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PROGRAMA DE

ESTUDIOS GENERALES

HUMANIDADES

Metodologías
de
Investigación

Coordinador responsable:
Francisco Núñez

2020-2

Este material de apoyo académico se reproduce para uso exclusivo de los alumnos de la Universidad de Lima y en
concordancia con lo dispuesto por la legislación sobre los derechos de autor: Decreto Legislativo 822.
INDICE

PRESENTACIÓN 3

TEXTO 1 Livio, M. (2018) ¿Por qué?. Qué nos hace ser curiosos. Ariel. 4
CURIOSO

TEXTO 2 Chon, O. (s/f) Aspectos filosóficos y sociales de la ciencia 14

TEXTO 3 Rocha, C. (2015) Metodología de la Investigación. México DF. 20


Oxford.El Problema: su Planteamiento y su delimitación (capítulo 7)

TEXTO 4 Rocha, C. (2015) Metodología de la Investigación. México DF. 27


Oxford. Hipótesis, Indicadores y Variables (Capítulo 10)

TEXTO 5 Fernández, L. (2007) ¿Cómo se elabora un cuestionario? En: Butlletí 38


Larecerca Universidad de Barcelona.

2
PRESENTACIÓN

El presente material que ponemos a disposición de los estudiantes es una


selección de textos que tienen como finalidad orientarlos en el desarrollo del
curso. Son algunos insumos que pueden contribuir a la realización de las
diferentes actividades que nuestro curso ha establecido para el presente ciclo.
Existe una basta bibliografía con respecto a cómo se desarrolla una investigación,
en ese sentido lo que presentamos aquí es solo una muestra bastante pequeña de
lo que se puede encontrar en nuestra biblioteca o en cualquier fondo bibliográfico.

De igual forma, estos textos pueden ser utilizados por los docentes para
desarrollar actividades de evaluación en aula, por lo que su lectura se convierte en
indispensable.

Los textos aquí presentados han sido editados en formato para facilitar el uso
adecuado en los estudiantes, la reproducción de los mismos se hace con fines
estrictamente académicos y señalando los aportes de los autores
correspondientes.

La coordinación

3
TEXTO1
Livio, M. (2018) ¿Por qué?. Qué nos hace ser curiosos. Ariel.
I CURIOSO

Con independencia de su longitud, ciertas historias pueden causar un impacto


duradero. “La historia de una hora”, un relato muy corto de la escritora del siglo
XIX Kate Chopin, comienza con una frase bastante llamativa: “Como la señora
Mallard padecía del corazón, se procuró darle la noticia de la muerte de su
esposo con la máxima delicadeza”. La pérdida de vida y la fragilidad humana
reunidas en un enunciado contundente. Después nos enteramos de que quien dio
la mala noticia fue un amigo intimo del fallecido, Richards, tras haber confirmado
(mediante telegrama) que el nombre de Brently Mallard figuraba efectivamente en
la lista de víctimas de un accidente ferroviario.

En el argumento de Chopin, la reacción inmediata de la señora Mallard es lógica.


Al oír el triste mensaje que le transmite su hermana Josephine, se pone a llorar
enseguida y luego se retira a su habitación y pide que la dejen sola. No obstante,
es ahí donde sucede algo totalmente inesperado. Tras haberse quedado sentada
inmóvil, sollozando un rato, con la mirada aparentemente fija en una lejana
mancha de cielo azul, la señora Mallard empieza a susurrar para sí una palabra
sorprendente: “¡Libre, libre, libre!”. A la que sigue otra aún más exuberante:
“¡Libre! iCuerpo y alma libres!”.

Cuando al fin abre la puerta cediendo a la preocupada petición de Josephine, la


señora Mallard aparece con “los ojos febriles de triunfo”. Comienza a bajar
tranquilamente la escalera, agarrada a la cintura de su hermana, mientras
Richards, el amigo de su esposo, las espera abajo. Y es entonces precisamente
cuando se oye a alguien abrir la puerta principal con una llave.

Después, la historia de Chopin contiene solo ocho frases más. ¿Podríamos quizá
dejar de leer aquí? No hace falta decir que, aunque quisiéramos, seguramente no
lo haríamos, no sin saber al menos quién está junto a la puerta. Como escribió el
ensayista inglés Charles Lamb, “en la Vida, no muchos sonidos, e incluyo todo los
urbanos y los rurales, superan en interés a una llamada a la puerta”. Ahí radica la
fuerza de un relato que atrae nuestro interés hasta tal punto que ni se nos pasa
por la cabeza ignorar esta atracción.

La persona que entra en la casa es en efecto, tal como cabía suponer, Brently
Mallard, quien resulta que se hallaba tan lejos de la escena del accidente
ferroviario que ni siquiera se había enterado de este. La vívida descripción de la
montaña rusa emocional que la temperamental señora Mallard había tenido que
4
soportar en el espacio de solo una hora convierte la lectura del drama de Chopin
en una experiencia fascinante.

La última frase de “La historia de una hora” es todavía más perturbadora que la
primera: “Cuando llegaron los médicos, dijeron que había muerto a causa de una
enfermedad cardíaca… de la alegría que mata”. La vida interior de la señora
Mallard sigue siendo en buena medida un misterio para nosotros.

A mi entender, el mayor regalo de Chopin es su singular capacidad para generar


curiosidad en casi cada frase, incluso en pasajes donde se describen situaciones
en las que parece no pasar nada. Es el tipo de curiosidad derivada de los
escalofríos que nos suben y bajan por la columna, alga parecido a las
sensaciones que tenemos al escuchar piezas musicales excepcionales. Se trata
de escenas de suspenso, sutiles e intelectuales, que constituyen un instrumento
necesario en cualquier narración absorbente, en las clases de la escuela, las
creaciones artísticas estimulantes, los videojuegos, las campañas publicitarias o
incluso en simples conversaciones que deleitan en vez de aburrir. La historia de
Chopin inspira lo que se conoce como “curiosidad empática”: la postura que
adoptamos cuando intentamos comprender los deseos, las experiencias
emocionales o los pensamientos del protagonista y cuando sus acciones nos dan
continuamente la lata con la acuciante pregunta: ¿por qué?

Otro elemento que Chopin utiliza con acierto es el de la sorpresa. Se trata de una
estrategia segura para despertar la curiosidad mediante el aumento de la atención
y la excitación. Joseph LeDoux, neurocientífico de la Universidad de Nueva York,
y sus colegas localizaron las vías cerebrales responsables de la reacción ante la
sorpresa y el miedo. Cuando nos encontramos con lo inesperado, el cerebro
supone que quizá haya que emprender alguna acción. Esta se traduce en una
rápida activación del sistema nervioso simpático, con sus habituales
manifestaciones asociadas: aumento del ritmo cardiaco, sudoración y respiración
profunda. Al mismo tiempo, la atención se aleja de otros estímulos irrelevantes y
se centra en el elemento urgente en cuestión. LeDoux fue capaz de demostrar
que en la sorpresa, y concretamente en la respuesta de miedo, se activan
simultáneamente vías rápidas y lentas. La reacción rápida va directamente desde
el tálamo, responsable de retransmitir señales sensoriales, a la amígdala, un
conjunto de núcleos en forma de almendra que asigna significación afectiva y
dirige la respuesta emocional. La reacción lenta conlleva un largo rodeo - entre el
tálamo y la amígdala - que atraviesa la corteza cerebral, la capa externa de tejido
neural que desempeña un papal clave en la memoria y el pensamiento. Esta ruta
indirecta posibilita una evaluación más cuidadosa y consciente del estímulo y una
respuesta meditada.

Existen varios “tipos” de curiosidad, ese anhelo de saber más. El psicólogo


británico-canadiense Daniel Berlyne representó graficamente la curiosidad a lo
largo de dos dimensiones o ejes principales: uno que se extendía entre la
curiosidad perceptual y la epistémica, y otro que cruzaba desde la curiosidad
específica a la diversiva. La curiosidad perceptual se debe a valores atípicos
5
extremos, a estímulos nuevos, ambiguos o desconcertantes, y motiva la
inspección visual. Pensemos, por ejemplo, en la reacción de niños asiáticos de un
pueblo remoto que ven por primera vez a un caucásico. Por lo general, la
curiosidad perceptual disminuye con la exposición continua. En el esquema de
Berlyne, la curiosidad percepcional opuesta es la epistémica, que es el verdadero
deseo de conocimiento (el “apetito de saber”, en palabras del filosofo Immanuel
Kant). Esta curiosidad ha sido el principal eje impulsor de todas las
investigaciones científicas básicas y las indagaciones filosóficas, y probablemente
fue la fuerza que suscitó las primeras búsquedas espirituales. El filósofo del siglo
XVII Thomas Hobbes la denominaba “anhelo de la mente”, añadiendo que “por la
perseverancia en el deleite que produce la continua e infatigable generación de
conocimiento” supera “la fugaz vehemencia de todo placer carnal» en el sentido
de que complacerse en ello solo provoca un deseo mayor. Hobbes vio en este
“deseo de saber por qué” (énfasis añadido) la característica que distingue a los
seres humanos de los demás seres vivos. En efecto, como veremos en el capitulo
7, ha sido la singular capacidad de preguntar “¿por qué?” lo que ha llevado a
nuestra especie a donde hoy está. La curiosidad epistémica es la curiosidad a la
que aludía Einstein cuando a uno de sus biógrafos dijo lo siguiente: “No tengo
ningún talento especial. Solo soy apasionadamente curioso”.

Para Berlyne, la curiosidad específica refleja el deseo de una información


concreta, como pasa en los intentos por resolver un crucigrama o recordar el título
de la película que vimos la semana pasada. La curiosidad específica impulsa a los
investigadores a examinar problemas distintos para entenderlos mejor e identificar
potenciales soluciones. Por último, la curiosidad diversiva hace referencia tanto al
inquieto deseo de explorar come a la búsqueda de estímulos nuevos para evitar el
aburrimiento. Hoy en día, este tipo de curiosidad acaso se manifieste en la
constante revisión en busca de mensajes de texto o emails nuevos o en la
impaciencia con que aguardamos el modelo más reciente de smartphone. A
veces, la curiosidad diversiva da lugar a curiosidad específica dado que la
conducta buscadora de novedades quizá alimente un interés determinado.

Aunque las distinciones de Berlyne entre diferentes clases de curiosidad han


demostrado ser sumamente fructíferas en muchos estudios psicológicos, hemos
de considerarlas solo como algo indicativo a la espera de conocer más a fondo los
mecanismos esenciales de la curiosidad. Al mismo tiempo, se han propuesto
algunos otros tipos de curiosidad, como la empática antes mencionada, que no se
encuadran con claridad en las categorías de Berlyne. Por ejemplo, está la
curiosidad morbosa que da lugar a fisgoneo: incita invariablemente a los
conductores a reducir la velocidad y observar los accidentes en la carretera e
induce a la gente a congregarse en masa en torno a escenas de crímenes
violentos o edificios en llamas. Es la clase de curiosidad que al parecer generó un
elevadísimo número de visitas en Google para ver el horripilante video de la
decapitación del ingeniero británico Ken Bigley, en Irak, en 2004.

Además de los tipos potencialmente distintos, existen también niveles diversos de


intensidad que cabe asociar a un surtido de géneros de curiosidad. A veces, un
6
pequeño fragmento de información basta para satisfacer la curiosidad, como pasa
en algunos casos de curiosidad específica: ¿quién dijo aquello de que “la injustica
en cualquier parte es una amenaza para la justicia en todas partes”? En otras
ocasiones, la curiosidad puede impulsar a alguien a un apasionado viaje durante
toda la vida, como sucede a veces cuando la curiosidad epistémica guía la
investigación científica é ¿cómo surgió y evolucionó la Vida en la Tierra? En la
curiosidad hay asimismo claras diferencias individuales, en lo relativo a la
frecuencia de su aparición, el nivel de intensidad, la cantidad de tiempo que la
gente esté dispuesta a dedicar a la exploración, y en general la actitud receptiva y
la preferencia por experiencias novedosas. Para una persona determinada, una
vieja botella arrojada a la playa en la isla de Amrum, en la costa alemana del mar
del Norte, quizá sea solo eso: un símbolo de contaminación en proceso de
desintegración. Para otra, un hallazgo así acaso suponga una oportunidad para
vislumbrar un mundo anterior y fascinante. Un mensaje en una botella encontrada
en abril de 2015 resultó ser de un período comprendido entre 1904 y 1906, el más
viejo hallado jamás. Esta pasó a formar parte de un experimento para estudiar las
corrientes marinas.

