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ISABEL VELÁZQUEZ

LA LITERATURA HAGIOGRÁFICA
Presupuestos básicos y aproximación a sus
manifestaciones en la Hispania visigoda

Junta de
Castilla y León
PATRONATO DE LA FUNDACIÓN "INSTITUTO CASTELLANO Y leoi|セZウ@ DE LA LENGlJA": INDICE
}UNTA DE CASTILLA Y LEÓN, Fm>EHACIÓN REGIONAL DE MUNICIPIOS Y PROVINCIAS DE CASTILLA Y LEÓN,
CÁMARA DE COMERCIO E INDUSTRIA DE BUHGOS, UNIVERSIDAD DE BUHGOS, UNIVERSIDAD DE LEÓN,
UNIVEHSIIJAD DE SALAMANCA, UNIVERSIDAD DE VALLADOLID, DIPUTACIÓN PHOVINCIAL DE Á VI LA, DIPUTA-
CIÓN PROVINCIAL DE BURGOS, DIPUTACIÓN PIWVINCIAL DE LEÓN, DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE PALENCIA, Prólogo a la edición 9
DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE SALAMANCA, DIPUTACIÓN PHOVINCIAL DE SEGOVIA, DIPUTACIÓN PROVINCIAL
DE SORIA, DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE VALLADOLID, DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE ZAMORA, AYUNTAMIEN-
TO DE ÁVILA, AYUNTAMIENTO DE BUHGOS, AYUNTAMIENTO DE ARANIH DE DUERO, AYUNTAMIENTO DE
Introducción 13
MIHANDA DE EBRO, AYUNTAMIENTO DE PONFERRADA, AYUNTAMIENTO DE PALENCIA, AYUNTAMIENTO DE
SALAMANCA, AYUNTAl\IIENTO DE SEGOVIA, AYUNTAMIENTO DE SOIUA, AYUNTAMIENTO DE VALLADOLID,
Primera parte: La literatura hagiográfica
AYUNTAMIENTO DE MEiliNA DEL CAMPO Y AYUNTAi\IIENTO DE ZAMOHA.

l. Delimitación de los conceptos de hagiografía 31


Director de la Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua: l. l. Conceptos básicos 31
GONZALO SANTON.IA GóMEZ-ACERO 1.2. Hagiografía e historia 36
2. El nacimiento de un tipo de literatura cristiana 44
Gerente: Alejandro N. Sarmiento Can·ión.
2 .l. La circunstancia histórica 44
Coordinadora de Lengua: Beatriz Díez Calleja. 2.2. Algunos precedentes literarios e ideológicos 47
2.3. Hagiografía y biografía 49
2.4. Relación con otros géneros literarios 53
3. Fuentes antiguas para el estudio hagiográfico 58
3.1. Textos patrísticos y conciliares, crónicas históricas 58
3.2. Libros litúrgicos, en especial calendarios y martirologios 59
3.2.1. Calendarios 61
3.2.2. Martirologios 64
セ@ 1 ••

3.3. Inscripciones sepulcrales y edilicias 70


4. Obras hagiográficas: Actas, Pasiones, Vidas, Milagros y Traslaciones 7l
4.1. Las Actas y Pasiones primitivas 7l
4.2. Vidas de santos 79
4.3. El hagiógrafo y su público 92
4.4. Espacios y tiempos para la santidad 95
4.5. Del mártir al santo 99
4.5.1. Los primitivos mártires lOO
© de la edición: Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua.
4.5.2. Los santos de las Vitae 110
© de los textos: Isabel Velázquez.
5. Miracula, Translationes y Exempla: la formación de los
Impresión: Gráficas Ceyde. Segovia. nuevos géneros hagiográficos 121
I.S.B.N.: 973-34-935774-2-l
5 .l. El hecho milagroso y las reliquias 121
Dep. Legal: SG 173-2007 5.2. Relación de la hagiografía con el exemplum 129
La literatura hagiográfica

6. Las compilaciones hagiográficas. Vías de difusión de


la hagiografía medieval 133
7. Breve nota sobre la evolución de la hagiografía en la Edad Media 148
7 .l. Las Vitae y Passiones medievales 148 Prólogo a la edición
7.2. Relación con otros géneros 152
7.3. Santos en la hagiografía medieval 157
8. Apéndice a la primera parte: Selección de
obras hagiográficas según lengua y
lugar de redacción 161 La Fundación del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua
8.1. Obras antiguas, hasta el siglo IV 161 ha tenido a bien editar este libro dentro de su colección de ""Libros
8.2. Hagiografía greco-latina de la Antigüedad Tardía y Edad Media 162 singulares", por considerarlo de interés para la misma. Es un
8.2.1. Imperio bizantino y Oriente (en griego) 162 honor y un privilegio para mí, como autora, que una vez más tan
8.2.2. Obras hagiográficas latinas de Occidente 164 insigne Institución confíe en mi trabajo y le dé vía de difusión.
8.3. Obras medievales en lenguas vernáculas 171
En esta ocasión, además, he de mostrar mi especial agradeci-
Segunda parte: Literatura hagiográfica en la Hispania de época visigoda miento, ya que se trata de una oportunidad inestimable, pues el
libro constituye la segunda edición del publicado con el título
l. El Pasionario hispánico 177 "Hagiografía y culto a los santos en la Hispania visigoda. Aproxi-
2. Las Vitae del siglo VII en la Hispania visigoda 189 mación a sus manifestaciones literarias", en 2005, como número
2.1. Hagiografía e historia, de nuevo 189 32 en la serie Cuadernos Emeritenses, que edita la Fundación de
2.1.1. Intervención divina en las Vitae: hechos Estudios Romanos y el Museo Nacional de Arte Romano de Mé-
milagrosos y castigo divino 195 rida.
2.1.2. Breve nota sobre perspectivas hagiográficas
en la historiografía 199 Una desafortunada cadena de incidentes y errores ajenos a la
2.2. La Vita Desiderii 207 autora y editor del libro, D. Agustín Velázquez, en esa primera edi-
2.3. Las Vitas sanctorum patrum Emeretensium 225 ción, ha motivado que la publicación del mismo fuese menos pulcra
2.4. La Vita Sancti Aemiliani 257 y cuidadosa de lo que era exigible y deseable. Por ello nos hemos
2.5. La Vita Fructuosi 278 visto obligados a retirar la tirada tal como salió en su momento de
2.6. Obras autobiográficas de Valerio del Bierzo 290 la imprenta, cuando se habían distribuido sólo unos cuantos ejem-
2. 7. La compilación hagiográfica de Valerio del Bierzo 299 plares. Asimismo el título original del libro se ha cambiado para
2.8. Proyección de los uiri sancti hispanovisigodos en
ajustarse mejor al contenido y responde al original presentado por
otros ámbitos literarios y en otras épocas 302
la autora y que, también por razones ajenas a su voluntad, hubo de
cambiarse por el que figuró en la primera edición.
Bibliografía 315

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

Por este motivo la intervención de la Fundación del Instituto cw y debería contemplarse desde la perspectiva de un completo
Castellano y Leonés de la Lengua ha sido decisiva y permite que estudio bibliográfico.
ahora vea la luz de forma cuidada y correcta y se difunda adecua-
En cuanto a la bibliografía se han añadido algunas referen-
damente.
cias de obras importantes que se han publicado en el tiempo trans-
Deseo, por tanto, manifestar mi más profundo agradecimien- currido desde que se entregó la primera edición a la imprenta. Me
to a dicha Fundación y muy especialmente a su Director, el Dr. refiero especialmente a la espléndida edición de las obras de
Gonzalo Santonja, y a su Gerente, D. Alejandro Sarmiento. Asi- Valerio del Bierzo de Manuel C. Díaz y Díaz; casi simultáneamen-
ュゥウッセィ。ァ@ extensiva mi gratitud a D. Agustín Velázquez, Editor te se ha publicado otra edición del mismo autor a cargo de Renan
responsable de Cuadernos Emeritenses, al Museo Nacional de Arte Frighetto, pero es inferior a la citada. Otras ediciones fundamen-
Romano de Mérida, y en especial, al Dr. José María Álvarez, su tales que se han publicado recientemente son la de 1osé Carlos
Director, y a la Dra. Trinidad Nogales, Conservadora del mismo, Martín sobre las Vitae Isidori medievales y la de Paulo Farmhouse
así como a la Fundación de Estudios Romanos, por su generosidad Alberto de Eugenio de Toledo, cuya obra, aunque no hagiográfica,
al permitirme disponer del texto para su nueva publicación. Es por sí ha sido citada en el desarrollo del presente estudio. También se
ello que, aunque editado como publicación de la Fundación del ha añadido la edición del Liber Pontificalis Rauennatensis, de
Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, mantiene su condición Deborah Mauskopf Deliyannis, entre las fuentes manejadas y que
de volumen de la citada serie Cuadernos Emeritenses. no me fue posible consultar en su momento. Por último se han
En esta nueva edición se ha mantenido en lo esencial el texto incluido algunas escasas referencias bibliográficas que quedaron
original. Pero, dado que no se había propuesto traducción de todos sin mencionar en la primera edición.
los textos latinos reproducidos, ahora se han introducido para, de Desearía concluir este prólogo a la segunda edición señalan-
esa forma, homogeneizar la presentación de los mismos. Sólo en do algo, si se quiere, obvio, pero que conviene recordar y es la
algún caso concreto no se ha hecho, pero porque el texto está para- importancia de la literatura hagiográfica, desde sus inicios, en la
fraseado y descrito casi literalmente en la redacción del pasaje en el evolución de la cultura europea y la incidencia que ha llegado a
que se cita y, por tanto, queda explicado de forma suficiente. tener en la fijación de las fiestas religiosas y en buena parte de las
Por otra parte el Apéndice de la primera parte, en el que se tradiciones, incluso en la aportación al siempre interesante mundo
hace una relación de las principales obras hagiográficas, según de las leyendas y mitos. De su vigencia e interés da muestras la pró-
épocas y lugares, se ha presentado de forma más simplificada. Se xima colección de traducciones anotadas y comentadas de obras
trata de una relación simplemente orientativa del éxito y desarro- hagiográficas tardoantiguas latinas y griegas, dirigida por el Prof.
llo secular de la literatura hagiográfica. No debe entenderse, pues, Ramón Teja Casuso, que está a punto de aparecer en la editorial
como una lista sistemática ni una presentación de obras, trabajo Trotta, de la que puedo dar noticia en estas líneas y a la que augu-
éste, sin duda útil e interesante, pero que requiere su propio espa- ro y deseo éxito y gran difusión.

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lntroducción1

Hippolyte Delehaye. Intellego ut credam


Ha transcurrido ya un siglo desde la primera edición de la
espléndida obra de Hippolyte Delehaye, Légendes hagiographi-
ques en Bruselas en 19052 • Este trabajo, precedido de algunos
otros de temática más concreta3 , supone la entrada del famoso
autor en el mundo de la investigación histórica y marca un antes y
un después en el desarrollo de los estudios sobre hagiografía. Es,
sin duda, una de sus obras más emblemáticas y forma un conjunto
con otras que, dentro de su fructífera producción escrita, han
constituido las bases de trabajo y los referentes fundamentales
para los estudios de las décadas siguientes en este campo. Me refie-
ro especialmente a Les Origines du culte des martyrs (1912), Les
Passions des martyrs et les genres littéraires (1921), Saints

1 Este estudio está adscrito al Proyecto de investigación del Ministerio de Educación y Ciencia:
HUM 2005/00268/HIST, dirigido por la Dra. Gisela Ripoll.

2 Aquí se ha manejado la tercera edición de 1927, en su reimpresión de 1973. Para una síntesis y
valoración de la obra de Delehaye, véase el apéndice a esta misma edición, Paul Peeters, ibid. pp.
I-LII, que incluye una bibliografía del primero. Especialmente también, Joassart 1999. Asimismo las
consideraciones de Sofía Boesch Gajano (1976) en la "introducción" a la compilación de algunos
estudios que pueden considerarse "clásicos" en la investigación hagiográfica, realizada por la auto-
ra con el título Agiografia altomedievale, en la cual ha incluido dos de los presupuestos de Delehaye
expuestos en su Cinq let;ons sur la méthode hagiographique (1934), aquí traducidos al italiano e inti-
ttilados "Problemi di metodo agiografico: le coordinate agiografiche e le narrazioni" (pp. 49-71).
Véase también Aigrain 2002', 348-350.

3 Les Saints du cimetiere du Commodille (1897), Saints d'lstrie et de Dalmatie (1899).

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

Stylites (1923 )\ Sanctus. Essai sur le culte des saints dans l'anti- mayoría de santos, ya que, en su opinión, ambas posturas adole-
quité (1927) y la más sintética y quizá clarificadora, Cinq let;ons cen de una metodología correcta para su análisis.
sur la méthode hagiographique (1934)". Podríamos decir que aquella máxima de los dialécticos me-
Sin negar -muy al contrario- el extraordinario avance y la dievales: intellego ut credam (y no la de credo ut intellegam) era la
superación de planteamientos metodológicos y las nuevas y noví- actitud que animaba a Delehaye en su estudio.
simas perspectivas de los estudios hagiográficos, sobre todo a
partir de las tres últimas décadas del siglo XX, debe reconocerse
que la obra de Delehaye, aun trabajando este autor desde una La crítica hagiográfica. Los bolandistas
perspectiva positivista, fruto de su formación y época, sentó las En el siglo XVII se realiza la primera gran recopilación de
bases del estudio hagiográfico y todos cuantos se han dedicado a obras hagiográficas con un criterio de selección de textos consi-
la hagiografía después son -somos- de una u otra forma deudores derados rigurosos y reflejo de la realidad histórica. Es decir, ya
de sus logros. no se trata de una compilación de vidas de santos al modo de los
Es más, me atrevería a decir que Delehaye, jesuita y hombre siglos anteriores, sino con criterios historicistas y con una visión
de profundas convicciones religiosas y, por ende, trabajando desde crítica de la hagiografía. La Iglesia y en especial algunos sectores
una perspectiva cristiana·, enseñó, no obstante, a tratar con rigor eran conscientes de la necesidad de ofrecer textos fiables y
y espíritu científico un tema en el que resulta difícil no interponer reconducir una tradición hagiográfica que con los siglos había lle-
las creencias personales, o la falta de ellas, a la hora de abordar el gado a adquirir caracteres fabulosos, increíbles y que mermaban
estudio de los mártires y santos y de las obras, noticias y docu- la fiabilidad del conjunto. El monje benedictino francés Ruinart
mentación relacionadas con ellos. publica en 1689 los Acta primorum martyrum sincera et selecta,
en la que se incluyen 117 textos que considera de carácter histó-
Es el propio autor el que analiza y critica, no sin cierta iro-
rico (reeditadas en París en 1859).
nía, las posturas más conservadoras con respecto al establecimien-
to de una nómina coherente de santos y aceptable por la Iglesia, y, Pero antes de la obra de Ruinart se crea en Bélgica un cen-
a la vez, ataca las posturas que califica de hipercríticas, porque tro de estudios de algunos jesuitas, conocidos como los bolandis-
niegan casi por completo la existencia o validez de la inmensa tas. A comienzos del siglo XVII Heribert Rosweyde (1569-1629)
trata de llevar a cabo la realización de una colección de todas las
vidas de santos, sometidas a un riguroso análisis crítico.
Este estudioso manifestó la importancia de realizar un estu-
4 Esta obra era una ampliación de una comunicación presentada en un Congreso científico de dio histórico sobre los santos, pero eliminando de él la narración
católicos en Bruselas en 1894 (Aigrain 2000', 349).
de elementos apócrifos y contrarios a la fe y a la veracidad míni-
5 Sobre el resto de su gran producción y, en especial, su "últin1a gran obra", el co1nentario del
Martyrologe romain, véase Aigrain 2000', 349-350.
mamente aceptables. En 1607 en los Fasti sanctorum, formula el

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proyecto de una obra que, sin embargo, encontró serias dificul- los que se tiene noticia (más o menos difundida) 6 • Van clasifica-
tades para poder realizarla, sobre todo en el seno de la Iglesia dos por orden cronológico. A continuación se presenta otra lista
católica (Boesch Gajano 1976, 9-10). Con todo, quedaron ya sen- de santos o personajes diversos que se han considerado en algún
tadas las bases de una publicación que partiese de un análisis crí- momento como tales, pero que deben descartarse, bien sea por-
tico e histórico de los santos. que su conmemoración debe situarse en otra fecha, bien sea por-
que no ha podido quedar establecida su dignidad de santos por
A su muerte, son Jean Bolland (Johannes Bollandus, 1596-
la Iglesia, ni se ha constatado culto sobre los mismos. Son los
1665) y Godefroid Henskens (Henschenius 1601-1681), quienes
denominados praetermisi et in aliam diem reiecti. Sobre los san-
ponen en práctica esta idea; a la colaboración entre ambos, habrá
tos que quedan definitivamente fijados para el día en cuestión,
de sumarse la de Daniel Van Papebroch (Papebrochius) desde
se presenta una sylloge critica con los datos que se conocen del
1659 y cuya colaboración continuará con Henskens, después de
santo, y un commentarius preuius a la edición de las actas. Ahí
muerto Bolland. Se publica el primer volumen de los que se llaman
se establece el estudio de los manuscritos, la cronología de los
Acta sanctorum en 1643, con una denominación que es continua-
textos, la historia del culto, milagros, reliquias, con la denomi-
dora de los Acta martyrum, para dar cabida en ellos a las vidas y
nación de gloria postuma.
obras de santos existentes.
La sociedad de los bolandistas, que deben su nombre aJean
El proyecto consisitía en publicar las Vidas de santos que
Bolland, continúa posteriormente su trabajo hasta hoy, con diver-
se conservasen o las noticias que se encontraran sobre ellos en
sas interrupciones según circunstancias históricas o políticas
otras obras, precedidas de un estudio sobre la época de los
diversas y etapas de declive y resurgimiento 7 • La publicación supe-
autores de las Vidas y de los santos protagonistas, el lugar y
ra los 70 volúmenes. Es la mayor colección hagiográfica y punto de
fecha de su muerte, su existencia y autenticidad y las de las
obligada referencia para conocer los textos.
obras referidas a ellos. La presentación que se lleva a cabo
queda fijada en líneas generales como la metodología habitual
de estas publicaciones.
Estos Acta sanctorum se editan de acuerdo con un calen-
dario eclesiástico, según los meses y días del año, permanecien- 6 Resulta sorprendente, hoy en día, ver cómo en sus inicios, en las publicaciones de los dos primeros
meses, las Actas griegas sólo se presentaban en traducciones latinas, ya fuesen de las existentes redac-
do sin publicar los correspondientes a las fechas de l l de tadas en cliversas épocas, ya fuesen de las traducciones modernas elaboradas en latín para su publica-
noviembre hasta 31 de diciembre. No se trata sólo de editar los ción. Sólo a partir de marzo comenzaron a publicarse clirectamente en griego, pero al comienzo relega-
das como apénclice y encohmmadas con la traducción latina aliado (Aigrain 2000', 334).
textos, sino de realizar un estudio crítico sobre ellos desde disci-
7 Véase una síntesis sobre la historia de los bolandistas en Aigrain 2000', 329-350. Sobre la histo-
plinas diversas: filología, paleografía, diplomática, epigrafía, ria, actividad y metodología de los bolandistas son numerosos los estudios existentes. Pueden desta-
etc. En efecto, al comienzo de cada día del calendario se presen- carse los siguientes: Delehaye 1959', Peeters 1937 y 1961; Gaiffier 1968 y 1975; Hausberger 1980;
Van Ommeslaeghe 1981, Saxer 1984c, Gordini 1991, Joassart 1994, Sullivan 1995, Palumbo 1998;
ta una lista de santos, figuren o no en el martirologio romano, de además de la ya citada de Joassart 1999, sobre Delehaye.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

La propia sociedad bolandista creó en 1882 una revista que necesidad de remontarse a los orígenes del culto tradicional y fijan-
continúa publicándose periódicamente, Analecta Bollandiana, do en cada caso esos elementos básicos: lugar, fecha y leyenda,
donde se presentan textos aún no editados en los Acta y sirve, ade- pero contrastando las informaciones para averiguar hasta dónde
más, de cauce de publicación de estudios hagiográficos particula- llega la veracidad y qué hay de falso o engañoso en las leyendas
res en la actualidad. En 1983 se publicó un índice general. (Delehaye 1955, 159).
La sociedad bolandista publicó a finales del siglo XIX la
Bibliotheca Hagiographica LatinaAntiquae et Mediae Latinitatis.
Peter Brown. The Cult of the Saints
Un impresionante catálogo de vidas, milagros y cuantas obras hay
de cada santo, con las referencias de las obras, incipit, ediciones. Si hay otro nombre clave en los estudios hagiográficos por-
En 1986 H. Fros publica un suplemento a la obra, Nouum Supple- que inicia muchas de las tendencias actuales en la investigación
mentum, que recoge 13.523 referencias agrupadas en 3.321 nom- sobre estos temas, a la vez que ha concitado aplausos, controver-
bres o grupos de nombres de santos, lo que puede dar una idea de sias y críticas, es el de Peter Brown9 • Partiendo de planteamien-
la magnitud de la producción literaria hagiográfica existente. tos novedosos y, si se quiere, opuestos a algunos de los argumen-
tos consolidados en épocas anteriores en relación con el papel
Las recopilaciones críticas no se limitan a los bolandistas,
jugado por el cristianismo en la desaparición del Imperio romano
aunque son, sin duda, las más importantes. También debe mencio-
y con el análisis sobre la historia de la tercera y cuarta centuria,
narse aJean Mabillon (1632-1707), benedictino de la congregación
como pudieran ser los ya paradigmáticos del gran Gibbon 10 , los
de san Mauro y gran diplomatista que publica en 1669 el primer
trabajos de Peter Brown sobre la Antigüedad Tardía revolucio-
volumen de "'Actas de santos" de su orden: Acta sanctorum ordinis
sancti Benedicti. En 1630 Carlos Henríquez edita el Menologium
cisterciense. No puede decirse que estas compilaciones hayan sido
elaboradas con criterios científicos, tal como se han desarrollado
después, pero no deben entenderse ya como compilaciones al esti- 9 Véanse las referencias de los principales trabajos del autor citadas en la Bibliografía, en espe-
cial Brown 1971, 1981 y 1982. En relación con las diferentes valoraciones de las obras de Peter
lo de la Edad Media o el Humanismo 8 • Brown, véanse los ya clásicos artículos de Fontaine 1982, Pietri 1984 y Cracco Ruggini 1988.
Asimismo el volumen editado por Howard-Johnston- Hayward, 2002'.
Es en el seno de estos estudios bolandistas donde aparece a
lO Naturalmente la famosa obra de Gibbon, The History of the Decline and Fall of the Roman
finales del siglo XIX y primeras décadas del XX la figura de Dele- Empire, publicada en seis volúmenes entre 1776 y 1788. Véase la edición de Womersley, 1994, en tres
haye a quien he aludido. Perfila definitivamente los principales volúmenes. Sobre la valoración de la obra de Gibbon, véase el volumen colectivo editado por
Bowerstock Clive- Graubard (eds.), de 1977, dentro del cual está incluido un artículo del propio
elementos o coordenadas del estudio hagiográfico, estableciendo la Peter Brown sobre los puntos de vista de Gibbon, publicado el año anterior (1976) en Daedalus
(véanse las referencias completas en la bibliografía). Resultan muy interesantes las breves notas de
Hayward (2002'), sobre las diferencias y también puntos de contacto entre Gibbon y Brown, así
como los precedentes de los propios planteamientos de éste en autores como el historiador oxoniano
de época victoriana, James Anthony Fronde (Short Studies on Great Subjects, Londres 1850) -con
8 Sobre las compilaciones hagiográficas, véase más adelante, en el apartado correspondiente. las acusadas diferencias lógicas de tiempo y espacio entre uno y otro-, o en obras de orientación

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naron en su momento y, dentro de ellos, en especial la visión que hallazgos y traslados de sus reliquias, han sido transmitidos por
ofrecía de la función social del hombre santo 11 , el papel de éste de escrito -sin olvidar la importante tradición oral-, no sólo en griego
patronus y "exemplar" para las colectividades, y la inserción del y latín, en las obras hagiográficas del Este y Oeste del antiguo
mismo en su contexto cultural y social; el papel jugado por las Imperio romano, sino que se han cultivado en las más diversas len-
jerarquías eclesiásticas en la difusión del culto a los santos y la guas y espacios geográficos, desde las obras en antiguo inglés o en
proyección del hombre santo como la llave de intersección entre cualquiera de las lenguas romances, y desde las Islas Británicas
las fuerzas espirituales, políticas, sociales y culturales (Howard- hasta la antigua Rusia, o en el mundo islámico, con su propia lite-
Johnston 2002, 4) 12 • ratura de culto a los santos. Porque, en definitiva, los hombres
santos constituyen fenómenos de gran impacto y transcendencia
Con los trabajos de Brown se abrían nuevas perspectivas y
social en cualquier época, incluso hoy, ya sea en sociedades pro-
nuevos debates y reflexiones sobre estos personajes que, desde la
fundamente laicas como en muchos países europeos, o en socieda-
Antigüedad Tardía y durante siglos, han sido objeto y protagonis-
des dominadas y fuertemente caracterizadas por la presencia reli-
tas de obras de muy diferentes estilos, incluso géneros literarios,
giosa en todos los ámbitos de la vida, desde la política hasta la acti-
además de estar mencionados en documentos epigráficos, diplomá-
vidad cotidiana de las personas, como en las sociedades islámicas.
ticos y de todo orden y cuyas vidas, muertes, acciones y milagros,
El rigor en el tratamiento del sanctus y la adquisición de la
santidad y la sanción social de la misma, la búsqueda de la dife-
renciación entre sinceridad y veracidad de los relatos hagiográfi-
antropológica y simbólica como la de Mary Douglas (Natural Symbols: Explorations in Cosmology, cos y la preocupación por establecer una nómina de santos creíbles
Londres 1970 [3" edic. 1996]). Este trabajo de Hayward, "Desmystifying the role of sanctity in
Western Christendom", incluido en el volumen citado en la nota anterior, editado por Howard- e históricamente aceptables de los bolandistas y de Delehaye,
Johnston y él mismo (Howard-Johnston- Hayward, 2002 2 , 115-142) constituye, en mi opinión, una adquirieron con las obras de Brown una dimensión nueva: el aná-
cuidadosa revisión crítica de las posiciones iniciales de Peter Brown y el desarrollo de sus teorías,
en relación tanto con sus planteamientos más seguros y consolidados como con los puntos más débi- lisis funcional de la figura del santo, la orientación antropológica
les de las argumentaciones de su contribución, para reflexionar sobre qué lineas se puede seguir tra- de estos personajes, humanos, mortales, por más que su vida o
bajando en estos temas. Así lo manifiesta al comienzo de su ensayo. "The aim of this essay is to dis-
cuss sorne strenghts and weaknesses of Brown's analysis and to identify insights upon which scholars muerte fuesen extraordinarias -diferentes, por tanto, de los héro-
might continue to build". Para ello comienza por señalar los puntos de partida del propio Peter es paganos-; el papel social y político que jugaron en diferentes
Brown ("It is useful to begin by elucidating the intellectual origins of Brown's position"), donde
comenta las relaciones antes citadas en un apartado que titula "From Edward Gibbon to Mary lugares y momentos, tanto por sus vidas ejemplares, como por el
Douglas" (ibid. pp. 116-123). desarrollo de su culto y la importancia de la posesión de reliquias
11 Me refiero aquí, en general, tanto a los mártires como a los hombres santos, que no sufrie- de los mismos.
ron martirio, ya fuesen padres del desierto, obispos o pertenecientes a cualquier otra jerarquía
eclesiástica, o mujeres, que fueron objeto de veneración y culto en la Antigüedad Tardía y con Sin embargo, una orientación quizá excesivamente restrictiva
posterioridad. Sobre la distinción de unos y otros, véase más adelante en el apartado "Del mártir
al santo". a la hora de considerar de forma fundamental los factores sociológi-
12 Un trabajo fundamental para el origen y las funciones del culto a los santos es el de M. Van cos e ideológicos que subyacen en el culto a los santos y cómo éste ha
Uytfanghe 1996. Asimismo el de A. Angenendt 1997'.

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sido promovido por las elites cristianas -lo cual, sin duda, es cierto, Estudios de transmisión manuscrita y crítica f:dológica
ha propiciado diversas críticas porque hay otros factores implicados Los estudios actuales sobre hagiografía alcanzan en la
que deben ponerse de manifiesto en el desarrollo del culto a los san-
actualidad tan enorme número que resulta inabarcable abordar-
tos y no es el menor de ellos la propia evolución de la mentalidad
los todos, aunque nos fijemos sólo en la hagiografía latina o en la
cristiana 13 • Importa, entre otros aspectos, saber cómo se ha produ-
griega, o en la de época tardoantigua, o en la medieval, o en la de
cido el cambio por el cual la Biblia, lectura total y básica del cristia-
época moderna, todavía escrita en latín, o en las obras escritas en
nismo, el libro de referencia absoluto, ha dado paso al final de la
las diferentes lenguas modernas. En cada una de esas parcelas, el
Antigüedad Tardía y comienzo de la Edad Media a las leyendas interés por los estudios hagiográficos se ha revelado tan fructífe-
hagiográficas que, como señalaba Gustavo Vinay en el Epílogo a la ro y tan variado que ha generado centenares de monografías,
"'X Settimane" de estudios de Spoleto de 1962 (Vinay 1963, 763), no artículos, publicaciones periódicas, congresos y un sinfín de
constituían en principio una alternativa, eran incluso sus antagonis- publicaciones. Basta con mirar la actualización bibliográfica lle-
tas. Pero lo cierto es que la Biblia es usada por los hagiógrafos 1\ vada a cabo por Robert Godding en el año 2000, en la reedición
muchas veces transformando los sentidos originarios de algunos tér- de la obra de Aigrain de 1953. Así como otras actualizaciones
minos y adaptándolos a los santos (Van Uytfanghe 1989, 161), a fin fundamentales de Boesch Gajano de 1976 y 1999, o el volumen de
de que el libro sagrado sirviera de auctoritas en la que basar sus Dubois-Lemaitre de 1993, además de las periódicas que pueden
relatos. Y lo que es cierto es que son esas leyendas las que hicieron verse en series como Bibliographia patrística, Sanctorum,
sobrevivir el cristianismo en ciertas épocas medievales más conflicti- Archivum Historiae Pontificae, la propia revista Analecta
vas u oscuras, porque ellas constituían una ''énorme échappatoire
Bollandiana, Hagiographica 16 , y otras, además de las más gené-
religieuse" para casi todos los fieles (Vinay 1963, 763). El culto a los ricas como Medioevo Latino o L'Année philologique que dedican
santos era algo tan transcendental en la Edad Media que en cierto
apartados específicos a los temas relacionados con la literatura
modo puede decirse que caracteriza y moldea la mentalidad cristia-
hagiográfica.
na de muchas épocas. Es por ello que, sin negar el influjo de los tra-
bajos de Brown, son muchos los estudiosos que han puesto en juego Contribuyen de forma decisiva a la difusión de los estudios
otros factores complejos que intervienen decisivamente en el des- hagiográficos y, sobre todo, a una aproximación global a los mis-
arrollo del culto a los santos y que no pueden desatenderse 15 • mos y a la materia, desde sus muchas perspectivas, el nutrido
grupo de congresos y volúmenes colectivos, así como los dicciona-

13 Ya he citado antes algunos estudios críticos sobre los planteamientos de P. Brown. Véase nota 9.

14 Van Uytfanghe 1989; Leclerq 1963 para la literatura monástica.


16 Iniciada en 1994, es ya una de las revistas de referencia, específica sobre hagiografía. Aunque
15 Véase sobre esta cuestión y, especialmente, sobre la relación entre la Biblia y la hagiografía el suele contener estudios concretos, algunos de ellos hacen referencia a estados de la cuestión sobre publi-
citado estudio de Van Uytfanghe 1989 y del mismo autor el trabajo de 1984. Véanse las referencias caciones hagiográficas, con análisis de la bibliografía. Merece la pensa recordar aqni el de Martínez
en la bibliografía. Gázquez en el volumen de 1999 sobre los estudios hagiográficos en España (véase bibliografía).

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r
F

La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

ríos y enciclopedias, tanto específicos sobre los santos como la mente, imposible 18 • Es mejor recurrir a compilaciones bibliográfi-
Bibliotheca Sanctorum, editada en Roma, o las Vidas de Santos cas y a publicaciones sistemáticas como las indicadas antes para
según el calendario de los Benedictinos editada en París, o la anti- hacerse una idea de la pujanza de los estudios hagiográficos y las
gua compilación inglesa de S. Baring-Gould y J. Fisher, editada en diferentes líneas de investigación que en la actualidad se cultivan 19 •
Londres de 1907 a 1913: The Lives of the British Saints o la más
Sin embargo, sí hay un aspecto que interesa destacar aquí y es
moderna de H. Thurston y D. Attwater de 1956, revisada a partir
la importancia recobrada por el estudio de las fuentes literarias
de 1995, así como diccionarios de santos; o diccionarios eclesiásti-
hagiográficas, su transmisión manuscrita y el estudio directo e inter-
cos en general o por épocas, y un largo etc., entre los que merece
no de las mismas, con vistas a la elaboración de ediciones críticas fia-
destacarse el Diccionario Eclesiástico de España editado por Q.
bles que permitan establecer los textos básicos sobre los que traba-
Aldea, T. Marín, J. Vives en 1972-1975.
jar. Sin ninguna duda uno de los mayores avances en el campo de la
La investigación desde las últimas décadas del siglo XX ha hagiografía 20 ha sido el estudio de los manuscritos, muchos de ellos
evolucionado por diferentes caminos y en claves muy diversas. Con considerados como "'manuscritos hagiográficos", por el contenido, si
todo, a mi entender, para la Antigüedad Tardía y Alta Edad Media no exclusivo en algunos casos, sí mayoritario de este tipo de obras,
-épocas que aquí interesan más- la dimensión histórica, social o así como la investigación en los tipos de compilaciones hagiográficas
ideológica del uir ウ。ョ」エオセ@ su proyección y el papel que juega como existentes desde la Antigüedad, o de obras específicas como
patrono en las ciudades, así como su incardinación en el acontecer Martirologios, Pasionarios, Legendarios, sus funciones litúrgicas, su
histórico y político, incluso la valoración ideológica y política de las
obras hagiográficas, predominan en la mayoría de las perspectivas
de análisis 17 •
Individualizar en este punto nombres de estudiosos y espe- 18 Aunque en la primera parte de este libro se pretende hacer unas consideraciones generales
cialistas -bastantes de los cuales ya se han mencionado y otros que- sobre la hagiografía en tanto que un tipo de literatura -como se dirá en el primer capítulo-, y, por
tanto, se haya acudido tanto a obras generales como a estudios particulares relativos a diferentes
darán citados en el desarrollo de este trabajo y en la bibliografía- épocas, lugares y lenguas en que se han escrito obras hagiográficas, el interés está centrado en la
sin caer en el error de olvidar a algunos significativos, es, segura- Antigüedad Tardía y Alta Edad Media, pues este estudio se particulariza y concreta en su segunda
parte en la hagiografía de la Hispania de época visigoda y, en consecuencia, se hace hincapié tam-
bién en esta primera parte en la producción hagiográfica hasta dichas épocas; lógicamente esto afec-
ta a los estudios manejados y sus referencias bibliográficas aquí recogidas.

