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CERTAMEN 2:

“Taller de desarrollo
personal y profesional”

Nombre: Yuly Ugarte Hernández


Profesor: Jorge Acevedo
Sección: 1

Martes 30 de Agosto, 2022


Reflexión sobre principales desigualdades al momento de desempeñarse en
el mundo laboral

Los cambios y progresos que ha presentado Chile en las últimas décadas son
evidentes, como lo es la gran reducción de la pobreza, la transformación de las
condiciones de vida de las personas, el aumento de oportunidades, entre otros
avances que ha tenido el país que ha ayudado a la gran mayoría de la población a
salir de la miseria que se vivía años atrás. Pero estas transformaciones no han
disminuido la amplia desigualdad que se vive en la actualidad.
Las diferencias que existen entre los diferentes grupos sociales que existen son
notorias, y uno de las mayores diferencias, es que de la clase media para “abajo” en
la escala no se tiene seguridad ni garantía de nada: la certeza de un futuro estable;
el darse los gustos que uno quiere; el asegurar un buen trabajo y sueldo o algo tan
simple como el recibir un trato digno.
Las familias que vienen de estratos sociales bajos viven cada día la constante lucha
de “salir adelante” y de “no caer en la marginalidad”. Mis padres vivieron en las
décadas de extrema miseria, salieron a trabajar a una temprana edad y ninguno
completó siquiera su enseñanza media. Han trabajado toda su vida y actualmente
ambos son trabajadores independientes que pese a su pasado lleno de
precariedades, fueron capaces de salir adelante gracias a su propio mérito y
esfuerzo y gracias a los progresos que el país ha ido teniendo a través de los años.
A pesar de toda su trayectoria, y el cómo lograron enfrentar cada una de las
adversidades que se les presentaban, ellos ven en sus hijas un mejor futuro y una
gran oportunidad para ascender. Es por eso que a mis hermanas las matricularon en
colegios buenos, y cuando nací yo, diez años después, en uno de paga particular
subvencionado que me dio las herramientas necesarias para enfrentar la prueba de
admisión universitaria y optar a una universidad buena, que me ayude luego de
egresar a tener buenas oportunidades laborales.
Quizás no vengo de un colegio privado que me dio un estatus social y un capital
cultural que me ayude a ascender socialmente, ni tampoco tengo garantizado un
bienestar total al momento de egresar de la universidad, pero de lo que estoy
totalmente consciente es que gracias al esfuerzo tan grande que han hecho mis
papás, actualmente yo estoy donde estoy.
Llegar a ser una de las primeras profesionales en mi familia viene con mucha
presión, partiendo por el hecho de que mis padres en un principio querían que
estudiara una carrera que al momento de adentrarme en el mundo laboral me
generara altos ingresos económicos, como los generados por doctores, abogados,
entre otras profesiones, por lo que su enfoque principal es el que obtenga un buen
capital y pueda salir adelante con este; aparte, un constante miedo al fracaso y más
por fallarles a ellos y que piensen que no he valorado todo su esfuerzo al pasar de
los años.
Aquí es cuando empieza realmente el conflicto: ¿Qué me garantiza que el tener un
título profesional me asegure un buen futuro?
De lo que tengo realmente certeza, es que tener más años de educación sí o sí me
generará más oportunidades y me abrirá más puertas, ya que la mayoría de los
trabajos está determinado por la educación que uno haya tenido. Este hecho es
evidencia total de la gran desigualdad de oportunidades que se vive en Chile, ya
que no todas las personas tienen la posibilidad de ingresar a estudios superiores, en
gran parte por su posición socioeconómica, la que les impide costear los gastos
relacionados a estos.
Así como existen desigualdad de oportunidades para los distintos estratos sociales,
sé que hay varias variables que afectarán mi inserción en al ámbito laboral al
momento de egresar de mi carrera, como lo son las grandes desigualdades
económicas, sociales, culturales, educativas, de trato, de género, entre otras, que
van a influir al momento de desempeñarme y que harán una gran diferencia de
clases debido a esto.
Las desigualdades socioeconómicas son evidentes, puesto que una mínima parte
de la gente pertenece al estrato más alto, y al llegar a ser la primera profesional de
la familia es complicado catalogarme como clase media alta, ya que por mis
orígenes es difícil encasillarme en esa sección de la población, no me sentiría
perteneciente a ese conjunto.
Siguiendo en la misma línea del punto anterior, tampoco vengo de una de las
poblaciones mejor calificadas de mi ciudad o más llamados sectores “cuicos”; por el
contrario, vengo de una población inmersa entre los sectores más populares y