Del mismo modo, Ed Shevlin, barrendero de la ciudad de Nueva York que recoge
basura cinco mañanas a la semana, sintió tal entusiasmo por el idioma gaélico de
Irlanda que se matriculó en un máster de la Universidad de Nueva York sobre
estudios irlandeses-americanos.

Hace unas dos décadas, un extraño acontecimiento astronómico ilustró a la


perfección el modo en que unos cuantos tipos de curiosidad presuntamente
distintos, como el suscitado por la novedad y el que representa el ansia de
conocimiento, pueden combinarse y alimentarse mutuamente para constituir una
atracción irresistible. En marzo de 1993 se detectó un cometa antes desconocido
que describía órbitas alrededor de Júpiter. Los descubridores eran cazadores
veteranos de cometas, los astrónomos Carolyn y Eugene Shoemaker, marido y
mujer, y David Levy. Como era el noveno cometa periódico identificado por este
equipo, el objeto recibió el nombre de Shoemaker-Levy 9. Un análisis detallado de
la órbita dio a entender que seguramente había sido capturado por la gravedad de
Júpiter unas décadas atrás, y que durante un excesivo y catastrófico
acercamiento en 1992, se rompió en pedazos debido a las grandes fuerzas de las
mareas (de estiramiento). En la figura 1 aparece una imagen tomada por el
Telescopio Espacial Hubble en mayo de 1994, en la que se aprecian las dos
docenas o así de fragmentos resultantes mientras proseguían su recorrido por la
ruta del cometa, como una sarta de perlas brillantes.

7
Figura 1

En el mundo astronómico, y fuera de él, empezó a crecer el entusiasmo cuando


diversas simulaciones por ordenador señalaron la probabilidad de que los
fragmentos chocaran con la atmósfera de Jupiter y se estrellaran contra el
planeta. Estas colisiones son relativamente raras (aunque uno de estos impactos
en la Tierra hace unos 66 millones de años resultó ser funesto para los
dinosaurios), y antes no se había presenciado ninguna directamente. Astrónomos
de todo el globo aguardaban impacientes. No obstante, nadie sabía si los efectos
del cheque serían realmente visibles desde la Tierra o si los fragmentos solo
serían engullidos con calma por la atmósfera gaseosa de Júpiter come piedrecitas
en un estanque grande e impasible.

Se esperaba que el primer trozo de hielo golpease la noche del 16 de julio de


1994, de modo que casi todos los telescopios en Tierra y en el espacio, incluido el
Hubble, apuntaban a Júpiter. Debido al hecho de que rara vez se pueden
observar en tiempo real fenómenos astronómicos espectaculares (la luz tarda
muchos años en llegar a la Tierra desde numerosos objetos de interés, pero solo
una media hora desde Júpiter), el acomecimiento transmitía una sensación de
“oportunidad única en la vida”. En consecuencia, no era de extrañar que un grupo
de científicos, incluido yo mismo, nos reuniéramos en terno a una patalla de
ordenador mientras los datos estaban a punto de ser transmitidos desde el
telescopio (figura 2). La pregunta que nos hacíamos todos era esta: ¿veríamos
algo?

8
Figura 2

Si tuviera que ponerle título a la figura 2, sé exactamente cuál sería: iCuriusidad!


Para sentir el contagioso atractivo de la curiosidad, lo único que hay que hacer es
examinar la postura y las expresiones faciales de los científicos presentes. En
cuanto vi esta fotografía al día siguiente, me acordé de una extraordinaria obra de
arte realizada hace casi cuatrocientos años, La lección de anatomía del doctor
Nicolás Tulp, de Rembrandt (figura 3). El cuadro y la foto son casi idénticos en
cuanto al modo de capturar la emoción de la curiosidad exaltada. Lo que me
parece especialmente fascinante es el hecho de que Rembrandt no centra la
atención en la anatomía del cadáver desollado que está siendo diseccionado
(aunque los músculos y tendones estén representados con bastante precisión), ni
siquiera en la identidad del muerto (un joven ladrón de abrigos llamado Aris Kindt,
colgado en 1632), cuyo rostro está sombreado en parte; Rembrandt estaba sobre
todo interesado en expresar con exactitud las reacciones individuales de cada uno
de los profesionales médicos y aprendices que asisten a la lección. Colocó en
primer plano la curiosidad.

9
Figura 3

La fuerza de la curiosidad trasciende sus percibidas contribuciones potenciales a


la utilidad o a los beneficios. Ha demostrado ser en sí misma un impulso
imparable. Por ejemplo, los esfuerzos invertidos por los seres humanos en
explorar e intentar descifrar el mundo circundante siempre han superado en
mucho a los necesarios para la simple supervivencia. Por lo visto, conformamos
una especie incesantemente curiosa, algunos de nosotros sentimos una
curiosidad incluso compulsiva. Segfin Irving Biedetman, neurocientífico de la
Universidad del Sur de California, los seres humanos están diseñados para ser
“infóvoros”, criaturas que devoran información. ¿De qué otro modo podríamos
explicar los riesgos que a veces corre la gente para satisfacer este gusanillo de la
curiosidad? El gran orador y filósofo romano Cicerón interpretó el paso de Ulises
junto a la isla de las sirenas como un esfuerzo por oponer resistencia a la
tentación de la curiosidad epistémica: “No era la dulzura de sus palabras o la
peculiaridad y diversidad de sus cantos, sino el hecho de declarar que sabían
muchas cosas y la pasión por aprender de los navegantes lo que arrastraba a
estos hacia los escollos de las sirenas”.

El filósofo francés Michael Foucault describe a las mil maravillas algunas de las
características inherentes a la curiosidad: “La curiosidad evoca el “cuidado”,
evoca la solicitud que se tiene con lo que existe y podría existir, un sentido
agudizado de lo real pero que nunca se inmoviliza ante ello, una prontitud en
encontrar extraño y singular lo que nos rodea, un cierto encarnizamiento en
deshacernos de nuestras familiaridades y en mirar de otro modo las mismas
cosas, un cierto ardor en captar lo que sucede y luego desaparece, una
10
desenvoltura a la vista de las jerarquías tradicionales entre la importante y lo
esencial”.

Como veremos, las investigaciones modernas sugieren que la curiosidad puede


ser fundamental para el adecuado desarrollo de las destrezas perceptuales y
cognitivas en la infancia temprana. También está bastante claro que la curiosidad
sigue siendo una fuerza poderosa para la expresión intelectual y creativa en
etapas posteriores de la vida. ¿Significa esto que la curiosidad es un producto
directo de la selección natural? En tal casp, ¿por qué a veces ciertas cuestiones
aparentemente triviales nos vuelven de lo más curiosos? ¿Por qué de vez en
cuando, en un restaurante, nos esforzamos por descifrar los siseos de la
conversación de la mesa de al lado? ¿Por qué nos resulta más difícil no escuchar
a alguien que habla por teléfono (cuando oímos solo la mitad de la conversación)
que escuchar a dos personas que hablan cara a cara? ¿La curiosidad es
totalmente innata o aprendemos a ser curiosos? ¿La curiosidad ha evolucionado
desde los 3,2 millones de años que separan a Lucy - la criatura Casi humana,
transicional, cuyos huesos fueron encontrados en Etiopia - del Homo sapiens, los
seres humanos actuales? ¿Qué procesos psicológicos y qué estructuras del
cerebro están implicados en el hecho de ser curioso? ¿Existe un modelo teórico
de curiosidad? Ciertos trastornos del neurodesarrollo Como el TDAH,
¿representan curiosidad “a tope” o curiosidad sin rumbo fijo?

Antes de adentrarme en las investigaciones científicas sobre la curiosidad, decidí


(impulsado por mi propia curiosidad personal) dar un breve rodeo para examinar
detenidamente a dos individuos que, a mi entender, encaman dos de las mentes
más curiosas que hayan existido jamás. Creo que pocos discreparán de esta
descripción de Leonardo da Vinci y el físico Richard Feynman. Los inagotables
intereses de Leonardo abarcaban esferas tan amplias del arte, la ciencia y la
tecnología que a día de hoy sigue siendo la quintaesencia del hombre del
Renacimiento. El historiador del arte Kenneth Clark lo llamó apropiadamente “el
hombre más incansablemente curioso de la historia”. El genio y los logros de
Feynman en numerosos ámbitos de la física son legendarios, pero también le
encantaban la biología, la pintura, abrir cajas fuertes, tocar el bongó, las mujeres
atractivas o el estudio de los jeroglíficos mayas. Llegó a ser conocido
públicamente como miembro de la comisión que investigó el desastre del
transbordador espacial Challenger y gracias a sus libros superventas, repletos de
anécdotas personales; Cuando se le pidió que identificara lo que, a su juicio, era
el motivador clave del descubrimiento científico, Feynman contestó: “Tiene que
ver con la curiosidad. Tiene que ver con querer saber por qué algo hace algo”.
Estaba haciéndose eco de las opiniones del filósofo francés del siglo XVI Michel
de Montaigne, que exhortaba a sus lectores a explorar el misterio de las cosas
cotidianas. Como veremos en el capitulo 5, diversos experimentos con niños
pequeños han demostrado que lo que a menudo suscita su curiosidad es el deseo
de entender la relación causa-efecto en su entorno inmediato.

No espero que una inspección - por minuciosa que sea - de la personalidad de


Leonardo y Feynman revele forzosamente alguna percepción profunda sobre el
11
carácter de la curiosidad. Con respecto a eso, numerosos intentos anteriores por
desvelar rasgos Comunes a muchas figuras históricas geniales han puesto de
manifiesto solo una desconcertante diversidad con respecto a la formación y las
características psicológicas de estos individuos. Veamos los gigantes científicos
Isaac Newton y Charles Darwin. Newton se distinguió por su capacidad
matemática sin igual, mientras Darwin, según él mismo admitía, andaba bastante
flojo en mates. Incluso en las diversas clases de genios de una disciplina científica
dada, parece haber una serie ambigua de cualidades. El físico Enrico Fermi
resolvió muchos problemas complicados a los diecisiete años, mientras que
Einstein fue, en términos relativos, de floración tardía. Eso no significa que todos
los esfuerzos por identificar unas cuantas características compartidas estén
condenados al fracaso. En el ámbito de la creatividad prodigiosa, por ejemplo, el
psicólogo Mihály Csíkszentmihályi, de la Universidad de Chicago, ha sido capaz
de sacar a la luz algunas tendencias que parecen asociadas a la mayoría de las
personas excepcionalmente creativas (las descritas brevemente al final del
capitulo 2). Por tanto, creo que valdría la pena el ejercicio de analizar al menos si
en las fascinantes mentes de Leonardo y Feynman había algo que nos procurase
una pista sobre el origen de su insaciable curiosidad. Para mi, la cuestión clave
era el hecho de que, con independencia de si Feynman y Leonardo tenían algo en
común aparte de su curiosidad, ambos se elevaban tan por encima de sus
respectivos entornos en cuanto a su espíritu investigador, que cualquier intento de
observar las cosas desde su perspectiva sin duda seria estimulante. Comienzo
con Leonardo, que en una ocasión expresó con gran elegancia su pasión por la
comprensión al decir: “No se puede amar ni odiar nada si antes no se ha llegado a
su conocimiento”.

Por cierto, en caso de que alguien tenga curiosidad por saber, si realmente vimos
algo cuando el primer fragmento del cometa Shoemaker-Levy 9 impactó en la
atmósfera de Júpiter… iPues sí! Al principio hubo un punto de luz sobre el borde
del planeta. Cuando el fragmento penetró en la atmósfera, produjo una explosión
que se tradujo en una nube en forma de hongo parecida a la provocada por una
bomba atómica. Todos los fragmentos dejaron «heridas» visibles (áreas con
compuestos azufrosos) en la superficie de Júpiter (figura 4). Estas manchas
duraron meses hasta que se extendieron debido a corrientes y turbulencias en el
seno de la atmósfera del planeta, y los restos se difundieron hacia abajo, a
altitudes inferiores.

12
Figura 4

13
TEXTO 2
Chon, O. (s/f)
Aspectos filosóficos y sociales de la ciencia

1. ¿Qué es la ciencia?

