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TRIBUTACION – SECTOR GANADERIA

1. TRIBUTOS QUE PAGA DURANTE LA ORGANIZACIÓN Y


CONSTITUCION DE LA EMPRESA

1.1. GOBIERNO CENTRAL

No se realiza ningún pago de tributos en este periodo de organización y


constitución de una empresa ganadera, consecuentemente solo tiene que
acogerse al régimen tributario al que pertenecerá en función a las normas
tributarias establecidas en la fecha de su constitución ya sea como persona
natural o jurídica.

1.2. GOBIERNOS LOCALES

La parte en la que se realizan trámites con gobiernos locales al momento


de la constitución de cualquier empresa es por lo general en cuanto tasas
que podrían ser:

- Derechos: por trámites administrativos


- Licencias Municipales: tasas variables de acuerdo al municipio en donde se
ubique
- Otras tasas: las que debe pagar todo aquel que realice actividades sujetas
a fiscalización o control municipal extraordinario.
-
1.3. TRIBUTOS PARA OTROS FINES

En esta parte de igual forma no necesita hacer pagos de tributos al inicio de


las operaciones, obviamente a la empresa le toca realizar los trámites
correspondientes con las instituciones desganadas por ley, por ejemplo:

- La inscripción de trabajadores en Essalud


- Verificar que los trabajadores cuentes correctamente inscritas en ONP o
SPP
- Compañías de seguros

En este caso, como empresa ganadera necesita recurrir al Ministerio de


Agricultura específicamente se detalla:

SENASA (Servicio Nacional de Sanidad Agraria)


- Comercialización de fauna y flora.
- Comercialización de productos e insumos químicos; productos farmacéuticos
y biológicos de uso veterinario, alimentos para animales.
- Servicios de fumigaciones de naturaleza agropecuaria.

INRENA (Instituto Nacional de Recursos Naturales)


- Aprovechamiento forestal de tierras de comunidades nativas o campesinas.
- Ecoturismo o uso de productos forestales y/o fauna silvestre en
conservación.
- Aprovechamiento forestal en bosques con fines comerciales o industriales.
- Guía de transporte forestal de Fauna silvestre.
- Aprueba el proyecto y autoriza el funcionamiento de un zoológico.
- Exportación de fauna silvestre.

CONACS (Consejo Nacional de Camélidos Sudamericanos)


- Otorga el Registro Único de los camélidos sudamericanos silvestres del Perú
- Otorga la autorización de captura y esquila de vicuña.
- Otorga el Título de propiedad de hatos de vicuña y/o guanaco.
- Certificación de identificación individual para exportador de alpacas y llamas
2.TRIBUTOS QUE PAGA DURANTE SU FUNCIONAMIENTO COMO EMPRESA

2.1. GOBIERNO CENTRAL

Ya en cumplimiento del principio de Empresa en Marcha, la organización tiene por


obligación con el Fisco quien a la vez regula a los que contribuyen en él; para
esto se establece un estándar de sistema tributario para todas las empresas
como son:

- Impuesto general a las ventas


- Impuesto selectivo al consumo
- Impuesto a la renta: con una consideración especial para el sector agrario
según ley N° 27360 – Ley de promoción del sector agrario, que establece la
aplicación de la tasa del 15% de la renta para efectos de este impuesto.

2.2. GOBIERNOS LOCALES

Las empresas ganaderas de igual forma como persona natural o jurídica están
afectas a los siguientes tributos:

-Impuesto predial
-Impuesto al patrimonio vehicular

2.3. TRIBUTOS PARA OTROS FINES

En este caso se direcciona específicamente a la parte laboral en la que la


empresa ganadera como empleador y sus empleados tienen la obligación como
contribuyentes por los siguientes conceptos:

-Contribución al seguro social de salud (Essalud): habiendo una variación como en


al caso del IR en base a la ley N° 27360 – Ley de promoción del sector agrario,
que establece el 4% de aporte para los trabajadores de este sector.
-Contribución al sistema nacional de Pensiones (ONP) o al Sistema Privado de
Pensiones.
-Aporte al seguro complementario de trabajo de riesgo (SCTR)

3.TRIBUTOS QUE PAGA DURANTE LA LIQUIDACION DE LA EMPRESA

3.1. GOBIERNO CENTRAL

Durante la liquidación de una empresa ganadera es necesario un Balance Inicial


de Liquidación en la que se detalla las cuentas por pagar que se refleja, en la
que si aparece alguna deuda con el fisco, quien intervendrá como acreedor de
dicha deuda por los tributos que le corresponden.

3.2. GOBIERNOS LOCALES

De igual manera, con lo dispuesto anteriormente el gobierno local en este caso la


Municipalidad verificará si dicha empresa ganadera tiene saldos pendientes en
cuanto al pago de tributos señalados en el acápite 2.2

3.3. TRIBUTOS PARA OTROS FINES

Y finalmente, en base a saldos contables reflejados en el Balance Inicial de


Liquidación, se procede a pagar las obligaciones con las diversas instituciones ya
sean públicas o privadas, para de esa manera saldar las cuentas tributarias sin
perjudicar tanto a los beneficiarios (trabajadores) como a los acreedores de tales
contribuciones.
MARCO TRIBUTARIO PARA EL SECTOR AGRARIO EN EL PERÚ

El sistema tributario para el sector agrario es complejo por la existencia de


regímenes especiales de exoneración cruzada por lista de productos, por niveles
de ingreso, por regiones y por nivel de valor agregado.

Se estableció para el sector agrario incentivos particulares definidos en la Ley Nº


27360, Ley que aprueba las normas de promoción del Sector Agrario, que permite
una reducción del Impuesto a la Renta del 30% al 15%, una tasa de contribución a
EsSalud en el orden del 4% (el resto de sectores aporta el 9%). Otro dispositivo es
la Ley Nº 27614 que prorroga el plazo de exoneración a algunas partidas
arancelarias del Texto único Ordenado de la Ley del IGV e Impuesto Selectivo al
consumo.

1.- DEL RÉGIMEN TRIBUTARIO

Aplíquese la tasa de 15% (quince por ciento) sobre la renta, para efecto del
Impuesto a la Renta, correspondiente a rentas de tercera categoría, a las
personas naturales o jurídicas comprendidas en los alcances del presente
dispositivo, de acuerdo a las normas reguladas mediante Decreto Legislativo Nº
774 y demás normas modificatorias.

Para efecto del Impuesto a la Renta, las personas naturales o jurídicas que estén
comprendidas en los alcances del presente dispositivo podrán depreciar, a razón
de 20% (veinte por ciento) anual, el monto de las inversiones en obras de
infraestructura hidráulica y obras de riego que realicen durante la vigencia de la
presente Ley.

1.1.- Impuesto General a las Ventas

Las personas naturales o jurídicas comprendidas en los alcances del


presente dispositivo, que se encuentren en la etapa pre-productiva de sus
inversiones, podrán recuperar anticipadamente el Impuesto General a las
Ventas, pagados por las adquisiciones de bienes de capital, insumos,
servicios y contratos de construcción, de acuerdo a los montos, plazos,
cobertura, condiciones y procedimientos que se establezcan en el
Reglamento. La etapa preproductiva de las inversiones en ningún caso podrá
exceder de 5 (cinco) años de acuerdo a lo que establezca el Reglamento.

1.2.- Obligaciones de los beneficiarios

 A fin de que las personas naturales o jurídicas gocen de los beneficios


tributarios establecidos en el presente dispositivo, deberán estar al día en el
pago de sus obligaciones tributarias de acuerdo con las condiciones que
establezca el Reglamento.

2.- DEL RÉGIMEN LABORAL Y DE LA SEGURIDAD SOCIAL

2.1.- Contratación Laboral

Los empleadores de la actividad agraria comprendidos en el Artículo 2 de la


presente Ley podrán contratar a su personal por período indeterminado o
determinado. En este último caso, la duración de los contratos dependerá de
la actividad agraria por desarrollar, pudiendo establecerse jornadas de
trabajo acumulativas en razón de la naturaleza especial de las labores,
siempre que el número de horas trabajadas durante el plazo del contrato no
exceda en promedio los límites máximos previstos por la Ley. Los pagos por
sobretiempo procederán sólo cuando se supere el referido promedio.

Los trabajadores a que se refiere el presente artículo se sujetarán a un


régimen que tendrá las siguientes características especiales:

a) Tendrán derecho a percibir una remuneración diaria (RD) no menor a S/.


16.00 (dieciséis y 00/100 Nuevos Soles), siempre y cuando laboren más de 4
(cuatro) horas diarias en promedio. Dicha remuneración incluye a la
Compensación por Tiempo de Servicios y las gratificaciones de Fiestas
Patrias y Navidad y se actualizará en el mismo porcentaje que los
incrementos de la Remuneración Mínima Vital.
b) El descanso vacacional será de 15 (quince) días calendario remunerados
por año de servicio o la fracción que corresponda, salvo acuerdo entre
trabajador y empleador para un período mayor.

c) En caso de despido arbitrario, la indemnización es equivalente a 15 (quince)


RD por cada año completo de servicios con un máximo de 180 (ciento ochenta)
RD. Las fracciones de años se abonan por dozavos.

Seguro de Salud y Régimen Previsional

 Manténgase vigente el Seguro de Salud para los trabajadores de la


actividad agraria en sustitución del régimen de prestaciones de salud.
 El aporte mensual al Seguro de Salud para los trabajadores de la actividad
agraria, a cargo del empleador, será del 4% (cuatro por ciento) de la
remuneración en el mes por cada trabajador.

 Los afiliados y sus derechohabientes tienen el derecho a las prestaciones


del seguro social de salud siempre que aquellos cuenten con 3 (tres) meses
de aportación consecutivos o con 4 (cuatro) no consecutivos dentro de los
12 (doce) meses calendario anteriores al mes en el que se inició la causal.
En caso de accidente, basta que exista afiliación.

 ESSALUD podrá celebrar convenios con el Ministerio de Salud o con otras


entidades, públicas o privadas, a fin de proveer los servicios de salud
correspondientes.

 Los trabajadores podrán afiliarse a cualquiera de los regímenes


previsionales, siendo opción del trabajador su incorporación o permanencia
en los mismos.

Trabajadores agrarios con contrato vigente

 Los trabajadores que se encontrasen laborando a la fecha de entrada en


vigencia del presente dispositivo en empresas beneficiarias comprendidas en
los alcances de la presente Ley, podrán acogerse al régimen de contratación
laboral establecido en esta norma previo acuerdo con el empleador. El nuevo
régimen no será aplicable a los trabajadores que cesen con posterioridad a la
vigencia de esta Ley y que vuelvan a ser contratados por el mismo empleador
bajo cualquier modalidad, salvo que haya transcurrido un año del cese.
 Los trabajadores a que se refiere el presente artículo mantendrán el régimen
vigente sobre indemnización por despido arbitrario.

 Asimismo, los trabajadores podrán ejercer la opción prevista en el último párrafo


del Artículo 9 de la presente Ley.

