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José Ortega y Gasset es (1883-1955), sin duda, el pensador español más importante
del siglo XX. Nació en Madrid en 1883, en el seno de una familia de la burguesía liberal
e ilustrada. Se educó en un ambiente culto y familiarizado con el mundo de la prensa y
la política. Estudió con los jesuitas y en las Universidades de Deusto y Madrid.
Respecto al contexto histórico y social debemos decir que en 1898 tuvo lugar la
pérdida de las últimas colonias españolas (especialmente Filipinas y Cuba) y este hecho
tuvo enormes resonancias tanto a nivel social como en el ámbito intelectual español. A
partir de ese momento y durante toda la primera mitad del siglo XX, "el problema de
España" se convierte en el centro de la preocupación de los intelectuales y escritores
españoles. Ortega meditará frecuentemente sobre el lúgubre destino de España, tratando
de detectar sus causas y buscando remedio a sus males, reconociendo el atraso de
España respecto a Europa y la necesidad de que se regenerase recuperando el terreno
perdido en los últimos siglos. Esto suponía la inclusión de España en la vida
democrática, liberal, científica y cultural de los grandes países europeos del momento.
Al defender esta posición Ortega adoptaba una posición decididamente europeísta.
En 1905 se trasladó a Alemania para perfeccionar sus estudios y allí recibió una
sólida formación neokantiana, aunque no se identificó con esta escuela. De regreso a
España fue catedrático de Metafísica de la Universidad de Madrid. Desde la Junta para
la Ampliación de Estudios propició la salida al extranjero de muchos estudiantes, sobre
todo a estudiar filosofía alemana, favoreciendo así el surgimiento de uno de los
movimientos más fecundos de la educación española: la Institución Libre de Enseñanza.
Al estallar la Guerra Civil se exilió en Francia, Holanda, Argentina y Portugal. En
1945 regresó a España, donde murió diez años después.
En el aspecto cultural podemos destacar los siguientes movimientos:
La Generación del 98: Conjunto de escritores y pensadores preocupados por el
problema de España, la identidad nacional, la toma de conciencia del retraso frente a
Europa (Unamuno, Machado, Baroja...).
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1. CONCEPCIÓN DE LA FILOSOFÍA:
Concepto de Filosofía:
Las ideas fundamentales acerca de la filosofía que tiene Ortega son las siguientes:
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suspenso todas las creencias que tenemos y, a partir de ahí, reflexionar tomando
como punto de partida mi vida como realidad radical.
- Mientras que las ciencias (biología, física, química...) se interesan cada una de
ellas por una parte de la realidad, la filosofía, sin embargo, tiene vocación de
universalidad, se interesa por todo cuanto hay.
Ortega elabora su filosofía como una crítica al realismo y al idealismo que son las
dos tradiciones filosóficas más importantes de la modernidad. Ortega considera que
ninguna de estas dos posiciones es correcta, que es preciso encontrar una solución a la
disputa entre ambas.
El realismo ha sido la interpretación dominante hasta la filosofía moderna. Su tesis
principal es que la realidad, el Universo en su conjunto, es independiente del sujeto que
conoce, que no la construye sino que sólo la refleja de forma pasiva. Ésta es la
concepción de la gente corriente y la disposición espontánea de nuestra mente.
Por su parte, el idealismo defiende todo lo contrario: la realidad, el Universo en su
conjunto, es una construcción del sujeto, y no es independiente de la mente que conoce.
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Como hemos visto la vida es la primera verdad sobre la que debe reflexionar la
filosofía, es el primer problema filosófico porque es la realidad en la que se hacen
presentes todas las demás realidades.
Ortega se niega a identificar la vida con entidades definidas por la tradición: la vida
no es el cuerpo, pero tampoco el alma ni la mente; todas estas realidades son posteriores
al vivir, son construcciones más o menos fundadas que desde la propia vida nos
hacemos para entenderla. Pero la vida tampoco es una categoría abstracta, antes bien, es
el término más concreto de todos pues se refiere a la vida de cada cual, al vivir concreto;
es el conjunto de vivencias y el ámbito en el que se hace presente todo, el mundo o
circunstancia y el yo o subjetividad.
