sea algo oscur~,
pulsión del inconsciente freudiano: no se puede escapar lo que importa entender en todo caso es que se termi-
al estímulo. Entonces, el estímulo que en un origen fue na el modelo de la hómeostasis y el elemento regulador
exterior ya no tiene más las características de un tiene ahora estatuto de pulsión.
estímulo externo. De modo que la exigencia de trabajo En el primer modelo había pulsion~s y princip.io re-
es una exigencia de la cual no se puede huir. gulador. En el último modelo hay pulsiones y puls1on~s.
En los primeros modelos, Freud propone algo que tie- y son ciertas pulsiones con ciertas cualidades o propie-
ne que ver, además, con su primera concepción de la de- dades -las pulsiones de muerte- las que hacen de re-
fensa hay que poner atención porque ideológicamen- gulador. Como se ve, tenemos razones justificadas para
te la teoría psicoanalítica se va a quedar en este mode- pensar que, en efecto, en el modelo pulsional ~e están
lo-. Esta idea tiene un resultado ideológicamente malo jugando cosas cruciales con respecto a la teona. ·
Y aristotélico, por otra parte: que el aparato regula la exi- Podríamos comenzar entonces, ahora, recordando las
gencia de trabajo con los ''principios''. Lo que Freud llamó etapas. Empiezo por la bibliografía: en p~er lugar to-
principios eran reguladores del aparato contra la exigen- dos los artículos de la Obra completa que tienen que ver
cia de trabajo. con pulsiones. "Introducción al n~rci~~smo'' y, funda~en­
En el segundo modelo, el principio regulador mismo talmente, "La pulsión y sus destino~ . Luego, el art!culo
s~ va~ confundir con una pulsión. Y, entonces, para de- de Balint "La historia de las pulsiones en Freud , un
cirlo simplemente, en lugar del regulador, del principio artículo del lnternational Journal, y, después, también
del placer proponer una salida agradable frente a la los artículos correspondientes del Vocabulario del psico-
exigencia de trabajo-, el sujeto, en verdad, tiende a su- análisis de Laplanche y Pontalis, que verán cómo
primir toda excitación. Al principio, el modelo de apa- además coinciden taro bién más o menos con lo que he-
rato psíquico que desarrolla Freud es el de un sistema mos dicho. Parece que todo el mundo está de acuerdo en
que trata de regular las fuerzas, según un principio de líneas generales. El desacuerdo puede estar en la ínter-

186 187
pretación de los conceptos. Si ustedes quieren, después guna vez reflexionar sobre estos textos freu~anos, pero
de leer ''Introducción al narcisismo", podemos leer el si lo hacen siempre se encontrarán con el mismo prob~e­
artículo de Strachey y van a ver cómo en un artículo de ma. Cuando Freud habla del modelo pulsional, _uno quie-
t:es páginas se encuentran los errores ideológicos sufi- re ejemplos y, entonces, no los encu~ntra o no sirven. De-
cientes como para acabar en la psicología del yo. Se lo bido a estas dificultades, Freud decia que el modelo pul-
puede ver, depende de los acentos, de cómo se interpre- sional estaba en la cúspide del edificio teórico ! que
ten los acentos . se podía suprimir sin afectar ~ conjunto. E~ decir que
59

. Podríamos decir, así, que la historia de las pulsiones cuando trataba el modelo básico de las pulsiones esta-
tiene tres partes. En la primera parte el modelo es: ba tanteando.
pulsión de conservación y pulsiones sexuales. El texto Lo que se puede decir es que, en la primera época, el
-aunque hay otros muchos en Freud- donde podemos modelo del conflicto para Freud estaba planteado en es-
encontrar esto es Tres ensayos para una teoría sexual. tos términos conceptuales, con todo lo que tienen todavía
En este texto está el primer modelo. ' ·
de no constituidos estos termmos: ''Yo'' f r~nte a "~ ex.ua-
La cuestión fundamental es la siguiente: que, sin em- lidad". Como si el aparato psíquico estuVIe:a escmdido
bargo, este modelo no le sirve a Freud para dar cuen- en dos partes que no funcionaban bien conJuntamente.
ta de lo que él intenta explicar, que es el conflicto psíqui- Por una parte, e11contramos la descripción_ de estas dos
co. Vamos a hacer aquí un inciso con respecto a esto de tendencias generales que él llamó puls1ones- de la
''~onflicto psíquico" que puede sonar mucho a psicoanáli- vida psíquica, sexualidad y cons~rvación. Y, por otr.o
sis malo, pero no es así. lado la idea básica del yo defendiéndose de la sexuali-
Lo que preocupa a Freud es la explicación teórica del dad.' El enemigo en el conflicto es la sexualidad. Esto está
conflicto psíquico, donde lo que se juega es la deter·mi- en el comienzo del psicoanálisis; lo que Freud descubre
nación misma del concepto de sexualidad y la relación es que la gente se enferma porque se defiende. de la se-
del goce con el saber. Porque sobre el conflicto psíqui- xualidad. , . ,.
co tenemos cincuenta teorías llamadas "dinámicas", y Sabemos que eso no constituye la teona psicoanalítica,
encontrarán la palabra "conflicto" en cualquier teoría porque dejar las cosas en esos términos r;º. resuelve
que tenga que ver más o menos con lo psicogenético. En- nada. Desde el punto de vista del discurso teorico es una
tonces, a Freud no le interesa tanto el conflicto en ge- primera referencia, un sab~r ~d~uirido sobre la sexua-
neral como el conflicto pensado en función del objeto fun- lidad. Si yo digo que una h1sterica se defiende del ac~­
damental de la teoría: la relación del sujeto con el goce so de su padre, doy por supuesto q~e es u~~ cosa tern-
Y la participación del saber en esa relación, a saber la ble. Pero esto, desde el punto de VIsta teonco, no ade-
temática fálica. No crean que al hablar de pulsiones ~e lanta nada. Puede que sea terrible, pero 1:1º lo es para
olvido del falo. todo el mundo. De todos modos la sexualidad, en tan-
Pero, volviendo al primer modelo puls!cual, no conse- to contenido, no sirve como explicación, por más grave
guía explicar suficientemente el conflicto psíquico. Era que sea lo que haya pasado~ -las ,c~sas más espan-
muy descriptivo: la boca sirve para comer y sirve tam- tosas- para dar cuenta del obJeto teonco que nos ocu-
bién c?mo ·1u~ar de pulsiones eróticas. Pero no siempre
se entiende bien y en los textos de Freud aparecen ejem-
plos harto oscuros. No sé si ustedes han intentado al- 59. Cf. "Introducción al narcisismo", tomo II.