19 Con todo, merece la pena recordar aquí la breve y selecta recopilación de trabajos considera-
dos clásicos, de muy diferentes orientaciones, que Sofía Boesch Gajano -ella misma una de las mayo-
17 Disiento sólo parcialmente de la opinión de Wood 1999,99 que defiende que el avance ha sido
res especialistas en hagiografía de la Antigüedad Tardía y Alta Edad Media, así como de Gregorio
en la tradición manuscrita, estilos literarios y filológicos -aunque esto es radicalmente cierto-, pero
Magno- ha realizado en la obra ya citada en la primera nota (Boesch Gajano 1976) y que lleva por
no tanto en las estructuras sociales. Dicha opinión es recogida también en Castellanos 2004, 17, tra-
título Agiografia altomedievale. Asimismo las revisiones bibliográficas de Dolbeau (1999) y Martínez
bajo que mencionaré en particular líneas más adelante. El avance en el ámbito filológico y de edi-
Gázquez (1999), ambas en la revista Hagiographica sobre los estudios en Francia y España, res-
ción de textos es fundamental, como ahorá comentaré. Sin embargo, la mayoría de los estudios se
pectivamente, en los últimos treinta años (hasta 1998) del siglo XX.
dirigen hacia la interpretación histórica y social; otra cosa es que haya aspectos concretos, que se
hayan desarrollado menos, dentro de los estudios de perspectiva histórica y social. 20 Véase la nota 17.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

difusión oral; la transmisión manuscrita que permite adentrarse en Aigrain, que c 1est '"l 1étude scientifique des saints, de leur his-
el desarrollo de los géneros, su expansión geográfica al hilo de la his- toire et de leur culte? Cest éclipser quelque peu l 1étude phi-
toria interna de esos mismos manuscritos, permite establecer rela- lologique qui, depuis qu 1il y a une discipline hagiographique,
ciones internas entre ellos, averiguar cuáles son los mecanismos de en constitue une des branches maitresses."
transmisión y de difusión de las obras, lo cual, por ende, conduce a Por otra parte, el estudio concreto de los manuscritos conecta
un mayor conocimiento del impacto social de las obras hagiográficas asimismo con el amplio campo de investigación sobre las compilacio-
y de sus protagonistas, mártires o santos, del culto que se les rendía nes hagiográficas que ya comenzaron a conformarse en la Alta Edad
o dejaba de rendir, de la implantación más o menos arraigada en Media y en siglos posteriores (como los Pasionarios o los Legendarios
épocas y lugares de éste, de la veneración de sus reliquias, etc. Estos antes aludidos y otros tipos), cambiando y evolucionando, llegando a
estudios, si se quiere desde una perspectiva más filológica, codicoló- la época moderna -la de los bolandistas-. Una conexión que se pro-
gica y de crítica textual, que histórica se han convertido en uno de duce casi sin un corte natural entre esas obras compilatorias mani-
los ejes principales de los estudios hagiográficos 21 • Estas tendencias festaciones de la ""literatura hagiográfica" y estas recopilaciones,
afectan, además, a la concepción misma de la hagiografía en tanto establecidas de forma más o menos sistemática, de las primeras; pre-
que disciplina científica -como veremos en el primer capítulo- pues, paradas y reunidas para su difusión con criterios diferentes, unas
anticipándolo aquí, debemos plantearnos si es correcta la definición veces con fines piadosos y religiosos en sentido amplio, incluso como
de la hagiografía como una-disciplina histórica, pues esta definición, muestra de la posición ""oficial" de la Iglesia con respecto a su nómi-
a priori, parece dejar fuera el papel jugado por la filología, que se na de santos generales o locales, o con fines académicos y críticos, es
ha convertido y que, sin duda, siempre ha debido serlo, en un ins- decir, las compilaciones que ya observamos a partir de Jean Bolland,
trumento fundamental a la hora de abordar la investigación. Como incluso de Mabillon, reunidas con un espíritu científico y de difusión
señala Guy Philippart (1994, 2-3) sobre la definición de la hagiogra- de aquellas obras hagiográficas. Estas modernas compilaciones, en
fía·como disciplina: su conjunto, permiten el estudio de aquellas tanto en su dimensión
""Et comment définir la discipline? Trop de définitions res- literaria como en la de ser fuentes de investigación, junto con todas
trictives ou maladroites ont en cours. Dira-t-on, comme R. las demás fuentes históricas, epigráficas, arqueológicas, iconográfi-
cas; cualquier documentación pertinente, en suma, que comporte
noticias fiables o verosímiles para el conocimiento de todos y cada
uno de los mártires y santos, tanto en la dimensión histórica y social
21 Con todo, el estudio propiamente literario de las obras e incluso desde el punto de vista lingüís-
tico, cuyas posibilidades son inmensas desde el ámbito de la retórica y la teoría literaria, o_ 、・ウセ@ ー・[セᆳ
de los personajes, como del culto, reliquias o iglesias, ciudades y luga-
pectivas de la lingüística del texto, han sido menos exploradas, aunque el uso de los エッーセ\@ ィ。ァセ⦅ッイヲゥᆳ res con ellos relacionados o transformados e influidos por su estela.
cos, su valor como discurso retórico, sean casi de obligada mención en los diversos estudiOs. Mientras
que para la ィ。ァゥッセᄋヲ■@ plenamente medieval, en especial en diferentes lengiias, estos aspectos han sido Son muchos los trabajos de este tipo, ya iniciados por los pro-
más estudiados, en general para la tardoantigiia son menores y más difusos. Con todo, por lo que hace
a las obras ィ。ァゥッセᄋ£ヲ」ウ@ hispanas, estos aspectos sí han recibido atención especial por autores como
pios estudios de Delehaye citados sobre los Legendarios (1955) y
M.C. Díaz y Díaz, C. Codoñer, V. Valcárcel, J.C. Martín, etc., según veremos.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

las Pasiones y los géneros literarios (1966), pero deben señalarse Precisamente en esta colección se ha iniciado en 1994 un
también los ya clásicos de H. Quentin, Les martyrologes histori- proyecto editorial de gran envergadura, dirigido por el propio
ques du Moyen Age. Étude sur la formation du Martyrol?._ge Guy Philippart, que pretende realizar estudios globales de toda
Romain, de 1908, o de J. Dubois, Les martyrologes du Moyen Age la hagiografía, antigua y medieval hasta el siglo XVI, tanto de
latin de 1978, con una puesta al día en 1985. Además de estas Oriente como de Occidente. Dicha colección nace en la misma
obras deben destacarse, sobre todo, muy diversos trabajos de F. editorial y siguiendo los criterios ya establecidos en la obra fun-
Dolbeau, B. de Gaiffier, G. Philippart, M. Heinzelmann, P. Gehr- damental de estudio de las fuentes literarias medievales, dirigida
ke, P.A. Sigal, Th. Heffernan y otros 22 • Pero para apoyarme en por L. Genicot, la citada Typologie des sources du moyen age
una autoridad en la materia, el propio Fran¡;ois Dolbeau, recurro occidental, aparecida en 1972. Aunque más lentamente de lo que
a las palabras de éste en cuanto a la importancia fundamental de podría esperarse en el ritmo de su publicación, se trata, sin duda,
algunos trabajos sobre los manuscritos hagiográficos latinos de una apuesta rigurosa sobre un renovado estudio de los textos
(Dolbeau 1981, 11)23 : hagiográficos.
''Toute étude sur les manuscrits hagiographiques latins
doit faire référence a trois contributions fondamentales. Les
deux premieres, dll.es a A. Poncelet et W. Levison, sont des
introductions générales quis restent infiniment précieuses,
bien qu 1elles datent respectivement de 1910 et 192021 • La troi-
sieme est l 1ouvrage tout récent de G. Philippart -a la fois
somme foisonnante de recherches originales et synthese
remarquablement réussie- publié dans la Typologie des sour-
ces du moyen age occidental. " 25

22 Véase en la bibliografía algunos de los trabajos de estos autores manejados en la elaboración


de este estudio.
23 Sobre el valor de los manuscritos y la metodología que debe emplearse para llevar a cabo su
estudio es fundamental el artículo del autor de estas palabras, citado en la bibliografía (Dolbeau
1992) y titulado "Le manuscrit hagíographique latin comme gísement documentaire", así como el
volumen colectivo en el que se incluye, editado por Heinzehnann (ed. 1992). Véase también Siga!
1987. Uno y otro también sobre el trabajo de los hagíógrafos medievales.

24 Véanse las referencias concretas en la bibliografía.


25 Se trata, evidentemente, de su conocida obra, Les légendiers latins et autres manuscrits hagio-
graphiques, publicada en Turnhout en 1977, en la editorial Brepols.

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PRIMERA PARTE:
LA LITERATURA HAGIOGRÁFICA

l. Delimitación de los conceptos de hagiografía


l. l. Conceptos hásicos 26
Dos son los conceptos básicos que pueden entenderse como
hagiografía. El primero de ellos consiste en el estudio de los santos,
su historia, culto y leyendas. Considerada como una rama de las
ciencias históricas (Delehaye 1955\ Aigrain 20002 , 7), cuyo objeti-
vo es el descrito. Para conseguirlo la crítica hagiográfica trata de
establecer la veracidad histórica del santo, hallar toda la docu-
mentación existente sobre él, averiguar cuándo y cómo se inicia su
culto, cómo surge la leyenda sobre su vida, milagros o reliquias. El
segundo concepto consiste en .entender la hagiografía como el con-
junto de obras de la cultura y literatura cristianas cuyo tema fun-
damental es el de la vida de santos. Es decir, el estudio de esas
obras en tanto que género literario.
Tanto para el primer concepto como para el segundo resulta
fundamental el manejo directo de estas obras literarias consideradas
como hagiográficas, para cuya utilización se aplican métodos y técni-
cas filológicos, codicológicos y de crítica histórica rigurosos, desde la

26 Hace unos años abordé el tema de la "Hagiografía", de forma genérica, para la entrada de la
una voz así titulada en una enciclopedia de formato electrónico (Velázquez 1998). Algunas de las
cuestiones allí presentadas me han servido de base para esta primera parte del trabajo.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

búsqueda, catalogación y estudio de manuscritos hagiográficos o de Cualquier manual o estudio sobre hagiografía dedica unas
aquellos que de una u otra forma han transmitido las obras conside- líneas a la definición del concepto y a las dificultades que puede
radas como tales, hasta la realización de la edición crítica de las mis- entrañar. Dubois - Lemaitre (1993, 3), recogen en las primeras
mas, a fin de establecer el mejor texto posible de cada una, de fijar líneas de su trabajo la escueta definición dada por Aigrain en 1953
su datación, autoría e historia del texto, así como su valor filológico, (Aigrain 20002, 7), en el que es probablemente el mejor y más com-
lingüístico y literario, y, por último, pero no menos importante, tra- pleto manual universitario de hagiografía, con más de medio siglo
tar de establecer la veracidad histórica del santo, y en la medida de de existencia y aún hoy insustituible, así como la de Delehaye
lo posible, del relato y, sobre todo, cuál fue su difusión, su proyección (192T3), más extensa al introducir en ella unas alusiones a sus
social y cultural, su repercusión en la sociedad de su tiempo y super- características y a la temática que compete a la misma. Ambas defi-
vivencia e influencia en la cultura y literaturas posteriores, así como niciones y autores han marcado la orientación de la concepción de
en las comunidades sociales posteriores. la hagiografía como ciencia o disciplina histórica:

En ambos casos, ya sea como estudio histórico -y más estric- "L'hagiographie c'est d'apres l'étymologie du mot, l'étude
tamente en éste-, ya sea como obra literaria, la hagiografía recu- scientifique des saints, de leur histoire et de leur culte, une
rre al estudio de todas las fuentes escritas, documentales, epigrá- branche done spécialisée, par son objet, des études histori-
ficas, otras obras literarias, ya sean históricas, morales, exegéti- ques. (Aigrain, loe. cit.)."
cas, doctrinales, o de cualquier otro tipo, así como a las arqueo- "L'hagiographie critique est une branche de la science histo-
lógicas, iconográficas o artísticas que puedan resultar pertinen- rique. Ses méthodes ne different point de celles qu'on applique
tes para documentar y establecer la existencia de los protagonis- aux sujets qui relevent de l'histoire. L'étude des documents, la
tas y de sus vidas y de las funciones que cumplieron en la época recherche des sources sont la parte essentielle de sa tache.
en que les tocó vivir. Mais, comme toute branche speciale, elle a ses procédés pro-
Estas consideraciones se resumen en las dos acepciones con pres, indiqués par son objet et par le caractere particulier des
que hoy se utiliza la palabra hagiografía 27 : disciplina científica o documents qui s'y rapportant. La tache de l'hagiographie n'est
literatura. Así lo expone Philippart (1994, 2): pas exactement celle de !'historien profane vis-a-vis d'un heros
qui a rempli le monde de sa renommée et a laissé des traces de
''En fin de compte, le mot hagiographie est utilisé princi-
son 。」エセカゥ←N@ Le saint, c'est-a-dire, le personnage qui est honoré
palement aujourd'hui dans deux sens majeurs: pour désigner
dans l'Eglise d'un culte public, offre ceci de particullier que son
tantot une littérature, tantot une discipline."
histoire commence pour ansi dire, la ou se termine celle des
grands hommes; et que son existence a des prolongements indé-
finis meme en ce has monde, par deles se plaissent a reconnai-
27 Sobre la ambigüedad del término, así como el tipo de obras y documentos útiles para el estu-
tre son intervention. Tout naturellement les monuments litté-
dio de la historia de los santos y la disciplina científica como punto de partida, Philippart 1981.

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't'

La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

raires, les institutions, les oeuvres d 1art ou revit la mémoire du Sin embargo, hay una cuestión fundamental, que debe plan-
1
saint portent l 1empreinte de ces conditions exceptionelles et l e- tearse aquí en relación con las obras hagiográficas, es decir, las
rreur fondamentale consisterait ici a les interpréter sans tenir que consideramos obras características del género literario hagio-
compte de l 1esprit qui les a inspirés." (Delehaye, loe. cit.). gráfico y que constituyen el objeto de este estudio. Dicha cuestión
es que, sea cual sea el concepto al que acudamos a ellas, no puede
Pero si este primer concepto resulta en principio más fácil-
olvidarse que estas obras literarias hagiográficas están redactadas
mente definible y es, además, el mayoritario cultivado por los estu-
con el fin primordial (aunque no tiene por qué ser el único y, de
diosos, parece dejar fuera, en cambio, el estudio filológico de los
hecho, no lo es en la mayoría de las ocasiones 29 ), de perpetuar la
textos que, como ya se ha comentado antes, resulta imprescindi-
memoria de los santos y con un propósito de edificación de los lec-
ble28. En cuanto al segundo concepto, la definición de la hagiogra-
tores, de emulación de las virtudes de los santos y, por supuesto,
fía como un género literario o un tipo concreto de literatura que
de los mártires, que son los primeros en ser los protagonistas de los
puede albergar diferentes géneros literarios, puede resultar más
escritos hagiográficos; otro de los grandes propósitos, aunque
complejo de acotar. De nuevo Philippart (1994, 2) señala que con
surge algo después, es el de difundir el culto de los santos.
el hecho de que haya dos conceptos para una única palabra, la difi-
cultad no ha hecho más que empezar, porque ¿cómo debe definir- Cabe afirmar que toda obra hagiográfica -excepción hecha de
se la literatura hagiográfica? ¿Aquélla cuyo contenido se refiere a aquellas cuya génesis se basa en la pura invención del autor-, se
los mártires y santos? Aunque esta definición básica puede parecer articula en torno a un personaje presumiblemente histórico y tiene
simple y suficiente, lo cierto es que tras ella hay una notable varie- como núcleo básico o mínimo unos hechos protagonizados por éste
dad y complejidad de textos. Vuelvo a reproducir sus palabras: que resultan verosímiles o verificables desde el punto de vista de lo
histórico o, en todo caso, desde la perspectiva de acontecimientos
""A vrai dire, elle découpe dans le corpus littéraire un
plausibles en el devenir humano o en la naturaleza. Sin embargo,
ensemble hétéroclite, dans lequelles genres les plus divers se
ese núcleo se ve incrementado y ampliado de forma necesaria por
cotoient: hymnes et visions, biographies et inscriptions épi-
otros sucesos que entran de lleno en el campo sobrenatural, con la
graphiques, translations et annonces martyrologiques, ser-
aparición de milagros y sucesos prodigiosos presentados como
mons et miracles, inventions et passions, autobiographies et
auténticos y producidos por la intervención de esos personajes -
lettres, contes et épitaphes, prieres et jurons, éloges et chro-
santos-, por los poderes que ellos mismos poseen o que concitan a
niques, exempla et préfaces liturgiques, apophtegmes et
partir de los poderes de otros santos o del mismo Dios.
bénédictions rituelles, poemes et drames religieux, panégyri-
ques et dialogues, litanies et calendriers ... " La obra hagiográfica siempre persigue ofrecer datos precisos
y creíbles, ""sinceros", como refiere la primera gran compilación de

28 Así lo he matizado al comienzo de este apartado y ya he citado la opinión de Philippart (1994,


2-3) en la introducción, formulada en la misma línea. 29 Al menos en las de la Antigüedad Tardía y, eu concreto, en las de la Hispania visigoda.

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

ficas porque su contenido gira en torno a los santos, pero su elabo-


Actas de los mártires realizada en el siglo XVII (incluso aquellas
ración y sus propósitos se distancian en muchas ocasiones de los
obras que se consideran falsas tratan de dar una impresión de
parámetros básicos de los relatos hagiográficos -aunque sin perder
verosimilitud, pretendiendo engañar).
muchos de sus rasgos tópicos- para adentrarse en planteamientos
históricos, con finalidades o intenciones políticas e ideológicas, al
1.2 Hagiografía e historia margen de las religiosas y de edificación o ejemplaridad para la
Pero "'sincero" no es igual que verdadero y, aún menos, que comunidad de fieles, que les confieren características muy singula-
histórico. Esperar de las obras hagiográficas un valor histórico res. Obras como las Vitas sanctorum patrum Emeretensium o la
intrínseco, en sentido estricto de constatación positiva de los Vita Desiderii son características de esta complejidad y, aunque
hechos, es, probablemente, errar el objetivo de análisis. Eso no obras hagiográficas en última instancia, o si se quiere como marco
quiere decir que algunas de ellas no tengan un valor histórico genérico en el que situarse tanto formalmente como desde el punto
importante, que ofrezcan una variedad de datos de carácter histó- de vista de su contenido (vidas de obispos santos en el primer caso
rico útiles y contrastables con otras fuentes, que aporten informa- y en el segundo, además, mártir), no escapan a propósitos y objeti-
ciones que, aunque se desconozcan por otros métodos, puedan ser vos de índole ideológica, histórica y política, que son claramente
creíbles, dada la validez del conjunto de la obra en este sentido. observables a través de su lectura. Esto ocurre en buena medida
con el conjunto de las obras hagiográficas de la Hispania visigoda,
De hecho en algunas Vitae se vierten datos históricos de gran a las que se prestará atención individualizada, o en las de Gregorio
valor que en ocasiones han podido ser contrastados, incluso muchos Magno o en las de Gregorio de Tours de la Galia en algunos casos 30 •
siglos después. Es el caso, por ejemplo, de las Vidas de los padres de
Mérida, obra anónima del siglo VII que, como veremos en la segunda Muy recientemente Santiago Castellanos 31 ha publicado un
parte de este estudio, describe la vida de obispos y otros personajes exhaustivo y erudito estudio sobre la hagiografía de época visigo-
de esa ciudad en el siglo VI, en la que, además de referencias históri-
cas bien conocidas como los intentos de rebelión contra el rey visigo-
do Recaredo, o las vicisitudes de la sede episcopal ocupada por 30 Dado el carácter general de esta primera parte, no voy a entrar en el análisis de obras parti-
Masona, el exilio de éste, ordenado por el rey Leovigildo, etc., se dan culares, pero las figuras de Gregorio Magno y Gregorio de Tonrs son, a mi modo de ver, los ejes fun-
damentales de la hagiografía tardoantigua y altomedieval. El primero de claro influjo en obras his-
otras noticias más particulares o locales que no sólo han podido ser panas Y el segundo por sus colecciones de milagros de tanta repercusión en la Edad Media, así como
contrastadas a partir de otras fuentes documentales, sino que la obra, ーセイ@ su obra sobre Martín de Tours, la cual, junto a la Vita sancti Martini de Sulpicio Severo, con-
tnbuyeron a crear el que fue el icono por excelencia de los santos en Europa en la Edad Media,
en sí misma, aporta una visión compleja a la vez que verosímil y cer- durante bastantes siglos (Linage Conde 2003, Velázquez 2004b). La bibliografía sobre ambos
cana de la sociedad que describe -la Mérida del siglo VI-, incluso de "Gregorios" es abundantísima, pero puedo recordar aquí algunos estudios que me parecen decisi-
vos: Petersen 1984, Boesch Gajano 1980 y 1988, G. Cracco 1977 y 1980 para el primero; Fouracre
la sociedad posterior en la que se redacta la obra, un siglo más tarde. - Geberding 1996 para el セ・ァオョ、ッN@

Sin embargo, con este caso y con otros entramos de lleno en la 31 Santiago Castellanos 2004. Véanse del mismo autor los trabajos de 1996, 1998a, 1998b, 1999,
2003a, 2003b y 2004a citados en la bibliografía
complejidad que· ofrecen muchas obras que se consideran hagiográ-

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L ·r:
Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

da con el subtítulo '"Dominio social y proyección cultural", en el Aunque, como resulta lógico y esperable, se tratarán algunos de
' /
estos aspectos, el propósito de este trabajo es presentar un pano-
que propone una visión histórica de la sociedad y de la epoca a
través de las obras hagiográficas de la Hispania visigoda, cen- rama global de la hagiografía en tanto que un tipo de literatura
trándose especialmente en algunos aspectos como la importancia surgido en la Antigüedad Tardía, de largo aliento y desarrollo
del papel jugado por los hombres santos protagonistas de las secular, y concretado en las obras de carácter y contenido hagio-
obras hagiográficas en la distribución de la propiedad, en ・ウセMᆳ gráfico que se escribieron en época visigoda en Hispania.
cial en relación con las propiedades eclesiásticas, en la relacwn El valor histórico de muchas de las obras hagiográficas 32 es
con los potentiores locales, es decir, las clases ostentadoras del patente, en el sentido general de fuente de información, sobre todo
poder y del patrimonio territorial; en el reparto de bienes a los de aspectos relativos a las estructuras sociales y a la organización
necesitados y menos favorecidos, gracias a la munificencia de de las comunidades cristianas, tanto en las ciudades como en los
estos hombres santos, quienes congregan en torno a su persona a campos, o como fuentes de información sobre la función desarro-
las turbae egentium, convirtiéndose en lo que casi podríamos llada por los hombres de la Iglesia y el control social y político que
denominar como fenómeno de masas, dada la repercusión de su ésta, a través de aquellos, podía ejercer, incluso de las relaciones
prestigio y la devoción y fervor popular que suscitaban. políticas entre la Iglesia y los reyes y poderes laicos; incluso frente
Asimismo, estudia la articulación del regnum visigodo, según a los motivos últimos en estos sentidos que guiaron a los hagiógra-
dejan traslucir estas ·obras hagiográficas, haciéndose eco Y fos, o biógrafos de estos personajes extraordinarios, o su intención
haciendo hincapié en la presentación de las conjuras y exilios en como autores de que su obra sea creída como auténtico documen-
época de Leovigildo y Recaredo -según acabo de indicar a través to histórico y, por supuesto, verídico -el caso de las Vitas de los
de las Vitas de los padres de Mérida-, o las motivaciones Gイ・セャウZ@ padres de Mérida citadas es probablemente uno de los más claros,
de Sisebuto para escribir la Vita Desiderii, una obra, en prmci- donde podría decirse que el autor es un cristiano con vocación de
pio, ajena al mundo visigodo, al tratarse de un obispo de la Galia, historiador-. Pero, frente a este valor, la verdadera finalidad del
mandado ejecutar por las intrigas de Brunequilda y Teodorico Il, autor, definidora de que está escribiendo una obra hagiográfica, y
también reflejadas en la anónima Passio Desiderii. La posición en ocasiones la única, es la de tratar de estimular a los cristianos a
de la aristocracia es analizada, sobre todo, a través de la Vita que vivan imitando a los santos, a que los veneren y rindan culto,
Fructuosi, obra anónima que relata la vida de Fructuoso de a proporcionar modelos de conducta, además de tratar de hacer
Braga, el fundador de monasterios del Noroeste hispano, セョ@ el revivir en la memoria de los fieles los martirios de los primeros
Bierzo, Galicia, así como en la Bética, corresponsal de Brauho de cristianos, de los confessores (aquellos que han proclamado su
Zaragoza, y monje de gran impacto social y él mismo pertene- cristianismo, incluso han sufrido persecución y martirio por ello,
ciente a la aristocracia goda.
Precisamente son las obras que aquí se tratan, pero el enfo-
que que quiero dar a este estudio es sustancialmente distinto. 32 Véase la afirmación hecha al comienzo de este apartado de "Hagiografía e historia".

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L
Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

Las obras hagiográficas pueden revestir cualquier forma


pero no han muerto) y las vidas de ascetismo y abnegación de los
literaria 36 que se adecue a su propósito de glorificar a los santos,
santos, cuando ya no había persecuciones y, por consiguiente, no
、・セN@ las :elaci?nes oficiales de los martirios a la composición
había mártires 3:1 • poetiCa mas e:x.huberante y separada de la realidad. Como seña- /
Hyppolyte Delehaye definía la obra hagiográfica como aquella la Codoñer (1983, 440), ""la hagiografía muestra una faz cam-
4
que tiene carácter religioso y se propone un objetivo edificanté • Es biante, tan pronto próxima a la historia como al panegírico, al
toda obra escrita inspirada en el culto a los santos y destinada a pro- cuento o a la leyenda".
mover éste. Añade, además, que la obra puede ser histórica, pero no
En efecto, en el género literario de la hagiografía, que popu-
necesariamente, de ahí que haya que distinguir entre el género his-
ャ。イセ・ョエ@ y de forma simple se define como ""Vidas de santos", tiene
toriográfico y la hagiografía 35 • De hecho, al referirse en concreto a
cabida una enorme variedad de obras, formalmente diversas, tex-
las Pasiones romanas, afirma contundentemente (Delehaye 1966,
tos エセッ@ en prosa como en verso, con tipologías distintas, según la
14): ""Les Passions romaines ne sont pas des documents historiques,
funcwn 」セョイ・エ。L@ para fines litúrgicos o lecturas piadosas, como
mais appartiennent a la littérature". actas, paswnes, vidas, legendarios, himnos, milagros; desde obras
Por ello, sin desdecirme de la afirmación hecha en los 」セョ@ オセ@ fondo histórico más o menos cercano a lo que pudo ser la
párrafos anteriores sobre el valor y la utilidad como fuentes de h1stona real de un martirio, por ejemplo, y más o menos dramati-
información de la historia social y política, incluso económica, zado, a leyendas de tintes novelescos y fantásticos 37 •
en especial en obras de ciertas épocas, como las de la Antigüe-
Dentro de la literatura hagiográfica hispana, las cotas lite-
dad Tardía que recaba aquí un mayor tipo de atención, este
rarias más altas las alcanza, sin duda, el Himno a los mártires 0
estudio aborda de forma preferente los aspectos literarios de la
Peristephanon de Prudencio, compuesto a finales del siglo IV y
hagiografía. editado junto con toda la obra del autor a comienzos del siglo V.
Aunque no 。「ッイセZ←@ su tratamiento en la segunda parte, por
escaparse cronolog1camente a las manifestaciones literarias de
:3:3 Entendidos en el sentido tradicional de aquellos que murieron por dar testimonio de su fe, época ;isigoda, sí debe destacarse aquí por ser un ejemplo de pri-
especialmente en la época de las persecuciones durante el Imperio romano, pero también en otras セ・イ。@ ィセ・。@ de una obra hagiográfica con un formato literario poé-
épocas, como pudieron ser siglos después, Desiderio de Vienne en la Galia merovingia o los mártires
de Hispania en época árabe. Más adelante hablaremos de los "otros mártires", los santos que no han tico y diferente al más corriente de Vitae y Passiones, pero que
padecido tortura y muerte, pero cuyas vidas abnegadas, de sacrificio y ejemplares, los hacen com-
parables a los 1nártires antiguos.

34 Véase más arriba la definición dada por el autor.


35 Véase Lcclerq 1963, quien señala el carácter intemporal y suprahistórico de los relatos hagio-
36 Sobre esta cuestión remito a las palabras de Philippart (1994 2) ante 1 1 '
ᄋセ@
·
gráficos, en los que se insertan algunos hechos históricos; así como el comentario de Codoñer 1983,
sito de la acepción de hagiografía conlo literatura. s n encionac as, a propo-
439-440. Cita esta autora también otros importantes trabajos sobre la relación entre hagiografía e
historia y biografía, .lollcs 1972, Momigliano 1970 y Gaiffier 1970, además de las consideraciones de 37 Véase también Boyer 1981, Rapp 1992.
Delehaye 19S5'.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

comparte el destino litúrgico, al menos en su uso posterior, y las latinamente desde los primeros textos de los que se tiene noticia
mismas motivaciones que las que guían a los escritores de esas hasta bien entrada la época moderna 38 • Trasvasa así el vehículo
obras características de la hagiografía. Una obra poética, del de comunicación originario: las lenguas griega y latina, para
mejor poeta cristiano sin duda alguna. Junto a otras obras poéti- adentrarse en las lenguas modernas. Del mismo modo, se trans-
cas de carácter exegético, alegórico, sobre la lucha contra el mal, forma y desarrolla, en cuanto a sus fines, tipos y contenidos, en
la herejía, sobre la fe, etc., en este himno o conjunto de himnos, el devenir histórico y cultural desde los primeros siglos, donde
que podría asimilarse por su contenido a un Pasionario, aunque la intolerancia religiosa perseguía a los cristianos, a las épocas
se trate evidentemente de una obra y género muy diferentes, en que ya no existían los mártires o los confesores, y surgen los
Prudencia revitaliza la memoria de los mártires para tocar el ascetas, eremitas, o personas que hacen de sus vidas un sacrifi-
alma de los fieles y su propia alma y volverla a la fe, para buscar, cio cotidiano y abnegado, ッセ@ andando el tiempo, a las vidas de
en definitiva, la salvación, es decir, siempre la intención edifi- santos que realizan milagros, en vida o después de muertos o
aquellos cuya santidad está basada en el cuidado de enfermos ' y'
cante y moralizadora, apologética, a la vez que didáctica; con un
lirismo muy particular y unos cánones estéticos que podrían cali- pobres, o que, a pesar de sus orígenes ilustres, viven en extre-
ficarse de barrocos, busca el detallismo de la descripción, se ma pobreza, o, los que, dada su santidad, gozan de experiencias
detiene en los atroces tormentos, casi como un viaje al mundo del místicas. Según las circunstancias históricas y culturales, según
horror -aspecto característicó de muchas de las obras hagiográfi- las preocupaciones y objetivos de la Iglesia en torno a la ""edifi-
cas, que se recrean en la descripción de las torturas- y busca, a cación" de sus fieles, al intento de fomentar actuaciones y for-
través de esto y de la precisión descriptiva de detalles externos mas de entender la vida, según el desarrollo y evolución de la
como los edificios, los lugares, etc., hacer creíbles sus narracio- mentalidad popular, así la hagiografía se mueve y evoluciona,
nes, dando por sentado que esos mártires siguen hablando tran- no de forma lineal ni idéntica en cada lugar o época, sino de
quilamente en medio del tormento o sonriendo, por intervención forma compleja hasta componer el variadísimo mosaico de
divina, por las fuerzas que Dios les confiere. Himnos a Eulalia de obras que constituyen este interesante y hasta sorprendente
Mérida (decapitada con doce años), Lorenzo (el asado en la género literario.
parrilla), Engracia, los 18 mártires de Zaragoza, Casiano (el
maestro asaeteado por sus alumnos con los estiletes de escribir)'
Pedro y Pablo (los apóstoles), Cipriano de Cartago (sobre el que
ya se habían escrito en África una Pasión y una Vida poco des-
pués de su martirio), etc., son los protagonistas de esta pieza
genuinamente hagiográfica y genuinamente literaria.
Por otra parte, la hagiografía es un género literario surgi-
do en el seno del cristianismo pero que se va desarrollando pau- 38 Momigliano 1963, 88. Véase la nota anterior y Van Uytfanghe 1980 y 1993.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

2. El nacimiento de un tipo de literatura cristiana dental; se era ciudadano del cielo, con Cristo, y no ciudadano del
2 .l. La circunstancia histórica mundo terreno, de Roma, para ser más precisos. Por este motivo-
y por muchos otros- los comienzos de esta nueva religión fueron
Con la aparición del cristianismo el mundo antiguo greco-
difíciles y, en ocasiones, durísimos. De unas primeras actitudes
latino se transformó desde sus bases, primero paulatinamente y
indiferentes o de menosprecio se pasó a otras abiertamente hosti-
después de forma decisiva y absoluta. No era sólo una nueva
les y de persecución.
religión, era una nueva forma de entender el mundo, una men-
talidad que chocaba con las categorías existentes, especialmente Los cristianos insertos en un mundo dominado por la Roma
en relación con la asociación de la concepción divina del poder, imperial vivían y convivían con los paganos en muchas de las épo-
con la estrecha relación establecida entre el poder imperial y la cas, las jóvenes comunidades crecían y establecían poco a poco sus
religión pagana como seña de identidad del mundo romano. jerarquías y sus representantes. Uno de sus objetivos prioritarios,
Además esta religión se expandía con notable éxito, dentro de seguramente el principal, era la evangelización, el proselitismo, la
una sociedad que ya había dado cabida a otras religiones de ten- expansión, en definitiva, de sus creencias, del mensaje de los
dencias monoteístas y, sobre todo, mistéricas, que preconizaban Evangelios, de la figura de Cristo. Sin embargo, el nacimiento de
mundos sobrenaturales y alternativos a una religión oficial, poli- una cultura escrita cristiana, habida cuenta de su origen, según se
teísta e instrumentalizada por el poder. El desencanto de las ha señalado, no es inmediato. Comienza en griego con la difusión
masas populares favorecía el caldo de cultivo para la rápida en esta lengua de la Biblia a finales del siglo I d.C. y sólo hacia el
difusión de nuevas creencias. Sin embargo, dentro de todas 150 comienza a traducirse la Biblia ,al latín y ya hacia el200 surge
ellas, el cristianismo emergía con fuerza inusitada y pronto fue la literatura latina cristiana, en el Mrica proconsular, pues hasta
interpretado como una amenaza al Estado y sus seguidores como su difusión en el corazón del Imperio, en Roma, aún han de pasar
gente sectaria y peligrosa. algunos años.