Históricamente, la ciencia nace en Mileto, actual Turquía, y el primer científico que


podemos identificar es al mismo tiempo el primer filósofo, es decir, Tales de
Mileto. Él dio una explicación racional del mundo sin depender de los dioses o de
explicaciones mitológicas. Él proponía que el origen de las cosas estaba en el
agua. No es coincidencia que el primer científico sea el primer filósofo, ya que
para hacer ciencia hay que tener espíritu filosófico, problematizar, generar
preguntas, tener pasión por la búsqueda del saber.

La ciencia es una forma de conocimiento que se obtiene a través de la realización


de una serie de pasos con una secuencia lógica. El hecho de que sea una forma
de conocimiento significa que existen otras, como el conocimiento religioso, el
filosófico, el político y el social. Cada forma de conocimiento es una forma de
construcción que hacemos en nuestra mente para poder entender el mundo. Sin
embargo, el conocimiento científico, a diferencia de otras formas de conocimiento,
nos ha dado grandes resultados. Nos ha permitido mejorar los cultivos,
contrarrestar enfermedades, ir a la Luna, entre una infinidad de beneficios.
¿Significa que la ciencia es un conocimiento absoluto y definitivo? La ciencia es
superior a otras formas de conocimiento, pero hay otros aspectos en los que no
puede darnos respuesta, como por ejemplo el sentido de la vida y del universo.
Las creencias que podamos tener en relación al mundo en que vivimos se
encuentran en un plano subjetivo, mientras que la ciencia es intersubjetiva, se
establece por consenso de resultados a partir de las interpretaciones que damos
de los mismos.

La ciencia se puede dividir en dos grandes grupos: ciencias formales y ciencias


empíricas. El centro de interés de las ciencias formales no es necesariamente el
contenido observable del mundo, hablamos de la matemática y la lógica. Hablar
de fórmulas lógicas no hace alusión a ningún estado de cosas concreto en el
mundo, pero sí nos ayuda a entender la manera cómo razonamos. Por otro lado,
en las ciencias empíricas podemos encontrar a las ciencias sociales (sociología,
psicología, antropología, etc.) y a las ciencias naturales (física, química,
astronomía, astrobiología, etc.). El centro de interés de las ciencias empíricas es
el mundo de la experiencia o mundo empírico (Bunge, 2005). Ello no impide que
las ciencias formales y empíricas puedan interactuar, de hecho lo hacen siempre,
ya que toda ciencia necesita de algún contenido formal para poder desenvolverse.

La ciencia es producto de la cultura, y esta cambia con el tiempo, de modo que la


ciencia, naturalmente, también va cambiando su forma de manifestarse a lo largo
de la historia humana. El concepto de ciencia de Newton no es igual al concepto
actual, y probablemente tengamos cambios en el futuro. A pesar de que el
conocimiento científico pueda ser más confiable, es refutable, es decir, pueden
14
encontrarse casos en los que la teoría que alguna vez fue apoyada por la
comunidad científica ha sido reemplazada por otra teoría. Por ejemplo la idea de
que la Tierra estaba en el centro del universo en su momento fue reemplazada
por la idea que señalaba al Sol ocupando dicha posición, el llamado giro
copernicano.

1.1 Otras formas de conocimiento

Existen otras formas de conocimiento que pueden ayudarnos a entender nuestra


realidad. El conocimiento científico es una forma de conocimiento, pero existen
otras formas que también están enfocadas a entender el mundo que nos rodea.
Por ejemplo, el conocimiento religioso. La palabra religión viene del latín religare,
el acto de unir, de religar. Podría decirse que esta conexión con los objetos del
mundo cobra sentido en la religión. El mundo de la persona religiosa cobra
sentido por la creencia que viene de su propia forma de ver el mundo. La
dimensión religiosa del conocimiento es personal y se comparte con quienes
aceptan el mismo credo. Por contraste el conocimiento científico no depende del
credo de nadie y se basa en las evidencias.

El mundo en el que vivimos es complejo, es múltiple, es diverso, y cada forma de


conocimiento tiene sus propios matices. Eso no significa que cualquier tipo de
conocimiento sea igual de válido que el científico. Cada forma de conocimiento
posee sus principios y reglas que deben respetarse si uno se encuentra inmerso
en él. El conocimiento religioso puede acompañar a la persona que está
investigando dentro de las ciencias naturales dándole un sentido de vida como
individuo, pero en ningún momento se debe presuponer que un conocimiento es
superior al otro en términos absolutos.

1.2. ¿Qué no es ciencia?

Aparte de otras formas de conocimientos no científicos, existen otras formas de


pensamiento que no corresponden con el pensamiento científico como la
pseudociencia y la falsificación de la información. La pseudociencia es un intento
para hacer pasar como científico un conocimiento que no lo es. La pseudociencia
puede realizarse con engaños o a veces de modo involuntario, pero por su
naturaleza no puede ser científica, por eso se denomina “pseudo” que significa
falso. El conocimiento pseudocientífico puede resultar peligroso o benigno;
peligroso porque puede, por ejemplo, realizar tratamientos aparentemente
médicos justificados por la ciencia pero que en realidad no tienen ningún efecto
beneficioso; benigno, porque la gente que lee su horóscopo lo consulta para
saber cómo le irá en el futuro. Una de las características de la pseudociencia es
que sus enunciados son irrefutables, no se pueden demostrar como falsos dentro
de su propio sistema de pensamientos. La pseudociencia no sigue un
procedimiento de revisión por pares, no garantiza la adecuada manipulación de
datos, considera la crítica como parte de una conspiración, usa una lógica
inadecuada. Ejemplos de pseudociencia son la astrología, la medicina
homeopática, la ufología, el negacionismo y la numerología.
15
La falsificación de la información se encuentra también dentro del conocimiento
no científico. Se falsifica información cuando existe manipulación de data. Cuando
se intenta hacer pasar como verdadero algo que no ha sido probado ni validado.
Dentro de ello se encuentra la fabricación de la información para obtener
aparentes resultados beneficiosos. La falsificación de la información es una
práctica que debe prevenirse a través de la educación con énfasis en la ética de
la investigación.

Sin embargo, hay otro tipo de conocimiento que no llega a ser ciencia totalmente
pero que está en proceso, la denominada protociencia. La protociencia es un
modo de conocimiento en proceso de convertirse en científico. Se la identifica por
los criterios científicos de la época, por ejemplo, la alquimia es la protociencia de
la química. A medida que aquella fue evolucionando su perfil científico se fue
consolidando. Sin embargo, la alquimia que se presenta como científica en la
actualidad es pseudociencia, ya que los criterios para definir como científico un
conocimiento no son los mismos que los de hace 500 años.

1.3. ¿Qué es la investigación científica?

La investigación científica sigue las pautas del denominado método científico, que
puede resumirse en el siguiente esquema: observación – problema – hipótesis –
contrastación – teoría – ley. El ser humano posee de forma innata la curiosidad
por investigar, por eso es importante mantener ese interés a lo largo de su vida.
Para poder investigar se requiere de una base previa de conocimientos, nadie
hace investigación de la nada. Es necesario estudiar los antecedentes del tema a
investigar, para poder ubicarse en el tiempo, espacio y lugar. Conocer el estado
del arte previo es fundamental para determinar de qué forma una investigación es
novedosa y original.

La investigación puede ser histórica si queremos explicar acontecimientos


pasados; descriptiva si queremos interpretar hechos actuales; experimental si se
manipula una variable para determinar el efecto que tenga sobre otra variable;
correlacional si se desea demostrar la relación entre las variables que se
estudian.

La investigación también puede ser básica o aplicada. Básica si procura generar


conocimiento teórico sin salirse de él, es decir, no logra aplicarse ni materializarse
en el proceso. La investigación aplicada busca producir conocimiento a través de
la materialización de la información que se recopila. Cabe mencionar que el
conocimiento científico aplicado con fines de mejorar las condiciones de vida de
las personas y de nuestro entorno se denomina tecnología.

1.4. Paradigmas

Un paradigma es un modelo científico que nos permite interpretar y entender la


realidad. El término fue popularizado por el filósofo de la ciencia Thomas Kuhn
16
(1922-1996). La palabra “paradigma” en la obra de Kuhn posee hasta 21
significados distintos. Por este motivo Kuhn en otro momento de su libro prefiere
usar otra terminología. Sin embargo, para usos prácticos en esta lectura
hablaremos solo de la palabra paradigma.

Las revoluciones políticas comienzan cuando un grupo de personas sienten que


no se están tomando las acciones adecuadas para solucionar los problemas de la
población. Del mismo modo, un grupo de científicos empieza a tener la sensación
de que no se están resolviendo los problemas científicos de manera oportuna. En
ambos casos, la cuestión comienza cuando se observa que no hay una solución a
los problemas que empiezan a emerger. Los cambios revolucionarios que
supusieron el giro copernicano y el descubrimiento de los rayos X son un buen
ejemplo de ello. El número de personas que piensa diferente va en aumento,
mientras que poco a poco el paradigma vigente no puede resolver los nuevos
problemas que suceden. En la ciencia los científicos buscan nuevas formas de
resolver los problemas. Cuando se enfrentan ambos paradigmas, el vigente y el
nuevo, el resultado es una circularidad.

Cada sistema o paradigma solo puede dar cuenta de sí mismo pero no del otro,
ya que cada uno maneja conceptos y procesos que son del propio paradigma.
Incluso si se intenta justificar uno y otro mediante la observación y la
experimentación, ello no dará el resultado esperado puesto que el marco teórico
en el que se encuentran determina una diferente interpretación de los resultados
que se obtengan. Lo que resta entonces ante un paradigma de muchos años no
es demostrarlo, sino persuadir al otro que lo acepte y no lo deje. Es decir, se
trabaja un aspecto subjetivo del investigador (financiaciones, reputación,
contactos). Hay quienes piensan que el progreso de la ciencia se da de manera
acumulativa y no mediante cambios de paradigma. En los hechos el conocimiento
científico desemboca tarde o temprano en giros paradigmáticos, ya que en la
historia de la ciencia no se ve ningún patrón acumulativo.

En un período de ciencia normal se resuelven los denominados enigmas. Los


enigmas son aquellos problemas que la ciencia normal puede resolver dentro del
paradigma vigente. El asunto es que el científico nunca se limita solamente a
resolver los enigmas que le permite su campo paradigmático. La ciencia no es un
trabajo circunscrito a un modo de ver las cosas, tarde o temprano llegará el
momento en el que los enigmas pasan a ser anomalías porque no pueden
resolverse. Kuhn nos dice que hay tres elementos a considerar para entender el
surgimiento de nuevos paradigmas: El primer elemento es el paradigma vigente
que alberga la ciencia actual. Es la interpretación preponderante de los resultados
científicos. El segundo elemento tiene que ver con los problemas que los
científicos resuelven y que están marcados por el paradigma vigente. En este
caso se desarrolla la ciencia normal resolviendo enigmas. Solamente cuando esto
no funciona, existe el potencial de formular una nueva teoría. Es aquí cuando
entra en acción el tercer elemento, las anomalías, problemas que el paradigma
vigente no soluciona. Las anomalías no pueden ser asimiladas por el paradigma
vigente. La nueva teoría que se elabore debe explicar no solo lo que ya explicó el
17
paradigma vigente, sino que debe tener un alcance mucho mayor y ser precisa.
Esto generará una crisis en la transición de paradigmas, pero no significa que de
inmediato se rechace la antigua teoría. Por un tiempo ambos paradigmas se ven
rivales, pero se deja entrever eventualmente que el paradigma nuevo es mucho
mejor (Kuhn, 2006).

1.5. Importancia de la ciencia en la sociedad del conocimiento

La importancia de la ciencia para la sociedad es fundamental. Es gracias a la


ciencia que progresa y mejora la calidad de vida de las personas. Sin embargo, la
ciencia como tal no puede garantizar la mejora, por ello se hace necesario
desarrollar políticas adecuadas para que el progreso se logre. La ciencia y la
política deben coincidir para canalizar una auténtica sociedad del conocimiento.
El progreso de la ciencia no se puede lograr solo invirtiendo en infraestructura,
sino que requiere de otros elementos, como la educación. La sociedad del
conocimiento se diferencia de la sociedad de la información porque la segunda se
relaciona específicamente con las tecnologías de la información y la comunicación
(TIC).

