Está en la página 1de 8

ALUMINIO

Aluminio." Diccionario enciclopédico Lexus: Color, Lexus Editores S.A., 2007,


pp. 43-44. Gale eBooks, link.gale.com/apps/doc/CX3086302293/GVRL?
u=univcv&sid=bookmark-GVRL&xid=030063f8. Accessed 7 Nov. 2021.
m. (Al) Metal trivalente de color parecido al de la plata, blando y ligero, muy maleable, dúctil,
resistente a la oxidación. Número atómico 13; peso atómico 26,98. Funde a 660 °C. Buen
conductor del calor y la electricidad. Es el metal más abundante en la corteza terrestre (7,5%
aprox.). Se encuentra, en forma de silicatos, en los feldespatos, micas, arcillas, etc. Se obtiene
de la alúmina,

Página 44. A partir de la bauxita, por reducción electrolítica. Se emplea combinado con otros
metales (cobre, magnesio, manganeso, etc.) para fabricar aleaciones ligeras. Se usa en las
indus-trias aeronáutica, automovilística, química, en la fabricación de explosivos y pinturas, en
arquitectura, medicina, etc.

Navarro García, Ginés, and Simón Navarro García. "COMPONENTES


INORGÁNICOS DEL SUELO." Química agrícola: Química del suelo y de los
nutrientes esenciales para las plantas, 3rd ed., Ediciones Mundi-Prensa, 2013, pp.
[81]-100. Gale eBooks, link.gale.com/apps/doc/CX7065300011/GVRL?
u=univcv&sid=bookmark-GVRL&xid=331762f4. Accessed 7 Nov. 2021

Los suelos son un reflejo de los materiales de que provienen. El material original en el caso de
la fracción mineral del suelo son los aluminosilicatos, que son minerales primarios. Como su
nombre indica, estos minerales están constituidos por aluminio, silicio y oxígeno
principalmente, y suponen aproximadamente el 81% de la corteza terrestre en peso.

Los componentes inorgánicos del suelo se clasifican habitualmente, tal como se ha indicado en
el capítulo anterior, con un criterio físico, en función de su tamaño. Sin embargo, desde el
punto de vista de su dinámica química se pueden separar en dos grupos perfectamente
delimitados: a) Fracciones no coloidales (piedras, gravas, arenas y limo); y b) Fracciones
coloidales (arcillas). Cada una, por las particularidades que en este aspecto presenta, requiere
ser examinada por separado.

Wicander, Reed, and James S. Monroe. "Minerales." Fundamentos de geología,


2nd ed., Cengage Learning, 2000, pp. 54-57. Gale eBooks,
link.gale.com/apps/doc/CX3003900047/GVRL?u=univcv&sid=bookmark-
GVRL&xid=b35c1fe1. Accessed 7 Nov. 2021.
La existencia natural excluye de los minerales todas las sustancias elaboradas por los seres
humanos. Conforme a esto, los diamantes y rubíes sintéticos, así como otras sustancias
sintetizadas artificialmente no son consideradas minerales por la mayoría de los geólogos.
Algunos geólogos piensan que el término inorgánico en la definición del mineral es superfluo.
Sin embargo, nos recuerda que las materias animal y vegetal no son minerales. No obstante,
algunos organismos, como los corales y las almejas, forman sus conchas del compuesto
carbonato de calcio (CaCO3), el cual es aragonita o calcita, minerales ambos. Por definición, un
mineral es un sólido cristalino; esto es, un sólido en el que los átomos constitutivos están
dispuestos en una estructura regular, tridimensional (figura 3.5b). En condiciones ideales,
como las de una cavidad en la roca, los cristales minerales pueden crecer y formar cristales
perfectos con superficies planas (caras del cristal), esquinas afiladas y bordes rectos (figura
3.7).

