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1¿Eduardo Avaroa dio su vida por el mar boliviano o tenia otras intereses?

R.- Ciertamente Eduardo Avaroa fue proclamado por varios años como heroe que dio su vida por el mar
boliviano Eduardo Abaroa Hidalgo (San Pedro de Atacama, 13 de octubre de 1839 - Calama, 23 de
marzo de 1879) fue un comerciante y empresario boliviano, honrado con el grado póstumo de Coronel del
Ejército boliviano y considerado héroe de guerra.
Tras el estallido de la Guerra del Pacífico en 1879, que enfrentó a los países aliados de Perú y Bolivia
contra Chile, se incorporó voluntariamente a las tropas bolivianas. Durante la invasión chilena, lideró la
resistencia civil en la batalla de Topáter, donde falleció. En la actualidad, es considerado uno de los más
importantes héroes bolivianos de la Guerra del Pacífico1 y fue póstumamente reconocido con el grado
de coronel
Eduardo Abaroa Hidalgo fue el primero de los civiles en ofrecerse como voluntario al abogado y coronel de
milicias Ladislao Cabrera. Se convirtió en su brazo derecho para los preparativos de la defensa. Cuando
todo estuvo listo, Cabrera le aconsejó que volviese al lado de su familia. Él contestó4:
Soy boliviano, esto es Bolivia y aquí me quedo.
Nota: según otros documentos, la respuesta de Abaroa habría tenido lugar en el consulado
de Francia en Antofagasta entre Eduardo Abaroa, quien dirigía la resistencia civil, y el coronel Villagrán, a
cargo de la invasión chilena).[cita requerida] Las tropas chilenas provenían de Antofagasta vía Caracoles en una
marcha a pie y en pleno desierto de 230 kilómetros aproximadamente. Esas fuerzas venían a cargo del
teniente coronel Eleuterio Ramirez Molina.
Durante la batalla de Topáter (23 de marzo de 1879), el primer choque armado de la guerra, el coronel
Abaroa era parte de una fuerza boliviana reducida en número, cuya misión era defender un puente (actual
puente Topáter) que cruza sobre el río Loa y era la vía de acceso por el lado sur a la ciudad de Calama.
Eduardo Abaroa no fue militar en vida y su título de coronel fue otorgado post mortem por el estado de
Bolivia y en reconocimiento de su entrega y valor demostrada en defensa de territorio patrio. En ese
entonces, San Pedro de Atacama, era un cabildo o departamento de Bolivia.
Se lanzó a la lucha con inquebrantable decisión. No le bastó quedarse en una de las trincheras del Topáter.
Cruzó el río encabezando al mayor Patiño, el oficial Burgos y los ocho fusileros. Patiño, Burgos y los
soldados cayeron prisioneros. Él permaneció en una zanja armado con su Winchester —que llevaba desde
el principio— y junto a otros dos recogidos de compañeros caídos a su lado. El peón que vino con él desde
San Pedro de Atacama lo ayudaba a cargarlos.
El subteniente chileno Carlos Souper narró en una carta que se publicó en un diario de Valparaíso:5
Cuando el enemigo desamparó las trincheras fuimos avanzando, saltando fosos y cercas, llegando a un cerco chico,
donde había muchos matorrales y un fosito de 10 varas de largo, con un puentecito de menos de una vara de ancho
por donde había que pasar.
Nos sorprendió constatar que un boliviano desde dentro hiciera fuego a más de 100 hombres, entre caballería y el 2º
de línea, que iban a pasar por allí. Pues amigos, nos dio balas duro y fue imposible pillarlo por mucho que se lo
buscaba.
Carlos Souper

El coronel Villagrán consideró la acción de Abaroa como temeraria, pero patriótica, por lo cual al principio
dio órdenes de no abatirlo. Sin embargo, luego de pasadas las horas y con soldados chilenos heridos,
conminó a la rendición a Abaroa. El coronel Villagrán no podía esperar más, y lanzó un grito a su oponente:

 "¡Ríndase y le concedo la vida!"


El conminante grito resonó en el Paso Topáter, y la respuesta, plena de orgullo y llena de la sinrazón de
los hombres que combaten, tiro su rifle al suelo y tronó en el aire:

 "¿Rendirme?... cobardes...¡Qué se rinda su abuela, carajo!"