La idea de sociedad del conocimiento no debe reducirse a una sociedad que


dispone de tecnologías de la información y comunicación, porque eso puede
llevar a la equivocada creencia de que el tránsito a una sociedad del conocimiento
descansa en el incremento del uso de artefactos como teléfonos móviles,
computadoras y conexiones a internet, en vez de poner el énfasis en la educación
de las personas (Olivé, 2013, p. 50).

El acceso al conocimiento debe ser universal, se debe evitar la homogeneización


cultural, y se deben respetar las diversas formas de vida y valores que cada país
posee. La denominada tecnociencia debe estar enfocada en respetar y fomentar
valores apropiados al mismo tiempo que saber hacer uso adecuado de la ciencia
y la tecnología. La tecnociencia se caracteriza porque la empresa, la industria, el
gobierno y las instituciones toman decisiones basándose en la ciencia y la
tecnología, con la finalidad de promover riqueza, producir desarrollo y generar
crecimiento.

Este progreso tecnocientífico debe ir de la mano con los lineamientos de la


Unesco de respetar y preservar la diversidad cultural de cada país. Cada país
debe generar las condiciones para que sus propios habitantes encuentren las
mismas posibilidades de desarrollo dentro de un contexto multicultural, nadie
deberá ser excluido. Las políticas tecnocientíficas mal encaminadas solo pueden
conducir a aumentar la brecha de desigualdad social. La tecnología por sí misma
no produce desigualdad, sino las políticas mal implementadas, que excluyen a los
sectores marginados y a los pueblos indígenas.

La técnica es la forma usada para resolver un problema concreto mediante una


habilidad, conocimiento o regla. La técnica forma parte de toda cultura humana.
Puede reproducirse y no necesariamente implica conocimiento científico. Los
18
artefactos son el resultado de las transformaciones hechas con otros objetos
mediante el uso del sistema técnico. Un artefacto es un avión, una computadora,
un autobús o un celular. Los artefactos y las técnicas existen gracias a que
existen agentes intencionales, es decir personas, que piensan de antemano en
relación a su funcionalidad y finalidad.

Todo esto sucede con el trasfondo de valores que permiten apreciar y valorar los
objetos o técnicas empleadas. Un cuchillo puede ser producido y apreciado por su
capacidad de cortar carne, una vela puede ser producida para iluminar un
ambiente, o incluso una estatua de Jesús puede ser fabricada para satisfacer
ciertas creencias religiosas. Por otro lado, los sistemas tecnológicos involucran
una serie de conocimientos científicos que pueden servir para “describir, explicar,
diseñar y aplicar soluciones” pero no de modo rudimentario, sino de modo
organizado, sistemático y racional. Por eso se puede considerar al conocimiento
tecnológico como la aplicación del conocimiento científico.

Los sistemas tecnocientíficos, por su parte, poseen una base científica y


tecnológica. Están ligados a instituciones de investigación, a organizaciones
políticas, empresariales y militares. Se organizan en un trasfondo de valores y
creencias de lo que se considera provechoso para la sociedad. En suma, abarcan
tanto a los sistemas técnicos, tecnológicos y científicos.

Referencias

Alvarado, C. (2005). Epistemología. Lima: Mantaro.


Bunge, M. (2005). La ciencia, su método y su filosofía. Barcelona: Debolsillo.
Kuhn, T. (2006). La estructura de las revoluciones científicas (3a ed.).
México DF: Fondo de Cultura Económica.
Olivé, L. (2013). La ciencia y la tecnología en la sociedad del conocimiento.
Ética, política y epistemología. Segunda reimpresión. México: Fondo de
Cultura Económica.

19
TEXTO 3
Rocha, C. (2015) Metodología de la Investigación. México DF. Oxford.
El Problema: su Planteamiento y su delimitación (capítulo 7)

¿Cómo se plantea un problema de investigación?

De acuerdo con el proceso de investigación propuesto en capítulos precedentes


corresponde en este apartado ocupamos del problema de investigación. Para ello,
primero explicaremos las implicaciones del planteamiento del problema.

7.1 Problema de investigación

¿En qué consiste el planteamiento del problema de investigación?

Podemos decir llana y claramente que sin problema no hay investigación, por ello
es importante no solo identificar el problema de investigación, sino saberlo
plantear; de dicha tarea hablaremos en este capitulo.

Ahora bien, no basta con tener conocimiento sobre el tema o idea de


investigación, sino saber qué estamos buscando, qué pretendemos resolver con
la investigación, qué queremos encontrar, adónde queremos llegar, por qué y
para qué hacemos la investigación, y cuál es su alcance. Para esto es
indispensable pasar de la idea o tema de investigación inicial al planteamiento del
problema de la investigación.

De acuerdo con la experiencia del investigador y de su creatividad, plantear el


problema de investigación puede resultar una tarea fácil o demasiado compleja,
pues se requiere saber qué buscar y adónde se desea llegar. Muchas dificultades
que enfrentan los tesistas, y en general los investigadores, es tener claridad sobre
cuál es el problema que pretenden resolver con la investigación. De alguna
manera conlleva responder con claridad la pregunta: ¿qué busco con esta
investigación?

Plantear el problema adecuadamente implica definir el alcance o su delimitación.


Si tenemos claridad sobre lo que buscamos o pretendemos resolver con la
investigación, podremos saber si está a nuestro alcance y si la investigación tiene
factibilidad, no solo desde el punto de vista de la capacidad intelectual del
investigador, sino también en términos económicos, ya que demanda recursos y
quien los aporta espera el retomo de lo que invierte. En el ejercicio profesional es
común que cuando se presenta un proyecto de investigación se acompañe
también de un presupuesto y de un cronograma para su ejecución. Si el problema
o alcance de la investigación no está claro, difícilmente se puede llevar a cabo; lo
mismo ocurre con una investigación académica.

20
Un problema bien planteado, y cuyo alcance y factibilidad se establezca, asegura
una solución satisfactoria. En cambio, carecer de claridad sobre lo que buscamos
o pretendemos con la investigación implica simplemente que ni siquiera
tendremos idea de cómo plantearla, y menos aún tendremos capacidad para
proponer una hipótesis tentativa o explicar cómo abordaremos el problema.

7.2 Elementos del planteamiento del problema

¿Cuáles son los elementos para el planteamiento del problema?

El planteamiento del problema de investigación requiere una serie de


cuestionamientos sobre el tema que se traducen en interrogantes que deberán
responderse al realizarla.

Para plantear de manera adecuada el problema de estudio hay que considerar los
elementos que nos ayudarán a precisarlo con claridad, los cuales estudiaremos
en los apartados siguientes.

7.2.1 Justificación del problema de investigación

¿por qué y para qué se hace la investigación?

La justificación del problema de investigación, se dice fácil, consiste en explicar


por qué y para qué se hace esta, pero también implica responder, entre otras, las
siguientes preguntas: ¿Qué se pretende con la investigación? ¿Qué buscamos
con ella? ¿Qué deseamos resolver? ¿Cuáles son sus pretensiones? ¿Para qué
buscamos las respuestas? ¿Cuáles son las razones para hacerla? ¿Qué fines
perseguimos? ¿Cuáles son los propósitos? ¿Qué beneficios pretendemos obtener
con la investigación?

Es un hecho que la investigación no se hace por capricho o per simple curiosidad,


sino con fines que en ocasiones se han de justificar, bien ante un jurado
universitario, ante un comité de investigadores o ante quienes tienen en sus
manos la facultad de asignar los recursos para su realización y en el campo de
trabajo para que se evalúe el costo beneficio de la investigación y se consiga su
autorización.

7.2.2 Objetivos de la investigación

¿Cómo se plantean los objetivos de la investigación?

Se debe señalar claramente qué pretende la investigación, es decir, cuáles son


los objetivos; estos, como integran la justificación de la que hablamos en el
apartado anterior, se encuentran muy relacionados.

Toda investigación busca resolver o contribuir a resolver un problema. En este


sentido, se requiere precisar cuál se supone que la investigación contribuirá a
21
resolver; o bien, si este se mueve en el campo de la teoría se debe especificar
cuáles son o serán las aportaciones teóricas de la investigación y de qué modo
ayudarán a explicar de mejor manera un determinado aspecto de la ciencia en
cuestión.

Los objetivos de la investigación deben tener las características siguientes:

1. Ser claros y precisos. Esto significa evitar a toda costa la ambigüedad, pues la
claridad de los objetivos mantendrán el foco del investigador para evitar que se
desvíe. En consecuencia, conviene desechar los objetivos vagos que no aportan
a dicha labor.

2. Ser alcanzables. Esta característica, junto con la que sigue se complementan.


Implica que los objetivos de la investigación, una vez fijados con claridad, se han
de juzgar alcanzables en términos tanto de la capacidad del investigador, como
de los recursos materiales con que cuenta, además del tiempo que le dedicaré.
Por ejemplo, he escuchado objetivos, por supuesto mal formulados desde todo
punto de vista, como: Análisis comparativo de los códigos penales del mundo,
propuesta de un nuevo código civil. Estudio de los derechos humanos. Esta es
una muestra fehaciente de objetivos poco claros, imprecisos e inalcanzables.

3. Ser retadores. Los objetivos deben representar un desafío para el investigador


y demandar su máximo esfuerzo, sobre todo si, por ejemplo, pretende doctorarse;
en ese caso ha de pensar que su investigación es la mejor de su vida y debe
esforzarse por demostrarlo.

4. Ser verificables o comprobables. La eficiencia y eficacia de la investigación se


encuentra en la medida en que responde al problema planteado y se comprueba
que se alcanzaron, ya sea que la investigación se haya planteado cualitativa o
cuantitativa, documental o de campo; para ello, sus resultados y objetivos
planteados deben ser verificables o comprobables.

Si bien muchos tutores no exigen a los tesistas la justificación y los objetivos de la


investigación, imaginemos los resultados de estas. Otros, aunque los exigen, no
se percatan de que estén mal redactados, pues también hay toda una técnica
para ello.

En conclusión, tener objetivos precisos en la investigación significa entender lo


que buscamos. Cuando esto no sucede, simplemente no vamos para ningún lado.
A pesar de que parezca extraño, es muy frecuente, pues se divaga y no se sabe
qué es investigar. Gran cantidad de investigaciones de maestría y doctorado se
convierten en la transcripción de textos sin sentido, lo cual sucede precisamente
por no diseñar o seguir un proceso de investigación.

Si no entendemos el problema, la justificación y los objetivos que perseguimos en


la investigación, no tiene caso seguir adelante. Este es el problema de muchos
tesistas, la mayoría batalla incluso para encontrar un tema, una idea o un
22
proyecto. Ante ello se paralizan y desisten de obtener el grado; por esa razón, hay
muchos maestros y doctores sin grado, pero lo más grave es que también
abundan grados sin maestros ni doctores… espero entiendan el sarcasmo.

Los tutores, en ninguna circunstancia, deben permitir seguir adelante a quienes


no tengan claridad sobre el problema de investigación ni escriban siquiera una
línea; muchos dicen haber iniciado su investigación porque escriben algunas
cuartillas desarticuladas. Sobre este asunto particular, debe quedar claro que la
redacción del informe de investigación se inicia hasta que la investigación ha
concluido.

7.3 Formulación del problema

¿Cómo se formula el problema de investigación?

Ya hablamos de la importancia de definir un tema concreto o idea de investigación


en un área que sea del dominio o conocimiento del investigador y sobre el cual
exista factibilidad clara de encontrar bibliografía o dates suficientes para llevarla a
cabo.

Es común que el planteamiento del problema se haga mediante la formulación de


preguntas en torno al problema de investigación, las cuales deben ser
suficientemente exhaustivas, de tal manera que nos conduzcan a una verdadera
búsqueda. Sin embargo, esto no significa que todas deben conducir a una
respuesta; conviene elegir las que contestaremos en función de los objetivos. Por
ejemplo, sobre el tema de las ofertas públicas abiertas (OPA) podemos
plantearnos: ¿Qué son? ¿Cuál es su naturaleza jurídica? ¿Quiénes pueden
participar en ellas? ¿Qué tipo de sociedades pueden emitirlas? ¿Cuáles son los
beneficios que ofrecen? ¿Cómo se realizan? ¿Dónde se regulan? ¿Cuál es el
régimen fiscal al que se sujetan, si es que lo tienen? ¿Cuál es su problemática
jurídica? ¿Cuál es la propuesta de solución? ¿Qué ajustes se sugieren a la
legislación?

