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Estudiante:
Joseph Alzate Gualdron
Edad media:
Los sistemas de perspectiva comenzaron alrededor del siglo V a. C. en el arte de
la Antigua Grecia, como parte del interés en producir la ilusión óptica de
profundidad en los escenarios teatrales, esto se describe en la Poética de
Aristóteles como la escenografía, el uso de paneles planos en un escenario para
dar la profundidad.
Según la teoría matemática de la óptica de Euclides, los rayos visuales parten
desde los ojos hacia los objetos, y que las diferentes propiedades visuales de los
objetos estaban determinadas por la forma en que los rayos visuales los
golpeaban.
En la antigua China se empezó a utilizar la proyección oblicua desde el siglo I
hasta el siglo XVIII, incluso también aparecen en pinturas japonesas como en
Ukiyo-e de Torii Kiyonaga. El arte bizantino también conocía estos principios, pero
mantenía la convención de la perspectiva invertida para destacar las figuras
principales. Hasta llegar al final de la Baja Edad Media, los intentos de conseguir
una cierta idea de perspectiva se encuentran en la perspectiva caballera, donde
los objetos más alejados se sitúan en la parte superior de la composición y los
más cercanos, en la inferior.
Renacimiento:
El artista que se considera el antecesor del renacimiento italiano es el pintor gótico
italiano Giotto, ya que este fue uno de los primeros pintores que comenzó a aplicar
la tridimensionalidad de forma coherente, aunque todavía intuitiva a sus
composiciones. También Con las obras de Fra Angelico como “La Anunciación” y
“la trinidad” de Masaccio, se logra la sensación de espacio mediante el uso
metódico de la perspectiva cónica, donde las líneas paralelas de un objeto
convergen hacia un determinado punto de fuga, por lo que el tamaño de las
figuras se va reduciendo en función de la distancia, lo que provoca la ilusión óptica
de profundidad.
Entre los años 1416 y 1420 Filippo Brunelleschi que fue un artista y arquitecto
florentino del renacimiento italiano que nació en 1377 y murió en 1476; para poder
representar los edificios en perspectiva, realizó una serie de estudios con la ayuda
de instrumentos ópticos, con ellos descubrió los principios geométricos que rigen
la perspectiva cónica, una forma de perspectiva lineal basada en la intersección de
un plano con un imaginario cono visual cuyo vértice sería el ojo del observador, los
objetos parecen más pequeños cuanto más lejos están. En 1434 Brunelleschi
demostró el método geométrico de la perspectiva que se usa hoy en día, al pintar
los contornos de varios edificios de Florencia sobre un espejo, cuando prolongó
sus líneas maestras, se dio cuenta de que convergían en la recta del horizonte,
según Giorgio Vasari, introdujo una demostración de su técnica en la puerta
incompleta de la catedral de Santa María del Fiore, hizo que el espectador mirara
a través de un pequeño agujero en la parte posterior de una pintura del
Baptisterio, frente al propio edificio, luego, disponía un espejo, de cara al
espectador, que reflejaba su pintura, para el espectador, la pintura del Baptisterio
y el edificio en sí eran casi indistinguibles.
Movimientos posteriores:
Después del Renacimiento, durante la época manierista, ya no se intenta
representar la realidad de manera naturalista, se hace más complicada, se
empiezan a crear perspectivas ilusorias con puntos de fuga múltiples o sacando el
punto de fuga fuera de la pintura y se distorsionan las proporciones en un espacio
desarticulado e irracional para dar un efecto emocional y artístico. El astrónomo y
matemático italiano Guidobaldo Del Monte idea una formulación matemática de la
proyección cónica más acorde con sus propiedades geométricas en su obra
Perspectivas Libri Sex. Desde el punto de vista teórico, la culminación de estas
tradiciones del Renacimiento encuentra su última síntesis en la investigación sobre
la perspectiva, la óptica y la geometría proyectiva del arquitecto. Más adelante, el
pintor español Antonio Palomino publicó un tratado en el que dio a conocer el
metodo del triángulo áureo para dibujar perspectivas, que hasta entonces
permanecía restringido al círculo de dibujantes y pintores. En 1715, la publicación
del tratado de perspectiva lineal del británico Brook Taylor hizo que la enseñanza
de la perspectiva a los artistas se basase en el estudio de las matemáticas
subyacentes a esta técnica. Finalmente, Otto Wilhelm Fiedler en su tesis doctoral
de 1859 definió el sistema de proyección central, fijando los fundamentos
matemáticos de la perspectiva cónica tal como se conocen en la actualidad.
Después del siglo XX, movimientos como el surrealismo representado por
Salvador Dalí o el hiperrealismo practicado por Antonio López se han servido de
la perspectiva como recurso expresivo de primer orden, en este sentido, se
pueden citar los trabajos del grabador neerlandés M. C. Escher, que exploró los
límites teóricos de la perspectiva produciendo paradójicos efectos con objetos
geométricamente aparentemente imposibles.