Y en ese grito, con esa respuesta, el ciudadano Abaroa pasó a la historia. El coronel Villagrán no
pudo esperar más ya que las fuerzas de Eduardo Abaroa causaba muchas bajas al ejército chileno
y fue muy difícil dar con él entre las trincheras. El coronel Villagrán ordenó el disparo de los fusiles.
Lo impactaron 2 disparos, por lo cual quedó tendido y mientras intentaba seguir disparando, murió
ante el asombro de los soldados chilenos que lo veían como una gran amenaza; junto a él cayeron
20 bolivianos.
Terminada la batalla, el cuerpo de Abaroa fue enterrado con honores militares por el Ejército
chileno, el día 23 de marzo en el cementerio de Calama. Su entierro fue hecho con honores de
héroe: se efectuaron veintiún disparos en su honor y fue envuelto en la bandera chilena, a falta de
una bandera boliviana para este póstumo homenaje
ESTO ES BOLIVIA, YO SOY BOLIVIANO Y AQUÍ ME QUEDO

No es fácil comprender cómo los bolivianos de la segunda mitad del siglo XIX entendieron
en su tiempo los conceptos de nacionalidad y patriotismo (no patrioterismo ni
chauvinismo) como ciudadanos de un país que tenía muchas limitantes, con apenas 54
años de existencia, sin vinculación caminera ni ferrocarriles, sin telégrafos, con un
desconocimiento casi total del resto de los territorios bolivianos, con constantes luchas
políticas, con una población cuyo analfabetismo llegaba al 78% del total y donde los indios
ni siquiera eran considerados bolivianos. Un país que 38 años antes estuvo a punto de ser
desmembrado por el Perú; que apenas construía su sentido de nación boliviana y que se
reconocería como tal muchas décadas después, en pleno siglo XX.

No es fácil de comprender cómo en este adverso contexto geográfico, sociocultural y


económico, la generación boliviana de la Guerra del Pacífico estuvo a la altura moral y
espiritual de este tremendo desafío histórico. Y claro, existieron también los “bolivianos”
antibolivianos, los que nunca se identificaron como tales y que buscaron simplemente
favorecer sus intereses… hacer el vil negocio, la minoría.

Pero hoy (para alegría mía) escribo sobre un boliviano a carta cabal, un ciudadano común y
corriente que estuvo a la altura del desafío patriótico… y que por supuesto dudó como
todo hombre, pero cuya decisión al final lo colocaría como el ícono boliviano por
excelencia de la Guerra del Pacífico y la reivindicación marítima: el ciudadano Eduardo
Abaroa Hidalgo. Y claro que tuvo detractores… y hasta hoy, para vergüenza nuestra como
sociedad… y no faltaron aquellos que hicieron referencia al héroe como “que solo era un
terrateniente rico que únicamente defendía sus tierras”. Y claro que defendía sus tierras;
obvio, pero también defendía su genuina noción decimonónica de “patria boliviana” o
“nación boliviana” o como se quiera. Del grupo numeroso de terratenientes y empresarios
bolivianos asentados en Antofagasta, Mejillones, Tocopilla, Cobija y Calama, la mayor parte
no participaría en la célebre defensa del pueblo de Calama, se harían a un lado y con el
tiempo se volverían chilenos. ¿Abaroa? … no.

Eduardo Abaroa Hidalgo, a la edad de 41 años, ha pasado a la inmortalidad por su coraje,


valentía, su negativa a rendirse en el Puente del Topáter y sobre todo por su famoso
carajazo dirigido a los militares chilenos: “¿rendirme yo?, ¡que se rinda su abuela, carajo!”.
Sin duda alguna, esta respuesta en el fragor de la batalla representa el ímpetu, el coraje y la
rabia contenida por la felonía del gobierno chileno que ordenó la usurpación a los
territorios bolivianos y peruanos… y es excelsa. Pero, yo me quedo con la otra frase dicha
por el mismo Abaroa días antes de su muerte, la poco conocida, la que los profesores de
los colegios no la cuentan; la que el héroe boliviano dijo con la claridad de mente y
tranquilidad de espíritu: “esto es Bolivia, soy boliviano y aquí me quedo”.

“Esto es Bolivia, soy boliviano y aquí me quedo” es una frase contextualmente abierta y
atemporal, se aplica a cualquier realidad o época en Bolivia. ¿Acaso Abaroa entendería
perfectamente que el lugar de su nacimiento debería ser también el de su muerte?; todo
indica que así fue

2¿Pedro Domingo Murillo quien fue verdaderamente?


