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Tomado de: QUINTANA CABANAS, José María (2005).

La Educación en valores y otras


cuestiones pedagógicas. Barcelona, PPU, S. A.. ¿Pedagogía o Ciencias de la Educación?
Confrontación epistemológica”, pp. 145-156

LA EDUCACIÓN EN VALORES
y otras cuestiones pedagógicas

José María Quintana Cabanas

PPU
Barcelona 2005
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¿Pedagogía o Ciencias de la Educación?
Confrontación epistemológica

Introducción

En la ciencia pedagógica, una de las cuestiones más descuidadas es la


epistemológica: en parte porque no es una cuestión pragmática (y que
tiende, por consiguiente, a apartar a la Pedagogía de sus objetivos más
propios), y en parte también porque es una cuestión difícil, que ha reducido
al fracaso la mayoría de los intentos que ha habido de abordarla.
En efecto, los pedagogos que han hecho Epistemología Pedagógica han
llegado a las conclusiones más divergentes y hasta contradictorias:

1) Unos han dicho que la Pedagogía no es una ciencia: o porque es más


que una ciencia, o porque es menos que ella. Se ha afirmado que la
Epistemología es un arte, o una tecnología, o una praxis.
2) Para otros la Pedagogía es una ciencia. Pero mientras unos la ven
como ciencia teorética, hay quien la ve una ciencia práctica, y no falta
quien dice que es ciencia aplicada. Algunos la subordinan a otra ciencia.
Cotejándola con la Filosofía, se ha indicado ora que es menos que ésta,
ora que es más que ella. Se ha visto a la Pedagogía como ciencia
autónoma, o descriptiva, o normativa, o una de las ciencias humanas. Se
ha dicho que es la ciencia de la educación y también que no es la ciencia
de la educación. En fin, se ha dicho todo. A cada una de las anteriores
pos-turas sería fácil asignarle el nombre de su autor o de sus partidarios.

A la vista de semejante desconcierto, no resulta extraño el decir que la


Epistemología Pedagógica está todavía por hacer, constituyendo un

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tema que hoy día empieza a buscar su identidad. Probablemente tardará en
llegar a resultados positivos, pues ocurre que los epistemólogos no conocen
la Pedagogía y que los pedagogos no se interesan por la Epistemología,
con lo cual es imposible avanzar.

El estatuto científico de la Pedagogía

Normalmente definimos la Pedagogía como "la ciencia de la


educación". Ahora bien, en muchos ambientes el término "pedagogía"
designa no tanto la ciencia cuanto la metodología usada en la práctica de
educar y enseñar. El propio]. Zaragüeta (1943: 1s) identifica la pedagogía
con la educación y al pedagogo con el educador. En el mejor de los casos la
Pedagogía es, como dice H.H. Groothoff (1967: 2lls), "un complejo" de
praxis pedagógica y de teoría de la educación, pues incluye no sólo la
ayuda que se da al hombre para su perfeccionamiento, sino también la
teoría de esa ayuda.
Se comprende, en este contexto, que haya surgido el concepto de
Pedagogía como “la ciencia y el arte de la educación", concepto clásico en
la tradición pedagógica y que viene asumido en numerosas definiciones de
Pedagogía. En tal situación, lo difícil será reivindicar para ésta el carácter de
ciencia; tal ha sido el intento constante desde Herbart, pero su éxito no es
siempre evidente. Pesa demasiado, en este sentido, la tradición poco
científica del término, de tal modo que, por ejemplo en Francia, pedagogía
significa únicamente la práctica educativa o el arte de la educación.
Pero en muchos ambientes se ha ido consolidando la idea de que la
Pedagogía es una verdadera ciencia, por cumplir todos los requisitos de tal:
tener un objeto y un método propios, junto con un sistema de teorías. No
queremos ser tan rotundos como Kant, exclamando (cf. Mantovani 1947:
64) que "la Pedagogía es ciencia o no será nada", pero intuirnos que reúne
efectivamente las principales condiciones que nos permitan considerarla tal.
Esto depende, naturalmente, del concepto que tengamos de ciencia.
Si exigirnos que ésta sea teorética o "explicativa", mal podrá serlo la
Pedagogía, por ser más bien "normativa". Pero preferirnos adoptar el criterio
amplio de algunos reputados epistemólogos, para quienes una ciencia no
ha de ser necesariamente explicativa, pues basta con que constituya un
saber fundado en principios. B. Russell (1975: 60), por ejemplo, dice que
"todo el conocimiento que poseemos es, o conoci-miento de los hechos
particulares o conocimiento científico". Con este criterio no cabe duda
alguna de que también las ciencias humanas son auténticas ciencias: ya
dice M. Bunge (1980: 42) que "el método cientí-

