Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
EL RELIEVE
INTRODUCCIÓN.
1. Características generales del relieve de la península Ibérica.
2. La Meseta y sus unidades interiores.
3. Los rebordes montañosos de la Meseta.
4. Los sistemas y unidades exteriores.
5. Los relieves insulares.
INTRODUCCIÓN
España se sitúa en el hemisferio norte, en una PENÍNSULA del suroeste de Europa unida al
resto del continente por el istmo de los Pirineos, separada de África por el estrecho de Gibraltar y
rodeada por el mar Cantábrico, el océano Atlántico y el mar Mediterráneo.
Cuenta, además, con dos archipiélagos principales, las islas Canarias, en el océano Atlántico,
y las islas Baleares, en el mar Mediterráneo, así como con otras islas menores y dos enclaves en el
norte de África, Ceuta y Melilla.
2. La península Ibérica presenta una elevada altitud media de 660 m. debido a la gran
extensión y elevación de la Meseta.
La gran altitud media de la península Ibérica se debe, efectivamente, más que a la existencia
de grandes sistemas montañosos, a la presencia del enorme bloque central elevado que constituye la
Meseta, a la que parecen “adosarse” los restantes territorios peninsulares.
Dicho esto, debemos señalar, como es lógico, que la formación del actual relieve peninsular
es el resultado de dos procesos fundamentales que tienen lugar en el transcurso de las diversas eras
geológicas de la Tierra: la CONSTRUCCIÓN de relieves debido a fuerzas internas de la Tierra
y la DESTRUCCIÓN de relieves por efecto de la erosión.
a) La Submeseta Norte. La altitud media de la Submeseta Norte supera los 700 m. y está
rodeada por el Macizo Galaico-Leonés, la Cordillera Cantábrica, el Sistema Ibérico y el Sistema
Central. La cuenca del río Duero la atraviesa.
– La cuenca sedimentaria del duero, sector del zócalo de la Meseta hundido y rellenado
posteriormente por sedimentos, con predominio, por tanto, de un roquedo arcilloso que
no se ha visto afectado por plegamientos o fracturas posteriores, lo que explica el
predominio de relieves horizontales y de un paisaje de páramos o elevaciones rasas y de
campiñas de formas suaves y escasas pendientes.
– Las penillanuras occidentales, sector más occidental (Salamanca y Zamora) del zócalo
de la Meseta, fuertemente erosionado y con predominio de un roquedo silíceo que ha
dado lugar también a zonas llanas o levemente onduladas.
También son frecuentes los cerros-testigo (llamados oteros o motas), que son colinas
aisladas.
b) La Submeseta Sur. La altitud media de la Submeseta Sur es más moderada, entre 600 y
700 m., y está ocupada fundamentalmente por las cuencas de los ríos Tajo y Guadiana, separadas
por los Montes de Toledo.
a) El SISTEMA CENTRAL.
El Sistema Central separa la submeseta norte y la submeseta sur y está formado por una
sucesión de sierras que se extienden a lo largo de 400 km. con una orientación noreste-suroeste y
que no son sino bloques fracturados y levantados (horsts) del antiguo basamento de la Meseta
durante la orogenia alpina, entre los que se interponen otros bloques hundidos (graben) que
constituyen pequeños puertos o pasos que facilitan la comunicación entre ambas submesetas.
Destacan las sierras de Gata, Gredos, Guadarrama y Somosierra y su pico más alto es el Pico
Almanzor (2592 m.)
Las materiales que predominan son, por tanto, muy antiguos, de la era primaria o paleozoica
(granitos, pizarras, cuarcitas, etc.) y en su modelado destacan las formas moderadas, suaves y
redondeadas, debido a los intensos procesos erosivos, junto a un paisaje erosionado típico de la
Iberia Silícea (bolas graníticas, berrocales y canchales), así como algunas huellas del glaciarismo de
la Era Cuaternaria (circos, lagunas...).
Los Montes de Toledo se localizan en la submeseta sur, separando las cuencas del Tajo y del
Guadiana.
Su elevación durante la orogenia alpina es similar a la del Sistema Central, así que están
constituidos también por materiales muy antiguos, de origen primario o paleozoico (pizarras,
cuarcitas, etc.) que se elevaron a modo de horst, pero presentan alturas más moderadas, nunca
superiores a 1600 m. Destaca, en este sentido, la Sierra de Guadalupe.
La Meseta está rodeada por una serie de cordilleras y sierras que la delimitan:
a) El MACIZO GALAICO-LEONÉS.
La parte más occidental, es decir, el Macizo Asturiano, es más antigua que la oriental y
surgió al levantarse los materiales primarios o paleozoicos, más duros y rígidos, de este sector del
zócalo de la Meseta durante la orogenia alpina. En el extremo más oriental de este Macizo
Asturiano se encuentran los Picos de Europa, donde el relieve es más agreste y se alcanzan las
mayores alturas de la cordillera, que llegan a superar los 2500 metros (pico Torre de Cerredo).
La parte más oriental se levantó también en la orogenia alpina, pero esta vez por el
plegamiento de los materiales secundarios o mesozoicos, fundamentalmente calizas, depositados en
el borde del zócalo de la Meseta.