188 189
pa. ~omo l~canianos, no buscamos un saber sobre la se- 17. LAS DIFICULTADES DEL NARCISISMO
xualidad, sino la relación del saber con la sexualidad
. El psicoanalista no es aquel que sabe sobre la sexua~
l~dad, Y el _paciente alguien que no sabe nada. El ana-
lista e_s quien, por una relación analítica, va a permitir
al paciente, tal vez, desembarazarse de algunas relacio-
nes de determinación que existen entre el saber y el se-
xo en_ s~ ~aso particular. Esto es algo sobre lo que
estoy ms1st1endo siempre. Si yo superpongo el saber al
sexo, seguramente constituyo cierto discurso; en térmi-
nos l~cania?os, un discurso universitario en el que diré
que s1 al SUJeto le pasa algo es porque él no sabe. O, aún
peor, sostener una forma determinada de relación entre
el saber y el sexo. Ayer hablábamos sobre la "Introducción al narcisis-
mo'' y en esa introducción se citó un texto con respec-
to a la historia de la teoría de las pulsiones. El texto,
en verdad, es pobre en lo que se refiere al tema de la
psicosis, porque, como decíamos ayer, la psicosis estaba
utilizada para pensar el narcisismo, y no al revés. Freud,
por otra parte, conoció bastante poco a los psicóticos;
según dice, los vio desde la puerta.
En segundo lugar, el tema fundamental era el desti-
no del gran modelo pulsional. El centro del texto es la
caducidad del modelo pulsional y lo que el texto no dice,
que es la conexión entre el narcisismo y la agresividad.
El convidado de piedra es la muerte y ahí en ese tex-
to no está, no hay ninguna referencia.
Entonces vamos a ver lo que pasa dentro del texto.
Está dividido en tres capítulos. El capítulo primero tie-
ne tres partes; las voy a evocar a continuación.
En la primera parte del primer capítulo se presenta
el término de "narcisismo''. La primera observación que
habría que hacer con respecto al texto es acerca del título
mismo en su traducción española: está mal, porque no
deja ver lo que dice el original. El título no quiere de-
cir que Freud vaya a introducir el concepto de narcisis-
mo, sino que va a pensar con todos los medios que tie-
ne a su alcance para dar cuenta del concepto. Es una

190 191

reflexión sobre el concepto y no una introducción al dard Edition-60 por primera vez en la teoría: libido de
térm~o~ El texto además se llama; Zur Einfürung de1· objeto y libido del yo.
Narzissimus que quiere decir "Aportaciones sobre el nru·- Parte de esta tardía reflexión sobre el concepto de nar-
cisismo''. Es una reflexión sobre el narcisismo. La tra- cisismo surge en Freud a partir de la& neurosis de trans-
ducción inglesa está bien: On narcissism: An introduc- ferencia, es decir, las psiconeurosis, que es de lo que has-
tion. ta ahora hemos hablado. En las neurosis lo que se ve
Bien. Así, de las tres, la primera parte contiene cier- es la dificultad del sujeto con la libido objeta!. Y es so-
tas reflexiones con respecto al término. Freud hace re- lamente cuando se descubre el campo abierto por las psi-
ferencia al uso que se ha hecho de él para describir una cosis que se pone de manifiesto la retracción de la libido
perversión, la de quienes gozan con su propio cuerpo lle- al yo.
~ando al orgasmo por vía mastur~atcria, etc., pero él Hay en el texto una palabra que conviene distinguir
mtroduce el problema con una frase en el párrafo para su uso, que es el concepto de "introversión" (bus-
tercero donde se dice que hay un narcisismo primario y car en el Diccionario de Laplanche). Para Freud intro-
normal. versión significa el pasaje de la libido de los objetos rea-
Cita entonces a Rank, que habla de la observación de les a los objetos de la fantasía. Significa no la pérdida
una etapa narcisista, o de una estructura narcisista en de los objetos, no una pérdida total de objeto, sino la con-
la homosexualidad. Luego se trata de una estructura de servación de los objetos en la fantasía. Pertenece al cua-
la,, constitución
. del sujeto y no de l1n cuadro perverso en dro de las neurosis.
s1 mismo. Tened en cuenta lo que ya decía Jones: que a Freud
Bueno, esto, si ustedes quieren, nos introduce ya en no le gustaba mucho este texto de introducción al nar-
una primera gran dificultad que es la siguiente: no se cisismo porque era un texto escrito de forma muy com-
van a poder explicar las parafrenias palabra compli- plicada. No tiene aire la estructura del texto. Y tened
cada, sofisticada-, que Freud introduce para designar en cuenta esto, porque hay un montón de lugares don-
una mezcla de esquizofrenia y paranoia. de, en efecto, cada vez que Freud tiene dificultades teóri-
Entonces, la primera complicación es que el narcisis- cas el texto se pone espeso. Freud era un autor claro,
mo está en todos lados: está en el cuadro normal carac- esto hay que reconocerlo; los textos de Freud son claros.
teriza a la perversión y es propio de la psic~sis. El Lo difícil a veces es entender los conceptos, conectarlos.
primer problema de orden conceptual es la utilización Cuando Freud en verdad tiene dificultades, el texto se
del término para distinguir propiedades específicas. Pe- apelotona y se pone oscuro eso es lo que sucede al me-
ro acá Freud va a utilizar todo lo que tiene a mano nos en tres lugares de este texto . Puede decirse de
para pensar el concepto, y no al revés, eso es lo fun- otros artículos que las ideas son bastante complejas, sin
damental. embargo el texto mismo puede ser un texto claro, abier-
Sin embargo, hay una o dos especificaciones con res- to, aireado.
pecto a la psicosis que hay que tener en cuenta y a las Termina la primera parte y comienza una reflexión so-
que hay que darles un alcance probablemente mayor que
el que tienen en el texto y a las cuales me voy a refe- 60. The Standard Edition of the Complete Psychological Works ofSigmund
Freud, ed. de James Strachey, 24 vols., Londres, Hogarth Press, 1953-66. (La
rir ahora. El resultado es que aparecen dos té1·minos edición de Amorrortu de las Obras conipletas se inspira en la Standard e in-
nuevos que Freud introduce como bien dice la Stan- cluye las notas de Strachcy .) [N. Editor: Trad. al español, Ed. Amorrortu.]