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fico no se rompió cuando se lo estiró para que abarcara los problemas
sociales. Tampoco se rompe si se lo aplica a otras disciplinas, en particular
las humanísticas".
Según J. Piaget 0972: 185ss) no hay un claro deslinde entre las
ciencias de la naturaleza y las ciencias del hombre, ni por los métodos, ni
por los campos estudiados, ni por los conceptos utilizados ni, por
consiguiente, en su Epistemología. M. Foucault pone las ciencias humanas
en el cruce de los tres grupos de ciencias que considera (formales, fácticas
y filosóficas), lo cual determina la complejidad que las distingue y, por ende,
el hecho de que tienen más posibilidades y también más limitaciones que
esas otras ciencias.
Esa amplitud de miras de los epistemólogos actuales supone para la
Pedagogía (que tiene mucho de "tecnología") una mayor garantía de poder.
ocupar un Jugar dentro del panorama de las ciencias. Basta oír a I.Lakatos,
por ejemplo, enunciar el principio de la proliferación de teorías, según el
cual la tolerancia metodológica y la proliferación de teorías son el motor
central del desarrollo del conocimiento científico.
Y si se quiere argüir que la educación es un quehacer práctico y, por
consiguiente, cae fuera del terreno especulativo propio de la ciencia,
debemos responder que la praxis es posible objeto de un saber teórico y de
un conocimiento racional, es decir, científico. Afirma Mario Bunge 0976: 43)
que la ciencia aplicada (tecnología) utiliza el mismo método general que la
ciencia pura, aun cuando lo aplique a fines prácticos.
Existe, pues, una ciencia de la educación. Pero ¿es ésta la Pedagogía?
Vamos a ver varias posturas al respecto.

La Pedagogía sin "Ciencias de la Educación"

Entre los pedagogos, la postura clásica es considerar que la Pedagogía es una


ciencia, y la ciencia de la educación. Los primeros que así lo formularon (Herbart,
Schleiermacher, P. Barth, etc.) señalaron incluso sobre qué ciencias se fundaba la
Pedagogía. Para W. Dilthey la Pedagogía está ligada a la Filosofía, y sólo con ésta
puede llegar a ser ciencia. A partir de él se originó en Alemania un egregio grupo
de cultivadores de la Pedagogía, considerándola una ciencia en sentido "fuerte":
una ciencia "del espíritu", ciertamente, pero una ciencia muy relevante, dotada de
un elevado -rango epistemológico, universitario, cultural y social. Casi todos los
grandes filósofos de la primera mitad de nuestro siglo XX fueron, a la par, grandes
pedagogos: basta recordar los nombres de P. Natorp, Th. Litt, O. Wtllmann o E.
Spranger.
Cuando luego, al compás de los avances de las ciencias, surgieron las primeras
aportaciones de estudios sobre la educación desde varia-

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dos campos científicos (sociológico, psicológico, biológico, etc.), la
Pedagogía trató de incorporarlas en su "corpus", que así se fue
enrique-ciendo y ampliando. Hasta que esas ciencias (que en un comienzo
fue-ron consideradas como auxiliares de la Pedagogía, entendiendo que le
aportaban unas bases), llegaron a crecer tanto que adquirieron cada una su
autonomía científica, dando así lugar a las Ciencias de la Educación. Lo
chocante es que han logrado un desarrollo tal que, en opinión de algunos -
como veremos-hoy día han suplantado a la Pedagogía, la cual consideran
disuelta en esas Ciencias de la Educación.
Pero esto es cosa reciente. Antes no había más que Pedagogía (y
sus "ciencias auxiliares"). Tras el filosofismo alemán vino el cientifismo
europeo, pretendiéndose que las ciencias humanas fueran elaboradas con
el método empírico propio de las ciencias naturales. Con esto surgió el
propósito de hacer una Pedagogía científica, iniciada por Binet y Simon en
Francia, Buyse en Bélgica, Lay y Meumann en Alemania y Claparede, Bovet
y Dottrens en Suiza. Todos estos autores sostienen la autonomía científica
de la Pedagogía: "el establecer el objeto, la problemática, los métodos y los
límites de la Pedagogía es algo que sólo a ella misma le corresponde"
(I.exikon der Padagogik 1951: 347).
La Pedagogía, pues, tiene un objeto peculiar que ella debe explicar y
que, además, por ser de naturaleza práxica, debe ella regular
normativamente de un modo racional. En eso estriba la naturaleza científica
de la Pedagogía.