R.- Pedro Domingo Murillo (La Paz, Virreinato del Perú; 17 de septiembre de 1757-La Paz, Virreinato
del Río de La Plata; 29 de enero de 1810) fue un patriota del Alto Perú, considerado precursor de la
independencia de Bolivia.
Nacido en la ciudad de La Paz el 17 de septiembre de 1757. Perteneciente a una familia de la élite
paceña, sus padres fueron: Juan Ciriaco Murillo, seminarista que poco después de su nacimiento se
ordena sacerdote y, su madre, una mujer criolla llamada María Ascencio Carrasco. Fue educado por
su padre y es posible que haya asistido al Colegio Seminario de San Carlos, en La Paz. Luego, siguió
estudios de Derecho en la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de
Chuquisaca; aunque parece ser que no terminó estos últimos. En 1778 se casó en la ciudad
de Potosí con Manuela de la Concha Olmedo. En 1781, a sus 24 años, se encontró viviendo en
Irupana y tuvo al menos dos hijos. Ese mismo año participó como soldado en la campaña
contra Túpac Katari, en la cual se distinguió por su gran valor, por lo que fue nombrado Teniente de
Milicias.
En 1785 murió su padre, Juan Ciriaco Murillo, el cual dejó casi toda su fortuna a los hijos de Pedro
Murillo y Manuela de la Concha. Sin embargo, una tía de Pedro llamada Catalina Felipa le entabló un
juicio, disputándole los bienes dejados por Juan Ciriaco. Murillo ganó fácilmente en la primera
instancia, pero como para ello había falsificado su título de abogado, cuando más tarde se encontraba
ejerciendo su profesión en La Paz, fue denunciado y no sólo perdió el juicio contra su tía, sino que fue
declarado rebelde y tuvo que escapar de las autoridades. Sin embargo, a inicios de 1789 fue indultado
y luego de esto, Pedro Domingo Murillo se dedicó a la actividad minera.
En 1805 formó parte de un grupo que conspiraba contra el gobierno español, pero fue descubierto y
llevado a juicio. Fue absuelto en este juicio, y, entonces, junto a otros patriotas, comenzó a preparar la
revolución con más entusiasmo, pero en secreto, en favor de la Independencia.
En 1809, lidera un grupo de rebeldes que conspiró y se sublevó el 16 de julio de 1809. Pocos días
después, se reunieron en un cabildo para hacer conocer un documento llamado Proclama de la Junta
Tuitiva, el mismo que expresaba la liberación de las tierras del Alto Perú del Imperio español.
Tras la Revolución del 16 de julio de 1809, los realistas enviaron tropas para reprimir la revolución de
La Paz, algunas desde el Virreinato del Perú y otras desde Buenos Aires, aunque ya en ese momento
las tropas de los regimientos integrados por criollos no querían intervenir en una represión de un
movimiento patriótico.
José Manuel de Goyeneche1 venía de Puno con el fin de sofocar la revolución, con un ejército de 5000
hombres. Murillo, con 1000 revolucionarios, tuvo valor de presentarle batalla en Chacaltaya (25 de
octubre de 1809). Vencido, se retiró a Zongo, lugar montañoso cerca de La Paz, pero allí fue hecho
prisionero por las fuerzas del coronel Domingo Tristán, quien lo llevó a La Paz, entregándolo a
Goyeneche.

Murillo decidió escapar del ejército realista, pero fue capturado y llevado a la horca junto a otros
guerreros el 29 de enero de 1810. Antes de su ejecución pronunció las siguientes palabras:
Compatriotas, yo muero, pero la tea que dejo encendida nadie la podrá apagar, ¡viva la libertad!
Cada 16 de julio, el pueblo de La Paz recuerda la lucha del año 1809. El festejo departamental se da
inicio cuando las diversas autoridades nacionales y locales encienden la llamada Tea de la
Libertad que se encuentra en la casa del susodicho, y posteriormente se realiza un desfile por el centro
de la ciudad de La Paz; en este los ciudadanos llevan en la mano teas que simbolizan la tea de Pedro
Domingo Murillo, desfile conocido como "Desfile de Teas".

(La Paz, 1757-1810) Patriota boliviano que lideró la sublevación independentista de


1809. Mestizo de origen humilde, Pedro Domingo Murillo profesó en su juventud los
ideales de la Ilustración y desde 1805 promovió activamente la causa de la
independencia frente al dominio colonial español.

A raíz de la invasión napoleónica y la consiguiente Guerra de la Independencia (1808-


1814), se había creado en España un vacío de poder que dio lugar a la formación en las
colonias de juntas de gobierno; aunque tales juntas podían declararse leales al monarca
español Fernando VII, depuesto por Napoleón, en la práctica fueron a menudo el embrión
de gobiernos independentistas. Pedro Domingo Murillo lideró en Bolivia el primer intento
en esa dirección: figura central del alzamiento que estalló en La Paz el 9 de julio de
1809, se sublevó en nombre de Fernando VII y del pueblo y fue nombrado comandante
de la plaza y presidente de la Junta de los Derechos del Rey y del Pueblo, todavía no
abiertamente antiespañola, que proclamó la autonomía de Bolivia respecto del Perú y
del Río de la Plata.

