Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan; porque no hay autoridad
sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas. Por consiguiente, el que
resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han
opuesto, sobre sí recibirán condenación. Romanos 13:1-2
Santiago 2:10-11 – “Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en
un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio,
también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya
te has hecho transgresor de la ley”.
Pasajes tan incómodos como estos, nos llevan de inmediato a preguntarnos: ¿esto
incluye obedecer a la autoridad sanitaria y cerrar mi negocio en esta pandemia?;
¿Aplica tener que usar un cubre boca, gel y guardar la sana distancia? o tal vez ¿tenga
que guardad una cuarentena?
Desde el origen mismo de la humanidad hemos acariciado el sueño de “liberarnos” de
la autoridad. La serpiente tentó a Eva ofreciéndole la oportunidad de tomar sus propias
decisiones y ser independiente de Dios. Algunos piensan que ellos no son como Eva y
que no tienen ningún problema en someterse a Dios, e incluso a las autoridades
humanas; siempre y cuando éstas sean suficientemente inteligentes, justas y capaces.
Este pensamiento suena muy lógico, pero el pasaje citado nos dice: “que toda
autoridad ha sido puesta por Dios”, lo cual incluye a las que no nos gustan o
consideramos inadecuadas o injustas. También dice que el sometimiento debe ser
ejercido por todos.
El meollo del asunto está en: “no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay,
por Dios han sido establecidas”. Con frecuencia pensamos que Dios solo ha puesto a
las autoridades legítimas y justas, pero no es lo que la escritura dice:
Faraón fue un gobernante despiadado que explotó a los israelitas y asesinó niños. Era
sumamente terco y arrogante, pero Éxodo y Romanos declaran: “Porque la Escritura
dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para
que mi nombre sea anunciado por toda la tierra”. (Éxodo 9:16; Romanos 9:17)
Saúl fue un rey desobediente y hasta asesino, pero Dios dice claramente en 1 Samuel
15:11 que fue Él y no los israelitas, quien puso a Saúl como Rey. “Me pesa haber
puesto por rey a Saúl…”
Jesús le declaró a Pilato, el cual no era ningún santo, lo siguiente: “Ninguna autoridad
tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba…”
Así que no son las malas decisiones de la democracia, ni los errores personales quienes
nos han llevado a estar bajo ciertas autoridades. Es Dios quien ha puesto todas y cada
una de ellas sobre nuestra vida.