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Tema:

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El siguiente estudio etnográfico tiene como fin de observar el comportamiento de


la cultura popular (hinchas) que se desarrollan en el estadio de la ciudad de Cali,
usando como método la observación participante que permitirá conocer las
actividades desarrolladas interactuando con unas personas del grupo de estudio.
Además haremos uso de la entrevista como técnica para apoyarnos en actos
evidentes, expresados por el investigado y su entorno temporal.

Para iniciar con este trabajo de etnografía, resulta muy importante


contextualizarnos con la situación en que se desarrolla la investigación, en este
caso es la situación coyuntural que vive el América de Cali, que está a puertas de
conseguir el ascenso a primera división, y este es su primera partido para
conseguir ese objetivo, en el barrio San Fernando, que es reconocido como un
barrio tradicionalmente deportivo, por sus escenarios deportivos; e historia rica en
triunfos, como los world games, panamericanos, y los incontables triunfos que el
futbol de la región han llevado.

Son las 6 de la tarde, estamos en el mes de noviembre, casi a mitad de mes, y


hoy se paraliza la ciudad, la estación del MIO de estadio esta abarrotada, los
hinchas emocionados no dejan de llegar al máximo escenario deportivo de la
ciudad, hay policías bachilleres y otros de policía militar, lo que hace denotar que
este será un compromiso deportivo que fácilmente puede exasperar a los
aficionados americanos, ya que es común el enfrentamiento entre mismos
hinchas, y posteriormente con la fuerza pública. Hoy, hay varios anillos de
seguridad, tres en total, que garantizan la buena convivencia y evitan cualquier
rencilla. Al llegar a la fila para entrar, vemos muchos hinchas en estado de
drogadicción, totalmente desconectados de lo que se vive por el momento.

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Desde nuestro lugar en la fila, vemos que la calle 5 está bastante transitada, como
siempre todo mundo llega tarde a la cita con el equipo del alma. Los alrededores
del estadio se han convertido en un punto de encuentro para los hinchas en
general, debido a que hay muchas tiendas, que surten de licor a los sedientos
hinchas.
En la fila se visualizan varios grupos de hinchas con características similares,
caras de ansiedad, muchos fumando cigarrillo tratando se sobrellevar los nervios,
hombres y mujeres se ven iguales, no hay sexo que los defina, al ponerse la
camisa roja, son hinchas más y por lo tanto sienten esa misma frustración en
estos 4 años en los que el equipo ha estado en segunda división.

Algunos hombres arman un primer altercado, algunos sujetos se intentaron


escabullir en la fila, y eso causo ira en algunos aficionados, que violentamente los
sacaron a la fuerza, la policía interviene y el orden regresa al lugar.
Al entrar al estadio, y llegar a nuestra tribuna (Oriental) podemos ver Familias que
van con sus hijos, todos uniformados con su camisa, pañoleta y demás accesorios
del conjunto escarlata, los mayores se ven más nerviosos y miedosos que los
mismos niños.
Desde ya la hinchada de la tribuna sur se hace sentir, empiezan sus canticos y
tambores a sonar, el sonido es muy fuerte e imponente, y entre ese sonido una
voz irrumpe con todo, un hombre, un vendedor ambulante, vende gaseosa y
cerveza, es el único vendedor cerca y algunos se ven tentados en matar el tiempo
bebiendo algo refrescante, antes de empezar a cantar y corear a sus jugadores
favoritos.

Los equipos salen a la cancha, la emoción no se hace esperar; con chiflidos es


recibido el equipo visitante, en este caso, Universitario de Popayán, y con
aplausos, gritos y cantos le es dada la bienvenida al equipo local, el América de
Cali.

Inicia el encuentro y muchos de los espectadores sintonizan en sus celulares una


frecuencia radial que les permita seguir el paso a paso de cada jugada y lo que
sucede con cada uno de los jugadores pues son muy pocos los que se pueden
reconocer por tener una historia en tal juego deportivo. Mientras tanto la tribuna
del Barón Rojo Sur se roba la atención de todo el estadio desplegando una
bandera que cubre la mayor parte de la tribuna, moviéndola de lado a lado como si
esta tuviera vida.
Han pasado apenas 15 minutos y la cosa no pinta bien para los hinchas
americanos, pues llevan un gol en contra, uno anulado, un penal pitado en contra
y cuatro jugadores con tarjeta amarilla; los espectadores empiezan a expresar su
desagrado, su inconformidad, gritando palabras grotescas al árbitro y
comentándose entre sí que quieren volver a su equipo un negocio y que lo quieren
dejar estancado en la segunda división.

Termina el primer tiempo, el marcador va 1-2 ganando el equipo visitante, algunos


aún mantienen la esperanza de que la cosa cambie pues en los últimos partidos el
equipo escarlata ha tenido un mayor desempeño en los segundos tiempos; otros
sugieren cambios y hablan del mal desempeño que están teniendo algunos de los
jugadores y mientras tanto en la tribuna de sur, los hinchas siguen cantando y
cantando sin importar el resultado.