La "Ciencia de la Educación” sin Pedagogía

Pero ese afán cientifista vino a poner asechanzas a la cientificidad de


la Pedagogía. A algunos, en efecto, les pareció que ésta, en su calidad de
saber práctico y normativo, se aparta del modelo de ciencia. Es posible y
necesario -ciertamente-constituir una ciencia de la educación, pero ésta no
va a ser la Pedagogía, sino una ciencia empírica, según el patrón de las
ciencias experimentales. Este movimiento surgió en la década de los años
20, bajo la inspiración de J. Demoor y T. Jonkeere, y halló en Alemania un
amplio eco: como se escribe en el Padagogiscbes Wórterbucb (1931: 151),
"la Ciencia de la educación, como teoría exenta de normas, quiere estudiar
el hecho educativo exclusivamente en el modo fáctico de presentarse. Su
tarea es el conocimiento de la naturaleza y realidad del proceso formativo y
educativo, así como sus presupuestos, su posibilidad y sus límites".
Según P. Petersen (1924: 15; 1934: 44ss), existe en primer lugar la Ciencia
de la educación, o estudio científico de lo que a ésta se refiere;

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y luego existe también la Epistemología (o ciencia de la "conducción" de los
educandos), que procede de la anterior. La primera tiene por objeto la
totalidad de la realidad educativa en la que se encuentra el hombre,
mientras que la segunda se ocupa de los métodos y las técnicas de
educación. Eso mismo hace E. Krieck, aunque de otro modo: reprochando a
la Pedagogía el no haber sabido mejorar a la Humanidad, piensa que ésta
va a ser tarea de la Ciencia de la educación, que se configura bajo el influjo
del concepto de Humanidad fundado en la idea de comunidad.
Otro autor. clásico en contraponer la Ciencia de la Educación a la
Pedagogía es E. Durkheirn. La Pedagogía -dice-es normativa; pero, al no
haber normas absolutas (Durkheim es sociologista relativista), ella no puede
ser una ciencia. La ciencia -sigue diciendo-debe limitarse a "explicar" los
fenómenos y sus conexiones; y es posible una Ciencia de la educación que
estudie desinteresada y objetivamente los hechos educacionales.
Concretamente, Durkheirn (1975: 74-86) hace consistir la Ciencia de la
Educación en el estudio de la génesis y el funcionamiento de ,los sistemas
educacionales, consistiendo, pues, en una Historia de la educación o en una
Sociología de la educación.
Las Ciencias de la Educación sin Pedagogía
Según vemos, la Epistemología pedagógica ha ido evolucionando. Guy
Avanzini habla de tres etapas en esta evolución: 1 ª la Pedagogía
considerada como una ciencia clásica, de contenido humano y norma-tivo;
21 la Pedagogía como una ciencia empírica y sólo explicativa; 3ª en la
actualidad estamos en otra etapa, en que asistimos al "tránsito de la
Pedagogía a las Ciencias de la Educación", es decir, a la desaparición de la
Pedagogía como ciencia, por considerar que no hay un corpus científico
pedagógico, sino que la Pedagogía se halla, en realidad, disuelta en un
conjunto de Ciencias de la Educación, que serían las únicas que poseen
estatuto científico.
Este suceso obedece a varias causas: 1’ El hecho de que la Pedagogía ha
tenido siempre un carácter científico menos evidente, al ser un tipo de
ciencia normativa y práctica. 2ª Porque las Ciencias de la Educación han
adquirido un notable desarrollo, de modo que el estudio científico
pedagógico ha de contar con ellas. 3' Por influencia de la terminología
anglosajona, en la cual falta el término "pedagogía", ya que education tiene
un sentido amplio y abarca también la teoría de la educación; esa
nomenclatura ha penetrado en nuestros ambientes con aires de modernidad
científica, tratando de arrinconar la palabra "pedagogía" como acientífica.

