Está en la página 1de 2

EL SABUESO DE LOS BASKERVILLE

El sabueso de los Baskerville es una de las primeras novelas de Arthur Conan Doyle. La
novela original fue publicada en abril de 1902 y en el 2000 se publicó la traducción en
castellano de Jose Luis Lopez Muñoz en la Alianza Editorial con un total de 240 páginas. Su
precio suele rondar los 9/10 euros.

Arthur Ignatius Conan Doyle nació el 22 de mayo de 1859 en Edimburgo, Escocia. Fue
médico, novelista británico proveniente de una familia escocesa y escritor de novelas de
detectives, además creó a Sherlock Holmes el famoso detective privado de ficción. Arthur
estudió en la universidad de Stonyhurst y más tarde en la de Edimburgo desde 1876 hasta
1881 donde se licenció en medicina. En julio de 1882 se mudó a Portsmouth donde abrió una
clínica para ejercer. Como al principio no tuvo mucha solvencia en esta, empezó a escribir
historias en su tiempo libre. Tuvo tanto éxito en el inicio que cinco años después de abrir la
clínica decidió abandonar la medicina y dedicarse completamente a la escritura. Publicó en
1887 el Estudio en escarlata donde creó a Sherlock Holmes, esta novela se convertiría en el
primero de los 68 relatos en los que aparece el detective. Junto a este creó a los personajes
que lo acompañan: el doctor Watson, que tiene el papel del amigo bondadoso y torpe y que a
la vez es el narrador de los cuentos, y el archicriminal profesor Moriarty. Al crear a Sherlock,
Arthur se basó en un profesor que conoció en la universidad del cual Holmes obtuvo su
habilidad para la deducción y la observación. En cambio para crear el personaje de Watson se
inspiró en Sancho Panza de Don Quijote de la Mancha. En 1891 en el mes de julio empezó a
publicar en la revista Strand Magazine las aventuras de su personaje. En 1893 cansado de
Holmes decidió terminar con el personaje a manos de su enemigo mortal, el profesor
Moriarty. A causa de la presión de los lectores se vió obligado a resucitar al detective en El
sabueso de los Baskerville. Durante la guerra de los bóers fue médico militar y a su regreso a
Inglaterra escribió varias novelas justificando la participación de su país y en homenaje a la
valentía británica. El autor sufrió una crisis tras la muerte de su hijo mayor en las trincheras
de la Primera Guerra Mundial y se dedicó a difundir el espiritualismo. En 1924 publicó su
autobiografía, Memorias y aventuras. Murió el 7 de julio de 1930 en Crowborough, Inglaterra
con 71 años de un ataque al corazón.

La historia El sabueso de los Baskerville empieza cuando el Doctor Mortimer, un amigo de la


familia Baskerville, acude a Sherlock para plantearle un caso: la muerte de Charles
Baskerville que ha sido causada por un perro. Mortimer sospecha que al heredero de la
mansión puede sucederle lo mismo ya que cree que es una maldición de la familia
Baskerville. Enrique Baskerville, el heredero, es avisado de su peligro y acude a Londres
donde Watson lo vigila constantemente. Allí se enamora de la hermana del naturalista
Stapleton. Mientras Sherlock vigila desde una cabaña sin que nadie lo sepa y acaba
descubriendo que Stapleton es hijo de un hermano de Charles que fue rechazado por la
familia. Este conociendo la leyenda amaestró a un perro que escondió para que ladrara y así
provocar la muerte de Charles. Además Stapleton tiene dos cómplices involuntarias: dos
mujeres enamoradas de él. Al final Enrique Baskerville se escapa por la decepción amorosa y
el perro intenta agredirlo antes de que Holmes lo mate, mientras el asesino huye y se esconde.

Esta es la primera historia que leo de Sherlock y me ha gustado mucho. El comienzo me


llamó mucho la atención. Se me hizo rápida de leer ya que hizo que me mantuviera intrigada
desde el principio, además no contiene explicaciones ni descripciones innecesarias. Me
habría gustado conocer más a Sherlock y su manera de investigar ya que la mayor parte del
caso es llevada por Watson. Tengo que destacar que me ha gustado mucho la manera de
terminar los capítulos con un final intrigante ya que te incita a seguir leyendo.

CLAUDIA GOMIS 4D

También podría gustarte