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Güemes

Martín Miguel Juan de Mata Güemes Montero de Goyechea y la Corte, conocido como Martín
Miguel de Güemes, fue un militar y político argentino que cumplió una destacada actuación en la
Guerra de Independencia de la Argentina. Durante seis años fue gobernador de Salta. Con muy
escasos recursos libró una constante guerra de guerrilla, conocida como Guerra Gaucha,
deteniendo seis invasiones del ejército español, conservando así el resto del actual territorio
argentino libre de invasores realistas. Fue un militar, político y prócer argentino que luchó por la
independencia de nuestra patria desde muy pequeño, cuando se unió a las milicias que
combatieron a las invasiones inglesas. Fue militar de carrera y lideró en el Norte un ejército de
gauchos con estrategias que permitieron detener el avance español sobre Salta y evitar así las
invasiones realistas en el resto del país. El pensamiento político de Güemes responde a una idea
seria y con fundamentos doctrinales, basados en los principios de la dignidad de la persona
humana, del bienestar de su pueblo, entendido como pueblo americano, y del bien universal. Para
esto su concepción humana de la vida, comenzando por sí mismo. Se crio en una familia
acomodada. Su padre, Gabriel de Güemes Montero, era un hombre ilustrado y cumplía funciones
de tesorero de la Real Hacienda de la corona española. Su madre, María Magdalena de Goyechea y
la Corte, era de origen jujeño y de ascendencia española y portuguesa; descendiente del fundador
de Jujuy, Francisco de Argañaraz y Murguía, de ascendencia vasca.

Belgrano
Belgrano fue uno de los dirigentes de la Revolución de mayo, punto de partida del proceso
independentista, y formó parte como vocal de la Junta que se creó en Buenos Aires el 25 de mayo
de 1810, embrión del futuro gobierno argentino. Abogado, político y militar argentino, una de las
figuras fundamentales del proceso que condujo a la independencia del país. Recordado como el
creador de la bandera nacional y el general que consolidó la independencia con sus victorias en las
batallas de Tucumán y Salta, Manuel Belgrano fue ante todo un intelectual de intachable
integridad y firmes convicciones patrióticas, un trabajador desinteresado e infatigable al servicio
del progreso del país y la educación de sus habitantes. Las circunstancias de la lucha emancipadora
y su propia coherencia de pensamiento y acción lo abocaron, sin embargo, a asumir misiones
militares para las que no estaba preparado, y en las que cosechó éxitos y fracasos. Criollo de
origen italiano, Manuel Belgrano era hijo de un comerciante genovés radicado en Buenos Aires,
don Domingo Belgrano Peri, y de doña María Josefa González Casero. El joven Manuel estudió
latín, filosofía y teología en el Real Colegio de San Carlos; marchó luego a España y cursó estudios
en Salamanca, Valladolid y Madrid, en cuya universidad obtuvo en 1792 el diploma de abogado,
dedicando especial atención a la economía política. Desde allí siguió los acontecimientos de la
Revolución Francesa de 1789, que le influyeron hasta el punto de llevarle a adoptar la ideología
liberal. Regresó al Río de la Plata al ser nombrado secretario del Consulado de Buenos Aires.

Azurduy
Heroína de la independencia del Alto Perú (actual Bolivia). Descendiente de una familia mestiza,
quedó huérfana en edad muy temprana. Pasó los primeros años de su vida en un convento de
monjas de su provincia natal, Chuquisaca, la cual era entonces sede de la Real Audiencia de
Charcas. En 1802 contrajo matrimonio con Manuel Ascencio Padilla, con quien tendría cinco hijos.
Tras el estallido de la revolución independentista de Chuquisaca el 25 de mayo de 1809, Juana y su
marido se unieron a los ejércitos populares, creados tras la destitución del virrey y al producirse el
nombramiento de Juan Antonio Álvarez como gobernador del territorio. El caso de Juana no fue
una excepción; muchas mujeres se incorporaban a la lucha en aquellos años. Juana colaboró
activamente con su marido para organizar el escuadrón que sería conocido como Los Leales, el
cual debía unirse a las tropas enviadas desde Buenos Aires para liberar el Alto Perú. Durante el
primer año de lucha, Juana se vio obligada a abandonar a sus hijos y entró en combate en
numerosas ocasiones, ya que la reacción realista desde Perú no se hizo esperar. La Audiencia de
Charcas quedó dividida en dos zonas, una controlada por la guerrilla y otra por los ejércitos leales
al rey de España.
En 1810 se incorporó al ejército libertador de Manuel Belgrano, que quedó muy impresionado por
el valor en combate de Juana; en reconocimiento a su labor, Belgrano llegó a entregarle su propia
espada. Juana y su esposo participaron en la defensa de Tarabuco, La Laguna y Pomabamba.

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