Deducción y pagos a cuenta del Impuesto a la Renta

     Las personas naturales o jurídicas comprendidas en los alcances de la


presente Ley podrán aplicar, durante la vigencia de la misma, lo dispuesto en la
Décima Disposición Transitoria y Final del Texto Único Ordenado de la Ley del
Impuesto a la Renta, aprobado por Decreto Supremo Nº 054-99-EF.

REGIMEN DE RECUPERACION ANTICIPADA DEL IMPUESTO GENERAL A LAS


VENTAS

BENEFICIARIOS.-
Aquellos sujetos acogidos al la ley de promoción del sector agrario que se
encuentren en etapa pre-productiva de sus inversiones, podrán recuperar
anticipadamente, el IGV, pagado por las adquisiciones de bienes de capital,
insumos, servicios y contratos de construcción. La etapa pre-productiva de las
inversiones en ningún caso podrá exceder de cinco años.
Los beneficiarios deberán sustentar la inversión ejecutada en cada ejercicio
mediante la presentación a la SUNAT de una declaración jurada refrendada por una
sociedad de auditoría en el cual se detalle la inversión realizada en la etapa pre-
productiva.
La declaración jurada deberá estar acompañada de un informe técnico sustentatorio
de la inversiones ejecutadas en cada ejercicio, preparada por la respectiva
sociedad, dicho informe deberá contar con la visación correspondiente del
Ministerio de Agricultura.
CONDICIONES.-
Se pueden acoger al régimen las empresas nuevas que se encuentren
exclusivamente durante la etapa pre productiva del total de sus inversiones.
En el caso de contribuyentes que se encuentren exonerados del impuesto, a efecto
de gozar del régimen deberán presentar la solicitud de renuncia a dicha
exoneración y obtener la aprobación de la misma, previo al acogimiento del referido
régimen.

REQUISITOS PARA SOLICITAR LA DEVOLUCION.-

1.- Se podrá solicitar mensualmente, siempre que se anote la factura, nota


contable, o la declaración única de aduana, en el registro de compras.

2.- El monto mínimo a solicitar será de 4 UIT’s vigentes al momento de la solicitud.

CONDICIONES PARA LA COBERTURA.-

Los insumos y bines de capital, servicios y contratos de contracción comprendidos


dentro del régimen deberán cumplir las siguientes condiciones:

1.- Los insumos y bienes de capital deben ser nuevos y adquiridos para ser
utilizados directamente en la etapa preproductiva, los mismos que deberán estar
acreditados en la declaración jurada refrendada por la sociedad auditora. No será
necesario que sean nuevos, los bienes que provengan de transferencia de activos.
Se considerarán bienes nuevos a aquellos que no han sido afectados con
depreciación alguna.

2.- Tratándose de bienes de capital deberán ser registrados de conformidad con lo


establecido en la Ley del impuesto a la Renta.

3.- El valor total del impuesto consignado en cada uno de las facturas, notas de
débito, notas de crédito, declaraciones de aduanas, que hayan gravado la
adquisición del insumo, el bien de capital o el contrato de construcción según
corresponda, no deberá ser inferior a dos UIT, vigente al momento de
presentación de la solicitud a excepción de los servicios.
4.- Los servicios y contratos de construcción deber ser utilizados directamente en
la etapa preproductiva, los mismos que deberán estar acreditados con la
declaración jurada refrendada por la sociedad de auditoría.

5.- Deberán ser anotados en el registro de compras de acuerdo a la Ley del IGV al
que se le deberá añadir una columna para señalar el monto del impuesto materia
del beneficio.

ACOGIMIENTO AL REGIMEN.-

Para acogerse al régimen, los beneficiarios deben presentar a la SUNAT lo


siguiente:
1.- El formulario “Solicitud de Devolución” Nº 4949, firmado por el deudor tributario
o representante legal acreditado en el RUC.

2.- La relación detallada de las facturas, notas de débito o notas de crédito, o


declaración única de aduanas y demás documentos de importación según sea el
caso, que respalden las adquisiciones materia de beneficio correspondiente al
periodo pro el que se solicita devolución.

3.- La declaración jurada refrendada por una Sociedad de Auditoría, en la cual se


detalle la inversión realizada en la etapa preproductiva, adjuntando informe técnico
sustentatorio preparado por la referida sociedad visado por el ministerio de
agricultura.
SANCIONES.-
Los que se hayan beneficiado indebidamente del régimen de recuperación
anticipada serán sancionados de la siguiente manera:

1.- Si no se cumple con los requisitos establecidos en las normas para el


otorgamiento del beneficio deberán restituir el impuesto devuelto, sin perjuicio de
las sanciones estipuladas en el código tributario.

2.- Si dejan de ser beneficiarios, en fecha posterior al otorgamiento del beneficio,


deberán restituir el impuesto devuelto.

En ambos casos, el monto a reintegrar deberá ser actualizado, utilizando la tasa


de interés moratorio a que se refiere el código tributario a partir de la fecha en que
se otorgó la devolución, hasta la fecha en que se restituya el mismo.
PROGRAMA DE INVERSION.-

 Los beneficiarios que realicen las inversiones en infraestructura hidráulica u


obras de riego deberán presentar un programa de inversión ante el
Ministerio de Agricultura, de acuerdo al formato aprobado en la resolución
ministerial Nº 185-2004-AG.

 Se entiende por infraestructura hidráulica a las contracciones y


edificaciones destinadas a la irrigación y/o drenaje de tierras con la finalidad
de habitarlas y/o mejorarlas para el cultivo y/o crianza.
La infraestructura hidráulica comprende los equipos necesarios para su
funcionamiento u operación.

 Se denomina obras de riego a los sistemas de irrigación implementados


para la utilización de aguas, con o sin equipo, con la finalidad de habilitar
y/o mejorar tierras destinadas a la actividad de cultivo y/o crianza.

Se considera inversión a la aplicación de recursos financieros destinados a


sustentar obras de riego e infraestructura hidráulica para efector del
impuesto a la renta, para efecto del impuesto general a las ventas se
considera inversión a la aplicación de recursos financieros para la
adquisición de bienes de capital, insumos, servicios, así como contratos de
construcción.

DEPRECIACION DE LAS INVERSIONES

 Los beneficiarios podrán depreciar los bienes que adquieran o construyan,


para infraestructura hidráulica y obras de riego, con la tasa del 20% anual
mientras dure la vigencia de la ley. Con relación a los bienes que se
adquieran o construyan, se deberá tener en cuenta lo siguiente:

Deberán ser registrados en el activo en una cuenta especial denominada


“Bienes Ley No 27360”.
 Serán computados a su valor de adquisición o construcción, incluyendo los
gastos vinculados a fletes y seguros, gastos de despacho y almacenaje y
todos aquellos gastos necesarios para su utilización, excepto los intereses
por financiamiento sin que este valor pueda exceder el valor de mercado
determinado conforme a las normas e la Ley del impuesto a la renta.

II.-IMPUESTO A LA RENTA

Aplíquese la tasa de 15% (quince por ciento) sobre la renta, para efecto del
Impuesto a la Renta, correspondiente a rentas de tercera categoría, a las
personas naturales o jurídicas comprendidas en los alcances del presente
dispositivo, de acuerdo a las normas reguladas mediante Decreto Legislativo Nº
774 y demás normas modificatorias.

Para efecto del Impuesto a la Renta, las personas naturales o jurídicas que estén
comprendidas en los alcances del presente dispositivo podrán depreciar, a razón
de 20% (veinte por ciento) anual, el monto de las inversiones en obras de
infraestructura hidráulica y obras de riego que realicen durante la vigencia de la
presente Ley.

Incentivos a la Agricultura

El Gobierno ha declarado de interés prioritario la inversión y desarrollo del sector


agrario, estableciendo incentivos que son aplicables a las personas naturales o
jurídicas que desarrollen cultivos y/o crianzas, con excepción de la industria
forestal.

Asimismo, son beneficiarios, las personas naturales o jurídicas que realicen


actividad agroindustrial, siempre que utilicen principalmente productos
agropecuarios, producidos directamente o adquiridos de las personas que
desarrollen cultivo y/o crianzas, en áreas donde se producen dichos productos,
fuera de la provincia de Lima y la Provincia Constitucional del Callao.

No están incluidas las actividades agroindustriales relacionadas con trigo, tabaco,


semillas oleaginosas, aceites y cerveza.
a. Beneficios Tributarios

El impuesto a la renta se determinará aplicando la tasa del 15% sobre la renta


neta.

Las personas jurídicas podrán depreciar, a razón del 20% anual, el monto de las
inversiones en obras de infraestructura hidráulica y obras de riego.

Durante la etapa preproductiva y durante un plazo máximo de 5 años, las


personas naturales o jurídicas, podrán recuperar anticipadamente el Impuesto
General a las Ventas, pagado por las adquisiciones de bienes de capital, insumos,
servicios y contratos de construcción.

Los beneficios tributarios se aplican hasta el 31 de diciembre del año 2021.

b. Régimen Laboral y de la Seguridad Social

Los empleadores de la actividad agraria podrán contratar a su personal por


período indeterminado o determinado. En este último caso, la duración de los
contratos dependerá de la actividad agraria por desarrollar, pudiendo establecerse
jornadas de trabajo acumulativas en razón de la naturaleza especial de las
labores, siempre que el número de horas trabajadas durante el plazo del contrato
no exceda en promedio los límites máximos previstos por la Ley. Los pagos por
sobretiempo procederán sólo cuando se supere el referido promedio.

Se ha establecido un régimen laboral y de seguridad social especial, que entre


otras tiene las siguientes características: jornada laboral de 4 horas diarias,
descanso vacacional de 15 días calendario e indemnización equivalente a 15
remuneraciones diarias por cada año completo de servicios, con un máximo de
180 remuneraciones. El aporte mensual al Seguro de Salud para los trabajadores
de la actividad agraria, a cargo del empleador, será del 4% de la remuneración en
el mes por cada trabajador dependiente. Las normas laborales del Perú
establecen que la remuneración diaria de los agricultores no podrá ser menor a
S/21.45 (este importe debe ser actualizado en la misma proporción en que varía la
remuneración mínima vital).
REGIMEN TRIBUTARIO AGROPECUARIO

Características:

a) Es imposible pensar que los pequeños productores puedan cumplir con las
complejas normas del impuesto a la renta.

b) Dadas las características económicas del sector, el IGV de 18% es trasladado


completamente al productor, lo cual reduce sus ingresos. La exoneración no es la
solución. Siendo el IGV un impuesto que grava el valor agregado y que se aplica
en toda la cadena de producción y comercialización, el productor debe cargar al
costo el IGV pagado en las compras.   

c) Las exoneraciones se aplican por tipo de producto, por región y por tamaño de
contribuyente.   

d) Los regímenes para pequeños contribuyentes no resuelven el problema porque


no se adaptan al sector. El RER es conveniente solo si la rentabilidad es superior
al 17%, algo poco plausible. El RUS impide al productor entregar factura.

¿Existe alternativa? Al diseñar la política tributaria debe separarse la paja del trigo.
En primer lugar, no existen razones para que la agricultura moderna y rentable
tenga un tratamiento preferencial distinto a otros sectores. Por otro lado, los
pequeños productores agropecuarios (PPA) si deberían tener un régimen especial,
debido a la baja rentabilidad, así como a su bajo nivel educativo para entender y
cumplir con un régimen tributario complejo.