192 193
bre lo que es el punto fundamental del primer capítulo: que depende de las decisiones últimas con respecto a los
una reflexión sobre la necesidad de mantener el mode- conceptos. Es cierto que la construcción de los concep-
lo dualista en el interior del gran modelo pulsional. tos puede seguir un camino que se aleje de los concep-
En primer lugar habla ahora de una libido del yo. tos de referencia básicos. Pero la relación entre unos y
Pero, entonces, si el yo ahora está libidinizado, quiere otros es rigurosa. Entonces, la metáfora del sombrerito
decir que el primer modelo pulsional se le viene a pique: demuestra los problemas que Freud experimenta con
se le viene abajo porque en el primer modelo pulsional respecto al modelo pulsional. Estamos en tina época en
el yo era el centro de la pulsión de conservación. Aho- la que todavía no·se introduce la pulsión de muerte en
ra el yo mismo está libidinizado. En verdad, entonces, la teoría.
¿qué pasa? Que la libido está en todos lados. Entonces, Bien, inmediatamente, entonces, Freud se pone a dis-
no se puede mantener más ya ese modelo dualista de pul- cutir con Jung -última parte del capítulo I . Y de ahí
siones de conservación y pulsiones sexuales. lo que hay que deducir son ciertas reflexiones sencillas
Vemos pues a un Freud luchando teóricamente para con respecto a la necesidad de mantener el dualismo. Se
seguir manteniendo el dualismo a pesru· de las dificul- podría decir que en un momento en que él se da cuen-
tades. Freud mismo después, en la Azltobiografía, en la ta de que su teoría es débil, mantiene, sin embargo, el
Introducción al psicoanálisis y en otros textos, vuelve so- dualismo como una exigencia formal. Es como si supie-
bre el texto de 1914 61 y dice que el primer modelo pul- ra que el día que vaya a caro biar el modelo adoptará otro
sional ya estaba liquidado, que los conceptos ahí soste- dualismo. Está seguro de algo: de que necesita el dua-
nidos eran un esfuerzo por mantener una teoría que no lismo.
funcionaba. Hay una referencia a Jung cuando está hablando de
En el texto se aprecia la lucha por mantener esta que puede que su modelo esté mal, pero no hay ningu-
teoría. Dice cosas como ésta: un modelo puede ser malo no mejor. Freud lo caracteriza así: que lo que está mal
pero, mientras no haya uno mejor, continuamos con él. es pensar que hay una energía general de la cual la libido
Lo cual quiere decir que es consciente de que este mo- sería una manifestación. Contrapone a esto su teoría,
delo es malo. Después dice cosas epistemológicamente donde hay libido, por una parte, y, por otra parte, otra
sospechosas como, por ejemplo, una metáfora que usa cosa, pulsiones de conservación y pulsiones sexuales o
dos veces, un lugar común de Freud, que es la metáfora libidinales.
del edificio: el gran modelo pulsional no es la base del En el momento en que empieza a defender el dualis-
edificio, sino su cúspide, de modo que se puede caro biar. mo, aparece en el texto una conocida y famosa metáfora,
Yo lo llamaría el modelo del sombrero: cada vez que le que podemos llamar "de las razas". Freud dice que Jung
viene a uno mal o que le falla, se lo cambia por otro. Es está equivocado y que su modelo no sirve para nada, ya
una metáfora mala que vuelve a utilizar en "Las pulsio- que si yo afirmara que todas las razas se conectan en-
nes y sus destinos''. Mala por esta simple razón: porque tre sí, en el caso de que a un individuo le correspondie-
no es un sombrerito que se pueda uno poner y sacar, sino ra una herencia por su raza, no podría otorgársele la he-
rencia al no poder determinarse de qué raza es. ¿En-
61. Lecci.ones introductoria.s al psi-eoanáli.si.s (1915-1917), tomo II, pág. tendéis lo que dice? Esto quiere decir lo siguiente: para
2125. que haya un campo específico de la sexualidad en tanto
Autobi.ografía (1924), tomo III, pág. 2761. tal, tiene que haber un campo de algo que no sea sexual.