En otras palabras, la forma geométrica regular de un cristal mineral bien formado es la


manifestación exterior de una disposición atómica interna ordenada. No todas las sustancias
rígidas son sólidos cristalinos; el vidrio natural y el manufacturado carecen de una disposición
ordenada de átomos y se dice que son amorfos, es decir, “sin forma”.

Ya en 1669, el famoso científico danés Nicolás Steno determinó que los ángulos de
intersección de las caras del cristal equivalentes en diferentes especímenes de cuarzo eran
idénticos. Desde entonces, la constancia de los ángulos interfaciales ha sido demostrada por
muchos otros minerales, independientemente de su tamaño, forma o lugar geográfico de
aparición (figura 3.8). Steno postuló que los cristales minerales se componen de muy
pequeños bloques constitutivos idénticos y que la disposición de estos elementos determina la
forma externa de los cristales. Tal regularidad de la forma externa de los minerales tiene que
significar, seguramente, que la forma externa del cristal es controlada por la estructura
interna.

La estructura cristalina puede demostrarse incluso en minerales que carecen de cristales bien
formados. Por ejemplo, muchos minerales tienen una propiedad conocida como clivaje, que
significa que pueden partirse o fracturarse a lo largo de planos lisos separados por un
estrechísimo espacio. El hecho de que estos minerales puedan partirse a lo largo de tales
superficies planas indica que la estructura interna del mineral controla tal fractura.

El comportamiento de la luz y los haces de rayos X transmitidos a través de los minerales


proporciona, asimismo, pruebas de peso de que hay una disposición ordenada de átomos
dentro de los minerales.

"Importancia del Estrés por Metales Pesados." La ecofisiología vegetal: Una


ciencia de síntesis, Paraninfo, 2004, pp. 416-417. Gale eBooks,
link.gale.com/apps/doc/CX2127800121/GVRL?u=univcv&sid=bookmark-
GVRL&xid=5eade967. Accessed 7 Nov. 2021.
Considerando la amplia incidencia sobre el crecimiento vegetal y, por ende, en la producción
agraria, de factores de estrés tales cómo el déficit hídrico, la salinidad, el frío o enfermedades
infecciosas, el problema de la toxicidad por metales pesados podría parecer de importancia
secundaria y de distribución limitada a ciertas zonas contaminadas por actividades industriales
o mineras, terrenos alrededor de fundiciones o suelos naturalmente ricos en metales debido a
afloramientos minerales. No obstante, durante los últimos años ha habido un fuerte aumento
en las investigaciones sobre el estrés por toxicidad de metales en las plantas. Este creciente
interés lo podemos atribuir no solamente a un incremento general en la concienciación
medioambiental de los científicos, sino sobre todo a una serie de factores concretos entre los
cuales podemos destacar: El incremento de las concentraciones de metales pesados en los
suelos agrarios debido a la utilización de fangos de depuración de aguas residuales, compost
de basura, determinadas sustancias agroquímicas, purines de cerdo ricos en metales, etc.

El punto más crítico en este tipo de problemas, más que la toxicidad de los metales para las
propias plantas, suele ser su capacidad de acumulación de los metales tóxicos y su posible
transmisión, en la cadena trófica, hacia el hombre. Especial atención en este sentido merecen
el Cd y el Pb, y la investigación en fisiología vegetal se centra principalmente en el estudio de
los mecanismos de absorción y transporte de estos metales en plantas de fuerte presencia en
la dieta diaria (cereales, patatas, leguminosas), para así poder seleccionar eficazmente
variedades de plantas alimenticias pobres en estos metales fuertemente tóxicos.