Hay que tener en cuenta que la religión cristiana era origina- Pero no basta con la difusión de los textos canónicos, surge
ria de un mundo culturalmente distinto al de Grecia y Roma, aun- una literatura personal, de autores, que dan forma a las exigencias
que estuviese en territorios dominados por ésta. En cierto modo es de difusión, a veces de supervivencia, de la nueva fe. Para esto
difícil comprender el inmenso alcance de esta religión y su rápida necesitaban de una teoría doctrinal y de una defensa de su ""verdad
forma de prosperar en un mundo tan distinto al que la produjo. revelada" que se comparara, y venciera en la comparación, con el
Sin embargo, sus fundamentos traspasaron todo tipo de fronteras mundo pagano.
y la intención universalizadora de su mensaje hizo que se asimila- Por este motivo los primeros autores cristianos, normal-
se por personas de otras culturas. No se trataba de sustituir la mente hombres de una sólida formación intelectual y cultural en
identidad de griegos o romanos por hebreos, sino de que ser cris- el mundo clásico, crearon obras de contenido dogmático y doc-
tianos era una nueva forma de patria, dentro de la cultura occi- trinal que contraponer en el plano conceptual a la filosofía y la

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

religión paganas y, por otro lado, para combatir también las dis- terminará por modelar el mundo occidental en la Antigüedad
tintas derivaciones o alejamientos de la doctrina considerada Tardía, pero que seguirá siendo ese mismo mundo, por muy
ortodoxa, que empezaron a surgir tempranamente en el seno de transformado que esté.
la Iglesia y que será también una de las características comunes En el largo proceso que va desde el surgimiento del cristia-
de la evolución del cristianismo, ya que la interpretación de las nismo hasta su definitiva implantación, paralelamente a las obras
'"verdades reveladas" se prestaba a puntos de vista muy diferen- de los primeros padres de la Iglesia, de carácter dogmático y doc-
tes, en muchas ocasiones imbuidos de influencias externas proce- trinal, surgen otras, cuyo fin fundamental es relatar los hechos
dentes del campo de la filosofía pagana, o de circunstancias de de los cristianos ejemplares, aquellos que en las épocas más
orden político e histórico diversas. Además surgen nuevos géne- duras, en las de las grandes persecuciones, han vencido al paga-
ros literarios o nuevas formas de desarrollo de los antiguos, ade- nismo muriendo martirizados, esos cristianos mártires que cons-
cuados a estos nuevos propósitos: la exégesis, las obras apologé- tituyen el modelo de imitación de todos los demás cristianos.
ticas, dogmáticas, las homilías, los sermones, etc. Obras que, con Estas obras surgen con el propósito de no olvidar jamás la memo-
el curso del tiempo y el avance definitivo del cristianismo, se ria de aquéllos, de honrarla y venerarla y de servir como ejemplo
impondrán de forma absoluta sobre las obras paganas. La exis- de vida a los demás, de servir de testimonio verídico de unos
tencia de autores paganos, o de obras no confesionales, disminui- hechos históricos.
rá en el Bajo Imperio hasta hacerse cuantitativamente casi inexis-
tente en los siglos siguientes.
2.2. Algunos precedentes literarios e ideológicos
Pero, a pesar de esta mutación, la literatura cristiana pro-
duce obras insertas en la tradición clásica, con la calidad y el Aunque con el cristianismo se desarrollan nuevos géneros
prestigio de la cultura en la que sus propios autores se habían literarios o nuevos tipos de obras dentro de los ya existentes, mar-
educado, de ahí su honda preocupación por usar una lengua cados por la nueva religión y sus propósitos, antes esbozados, sin
culta y correcta, por manejar los textos de los autores clásicos. embargo esta literatura no nace ex novo, no se forma sin prece-
Por otra parte, no debe olvidarse que el cristianismo, si bien es dentes o sin tener raíces en la literatura pagana. Cualquier mani-
uno de los factores de transformación del mundo antiguo, aun- festación literaria cristiana surge en el seno de una literatura de
que no el único, es mucho más que una religión con raíces en el tradición tanto griega como latina perfectamente consolidada, y
mundo judío: llegó a ser un fenómeno cultural, entendido en aunque evoluciona y desarrolla formas propias en muchos casos,
sentido lato, que, desde su primera difusión, se asimiló al éstas tienen como punto de partida la literatura preexistente. No
mundo greco-latino y se convirtió en parte del mismo, se des- hay que olvidar que en un proceso de asimilación y de simbiosis
arrolló como una forma de cultura, pero dentro de la propia entre paganismo y cristianismo, la influencia literaria del primero
civilización que lo acogió, formando una simbiosis con el mundo sobre el segundo es continua y será siempre el referente último,
pagano, en un doble proceso de asimilación y resistencia, que aunque sea de forma selectiva.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

En el caso de la literatura hagiográfica es evidente, pero no relaciones de martirios y pasiones las cuenta Eusebio de Cesarea
puede decirse que provenga de un único género, ni que el influjo de en su obra Historia Eclesiástica, escrita en la primera parte del
varios no se dé simultáneamente. La variedad de las obras hagio- siglo IV y probablemente una de las obras que más influyeron en
gráficas es tal que son diversos los factores que intervienen en la cre- la literatura posterior, y que da inicio, a su vez, al género historio-
ación de este nuevo género. En realidad estamos ante varios géneros gráfico de corte cristiano. Tempranamente traducida al latín es
literarios, incluso ante la mezcla de diversos géneros, cuya conexión continuada en Occidente por Jerónimo y otros padres de la Iglesia.
interna la constituyen los protagonistas de los relatos -mártires o
santos- y una finalidad ejemplificadora y edificante, en mayor o
2.3. Hagiografía y biografía
menor medida formulada explícitamente, que establece una relación
directa entre el emisor del texto -hagiógrafo-, con el objeto -texto La hagiografía se relaciona también estrechamente con la
escrito y su protagonista- y el receptor del mismo -el lector o la biografía y participa de caracteres comunes a ésta. En las obras
audiencia que escucha el relato-. Porque parece evidente que la hagiográficas no puede hablarse de biografías en sentido estricto,
generalidad de las obras hagiográficas -sea cual sea su formato- y a por lo menos durante las primeras etapas, donde lo que se relata
lo largo de muchas épocas, han estado destinadas a una lectura es el martirio mismo, el proceso judicial en el que se condena al
pública, ante audiencias más o menos numerosas:lY. cristiano, estructurado de forma dialógica y con intervención de
testigos. Pero, a medida que los autores van incorporando elemen-
Sin pretensiones de exhaustividad, pueden establecerse algu--
tos de la vida personal, anteriores a la pasión y el martirio y la lite-
nos precedentes literarios que, junto con algunos contextos ideoló-
ratura hagiográfica camina hacia un subjetivismo cada vez mayor,
gicos, favorecen la aparición de este género, en sus primeras fases
la biografía clásica ejerce un influjo creciente en la redacción de
al menos, y que, paralelamente, están en la base también de otras
las denominadas Vitae, en las que ya desde la Antigüedad Tardía
formas de literatura cristiana.
se habla del origen, linaje, y, sobre todo, de épocas concretas y
La hagiografía, en términos generales, se desarrolla dentro hechos de la vida centrados especialmente en las actuaciones de los
del marco del género historiográfico durante época imperial: su personajes realizadas por intervención divina y en momentos o
primera intención es, indudablemente, relatar hechos tenidos épocas concretos de su existencia, o tras su muerte. La obra hagio-
como veraces, ocurridos en un momento preciso de persecución de gráfica -sobre todo la desarrollada a partir del siglo V en las Vitae
los cristianos, relativos al apresamiento, juicio, pasión y muerte de participa, pues, de muchos de los elementos de la biografía y la his-
los mártires, que son considerados como hechos históricos y de los toria, tiene como referente la vida o las hazañas de los nuevos
que se quiere dejar constancia. De hecho, algunas de las primeras héroes y su conversión en relato literario, al igual que la biografía.
Hay que tener en cuenta que, tanto en el mundo griego -espe-
cialmente a partir de la época helenística- como en el mundo roma-
39 Volveré 1nás adelante sobre esta cuestión.
no, desde el siglo I sobre todo, el género biográfico adquiere un

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

desarrollo extraordinario. Sin pretender sustituir la historia tra- de Agrícola. Pero son, sobre todo, Varrón, con el De imaginibus,
dicional o pragmática, sin embargo prolifera la narración de las y Suetonio, con su parcialmente conservada De uiris illustribus,
vidas de personajes. En el ámbito helenístico hay dos modelos fun- los que que marcan el triunfo de este tipo de género. A ésta hay que
damentales en el tratamiento de las obras biográficas. El primero sumar naturalmente su más conocida obra, la Vida de los doce
de origen aristotélico-peripatético, ligado, por tanto, a la filosofía, Césares, más próxima al primer modelo, el cultivado por Plutarco,
mediante el cual se abordaban los personajes en su plenitud, no y de características particulares al ser sus protagonistas los empe-
tanto en su evolución, como ejemplo de un cierto modus uiuendi radores romanos, de vidas y obras singulares, frente al resto de los
reflejado en sus hazañas. El segundo, cultivado especialmente por personajes objeto de biografías (Anesi 1990).
los gramáticos alejandrinos desde el siglo III a.C., ofrece la vida Pero la llamada ""biografía gramatical", cultivada por
pública y privada de los personajes, sin precisar la cronología de Varrón y Suetonio en el De uiris illustribus, según acabo de anotar,
los sucesos o sin preocuparse por establecerlos discretamente, sino será continuada en la literatura latina en el siglo IV por Jerónimo,
interesándose por describir sus actividades, sus propósitos, sus y después en los siglos posteriores por autores cristianos como
escritos, ya que en él se aplican criterios de relación de personajes, Genadio de Marsella, Isidoro de Sevilla o Ildefonso de Toledo. En
temáticos, actividades realizadas por los mismos, en especial escri- este tipo de obras la característica es la relación de autores agru-
tores, gramáticos, filósofos, etc.; suelen ser, por tanto, obras de pados por sus ""oficios" literarios, fundamentalmente, en la que se
carácter erudito sobre este tipo de personajes, es la llamada "bio- da cuenta de sus obras, al lado de aspectos biográficos y anecdóti-
grafía gramatical" de los citados escritores alejandrinos. cos. La literatura cristiana, desde Jerónimo, quizá influida por la
La obra del griego Plutarco, característica del primer mode- Historia Eclesiástica de Eusebio de Cesarea, prescinde sustancial-
lo, marca un hito en la elaboración de biografías. Sus Vidas mente de esos datos personales de los autores para concentrarse en
Paralelas presentan unos relatos biográficos con una sucesión cro- dar una relación lo más amplia posible de autores cristianos y
nológica de hechos en los que la semblanza moral del personaje obras, con los que la historia del cristianismo se engrandece. Las
queda puesta de manifiesto al lado del tono encomiástico, en el que obras cristianas de este tipo no pueden considerarse hagiográficas,
los elogios tienen parangón con los poemas laudatorios y elogios ya que no se centran en ""santos", pero sí guardan estrecha rela-
fúnebres, ya cultivados tempranamente en Grecia, desde Isócrates ción con ellas en el origen del género literario del que parten y,
en el siglo IV a.C. Este tipo de biografías, así como el tono morali- sobre todo, en el propósito edificante de las mismas y en su finali-
zador o edificante que persigue la obra de Plutarco, puede verse dad apologética. Objetivos comunes a la totalidad de la literatura
como un precedente de las Vidas de santos, sobre todo las de la cristiana desde su origen. Por eso Jerónimo, y los demás cultiva-
Antigüedad Tardía. dores del género, tratarán de ofrecer una abultada nómina de
escritores eclesiásticos, los nuevos ""varones ilustres", los nuevos
El género biográfico se cultivó también en Roma, así el pro-
intelectuales, frente a los escritores y filósofos paganos considera-
pio Tácito, además de sus Historias o la Germanía, escribe la vida
dos como modelos de cultura y clase intelectual en obras como la

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

de Suetonio. Hay que señalar que algunos de esos "'varones ilus- tratamiento de los personajes, en su presentación y en la elección
tres" serán luego objeto de biografías hagiográficas medievales. de parámetros de comportamiento, a veces poco individualizados,
pero definidores de la ejemplaridad y con una intencionalidad
A pesar de la estrecha relación entre hagiografía y biogra-
moralizante, edificante y de recuperación de la memoria de los
fía no debe abusarse de las relaciones entre ambas ni esforzarse
' protagonistas entre los fieles y comunidades a quienes van dirigi-
por encontrar sistemáticamente las fuentes clásicas en que se
das las obras, en suma el público lector o el auditorio 42 •
basa la hagiografía'10 , ya que las Vidas cristianas realizan su pro-
pia andadura y adquieren características originales, desvincula-
das de sus posibles modelos. Formalmente algunas pueden man- 2.4. Relación con otros géneros literarios
tener una estructura muy similar a las biografías clásicas, pero
Con independencia de que la hagiografía en sus orígenes
en general tienden a presentar al personaje como un cristiano
pueda enmarcarse como género literario entre la historia y la bio-
ejemplar y excepcional, girando toda la información de los
grafía, guarda relación también con otros géneros. Uno de los
hechos de su vida en torno a este elemento definidor y caracteri-
más significativos es el encomium o el panegírico, según han
zador del mismo. En muchas se prescinde de datos del origen, la
demostrado algunos autores, como Delehaye (1966 3 , 133-169) o
familia o actividades antes del bautismo o la conversión, salvo
Jolles (1972). El panegírico, sobre todo en la literatura griega, se
aquellas en que el personaje. es cristiano de nacimiento y, enton-
utiliza como elogio de los mártires para contribuir a establecer y
ces, su comportamiento infantil ya preludia y anuncia su activi-
difundir su culto. Los elogios en la literatura cristiana debieron
dad y comportamiento futuros.
surgir en primera instancia en las conmemoraciones de los dies
Por otra parte, los hagiógrafos pretenden en primer lugar natales, de forma oral y espontánea, sin que de ellos haya que-
realizar una obra edificante y de contenido espiritual, más que dado pervivencia en la literatura, pero poco a poco se fueron ver-
exclusivamente literaria, aunque considero que la motivación lite- tiendo en textos. En Occidente el elogio se incluye dentro de las
raria o la conciencia de estar realizando una obra compuesta con propias Passiones y Vitae. La influencia del panegírico antiguo y
arreglo a unos cánones estéticos y retóricos convencionales no les de los modelos griegos es patente en la nueva literatura hagiográ-
es ajena41 • Pero lo que aparta verdaderamente a la hagiografía de fica (Delehaye 19663 , 171) y en su exposición juega un importan-
la biografía es el contenido, donde se muestran innovadores en el te papel la elocuencia del discurso. El mártir se presenta como un
héroe, de una especie superior al común de los mortales. Es el
campeón de la lucha contra el mal, contra el paganismo; no es

40 Anessi 1990. Sobre esta cuestión véase la importante introducción de Christine Mohrmann a la
edición de la Vita Antonii realizada por G.J.M. Bartelink (1974).

41 Disiento en este sentido de la opinión más restrictiva de Anessi (1990) en cuanto a la intencio-
nalidad de los hagiógrafos, en el sentido de que no han pretendido hacer tanto una obra literaria
como construir un documento de espiritualidad. 42 Véase más adelante en el capítulo 4.3, la cuestión de la relación entre el autor y su audiencia.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

débil, es inteligente y eso se demuestra a través de las propias establecen los parámetros mínimos formales en los que se funda-
palabras pronunciadas durante su pasión. menta el género literario hagiográfico. Pero estos rasgos no son
siempre nuevos, algunos de ellos hunden sus raíces en la literatura
Progresivamente en la Edad Media se relaciona con otros
pagana, y adoptan formas similares, como ocurre con la concep-
géneros, ya sea cultivados en lengua latina, ya sea en lenguas ver-
ción global de las obras mismas, nacidas en el seno del género bio-
náculas. Esta relación se mantiene secularmente, así se emparenta
gráfico, según se ha indicado. Pero no se trata sólo de posibles
con la épica o el exemplum didático-moralizante, especialmente en
paralelos formales, sino -lo que para este caso puede ser más im-
la hagiografía medieval, escrita en lenguas vernáculas, como se
portante- de similitudes en cuanto a ciertas actitudes y mentalida-
verá más adelante.
des de la sociedad bajoimperial y a la aproximación a actitudes de
Pero quizá uno de los paralelos más claros, en relación con famosos personajes de la vida intelectual y política que a lo largo
las primitivas obras hagiográficas, sean los que pueden establecer- de los siglos de civilización greco-latina habían marcado un con-
se entre éstas y ciertas obras de tono judicial, o mejor aún, con la trapunto al orden establecido, al poder gobernante en cada mo-
narración, dramatizada y dialógica, de procesos judiciales habidos mento, empezando por un Sócrates y siguiendo, si se quiere, por
en el mundo greco-latino. Las primeras obras hagiográficas son las un Catón de Utica, hasta un Séneca. Las Actas de los mártires,
denominadas Acta Martyrum, así como las primeras Passiones y como tantas veces la literatura hagiográfica, por no decir la litera-
Vitae. Se producen tanto en lengua griega como latina, aunque son tura en general, se mueve entre coordenadas literarias y políticas,
pocas las conservadas. Su forma es fundamentalmente dialógica, a veces realmente tangibles, según las circunstancias históricas en
parecen reproducir los procesos judiciales en los que los mártires que nacen las obras.
fueron condenados a muerte, su tortura y ejecución posterior. Se
Formalmente las Actas adoptan una forma "'procesual" que
reproducen los diálogos de jueces que cumplen con las órdenes de
ya había sido ensayada en otras Actas, esta vez paganas, las lla-
persecución emanadas de los emperadores o de estos mismos, con
madas Acta Alexandrinorum, Actas de los alejandrinos, o más
los cristianos apresados, generalmente en presencia del público.
comúnmente conocidas como Actas de los mártires paganos. En
Estas Actas serían, pues, las recogidas por los notarios que darían
ellas se relata el proceso instruido contra algunos alejandrinos,
fe de los juicios y que se conservarían en los archivos públicos. Una
Isidoro, Pablo, Antonino, Apiano y otros, acusados de sedición
de las razones aducidas para la escasísima pervivencia de las mis-
contra el Imperio, en época del emperador Claudio (41-54 d.C.).
mas es que habrían sido destruidas por los paganos, para evitar su
Los acusados no escatiman insultos al emperador y al Senado, así
difusión, en especial con la última de las grandes persecuciones
uno de ellos, Apiano, a las preguntas de un tal Cómodo, califica a
ordenada por Diocleciano entre el 302 y 304.
Claudio de cabecilla de una panda de bandidos (el Senado de
En estas obras hay una serie de rasgos comunes que van per- Roma), califica su gobierno de tiranía, negándole toda sabiduría,
filando las características de los personajes que intervienen, el tipo proximidad al bien, considerándolo una especie de analfabeto
de lenguaje que utilizan, las actitudes ante la situación, etc., y que moral, incapaz de distinguir el bien del mal. No sólo son los insul-

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

tos o, en cualquier caso, menosprecio declarados hacia sus capto- Alejandría nos dan noticias de obras del mundo helenístico tan
res y seguros verdugos, sino su ironía y sarcasmo al decirlo, su sugerentes como ""Muerte de los hombres ilustres" o ""Sobre el va-
falta de temor al saber que su muerte es inminente y su poca preo- lor de los filósofos", calificadas por el primero como obras a medio
cupación por ella. Pablo, otro de los habitantes de Alejandría acu- camino entre el discurso y la historia. En época imperial romana
sados, se dirige a Claudio para decirle todo lo que quiere a la cara eran famosas y gozaban de prestigio figuras como Sócrates, y su
y le advierte: ""Escúchame, César, como se escucha a un hombre al conocida defensa ante el tribunal, cuando fue condenado a morir,
que sólo le queda un día de vida". Esa libertad de lenguaje, esa inmortalizada por Platón, o la de Catón de Utica, referida por
franqueza al hablar, la parrhesia, será el tono y la forma utilizada Plutarco o Dión Casio, o las invectivas de Helvidio Prisco, Rubelio
por estos ""mártires políticos" y será el que de forma invariable Plauto o Séneca contra los tiranos, recogidas por diversas obras
adopten los mártires cristianos. De hecho, como se ha señalado ya biográficas helenísticas hasta Diógenes Laercio.
por varios autores, el término parrhesia, propio del lenguaje cíni- En resumen, las Actas de los mártires no sólo se relacionan
co, será muy usado y característico de la hagiografía cristiana. formalmente con las llamadas Actas de los alejandrinos o mártires
Se admite comúnmente que estas Actas de los alejandrinos, paganos, sino ideológicamente43 • Los mártires cristianos se presen-
redactadas como ""escenas procesuales", conservadas fragmenta- tan, como sucedía en el mundo pagano, como protagonistas de una
riamente en papiros, proceden de los documentos legales de los actividad sediciosa a los ojos de los gobernantes, actividad que
procesos, pero en su forma fundamentalmente, ya que resulta podía ser verdadera o presupuesta, muestran un rechazo al poder
difícil creer que los notarios imperiales dejasen registrados, como establecido, al que contraponen, no la violencia, sino una forma de
si fuesen ""diarios de sesiones" no ya los insultos de los acusados al vida distinta: los paganos, una filosofía política; los cristianos, una
emperador, sino los diálogos completos que, tal como se conser- alternativa de vida de caridad y sacrificio; acusados de traidores a
van, ponen en evidencia a los romanos y la escasa inteligencia del la patria o al emperador, aunque ellos simplemente no consideran
válida la autoridad de éste -tal vez sólo sea a nivel teórico- como los
emperador.
paganos, o reconocen que su patria es el cielo, como los cristianos.
Esto es todavía mucho más evidente en las Actas de los már-
Cuando son apresados, unos y otros muestran menosprecio por sus
tires cristianos y en la literatura hagiográfica posterior y constitu- captores y hasta ironía en los interrogatorios.
ye uno de los tópicos más claros: la torpeza mental, la mentecate-
ría, podría decirse, junto a la maldad, perversión y crueldad de los Al margen de la literatura greco-latina, la base o el punto de
partida directo para la redacción de cualquier obra hagiográfica es,
paganos.
sin duda, la Biblia misma, tanto desde el punto de vista ideológico-
Quedan testimonios, por otra parte, de obras ahora perdidas
que recogían procesos similares, que aunque se alejaran de las
""actas oficiales" debían mantener este tono de reivindicación del
43 Sobre las posibles características de la formación del género literario y la similitud de las pri-
valor de los acusados y condenados. Plinio el Joven o Clemente de mitivas actas con las actas de los paganos, Delehaye 1966, 126 y ss.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

Cristo es no sólo el fundamento de la religión, es Dios, sino el punto gonistas de las Vitae tardoantiguas y medievales son cargos ecle-
de referencia de la emulación que persiguen los mártires y los santos-, siásticos que figuran como asistentes a concilios. En general, cual-
como formal: la forma procesual, de interrogatorios, el paradigma del quier obra de la literatura cristiana que mencione a personajes que
bien frente al mal, del justo frente al tirano se da tanto en el Antiguo luego han sido objeto de culto y cuyas vidas u obras han sido rela-
como en el Nuevo Testamento. Al lado de la Biblia, la literatura apó- tadas en la hagiografía. En este sentido son fundamentales las
crifa neotestamentaria sigue los mismos modelos y, en buena parte, obras de carácter histórico o biográfico como las mencionadas de
también puede considerarse ella misma literatura hagiográfica. Eusebio de Cesare a o Jerónimo.

3.2. Libros litúrgicos, en especial calendarios y martiro-


logios
3. Fuentes antiguas para el estudio hagiográfico
El martirio sufrido por los cristianos en las épocas de per-
Siguiendo con las dos acepciones expuestas al comienzo sobre
secuciones, surtió un efecto rápido en las comunidades de fieles.
el concepto de hagiografía, para el primer planteamiento, es decir,
La admiración y veneración que suscitaban se tradujo en la ren-
el estudio de los santos, su culto, el análisis de sus posibles aporta-
dición de culto hacia su memoria. Se comenzó por conmemorar el
ciones de valor histórico, hay que partir de las obras que pueden
aniversario de su dies natalis (cf. Agustín, Serm. 314, In natali
ser consideradas como hagiográficas, sea cual sea la forma que
Stephani martyris PL 38.1425) es decir, el día de su martirio y,
adopten, así como de cuantas fuentes históricas, documentales o
por tanto, el día de su liberación del mundo y nacimiento a la ver-
arqueológicas que puedan suministrar información. Restringiendo
dadera vida. De esta forma se mantenía vivo su recuerdo, se cele-
estas fuentes a la producción escrita más o menos directamente
braba su heroicidad ante la muerte, haciendo memoria de ella; es
relacionada con los mártires y santos, pueden establecerse las
decir, en los sentidos ""augustinianos" del término, tanto en el
siguientes clases, cuyo valor es cualitativamente importante para
mental, recordándolos mediante la celebración, como en el mate-
estos fines, además de las obras genuinamente hagiográficas que se
rial, construyendo capillas conmemorativas o simples martyria
analizarán en el siguiente capítulo.
en las tumbas.
Se conocen celebraciones del dies natalis desde mediados del
3.1. Textos patrísticos y conciliares, crónicas históricas siglo II d.C. Eusebio de Cesarea en su Historia Eclesiástica (4.15)
En principio tanto las obras de los padres de la Iglesia, de ofrece el testimonio más antiguo de esta conmemoración. El obispo
tipo dogmático, exegético o pastoral, pueden ofrecer datos históri- y autor conocía la carta que la Iglesia de Esmirna había enviado a
cos relativos a santos o a sus cultos, incluso datos sobre lugares de otras Iglesias sobre el martirio de Policarpo y otros cristianos más
veneración, etc. Las actas conciliares son igualmente útiles para de esa comunidad (Martyrium Policarpi 18.2), y parafraseándola,
este cometido. Hay que tener en cuenta que algunos de los prota- la incorpora en su Historia (Hist. Eccl. 4.15.43-45):

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

'"Viendo, pues, el centurión la porfía de los judíos, puso el fieles, ya fuesen vivos o difuntos, para recordarlos en las cere-
cuerpo en medio, como era costumbre, y lo quemó. Y así nos- monias litúrgicas. Algunos de estos dípticos contenían listas de
otros, luego, retiramos sus huesos, más estimables que las obispos, que habían ocupado la sede episcopal de ciertos lugares.
piedras preciosas y mejor acrisolados que el oro, y los guar- Algunas de ellas sirvieron de base para establecer la canonización
damos en lugar conveniente. Allí reunidos en cuanto nos sea de personajes 45 •
posible, jubilosos y alegres, el Señor nos concederá celebrar
el día natalicio de su martirio, para memoria de los que ya
han luchado y para ejercicio y preparación de los que habrán 3.2.1. Calendarios
de luchar. Tal fue el final del bienaventurado Policarpo. Los calendarios litúrgicos son catálogos donde figuran cada
Aunque hacía el número doce de los martirizados en Esmir- uno con los nombres de los santos y festividades de culto que se han
na, junto con los de Filadelfia, él es el único de quien todos de conmemorar en una iglesia, distribuidos por días, meses, esta-
más se acuerdan, hasta el punto de que incluso los paganos ciones, etc. 46 • Hay que tener en cuenta que estos calendarios, a
están hablando de él en todas partes" (Trad. de Velasco- medida que se copiaban de unos manuscritos a otros, podían ir
Delgado 1997). incrementando nombres a las fechas, muchas veces en función de
Los dies natales conmemoran, pues, los martiriOs y sirven variantes locales, o de zonas donde se diera un determinado culto.
para guardar en la memoria colectiva el recuerdo de los mártires, Normalmente un calendario sólo contiene la fecha, nombre del
una memoria que, de otro modo, podría perderse como, en cierta mártir o santo y lugar.
medida, ya sucede con el resto de los mártires de Esmirna, según Los calendarios cristianos aparecen en el siglo IV y son de
puede deducirse de las palabras de Eusebio. También Cipriano de carácter local (Grégoire 1984). Los más famosos antiguos son los
Cartago, él mismo después mártir, indica la conveniencia de con- denominados Depositio martyrum y Depositio episcoporum de
memorar a los mártires (Epist. 12.2.1): ''Finalmente, tomad nota Roma que se hallan incluidos en el Chronographus de Furius
de los días en que mueren, a fin de que podamos celebrar sus con- Dionysus Filocalus, del 354, una especie de almanaque con tablas
memoraciones entre las memorias de los mártires " 44 • sobre la historia de Roma y sobre astronomía. Esta obra acaba con
Son estas anotaciones las que dan lugar al establecimiento otra lista de obispos, un laterculus, que incluye noticias desde san
de calendarios y martirologios. También contribuyen a su forma- Pedro al papa Liberio y que durante bastante tiempo recibió el
ción los llamados '"dípticos", especie de tablillas que se cerraban
sobre una charnela y en las que se escribían los nombres de los

45 Sobre las dificultades que entrañan estos dípticos, Aigrain 2000', 14.

46 Para el origen de los calendarios, así como la etimología de la palabra y su función tanto en el
44 Sobre Cipriano de Cartago volveré más adelante a propósito de las obras relacionadas con su n1undo pagano con1o luego en el cristiano, y en relación con la incorporación de non1bres de niárti-
vida y martirio. res y santos en ellos, véase Grégoirc 1984.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

nombre de Bucherianus, por haber sido publicado en 1636 por el se pueda mantener que, en sentido estricto, es un calendario
jesuita Gilles Bouchier en su tratado De doctrina temporum (Aigrain 20002 , 22-23; Saxer 1994, 78-82).
(Aigrain 20002 , 14-15)'17 • Destaca también el denominado '"Calendario gótico", conser-
Uno de los calendarios más importantes es el '"Calendario de vado en un manuscrito de la Ambrosiana de Milán, que contiene
Cartago", que sirve de fuente al llamado ''Martirologio Hieroni- también una parte de la Biblia de Ulfilas y que, procedente de la
miano", del que se hará mención más adelante. En dicho calenda- Tracia, debió ser llevado a Italia por los ostrogodos. Suele fechar-
rio se produce la unificación de las listas de depositiones conteni- se a comienzos del siglo V (Delehaye 1933, 253) y contiene diversos
das en el citado Calendario romano del 354 y en él, aunque no se nombres de mártires de origen godo, incluido Fritigerno, el jefe
da una equiparación absoluta entre las festividades de los mártires que combatió con Atanarico. Precisamente los mártires menciona-
y las conmemoraciones de las fechas de óbitos de los obispos, ya se dos el día 23 de octubre corresponden a los partidarios de Fritiger-
sientan las bases para un mismo tipo de culto (Delehaye 1927, 133- no que cayeron ante Atanarico.
134, Aigrain 20002 , 20-21): Gregorio de Tours incluye en su Historia Francorum (10.31)
Hic continentur dies nataliciorum martyrum et depositio- el denominado '"Calendario de Tours", donde se resume la historia
nes episcoporum quos ecclesia Cartagenis anniuersaria cele- de la iglesia de esa localidad, con mención de Martín de Tours y
brant (sic). otros santos locales, además de diferentes santos de la Galia, como
Hilario de Poitiers.
'"Aquí se contienen los días natalicios de los mártires y los
enterramientos de los obispos a los que la iglesia de Cartago Otro importante calendario es el conocido como '"Calendario
conmemora su aniversario.!)' de Oxyrhinco", un papiro que conserva las solemnidades del21 de
octubre al 23 de marzo y en las que se mencionan las iglesias donde
En este Calendario de Cartago se incorporan no sólo márti-
tienen lugar las synaxis o reuniones litúrgicas.
res y santos de la ciudad y del norte de África, sino de otros
muchos lugares e iglesias; entre ellos, de Hispania, en concreto Sobre mármol se halla grabado el '"Calendario de Nápoles", rea-
Eulalia de Mérida y Vicente de Zaragoza. La variedad de persona- lizado hacia el 840-850, que fue descubierto en 1742 en la iglesia de
jes citados ha hecho plantearse a algunos estudiosos si se trata, en Santa María la Mayor de esa ciudad. No obstante, parece ser que
realidad, de un intento de hacer un martirologio universal, aunque debió existir otro anterior en la misma ciudad, aunque mucho menos
desarrollado, porque el llamado Evangelario de Lindisforne, conser-
vado en un manuscrito de hacia 700, con menciones de fiestas napoli-
tanas, debió de servirse de algún modelo italiano de zona meridional.
47 Véase Stern 1953. Sobre la fecha de redacción, que pudo ser algo anterior, se pronunciaba De Hispania se conservan diferentes calendarios, que publi-
Duchesne en 1885, atribuyendo a la época del papa Miltíades (312-314) su datación; cuestión que no
descarta Aigrain, a quien sigo básicamente en este punto. Véase recientemente, Castillo Maldonado có Férotin (1904, XXXV-XXVI) en su magna edición del Liber
1999, 113-114.

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

Ordinum, aunque suelen tener adiciones tardías. Con todo, el tirologios de carácter particular como los de Cartago o Nápoles, y
más famoso es el célebre ""Calendario de Carmona", consistente los más generales como el Siriaco o el Hieronimiano, uno de los más
en una inscripción sobre una columna cilíndrica, descubierta en importantes, del siglo V.
1909, con la mención de diversos mártires hispanos, y del que También pueden presentar notificación de conmemoraciones
existe una réplica en el museo de Ecija, sin que se haya estableci- de otras iglesias, o de la ""Iglesia universal" (Aigrain 2000\ ll), de
do todavía si se trata de una copia más o menos coetánea o una manera que existen martirologios locales, muy similares a ャッセ@
falsificación posterior 18 • calendarios, y otros de alcance más amplio. La diferencia más
importante con respecto a los calendarios es que suelen presentar
un resumen de la historia del personaje, con el tipo de muerte reci-
3.2.2. Martirologios bida y el nombre de los perseguidores o ejecutores. Estos martiro-
Los martirologios son listas de santos también establecidas logios reciben el apelativo de ""históricos" 50 • No obstante, los hay
por meses y días, en función de los aniversarios de los mártires -de que van incrementando informaciones sobre las fechas de trasla-
ahí su nombre- 19 , aunque también de santos, en los que se consig- dos de reliquias y otras conmemoraciones, añadiendo en ocasiones
na la fecha de celebración litúrgica en una iglesia concreta, a la que detalles legendarios. También pueden mencionar aniversarios de
se añaden datos de carácter local, de monasterios, diócesis, etc. El santos no mártires, ordenaciones de obispos, de fundación de igle-
término martirologio es usado ーッセ@ primera vez en Occidente por sias, ascetas, etc.
Beda en su Historia anglorum, 5.24 (Dubois 1978, 13): Martyrolo- Del estudio de los manuscritos que contienen martirologios se
gium de natalitiis sanctorum martyrum die bus, in qrw omnes quos deduce que todos están relacionados entre sí; unos dependen de
inuenire potui, non solum qua die, uerum etiam quo genere certa- otros, se basan en modelos anteriores utilizados total o parcial-
minis, uel sub quo iudice mundum uicerint, diligenter adnotare mente, hasta el punto de que Quentin (1908, ll8-ll9) se cuestio-
studui (""Martirologio de los días natalicios de los santos mártires, naba si el propio Beda, que compuso el primer martirologio de los
en el que he procurado anotar cumplidamente a todos los que he llamados '"mstóricos", según se dirá más adelante, se habría basa-
podido hallar, no sólo en qué día, sino incluso con qué clase de do en algún otro no conservado. La historia de estos textos es com-
combate o bajo qué juez vencieron al mundo"). Destacan los mar- pleja pues el compilador introduce adiciones, textos de diversas

48 Véase Delehaye 1912, Vives 1942, Álamo 1943, Fábrega Gran 1949 y 1950.
50 No debe interpretarse en el sentido de veracidad histórica o no, sino en el de que contienen
49 El nombre griego aparece en 692 en el Coneilio de Trullo (canon 62), en el t¡ue se condenan las
algún apunte sobre la vida del mártir. Dubois (1978, 14) señala que deberían denominarse "anec-
historias de 1nartirios escritas por los "enenlÍgos de la verdad". El ténnino se usó poco en griego y
dóticos"; en cualquier caso no se oponen a "legendarios". Sobre el sentido de éstos, también dife-
no designaba lo que los 1nartirologios en Occidente. Lo más silnilar eran los denominados synaxa-
rente de la actualidad, véase más adelante al hablar de ellos en el apartado de las compilaciones
rios; por otro ャ。、ッセ@ los 1nenólogos eran equivalentes a los pasionarios. Para éstos véase Aigrain
hagiográficas.
2000'' 69-90.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

procedencias, no sólo de otros martirologios, sino de Pasiones o 1993, 107-109). El patriarca le responde que no conoce tal obra,
Vidas o Historias eclesiásticas, incluso textos homiléticos, etc., tal pero que su iglesia posee una obra de otro tipo -un codex- con los
como puede verse entre los herederos del citado de Beda51 • nombres de casi todos los mártires y sus fiestas distribuidas por
Estas obras son, además, una fuente importante para el días, por lo que bien podría tratarse de este martirologio.
conocimiento topográfico de las iglesias, villas, ciudades donde se Algo antes de esta noticia, Casiodoro (pues muere en 562) se
daba el culto a los mártires y santos, incluso dan información de hace eco también en sus lnstitutiones (35) de un martirologio simi-
personajes de los que no se conocen otras fuentes, al no haber sido lar, cuya lectura recomienda a los monjes, junto a obras de Vidas
objeto de relatos de Vidas o Pasiones o no haberse conservado. de padres y confesores, a fin de que la santa emulación invite a los
fieles a actuar.
El más famoso martirologio de la Antigüedad es el llamado
""Hieronimiano". Debe su nombre a una carta apócrifa de Los llamados martirologios históricos, se inician con Beda el
Jerónimo a Chromacio, obispo de Aquileya, y Heliodoro, de Venerable, en el siglo VIII, ya que, como indica el propio autor,
Altino, que aparece encabezando el texto en todos los manuscritos trata de consignar no sólo el día sino la clase de combate en la que
conservados. Aunque la presencia de obispos galos y el estudio de los mártires vencieron al mundo 53 • Este martirologio de Beda tuvo
los manuscritos apunta a una redacción del mismo hacia el 600 en dos recensiones sucesivas, una anterior al 735 y otra en torno al
la Galia, parece que la redacción primitiva era anterior y debía 755. Esta segunda llegaría manuscrita a Lyon en el siglo IX, a par-
contar con numerosas fuentes, entre ellas algunos calendarios tir de la que surgen otros martirologios, así el conocido como
como el ""Siríaco". La incorporación de mártires hispanos en este ""Anónimo de Lyon", conservado en el manuscrito de París,
martirologio ""Hieronimiano" hace pensar en una utilización del Biblioteca Nacionallat. 3379, con añadidos sustanciales a la obra
Peristephanon o Himno a los mártires de Prudencio, así como de Beda. Esta obra lionesa debió de utilizar algún Pasionario his-
algunas Pasiones primitivas y seguramente algún calendario. En él pano, quizá procedente de los monasterios de Cardeña o Silos.
se mencionan también dedicaciones de iglesias y mártires tanto de
Son famosos los franceses de Adón, Floro o Usuardo. Éste
Oriente como de Occidenté 2 • era un monje de Saint Germain-des-Prés (+ 377), que redactó el
En cuanto a la constatación de la existencia de este martiro- martirologio a petición de Carlos el Calvo para restablecer la uni-
logio, Aigrain (2000 2 , 33) recuerda que en el 593 Gregorio Magno dad de la solemnidad litúrgica. Las noticias que se incorporaban
(Reg. VIII 23) había solicitado a Eulogio, patriarca de Alejandría en este tipo de obras se habían ido incrementando, en especial en
unas Actas de Mártires de Eusebio (Saxer 1934a; Dubois-Lemaitre la obra de Adón, por lo que Usuardo opta por resumir las leyen-

51 Para un estudio detallado, véase Dubois 1978, cap. III, 29-70.

52 Véase Aigrain 2000', 32-50 y un breve resumen en Castillo Maldonado 1999, 116-119. 53 Véase el pasaje reproducido unas líneas más arriba.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

das presentadas por aquél, aunque también introdujo nuevos san- ré al hablar de las compilaciones hagiográficas. En cambio, a
tos, procedentes en buena medida del Martirologio Hieronimiano; veces es más difícil distinguir martirologios de calendarios, por-
aunque también recopiló bastante información sobre santos hispa- que, como señala Dubois (1978, 16), la diferencia es más sutil. De
nos, ya que estuvo en Córdoba durante la persecución musulmana hecho, Delehaye (1907) defendía que no había necesidad de dis-
del siglo IX y, al parecer, estuvo en contacto con Eulogio de tinguirlos. La proximidad es mayor entre los más antiguos. Ése es
Córdoba, de quien recabaría información sobre mártires mozára- el motivo por el que el martirologio de Beda ha sido considerado
bes. Esta compilación alcanzó gran éxito, se hicieron diversos en algunas ocasiones como un calendario; así García Rodríguez
ejemplares y sirvió de base para obras medievales del mismo tipo (1966, 78) lo considera un calendario local, mientras que recien-
como las de Nokter el Balbo, monje de Saint Callen, que se sirvió temente Castillo Maldonado (1999, 114-115), lo ha calificado
de éste y de la segunda edición del de Adón, junto con noticias de como martirologio, opinión ésta mayoritaria. No obstante, a par-
Rabano Mauro; también de Hermann Contract, monje de tir del siglo IX comienzan a distinguirse y distanciarse más clara-
Reichenau (+ 1054). Se considera a Usuardo la principalfuente del mente; los calendarios son más breves y en los legendarios hay un
Martirologio Romano de 1584 (Dubois 1965). mayor número de santos por día y elogios históricos. Por otra
parte los martirologios tienen indicaciones topográficas de las
Los martirologios adoptan en ocasiones una forma mixta; son
que carecen los calendarios 5'1 •
los denominados martirologios-obituarios. Existían en algunas
iglesias manuscritos donde se iban anotando las fechas de defun- Los martirologios se usaron en la liturgia. El testimonio más
ción de diversos miembros de la comunidad, eran los obituarios antiguo es del siglo VIII, en el Ordo XVIII, en Francia, donde se
(Huyghebaert 1972). Pero en la Edad Media se extendió la cos- dice que al final de la misa se anuncien las fiestas de la semana:
tumbre de usar los martirologios para anotar las noticias necroló- Natale sancte Marie, aut confessoris uel alius sancti, qualis euenit
gicas, Así en un manuscrito del siglo IX del monasterio de Saint secundum martyrologium. Asimismo, en el Capitular monástico de
Germain-des-Prés en París (París B.N. lat. 13745) se han reunido Aix-la-Chapelle el 10 de julio de 817 se lee: ut ad capitum primi-
la Regla de san Benito, un martirologio y un necrológico. Por otra tius martyrologium legatur et dicatur uersus deinde regula aut
parte en algunos martirologios se dejaba espacio para ir anotando homilía quaelibet legatur 55 •
las defunciones y en algunos, si tal espacio faltaba, se escribían La lectura pública de este tipo de obras contribuyó a su difu-
interlineadas o en los márgenes del texto. sión. Se trataba de dar a conocer a esos santos para que la gente se
También hay ciertas similitudes con los legendarios en la encomendara a ellos y buscara su protección e intercesión en el
medida en que éstos también están dispuestos por orden según los
años y en algunos de ellos se introducen breves noticias o elogios
al modo de las de los martirologios, pero no se deben confundir, 54 Eso no impide que la utilización de los términos sea imprecisa en la Edad Media como indica
Dubois 1978, 17.
pues hay diferencias bastante claras. Sobre los legendarios trata-
55 Tomo los datos de Dubois 1978, 14 y de Gaiffier 1961.