194 195
Es a partir de la diferencia que podemos determinar la Si ustedes se interesan por la epistemología, les voy
sexualidad en tanto tal. a decir que, en verdad, en Freud hay u.n a matriz teórica
Lo esencial, algo que nosotros constantemente repe- fundamental que podría defmirse en pocas palabras, con
timos -ya que a partir de ahí vamos a poder entender una fórmula que es la siguiente: cuando se trata del gran
los conceptos en una perspectiva lacaniana , es lo si- dualismo pulsional, Freud es dualista, mientras que,
guiente: afirmar, como Jung, que la libido no es sino una cuando se trata de la genitalidad, niega que haya una
manifestación de una energía más general, es no dejar pulsión genital y se torna extrañamente monista: sólo
campo a la teoría, no dejar lugar en el campo teórico para hay un tipo de libido que es esencialmente masculina,
una indagación de lo sexual. En primer lugar, fijense que también para la mujer.
si el campo no es dualista, no sólo no hay lugar en él Podríamos así decir que el campo teórico tiene tres ni-
para la sexualidad, sino que no hay lugar para una in- veles, tres pisos ideológicamente importantísimos. Pri-
dagación teórica sobre la sexualidad. mero: exigencia del dualismo para otorgar a lo sexual es-
Entonces podemos entender otra cosa que dice Freud pecificidad en tanto tal. Segundo: ello significa que el
cuando, inmediatamente en el texto, discute el monis- campo de la sexualidad es motivo de una indagación so-
mo de Jung. Jung, burlándose de Freud, había dicho que bre la articulación entre el saber y el goce, en términos
si se explican las psicosis en función de una retracción de Lacan. Tercero: no se puede hablar de 11na pulsión
de la libido al yo, sería algo que no se entendería muy genital y sólo hay 11na libido para los dos sexos. Desde
bien, puesto que la retracción de la libido al yo -dice el punto de vista ideológico, con respecto a la diferen-
Jung- puede producir el caso de un anacoreta, pero no cia de los sexos, esto es algo positivo. Lo único es que
explicar una esquizofrenia. Freud simplemente le con- Freud sugiere que esa única libido es masct1lina, lo cual
testa: decir eso implica limitar la concepción de la se- podría molestar a las mujeres. Pero fíjense que, si uno
xualidad a la idea de una genitalidad grosera. El caso tiene una mentalidad 11n poco lógic.a , si hay una libido
del anacoreta es el de alguien que no mantiene relacio- y es masculina, entonces no s e puede definir lo que es
nes sexuales. Pero no es éste el caso de la psicosis para un hombre, porque no hay otro. El hombre, ¿qué es lo
Freud. ¿En qué se ha convertido para Jung el concep- que consigue con la libido? ¿Qué es un hombre? Y tam-
to de libido? En un concepto de relaciones genitales efec- poco hay una mujer, porque la mujer es "masculina". En
tivas. Se ve muy clara la diferencia. todo caso, se podría acusar a Freud de que soñaba con
un mundo de mujeres masculinas y de hombres inexis-
El texto, entonces, contiene esas tres partes: tentes, pero no se le podría acusar de antifeminista. Bue-
Primera parte: una reflexión sobre la palabra. no, esto con respecto al capítulo l.
Segunda parte: una caracterización del narcisismo a Así como el tema fundamental del capítulo 1 es la dis-
partir de la retracción de la libido al yo, que explicaría cusión del dualismo y todo el embrollo sobre el gran mo-
la psicosis. delo pulsional, el tema del capítulo 11 es la elección de
Tercera parte: reflexiones epistemológicas generales objeto narcisista y su distinción respecto de la elección
poco afortunadas, pero de las que surge una certeza de de objeto anaclítica en la traducción española lo en-
Freud: la necesidad del dualismo. contramos así: "elección de objeto anaclítica", también en
Podemos añadir una cuarta parte: la disensión con la traducción inglesa .
respecto al monismo junguiano. Como bibliografía puede ser tina bibliografía equi-

196 197
vocada pero muy buena para estudiar la cuestión del En relación con el modelo narcisista de elección de ob-
narcisismo , en primer lugar los artículos o el libro de jeto, Freud enumera cuatro posibilidades. Esto es muy
Balint sobre Narcisismo y amor primario. (The narcis- importante, porque todas ellas están rigurosamente ubi-
sism and primary love ). 62 cadas en función de la articulación fundamental en la
que hemos insistido hasta ahora cuando hemos tratado
Pregunta: ¿Y el artículo de Green ?6 3 toda la cuestión del falo. O sea: el chico es el falo de la
El artículo de Green es muy complicado. La primera madre.
p~rte está bien y se entiende. Pero después, al fmal, em- Las cuatro posibilidades encontradas son: la primera,
pieza a confundir la cuestión del afecto, que es la ten- elegir al objeto sobre el modelo de uno mismo. Podríamos
dencia de Green, y ya no se entiende más. Lacan tam - decir ahora según el "yo ideal". La segunda, elegir al ob-
bién es oscuro, pero Lacan es Lacan. Igual que Ma- jeto sobre el modelo de lo que uno fue para el Otro. Uno
llarmé: hay uno solo... fue el falo faltante de la madre, es decir, el objeto ab-
soluto del deseo de la madre. La tercera, elegir al obje-
Pregunta: Pero, ¿el libro de Green sobre La concepción to sobre el modelo de lo que uno quisiera ser. Podríamos
psicoanalítica del afect'O?. poner: "ideal del yo''. Y la cuarta, elegir al objeto sobre
Sí, tiene algunas partes que son útiles, pero está mal. el modelo de lo que fue una parte de sí mismo, lo que
Además, es completamente reaccionario, porque la tesis se perdió.
~d~mental es que el psicoanálisis tiene dos enemigos Estas cuatro posibilidades constituyen la elección de
prmc1pales: Lacan y Hartmann. Un tanto ambiciosa objeto narcisista. Llamo la atención sobre el hecho de que
co~.º tesis. Pero la primera parte nosotros la podemos en las cuatro se incluyen dos cosas cuyas direcciones son
utilizar -porque Green conoce muy bien todos los tex- distintas: desde el chico, lo que uno fue, es decir, el ob-
tos de Freud- para estudiar la cuestión de la angustia. jeto absoluto del deseo de la mach~e. Desde la madre, una
Para un acercamiento académico al problema de la an- parte de i1,no mismo, es decir el hijo como a través de
gustia en Freud está bien. la equivalencia siro bólica.
BieJ."J.. Así, el tema en el segundo apartado es la dis- Es interesante porque, ¿de qué narcisismo se está ha-
tinción entre "elección narcisista del objeto" y "elección blando? ¿Del de un sujeto o del de dos sujetos? Esto es
anaclítica" o ''en apoyo". muy importante, porque el concepto teórico de narcisis-
¿Qué quiere decir "en apoyo"? Porque ''anaclítica" es mo contiene una problemática del sujeto. No se está ha-
un término complejo que hace olvidar de qué se trata y, blando de un sujeto, sino tratando de determinar un con-
en verdad, se trata de algo muy sencillo: que se elige al cepto que tiene más de un sujeto y comprende distintas
otro sobre el modelo de la persona que alimentó o del direcciones. Es interesante que este capítulo termine ha-
padre protector. blando del narcisismo de los padres que se refleja en los
hijos, cuando 11no trata de pensar en el narcisismo de
un sujeto aislado.