A pesar del pacto a que había llegado con el virrey del Perú, José Fernando Abascal, el
virrey mandó un ejército al mando del general José Manuel de Goyeneche para reprimir la
revuelta. Murillo trató de pactar con los realistas, quienes se negaron a negociar y
derrotaron a Murillo en la batalla de Irupana, en noviembre de 1809. Murillo fue
apresado, juzgado en consejo de guerra y ahorcado en La Paz en enero de 1810, junto
con otros patriotas
3¿Simon Bolívar fue libertador de Bolivia?
R.- S imón Bolívar nació en la ciudad de Caracas el 24 de julio de 1783, en una familia
de origen vasco de la hidalguía criolla venezolana. Mejor conocido como el “Libertador
de América”, fue un militar y político venezolano al que se le atribuye ser fundador de
las repúblicas de la Gran Colombia y Bolivia. Por 20 años fue el líder de la lucha contra
la corona española para lograr la independencia de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y
Venezuela[1].
Ingresó como cadete en el Batallón de Milicias de Blancos de los Valles de Aragua en
enero de 1797, del cual había sido coronel años atrás su propio padre. En julio del año
siguiente, cuando fue ascendido a subteniente, se anotó en su hoja de servicios: Valor:
conocido; aplicación: sobresaliente. Bolívar supo combinar el adiestramiento práctico
en sus deberes militares y el aprendizaje teórico de materias fundamentales para la
formación castrense: matemáticas, dibujo topográfico, física, etcétera[2].
Tras la caída de la Primera República de Venezuela (1810-1812) se exilió en
Cartagena, y buscó ayuda de la Nueva Granada para recuperar su país. En 1813
condujo la llamada Campaña Admirable, su desempeño fue tal que fue proclamado
como El Libertador. A partir de ese momento lideró el destino de su país en la
Segunda República de Venezuela (1813-1814), hasta la violenta reconquista española.
Nuevamente, Bolívar se dirigió a la Nueva Granada en busca de apoyo. Ahí lideró un
ejército para unificar las provincias de Santa Fe y Tunja; luego se propuso someter a
las fuerzas realistas en Santa Marta, pero fue derrotado en Cartagena por los patriotas
―le negaron su apoyo y se vio obligado a huir a Jamaica―. En esta isla continúa
expresando sus ideas y asienta un principio fundamental: la soberanía de los pueblos
independentistas, cuyo sentido y significado debe provenir no de realidades
extranjeras, sino de la propia, la de las personas nacidas en América.
Entre 1816 y 1819, lanzó una tercera revolución: obtuvo control efectivo de gran parte
del territorio de la actual Colombia. Llamó a esta tercera etapa Campaña Libertadora
de Nueva Granada, y en 1819 cruzó los Andes y venció a las tropas realistas
españolas en la batalla de Boyacá[3], consiguiendo finalmente la independencia de la
región[4]. Finalmente, en 1821, tras una tregua aseguró la independencia de
Venezuela al derrotar a los españoles en la batalla de Carabobo[5].
En 1819 había dado a conocer sus principios con un histórico panegírico[6]. Aquellas
ideas acerca de la soberanía y la realidad de los americanos que esbozara en 1815 en
Jamaica, se habían reforzado dentro de él hasta llegar a su máxima expresión cuando,
en Congreso de Angostura, pronunció el más importante de sus mensajes políticos: el
Discurso de Angostura[7].
Uno de las grandes esperanzas de Bolívar fue la gran confederación de todas las
antiguas colonias españolas de América, cuya inspiración era el modelo de los
Estados Unidos. En esta unión americana, panamericana, las naciones debían
cooperar como socios para un bien común, integradas y aliadas en nombre de la paz y
la solidaridad continental. Para plantearlo convocó en 1826 al Congreso de Panamá[8].
No logró su cometido, pero la esperanza no se ha perdido. Por esta razón, es común
referirse como sueño bolivariano a la búsqueda de esta hermandad latinoamericana.
Simón Bolívar sobresalió entre sus contemporáneos por sus talentos, su inteligencia,
su voluntad y su abnegación. Puso estas cualidades o íntegramente al servicio de una
grande y noble empresa: libertar y organizar para la vida civil a muchas naciones que
hoy ven en él un principio fundador y un ideal ejemplar. El 17 de diciembre de 1830
murió ―al parecer, de tuberculosis, y tras sobrevivir a un atentado contra su vida en
Bogotá― en su quinta de San Pedro Alejandrino, en Santa Marta, Colombia. Sus
restos fueron transportados a Venezuela en 1842, reposan hoy en el Panteón Nacional
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y
Blanco (Caracas, 24 de julio de 1783nota 1nota 23-Santa Marta, 17 de diciembre de 1830),
más conocido como Simón Bolívar ( pronunciación (?·i)), fue un militar y
