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LA CAMPANA DE HUESCA,

UNA LEYENDA QUE HIZO HISTORIA

Esther González Fernández

Historia Medieval de España

Grupo 2º D
ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN: ENTRE MITO Y REALIDAD……………………….. 3-4

2. DESCRIPCIÓN GLOBAL…………………………………………………...5-6
2.1. Tipo de obra: datación, localización, autor y función……………….5
2.2. Autoría: biografía, descripción y curiosidades……………………...6

3. CONTEXTO HISTÓRICO………………………………………………….7-12
3.1. Eventos previos y circunstancias desencadenantes………………...7-9
3.2. Escena representada y consecuencias históricas………………… 9-10
3.3. Pensamiento de la sociedad en esa época………………………..10-12

4. CONTENIDO DE LA OBRA………………………………………………13-16
4.1. Representación de una época pasada…………………………….13-15
4.2. Interpretación del autor: precisión, subjetividad, arquitectura…..15-16

5. ANÁLISIS DE LA SIMBOLOGÍA………………………………………...16-22
5.1. Elementos clave: protagonistas de la obra……………………….16-19
5.2. Personajes: gestos, vestimentas, complementos, etc…………….19-20
5.3. Alusiones políticas, sociales, culturales y económicas………......20-21
5.4. Otras escenas asociadas a esta simbología……………………….21-22

6. REPERCUSIÓN Y TRASCENDENCIA………………………………....22-24
6.1. Utilización e intencionalidad de la obra………………………....22-23
6.2. Influencias e inspiración………………………………………...23-24

7. CONCLUSIONES………………………………………………..................24-31
7.1. Leyenda y Realidad: conclusiones a la introducción…………….24-26
7.2. Una obra con moraleja……………………………………….......26-28
7.3. Relevancia social………………………………………………....28-29
7.4. Reflexiones finales……………………………………………….29-31

8. BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………....33

2
1. INTRODUCCIÓN: ENTRE MITO Y REALIDAD

La historia y el mito de la obra La campana de Huesca se ha ido extendiendo con el


paso del tiempo y ramificando en tantas versiones que en la actualidad es complicado
discernir entre los eventos históricos que dieron origen a la leyenda y las partes que
pertenecen íntegramente a la inventiva popular. La leyenda de la campana narra un evento
histórico en el que el monarca Ramiro II, el rey Monje1, reúne a un grupo de miembros de la
nobleza bajo la excusa de querer mostrarles una nueva campana cuando en realidad lo que
hará será decapitar a los nobles que estaban oponiéndose a su reinado y colgar del badajo de
la propia campana la cabeza de uno de ellos, de ahí surgiría la leyenda que le daría nombre al
cuadro. Se trata de un reflejo de una sociedad violenta en la que las acciones de un monarca
servirán para justificar las acciones de otro, en este caso Pedro IV2 usará como castigo moral
los sucesos acontecidos en esta leyenda con el fin de justificar el uso de la violencia y una
crueldad indiscriminada para frenar cualquier tipo de sublevación.
La leyenda de La campana de Huesca se ha ido extendiendo a lo largo de los siglos por
toda la península en forma de variadas representaciones artísticas. Ha sido cantada en
sonetos, recitada en poesía y retratada en la pintura, de forma irónica pese a tratarse de una
historia lúgubre, violenta y con un desenlace bastante trágico esta historia acabaría siendo una
incesante fuente de inspiración de la que surgirían algunas de las más bellas interpretaciones
y creaciones artísticas conocidas.
No es esta la única leyenda medieval propia de las fábulas tradicionales de la región de
Aragón, si se estudia detenidamente la trayectoria cronológica se descubrirá que muchos de
los acontecimientos históricos relevantes de la Edad Media fueron explicados a través de
leyendas, mitos, fábulas y todo tipo de narraciones fantásticas. Es también importante
mencionar que en aquellas épocas no era tan fácil que todos conociesen hechos históricos o
que el nivel cultural fuese el mismo para todas las clases sociales por lo que muchos de los
escritos eran compartidos entre un número reducido de personas y estos se iban transmitiendo
de boca en boca entre las generaciones lo que facilitaba esa tendencia a inclinarse hacia lo

1
Apodo con el que se conoce al monarca Ramiro II debido a que anteriormente a ser coronado como rey de
Aragón estuvo bajo el servicio de la iglesia.

2
Juan F Utrilla Utrilla, “La plenitud de la historiografía medieval aragonesa” en Historia y ficción en las
crónicas aragonesas, (Septiembre 2003), Albarracín: Universidad de Zaragoza, 2003, 107.

3
fantástico y la exageración o mistificación de los hechos con el fin de generar un grado mayor
de interés y con ello que las historias perduraran en el tiempo3. La primera mención que se
hace a esta leyenda se encuentra en las Crónicas de San Juan de la Peña4 cuya obra no solo
será de gran calidad literaria sino que recopiló y fusionó las anécdotas populares y la historia
aragonesa magistralmente. Sin embargo, este podría no ser el verdadero origen de la campana
de Huesca en la literatura, sino que podría ser mucho anterior. Ya en la antigua Grecia el
filósofo Aristóteles hacía mención a la obra de Heródoto5, en la que los personajes que se
representan y su dilema son bastante similares a los sucesos que se representan sobre Ramiro
II y la decapitación de varios nobles de su corte. En la obra de Heródoto se menciona un
personaje clave, Periandro, un tirando de la ciudad de Corinto que, queriendo gobernar con
todo su poder y mantener el control férreo de su ciudad mandó a un emisario para pedirle
consejo a Trasíbulo, un general ateniense, que ante la completa estupefacción del emisario
enviado por Periandro se puso a cortar las espigas más altas que había en un campo. Cuando
el emisario regresó, narra estos hechos a Periandro y este comprende que es una metáfora de
lo que debe hacer, deshacerse de los miembros de mayor cargo y poder de Corinto6. Será así
como comenzará este círculo histórico de regentes tiránicos y crueles que justificarán su afán
de poder en el nombre de aquello que es justo y que debe mantener el orden, y que serán
indudablemente fuente de inspiración para la leyenda que acompañará a la figura de Ramiro
II, el famoso rey monje.
Tras estas representaciones se seguirán sucediendo hechos históricos que acompañan este
mensaje de sumisión y respeto hacia el orden en contraposición a un castigo violento y
desmedido a lo largo de la historia política y militar de los distintos monarcas y reinados, y es
posible que el mito que dio paso a esta famosa leyenda se alimente de fragmentos y
resquicios de todas estas anécdotas y fábulas mencionadas. La historia fue convirtiéndose en
leyenda y la leyenda en un mito, logrando llegar a tener tal grado de repercusión entre las
ramas artísticas que hasta el pintor palentino, José Casado de Alisal, terminaría por
representar en su obra La campana de Huesca la mítica escena en la que el rey Ramiro II

3
Utrilla, “La plenitud de la historiografía….”, 36.

4
Utrilla, “La plenitud de la historiografía….”, 103.

5
Historiador, antropólogo y geógrafo de origen griego considerado el padre de la Historia Occidental.

6
Carlos Laliena Corbera, “Fundamentos clásicos del mito”, Mª Sancho Menjón, La campana de Huesca, Cai00,
2000,V. LXXX, 58.

4
reúne a los nobles mediante engaños para mostrarles la cabeza decapitada de uno de ellos
colgada del badajo de aquella famosa campana.

2. DESCRIPCIÓN GLOBAL

2.1. Tipo de obra: datación, localización, autor y función.

Se trata de un cuadro representativo de un evento histórico, en este caso los


acontecimientos que refieren a la decapitación de una serie de nobles por parte del monarca
Ramiro II. La obra fue realizada por el pintor español José Casado de Alisal y mostrada al
público en la Exposición Nacional7 en el año 1881, donde recibió únicamente una mención
honorífica pese a las buenas críticas que tuvo la obra. En la actualidad el cuadro se expone en
el Ayuntamiento de Huesca, de donde es originaria la leyenda, desde el año 1950. La pieza
pertenece a una colección del Museo del Prado, Madrid. El cuadro y su pintor pertenecen a la
corriente artística del Romanticismo8 y es interesante mencionar este detalle, ya que las
representaciones de la Edad Media fueron numerosas durante este periodo debido a la visión
romantizada y exaltada que tenían los artistas sobre el medievo.

2.2. Autoría: biografía, descripción y curiosidades.

José Casado de Alisal fue un pintor español nacido en Villalba, un municipio de Palencia,
en el año 1832 y fallecido en Madrid en el 1886. Desde sus inicios en la Escuela Municipal
de Dibujo de Palencia se le consideraría un joven con mucho potencial, por lo que años más
tarde no sería de extrañar que le fuese otorgada una beca, gracias a su obra Resurrección de
Lázaro (1855) para continuar con sus estudios en Roma. Su trayectoria estaría plagada de
grandes obras e interpretaciones dramatizadas con ricos contrastes sobre diversos episodios
históricos entre los que destacó La campana de Huesca, obra que realizará con motivo de una
exposición de temática histórica y medieval en las que resaltará el mito de la campana de

7
Se trató de una exposición de arte realizada en Madrid en 1881 en la que se priorizaron los temas históricos de
carácter medieval, es decir, enfocados en esa época de la historia y en la que Casado de Alisal presentaría al
público su obra por primera vez.

8
Movimiento artístico que surge en el siglo XVIII y busca dar prioridad a los sentimientos, expresiones intensas
y emociones subjetivas.