Sólo en contados casos, en estudios con plantas de cultivo destinados al consumo humano o
animal se intenta emplear el conocimiento de los mecanismos de absorción y transporte para
conseguir un aumento en la concentración tisular de ciertos metales. Un ejemplo son las
investigaciones acerca de la capacidad de acumulación de Cr en cereales para enriquecer la
dieta humana en este elemento, que es esencial para el hombre, pero que se halla en
proporciones bajas en estos alimentos vegetales. Las prácticas agrícolas arriba mencionadas
ocasionalmente también pueden producir una disminución en la productividad de las
cosechas. Un ejemplo ya clásico es la disminución en la productividad de cultivos sensibles
sobre suelos que durante años habían sido cultivados con vid o lúpulo y recibieron
periódicamente tratamientos con caldo bordolés (sulfato de Cu) como fungicida

Página 417 | Inicio del artículo

preventivo. También excesos de Zn pueden ocasionar fitotoxicidad antes de afectar a la salud


humana, ya que en el hombre y los animales el Zn actúa como toxina de paso (es eliminada
con cierta facilidad) mientras que en las plantas interfiere fuertemente con la división celular,
el metabolismo del P, la actividad de enzimas y la regulación hormonal.

El hecho que una gran proporción del suelo agrario mundial (aprox. 40%), situada en los
trópicos, es suelo ácido que presenta serios problemas de productividad debido a la toxicidad
de aluminio y, en menor proporción, a la de Mn, en combinación con deficiencia de P. Sólo el
desarrollo de variedades tolerantes al Al y con una alta eficiencia de P, junto con una adecuada
gestión integral de las explotaciones agrarias, permitirá en estas zonas económicamente
deprimidas una producción sostenible de cosechas, capaz de alimentar su población.

La creciente acidificación de suelos forestales en el Norte y Centro de Europa y en el Norte de


América debida a la lluvia ácida, consecuencia de la contaminación atmosférica. Esta
acidificación favorece la disponibilidad para los vegetales de iones metálicos potencialmente
tóxicos.
Vertidos accidentales masivos de metales tóxicos en zonas de gran interés medioambiental y
mediático (p. ej. vertido de Aznalcollar).

La posibilidad de utilización de plantas para la restauración de zonas contaminadas por


metales pesados mediante técnicas de fitorremediación basadas en la fitoextracción, la
fitoestabilización o fitofiltración (v. apdo Fitorrestauración de suelos contaminados por
metales pesados) y la importancia para ello de la selección y desarrollo de variedades
vegetales tolerantes a los metales pesados.

El interés en la conservación de los diferentes tipos de poblaciones de metalofitas y


serpentinofitas3 específicas de zonas ricas en metales. Esta vegetación contiene genes de
tolerancia a la toxicidad por metales de gran interés científico y técnico.

3 Serpentinofitas constituyen la flora típica de los suelos serpentinos; éstos se derivan de rocas
máficas o ultramáficas y se caracterizan por altas concentraciones de Ni, Co y Cr y una baja
relación Ca/Mg.

Casa Madrid Mata, Octavio. "El Derecho Constitucional a la


Protección de la Salud." La atención médica y el derecho
sanitario, 2nd ed., Editorial Alfil, S.A. de C.V., 2005, pp. 89-104.
Biblioteca de Derecho Sanitario. Gale eBooks,
link.gale.com/apps/doc/CX3082200013/GVRL?
u=univcv&sid=bookmark-GVRL&xid=0309f5d8. Accessed 7
Nov. 2021
Refiere el célebre tratadista español José Luis Aranguren que las personas individuales son
impotentes frente al leviatán del Estado.1

Para refrenar tal impotencia, que innegablemente supone el más aberrante monumento a la
injusticia, la teoría jurídica–política ha instaurado el constitucionalismo, cuyos propósitos son
los siguientes:

 Limitación del poder absoluto.


 Legitimación del poder mediante la aplicación de valores.
 Resolver el conflicto individuo–Estado.

Y en efecto, afirma uno de los clásicos constitucionalistas, Karl Loe-wenstein,2 el poder tiene
un carácter demoniaco; así es harto gráfico un epigrama de Lord Acton que ha devenido en
clásico: El poder tiende a corromper, y el poder absoluto tiende a corromper absolutamente.

