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La administración presidencial de Luis Echeverría (1970-1976) se vio precisada a mostrar una faz de tolerancia

ante un incipiente descontento político que marcaba cierta distancia con el gobierno. En tal sentido, puede
explicarse la llamada «apertura democrática», que posibilitó la incorporación de representantes de las clases
medias -y de un grupo de intelectuales- en diversas actividades tendentes a fortalecer al Estado mexicano y
justificar la nueva propuesta económica que se designó como «desarrollo compartido» al acompañarla con un
discurso que parecía cercano a una ideología <<de izquierda».

Para tratar de recuperar legitimidad, la acción gubernamental se enfiló a la inversión en infraestructura, a la


adquisición de algunas empresas para volverse -el gobierno mismo empresario y, con la pretensión de estimular
la demanda, otorgó aumentos salariales. Para poder financiar tal política se recurrió, principalmente, a la
solicitud de préstamos financieros con el Fondo Monetario Internacional.

Desde 1971 el régimen decretó la amnistía a los presos políticos y estudiantes encarcelados por participar

en los sucesos estudiantiles de 1968 y, al mismo tiempo, impulsó una serie de programas tendentes a apoyar a los grupos mayoritarios, del campo y de
la ciudad, con beneficios muy específicos.

Se creó el Instituto Nacional del Consumidor (INCO), con la pretensión de ofrecer a la población un canal institucionalizado para presentarle medidas
adecuadas para el uso de sus recursos salariales. Dio surgimiento a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) con la finalidad de auxiliar a los
consumidores contra prácticas lesivas de quienes ofrecieran servicios y mercancías

En cuanto a la propuesta para impulsar el «desarrollo compartido» creó el Instituto Mexicano de Comercio Exterior, cuyo objetivo consistía, según la ley
del 29 de diciembre de 1970, en «ampliar nuestras exportaciones como elemento vital para poder financiar, sin ataduras, la compra de tecnología y de
maquinaria que aún no se producen en México y para compensar con el fruto de nuestras ventas en el extranjero.

El Instituto Mexicano de Comercio Exterior se presentaba como una búsqueda de captación de recursos para sustentar la nueva administración.

En concordancia con esta necesidad de buscar en el exterior una importante fuente de ingresos se creó la Secretaría de Turismo, en 1975, que se
encargaría de potenciar la divulgación de los valiosos recursos que México. Esta Secretaría se encargaría de regular las actividades derivadas de la nueva
empresa de servicios que, más tarde, se catalogaría como industria sin chimeneas>>,

La creación del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) que, en la lógica del desarrollo compartido, lo estableció la
Comisión Nacional Tripartita organizada en 1971. De esta nueva organización surgió la propuesta de crear un fondo nacional, regulado por un organismo
-también tripartita- para otorgar créditos baratos para los trabajadores en dos de la construcción -o compra- de vivienda popular.

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