5
Huesca inspirado por la obra de teatro El rey monje9 de García Gutierrez estrenada en Madrid
durante el año 1837, y por tanto anterior a la creación de este cuadro, así como también le
inspirará su íntimo amigo Gustavo Adolfo Béquer sobre quien muchos creen este cuadro
podría estar inspirado en su figura y creaciones artísticas. Son varios los detalles curiosos
alrededor de la creación de la pieza y su finalización ya que lo cierto, es que pese a la
repercusión que hoy en día tiene la obra durante la época en la que fue realizada Alisal no
recibió elogio alguno más que una mención honorífica. Esta situación causó tal desasosiego y
disgusto en el propio pintor que terminaría por presentar su renuncia como director de la
Academia Española de Bellas Artes de Roma. Lo cierto es que pese a este incidente la obra
fue apreciada en numerosos círculos sociales y apreciada por su calidad artística y la forma
en la que el uso de colores, la composición, los gestos y detalles de los protagonistas de la
obra le otorgaban un nivel de calidad y realismo magnífico. A lo largo del siglo XIX la obra
sería mencionada por diversos autores en sus obras literarias así como se asociaría de ahora
en adelante con la leyenda, como parte inestimable de las fábulas y narraciones fantásticas
aragonesas, que ayudarían a explicar y mantener la historia de su región viva a través del arte
y la ficción.
Casado del Alisal continuaría dibujando hasta su fallecimiento en el año 1886 en Madrid,
seis años después de la creación de La campana de Huesca, por lo que no podría apreciar el
gradual crecimiento y popularidad que fue adquiriendo su obra a nivel nacional, llegando a
ser considerada parte del patrimonio histórico de Aragón y pasando a ser expuesta en el
municipio a mediados del siglo XX. Algunos de los reconocimientos en vida más relevantes
que recibió el pintor fueron las dos medallas de primera clase que obtuvo en la Exposición
Nacional de 1860 y 1864 respectivamente.
Alisal realizó hasta un total de tres bocetos preparatorios10 antes de pintar el óleo sobre
lienzo en el que plasmó esta destacada escena. Fue tanta su devoción que incluso son diversos
los autores y las lenguas que afirman que Alisal llevó la necesidad de actuar con total
rigurosidad en su trabajo hasta tal punto que encargaría cabezas humanas en hospitales y
depósitos de cadáveres con el fin de poder retratar con fidelidad la escena. Se dice que una
vez que le fueron entregadas las cabezas estas iban dentro de un saco y al sacarlas varias de
ellas rodaron por el suelo hacia los pies del pintor, lo que supuso tal impresión para el artista

9
Laliena, “Fundamentos…”, V. LXXX, 19.

10
Hay al menos constancia de hasta 3 bocetos anteriores a la elaboración de la pieza, se desconoce si pudo haber
más.

6
que terminó por perder el conocimiento. Estos sucesos dejan constancia de los extremos hasta
los que llegó el autor para plasmar la escena con la mayor fidelidad y realismo posible dadas
las circunstancias en tiempo cronológico y difusión popular de la leyenda que en cierto modo
dificultaban retratar con exactitud los hechos ocurridos11.

3. CONTEXTO HISTÓRICO

3.1. Eventos previos y circunstancias desencadenantes.

Previamente a los acontecimientos retratados en el cuadro se debe situar históricamente


las circunstancias que desencadenaron esta trágica escena, con el fin de lograr un mayor
entendimiento de los eventos históricos que dieron pie al desarrollo de la leyenda popular.
Anteriormente a la coronación de Ramiro II como monarca y regente del Reino de Aragón
sería su hermano Alfonso I “El Batallador” quien conseguiría ampliar territorialmente
Aragón así como un crecimiento exponencial tanto militar como político y económico. Esto
se consiguió a base de fortificar por completo el reino y cerrar al acceso a los territorios
árabes, creando una línea fronteriza entre montaña y llanura delimitada por diversos castillos
que actuaban como la propia fortaleza que resguardaba al reino, mientras esto sucedía
comenzaron los ataques y asedios a los territorios de Al-andalus con el fin de recuperar las
tierras cristianas perdidas. Pese al éxito inicial en sus campañas por la recuperación de los
territorios denominados Lugares Santos12, esta misma obsesión por estas localizaciones le
llevaría a ser derrotado en la ciudad de Fraga en 113413, siendo esta su única derrota pero de
consecuencias relativamente graves. Alfonso I fallecería un par de meses trascurridos estos
acontecimientos dejando un reino abiertamente vulnerable, tras la reciente derrota y el
fallecimiento de su monarca, frente al ejército musulmán que aprovecharía esta situación para
ejecutar un contraataque. Sumado a todo esto, Alfonso I dejaría en su testamento todo su
poder y territorios a Dios, debido a su carácter fuertemente devoto, y al Hospital de los

11
Los hechos representados no están verificados más bien se trata de una anécdota de carácter popular que se ha
ido contando con el paso de los años respecto a la dedicación del pintor a su arte.

12
Hace referencia a ciertas localizaciones geográficas de origen sagrado para la religión católica.

13
Miguel Martinez Tomey, “El astuto rey Ramiro II el Monje y el nacimiento de la Corona de Aragón”, (Marzo
2013), Zaragoza: Fundación Gaspar Torrente, 2013, 2.

7
pobres de Jerusalén, lo que complicó aún más la situación a su sucesor14. A toda esta
situación se le suma el hecho de que el ejército musulmán recuperó un gran número de
territorios así como el rey de León Alfonso VII, que había sido hijastro de Alfonso I y no
tenía buena relación con el difunto monarca, buscaba arrebatarle sus territorios y recuperar la
gloria perdida de su reino.
Sería en esas fechas y con este clima político y militar tan inestable cuando su hermano
Ramiro II, que había consagrado toda su vida a los hábitos, tendría que ascender al trono y
asumir el papel de su hermano Alfonso I, ya que este había fallecido sin dejar ningún
heredero varón.
Como bien se menciona la situación tanto política como militar era muy inestable, de
este mismo modo también lo era la situación económica, pues el gran coste en pérdidas
militares, los territorios perdidos y la inestabilidad en el territorio habían golpeado duramente
al sector económico. Ramiro II, el rey monje, debería hacer frente a esta situación que había
heredado de su hermano. Es posible que este propio clima en el que se verá sumergido
facilite la leyenda de la campana, ya que la crueldad de los hechos representados parece un
reflejo de las dificultades por las que atravesaba el reino y una justificación clara para ejercer
mano dura con el fin de no retroceder casi un siglo en la historia de Aragón y sus avances
militares, políticos y sociales.
Ramiro II por tanto ascenderá al trono con una ardua y larga tarea para la recuperación
económica y territorial que su hermano había perdido en esos últimos años, a esta situación
de fragilidad y terror ante el debilitamiento del poder aragonés se le sumará que muchos
territorios aprovecharán para restaurar antiguas monarquías o reinos como fue el caso de la
nobleza de Pamplona que trataría de colocar como monarca a un descendiente de la realeza
de Zaragoza llamado García Ramírez, circunstancias que no hubiesen sido tan apremiantes si
Alfonso VII no hubiese apoyado y animado esta candidatura nombrandolo señor de
Zaragoza15.
Ramiro II tomaría todas las decisiones y medidas necesarias para mantener su reino
unido, asumiendo la pérdida de Navarra pero aceptando esta condición bajo la premisa de
delimitar los territorios claramente con el fin de evitar futuros conflicto así como forjar una
alianza que evitase que el rey Alfonso VII pudiese seguir siendo una amenaza inminente para
la preservación de sus territorios. Se dice que Ramiro II era un rey muy inteligente y hábil y
14
Tomey, “El asunto del rey…”, 5.

15
Tomey, “El asunto del rey…”, 7.

8
así se vería como mediante distintos ardiles consiguió convencer a Alfonso VII de que estaba
satisfecho con su posesión del territorio de Zamora16, ya que esto ponía una barrera entre la
zona de Al-Andalus y las tierras aragonesas conquistadas previamente por su antecesor
Alfonso I y que tanto empeño podría en mantener Ramiro II, estrategia que la Alfonso VII y
su codiciosa necesidad de aumentar sus territorios y su propia leyenda no fue capaz de prever.
Había un detalle clave en cuanto a este territorio que Ramiro II, como antiguo hombre
religioso y político pues siendo parte de la familia real estaba bien informado sobre este tipo
de situaciones, había ocultado tras su aparente renuncia al territorio de Zamora. El antiguo
rey Alfonso I “el Batallador” había dejado en su testamento sus territorios a la iglesia, como
era bastante usual en los monarcas de la época, que eran grandes devotos, por lo que para que
pudiesen ejecutar el testamento los territorios legados a la iglesia debían volver a manos de
Ramiro II ya que de no ser así el Papa Inocencio II forzará a cumplir este testamento bajo la
amenaza de no reconocer a Alfonso VII como Emperador17, lo que le debilitaría a ojos no
solo de la iglesia y los territorios adyacentes a su reino sino también como figura de autoridad
entre su corte y el pueblo llano, ya que la religión estaba intrínsecamente ligada a la forma de
vida medieval. Lo que Ramiro II había esperado que sucediese termina por ocurrir y en 1135
es coronado Emperador Alfonso VII, un año después de recibir este título entregará el
territorio de Zamora a Ramiro II.

3.2. Reinado, escena representada y consecuencias.

El reinado de Raimundo por tanto comenzó de forma tumultuosa pero con el paso del
tiempo, sobretodo ese complicado primer año tras acceder al trono, irá recuperándose tanto
militar, económica como territorialmente. Está considerado como una de las figuras de la
corona aragonesa más emblemáticas por su carácter frío y sereno así como su inteligencia y
habilidades políticas, como ya demostró con la cuestión del territorio de Zamora. Sin
embargo no siempre serían sus decisiones apoyadas o tan siquiera comprendidas tanto por
nobles como por los militares aragoneses que estaban acostumbrados a las tácticas militares
más duras y directas de Alfonso I y no comprendieron las estrategias ni el modo de proceder
de Ramiro II ante esa primera pérdida temporal de los territorios de Zamora, que se tomaría
con relativa calma. Ramiro II tendría que lidiar con la desconfianza de sus opositores que
16
Tomey, “El asunto del rey…”, 7.