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cielo; se pretendía instruir y edificar a la comunidad y no sólo a 4. Obras hagiográficas: Actas, Pasiones, Vidas, Milagros y
una minoría culta lectora, por lo que se les confería una gran Traslaciones
importancia histórica (Dubois 1978, 15). Ya se ha indicado que las obras hagiográficas son de muy diver-
Subsidiariamente, otros libros litúrgicos son fuente útil para sos tipos y, aunque mayoritariamente están redactadas en prosa, tam-
el estudio hagiográfico de la nómina de santos y mártires que en bién existen obras poéticas: los himnos en latín, o en castellano medie-
ellos aparecen citados. Así los sacramentarios, antifonarios, ora- val poemas narrativos compuestos en pareados o cuaderna vía, por
cionales u otros 56 pues de ellos surgen la corroboración y, en oca- ejemplo. Los principales ""géneros literarios" o subgéneros dentro de
siones, la nueva mención de nombres. la literatura hagiográfica son las Actas y Pasiones de los mártires, las
que inician propiamente este tipo de literatura, aunque, como vere-
mos las Pasiones se cultivan durante muchos siglos; aparecen después
3.3. Inscripciones sepulcrales y edilicias las Vidas, de duración también secular y cuyos protagonistas habi-
Son muchas las inscripciones que conmemoran la fundación de tuahnente, pero no siempre, son santos no mártires; algo más tarde
una iglesia, la ubicación de lugares de culto martirial, de consagra- surgen los Milagros y las Traslaciones. Pero no es fácil establecer cla-
ción de basílicas, deposición de reliquias, así como de elogios fúne- ramente la delimitación, ya que en algunos casos las obras hagiográfi-
bres de santos, obispos, personajes eclesiásticos. Es importante indi- cas presentan mezclados dos o tres tipos de los enumerados; incluso
car que entre las numerosísimas inscripciones cristianas, algunas, desde el punto de vista de la denominación antigua, se observa una
especiahnente de carácter poético, pueden considerarse de carácter mezcla e indiferencia al designar obras como Pasiones o Vidas.
. y en ell as se cond ensa l a •• VI'd a " o 1as ""b uenas accwnes
li terarw . ", Puede decirse que la literatura hagiográfica no constituye, en
que han hecho del elogiado un santo y una persona digna de culto. realidad, un nuevo género literario ni un único género, sino que
En este sentido, con independencia del valor que puedan tener como abarca diversos formatos nuevos del género biográfico, como se ha
fuente documental podrían considerarse en sí mismas como obras indicado antes, que desarrollan nuevos tipos de obras de diferen-
hagiográficas. De hecho, como ocurre en otros ámbitos literarios tes contenidos y tenores.
(por ejemplo, en la literatura clásica latina), algunas de estas ins-
cripciones, de tono encomiástico y llenas de tópicos, han podido ser-
vir de inspiración para la creación de Vidas y leyendas hagiográficas 4.1. Las Actas y Pasiones primitivas
posteriores, especiahnente de la Edad Media. Las denominadas Acta martyrum y Passiones son las prime-
ras manifestaciones de la literatura hagiográfica57 • Aunque mantie-

56 Sobre los sacramentarios, véase el excelente libro de Metzger 1994. Para la liturgia hispana,
una buena exposición en Castillo Maldonado 1999, 129-142, con bibliogt·afía parcial, y en la voz 57 Además de las diversas obras de Delehaye que se citan en la bibliografía, véase también
"Liturgia" del Diccionario de Aldea-Marín-Vives 1972-1975. Bastiaensen 1987 y las demás referencias que se mencionan en este apartado.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

nen bastante la comentada forma procesual, a medida que van dis- H. Delehaye (1955, 106) estableció una clasificación de las
tanciándose temporalmente de los hechos relatados se alejan de su Actas en función de su índice de veracidad y su alejamiento de la
función documental y se ""literaturizan" introduciendo elementos misma, que viene siendo comúnmente aceptada o con ligeras va-
narrativos, novelados, hasta legendarios y fabulosos. riantes:

La estructura formal que adoptan las Actas se va adquirien- 1) Actas oficiales de los procesos judiciales 58 • Se consideran
do y evolucionando poco a poco (Delehaye 1966, 109). Pueden las más próximas a la realidad de los hechos. Los datos se
estar redactadas como una carta encíclica (Pasión de Policarpo) o habrían obtenido de los archivos públicos del procónsul.
como un proceso verbal jurídico, como ocurre con las más antiguas Sin embargo, estas actas nunca se conservan sin adiciones,
manifestaciones; proceso que forma el núcleo fundamental de los sino integradas en relatos en una estructura narrativa cre-
siguientes tipos y que se mantiene como compuesto necesario en los ada por algún autor cristiano que pretende ofrecer una
relatos de pasiones más amplios y que incluyen relatos más ""lite- composición a los fieles con una clara intención edificante,
raturizados" y alejados de los procesos originales. pero en ellas se transmiten respetuosamente los textos del
interrogatorio, que forman el núcleo fundamental de la
A pesar de que se trata de martirios concretos en cada caso,
obra. Con todo, son muy pocas las actas que se consideran
es lógico que haya semejanzas de partida entre unos y otros, tanto
genuinas de este grupo, especialmente las Actas de los
en los interrogatorios como en el tipo de ejecuciones; pero podrían
mártires escilitanos y la Pasión de Cipriano.
haber sido más individualizadas y diferenciadas en función de sus
protagonistas y la historia concreta de cada uno de ellos y, sin La primera es especialmente reveladora de lo que pudie-
embargo, poco a poco se van homogeneizando. Las distinciones ron ser las actas procesuales auténticas. Reviste la forma
entre las circunstancias concretas y situaciones puntuales, incluso de un auténtico proceso verbal con las indicaciones usua-
una cierta caracterización de los personajes se puede ver en las les en ellas: fecha, lugar, nombres del magistrado y acusa-
primeras obras, pero a medida que avanza el género aparecen dos al comienzo. Sigue un breve diálogo entre aquél y éstos
topoi cada vez más repetidos. Los relatos tienden a nivelarse en y finaliza con la sentencia, su publicación y la ejecución
todas y, salvo los datos concretos de nombres, fechas y culto, la (Saxer 1994, ll). El proceso parece tomado directamente
narración descriptiva de la pasión podría valer para cualquier de la documentación del procónsul o de las notas tomadas
mártir. Será la calidad individual de los autores la que marque las por algún cristiano, testigo presencial de los hechos. Aquí
diferencias entre unas obras y otras. la mano del hagiógrafo apenas resulta visible; no se trata
de la transcripción exacta, sino de una parte de la misma
Uno de los componentes que pasa a ser básico y sistemática-
mente descrito es el efecto beneficioso en la revitalización de la fe
y en el deseo de emulación que provocan en las comunidades cris-
tianas que escuchan los relatos. 58 Para el estudio de las Actas como documentos procesuales, véase sobre todo Lanata 1973.

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

y algunas fórmulas protocolarias introducidas por el Puede añadirse a ellas también la importante Pasión de
redactor, al igual que el final, donde se revela la interven- Perpetua, de la que sabemos que fue objeto de lectura
ción del redactor cristiano en la versión definitiva del pública y uso litúrgico. Alguna vez ha sido atribuida a
texto, a la vez que la adaptación del texto para su lectura Tertuliano y, aunque su autoría está descartada, sí parece
pública en los actos litúrgicos: que este autor conocía la obra. Hay una estructura básica
de relato literario en ella: las visiones que tiene Perpetua,
Et ita omnes simul martyrio coronati sunt et regnant cum consignadas por su propia mano, las de Saturo, otro de los
Patre et Filio et Spiritu Sancto per omnia saecula saecu- cinco mártires más ejecutados con ella el 7 de marzo de
lorum, amen. 203, siendo expuestos a las fieras. El compilador de la
"Y así todos han recibido a la vez la corona del martirio y Passio expone un prólogo doctrinal y narrativo, a conti-
reinan con el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo, por todos nuación el relato del martirio y finaliza con un epílogo.
los siglos de los siglos, amén." Como señala Saxer (1994) 59 -a quien sigo en su exposición,
con las Actas proconsulares y las Pasiones aquí menciona-
La Pasión de Cipriano es, en realidad, un conjunto for-
das se puede afirmar que nace el género hagiográfico lite-
mado por tres tipos de documentos. El primero consiste en
rario, el cual tiene lugar en el norte de África, donde se
el interrogatorio al que fue sometido el obispo Cipriano el
redactan estas obras. Se pueden considerar las actas más
30 de agosto de 257 por el procónsul de Cartago, Aspasio
antiguas y auténticas -y muy próximas a las originales-,
Paterno, a resultas del cual fue condenado al exilio en
cuyo historicismo es relevante, junto con el martirio de
Curubis (Korba, Túnez). El segundo es su apresamiento-
Policarpo y la Carta sobre los mártires de Lyon.
con un recuerdo narrativo del primer proceso-, proceso
verbal y segundo interrogatorio el 14 de septiembre de 2) Relatos de testigos presenciales. El narrador es testigo
258, por el que fue condenado a muerte por orden del pro- directo o, por el contrario, recoge testimonios de quienes
cónsul Galerio Máximo. El tercero consiste en el relato del han estado en los procesos, o ambas cosas a la vez, pero,
martiro y su enterramiento. en cualquier caso, expresan directamente una fuente escri-
El primer proceso se difundió rápidamente, como hace cons-
tar el propio Cipriano en una de sus cartas (Epist. 77.2.1).
Del segundo, ya tras la muerte del obispo, también se tuvo 59 Para otras obras ha¡;iográficas escritas en África, véase el trabajo mencionado de Saxer 1994.
pronto conocimiento y sirvió de base para la redacción de la Debe añadirse que una fuente de información fundamental para los mártires, es la obra histórica de
Victor de Vita, Historia martyrzun persecutorwn, también, en cierta medida, una obra de caracte-
Vita Cypriani, compuesta por el diácono Poncio, a la muer- rísticas hagiográficas. Como bibliografía fundamental de estos temas, véase: Courtois 1954 y Saxer
te del mártir en el mismo año; con esta Vita se da lugar al 1984a y 1984b. De carácter más amplio, pero imprescindibles, el ya clásico estudio de Y. Duval
(1982) titulado Loca sanctorwn Africae. Le culte des martyrs en Afrique du IVe au VIl e siecle, así
género de las ''Vidas" hagiográficas o, si se quiere, de labio- como la Prosopographie de l'Afrique chrétienne de A. Mandouze (1982) y la Histoire littéraire de
grafía cristiana y que se adscribe al grupo siguiente. l'Afrique chrétienne de Monceaux (1966).

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

tao un testimonio vivo y coetáneo a los hechos. Entre éstas Actas como las de Pablo y Tecla, Firmo y Rústico, Luciano
destacarían las Actas de los mártires de Palestina, inclui- y Marciano, etc. Constituyen uno de los grupos más nume-
das en la mencionada Historia Eclesiástica de Eusebio de rosos. Pertenecen a este grupo los ""Hechos apócrifos de
Cesarea y la Vida de Cipriano. Con esta Vida se inicia, los apóstoles" y las series de pasiones y relatos incluidos en
además, el tipo hagiográfico de las Vitae, según acabo de los legendarios latinos, obras de recopilación hagiográfica
comentar, que proliferará en los siglos posteriores, en las que se desarrollarán a lo largo de la Antigüedad Tardía y
que ya se incluyen datos biográficos. Edad Media y culminarán en la famosísima recopilación de
la Leyenda Dorada de Jacobo de la Vorágine. En estas pie-
3) Actas basadas en documentos escritos de los dos prime- zas cargadas de reminiscencias literarias anteriores, tradi-
ros tipos. Pueden calificarse como Passiones, pues, aun- ciones populares y situaciones ficticias, el elemento histó-
que se basan en los documentos oficiales o declaraciones rico está bastante reducido. De ellas casi lo único extraíble
de testigos, tienen una estructura narrativa en la que el desde el punto de vista histórico es el nombre del santo, la
autor interpola su redacción, parafrasea los textos y fecha y el lugar de culto.
actúa con cierta libertad sobre ellos; puede darse en ellos
desde una leve intervención del redactor y desarrollos de 5) ""Novelas de imaginación". En este grupo se incluyen aque-
detalle, hasta una libre actuación que modifica significa- llas pasiones y relatos cuyos protagonistas son creación del
tivamente las fuentes originarias. Pueden citarse, entre autor. Pasiones como las de Nicéforo, o la historia de Bar-
otras obras, la Pasión de los mártires escilitanos o la de laam y J osafat, ambientada en la India y derivada de la
los mártires de Tesalónica, o en territorio hispánico la de historia de Buda, o la de Bonifacio, sacrificado en Tarso,
Vicente o la de Fructuoso, Augurio y Eulogio, quienes pero enterrado en la vía Latina de Roma. O la de Dídimo
sufrieron martirio en el 259, y de cuya importancia se y Teodora y muchos otros de los que no hay o no se con-
hacía eco ya Delehaye en 1921 60 como testimonio directo serva noticia histórica alguna.
subyacente en la naturalidad de los diálogos, en la sim- 6) Leyendas falsas: redactadas con intención de engañar al
plicidad de los hechos y en otros aspectos, junto a los ele- lector.
mentos posteriores en la adaptación literaria del autor
Esta clasificación atañe fundamentalmente a las Actas y
posterior de la misma.
Pasiones, aunque, dado el criterio establecido para dife-
4) Actas noveladas o ""novelas históricas". En ellas los hechos renciar unos grupos de otros, podría aplicarse a las
verídicos están mezclados continuamente con los elemen- Vitae, la otra forma fundamental de literatura hagiográ-
tos fantásticos creados por la imaginación del narrador. fica, pues está realizada en función de los datos históri-
cos y la credibilidad que ofrecen las historias. Por otra
parte, los grupos 4, 5 y 6 no siempre presentan una dis-
60 Véase la edición de Les Passions des Martyrs de 1966, 104-105.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

tinción nítida. Hay que tener en cuenta que en ocasiones que puede ir adormeciéndose y presentar hechos que no puedan
lo único histórico que existe es el nombre del personaje. dudarse, de ahí la proliferación de detalles precisos, de descrip-
Tal vez los nombres de los protagonistas de algunas his- ción minuciosa de las circunstancias del apresamiento, de las
torias de santos, pasiones o vidas, sean reales, figuren, torturas sufridas, de la crueldad y perversión de los captores, de
por ejemplo, en calendarios y martirologios, aparte de las palabras de los mártires, de su forma de morir. Estas últimas
eso, poco más sea real. Hay relatos de santos cuya exis- obras, por sus mismos objetivos, agudizan una serie de tópicos y
tencia ha sido rebatida o, al menos, toda la historia cre- personajes estereotipados. En ellas comienzan a predominar,
ada en torno a ellos y que sólo en función de la constata- por otra parte, elementos cada vez más legendarios, hasta el
ción de que pudo existir se adscriben al grupo 4 o al 5, punto de que algunas de estas pasiones podrían considerarse
incluso al6. Aun así, como algunos autores señalan, algu- más en el grupo 4, incluso 5, antes descrito.
nos relatos basados en personajes reales, podrían
incluirse en el grupo 6, ya que la historia es probable-
4.2. Vidas de santos
mente falsa, en sentido estricto, o se ignora cuáles fueron
las intenciones del autor a la hora de fabricarla. Así la El otro ァイセョ@ bloque de la literatura hagiográfica lo constitu-
neta diferenciación entre los tres grupos resulta, a veces, セ・ョ@ las Vitae. Este es un tipo de obras que comienza a darse en
un tanto artificial. Mrica e Italia a finales del siglo IV y comienzos del V, poco después
en la Galia. Algo más tarde en Hispania. Su diferencia fundamen-
Entre las Pasiones cabe hacer una distinción entre aquellas
tal estriba en que ya no es la pasión el eje del relato, pues los már-
más primitivas, que se redactan prácticamente de forma coetá-
tires hace tiempo que han dejado de existir, son muy conocidos y
nea a las persecuciones y cuya fiabilidad es notable, al estar
su sacrificio e inmolación quedan ya muy alejados de la vida coti-
incluidas en el grupo 3 de la clasificación de Delehaye, incluso en
diana de los cristianos. Sólo en época de conflicto, como las luchas
los dos primeros; y las pasiones más tardías, aquellas que se
entre arrianos y católicos, durante las primeras épocas de domi-
redactan cuando ya no hay persecuciones de cristianos (recuér-
nación visigoda en Hispania, por ejemplo, las Vitae vuelven a tener
dese que el edicto de Milán es del 313 y la última gran persecu-
tintes dramáticos próximos al martirio, o al riesgo de sufrirlo,
ción fue la de Diocleciano en los años 302 a 304 especialmente),
como ocurre en algún pasaje de las Vidas de los padres de Mérida.
sino incluso a partir de cuando ya la religión católica es la única
En algunos casos la hagiografía llegará incluso a crear algún már-
tolerada. El objetivo de estas obras ya no es básicamente dar
tir convertido en tal con el paso del tiempo, o tratado como tal por
cuenta de unos hechos para que no se olviden después, procla-
fuentes contemporáneas con clara finalidad política, como ocurre
mar la gloria de los mártires y servir de ejemplo para los cristia-
con Hermenegildo, el hijo del rey Leovigildo, sublevado en la
nos, todavía amenazados, sino reavivar esos hechos que con el
Bética contra su padre, y después convertido en santo al juzgar su
tiempo pueden ir borrándose de la memoria de la comunidad
oposición al rey como un conflicto de catolicismo contra arrianis-
cristiana -ahora la mayoritaria y sin riesgos-; es reavivar la fe,

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

mo 61 • Otra época donde volverá a darse un predominio de las quienes incluso si el tiempo de las persecuciones existiera
Pasiones sobre las Vidas es en la época mozárabe, en el siglo VIII, aún, habrían podido ser mártires."
como una clara reacción a la dominación árabe en Hispania. La ejemplaridad que ofrecen los protagonistas de las Vitae es
Pero, en líneas generales, las Vidas tienen en la Antigüedad impresionante, son arquetipos de bondad, caridad, sabidurÍa 62 •
Tardía la característica común de que sus protagonistas son, en Sus biografías -generalmente no de toda la vida, sino de aquellas
general, ascetas, obispos, hombres de Iglesia que se sacrifican, que etapas de consagración a Dios- son ejemplares, sin vacilaciones ni
mortifican su cuerpo y viven austeramente, que entregan su alma dudas, sólo en el caso de una transformación en su forma de vida,
al servicio de Dios. Son los nuevos mártires cotidianos, aquellos producida por un arrepentimiento, la relación de hechos se redu-
que no mueren en el martirio, sino día a día. ce a esos aspectos. Son "biografías hagiográficas".
Isidoro de Sevilla en sus Etimologías (7 .11) explica en qué Las denominadas Vitae hagiográficas, vidas de santos o bio-
consisten los dos tipos de martirios que existen, uno el del sufri- grafías cristianas63 , de características formales tipológicamente bas-
miento material externo y físico y otro el interior, el de la virtud del tante homogéneas, aunque haya diferencias de unas obras a otras,
espíritu: son relatos narrativos sagrados sobre la vida y actuaciones de uno o
varios personajes de vida ejemplar, modelos de fe y santidad, com-
Duo sunt autem martyrii genera, unum in aperta passio-
puestos por un autor, conocido o anónimo, miembro de la comuni-
ne, alterum in occulta animi uirtute. Nam multi hostis insi-
dad de creyentes61 , con una doble finalidad cultual y edificante y
dias tolerantes, et cunctis carnalibus desideriis resistentes
destinados a la lectura pública65 • Tratan, pues, en primer lugar de
per hoc, quod se omnipotenti Deo in corde mactauerunt,
difundir el culto de un santo, es decir, de las personas que la propia
etiam pacis tempore martyres facti sunt, qui etiam si perse-
comunidad ha considerado santas (hayan sido mártires o no); puede
cutionis tempus existeret martyres esse potuerunt.
decirse que las Vitae son el principal procedimiento para sancionar
''Hay dos clases de martirio, uno en el sufrimiento abier- popularmente y a nivel eclesiástico la santidad de un individuo, y
to, otro en la virtud escondida del espíritu. Pues muchos, al para contribuir decisivamente a la difusión de su culto. En una
soportar las asechanzas del enemigo y resistir a todos los época en las que aún no existe un proceso oficial de canonización por
deseos carnales y porque se inmolaron de corazón ante Dios la iglesia de Roma, son la valoración popular, basada en la tradición
omnipotente, se convirtieron en mártires en tiempo de paz,

62 Véase más adelante el apartado titulado "Del mártir al santo".


61 La tradicional imagen de Hermenegildo muerto por su religión, por orden de su padre, arran-
ca del relato dedicado a él por Gregorio Magno en sus Dialogi, mientras que las fuentes hispanas 63 El estudio de Heffernan (1992') constituye un excelente trabajo sobre la definición de las Vitae
como Juan de Biclaro en su Chronica o Isidoro de Sevilla en su Historia Gothorwn aluden al episo- en tanto que biografías cristianas, así como sobre la relación entre autor y obra y autor y auditorio.
dio como un intento de sublevación del hijo contra el padre, al margen de la hostilidad que la 64 Heffernan 1992', 16.
madrastra de Hermenegildo, Goswintha, y abuela de la mujer de éste, Ingunda, mostrase a la pare-
ja por ser ella arriana y ésta última católica. 65 Finalidad igualmente aplicable a las Passiones o cualquier otra obra hagiográfica.

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oral, y la fijación escrita por medio de las Vitae los procedimientos aquellos hechos que ignora si otros los han escrito antes y de aque-
utilizados para la aceptación de la santidad del personaje. Que las llos que ha investigado pero de los que no se conservan escritos y
Vitae constituyen uno de los más firmes puntales para tal considera- por lo que él procura difundirlos:
ción, lo prueba su incorporación a la lectura litúrgica, así como la Vitae patrum VIII, praef, p. 691,10: et licet necnon
creación literaria de otras piezas estrictamente litúrgicas como los omnes eius uirtutes inuestigamus ... tamen quae ad priorem
himnos que, junto con ellas, están destinados a ser leídos en la con-
auctorem non peruenerunt ... pandere procurauimus.
memoración de los dies natales de dichos personajes. Las Vitae,
pues, son el reconocimiento explícito de que los santos son conocidos "Y aunque estudiamos también todas las virtudes de
y aceptados por su mundo, por la sociedad en que viven y han vivi- éste ... sin embargo, las que no han llegado al autor anterior,
do y lo serán por la posteridad gracias a la sanción que les otorga el procuramos difundirlas."
relato escrito de sus vidas (Cameron 2002 2 , 37). Estrechamente liga- Aunque, en principio, sólo pretende hacerlo sobre los hechos
do a esto, está la finalidad de que, por medio de las Vitae, perma- que han ocurrido junto a las tumbas de los santos, gracias a la divi-
nezca imborrable el recuerdo del santo (lo mismo ocurre con las nidad67, la biografía del santo adquiere una mayor relevancia en
Actas y Pasiones de mártires). De hecho, una de las preocupaciones esta obra que en aquellas que se refieren a compilaciones de mila-
de los hagiógrafos es dar cuenta por escrito de las vidas y obras de gros, en las que las vidas quedan más relegadas a un segundo
santos que la tradición oral conóce, cuyas historias se han transmi- plano. En esta obra de las Vitae patrum muestra Gregorio de
tido, pero no se conservan escritas. La misión, entonces, de los Tours su concepto de la santidad68 •
hagiógrafos es fijarlas por escrito.
Las obras hagiográficas, y en concreto las Vitae, proponen a
En segundo lugar, tratan de estimular a los fieles, enseñarlos. sus protagonistas como emuladores ellos mismos, a su vez, de
Presentan unos modelos de vida ejemplares, en cierta medida Cristo; es la imitatio Christi, el exemplum que deben seguir69 •
inimitables, como ocurre con los mártires, pero cuya actuación Asimismo reflejan a través de aquellos la verdad de la doctrina
ejemplar tiene que servir de edificación moral y de referente últi- cristiana y la ortodoxia de la fe, pero no de forma dogmática, sino
mo en la vida cotidiana de los cristianos. a modo de una ""teología popular", expuesta a través de la rectitud
Gregorio de Tours manifiesta en su obra una y otra finalidad. de pensamiento y vida de los santos, de ahí que la mayoría de ellos
Señala que escribe las vidas de santos para ecclesiam aedificare y
para estimular los ánimos de los oyentes: uerum etiam auditorium
animos incitet ad profectum66 • Pero también añade que escribe de
67 Vitae Patrzun, praef, p., 662, 15: tantum ... quae ad sepulcra beatissimorum martyrwn con-
fessorumque diuinitus gesta sint.
63 Véase Monaci Castagno 1934, 235-264 y Boesch Gajano 1977, 27-92.

66 Sobre la obra de Gregorio de Tours, véase James 1935. Igualmente Van Uytfanghe 1935, sobre 69 Sobre el exemplum, como elemento de las Vitae y como desarrollo de género literario medie-
la relación entre autor y público, además de la obra de Heffernan 1992', ya citada. val, véase más adelante.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

sean hombres letrados y cultos. No deben, por tanto, considerarse local, incluso de detallismo de la ubicación y distribución de esos
como ilustrativas de las doctrinas de la Iglesia, sino que prevalece espacios, y de carácter concreto de los tiempos, para incardinar la
en ellas un carácter popular y social que las hace distintas de cual- acción en un tiempo determinado por pocas horas o días o en torno
quier otro tipo de literatura (Graus 1976, 152). a la sucesión de hechos, al margen de la época en que transcurren.
Estos espacios y tiempos contribuyen decisivamente a procurar el
Las Vitae, en tanto que género narrativo, presentan algunas
propósito de veracidad y verosimilitud a los relatos 72 •
características singulares y definidoras de las mismas, algunas de
ellas compartidas lógicamente con las Passiones 70 • Una de las Otra de las características de las Vidas es la tipificación de los
características más definidoras de las Vitae, pero también del géne- protagonistas, de los santos. Como he indicado antes son arqueti-
ro hagiográfico en general, es el tratamiento del espacio y del tiem- pos de bondad, modelos de santidad (Leonardi 1989). Aunque
po. Como se verá más adelante, se ha afirmado habitualmente que podrían haberse presentado con una mayor individualización, se
en estas obras prevalece la importancia del tratamiento del espacio tiende a perfilarlo como el prototipo de héroe; apenas hay des-
sobre el del tiempo, que sería más propio de la obra historiográfi- cripción física o psicológica 73 ; no son biografías entendidas en el
ca o de la biografía (Boesch Gajano 1976). Aunque es cierto relati- sentido moderno, no son relatos introspectivos, sino dirigidos a
vamente, creo que se debe hablar tanto de ""espacios" como de una audiencia (Cameron 2002 2 , 38-39); los protagonistas asumen
""tiempos para la santidad", en el sentido de tener ambas coorde- en su personalidad los ideales de la comunidad, están idealizados.
nadas un tratamiento peculiar en las obras hagiográficas. Quedan Veremos más adelante las características principales y los tópicos
en un segundo plano -y no siempre ocurre esto- el tiempo y el espa- con los que se define la figura de los santos 74 , pero debe anticipar-
cio que podríamos denominar objetivo, histórico y externo a la se ahora que hay una evolución importante dentro de los ""tipos",
obra, es decir, el contexto temporal y espacial en el que se deben ya que la hagiografía experimenta un cambio entre los modelos de
situar los personajes y los hechos 71 ; sin embargo, hay una dimen- santidad de los primeros hombres santos. De los mártires como
sión fundamental en el tratamiento del espacio y el tiempo ""inter- primeros modelos se pasa hacia la tercera y cuarta centurias a los
nos" de las mismas, esto es, las coordenadas espacio-temporales eremitas y padres del desierto, que eran los paradigmas de la
que se explicitan dentro de la obra, de unos espacios de carácter

72 Véase en el apartado correspondiente a estos conceptos, titulado "espacios y tiempos para la


santidad".
70 De hecho, no siempre es fácil distinguir si estamos ante una Passio o una Vita en la literatura
a partir de los siglos V o VI y después en época medieval, salvo por el hecho de ser un mártir de san- 73 Salvo en algún caso, como llamativamente ocurre, por ejemplo, en la descripción del obispo
gre el protagonista de la primera y uno de espíritu el de la segunda, siguiendo la indicación citada Renouatus, primero abad de Mérida, y después obispo. Se trata del último ocupante de la sede epis-
de Isidoro de Sevilla. Puede haber, incluso, relatos que contengan ambos tipos, así la Vita uel Passio copal de la ciudad que aparece incluido en las Vitas sanctorum Patrum Emeretensium, como se verá
Desiderii, escrita por el rey Sisebuto, de la que se hablará en particular al tratar las obras hagio- en la segunda parte.
gráficas hispanas. Véase la edición y estudio en Martín 2000.
74 Boyer 1981, 30. De todas formas, estas afirmaciones son para la generalidad, algunas obras
7l Señala Boyer (1981, 28) que son "epifenómenos" que contribuyen poco al propósito de la obra. presentan unos rasgos de mayor individualización.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

hagiografía oriental y cuyas Vitae son traducidas y difundidas en nacer alguien que será santo. Su infancia reviste una seve-
latín en Occidente. Se presenta en estas Vitae la naturaleza misma ridad, educación cristiana y comportamiento formal, im-
del ascetismo; la vida solitaria de los eremitas dedicados a la con- propio de la edad -en la hagiografía medieval serán los san-
templación y a llevar una vida carente de comodidades y aislada de tos ""niños viejos"-. Las referencias a la educación están en
la sociedad -la culminación de estos modelos son, sin duda, los san- relación con el modelo de hombre culto y elocuente en que
tos estilitas (Delehaye 1923)-, pero que, no obstante, suscitan la se convertirá.
emulación en los fieles.
-Conversión: En ocasiones su comportamiento y vida santa
Hacia el siglo V se definen nuevos modelos de protagonistas, procede de una ""conversión" a ese tipo de vida, por lo que
se trata sobre todo de obispos, abades y personajes eclesiásticos, los hechos anteriores quedan reducidos a un muy segundo
con un destacado papel social público y capacidad rectora sobre la plano o no aparecen, ya que lo que interesa es el relato de
comunidad de cristianos, ejercen la protección de las ciudades su vida de santo.
(defensores ciuitatum, Orselli 1976, 89) y son modelos de compor-
- Relato central de los episodios que constituyen el núcleo de
tamiento justo, bondadoso con los necesitados, pero firmes y rigu-
la Vita. Puede haber milagros o no 76 , pero su vida es ejem-
rosos con los pecadores irredentos, con los enemigos de la fe y los
plar, influye en la comunidad y provoca el fervor y el entu-
injustos, incluso si se trata de_poderes públicos.
siasmo en ella. En estos episodios y en el desarrollo de la
Además del tratamiento del espacio, el tiempo y de los perso- narración aparecen los contrastes entre personajes, las ten-
najes, las Vitae suelen mostrar una estructura bastante estable taciones, los enemigos movidos por la envidia y el deseo de
que, con diversas variantes, puede sintetizarse asÍ75 : que el santo se convierta en pecador o abandone su forma
-Origen del santo: generalmente noble o perteneciente a una de vida; en otros casos se trata de apartarlo de su papel rec-
familia importante (Bosl1976). tor y social.

-Nacimiento, infancia y educación: Estos detalles no siempre -Descripción de la muerte, sobrevenida en muchas ocasiones
están incluidos, pero si aparecen tienen la finalidad de anti- repentinamente o tras un período de enfermedad; en una y
cipar y preconizar la uirtus del santo en la juventud y otro la entereza del santo es la principal característica; su
madurez, en el tempus en el que se centra el relato. Puede
haber menciones a hechos anteriores incluso al nacimiento
que suceden con ese carácter premonitorio de que va a
76 Aunque a partir de ciertos momentos en la Antigüedad Tardía y Edad Media ya no se conciben
las vidas sin milagros -sucesos que sancionan y definen por sí mismos y de forma automática la san-
tidad-, vinculados al carácter taumatúrgico de los santos, no siempre acontecen milagros en vida.
No ocurría así en las primeras Vitae de los santos orientales, ni tampoco en la más famosa Vita occi-
75 En buena medida es una estructura similar a las de las Pasiones que ya presentan rasgos nove- dental, la Vita sancti Martini, escrita por Sulpicio Severo, sobre Martín de Tours, todavía en vida
lados y relatos de las Vidas de los mártires, además del episodio concreto del martirio. del personaje, éste sin duda, el santo más famoso de Occidente durante muchos siglos.