Las preguntas formuladas no necesariamente deben responderse. El investigador


decidirá cuáles ha de contestar con la investigación. Sobre las preguntas
podemos afirmar lo siguiente:

- Son el qué de la investigación.


- Representan los objetivos que se alcanzarán con la investigación.
- Deben ser formuladas en forma concreta. Entre más concretas, más claros
serán los objetivos.
- Si son muy generales, no son útiles, más bien dificultan la investigación.

En conclusión, el planteamiento del problema se logra por medio de preguntas


que representan lo que investigamos y los objetivos que buscamos. En tanto
mejor formuladas y concretas estén, significa que el investigador sabe qué busca
y el alcance de su indagación.
23
7.4 Delimitación o alcance del problema

¿Cómo se delimita el problema?

Una vez formulado el problema en términos de preguntas, es necesario


establecer limites con el fin de acotar la idea o tema de investigación a
dimensiones prácticas y manejables. Para ello, el investigador debe contar con los
referentes bibliográficos, revistas e informes científicos que dan idea clara del
fenómeno o hecho que estudiará. Cuando se desprecia esta tarea, es común
encontrar muy avanzada la investigación y darse cuenta de que se están
dispersando los esfuerzos, pues al intentar tratar varios problemas a la vez, se
obtiene un cúmulo desordenado de información.

Una delimitación adecuada permite enfocar los esfuerzos al problema que nos
interesa. Por ejemplo, si investigamos la migración es de suma importancia
delimitar el contexto al que nos referiremos, de otra manera nos meteremos en un
mar de elementos inconexos. Dicho tema se puede estudiar desde los ámbitos de
distintas especialidades, ya sea geográficos, sociológicos, económicos, históricos
e incluso conceptuales, que pueden diferenciarse.

Ahora bien, obsérvese la diferencia si lo delimito; por ejemplo, La migración del


campo a la ciudad de 1990 a 2000, o bien, La migración de mexicanos hacia
Estados Unidos de América de 2008 a 2013.

Come se puede advertir, hemos puesto dos delimitantes, una espacial y otra
temporal. Pudiéramos ir más allá e involucrar otras delimitantes relacionadas con
los motivos por los cuales las personas deciden abandonar sus lugares de origen
y concentrar la investigación en algunas razones que, para mi como investigador,
me interesen, por ejemplo, La migración de mexicanos hacia Estados Unidos de
América por causas de inseguridad de 2008 a 2013 y su impacto en la economía
nacional.

Hemos involucrado en este ejemplo cuatro delimitantes: espacial, temporal, social


y económica. Obviamente, la delimitación del problema, por una parte, acota el
marco espacial y temporal de la investigación y, por otra, sirve para indicar el
interés del investigador.

7.5 Alcances de la investigación

Cuando ya se ha delimitado el problema, es posible ver con claridad los alcances


de la investigación, esto implica una serie de aspectos que ayudarán a evaluar el
proyecto y analizar su viabilidad.

Respecto a los alcances de la investigación, conviene cuestionar al menos los


aspectos siguientes:

24
1. Si el problema de investigación, una vez delimitado, se encuentra al alcance de
las capacidades del investigador. En ocasiones hay proyectos de investigación
cuyos objetivos son deseables, pero por distintas circunstancias no son factibles.

2. Si el problema de investigación es realizable en un tiempo razonable.

3. Si contamos con los recursos económicos necesarios para realizar la


investigación.

4. Si tenemos las herramientas técnicas o instrumentales para llevar a cabo la


investigación.

En conclusión, una investigación demanda, además de los conocimientos y la


disciplina del investigador, una serie se apoyos materiales, tecnológicos,
humanos, e incluso el auxilio de investigadores o expertos de otras áreas del
conocimiento.

7.6 Evaluación del proyecto de investigación

Toda investigación, ya sea de carácter académico o del ámbito profesional, debe


someterse a un proceso de evaluación riguroso, esto es, no basta que sea de
interés del propio investigador; asimismo, debe contar con autorización de
quienes la han de evaluar.

Por ejemplo, si se presenta un proyecto de investigación doctoral, sin duda que


algún consejo doctoral, tutor o instancia universitaria habrán de estudiar el
proyecto y, en dado caso, emitir su autorización.

Ahora bien, 5i trabajamos en el área de investigación de una empresa, esta


tendré que evaluar el proyecto y aportar los recursos materiales necesarios para
su ejecución. Su desarrollo estará en función de una serie de parámetros, Como
la resolución de un problema de interés de la empresa, los beneficios que le
apartará, la utilidad que significará el producto de esa investigación, la tasa de
retomo de la inversión hecha, entre otros.

En términos generales, los criterios que sugerimos para evaluar un proyecto de


investigación son los siguientes:

1. Su factibilidad. Se refiere a las posibilidades reales de llevarse a cabo y de


alcanzar los resultados previstos. La factibilidad puede depender, por una
parte, de atributos propios del investigador (la investigación es interesante,
pero quizá no esté al alcance del investigador) y, por otra, de la
disponibilidad de recursos.
2. Su utilidad social. La investigación en general tiene una implicación u
objetivo social, es decir, debe aportar beneficios, pues muchas
investigaciones que se llevan a cabo en el mundo sirven para resolver los

25
problemas sociales que nos aquejan, como salud, alimentación, vivienda,
etcétera.
3. Sus aportaciones. Desde que se busca un tema, una idea o un proyecto de
investigación se ha de cuestionar la posibilidad de hacer contribuciones;
estas pueden ser de diversos tipos:

a. Aportaciones al conocimiento teórico del área del conocimiento sobre el


cual versa la investigación. Debemos recordar que no toda
investigación tiene fines prácticos, pues hay investigación pura o
teórica, cuya pretensión es incrementar el Conocimiento.
b. Aportaciones prácticas. La investigación en este caso busca resolver un
problema real en cualquier ámbito de las necesidades humanas.
c. Aportaciones cuya finalidad es brindar otras explicaciones más
satisfactorias a temas ya investigados y que sirven de base para brindar
mejores soluciones.
d. Aportaciones sobre nuevos puntos de vista y que dan pie a otras
investigaciones.
e. Aportaciones técnico-metodológicas que contribuyen con mejores
instrumentales o formas para la resolución de futuros problemas.

Sin duda, puede haber otra serie de aportaciones en una investigación, así como
nuevos enfoques no considerados en el análisis de problemas; en este sentido, la
investigación debe cubrir, al menos, alguna de las mencionadas, pero lo
importante es que cualquiera, por mínima que sea, es útil para el desarrollo de la
ciencia.

Como ya lo expresamos, estamos en contra de quienes consideran que las


aportaciones deben ser dignas de un Premio Nobel o necesariamente versar
sobre el conocimiento de punta o producto de investigadores que se encuentran
en los mejores centros de investigación del mundo.

Las contribuciones de los grandes genios a la ciencia han sido de alto valor, pero
también es cierto que la ciencia se ha nutrido del pensamiento de toda la
humanidad. La historia de la ciencia está llena de ejemplos de hombres sencillos
que han dedicado su vida a aportar su reflexión al servicio de los demás, desde
un humilde salón de clases, un pequeño y casero laboratorio, hasta el más
sofisticado centro de investigación.

También nos pronunciamos en contra de quienes desprecian el pensamiento


teórico y están convencidos de que solo es investigación científica la de aplicación
inmediata, o bien la cuantitativa. Para cerrar este capitulo reiteramos que tanto la
investigación cuantitativa como la cualitativa son igualmente serias y meritorias;
también la práctica o aplicada, la teórica o pura, así Como la de campo y la
documental. Todo depende al final de qué tipo de realidad, objeto o hecho se esté
investigando y qué se desee indagar sobre las distintas realidades.

26
TEXTO 4
Rocha, C. (2015) Metodología de la Investigación. México DF. Oxford.
Hipótesis, Indicadores y Variables (Capítulo 10)

¿Cómo se formula una hipótesis?

¿Qué son los indicadores?

La investigación se encuentra asociada a la búsqueda de respuesta o a la


propuesta de solución a un problema, este es el objetivo de la investigación, de tal
manera que prácticamente desde que se elige el tema, idea o proyecto de
investigación se tiene en mente una posible respuesta o solución que en el
transcurso de la investigación se confirmaré o se desmentiré. Podemos decir que
la investigación consiste en comprobar o no hipótesis, de ahí la importancia de
saberlas formular o plantear.

10.1 Concepto de hipótesis

¿Qué es una hipótesis?

La hipótesis se encuentra en intima relación con las variables; precisamente estas


explican el fenómeno o tema de investigación. Las hipótesis son el medio para
responder al problema planteado, se formulan cuando en el transcurso de la
investigación se quiere probar una suposición o dar una respuesta tentativa.
Precisamente desde que se plantea un tema o una idea de investigación surgen
de inmediato cantidad de supuestos o probables respuestas, denominadas
hipótesis preliminares o hipótesis de trabajo como aquí les hemos llamado.

Podemos, según lo anterior, definir a la hipótesis como la suposición o respuesta


tentativa a un problema objeto de investigación, por lo que la actividad del
investigador se encamina a probar dicha suposición o respuesta tentativa.

Es evidente que las hipótesis serán tan básicas o profundas como sea la
investigación. Por ejemplo, en una investigación exploratoria o descriptiva basta
con responder las preguntas de investigación formuladas al plantear el problema,
mientras las investigaciones que buscan explicar relaciones entre variables o las
causas de un fenómeno demandan necesariamente formulación de hipótesis.

27
Ahora bien, la palabra hipótesis precede del vocablo griego ὑπόθεσις que significa
principio, fundamento, asunto, cuestión principal, suposición. Si descomponemos
la palabra griega ὑπό es una preposición de genitivo que significa debajo de,
puede afirmarse entonces que hipótesis quiere decir lo que se encuentra debajo
de la tesis, es decir, lo que la sostiene. Hipótesis, según el Diccionario de la Real
Academia Española (DRAE), es la suposición de una cosa posible o imposible
para sacar de ella una consecuencia; la que establece provisionalmente como
base de una investigación que puede confirmar o negar la validez de aquella.

La hipótesis es una guía sobre la que andamos buscando. A esta altura de


nuestra obra, podemos decir que la teoría es una construcción que relaciona
conceptos, hechos, etc, que en principio parecen dispersos. En este sentido la
teoría no es especulación, sino una construcción sobre hechos, de los cuales, si
se analizan, pueden deducirse relaciones distintas de las establecidas en ella;
estas deducciones constituyen una hipótesis, de tal manera que una vez probada
se integra al cuerpo de conocimientos que se ve incrementado y pasa a formar
parte de una nueva construcción teórica. La hipótesis, es un hecho, se encuentra
en intima relación con la teoría, podemos decir qué se enriquecen mutuamente.
“En la práctica, una teoría es una hipótesis elaborada que trata más tipos de
hechos que los que abarca una simple hipótesis… La distinción no está
claramente definida.”

El objetivo final de la investigación es poner a prueba la o las hipótesis


formuladas, de tal manera que en el transcurso de la investigación puede suceder
que las hipótesis sean demostradas o queden sin demostración, de cualquier
manera han sido útiles para la teoría de la cual forman parte, ya que esto hace
posible la formulación de nuevos cuestionamientos y de más hipótesis. Se puede
apreciar que el reto del investigador es la formulación de hipótesis demostrables,
plausibles o útiles.

Las hipótesis, podemos concluir, son enunciados (respuestas tentativas) que


pueden o no ser confirmados, pero a partir de los cuales se realiza la
investigación, cuyo objetivo primordial es llegar a comprobar o no la hipótesis que
se ha elaborado previamente mediante su confrontación con los hechos
empíricos. En caso de no ser comprobada se ha de rechazar.

Ante esto surge la pregunta: ¿para qué sirve una hipótesis no comprobada?
Podemos contestar que aun la hipótesis no comprobada no deja de ser útil; sin
embargo, la tarea del investigador es construir hipótesis válidas y que puedan ser
probadas. En este sentido, W. Beveridge afirma:

La hipótesis es la técnica mental más importante del investigador y su


función principal es sugerir nuevos experimentos o nuevas observaciones...
una hipótesis puede ser muy fértil sin ser correcta, ya que su capacidad para
sugerir diferentes pruebas y análisis de la realidad suele resultar de mucha
utilidad para detectar nuevos fenómenos hasta entonces pasados par alto.
Lo importante es la actividad que se realiza al confrontar hipótesis con
28
fenómenos empíricos, pues en ella radical una de las notas más importantes
de todo el sistema de pensamiento científico.