político venezolano, fundador de las repúblicas de la Gran Colombia y Bolivia. Fue una
de las figuras más destacadas de la emancipación hispanoamericana frente al Imperio
español. Contribuyó a inspirar y concretar de manera decisiva la independencia
de Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá,4 Perú y Venezuela
Bolívar nació en Caracas en el seno de una familia acomodada criolla y, como era
habitual en los herederos de familias de clase alta en su época, fue enviado a
educarse en el extranjero a una edad temprana, llegó a España cuando tenía 16 años
y luego se mudó a Francia. Mientras estuvo en Europa, conoció las ideas de
la Ilustración, lo que más tarde lo motivó a derrocar a los españoles reinantes en la
América del Sur colonial. Aprovechando el desorden en España provocado por
la Guerra de la Independencia, Bolívar inició su campaña por la independencia
en 1808. La campaña por la independencia de Colombia (Gran Colombia, más
tarde Nueva Granada) se consolidó con la victoria en la batalla de Boyacá el 7 de
agosto de 1819. Estableció un congreso nacional organizado en tres años. A pesar de
una serie de obstáculos, incluida la llegada de una fuerza expedicionaria española sin
precedentes, los revolucionarios finalmente prevalecieron, culminando con la victoria
en la Batalla de Carabobo en 1821, que efectivamente convirtió a Venezuela en un
país independiente.
Tras este triunfo sobre la monarquía española, Bolívar participó en la fundación de la
primera unión de naciones independientes de América Latina, la Gran Colombia, de la
que fue presidente de 1819 a 1830. Mediante nuevas campañas militares, expulsó a
los gobernantes españoles de Ecuador, Perú. y Bolivia, el último de los cuales lleva su
nombre. Fue simultáneamente presidente de Gran Colombia (hoy Venezuela,
Colombia, Panamá y Ecuador), Perú y Bolivia, pero poco después, su segundo al
mando, Antonio José de Sucre, fue nombrado presidente de Bolivia. Bolívar apuntó a
una América española fuerte y unida capaz de hacer frente no solo a las amenazas
que emanan de España y la Santa Alianza europea, sino también a la potencia
emergente de los Estados Unidos. En la cima de su poder, Bolívar gobernó un vasto
territorio desde la frontera con Argentina hasta el Mar Caribe.
4.-¿Por qué se lo llama simon bolívar como el falso héroe?
R.- Los historiadores no pueden juzgar ni jugar con la verdad –si desean ser objetivos como
detectives que son–, pues esta es muy sibilina y escurridiza, pero sí pueden abrir el gran
angular para dar más perspectiva de cara a un mejor juicio de los hechos al lector interesado
en estos lances. Una perspectiva maniquea da al traste con cualquier investigación. La
arquitectura de la historia está hecha intencionadamente de buenos y malos, de un
maniqueísmo simplón y sospechoso, pero esto es alimentar deliberadamente un error que
por sí mismo y por repetición se retroalimenta permanentemente. La objetividad se alcanza
cuando la curiosidad y la autocrítica nos llevan a depurarnos de esa toxina tan larvada y
malvada, tal que es el ombliguismo. No somos centro de nada y sí periferia de todo, y si
queremos crecer, una buena dosis de humildad siempre viene bien, aunque cierto grado de
alerta sea siempre saludable.Para evitar la alarma social, las autoridades intentaron no dar pábulo a la
abdicación del trono español en favor de NapoleóSimón Bolívar tuvo sus luces y sus
sombras pero lo que es cierto es que su sustancia política caló en un pueblo al que consiguió
estremecer y apasionar hasta convencerlo de que necesitaban un nuevo amo, pues
sospecho que no era otro el propósito.También hay que considerar que fue un hombre que
encontró los afectos muy tardíamente. Huérfano de padres a temprana edad, en 1803 se le
muere su mujer de fiebres palúdicas, cambiando este luctuoso hecho su personalidad de
manera radical.Su vida es en realidad una suma de contratiempos superados por un
empecinamiento más que notable, y en la pretendida linealidad de las cosas, los obstáculos
de este hombre –héroe y traidor a la par según se le juzgue–, este hombre sortea las
dificultades con una habilidad sorprendente.En el tiempo en que España estaba muy
debilitada por la invasión francesa, algo imprevisto ocurre que genera una confusión
tremenda en la sociedad caraqueña.Un civil y un soldadoA principios de julio de 1808, el
Gobernador de Caracas, Juan de Casas, recibió dos ejemplares del diario 'The Times'
remitidos por el Gobernador de Trinidad que relataban la noticia de la abdicación del trono
de España en favor de Napoleón (mando que luego el mismo corso transferiría a su
hermano José).Para evitar la alarma social, las autoridades intentaron no dar pábulo al tema.