El derecho a su protección, que como garantía individual consagra el artículo 4°̱ constitucional,
comprende la recepción de medicamentos básicos para el tratamiento de las enfermedades y
su suministro por las dependencias y entidades que prestan los servicios respectivos.
En igual sentido, una segunda vía procesal es la acción popular otorgada para denunciar ante
las autoridades todo acto que ponga en riesgo la salud de la población.

El establecimiento del derecho a que se refieren las presentes líneas trajo aparejadas las
implicaciones jurídicas señaladas en el cuadro 6–4.

En cuanto a los servicios básicos, es decir, el mínimo para efectos constitucionales, el Estado
mexicano ha establecido, vía la Ley General de Salud, los que se enuncian en el cuadro 6–5.

Masterton, W. L., and C. N. Hurley. "Metalurgia." Química: Principios y


reacciones, 4th ed., Paraninfo, 2003, pp. [562]-568. Gale eBooks,
link.gale.com/apps/doc/CX4056300183/GVRL?u=univcv&sid=bookmark-
GVRL&xid=7df9d3e9. Accessed 7 Nov. 2021.

Los procesos por los que se extraen los metales de sus minerales se tratan dentro de la ciencia
de la metalurgia. Como es de esperar, las reacciones químicas implicadas dependen del tipo de
mineral

Los óxidos de metales muy reactivos como el calcio o el aluminio se reducen mediante
electrólisis. En el caso del aluminio, se utiliza la mineral bauxita,

Al2O3.2Al2O3(l) → 4Al(l) – 3O2(g)

Se añade criolita, Na3AlF6, al Al2O3 para obtener una mezcla que funde alrededor de 1.000 °C.
(La criolita puede ser sustituida por una mezcla de AlF3, NaF y CaF2.) La célula se calienta
eléctricamente para mantener la mezcla fundida de manera que los iones puedan moverse a
través de ella, transportando la corriente eléctrica. Se consumen aproximadamente 30 kj de
energía eléctrica por gramo de aluminio producido. El requisito de energía elevada explica en
gran parte la importancia de reciclar latas de aluminio.

Unos pocos metales muy inertes, en particular el oro y la plata, se encuentran en la naturaleza
en forma elemental, mezclados con grandes cantidades de material rocoso. Durante
innumerables siglos, la gente ha extraído el oro aprovechando su elevada densidad (19,3
g/mL). En los tiempos antiguos, las arenas auríferas se lavaban sobre pieles de oveja, que
retenían el oro; éste se cree que es el origen del “Vellocino de Oro” de la mitología grjega. Los
buscadores de oro en California obtenían oro lavando las arenas auríferas haciendo remolinos
en bateas con agua. Las impurezas menos densas se iban con el agua, quedando las pepitas o
escamas de oro en el fondo de la batea.
Importancia del Estrés por Metales Pesados." La ecofisiología vegetal: Una
ciencia de síntesis, Paraninfo, 2004, pp. 416-417. Gale eBooks,
link.gale.com/apps/doc/CX2127800121/GVRL?u=univcv&sid=bookmark-
GVRL&xid=5eade967. Accessed 7 Nov. 2021.

Considerando la amplia incidencia sobre el crecimiento vegetal y, por ende, en la producción


agraria, de factores de estrés tales cómo el déficit hídrico, la salinidad, el frío o enfermedades
infecciosas, el problema de la toxicidad por metales pesados podría parecer de importancia
secundaria y de distribución limitada a ciertas zonas contaminadas por actividades industriales
o mineras, terrenos alrededor de fundiciones o suelos naturalmente ricos en metales debido a
afloramientos minerales. No obstante, durante los últimos años ha habido un fuerte aumento
en las investigaciones sobre el estrés por toxicidad de metales en las plantas. Este creciente
interés lo podemos atribuir no solamente a un incremento general en la concienciación
medioambiental de los científicos, sino sobre todo a una serie de factores concretos entre los
cuales podemos destacar:

El incremento de las concentraciones de metales pesados en los suelos agrarios debido a la


utilización de fangos de depuración de aguas residuales, compost de basura, determinadas
sustancias agroquímicas, purines de cerdo ricos en metales, etc. El punto más crítico en este
tipo de problemas, más que la toxicidad de los metales para las propias plantas, suele ser su
capacidad de acumulación de los metales tóxicos y su posible transmisión, en la cadena trófica,
hacia el hombre. Especial atención en este sentido merecen el Cd y el Pb, y la investigación en
fisiología vegetal se centra principalmente en el estudio de los mecanismos de absorción y
transporte de estos metales en plantas de fuerte presencia en la dieta diaria (cereales, patatas,
leguminosas), para así poder seleccionar eficazmente variedades de plantas alimenticias
pobres en estos metales fuertemente tóxicos. Sólo en contados casos, en estudios con plantas
de cultivo destinados al consumo humano o animal se intenta emplear el conocimiento de los
mecanismos de absorción y transporte para conseguir un aumento en la concentración tisular
de ciertos metales. Un ejemplo son las investigaciones acerca de la capacidad de acumulación
de Cr en cereales para enriquecer la dieta humana en este elemento, que es esencial para el
hombre, pero que se halla en proporciones bajas en estos alimentos vegetales. Las prácticas
agrícolas arriba mencionadas ocasionalmente también pueden producir una disminución en la
productividad de las cosechas. Un ejemplo ya clásico es la disminución en la productividad de
cultivos sensibles sobre suelos que durante años habían sido cultivados con vid o lúpulo y
recibieron periódicamente tratamientos con caldo bordolés (sulfato de Cu) como fungicida

"Químico -ca." Diccionario enciclopédico Lexus: Color, Lexus Editores S.A.,


2007, p. 772. Gale eBooks, link.gale.com/apps/doc/CX3086335763/GVRL?
u=univcv&sid=bookmark-GVRL&xid=8dcb453d. Accessed 7 Nov. 2021.
a química es la ciencia de la naturaleza que estudia la variación de las propiedades
características de las sustancias por la acción de otras sustancias o por la del calor, la
electricidad u otro tipo de energía. Esta modificación de propiedades indicará una variación de
la composición de las sustancias o de la estructura de sus moléculas. Linus Carl Pauling definía
la química como la ciencia de las sustancias, al tener como fin el estudio de sus estructuras, de
sus propiedades y de las reacciones que transforman unas en otras.

El número de especies químicas puras conocidas llega casi al millón y medio, y todas ellas
están formadas por combinación de unos pocos elementos de los ciento cinco conocidos. Se
denomina elemento la sustancia pura que no se puede descomponer en otras por acción del
calor o de la electricidad, ni formar por unión de otras sustancias. Los elementos se clasifican
en dos grandes grupos: los metales y los no metales (antiguamente llamados metaloides).
Entre estos dos grupos no existe una frontera clara y precisa. Un pequeño número de
elementos, como el aluminio, el germanio, el arsénico, etc., poseen propiedades intermedias
respecto de los dos grupos.

Los metales son, en general, sólidos (el mercurio es líquido), brillantes cuando están recién
cortados, buenos conductores del calor y de la electricidad, dúctiles y maleables (se pueden
doblar y laminar sin que se rompan). Se combinan, en general, con los ácidos para formar sales
con desprendimiento de hidrógeno gas. También se combinan con el oxígeno formando
óxidos. Estos óxidos con agua formarán los hidróxidos, que tienen carácter básico.