62. M. Balint: La [alta bási.ca (1967), Parte II: "Narcisismo y amor prima- Ahora unas breves observaciones sobre las cosas que
rio", Paidós, 1982.
63. A. Green Y otros: Objeto, castración y fantasfa en el psicoanálisis, Ed.
dice Freud tal vez no excesivamente relevantes- y
Siglo XXI. que pueden molestar a l_as feministas por alguna razón.

198 1.99
Después de hablar de que hay dos tipos de elección de jeres se plantean narcisísticamente la relación, se pue-
objeto, que son el narcisista y el de apoyo, Freud trata de decir que, si bien no es algo general, en todo caso ell~
de lo que él llama ''vida erótica de los sexos", que es la tiene una justificación y una sola. Puesto que la ?efiru-
conducta del sujeto en la relación con el partenaire. Y ción del concepto de narcisismo implica el valor fálico del
Freud pasa de una cosa a otra sin transición, y enton- propio cuerpo -según la ecuación cuerpo-falo-, aque-
ces dice esto que es ideológicamente un poquito moles- lla que es más proclive a hacer esa ecuación es aquell~
to y que tiene una sola justificación que voy a decir. que, precisa.mente, no lo tiene. Es la falta lo que permi-
¿Cuál es el comportamiento del hombre? El hombre te proyectar, alucinar el falo en el cuerpo.
se comporta en la elección amorosa según el modelo "en
apoyo", entonces "sobrevalora'' al partenaire. El hombre Pregunta: ¿Pero esto no es una alucinación típicamen_-
sobrevalora a la mujer. Las causas de la sobrevaloración, te masculina? Es decir, desde un punto de vista femi-
para Freud, están en el modelo de la primera dependen- nista la realidad del machismo es la incorporación del
cia biológica: "la que me dio de comer'', queda sobreva- falo ~n la mujer. O sea, que eso sería una proyecció!1'.
lo1·ada. ¿Recuerdan las dos tendencias de las que Eso sería una complicación de la estructura. Pero, m-
habíamos hablado, la cai·iñosa y la sensual, en la psi- dudablemente, el problema planteado por el feminismo
cología de la vida erótica? Así, pues, el hombre persigue es la mujer en tanto que se defina social e ideológica-
a la mujer po1·que la sobrevalora; no es que quiere ser mente como femenina, la mujer que se plantea como ob-
alimentado por ella sobre el modelo en apoyo, sino que jeto de goce. Precisamente cuando el ~ombre ~e plantea
la sobrevalora. como muy "machito'', eso le da un cariz femenino alma-
Pero, ¿qué le pasa a la mujer? Se plantea la relación chismo del hombre, porque está jugando a lo mismo, a
narcisísticamente. Juega a ser la perseguida, según ser objeto de goce.
Freud. De ahí su1·ge toda una serie de cosas: por ejem- Hay mucha bibliografía sobre el cuerpo como falo. H~y
plo, compara a las mujeres con los grandes felinos, un artículo de Germán García, en los Cuadernos Sig-
con los tigres, con la independencia que muestran los ga- mund Freud 64 número 4. Detrás de este cuaderno hay
tos ... Son seres un poco cerrados y misteriosos que Freud toda una bibliografía en español, es muy extensa Y
alaba porque dice que tienen en la vida erótica un pa- además bellísima, muy buena.
pel fundamental: seres fundamentalmente seductores, Hay después una parte del texto donde Freu~ tr~ta
etc. de la hipocondría y encontramos algo q~e pue?e inqw~­
Bien. Sobre lo que yo quiero llamar la atención, sea tar los espíritus. Las cosas que Freud dice ahí de la hi-
esto cierto o no lo sea, es sobre un deslizamiento que hay pocondría nos enfrentan al vasto terreno q~e va de~de
en el texto. No tienen nada que ver los motivos de la elec- el síntoma hipocondríaco a la enfermedad ps1cosomát1ca
ción de objeto con los motivos de la manera en que el y al síntoma histérico de conversión, porque en todos los
sujeto se comporta en la relación. Son dos cosas distin- casos se trata del cuerpo.
tas y Freud pasa subrepticiamente de una a otra. A lo De todos modos, hay una idea para extraer: que la .hi-
mejor se puede hallar una conexión en el secreto, la cir- pocondría, para Freud, es el máximo nivel de retracción
cularidad de la constitución misma del concepto de nar-
• •
c1s1smo. 64. Germán L. García: "La ecuación cuerpo igual falo", en Cuaderrws Sig-
Ahora bien, con respecto a si es cierto o no que las mu- niund Freud, n° 4.

200 201
de la libido al yo -muy grave porque el nivel de sim- 18. VALORES ESTETICOSNALORES ETICOS
bolización es el menor posible . El sujeto no puede sim-
bolizar sino el mínimo posible. En el mismo texto la com-
para con la megalomanía ei delirio de grandeza-
como un intento de simbolizar, aun cuando
, toda la libido
esté puesta en el yo. Claro, en lJn caso, la libido vuel-
ve al yo, pero queda capturada en el organismo; en el
otro caso, al menos, se siro boliza algo. Esta es la idea
más interesante. Para Freud, la hipocondría sería la últi-
ma retracción de la libido al yo, sin capacidad de sim-
bolización.