estratos medios bajos de mi localidad, donde se escuchan balazos en la noche,
donde hay robos todos los días, por la mañana salen noticias de que mataron a
alguien por “ajustes de cuentas”, donde llega la PDI a hacer allanamientos, entre
otras cosas que evidencian la inseguridad y el miedo con el que se vive diariamente,
ya que el Estado y los entes policiales no garantizan seguridad en estas poblaciones
ubicadas en la periferia de la ciudad.
Con esta desigualdad socioeconómica se encasilla también la desigualdad cultural
y educativa que se vive, puesto que pertenecer a un estrato socioeconómico más
bajo, es convivir a la par con personas de esta misma clase al ir a colegios públicos
y relacionarse con los compañeros de clase en igual situación, así también como los
vecinos de la misma población. En mi caso, aunque pertenezco a una de las
poblaciones marginales de mi ciudad, no me siento parte de ellos en el sentido de
que mis padres pudieron pagar un colegio subvencionado y esto me permitió
relacionarme con personas no de un alto estatus social pero sí con un nivel
educativo y cultural superior al que estaba acostumbrada, lo que me permitió romper
ese lazo que me ataba a mi población y pude ampliar mi capital cultural gracias a
ello.
Los aspectos mencionados son los que me hacen visualizar el hecho de que al
sentirme perteneciente a un estrato medio relativamente, puede ser que no sea un
factor relevante mi nivel socioeconómico al relacionarme con mis futuros “colegas”,
pero sí me vería afectada al considerar a mi jefe/a quien es probable que al ejercer
un cargo alto se sienta superior al resto, y por ello, superior a todos los empleados
que este/a tendrá, lo que puede conllevar a diversos tipos de discriminación y malos
tratos por su parte. Esto visibiliza la desigualdad de trato social que existe
actualmente en Chile, debido a que las personas de la elite se sienten con estos
aires de superioridad por la marcada diferencia de clases existente entre ellos y los
demás estratos.
A la vez, siento que uno de los factores que más me afectará al momento de
egresar y afrontar el mundo laboral es la desigualdad de género. No es novedad
que hoy en día lo que más se intenta abolir es esta marcada desigualdad tanto
como por los tratos que recibimos, la inseguridad vivida diariamente, y en este caso,
las distinciones de género en el ámbito laboral.
Las mujeres siempre se ha sabido que reciben un salario mucho menor que el de
los hombres, y simplemente por el hecho de nacer mujeres, sin ninguna justificación
de peso. El trato recibido en el ámbito laboral también es muy desigual al visualizar
al género femenino como “débil” e incapaz de realizar labores que requieran mayor
fuerza o capacidad física. Este hecho dificulta que como mujer pueda insertarme en
áreas de trabajo pesado por el simple hecho de nacer así y ser considerada
“inferior”.
Esta desigualdad de género no solo se presencia salarialmente y en el prejuicio
implementado del género en cuestión, sino que también se visibiliza al momento de
ocupar cargos directivos. Es poco probable percibir a una mujer desempeñando
cargos altos o gerenciales, debido a que al pasar de los años siempre se ha visto a
hombres ocupando cargos de mando y al género femenino se le aprecia más en
otros puestos. Esto se debe al sesgo que existe respecto a la capacidad de cada
uno, donde se observa al hombre con las aptitudes necesarias para adquirir estos
cargos directivos.
Diversas son las desigualdades que me esperan al momento de adentrarme al
mundo laboral, que algunas se viven día a día en la calle, en los centros de salud,
en los centros educativos, entre otros, donde se perciben claramente diferencias
sociales y desigualdades de trato social y de género, que se verán acrecentadas al
momento de comenzar a trabajar y visualizará en mayor proporción las grandes
desigualdades que aún se viven en Chile, en donde a pesar de haber tenido un gran
progreso en distintos aspectos, siguen existiendo estas disparidades marcadas.
Además, volviendo a las desigualdades económicas y educativas, sé que pese a
todo tendré variados soportes sociales que pueden respaldarme en el infortunio
caso de que algo falle más adelante: una buena educación, mi familia que siempre
está conmigo, yo misma con mi esfuerzo, mis ganas de salir adelante y no
decepcionar a mi familia, y, en casos drásticos recurrir a los créditos y/o servicios
que el Estado otorga.
Es por esto que sé que el futuro próximo me espera con muchas dificultades y
obstáculos que debo saber afrontar de una buena manera, apoyarme de las
diversas redes de apoyo que tengo y de las que sé que dispondré de ellas para
enfrentar cualquier situación que se me presente.

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