17
Tomey, “El asunto del rey…”, 8.

9
veían en la creciente pérdida de territorios a manos de Castilla el desastre que había legado
Alfonso I a su hermano, y que este no parecía capaz de arreglar. Lo cierto es que en lo que
carecía como estratega militar lo suplió con ingenio y astucia, así fue como de nuevo lograría
convencer a Alfonso VII para aliarse y repartirse los territorios de Navarra18, consiguiendo
que este poderoso enemigo que había formado su hermano se convirtiera en un aliado en su
lucha contra otras amenazas externas.
Fue justamente esta lucha contra amenazas externas, la desconfianza ya mencionada de
diversas facciones de la nobleza aragonesa19, y los pactos que tuvo que realizar Ramiro II con
los musulmanes para mantener una serie de treguas que le diesen una cierta estabilidad a sus
territorios lo que continuó, pese a ciertas mejoras, alimentando ese hambre de sublevación
entre la población. De estos acontecimientos previos y este clima específico, según narran
diversos historiadores, se daría lugar el desencadenante clave que generó la terrible leyenda
que daría pie a la obra de La campana de Huesca: el asesinato de hasta siete nobles que
habrían puesto los intereses de la corona y la seguridad del reino en peligro por sus propios
intereses personales. Curiosamente en el cuadro que representa esta escena pintado por
Casado de Alisal aparecen el doble de decapitaciones retratadas que lo que revelan relatos
fieles a la versión más histórica y alejada de la leyenda popular. Probablemente hubo un
cierto grado de intencionalidad en la transformación de los hechos, con el fin de dotarlos de
mayor violencia, crueldad y dramatismo con una finalidad moralizante en un mundo muy
temeroso de las repercusiones religiosas ante los malos actos era más que bien recibida.
En cuanto a la escena que aparece representada, la decapitación de los nobles por parte
del monarca se ubicaría, de forma precisa, históricamente durante el reinado de Ramiro II
sobre el año 1135, un año después de la muerte de su hermano Alfonso I y en un clima
político, como ya se ha mencionado, de gran inestabilidad. En la versión más fiel a la realidad
histórica de los hechos se considera que Ramiro II mandaría interceptar una carreta
musulmana20 que viajaba de Fragua a Huesca y a la cual los nobles aragoneses tenían
intención de interceptar, poniendo fin con esta acción a esas frágiles treguas a las que había
llegado el monarca. Ramiro II enfurecido con sus nobles mandaría decapitar a los 7 causantes
de este incidente como castigo por su desobediencia.

18
Tomey, “El asunto del rey…”, 9.

19
Tomey, “El asunto del rey… ”, 9.

20
Tomey, “El asunto del rey…”, 9.

10
En cuanto a la obra pictórica de Casado del Alisal se representa una escena más cercana
a la leyenda de la campana que a la realidad histórica. El monarca decide, mediante el engaño
de inaugurar una gran campana, reunir a una serie de nobles aragoneses a los que según
diversas fuentes se les acusa de desobediencia y una vez allí les muestra las cabezas
decapitadas de hasta 13 nobles entre las que se incluye una colgando a modo de badajo. Entre
los personajes que aparecen en la obra se cree reconocer la figura del conde de Barcelona,
Ramón Berenguer IV, en el otro extremo del lienzo junto al que se cree que sería su yerno.
Ambos forman parte del grupo de nobles que observaba, horrorizado, las cabezas decapitadas
del resto de nobles. Como detalle a destacar de esta composición, que difiere con los hechos
históricos, cabe mencionar que la cabeza que aparece en el cuadro y que Ramiro II señala con
su mano derecha, colgando a modo de badajo de la campana, se cree que sería la del obispo y
aunque no hay un consenso claro sobre esta figura sí que se debe acentuar que su presencia es
exclusiva de la ficción popular, ya que no hay constancia de que Ramiro II castigara a ningún
obispo por la desobediencia de los nobles aragoneses.
Más allá de las partes modificadas bajo la lupa de la fantasía y el acervo popular el
personaje de Ramón Berenguer IV será una figura destacada en la historia del reino de
Aragón, ya que Ramiro II, actual rey de Aragón, le prometerá la mano de su única hija en
matrimonio cuando esta tenía un escaso año de vida y el conde rondaba los 23 o 24 años21
con el fin de pasarle el poder de facto22 y así poder recluirse de nuevo a su vida eclesiástica,
como había hecho con anterioridad a heredar la corona.
Ramiro II no tenía intenciones de mantenerse en el trono un tiempo prolongado, es más
su reinado solo duraría un par de años, por lo que en 1136 y tras nacer su hija Petronila de su
matrimonio con Inés Poitiers, Ramiro II cederá todo el control al conde de Barcelona y se
retirará de nuevo a sus tareas religiosas. Lo cierto es que pese a no saber en esos momentos la
repercusión que tendría la decisión que había tomado en cuanto al matrimonio de su única
hija y heredera, al negarse a prometer su mano a otro que no fuese Ramon Berenguer IV,
Ramiro II movería la ficha clave para lo que en un futuro la dinastía de Aragón llegase a ser
una de las más poderosas durante los siglos venideros.
Es irónico como un reinado tan breve como el de Ramiro II tuvo tantos momentos que
han pasado a formar parte no sólo del folklore regional para los aragoneses sino que lograría

21
Laliena, “Fundamentos…”, V. LXXX, 31.

22
Esta expresión latina significa “de hecho” , Ramiro II le otorga el poder en el reino al conde Berenguer por la
fuerza de los hechos acontecidos, una forma que realmente no tenía validez jurídica.

11
forjar una leyenda y daría paso a algunos de los momentos históricos más prósperos y
fructíferos en su territorio.

3.3. Pensamiento de la sociedad de la época.

Está claro que la mentalidad de la sociedad durante la Edad Media no se asemeja a la


que se encuentra en la actualidad, pero lo cierto es que sucede con cualquier etapa histórica
que se observe e incluso dentro de esa etapa hay diversos factores que condicionan cambios
en cortos periodos de tiempo. Partiendo de esta base, se debe entender por tanto que la
sociedad está condicionada por las normas, moral, cultura, tradiciones y reglas del entorno en
el que vive y en el caso de la sociedad medieval del siglo XII se trataba de un reflejo muy
marcado por una mentalidad de carácter religioso y temerosa de Dios23, esto se puede ver
reflejado no solo en el pueblo llano sino en sus propios dirigentes que condicionaron gran
parte de su legado a su devoción con la iglesia y el cristianismo, como lo fue el propio
Ramiro II, cuyo apodo fue el rey monje por su propia dedicación a esta institución.
Los castigos divinos, estaban muy asociados al concepto del Bien y el Mal que aparece
en la Biblia así como el pecado, lo que refleja como la leyenda de la campana causó tanto
revuelo en los siglos venideros ya que sería utilizada como herramienta de castigo
moralizante por diversas figuras en el poder que querían infundir el respeto y la obediencia a
través del temor. La presencia del cristianismo prácticamente se solidifica en uno con la
sociedad, los enfermos no solo se curan con medicinas sino que peregrina o hace ofrendas
con la intención de poder ser curado, si hay una sequía se reza por la lluvia, los castillos
tienen que llevar una capilla incluida en su interior, incluso en obras de carácter profano la
religión encontrará una forma de sumergirse y darle una explicación a los sucesos
acontecidos desde un ángulo religioso24, bien como moraleja o a modo de transmitir los
valores católicos a través del acervo popular. En el cuadro de Casado de Alisal se pueden
vislumbrar ciertos elementos que hacen alusión a factores religiosos propiamente
característicos de las creencias y valores de la Edad Media, partiendo por la propia
simbología que la campana tiene en la literatura y en el saber popular, y que será analizado
posteriormente.

23
Antonio Regales, La mentalidad actual y la mentalidad medieval a la luz de la literatura, (Abril 2017),
Valladolid: Universidad de Valladolid, 2017, 932.

24
Regales, “La mentalidad actual... “, 933.

12
La sabiduría popular, las narraciones épicas, las historias fantásticas y las fábulas eran
típicas de este periodo histórico y servían para hacer llegar una serie de mensajes que la
población civil aprendía en las calles, de los cantares populares, de los trovadores o
juglares25. Esta mentalidad medieval de algún modo ayudará a que estas leyendas que se
narran en cantares o que se relatan entre las calles sigan vivas hasta el día de hoy, el mundo
era de algún modo estático para la sociedad medieval es decir, puede que el exterior se
modificara pero la base seguía siendo la misma, era algo inmutable. Esta concepción
convertía las leyendas de la Antigüedad26 así como sus héroes, monstruos y villanos en
representaciones que perfectamente podrías encontrarte en la sociedad medieval de la fecha.
Este fue un factor clave para la aceptación que tuvo el mito por encima de la historia original
sobre la decapitación de los nobles aragoneses, ¿Quién mejor que la sociedad medieval para
sumergirse en un relato de castigos divinos, venganza, violencia y penitencia?. El mito se
volvió historia y la historia se volvió mito.

4. CONTENIDOS DE LA OBRA

4.1. Representación de una época pasada.

¿Cómo se representa una época pasada? Esa es una de las primeras cuestiones que
pueden surgir en la mente de un pintor cuando tiene que representar una época con la que no
está familiarizado, como es el caso de Casado de Alisal con La campana de Huesca. El
cuadro retrata eventos, con mayor o menor fidelidad, de lo que sucedería entre Ramiro II y
algunos de los nobles de su corte pero, ¿Consiguió Alisal representar esta época de forma
rigurosa? ¿Por qué estos eventos y no otros?. Casado de Alisal, al igual que muchos de los
pintores y artistas que pertenecieron al movimiento del Romanticismo, sintieron una profunda
exaltación por la Edad Media y esto se vería representado de forma continuada en las
distintas ramas artísticas propias de la época, que escogerían eventos relacionados con el
medievo por encima de temáticas más contemporáneas. Lo que destacaría de la obra de
Casado de Alisal en comparación con sus coetáneos es el increible juego de contrastes con lo
que crearía esta pieza, no solo en lo referente a luces y sombras sino a las emociones que

25
Artistas de la calle, viajeros que a cambio de comida o dinero entretenían a las gentes con sus actuaciones o
narraciones.