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lo grave es que, con esto, se niega que exista una Ciencia de la edu-cación,
absorbida en una pluralidad de Ciencias de la Educación. El saber
pedagógico se reduciría a los principios expuestos en la Psicología de la
educación, la Economía de la educación, la Historia de la educación, la
Sociología de la educación y otras ciencias educacionales:
lo grave es que, con esto, se niega que exista una Ciencia de la educación,
absorbida en una pluralidad de Ciencias de la Educación. El saber
pedagógico se reduciría a los principios expuestos en la Psicología de la
educación, la Economía de la educación, la Historia de la educación, la
Sociología de la educación y otras ciencias educacionales:
Muchos creen que esa moda comenzó con Debesse en Francia,
donde J. Filloux dijo que la pedagogía es mera didáctica y G. Ferry (1967)
habló de "la muerte de la Pedagogía". Pero ya en Alemania apa-recieron
síntomas de ella con anterioridad (Stahler 1962: 1075).
Lo que más preocupa es la ligereza con que desde un punto de vista
epistemológico se ha procedido en esa alegre liquidación de la Pedagogía.
Los argumentos en que se ha fundado carecen de base, y sus autores
muestran incomprensibles zozobras y caen en flagrantes con-tradicciones.
Sólo una cosa explica su actitud: su personal superficiali-dad.
Debesse y Mialaret, por ejemplo, a ese respecto no se aclaran, se
confunden. Luego de haber anulado la Pedagogía como ciencia admiten,
junto a las Ciencias de la Educación, unas ciencias "pedagógicas• cuyo
conjunto es lo que muchos llamamos simplemente Pedagogía.
Debesse rechaza el término “pedagogía" porque dice que es
equívoco, limitativo y vago. Equivoco por cuanto se refiere a una realidad
múltiple ( lo que la educación tiene de arte, ciencia, técnica y normas); a lo
cual respondemos que, por eso, la Pedagogía no es equívoca, sine
simplemente "compleja". Limitativo porque alude sólo a la educación en la
familia, la escuela y la infancia; pero también es objeto suyo la educación
permanente y de adultos. Y "pedagogía" es un término vago porque debe
referirse a muchos dominios (psicológico, sociológico, histórico, ... ); pero
esos dominios -como vamos a ver- no son de la Pedagogía, sino más bien
de las Ciencias de la Educación: la Pedagogía se distingue de ellas y posee
un solo ámbito muy concreto.
Los argumentos negadores de la sustantividad de la Pedagogía
vienen a resumirse en este de Dearden cuando dice (Woods 1977: 8): "En
realidad no sé qué es exactamente un 'pedagogo' o qué clase de experto o
de autoridad debe ser. Sé lo que es un filósofo de la educación o un
psicopedagogo o un sicopedagogo, pero no ·sé con seguridad lo que un
puro pedagogo puede ser". Puede que no lo sepa, pero será por su
ignorancia: nosotros podríamos explicárselo.

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La Pedagogía con las Ciencias de la Educación

La tesis que vamos a sostener es que la Pedagogía, aparte de las


Ciencias de la Educación -cuya existencia es evidente y necesaria-, es
ciencia de la educación, distinta de aquellas; porque no es cierto que la
Pedagogía se nos haya diluido en las Ciencias de la Educación. No pueden
éstas substituirla, simplemente porque unas y otras tienen objetos
respectivos diferentes.
Se trata de poner en claro la relación existente entre Pedagogía y Ciencias
de la Educación: qué son una y otras, lo que las une y lo que las separa.
Lo que las une es el estudio de la educación (objeto material); lo que las
distingue es el aspecto que estudian de la educación. (objeto formal). Pues
la educación, en efecto, es una realidad semántica doble, según se la
considere in fieri o in facto esse; lo primero lo estudia la Pedagogía, y lo
segundo las Ciencias de la Educación.
No se ha ponderado que "educación» es un término equívoco, que no tiene
un solo significado sino dos muy diversos. Basta con leer el Diccionario de
la Lengua: educación es "acción y efecto de educar". Una cosa es la acción
educadora y otra muy distinta los resultados de dicha acción, que forman
ese producto -con facetas sociales, personales, históricas, etc.- que
llamamos educación.
Científicamente se pueden estudiar las dos cosas. Pero en el primer. caso
tenernos una ciencia "práctica", normativa (la Pedagogía), mientras que en
el segundo surgen unas ciencias teorético-descriptivas ( las Ciencias de la
Educación). Objeto de la primera es el "acto educativo", mientras que las
segundas se ocupan del "hecho educacional"·, o sea, de los fenómenos
educacionales. En este último caso se considera la educación como un
fenómeno que se da; en el primero, como un acto que hay que regular.
Insistimos en que ese doble sentido encerrado en el término "educación" es
lo que ha hecho confundir, para muchos, la Pedagogía con las Ciencias de
la Educación; no viendo que, si bien ambos tipos de ciencias estudian la
educación, no la estudian en el mismo sentido, con lo cual, teniendo dos
objetos (formales) distintos, son epistemológicamente ciencias diferentes.