Por otra parte, el grupo de porristas del América de Cali, salen a la mitad de la
cancha, se escucha la música y empiezan a hacer acrobacias y algunos pasos ya
puestos en práctica con anterioridad; se empiezan a oír chiflidos y tal cual como
individuos salvajes, la mayoría de asistentes empiezan a silbar y ‘alabar’ los
atributos de aquellas chicas encargadas del entretenimiento del entretiempo.

Inicia el segundo tiempo, se ve al equipo con otra actitud y un par de jugadas


acercan al América al campo rival. El árbitro pita un tiro libre, la hinchada se pone
de pie y con muchas expectativas de gritar el gol del empate. La falta es cobrada
rápidamente y como un mago aparece el ‘Tecla’ Farías y con un sutil golpe de
cabeza coloca el balón en el fondo de la malla; el estadio enloquece, todos son
brincos y un solo coro que grita GOL, los desconocidos se abrazan entre si y no
importa quién es quién, pues todos están ahí con un solo sueño que es ver al
América de Cali ganar.
Faltan 15 minutos para que el partido finalice, se realiza el cambio que toda la
hinchada estaba pidiendo desde hacer rato, sale un jugador con poco recorrido
futbolístico y entra Lucumi, un jugador con más movimiento del balón y agilidad.
En efecto no se hace demorar en mostrarse y ocurre nuevamente otro tiro libre. La
hinchada se prepara; la falta es cobrada y como si fuera un Deja Vu, el balón
termina al fondo de la red; los asistentes enloquecen, se abrazan, se cargan entre
sí, lloran de la felicidad y en pocas palabras no pueden creer como lograron
voltear el partido que por un momento se llegó a pensar en perder.

La bandera de sur nuevamente vuelve a ser bajada, los hinchas entran hasta una
parte de la cancha con el fin de mover con mayor libertad dicha bandera; faltan 5
minutos y algunos espectadores se empiezan a retirar pues quieren evitar los
tumultos y posibles encuentros de agresión entre hinchas. Entre aquellos que
abandonan el lugar, un joven de aproximadamente 26 años de edad, con
discapacidad visual y un radio en la mano va dejando el lugar y entre aplausos es
despedido con gran gesto de admiración por la pasión de asistir al estadio en
dicha condición.

El partido finaliza, la hinchada despide a su equipo con mucha pasión mientras se


observa al defensa central Canoso acercarse a la tribuna, se quita la camisa y se
la entrega al joven de discapacidad visual que minutos antes fue despedido entre
aplausos, así que nuevamente y esta vez, el estadio completo entre aplausos
admira gran gesto por parte del jugador.

Se forman grandes filas y casi no se puede caminar, pero con mucha alegría los
hinchas americanos marchan a sus casas mientras las calles de san Fernando se
inundan con una gran ola roja de personas que cantan con alegría los temas de su
equipo.

Alcanzamos un grupo de personas y aprovechando el momento de alegría, les


realizamos algunas preguntas, claro está, aclarando el fin académico para generar
mayor confianza y acceso a las respuestas deseadas.

¿Por qué vienes al estadio, pudiendo verlo desde tu casa por tv?
Nada como venir hasta acá, es un momento único donde puedo compartir con mis
amigos, mi familia un solo sentimiento como lo es venir a ver al rojo.

¿Cuál es la característica principal del hincha americano, porque tanto amor


al equipo y porque no lo han dejado de apoyar en estos momentos duros?
El hincha americano tiene amor por la camiseta, no se puede huir en tiempo de
crisis y así como el equipo nos ha brindado tristezas, también nos ha brindado
alegrías y eso no se puede olvidar.
¿Cada cuánto vienes al estadio?
Cada vez que es posible y el trabajo y las circunstancias lo permiten.

¿Qué actividades de los hinchas te llaman la atención dentro y fuera del


estadio?
Me llama mucho la atención la organización que tienen los muchachos del barón
rojo sur, el aliento con el que cantan, el amor que le ponen, no se cansan de saltar
los 90 minutos que duran los partidos.

¿Se siente identificado con este América, estos hinchas y este estadio?
Sí, es el equipo de mi vida, nada como venir a ver al américa al Pascual Guerrero
y poder compartir esos momentos de sentimientos con tus allegados e inclusive
con personas que ni siquiera conoces.

Después de la breve entrevista realizada a Jorge, se marcha con sus amigos


mientras se unen al canto que toda la hinchada va realizando mientras se
desplazan a sus hogares. Se logró evidenciar como en un contexto cultural y de
entretenimiento como lo es el futbol, diferentes individuos que día a día practican
diferentes hábitos encuentran un patrón en común que los une en uno solo sin
importar sexo, color, gustos, religión ni nada más sino un color al que siguen con
mucha pasión.

Así pues, podemos decir que son espacios que permiten a las personas
relacionarse entre sí con un patrón en común como lo es el futbol, dejando de lado
creencias e ideologías que puedan obstruir dichas relaciones interpersonales
generadas en ese entorno.

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