26
Regales, “La mentalidad actual... “, 937.

13
emanan de los personajes, que encajan a la perfección con los conocimientos que se tienen
sobre la figura tanto de Ramiro II como de la nobleza aragonesa del siglo XII.
Una época pasada no es sencilla de plasmar, pero lo cierto es que en el caso de Alisal el
cuadro recibió elogios por la forma en la que la escena cobraba vida, y aunque esta obra es
más bien una representación de las fábulas, relatos y obras teatrales que surgieron alrededor
de la leyenda, Casado del Alisal mantuvo un amplio nivel de disciplina en la concepción de
los personajes. Los sentimientos que deberían evocar, según el rol que interpretan en el
cuadro, así como la forma en la que recogió todos estos conocimientos y los fusionó con
otros mucho más técnicos como los datos históricos sobre el carácter y personalidad del
monarca, la situación política que llevó a esta sublevación, la anatomía de los propios
personajes, vestimenta, paisaje, arquitectura e incluso objetos inanimados.
Está claro que representar un suceso histórico es complicado, sobre todo cuando ha
acontecido en una sociedad tan compleja y opuesta a la del propio creador de la obra. La obra
termina por ser una interpretación del ojo que la mira, desde el propio pintor hasta el
espectador que paseando por el Ayuntamiento de Huesca decide detenerse y contemplar la
famosa leyenda de la campana de Huesca en su representación más artística. Lo que sí es
cierto es que la obra ha logrado mantener un interés en la leyenda, así como en su día sería la
leyenda la que inspiraría la pieza. Una dualidad entre ambas concepciones que lleva a
resumir, de nuevo, en que ambas forman parte la la historia cultural de la Edad Media
española y que coexisten y se retroalimentan con el paso de los años y las distinta épocas sin
necesidad de vulnerar la veracidad de los hechos.
Otro hecho a destacar sobre la representación de una época pasada es que siempre hay
un grado de influencias externas prácticamente imposible de evitar, te encuentras ante un
evento histórico que ha sido interpretado numerosas veces y por un gran número de artistas o
pensadores antes que tu propia persona. En ocasiones la presión por ser fiel a la realidad
vence a la inventiva y en otras, por el contrario, se busca expresar esa realidad de una nueva
forma, desde una nueva perspectiva. Es por ello que en el caso de esta pieza en particular,
resaltan ciertos grados de ironía que en otras representaciones es posible no apreciar como la
cabeza del obispo con una expresión entre el cinismo y la guasa, pese a estar muerto y
colgado del badajo de la campana. Una interpretación que llama la atención debido a que
Casado de Alisal debía saber el respeto que Ramiro II tenía a los hábitos y la profesión
eclesiástica, por lo que el hecho de decapitar a lo que se cree es la figura de un obispo con
una actitud serena y calama choca con todo lo que se conoce de este monarca. Monarque no
se de debe olvidar solo ascendió al poder tras la falta de un heredero varón por parte de su

14
hermano Alfonso I y que en cuanto engendró una heredera decidió prometer su mano en
matrimonio con el fin de legar el poder a otra figura y poder volver a su vida de ordenanzas
religiosas, hábitos y votos. Lo que demuestra no solo que probablemente fuese un hombre
temeroso de Dios, también que hubiese sido difícil que atentase contra la vida de un cargo
eclesiástico.
No hay que olvidar que cuando los territorios de Zamora peligraban tenía toda su
confianza puesta en la figura del Papa Inocencio II, ya que su relación con la iglesia siempre
había sido positiva tanto en su propia persona como en su familia, hay que recordar que su
hermano Alfonso I “el Batallador” ya había legado a sus gentes, tierras y corona a la propia
iglesia tras su muerte.
¿Es la obra una representación fiel de los hechos que sucedieron en el siglo XII? La
respuesta más corta sería que no, pero lo cierto es que analizando cómo la obra es una
representación del propio mito y como la se ha mencionado que la existencia de ambos es
vital para su supervivencia en la narrativa popular, lo cierto es que es una buena manera de
mantener el interés por una época ya muy lejana y pasada en las generaciones actuales y
venideras. Ahí sí se puede afirmar que su interpretación de los hechos ha logrado el mismo
objetivo que en su día tuvieron durante los siglos XII, XIII y XIV, que estos susciten interés,
que despierten emociones, pasiones, desconcierto, miedo, repulsa, intriga, etc. Todo lo que
basta para que una historia no quede relegada al olvido es que la gente siga hablando de ella.

4.2. Interpretación del autor: precisión, subjetividad, arquitectura, etc.

¿Cómo ha dibujado el autor la escena? ¿Es la arquitectura precisa respecto a la época que
trata de reflejar? ¿Se ha dejado influenciar de alguna forma? ¿Es acaso el pasado, visto desde
fuera, siempre un suceso mucho más oscuro y frío de lo que en realidad fue?. Estas son
algunas de las cuestiones que se pasan por la mente al analizar una pieza sobre un suceso
histórico acontecido en el siglo XII y reinterpretado por el pintor palentino siete siglos
después. Como ya se ha mencionado la pieza hace un gran papel representando a la época en
su obra desde un punto de vista estético. En lo que se refiere a representar tanto la vestimenta
como la arquitectura de la época lo más fielmente posible el autor no tuvo demasiados
problemas en este aspecto. El edificio que aparece en la obra, o al menos la parte que se
puede vislumbrar, es la sala de la campana, que en la actualidad alberga el Museo
Arqueológico Provincial de Huesca. El hecho de que la sala siga existiendo y la leyenda la

15
asocie con un museo en la actualidad hace mucho más fácil poder retratar con fidelidad la
arquitectura de la época que se está representando.
En cuanto a la vestimenta es también bastante acertada, los retratos pintados de la época,
crónicas, libros y otro tipo de registros facilitan la labor del artista que solo tiene que
documentarse para poder reflejar con bastante fidelidad estos aspectos. Es también cierto que
en el caso de esta pieza en particular hay muy poca arquitectura que se pueda analizar por lo
que la posibilidad de cometer un error en la interpretación de las construcciones en el siglo
XII es muy baja.
Del tema de la subjetividad, un punto ya tratado, sólo se puede añadir que Casado del
Alisal pese a su riguroso trabajo de investigación, hay que recordar la anécdota de las cabezas
humanas para poder retratarlas con fidelidad, se tomó varias licencias a la hora de interpretar
la pieza, influenciado por otros artistas coetáneos como lo fue su íntimo amigo Gustavo
Adolfo Béquer o Lope de Vega.
Una curiosidad en cuanto a la precisión de la escena es que en las famosas Crónicas de
San Juan de la Peña se narra que las cabezas decapitadas fueron las de 15 nobles mientras
que en el cuadro de Alisal solo aparecen 13 cabezas27. No se sabe si esto fue un error, o en el
caso de Casado de Alisal, que preparaba en gran medida sus obras, una libre interpretación en
el número de personajes que irrumpen en la escena.

5. ANÁLISIS DE LA SIMBOLOGÍA

5.1. Elementos clave: protagonistas de la obra.

La propia campana es por excelencia el elemento clave del cuadro siendo esto
terriblemente irónico, ya que no aparece en el mismo. Se trata del protagonista indiscutible de
la obra junto a Ramiro II, el monarca que ha convocado al resto de nobles a su encuentro bajo
el pretexto de querer que estuvieran presentes en la inauguración de la nueva campana que se
iba a colocar en la iglesia. Atada en el badajo de esta hay una cuerda que sostiene la cabeza
de otro personaje, se cree que sería la figura del obispo, que al igual que el resto de nobles
habría corrido la misma suerte siendo decapitado por el monarca. Lo interesante de la
campana no es su presencia sino lo que simboliza tanto para el artista como a un nivel mucho

27
En la versión histórica del suceso Ramiro II cortó un total de 7 cabezas mientras que Casado del Alisal
pintaría un total de 13 en su obra.

16
más amplio: en la sociedad, cultura y a nivel religioso. Se sabe que el monarca Ramiro II era
extremadamente religioso, por lo que mostrar interés por presentar una nueva campana de
una gran envergadura no debería suscitar ningún tipo de sospecha entre los presentes.
En la literatura la campana simboliza la sabiduría, algo muy asociado en las obras de las
épocas clásicas, de las que nace este relato28. Como bien se sabe en la Grecia clásica la
sabiduría, el conocimiento y la obtención de este a través de narraciones y composiciones
filosóficas que reflexionaban sobre debidas dinámicas tanto morales como sociales eran muy
demandadas. Es por ello que en esta obra, cuya inspiración se encuentra en aquellos tiempos,
se puede apreciar como la campana incluso siendo un elemento que no llega a aparecer como
tal sino que más bien está anunciado, al aparecer lo que sería una cuerda y la cabeza atada
simulando un badajo, es un elemento indispensable. La campana refleja la sabiduría y la
habilidad como monarca de Ramiro II, quien sabemos fue conocido por su inteligencia y
carácter audaz en la toma de decisiones a lo largo de su corto periodo como monarca de los
territorios aragoneses.
Por otro lado la campana tiene un alto componente religioso, ya que se suele utilizar en
eventos y celebraciones de carácter devoto. Es de nuevo una razón por la cual se puede
asociar esta figura al personaje del rey Ramiro II, ya que este estuvo muy dedicado a su
religión y sus creencias durante toda su vida. ¿Coincidencia o intencionado? ¿Sería esta
interpretación del elemento estrella de la obra de Casado del Alisal una visión acertada?
Podría serlo ya que el pintor solía asociar emociones, expresiones y elementos determinados
a los personajes de sus cuadros para dotarlos de mayor realismo y en búsqueda de evocar
emociones en los espectadores.
Ramiro II, el rey monje, es la otra pieza clave junto a la campana que se encuentra
representado en la obra. Está posicionado a la izquierda del lienzo, y mientras que en una
mano sujeta a un perro negro, con actitud amenazadora, con la otra mano señala una de las
cabezas decapitadas que ha colgado de una cuerda, simulando que es el propio badajo de la
campana. A sus pies se aprecian las cabezas del resto de los nobles que han sido decapitados
posicionadas de tal forma que podrían formar una segunda campana, algo que no está
probado o aclarado ni por el propio autor, pero siguiendo la estela de la rigurosidad con la
que trabajó en la obra sería posible conjeturar al respecto.

