Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Be r t a Br a sla vsk y *
An t e ce de n t e s
Los m ét odos para la enseñanza de la lect ura aparecen com o una cuest ión
problem át ica en un m om ent o m uy singular. A principios del siglo XVI I
avanzaban cam bios hist óricos orient ados por nuevos prot ot ipos sociales que
generaban la necesidad de leer y escribir cuando la m ayoría de la población
era t odavía analfabet a.
En Com enio t am bién se puede hallar la prim era divergencia que varios
siglos m ás t arde dio lugar a la clasificación de los m ét odos para la enseñanza
de la lect ura en dos agrupam ient os que, según lo est ableció Guillaum e 1 a fines
del siglo pasado, com prendían los m é t odos de m a r ch a sin t é t ica y los
m é t odos de m a r ch a a n a lít ica .
Son denom inaciones que sugieren una diferencia fundam ent al ent re los
m ét odos, desconocida por quienes, en la act ualidad, a veces enfát icam ent e,
sost ienen que t odos los m ét odos de enseñanza de la lect ura sólo t enían y
t ienen en cuent a la percepción m ient ras se desent ienden de la
concept ualización. Por el cont rario, quienes han conocido “ el gran debat e” o “ la
*
La aut ora es profesora t it ular de la Universidad Nacional de Buenos Aires y de la Universidad
Nacional de La Plat a y asesora de la Dirección de Planeam ient o de la Municipalidad de Buenos
Aires, Argent ina.
1
Guillaum e J. ( 1911) .
querella de los m ét odos” saben que la polém ica est uvo cent rada en la
oposición ent re am bos t érm inos. Por su part e, la evolución de los m ét odos
responde al propósit o de im poner la com prensión que no nace ahora sino que
se rem ont a al siglo XVI I .
Por eso, se oponen los elem ent os no significat ivos de la palabra a las
unidades significat ivas del lenguaj e ( adviért ase que en est e caso no t enem os
en cuent a las unidades m enores de significación com o los m orfem as o
m onem as) . Obviam ent e, no se desconocen los procesos cognit ivos im plícit os
que serán oport unam ent e analizados.
Todos los m ét odos enum erados, con excepción de los dos últ im os –del
t ext o libre y de las experiencias de lenguaj e– , han sido descript os por Gray en
su libro ya clásico “ La enseñanza de la lect ura y la escrit ura” 2 , si bien algunos
de ellos se han renovado y han sido som et idos a nuevos análisis a la luz de
invest igaciones y reflexiones m ás recient es3 .
Para caract erizar el m ét odo alfabét ico y el fonét ico reconocerem os sus
diferencias ilust rándolas del siguient e m odo:
2
Gray, W.S. ( 1957) .
3
Goodacre, E.J. ( 1978) .
Mét odos Visión de Proceso Result ados
la palabra
Alfabét ico m ano Em e- a: m a
Ene- o: no m ano
Fónico m ano M/ a/ n/ o m ano
2. las “ palabras claves” en las que se prest a at ención al sonido inicial. Por
ej em plo: “ m anzana” , “ sol” , “ pelot a” ;
3. una com binación del ant erior en el cual la form a de la let ra se superpone al
sonido;
4. la let ra se present a en diversas palabras para que el niño se fam iliarice con
el sonido en sit uaciones dist int as y lo aprenda por inducción.
Los m ét odos silábicos em plean com o unidad la sílaba que se com bina
en palabras y en frases. Tam bién se com ienza enseñando las vocales y luego
la form a y el sonido de las sílabas. Se inicia con la prim era sílaba de una
palabra y después se hacen ej ercicios com poniendo palabras.
El m ét odo psicofonét ico consist e en com parar las sílabas de dist int as
palabras. El orden de present ación de las sílabas, así com o el de los sonidos en
los m ét odos fónicos, est á subordinado a su ut ilidad com o com ponent e de la
palabra sin t ener en cuent a la fam iliaridad del niño con la m ism a, ni su int erés,
ni su com prensión.
4
Gray. W.S. op. cit .. págs. 102- 129.
