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El “Estado de Derecho” proclamado por la Revolución Francesa significaba que las reglas de gobierno y
el respeto a los derechos de las personas, eran de obligatorio cumplimiento tanto para gobernados como
gobernantes. En adición a esto primero, el otro punto crucial que los autores indican como elemento
sustantivo para considerar la existencia de un Derecho Administrativo a partir de la Revolución, fue la
separación de los regímenes jurídicos y normas que habían de aplicarse a las autoridades, de las que eran
aplicables a los ciudadanos.
Para dicho autor, la desconcentración persigue así un doble objeto. Por una parte, permite acercar la
prestación de servicios en el lugar o domicilio del usuario, con economía para este y, a la vez,
pretende descongestionar al poder de tipo central.
La Junta Central Electoral (JCE) es un órgano autónomo con personalidad jurídica e independencia
técnica, administrativa, presupuestaria y financiera, cuya finalidad principal será organizar y dirigir las
asambleas electorales para la celebración de elecciones y de mecanismos de participación popular
establecidos por la presente Constitución y las leyes. Tiene facultad reglamentaria en los asuntos de su
competencia.
Desde 12 de abril de 1923, la República Dominicana cuenta con una institución especializada en materia
comicial. La Junta Central Electoral (JCE), es el organismo que por mandato constitucional (Art. 92) está
encargado de organizar y dirigir las elecciones, garantizando el real ejercicio de la ciudadanía en nuestra
nación.
Otra importante atribución es la de administrar y normar los actos del Estado Civil de los dominicanos y
dominicanas. La actual composición está integrada por un presidente y cuatro miembros y sus suplentes,
elegidos por un período de cuatro años por el Senado de la República.
El Defensor del Pueblo de la República Dominicana, entidad publica autónoma de rango constitucional,
creada mediante la Ley No. 19-01 que crea el Defensor del Pueblo, de fecha 1ro de febrero de 2001 y
reconocida por los artículos 80.5, 83.3 y 190-192 de la Carta Magna.
El Defensor del Pueblo es una autoridad independiente, un ejecutor que no se encuentra sujeto a ninguna
limitante más que la del apego a la ley. Su característica es la neutralidad. El Defensor del Pueblo tendrá
autonomía funcional, administrativa y presupuestaria.
El objetivo esencial del Defensor del Pueblo es salvaguardar las prerrogativas personales y colectivas de
los ciudadanos, plasmadas en nuestra Constitución, en caso de que sean violadas por funcionarios de la
administración pública. Asimismo deberá velar por el correcto funcionamiento de la administración
pública, a fin de que ésta se ajuste a la moral, a las leyes, convenios, tratados, pactos y principios
generales del derecho.
En el ejercicio de su ministerio, el Defensor del Pueblo estará investido de plenos poderes y facultades a
fin de iniciar, de oficio o a petición de parte, cualquier investigación que conduzca al esclarecimiento de
actos u omisiones del sector público y de las entidades no públicas que prestan servicios públicos.
El Defensor del Pueblo o sus adjuntos podrán inspeccionar las oficinas públicas y aquellas entidades
prestadoras de servicios públicos, sin previo aviso, y requerir de ellas todos los documentos e
informaciones necesarias para materializar su labor, los cuales les serán suministrados de forma gratuita.
Es una dependencia de la Presidencia de la República Dominicana, creada mediante la Ley No. 1114,
del año 1929, con la finalidad de ejercer la fiscalización interna, la evaluación del debido recaudo, manejo
y uso e inversión de los recursos públicos; y conforme al Artículo No. 247 de la Constitución
dominicana autorizar las órdenes de pago, previa comprobación del cumplimiento de los trámites legales
y administrativos de las instituciones bajo el ámbito de nuestra ley.