Pero la llegada de la fragata francesa Le Serpent a La Guaira el 15 de julio de 1808 con varios
comisionados galos, acabarían confirmando la noticia.Las noticias traídas por el oficial francés
generaron un intenso debate sobre la situación y la población comenzó a alarmarse,
divulgando profusamente la noticia de la desaparición de la monarquía en pasquines y boca
a boca.José Tomás Boves.Pero la cosa no acaba ahí. La situación empeoró cuando un
capitán de una fragata inglesa, un tal Beaver, desembarcó poco después tras perseguir al Le
Serpent sin poder apresarlo por los pelos en la mismísima Guaira. Pretendía informar que la
lucha en España era enconada y que Napoleón no tenía la situación bajo control ni de
lejos.Se hace necesario mencionar que a principios de 1814, un irreverente y temerario
capitán de milicias español, de nombre José Tomás Boves, iniciaría una serie de
operaciones con tropas indígenas de Los Llanos venezolanos, fieles y bien adiestradas. Sus
argumentos eran irrefutables, saqueo, pillaje, cartablanca y un salvajismo inédito con letales
técnicas de apoyo por parejas en la primera línea de combate, en la que el soldado que fajaba
el golpe era atravesado en el cuerpo a cuerpo por el compañero del anterior. Ante la
acometida de este militar español con técnicas inusuales, las fuerzas de Bolívar comenzaron
a debilitarse. Hacia el 7 de julio de 1814 los contingentes que le quedaban al Libertador según
unos, traidor según otros, iniciarían la retirada hacia el Oriente de Venezuela.
La formación militar de Bolívar fue estrictamente básica y la instrucción teórica, bastante
justa, en honor de la verdad, pero tenía unas dotes innatas y un arrojo natural junto con
conocimientos teóricos provenientes de Federico de Prusia, Julio César y Alejandro
Magno más allá de la importancia que daba a la logística; sus soldados estaban bien
atendidos siempre. Es un bulo el hecho de que estuvo en L'École de Sorèze –para cadetes–
ni en ningún otro instituto militar.Su dotación genital era legendaria y quizás exagerada por aquello de
darle virtudes de las que carecía y agrandar su imagen de machoSimón Bolívar pudo ser un civil
especialmente dotado para el uso de la estrategia, pero en lo estrictamente militar era un
soldado del montón con ínfulas de grandeza y sin hechos contrastables que ameritar o
acompañar sus pretensiones de llevar galones. Según cronistas de la época –incluidos los
biógrafos próximos y los críticos–, se calcula que dejaría a lo largo de su ajetreada vida una
legión de criaturas y de madres desconsoladas con las vacías promesas de casamiento
que desde su astuta levedad les susurraba el atildado militar. La realidad última de este
controvertido héroe-traidor es que no testamentó jamás a hijo alguno pues no reconoció ser
padre de ninguno.Su dotación genital era legendaria y quizás exagerada por aquello de darle
virtudes de las que carecía y agrandar su imagen de “macho”. Hoy en día cualquiera que se
alimente con una buena fabada, salmorejo, butifarra y un lingotazo de Somontano da la
misma talla y sin alharacas. Lo que si era cierto y verificable, era que su progenie, fruto
quizás de los ardores tropicales o de un priapismo no diagnosticado, le diera para montar una
revolución –demográfica– sin exagerar mucho. Sus correrías por Italia, España, Ecuador,
Colombia y Venezuela eran más que legendarias. El arzobispo de Caracas en más de una
ocasión tuvo que intervenir para proteger en suelo sacro a las inocentes féminas que se
tropezaban con aquel depredador. Por currículo, que no quede, pues a su padre le gustaban
las quinceañeras.Pero lo que se ha borrado de los libros de historia, lo que ha dejado huella
en la posteridad, no era otra cosa que su crueldad demostrada en muchos de los lances y
actuaciones en las que intervino personalmente. Al pueblo venezolano se le han escamoteado
metódicamente muchos de los sucesos que pudieran afear su imagen de idílico libertador de
las masas oprimidas, dándose situaciones esperpénticas en las que el maquillaje ya no daba
para más.De masacre en masacre
Antes de entrar en harin, cabe decir que la financiación de la sublevación de los virreinatos
salía de los bolsillos de los ingleses puesto que tenían fuertes intereses en la zona, y es
más, hay una famosa declaración en la que Bolívar (qué bochorno) pretende ceder a
Inglaterra Nicaragua y Panamá a cambio de 30.000 fusiles y una veintena de fragatas de
última generación, para más tarde pasar a mayores y entregar la entera nación venezolana a
los británicos a cambio de la “augusta” protección del soberano inglés. Todo un personaje.