En el caso del impuesto a la renta (IR), el sector agropecuario debe tributar de


acuerdo a las normas generales. Sin embargo, en el caso del PPA, este debería
pagar el IR con base a un porcentaje pequeño del valor de su predio.
Alternativamente, puede aplicar el IR determinándolo a partir de un balance
simplificado. Este sistema se aplica en Chile con buenos resultados.
En el caso del IGV, las exoneraciones deben ser eliminadas. Los bienes
actualmente exonerados deben empezar pagando tasas pequeñas: 2% o 3%. El
aumento debe ser gradual. Los PPA no deberían preocuparse de entregar
facturas, llevar libros y presentar declaraciones. El IGV debería ser declarado y
pagado por los compradores. Además, para asegurar la neutralidad del IGV, los
PPA deberían tener derecho a la devolución del IGV pagado en sus compras. Esto
podría realizarse de manera simple aplicando un porcentaje a las ventas.
Naturalmente, tendrían que haber algunos requisitos para devolver. Por ejemplo,
asegurar que sus ventas hayan sido declaradas y pagadas por los compradores.
El productor debería exigir el comprobante de retención.    

Análisis del sector agropecuario

Impuesto a la Renta
􀂄 La tasa reducida para un sector de la economía viola el principio de neutralidad
􀂄 Lo mismo ocurre con el régimen de depreciación acelerada
􀂄 Existe el riesgo ampliar el beneficio a otras actividades económicas

IGV – Incidencia
Las conclusiones acerca de la incidencia del IGV se obtuvieron a partir del análisis
de dos cadenas tipo:
􀂄 Cadena Tipo I: Casa Comercial vendedora de insumos – Productor
agropecuario – Acopiadores – Mayorista – Minorista – Consumidor
􀂄 Cadena Tipo II: Casa Comercial vendedora de insumos – Productor
agropecuario – Acopiadores – Productor agroindustrial – Mayorista agroindustrial –
Minorista agroindustrial – Consumidor
IGV – Incidencia en cadena Tipo I
􀂃 Se construyeron 3 escenarios para los actores relevantes de la cadena:
Escenario Casa comercial Productor Acopiador
vendedora agropecuario agrícola
de insumos de
uso
agrícola
I Exonerado Exonerado Exonerado
II Gravado Gravado Gravado
III Gravado Exonerado Exonerado
IGV – Incidencia en cadena Tipo I
􀂄 En el Escenario I, al estar toda la cadena exonerada, los precios del productor y
del consumidor no se afectan 􀂄 En el Escenario II, al estar toda la cadena
gravada, la rentabilidad del productor disminuye tanto porque compra insumos
más caros como porque vende su producto a un menor precio. La pérdida de
rentabilidad dependerá de la absorción del impuesto en el mercado del insumo y
del traslado del impuesto en el mercado del bien 􀂄 En el Escenario III, que asume
insumos gravados y bienes exonerados, el productor paga precios más altos por
los insumos y adicionalmente no puede descontar el IGV pagado en las
adquisiciones

IGV – Incidencia en cadena Tipo II


􀂃 Se construyeron 4 escenarios para los actores relevantes de la cadena:

Escenari Insumo Productor Acopiado Productor Mayorista


o de agropecuari r agroindustri agroindustri
uso o agrícola al al
agrícola

I Exonerad Exonerado Exonerad Exonerado Exonerado


o o
II Gravado Gravado Gravado Gravado Gravado
III Gravado Exonerado Exonerad Gravado Gravado
o
IV Exonerad Exonerado Exonerad Gravado Gravado
o o

IGV – Incidencia en cadena Tipo II


􀂄 Los efectos en los escenarios I y II son similares a los de la cadena tipo I
􀂄 En el Escenario III, en apariencia similar al Escenario III de la cadena tipo I, la
mayor carga tributaria que enfrenta el productor agroindustrial (vende
gravado y compra exonerado) será trasladada a través de la cadena al
productor agropecuario. Esta combinación causa mayor perjuicio al productor
agropecuario que el Escenario II
􀂄 En el Escenario IV, ocurre lo mismo que en el Escenario III, pero solo en la
parte final de la cadena

IGV – Equidad
Dependiendo de la incidencia del impuesto en los escenarios de ambas cadenas:
􀂄 Las exoneraciones del IGV no necesariamente disminuyen la regresividad en
las cargas tributarias de los consumidores

Planeamiento tributario: El RER es conveniente solo si la rentabilidad del pequeño


productor agropecuario es superior al 17% (poco plausible). Dado que los costos
de cumplimiento del sistema tributario general son altos, el RER obliga al PPA a
tributar con una tasa excesivamente alta
􀂄 Equidad
No es equitativo por cuanto los ingresos brutos difícilmente son un buen proxy de
la utilidad de los contribuyentes
􀂄 Eficiencia
Es simple tanto para los contribuyentes como para la Administración Tributaria

Análisis de optimalidad: RUS


􀂄 Planeamiento tributario: El RUS es conveniente para solo para las categorías
con menores niveles de ingreso. Sin embargo su principal desventaja para el PPA
es la prohibición de emitir facturas.
􀂄 Equidad
No es equitativo: los ingresos brutos difícilmente son un buen proxy de la utilidad
de los contribuyentes.
􀂄 Eficiencia
La incorporación de parámetros y las reglas de entrada y salida para actividades
estacionales han disminuido la simplicidad del RUS.
Exoneraciones por región geográfica

􀂄 Equidad
Las tasas reducidas y diferenciadas del IR generan problemas de equidad
horizontal y vertical Las exoneraciones del IGV a nivel interregional generan
problemas de equidad horizontal
􀂄 Eficiencia
Las tasas reducidas y diferenciadas del IR originan una distorsión al desviar
recursos de otras regiones hacia la amazonía
La exoneración generalizada del IGV dentro de la zona no genera ineficiencias, sin
embargo, complica la acción de la Administración tributaria

Régimen de recuperación anticipada del IGV

􀂄 El Régimen de recuperación anticipada del IGV se justifica técnicamente debido


a que el IGV debiera gravar solo el consumo y no la inversión

􀂄 Sin embargo, este régimen debiera aplicarse a todas las actividades


económicas para solucionar el problema de neutralidad

Impuesto Predial
􀂄 En el caso de las empresas (incluyendo las unipersonales) , el impuesto predial
funciona como un impuesto al patrimonio, afectando principalmente a las
actividades intensivas en el factor tierra
􀂄 Esto debe ser corregido permitiendo que el impuesto predial sea deducible del
impuesto a la renta, previo sinceramiento de bases gravables
REALIDAD NACIONAL DEL PERU

AGRICULTURA PERUANA

El PBI agropecuario en el período 1991-2000 creció 64,4% en términos reales,


tasa mayor a la del crecimiento del PBI global de la economía, de 44,8% en el
mismo período. El crecimiento agrícola de la década pasada se registró luego de
la retracción de la producción durante los 70s y del estancamiento de la década de
los 80s, consecuencia de la Reforma Agraria y del Fenómeno El Niño de 1983,
respectivamente.

El aumento de los volúmenes de producción agrícola en la última década se


registró en un contexto caracterizado por la recuperación de la estabilidad
macroeconómica, la apertura del comercio internacional, la liberalización de los
precios de los productos agrícolas y el ingreso de nuevos actores privados en el
agro. Los factores adversos que influyeron en el dinamismo del sector agrario
fueron la vigencia de un tipo de cambio desfavorable para las exportaciones, la
escasez de crédito para el sector y los limitados recursos fiscales para mejorar la
infraestructura agraria, la investigación y la capacitación de la mano de obra, entre
otros.

Una de las causas que explican el crecimiento de la producción durante la década


es el importante incremento de los rendimientos de los principales cultivos. Así, la
papa aumentó su rendimiento en 45,4%; el arroz cáscara, 26,7%; el café, 36,6%;
el maíz amarillo duro, 27,0%; el espárrago, 46,5%; el maíz amiláceo, 14,8%; el
trigo, 7,3% y el frijol, 14,9%; mientras que el rendimiento de la caña de azúcar,
cayó 10,4%, entre los principales productos.

No obstante la mayor producción y el incremento del rendimiento de cultivo por


hectárea, la extensión de la superficie agrícola aún es reducida, alcanzando 2,8
millones de hectáreas aproximadamente, lo que representa el 36,8% del total de
superficie con potencial para cultivos transitorios y permanentes que alcanza 7,6
millones de hectáreas.

La superficie potencial de pastos naturales es de 17,9 millones de hectáreas,


siendo utilizada al 87,5%. La escasa extensión de tierras agrícolas impide el
aprovechamiento de los beneficios que otorga la escala de producción. En 1994 la
extensión promedio de la unidad de producción agrícola era de sólo 3,1 Has. en
total. Esta fragmentación es mucho más aguda en la sierra del Perú donde la
extensión promedio se reduce a 2,4 Has. Así, tenemos que la utilización de una
mayor escala productiva, con la consecuente reducción de los costos unitarios,
sólo sería factible en caso las unidades agrícolas adopten alguna forma asociativa.

La ampliación de la escala productiva permitiría la utilización más intensiva de


maquinaria y la tecnificación de algunos procesos productivos; así como mayores
ahorros en la compra de insumos y en la comercialización de bienes agrícolas.

La agricultura mantiene bajos niveles de importancia en el PBI global, avanzando


hasta 9,0% el año 2000, desde el 8,0% registrado en 1991. Lo mismo sucede con
la participación de la agricultura en el empleo y la generación de divisas. Sin
embargo, el valor del producto agropecuario per cápita, que indica la seguridad
alimentaria de la población o la capacidad de producir los alimentos que se
demandan en el mercado interno, se elevó en el 2000 aproximadamente en 38,8%
respecto a 1991.

PRECIOS

En el período 1991-2000, el precio promedio real de los productos agropecuarios,


medido a través del ratio entre los índices de precios del sector agropecuario y del
PBI global, cayó 13,4%.

Entre 1991 y 1993 se registra una ligera tendencia ascendente. A partir de 1993
empieza un período ligeramente decreciente hasta 1998 en que el declive se hace
mucho más pronunciado. Desde 1998 la caída de los precios reales ha llegado a
17,6% aproximadamente, lo que ha ocasionado una severa crisis entre los
productores agrícolas quienes han sufrido una merma en sus ingresos a pesar del
incremento de la producción.

Los precios de los principales productos agrícolas tuvieron un comportamiento


diferenciado. En el período 1991-2001, el precio de la papa cayó 19,4%; del arroz
cáscara, 8,4%; del plátano, 8,8%; del maíz amarillo duro, 14,4%; del café, 3,8%;
del trigo, 27,7%; mientras que el precio del limón subió 74,4%; del espárrago,
1,8%; entre otros. El declive de los precios agrícolas se produjo debido a la
debilidad de la demanda interna y al incremento de la producción de ciertos
productos no transables que saturó el mercado local y llevó a una reducción de
precios que perjudica los ingresos de los agricultores. Al respecto, debería
reforzarse la labor del Ministerio de Agricultura de asegurar la disponibilidad de
información oportuna y confiable para los productores es de suma importancia
para permitir una correcta toma de decisiones por los agricultores, evitando así
excedentes de producción abultados que disminuyan la rentabilidad de los
cultivos.