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fortaleza ante la adversidad no disminuye un ápice, mani- Como señala Leonardi (1989) una de las diferencias básicas entre
fiesta la misma intensa actividad de siempre; no abandona, la hagiografía oriental -o basada en vidas orientales como la Vita
al contrario, intensifica sus oraciones. No permite que la Antonii y de otros padres del desierto-, y la occidental tardoanti-
comunidad caiga en el descontrol y la prepara para su des- gua, es que en Oriente la religión era, sobre todo, una religión de
aparición. Si se trata de Vidas de mártires, la muerte se Estado, de ahí que los santos, los ascetas y eremitas, llevaran una
relata con detallismo y episodios narrativos. vida aislada, podría decirse que fuera del contexto histórico,
mientras que en Occidente, en el que se ha asistido a la caída del
-Enterramiento, congregación de los fieles en torno a la tum-
Imperio romano y en cuyos territorios se han asentado y ahora
ba, manifestaciones de fervor popular, comienzo de ""pere-
dominan pueblos de otras procedencias (merovingios, visigodos,
grinaciones" al lugar de enterramiento, veneración de las
ostrogodos ... ), aunque sean cristianos y exista una relación estre-
reliquias; comienzo del culto por la celebración del día de la
cha entre Iglesia y Monarquía, a veces favorable, a veces hostil,
muerte y difusión del mismo, para cuyo éxito y perduración
los protagonistas de las Vitae, precisamente por estas circunstan-
se escribe el propio relato como indica el hagiógrafo muchas
cias específicas del control del poder y de la sociedad y el des-
veces de forma explícita. arrollo de los acontecimientos, son personas marcadamente inser-
A pesar de los estereotipos, de la cierta repetición de esque- tas en la sociedad, que juegan un papel fundamental y trascen-
mas básicos y de la seriación dé tópicos, en especial en relación con dente en ellas. Los santos -obispos, abades casi siempre- se sien-
la caracterización de los personajes y algunos hechos recurrentes, ten responsables ante la sociedad y asumen su responsabilidad en
la narración es dinámica, transcurre dentro de unas coordenadas el acontecer histórico que los rodea. De ahí que sus actuaciones
espacio-temporales concretas, al menos internas del relato, que tengan implicaciones con la capacidad de hacer justicia, de repar-
permiten desarrollar la evolución de la narración; la obra se pre- tir bienes o propiedades -dado el patrimonio eclesiástico, episco-
senta como un ""drama" donde se combinan los elementos narrati- pal o monástico-, de tratar con el poder político. Todas sus activi-
vos y descriptivos con los diálogos y manifestaciones concretas del dades tienen una repercusión inmediata en la sociedad, por lo que
sentir del propio santo y su comportamiento con otros personajes. en ellas surgen muchas veces acciones concretas cuyos efectos y
repercusión pueden calificarse ya de milagros en beneficio de la
No obstante, la narración es simbólica, se pretende exaltar
comunidad o contra los enemigos de la fe. Se perfila y define su
el fervor popular y el sentimiento religioso y cómo va creciendo
carácter taumatúrgico y su papel protector.
éste a medida que avanza la descripción de la actuación del santo.
Se presenta, por tanto, en estas obras una interrelación directa En estos relatos se asigna a los santos, sobre todo a los
entre la fe y la vida en la fe del santo con la sociedad en la que vive obispos, un papel de rectores de la sociedad cristiana, de autén-
y con el devenir histórico. Esto es característico de las Vidas occi- tico liderazgo social, que tenían en la realidad de Occidente de
dentales desde el siglo V, en especial a partir de la Vita sancti estos siglos de la Antigüedad Tardía. Dicho protagonismo social
Martini de Sulpicio Severo y se sigue dando en los siglos VI y VII. conlleva también el papel adoctrinador; predican y extienden la

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,
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doctrina evangélica y las pautas de comportamiento cristiano en para dar paso a una acumulación de hechos legendarios y novela-
dos, en los que entran en juego elementos maravillosos, narracio-
la sociedad.
nes de milagros, etc. constituyendo de esta forma, en razón de su
A pesar de que, como he comentado antes, el tiempo históri-
credibilidad, leyendas que pueden incluirse en los grupos 5 y 6
co ""externo" pueda no ser prioritario en el relato descriptivo, en establecidos por Delehaye.
estas Vidas occidentales de los siglos V al VII, los protagonistas
aparecen como personajes instituidos como dirigentes de la comu- Este autor distingue, incluso, diferentes categorías entre las
nidad cristiana, que influyen en el devenir histórico -a fin de cuen- leyendas, que podrían incluirse tanto en el grupo 5, como en el 6,
tas Dios es el que guía la historia y él les ha conferido el poder según la intencionalidad del autor al escribirlas, y que la crítica
sagrado-. Como dice Leonardi (1989, 280) nuevamente, son hom- hagiográfica considera como falsas o inventadas: Un primer tipo
bres humildes en su vida privada de ascesis, pero poderosos en su serían las leyendas de origen pagano, que procedentes del ámbito
implicación histórica; perfectos pero terribles en su perfección; exclusivamente literario (o de la tradición oral), transcienden éste y
volcados completamente hacia Dios para gozar de su contempla- se incorporan a la liturgia, es el caso de la citada historia de
ción, pero volcados completamente hacia los hombres para con- Barlaam y Josafat, o de los Siete Durmientes. Un segundo tipo serí-
vertirlos al sumo bien77 • an las leyendas paganas, muchas de ellas con claros influjos de la
religión romana y elementos mitológicos, asociación del tipo de san-
Estas Vitae son las características de la literatura del Occi-
tos, historia o milagros a los conocidos para personajes mitológicos,
dente cristiano: la de Ambrosio, de Paulino de Milán; la de Martín creadas en torno a un santo que realmente existió. El culto a este
de Tours de Sulpicio Severo; los libros de milagros de Gregorio de santo es anterior e independiente de la fabricación de la leyenda.
Tours, cuyas Historias contienen también muchos elementos Dicha leyenda, no obstante, puede haberse fabricado de manera
hagiográficos; las vidas de Martín, Hilario, etc., de Venancio For- totalmente ajena al santo o al lugar de culto del mismo, o, por el
tunato; los Diálogos de Gregorio Magno; la Vida de Desiderio, del contrario, tomar elementos locales de tradición, etc. Esto llega a
rey Sisebuto, ésta en realidad de gran valor histórico y con una hacer más conflictivo aún saber si el santo llegó a existir en casos en
intencionalidad política, etc. los que está poco documentado. Ocurre, por ejemplo, con las histo-
Las Vitae se distancian cada vez más de las primitivas Actas rias de Cosme y Damián, que, al parecer sí existieron, pero su
y Pasiones en la simplicidad de la exposición más o menos escueta leyenda se asocia al mito de los Dióscuros, o la de Cristóbal y
de hechos, incluso de las vidas de confesores y santos más antiguas, Hermes, o la de Demetrio, un santo cuya existencia ha sido cuestio-
nada, sobre la base de que el nombre podía estar apoyado en reali-
dad en Deméter, la diosa de la agricultura, cuyo culto se realizaba
donde apareció el del santo en Eleusis. Casos como el de San Jorge,
77 Son imprescindibles para el estudio de la función social del hombre santo ("holy man") los que bien pudo existir, aunque alguna vez se ha discutido si ocurría
estudios de Peter Brown, de los que se ha hablado en la introducción. Véanse las referencias en la lo mismo que con Demetrio en cuanto al nombre, Georgius del grie-
bibliografía.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

go, con el significado de agricultor, pero su leyenda sobre el dragón Con estos objetivos contribuyen a la finalidad clara de difun-
es falsa. Con relación a esto cabe mencionar que algunos autores dir el culto y, con el correr del tiempo, con vistas a la canonización
consideran que la incorporación de elementos milagrosos en las de los santos, tanto en las épocas en que se da localmente, como
vidas de los santos e, incluso, algunas de las características de los cuando ya la Iglesia de Roma lo hace de forma "oficial" y univer-
personajes mismos, tienen una procedencia pagana, en el sentido sal. Todavía caben otros motivos paralelos, pero que constituyen
del uso de esos elementos, mágicos y sobrenaturales, propios de los un conjunto con los anteriores y suponen la implicación personal
dioses paganos y de los santos cristianos, a fin de favorecer la difu- de los biógrafos o hagiógrafos, en su papel de autores cristianos,
sión de la fe y aumentar la devoción popular. con las finalidades y objetivos de la Iglesia, ya sea como institu-
ción, ya sea en el caso de iglesias particulares. Me refiero a la rei-
El tercer tipo serían las leyendas construidas a partir de una
vindicación de las reliquias para ciertas iglesias, o a la dedicación
tradición religiosa sobre un santo que da lugar a una continuación
de éstas a los santos venerados. La labor de los hagiógrafos se con-
y una amplificación de la misma.
vierte entonces en una suerte de obra propagandística que contri-
buye a conseguir los propósitos de una iglesia, incluso de las elites
4.3. El hagiógrafo y su público políticas, de los reyes o de las comunidades, por medio de la exal-
tación y el elogio de los santos que importan para ello, pues no olvi-
Aigrain (2002\ 236 y ss.) .formula la pregunta de si los hagió- demos que los santos eran los patronos y protectores de las iglesias,
grafos son falsarios o no y argumenta, creo que cargado de razón, de las ciudades, de las comunidades, incluso de las naciones o pue-
que la intención de estos autores no es la de engañar -salvo algunos blos79. Muchas veces escriben por encargo de los obispos de la ciu-
casos tipificados por Delehaye (1955)18 de leyendas absolutamente dad o de otras personalidades para ejemplarización y educación de
noveladas y fantasiosas donde no existe el personaje y donde el autor los fieles. No obstante, no debe pensarse que se trata de obras
se ha inventado todo con ese propósito-, sino que muestran un gran representativas de la doctrina de la Iglesia, sino que están domi-
celo por dar a conocer la vida de los santos; son personas de devo- nadas por una especie de teología popular, que, eso sí, las distin-
ción y fidelidad hacia los mártires y santos que quieren edificar a la gue del resto de la producción literaria (Graus 1976, 152).
comunidad. Además escriben las obras para destinarlas a un uso
litúrgico de un lado (Graus 1976, 153), así como para la predicación Los hagiógrafos establecen una relación directa con su
en las iglesias y la lectura de instrucción de los monjes en los monas- audiencia debido a la finalidad de la obra que escriben, es decir, a
terios, donde, junto a las Regulae patrum, es decir, las Reglas su carácter cultual y didáctico. Existe entre ambos una interacción
monásticas, eran la lectura habitual en las collationes monacales. debido al sistema de valores morales y religiosos compartidos. El
mártir o el santo son los representantes de esos valores, admitidos

73 Corresponden a las incluidas en el número 6 de la clasificación que estableció de las Pasiones,


como se ha indicado. 79 Sobre este último aspecto, véase Guillot 1939.

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La literatura hagiográfica

4.4. Espacios y tiempos para la santidad


y compartidos por toda la comunidad, incluido el hagiógrafo,
quien no deja de ser un miembro creyente de la misma. En muchas Una de las constantes que persigue toda obra hagiográfica,
ocasiones el escritor es el eco y reflejo de una serie de relatos cono- según se indicaba al comienzo, es ofrecer credibilidad, impresión
cidos por la comunidad, transmitidos oralmente, que forman ー。セエ・@ de veracidad o, cuando menos, de verosimilitud, si bien en algunas
de la tradición popular y que él se encarga de poner por escnto obras medievales la presencia del elemento prodigioso es tan enor-
para perpetuar la memoria de los mismos y de sus protagonistas y, me que apenas resulta creíble. Pero hay que entender que, inclu-
como ya se ha indicado, para contribuir a su difusión cultual. En so en estos casos, todo milagro, prodigio o maravilla, entra en el
ese sentido, son conscientes de la transcendencia de su papel Y por marco de la capacidad taumatúrgica del santo y de la omnipotente
ello se apoyan en testimonios dignos de fe y, caso de existir, en intervención divina.
documentos anteriores fiables. Aunque tampoco aquí es posible trazar datos absolutamente
Los hagiógrafos saben que tienen la misión de enseñar, infor- válidos para todas las obras, sí puede intentarse una aproximación
mar, persuadir y convencer, además de crear relatos amenos que a ciertos procedimientos comunes que sirven para ofrecer esa
entretengan. Buscan, pues, los ideales tradicionales de la retórica impresión de realidad y credibilidad.
clásica, después vertidos en los ideales agustinianos de docere, delec- La mayoría de las obras -desde las actas a las leyendas- ofre-
tare, flectere, porque saben que escriben para un número limitado cen precisiones y detalles diversos y múltiples sobre coordenadas
de lectores, pero que sus obras están destinadas a todos, porque se espaciales y temporales:
utilizan como lectura pública, en la liturgia, incluso a modo de ser-
mones en las iglesias, así como en los monasterios. Se percibe en ellos a) En cuanto al primer aspecto destaca el localismo, de un
una preocupación por escribir correcta y claramente, aun cuando lado, o las referencias geográficas generales de otro, con
les invade la sensación de que no van a estar a la altura de la gran- distinta perspectiva. En las obras antiguas y las redacta-
deza del relato que tienen que contar. Esa formulación de sus temo- das como consecuencia de cultos locales, en cualquier
res sobre su capacidad como escritores no escapa a los tópicos reite- época, suele prevalecer el ámbito geográfico cercano al
rados y permanentes de los escritores al justificar y presentar sus público, al lector, detalles que puede conocer y resultarle
obras -,aunque pueda haber mucho de sinceridad- y reflejan, en mi familiares. Paralelamente a ello existen referencias gene-
opinión, que la preocupación literaria y estética también ・ウエ£セ@ ーイセᆳ rales, cuando se trata sobre todo de santos '"importados":
sentes80, aunque predomine la función didáctica y tengan conciencia grandes ciudades, rutas de viajes, lugares de renombre
de ser un engranaje de la maquinaria social, es decir de la propia que, aunque el público los desconozca, sirven para trazar
la historia dentro de una realidad geográfica. En ocasiones
comunidad de creyentes a quien se dirigen.
la lejanía de los lugares, conocidos sólo por su fama, favo-
rece la credibilidad de la historia, pues no hay ninguna
referencia concreta que la pueda desmentir, todo lo que
80 Algunos estudiosos niegan este punto o lo remiten a un plano mínimo de importancia.

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La literatura hagiográfica

sucede "lejos" es posible, además de adquirir un aire de teatro o en la plaza, celda oscura, con escaleras o no, cepos
leyenda, misterio, etc. (evidentemente esto ocasiona, a su o no, las correas se aprietan hasta el agujero número 4 o 5,
vez, el traslado de reliquias, el nacimiento de leyendas de exactamente precisado. El asceta vive en una cueva a tanta
distancia de la ciudad, la basílica consagrada a tal santo se
viajes, etc.).
separa del lugar, o está dentro de él; tiene un coro, donde
Otra cuestión paralela a ésta, pero que no debe dejar de se encienden velas, una entrada donde se congregan los
comentarse en relación con el culto de santos locales es fieles; las celdas de los monjes son reducidas, las calles de
que, en ocasiones, este localismo está motivado por el la ciudad por donde camina, las murallas o su inexisten-
deseo del hagiógrafo de marcar la especifidad de su lugar, cia, etc. en resumen un detallismo preciosista de espacios.
de prestigiado con la existencia de un santo que le da fama Puede hablarse así de un "espacio externo" y un ""espacio
y honra la ciudad y que se destaca y particulariza frente a interno" o ""espacio de la santidad" 82 •
otros. Un ejemplo muy particular pero ilustrativo es el de
diversas pasiones hispanas. En el Himno a los mártires de b) Del mismo modo puede hablarse de la existencia de un
Prudencio es palpable este localismo, utilizado consciente- ""tiempo externo" y un ""tiempo interno" o "'tiempo de la
mente por el autor para ensalzar los diferentes lugares, santidad" (Velázquez 1994). El primero normalmente es
pero se ve reflejado tal)lbién, aunque de forma indirecta, vago o de referencias generales bien conocidas: los marti-
en las pasiones hispánicas pertenecientes al ciclo llamado rios en tiempos de tal emperador o gobernante -curiosa-
"sub Datiano praeside" 81 , en referencia a que se produje- mente muchos coinciden, cuando históricamente no es
ron en época de éste, quien, según las Actas de Marcelo, posible en diversos casos-, o referencias que encuadren
habría sido gobernador de Lusitania (praeses Lusitaniae) ""más o menos" histórica o temporalmente la pasión o la
.·entre el 286-293. Si bien las pasiones hispanas se sitúan vida en cuestión. Pero en general son vagas las referencias
mayoritariamente bajo su dominio, pero dependiendo de a días, meses, años (salvo las actas de mártires, fechadas
la persecución del emperador Diocleciano (302-304). como cualquier documento público), a la duración de los
hechos o a los días que separan unos acontecimientos de
Pero sobre todo se buscan referencias que ubiquen, por otros, o bien son simbólicos, números determinados, como
así decir, el relato de forma precisa y concreta. Las refe- la vida de san Alejo, que, según la Leyenda dorada, pasa
rencias geográficas pueden ser locales y familiares o leja- 17 años fuera de su casa y, cuando vuelve, otros 17 vivien-
nas y vagas, pero los espacios donde se producen los do debajo de las escaleras. También es destacable la impo-
hechos han de estar bien detallados, incluso la descripción sible cronología atribuida a ciertos santos o los cambios de
de objetos que conforman ese espacio: martirio en el anfi-

82 Véase Boesch Gajano 1988 y también de la misma autora 1980.


81 Gaiffier 1954, Tovar Paz 1994.

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siglos de unas vidas a otras de los mismos santos, o las refe- 4.5. Del mártir al santo
rencias a acontecimientos ocurridos en épocas distintas a La distinción entre mártir y hombre santo es fundamental
las que se señala. Puede volver a citarse Daciano, el prae- para la comprensión histórica de los personajes mismos y su
ses tantas veces mencionado en pasiones hispanas. Son papel social, así como para el desarrollo literario de las obras
muchas las pasiones de diversos mártires que mencionan generadas en torno a ellos. Tal distinción afecta en gran medida
gobernadores o emperadores que no coinciden realmente al desarrollo de este trabajo, ya que el objetivo último del
con la historia. mismo son las obras hagiográficas de la Hispania visigoda, fun-
Aunque no siempre se producen estos datos enumerados, sí damentalmente Vitae, cuyos protagonistas son esos hombres
es común que en cada relato haya una estructuración individuali- santos que no han recibido el martirio, aunque se hará referen-
zada de espacios y tiempos contrapuestos, en lo que podría deno- cia al Pasionario Hispánico, habida cuenta de que el núcleo
minarse, según se ha hecho aquí, espacios y tiempos externos, fren- básico de las primitivas pasiones en él incluidas se conformó ya
83
te a los internos, frente a los ""espacios y tiempos de la santidad" • en el siglo VII.

Sin pretender entrar en ejemplos concretos podría citarse El mártir es la persona que ha recibido el martirio por el tes-
aquí un caso muy particular, el de las Vidas de los padres de timonio de su fe y cuya veneración y culto son reconocidos, en pri-
Mérida, la anónima obra hisp-ana del siglo VII. Además de darse mera instancia localmente y después por la generalidad de la
los aspectos comentados, dentro del ""tiempo de la santidad" hay Iglesia; a quienes se les atribuye sin excepción la capacidad de
una constante y es que los hechos milagrosos o los prodigios acae- obrar milagros, adquirida ya simplemente por el tipo de muerte
cidos, especialmente de visiones de santos caminando con ángeles, sufrida, siendo ésta la que los eleva al rango de la santidad.
transcurren de noche, durante el sueño de los que lo ven: se des- Aunque el desarrollo literario de los relatos sobre los mártires
piertan y tienen las visiones. Un tiempo que, tal vez el hagiógrafo- pueda haber producido obras posteriores en que ya se describa la
cuya vocación de historiador parece indudable-, trata de envolver vida anterior al martirio, o se señalen sus virtudes desde la niñez,
en un halo de sueño y misterio, frente a otro tipo de sucesos, que, y se hayan amplificado los relatos con todo lujo de detalles, lo que
aunque también interpreta como milagros acaecidos gracias a la confiere realmente la santidad a esos hombres y mujeres es su
intervención de santa Eulalia, patrona de la ciudad, se exponen en muerte trágica y la obtención de la palma de la victoria y el premio
una atmósfera más ""real" y en momentos y circunstancias diferen- del cielo gracias al martirio.
tes como la caída del techo de un edificio, sin que nadie quede En cambio, el hombre santo -o la mujer santa- son personas
'
herido, a la hora de ir en procesión a misa. de vida piadosa, normalmente dotados de inteligencia, capacidad
de discernimiento y prudencia, y en muchos casos de notable cul-
tura, que se han ganado el reconocimiento de sus semejantes, de
83 Véanse los trabajos ya citados de Leclerq 1963, Boesch Gajano 1976 y Boyer 1981. Además sus vecinos, de las comunidades donde viven, que han adquirido
Bolton 1959.

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fama por la eficacia de sus oraciones para interceder por los Muchos de esos rasgos también se daban en las mencionadas Actas
demás, por su forma de vida austera y ejemplar 84 • de los mártires paganos. Como se ha destacado antes, la presenta-
Dada la gran variedad de obras hagiográficas y, sobre todo, ción del mártir como alguien que opone su modo de vida, su reli-
la enorme duración del género, así como su reparto geográfico por gión, al poder, al tirano, en una actitud considerada sediciosa por
toda Europa, no es posible reducir a unas cuantas notas la evolu- el emperador o sus gobernadores y representantes, son elementos
ción de las características de las obras, de sus personajes, conteni- comunes a paganos (filósofos, sobre todo) y cristianos (mártires).
dos, etc. Pero hay un hecho constatable en toda la literatura hagio- Los mártires simbolizan el cristianismo frente al paganismo,
gráfica y es la tendencia a crear estereotipos, a seguir unas pautas los ciudadanos celestes frente a los súbditos del poder terrenal -de
en los contenidos de las obras, tanto en prosa como en verso, en lo hecho, en algunas Actas hay menciones explícitas en este sentido,
que a '"temas básicos" se refiere, en hechos comunes a todas las así en la de los mártires escilitanos, donde Esperato rehúsa explí-
pasiones o a todas las vidas, en el carácter y las cualidades de los citamente someterse a cualquier poder del mundo, aunque cumple
santos, en los vicios de los antagonistas, de los ''malos" de los rela- con sus deberes ciudadanos: '"Yo no reconozco el Imperio de este
tos, en las formas de intervención divina, etc. Algunos de esos ras- mundo, sino que sirvo a aquel Dios a quien ningún hombre vio ni
gos comunes ya se han ido mencionando, por lo que ahora pueden puede ver con estos ojos de carne. Por lo demás, yo no he hurtado
apuntarse algunas de las notas características más comúnmente jamás; si algún comercio ejercito, pago puntualmente los impues-
observables en relación con los personajes protagonistas (y anta- tos ... ", Donata, otra de las mártires dice: "Tributamos honor al
gonistas) de las obras hagiográficas, ya desde las primeras, así César, como César, pero temer sólo a Dios".
como su evolución con el curso de los siglos.
Los mártires se caracterizan en las primitivas Actas por ser
personas de toda clase y condición: obispos, diáconos, soldados,
4.5.1. Los primitivos mártires mujeres vírgenes de diferentes estratos sociales, esclavos, hombres
ilustres. Entre las diversas condiciones de los cristianos, algunos
En las Actas más próximas a lo que debieron ser los procesos tipos se van perfilando nítidamente: obispos y laicos ilustres, hom-
reales ya surgen elementos que caracterizan a los mártires y su bres cultos, algunos conocedores de la filosofía antigua. Hasta el
forma de actuación hasta el punto de crearse arquetipos de tales punto de que, como se dijo al hablar de la formación del género
personajes. Casi todos tienen unos rasgos comunes, aunque los literario, hay una cierta equiparación e, incluso en algunos casos,
procesos o las circunstancias en que se desarrollan sean diferentes. comparación explícita entre los cristianos que han sufrido perse-
cución por sus creencias religiosas y los filósofos que la sufrieron
por sus ideas. Junto a éstos, los soldados, que renuncian a su mili-
cia al servicio de los ejércitos imperiales (hay que tener en cuenta,
84 Sobre la definición de hombre santo ("holy man") y el papel jugado en la Antigüedad Tardía,
vuelvo a recordar en concreto, los trabajos de A. Cameron y P.A. Hayward contenidos en Howard- por ejemplo, que la última gran persecución, la de Diocleciano,
Johnston- Hayward (eds.) 2002', en torno al tt·abajo de Brown.

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comenzó por un edicto apartando del servicio militar a los cristia- Los mártires se convierten en modelos de imitación, aunque,
nos que no renegaran de serlo), para pasar a ser soldados de en realidad, son inimitables, su figura inasible para el común de los
Cristo. Llegará a ser un tópico claro la identificación de los cris- cristianos, en épocas en que los relatos de sus sufrimientos ya no se
tianos en general como ""soldados de Cristo". La mujer fuerte, que corresponden con la situación del momento. Por ello ese carácter
mantiene su virginidad o su castidad contra toda prueba, y que se de imitabilidad no se refiere a seguir estrictamente sus pasos, sino
entrega al sacrificio, incluso es capaz de entregar a sus hijos sin el a conmemorar su vida y muerte en las fiestas, en los dies natales.
menor atisbo de duda. Resulta sobrecogedor el Acta del martirio Con ello los fieles esperan poder participar del poder que Dios ha
de Felicidad y sus siete hijos en época de Marco Aurelio y Vero, vertido a través de sus mártires (Brown 2003, 51).
aunque la autenticidad de la misma es dudosa. Los mártires niños El mártir cristiano muestra una actitud valiente ante la
o adolescentes, inconmovibles, incapaces de asustarse ni de llorar, muerte, incluso osada. Tiene prisa por morir, considera que su
con una responsabilidad y madurez impropias de su edad. Es el muerte es una victoria y llega a desear la muerte violenta del mar-
germen de uno de los tópicos más característicos de las Pasiones y tirio para reunirse lo más pronto posible con Cristo en el cielo.
luego de las Vidas que será continuamente utilizado en épocas pos- Frases como ""quiero morir porque soy cristiano", ""prefiero morir
teriores: ""los niños viejos". en lugar de comer'\ ""deseo morir y estar con Cristo'\ etc., son ca-
Los mártires constituyen las figuras centrales de la Iglesia pri- racterísticas de los hombres y mujeres que van a ser sacrificados.
mitiva, son fundamentales para la afirmación de la misma y difusión Algunos llegan a entregarse voluntariamente a las autoridades
de sus enseñanzas. Por este motivo las Actas de los mártires se leían para así acabar cuanto antes.
en las iglesias el día de la celebración de la pasión, conmemorado Pero no sólo muestran una fortaleza de ánimo y una resis-
como el día del nacimiento (dies natalis) a su nueva vida. Pero por tencia física sobrehumana, sino una ironía y hasta sarcasmo con
este mismo motivo, la Iglesia tenía sumo cuidado en que fueran las los interrogadores y gobernantes, los subestiman, se burlan de
actas ""sinceras" las únicas admitidas, ejercía un control sobre las ellos, en su lenguaje son temerarios y rebeldes.
historias de mártires, distinguiendo netamente entre las ortodoxas y
Su obstinación en no sacrificar a los dioses paganos y su impa-
las que no lo eran. En esta misma línea, no hay que olvidar que,
sibilidad ante los tormentos, son dos de las notas más relevantes.
desde muy tempranamente, al lado de los evangelios canónicos, tam-
bién circularon los apócrifos. La tendencia de la gente a exagerar y Es un héroe de raza superior que vence a las tinieblas del
dar popularidad a las historias de mártires podía dar lugar a la difu- paganismo. Es el campeón de la lucha que combate por Dios y se
sión de otro tipo de mártires o de gentes perseguidas, como los heré- vuelve invencible (Delehaye 19663 , 172). Combate contra el dia-
ticos donatistas, montanistas, etc., porque el arquetipo del mártir, blo, es una forma de combate espiritual, que luego se dará tam-
al igual queera la figura más señera de la Iglesia, podía convertirse bién en los santos no mártires. Se pasará de los soldados de Cristo
en una figura inquietante -dado su carácter rebelde e invencible, no mártires, a la santa milicia que combate contra los paganos, here-
persuadible-, incómoda, incluso en algún momento hostil. jes o malvados.

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Con todo, las Actas primitivas muestran cierta proximidad a actas del mismo al emperador. Decio en persona las leyó -según
la realidad, no sólo la cercanía de lo que pudo ser el proceso, con- dice el texto- y "admirando una disputa de tan agudas respuestas,
dena y ejecución, sino de las actitudes de los intervinientes. no pudo contener una sonrisa y, sin pérdida de tiempo, confió a
Aunque los datos anteriores son comunes a todos, todavía es posi- Marciano la prefectura de Panfilia y, admirando sinceramente a
ble ver en algunas actas sentimientos próximos al temor por el Acacio, le concedió su estimación personal y le volvió a su ley".
sufrimiento, como la reacción de Sabina que trata de protegerse al Será ésta una de las escasísimas veces, si es que no es la única, en
lado de Pionio, al temer ser aplastada por una turba de gente que que un emperador perseguidor de cristianos muestre algún rasgo
quiere presenciar el martirio de ambos; la mención explícita de de humanidad con respecto a quienes persigue y ordena ejecutar.
algunos que saben que les esperan grandes sufrimientos; pero, Sin embargo, salvo algunas notas particulares como las des-
sobre todo, los rasgos de humanidad, conmiseración y sufrimiento critas, ya en las primitivas actas se da de forma clara la menciona-
de los testigos presenciales, amigos y cristianos también; incluso da polarización entre el mal y el bien, esto es paganismo y cristia-
llegan a aparecer sentimientos de compasión de algunos paganos nismo. A nivel individual: cada uno de los emperadores, pretores,
que se apiadan de los mártires y les aconsejan para desistir de su torturadores, etc., frente a los mártires, ya sean capturados, ya se
empeño. Si bien la nota más característica de estos paganos es que presenten o declaren su condición de cristianos voluntariamente y
no son capaces de comprender_ por qué los cristianos se sacrifican sean igualmente apresados. A nivel colectivo: muchedumbre paga-
voluntariamente. na, anónima, cobarde, incapaz de sufrir con los que sufren,
Quizá entre todas merezca la pena resaltar una por su aleja- embrutecida, salvaje, frente a los cristianos serenos, dispuestos a
miento del tópico característico de estas obras, donde ya hay una aliviar los sufrimientos de los torturados, aun arriesgándose, pia-
polarización entre buenos y malos, últimos y primeros (como en el dosos, llenos de bondades, valientes, compañeros en el dolor de sus
・カ。セァャゥッ@ ), cristianos y paganos: Acta de Acacio. Tuvo lugar bajo correligionarios. Pueden citarse como ejemplo de esto las Actas de
la persecución de Decio (emperador entre el 249 y el 251), consi- Potino y Los mártires de Lyon.
derado por la literatura historiográfica como un execrable y cruel Surgen en la relación de acontecimientos otras notas que des-
perseguidor de cristianos. De esta época se conservan muy pocas pués se mantendrán casi de forma sistemática y que afectan tanto
actas, pero, por el contrario, existen las cartas de san Cipriano - a la creación de arquetipos de personajes como de situaciones: los
también mártir- que documentan de forma fiable la situación gene- verdugos encargados de la tortura son seres casi siempre silencio-
rada a raíz del decreto de persecución del250. Acacio era, al pare- sos y siniestros que se aplican con empeño a practicar cuantos tor-
cer (pues su figura no está documentada por otras fuentes, salvo mentos les señalan los jueces, tanto se aplican que llegan a fatigar-
por las actas), obispo de Antioquía de Pisidia. Mandado apresar se, se tienen que relevar entre ellos. La descripción de la tortura
por el consular Marciano, sostiene con éste un interrogatorio que que dura horas y que, sorprendente y milagrosamente resisten los
es casi un debate sobre la religión. Marciano, sin acudir a la vio- cuerpos de los cristianos, y el cansancio de los torturadores, serán
lencia ni la tortura, concluye el interrogatorio y decide enviar las

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La literatura hagiográfica

algunas de las notas más características _ra en las Actas, que luego Diocleciano fundamentalmente, los praesides y magistrados eje-
pasarán a las Pasiones, con un progresivo aumento en la recrea- cutores, como Daciano, son el estereotipo de la maldad absoluta.
ción y descripción de la cruel situación hasta el punto de llegar a Se establece un fuerte contraste entre protagonistas y antagonis-
constituirse en auténticos pasajes macabros y morbosos, 。オョアセ・N@ se tas. En los procesos verbales es frecuente que mientras el juez
encuentren redactados con notable lirismo y fuerza dramatica exhorta y promete al cristiano la liberación, éste se muestre cauto,
incluso callado; pero sus palabras, despectivas aunque comedi-
como en el ya citado Himno a los mártires de Prudencio.
das, exasperan a los interrogadores, que dan paso a las amenazas.
N 0 obstante todavía en las Actas primitivas predominan Es entonces cuando el mártir, ante esas amenzas, se crece, ataca
narraciones sencillas que tratan de dar testimonio de lo ocurrido contundentemente y de forma elocuente. Precisamente la elocuen-
y, aunque muestran personajes estereotipados e indudables exage- cia es un rasgo definidor del mártir, frente a la falta de recursos
raciones en las descripciones de detalles o, cuando menos, aspec- verbales y argumentación razonable de los jueces. Las réplicas a
tos que ""deshumanizan" a los mártires por su ゥセGー。ウャ、L@ toda- los interrogatorios se hacen en muchas ocasiones en forma de dis-
vía no adquieren tintes de leyenda, de fabulacwn, m ese regodeo curso: sobre la exposición de la doctrina cristiana, sobre la nece-
en el sufrimiento que muestran muchas pasiones y que estremecen dad y perversidad de los dioses paganos, sobre la falta de miedo
a un lector contemporáneo, sea cual sea la intención con que se ante el tormento y la declaración personal -el testimonio vívido-
acerque a su lectura. de ser mártir, así como las oraciones a Dios para soportar en su
En las Pasiones estas notas caracterizadoras de personajes Y nombre el inminente martirio. Todas estas exposiciones se reali-
actuaciones se perfilan aún más nítidamente, se multiplican los zan en forma de breves discursos. Los interrogatorios constitu-
detalles. En ellas, como en las Actas, los mártires aparecen オセ@ yen, pues, formas dialógicas bien estructuradas. Primero las
tanto deshumanizados, son extraordinariamente fuertes e impasi- cuestiones reglamentarias, donde se observa ya el rechazo inicial
bles ante su propio dolor, incluso ante el de los seres queridos, el del mártir, como cuando, al preguntársele de dónde es, contesta
perfil humano que muestran llega a ser aterrador セッ@ su .dureza. que su patria es la Jerusalén celestial, o como cuando se le inte-
No sólo se enfrentan con valentía y aplomo al martlno, smo que, rroga por su nombre responde con una nueva pregunta: ""¿Por
incluso parecen desear los propios tormentos, que reinterpretan qué preguntas mi nombre? Soy cristiano".
como 、セャ」・ウ@ sucesos: las tenazas y cadenas les parecen alhajas, los La descripción de los suplicios forma parte esencial de las
ruidos que producen los instrumentos de torturas, agradables Actas y Pasiones, pero frente a los suplicios tradicionales del
músicas para los oídos, las carnes quemadas, ッャイセウ@ a 「£ャウ。ュセN@ (no mundo romano, decapitación, eventualmente crucifixión o exposi-
sólo a ellos, sino a todos los cristianos que presencian los suphcws). ción a las fieras, ahora se detienen no tanto en el final último que
El detallismo en la descripción alcanza como nunca a la produce la muerte, siempre mencionado desde luego, cuanto en la
caracterización de los emperadores, a la maldad de los enemigos, narración de la tortura. Se asiste a una auténtica visión de una
a las torturas, a la frialdad de los mártires. Los emperadores, galería de horrores, crueldad y brutalidad sin límites, de más que

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

dudoso gusto, ni siquiera ateniéndose a ciertos patrones de hiper- El género hagiográfico se transforma, se novela y se drama-
realismo narrativo. Se observa una descripción in crescendo de la tiza extraordinariamente en las Pasiones, sobre todo en las tar-
maquinación por parte del praeses o los jueces en diseñar torturas días, a partir de finales del siglo IV y durante el siglo V. Ya van
cada vez más crueles, que no consiguen doblegar el ánimo del már- quedando lejos las épocas de los martirios, ya las comunidades
tir y sí, en cambio, agotar físicamente a los torturadores, como se cristianas viven alejadas de esos peligros cotidianos y los autores
ha indicado. En más de una ocasión los castigos se vuelven contra de Pasiones deben desplegar todo su ingenio para hacer vívidas y
los castigadores (como las llamas que los alcanzan a ellos) o se rela- presentes aquellas historias que, por más de uno, pueden ser
ta su muerte sobrevenida poco después de la del mártir, como cas- consideradas como antiguas, legendarias y, tal vez, ya no creí-
tigo a su felonía. Esta circunstancia produce en el lector un efecto bles. La preocupación de la Iglesia primitiva por difundir sólo las
de reordenamiento moral de los hechos, de satisfacción moral a la Actas sinceras y ortodoxas, se convierte ahora en preocupación
preocupación de que tamañas injusticias queden sin pagar. El pue- por hacer revitalizar la fe y la presencia de los mártires, por no
blo necesita leer o escuchar que se produce esa satisfacción moral relegarlos al olvido.
3
que procura el castigo de los malvados (Delehaye 1966 , 217). A lo largo de la Antigüedad Tardía y Edad Media las Pasiones
No obstante, no siempre aparece esta "'compensación", pero tienden a uniformar estos arquetipos y a presentar de forma hiper-
debe entenderse que, en última_instancia, todos son conscientes de bólica los acontecimientos. Puede citarse aquí el Himno a los már-
que aquel tiempo de persecuciones ha finalizado con el triunfo tires de Prudencio, donde estos tópicos alcanzan su mayor drama-
absoluto del cristianismo, la desaparición de la religión pagana y, tismo: la voluntaria entrega de Eulalia, la joven de doce años, y su
lógicamente, con la victoria eterna de los atletas de Cristo. fortaleza y dureza frente al martirio en Mérida, donde da muestras
de una elocuencia y sabiduría por las que más parece una mujer
Otro de los elementos que forma parte consustancial con las
adulta que casi una niña; la mujer que, a la par que es sacrificado
Pasiones, al menos las ya noveladas, son la aparición de milagros,
Román en Antioquía, ve cómo su niño de corta edad es también
generalmente post mortem. El elemento sobrenatural les confiere
torturado con aquél, de forma que hasta los propios verdugos y el
un carácter propio. Asimismo, siempre están presentes las visiones
público lloran y sienten lástima, pero ella impasible no sólo no lo
celestiales, como los ángeles que protegen al mártir; los fenómenos
hace, sino que recrimina al niño que pida agua. Extremos estos de
atmosféricos singulares, como la niebla, la nieve, etc., que los
la descripción que son apenas soportables.
cubren en su desnudez, o los animales, como la paloma que lleva
comida al mártir a la cárcel. Sucesos extraordinarios como cuando A pesar de este minuciosismo y proliferación de detalles los
brota leche de sus venas y no sangre; o los mártires que pueden mártires se van ""uniformando" en las Pasiones, así como mu-
seguir hablando -¡y elocuentemente!- con la lengua cortada, etc., chas de las circunstancias que rodean a los hechos. Surgen per-
rasgos tópicos recurrentes que debían amenizar los relatos circuns- sonajes secundarios no contrastables y los relatos se amplían y
cribiéndolos en un halo maravilloso para asombro del público. magnifican.