La prim era versión es la que aparece en el Orbis Pict us, que se
reproduce a fines del siglo pasado en el “ look and say” , y t iene su expresión
española en el “ Veo y leo” , t ít ulo del célebre libro de Ernest ina López de Nelson
en nuest ro país. La palabra est á asociada a una im agen que perm it e adivinar
el significado de la escrit ura. En ot ros casos, com o es el de los conocidos
j uegos de Decroly aparece asociado a cosas reales.
Exist en ot ras variant es del m ét odo de la frase que se com binan con el
de la palabra y aún con el de la sílaba y los fónicos.
En el ant iguo m ét odo del cuent o, ahora rehabilit ado 5 el niño que ha
oído repet idam ent e su lect ura y la vivenció con int ensidad, ret iene su
cont enido y luego, al repasar con la vist a la escrit ura, repit iendo el t ext o
m em orizado ident ifica palabras que le facilit an la t ransparencia para
descubrirlas y leer palabras desconocidas en ot ros cont ext os.
Ent re los llam ados m ét odos globales o nat urales que surgieron durant e
las décadas del 30 y el 40, el m ás perdurable ha sido el m é t odo de l “t e x t o
libr e ” de Freinet 6 . Tom a com o punt o de part ida la escrit ura que realiza el
adult o m ient ras el niño le dict a algo que quiere com unicarle a sus abuelas, su
m adrina o a un am igo. Generalm ent e guarda lo escrit o, post erga su lect ura y,
cuando lo int ent a, se encuent ra con una escrit ura que es com o si fuera la suya
propia. En realidad, recit a lo que él m ism o form uló en voz alt a. De est e m odo
se puede est ablecer la correlación ent re lo que est á escrit o y lo que dice
verbalm ent e, encont rando relaciones ent re palabras y sílabas y fonem as.
5
Moyle, D. Using short m et hod. En Te a ch in g r e a din g, op. cit .
6
Freinet , C. Los m é t odos n a t u r a le s ( 1978) y El m é t odo n a t u r a l ( 1978) .
En la act ualidad, diversas direcciones se hallan t rabaj ando con est e
m ét odo. Algunas se at ienen a la espont aneidad del aprendizaj e que est im ulan
en t alleres, act ividades grupales y la part icipación del niño en la vida
dem ocrát ica de la escuela 7 . Ot ras direcciones sist em at izan la enseñanza a
part ir de los prim eros descubrim ient os que hace el niño de la sim ilit ud de
palabras o de sílabas8 .
Quienes analizaron cada m ét odo han advert ido sus vent aj as y sus
desvent aj as. En cada caso ést as últ im as dieron lugar a la aparición de un
nuevo m ét odo que surgía para evit ar o corregir las desvent aj as del ant erior y
así sucesivam ent e.
Veám oslo:
Para superar el delet reo, evit ando el paso int erm edio del nom bre de la
let ra, aparecieron los m ét odos fónicos, decodificando cada let ra con un sonido.
Al principio se celebraron sus vent aj as, que consist ían en la producción m ás
rápida de la palabra y el t ext o. Pero pront o se advirt ieron sus desvent aj as que
consist ieron en la dificult ad para pronunciar las consonant es aisladas, para
unirlas con las vocales, para hallar la correspondencia ent re cada let ra del
alfabet o escrit o y los fonem as del lenguaj e hablado.
7
Am bit e, C. Cosem , M. y ot ros.( 1979) .
8
Wadier, H. ( 1979) .
9
Moyle, D., Language- experience approaches. En Te a ch in g r e a din g, op. cit .
10
Hood, J. ( 1982) .
11
Cosset ini. O. ( 1961) .
12
I glesias, L.F. ( 1975) .
13
St rickland, D. y ot ros. ( 1981) .
Por exigencias de la práct ica, para aum ent ar el int erés, aparece una
variedad de m ét odos fónicos. Pero ninguna de las variant es resolvió los
problem as m encionados.
Esa dificult ad, a su vez, dio lugar a los m ét odos silábicos que se
int egraron en los llam ados psicofonét icos.
Ant e la necesidad de lograr una lect ura com prensiva se recurre a las
unidades significat ivas de la lengua. I nt uit ivam ent e, se procura obt ener el
m ecanism o de la com unicación y de la com prensión que debía m ovilizarse en
la lect ura desde el com ienzo del aprendizaj e. Más que por concept os
lingüíst icos, los m aest ros se guiaban por m óviles psicológicos con la int ención
de que los alum nos com prendieran lo que se expresa y t ransm it e en la
escrit ura.