La distinción entre "Ciencias de la Educación" y "Pedagogía"


Como hemos explicado en otro lugar (Quintana 1995: 48-50), la ciencia
general de la educación (que no existe como disciplina científica) se escinde
en dos grandes bloques: las "Ciencias de la Educación" y las “Ciencias
Pedagógicas" (o "Pedagogía"), que constituyen dos fami-

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Observaciones al árbol de la Ciencia de la Educación

1. Nótese la diferencia entre la "Ciencia de la Educación" y las "Ciencias de la


Educación". Estas últimas son parte de la Ciencia (general) de la
Educación. A ésta podríamos llamarla Educología (pero no es preciso
multiplicar los nombres, y el de Ciencia de la Educación es ya adecuado y
tiene tradición).

2. Las Ciencias de la Educación son las que antes se llamaban Ciencias


"auxiliares" de la Pedagogía; no son Pedagogía, pero han de estar en el
círculo de fas disciplinas que la estudian.

3. Se distingue entre "Historia de la Educación" (que es una de fas Ciencias


de fa Educación) e "Historia de la Pedagogía" (que es una de las Ciencias
Pedagógicas, pero que tiene un carácter troncal, junto a la Pedagogía
General).

4. Hay más ramas que fas aquí Indicadas, tanto de Pedagogías especiales
(Pedagogía Axiológica, Pedagogía Institucional -con la Organización
Escolar y la Dirección de centros-, Orientación Educativa, Pedagogía
Religiosa, Pedagogía Cosmovisional, Pedagogía Medioambiental o
Ecológica, etc.)"como de Ciencias de la Educación (Política de fa
Educación, legislación Escolar, etc.).

5. En cambio, hay ciencias pedagógicas que llevan el nombre de Pedagogía


y no son pedagogías especiales propiamente dichas. Así, por ejemplo, la
Pedagogía Cibernética (Impulsada en la Universidad de Barcelona por A
Sanvisens) no es más que un capitulo de la Pedagogía General (o - si se
quiere- de la Teoría de la Educación, porque es una de fas teorías de la
educación, en cuanto que es un modelo explicativo de la misma).

6. La Teoría de fa Educación ha surgido hace IRIS decenios como una rama


nueva en los estudios de fa educación, Junto con las "Ciencias de fa
Educación”, considerándose como una de ellas; pero esto será más por su
nombre que por su con- tenido, pues, por este último (cuando no es
puramente formal, que entonces si es una de fas "Ciencias de fa
Educación”), es una ciencia "pedagógica” y, en realidad, una parte
Importante de la Pedagogía General.

7. Esta división de la Pedagogía (en unas cuantas ramas), que presentamos,


es según el "objeto” de la Pedagogía; por esto no aparecen en ella ni la
Pedagogía Experimental ni la Pedagogía Comparada (que corresponden a
una subdivisión de fa Pedagogía según el "método").

8. En conjunto, se establece una clara distinción entre la Pedagogía y las


Ciencias de la Educación, afinándose que no son equivalentes y que
existen los dos grupos a la vez y se complementan.

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lias completamente diferentes, tanto por su objeto de estudio como por su carácter
epistemológico, pues la primera es ciencia de los hechos (o fenómenos)
educacionales, mientras que la segunda es ciencia del acto educativo (o acción de
educar), pudiendo ambas describirse así:

La primera familia comprende varías ciencias que se ocupan de analizar los


distintos aspectos (social, económico, biológico, psicológico, etc.) de la educación
como hecho o resultado (fenómeno personal o social). Son las Ciencias de la
Educación, constituidas por la Sociología de la Educación, la Economía de la
Educación, la Biología de la Educación, la Psicología de la Educación, etc. Son
ciencias de tipo descriptivo o teórico; y su especialista no es el pedagogo, sino -
respectivamente- el sociólogo, ·el economista, el biólogo, el psicólogo, etc.
La segunda familia (las Ciencias Pedagógicas o, simplemente, la '·
Pedagogía) estudia, regula y normativiza el acto o la acción de educar, en todos
los casos y bajo todos sus aspectos. La Pedagogía General pone las bases y la
estructura de esta ciencia y define y regula la llamada "educación general" de la
persona. Los distintos aspectos de esa educación humana son tratados por las
ramas especiales de la Pedagogía: Pedagogía Social, Pedagogía Intelectual (o
Didáctica), Pedagogía Moral, Pedagogía Familiar, Pedagogía Psicológica (no
confundirla con la Psicología Pedagógica, que es una de las "Ciencias de la
Educación), Pedagogía especial (que se ocupa de la educación de los deficientes),
Pedagogía Estética, Pedagogía Axiológica, etc. Todas estas ciencias son ciencias
"prácticas", de carácter normativo, y su especialista es el pedagogo.