Los Montes Vascos son el enlace entre la Cordillera Cantábrica y los Pirineos y están
también constituidos por materiales secundarios o mesozoicos plegados en la orogenia alpina. La
altitud que alcanzan no es muy elevada y es un relieve suave y ondulado por la erosión.
c) EL SISTEMA IBÉRICO.
Se trata, en definitiva, de un conjunto de sierras cuya altitud desciende desde el norte hacia
el sur, ensanchándose, eso sí, en la parte más meridional. Destacan las sierras de Albarracín, de la
Demanda, los Picos de Urbión, los Montes Universales, etc. Su mayor altitud es el pico del
Moncayo, con más de 2300 m.
d) SIERRA MORENA.
Se trata, en definitiva, de un conjunto de sierras con una disposición oeste-este entre las que
destacan las sierras de Aracena, Madrona, Los Pedroches o la Sierra de Andújar. En Jaén se
encuentra, precisamente, el único paso natural hacia la Meseta, Despeñaperros.
a) LOS PIRINEOS.
Los PIRINEOS constituyen una enorme cordillera que ocupa el istmo peninsular desde
el golfo de Vizcaya hasta el cabo de Creus, formando una barrera montañosa robusta y compacta
a lo largo de más de 400 km.
Los PREPIRINEOS se encuentran al sur del Pirineo axial y se formaron con la orogenia
alpina por el plegamiento de los materiales secundarios. Están formados por calizas y poseen un
relieve más suave y menos alto que el de la zona axial.
Los Pirineos tienen como prolongación natural los Montes Vascos y la Cordillera Costero-
Catalana.
b) LA CORDILLERA COSTERO-CATALANA.
La mitad norte está formada por materiales antiguos primarios o paleozoicos levantados en
la orogenia alpina. La mitad sur, sin embargo, está constituida por terrenos calizos secundarios
plegados también en la orogenia alpina.
La cordillera está dividida en dos alineaciones: una paralela a la costa, de escasa altura, y
otra interior más elevada. Ambas están separadas por una depresión longitudinal que se rellenó con
materiales terciarios y cuaternarios, dando lugar a un relieve de colinas suaves y valles.
Se formó a consecuencia de los depósitos aluviales del río Ebro, con materiales procedentes
de la erosión de la vertiente sur de los Pirineos y de la oriental del Sistema Ibérico. Los materiales
que predominan son margas y arcillas.
Se dispone entre Sierra Morena, al norte, y los Sistemas Béticos, al sur. A diferencia de la
del Ebro, está abierta al mar, al océano Atlántico. Su forma es también triangular y su altitud media
es sólo de unos 100 metros.
Las islas Canarias están situadas en el Océano Atlántico, a unos cien kilómetros al oeste
de la costa africana y a unos mil kilómetros al suroeste de la península ibérica. Están formadas por
ocho islas principales: La Palma, El Hierro, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote,
Fuerteventura y La Graciosa, además de una serie de islotes de tamaño reducido.
Las islas Canarias son de origen volcánico. Se formaron en la era terciaria o cenozoica,
cuando la orogénesis alpina rompió el fondo del Atlántico y, a través de sus fracturas ascendieron
grandes masas de rocas volcánicas que dieron lugar a las islas. Por tanto, se trata de un grupo de
islas en las que predominan los materiales y los relieves volcánicos.
Su relieve es muy montañoso y accidentado y son abundantes, por ejemplo, los conos
volcánicos y las calderas. Este relieve abrupto también propicia la existencia de barrancos y valles
encajados entre las altas montañas, como el de la Orotava en la isla de Tenerife. En la costa
predominan los acantilados sobre las playas.
El relieve más destacado de todos es el del Teide, en la isla de Tenerife. Es un volcán que
lleva más de un siglo sin experimentar erupciones y por su altitud, 3.718 metros, es la cumbre más
elevada de las islas y también de toda España.
Las islas Baleares se sitúan en el Mar Mediterráneo, a menos de 100 kilómetros de las
costas valencianas y es un archipiélago formado por cinco islas principales que son Mallorca,
Menorca, Ibiza, Formentera y Cabrera, además de un número de pequeños islotes.
Son una continuación de las unidades morfoestructurales de la Península, en particular de
los Sistemas Béticos, de ahí que muchas de sus características sean coincidentes con estos. Así, por
ejemplo, se formaron con los movimientos alpinos, aunque posteriormente, al fracturarse el bloque
al que pertenecían, quedaron aisladas del resto de la Península cuando el ascenso de las aguas del
Mediterráneo acabó separándolas definitivamente del conjunto peninsular.
Sus materiales predominantes son de tipo calizo, salvo en el norte de la isla de Menorca, que
está más relacionada con los de las Cordilleras Costero Catalanas y con los Pirineos. En ellas
abundan las formas kársticas. El pico más elevado es el Puig Major, con 1.445 metros de altitud,
que se encuentra en la sierra de la Tramontana, al norte de la mayor isla de todas, Mallorca. El resto
de las islas tienen unos relieves bastante suaves y en ellas no se superan los 500 metros de altitud.