28
Hay que recordar que la inspiración a este relato, en su vertiente más fantástica se encuentra en obras de la
Antigüedad de autores como Heródoto y adaptaciones como las de Aristóteles.

17
El último integrante de esta tríada es la figura de los nobles, que en contraste con la del
rey Ramiro II, se encuentran situados en el extremo derecho del lienzo y sus rostros muestran
el horror, desconcierto y terror propio del desconocimiento que supuso la verdadera razón por
la que les había convocado su monarca. Las cabezas de los nobles decapitados, 13 retratadas
en la obra de Alisal, están situadas en una forma geométrica en el suelo de la sala, a plena
vista no solo del resto de nobles sino en un plano claramente protagónico para el espectador
que observa la pieza.
Entre los nobles que aparecen en el extremo derecho de la pieza se vislumbra la figura de
un personaje muy relevante a nivel histórico para la obra: Ramón Berenguer IV conde de
Barcelona. Las razones que llevan a pensar que podría tratarse de este personaje son varias,
destacando la relación personal y política que le unía al monarca ya que no solo era el
prometido de su hija sino que había sido seleccionado por el mismísimo Ramiro II para ser su
sucesor en el trono aragonés y, pese a la poca experiencia que este tenía en aquella época, ya
que era un joven de unos 24 años, lo cierto es que Ramiro II no cambiaría su decisión de
escogerlo como su relevo.
En el lienzo aparece también la figura de un perro negro, siguiendo la estética que hasta el
momento ha ido representado esta obra se puede conjeturar que la figura del perro no se trata
de una decisión aleatoria sino más bien de un augurio29, en este caso un claro indicativo de
una muerte inminente. En el folklore más tradicional la figura de un perro negro, de
embergadura grande o mediana, siempre ha estado relacionada con la representación a modo
simbólico de que hay un peligro próximo. Por lo que la decisión de introducir esta figura en
en la obra ha tenido que ser deliberada, ya que esta figura está ineludiblemente asociada a un
carácter negativo, algo que encaja perfectamente con el paisaje que se intenta reflejar y más si
se tiene en cuenta que quien sostiene al perro es Ramiro II, cuyo rostro sereno contrasta con
la fiereza de los rasgos del animal, que está en una posición de ataque.
La cabeza decapitada merece su propia aclaración solo por el detalle del rostro que, pese a
estar colgado bajo la campana, está entre un estado de sorna y formando una especie de
mueca que casi asemeja a una sonrisa. Algo que, como en el caso de Ramiro II y el perro,
realza esos fuertes contrastes entre el horror de los nobles y la casi diversión que refleja
aquella cabeza colgante a modo de badajo.
En cuanto a las cabezas decapitadas se presenta una situación compleja, algunos podrían
pensar que están arrojadas por el suelo sin mayor relevancia para la representación de Casado

29
Señal o indicio que da pie a la interpretación de eventos que sucederán en el futuro.

18
del Alisal pero, sabiendo el nivel de trabajo, los bocetos anteriores y lo mucho que le gustaba
el dramatismo heredado de sus coetáneos románticos es muy posible que su alineación
estuviera planeada de antemano y ahí radica el punto determinante, hay un total de hasta 13
cabezas, si se cuenta la que está colgada de la campana y la que se encuentra alejada del
resto, junto a los pies de los nobles horrorizados. El número de cabezas no parece ser un
error, sino más bien algo buscado ya que el número 13 siempre ha tenido una simbología muy
característica en la cultura tradicional y religiosa. La imagen de este número se asocia con la
Biblia y con los apóstoles y como uno de ellos, el instigador, se convirtió en un traidor a ojos
del resto. En la obra hay doce cabezas y la número 13 se encuentra colgada, expuesta, como
si estuviese siendo exhibida para el resto como castigo por sus acciones.
A todo esto hay que sumarle el detalle de que las cabezas decapitadas parecen estar
posicionadas en el suelo como si formasen una segunda campana, como ya se ha
mencionado, o quizás haciendo alusión a una campana metafórica y la única que realmente se
puede apreciar en el lienzo. Lo que de nuevo lleva a resaltar lo metódico y resolutivo que fue
Casado del Alisal en la elaboración de la pieza.

5.2. Personajes: gestos, vestimentas, complementos, etc.

En cuanto a las vestimentas con las que las figuras aparecen representadas en un primer
plano resalta la presencia de Ramiro II, cubierto de un ropaje elegante y propio de la posición
de poder que ostentaba, ornamentado en colores asociados al poder y la riqueza como son el
morado y el dorado. Portaba además un birrete30 sobre su cabeza, otro símbolo asociado al
poder y el rango social. El resto de los personajes, de origen noble, también portan los ropajes
y prendas típicas de su clase social, asociando de nuevo colores como el amarillo o el dorado,
morado o azúl con este representación del prestigo.
Uno de los contrastes que más llaman la atención en la obra es el rostro sereno de Ramiro
II, que pese a las terribles circunstancias que le rodean se mantiene intempérrito y sereno
durante todo momento, frente a los rostros horrorizados del resto de personajes que aparecen
en la escena, en este caso los nobles aragoneses que bajo engaños se encuentran observando
con horror las cabezas decapitadas de hasta 13 nobles. Los fuertes contrastes, tanto de color
como en los rostros de los personajes, así como la distribución de sus colocaciones a lo largo

30
Se trata de una prenda de vestir, como un tocado redondo que se coloca en la cabeza y solían llevar personas
de renombre como magistrados, jueces o en este caso monarcas.

19
de la pieza evocan unas emociones extremas, pero el balance logra resaltar los eventos de
forma esclarecedora.
Los gestos de las manos de Ramiro II son curiosos, en una mano sostiene al perro que
agresivo parece querer atacar al resto de nobles mientras con la otra mano lo que hace es
señalar, en un ligero movimiento de la muñeca las cabezas que él mismo ha decapitado, este
gesto se fusiona con total naturalidad con su rostro sereno, y su postura también parece
sosegada. En contraposición si se analizan los gestos de la nobleza resalta el que no todos
parecen estar aterrados ante la situación, algunos tienen rostros que asemejan más a las
emociones como la contemplación o la conmoción y en particular, uno de ellos parece estar
sonriendo, como si esperase la escena que se le ha puesto frente a los ojos o por el contrario
estuviese de acuerdo con las decisiones que Ramiro II había tomado.

5.3. Alusiones políticas, sociales, culturales, religiosas y económicas.

La obra ha tenido muchas alusiones de carácter político, moral, religiosas e incluso en el


ámbito económico. Por un lado, la significación política que tuvo este suceso fue bastante
relevante ya que Ramiro II convirtió un reino que estaba resquebrajado y perdiendo
territorios, así como la confianza de los nobles aragoneses, en uno de los reinados más
fructíferos que vieron la luz en el Reino de Aragón durante siglos. Si bien es cierto, no sería
él personalmente quien desempeñaría esta tarea, ya que su reinado sería breve y
prácticamente forzado por las circunstancias. La obra alude a un momento de dificultad tanto
político como militar y territorial, ya que se han perdido muchos territorios a manos de los
Almorávides y se teme por la supervivencia del territorio.
También son comunes las alusiones religiosas, por un lado el mensaje de la obra: la
traición tiene un castigo. Por otro lado la religiosidad de la época no ayudaría a que este
mensaje se rebajase en su nivel acusatorio, sino que iría en aumento durante toda la Edad
Media y muchos se aprovecharon de lo que fue una anécdota que pudo haber pasado sin pena
ni glora a los anales de la historia porque les convenía, porque el recordarla generaba un
grado de interés que era bueno mantener para que la gente no olvidase los acontecimientos
pasados y se volviesen a cometer errores similares.
La situación económica no era favorable, la pérdida de vidas había minado las fuerzas del
ejército aragonés, los territorios perdidos y el clima de inestabilidad habían afectado a la
economía del reino, que necesitaba encontrar una vía de subsanación inmediata. A raíz de
estas circunstancias se pueden comprender las razones que llevaron a aquella trágica

20
decapitación de los nobles, ya que durante años la situación se había ido convirtiendo en un
bucle de batallas perdidas, pérdidas monetarias en armamento y restauración así como las
pérdidas de las vidas humanas, también habían sido numerosas.
En definitiva el cuadro alude a un momento específico en el que todas estas pérdidas
tanto a nivel material como a nivel psicológico han sacudido a la sociedad medieval
aragonesa y Ramiro II se verá obligado a ejercer mano dura contra aquellos que atenten con
perturbar los duros y frágiles intentos de tregua que el monarca tratará de establecer tanto con
territorios musulmanes como con aquellos cristianos. En este caso, se verá reflejado en su
relación con el monarca Alfonso VII que iniciaría, como ya se ha tratado, una venganza
personal contra el rey monje por su relación con Alfonso I “el Batallador, padrastro con el
que su relación nunca fue buena. La relación no mejoraría tras los acontecimientos sucedidos
en la obra, aunque sí es cierto que durante un periodo de tiempo limitado Ramiro II unirá
fuerzas con algunos de sus enemigos con los que compartía otro enemigo en común, con el
fin de ayudarse mutuamente a frenar amenazas directas contra su territorio.