Los precios de productos agrícolas transables también mostraron una retracción


debido a la recesión de la economía norteamericana y de otros países
desarrollados. Una situación similar enfrentaron otros países del área
latinoamericana que también han visto reducidos los precios de sus productos
exportables.

RENTABILIDAD DEL AGRO

Según las estadísticas de 2000, la población pobre en el sector rural alcanzó el


70,0%, incluyendo 35,6% en extrema pobreza. Estos niveles de pobreza están
directamente correlacionados con la baja productividad registrada en el sector
rural. La productividad del sector agraropecuario, medido a través del ratio PBI
Agrícola/PEA Rural; se situó en el año 2000 en 2.517 soles de 1994, comparado
con la productividad promedio de la economía de 10.257. Los bajos niveles de
productividad registrados se explican, en buena parte, por los deficientes niveles
de educación en el área rural, la escasez y fragmentación de tierras, los bajos
niveles de capitalización, los bajos estándares tecnológicos y de calidad, y la falta
de organización y capacidad empresarial.

Los factores involucrados en la rentabilidad del sector agrario involucran los


volúmenes de

producción, precios y costos. Hemos mencionado que la producción del sector


agrario ha reportado un aumento importante en la década anterior. En buena
medida, este aumento de la producción se debe a los siguientes factores: las
condiciones climáticas favorables y el incremento del rendimiento por área
sembrada. Asimismo, los precios de los principales productos agrícolas se rigen
de acuerdo con las condiciones del mercado y han tenido, en promedio una
tendencia negativa a lo largo de la década. Ambos hechos configuran la actual
crisis de ingresos reales del sector agrario.

En buena medida, permitir una rentabilidad adecuada de la actividad agropecuaria


mediante medidas destinadas a influir en la reducción de los costos que enfrentan
los agricultores es una opción poco utilizada por el Estado. Políticas consistentes
de titulación de tierras, provisión de información, elevación de estándares de
sanidad agropecuaria, mejora de sistemas de comercialización y de ampliación de
la cobertura de la red de caminos rurales son los medios a través de los cuales se
puede modificar la estructura de costos relativos e incrementar la competitividad
de la producción agropecuaria.

En el período 1993-1999, el 45,6% de la inversión pública ejecutada por el sector


agricultura se dedicó a la conservación de suelos y reducción de la pobreza en la
sierra; 28,1%, a rehabilitación e infraestructura de riego y 10,3% a la propiedad y
titulación de tierras. Sólo 3,5% se dedicó a la sanidad agropecuaria; 2,2% a la
investigación y transferencia de tecnología; 1,9% a la conservación del ambiente y
manejo de recursos naturales y 3,7% a los servicios de asistencia técnica
agropecuaria en la sierra. El 4,7% se dedicó al desarrollo de la ganadería
altoandina y al apoyo por emergencia agraria y otros proyectos de gestión.

BALANZA COMERCIAL AGRÍCOLA


La agricultura ha dejado de ser un sector importante en la generación de divisas
para la economía nacional a través de las exportaciones. A lo largo del período se
registra un déficit comercial agropecuario que debilita la seguridad alimentaria de
la población. En

2001, la balanza comercial agrícola fue deficitaria en aproximadamente US$ 203,4


millones. Sin embargo, esta tendencia se ha tornado decreciente desde 1996, con
excepción de 1998, lo que puede atribuirse a la presencia del fenómeno El Niño
en ese año.

Los principales productos de exportación, como el algodón y el azúcar, han sufrido


una fuerte caída en el valor de las exportaciones. Esta se puede atribuir a la falta
de innovación tecnológica en su cultivo y a la ausencia de esquemas de
organización adecuados para incrementar la productividad y reducir costos.
Contrariamente, otros productos como el café han experimentado una fuerte alza,
que expresada en dólares nominales asciende a casi 90%.

En cuanto a los productos no tradicionales, el espárrago ha tomado un lugar


importante dentro de este rubro con un crecimiento de más de 300%. El mango
también ha registrado un incremento vertiginoso, pero aún sus valores no son muy
significativos, totalizando apenas US$27 millones.

La iniciación de políticas de liberalización del comercio de productos agrícolas


durante esta década significaron la reducción y dispersión de los niveles
arancelarios, lo cual incentivó una mejor asignación de los recursos y el
incremento de la productividad. Las políticas comerciales aplicadas en el sector
agrícola han sido un factor claramente diferenciador de muchos de los países de
la subregión andina que se caracterizan por proveer altos niveles de protección
para los productos locales.

El crecimiento registrado en la producción agrícola durante la última década ha


sido insuficiente para promover el desarrollo sostenido del campo, superar la
pobreza y reforzar la seguridad alimentaria de la población. El sector no ha
logrado ser lo suficientemente competitivo como para incursionar exitosamente en
los mercados internacionales.
Es necesaria la promoción de formas asociativas entre los productores agrarios
para superar los problemas causados por la difusión de los minifundios y
aprovechar los beneficios que otorgan mayores escalas de producción. Sin
embargo, la iniciativa debe surgir desde los mismos productores impulsados por la
dinámica del mercado.

Es necesario realizar reformas destinadas a asegurar la competitividad de los


pequeños propietarios de tierras, proveer acceso a la propiedad a los pequeños
agricultores y campesinos sin tierra y asegurar sistemas de tenencia de la tierra
que sean compatibles con la conservación de los recursos naturales y su uso
sostenible.

Existen aún deficiencias en la definición de los derechos de propiedad en el área


rural, lo cual es un componente fundamental para desarrollar mercados de tierras
en forma de venta o alquiler. El principal instrumento a través del cual el Estado
puede ejecutar la política agraria es la asignación del gasto público. El gasto
público del Estado está disperso en diversas entidades estatales, sin embargo
debería responder a una política agraria consolidada que involucre acciones
desde los Ministerios de Agricultura, Transportes y Comunicaciones, Educación y
Salud, entre otras instituciones.

DESCENTRALIZACION

La descentralización se define como el proceso mediante el cual se transfiere


poder de decisión y responsabilidad desde el nivel central de una organización, a
unidades descentralizadas o alejadas del centro. En la mayoría de países
latinoamericanos los factores económicos han tenido prioridad en la determinación
del proceso de descentralización fiscal. La motivación surge de la búsqueda de
más eficiencia y eficacia en la distribución de los recursos públicos, el intento por
reducir el gasto, ajustar las finanzas del gobierno central y alentar el
autofinanciamiento mediante los gobiernos subnacionales.

Antecedentes de la Descentralización
A partir de un análisis histórico se constata la debilidad de la descentralización del
estado que ha acompañado al Perú desde la República, dado que no ha sido
común la existencia de una instancia de gobierno en el nivel intermedio sino, más
bien, han estado presentes instancias departamentales desconcentradas del
Poder Ejecutivo nacional.

Durante la vigencia de la Constitución Política de 1979 se reinstauraron las


autonomías locales y se introdujeron las regiones en el nivel intermedio (1980-
1992). El proceso no logró consolidarse dado que las regiones fueron creadas
desde el estado en un proceso uniforme; la mayoría de los miembros de los
órganos regionales no fueron elegidos de manera directa, se instauró como forma
de gobierno las asambleas, no tuvieron competencia regional propia sino
delegada, el proceso de transferencia fue muy rápido y se reconoció a las
regiones una mínima autonomía financiera.

En el nivel local, las municipalidades recobraron elementos de su autonomía


política como la elección directa, si bien en el ámbito financiero aún mantienen una
limitada autonomía. En el año 1984 se dicta la Ley Orgánica de Municipalidades,
Ley Nº 23853, actualmente vigente. En el período 1992-2000, se reestructura el
poder Ejecutivo suprimiéndose las regiones, y creándose los Consejos
Transitorios de Administración Regional (CTAR), se aprueba la Carta Magna de
1993 y se modifica la actual Ley Orgánica de Municipalidades a través de una ley
de Tributación Municipal.

Si bien la Constitución de 1993 establecía las normas de descentralización


debiendo elegirse las autoridades regionales a más tardar en 1995, recién en 1998
se dio la Ley Marco de Descentralización la que no da inicio a un proceso de
regionalización sino que estableció la organización territorial departamental del
país. Las características más importantes que estableció la Ley Marco de
Descentralización con relación a los CTARs fueron: una clara dependencia del
Ministerio de la Presidencia, el establecimiento de funciones generales, el
Presidente Ejecutivo y el Secretario Técnico del CTAR son designados por el
presidente del Consejo de Ministros y por el Ministro de la Presidencia, y
cada CTAR constituye un pliego presupuestal dentro del Sector del Ministerio de la
Presidencia.

Todas estas características muestran a los Consejos Transitorios de


Administración Regional como instancias desconcentradas del gobierno nacional y
no como gobiernos regionales. La reforma constitucional del Capítulo XIV del
Título IV, dada en el 2002, sobre descentralización plantea un proceso flexible y
gradual, definiendo como elementos esenciales del proceso de descentralización
tanto la gradualidad como la sustentación técnica de la transferencia de las
materias de competencia, las funciones y los recursos hacia los gobiernos
subnacionales. La reforma constitucional constituye en el nivel intermedio un
gobierno regional al que le otorga autonomía política, económica y administrativa
en los asuntos de su competencia; así como una estructura de gobierno: Consejo
Regional, un Presidente y un Consejo de Coordinación Regional.

Del mismo modo se reconoce autonomía política, económica y administrativa a los


gobiernos locales; y una estructura de gobierno: Consejo Municipal y Alcaldía. A
pesar que la Constitución vigente establece que existen tres niveles de gobierno,
la última década se ha caracterizado por una recentralización del Estado, que ha
determinado una estructura institucional en la cual existe un nivel nacional
excesivamente grande que reúne demasiadas responsabilidades y un nivel local
que posee una limitada gestión de recursos.

Las relaciones fiscales permiten observar cierto grado de descentralización,


sobretodo entre el nivel central y el local. Aunque existen varias fuentes de
ingresos en las municipalidades, los gobiernos locales están caracterizados por
presentar dificultades en su estructura financiera: una escasa capacidad tributaria
producto de la pobreza inherente al país, y una dependencia excesiva de las
transferencias del gobierno central.

El Proceso de Descentralización Peruano y las Finanzas Públicas.

El proceso de descentralización, aprobado por la Ley Nº 27683 Ley de Elecciones


Regionales publicada el 15 de marzo por el Congreso de la República-, se
realizará por etapas, en forma progresiva y ordenada conforme a los criterios que
permitan una

adecuada asignación de competencias, acompañada de la transferencia de


recursos del gobierno nacional hacia los gobiernos subnacionales dentro de una
manejo agregado fiscalmente responsable.

La Ley Orgánica de Bases de la Descentralización (LOBD), aprobada el 26 de


junio de este año, fue trabajada coordinadamente entre el Poder Ejecutivo y el
Congreso de la República. Ésta contempla cuatro componentes fundamentales:
las competencias de los gobiernos regionales, las etapas del proceso, los recursos
para su viabilidad y la institución rectora del proceso.

