Está en la página 1de 1

 

Gregor Johann Mendel (1822-1884)


• Nació el 20 de julio de 1822, en Heizendorf (hoy Hyncice), entonces Austria, actualmente República Checa.
• Murió el 6 de enero de 1884, en Brünn (hoy Brno), entonces Austria, actual República Checa.

Gracias a sus investigaciones y experimentos se establecieron las bases de la genética moderna. Las Leyes de Mendel explican y
predicen cómo va a ser un nuevo individuo partiendo de los rasgos de sus padres y abuelos. Mendel acuñó además una
terminología propia de esta disciplina que sigue vigente en nuestros días.

Biografía

Johann Mendel nació en el seno de una humilde familia campesina. La pobreza y penalidades económicas eran constantes en la
familia, pero, aconsejados por los maestros de aquel niño, su familia hizo un gran esfuerzo para que Johann no sólo aprendiera a leer
y a escribir, sino que continuara su formación primaria y secundaria. Pero llegó un momento en que la situación económica de la
familia se hizo insostenible y con 21 años, Mendel ingresó en el monasterio agustino de Königskloster, cercano a su lugar de
nacimiento, que parece ser, en la época era un buen centro de estudios y trabajos científicos. Durante los años siguientes, estudió
teología, la cual combinó con lecturas autodidactas en ciencias naturales. En 1847 fue ordenado sacerdote.
Residió después en la abadía de Santo Tomás, también en Brünn, pero para poder cursar estudios universitarios financiados por el
propio monasterio, ingresó en la universidad de Viena en 1851 para estudiar matemáticas y ciencias generales.
En la época de Mendel, existían muchas explicaciones del porque los descendientes se parecían, pero no eran idénticos a sus padres,
una teoría proponía que los rasgos físicos se mezclaban en cada nueva generación, como pinturas que se mezclan para producir un
nuevo color. Mendel quería saber cómo se transferían los rasgos de una generación a la siguiente, así que se propuso investigar los
patrones de herencia.
En 1854 regresó al monasterio. Dos años más tarde comenzó sus trabajos de experimentación con híbridos de guisante en el propio
jardín del monasterio, dónde Mendel pudo contar con el material necesario para sus experimentos. Mendel emprendió
experimentos para entender los detalles de la herencia, cruzando ratones normales y albinos, inicialmente, y luego observando el
pelaje de las crías. Los experimentos de Mendel con los ratones no resultaron satisfactorios, ya que la crianza de los ratones tomaba
mucho tiempo y daba muy pocas crías en cada camada. Además, olían horrible y algunas personas creían que los experimentos de
crianza eran un trabajo carnal e inapropiado para un monje. Por consiguiente, Mendel empezó a observar la herencia en las plantas,
usando Pisum stavium, el nombre formal para los sencillos guisantes. Existían muchas variedades de estas plantas, los guisantes eran
baratos, podían crecer en hileras de macetas en los jardines del monasterio y cada planta daba muchos guisantes para que Mendel
los pudiese examinar. El cultivo de plantas era diferente de la crianza de ratones, pero Mendel también tenía que hacer el  trabajo de
apareamiento. Las plantas en flor tienen partes reproductivas femeninas y masculinas. El  polen de una flor, que se encuentra en
la antera, es similar a las células espermatozoides en otros organismos y las células de los huevos de la flor, llamados óvulos, se
mantienen separadas del polen, al estar escondidos dentro de un compartimento llamado carpelo. Las brisas o los insectos pueden
transferir el polen desde las anteras de una flor y depositarlo en el carpelo de otra flor ("polinización cruzada"). De igual maneral, el
polen puede ir de una antera al carpelo de la misma flor, lo que se llama polinización propia. Usando un pincel, Mendel tomó el
papel de un insecto selectivo y polinizó ciertas plantas, dando pinceladas de polvo de la variedad de una antera, en el carpelo de otra
variedad.  Mendel eligió para estudiar siete rasgos físicos (hoy en día llamados fenotipos): el color y la colocación de la flor, el color y
la forma de la vaina, el color y la forma de la arveja y, por último, el tamaño de la planta. Todas estas propiedades de las plantas eran
fácilmente observables y así podían ser contadas rápidamente. El objetivo de Mendel era encontrar la composición genética (hoy en
día llamado genotipo) subyacente en cada variedad de la planta de la arveja y entender cómo se heredaba cada rasgo. Los
experimentos le tomaron tanta paciencia como destreza. Mendel empezó por producir plantas de " crianza pura", plantas que
producían de manera fiable otras plantas con los mismos rasgos físicos de generación a generación. Sólo esta labor le tomó dos
años, pero le proporcionó seguridad en la composición genética de sus plantas iniciales, a las que llamó la generación  paterna de sus
experimentos. Mendel concibió un sistema de anotación para deducir la herencia de cada rasgo. Durante el siglo XVIII se habían
desarrollado ya importantes estudios sobre hibridación vegetal, pero Mendel fue mucho más allá y con sus exhaustivos trabajos
estableció las bases de la genética (entonces esta ciencia ni existía como tal ni se llamaba así) acuñando, por ejemplo, términos que
siguen utilizándose hoy en día: dominante (el carácter que aparece), recesivo (el carácter que no aparece), factor e híbrido. También
las llamadas “Leyes de Mendel” que son la Ley de la uniformidad, Ley de la segregación y Ley de la combinación independiente.
A pesar de que presentó y publicó sus trabajos e investigaciones ante la Sociedad de Historia Natural de Brünn, éstos pasaron
inadvertidos. Incluso Mendel envió sus conclusiones a científicos de la época de diversos países, pero no obtuvo respuesta, según
apuntan algunas fuentes porque, quizá, Mendel había desarrollado investigaciones científicas avanzadas para su tiempo y sus textos
no fueron del todo comprendidos.
Desencantado, dedicó los últimos años de su vida a tareas administrativas, sobre todo las propias del monasterio.
Mendel falleció en 1866 debido a complicaciones cardíacas y renales. No fue hasta más de 30 años después que su trabajo se vio
reconocido gracias a la labor de otros botánicos de principios del siglo XX que, investigando en las mismas cuestiones científicas que
Mendel, recuperaron su trabajo y le reconocieron como descubridor de las leyes que llevan su nombre.

También podría gustarte