5.4. Otras escenas asociadas a esta simbología.

El mensaje sobre la traición y el castigo recuerda a un variado número de historias o


relatos que simbolizan ese mismo mensaje de castigo divino contra aquellos que pecan. Un
claro ejemplo se encontraría en la expulsión del Paraíso de Adán y Eva31, un relato que se ha
usado a lo largo de la Edad Media, y etapas históricas posteriores, como herramienta de
castigo y moralizante contra aquellos que desafiaban la ira de los poderosos. Adán y Eva
serían expulsados del paraíso y obligados a caminar desnudos por el mundo sin posibilidad de
volver al lugar del que habían sido expulsados por quebrantar la confianza de Dios. Este es
un ejemplo claro del tipo de mensaje de contenido moral y castigador con el que se convencía
a las masas de la sumisión y la obediencia. Uno de los nexos de unión entre esta historia y la
leyenda de la campana de Huesca es que ambas serían utilizadas con fines propagandísticos o
motivados por un afán de generar el caos, miedo o la sumisión a través de la amenaza: en el
caso de la expulsión del Paraíso por toda la eternidad y en el otro, decapitados. Los castigos
también parecen desmedidos para el crimen cometido, desafiar a una figura de poder o
romper la confianza de alguien no debería equivalen a un castigo de tales magnitudes pero lo

31
Relata los acontecimientos Bíblicos que dan origen a la expulsión de la humanidad del Paraíso debido a la
traición de la confianza depositada por Dios en Adán y Eva.

21
cierto es que es justamente ese el fin de la desproporcionada relación entre crimen y castigo:
que el crimen no merezca la pena debido a la magnitud del castigo.
Una vez se analiza esta cuestión y con ejemplos claros de estas diferencias entre el
pecador y el pecado es difícil que se considere una nueva revuelta, sublevación o
desobediencia, al menos por una temporada. ¿Quién querría ser expulsado de su tierra para
siempre por probar una manzana? ¿Te arriesgarías a morir decapitado por enfrentarse a un
monarca con el que no coincides en ciertos temas políticos? La respuesta parece clara, si se
analiza la situación desde una perspectiva entre lo que se tiene y lo que se puede perder al
arriesgarse a desafiar las estructuras de poder tradicionales.
Son muchas las referencias bíblicas a las que se podría asociar esa sensación moralizante
para infundir obediencia ciega entre los súbditos y es que como ya se conoce en la Edad
Media, la religión y la influencia que la iglesia tenía sobre sus feligreses era terriblemente
abrumadora. La iglesia castiga mediante la influencia del miedo y así se encuentran
numerosas representaciones que simbolizan esta situación retratada en la obra.
Ramiro II también haría alusión a esta temeridad ante el castigo de Dios en la próxima
vida32, y se convertiría en uno de los primeros reyes, y el primero del Reino de Aragón, en
abdicar con vida, tras un corto pero fructífero reinado y abandonar todo el panorama político
en pos de una vida más sosegada y buscando el perdón de Dios, pues se reconoció ante él
como un pecador.

6. REPERCUSIÓN Y TRANSCENDENCIA

6.1. Utilización e intencionalidad de la obra.

La finalidad con la que la obra fue pintada solo se puede más que conjeturar a partir de
ciertos datos que se poseen del autor y el tema tratado. Por un lado la fascinación que en su
día despertaba la leyenda de la campana de Huesca y por otro, el interés que la figura de
Ramiro II, despierta tanto a nivel social como artístico. Es cierto que en un primer momento
la obra pudo tener un carácter moralizante, al igual que la propia leyenda esta pudo haber
sido creada como una forma de señalizar el pecado y el pecador. ¿Ramiro II está siendo cruel
o el castigo es justo? ¿Quizás ambas realidades coexisten? Lo cierto es que a lo largo de los

32
Ana Isabel Lapeña Paúl, “Ramiro II, el monarca que salvó la continuidad del reino de Aragón”, Revista
Aragón, 367, (2009), 9.

22
siglos ha sido utilizada como un arma arrojadiza, para atemorizar a aquellos que querían alzar
la voz, quizás sublevarse contra un gobierno injusto o simplemente como un ejemplo de lo
que puede pasar cuando escoges el camino equivocado.
En el caso actual, o al menos en las fechas en las que sería pintada, la obra empieza a
cobrar distintos significados y la intencionalidad cambia al cambiar los valores de la
sociedad. Se habla de una sociedad mucho menos atemorizada ante la amenaza de un castigo
divino, pues el carácter religioso ha pasado a la esfera privada en un porcentaje muy alto de la
población. Las preocupaciones son otras, las motivaciones también, por lo que la obra puede
simplemente haberse convertido en un espejo es decir, cada persona puede interpretar y ver
en ella aquello que considere más cercano a su propia realidad. El cuadro no ha cambiado,
tampoco lo ha hecho el relato ni los acontecimientos históricos que lo inspiraron, lo que sí ha
cambiado es la sociedad que debe analizar esta pieza.
Como se ha mencionado con anterioridad la sociedad moderna comienza a tener una serie
nueva de preocupaciones y el carácter temeroso del castigo por desviarse del camino marcado
parece haber quedado siglos atrás. Aún siendo libre la interpretación al ojo que lo mire creo
que el autor, como todos los autores que pertenecen a esta etapa histórica, buscaba provocar
emociones intensas en el espectador, ya sea repulsión, ira, estupefacción o pura y
desinteresada curiosidad.
Es por tanto la intencionalidad de la obra una mezcla entre un relato informativo pero que
también busca evocar emociones y convencer de aquello que se está percibiendo a través de
las mismas. La obra por tanto puede ser utilizada de una forma positiva, mostrando a nuevas
generaciones una forma interesante y quizás curiosa de entender la historia medieval desde
una nueva perspectiva o como crítica social ya que la situación refleja una realidad que,
aunque bajo el tinte de las distintas leyendas que han ido acompañando al suceso histórico,
muestra una sociedad en la que la vida y el castigo por desobediencia es mucho más
desmesurado de lo que podría ser en la actualidad.

6.2. Influencias e inspiración.

Son diversas las fuentes a las que recurre Casado del Alisal para inspirarse en la creación
de esta obra, entre las que destaca la obra de El rey monje de García Gutierrez33, una obra de

33
Obra de teatro en la que Casado del Alisal se inspirará para la creación de su cuadro.

23
teatro que usará como fuente primaria de inspiración a la hora de elaborar La campana de
Huesca.
En cuanto a las numerosas influencias que se pueden observar a en la pieza destaca una
vinculada al mundo literario de la mano de literatura se encuentra vinculada al mundo
literario de la mano de Gustavo Adolfo Béquer34, de quien se dice fue fuente de inspiración
para la creación de los rostros de los nobles35 ya que era conocido que Alisal solía encontrar
su inspiración en los rostros de sus modelos en familiares y gente cercana a su entorno por lo
que muchos llegaron a sospechar que se trató de un homenaje póstumo a su amigo en el
décimo aniversario de su muerte. La forma en la que se registraron las sombras y los giros de
colores dio al público una nueva percepción del autor como artista tridimensional, ya que esta
creación se alejaba de las representaciones artísticas que hasta la fecha se conocían y
asociaban con el pintor palentino.
Alisal fue un pintor que retrató no solo sucesos históricos sino también a personajes muy
relevantes durante su época36 como lo fueron los de Isabel II, Espartero, Alejandro Mon,
Emilio Castelar, etc. Sus obras gozaban de gran popularidad entre los círculos sociales más
elitistas lo que le llevaría a retratar a grandes personajes históricos así como entablar
amistades con artistas de diversas ramas creativas.
Alisal sería hasta su muerte uno de los pintores españoles más influyentes del
Romanticismo, sus obras inspiraron a nuevas generaciones de pintores y artistas que
buscarían en su arte una nueva forma de interpretar sus propias inquietudes.

7. CONCLUSIONES

7.1. Leyenda y Realidad: conclusiones a la introducción.

Está claro que la leyenda de la campana de Huesca se ha convertido en fuente de


inspiración para todo tipo de artistas hasta el punto en el que en numerosas ocasiones se ha

34
Autor, poeta y narrador español perteneciente a la corriente artística del Romanticismo y que era íntimo amigo
del pintor.

35
Alejandro Alagón Ramos, “José Casado del Alisal, Homenaje a Béquer”, Revista Aragón, 456, (2012), 65.

36
Maria del Carmen Lacarry Ducai, “La historia, la política y la imagen crítica de la restauración”, Cristina
Giménez Navarro, “Historia y política a través de la escultura pública”, Zaragoza: Institución Fernando el
católico, V. XX, 2003, 9.

24
llegado a abandonar en cierto grado la rigurosidad histórica de los hechos acontecidos en pos
de la visión más folklórica del mito. Como ya se mencionaba en la introducción la leyenda ha
pasado por las manos de artistas tan notables como Gustavo Adolfo Béquer, Lope de Vega,
pintores como Casado del Alisal e incluso se pueden encontrar vestigios de lo que pudo haber
sido el inicio de la leyenda, o aquello en lo que esta pudo inspirarse, en filósofos como
Aristóteles historiadores como Heródoto.
Las barreras entre leyendas, mitos, realidades y hechos históricos con frecuencia acaban
diseminándose, pero en este caso parece un factor casi vital la cohesión entre la historia y la
propia leyenda, ya que es inevitable que para explicar un suceso debas sumergirte de pleno en
el otro.
En cuanto a los protagonistas de la obra, ¿Quién fue realmente el rey monje? ¿Cuánto de
fidelidad hay en la descripción de su figura y carácter? ¿Era realmente tan cruel como se
retrata en el cuadro?37. Se sabe por los acontecimientos históricos que se han retratado a lo
largo de los siglos que Ramiro II no fue un mal monarca, en realidad todo lo contrario. Se
enfrentó a una situación terriblemente compleja ante la muerte de su hermano y sin haberse
preparado para el rol que le tocaría desempeñar. Ramiro no encontraría un reino unido y en
armonía sino una situación de crisis en la que los territorios que su hermano había
conquistado durante años, a su muerte estaban siendo arrebatados por los almorávides y otros
enemigos que no tardarían en aprovechar la repentina debilidad que estaba mostrando el
poderoso territorio aragonés. Ramiro II tendrá que hacer uso de la lógica, de la audacia y el
ingenio para suplir con estas cualidades su falta de entrenamiento militar y estrategia en
combate. Era un hombre brillante, no hay que olvidar que perteneciendo a la familia a la que
pertenecía había pasado toda su vida rodeado de libros, mentores y grandes pensadores, pero
había decidido recluirse y dedicar su vida a su vocación38.
¿Quién era entonces el rey monje? ¿Un buen hermano que dio un paso al frente por su
reino? ¿Un temeroso de la ira de Dios si decidía dar un paso atrás y no enfrentar la situación
que se le había puesto por delante? Hay que recordar que sus decisiones pese a ser acertadas
nunca contaron con el apoyo de los círculos sociales que él frecuentaba al ascender al trono.