Un primer paso para organizar este proceso es establecer una distribución clara
de las

competencias entre los niveles de gobierno nacional, regional y local, con el fin de
determinar la transferencia necesaria de recursos a los nuevos gobiernos
regionales, de tal modo que se establezca un programa ordenado de transferencia
de servicios y competencias del gobierno central a los gobiernos subnacionales
con efectos fiscales neutros. Respecto a las etapas del proceso, la LOBD
establece que el proceso sea gradual y se desarrollará en cinco etapas, las cuales
serían:

Una primera etapa, de junio a diciembre del presente año, en la cual se debatirán
y aprobarán las leyes pertinentes.

 Instalación y organización de los gobiernos regionales.

 Transferencia y recepción de competencias sectoriales.

 Transferencia y recepción de competencias sectoriales en educación y


salud.

Consolidación del Proceso de Regionalización. Con relación a los recursos


necesarios para su viabilidad, el proceso de descentralización nos obliga a
extender la concepción de política fiscal a los niveles de gobierno nacional,
regional y local, por lo que resulta necesario establecer principios fiscales básicos,
mencionados arriba, que constituyan el marco legal para una descentralización
fiscalmente responsable. En este sentido, la descentralización deberá producirse
teniendo como marco general las reglas macro fiscales contenidas en la Ley de
Prudencia y Transparencia Fiscal y el Programa Económico expuesto en el Marco
Multianual, para evitar desequilibrios fiscales que se han observado en
experiencias similares. El proceso no contempla gastos adicionales a los
actualmente existentes, debido a que la Ley de Presupuesto establecerá una
nueva distribución de los recursos existentes, más no un incremento en el gasto.

Como mecanismo de asignación de recursos, el MEF ha diseñado un presupuesto


y un planeamiento participativos para promover la construcción de un arreglo
institucional que permita a los ciudadanos intervenir en la creación de las políticas
públicas y en las demás decisiones de gobierno que tengan importancia para el
futuro de su comunidad.

Asimismo, las normas y procedimientos de los actuales sistemas de gestión


administrativa, así como las herramientas de gestión administrativa financiera, son
regulados por el gobierno nacional y serán de observancia obligatoria por el
gobierno nacional, regional y local. Los órganos rectores de los Sistemas
Administrativos son: Presupuesto, Tesorería, Contaduría, Crédito, Contraloría y el
de Inversiones, los cuales impartirán las orientaciones técnicas y directivas que
sean necesarias sobre sus respectivas competencias.

Por último, la LOBD crea el Consejo Nacional de Descentralización como


institución rectora del proceso. Sus funciones son: proveer apoyo técnico para el
fortalecimiento de las capacidades de los gobiernos regionales y locales, realizar
el monitoreo y seguimiento del proceso de transferencia de competencias y
recursos hacia los gobiernos subnacionales, entre otras.

POLÍTICA ARANCELARIA

Una política arancelaria eficiente debe orientarse en el tiempo a reducir el


promedio y la dispersión arancelaria. Para el logro de este objetivo se debe
considerar:
a) el balance entre el impacto efectivo sobre producción, empleo y recaudación, y
el efecto sobre la eficiencia en la asignación de recursos y el bienestar de la
población,

b) otras formas alternativas de alcanzar los impactos de producción, empleo y


recaudación, tales como la estabilidad económica, las políticas de inversiones o
mejoras de la infraestructura y del capital humano,

c) que las negociaciones multilaterales, bilaterales y de bloques comerciales


apuntan a la eliminación del arancel como instrumento de política y,

d) el manejo simple y transparente de los aranceles que faciliten su


administración.

Un análisis de la protección efectiva, indicador del manejo discrecional del arancel


y de la dispersión de la rentabilidad relativa entre sectores productivos, permite
constatar que ésta durante los años 2001 y 2002 se ha incrementado, mostrando
un retroceso respecto al de los años previos. La mayor parte de los sectores
productivos tenían una tasa de protección efectiva uniforme alrededor del 12%
hasta marzo del 2001, asociada al 85% de las importaciones CIF, mientras que a
fines del 2002, dicha protección se dispersó entre 4,3% y 15,1%, originando
ineficiencias en la asignación de recursos.

En el ámbito agrícola, el Perú implementa una política basada en la aplicación de


aranceles nominales ad-valorem, derechos ad-valorem adicionales temporales y
los aranceles específicos variables. Estos últimos se aplican a un conjunto de 45
subpartidas arancelarias que forman parte del sistema de franja de precios, los
cuales tienen por finalidad reducir las fluctuaciones de precios, elevar la
rentabilidad del agro y aliviar la situación de pobreza del campo. Los aranceles
totales (con derechos específicos arancelizados) de los productos agrícolas
fluctúan entre 12% y 100% y están por debajo de los aranceles consolidados
(techos) de la OMC. Sin embargo, no es conveniente una protección excesiva a
los productos agrícolas por cuanto retarda el desarrollo del sector e induce a la
postergación de las reformas económicas. La política arancelaria deberá tomar en
cuenta los compromisos asumidos por el Perú en diversos foros internacionales.
En la OMC se ha consolidado un techo arancelario de 30% para todo el universo,
excepto para 23 subpartidas arancelarias referidas a productos agrícolas y
alimentos cuyos techos hoy son superiores al 100% y que a partir del 2005 serán
de 68%. La OMC prohíbe los precios mínimos, los derechos variables de
importación y las restricciones cuantitativas, y permite la implementación de
medidas de salvaguardia y los derechos antidumping.

De otro lado, ante la incertidumbre sobre la perspectiva del ALCA, los escasos
progresos en APEC y la culminación de la ATPDEA en el 2006, se hace necesario
y urgente la concreción de un TLC con nuestro principal socio comercial, Estados
Unidos.

ARANCELES Y OTROS IMPUESTOS AL COMERCIO

Existen dos ámbitos básicos de política arancelaria. Uno es el unilateral, por el


cual un país soberanamente decide modificar su estructura arancelaria, sin
negociarla con ningún otro, y el otro es el vinculado a acuerdos comerciales, que
involucran reducciones arancelarias negociadas con los socios comerciales.

En ambos ámbitos el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) tiene


competencia. Por consiguiente, cualquier norma asociada a la política arancelaria
debe contar con la aprobación y el refrendo del MEF. Según la Constitución
Política corresponde al Poder Ejecutivo la regulación de aranceles, en particular al
Presidente de la República (artículo 118, numeral 20) a través de decretos
supremos (artículo 74º). Así, operativamente, la responsabilidad recae sobre el
MEF, cuya Ley Orgánica señala lo siguiente:

"Corresponde al Ministerio de Economía y Finanzas planear, dirigir y controlar los


asuntos relativos a la tributación, política aduanera, financiación, endeudamiento,
presupuesto, tesorería y contabilidad, así como armonizar la actividad económica
nacional. Asimismo le corresponde planear, dirigir y controlar los asuntos relativos
a la política arancelaria, en coordinación con el Ministerio de Industria, Comercio,
Turismo e Integración [ahora Ministerio de Comercio Exterior y Turismo y
Ministerio de la Producción] y con el Ministro del Sector interesado, cuando
corresponda”.
En términos generales, cuando se habla de aranceles se trata de impuestos al
comercio exterior de bienes, sea de importaciones o exportaciones. En este último
caso, desde hace varios años, el Perú no aplica aranceles con el fin de no restar
competitividad a las exportaciones.

El arancel es un impuesto que se aplica sólo a los bienes provenientes del


exterior. No es el caso del impuesto general a las ventas (IGV) o el impuesto
selectivo al consumo (ISC), que se aplican indistintamente a bienes nacionales e
importados. En consecuencia, dado que los bienes importados y nacionales pagan
estos dos últimos impuestos, existe un

sesgo "protector" en el arancel dado que su aplicación permite proteger de la


competencia extranjera a los bienes producidos en el país.

Además del sesgo hacia la protección productiva del arancel, éste último también
suele servir a objetivos recaudatorios del Tesoro o de estimulación de empleo.
Cualquiera sea el uso que se le quiera dar al arancel, es una decisión política que
debe considerar los siguientes elementos:

El balance entre el impacto efectivo sobre producción, empleo o recaudación


versus aquél sobre la eficiencia en la asignación de recursos y el bienestar
de la población. Desde el punto de vista de la eficiencia del instrumento, su
manejo debe tender a lograr mejoras en la competencia internacional y
productividad de las empresas, así como, la mayor satisfacción del consumidor, y
no el beneficio sólo para algunos sectores y grupos en términos de ingresos y
empleo. En otras palabras, la política arancelaria debe tender a distorsionar lo
menos posible la :

• La existencia de otros medios para alcanzar los objetivos de producción,


empleo o recaudación. Factores como estabilidad económica, políticas que
atraigan inversiones o mejoras de la infraestructura y del capital humano sirven
mejor en el mediano y largo plazo a los objetivos.
• La dirección de las negociaciones multilaterales, bilaterales y de bloques
comerciales apuntan a la eliminación del arancel como instrumento de
política. Esto implicará la anulación de éste como elemento de protección
productiva y la sustitución de recaudación arancelaria por otra basada más en el
IGV o el impuesto a la renta. Este norte está en curso principalmente a través de
las negociaciones de la OMC, el ALCA, el Tratado de Libre Comercio Tratándose
de una economía en desarrollo, sin poder en los mercados internacionales, al Perú
le conviene bajar o eliminar aranceles, porque ello reduce los costos del
funcionamiento de la economía y eleva el nivel de bienestar de la población a
través de:

• Menores costos para consumidores y productores. Al existir pocas tasas y de


bajos niveles se mejora el grado de acceso, variedad y calidad de los bienes para
el consumidor final y para el usuario de insumos y bienes de capital. Para estos
últimos, se reducen los grandes diferenciales en protecciones efectivas2 y se
limitan las diferencias arancelarias arbitrarias entre bienes de consumo, insumos y
bienes de capital.

• Un manejo simplificado y transparente. Al existir pocas tasas arancelarias se


facilita la labor aduanera y se restringen los riesgos de corrupción mediante
ubicaciones forzadas en las subpartidas arancelarias con el fin buscar rentas.

Es por ello que la política arancelaria debiera orientarse a reducir en el tiempo el


promedio y dispersión arancelaria, de tal manera que se propenda a una
asignación de recursos y consumo a través de reglas de mercado. Actualmente, el
promedio arancelario es de 10,4% y la dispersión de 6,1 puntos.

POLÍTICA ARANCELARIA AGRÍCOLA

En el ámbito agrícola, adicionalmente a los aranceles ad-valorem existen desde


1991 los aranceles específicos variables para un conjunto de 45 subpartidas
vinculadas a arroz (4), azúcar y derivados (7), lácteos y derivados (24) y maíz y
derivados (10). Estas subpartidas son parte del Sistema de Franjas de Precios
creado el 2001 a partir del esquema de derechos específicos variables de 1991,
permitiendo que los precios fluctúen sin intervención en un rango de precio piso y
precio techo. Los derechos variables operan cuando el precio de referencia en los
mercados internacionales se sitúa por debajo de un costo piso de importación7.
Este sistema tiene por objeto reducir las fluctuaciones de precios, elevar la
rentabilidad del agro y aliviar la situación de pobreza del campo.

