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LA BATALLA

El 26 de mayo de 1880, en el marco de la Guerra del Pacífico, el Batallón Colorados


de Bolivia fue protagonista de una batalla histórica, la batalla del Alto de la Alianza, donde
demostró su patriotismo y heroísmo.
Los soldados representaron dignamente al país en la guerra contra Chile para defender el
territorio nacional.
Perú también fue parte de esta batalla y se unió a Bolivia para formar un solo ejército.
La contienda se llevó a cabo en un terreno desértico donde soportaron temperaturas
extremas que durante el día llegaba a los 28 grados y el intenso frío por las noches.
El relato de la derrota

El combate duró casi todo el día, desde las nueve de la mañana, y la derrota del ejército
boliviano-peruano se dio cerca de las tres de la tarde.
Durante la madrugada hubo una frustrada expedición de las fuerzas aliadas que los debilitó
antes de la principal batalla.
"Aquellos Colorados eran los soldados fantasmas por cuyos cuerpos atravesaban las balas
sin derribarlos; caían heridos, pero para ponerse de pie… cruzaban como relámpagos ante
los ojos de los soldados chilenos, cegándolos…"
"Cuando a la caída de la tarde se pronunció la derrota y la corneta del batallón tocaba la
retirada, no apareció ninguno de ellos. Al cerrar la noche, él continuaba llamando sin que
ninguna chaqueta roja respondiera a la cita… los que no había muerto estaban heridos y no
llegaban ni a veinte".
En la historia también se recuerda que los caballos del ejército chileno pisaron a los
soldados de la casaca roja y amarilla y buscaron cuidadosamente a los que aún respiraban
para clavarles sus afiladas bayonetas.
Hubo más de 5.000 muertos y heridos, con una alta proporción de jefes y oficiales. Los
destacamentos Murillo y zapadores de Bolivia y Tacna del Perú, fueron la última
resistencia. Las fuerzas comandadas por Campero emprendieron la retirada hacia los
Andes.
EL GRITO DE GUERRA (no leer)
Cuando el batallón peruano "Victoria" estaba a punto de ser dominado por las tropas
chilenas, se envió, decididamente, al "Batallón Colorados", que entró al combate al grito de
"Agarrarse rotos, que aquí entran los Colorados de Bolivia". Emprendieron la batalla al
trote con el fusil, una mochila y el kepí rojo echado hacia atrás. Este fue el episodio más
destacado por la intervención heroica y la demostración de toda la capacidad de este
regimiento al mando de Ildefonso Murguía, López y Gonzáles. Con gran valentía obligaron a
retroceder a los chilenos. Fue el último momento en que se pudo pensar en una victoria.
Cuando parecía rotundo el triunfo aliado, varios batallones bolivianos y peruanos se
lanzaron al llano para rematar a los chilenos, pero éstos recibieron el refuerzo de su
caballería y nuevas tropas. Los aliados tuvieron que replegarse y solicitar ayuda de los
reservistas, pero los chilenos superiores en número arremetieron hasta tomar todos los
reductos del Alto de la Alianza. Al terminar la batalla, los sobrevivientes bolivianos
regresaron a su país, mientras que los peruanos formaron guerrillas en las serranías. El
ejército chileno tomó la ciudad de Tacna, donde cometieron robos, remataron a los heridos
y mataron prisioneros. La batalla del Alto de la Alianza fue la más grande de la Campaña del
Sur de la Guerra del Pacífico.

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