Una vez explicado qué es la hipótesis, concluimos que por la importancia que
tiene en la investigación científica, amerita seguir profundizando en su estudio y
sobre todo identificar los diferentes tipos de hipótesis y hacer algunas
recomendaciones para su elaboración.

10.2 Tipos de hipótesis

10.2.2 Hipótesis de acuerdo a su utilidad

La hipótesis es la traducción del planteamiento de un problema a una forma más


susceptible de probarse a través de la investigación. Sin duda que el
planteamiento de una buena hipótesis se vincula con el éxito de la investigación,
por ello veremos mas adelante como se plantean buenas hipótesis.

Prácticamente desde que se formula o se plantea el problema se tiene la idea de


una hipótesis que se va reformulando y refinando al realizar la investigación; sin
embargo, cualquier tipo de hipótesis es útil, dependiendo del momento en que se
plantea.

Según lo anterior, los tipos de hipótesis de acuerdo con su utilidad son:

Hipótesis nula

1. ¿Qué es una hipótesis nula?

En principio pareciera que la hipótesis nula no tiene utilidad, lo cual tiene cierto
rasgo de certeza, pues la hipótesis nula indica que la información por obtener es
contraria a lo que queremos probar. Esto significa que las hipótesis nulas
expresan que dos o más cosas pueden ser iguales, o bien que no tienen relación
entre sí. La hipótesis nula es contrapropuesta a la de trabajo o a la de
investigación. En otras palabras, la hipótesis nula constituye una relación entre
variables, solo que es contraria o sirve para refutar a la hipótesis de trabajo 0 de
investigación. En consecuencia habrá tantas hipótesis nulas cuantas hipótesis de
investigación existan.

Si identificamos la hipótesis nula Como Ho y a la hipótesis de investigación Como


Hi, veamos los ejemplos siguientes:

Hi. Hay relación entre el nivel de estudios y el ingreso de la persona


Ho. No hay relación entre el nivel de estudios y el ingreso de la persona

29
Hi. Hay relación entre el número de divorcios y las parejas de matrimonios de 18 a
35 años.
Ho. No hay relación entre el número de divorcios y las parejas de matrimonios de
18 a 35 años.

Hi. Hay relación entre violencia intrafamiliar y el nivel de estudios de la pareja.


Ho. No hay relación entre violencia intrafamiliar y el nivel de estudios de la pareja.

¿Para qué sirve una hipótesis nula?

La hipótesis nula:

• Sirve Como punto de partida que se acepta como cierta en ausencia de


información diferente, se utiliza como referente de control.
• Sirve Como referencia con la que se comparan los resultados, para analizar si
los hechos u observaciones encontradas se deben al azar, o bien a algunos
otros factores.

Podemos concluir que las hipótesis nulas nos sirven como si fueran un grupo
control para evaluar la existencia de relaciones de nuestra hipótesis de
investigación.

2. Hipótesis de trabajo

¿Qué es una hipótesis de trabajo?

A la hipótesis de trabajo la podemos definir como una hipótesis inicial que el


investigador con razonable fundamento formula como respuesta anticipada al
problema de investigación; obviamente que en el transcurso de la investigación
puede convertirse en una hipótesis de investigación.

3. Hipótesis de investigación

La hipótesis de investigación es una respuesta tentativa que expresa la relación


entre dos o más variables. Precisamente esta hipótesis, a diferencia de la nula,
expresa que existe desigualdad o relación entre ciertas variables

Ahora bien, dentro de las hipótesis de investigación se encuentran:

Hipótesis descriptivas. En general, las investigaciones descriptivas no requieren


de formulación de hipótesis, basta can plantear algunas preguntas de
investigación; realmente en una investigación descriptiva no se relacionan
variables, simplemente se describen fenómenos, pues solo expresan cómo se
manifiesta una variable en una constante.
30
Hipótesis correlacionales. Estas hipótesis son las típicas de la investigación,
pues en ellas se explican y se tratan de encontrar las relaciones entre variables,
llegan inclusive a dar nombre a los estudios, denominados estudios
correlacionales; por ejemplo, “la contaminación ambiental está relacionada con
enfermedades respiratorias“. “La violencia intrafamiliar está relacionada con el
nivel de estudios de las parejas.” “La existencia de partículas pesadas producto
de la contaminación se encuentran relacionadas con enfermedades
cancerígenas."

La hipótesis correlacional se expresa en los términos siguientes: a mayor X,


mayor Y o a mayor X, menor Y o viceversa. Por supuesto que en este ejemplo
estamos hablando de una sola variable, pero en la investigación puede haber
mayor número de variables; por otra parte, en los estudios correlacionales, dado
que solo se busca la relación entre variables, no importa y carece de sentido
hablar de variables dependientes o independientes, a diferencia de las
investigaciones que buscan relaciones de causalidad.

Hipótesis de causalidad. Este tipo de hipótesis vinculan la relación causa-efecto,


por lo que cobra sentido identificar la variable dependiente y la variable
independiente. Este tipo de hipótesis es más frecuente en las investigaciones de
las ciencias naturales, denominadas, por este motivo, exactas; en tanto que en las
sociales es común mencionar correlaciones y no causas decisivas de los
fenómenos.

10.4 Características de las hipótesis

¿Cómo se formula una hipótesis precisa?

Algunas hipótesis, como respuestas tentativas, son mejores que otras. Cuando se
realiza investigación surgen cantidad de hipótesis y solo se presentan o se
manifiestan las que sobreviven; en general, quienes por alguna razón hacen
investigación, juzgan que algunas de sus conjeturas son mejores que otras. De
ahí la importancia de establecer criterios para decidir si una hipótesis formulada
puede ser aceptable. Estos criterios o características son los siguientes:

1. Debe expresarse en forma declarativa. La hipótesis, dado que es la


respuesta tentativa a un problema de investigación, preferentemente se debe
expresar como afirmación categórica y no como pregunta.

2. Debe ser conceptualmente clara. La claridad implica dos cosas. Los


conceptos, como en todo lenguaje científico, deben estar clara y
operacionalmente definidos. Deben ser además definiciones comúnmente
aceptadas y que sean comunicables. Para lograr claridad se debe: poner por
escrito una lista de las definiciones que se emplean en la investigación; intentar
definirlos en palabras, con base en operaciones específicas y con referencia a
conceptos que habrán de encontrarse en investigaciones anteriores.
31
Afirmar que la hipótesis debe ser conceptualmente clara implica también su
congruencia lógica.

3. Debe ser específica. Significa que todas las operaciones y predicciones


expresadas por ella deberán aparecer declaradas puntualmente. De esto depende
que puedan ser sometidas a prueba. Hipótesis muy generales no son susceptibles
de ponerse a prueba.

Lo anterior significa que se deben rehuir hipótesis que parecen impresionantes o


muy ambiciosas, es preferible desarrollar habilidades utilizando nociones más
concretas y tangibles.

Afirmar que las operaciones y predicciones deben aparecer bien expresadas no


solo se refiere a la claridad conceptual, sino también a una descripción de todos
los índices que hayan de utilizarse.

4. Debe plantear una relación entre variables. La hipótesis debe ser lo


suficientemente atingente y relacionada con el problema al que se quiere dar
respuesta, que su formulación exprese la relación directa con la variable o
variables consideradas. Por ejemplo, el fenómeno de la violencia intrafamiliar se
relaciona directamente con la variable nivel de escolaridad de los esposos.

5. Los términos o variables de las hipótesis deben ser observables y


medibles. La objetividad del conocimiento científico demanda que las hipótesis
no contengan elementos subjetivos, ni cuestiones que no sean medibles u
observables; esto quiere decir que las hipótesis deben tener referentes empíricos
que se puedan constatar en la realidad.

Las hipótesis científicas no deben incluir aspectos morales, ocurrencias o


subjetividades, puesto que estos implican relaciones que no poseen referentes
empíricos o posibilidades de prueba objetiva; por tanto, no tienen utilidad
científica, ni pueden ser sometidos a prueba en la realidad.

6. Debe estar relacionada con un cuerpo de teoría o reflejar la teoría o los


estudios publicados. Una buena hipótesis refleja un vínculo y se sustenta en
estudios previos publicados y con las teorías existentes. De alguna manera el
objetivo de una investigación debe quedar claro en una hipótesis bien formulada,
esto ayuda a refutar, calificar o respaldar una teoría. De hecho, el conocimiento
científico solo es acumulativo en la medida en que se construye sobre un cuerpo
de conocimientos existente. Como afirmamos en el planteamiento general del
método científico, no es posible desarrollar la ciencia si cada estudio es aislado,
debemos recordar que el conocimiento científico es sistemático.

7. Debe tener referentes empíricos. Ninguna hipótesis debe contener


apreciaciones subjetivas, ni juicios morales, por ejemplo, decir que “los
delincuentes no son peores que los hombres de negocios“; en otras palabras,
32
aunque una hipótesis implique juicios de valor, esta debe quedar al margen de
todo predicamento moral o de cualquier otra argumentación para que se acepten
los valores propios.

Para lograr lo anterior, se deben evitar conceptos que impliquen emociones,


actitudes o apreciaciones subjetivas o mandatos, por ejemplo no emplear los
verbos “creo”, “siento”, ni los vocablos “malo”, “bueno”.

8. Debe ser breve y concisa. Una buena hipótesis declara brevemente y en


términos concretos el propósito de la investigación, es decir, lo que pretende
probar o resolver y cómo se hará. Cuanto más concisa sea la hipótesis, más fácil
será comprenderla, resultará entendible lo que propone y se podrán identificar las
variables importantes involucradas.

9. Debe probarse mediante técnicas e instrumentos disponibles. Quiere decir


que al formular la hipótesis se debe considerar si existen a nuestro alcance las
técnicas e instrumentos de investigación suficientes para verificarla.

Por ejemplo, es común escuchar y se puede hipotéticamente suponer que las


autoridades de los tres poderes y de los diferentes niveles de gobierno se
encuentran coludidas con el crimen organizado, lo cual tiene cierto sustento
lógico, de otra manera no se entiende la impunidad con que opera el crimen; en
una hipótesis de este tipo, si bien lógicamente tiene cierto fundamento y
teóricamente resulta valiosa, no se dispone fácilmente de técnicas e instrumentos
para la obtención de datos objetivos que la puedan probar.

Como conclusión de este apartado, afirmamos que las hipótesis pueden


pertenecer y ser acordes con los distintos niveles y tipos de investigación; esto es,
las hay de nivel superior que figuran como premisas de un determinado sistema y
las hay de nivel inferior que podemos identificar como conclusiones específicas
del sistema en análisis; asimismo, las hay de nivel intermedio que surgen come
conclusiones de deducciones de nivel elevado y, a su vez, sirven de premisas
para las deducciones de nivel bajo, constituyendo una congruencia que va desde
las proposiciones de mayor generalidad hasta la más particulares y específicas
para un problema concreto.

Asimismo, la hipótesis será tan diferente como lo sea el tipo de investigación. Ya


explicamos que incluso en las investigaciones descriptivas pueden bastar
preguntas de investigación y no demandan necesariamente una hipótesis, lo
mismo puede ocurrir en investigaciones exploratorias, donde su objetivo es la
obtención de mínimos conocimientos, donde las hipótesis pueden resultar poco
precisas.

Las investigaciones descriptivas, por ejemplo, pueden ser del tipo: Todos los X
pueden poseer las características Y, X pertenece al tipo Y, o bien X afecta o
produce Y.

33
Finalmente, afirmamos que en las investigaciones exploratorias y descriptivas es
posible omitir las hipótesis, pues por ser amplias y poco definidas dicen muy poco
a quien lee el informe de investigación, o bien, por la naturaleza de la
investigación, no es posible o necesario verificarlas.

10.5 Hipótesis y variables

¿Qué es una variable?

Como observamos en el apartado anterior, las hipótesis guardan relación intima


con las variables, pues aquellas son suposiciones acerca de estas.

Rojas Soriano define la variable come: "Una característica, atributo, propiedad o


cualidad que: a) puede darse o estar ausente en los individuos, grupos o
sociedades; b) puede presentarse en matices o modalidades diferentes, o c) en
grados, magnitudes o medidas distintas a lo largo de un continuum.” ¿Cuál es la
relación entre hipótesis y variables?