Com o prim era reacción apareció el m ét odo analít ico sint ét ico de la
palabra generadora. Resolvió algunas dificult ades del ant erior pero cont roló el
vocabulario en función de las let ras que se propone enseñar, cae en la
m onot onía y perj udica a la m ot ivación.
En est e caso son las virt udes y no los defect os, las que le abren el
cam ino a las unidades significat ivas que se m anifiest an en el propio lenguaj e
del alum no.
Resum iendo, se puede esquem at izar la evolución de los m ét odos en el
siguient e diagram a.
Apor t e s de la psicología
En esa prim era et apa de la int erpret ación psicológica de la lect ura la
confusión ent re la part icipación sensorial y cognit iva dio lugar a la
diferenciación ent re el m om ent o sensorial y el m om ent o de la com prensión
que se ext iende hast a nuest ros días.
14
Decroly. O. ( 1924) , pág. 63.
15
Wallon. H. ( 1965) .
Decroly m ism o decía que el niño, a part ir del caos de las im presiones
que recibe del m undo “ edifica gradualm ent e su conciencia, com o el creador de
las cosm ogonías hace salir el orden del caos” . 16
Nosot ros nos hem os pregunt ado si, en vez de ser el sincret ism o una
condición necesaria para leer, no es, por el cont rario, la desaparición del
sincret ism o la que perm it e al niño descubrir las palabras y las let ras si t iene
oport unidad de experim ent ar nat uralm ent e con t ext os escrit os. 17
I gualm ent e, Bruner t rat ó com o “ regulaciones int uit ivas” a las m archas
y cont ram archas que caract erizan al aprendizaj e del niño” . 21
16
Decroly, O. ( 1923) .
17
Braslavsky, B. P. de ( 1962) , ( 1983) , pg. 110.
18
Downing, J. ( 1973) y ( 1979) .
19
Dot t rens, M.E. ( 1951) , pg. 23.
20
Cit ado por B.P. de Braslavsky ( 1983) .
21
Bruner, J.S. ( 1960) , cap. 11.
22
Véase Condem arín M. ( 1984) .
Com encem os por aclarar qué se ent iende en ést e caso por “ esquem a” .
En principio responde al concept o de sinopsis, sum ario, plan o diagram a que
represent a ciert as relaciones en un sist em a de conocim ient os. Pero t am bién
define la inform ación de una idea, una const rucción m ent al com o sínt esis, una
creencia o supuest o, una opinión.
Durkin describe la “ t eoría del esquem a” com o un int ent o para explicar
de qué m odo “ la nueva inform ación adquirida durant e la lect ura se enlaza con
una inform ación previa que ya est aba en la m ent e de los lect ores” . 23
St rickland dice que “ nuest ros esquem as no est án nunca com plet os.
Siem pre falt an part es de la inform ación. Est o se aplica en especial a los niños
ya que son relat ivam ent e principiant es en el cúm ulo de inform ación que es
necesario t ener sobre el m undo. Los t eóricos ven las part es que falt an com o
ranuras vacías que deben ser llenadas. La com prensión im plica llenar esas
ranuras. Vem os ent onces que la lect ura es un proceso que desarrolla a los
esquem as y a la vez depende de ellos” . 24
23
Cit ado por M. Condem arín, op.cit .
24
St rickland, D.S. ( 1982) . Ut ilización de los que hem os aprendido sobre com prensión lect ora.
25
Nos referim os al program a de educación a dist ancia que desarrolla la Secret aría de Educación
de la Municipalidad de Buenos Aires baj o el t ít ulo de “ la lect oescrit ura inicial en una escuela
para la dem ocracia” , La coordina Gabriela Carbone, Direct ora General de Planeam ient o. La
producen Bert a P. Braslavsky, com o responsable de cont enidos y Silvia Fernández de Gacio
com o procesadora y diseñadora de m ódulos.
26
Tinker y McCullough, ( 1962) .
27
Goodm an, K. ( 1982) .
28
Condem arín, M. ( 1984) op.cit .