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LA FALTA. NECESIDAD DE LA FALTA. CLASES DE FALTA.

SU
IMPORTANCIA COMO REQUISITO DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y
PRUEBA Y FACULTAD DE APRECIACIÓN DE LA FALTA.

La noción de falta

El código civil no define en sus articulados la noción de falta, por lo que ha


correspondido a la doctrina y a la jurisprudencia precisar su sentido y su alcance.

Su noción esta revestida de un carácter abstracto que varía con la concepción en


que cada sociedad se tenga cuando una persona ha cometido un hecho que
pueda ser constitutivo de una falta.

En algunos países Anglosajones se ha definido la falta negligente como en dejar


de hacer una cosa que haría un hombre razonable, guiado por las consideraciones
que por lo ordinario rigen la conducta de los negocios humanos o en hacer alguna
cosa que no haría un hombre prudente y razonable.

La suprema corte de justicia había sustentado el criterio de que la falta no era más
que el incumplimiento de una regla preexistente, consiste en una acción cuya
ejecución estuviera a cargo del agente o en una omisión o abstención de cumplir.
Esto fue lo que dijo nuestro máximo tribunal judicial al afirmar que la falta
constituye el incumplimiento de un deber jurídico por parte del agente. En otra
sentencia más reciente la suprema corte de justicia considera que la falta es un
error de conducta.

Clases de faltas.

Dependiendo de la intención del autor de causar el daño es preciso diferenciar la


falta intencional y la no intencional.

La falta intencional: es aquella falta que comete una persona cuando con intención
causa un daño a otro. En la responsabilidad extracontractual esta falta se llama
falta delictual, y consiste en el deseo y la intención inequívoca de causar daño.
Corresponde al juez determinar este tipo de falta. En la responsabilidad
contractual esta falta se denomina falta dolosa.
La falta no intencional: es aquella falta que comete una persona y que no tiene la
intención de causar daño. En la responsabilidad extracontractual esta falta se
denomina cuasidelictual; mientras que en la responsabilidad contractual se
denomina falta no dolosa.

Apreciación de la falta.

Como falta constituye un error de conducta, resulta imposible categorizar o


clasificar a priori las diferentes circunstancias que una persona pueda incurrir en
ese error de conducta. Y es que en definitiva solo los tribunales pueden determinar
cuándo nos encontramos ante un hecho faltoso, ya que sabemos de antemano
que el no cumplimiento de una obligación o la abstención de un deber jurídico
compromete la responsabilidad civil.

Es importante destacar en cuento a la falta derivada de la conducción de un


vehículo de motor, que en el caso específico de los vehículos de emergencias el
artículo 118 de la Ley no.241 de 1967,sobre tránsito de vehículos de Motor, no
autoriza a sus conductores a ignorar las medidas de prudencia que tienden a
preservar la seguridad de los demás; al efecto ha sido juzgado que la facultad
concebía a los vehículos de emergencia para la inobservancia de ciertas
disposiciones de la ley de Transito está subordinada a que se guarde la debida
consideración a la seguridad de la persona y de la propiedad, lo que implica que el
conductor de un vehículo de emergencia está obligado a conducir con prudencia y
diligencia.

En la materia de Responsabilidad Civil existe lo que se denomina la aceptación de


riesgos, que no es más que el consentimiento que da una persona de acepta el
riesgo que implica cualquier actividad, pero sin aceptar recibir el daño derivado de
ese riesgo. La Aceptación del Riesgo constituye un eximente de responsabilidad
para el autor del daño. La víctima ha aceptado correr ese riesgo.

Sin embargo, cuando el hecho cometido por el autor del daño constituye una falta,
entonces no existe ese eximente.

Desde el punto de vista de la indemnización que le pudiesen corresponder.


Importa aclarar, no obstante, que para que exista Responsabilidad Civil no basta
con las relaciones sexuales en sí, sino que es imprescindible que se sufra un daño
o perjuicio derivado de esas relaciones.

Prueba de la falta.

Conforme a lo dispone el art. 1315 Código Civil el que reclama la ejecución de una
obligación. Debe probar; recíprocamente, el que pretende estar libre, debe
justificar el pago o el hecho que ha producido la extinción de su obligación. De ahí
que corresponde a la víctima probar la existencia de la obligación de reparación
que pesa sobre el autor del daño. Cuando se persigue la reparación por vía
contractual corresponde a la víctima probar son solamente la existencia del
contrato que ha generado la obligación no cumplida, sino también la falta del autor
del daño.

Lo importante es, en primer lugar, probar la existencia de la obligación cuyo


incumplimiento ha causado el daño; y en segundo lugar, determinar la naturaleza
jurídica de esa obligación. Existe una obligación determinada o de resultado
cuando la ley o el contrato le imponen al deudor el cumplimiento de una prestación
consistente en la obtención de un resultado.

En materia contractual ha sido juzgado que la obligación del transportista es una


obligación de resultado e igualmente que la responsabilidad delictual o
cuasidelictual se considera como entrañando una obligación determinada cuando
se trata de la responsabilidad que pesa sobre el guardián de la cosa inanimada en
virtud del art.1384, párr. 1ro. Del código Civil.

Es importante aclarar, que cuando un contrato establece una obligación


determinada a cargo de una de las partes contratantes, un tercero no puede
preservarse el carácter de esas obligaciones para eximirse de la presentación de
la falta contra uno de los contratantes. Es lo que se ha juzgado la Suprema Corte
de Justicia: "Considerando que lo alegado por los actuales recurrentes, en cuanto
a la dispensa de la prueba de la falta, está admitido si la obligación del deudor

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