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1 Demanda agregada
La demanda agregada es un indicador macroeconómico que indica la totalidad de lo que están
dispuestos a comprar todos los agentes económicos en la economía de un país a determinado
nivel de precios.
Es la suma del consumo que van a hacer los diferentes agentes económicos que hemos
enumerado antes, por lo que
El consumo de los hogares representa alrededor de dos terceras partes del PIB y como 50 por
ciento de la demanda agregada del país, tal proporción nos hace pensar en la dificultad que tiene
una economía para crecer si no aumenta el consumo.
La inversión es sin duda el motor de una economía, debido a que es el punto de la fórmula en que
se generan los empleos, a través de los cuales se genera una derrama económica que le dan a la
población capacidad de demanda y por tanto el estímulo para que las empresas amplíen su
capacidad de producción, de esto se infiere que es necesario que las empresas tengan certeza de
que sus bienes y servicios serán absorbidos por los consumidores, de otra manera se corta el
círculo virtuoso entre la inversión, empleo y consumo.
El gasto público, que para algunos permiten la posibilidad de un crecimiento económico sostenido
a través de su influencia sobre el aumento de la productividad de las empresas y en el bienestar de
los individuos se utiliza como una herramienta de política económica efectiva para mitigar las
fluctuaciones de la actividad económica, aunque también existe otra vertiente que concibe al
gasto público como un factor de desplazamiento de la actividad privada.
Es una curva que muestra las cantidades de productos que los agentes económicos
(consumidores, empresas, sector público y sector exterior) están dispuestos a adquirir a cada nivel
agregados de precios, manteniéndose constantes los demás factores que afectan a la demanda
agregada.
La Política Fiscal
Para hacer frente a este aumento del desempleo el Estado tendrá que aplicar una política fiscal
expansiva: recorte de los impuestos e incremento del gasto público, con la intención de aumentar
la actividad económica (aumentar la demanda agregada), aunque con ello, existe el riesgo de
provocar inflación.
La Política Monetaria
Como se ha indicado anteriormente, una demanda agregada insuficiente hace disminuir las ventas
y, por lo tanto, la producción, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo (aumento del
desempleo).
Ante esta situación, se debe responder con una política monetaria expansiva: aumento de la
oferta monetaria y disminución de los tipos de interés, con la intención de aumentar la producción
y el empleo, aunque existe el riesgo de que también aumente la inflación.
El largo plazo
El corto plazo
El nivel medio de precios: Cuando los precios suben, los beneficios tenderán a aumentar.
Asimismo, ocurrirá lo contrario cuando los precios disminuyan. Esta variable es la que más afecta
al comportamiento de la oferta agregada y, debido a ello, estudiar cuál es la tarifa adecuada se
convierte en una tarea esencial en las empresas.
Los costes de producción: Es la suma de lo que han costado los factores de producción y la
tecnología empleada para combinarlos. Así, al aumentar el precio de los insumos o de los medios
para transformarlos, los beneficios empresariales tienden a disminuir. En dicho escenario, la oferta
agregada se reduce. Del mismo modo, cuando los costes de producción disminuyen, el efecto es
justo el contrario.
Las expectativas empresariales: La oferta agregada también depende de las proyecciones que se
realizan sobre una economía. Esto a su vez condiciona los objetivos empresariales. Por ejemplo,
cuando la coyuntura económica es favorable en un país, las distintas firmas aumentan su
inversión. Por el contrario, ante una crisis económica o conflictos políticos y sociales, la confianza
de las organizaciones se reduce y con ello cae la oferta agregada.
La curva de oferta agregada grafica la relación entre la cantidad ofertada y el nivel de precios. Así,
en corto plazo, donde los costes permanecen constantes, cuando más elevada sea la cotización de
la mercancía, las empresas obtendrán mayores ganancias y estarán dispuestas a producir más.
En cambio, en el largo plazo, los costes pueden modificarse (incluidos los salarios). Así, las
compañías pueden bajar o aumentar gastos si el precio cae o sube, respectivamente. De ese
modo, hay un nivel único óptimo de producción que no dependerá de la tarifa del mercado