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De todos los mamíferos acuáticos, los delfines son probablemente los que más
simpatía despiertan en casi todas las culturas y geografías del globo. Su
presencia en las aguas marinas es siempre celebrada y bienvenida, y sus
movimientos juguetones interpretados como una clara señal de inteligencia, ya
que estos animales de apariencia risueña y cuerpo terso poseen un cerebro
mucho más similar al de los primates de lo que originalmente se creía.
Esto quiere decir que los delfines no son parientes de los peces, y de hecho
estos últimos constituyen buena parte de su dieta, estrictamente carnívora. Por
el contrario, en el árbol de la vida, los delfines están cerca de las ballenas y las
orcas, y constituyen una propia familia (Delphinidae) de alrededor de
37 especies conocidas. A grandes rasgos, estos animales poseen cuerpos
fusiformes, de entre 2 y 8 metros de largo, con un hocico alargado y un
espiráculo en la parte superior de la cabeza, que les sirve de abertura para
respirar. Los delfines no tienen branquias sino pulmones, pero son capaces de
aguantar la respiración hasta 10 minutos bajo el agua.
Los grupos de delfines pueden alcanzar hasta los 1000 individuos, vinculados
entre sí mediante fuertes lazos sociales, como lo evidencia el hecho de que
ayuden a sus congéneres heridos a ascender a la superficie para respirar, o de
que se asignen entre sí silbidos únicos para identificarse en medio de la
manada. Esto no significa que no haya dinámicas competitivas, sobre todo
entre los machos, y es común entre los adultos exhibir cicatrices de peleas por
acceso a las hembras o al alimento.
Los delfines, sin embargo, junto al ser humano y otras pocas especies de
primates, son los únicos animales conocidos capaces de utilizar herramientas
para resolver problemas. Se los ha visto en el océano Índico cubrir sus hocicos
con esponjas de mar para protegerlos del roce de las piedras al hurgar en
busca de alimento, una técnica que las madres enseñan a sus crías.
De manera similar, los delfines pueden formar alianzas con el ser humano, ya
sea para enfrentar depredadores (como ciertas especies de tiburones), o bien a
cambio de recompensas, a modo de adiestramiento. De hecho, delfines
amaestrados se usan como parte de las fuerzas militares marítimas de algunos
países, y en numerosos espectáculos acuáticos en los que juegan con pelotas
o danzan para el público. Incluso se han visto casos de pesca cooperativa
entre humanos y delfines, haciendo equipo espontáneamente para que ambas
especies salgan beneficiadas.
La Luna en la cultura
4. Instrucciones de lavado
1. Introduzca la ropa en la lavadora.
2. Cierre la puerta de la lavadora.
3. Añada el detergente en el primer compartimiento, y/o la lejía en el segundo,
y/o el suavizante en el tercero.
4. Seleccione el programa de lavado de acuerdo al contenido: rápido, intenso,
delicado.
5. Saque la ropa una vez que el programa haya terminado.
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