37
El retrato de Casado del Alisal muestra a un rey impasible tras asesinar a 13 nobles y que sonríe ante el horror
y conmoción en los rostros de los nobles que lo presencian, se trata de una interpretación de una obra de teatro
popular realizada por García Gutierrez y no un reflejo de carácter del personaje histórico.

38
Ramiro II volverá al claustro en el que ejercía sus tareas eclesiásticas una vez cediese su poder como monarca
al conde de Barcelona Ramón Berenguer IV.

25
Los nobles no estaban de acuerdo con sus decisiones porque les afectaba económicamente,
los militares no confiaban en sus estrategias que requerían más del uso del ingenio que la
habilidad con la espada o la fuerza bruta. Las decisiones que tomó respecto a la pérdida de
ciertos territorios o la recuperación de los mismos crispaba los nervios de muchos y poco a
poco se fue ganando la desaprobación y desconfianza de los altos círculos de la nobleza
aragonesa.
Sin embargo, creo que fue un buen estratega ya que siempre hay que saber cuando debes
retirarte de la escena pública, y él lo hizo con la mayor premura posible. Salvó a su pueblo de
la ruina, dejó las cosas bien hiladas antes de poner fin a su corta regencia y cuando tuvo la
seguridad de que yéndose, el trabajo y la voluntad de su hermano no habrían sido en vano,
decidió retirarse. Quizás si se hubiese quedado, si le hubiese pillado el gusto a ejercer el
poder y a ser un tirano no seguiría con vida, tal vez su hija y única heredera tampoco lo haría,
y entonces no se habría llegado a vislumbrar una de las etapas doradas que vivirían las tierras
aragonesas en los próximos tres siglos. Irónicamente lo que le convirtió en un buen monarca
fue que no tenía ínfulas ni ansias de mantener la corona sobre su cabeza. Considero que
probablemente si el reino hubiese seguido en manos de su hermano Alfonso I, que pese a ser
un buen batallador era demasiado imprudente en muchas ocasiones y le cegaban sus ansias de
conquista y expansionismo, quizás el reino no habría logrado prosperar durante tantos años
en el futuro.

7.2. Una obra con moraleja.

¿Tiene esta leyenda un mensaje que perdure? ¿Se trata solo de un relato de venganza y
sumisión? ¿Buscaban los pintores reflejar algo más allá del horror de los nobles y la amenaza
del monarca? Lo cierto es que en el propio cuadro se pueden apreciar distintas facetas no solo
de lo que la propia historia tras el cuadro refleja sino las propias intenciones del autor al
ilustrarlo del modo en el que lo hizo.
Se trata de una historia con un mensaje moral, aquellos que atentan contra lo
establecido, que se rebelen contra sus superiores ,serán castigados. Es un mensaje que a lo
largo de la historia se ha empleado de forma reiterada para generar miedo en la población e
impedir posibles revueltas antes incluso de que salgan del imaginario colectivo y se
conviertan en una realidad. Una gran arma para conseguir la sumisión es hacerlo a partir del
miedo, y es por ello que una de las razones por las que esta creación sigue levantando
pasiones es porque en cierto modo evoca todas esas emociones recogidas de siglos pasados y

26
las traslada a una posible realidad en la época presente. La leyenda, como toda que se precie,
tiene un origen verídico y en Ramiro II y su reinado se aprecian resquicios de un precedente
continuado sobre el abuso de poder, la manipulación y la violencia propia de esta peligrosa
dinámica. El cuadro por tanto tiene un claro elemento moralizador, al catalizar en su
representación el juicio y castigo de aquellos que se opusieron a la voluntad del regente y
que, aunque dramatizado y alterado por años de fábulas y mitos, es un claro ejemplo de cómo
la sociedad medieval actuaba e interpretaba la realidad, dado que esta representación acabará
por ser un marco de referencia en que otros regentes y figuras de poder se irán apoyando con
el fin de justificar sus acciones.
A mi parecer creo que es interesante comparar este tipo de creaciones entre las tres
etapas que atraviesan: la etapa pasada que se analiza, la etapa presente mientras se pinta y la
actualidad en la que se observa el cuadro. Es la misma pieza y sin embargo contiene tantos
detalles nuevos que has adquirido de factores externos como la experiencia, la sociedad, tu
propio planteamiento que va acomodándose o modificándose según la etapa en la que estés
apreciando el suceso.
Probablemente sí reunieran a tres personas de distintas etapas históricas, una del siglo
XII en la que se basan los hechos, otra del siglo XIX en la que fueron retratados y por último
una del siglo XXI lo que cada persona interpretaría de la misma pieza sería completamente
opuesto. La persona del siglo XII lo vería como algo real, algo que ha sucedido o al menos es
relativamente próximo a una realidad de la sociedad en la que vive, podría entenderlo y
aunque quizás se horrorizase ante los hechos sería capaz de asociarlo a una mentalidad
mucho más cercana y recurrente que la persona del siglo XIX. Sin embargo, la persona del
siglo XIX podría entender el carácter moralizante de la pieza a la perfección y vería en las
referencias religiosas un claro mensaje de advertencia. Quizás no compartiría una visión tan
cercana a la persona del siglo XII pero podría entender ese temor a la figura monárquica y el
respeto a las escrituras y la iglesia católica.
La última persona, aquella que pertenece al siglo XXI, vería con horror varias cuestiones.
Por un lado no podría llegar a entender, en el mismo grado de comprensión directa, el temor a
instituciones como la iglesia o la monarquía ya que aunque existen en la actualidad han
perdido un amplio porcentaje del poder y la influencia que tenían y en el caso de la iglesia
está completamente enfocada al ámbito privado y es algo personal para cada individuo que no
está asociado a ninguna realidad colectiva como sociedad.

27
La persona del siglo XXI probablemente se horrizaría de la escena pero podría asociarla a
sus conocimientos sobre el siglo pertinente, en la era de la digitalización estás a tan solo
segundos de cualquier dato informativo por lo que estarían informados en cuestión de
minutos tanto de lo que sucedió en ese siglo como de todas las diferentes versiones y
adaptación artísticas, musicales o literarias que se encuentren disponibles. Podría empatizar
con la situación, podría pensar que lo que está sucediendo es injusto que la tiranía y el miedo
son herramientas para condicionar el pensamiento humano y que anulan la capacidad de tener
una voluntad individual, como bien explica la teoría de la Espiral del silencio39 de Noelle
Neuman. Si el miedo es un indicativo de silencio, ¿Qué ocurre cuando el miedo es la norma y
no la excepción? Que la gente deja de dar un paso al frente y se queda callada por miedo a las
represalias que pueda acarrear el alzar la voz, y al hacerlo se crea un efecto continuado de
gente de dejará de opinar y la opinión mayoritaria pasará a ser la única opinión válida
disponible.
Al final la interpretación de una pieza es subjetiva a muchos factores condicionantes, la
educación, conocimientos sobre su contexto histórico, la cultura y sociedad en la que te
relacionas y que condiciona de forma directa o indirecta cada decisión que se toma. Sin
embargo es cierto que en este supuesto de tres personas de distintas épocas apreciando una
misma pieza se pueden observar similitudes más inclinadas hacia el lado más subjetivo, las
emociones. Es posible que cada persona tenga unas normas, leyes y realidades distintas que
den pie a diferentes interpretaciones pero todas ellas pueden sentir emociones a través de lo
que están viendo interpretado.

7.3. Relevancia social.

La obra ha adquirido un grado de relevancia durante sus distintas épocas históricas que
es cuanto menos interesante a la hora de analizar. En las fechas en las que fue elaborado había
un gran reclamo por obras de inspiración y temática histórica del medievo, ya que los artistas
del Romanticismo solían sentirse muy atraídos por esta etapa de la historia. Durante las
Exposición Nacional Casado de Alisal presentó su cuadro pero como ya se ha mencionado,
este no obtuvo el grado de reconocimiento que el pintor esperaba.

39
Se trata de una teoría de la sociología que afirma que las opiniones minoritarias quedan acalladas por las que
tienen mayoría y al hacerlo logran un efecto conocido como Espiral del Silencio.

28
La razón por la que la obra y la leyenda tras esta han perdurado en el tiempo, con un
grado relativamente menor de alteraciones para el número de siglos transcurridos, es
posiblemente debido a que la escena retratada se sucederá con otros monarcas y se utilizará
esta anécdota para, como ya se ha mencionado, infundir ese sentimiento de temor ante una
rebelión contra aquellos en el poder.
¿Qué es más relevante la leyenda o la historia? En este caso se puede considerar que sin
una no existiría la otra es decir, por un lado la historia de Ramiro II como monarca frío y
cruel pero justo y dedicado a su pueblo, así como las numerosas dificultades que llegó a
enfrentar para mantenerse en el trono, debido a los diversos intentos de sublevación, es vital
para la creación de la leyenda. No obstante, en la actualidad han sido los elementos más
fantásticos de la narración los que han logrado que esta leyenda perdure hasta nuestros días,
ya que fueron fuente de inspiración para todo tipo de artistas y gracias a ello sus creaciones,
como el propio cuadro de Alisal, han llegado a existir y pueden ser apreciados por nuevas
generaciones.
En cierto modo no se puede rebatir la visión romántica de la Edad Media desde una
perspectiva pasional, dramática y llena de momentos de arrebatos que llevan exactamente al
punto en el que este cuadro fue concebido, ya que la historia que en él se representa cumple e
incluso supera con creces esas expectativas de idealización de la tragedia, de encontrar
belleza y arte en aquello que es dramático y desgarrador. Es un cuadro que mezcla esa
mentalidad con los contrastes, contrastes de alegría y horror, de dolor y tranquilidad, de
sorpresa y conocimiento. En cada uno de esos escenarios se muestra una nueva faceta de la
obra, por lo que cada vez que se observa está abierta a la reinterpretación.