Los no metales pueden ser sólidos, líquidos o gaseosos, y son malos conductores del calor y de
la electricidad. Igual que los metales, se combinan con el oxígeno para dar óxidos, pero éstos
con agua darán lugar a los ácidos. Son metales típicos el sodio, el potasio, el calcio, el bario, el
hierro, etc., y no metales, el azufre, el flúor, el oxígeno, el hidrógeno, etcétera

Couceiro López, José Francisco, et al. "EL CÓDIGO DE BUENAS


PRÁCTICAS PARA MEJORAR LA CALIDAD DE LOS FRUTOS." El cultivo
del pistacho, Ediciones Mundi-Prensa, 2013, pp. [617]-623. Gale eBooks,
link.gale.com/apps/doc/CX7061300039/GVRL?u=univcv&sid=bookmark-
GVRL&xid=5b93d7f3. Accessed 7 Nov. 2021.
En el mantenimiento de un cultivo como el pistachero, en el que debe primar la calidad final
de sus frutos, es obligado prestar una especial atención a todos los factores que puedan
mejorarla. En este sentido, el agricultor debería conocer todas y cada una de las prácticas que
pudieran proporcionar un mayor valor al aspecto físico del fruto y mejorar sus propiedades
internas (sabor y aroma) o su aspecto sanitario (ausencia de aflatoxinas, insectos, hongos,
etc.). Por otra parte, los operarios de campo deberían gestionar, en todo momento, la limpieza
de herramientas y aperos, así como la precisión en la aplicación de los tratamientos
fitosanitarios. Finalmente, los comercializadores y/o procesadores deberían cumplir y respetar
las normas de seguridad, higiene y saneamiento de cada eslabón de la cadena de producción,
en todos los recintos y con todas las máquinas de procesado, tostado y envasado. Un aspecto
importante para todos los operadores que participan en todas estas fases sería su
participación en programas de formación a efectos de ir mejorando las prácticas que eleven la
calidad de los frutos en cada una de ellas.
A continuación se exponen algunas de las acciones que influyen sobre esa
calidad, con independencia de la repercusión que puedan tener otras variables
sobre las que el hombre no puede interactuar, al menos a corto plazo, como la
genética de la planta, la climatología o las pWicander, Reed, and James S.
Monroe. "La Tierra Como Planeta Dinámico." Fundamentos de geología, 2nd
ed., Cengage Learning, 2000, pp. 10-11. Gale eBooks,
link.gale.com/apps/doc/CX3003900017/GVRL?u=univcv&sid=bookmark-
GVRL&xid=bcbd10a1. Accessed 7 Nov. 2021.
La Tierra es un planeta dinámico que ha cambiado continuamente durante sus 4600 millones
de años de existencia. El tamaño, forma y distribución geográfica de los continentes y cuencas
oceánicas han variado a través del tiempo, la composición de la atmósfera ha evolucionado y
las formas de vida que existen ahora difieren de las que había en el pasado. Podemos visualizar
con facilidad cómo se desgastan montañas y colinas por la erosión y cómo cambian los paisajes
por la acción de las fuerzas del viento, el agua y el hielo. Las erupciones volcánicas y los
terremotos revelan un interior activo; las rocas plegadas y fracturadas indican el tremendo
poder de las fuerzas internas de la Tierra.

a corteza, capa superior de la Tierra, es de dos tipos. La corteza continental es gruesa (20 a 90
km), tiene una densidad promedio de 2.7 g/cm3 y contiene silicio y aluminio en cantidad
considerable. La corteza oceánica es delgada (5 a 10 km), más densa (3.0 g/cm3) que la
continental y se compone de la roca ígnea oscura llamada basalto.

A partir de la extendida aceptación de la teoría de la tectónica de placas hace unos 25 años, los
geólogos han visto la Tierra desde una perspectiva global en la que todos sus sistemas están
interconectados. De esta forma, la distribución de las cadenas montañosas, los principales
sistemas de fallas, los volcanes y los terremotos, el origen de nuevas cuencas oceánicas, el
movimiento de los continentes y otros procesos geológicos y características se consideran
interrelacionados.

También podría gustarte