Una variable representa una clase de resultados que pueden asumir más de un
valor. Por su parte, una hipótesis, como la hemos conceptualizado, es una
suposición de la relación entre atributos y características del problema objeto de
investigación y estos atributos constituyen las variables de investigación.

En este sentido, la variable puede entenderse como característica, cualidad o


atributo de la realidad susceptible de asumir distintos valores. 8

Podemos identificar distintos tipos de variables, según la relación que guarden en


la investigación. Estos tipos de variables son:

1. Variable dependiente. Refleja los resultados de una investigación que


depende de lo que el investigador modifica o manipula, es decir, indica si el
tratamiento o manipulación de la variable independiente tuvo algún efecto.

Por ejemplo, si analizamos el grado de participación de los padres sobre el


rendimiento escolar de sus hijos, las calificaciones se considerarían una variable
dependiente.

2. Variable independiente. Representa las condiciones controladas por el


investigador con la finalidad de probar sus efectos sobre algún posible resultado.

Como se puede apreciar, una variable independiente se manipula en el transcurso


de la investigación o experimento para entender los efectos de dicha
manipulación sobre la variable dependiente.

En las hipótesis correlacionales y las hipótesis de causalidad se refleja claramente


la relación entre variables dependientes e independientes; ahora bien, en las

34
hipótesis pueden intervenir dos o más variables tanto independientes como
dependientes.

Por ejemplo, supongamos que estamos analizando el problema de la violencia


intrafamiliar, donde podemos identificar las variables siguientes:

Variables independientes

Nivel de estudios
Antecedentes familiares de la pareja
Hombre/mujer
Tipo de población (rural/urbana)

Variable dependiente

Tipo de violencia intrafamiliar


Es importante considerar que al manipular o alterar las variables independientes
puede haber un impacto o cambio en la variable dependiente, la cual es sensible
a los cambios en los niveles o datos de las variables independientes.

3. Variable de control. Si bien tanto las variables dependientes como


independientes son las más importantes, es necesario identificar otros tipos de
variables. Por ejemplo, la denominada variable de control que está relacionada
con la dependiente y cuya influencia, dada la investigación que
estamos realizando, es preciso eliminar.

De acuerdo con el concepto de variables, entendidas como cualquier


característica o cualidad de la realidad que es susceptible de asumir diferentes
valores, podemos hablar de las variables siguientes:

1. Variables cuantitativas. Son variables que admiten una escala numérica de


medición. Todos los valores que puede llegar a tener una variable se pueden
entender como una serie. Estas series, come lo afirmamos en capitulo
precedente, pueden ser de dos tipos:

• Continuas. Cuando entre los valores pueden darse infinidad de posibilidades.


Ejemplos de series continuas son: pesos de objetos, dimensiones, series de
tiempo, niveles de ingreso, de escolaridad, calificaciones de estudiantes,
etcétera.
• Discretas. Cuando no puede haber posiciones intermedias, pues su
variabilidad se da por intervalos definidos, mas bien en términos de unidades
enteras, por ejemplo, número de países que integran la OEA, la ONU, la
comunidad europea, número de hijos. Dentro de estas variables encontramos
las dicotómicas que comprende dos posibilidades mutuamente excluyentes, por
ejemplo, vivo-muerto, niño-adulto.
35
2. Variables cualitativas. Son aquellas cuyos valores se refieren a atributos y en
consecuencia no se puede construir una serie numérica definida.

10.6 Relación entre variables

Determinados los factores o variables que intervienen en un problema de


investigación, así como analizado y determinado el tipo de condicionamientos que
las vinculan, tendremos el conjunto de variables relacionadas.

La tarea ahora consiste: en organizar las relaciones para construir un esquema


que explique de manera coherente la visión del problema en estudio. Para lograrlo
debemos partir del centro del esquema de variables, ello nos permitirá determinar
qué variables son independientes y cuáles son dependientes.

Por ejemplo, si suponemos que la calidad de la alimentación de la mujer


embarazada (variable A) afecta o determina la salud del recién nacido (variable
B), esto significa que las variaciones de B dependen de lo que ocurra con la
variable A que se puede expresar de la manera siguiente:

En este ejemplo la variable A es una variable independiente, pero podemos


involucrar que la variable nivel socioeconómico tiene una relación con la calidad
de la alimentación. Si denominamos C a esa nueva variable, se observa que
ahora A pasa a ser una variable dependiente y C asume el papel de variable
independiente.

Si agrupamos las dos relaciones tenemos:

La variable A as dependiente respecto a C, pero independiente respecto a B, se le


puede designar entonces con el nombre de variable interviniente, pues interviene
entre C y B. Los tipos de relación entre estas variables son los más simples;
podemos construir, y de hecho sucede en la realidad, que la relación entre
variables sea más compleja, sobre todo en investigaciones que se refieren a
problemas sociales, donde no es raro que se interrelacionen 10 o más variables,

36
algunas independientes, otras dependientes y otras contextuales, estas últimas se
refieren a características del universo que ejercen una influencia general sobre
todo el conjunto de los hechos investigados, de ahí su nombre de variables
contextuales, por indicar el ámbito general en el cual se desarrollan los hechos
investigados.

37
TEXTO 5
Fernández, L. (2007) ¿Cómo se elabora un
cuestionario? En: Butlletí Larecerca Universidad
de Barcelona.
¿Cómo se elabora un cuestionario?

Utilidad del cuestionario

Pasar un cuestionario no es en sí mismo una investigación. El cuestionario


solamente es un instrumento, una herramienta para recolectar datos con la
finalidad de utilizarlos en una investigación. Primero debemos tener claro qué tipo
de investigación queremos realizar, para entonces poder determinar si nos puede
resultar útil aplicar un cuestionario (Martínez, 2002).

Un cuestionario nos puede ayudar a obtener la información necesaria si nuestra


investigación tiene como objetivo conocer la magnitud de un fenómeno social, su
relación con otro fenómeno o cómo o por qué ocurre, especialmente en el caso de
que sea necesario conocer la opinión de una gran cantidad de personas
(Martínez, 2002).

Como ejemplos de problemas que pueden necesitar el uso de un cuestionario, es


posible señalar los siguientes (Martínez, 2002):

• ¿Cuánta gente piensa que Internet es útil para aprender? En este caso
interesa conocer una magnitud.
• ¿Quién cree que Internet es más útil para aprender, los hombres o las
mujeres?. Aquí interesa conocer la relación entre pensar que Internet es útil
para aprender y ser hombre o mujer.
• ¿Cómo utiliza la gente Internet para comunicarse: a través del correo
electrónico, los chats o los foros? El interés en este caso es saber cómo se
produce un fenómeno.
• ¿Qué razones tiene la gente para no usar Internet? En este caso interesa
saber por qué se produce otro fenómeno.

Se recomienda averiguar si existen otros estudios sobre el mismo tema que se


desea investigar, no sólo para ampliar los conocimientos sobre el mismo, sino

38
para saber qué instrumentos se han usado para recolectar la información y cómo
se han utilizado (Martínez, 2002).

Fases en la elaboración de un cuestionario

Martínez (2002) señala cinco pasos básicos en la elaboración de un cuestionario:

1. Describir la información que se necesita

Es conveniente determinar con claridad: (a) qué tipo de información necesitamos


y (b) de qué personas queremos su opinión. Esto debe permitir tomar decisiones
sobre qué preguntas son necesarias y cuáles no, y sobre el estilo de redacción de
las preguntas. Por ejemplo, no se puede utilizar el mismo lenguaje en un
cuestionario dirigido a niños, que en uno dirigido a jóvenes, adultos o gente mayor
(Martínez, 2002).

Se recomienda que una vez especificado el tema y la población de la que se


quiere obtener información, se defina una finalidad (para qué se necesita esa
información) y unas áreas de contenido más específicas (Martínez, 2002).

2. Redactar las preguntas y escoger el tipo de preguntas

1. Incluir preguntas de tipo socio-demográfico: este tipo de preguntas


permiten describir globalmente al grupo de personas que ha contestado el
cuestionario, y posteriormente, hacer análisis diferenciados de las respuestas.

Este tipo de preguntas incluyen el sexo, la edad, el estado civil, ocupación,


profesión, nivel de ingresos, nivel educativo, religión, ideología, puesto en una
organización o la afiliación a un grupo, partido o institución. En algunas ocasiones,
es mejor incluir este tipo de preguntas al final del cuestionario, sobre todo cuando
los encuestados puedan sentir que se comprometen al responderlo (Hernández,
Fernández y Baptista, 2003).

2.Determinar el tipo de preguntas: Existen preguntas abiertas y preguntas


cerradas, (Hernández et al, 2003; Martínez, 2002), el uso de cada una de ellas
depende del tipo de investigación que se esté llevando a cabo, ya que cada
cuestionario obedece a diferentes necesidades y problemas de investigación, lo
que da lugar a que en cada caso el tipo de preguntas sea diferente (Hernández et
al, 2003).

39
Las preguntas abiertas no delimitan de antemano las alternativas de respuesta,
dejan un espacio libre para que el encuestado escriba la respuesta. Esto permite
respuestas mas amplias y redactadas con las propias palabras del encuestado,
pero el número de categorías de respuesta puede ser muy elevado; en teoría es
infinito. Este tipo de preguntas suele ser más fáciles de construir, pero su análisis
requiere mucho tiempo. Además, responder a este tipo de preguntas requiere de
mayor tiempo y esfuerzo por parte del encuestado.

Las preguntas cerradas contienen categorías o alternativas de respuesta


previamente delimitadas, es decir, se presentan a los participantes las
posibilidades de respuesta y ellos deben circunscribirse a ellas. Pueden ser
dicotómicas (dos alternativas de respuesta) o incluir varias alternativas de
respuesta. Su elaboración requiere cierto tiempo, ya que hay que pensar cada
pregunta y las posibles respuestas, pero posteriormente su análisis es
relativamente rápido. Este tipo de preguntas requieren de un menor esfuerzo por
parte de los encuestados, ya que éstos no tienen que escribir o verbalizar
pensamientos, sino simplemente seleccionar la alternativa que describa mejor su
respuesta. Además, responder a un cuestionario con preguntas cerradas toma
menos tiempo que contestar a uno con preguntas abiertas. La principal
desventaja de este tipo de preguntas es que limita las respuestas de los
encuestados y, en ocasiones, ocurre que ninguna de las categorías describe con
exactitud lo que las personas tienen en mente.
Los cuestionarios con preguntas abiertas suelen utilizarse cuando el investigador
no tiene un conocimiento detallado del tema que está investigando, y por lo tanto,
es difícil determinar a priori las posibles respuestas que podrían dar los
encuestados. Este tipo de preguntas también se suelen utilizar cuando el
investigador no quiere influir en las posibles respuestas o cuando se desea
profundizar en una opinión o los motivos de un comportamiento. Los
cuestionarios con muchas preguntas abiertas se aplican a un número reducido de
personas para que su análisis no requiera demasiado tiempo, ya que la principal
desventaja de este tipo de preguntas es que son difíciles de codificar, clasificar y
preparar su análisis. La riqueza de los datos obtenidos obliga a un análisis
detallado y minucioso para poder captar los matices de las respuestas.

Por su parte, los cuestionarios con preguntas cerradas se utilizan cuando es fácil
saber las diferentes respuestas que pueden dar los encuestados y sólo es
cuestión de saber por cuál de las opciones se decantan. Este tipo de cuestionario
se puede aplicar a una gran cantidad de personas ya que el tiempo dedicado a su
análisis no depende mucho del número de cuestionarios aplicados.

Algunas veces los cuestionarios incluyen solamente preguntas cerradas, otras


veces sólo preguntas abiertas y, en ciertos casos, ambos tipos de preguntas
(Hernández et al, 2003). Sin embargo, en los casos en que se utilizan ambos tipos
de preguntas suele prevalecer uno de los dos tipos, por ejemplo, un cuestionario
que sea principalmente abierto pero que contenga alguna pregunta cerrada, o
viceversa (Martínez, 2002).

40
Como hemos visto, cada tipo de preguntas tiene sus ventajas y desventajas, la
elección de uno u otro tipo depende del grado en que se puedan anticipar las
posibles respuestas, el tiempo del que se dispone para codificar y si se quiere una
respuesta más precisa o profundizar en alguna cuestión (Hernández et al, 2003).