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f!ib.
í

Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

ejecucwn por dar testimonio de su fe, aunque son lógicamente


4.5.2. Los santos de las Vitae
santos por ello, y después se especializa el término confessor, para
Resulta lógico que este modelo de mártir y los tonos de tre- quienes han sufrido las mismas persecuciones y torturas, aunque
mendo dramatismo, sin llegar a abandonarse nunca del todo, die- no han muerto, siendo también santos por ello, el término sanctus
sen paso a otro modelo de imitación y edificación para l_os cristia- se aplica además a personas de vida ejemplar, modélica -equipa-
nos y con él a un nuevo género hagiográfico, el de las Vttae, espe- rable como vimos a la de los propios mártires de sangre-, que tam-
cialmente de los denominados santos 85 • bién son dignas de culto y veneración tras su muerte. La sanción
Como es sabido, sanctus era un apelativo usado en latín, en de esta santidad vendrá dada, en unos casos y otros, por la capa-
principio para caracterizar la idea de santidad de Dios, que se cidad de obrar milagros tras su muerte, en ocasiones durante su
aplica frecuentemente a partir de época imperial a personas hon- propia vida.
radas y eminentes de la sociedad, a las que se distingue con tal títu- Este tipo de santos ""no mártires" surge fundamentalmente
los6. De hecho, el emperador cristiano es calificado en ocasiones de en las centurias tercera y cuarta en el contexto oriental de Siria,
sanctissimus. Partiendo del uso del griego ""hágios", que calificaba Egipto y Palestina, en ambientes de gran ascetismo, vida de ora-
tanto a dioses como a hombres, templos o lugares sagrados, y en ción y contemplación (Rapp 2002 2 , 63). Son los eremitas que
textos cristianos se usaba en plural para referirse a la asamblea o abandonan sus vidas y ciudades y se retiran al desierto en busca
comunidad de fieles (""hágioi"), también se comenzó a usar en latín de soledad, aislamiento del mundo. Estos santos atraen a las
colectivamente sancti para designar a los cristianos. De ahí pasó a comunidades que los veneran y admiran en vida. De hecho la
usarse más restrictivamente para los mártires, pero haciendo alu- vida de Simeón el estilita proporciona la descripción de hombres
sión a sus restos mortales, enterrados en tumbas, lugares marti- y mujeres, ya sean cristianos o no, que se acercan a la columna
riales 0 basílicas. Se observan así dos campos de aplicación del tér- donde vive para obtener favores, ver su pobreza aliviada, sus
mino uno ceremonial, como título de honor dado a los vivos o trabajos mejorados, su vida cambiada; se produce una interrela-
' '
muertos, a partir de lo cual se aplica restrictivamente a los marti-
.
ción entre el santo y los efectos milagrosos que con su oración
res. Otro, derivado de aquí, de profundo sentido religioso, para consigue sobre la vida de las gentes. La comunidad convierte a
referirse a personas íntimamente vinculadas a Dios, como esos Simeón, y a este tipo de santos, en benefactores, en objeto de
mártires, y que pasan a ser objeto de veneración y culto. devoción y lealtad y, como consecuencia de ello, en santos, cuya
Como la palabra martyr, testimonio o testigo, pasa a desig- santidad ya obra en vida. Se crea así un primer modelo del santo
nar estrictamente a quienes han padecido persecución, tortura y ""exemplar" (Brown 1982), que se convierte en el arbiter de las
gentes y actúa sobre ellas como un patrono. Casi es un papel simi-
lar al de los antiguos filósofos; aunque ellos buscan el aislamien-
35 Al margen de las Vitae de mártires, de las que ya he hecho mención. to, son las gentes las que van en su busca y se ve pronto rodeado
86 Sobre el origen y usos de la palabra sanctus, así como la relación con los términos griegos "lúe- de discípulos y seguidores.
ros" y セBィ£ァゥッウG|@ véase Delehaye 1927.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

A partir de aquí aparecerán las pequeñas comunidades de escribir. Sabemos también que encargó a su discípulo Pascasio la
eremitas viviendo juntos, acabando por convertirse en comunida- traducción de las Vitae patrum Graecorum y que tradujo él mismo
des cenobíticas. Este modelo de santo asceta y solitario, de vida de los Canones de los sínodos orientales, precedidos de una carta
privaciones y ajena al mundo, es característico de Oriente. dedicatoria a Nitigisio, donde muestra preocupación didáctica,
En relación con esto, hay que señalar que la hagiografía grie- mencionando la dificultad de la traducción y su insatisfacción por
ga ejerce un fuerte influjo sobre la latina occidental, como ocurre las traducciones ya existentes, por lo que se propone acometer su
en otros géneros literarios. La literatura cristiana latina está mar- labor de correcciÓn87 • Igualmente se expanden con rapidez por
cada desde sus inicios por una actividad traductora de obras grie- Occidente las Pasiones y Vidas de mártires, así algunas de los
gas. En primer lugar, como es lógico, la Biblia y obras exegéticas, Pasionarios de Cardeña y Silos son de origen bizantino 88 •
doctrinales, homiléticas. El influjo de esta literatura se deja sentir A partir de esta difusión de la vida de ascetas y padres del
en autores como Ambrosio, Hilario, Jerónimo, Rufino. En la lite- desierto en Occidente, el modelo de santo evoluciona, para
ratura hagiográfica las Vidas de los padres del desierto se traducen ampliarse con ellos y ya no sólo con los mártires. El papel de pro-
inmediatamente, algunas se redactan en latín directamente. tectores de las ciudades y de las iglesias propio de los mártires se
La fama adquirida por esos personajes ascéticos y la curiosi- amplía a estos ''hombres santos". El siguiente paso es el del ideal
dad e interés que suscitan sus vidas, hacen que el relato de estas se monástico. Junto a los eremitas que viven solos y aislados, cobran
difunda rápidamente en Occidente. Así, por ejemplo, la Vita fuerza los fundadores de monasterios, que viven con otros compa-
Antonii, escrita por Atanasio de Alejandría, quien la redactó, al ñeros en comunidades, llevando una vida de oración y contempla-
parecer, escondido en Egipto entre el356 y 357, y la llevó a su exi- ción. Sin embargo, este tipo de personajes obedece aún a los idea-
lio a Roma, Milán y Tréveris, donde se difundió traducida al latín, les orientales de vida solitaria y retirada. En Occidente surge
primero de forma anónima y luego por Evagrio de Antioquía, entre ahora el otro gran hombre santo, y el que va a vitalizar todos los
el 370-374. La Vida de Pablo de Tebas o el Ermitaño, de historici-
dad dudosa, fue compuesta por Jerónimo en el 375, con diversos
elementos fabulosos, al igual que la Vida de Hilarión del 395 o de 87 · · · zlt in エ。ョゥセ@ temporibus ウ」イゥーエセ・@ aza non intellegentes <mt dormitantes multa pt·aetennit-
Maleo, o la Vida de los santos padres de Rufino, posiblemente sólo tant, et propterea m tpsos canones ahqua apud simpliciores uideantur obscura ideo uisum est ut
セコオョ@ omni 、ゥAァ・セエ⦅。@ et ea quae per translatores obscurius dicta sunt et ea quae セ・イ@ scriptores sunt
traductor del texto griego. Más adelante, en el siglo VI en un1nutata, sunpltctus et ernendatius restaurarmn ("Como en tantas ocasiones los escritores, 0 por-
Hispania, Martín de Braga redacta las Sententiae patrum セ・@ア no cotnprenden セ@ porque son negligentes omiten muchas cosas, y puesto que en esos mis 1nos
canones algunas cuest10nes resultan oscuras para los más simples, me ha parecido que con todo cui-
Aegyptiorum, una colección de dichos de los padres del desierto, a dado セ@ de forma más sencilla y correcta debía restablecer esas cosas que los traductores dicen que
los que los diversos fratres hacen preguntas y ellos responden. Se son mas oscura; Y aquellas que quedan confusas por los escritores"). Véase Velázquez 1994. Sobre
la obt:a de Martm de Braga, véase la edición de Barlow 1950; asimismo Fontán 1974 y 1979; también
trata de una obra escrita con una finalidad didáctica y que podría Banmard 1991, Codoñer 1991, 234-237.
haber estado en la base de una Regula monachorum que no llegó a 88 París, B.N. nouv. acq. Lat. 2179 y 2180. Para la influencia oriental sobre la hagiografía lati-
na véase, en concreto, Gribomont 1984.

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protagonismos de los relatos y todas las virtudes de la santidad, los la Vita escrita por Sulpicio Severo se inicia propiamente este tipo
obispos; muchos de ellos también monjes antes, incluso sin aban- de relato hagiográfico que tanto éxito tuvo en Occidente y
donar ese papel que les confieren los rasgos de vida aislada y con- durante tanto tiempo ha sido el modelo ideal. Martín de Tours
templativa. Respondiendo, sin duda, además a la posición oficial era él mismo un eremita, procedente de Oriente y peregrino,
de la Iglesia que ve con ciertos recelos el papel de los eremitas y luego un abad de una comunidad monástica fundada por él y
ascetas, por ciertos ecos de herejías, que provocan preocupación y después un obispo de Tours. Su vida, ejemplar y modélica, según
porque la vida cenobítica y monástica escapa en ocasiones al con- los cánones acuñados en Occidente, es el ejempo de esa doble
trol mismo de las jerarquías eclesiásticas, los nuevos santos que vida privada y pública.
son los obispos ejercen ellos mismos ese control y sus vidas entran Sulpicio Severo escribe al comienzo de la Vita la clara inten-
en la historia social de su época y gentes. cionalidad del hagiógrafo y la finalidad de la obra:
Se crea así un modelo hagiográfico que responde a una reali- ''Tengo la certeza de que voy a hacer algo útil si escribo la
dad social y es el papel transcendental jugado por los obispos en la vida de un hombre muy santo, destinada a servir pronto de
Antigüedad Tardía y Alta Edad Media. Los obispos -y, por tanto, su ejemplo a otros muchos hombres, con el que ciertamente los
reflejo en la literatura hagiográfica- son, como ya he indicado a pro- lectores se verán incitados a la verdadera sabiduría, a la
pósito de las palabras de Leonardi (1989), hombres de oración y de milicia celestial y a la virtud divina."
acción. Su vida volcada a Dios, contemplativa, que busca el aisla-
miento y la serenidad, enlaza con el ideal de vida ascético y monás- Martín es definido como ese nuevo mártir de espíritu y no de
tico· históricamente muchos de ellos, antes de ser obispos han sido sangre, en que se convierten los nuevos santos. Sulpicio Severo en
'
monjes, abades de monasterios. Pero su función episcopal, su papel una carta escrita al diácono Aurelio poco después de la muerte de
rector de la Iglesia, les aporta un papel fundamental en la sociedad, Martín, afirma:
sus figuras se insertan, en la historia, siendo protagonistas de ella. "Pues aunque los tiempos en que vivimos no le han depa-
El papel desarrollado por los obispos, este modelo de hombre santo, rado el martirio no se verá privado de la gloria de los márti-
tan excelentemente perfilado y definido por Peter Brown, se refleja res, porque en su fuero interno y por su virtud pudo y quiso
en la literatura hagiográfica, sistematizándose en un modelo de Vita ser mártir. Porque si le hubiera sido posible combatir en los
en la que no puede eludirse esa vía doble (duplex uia). grandes acontecimientos que tuvieron lugar en época de
El ejemplo más palmario de esta vida -tanto en la vida real, como Nerón y Decio, pongo por testigo al Dios del cielo y de la tie-
89 rra, que espontáneamente habría subido al potro de tortu-
en la obra literaria, no debe olvidarse- es el de Martín de Tours • Con
ra ... En resumen, se hubiese enfrentado inquebrantable a
todo tipo de tormentos y suplicios inventados frecuentemen-
te por la flaqueza humana sin apartarse un ápice de la con-
89 Véase la edición con introducción de Fontaine (1967) de la Vita sancti Martini de Sulpicio
Severo. También García Masegosa 1994 y Linage Conde 2003, con la bibliografía fundamental. fesión de su Señor, hasta el punto de que feliz con sus heridas

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y alegre en sus sufrimientos se habría reído en medio de cual- una vida ascética que levanta recelos y sospechas entre algunos
quier tipo de tormentos. miembros de la Iglesia. Junto a Milán funda un eremitorio; después
es nuevamente expulsado y se retira a la deshabitada isla de Gallina-
Pero, aunque no los sufrió, obtuvo sin embargo un marti-
ra, junto con un ""virtuoso sacerdote"91 •
rio incruento. Pues para obtener la salvación eterna ¿qué
sufrimientos de los dolores humanos no soportó a causa del Después de esto regresa a Poitiers, donde se retira a vivir en
hambre, las vigilias, la desnudez, los ayunos, las ofensas de una cueva en Ligugé junto con otro hermano. Allí la comunidad
los envidiosos, los ataques de los malvados, el cuidado de los va creciendo, sin que sepamos muy bien cómo y si se trata de un
enfermos, la preocupación por los que estaban en peligro? ... grupo de eremitas que viven juntos o ya hay un monasterio per-
Dejando de lado aquellos cotidianos y variados combates fectamente instituido y reglado. Pero la fama de Martín se extien-
suyos contra el poder del mal humano y del mal espiritual, en de tanto en la Galia que el día 4 de julio de 37llos fieles de Tours
este hombre asediado por tentaciones de diversa índole, deciden aclamarlo públicamente como obispo de la ciudad y a pe-
siempre sobraba el deseo imperioso de vencer, la paciencia sar de la oposición de otros sacerdotes. Sin embargo, Martín, que
para esperar, la ecuanimidad para sufrir. acepta, a su pesar, tan alto cometido, no abandona su vida ascé-
tica; en vez de vivir en el palacio episcopal, se traslada a una cel-
Hombre realmente inefable por su piedad, su misericordia
da junto a la iglesia, y más tarde a una nueva fundación monás-
y su caridad; virtud ésta que incluso en los hombres santos se
tica a 3 kms. de la ciudad, en Marmoutier, donde Sulpicio Severo
enfría en los tiempos de tibieza, mientras que en él, aumen-
90 entra en contacto con él.
tando cada día, perseveró hasta el fin" •
Esta vida dual (duplex uia), como indica Leonardi 1989, será
Originario de Sabaria, la actual ciudad húngara de Szomba-
la característica dominante de las Vitae a partir del siglo V. Es cier-
thely, en Panonia, hijo de un tribuno militar y él mismo soldado bajo
to que podría tratarse de un mero tópico literario para reunir esa
Constancio y Juliano, se licencia del ejército en el356, en una época
doble tendencia monástica y episcopal en una única persona, pero
de crisis de la Iglesia, cuando Constancio II ha tomado partido por
lo cierto es que la vida real transcurrió de esa forma para muchos
las doctrinas de Arrío, frente a la fe del Concilio de Nicea de 325,
de los personajes históricos que conocemos. Son las obras litera-
motivo por el cual el obispo Hilario de Poitiers fue condenado en el
rias las que abstraen esas formas dúplices de vida para presentar-
Concilio de Beziers y exiliado a Frigia. Martín visita a Hilario y
nos a sus protagonistas como arquetipos de vida, modelos de san-
acepta entrar en el clero como exorcista. A partir de entonces, viaja
al Ilírico, donde convierte a su madre y luego marcha a Italia entre
el 356 y 360. Expulsado de Milán por el obispo Auxencio, lleva ya
91 sセウN@ retiros y ヲオョ、。」ゥッセウ@ son actuaciones similares a las de otros obispos famosos, así el viaje
de j・イッョセ@ en el 374 al desierto de Calcis, o el eremitorio instalado en Tréveris por Agustín en el
367, el セi。j・@ de Justo de Lyon a Escitia en torno al 381, la fundación del monasterio de Milán por
90 Traducción de García Masegosa 1994, 59-60. AmbrosiO en el 373, el traslado de Pacomio a Tobanessi en el 326, etc. Velázquez 2004a.

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La literatura hagiográfica

tidad, y con esa actitud estereotipada ya de ser obispos y tener que que manifiestan las Vitae, al igual que otras manifestaciones litera-
abandonar su vida retirada en contra de su voluntad, pero acep- rias -pienso, sobre todo, en las inscripciones fúnebres laudatorias de
tando santamente su papel benefactor, de patrono ciudadano y sus muchos de estos hombres santos y obispos, como son algunos carmi-
responsabilidades como rectores de la iglesia y la comunidad, con- na latina epigraphica de Hispania, por ejemplo-, han podido con-
virtiéndose en el signo urbano por excelencia en la Antigüedad vertirse en topoi literarios porque parten de una realidad social que
se dio en estos siglos, la de la función desempeñada por estos ""gran-
Tardía y Alta Edad Media92 •
des hombres" de iglesia, de la que la historia ha dejado constancia
En las Vidas tardoantiguas quizá lo que se define de manera no sólo a través de la literatura hagiográfica, sino a través de las
más transcendental es la función social rectora del hombre santo, diversas fuentes escritas, documentales y arqueológicas que nos
como ya se ha indicado. El ""holy man" definido por Peter Brown, remiten a cómo desempeñaron su papel de rectores de la iglesia y de
se presenta caracterizado siempre en ese papel, que responde a la la sociedad. Tendremos ocasión de concretar algunas de estas cues-
realidad social del momento; eran quienes lideraban la sociedad, tiones en relación con las obras hagiográficas hispanas.
quienes controlaban las manifestaciones religiosas y la devoción de
los fieles, incluso quienes administraban y dosificaban, si así puede En resumen, pues, podríamos decir que en estas Vitae tardo-
decirse, el culto a los mártires y santos y la posesión y veneración antiguas y altomedievales, iniciadas sobre todo en Italia y la Galia y
de las reliquias. Realizaban un papel de munificencia y evergetismo después difundidas a otros diversos puntos de Occidente, como el
en las ciudades que les confería un protagonismo enorme. Desde mi caso de las Vitae hispanas que veremos luego, a partir del siglo V, se
punto de vista, la imagen de los uiri sancti que nos proyectan las basan en personajes reales, históricamente próximos a los biógrafos,
obras hagiográficas en relación con estos aspectos derivados del incluso coetáneos, tienen como protagonistas a obispos y, en su caso
papel social de los obispos es probablemente la imagen más ""real" a eremitas y monjes, o, mejor aún, a personalidades que participan
de las mismas, en el sentido de próxima a la realidad histórica, por de estas tres facetas de la vida religiosa. La incorporación de ele-
mucho que la expresión literaria y estilística de estos aspectos se mentos biográficos en los relatos podría inducir a pensar que en
estas vidas los personajes van a estar más individualizados, a ser
mueva entre tópicos que se repiten de unas Vidas a otras.
menos arquetipos, pero tampoco sucede así. Los modelos de santos
Pero precisamente porque era una realidad habitual se ha tipi- se asemejan cada vez más unos a otros, aunque guarden notas dis-
ficado en la obra literaria. Esos rasgos comunes que casi son inter- tintivas. En primer lugar, los protagonistas absolutos de las vidas
cambiables entre unos santos y otros, en cuanto a su papel social, serán hombres de la Iglesia, en torno a dos modelos fundamentales:
eremitas y abades u obispos. Sus rasgos de personalidad están poco
individualizados: son generalmente cultos y elocuentes, armas con
las que luchan contra la impiedad, la herejía, la maldad -encarna-
92 Orselli 1939. De la misma autora Orselli 1976. Véase también Leonardi 1930 y 1939; Cracco
Ruggini 1987; Picard 1983. Para una comparación entre los tres modelos: eremita, abades de
ciones del demonio-, de carácter enérgico, o, al menos, saben impo-
monasterios y obispos, véase Monaci Castagno 1984. Para el obispo y, en general, el papel del hom- ner su autoridad y ganarse el respeto y la devoción de los fieles. Una
bre santo, de nuevo Brown 1971, 1981 y 1932.

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vez producida su conversión, si es que en tiempos anteriores no eran La figura del santo de las Vidas tardoantiguas dará paso al de
cristianos, o vivían un tanto alejados de la fe, ya no hay apenas evo- los. santos medievales. En ellos los estereotipos continúan, aunque
se mcorporan nuevos elementos, dando lugar a una variedad ma-
lución espiritual, su personalidad es fuerte, segura, sin titubeos ni
ケセイL@ no desvinculada, por otra parte, de la propia evolución del
retrocesos. Su vida anterior importa poco, sólo las notas esenciales
para situarlo en el momento en que adquiere ese grado de virtuosis- genero Y de la identificación progresiva del santo con el héroe.
mo que hará de él un santo, y lo que cuenta son sus actuaciones, por
intervención divina siempre, sus milagros, y su forma de vida, en la
que la oración y el sacrificio corporal, ayunos, castigos, desprecio
por bienes materiales, etc., son los rasgos característicos. Sus rasgos 5. Miracula, Translationes y Exempla: La formación de
físicos cuentan poco, la posible imagen del santo viene, en términos nuevos géneros hagiográficos
generales, dada por la percepción de su forma de actuar. 5 .l. El hecho milagroso y las reliquias
El modelo de santo de las Vidas es un arquetipo utópico de . Subsidiariamente con las Pasiones y Vidas se podrían añadir
sabio fuerte, instruido y elocuente la mayoría de las veces, a la vez dos tipos de obras características de toda la Edad Media, aunque
que humilde, enérgico con los débiles de fe, los malvados, los que 。ャァセョッウ@ autores no las consideran obras hagiográficas en sentido
traicionan, incluso con las autoridades -a nivel individual más que ・ウエセi」ッ@ por su estructura, incluso por los protagonistas de sus his-
institucional- que cometen injusticias, hasta el punto de vaticinar tonas, ーセイッ@ ョ。」ゥセウ@ d: este tipo de popularidad y de éxito que tení-
la muerte de los enemigos de la fe; su actuación, siempre dirigida an las vidas hagwgraficas. Se trata de los relatos de Miracula
por la intervención divina o de algún mártir, restablece el orden en Exempla y Translationes. '
el seno de la Iglesia cuando hay problemas, ampara a la población
L_as 」セャ・ゥッョウ@ de milagros realizados por los santos en los que
y protege a los fieles.
cada histona es セョ@ milagro que se le concede a un individuo -por
Las características que definen su santidad serán de dos エ。セッ@ el protagomsta central de la historia ya es una persona cual-
tipos: su vida virtuosa y de sacrificios, pero, sobre todo, la posibi- qmera Y no el santo- por la intervención divina a través del santo
lidad de realizar prodigios. El carácter taumatúrgico de sus actua- o 、・ャセ@ Virgen. Baste recordar, de momento, オョセ@ obra poética 」ッュセ@
ciones será lo que prevalezca por encima de todo, de ahí que se los Milagros d_e Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo, por ejemplo.
produzca una proliferación cada vez mayor de milagros, pues la eウエセ@ ッセ。ウ@ tienen evidentemente sus precedentes en la literatura
mera vida ascética, el sacrificio y la bondad le confieren el valor de ィセァキイ。ᅪゥ」@ tardoantigua, ya que, tanto en las Pasiones como en las
cristiano ejemplar, de hombre extremadamente virtuoso, pero no VIdas, se van haciendo progresivamente más frecuentes las mencio-
bastan para hacer de él un santo. A su muerte, continuarán los nes de milag:os diversos, algunos en vida de los santos y general-
prodigios y su cuerpo será enterrado, muchas veces junto a luga- mente despues de muertos, o la mención de sus reliquias, consegui-
res de culto martirial, y se le rendirá culto. das muchas veces de otros lugares, y llevadas a un sitio para cons-

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truir un altar donde guardarlas y un lugar de culto martirial. Puede En origen en la cultura latina los milagros son fenómenos
sobrenaturales que provocan admiración y son dignos de recuerdo
decirse que estos ingredientes presentes ya en Vidas y Pasiones de la
propia Antigüedad Tardía, se constituyen en objeto mismo de rela- y memorización, ya sea por tradición oral o por relatos escritos.
Suelen utilizarse de forma institucional y aprovecharse en la pra-
tos, dando lugar a este tipo de literatura ligada fundamentalmente al
género didáctico y moralizante, que guarda paralelos con el xis política por cualquier forma de poder97 •
3
Exemplum y otras formas genuinas de la literatura medievar • En el mundo cristiano los milagros hacen enseguida su apari-
El elemento milagroso siempre tiene como objetivo último pro- cwn. En los relatos antiguos más o menos verídicos de los mártires,
vocar la "fe en la esperanza", se perfila como una "utopía concre- son los fenómenos sobrenaturales los que ocurren, generalmente
ta"94, que se presenta no obstante, como una realidad que actúa en sobrevenidos para ayudar a aquellos en sus horas de tormento y ago-
nía, como cuando se aparecen ángeles o el mismo Cristo para confor-
la sociedad y cumple funciones políticas o institucionales, ya que la
existencia de milagros puede instrumentalizarse desde instancias tarlos en la cárcel, o algún animal les lleva comida, o como cuando
algún fenómeno natural los protege, como la nieve que cubre sus
políticas o eclesiásticas. De todas formas no debe olvidarse que el
elemento milagroso, o en sentido general, los fenómenos sobrenatu- cuerpos o la paloma que se ve salir de su boca en el momento de expi-
95 rar. Pronto en los relatos aparecen también los milagros que operan
rales, los mirabilia, se han testimoniado siempre • Su existencia no
pertenece sólo a la religión católica o a la actuación directa de Dios los mártires y después los santos, en principio post mortem, ante los
o a través de los mártires o santos, sino que se incardina en la histo- rezos de las fieles o los fenómenos que se concitan ante sus tumbas.
96
ria de los pueblos de forma podría decirse que casi natural • No obstante, a partir de la Historia Eclesiástica de Eusebio
de Cesarea se observa un cierto cambio de mentalidad con respec-
to a los milagros 98 . Los hechos sobrenaturales se atribuyen gene-
ralmente a la providencia divina 99 ; un providencialismo de origen
93 Sobre el Exemplwn véase más adelante.

94 Cracco Ruggini 1981, 161.


95 Cracco Ruggini 1981, 112 se hace eco del tratamiento que Valerio Máximo da a los ュゥャ。セイッウ@ en
su obra, Dict. et fact. mirabil. 1.8 de miraculis: Multa enim interdiu et uigilantibus acctderunt
perinde ac tenebrarum somnique nube inuoluta quae quia unde manauerunt aut qua ratione cons- 97 Véase Cracco Ruggini 1981, 62.
titerint dinoscere arduum est, merite miracula uocentur ("Durante el día, incluso a los que se halla-
98 Sigo en estas cuestiones el trabajo de Cracco Ruggini citado en las líneas anteriores.
ban bien despiet·tos, les han sucedido muchas cosas como si estuvieran envueltas en una nube de
tinieblas y sueño, a las cuales, puesto que resulta arduo saber de donde proceden y por qué motivo . 99 En lo expuesto en estos párrafos me baso especialmente en Cracco Ruggini 1981, porque con-
se producen, con razón se las denomina milagros"). En efecto, uno de los rasgos comunes de estos stdero que presenta una visión clarificadora de la evolución de la mentalidad sobre el milarrro en
sucesos extraordinarios es que resulta difícil saber de dónde proceden o por qué se producen. la Antigüedad Tardía, concretamente ya en época bajoimperial. Son fundamentales tambifn los
trabajos de Van Uytfanghe (1981) y Boesch Gajano (1981), contenidos en el mismo volumen en
especial sobre el valor del milagro bíblico y la comparación entre Gregorio de Tours y gイ・セゥッ@
96 Valrra la contradictio in terminis. La constatación de sucesos y elementos prodigiosos también
Magno el pt:imero, y en セM・Nャ。ゥ￳ョ@
en el mu:do pagano ha creado cierta conflictividad en el ámbito cristiano, observable ya en la Biblia
con el tratamiento de los milagros por Gregorio Magno, la s:gun-
y en los escritos patrísticos. Vinculando aquellos a la magia en este ámbito cristiano, ウセ@ ha ウ・ョエゥセッNャ。@
da. La credtbtlidad y legtttmtdad de los milagros vienen avaladas por la auctoritas de la Biblia a la
necesidad perentoria de establecer las diferencias entre los prodigios paganos y los milagros cnstta-
que acuden los hagiógrafos para garantizar la viabilidad de los mismos (Van Uytfanghe 1989, 168).
nos, así como entre los hombres santos y los magos y falsos profetas. Véase Van Uytfanghe 1989, 206.

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La literatura hagiográfica
Isabel Velázquez

veterotestamentario que no necesita del milagro para mostra_rse do en Oriente y en Occidente de forma extraordinaria. Desde los
como tal y que no se desvincula de la fe. Se '"enrarecen" los セ。ᆳ primeros martirios, los cuerpos de los mártires, al principio ente-
gros a la vez que adquieren una dimensión claramente ーセャ■エゥc。@ rrados clandestinamente, por los fieles, eran venerados; los luga-
donde el milagro representa la imagen de la fortuna que 。ウゥセエ・@ al res de martirio o de enterramiento, loca sancta, se convierten en
Imperio ahora cristiano y a la Iglesia. Los milagros se asocian a lugares de concentración y peregrinación y de sucesos prodigio-
Cristo o a los Apóstoles, muy raramente a l as personas lOO · sos, transmitidos por la tradición oral y por los relatos de las
Sin embargo, de este estado de cosas se. va a pasar a una Pasiones. La multiplicación de los hallazgos genera un mayor
nueva situación; tanto en Oriente como en Occidente, con セャ@ pas_o culto, ya que no sólo se veneran los cuerpos, sino cualquier obje-
del tiempo, los milagros son cada vez más ""signo" o seña de Identi- to o elemento considerado como tal; partes del cuerpo 102 , vesti-
. d a d" d e l a misma
dad de la Iglesia y '"propw . 101
· mentas, objetos en contacto con ellos en vida, etc.; después cual-
quier objeto tocado a sus sepulcros, las linteae brandeae. Llega
Uno de los elementos detonantes de la multiplicación セ・@
un momento en que las reliquias per se tienen poderes milagrosos
hechos milagrosos en la Antigüedad Tardía es el ィ。ャ⦅コセッ@ de reli-
y se persigue su búsqueda, lo que dará lugar a un auténtico tráfi-
quias. Como es sabido, el descubrimie_nto. de las rehqmas de los
co de reliquias sobre todo en época medieval, hasta el punto de ser
mártires Gervasio y Protasio el 19 de JUniO de 386,_ por parte de
robadas, el llamado furtum sacrum.
Ambrosio de Milán, fue uno de los sucesos de mayor iュセ。」エッ@ en su
época, recibido con alborozo por los milaneses Y_festejado ーッセ@ el Las inuentiones de cuerpos iban acompañadas, como he indi-
propio Ambrosio, según le 」ッュセョゥ⦅。@ en オセ。@ epistola a Paulm; cado, de sucesos prodigiosos y consideradas como milagros auténti-
(Epist. 77). A esta inuentio de reliqmas se anade la que tuvo luga cos, a veces acaecidos en circunstancias delicadas para la Iglesia,
unos años más tarde, hacia el20 de diciembre de 415, la del ーイセᆳ con lo que esos hallazgos suponían un feliz suceso para la iglesia
tomártir Esteban, en Cafargamala, en Jerusalén. Se suceden ュセウ@ beneficiaria del mismo. De hecho, el citado caso del hallazgo de los
hallazgos que hacen que el culto a las reliquias se vea engrandeci- cuerpos de Gervasio y Protasio fue un auténtico golpe de suerte para
la iglesia de Milán, que en esos momentos tenía problemas tanto con
el arrianismo como con la corte (Cracco Ruggini 1981, 165).

セ[I。Zウャゥ・ᄋョNA@ ウセZ」[ゥイ
· Q .,
Zセウエcゥ。、@ セッウエ・ᄋゥイL@
d
il rr·os (Van Uytfancrhe 1989,172-
milagros sino la
El elemento milagroso que dimana de las reliquias se compe-
continuidad de la actuación divina entre los cr1stwnos (Van Uytfanghe 1989, 18 · netra en la narración no con una función ornamental, sino básica
100 No obstante, sigue habiendo mayor mencwn·' d ・セ@ ·1 。ァイセウA@ h ech os prodigiosos en Oriente que e imprescindible. Las uirtutes, es decir, los milagros aparecen en
en Oceidente, pero siempre dentro de ese carácter prov1denc1alista.

·
101 Por eso las instituciones eclesiásticas son remisas a a d ml·f lr milagros
1 . de
1 algunos eremitas
t emada- o
. 1 . d 1 marco controlado por ellas; a 1gua que son ex r
gentes que VIVen un tanto a ュ。セ@ ァセョ@ te d 1 s milagros en vida sobre todo en ciertos momentos y
mente cuidadosas con el reconocmuen o e o . . セ@ . los uiri sancti a 102 Más en Oriente. Como es sabido en Occidente se repelía la práctica de fragmentaeión de los
n función del nivel de inserción y representación de esas mstltucwnes que tengan
e 1 cuerpos. Para toda esta cuestión de las reliquias, véase Velázquez 2004a, con la bibliografía funda-
los que se les atribuye la capacidad de obrar m1 agros. mental

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1__
Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

rencias de todas ellas, para que no quedara rastro de ningún


relación con los intereses de la Iglesia: legitimación .de los .obdispols, titulo, y ponerlas en una habitación cerrada. Quedan, sin
f rido por la Lnuentw e as
arantía de prestigio para ellos, con e .. embargo, unas setenta, que utilizamos, entre las cuales no se
g 1' . . vl'talización de la iglesia que resulta beneficiada y pre- ecuentran las que me pides" (Trad. de Riesco 1975).
re 1qu¡as, re , d d'f' 1 d -
'd . y que si hay epocas e l lCU ta , pro
miada por 1a prov1 enc1a ,
Según Cracco Ruggini (1981, 171), en un autor como Grego-
porciona un respaldo a la misma con esos hallazgos.
rio de Tours, los milagros son el soporte ideológico de la Iglesia, en
A su vez las reliquias sirven para favorecer a las iglesias d.e tanto que institución; provienen fundamentalmente del valor de
· d d te para en-
las zonas donde aparecen, poblaciones, cm a es, e . , las reliquias y, en todo caso, son en general milagros post mor-
girse en protagonistas de la vida cotidiana, セョ」ャオウッ@ ー。イセ@ イ[ュセョZ@ tem101. Sin embargo, a partir de Gregorio Magno, los milagros apa-
la rutina de la cotidianeidad y dar nuevos Impulsos a a e e recen como soporte de la Iglesia en tanto que "pueblo de Dios"; el
cristianos de esos lugares. milagro pasa a ser protagonizado por hombres vivos, uiri sancti,
Estas y otras razones explican el auge de las reliqui.asl Y. el capaces de oponerse al diablo y a su malévola presencia en el
darlas y consagrar Ig esias
f' denodado por encontrarl as, tras1a . mundo. El milagro, como señala la autora citada, se opera a tra-
a anh d ellaslo3 Basta recordar, por ejemplo, los milagros y vés del "amigo de Dios (theóphilos)", convertido en un "técnico
en onor e · 1 · ·
e isodios relatados por Gregorio de Tours s.obre os. viaJeS a del milagro".
Óriente en busca de reliquias o·, por citar un eJemplo ィゥウー。セL@ la Los milagros, ya sean post mortem o realizados por hombres
carta recibida por Braulio de Zaragoza en la セオ・@ el pres ャエ・セッ@ vivos, comienzan a hacerse más presentes en las obras hagiográfi-
Yactato le pide reliquias de los Apóstoles HセlウエN@ 9). El ー、。ウ「セ@ cas. Son muchos los santos que protagonizan milagros; como seña-
. . . d d 1 abuso tambien, al que se e lO
resulta eJemphflca or e uso, y . . d la la Van Uytfhange (1981, 205) la mentalidad de la Alta Edad Media
llegar en el deseo de obtener イセャゥア。ウL@ asimismo da cuenta e se caracteriza por la "invasion du miraculeux". N o obstante, siem-
costumbre de guardarlas en rehcanos: pre se mantiene esa concepción de la no necesidad de la existencia
''Con relación a las reliquias de los santos Apóstoles que de milagros para creer; es más, un autor hispano como Isidoro de
·do que te envíe te confieso sinceramente que se Sevilla en el siglo VII (Sent. 1.24.1-4) sostiene que los milagros que
me h as pe d 1 ' , d
h ll de tal forma que no puedo saber cual correspon e a aparecen en las Sagradas Escrituras estaban destinados a los
ョセ@ a:no. Los obispos, que me han precedido, porque o el incrédulos, pero que la Iglesia no necesita de signos especiales para
、・ウセイョ@ o el robo o la caridad incluso les forza.ba a dar セ。ウ@ mantener su fe.
que tenían y a quedarse sin ellas, decidieron qmtar las re e-

104 Sobre Gregorio de Tours, véase el volumen monográfico sobre Gregorio de Tours (VV.AA.
" - l 1979 Cardini 1989. Algunas consideraciones en Velázquez 1977). Dentro de éste, especialmente el trabajo de Boesch Gajano 1977.
103 Véase especialmente Ic>emze mann '
2004a.

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

Aunque no sean necesarios estrictamente, lo cierto es que los estrechamente con el culto a las reliquias, del que ya se ha habla-
relatos de las Vitae tardoantiguas y altornedievales van introdu- do, y la proliferación de milagros relacionados con ellas.
ciendo cada vez más milagros -corno veremos al hablar de las Vitae
de la Hispania visigoda-, incluso en algunos casos la santidad de los
5.2. Relación de la hagiografía con el exemplum
personajes viene realmente demostrada por la existencia de esos
milagros. Obras corno las de Gregorio de Tours, al que he hecho Conviene en este punto recordar que el exemplum, entendi-
referencia unas líneas antes, o Venancio Fortunato, se basan en la do en el sentido genérico de ""ejemplo", se utiliza en la literatura
realización de milagros. Si compararnos la biografía de Martín de corno modelo, referido a la persona que sirve de ejemplo y estímu-
Tours, Vita sancti Martini, escrita por Sulpicio Severo y la ッ「イ。、セ@ lo para otros, corno los héroes, y aparece ya en la Antigüedad
Gregorio de Tours sobre el mismo personaje, De uirtutibus sanctt greco-romana. Se utiliza asimismo corno una figura retórica del
Martini, veremos que -al margen de estilo, lengua, etc.- una de las pathos, es un medio de persuasión y uno de los argumentos orato-
diferencias fundamentales es que la Vita del primero es una obra rios (signum, argumentum, exemplum). Debernos recordar que
""sin milagros", mientras que en la del segundo éstos adquieren u_u para la literatura latina occidental la primera gran colección de
papel decisivo; el carácter taumatúrgico del santo es mucho mas exempla era la obra ya citada de Valerio Máximo, Dictorum etfac-
patente en la segunda. torum memorabilium libri IX. Interesa en los exempla antiguos el
personaje de la anécdota que se cuenta, el héroe. En la literatura
De hecho, este tipo de ッ「イセウ@ dará paso a un formato literario
cristiana estos héroes y grandes hombres son los mártires y santos,
plenamente medieval corno es el de las recopilacion:s セ・N@ ュゥイセ」オᆳ
quienes, siguiendo el exemplum de Cristo rnisrno 106 , se convierten
lalos. A partir de los siglos VIII y IX se comienzan a mdiVIduahzar
en los nuevos protagonistas de los nuevos relatos.
obras que abordan los milagros acaecidos con motivo de las エイ。セャᆳ
ciones de reliquias. Así los libros de Eginardo, sobre la traslaciOn Se atribuye a Tertuliano la adaptación del exemplum antiguo
de Marcelino y Pedro, considerados corno el inicio definitivo de al cristianismo. Este autor no por ello dejó de utilizar ejemplos
este tipo de género hagiográfico en la Edad Media. profanos que le pudieran resultar útiles, aunque se sirve funda-
mentalmente de los bíblicos con una finalidad pedagógica y de per-
Mientras que las compilaciones hagiográficas anteriores,
suasión. Así habla el papa León Magno (primera mitad del siglo V)
corno las de Gregorio de Tours pueden insertarse aún en un tipo de
del ejemplo que ofrecen los mártires y de cómo esos ejemplos son
biografía -muy peculiar, eso sí, pues venían anticipadas de una
más eficaces que las palabras (PL 54, p. 458):
exposición de su vida o insertados en ella los milagros-, ahora se
trata de recopilaciones de sucesos milagrosos independientes de las
vidas de los protagonistas. Estas recopilaciones se relacionan

106 El exemplzun tiene como base la imitatio Christi y contribuye a la aedificatio espiritual, Van
Uytfhanghe 1989, 189.
105 Véase Delehaye 1910 y 1925.