Como vimos, Freud utilizó distintos elementos para


ensanchar el caro po de la reflexión sobre el narcisismo:
la enfermedad orgánica, la hipocondría y la vida erótica
de los sexos.
Con respecto a la enfermedad orgánica, se trata de un
ejemplo bastante banal. La única utilidad de fondo, tal
vez, para Freud es que es el único caso que muestra que
habría 11n interés por la autocooservación que se asocia
con la retracción de la lioido. El sujeto que está enfer-
mo tiene interés en la propia conservación orgánica, por
una parte, y, por otra parte, deja de amar. Sería un ejem-
plo de alguna manera, aunque débil, del modelo del dua-
lismo pulsional tal como está planteado en ese momen-
to: pulsiones de conservación o yoicas, frente a las pul-
siones sexuales. En cuanto a la hipocondría, vimos que
remitía a la cuestión de las neurosis actuales, que Freud
distingue de las psiconeurosis. Las neurosis actuales
están presentes al comienzo de la obra de Freud, aun-
que después este concepto es prácticamente abandona-
do, a pesar de lo que dicen algunos autores. Se trata de
un concepto de poca utilidad clínica, que no sirve para
la clínica psicoanalítica. La. idea de las neurosis actua-
les le sirve a Freud para sostener que la causa, la etio-
logía, es sexual -real-. Esto es interesante, sobre todo
en relación con la historia del concepto de angustia, por-

202 203
que toda la primera teoría sobre la angustia comienza está en Freud, pero la hacemos para comprometemos.
con la neurosis actual. Freud distinguió tres neurosis ac- En todo caso, si alguien nos preg11nta, ya la discutire-
tuales; incluso escribió un artículo para diferenciarlas mos. Habrá que pensar que el concepto es así por tales
entre ellas, porque en su época se las confundía. Son la y cuales razones. Antes debemos recordar algo que
neurosis de angustia, la neurastenia y la hipocondría. señala la Standard Edition creo que también la nue-
. En el texto que .estamos comentando, se trata de ejem- va edición española-,6 5 esa frase equivocada que dice
plifi~ar la retracción de la libido en su grado máximo, que puede haber neurosis sin complejo de castración.
c~nsiderando que lo que está en juego es lo sexual orgá- ¿Leyeron esto? Freud empieza hablando de la protesta
nic~, ~eal. Entonces, en la hipocondría, la retracción de masculina y, en un párrafo muy oscuro, hace depender
la libido al órgano sería un proceso similar, paralelo al toda la protesta masculina del complejo de inferioridad,
que se produce en la psicosis con respecto al yo. Hay una para acabar diciendo que hay neurosis sin complejo de
frase rara sobre la hipocondría que puede despistar un castración. Si fuera cierto, todo lo que estuvimos hablan-
poco, porque Freud dice que la hipocondría tiene un sus· do hasta ahora estuvo mal. Por suerte, se trata de una
tra~o real y hace una analogía con el genital masculino equivocación del propio Freud. En la Standard Edition
excitado, lo que hace extensivo a todas las zonas eróge· hay una nota que dice que, en 1925, t1n tal doctor Weiss
nas como ustedes saben, para la teoría psicoanalítica le escribió una carta a Freud preguntándole por esa fra-
no se trata ~olamente de la zona genital . Entonces, ¿de se. Y Freud le contestó simplemente que le disculpara,
dón?~ proviene este sustrato material?, ¿cuál sería la or- que 110 sabía en qué estaba pensando cuando escribió eso.
ganic1dad real de la hipocondría? En última instancia se De cualquier manera, esta observación es pertinente por-
trata de la fuente de la pulsión, en tanto que Freud lla- que cuando uno lee el texto, como es tan denso, se en-
ma fuente, para cada zona erógena, a la determinación cuentra con frases como ésta y uno no sabe ya adónde
químico.-biológica que le es propia. Freud siempre man- ir. Después hallamos la génesis del concepto de superyó.
t~vo abierta la posibilidad de que algún día, tal vez el Es muy sencilla. Freud dice que, en la observación de
día d~ ~añana, la ~uírnica y la biología digan si hay tal la vida del adulto, lo que se constata es la pérdida de
es~ec1~c1dad química -es un planteamiento un poco la megalomanía y de la omnipotencia infantiles. ¿Qué su-
misterioso-. En cuanto al capítulo III de "Intoducción cedió con aquel narcisismo que fundaba la megalomanía
al narcisismo", su tema central es el origen del concep- y la omnipotencia del niño? ¿Será que toda esa libido yoi-
to de s~peryó. Lo que ocurre es que la palabra "superyó" ca ha ido a parar al objeto? Pero la observación clínica
~o esta en el texto. En cambio, hay dos conceptos: ''yo nos demuestra lo contrario, porque el neurótico es neu-
ideal" e ''ideal del yo" que Freud no distingue entre sí. rótico precisamente porque no puede poner mucha libido
Tamp~co distingue "ideal del yo" y ''superyó'', como se-;~ en los objetos. Así pues, ¿cuál ha sido el destino de esa
muy bien en el capítulo de El yo y el ello sobre el yo y libido narcisista? Bien, la líbido constituyó lo que Freud
el superyó, donde al lado de ese yo y de ese superyó se llama el "ideal'' del sujeto: el sujeto se idealiza a sí mis-
encuentra el ideal del yo. A lo largo de todo el capítulo mo. Pero cuando se constituye esa función del ideal, el
se usa sistemáticamente el lino por el otro. sujeto se desdobla, dice Freud, porque al mismo tiem-
. Sin embargo, nosotros vamos a hacer una categoriza-
ción de estar por casa para distinguir los tres concep-
tos, con la salvedad hecha de que esta categorización no 65. Se refiere a la edición de Amorrortu (véase nota 61).