REFORMA DEL ESTADO

A pesar del conjunto de medidas adoptadas a inicios de los años noventa, que
permitieron reducir el tamaño de un Estado que hasta entonces era el principal
actor de la economía nacional, el proceso de reforma integral del Estado Peruano
tiene aún una agenda pendiente en el ámbito de la Modernización del Estado y la
consolidación del proceso de Descentralización. El objetivo principal de la
Modernización del Estado es incrementar la calidad de los servicios públicos y,
consecuentemente, aumentar la calidad del gasto público, para lo cual se requiere
reducir la participación del gasto corriente e incrementar la participación de la
inversión pública, mediante criterios de focalización y optimización. De este modo,
será posible incrementar tanto la efectividad de las intervenciones públicas como
la eficiencia en el uso de los recursos.

Así, en lo que respecta a la organización del Poder Ejecutivo, estos objetivos se


traducen en la necesidad de racionalizar el aparato administrativo del Estado
mediante la eliminación de duplicidades precisando sus funciones y
responsabilidades a nivel nacional, regional y local y simplificando las estructuras
organizativas de los ministerios y organismos públicos descentralizados; así como
en la necesidad de reformar el Sistema Público de Pensiones y fortalecer la
autonomía de las entidades reguladoras. De igual modo, se requiere implementar
una gestión moderna de los recursos humanos del sector público y adecuarlos a la
demanda real por bienes y servicios públicos y diseñar e implantar un registro
unificado de los empleados públicos.

En función de dichas metas, el Gobierno ha logrado importantes avances en las


tareas de implementación de medidas de austeridad y racionalización del gasto
corriente en todos los Ministerios, en el fomento de la transparencia en los
procesos de compras públicas, así como en la construcción de una base de datos
de planillas del Estado que permitirá: (i) la implementación a través del Sistema
Integrado de Administración Financiera (SIAF) del Módulo de Registro de Altas y
Bajas de Personal de los Gobiernos Nacional y Regional; (ii) un proceso de control
de pagos a través del SIAF; y (iii) la consolidación del Banco de Datos de
Servidores Públicos actualizado permanentemente. Con este fin, se ha concluido
una primera etapa que consistió en el cruce de información entre diversas
entidades públicas —la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria
(SUNAT), el Banco de la Nación y la Dirección Nacional de Presupuesto Público
del MEF, obteniéndose como resultado una Base de Datos Preliminar que
contendrá el Padrón de Personas Activas y Pensionistas a cargo del Estado. En el
ámbito de la Descentralización, para la continuidad

y consolidación de este proceso se requiere garantizar la interdependencia y


colaboración entre los tres niveles de Gobierno Nacional, Regional y Local, con el
objetivo fundamental de mejorar la gestión del Estado y de garantizar la provisión
de los servicios públicos fundamentales. De este modo, es necesario implementar
y/o fortalecer los instrumentos legales y los procedimientos administrativos
encaminados a guiar el traspaso de competencias y recursos del Gobierno
Nacional a los Gobiernos Regionales. En ese sentido, es prioritario aprobar la Ley
de Acreditación y, en paralelo, diseñar un sistema de monitoreo y evolución del
gasto descentralizado. Asimismo, para reducir los riesgos que el proceso supone
en términos de la sostenibilidad fiscal, es necesario que las instancias del
Gobierno Nacional tengan las capacidades para administrar los sistemas de
gestión financiera e inversión pública y vigilen adecuadamente las finanzas de los
Gobiernos Regionales y Locales.

POLITICA TRIBUTARIA

Un sistema tributario debe estar organizado en función a los siguientes principios:


suficiencia, eficiencia, equidad y simplicidad. El primero se refiere a la capacidad
del citado sistema para financiar el gasto del Estado sin tener que recurrir a un
nivel excesivo de endeudamiento la vigencia de incentivos, exoneraciones o
tratamientos tributarios especiales, así como la evasión y el contrabando, han
debilitado dicha capacidad. En cuanto a la eficiencia, el sistema tributario debe
tender a disminuir las distorsiones generadas por los impuestos sobre las
decisiones de los agentes económicos. En este sentido, los principios del sistema
tributario deben ser gravar la renta y el consumo, y eliminar paulatinamente
cualquier impuesto anti-técnico.

Por su parte, la equidad implica que la carga tributaria debe ser distribuida con
justicia entre los miembros de la sociedad, respetando sus capacidades
contributivas. La aplicación de este principio considera dos criterios: el de equidad
horizontal, por el cual un sistema tributario es equitativo cuando contribuyentes
con el mismo nivel de riqueza deben pagar la misma cantidad de impuestos y
equidad vertical o capacidad de pago, mediante el cual, el establecimiento de
tributos debe guardar relación con la capacidad económica del contribuyente. Por
último, bajo el principio de simplicidad, el sistema impositivo debe ser un conjunto
ordenado, racional y coherente de tributos, comprensible para todos los
contribuyentes, de modo tal que reduzca los costos de cumplimiento y la
probabilidad de evasión y elusión fiscal.

Los principales avances del Gobierno en línea con los citados principios han
estado orientados a:

 La reducción de la evasión y la elusión utilizando medidas administrativas como


el reforzamiento del sistema de retenciones del Impuesto General a las Ventas
(IGV), la ampliación de la cobertura del sistema de detracciones, la mejora del
control de reintegros tributarios y la intensificación de las auditorías a las
empresas;

 La modernización de la gestión y la capacidad funcional de la Administración


Tributaria a través de la fusión de SUNAT y Aduanas, que centraliza en una única
institución la responsabilidad de la recaudación de impuestos; y

iii) La mejora de la eficiencia y equidad del sistema tributario, con el objetivo de


incrementar la presión tributaria.

REFORMA DEL SISTEMA PREVISIONAL


Una de las características de la economía mundial durante los últimos años es la
reforma que muchos países están llevando a cabo en sus sistemas de seguridad
social. Países como Alemania, Francia, Portugal y, más cerca de nuestra realidad,
Brasil y Colombia, están implementando importantes reformas en sus regímenes
previsionales públicos, los que usualmente se caracterizan por ser sistemas de
reparto y no de capitalización individual. Los cambios en la estructura demográfica
han creado la necesidad de una reforma, en la medida en que los beneficios de
los sistemas de reparto originales son financieramente inviables en el tiempo. En
efecto, los aumentos en la esperanza de vida de la población y el proceso de
transición demográfica han elevado enormemente el pasivo previsional sin que
eso tenga un correlato en sus capacidades de financiamiento. De este modo,
estos sistemas deben ser reformados para evitar las crecientes transferencias de
recursos públicos que requieren y reducir su probabilidad de quiebra.

En el Perú, el Sistema Público de Pensiones está constituido principalmente por


los regímenes regulados por los Decretos Leyes Nº 19990 —o Sistema Nacional
de Pensiones (SNP) y Nº 20530 régimen de la Cédula Viva—, los mismos que se
encuentran desfinanciados. La recaudación de aportes en ambos sistemas es
insuficiente para financiar el pago de sus planillas, por lo que en promedio, durante
los últimos 5 años, el Tesoro Público ha tenido que cubrir el 81 por ciento de la
planilla previsional, lo que representa el 17 por ciento del Presupuesto Público
anual.

De los citados regímenes, el principal problema proviene del DL Nº 20530, puesto


que representa la mayor carga de obligaciones previsionales (9 por ciento del
Presupuesto Público) y genera desigualdades en cuanto a los beneficios que
otorga, en comparación con el SNP. Un 98,9 por ciento de la planilla del DL Nº
20530 proviene del Tesoro Público. Además, el costo previsional es decir, el valor
actualizado de las obligaciones previsionales del referido sistema es de US$ 24
415 millones. Si a este monto se agrega el correspondiente al SNP, se alcanza la
cifra de US$ 39 566 millones o 64,9 por ciento del PBI. Es claro que la magnitud
de estas obligaciones amenaza severamente la solvencia financiera del país en el
mediano plazo, más aún si, contra lo que inicialmente se esperaba, el ámbito de
aplicación del régimen del DL Nº 20530 ha sido ampliado en incontables
ocasiones sin ningún criterio económico que respalde la viabilidad de estas
modificaciones. En la medida en que el régimen de Cédula Viva otorga pensiones
nivelables, no sólo representa una potencial amenaza de quiebra financiera para
el Estado Peruano en el mediano plazo, sino que su permanencia imposibilita la
ejecución de un proceso de reforma del sistema público de remuneraciones a
través de la formalización de la planilla del sector público. De este modo, la
existencia del DL Nº 20530 constituye la principal explicación a la multiplicidad de
regímenes de contratación en la administración pública.

En un contexto de reforma del Estado, la reforma del Sistema Público de


Pensiones mediante el cierre de la Cédula Viva constituye una condición
indispensable que cuenta con el consenso de partidos políticos y sectores
organizados de la sociedad civil8. Este Gobierno, en línea con el objetivo de
garantizar la sostenibilidad de la política fiscal y el buen uso de los escasos
recursos de los que dispone el país, ha propuesto una reforma constitucional que
permita cerrar definitivamente el régimen del DL Nº 20530 e introducir de manera
inmediata modificaciones necesarias como la Como resultado de esta reforma y la
norma complementaria se tendrían enormes efectos positivos en la capacidad
funcional y gerencial del Estado, en la mejora de la calidad del gasto público y en
la reducción de asimetrías entre los diversos regímenes previsionales. En términos
de requerimientos actuariales, esta reforma implicaría una reducción de US$ 6 185
millones para el financiamiento del sistema previsional.

POLÍTICA COMERCIAL

Una de las lecciones aprendidas de los países que superaron el subdesarrollo


para convertirse en las nuevas potenciales industriales es que el crecimiento
económico requiere de políticas que promuevan la exportación, en especial, de
productos con alto valor agregado, que son los que generan mayor empleo e
ingresos y son, a diferencia de los bienes primarios (comúnmente llamados
commodities), menos dependientes de las fluctuaciones de precios en los
mercados internacionales. Sin embargo, las políticas que priorizan sectores deben
tener mucho cuidado en no tratar de identificar arbitrariamente sectores
ganadores, sino trabajar sobre aquéllos con ventajas comparativas potenciales o
reveladas, como puede ser el caso de la agroindustria.

Es por este motivo que el Gobierno se ha propuesto orientar sus esfuerzos hacia
los mercados externos, donde existe una demanda potencial para nuestros
productos, que ha sido poco explotada en las últimas décadas, tal como puede
observarse cuando se compara la participación de las exportaciones en el PBI del
Perú con la de algunos países de la región.

En este sentido, la política comercial del Gobierno tiene como uno de sus
principales objetivos la negociación de acuerdos bilaterales y multilaterales para
expandir los mercados de bienes y servicios, y la reducción del nivel promedio de
aranceles, en consistencia con el programa fiscal y los compromisos asumidos por
el Perú en diversos foros internacionales, con el objetivo de mejorar la
competitividad de nuestros productos.

