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Amarás A Tu Prójimo Como A Ti Mismo

Bendiciones amados hermanos y hermanas, ¿Es usted cristiano? Entonces, usted es un ministro.
¿Es un vendedor cristiano? Entonces, es un ministro. ¿Es un ingeniero cristiano? Es un ministro.
¿Es una madre o un padre cristiano? Es un ministro. ¿Es un maestro cristiano? Es usted un ministro
con una tremenda responsabilidad hacia sus alumnos. En cualquier condición o situación, usted es
un ministro. No se requiere ninguna habilidad especial para servir al prójimo que tiene necesidad,
hacer un favor a quien lo necesita, ser amigo, preparar una comida para un enfermo, o visitar al
que está solo. Cuando hace cualquiera de estas cosas, usted es ministro de Cristo, sirviendo a
otros como Cristo lo hubiera hecho si estuviera aquí personalmente. Con acciones como éstas
motivadas por el amor, edificamos el cuerpo de Cristo y abrimos las puertas a los que se hallan
fuera.

Lucas 10:27-37 – “Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con
toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. 28 Y le
dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás. 29 Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a
Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? 30 Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a
Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole
medio muerto. 31 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de
largo. 32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. 33 Pero un
samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; 34 y
acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó
al mesón, y cuidó de él. 35 Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo:
Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. 36 ¿Quién, pues, de estos
tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? 37 Él dijo: El que usó de
misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo”.

Alfredo estaba en la tienda de mascotas cuando un pez triste en el fondo de la pecera le llamó la
atención. Tenía las escamas negras y lesiones en todo el cuerpo. Alfredo rescató al pez de diez
años, y lo llamó «Monstruo» —por la ballena del cuento Pinocho— y lo puso en una pecera
«hospital». Lentamente, Monstruo mejoró, empezó a nadar y creció. Sus escamas negras se
volvieron doradas. Por el cuidado diligente de Alfredo, ¡Monstruo fue hecho nuevo!

En Lucas 10, Jesús relata la historia de un viajero que fue golpeado, robado y dejado por muerto.
Un sacerdote y un levita pasaron por allí, pero lo ignoraron. Sin embargo, un samaritano, miembro
de un grupo despreciado, lo cuidó, pagando incluso lo que el hombre necesitó (Lucas 10:33-35).
Declarando al samaritano como el verdadero «prójimo» en la historia, Jesús alentó a sus oyentes a
hacer lo mismo.

Lo que Alfredo hizo por el pez moribundo, nosotros podemos hacer por los necesitados.
«Prójimos» sin casa, desempleados, discapacitados y solos yacen a nuestro paso. Que su tristeza
capte nuestra atención y nos impulse a responder como un buen vecino. Un cordial saludo; una
comida compartida; un poco de dinero deslizado en la mano. ¿Cómo podría Dios utilizarnos para
ofrecer su amor renovador a otros?
Reflexiona: ¿Cómo puedes alcanzar a tus vecinos de forma amorosa? ¿Qué puedes hacer por los
necesitados que te rodean?

Oración: Amado Dios, usted es amor, y su misericordia en nueva cada mañana, en el nombre de
Jesús, clamo a usted para que sea un buen vecino para un prójimo… necesitado.

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