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Universidad Nacional de Costa Rica

Universidad Bíblica Latinoamericana

Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión


Maestría en Estudios Teológicos

Informe de Lectura:
El Mundo Religioso del Nuevo Testamento

Elaborado por:
Sergio Vinicio Molina Vásquez

Trabajo presentado como requisito parcial del curso:


Propuestas Éticas en Pablo y Juan, EPG 706

Costa Rica, 2022


El Mundo Religioso del Nuevo Testamento

Se describen las estrategias de control y dominio político, social y religioso del


Imperio Romano en Asia Menor. El culto al Emperador demostraba “la pertenencia a un
único orden político y su lugar dentro de él”. (Crossan & Reed, 2006, p. 288), esta
evangelización fue desarrollada bajo una teología imperial que presentaba al Cesar Augusto
como Señor, dándole prerrogativas de señorío y dominio sobre el imperio, la tierra, el
calendario y el tiempo. Este control por parte del Imperio era ejercido por la elite varonil,
que, sumado por el poder de la violencia militar, “se entrelazaba obscenamente con la de la
conquista sexual” (Crossan & Reed, 2006, p. 295). La concepción de la divinidad imperial
había sido impuesta por la fuerza, haciendo entender a los territorios conquistados que el
Imperio tenia el derecho absoluto de mandar, controlar, dominar, estar encima y arriba de
todos.

Permitir el dominio augustal y posteriormente el de Julio y Claudio traía a los


territorios las bendiciones y protección del Imperio, por lo tanto, el sometimiento fue por
conveniencia. Otro punto importante dentro del contexto del mundo religioso del Nuevo
Testamento, fue el esfuerzo por unir las deidades locales con las imperiales, creando
espacios para la integración y una unidad bajo una sola estructura, aunque en cierta manera
se perciba una actitud tolerante en el contexto religioso, “la teología imperial propia de
Roma tenia problemas para hacer frente a esta diversidad” (Crossan & Reed, 2006, p. 304),
es pues de esa manera que la religión oficial estaba totalmente unida con la política, la
elección de los sacerdotes dependía más de la posición y posesión económica que de los
dones, talentos y carisma.

Las formas religiosas eran básicas y los sacrificios solo requerían rituales y decoros
protocolarios. La presencia femenina radicaba en sacerdotisas presentes en algunos
templos con fines religiosos y otras veces con fines sexuales, las cuales participaban en las
orgias grecorromanas, además los signos y representaciones de carácter sexual estaban de
manifiestos de manera externa y visibles dentro de los aspectos sociales, mostrando un
aspecto pornográfico donde las relaciones de poder y de abuso eran exaltadas. En esos
sentidos es claro y evidente que “la religión romana era del Estado y para el Estado y, por
tanto, estaba controlada por el Estado”, (Crossan & Reed, 2006, p. 304).

La represión y la persecución fueron reales, Roma vigilaba toda conducta religiosa


inaceptable y despreciable para ellos, teniendo infiltrados en las reuniones, aceptando
denuncias, fraguando teorías de conspiración, teniendo juicios inexistentes, torturando,
violando y asesinando a todo movimiento religioso diferente que fuera entendido bajo ese
contexto como subversivo, bajo esas realidades las religiones extranjeras, los judíos
ortodoxos y los cristianismos primitivos tuvieron que enfrentar grandes desafíos y
obstáculos para la espiritualidad y el desarrollo de la fe, pero muchos en medio de las
represiones y persecuciones se mantenían leales a sus principios y orden de valores siendo
de esa manera héroes y mártires del cristianismo apostólico.

Finalmente, la religión del Imperio estaba marcada por creencias en lo paranormal,


místico y mágico, los horóscopos y la astrología formaban parte del mundo científico. El
emperador contralaba la religión y la política, siendo de esa manera el “Pontifex Maximus”,
primeramente, a través de la teología Imperial, seguidamente por el control de las religiones
extranjeras, y por medio de las leyes morales con relación al matrimonio y la privacidad
sexual.

Comentario: Las políticas de control y dominio social, político y religioso se siguen


practicando en muchas partes del mundo, por lo que es urgente y necesario una
independencia de esos valores retrogradas y absolutistas. La elite varonil sigue imperando
en aspectos religiosos a través de sacerdotes, pastores, chamanes, apóstoles, profetas,
lideres, ancianos entre otros, y se necesitan impulsar nuevos caminos para el desarrollo de
una teología latinoamericana feminista, que pueda alzar la voz y ocupar un espacio
preponderante dentro de los fenómenos religiosos.

La imposición de la religión por la fuerza nunca es positiva en los ámbitos,


personales, sociales, familiares y eclesiales. Latinoamérica es el vivo ejemplo de como la
colonia impuso el idioma y la religión por la fuerza, socavando la espiritualidad y las
practicas religiosas autóctonas, es pues mediante una teología latinoamericana de la
liberación que cuide la intimidad afectiva, la espiritualidad y logre la unidad en medio de la
diversidad pueda aportar un evangelio liberador que rescate las formas y tradiciones de los
pueblos indígenas.

Los géneros y diversidades deben ser respetados, teniendo un espacio de aceptación


y valoración dentro del concepto religioso, a pesar de los avances en materia de
globalización y ecumenismo, todavía se necesita trabajar mucho más en el contexto de la
diversidad, mediante el dialogo, la aceptación y la valoración de la dignidad de la persona
humana, considero que todos podemos tener un espacio para cuidar de las narrativas
sagradas, tener libertad de conciencia y de culto, adorando en espíritu, libertad y verdad.

Tristemente las formas y conceptos del Imperio romano fueron trasladados e


interiorizados por la Roma papal, los atributos del Pontifex Maximus, la intervención
política religiosa, las represalias e intolerancias a otros movimientos cristianos y religiosos
emergentes, evidencian que la política y religión deben permanecer separados, debemos de
trabajar por un Estado laico que garantice las libertades de conciencia y de culto de cada
religión, denominación, secta, tribu, y concepción religiosa. La historia nos remite épocas
donde la pornocracia papal, la santa inquisición, las guerras santas, el oscurantismo, y los
crímenes de lesa humanidad fueron el resultado de sistemas de maldad, políticos paganos y
religiosos que buscaron por sobre todas las cosas la supremacía, autoridad, control, señorío
y poder.
Finalmente, considero de gran importancia el crear conciencia sobre los temas de
sexualidad y reproducción, para que ya no existan abusos, violaciones, y crímenes en contra
de niños y niñas, mujeres y hombres dentro de las esferas religiosas, donde no se tome el
Nombre de Dios es vano, para lastimar y denigrar a otros seres humanos, sino de exigir
justicia, respeto y apoyo a las victimas por parte del Estado y de la Iglesia, es pues que dada
estas circunstancias no es muy diferente el mundo religioso del Nuevo Testamento al
mundo religioso en que vivimos, construyamos juntos una nueva manera de hacer religión.

Bibliografía: Crossan, J. D. y Reed, J., En busca de Pablo, Estella: Verbo Divino, 2006.

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