2.3. Redacción de las preguntas:

Es recomendable tomar en cuenta las siguientes sugerencias con el fin de


redactar las preguntas adecuadamente (Blaxter, Hughes y Tight, 2000;
Hernández et al, 2003; León y Montero, 2003; Martínez, 2002), ya que se ha
comprobado que pequeños cambios en la redacción de las preguntas pueden
generar grandes diferencias en las respuestas (Martínez, 2002).

• Las preguntas deben ser claras, sencillas, comprensibles y concretas. Se


deben evitar las preguntas ambiguas, imprecisas, confusas o que supongan un
conocimiento especializado por parte del participante.
• No formular preguntas que presuponen una respuesta específica o que
inducen al participante a responder de determinada manera, sino las que
permiten todo tipo de respuesta.
• Colocar al inicio del cuestionario preguntas neutrales o fáciles de contestar
para que el encuestado vaya adentrándose en la situación. No se recomienda
comenzar con preguntas difíciles o muy directas.
• Al elaborar un cuestionario es indispensable determinar cuáles son las
preguntas ideales para iniciarlo. Éstas deben lograr que el encuestado se
concentre en el cuestionario.
• Las preguntas no deben apoyarse en instituciones, ideas respaldadas
socialmente ni en evidencia comprobada. Es también una manera de inducir la
respuesta.
• No redactar preguntas en términos negativos, da problemas en el
momento de interpretar las respuestas.
• Cuidar el lenguaje, evitar la jerga especializada. Las preguntas deben
redactarse pensando en las personas de la muestra con la menor capacidad de
comprensión, si éstas las entienden, el resto de la muestra las entenderá
también.
• Evitar las preguntas indiscretas y ofensivas. Las preguntas no deben
incomodar al encuestado.
• Colocar las preguntas que son más delicadas de una manera y en un lugar
que no afecten el porcentaje global de respuestas (por ejemplo, al final del
cuestionario)
• Las preguntas deben referirse a un solo aspecto o relación lógica, no
deben ser dobles (dos preguntas en una).

41
• Recuerde que las preguntas sobre acontecimientos o sentimientos del
pasado lejano no siempre se responden con exactitud.
• Son más útiles dos o tres preguntas simples que una muy compleja.
• Recuerde que las preguntas hipotéticas que trascienden la experiencia del
entrevistado suscitan respuestas menos precisas.
• El lenguaje utilizado en las preguntas debe estar adaptado a las
características de quién responde, hay que tomar en cuenta su nivel educativo,
socioeconómico, palabras que maneja, etc.

Si se toman en cuenta estas sugerencias, se elaborará un buen cuestionario. Sin


embargo, siempre es aconsejable elaborar un cuestionario piloto antes de llevar a
cabo todo el estudio y modificar las preguntas según las respuestas recibidas
(Blaxter et al, 2000).

En cuanto a la cantidad de preguntas, y a modo de orientación, Martínez (2002)


recomienda que no haya más de 30 preguntas, y que su cumplimentación no
tome más de media hora.

3. Redactar un texto introductorio y las instrucciones

Con el fin de motivar a los encuestados, los cuestionarios deben iniciarse con un
breve texto que explique el objetivo o propósito del estudio, que haga alusión a lo
inestimable de su colaboración y que les agradezca por haberse tomado el tiempo
de responder el cuestionario, y que además, aluda a la relevancia del tema de la
investigación (León y Montero, 2003; Martínez, 2002, Salkind, 1999).

Además, en este texto introductorio se debe garantizar el anonimato y la


confidencialidad de las respuestas. Esto ayuda a ganar la confianza del
encuestado y a facilitar que responda con más libertad (León y Montero, 2003;
Martínez, 2002).

El anonimato significa que es imposible identificar quien ha contestado el


cuestionario, y la confidencialidad, que la persona o grupo que hace la
investigación, pueden saber quién ha contestado cada cuestionario, pero se
garantiza que esa información no se divulgará públicamente por ningún medio
(Martínez, 2002). El garantizar que las respuestas son estrictamente
confidenciales, es imprescindible cuando las preguntas tocan temas delicados,
cosa que suele suceder con muchos cuestionarios (Blaxter et al, 2000).

Igualmente, el cuestionario debe contener instrucciones claras y explícitas sobre


cómo debe llenarse y devolverse (Hernández et al, 2003; Salkind, 1999). Las
instrucciones son tan importantes como las preguntas y es necesario que sean
claras para los encuestados a quienes van dirigidas (Hernández et al, 2003).
Es necesario aclarar al principio del cuestionario cómo se deben contestar las
preguntas: escribiendo en el espacio en blanco reservado después de cada
pregunta, marcando con una cruz, haciendo un círculo o subrayando la opción
42
que corresponda con su opinión (Martínez, 2002). Estas instrucciones deben ser
claras y precisas (Blaxter et al, 2000).

4. Diseñar el aspecto formal del cuestionario

Además de aplicar el sentido común y los criterios habituales de una correcta


presentación, es recomendable seguir las siguientes sugerencias (Blaxter et al,
2000; León y Montero, 2003; Martínez, 2002; Salkind, 1999):

En cuanto a la presentación:

• Las preguntas y el cuestionario deben presentarse en un formato atractivo,


profesional y fácil de entender.
• Todas las preguntas y páginas deben estar numeradas claramente.
• Es muy importante que una misma pregunta no quede dividida entre dos
páginas.
• Los cuestionarios deben presentarse mecanografiados o impresos, de una
manera clara y atractiva y usando una tipografía que sea legible.
• Al final del cuestionario se debe agradecer a los entrevistados e invitarlos
a colaborar en el futuro con más comentarios y preguntas.

En cuanto a la longitud:

- El cuestionario debe ser y debe parecer corto. Para ello debe procurar no
excederse en el número de preguntas ni ser redundante en los temas. Es
útil presentar las preguntas agrupadas por temas y numeradas dentro de
cada uno de ellos. El cuestionario parecerá más corto que si las numera
todas correlativamente.
- En referencia al número de páginas que debe ocupar un cuestionario, se
debe mantener un equilibrio entre estos dos criterios: dejar suficiente
espacio para que sea fácil e incluso atractivo de leer y contestar; y ocupar
el mínimo de páginas posible para que resulte más económico reproducir
el cuestionario.

En cuanto al orden de las preguntas:

• Las preguntas deben estar ordenadas, de las fáciles a las difíciles y de lo


general a lo específico. Esto ayuda a que el cuestionario sea y parezca fácil.

En cuanto al formato de las preguntas:

• Se deben incluir transiciones de un tema al siguiente.


• Se deben dar ejemplos si es necesario.

43
En cuanto al formato de las respuestas:

• Es mejor que las respuestas se señalen siempre de la misma forma a lo


largo de todo el cuestionario: con una cruz, trazando un círculo en torno de la
respuesta que el entrevistado juzga correcta o bien escribiendo en el espacio
correspondiente.

En cuanto al tipo de aplicación:

• Si envía los cuestionarios por correo, adjunte una carta con sus datos
personales, los objetivos de la encuesta y la dirección o el número telefónico de
contacto.
• Si los cuestionarios se completan por teléfono o en una entrevista
personal, preséntese primero, dé la dirección o el número de teléfono de
contacto, en caso de que se lo pidan, y prepárese para responder a cuanto le
pregunten sobre el cuestionario.

En cuanto a la precodificación:
• Cuando se utilizan preguntas cerradas, es posible codificar de antemano
las alternativas de respuesta (asignándoles un valor numérico), e incluir esta
precodificación en el cuestionario. Esto permite agilizar el procesamiento de los
datos.

Ejemplos de diferentes tipos de preguntas

A continuación se encuentran ejemplos de los diversos tipos de preguntas que


pueden incluirse dentro de un cuestionario (Hernández et al, 2003; León y
Montero, 2003; Martínez, 2002):

Preguntas abiertas:
- Escribe a continuación las nuevas profesiones que conozcas:
_
_
_

- ¿Por qué asiste a psicoterapia?


_
_
_

44
- ¿Qué opina del programa de televisión "Los cazadores"?
_
_
_

- ¿De qué manera la directiva de la empresa ha logrado la cooperación del


sindicato para el proyecto de calidad?
_
_
_

Preguntas cerradas (dicotómicas y excluyentes):

• -Sexo: Hombre __ Mujer

¿Estudia usted actualmente?


• ( ) Sí
• ( ) No

¿Ha tomado alguna vez anfetaminas sin que el médico se las haya recetado?

No
Preguntas cerradas (varias alternativas de respuesta y excluyentes):

• ¿Cuánta televisión ves los domingos?


( ) No veo televisión
( ) Menos de una hora
( ) 1 o 2 horas
( ) 3 horas
( ) 4 horas
( ) 5 horas o más

¿Cuál es el puesto que ocupa en su empresa? ( ) Director general / Presidente


( ) Gerente / Subdirector
( ) Subgerente / Superintendente
( ) Coordinador
( ) Jefe de área
( ) Supervisor
( ) Empleado
( ) Obrero
( ) Otro

45
Pregunta cerrada (no excluyente):

¿Qué estudios consideras que son más provechosos para ejercer una nueva
profesión? (puedes elegir más de una opción)

__Historia __Idiomas
__Física __Biología
__Matemáticas __Otros
__Literatura

Esta familia tiene: (puedes seleccionar más de una opción)


Radio
Televisión
Teléfono
Reproductor de DVD
Automóvil o camioneta
Ninguno de los anteriores

De los siguientes servicios que presta la biblioteca, ¿cuál o cuáles utilizaste el


semestre anterior? (puedes señalar más de una opción)

Consultar algún libro


Consultar algún periódico
Estudiar
Sacar fotocopias
Hacer trabajos
Otros, especifica:

Preguntas cerradas ordinales (excluyentes y ordenadas por intensidad):

Indica el grado de interés que te producen las nuevas profesiones:

Nada __Un poco Bastante Mucho

¿Cuál es tu grado de acuerdo con quien piensa que las nuevas profesiones
están más pensadas para hombres que para mujeres?

Nada de acuerdo ___Un poco ___Bastante ___Muy de acuerdo

¿Cuál de los siguientes conductores de televisión considera usted el mejor?,


¿cuál en segundo lugar?, ¿cuál en tercer lugar?
46
LEM
BCC
MME

Hablemos ahora de la situación de las mujeres en España. ¿Cómo calificaría


usted las desigualdades que actualmente existen entre hombres y mujeres en
nuestro país?

• ___Casi inexistentes

Preguntas donde debe asignarse un puntaje

Indique de 1 a 10 el interés que tiene para usted recibir formación en cada uno
de los siguientes temas:
Administración de sueldos y compensaciones
Salud, seguridad e higiene
Administración y negociación de contratos
Relaciones con sindicatos
Habilidades de comunicación ejecutiva
Calidad de vida en el trabajo
Desarrollo organizacional / innovación
Estructura organizacional (tamaño, complejidad, formalización)

Si usted tuviera una hija adolescente, ¿podría valorar en una escala del 1 al 10
su grado de preocupación respecto a los comportamientos que ahora le voy a
citar, entendiendo que el 1 representa el menor grado de preocupación y el 10
el máximo grado de preocupación?
Que sacara malas notas
Que fumara porros ocasionalmente
Que tuviera relaciones sexuales
Que formara parte de algún grupo juvenil (punk, heavy, rock)
Que perteneciera a una secta
Que se quedara embarazada
Que fuera homosexual

Preguntas donde se anota una cifra


Edad: _

¿Cuántas casas terminadas existen en el municipio de Aizcorbe? _ _


Preguntas donde se le pide al encuestado que se gradúe a sí mismo en una
escala

47
Cuando se habla de política se utilizan normalmente las expresiones izquierda y
derecha.

A continuación encontrará una serie de casillas que van de izquierda a derecha.


¿En qué casilla se colocaría usted?

Izquierda Derecha

Documentación

Blaxter, L., Hughes, C. y Tight, M. (2000) Cómo se hace una investigación.


Colección Herramientas Universitarias. Barcelona: Gedisa.

Hernández Sampieri, R., Fernández Collado, C. y Baptista Lucio, P. (2003)


Metodología de la investigación (3a ed.). México: McGraw-Hill.

León, O. y Montero, I. (2003) Métodos de investigación en psicología y


educación. (3ª ed.). Madrid: McGraw-Hill.

Martínez, F. (2002) El cuestionario. Un instrumento para la investigación en


las ciencias sociales. Barcelona: Laertes Psicopedagogía.

Salkind, N.J. (1999) Métodos de investigación (3a ed.). México: Prentice-


Hall.

48

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