La monarquía corresponde a la primera forma de gobierno que se presentó en
Roma y su periodo abarca desde la fundación de la ciudad, el 21 de abril de 753 a. C., hasta la caída del último rey, Tarquino el Soberbio, en el año 509 a. C. Durante la monarquía Roma fue gobernada por siete reyes, pertenecientes a dos dinastías: la latina y la etrusca. Durante el periodo monárquico, que tiene una duración aproximada de 250 años, Roma vivió bajo el gobierno de siete reyes, el primero de los cuales, Rómulo, crea el senado". A su muerte le sucede Numa Pompilio, monarca muy piadoso, de quien, según se afirma, introduce la práctica religiosa en Roma. Las siguientes monarcas, Tullo Rostilio y Anco Marcio, son reyes guerreros que consolidan el poder militar. Tarquino el Antiguo, por su parte, concede más facultades al senado y aumenta a trescientos el número de sus miembros. Su sucesor, Servio Tulio, realiza una reforma político-administrativa que toma como base el censo económico de la población y es conocida como Reforma Serviana. Esta trae como consecuencia la creación de los comicios por centurias". Finalmente, Tarquino el Soberbio, el último de los monarcas, es un déspota que pretende gobernar dictatorialmente y termina siendo destituido y desterrado. Con él concluye la época monárquica. La sociedad romana se dividía en dos grupos los libres y los esclavos. Dentro de los libres podíamos encontrar los ciudadanos y los no ciudadanos. Los esclavos: solía ser prisioneros de guerra o de hijos de esclavos. Carecían de todos los derechos y se les consideraba una posesión más de sus dueños. Aunque desempeñaban cualquier tipo de tarea, muchos de ellos (sobre todo los de origen griego) se dedicaban a la enseñanza, pues poseían un nivel de cultura superior. Sus dueños podían concederles la libertad, con lo cual pasaban a denominarse libertos, que eran hombres libres pero sin la condición de ciudadanos y por lo tanto sin derechos. Los patricios: Descendientes de los fundadores de Roma. Tenían un rango social superior y poseían grandes riquezas. Gozaban de plenos derechos. Plebeyos: Eran originarios de los pueblos dominados por Roma, no gozaban de tantos derechos como los patricios. Clientes: eran hombres libres con derecho civiles limitados, estaban en una situación de pobreza o una situación de inseguridad que les llevaba a pedir protección a un patricio pero luego tenían que ayudar al patricio del cual dependían. Así pues en Roma fue constante la división de los grupos sociales en clases. Primero se les organizaba atendiendo a su linaje o procedencia; después este criterio fue sustituido por la posesión de la tierra; y por último fue la posesión de dinero la que dividió a los ciudadanos en honestiores y humiliores.