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Ad erudiendum Dei populum nullorum est utilior forma historia que se cuenta, la cual se constituye en un instrumento de
quam martyrum. Eloquentia sit facilis ad exorandum; sit edificación y enseñanza. No es una simple ilustración de otro texto
ratio efficax ad suadendum, ualidiora tamen sunt exempla o una lección moral, sino que constituye un elemento en sí mismo y
dentro del conjunto en el que se inserta. Surge así el exemplum en
quam uerba107 •
la segunda acepción en que lo encontramos en época medieval, el
'"Para instruir al pueblo de Dios no hay forma más útil que de un relato. Se convierte en un género literario tanto en latín
la de los mártires. La elocuencia resulta fácil para hablar, el medieval como en la literatura vernácula 108 •
razonamiento resulta eficaz para persuadir; sin embargo los
En 1890 Frederick Crane (1967 2) señalaba que el exemplum
ejemplos valen más que las palabras."
en los escritores eclesiásticos se usaba con dos acepciones, una la
Pero es Gregorio Magno el autor al que los clérigos de la de '"ejemplo" y otro la de un '"relato ilustrativo". Como tal tipo de
Edad Media consideran uno de los principales iniciadores, si no el relato no se da antes del siglo XII. No obstante a lo largo de la
creador, del género del exemplum y la primera autoridad en la Edad Media continúa usándose el término en su acepción general
materia. En sus Dialogi, como en el relato que hace en el libro II lo que a veces produce algunas confusiones. Ciertamente la apari-
de la Vida de Benito de Nursia, la persona del santo es ejemplar en ción del exemplum como género literario se da en un período com-
sí misma; Gregorio ofrece en la obra una especie de ''tratado de la prendido entre el siglo XII y XV.
santidad", en concreto monástica, donde las actuaciones sirven de
ejemplo a los demás; aunque los poderes que él, o cualquier santo, El exemplum, pues, como género literario consiste en un rela-
tiene los ha recibido de Dios y no se pueden transmitir a otros, su to generalmente breve 109 presentado como algo verídico y destina-
santidad es la de la cotidianeidad, de la vida corriente, y en ella, al do a ser insertado en un discurso (en general un sermón) para con-
margen de los milagros, hay elementos dignos de imitación. Hay vencer a un auditorio por medio de una lección moralizante
una presentación del texto que Le Goff (1981) ha calificado como (Bremond- Le Goff- Schmitt 1996, 37-38). Generalmente ese dis-
pre-exemplum, donde el santo es el centro del relato, y en éste se curso es un sermón que establece una estrecha relación entre el
trata de poner de manifiesto el poder (potestas) de aquél; el hecho exemplum medieval y la predicación. La finalidad del exemplum es
maravilloso que se cuenta (miraculum) tiene como objetivo per- la persuasión. Conduce al comportamiento moral, implícito o ex-
suadir al oyente o le.ctor y convertirlo en devoto del santo. plícito, que el oyente o el lector puede poner en práctica.

En la Edad Media se observa un cambio en el exemplum pues


ya no designa directamente al hombre o personaje sino al relato o
108 Véase sobre todo la monografía ya citada en la nota anterior, con la bibliografía fundamen-
tal. :ambién Welter 1973', y las Actas denominadas Rhétorique et histoire. L'«exemplzwt" et le
modele de comportement dans le discours antique et médiéval (= VV.AA., 1980). Véanse las refe-
rencias completas en bibliografía.

109 En algunos casos la longitud puede ser mayor. Parece también que los exempla contados oral-
107 Tomo el texto de la excelente monografía sobre el Exemplum de Bremond- Le Goff- Schmitt
mente podían ser de mayor extensión (Bremond- Le Goff- Schmitt 1996, 37).
1996, 44, donde seleccionan otros textos similares.

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

6. Las compilaciones hagiográficas. Vías de difusión de la


Tiene una serie de características que se dan habitualmente
hagiografía medieval
en el carácter narrativo, en el que el tempus del relato es diacróni-
co, pero debe articularse junto al tiempo retrospectivo y escatoló- Las colecciones de relatos hagiográficos surgen en la Antigüe-
gico de las auctoritates en que se apoya y de la atemporalidad de dad Tardía, cuando se consolida la costumbre, establecida poco a
las rationes en que se basa. poco, de dar culto a los santos y conmemorar un día al año el ani-
versario de su muerte. Se produce una tendencia a recopilar en un
La relación entre el locutor o escritor del exemplum (y del
mismo manuscrito diversos tipos de relatos de pasiones, vidas,
sermón donde suele aparecer incluido) y el auditorio, ya sean fie-
traslaciones, hallazgos o milagros. De esta manera se conforman
les o discípulos, es la lección didáctica que el primero da al segun-
"manuscritos hagiográficos", donde la presencia de este tipo de
do y, por tanto, la retórica de la persuasión se convierte en una
obras es mayoritaria, aunque no sea exclusiva. Pero hay diferen-
relación pedagógica. Pero esta finalidad pedagógica no se limita a
tes tipos de compilaciones.
la edificación o al aspecto moralizante, incluso de divertimento en
algunos casos, o para lograr el bien terrenal, sino para la salva- Como ya se ha comentado, el culto a los santos suele produ-
ción eterna. cirse de forma espontánea y local, en torno a los lugares de culto
110 martirial. El papel jugado por las obras hagiográficas contribuye
Se han dado diversas catalogaciones de exempla , pero en
decisivamente a la difusión del culto: Por ello, se dieron una serie
todas se reconoce que los primeros tipos de exempla están forma-
de colecciones de obras hagiográficas que constituían una unidad
dos a partir de historias y leyendas de las antiguas crónicas, vidas
codicológica en sí misma, sobre un único santo o un número esca-
de santos y libros históricos de la Biblia, es decir de origen judeo-
so de los mismos (Dolbeau 1981, 12). Son los llamados libelli,
cristiano y cristiano antiguo, junto a las de origen pagano o profa-
donde se recogían en las primeras épocas estas manifestaciones de
no, aunque se usan en muchas ocasiones para argumentar o expli-
culto local y cuantitativamente todavía poco significativas. Destaca
car lecCiones religiosas. sobre todo el Veronensis, un códice de contenido exclusivamente
hagiográfico que contiene la Pasión de san Juan y san Pablo, las
Vidas de san Martín y san Pablo eremita y la de santa Colomba.
Algunos de estos libelli eran aislados, recogían textos para la lectu-
UO La más completa y analítica es, sin duda, la establecida por Bremond - Le Goff- Schmitt
ra litúrgica que podían revestir varias formas, así la Vida de san
1996. En ella se atiende a diversos criterios: l) Origen: a) judeo-cristiano, b) pagano, e) moderno Y Millán, redactada por Braulio de Zaragoza en el siglo VII, para
contemporáneo -según la denominación dada por los autores medievales-, refiriéndose al ウセァャッ@ IX Y
época carolingia y a épocas posteriores coetáneas de los compiladores. 2) n。エオイセ・コ@ de Qセ@ mforma-
que su hermano Frunimiano, presbítero y posiblemente abad del
ción: literaria y personal; los primeros son los que los autores anuncian como legunus, セァオイL@ ヲイ・セᆳ monasterio, lo utilizara en la lectura de la misam. Pero antes del
te a los personales, recibidos por transmisión oral, por medio de la palabra de gentes dignas de 」⦅イセᆳ
dito. 3) Naturaleza del personaje: sobrenaturales, hombres y animales. 4) Estructura ヲッイセ。ャ@ ylo.gi-
ca: a) fundada sobre la analogía y la similitud o metonimia. Añaden los autores que ーッ、ョ。セ@ distm-
giiirse también entre exempla breves y esquemáticos, como suelen encontrarse en las coleccwnes de lll Véase en la segiinda parte de este trabajo.
exempla, o los más desarrollados.

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

tinguen éstos de los Lectionarios. Se trata de distinciones prácti-


siglo VII no parece que se hayan dado, aunque la falta de testimo-
cas, empíricas, resultantes del análisis de los diferentes contenidos
nios no impide que existieran (Philippart 1977, 29). De hecho, el
de los manuscritos ""hagiográficos" que los contienen, no de una
testimonio más antiguo de auténticas compilaciones se ha querido
clasificación tradicional, extraída de las denominaciones medieva-
ver en una epístola de Gregorio Magno (Epist. II, edic. MGH, 29),
les, pues, en efecto, la terminología medieval en los manuscritos y
en la que hace referencia a unas Actas de mártires de Roma que
en los catálogos de bibliotecas occidentales no es precisa y en oca-
han sido recogidas en un códice: pauca quaedam in unius codicis
siones las designaciones son arbitrarias. Además, los diferentes
uolumine collecta. Sin embargo, la crítica opina que se trataba de
112 manuscritos no siempre tienen contenidos bien delimitados en
una pequeña colección y no de un auténtico Pasionario •
cuanto a los relatos que transmiten y pueden mezclar Vidas y
Pero a medida que se producen nuevas canonizaciones y Pasiones, por ejemplo.
cobra mayor auge la finalidad edificante y didáctica de instruir a
Los Pasionarios son las compilaciones de pasiones de márti-
los fieles, se desarrolla la producción hagiográfica y con ella la ten-
res, destinados generalmente al uso litúrgico. En ocasiones con
dencia a crear compilaciones de obras. De ahí que las compilacio-
カセウッ@ de estar apoyados algunos de sus relatos en textos antiguos,
nes se desarrollen extraordinariamente a partir del siglo IX en ade-
sm embargo muestran ya una gran mezcla de interpolaciones, ele-
lante, siendo el período comprendido entre esta centuria y el siglo
113 mentos narrativos, subjetivismos, que los alejan de versiones más
XIII el denominado ""clásico" para este tipo de obras • "" veraces " . N o ob stante, sean puros o contaminados . con textos de
Las compilaciones fundamentales son los denominados Vidas o Pasiones, constituyen los tipos de legendarios más nume-
Pasionarios y los Legendarios, aunque dentro de estos los hay de イッウセ@ y la colección hagiográfica por excelencia. El uso litúrgico
varias clases. Por otra parte, son varios los autores que incluyen exphca en parte su difusión pero no totalmente; parece que no
los Pasionarios como un tipo especial de legendario y también dis- エッ、セウ@ los antiguos pasionarios estaban destinados a la liturgia. Es
posible pensar en otras formas de lectura pública no litúrgica.
. Los Legendarios son colecciones de relatos -legendae- de
vidas de santos o de mártires, destinados a ser leídos públicamen-
112 Gaiffier 1954, 139. De la misma opinión Philippart (1977, 29), quien señala también que otra
noticia de la misma época provendría de Ceraunus de París, de quien se hace mención en_el prefa-
te, de ahí su nombre. El significado de legenda, que se refiere en
cio de Warnacarius (BHL 7829; MGH Epist. III, 457), que tenía la intención de recopilar unas principio a toda lectura, se tecnifica en latín medieval para desig-
pasiones de mártires: sanctorum martyrum gesta ... congregare, pero sin que sepamos si ャ・ァ￳セ@ rea-
lizarse. Tampoco deben entenderse como compilaciones hagiográficas las obras de Gregorw de
nar la lectura hagiográfica, antes de adquirir el sentido de relato
Tours, De gloria martyrum, De gloria confessorwn ni los Miracula sancti Martini, pues se trata de ficticio o no verificable que tiene en las lenguas modernas el térmi-
obras de autor, compuestas por él y no compiladas de otras fuentes, aunque se apoyara en diversos
no, ""leyenda", ""légende", etc.
testimonios.
113 Véase el capítulo II de la obra citada de Philippart (1977, 26-50), con una 」ャ。ウゥヲセ￳ョ@ 、セ@ los Se sabe, por ejemplo, que la iglesia de Roma y de Oriente era
manuscritos ha<riorrráficos editados desde sus orígenes (siglos VI-VIII), durante este penodo clas1co
:1
(siglos IX-XIII)"y correspondiente al final de la Edad Media (siglos XIII-XV), así como su distri-
reacia a admitir la lectura de muchas de las Vitae de estas compi-
bución geográfica.

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

martirologios que se producen durante la Edad Media y a los que


laciones en los oficios litúrgicos. Por el contrario, parece que en
ya se ha hecho alusión.
Occidente, especialmente en la Galia y África, se recomendaba. La
incorporación de elementos fabulosos y novelescos, se vio favore- Pero en la Hispania de época visigoda contamos con dos com-
cida por la creciente costumbre, ya desde la Antigüedad Tardía, de pilaciones fundamentales como veremos en la segunda parte. Por
viajar a lugares de culto martirial en calidad de peregrinos, así un lado el Pasionario Hispáncio que acabo de mencionar y por
como a la del traslado de reliquias. La llegada de reliquias de un otro la llamada ""Compilación hagiográfica de Valerio del Bierzo".
santo -y en la Edad Media llegó a tener una importancia extraor- . En sentido estricto y, al menos, entre los manuscritos más
dinaria esta circulación de reliquias, multiplicándose y dando 。ョセQァオッウL@ los pasionarios y legendarios se distinguen entre sí. Los
lugar a falsificaciones, proliferaciones de huesos, fragmentos de ーイオセ・ッウ@ tienen el texto subdividido en párrafos numerados
vestidos, etc.-, traía aparejada la fabricación de relatos en torno a deb1do a su finalidad litúrgica, para así poder distribuirlos seg' '
ellas, de milagros, así como una cierta reclamación o exigencia de l f . l un
os o ICIOS y os momentos de lectura; de este uso derivará uno de
noticias en torno al santo cuya reliquia se traía, sobre todo si éste los tipos de libros eclesiásticos más comunes: los Breviarios. Los
-o sus reliquias- procedían de lugares lejanos. De esta forma, de pasionarios tienen en común con los lectionarios la finalidad
una liturgia martirial, conmemorativa del santo en su tumba, se d'IVISIOn .. / en l ectiones de los textos, para su lectura en el 0 f 1·c· y
pasa a una liturgia cultual que penetra en la lectura de las iglesias r, . Iturg1co, mientras que los legendarios no tienen en principio
lO

(lectio sacra), junto a la lectura de las Sagradas Escrituras (lectio dicha finalidad. ' '
diuina). Este hecho ocasiona la necesidad de agrupar las pasiones
A este respecto, Guy Philippart, en su estudio ya menciona-
en un libro de finalidad litúrgica.
do de los Legendarios latinos (1977, 24-26), establece una clasifi-
Uno de los más interesantes es, sin duda, el Pasionario
cación セイ£」エゥ。A@ empírica, en función de cómo pueden distinguir-
Hispánico, formado ya en el siglo VII, pero que continuó amplián- ・セ@ los diversos tipos de compilaciones, al margen de las denomina-
114
dose en las centurias siguientes • ciOnes tradicionales. Puede resultar útil recordarla brevemente
Las compilaciones hagiográficas no son demasiado frecuen- aquí 115 , pues refleja la variedad de las mismas, sin pretender expli-
tes antes del siglo VIII, de hecho, como se ha indicado, el carlas todas o dar cuenta exacta de las posibles combinacionesll6:
Pasionario Hispánico tarda varias centurias en adquirir su forma - Lectionarios del oficio: Son los manuscritos que contienen
definitiva. Destacan otros pasionarios ya plenamente medievales, lecturas para el oficio litúrgico que se presentan divididas
del siglo XI, como los de Cardeña y Silos, también en Hispania.
Además de los pasionarios pueden considerarse compilaciones
hagiográficas, aunque sucintas y apenas sólo descriptivas, algunos QYセ@ [Zセ£ウゥ」。ュ・ョエ@ su división, pero teniendo en cuenta las consideraciones hechas por Dolbeau

ll·6¡ Debe 。セカ・イエゥウ@ セエ・@ en esta clasificación quedan incluidos los pasionarios, ya que el autor los
consiC era un tipo espec1fico de legendarios.
114 Véase en la segunda parte.

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

usados especialmente en el oficio de maitines, pero su apa-


en lectiones por los copistas, en función de las divisiones
rición es tardía, hacia el siglo X (Philippart 1977, 23).
por horas de dicho oficio. El contenido de este tipo de lec-
turas puede ser variado: bíblico, patrístico, homilético o, Cuando las colecciones de legendarios entran en concurren-
como es lógico, hagiográfico. Dentro de este tipo habría que cia con estos lectionarios hagiográficos, parece que los pri-
meros se han reservado para la lectura en la misa en los
distinguir los lectionarios de la misa, que contienen evange-
monasterios más ricos (Dolbeau 1981, 12).
lios y epístolas. Otro formato singular puede ser el de los
lectionarios-homiliarios; es decir, los manuscritos constitui- -Legendario-homiliario (u homiliario-legendario): Manus-
117
dos por textos hagiográficos y piezas homiléticas • crito híbrido entre legendarios y homiliarios -es decir, aque-
llos que contienen homilías-, con suficientes elementos de
- Lectionarios hagiográficos: Los textos hagiográficos con-
ambos tipos, pero cuya disposición es la característica de
tenidos en los lectionarios del oficio litúrgico se pueden
aislar en un manuscrito diferente, que contenga sólo este los legendarios y no la de los lectionarios del oficio, con los
textos divididos en lectiones.
tipo de literatura. Pero su finalidad litúrgica se mantiene
clara como se deduce de la división de las lecturas para - Legendario universal: Legendario no especializado en una
' categoría de textos única; puede contener vidas de santos,
el oficio.
-Legendarios: Son los manuscritos que contienen mayorita- ya sean hombres o mujeres, pasiones o cualquier otra obra
ria o exclusivamente legendae hagiográficas, pero sin la dis- de características hagiográficas.
tribución, al menos en origen, en horas. Se trata de compi- -Legendarios de mártires o Pasionarios: Legendario re-
laciones de relatos destinados a la lectura espiritual parti- servado fundamentalmente a las pasiones de mártires o
cular o para un grupo, pero no litúrgico, sino para la lectu- relatos en general sobre ellos. No obstante, por su carác-
ra piadosa; contienen mayoritariamente vida, muerte y ter más específico sobre los mártires y su finalidad mayo-
milagros de los confesores, ascetas, eremitas, eclesiásticos, ritariamente litúrgica, aunque algunos manuscritos pue-
etc. Parece que los legendarios más antiguos se usaban dan no presentarla, se han tratado líneas antes de esta
tanto para la lectura privada como en el coro o en el refec- clasificación.
torio de los monasterios. Contienen piezas completas, aun-
-Legendarios de apóstoles o Pasionarios: Legendario reser-
que puedan ser versiones abreviadas, mientras que los lec-
vado fundamentalmente a las pasiones y vidas de los após-
tionarios hagiográficos presentan textos truncados y gene-
toles o relatos en general sobre ellos.
ralmente divididos ya para la lectura en el oficio litúrgico Y
-Legendarios de confesores (Liber confessorum): Legenda-
rio reservado a vidas o pasiones de confesores o relatos en
general sobre ellos.
117 Dolbeau 1981. Señala el autor esta forma, no indicada por Philippart, por contraste con el
tipo denominado homiliario-legendario o legendario-homiliario, señalado más abajo.

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

pos, abades, etc.), orden cronológico, y orden correspondiente al


-Legendarios de hombres: Legendario reservado a vidas o
calendario litúrgico. El jerárquico es menos frecuente y suele ser
pasiones de santos o mártires hombres o relatos en general
antiguo, de finales del siglo VIII, como el códice de Munich lat.
sobre ellos. 4554. En cambio, la ordenación cronológica y alfabética se usan
- Legendarios de mujeres (Liber uirginum o Passionale .o más tardíamente y suelen corresponder a legendarios abreviados,
. . . Philippart 1977 87): LegendariO como el de Juan Gil de Zamora de la segunda mitad del siglo XIII
Passwnes utrgtnum, ' .
reservado a vidas o pasiones de santas o mártires muJeres o o la compilación de Bernardo de Brihuega 118 • En el siglo XIV Guy
relatos en general sobre ellas. de Chartres utiliza el orden cronológico para hablar de los santos
. de autor· Obra literaria redactada por un ausentes en el martirologio de Usuardo. En relación con esta obra,
_ L egen d anos · 1M
autor, como las citadas de Gregorio de Tours, o e emo- debe indicarse que también existen compilaciones hagiográficas
riale sanctorum de Eulogio de Córdoba. que se conforman como un híbrido entre legendarios y martirolo-
gios. Las leyendas de mártires se intercalan al final de cada mes o
- Legenda noua (o también Passionale nouum): セウ@ el término de las fechas que corresponden al texto básico del martirologio,
utilizado en los manuscritos y catálogos medievales para
ampliando éste por medio de nuevos relatos.
designar los legendarios de los siglos XIII a XV. cッセーオ・ウエ@
por autores (no tanto compiladores), que セ・ウ」ョ「@ ャセウ@ Desde su inicio, estas compilaciones florecen cada vez más y,
antiguas Vidas y Pasiones, formando un conJunto homoge- durante la Baja Edad Media, ser hagiógrafo es, en muchas ocasio-
.do de un prólogo La obra más famosa de este nes, sinónimo de compilador. Durante el siglo XIII adquieren un
neo y prece d I · b d 1
tipo es la Legenda Aurea (Leyenda dorada) de Jaco o セL。@ desarrollo extraordinario y son muy populares.
Vorágine (c.1264). Estas legendae son denominadas tambien Entre los siglos IX al XII surge en Occidente un tipo de com-
Abbreuiationes, por ser obras '"abreviadas" ーッセ@ los autores pilación especial, denominada Gesta episcoporum, consistente en
a partir de textos o tradiciones conocidos antenores. un conjunto de noticias sobre obispos que se suceden en el manda-
Por otra parte, los legendarios pueden clasificarse, en fun- to de una iglesia desde los orígenes de la misma hasta el momento
ción de su contenido, en locales o オョゥカ・イウ。ャセ@ Hpッョ」・ャセエ@ 1910), o de redacción de la obra.
bien como hace Philippart, según la clasificacion antes VIsta, por el En ella hay un intento sistemático de establecer una lista cro-
tipo de personajes. Dolbeau (1981, 16) propone, a su su vez, nológica completa en dicha sucesión, por lo que su estilo podría ser
hablar de legendarios generales y especiales, combinando ambos comparable al de las crónicas. Sin embargo, tienen una finalidad
tipos. Los generales suelen contener un buen ョュセイッ@ de persona-
jes de diferentes categorías, mientras que los especiales a persona-
jes de una misma categoría. Unos y otros suelen presentar. una セャ。ᆳ
sificación de los textos individualizada que ッ「・、セ@ a vanos 」イゥセ・ᆳ ll8 Citados por Dolbeau 1981. Sobre la compilación de Bernardo de Brihuega, véase Díaz y Díaz
1962.
rios: orden alfabético de los santos, orden jerárqmco (papas, obis-

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La literatura hagiográfica
Isabel Velázquez

edificante para la comunidad, ya que tratan de demostrar la san- especial los decretos por él promulgados en materia d d" · 1·
tidad personal de cada uno de los obispos. A ello hay que añadir 1 ·, · . , . e ISCip ma
ec esiastiCa o hturgiCa; asimismo su labor constructiva o edilicia.
un papel sacramental en el sentido de que se intenta con la obra
セオウ@ donaciones y diversas actuaciones como ordenación de ウ。」・イセ@
celebrar la memoria de los obispos, tenidos por santos. Puede
otes Nセ@ ッセゥウーL@ etc., así como su muerte, rasgos de su santidad.
decirse, como afirma Sot (1981), que la obra combina el género
Tambien mforman de cuánto estuvo la sede vacante al morir él y
hagiográfico con el historiográfico en una única categoría y exposi- nombrarse nuevo sucesor.
ción, combinando, además, los criterios de utilitas y memoria.
Las fuentes son en muchos casos historiográficas pero en
Otra finalidad claramente apreciable de esta compilación es
otros los 」セュ⦅イゥャ。、ッ・ウ@ se basan en relatos apócrifos y 'textos de
la de ser un escrito destinado a la defensa de los bienes patrimo-
actas de marhres u otras obras hagiográficas. La obra fue editada
niales de las iglesias, así como a buscar y defender igualmente la por Duchesne entre 1886 y 1892.
preponderancia de los obispos y las catedrales sobre los monaste-
rios y sirviéndose para ello, además, de un argumento que ha sido Como imitación de esta obra, Agnellus obispo d R'
"b"' L" . . ' e avena,
cierto durante siglos, el hecho de que muchos monasterios han sido escn w un Lber PontificalLs Ecclesiae Rauennatensis, que comen-
fundados por obispos. Este aspecto se relaciona evidentemente con zaba con s。セ@ Apolinar y llegaba hasta Agnellus de Rávena (hacia
los antiguos conflictos entre jerarquías eclesiásticas episcopales y 485). En el s1glo XIII fue continuada por otros compiladores.
monasterios en la Antigüedad Tardía y que tanto eco han dejado en Entre todas las obras de compilación de diversas modalida-
las obras hagiográficas, entre ellas en las hispanovisigodas, como des destacan, por su difusión y popularidad: Gestes des saints de
se indicará. De esta forma en los Gesta episcoporum los argumen- jセ。ョ@ de Mailly (después del 1225), el Speculum historiale de
tos hagiográficos se integran en el relato histórico construido a tra- Vmcent de Beauvais (1244) y, sobre todo, la ya citada Legenda
vés de esa continuidad cronológica. セオイ・。@ Hl・Aセ、。@ 、ッイ。セI@ de Jacobo de la Vorágine (c.1264), tradu-
Otra de las obras compilatorias más importantes es el deno- cida en mulhples ocaswnes a prácticamente todas las lenguas occi-
minado Liber pッョエセヲゥ」。ャウL@ en el que se narra la historia de los 、セョエ。ャ・ウ@ Y a lo largo de varios siglos. Además esta obrasufre en sus
papas desde san Pedro. La compilación debió empezar a formarse diversas reelaboraciones y traducciones, sucesivas ampliaciones A
hacia el siglo VI, aunque adquiere su forma original de corpus de los 182 capítulos redactados por su autor se fueron incorporando
biografías papales a finales del siglo IX o en el X pues llega hasta otros muchos con posterioridad, hasta el punto de que en algunos
Esteban V (885-891). Hay diversas continuaciones hasta alcanzar ma,nu.scritos figuran decenas de capítulos más, incluso alguno llega
prachcamente a los 400.
el siglo XV con Eugenio IV. Las biografías son de muy diferente
extensión y valor, aunque presentan cierta homogeneidad en cuan- Otro tipo de compilaciones similares a los legendarios, son
to al tipo de hechos recogidos; entre ellos el origen y nacimiento del las llamadas セャッイ・ウ@ sanctorum, un tipo de florilegio de vidas de
papa, vida, la elección como papa, sus actividades como tal, en santos, resumidas y breves, la mayoría formadas de extractos o
selecciones de la más famosa compilación medieval, la citada

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

lo más frecuente- pudieran conocer los relatos al escucharlos en la


Legenda Aurea, que hará fortuna en la literatura bajo medieval
ゥァャ・ウセ。L@ sino que ese conocimiento generaba, a su vez, un interés
y humanista. creciente por conocer nuevos relatos, anécdotas o curiosidades sin
Relacionada con la labor de las compilaciones y, ya desde la que quiera decir con ello que se fijasen en los relatos ヲイ■カッャ。ュセョエ・@
Antigüedad Tardía, la actividad monástica de conservación, copia o por.puro ・ョエセゥュッN@ La devoción a los mártires y santos, en
y transmisión de manuscritos es la primera vía de difusión de la especial a partir de las deposiciones de reliquias en las iglesias y las
hagiografía. Pero, además, en plena Edad Media hay un auge cre- 、・ゥ」。セョウ@ de éstas a esos santos, hacía también que se desease
ciente de centros monásticos famosos por su trabajo en elabora- profundizar en la historia de los mártires y santos de los que se
ción e iluminación de manuscritos, que son importantísimos cen- poseían esas reliquias. Esto generaba el aumento y difusión del
tros culturales. En ellos se crean muchos códices hagiográficos culto e, indirectamente, el desarrollo del género hagiográfico de
junto a otros. Muchos de los hagiógrafos pertenecen a estos suerte que la hagiografía alimentaba el culto a los santos, y ←ウエセ@ a
monasterios, Ripoll, Fulda, St. Gallen, St. Denis, Monte Casino, su vez, la hagiografía. '
y un largo etcétera. En España, además, hay dos centros que
La lectura pública y la función litúrgica de la hagiografía se
generan el desarrollo de la literatura hagiográfica: Toledo, como
debe conectar también con la práctica de estas actividades en un
sede regia -recuérdese una vez más la escuela de traductores de
ámbito concreto, el de los monasterios.
Alfonso X el Sabio- y Santiago_ de Compostela, como centro de
peregrinación y de la vida religiosa y cultural europea. En estos . sセ「ュッウ@ que en ellos se leían los textos hagiográficos en su
centros los monjes elaboran compilaciones y legendarios de santos オセッ@ hturg1co, pero no sólo en este momento, sino en las lecturas
que se popularizan inmediatamente. piadosas y formativas de los monjes, durante sus collationes.
cッョセ・ュウ@ esta situación gracias a algunas fuentes literarias y en
Estas colecciones hagiográficas son el medio de difusión por
es,?ec1al a las reglas monásticas, las cuales, a su vez, también se
excelencia de este tipo de literatura y causa de su gran populari-
le1an en dichas collationes, no una regla vigente en una comunidad
dad. Ya se mencionó al hablar de la relación de la hagiografía con
monástica concreta, sino las diferentes reglas de otros tantos auto-
otros géneros, cómo sus relaciones con la épica y la prosa de ficción
res 」ッョセ、。ウ@ セ@ ・セエョ、ゥ。ウ@ no como una normativa sino ya como
y la didáctica, en especial el Exemplum, favorecieron la prolifera-
un texto hterano mstructivo y edificante igual que lo eran las Vitae
ción de relatos y pequeñas compilaciones de ''ejemplos". Ésta es,
patrum 119 • Puede aducirse, como ejemplo, el capítulo II de la
pues, una de las grandes vías de desarrollo de la hagiografía.
Regula de Fructuoso de Braga, sobre los prepósitos y los oficios
La difusión de las obras hagiográficas está estrechamente (De P_raepositis uel officio) donde se señala que se practique la lec-
relacionada con su utilización litúrgica en las iglesias, ya sean epis- tura JUnto con los cantos sálmicos; estando sentados todos los mon-
copales y urbanas, ya sean rurales o parroquiales. La lectura
pública no sólo hace que las gentes -que no tenían acceso al texto
leído por no poseer copias manuscritas o por no saber leer, que era 119 Véase Vogüé 1985, entre otros.

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jes, el abad o el prepósito deben leer para poder así enseñar a los to normativo, sino a una lectura edificante que se complementa con
más ''simples". Concreta después que se debe leer elliber regulae las prácticas de los cantos sálmicos, entre las tareas de los monjes.
o las uitas patrum: Otra vía de desarrollo fue, sin duda, la aparición de órdenes
Post paululum pausantes medium noctis persoluant offi- religiosas, junto a las antiguas: cistercienses, franciscanos, domi-
cium; ubi quattuor responsuria sub ternorum psalmorum nicos, etc., ligada lógicamente a los centros monásticos de que se ha
diuisione concinuntur, sic post mediam noctem si hyemis tem- hablado líneas antes. Los fundadores de las órdenes y seguidores
pus est, sedentibus cunctis unus in medio residens releget destacados eran enseguida objeto de la elaboración de nuevas
librum et abbate uel praeposito disserente, ceteris simplicio- Vidas que se incorporaban también a las compilaciones. Incluso se
ribus quod legitur patefiet. Quod quidem et aestate post ues- hicieron compilaciones de los monjes beatos y santos de una orden.
peram conseruetur, ut prius quam conpleant liber regulae El caso de san Francisco de Asís es relevante. Fue canoniza-
aut uitas patrum legatur. Ita denique duodenis iterum can- do en 1228, dos años después de su muerte. Poco después, Tomás
tatis psalmis adeant cubilia. Paululumque quiescentes galli- de Celano redactó una Vita prima, caracterizada por muchos ras-
cinio iam sonante recitatis tribus psalmis cum laude et bene- gos tópicos y un especial énfasis en el relato de milagros. En 1244
dictione sua matutinum celebrant sacrificium. escribe otra basándose sobre todo en testimonios de gentes que
"Después descansando un rato llevarán a cabo el oficio de habían conocido al santo. Hacia 1250, o poco después, escribe una
media noche, en el que se cantan cuatro responsorios en cada tercera vida, a petición del "ministro general" de la orden, Juan de
división de tres salmodias; así después de media noche, si es Parma, en la que se aúnan los aspectos de las dos precedentes:
época de invierno, estando sentados todos, uno en medio de Tractatus de miraculis sancti Francisci.
ellos leerá el libro y con la exposición del abad o el prepósito, Bernardo de Claraval (1090-1153), abad cisterciense, uno de
lo que se lea se aclarará a los demás más ignorantes. Y esto, los pe_rsonajes más influyentes de la Iglesia en su época, escribió
en cambio, se observará después de vísperas en verano, para una vida de san Mala quías, además de múltiples obras, entre ellas
que se lea antes de completas el libro de la regla o las vidas de dos himnos propios del oficio cisterciense: a san Malaquías y a san
los padres. Así pues, después de cantar de nuevo doce salmos Víctor. Su fama e importancia era tal que, estando todavía vivo, se
se dirijan a sus celdas. Y descansando un poco, cuando suene comenzó a escribir una primera vida sobre él, a cargo de Guillermo
el canto del gallo, habiendo recitado tres salmos con los lau- de san Thierry. Muerto éste antes de finalizarla, la continuó
des y su bendición, celebren el oficio de la mañana." Ernaud de Bonneval y también Geoffroy d' Auxerre.
Se trata, por tanto, de procurar la instrucción y la enseñanza Destaca también la Vida de santo Domingo de Guzmán (1175-
de los monjes a través de un tipo de literatura parenética, que, caso 1221), fundador de los dominicos, conocidos también como "orden
de ser necesario, el abad explicará y comentará, elliber regulae y las de los hermanos predicadores", escrita por Jordán de Sajonia,
uitae patrum. No hace, pues, referencia, o no sólo, a un seguimien- miembro de la orden. A su vez, la vida de éste fue escrita por Gerard

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de Fracht (muerto en 1271), dentro de la compilación que realizó renciación entre ellas 120 • De hecho, ya en la Antigüedad Tardía y Alta
sobre "Vidas de los hermanos de la orden de los predicadores" (Vitae Edad Media muchas de las pasiones van incluyendo elementos bio-
fratrum ordinis Praedicatorum). Junto a ellos destaca la monja de la gráficos característicos de las vidas. Pero es en la Edad Media, tanto
misma orden: santa Catalina de Siena, mujer de ilustre linaje que en la hagiografía latina como en la que surge en lenguas vernáculas
desarrolló diversas misiones de carácter político-eclesiástico al servi- europeas, cuando proliferan este tipo de leyendas, aisladas o recopi-
cio de los papas y fue una de las personas más importantes; lógica- ladas, cada vez más fantásticas, curiosas y hasta divertidas -en el sen-
mente fue protagonista de otra Vida, y su figura entró enseguida en tido de que la inverosimilitud de lo relatado, hace sonreir a un lector
el santoral de la Iglesia. contemporáneo-, cuajadas de tópicos que se repiten de unas a otras,
Otra de las vías fundamentales de desarrollo de la hagiografía pero cuya popularidad alcanza cotas elevadísimas.
y, sin duda, la más importante desde el punto de vista del alcance de Los !ópicos de las leyendas hagiográficas son numerosísimos,
su popularidad, es la utilización de las diferentes lenguas habladas en algunos ya apuntados a propósito de los "tipos" de mártires y san-
Europa. Aunque el latín era la lengua de la Iglesia y cabe suponer que tos en la Antigüedad y su forma de actuar. No cabe hacer una enu-
clérigos y monjes la entendían y manejaban sin grandes problemas, meración de los mismos, pero sí indicar que muchas leyendas guar-
es evidente que la población no tenía acceso a las historias relatadas dan enormes relaciones entre sí, que algunos de esos tópicos se ges-
en latín. La traducción de obras latinas y la redacción de nuevas tan en las pasiones y vidas antiguas y luego se perfilan y amplifi-
obras en francés, castellano, 。ャセュ£ョL@ etc., facilitaba la difusión y can. Cabría señalar, simplemente a título de ejemplo:
popularidad de las leyendas de santos. N o quiere esto decir que se
La decapitación. La forma de ejecución de muchos mártires
""leyeran" literalmente, sino que, en general, se "oían" por gentes de
era por decapitación. De hecho un santo tan conocido como
todo tipo, en las iglesias, en lecturas más o menos públicas y comuni-
san Lorenzo, que la tradición señala que murió en la parrilla
tarias, al margen de cuantas personas cultas o con medios suficientes
-recuérdese que el Escorial lo conmemora con su planta
pudieran practicar la "lectura piadosa" personalmente. En unos u
arquitectónica-, es probable que, en realidad, muriera deca-
otros casos hacerlo en la lengua materna era más cómodo y fácil.
pitado. Este procedimiento, que era una forma común de eje-
cución en el mundo romano, aparece muchas veces señalado
en las pasiones, pero adquiere su valor de tópico cuando se
7. Breve nota sobre la evolución de la hagiografía en la convierte en el "último método" al que se recurre cuando los
Edad Media
7 .l. Las Vitae y Passiones medievales
120 Hemito a los trabajos de Baños Vallejo 1989 y 2003 sobre hagiografía medieval española como
La acumulación de estos elementos da lugar a las típicas leyen- referencia básica, con abundante bibliografía. Asimismo entre la bibliografía manejada para el estn-
dio de hagiografía medieval y moderna en España, Menéndez Pida! 1957, Alvar 1967, Gómez
das medievales fantásticas de santos y mártires. A lo largo de la Edad Moreno 1989, 2004 y 2005; Grande Quejigo 2000; Connoly-Deyermod-Dutton 1990. Este apartado
Media se siguen cultivando pasiones y vidas, a veces sin una neta dife- reproduce el contenido en Velázquez 1998 (véase nota 26).