7.4. Reflexiones finales.

La campana de Huesca se ha convertido en un símbolo de identidad para los aragoneses,


tanto es así que la propia leyenda forma parte de la historia de su ciudad. A día de hoy su
leyenda, con mayor o menor veracidad, forma parte de sus calles, gentes, niños y es un
reclamo turístico de relativa importancia. ¿Qué representa la campana a día de hoy? Si nos
ponemos a analizar todo lo estudiado, analizado y revelado hasta la fecha llegamos a la
conclusión de que la campana tiene diferentes significados para diferentes sociedades,
culturas y personas. Es un reclamo de identidad para los aragoneses, que ven en su leyenda la
lucha de un rey por mantener y salvar las tierras de su gente. Es un símbolo de obediencia
para aquellos que quieran usar la leyenda como una lección moral y es un recuerdo doloroso

29
de tiempos pasados en los que se perdieron incontables vidas por el afán de poder y
expansionismo territorial.
Puede ser un recordatorio del camino que no hay que transitar, ya que la historia no solo
es el pasado sino también es el espejo de lo que puede volver a ser. La historia tiende a
repetirse con mucha más frecuencia de la que nos gustaría y en muchas ocasiones, quizás
demasiadas, la gente no parece aprender o sacar nada en claro de lo acontecido. El tiempo
pasa y lo que un día era impensable que pudiese repetirse se va olvidando en la memoria
colectiva, hasta que un día comienzan a repetirse las señales y estalla de nuevo en una nueva
generación que promete no repetir esos mismo errores, es un círculo vicioso del que es difícil
escapar una vez dentro.
Lo cierto es que a día de hoy ya no es tan importante donde comienza la leyenda y
termina la verdad, o viceversa, sino lo que se hace con esta información. Si la narración
exagerada y fantástica de un hecho puede mantenerlo vivo y traer consigo algo positivo de
toda la tragedia sucedida entonces no importará si el mito es historia leyenda o verdad, ya que
siempre se puede acceder a esta información y comprobarlo por tí mismo. Lo importante es el
buen uso que se hace con la información que se posee, ya que toda información es vulnerable
de la manipulación y tergiversación y más hoy en día que nos encontramos en un mundo
interconectado y digitalizado que en cuestión de segundos puede darte miles de titulares
completamente opuestos sobre una misma cuestión.
Se debe luchar por mantener viva la verdad, la historia y los valores que acompañaron y
caracterizaron a otras sociedades y culturas anteriores a la nuestra ya que en un futuro será
nuestra sociedad la que se verá retratada por otras personas, y es importante que llegue el
mensaje correcto: la historia importa, no importa que historia sea.
Antigüedad, Edad Media, Edad Moderna o Contemporánea, en todas estas etapas vivieron
sociedades dignas de estudio que tuvieron pensadores, artistas, músicos, médicos, bailarines,
cartógrafos, historiadores, todos ellos con sueños y metas que merecen ser contados. La
historia tiene el deber y el honor de recopilar todas estas inquietudes individuales y
ordenarlas de una forma en la que se llegan comprender verdaderos esquemas sociales,
políticos, económicos, religiosos o culturales sumamente complejos.
Es un honor porque en cierto modo es la única disciplina que obedece a este precepto
pero también es una responsabilidad porque la forma en la que un hecho se narra y transmite
hará que pierda parte o la totalidad de su significado, como sucedería en el caso de la leyenda
de la campana frente a la historia de Ramiro II y la desconfianza de los nobles aragoneses. Se
debe, por tanto, hacer un riguroso trabajo de investigación que facilite no solo la labor como

30
historiador sino también la del lector, que tiene derecho a contar con una fuente de
información que sea fiel a la realidad plasmada.
Un suceso interesante que obtengo tras el análisis histórico, social, simbólico, cultural y
religioso alrededor de los acontecimientos que se narran sobre esta pieza es que el papel de la
mujer está muy limitado. A modo de reflexión y conociendo que no aparece como tal
representada ninguna mujer en la obra de Casado del Alisal, lo cierto es que hay muchas
mujeres interesantes que rodean a los personajes históricos analizados pero están
completamente relegadas a un segundo plano. Por un lado la madre de Alfonso VII, Urraca I
de León que fue reina por derecho propio al trono de León y condesa consorte de Galicia, su
reinado la situaría como pionera por ser la primera reina y Emperatriz europea no por
matrimonio o defunción sino por derecho propio de nacimiento. Por otro lado encontramos
junto a la figura de Ramiro II dos mujeres que apenas son mencionadas en las obras que
narran la vida de este personaje: su hija y su esposa. Ambas se convierten en personajes
secundarios que realizan un rol subordinado a los deseos del protagonista masculino. Inés de
Poitou y su hija Petronila I de Aragón serán herramientas para la pronta abdicación al trono
de Ramiro II. Se casará con el fin de obtener un heredero y al ser este una mujer, la prometerá
en matrimonio con tan solo un año de vida con el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV
que le sacaba hasta 20 años de edad.
Es un caso muy común y repetido durante la Edad Media ya que Urraca I de León
también luchará toda su vida por reclamar un trono que ya le pertenecía por derecho propio y
aun así se verá obligada a recurrir a matrimonios forzados y a su propio hijo en una
corregencia para poder ejercer su función como reina, ya que no gozaba del respaldo, respeto
o credibilidad tanto dentro de su círculo íntimo como en sus aliados y potenciales enemigos.
Además en su caso fue casada en dos ocasiones, una con 8 años de edad, lo cual no era legal
ni siquiera en el siglo XII ya que era demasiado joven. Al enviudar volvería a ser desposada,
de nuevo contra su voluntad, con Alfonso I “el Batallador”, un gran dirigente y estratega
militar pero que como marido sería autoritario y dominante.
En conclusión, creo que el papel de la mujer a lo largo de la leyenda de la campana de
Huesca podría ser mucho más relevante y tener un mayor enfoque, puesto que hay muchas
figuras que rodean a los personajes clave de la historia y que complementan o añaden riqueza
al estudio completo de la historia a analizar. Lamentablemente el papel de la mujer durante la
Edad Media estará muy limitado a escasas apariciones estelares y de pocos minutos, y nunca
gozando de las mismas libertades y derechos que los hombres de la época.

31
Volviendo al cauce central del propio trabajo del pintor palentino es interesante mencionar
que durante la elaboración del cuadro como ya se ha mencionado Casado del Alisal recibió
duras críticas debido al dramatismo de la pieza, la teatralidad, y los rasgos y expresiones
desmesuradas que según críticos y expertos españoles le hacían perder toda credibilidad a la
obra. Es de conocimiento bastante popular que el recibimiento de la obra del Alisal produjo
reacciones tan opuestas como las que él mismo retrató en su pieza. Algunos decían que su
obra era tan ridícula como la propia leyenda40, otros por el contrario se dejarían ir
influenciando por la opiniones ajenas y acabarían considerándolo, al igual que aquellos pocos
que lo habían apreciado desde su publicación, una obra de gran carácter interpretativo y con
muchísima carga simbólica.
Lo curioso no es este suceso como tal sino las diferentes opiniones que suscitó la obra a
nivel internacional ya que para sorpresa de los críticos españoles, que no habían dudado en
hundir la moral de Alisal con duras críticas hasta el punto en que renunció a su puesto como
director de la Academia de Bellas Artes Española en Roma, al público y la crítica
internacional le había encantado la pieza41. Lo que para algunos fue dramatismo para otros
fue un reflejo de la personalidad del propio artista: la moral, los valores y la intensidad con la
vivía y reflejaba sus emociones en su pintura. Era un conjunto de lo bueno, lo malo y pasable
que le hacían único e irrepetible y estas fueron las causas de que pasase de ser un cuadro
desechable en el tiempo a que se convirtiese en un símbolo de la identidad histórica y cultural
de su región.
Lo cierto es, te gustr más o menos la pieza no se puede negar que Casado del Alisal no
dejó indiferente a nadie con la misma, es posible que el propio Ramiro II hubiese llegado a
presenciar la obra y aclamado la serenidad, rectitud y temple con el que se le retrataba o
incluso se hubiera regocijado al saber que una pequeña anécdota de hace 7 siglos seguía
generando tantas incógnitas a fecha de hoy. Lo cierto es que pese a todas las posibles
conjeturas que se puedan hacer, nunca sabremos la respuesta a estas preguntas. ¿Cuál es la
verdad exacta tras la leyenda e historia del rey monje? Quién lo sabrá, quizás nadie llegue
nunca a desentrañar este misterio por completo.

40
Alberto Montaner Frutos, “Los clásicos, la emblemática y la razón de estado: lecturas áureas de la campana de
huesca”, Zaragoza: Universidad de Zaragoza, 2007-2008, 256.
41
Jesús y Ana, Mateo Pinilla, Jesús, Mateo Romero, Pintores palentinos del siglo XIX, Palencia: Diputación
Provincial de Palencia, 1986.

32
BIBLIOGRAFÍA

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ficción en las crónicas aragonesas, (Septiembre 2003), Albarracín: Universidad de Zaragoza,
2003, 107.

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