Pero no todo fueron mieles para “el héroe”. En la fase preliminar de la sublevación no
consigue sus propósitos y tiene que huir al sur del virreinato de Nueva Granada, (actuales
Colombia, Venezuela, Panamá, norte de Perú, Costa Rica, etc.) algo escaldado por los
correctivos aplicados por los españoles en general y por el capitán Boves en particular.
5¿Quién fue el verdadero libertador de Bolivia?
R.- Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco (Caracas, 24 de
julio de 1783nota 1nota 23-Santa Marta, 17 de diciembre de 1830), más conocido como Simón Bolívar (
pronunciación (?·i)), fue un militar y político venezolano, fundador de las repúblicas de la Gran
Colombia y Bolivia. Fue una de las figuras más destacadas de la emancipación hispanoamericana frente
al Imperio español. Contribuyó a inspirar y concretar de manera decisiva la independencia
de Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá,4 Perú y Venezuela.
Bolívar nació en Caracas en el seno de una familia acomodada criolla y, como era habitual en los
herederos de familias de clase alta en su época, fue enviado a educarse en el extranjero a una edad
temprana, llegó a España cuando tenía 16 años y luego se mudó a Francia. Mientras estuvo en Europa,
conoció las ideas de la Ilustración, lo que más tarde lo motivó a derrocar a los españoles reinantes en la
América del Sur colonial. Aprovechando el desorden en España provocado por la Guerra de la
Independencia, Bolívar inició su campaña por la independencia en 1808. La campaña por la
independencia de Colombia (Gran Colombia, más tarde Nueva Granada) se consolidó con la victoria en
la batalla de Boyacá el 7 de agosto de 1819. Estableció un congreso nacional organizado en tres años.
A pesar de una serie de obstáculos, incluida la llegada de una fuerza expedicionaria española sin
precedentes, los revolucionarios finalmente prevalecieron, culminando con la victoria en la Batalla de
Carabobo en 1821, que efectivamente convirtió a Venezuela en un país independiente.
Tras este triunfo sobre la monarquía española, Bolívar participó en la fundación de la primera unión de
naciones independientes de América Latina, la Gran Colombia, de la que fue presidente de 1819 a 1830.
Mediante nuevas campañas militares, expulsó a los gobernantes españoles de Ecuador, Perú. y Bolivia,
el último de los cuales lleva su nombre. Fue simultáneamente presidente de Gran Colombia (hoy
Venezuela, Colombia, Panamá y Ecuador), Perú y Bolivia, pero poco después, su segundo al
mando, Antonio José de Sucre, fue nombrado presidente de Bolivia. Bolívar apuntó a una América
española fuerte y unida capaz de hacer frente no solo a las amenazas que emanan de España y la Santa
Alianza europea, sino también a la potencia emergente de los Estados Unidos. En la cima de su poder,
Bolívar gobernó un vasto territorio desde la frontera con Argentina hasta el Mar Caribe
El 6 de agosto de 1824 Bolívar derrotó al ejército realista del general José de Canterac con el
coronel Manuel Isidoro Suárez en la Batalla de Junín. Esta victoria constituye sobre todo, el paso previo
para el triunfo final en la batalla de Ayacucho. Los jefes realistas, Canterac, Carratalá, Váldés y La Serna,
reunidos en el Cuzco decidieron reorganizar sus fuerzas y salir al encuentro de los vencedores de Junín.
Sucre, por encargo de Simón Bolívar, decide continuar la campaña militar en el Perú, y el 9 de diciembre
de 1824, los independentistas logran una victoria en la llanura de Ayacucho, pampas de Quinua. Con la
capitulación del virrey La Serna se reconocía la "Independencia del Perú y América".
El 29 de enero de 1825, el general José Miguel Lanza proveniente de las zonas rurales cercanas
(republiquetas), tomó la ciudad de La Paz y declaró la independencia de las Provincias del Alto Perú,
siendo nombrado su primer presidente. El 6 de febrero el mariscal Sucre a la cabeza del Ejército
Libertador cruzó el río Desaguadero.
Efectivamente, en la tercera semana de enero el ejército vencedor en Ayacucho continuó del Cuzco