No obstante, es importante destacar que, si bien la firma de tratados comerciales


constituye una herramienta necesaria para lograr el objetivo de desarrollo del país,
el verdadero desafío para ampliar nuestras exportaciones es aumentar nuestra
competitividad en el comercio internacional.

EMPLEO

El principal problema del mercado laboral en Perú es la deficiente calidad de los


empleos, la cual es producto de, al menos, dos causas: la baja productividad de
los trabajadores y la precariedad de las condiciones de empleo, ambas
relacionadas con el alto nivel de informalidad. Si bien la tasa de desempleo es
relativamente baja en comparación con otros países de América Latina22, existe
una considerable proporción de empleos de mala calidad. En tal sentido, sólo uno
de cada cuatro empleos en áreas urbanas cumple con las regulaciones impuestas
por la legislación laboral.

Para buscar una explicación plausible conviene pensar en la formalidad como una
elección costo beneficio que realizan empresas y trabajadores. Para una empresa,
el ingreso a la formalidad implica el pago de seguros de salud, aportes a sistemas
previsionales e impuestos, así como también representa beneficios derivados de
un mayor acceso a mercados y al crédito. Por lo tanto, una empresa sólo se verá
incentivada a formalizarse en la medida en que la productividad de sus
trabajadores sea tal que permita financiar los pagos establecidos por las leyes,
además de un salario adecuado. En consecuencia, los agentes decidirán tener
empleos formales sólo en la medida en la que les resulte provechoso. Por ello,
dadas las condiciones del mercado laboral peruano regulación laboral rígida, débil
capacidad del Estado para cumplir su rol supervisor del cumplimiento de las

normas y bajo nivel de productividad no resulta extraño observar el alto grado de


informalidad existente. Esta situación constituye la base para el diseño de una
agenda de reformas del mercado laboral en los próximos años.

La primera línea de acción se centra en el marco normativo, el cual impone altos


costos para el empleo formal, tanto en términos de los costos laborales no
salariales (CLNS) como de los costos de despido. En ambos casos, el Perú tiene
uno de los costos más elevados de América Latina

POLÍTICA SOCIAL

Ser pobre en el país implica no poder acceder a una canasta básica de consumo,
la cual se define como un conjunto mínimo de bienes y servicios que permite
satisfacer las necesidades esenciales de un individuo.

Este conjunto mínimo incluye una canasta básica de alimentos, con los
requerimientos nutricionales indispensables y gastos en servicios como vivienda,
salud y educación, entre otros. Al 2002, las cifras revelan que más de la mitad de
los peruanos —alrededor de 14,6 millones de personas o 54,3 por ciento de la
población— es pobre y no puede satisfacer sus necesidades indispensables. Más
aún, el 23,9 por ciento de la población es extremadamente pobre, y ni siquiera
puede acceder a la canasta básica de alimentos para satisfacer sus
requerimientos nutricionales indispensables.
Aún cuando los promedios nacionales de pobreza resultan elevados, dentro de
ellos subyace un alto grado de desigualdad que pone en evidencia condiciones
aún más deprimidas en algunos ámbitos del país. Así, la información disponible
revela que, en las áreas rurales, aproximadamente cuatro de cada cinco
pobladores (77,1 por ciento) son pobres y uno de cada dos (50,3 por ciento) es
extremadamente pobre; que, en algunos departamentos como Huánuco y
Huancavelica, la tasa de pobreza supera al 83 por ciento, y que la pobreza
extrema llega al 57,9 por ciento en la sierra rural, mientras que en Lima sólo
alcanza el 2,8 por ciento.

El Gasto Social Total es aquel que permite formar capacidades básicas de las
personas y hace posible su posterior perfeccionamiento y utilización. Estas
capacidades son indispensables para lograr una vida digna, sana, prolongada,
creativa y productiva. Según el grado de priorización se puede distinguir dos
grandes tipos de gasto social, el gasto social básico y el gasto social
complementario.

El Gasto Social Directo es aquel que permite evaluar la real capacidad del
gobierno en la producción de bienes y servicios sociales para el desarrollo de
capacidades y reducción de la pobreza en el país.

El Gasto Social Protegido es aquél que permite asegurar el funcionamiento


eficiente y eficaz de los bienes y servicios calidad del gasto provistos a través de:
Educación Inicial, Educación Primaria, Educación Secundaria, Salud Individual,
Salud Colectiva y Promoción y Asistencia Social y Comunitaria.

Así, una política social orientada a alcanzar el desarrollo pleno de las capacidades
humanas y la búsqueda de la equidad social, deberá plasmarse en un conjunto de
lineamientos y acciones definidos por el Gobierno para asegurar a todos los
peruanos un nivel de vida digno.

DEUDA PUBLICA

Los elementos fundamentales que caracterizan la actual política fiscal en el


mediano y largo plazo son la generación de superávit primarios crecientes y la
consecuente trayectoria decreciente del déficit, ambos consistentes con la
sostenibilidad fiscal y en línea con la LRTF. El propósito es reducir tanto la carga
de los servicios de la deuda pública como el porcentaje del stock de esta deuda
con respecto al PBI. Las proyecciones de resultado primario y resultado
económico del SPNF presentadas en este Marco Multianual son consistentes con
estos objetivos.

Actualmente, la deuda pública es predominantemente externa, está pactada en


distintas monedas y sus intereses y amortizaciones se concentran en los próximos
años el 74 por ciento de los servicios de la deuda externa del Sector Público No
Financiero se concentra en los siguientes 10 años. En lo que respecta a su
composición, el 42,9 por ciento está denominado en monedas distintas al dólar
(principalmente en Euros y Yenes), el 49,7 por ciento se ha pactado a tasas de
interés variables, y el 70 por ciento se concentra en los foros Club de Paris y
Organismos Multilaterales. Por otro lado, sólo el 20,3 por ciento de la deuda
pública total de mediano y largo plazo corresponde a deuda interna (incluyendo
Bonos de Reconocimiento) y, de esta parte, la deuda en soles representa
únicamente el 69 por ciento. Esta composición de la deuda pública origina que la
política fiscal se encuentre expuesta a riesgos de mercado, como los asociados a
las variaciones del tipo de cambio y de las tasas de interés. Por tanto, la política
de endeudamiento debe enfocarse no sólo en asegurar la disponibilidad de
recursos para financiar el déficit y las amortizaciones o garantizar que los nuevos
endeudamientos netos sean relativamente decrecientes con respecto al PBI, sino
que también debe contemplar la modificación progresiva, por un lado, de la
estructura de los plazos de amortización, tipos de acreedores y tasas de interés de
la deuda para generar una trayectoria estable de sus servicios y, por el otro, de su
composición mediante la sustitución progresiva de deuda externa por interna.

Con la modificación de la estructura de plazos de amortización efectuada en el


proceso de programación de los nuevos desembolsos se intenta disminuir y/o
estabilizar la carga de los servicios durante los próximos años. Con la sustitución
progresiva de deuda externa por interna se busca reducir el riesgo cambiario de la
moneda nacional con respecto de las otras monedas, y los efectos de los shocks
externos adversos de tasas de interés.

Durante las décadas pasadas los Gobiernos del Tercer Mundo incrementaron
sustancialmente sus gastos, financiándose a través de endeudamiento. Este flujo
de fondos fue posible gracias a una particular coyuntura internacional
caracterizada por bajas tasas de interés. Cuando a inicios de los ochentas la FED
implementa una política monetaria contractiva se genera una recesión que rompe
las condiciones de solvencia. Las tasas de interés se hacen mayores a las tasas
de crecimiento del PBI.

Se genera así, la crisis de la deuda en los países en desarrollo. El Perú no se


encuentra exento de este comportamiento. En 1983 se declara el default y en
1985, con la propuesta de limitar los pagos de los servicios de deuda, se consolida
el aislamiento de la comunidad financiera internacional. Sólo 14 años después, en
1997, tras la limpieza de atrasos con la banca privada a través del Plan Brady se
finaliza el proceso de reinserción. Al cierre del año 2002, la deuda del Perú era de
26 501 millones de dólares, de los cuáles 20,715 millones (78 por ciento)
corresponden a deuda externa y 5 786 (22 por ciento) a deuda interna. Los
principales acreedores son: el Club de París (31 por ciento de la deuda total) y los
Organismos Multilaterales de Crédito (27 por ciento de la deuda total).

Se debe mencionar que en los últimos años el financiamiento se ha hecho


fuertemente dependiente de la colocación de bonos globales en el mercado
internacional de capitales. A la fecha, el stock de estos bonos es de alrededor de 2
600 millones de dólares.

De otra parte, el stock de deuda como proporción del PBI alcanzó 46,6 por ciento
en el año 2002, cifra sumamente elevada que configura un escenario
potencialmente peligroso para la sostenibilidad de la deuda. Dado este panorama,
la gestión de la política económica debe orientarse principalmente a reducir los
niveles de endeudamiento de tal manera que, no solo se asegure la viabilidad de
la política fiscal sino principalmente se generen las condiciones para el
desenvolvimiento de las iniciativas privadas de inversión, fuente última del
crecimiento económico y del bienestar. El problema actual de la deuda pública se
gesta en los años setentas cuando la coyuntura internacional se caracterizó por la
abundancia de financiamiento externo. En la Comunidad Financiera Internacional
de entonces, era común la idea que el “riesgo soberano” era relativamente
conveniente comparado a otras alternativas de inversión. Tanto los bancos
privados, los bancos multilaterales como los países desarrollados proveyeron
líneas financieras en abundancia para los países en vías de desarrollo.

Frente a esto, los gobiernos de estos países y en especial de América Latina


rápidamente perdieron el norte de la prudencia fiscal y empezaron a caer en
sucesivos y cada vez mayores déficits fiscales. La principal causa de esta
situación era la creencia que toda inversión que tuviese financiamiento era buena.
Fue la época de las grandes obras de infraestructura realizadas con recursos
externos, independientemente de si financieramente o socialmente se tratase de
obras rentables.

En el caso peruano por ejemplo, si bien existía un sistema que debía dictar las
prioridades de inversión, los proyectos que tenían financiamiento a través de
endeudamiento externo estaban al margen de este sistema y eran incorporados
directamente al Presupuesto de la República. Como consecuencia de este
particular escenario, el déficit fiscal se hizo incontrolable y el nivel de
endeudamiento del país se elevó sistemáticamente. Así, el coeficiente de deuda
externa a PBI se elevó de 16,5 en 1970 a 72,4 del PBI en 1990. Es decir, el
endeudamiento prácticamente se quintuplicó en 20 años.

Además de políticas fiscales bastante laxas, los países en desarrollo igualmente


implementaron políticas monetarias expansivas, con regímenes cambiarios de tipo
de cambio fijo y una alta protección de la industria local. Esto permitió que se
generase una relativa sensación de bienestar, pero con fundamentos
macroeconómicos extremadamente débiles: alta inflación, elevado déficit fiscal
(que en la mayoría de los casos incluía un importante financiamiento del Banco
Central), escasas reservas y creciente endeudamiento. A fines de la década las
tasas de interés internacionales empezaron a subir fuertemente, como
consecuencia de la política monetaria contractiva aplicada por el FED, afectando
la deuda pactada a tasas variables, a la vez que se deterioraban los términos de
intercambio de los principales bienes primarios exportados por América Latina
como resultado de la recesión del período 1982-1983.