204 205
po sigue habiendo un yo real. Se produce una idealiza- ta bien, que es bueno, que no contesta'' esto es m1. yo
ción, pero él mismo sigue siendo ese individuo real de ideal-. También tiene que ver con la que Stoller llama
todos los días, de modo que se divide entre su ideal y "la identidad sexual'', para explicar el transexualismo.
su realidad. El sujeto observa su realidad y la compa- El libro de Stoller, Sex and gender ese libro también
ra con la imagen idealizada de sí mismo. Entonces hay que comprarlo para nuestra Biblioteca prueba
podríamos decir lo siguiente: función del ideal, yo real, que el transexualismo depende fundamentalment~ del
más la instancia que los compara, todo ello constituye discurso materno: el sujeto se apropia de las propieda-
el superyó. des que le asigna la madre. Hasta aquí el yo ideal.
No obstante, Freud no dice ''superyó'' en el texto, sino El ideal del yo tiene que ver con las identificaciones
que dice ''ideal del yo''. Pero se ve, en todo caso, que la del sujeto en tanto que se apropia de emblemas, los em-
función fundamental es la misma que habíamos visto blemas sociales. ¿Qué quiere decir ''emblemas"? Quiere
cuando en otra ocasión hablábamos de la génesis del su- decir "simplificaciones" de valores sociales. Se podría ha-
peryó, que es el resguardo de la posición narcisista del blar de una identificación con el ideal del yo en la me-
sujeto. Si la función del ideal significa la permanencia dida en que el sujeto se identifica con lo que él se apro-
en el adulto de la omnipotencia narcisista infantil, en- pia de esos emblemas sociales. Pero no es menos impor-
tonces la instancia comparadora que trabaja para la tante el hecho de que esa apropiación en el ideal del yo
idealización, trabaja por el narcisismo. tiene una dimensión estética; son valores con los cuales
Freud describe una suerte de desarrollo del superyó. me invisto para "vestirme" con ellos, si queréis.
Habla primero de la crítica ejercida por los padres y des- La estética se opone a la ética, que co11stituye la pr·o-
pués dice que el ideal del yo tiene que ver con valores piedad fundamental del superyó; el su~eryó es l~ apro-
colectivos, generales. Podríamos decir que se trata de piación de un valor, pero un valor que nge la acción. En
significaciones o valores sociales. el caso del ideal del yo, si hay apropiación de un valor,
¿Cómo plantear la distinción entre ''yo ideal", ''ideal lo que rige es la contemplación, lo estético. En el ideal
del yo" y "superyó"? Bien, para responder haremos una del yo hay apropiaciones de significaciones y de valores
categorización lacaniana. El yo ideal, podríamos decir, para investirme, para erigirme en objeto de c?nten:ipla-
representa el narcisismo, como en su estado bruto; tie- ción, pero con 11na función: para apoyar las identifica-
ne que ver con el doble, con la función del doble, con la ciones secundarias las identificaciones en el comple-
relación con el otro en la medida en que está dotado de jo de Edipo . El caso más claro de to~os es aquel en
las mismas propiedades que reconozco en mí. El yo ideal que la identificación con el ideal del yo sirve para sopor-
es el otro que soy yo mismo; es el lugar donde la ela- tar, por ejemplo en el hombre, una iden~ificación c~n el
boración de la identificación deja al descubierto la ma- hombre que constituye su heterosexualidad. Por eJem-
yor cantidad de agresión, por el problema del doble, pero plo, piensen en el machismo inherente a la fi~a del re-
también la seducción que el otro ejerce sobre mí es el joneador. Es muy difícil no imposible ser reJoneador
estadio del espejo . El yo ideal tiene que ver con lo que y ser homosexual al mismo tiempo. Por otra parte, en
yo era, en la medida en que yo era el objeto deseado por lo que se refiere al yo ideal, no se trata tan~ de ser algo,
mi madre. El objeto deseado por mi madre quiere decir, sino de una relación con los valores que dE-ben contem-
en verdad, que sus propiedades están determinadas por plarse en uno mismo. Mi ideal del yo poW:ía ser el de
un discurso parental, materno: "Este nenito que se por- rejoneador, sin que tuviera que serlo yo mismo. Andar