hacia Puno, llevando siempre como vanguardia a la División Peruana, confiada en esta oportunidad al
Coronel O'Connor, menos el batallón núm. 3 del Perú, que se quedó de guarnición en el Cuzco.
Sucre avanza sobre el Alto Perú con el ejército libertador. La división de Colombia (Córdova) queda
acantonada en La Paz mientras que la división del Perú se interna hasta Oruro y Potosí, donde recibe
la noticia de la muerte de Olañeta el 2 de abril de 1825 en el combate de Tumusla.
Luego del triunfo del Ayacucho, y siguiendo precisas instrucciones de Bolívar, el
comandante Sucre entra en territorio alto peruano el 6 de agosto de 1825. Su papel se limita a dar visos
de legalidad a un proceso que los mismos patriotas ya habían puesto en marcha.Mariscal Antonio José
de Sucre Presidente de la República de Bolivia en 1825
Pero el destino de la nueva república estaba sujeto a tres posibilidades: proseguir la unidad con Buenos
Aires, incorporándose a las Provincias Unidas; mantener la adhesión al Perú reconociendo las medidas
de incorporación dictadas por el virrey Abascal como resultado de la revolución del 25 de
mayo de 1809 en Sucre (Capital de Bolivia); o sostener con decisión la independencia absoluta del Alto
Perú, no sólo con relación a España, sino también con referencia a las Provincias Unidas del Río de la
Plata y al Perú, recién liberado.
El acta de independencia, redactada por el presidente del Congreso, José Mariano Serrano, fue
declarada por 7 representantes de Charcas, 14 de Potosí, 12 por La Paz, 13 por Cochabamba y 2 por
Santa Cruz; el 23 de julio de 1825, redactándose el "Acta de la Independencia", llevando la fecha de 6
de agosto de 1825, en conmemoración de la Batalla de Junín, la cual se desarrolló el 6 de agosto de
1824.
Mediante un decreto se determinó que el nuevo estado llevaría el nombre de Bolívar, en homenaje al
Libertador, quien a la vez fue designado "Padre de la República y Jefe Supremo del Estado". Bolívar
agradeció estos honores, pero declinó la aceptación de la Presidencia de la República, para cuyo cargo
designó al general Antonio José de Sucre
Antonio José de Sucre fue uno de los grandes militares que participaron en
la independencia de Hispanoamérica. Llegó a ser presidente de Bolivia durante casi 3
años pero acabó siendo asesinado. Su legado fueron los países que consiguieron la
independencia gracias a su lucha y su afán por que se cumplieran los deseos
emancipadores. La amistad que mantuvo con Bolívar fue algo que pasaría a la Historia, ya
que poca gente se enfrentó directamente al Libertador y consiguió salirse con la
suya. Sucre lo logró en Bolivia.
Descendiente de una familia de renombre, Antonio José de Sucre nació el 3 de febrero
de 1795 en Cumaná (Venezuela). Era hijo de Vicente de Sucre y Urbaneja, patriota
venezolano que recibió el título de prócer ilustre, y nieto de Carlos Sucre y Pardo. Su infancia
estuvo marcada por la pérdida de su madre cuando tenía siete años de edad, lo que supuso
que fuera enviado a Caracas al cuidado de su padrino y empezase los estudios de ingeniería
militar en la Escuela de José Mires.

En 1810, Sucre logró alcanzar el rango de oficial del ejército independentista y


acompañó a Miranda en su campaña de liberación. Pero la capitulación de San Mateo en
julio de 1812 provocó que tuviera que huir para evitar la represión realista. Su destino fue
Trinidad, donde se unió a los militares Mariño, Bermúdez y Piar para emprender primero la
campaña de Venezuela en 1813 y, después, la de Caracas. Sin embargo, las derrotas de
Aragua y Ulrica le obligaron a refugiarse en las Antillas.

Sucre participó en la defensa de Cartagena de Indias entre agosto y diciembre del año 1815.
Sus méritos en la Guayana y bajo el Orinoco le auparon al rango de General de Brigada. En
1818, tras realizar una serie de misiones exitosas, se unió a Bolívar en la ciudad de
Angostura y se convirtió en un gran amigo suyo. Esta amistad perduraría hasta el final,
hasta el punto que la muerte de Sucre sería un auténtico derrumbamiento moral
para Bolívar.

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