No existe, pues, una Ciencia de la educación en sentido unitario, ni


tampoco unas Ciencias de la Educación con unidad epistemológica y que
respondan a un mismo modelo de ciencia. El no haberlo visto así es lo que hace
confundir la Pedagogía con las Ciencias de la· Educación, de modo que,
mencionando una de ambas, se excluya ya la otra. Superando tal error, diremos
que: 1) La Pedagogía no incluye las Ciencias de la Educación. 2) Las Ciencias de
la Educación no incluyen la Pedagogía. 3) Unas y otra estudian la educación. 4)
Pero la estudian en aspectos y desde fines muy distintos. 5) La Pedagogía es
"educativa" (es para educar), mientras que las Ciencias de la Educación son
"educacionales" (se refieren a la educación como realidad observable). 6) La
Pedagogía debe basarse en las Ciencias de la Educación, pero éstas no se rosan
en aquella. 7) Hay un especialista en Pedagogía (el pedagogo), pero no existe un
especialista en Ciencias de la Educación (cada una de ellas tiene su especialista
propio: sociólogo, psicólogo, economista, etc.).

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Aparte de las Ciencias de la Educación (que aportan los datos para sentar
una teoría de la educación), el currículo de estudios pedagógicos debe
centrarse, sobre todo, en la Pedagogía. Ahora bien, ésta es compleja,
comprendiendo una multitud de ramas y especialidades: son las ciencias
pedagógicas (distintas -por lo visto- de las Ciencias de la Educación). Son
ellas las que de un modo directo contribuyen a la formación del pedagogo.
El no comprender la diferencia que hay entre Pedagogía y Ciencias de la
Educación, ni la relación exacta de estas con aquella, ha hecho que en la
confección de planes de estudios pedagógicos se hayan cometido, a veces,
errores y fallos notables.
A guisa de ejemplo, mencionaremos tan sólo un caso. En la Universidad
española se ha confundido, durante muchos años, la Sociología de la
Educación con la Pedagogía Social: como ambas disciplinas tienen dos
elementos análogos (lo educativo/pedagógico y lo sociológico/social), a un
análisis superficial le parecen ya lo mismo. Con lo cual ocurrió que, cuando
en el plan de estudios había una de ambas disciplinas, no había la otra. Y
así, en los años 50 y 60 (en que se estudiaba "Pedagogía"), había
"Pedagogía Social", pero no "Sociología de la Educación". Cuando a finales
de los '60 los estudios pedagógicos quisieron tomar aires de científicos, y
las Facultades se llamaron de "Ciencias de la Educación", se substituyó la
Pedagogía Social por la Sociología de la Educación. Y hemos tenido que
llegar a finales de los '80 para percatamos de que ambas disciplinas no son
lo mismo, no son intercambiables: cada una tiene su identidad propia, y
ambas son muy importantes, de modo que lo adecuado es que las dos
estén en el plan de estudios. Ahora estamos promocionando la Pedagogía
Social (como actividad pedagógica del Trabajo Social), pero no por eso
renunciamos a informamos de los aspectos sociales de la educación
(mediante la Sociología de la Educación).
Tras toda la anterior confrontación epistemológica entre los conceptos de
Pedagogía y de Ciencias de la Educación, estamos ya en disposición de
poder responder a la pregunta que encabeza el presente estudio, sobre si
los estudios relativos a la educación son de "Pedagogía" o de "Ciencias de
la Educación". Respondemos que pueden y deben ser lo uno y lo otro, pero
sin confundir lo uno con lo otro. Y recordando que lo propio del pedagogo
es la Pedagogía, más que las Ciencias de la Educación. Por eso - contra
Debesse, Mialaret y todos "los charlatanes de la nueva Pedagogía" (en
expresión de L. Morín 1973)- propugnamos el restablecimiento del prestigio
y uso de la expresión "Pedagogía" como nombre de una gloriosa ciencia y
de las instituciones que la cultivan y enseñan.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Padagogik der Gegenwart (1932). Herder, Freiburg. MANTOVANI, J. (1947):
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