La vida tiene ciertos rasgos característicos que llamamos categorías de la vida y que
son las siguientes:
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personas y cosas que nos rodean, del mundo circundante. Nos damos cuenta de nuestro
mundo, de nuestra intervención en el mundo, y de nosotros mismos interviniendo.
El perspectivismo
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importancia de todo hombre y toda cultura, todos ellos son insustituibles pues cada uno
tiene como tarea mostrar, hacer patente el mundo que se le ofrece. (Ortega ilustra con
frecuencia su tesis refiriéndose a la perspectiva espacial: el mismo paisaje es distinto
visto desde dos puntos de vista; la posición del espectador hace que el paisaje se
organice de distinto modo y que haya objetos que desde una se aprecien y desde otra no.
Carecería de sentido que uno de los espectadores declarase falso el paisaje visto por el
otro pues tan real es uno como el otro).
La nueva idea de Razón propuesta por Ortega: Razón vital y Razón histórica.
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intentamos dar cuenta de los asuntos humanos. Entendemos algo cuando captamos su
sentido y es esta la forma de comprensión adecuada para dar cuenta del mundo
humano: el mundo humano no consta de hechos sino de sentidos. El sentido de una
acción o asunto humano se hace inteligible cuando lo relacionamos con las creencias,
valoraciones, sentimientos y proyectos del individuo, grupo o comunidad en el que
aparece dicha acción o asunto; la razón histórica es precisamente el instrumento que
debemos utilizar para comprender los sentidos de la existencia humana. Esta razón debe
utilizar recursos interpretativos propios del historicismo como el análisis de la biografía,
la teoría de las generaciones y la comprensión de las distintas épocas que constituyen
nuestro pasado y determinan nuestro presente.
Entre esos recursos es particularmente importante para el análisis histórico el método
de las generaciones. Ortega señala que los cambios históricos no son continuos, hay
una cierta estabilidad estructurada en periodos. A estos periodos de cierta constancia
vital se les llama generaciones. Las relaciones entre una generación y la anterior pueden
ser, a su vez, de homogeneidad, es decir, ambas se mueven por los mismos intereses y
entonces estamos en lo que se llama una época acumulativa (se acumula lo desarrollado
en ambas generaciones); o de heterogeneidad, es decir, ambas se mueven por intereses
divergentes y entonces estamos ante lo que Ortega llama una época revolucionaria (la
generación posterior rechaza lo que hizo la anterior e intenta desarrollarse sobre
principios nuevos). Este proceso continúa ininterrumpidamente (no hay un momento
final).
Por último indicar que Ortega distingue además al desarrollar su filosofía de la
historia la existencia de dos tipos humanos diferenciados: la masa y la minoría
(minorías de vanguardia). La masa tiende a conservar esquemas fijos y a vivir en el
presente. La minoría a romper moldes, a vivir mirando al futuro. Por ello vive
condenada con frecuencia a no ser entendida por la masa.
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Como con los colores y sonidos acontece con las verdades. La estructura psíquica de
cada individuo viene a ser un órgano perceptor, dotado de una forma determinada, que
permite la comprensión de ciertas verdades y está condenado a inexorable ceguera para
otras. Asimismo, cada pueblo y cada época tienen su alma típica, es decir, una retícula con
mallas de amplitud y perfil definidos que le prestan rigurosa afinidad con ciertas verdades
e incorregible ineptitud para llegar a ciertas otras. Esto significa que todas las épocas y
todos los pueblos han gozado su congrua porción de verdad, y no tiene sentido que
pueblo y época algunos pretendan oponerse a los demás, como si a ellos solos les
hubiese cabido en el reparto la verdad entera. Todos tienen su puesto determinado en la
serie histórica; ninguno puede aspirar a salirse de ella, porque esto equivaldría a
convertirse en un ente abstracto con íntegra renuncia a la existencia.
Ortega y Gasset, El tema de nuestro tiempo, cap.10.
Cuestiones
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