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CONVICCIÓN.

Bendiciones amado pueblo de Dios, Doy gracias a mi Señor por permitirme orar e interceder por su
pueblo, así como tener la convicción de seguir preparándome para servirle, pero también estar
convencido de que seguir al Señor Jesús, es lo más maravillo que ha pasado en mi vida. Su Palabra
dice: “Y cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio” - Juan 16:8.

El versículo habla de esta importante obra del Espíritu de Dios de convencer al mundo de pecado,
justicia y juicio. Sin embargo, a veces olvidamos esto en nuestro trato con los no creyentes, al hablar
de la manera como lo hacemos. No que no haya lugar y momentos para hablar directamente al
corazón, pero es importante recordar que solo el Espíritu de Dios puede hacer esta labor de traer
convicción.

Fácilmente, y sin darnos cuenta, podemos apuntar con condenación los frutos que se ven
exteriormente, en lugar de traer buenas nuevas a los quebrantados de corazón, y a aquellos a
quienes las ofertas de este mundo les han dejado vacíos, con culpa, y bajo condenación. En ellos, el
Espíritu puede obrar mientras les mostramos el amor de Dios para el mundo pecador. Esta realidad
de la bondad y la gracia de Dios traerán convicción y les guiará al arrepentimiento.
Romanos 2:4 – “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad,
ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?”.

Pero también es muy importante recordar que es un regalo de Dios, no solo el tener convicción de
pecado para salvación, sino también tener convicción de pecado para nuestra santificación. Ignorar
esta maravillosa verdad puede provocar en nosotros una gran incertidumbre, incluso acerca de
nuestra salvación, al enfrentar la continua lucha contra el pecado que con el tiempo se torna más
real y profunda en nuestras vidas.

Es fácil correr hacia la autojustificación, creyendo que estamos practicando el verdadero


arrepentimiento cuando en realidad nos ponemos a nosotros mismos en una cruz, tomando el lugar
de Jesús. Cuando caemos en pecado y nos sentimos derrotados, necesitamos regresar a Él en verdad
con arrepentimiento, gratitud, y fe.

Las buenas noticias para ti y para mí son que, gracias a la obra de Cristo por nosotros y en nuestro
lugar, podemos experimentar no solo la obra del Espíritu mostrándonos áreas de pecado en nuestra
vida, sino también su gozo liberador al gloriarnos en su obra en la cruz del Calvario. Piensa en esto
y encuentra tu descanso en Él. Bendiciones.

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