206 207
ª.caballo es un símbolo del entorno social en el que uno folog[a? Si se habla de ideal del yo como ap1·opia<:t()11 clt·
vive, ~ero puede funciona1~, aun desde el punto de vis- los emblemas a nivel estético, podría hacerse una ''·"l'''
ta social, como símbolo de machismo, de masculinidad. cíe de morfología de ideales del yo.
En Tristes trópicos ,66 cuenta Lévi-Strauss que cuando
Pregunta: ¿Cómo relacionas la investición de emble- iba en el barco a Brasil, se encuentra con Victor Serge
mas con la elección de objeto? y entonces se extraña de que éste, que había participa-
Se tr~~a de algo que sirve para sostener, para apoyar do en la Revolución de Octubre, tuviera esa pinta tan
la ~l~ccion, com? una defensa contra los peligros de la afeminada. Dice que tal vez los papeles sociales se re-
deb~idad e~ la identificación secundaria edípica por la parten. ¿Esto sería el valor significante de los emblemas?
am b1valenc1a y por un montón de razones más. Existe Porque se podría plantear que, en este caso, desde el mo-
una labilidad, de modo que se necesitan apoyos. El ideal mento en que van ligados a significados tan claramen-
del yo es u~o, pero podría haber otros. Y eso es lo que te establecidos y tan cerrados, habría una pérdida de sig-
hace complicado el problema de las identificaciones. Por nificancia, del poder del significante.
ejemplo, en el caso de Leonardo: siendo homosexual Leo- Bueno, esto es lo que debía hacer el análisis: anali-
nardo se identifica en su ideal del yo a ciertos v~lores zar esos emblemas como significantes y descubrir una
del padre, como el lujo, cierto estilo de vida ... Leonar- trama de otro tipo. En primer lugar, para disolver
do se identifica con el padre en un montón de cosas. Pero, la identificación nada mejor que analizar por el sig-
en verda~, esa identificación no es la sexual edípica, sino nificante.
de otro tipo. El planteamiento de Freud es interesante En lo que se refiere al superyó diremos que, igual que
porque hace referencia a signos sociales a significado~ en el ideal del yo, hay apropiación de significaciones y
sociales. Cuando Lacan habla de embl~mas, evoca el valores sociales. Pero la función varía: ahora es ética,
ca:ácter defens~vo .de la identificación con el ideal del yo, hay una recomendación con respecto a la acción. El mo-
onge~ de una significación. Bueno, así, lo que habría que tivo es la defensa narcisista. Pero, entonces, es terrible,
estudiar son las relaciones -en los casos particulares- porque el superyó es terrible, digamos, si es así lo que
entre la identificación al ideal del yo y la identificación digo, puesto que en verdad el superyó, por su natura-
secundaria edípica, porque pueden ser varias. Podríamos leza, disuelve el contenido político-ideológico de la sig-
dec~: si en el caso de la heterosexualidad hay identifi- nificación. Desde el punto de vista del superyó, el suje-
cac1on con los emblemas del padre, en el caso contrario to puede apropiarse de valores, desde el punto de vis-
habrá complementariedad, oposición. Leonardo se iden-· ta de la derecha o de la izquierda, positivos o negativos,
tifica, en el nivel de los emblemas, con el padre. ¿Qué pero los utiliza por el motivo narcisista. Sería una es-
b~sca con eso? ¿Constituirse como sujeto tal vez ... ? O pecie de regla kantiana: actúa de tal manera que lo que
bien se trata de algo que ocurre en la homosexualidad hagas tenga que ver con que no haya pérdida nar-
apr?~~arse de los valores del hombre para ponerse en l~ cisista. 67 Bueno, si el superyó es así, aquí está el corte
posic1on de atacar al hombre dirigiéndole una pregun-
ta fundamental: ¿Lo tienes o no lo tienes?
66. Lévi-Strauss, Claudc: Tristes trópi,cos ( 1955), Ed. Paidós.
67. En el sentido de que está enunciada como una máxima de aplicación
universal, como establece Kant en Crltica df' la razón prócticn (Ed. Porrúa)
Pregunta: ¿Tendría que ver con una especie de mor- para las normas que deben regir la conducta.

208 209


verdaderamente. Aquí se juega el narcisismo y las re- Desde el punto de vista psicoanalítico de la práctica,
laciones del sujeto en el goce; porque el narcisismo quie- yo creo que es una tragedia: ahí hay algo que no se re-
re decir que está en juego la determinación del sujeto suelve. No se puede resolver, porque el psicoanalista no
en el goce. Y precisamente ahí estaría el corte entre el puede oír, en tanto psicoanalista, el significado del va-
psicoanálisis y la política -para mi gusto- puesto que, lor. Cuando lo oye, en ese momento mismo no es psico-
de una manera banal, se podría decir que los valores po- analista. Entonces, lo que se podría proponer sería re-
sitivos o negativos, desde el punto de vista de la izquier- solver la contradicción por la acción. Viene un pacien-
da -y esta manera de hablar es pobre, se siente que fal- te, lo escuchas. Pero una resolución por la acción no re-
tan cosas, pero es la única manera de decirlo son di- suelve el problema. El psicoanálisis en tanto tal no pue-
sueltos por otros motivos. Este es el punto en el que el de oír la significación del valor, la significación de la sig-
psicoanálisis no se engancha con el proyecto de izquier- nificación, el meaning of •the meariing. Esto está fuera
da. Hay un corte: todo está en querer borrarlo o en man- del psicoanálisis.
tenerlo. Para mi gusto, me parece que hay que mante- De todas formas ahí pasa una cosa desgraciada. Es
nerlo. Como dijimos el otro día, en el psicoanálisis más cierto que el psicoanalista no es el político, pero lo que
vale una reafirmación de lo inútil, lo que tiene que ver pasa también es que los psicoanalistas, en la historia del
con el goce. Pero el campo de lo inútil no puede ser re- psicoanálisis, individualmente, con respecto a la política,
cuperado por el proyecto de izquierdas; es algo difícil de han sido siempre unos imbéciles. Cuando se ponen a
recuperar, salvo por parte de una izquierda ultralúcida, hablar de política es lamentable. Bien, es un problema
pero la izquierda ultralúcida no existe. muy amplio y vamos a dejarlQ así. De todas formas yo
creo que esta categorización que hemos hecho nos pue-
Pregunta: ¿En proyectos utópicos únicamente? de servir.
Bueno, ahí está todo el problema. Una de las mane-
ras de resolverlo, que a mí me parece mala pero que pue-
de ser usada teóricamente, podría ser: la contradicción
general a nivel político se expresa en el individuo. Lo que
el sujeto individual tiene prohibido en su acceso a los ob-
jetos del goce no es sino la manifestación de la contra-
dicción general. Me parece mala, pero hay que pensar-
la, porque es la más tentadora.
Por otra parte, sin embargo, habría un razonamien-
to positivo, conector, que también habría que pensar y
que tiene que ver indudablemente con la transversali-
dad. Podría ser el siguiente: indudablemente, la contra-
dicción en general determina en el sentido de que cons-
tituye los objetos sociales del goce. Si bien los objetos so-
ciales del goce no son los objet.os .del deseo, el deseo se
articula en esos objetos sociales del goce. Hay una ar-
ticulación entre el deseo individual y esos objetos.

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