Por su naturaleza como componente básico del sistema democrático, el control legislativo es la expresión,
en el marco de la representatividad congresional, del control ciudadano, la rendición de cuentas y la
transparencia de la gestión pública. En adición a esas cualidades son destacables los siguientes rasgos: 1º
es un proceso social. 2º es un acto político. 3º es un proceso económico. Contemplado desde el primero de
estos caracteres, constituye la manifestación de la voluntad del ciudadano de convertirse en actor en la
verificación de los resultados de sus aportes al erario público, puesto que el conjunto de esos recursos
debe traducirse en obras y servicios de bien social. En este tenor, se procura que los actos de los
administradores públicos se enmarquen en el ámbito de las leyes; que la gestión administrativa sea
transparente; que los administradores de la cosa pública informen oportunamente el resultado de su
gestión; que su desempeño sea evaluado periódica y objetivamente, acción esta última que comprende a)
el presupuesto y los planes previstos para el ciclo de la gestión; b) informes detallados y suficientes de los
resultados obtenidos; c) alcance de la revaluación apta para propósitos múltiples. En este contexto
encontramos una explicación dual de la forma en que opera el mecanismo de la fiscalización: en un
primer plano, se admite que la sociedad actúa verticalmente en relación con sus mandatarios, lo que se
vuelve realidad en los procesos electorales; en una segunda modalidad, el Estado, mediante mecanismos
llamados horizontales, se controla a sí mismo, actuando en el interior de cada entidad, por conducto de
organismos especializados.
En los mecanismos verticales el ingrediente principal es la información, que procura que la ciudadanía
cuente con los elementos de juicio que le permitan actuar en la dirección de la defensa de los intereses
colectivos, por lo que resulta del más alto rango hacer uso de las herramientas que garanticen el acceso a
la información, como son: páginas webs, publicaciones periódicas, seminarios, comparecencias públicas,
relación permanente con los medios de comunicación, en resumen, una amplia y responsable rendición de
cuentas
El control social es la forma de mantener un orden en la sociedad a través de los valores y las acciones
que realizan las personas. Existen diferentes formas de hacer cumplir el control social. Por un lado,
pueden realizar medidas menos directas, como una especie de manejo mental y psicológico. Por otro, el
control social puede manifestarse de manera más violenta.
Este último tipo de control social puede aparecer, por ejemplo, cuando se realiza una marcha pública para
defender algún tipo de derecho. Cuando la manifestación se torna más violenta y ruidosa, la forma de
control social se presenta de la misma manera. Con bombas de humo, armas y agua son las formas que
tienen para controlar a las personas.
El motivo por el cual se utiliza el control social es para mantener orden en la sociedad. Una de las
expresiones de este control son las leyes que todos los habitantes deben cumplir, como por ejemplo no
robar o no generar disturbios en espacios públicos. Cuando no se respetan las reglas básicas para
convivir en sociedad, los individuos son castigados por la ley o la fuerza policial.
d) Diversas serán las personas afectadas: la responsabilidad penal es personalísima, sólo puede
afectar a quien ha delinquido. La responsabilidad civil puede recaer también en los terceros
civilmente responsables, sobre los herederos y sobre las personas jurídicas.
e) Distintos son los titulares de las acciones destinadas a perseguir la responsabilidad penal o civil:
respecto de la responsabilidad penal, puede interponer la acción cualquier persona, salvo en los
contados casos de delito de acción privada. La acción civil sólo pueden entablarla el que sufrió el
daño o sus herederos (artículo 2315 del Código Civil).
f) En materia de prescripción de las acciones, distintos son los plazos: la acción penal prescribirá
entre los 6 meses y los 15 años; la acción civil prescribe en 4 años contados desde la perpetración
del hecho (artículo 2332 del Código Civil), tratándose de la responsabilidad civil
extracontractual; y en 5 años, contados desde que se hizo exigible la obligación, por regla general,
tratándose de la responsabilidad civil contractual.
La Corrupción Administrativa
Corrupción administrativa pública: Es el uso de la función pública para la obtención de beneficios
personales, familiares o grupales en detrimento del patrimonio público. C) Corrupción corporativa: Es el
uso del soborno de parte de un sector económico o empresa para obtener beneficios corporativos.