En esta coyuntura, los servicios de la deuda pronto generaron una presión sobre
las finanzas públicas (y las disponibilidades de divisas) de los gobiernos que se
hacía cada vez más insostenible. En tanto, los bancos privados empezaban a
tomar conciencia de la enorme dependencia que tenían los países acreedores del
financiamiento externo y se preparaban a modificar sus criterios de evaluación
crediticia.

En el Perú, al igual que el resto de países de Latinoamérica, cuando se desató la


crisis de la deuda se generaron las condiciones para que el país cayese también
en el default. Por un lado, los bancos exigían que se pagasen los créditos sin que
ellos estuviesen dispuestos a facilitar nuevos desembolsos, lo que inevitablemente
llevaría a una crisis de divisas. Así, el 7 de marzo de 1983 el Gobierno Peruano
declaró la suspensión unilateral de sus pagos

El primer atisbo de solución fue el llamado Plan Baker lanzado en la Conferencia


Anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial de octubre 1985. El
Plan consideraba una refinación pero con una inyección de recursos por 29 mil
millones de dólares, de los cuales 9 mil millones provendrían de los organismos
multilaterales de crédito y el resto de la banca privada.

El Plan Baker fue un fracaso, en particular debido a que los bancos privados no
efectuaron los desembolsos conforme se habían comprometido. La principal causa
del fracaso de este programa fue que se concentraba en garantizar el repago de
los intereses, perdiendo de vista que el principal problema de los países del tercer
mundo ya no era el financiero o de liquidez sino más bien de insolvencia que se
derivaba del altísimo nivel de endeudamiento que tenían.

En octubre de 1988 el Club de Paris lanzó sus “Términos de Toronto” que permitía
a los países muy pobres refinanciar sus deudas con condonaciones de hasta la
tercera parte de estas1. Los Términos de Toronto establecían las siguientes tres
opciones: (i) condonar una tercera parte de la deuda y reprogramar el saldo a 14
años de plazo con 8 años de gracia (ii) reprogramar la deuda reestructurable a 25
años de plazo con 14 años de gracia y (iii) reducir la tasa de interés en 3,5 por
ciento o en un 50 por ciento.

Cuando en julio de 1985 el nuevo Gobierno Peruano anunció que limitaría los
pagos de la deuda a 10 por ciento de las exportaciones, en la práctica se
consolidó el proceso de aislamiento de la comunidad financiera internacional que
se había iniciado en 1983. Esta situación solo terminó de resolverse plenamente
en 1997 tras la finalización del Plan Brady, es decir 14 años después. Desde un
primer momento, una de las prioridades del nuevo gobierno asumido en 1990 fue
lograr la reinserción del Perú en el sistema financiero internacional. Era claro que
sin los fondos provenientes del financiamiento externo el Perú nunca podría crecer
a las tasa requeridas que permitieran aliviar la situación de extrema pobreza y
carencia de empleo que afligía a buena parte de su población.

Un primer paso en el norte de conseguir la reinserción fue la aprobación de un


programa económico que contara con el aval del FMI, así como al conformación
de un grupo de apoyo que provea de los recursos financieros internacionales para
hacer viable el programa económico para el periodo 1991- 1992.
COMENTARIO

Si una empresa desarrolla una actividad agroindustrial comprendida en el régimen


promocional de la Ley N.° 27360 y, además, una actividad económica diferente a
las de cultivo, crianzas o agroindustriales que contempla dicho régimen, se
consulta lo siguiente:

1. En lo que concierne a los ingresos netos que no proceden directamente de los


dos grupos de actividades (es decir, ingresos distintos de los que originan las
ventas del producto agroindustrial y las ventas del producto o servicio proveniente
de la otra actividad económica), ¿se debe seguir un criterio de accesoriedad
respecto de la actividad económica con la que podría estar más vinculada o,
simplemente, no deben ser computados para el cálculo del límite de 20% de
ingresos proyectados que dispone el último párrafo del numeral 1 del artículo 2°
del Reglament o de la Ley N.° 27360?

2. En el caso específico de las ganancias provenientes de la contratación de


Instrumentos Financieros Derivados, ¿es correcto sostener que si los Instrumentos
Financieros Derivados califican como celebrados con fines de cobertura, para
efectos tributarios, las eventuales ganancias tendrían que ser tratadas como
ingresos provenientes de la actividad económica que es protegida por la cobertura
en forma directa o indirecta, y, si califican como celebrados sin fines de cobertura
las eventuales ganancias simplemente no serían computables a fin de calcular el
límite de 20% establecido en el último párrafo del numeral 1 del artículo 2° del Re
glamento de la Ley N° 27360

ANÁLISIS:

1. En cuanto a la primera consulta, cabe indicar que el numeral 2.1 del artículo 2º
de la Ley N.° 27360 señala que están comprendida s en los alcances de dicha ley
las personas naturales o jurídicas que desarrollen cultivos y/o crianza, con
excepción de la industria forestal.

Asimismo, el numeral 2.2 del mismo artículo establece que también se encuentran
comprendidas en los alcances de dicha norma las personas naturales o jurídicas
que realicen actividad agroindustrial (1), siempre que utilicen principalmente
productos agropecuarios, fuera de la provincia de Lima y la Provincia
Constitucional del Callao. Añade que no están incluidas en la presente ley las
actividades agroindustriales relacionadas con trigo, tabaco, semillas oleaginosas,
aceites y cerveza.

De otro lado, el inciso a) del numeral 1 del artículo 2º del Reglamento de la Ley Nº
27360 indica que, para efecto de dicha norma, se entiende por beneficiarios a las
personas naturales o jurídicas que desarrollen principalmente actividades de
cultivo y/o crianza, con excepción de la industria forestal.

Adicionalmente, el inciso b) del citado numeral también señala que son


beneficiarias las personas naturales o jurídicas que realicen principalmente
actividad agroindustrial, fuera de la Provincia de Lima y la Provincia Constitucional
del Callao, siempre que utilicen principalmente productos agropecuarios. No se
encuentran incluidas las actividades agroindustriales relacionadas con trigo,
tabaco, semillas oleaginosas, aceites y cerveza.

Asimismo, el último párrafo del mencionado numeral 1) dispone que se entenderá


que el beneficiario realiza principalmente la actividad de cultivo, crianza y/o
agroindustrial, cuando los ingresos netos por otras actividades no comprendidas
en los beneficios establecidos por la Ley N° 27360, se presuma que no superarán
en conjunto, el veinte por ciento (20%) del total de sus ingresos netos anuales
proyectados.

Por su parte, el artículo 6° del Reglamento bajo comentario indica que en caso los
beneficiarios desarrollen, además de las actividades comprendidas en la Ley N.°
27360, actividades adicionales, las exoneraciones y beneficios contemplados en la
ley serán aplicables a estas actividades.

Como se aprecia, las personas naturales o jurídicas que se acojan a los beneficios
de la Ley N° 27360 pueden gozar de esto s en la medida que los ingresos netos
proveniente de las actividades no comprendidas en dicha norma no superen en
conjunto el 20% del total de los ingresos anuales proyectados.
Ahora bien, en el Informe N.° 044-2005-SUNAT/2B0000 (2) se ha sostenido que
“debe entenderse por ingresos netos de las actividades comprendidas dentro de la
Ley Nº 27360 a todos los ingresos que tengan su origen en la realización de las
actividades de cultivo, crianza y/o agroindustrial, teniendo en cuenta en este último
caso lo dispuesto en el Anexo del Decreto Supremo Nº 007-2002-AG”.

Agrega dicho documento que “debe considerarse por ingresos netos de las
actividades no comprendidas dentro de la Ley Nº 27360 a los que provengan del
ejercicio de actividades distintas a las señaladas en el párrafo anterior”.

De lo concluido en el informe citado, se desprende que el íntegro de los ingresos


netos que obtienen los contribuyentes debe ser computado como correspondiente
a las actividades comprendidas o no dentro de la Ley N.° 27360, sea que
provengan directa o indirectamente de tales actividades.

Para este propósito, se deberá verificar la procedencia de cada ingreso a fin de


determinar su vinculación con uno de los dos grupos de actividades

Esta afirmación se corrobora con lo dispuesto en el artículo 6° del Reglamento de


la Ley N.° 27360, según el cual los b eneficios tributarios se aplican al conjunto de
las actividades de los contribuyentes, siendo por tanto coherente considerar todos
los ingresos que obtengan los beneficiarios de dicha Ley.

Adicionalmente, cabe mencionar que en el Informe N° 187-2005-SUNAT/2B0000


(2) se ha señalado que “a efecto de determinar la calidad de beneficiario de un
sujeto, se debe considerar la proyección del total de ingresos netos anuales del
sujeto, debiendo entenderse que tales ingresos corresponden a los de tercera
categoría”, pues, tal como se indica en la nota a pie de página 10 del mismo
documento, “si una persona califica como beneficiario de la Ley [N.° 27360] , por
ejemplo la aplicación de la tasa reducida del Impuesto a la Renta, se realizará
respecto de la totalidad de las rentas de tercera categoría que dicha persona
genere”.

2. Respecto a la segunda consulta, teniendo en cuento lo expuesto en el numeral


precedente, puede afirmarse que las ganancias provenientes de la contratación de
Instrumentos Financieros Derivados deberán considerarse como parte de los
ingresos netos de las actividades comprendidas en la Ley Nº 27360, en la medida
que se encuentren vinculadas con las actividades de cultivo, crianza y/o
agroindustrial.

En ese orden de ideas, los ingresos que provengan de la contratación de


Instrumentos Financieros Derivados que tengan como objeto la cobertura de
riesgos vinculados al desarrollo de las actividades incluidas en los beneficios de la
Ley N.° 27360 se deben considerar parte de los ingresos anuales de dichas
actividades. En caso contrario, de tener un objeto diferente, los ingresos
provenientes de la contratación de Instrumentos Financieros Derivados deberán
incluirse como parte de los ingresos anuales originados en otras actividades.

CONCLUSIONES

1. A efecto de gozar de los beneficios previstos en la Ley N.° 27360, el íntegro de


los ingresos netos que obtienen los contribuyentes debe ser computado como
correspondiente a las actividades comprendidas o no comprendidas dentro de
dicha Ley, sea que provengan directa o indirectamente de tales actividades. Para
este propósito, se deberá verificar la procedencia de cada ingreso a fin de
determinar su vinculación con uno de los dos grupos de actividades.

2. Los ingresos que provengan de la contratación de Instrumentos Financieros

Derivados que tengan como objeto la cobertura de riesgos vinculados al desarrollo


de las actividades incluidas en los beneficios de la Ley N° 27360 se deben
considerar parte de los ingresos anuales de dichas actividades. En caso contrario,
de tener un objeto diferente, los ingresos provenientes de la contratación de
Instrumentos Financieros Derivados deberán incluirse como parte de los ingresos
anuales originados en otras actividades.

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