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tormentos más inimaginables no consiguen acabar con la vida mane leche en vez de sangre, en señal de inocencia, o cuando
de los mártires. De ahí se pasa en la Edad Media a otro de los muere, exhale una paloma por su boca. Que resista el abuso
tópicos más curiosos, los llama d os " santos cef a 1o'foros " ..N'I sexual, incluso de las miradas, porque la divinidad la protege
siquiera la decapitación acaba con ellos, cuando se les qmt.a con nubes o un halo que la cubre, etc. Pero, sobre todo, es
la cabeza ellos mismos la recogen en sus manos y se van cami- frecuentísimo que a la muerte del mártir el cielo se oscurezca,
nando a otro lado, donde por fin ""descansan", bien al lado haya una tormenta o suceda algún fenómeno de este tipo, en
de otros mártires, como el conocidísimo caso de san Vítores, una clara evocación de lo acaecido al morir Cristo en la cruz.
bien cuando algún cristiano los encuentra y en ese lugar ter- Recogida y traslado de los cuerpos: aunque los cuerpos sean
minan por tumbarse, incluso el cristiano coloca .la 」。「セコL@ quemados, se pueden recoger sus cenizas, y así poder crear
como los casos de Dionisio el Areopagita y san Dems (Damel). un lugar de culto martirial. Cuando el santo es arrojado al
Leyenda ésta última que, además, muestr.a cómo una セウュ。@ mar, las aguas indefectiblemente lo devuelven a la orilla, con
historia se modifica y transforma con el hempo: Gregono de lo que así podrá ser enterrado por los cristianos.
Tours había escrito una vida de este santo señalando que, pro- Viajes y barcas: El tópico de la vuelta de los cuerpos arroja-
cedente de Roma, había sido decapitado en París en el año 251. dos al mar conecta, por otra parte, con el de los viajes, tan
Sin embargo, en la pasión, redactada al final del siglo V en la común en la hagiografía medieval: la barca milagrosa que
abadía fundada por el santo, en las cercanías de París, se hacía lleva las reliquias de un santo a un lugar distinto para poder
retroceder la vida de éste a la época de san Pablo, por quien ser honrado allí también. Y que, indudablemente, tiene su
habría sido bautizado: de esta forma se conectaba la fundación arranque en los legendarios viajes mitológicos, como los de
del monasterio con la época apostólica. El abad Hilduino escri- Hércules, y su reflejo en leyendas artúricas medievales.
be en el834 otra vida confirmando la fecha de la pasión, pero,
El mismo tipo de barca milagrosa que transporta en ocasio-
además, identificando a san Denis con Dionisio el Areopagita Y
nes a los santos hacia su destino, según los designios divinos.
convirtiéndolo también en un santo cefalóforo como éste.
Este sería el caso de otra conocida leyenda, que supone una
Por otra parte, la decapitación se muestra, a pesar de ャセウ@ creación ficticia de inicio de un culto en Oriente y su paso a
""cefalóforos", como el medio más seguro de matar a los cns- Occidente. Nos referimos a la de san Alejo:
tianos, ya que muchos resisten impasibles a cualquier tipo de
Alejo, el rico romano, hijo del senador Eufemiano, la noche
tormentos. Éstos también se repiten de unos mártires a otros,
que se casó, sin consumar el matrimonio, huyó y se fue a vivir
podrían, incluso, establecerse series de tipos de tormentos a
pobremente a Edesa en Laodicea, donde permaneció muchos
través de los diferentes relatos. años. Cuando los criados de su padre fueron a buscarlo no lo
Los prodigios durante y después del martirio: es muy fre- reconocieron por su aspecto, él embarcó hacia Tarso, pero la
cuente que, cuando una doncella es torturada, de sus heridas nave acabó en Roma. Pidió vivir de la caridad del padre,

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como un mendigo, sin ser reconocido. Los criados lo alojaron enemigo del alma, las tentaciones, o ante la herejía. Además hay
debajo de una escalera donde vivió diecisiete años; al morir, santos que guerrean y protegen a los cristianos: Santiago "mata-
el padre acudió, en compañía del Papa y el Emperador, a ver moros", Jorge contra el dragón. A su vez, héroes que, por su vir-
quién era el mendigo muerto. En una carta que había redac- tud y religiosidad, optan por hacerse misioneros, o bien podrían
tado antes de morir y que sostenía en la mano les aclaró a los
ser tenidos como santos, como Tirant, el héroe de la obra de Joan
presentes quién era en realidad. Esta historia, que tiene su
Martorell, Tirant lo Blanc. Un personaje como el Cid, de probadas
origen en comunidades monásticas del Este, se introdujo en
virtudes religiosas -y cuya figura en el poema queda resaltada en
Occidente, dada la ambientación del origen romano del santo
este sentido, a la vez que la obra contiene elementos formales que
(lejano y, por tanto, legendario y misterioso para la zona
se dan en obras hagiográficas- pasó al terreno legendario con tin-
donde se crea), hasta el punto de haberse "encontrado" la
tes de santidad al lado de heroicidad, hasta el punto de que, siglos
casa de san Alejo y su tumba en Roma.
más tarde, Felipe II pensó en canonizado.
Indudablemente hechos históricos como las Cruzadas y la
7 .2. Relación con otros géneros aparición de órdenes militares contribuyeron de forma decisiva a
Las vidas en la literatura medieval, ya sea latina o en lenguas la consolidación del ""ideal caballeresco" medieval y de la equipa-
vernáculas, se asemejan en muchas ocasiones a las novelas y leyen- ración de santos y héroes. En este sentido de relación de hechos
das épicas, contienen ingredientes característicos como viajes, externos, los monasterios e iglesias, como depositarios de reliquias
aventuras, hazañas, hasta el punto de que en un mismo manuscri- y lugares de culto, penetran en la vida de héroes caballerescos que
to se mezclan relatos novelescos y leyendas hagiográficas sin que los protegen, que encuentran reliquias y las depositan en esos luga-
haya una distinción entre unas y otras, ni las hubiera para los lec- res, que hallan tumbas y lugares recónditos, donde se producen
tores medievales (es el caso del manuscrito del Escorial: Ese. apariciones, etc. Estos sucesos no quedaban encerrados en las
h.I.l3). A esto contribuye, además, la creación de la figura del obras literarias o pertenecían sólo a ellas, sino que se daban en la
"santo héroe y guerrero", una de las más fructíferas en la tipología vida real y constituían uno de los componentes de la sociedad
de los relatos medievales, que conduce en más de una ocasión a la medieval. La búsqueda del santo Grial constituye, tal vez, el ejem-
conversión en santos de héroes y guerreros de la literatura épica. plo por antonomasia.
Posiblemente esta identificación o equiparación entre los ide- Tanto en la épica como en la hagiografía hay un objetivo com-
ales de santos y héroes, que debía ser muy asumida por la gente y partido por ambas, y es el de ensalzar a seres superiores -dioses,
aceptada, explica las mutuas influencias entre hagiografía y litera- héroes, santos- que deben, en unos casos, recuperar el honor, en
tura épica. En la caracterización de los personajes, arquetipos de otros, ganar el cielo, a base de supremos sacrificios. Las aventuras
virtudes y fortaleza, puede verse que son similares los valores de y hazañas que han de realizar cuajan en un público que se deleita
uno en el campo de batalla, frente a enemigos, y del otro ante el y entretiene con estas leyendas. Es más que probable que, como

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

señalaba R. Menéndez Pidal (1957), el público que escuchaba los reliquias, visiOnes de la Virgen. Todos estos elementos y muchos
cantares de gesta fuese básicamente el mismo que el que escuchaba otros, además de los tipos de personajes, son comunes a épica y
las leyendas hagiográficas. hagiografía.

Formalmente siguen procedimientos parecidos, cuya proxi- Merece la pena destacar, en la línea antes comentada de
midad se nota más claramente cuando se comparan obras épicas equiparación de héroes y santos, la lucha con animales monstruo-
con relatos hagiográficos también poéticos, menos abundantes que sos y prodigiosos, como la del citado san Jorge con el dragón. Estas
en prosa, pero de creciente desarrollo en la Edad Media, como luchas con dragones serán una de las fantasías más comunes en los
muestran, por ejemplo, las obras del mester de clerecía de Gonzalo relatos medievales de cualquier tipo, hasta el punto de que en más
de Berceo, las vie de saints francesas, incluso los himnos alemanes. de una iglesia se conservan animales disecados, que la tradición
El recurso de fórmulas y tópicos comunes, de tema y de expresión, liga con leyendas de este tipo o de "milagros de Nuestra Señora"
el uso de metros similares: pareado, cuaderna vía, de tipo narrati- hacia personas anónimas, como sucede en la ermita de la Virgen de
vo y didáctico, pero también lírico en los himnos, etc. Sonsoles, a las afueras de Avila, donde se conserva un cocodrilo
colgando del techo.
La presentación de los hechos en una secuencia cronológica
simple, que ahora suele empezar por el origen del protagonista, Diversos rasgos de la hagiografía son también compartidos
padres, niñez, etc., en la que se intercalan elementos prodigiosos y por otros géneros típicamente medievales. Muy relacionada con las
hazañas es otra de las notas comunes. leyendas épicas o la epopeya, está la prosa de ficción, es decir,
desde los cuentos a los libros de caballerías, esa serie de obras de
La vieja polarización ''bien- mal", en "mártires o cristianos
tono legendario inventadas por los autores, aunque, a veces, basa-
- paganos romanos " se repro duce a h ora en " cnst1anos
. . h'eroes y 1o
das en tradiciones legendarias y más o menos antiguas, y aquellas
santos" - "sarracenos", además del bien como virtud del santo-
que contienen hechos inventados pero atribuidos a personajes his-
héroe, frente al mal, encarnado en las tentaciones del demonio a
tóricos. Cabe suponer que este tipo de obras guarda relación con
través de mujeres, lujos, etc. la hagiografía en similares puntos de contacto que la épica. El ele-
Entre esos elementos formales que, como se acaba de apun- mento prodigioso se presenta en la ficción y en la hagiografía: en el
tar, comparten unas obras y otras, pueden recordarse motivos tan primer caso el lector, cristiano siempre, lo ve como una idealiza-
conocidos como los repartos de pan, el retiro del mundo, el tópico ción, incluso como una evasión de la realidad, en el segundo " lo
del león que no ataca al cristiano: pasión de san Andrés o el Cid, cree, como producto de la intervención divina y no cuestiona su
por ejemplo. El tópico de la decapitación, como se ha visto antes, veracidad. Sin embargo la frontera es débil, formalmente porque
tan arraigado en la literatura hagiográfica, o el riesgo de correrla, las aventuras y relatos son similares, ideológicamente porque
como las hijas del Cid, que, ante la afrenta de Corpes piden ser cuando en la prosa de ficción se mezcla un fondo legendario sobre
decapitadas antes que sufrir tanta humillación. Los traslados y personajes o hechos históricos y esto se aúna con cierto tono mora-
viajes de santos y héroes, los prodigios y las apariciones de tumbas,

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lizante, como ocurre en los cuentos, las distancias se acortan nota- d.a paso a las colecciones de ""ejemplos" (exempla). Esto es espe-
blemente con respecto a la hagiografía. cialmente patente desde el concilio de Letrán en 1215 donde se die-
De hecho, en la literatura hispánica, la forma cuentística ron consignas claras para fomentar la reforma del clero, sobre
medieval más extendida, el exemplum, está presidida por el carác- todo en cuanto a obediencia, rectitud y educación de los ""predica-
ter moralizante y didáctico con fines ejemplares, que es objetivo dores". La puesta en funcionamiento de estas normas favorece el
compartido por la hagiografía: el ejemplo edificante para el cris- desarrollo del sermón eclesiástico y, consiguientemente, las colec-
tiano, junto al otro gran objetivo, común con la épica, de perpe- ciones de exempla, en tanto que textos didácticos y moralizantes
tuar y ensalzar la vida de mártires y santos. Aunque en el exem- que ayudan a estos cometidos. La época en la que sucede este des-
plum la finalidad cristiana o ·religiosa no es imprescindible, sino 。イッャセ@ coincide con la revitalización de la literatura sapiencial y
que puede ser profana, relacionada con la intención de dar conse- moralizante pagana y de tono fabulístico, así como con el auge de
jos para la vida, para hacer el bien, etc., no cabe duda de su rela- las traducciones del mundo árabe (recuérdese la actividad de los
ción y no incompatibilidad de objetivos. Pero es que, además, hay traductores de Toledo con Alfonso X), por lo que surgen multitud
hechos comunes que facilitan su estrecha relación: la Iglesia y la de colecciones de cuentos de diversos orígenes que, junto a histo-
exposición doctrinal de la misma, ya desde los textos sagrados rias religiosas, constituyen una base amplia para el desarrollo del
bíblicos, se ha servido de '"ejemplos" para ilustrar la doctrina, de objetivo didáctico de la vida religiosa. Esto puede comprobarse en
""ejemplos" para emular y seguir normas de conducta, como las casos típicos como es, por ejemplo, la incorporación de una histo-
vidas de los padres y santos, que contienen en sí mismos un cúmu- ria del mundo oriental, Baarlam y J osafat, como relato hagiográfi-
lo de virtudes. Los personajes del exemplum no pasan, en realidad, co." Por contra las colecciones de ejemplos eclesiásticos proliferan:
de ser instrumentos que articulan la historia moralizante, pero el Dwdema monachorum (siglo XI) o la Disciplina clericalis de Pe-
procedimiento de poner un ""ejemplo" que explique e ilustre la en- dro Alfonso (1110), pero estos mismos clérigos terminan por hacer
señanza es común. colecciones ""laicas" independientes, pero que conservan, el tono
didáctico y moralizante, así Libro de exemplos y, por supuesto, el
Desde una perspectiva histórico-cultural hay nuevamente
Conde Lucanor de D. Juan Manuel.
hechos externos a la obra literaria que apro:;timan ambos géneros.
En la Edad Media se desarrolla extraordinariamente la recopila-
ción hagiográfica: colecciones de milagros, traslados de reliquias y, 7.3. Santos en la hagiografía medieval
sobre todo, legendarios. Con ellos se pretende tener grupos de tex-
tos juntos destinados tanto a los oficios litúrgicos como a las lectu- Los protagonistas son absolutamente buenos, así como sus
ras piadosas. La necesidad sentida de incorporar estos relatos a los padres o familias, frente a sus enemigos, siempre malos, prácti-
sermones eclesiásticos, provoca la existencia de resúmenes breves camente sin rasgo alguno de bondad: monjes envidiosos, herejes
que sirvan de base para la elaboración de los mismos. Con ello se o enemigos del cristianismo o cuantos actúan en contra del
santo, en los que prevalecen los intereses terrenales, la ambición

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de riquezas, frente a la preocupación exclusivamente espiritual Uno de los tópicos más característicos es que los santos
del santo. durante su niñez ya sienten el peso de la responsabilidad, son apli-
El santo no tiene fisuras, siempre aparecen sus cualidades, no cados, sólo rezan y estudian, aconsejan a sus compañeros pero no
sus posibles defectos. Sólo en el caso de tratarse de una persona pre- juegan con ellos, son ""niños viejos y sabios", que saben más que
viamente pecadora antes de su ""conversión" a la vida espiritual, se sus maestros. Incluso los santos que ya desde niños realizan sacri-
hace mención de la vida licenciosa o de los errores cometidos, para ficios ímprobos para su edad, como el caso de Oria, que antes de
potenciar su arrepentimiento y su cambio radical de vida. Igualmente entrar en el monasterio ya vive ""emparedada" en su habitación,
cuando se quiere destacar su esfuerzo personal en el trabajo o en el apenas habla y come.
estudio, se destaca la evolución desde actitudes más perezosas, cuan- En el santo medieval se compendian todas las virtudes posi-
do era joven o niño: como ejemplo de estas circunstancias baste des- bles, algunos arquetipos encarnan preferentemente virtudes cardi-
tacar las figuras de la pecadora arrepentida, María Egipciaca -de nales, como señalan algunos autores, así S. de Moxó (1965-7) pro-
gran difusión en toda la Europa medieval-, o la figura de Isidoro de pone: mártir, modelo de fortaleza, confesor de templanza, funda-
Sevilla, cuya Vita pone de manifiesto sus comienzos rebeldes en cuan- dor de monasterios de justicia, y el doctor (hombre ilustre y sabio)
to al estudio, cuando era discípulo de su hermano Leandro. de la prudencia. Entre los confesores también se establece la dis-
La figura del santo sufre un proceso de perfeccionamiento tinción entre ascetas y evangelizadores.
continuo a lo largo de su vida, aun cuando parta del estadio de Además de estos casos pueden mencionarse, siguiendo nue-
haber sido siempre virtuoso, de forma mucho más clara y contun- vamente a F. Baños (1989), sobre la hagiografía medieval hispáni-
dente que en las Vitae tardoantiguas, donde apenas había evolu- ca, pero puede aplicarse en general, distintos arquetipos muy fre-
ción. Este proceso, en la línea de lo indicado por F. Baños (1989), cuentes como los santos pecadores y arrepentidos, los santos tra-
articula la obra literaria y consta de tres fases: a) búsqueda y deseo bajadores: dos clases de personajes que, sin duda, acercaban la
de santidad, b) proceso de perfección (acciones realizadas tenden- imagen del santo al común de las gentes, facilitaban la emulación y
tes a conseguirlo), e) éxito: consecución de la santidad (que queda presentaban una imagen alcanzable, en principio, a todos los san-
probada mediante los milagros en vida, el tránsito de la muerte -ya tos eremitas, ascetas, anacoretas en general, dentro de los que sur-
sea por el glorioso martirio o la pacífica muerte de quien ya es un girán tipos curiosos como los ""santos estilitas", que viven encima
santo- y los milagros obrados por su intercesión tras su muerte). de una columna o superficie pequeña. Ya se han mencionado los
El santo medieval sigue, como los mártires primitivos, la imi- ""niños viejos" o los ""emparedados", como las santas Eulalia (ya en
tación de Cristo, pero también tiene como modelos los santos que la Antigüedad Tardía) y Oria respectivamente. Los santos apolo-
le han precedido. Buscan formarse e instruirse siguiendo las ense- gistas, que defienden la religión de la herejía, con su ejemplo, sus
ñanzas de sus predecesores y guiándose de las pautas de conducta explicaciones dogmáticas y sus dotes de predicación. Ligado a
que tenían y que conocen gracias a las vidas y pasiones de aquellos. éstos, los santos fundadores de órdenes religiosas, activos, viaje-

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ros, con dotes de extraordinaria elocuencia y persuaswn, que


8. Apéndice a la primera parte: Selección de obras hagio-
aúnan sabiduría con humildad. Al lado de ellos y muchas veces gráficas según lengua y lugar de redacción
como facetas de sí mismos, los santos ilustres y doctores: induda-
blemente figuras como san Leandro y san Isidoro, obispos de 8.1. Obras antiguas, hasta el siglo IV
Sevilla, son figuras prestigiosísimas en la Edad Media. Este tipo de -Actas de los mártires y Pasiones, correspondientes a los
santos preludia los que tendrán mayor éxito en el Humanismo, e mártires de las persecuciones del siglo I al IV. Relación de
incluso en épocas posteriores, como santa Teresa de Jesús, sin las consideradas más genuinas o "sinceras", aliado fecha de
duda una de las más famosas. Las mujeres santas: aunque ya desde la persecución:
el principio había mujeres en la hagiografía, especialmente márti-
res, sin embargo es en la época medieval cuando se produce un
auge de las vidas de santas: mujeres que ingresan en las nuevas Martirio de Policarpo, a.155.
órdenes religiosas, como las terciarias (dominicas), así santa Actas de Justino y sus compañeros, a. 163.
Margarita de Ypres, Lutgard de Aywieres, Cristina de st. Trond, Actas de Potinio y mártires de Lión, a. 177.
Marie d'Oignies, cuyas vidas redactó Tomás de Cantimpré, junto a
Actas de los mártires Escilitanos (Escilo, África), a. 180.
las de Tomás de Aquino o Juan de Cantimpré, en una compilación
de vidas de santos coetáneos,- cistercienses, dominicos, etc. En Pasión de Perpetua y Felicidad (en Cartago) a.203.
general mujeres de familias ilustres o de posición media, que Pasión de los mártires de Alejandría, a. 205-206.
renuncian a una vida amable para dar grandes muestras de heroís- Actas de Pionio (en Esmirna) después del 250.
mo y ascetismo, dispuestas a vivir en soledad y retiro, salvo que Actas de Apolonio, (en Roma) a. 183-185.
sean llamadas a otras funciones relevantes, como el caso de la ya
Actas proconsulares de Cipriano (en Cartago) a. 258.
citada Catalina de Siena. Mujeres abadesas, con responsabilida-
des, o dotadas de cualidades claves de prudencia, fortaleza y sabi- Vida de Cipriano, después del258.
duría, siguiendo el modelo de la Virgen. La importancia adquirida Pasión de Fructuoso, Eulogio y Augurio (en Tarragona) a.
por las mujeres se demuestra, por ejemplo, en el número de ellas 259.
que se recogen en el martirologio de Tallaght, irlandés, del siglo Pasión de Montano y Lucio (en Cartago) a. 259.
XIII, que contiene 119 vidas de santas. Actas de Mariano y Santiago (en Cirna) a. 259.
Pero, quizá, la figura más característica o más popular de Pasión de Marino (en Cesarea) a. 260.
tipo de santo sea el de santo héroe y guerrero, del que ya se ha Actas de Maximiliano (en Tebesa) a. 295.
hecho mención al hablar de la evolución del género en la Edad
Pasión de Marcelo (en Tingi) a. 298.
Media y, concretamente, de su relación con la épica.
Actas de Félix (en Tibiuca) a. 303.

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Actas de Julio (en Dorusturtum) a. 304?. nocidas y que constituyen arquetipos, como los estilitas: Si-
Martirio de Agapé Irene y Quionia (en Salónica) a. 304. meón el Estilita, Daniel de Anaplos, Alypios, Simeón Salos
Actas de Ireneo (Sirmium, hoy Mitrowitza) a. 304. de Emesa ...

Actas de Euplo (en Catania) a. 304. - También se desarrollan tempranamente los relatos de mila-
Actas de Crispina (en Tebesa) a. 304. gros:

Pasión de Fileas (en Alejandría) c. 306. Milagros de Tecla de Iconium (siglo V).
- Otras Actas o Pasiones consideradas como auténticas por Milagros de Artemios; Cosme y Damián; Ciro y Juan;
sectores de la crítica hagiográfica menos selectiva: Actas Menas; Demetrio (siglos VI-VII).
de destierro de Dionisio de Alejandría; Pasiones diversas Sin embargo, las compilaciones no aparecen hasta bien
como: Casiano; Saturnino, Dativo y compañeros; Máxima entrada la época medieval.
y Segunda; Quirino; Florián; Hermógenes; Polión;
Marciano y Nicandro; Dusio; Felipe; Apolonio; Felipe; - Pasiones relativas a las persecuciones religiosas e invasiones
Acacio; Pedro y André; Trifón y Respicio; Claudio, Aste- en el mundo bizantino
rio y Neón; Saba. - Pasión de Máximo el confesor (después del 662)
- Pasión de Esteban el Joven (después del 77 4)
8.2. Hagiografía greco-latina de la Antigüedad Tardía y - Pasiones de los mártires de Amorion (después del 845).
Edad Media
-Otras pasiones de héroes locales y manifestaciones de culto.
8.2.1. Imperio bizantino y Oriente (en griego)
Siglos IX-X: la edad de oro de la hagiografía bizantina
-Vida de Antonio, de Atanasio de Alejandría (c.357)
-Vidas de patriarcas: Tarasio, Nicéforo, Metodio, Ignacio
-Vida de los padres, de Pacomio: vidas de ascetas, de padres del cronógrafo Teófanes.
del desierto.
- Vidas de fundadores de monasterios como los del monte
-Historia Lausiaca, de Paladio (c.420). Olimpo en Bitinia, el Athos al sur de Italia o Latmos en Mi-
-Historia religiosa e Historia de los monjes, de Teodoro de leto.
Ciro (c.444). -Biografías de santos aristócratas: Miguel Maleinos; misione-
- En siglos siguientes se desarrollan estas biografías o relatos ros: Metodio y Cirilo (a éste se le atribuye la invención del
de ascetas, originados fundamentalmente desde centros alfabeto glotológico, del que deriva el cirílico, que lleva su
monásticos de Egipto. Dan lugar a series de santos muy co- nombre); santas: María de Bizye ...

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-Calendario hagiográfico: el Menologium de Simeón Meta- -Vida de Ambrosio de Paulino de Milán (siglo V, según los
phrastes, uno de los más influyentes en la Edad Media. modelos de las Vidas de Antonio de Atanasio, de las de
Jerónimo y de Sulpicio Severo).
- Biografías posteriores de los siglos XI al XIV, de santos con-
temporáneos o encomios de santos antiguos y leyendas po- -Diálogos, del papa Gregorio Magno (siglo VI).
pulares. Destaca Constantino Akropolites (e .1321). - Durante la Alta Edad Media se reelaboran obras antiguas,
se realizan Vidas de santos históricos. Vidas de papas, san-
tos longobardos, etc.
8.2.2 Obras hagiográficas latinas de Occidente
- Vidas de Francisco de Asís: tres elaboradas por Tomás de
África Celano, entre los años 1228 y 1253.
-Pasiones herederas de los modelos de Maximiliano, Marcelo -Leyenda dorada de Jacobo de la Vorágine, el más famoso
o Casiano del grupo anterior, con modelos de mártires sol- legendario de Europa y el más traducido y difundido (siglo
dados: Pasión de Fabio; Tipasio (éstas y las siguientes con
XIII).
un fondo auténtico bastante aceptado).
Gallia (Francia)
-Pasiones de vírgenes: Marciana; Salsa.
-Época franca y merovingia:
- Biografías de personaje y hechos históricos de la Antigüe-
dad Tardía y coetáneos a la redacción: -Vida de Martín de Tours, de Sulpicio Severo (siglo V).

-Vida de Agustín, de Posidio. -Vidas de los padres; Sobre la gloria de los confesores (sobre
todo de obispos); Historia de los Francos; Sobre la gloria de
-Vida de Fulgencio de Ruspe, de Ferrando. los mártires y dos pequeñas obras sobre los milagros de
-Historia de las persecuciones de la provincia de África, de Julián y Martín, de Gregorio de Tours (540-604).
Víctor de Vita, con una obra complementaria: Pasión de los - Pasión de Denis, redactada en el monasterio del mismo
siete monjes. nombre (finales siglo V, Gregorio de Tours escribió una vida
- Calendarios de Cartago y del Sinaí. dentro de sus Vidas de padres).
Italia -Edad Media:
-Vida de Pablo el ermitaño, Hilario, de Jerónimo (c. 386- -Vida de Maximino de Trier, de Lupo de Ferrieres (siglo IX).
391). -Vida de Denis, del abad Hilduino (834, reelaboración de la
Martirologio Hieronimiano (finales del siglo V, incluye san- de Gregorio de Tours, e identificación del santo con Dionisio
tos de Nicomedia, Mrica e Italia).

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el Areopagita, convertido en un santo cefalóforo como éste. -Nova legenda Angliae (Nuevas leyendas de Inglaterra) es
El abad Hincmar añade nuevos milagros a esta vida). una obra impresa en 1516 por Wynkyn de Worde, que
reproduce casi todas las vidas del Sanctilogium de J ohn de
-Vida de Maurilio, de Archanaldus, archidiácono de Angers Tynemouth, pero con otras quince añadidas, como las de
(a.905, reelaboración de una primera vida, redactada des- Benedicto de Nursia, Bertelin, Cungar, Decuman, José de
pués del 627 por Magnabodus; en la nueva versión se añade Arimatea, etc.
el personaje ficticio de san Renato ).
Alemania
- Vida de Bernardo de Claraval, comenzada por Guillermo
de St. Thierry, continuada por Ernaud de Bonneval y des- -Traslado de reliquias de Marcelino y Pedro, de Eginardo
pués por Geoffroy d'Auxerre (mediados sigo XII). (Einhart), en la corte carolingia (c. 770-840).

-Compilación de vidas de santos, Speculum historiale, de -Martirologio, vidas de santos, leyendas, milagros, relatados
Vicente de Beauvais (1244). por Rabano Mauro del monasterio de Fulda (c.776-856).

- Compilación de vidas de santos coetáneos al autor, titulada -Vida de Gallen e Himnos, de Nokter Balbulo de St. Gallen
Bonum universal de apibus, de Tomás de Cantimpré, inclu- (c.840-912).
ye entre ellas las de Tomás de Aquino, de Juan de Cantim- -Piezas teatrales de vidas de santos, de la monja Hrotswitha
pré, Lutgard de Aywieres, Margarita de Ypres, Cristina de de Gandersheim (c.935-1002). Se incluye aquí al tratar el
St. Trond y María d'Oignies (siglo XIII). contenido de algunas de conversiones de paganos, de marti-
rios, etc., tomados de leyendas piadosas y vidas de santos.
Inglaterra
-Vida de Agustín de Canterbury, y otras vidas diversas rela- - Diversas Vidas a lo largo de los siglos XI-XV, muchas de
cionadas algunas con Canterbury: Edith Swithun, Wulfsin, ellas de santos de origen alemán y otras italianas o de otros
Etheldreda, Ives, Adrian, Deusdedit, Honorius, Justus, lugares. Como en otras lenguas y lugares son anónimas una
Laurentius, Mildred, Milburga, Mellitus, Theodore, buena parte, pero también hay un considerable número de
Werburga, etc., escritas por el monje Goscelin (o Joscelyn) hagiógrafos. Pueden citarse:
.(siglo XI). -Vida de Udalrico, de Adalberto (c.1205)
- Compilación ( Sanctilogium) de vidas de santos británicos e - Vida de Egelberto e Isabel, de Cesario Heisterbacensis
irlandeses (157 que conforman un calendario y van ordena- (1180-1240).
das alfabéticamente), de John de Tynemouth (c.1350), el
- Vida de Bernardo de Claraval, de Conrado Eberbacensis
hagiógrafo más importante de la hagiografía de Inglaterra.
(1140-1226).
Quizá influido por Guido de Castris que por la misma época
realizó una colección de vidas de santos franceses.

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-Vida de Francisco; Vida de Antonio, de Juliano de Spira Servando y Germán; Vicente, Sabina y Cristeta; Santos in-
(c.1200-1250). numerables de Zaragoza; Zoilo; Argenta; Verísimo, Máxima
y Julia; Víctor de Cerezo; Víctor de Braga; Nunilón y
-Vida de Nokter, de Ekkehardo V (c.1250). Alodia, Pelagio; Mancio.
-Vida de Eduvigis, de Engelberto de Leubus (antes de -Vidas hagiográficas del siglo VII:
1250).
Vida de Millán, de Braulio de Zaragoza. Vida de Desiderio,
-Vida de Cunegunda, de Thiemon, obispo de Babenberg del rey Sisebuto, Vidas de los padres de Mérida, anónima;
(c.1200). Vida de Fructuoso, anónima; autobiografías de Valerio del
-Vidas diversas de: Bernardo de Hildesheim, Erminoldo, Bierzo y compilación hagiográfica llevada a cabo por el autor.
Fedrico de Osterwych, Gunther el eremita, Johannes de - Época mozárabe:
Osterwych, etc., anónimas (siglo XIII).
-Nuevas pasiones se incorporan, tanto hispanas como impor-
-Vida de Domingo de Guzmán, de Jordán de Sajonia (des- tadas de Oriente, Roma, etc. Muchas de ellas anónimas:
pués de 1237).
-Pasiones diversas redactadas por Eulogio de Córdoba.
-Vida de Jordán de Sajonia, de Gerard de Fracht (antes
de 1271). -Pasión de Eulogio, de Paulo Álvaro de Córdoba.

- Traslación de Deliciana, de Gutolf de Heiligenkreuz -Actas de los mártires Adolfo y Juan, degollados en el 825;
Vida y pasión de Flora y María, del abad Esperaindeo.
(c.1300).
Hispania (Península Ibérica) - Pasionarios de Cardeña y Silos, anónimos (siglo X).

-Himno a los mártires de Prudencio (finales siglo IV, princi- Pasiones de Cristóbal y compañeros; Vidas de Vicente,
Coloma, Potito, Teógenes, 37 mártires egipcios (siglos X-XI).
pios del V).
- Pasiones antiguas como la de san Fructuoso (ya incluida en -Vida de Ildefonso, de Cixila (c. a.774-783). Otra anónima
el grupo anterior). Las Pasiones de los siglos IV a VII se del siglo X.
recopilan en el Pasionario Hispánico, que sigue ampliándo- -Vida de Olegario, anónimo (a.860).
se después. Está constituido por las Pasiones de: Acisclo y
-Vidas de Salvio, abad de Albelda; María Egipciaca, anóni-
Victoria; Facundo y Primitivo; Leocadia; Eulalia de Méri-
mas (siglo X).
da; Fructuoso, Augurio y Eulogio; Vicente; Eulalia de Bar-
celona; Emeterio y Celedonio; Torcuato; Justa y Rufina; - Martyrologium, anónimo (siglo IX).
Cucufate; Félix; Justo y Pastor; Fausto, Genaro y Marcial; - Martyrologium de la Marca Hispánica (siglo X).

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- Martyrologios de los siglos XI en adelante. Entre ellos el


Época medieval y prehumanista (siglos XI al XV):
martirologio de Usuardo y evangelario del siglo XIII.
-Vida de santo Domingo de Silos, del monje Grimaldo
-Legendarios mozárabes (siglos X y XI).
(c.l088-1090).
-Legendario del monje Fernando (c.l200).
-Vida, milagros y panegíricos de Íñigo, de Juan de Alcocer;
Vida y milagros de Rudesindo de Dumio, de Esteban de -Leyendas de mártires, de Bernardo de Brihuega. Leyenda
Celanova (siglo XI). de Domingo, de Pedro Ferrando (siglo XIV).
-Vida de Victoriano de Asán, Odón de Urgel, Ermengaudo de -Historia de José (leyenda piadosa), de Alfonso Bonhome
Urgel, anónimas (siglo XII). (siglo XV).
-Vida de Juan Gualberto, monje Bernardo, de Adón (siglo -Flores sanctorum, anónimo (siglo XIII).
XII). - Copias diversas de la Leyenda dorada de J acobo de la Vorá-
-Vidas de Leandro, Isidoro, Fulgencio, Braulio, junto con la gine, anónimas (siglos XIII, XIV).
leyenda de Lorenzo, Valeriano y Vicencio, del anónimo -Traslaciones de Isidoro, anónimo (siglo XI, otro en el XIII);
zaragozano (siglo XII). de Félix, del monje Grimaldo (siglo XI).
-Vida de Martín de León, de Lucas de Tuy. Vida de santos, - Traslación de reliquias y milagros de Santiago apóstol, de
de Rodrigo de Cerrato. Vida de Isidro labrador, de Juan Gil Adón (siglo XII).
de Zamora (siglo XIII).
-Milagros, Traslaciones ... contenidas en el Codex Calixtinus.
-Vidas diversas anónimas: Irene, R;ümundo Lulio, Olegario,
Mirón, Millán, anónimas. Vida de Millán, del monje -Milagros de Félix, del monje Grimaldo (siglo XI).
Fernando del monasterio de san Millán (siglo XIV).
-Vidas de Antonio, de Alfonso Bonhome. Vida de Raimundo 8.3. Obras medievales en lenguas vernáculas
de Peñafort, de Pedro Marsili. Vida de san Dalmacio Y
Italiano:
Raimundo de Peñafort, de Nicolás Eymerich. Vida de
María Cervellón, Pedro Nolasco, de Guillermo Nolasco -Traducciones diversas latinas.
(siglo XV). - Vidas y biografías de santos y santas de órdenes religiosas:
-Vidas de Ildefonso, Eugenio, Isidoro, de Alonso Ortiz. Vida franciscanos, dominicos, etc. como las de Clara de Asís,
de Juan Crisóstomo, de Alfonso de Oropesa. Vida de Jeró- Margarita de Crotona (s.XII). Beata Umiliana de Cerchi
nimo de Gonzalo de Frías. Vida de Ildefonso, de Alonso de (c.l246), Antonio de Padua. Vida de fray Miguel (a.l389).
'
Palencia (siglo XV).

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

-Legendarios diversos. - Conversión en obras hagiográficas de leyendas épicas o


-Difusión italiana de la Leyenda dorada de Jacobo de laVo- relatos laicos: Guillermo de Inglaterra, La búsqueda del
rágine. santo Grial. Conversión en obras dramáticas de vidas de
santos medievales y milagros de Nuestra Señora.
Francés:
Inglés:
-Versiones francesas (aprox. 240) de más de lOO santos dife-
rentes, en verso, desde el siglo IX. Generalmente son leyen- -Legendario inglés del siglo XIII: Vidas de santos de África y
das aisladas, aunque algunas se compilan en legendarios. del Este. Domingo de Guzmán y Francisco de Asís son los
Entre ellas destacan: últimos recogidos, incluidos por ser fundadores de órdenes
religiosas. Hay tres santos irlandeses: Patrick, Brigit, Bren-
- Sequencias de santa Eulalia (c. 330).
dan, uno galés: Teilo, veintiocho anglosajones: Aldhelm, Bi-
- Pasión de Cristo (conocida por Pasión de Clermont, por rinus, Edburga, Edward confessor, Chad, Cuthbert, Alban,
el lugar del códice). obispo Oswald, etc., además de Thomas Becket y Edmund
- Vida de Gerardo, de Odón, abad de Cluny (972-992). Rich (o Edmund de Abingdon).

-Vidas de Frontón (3 entre_ los siglos VIII al XII). -Martirologio irlandés de Tallaght (siglo XIII).

- Vida de Marcial de Limoges. -Legendario escocés: salvo dos santos británicos: s. Machar
y Ninian, los demás son adaptaciones de la Leyenda dorada
-Vida de Leogardo (St. Léger) (c. 1000). de J acobo de la Vorágine. Ésta se encuentra en diversas tra-
-Vida de Alexis (c.l050), reelaborado en diversas ocasiones. ducciones de los siglos XIII a XV, el más largo el de 1433.
- Vida de Fidel (F oy) -Diversas vidas de santos como s. Alban, Austin de Comp-
ton, Fremund, Petronilla, rey Edmund, etc., de John Lyd-
-Vida de Isabel de Hungría, María Egipciaca y Lorenzo.
gate, en verso.
-Obras en prosa, normalmente agrupadas en legendarios.
-Poema des. Erkenwald.
Generalmente tienen una estructura jerarquizada: vidas de
Cristo, la Virgen, apóstoles, mártires, confesores, santas ... -Vidas diversas en dialecto anglo-normando:
-Colecciones de Vidas de padres, traducidas del latín. - Vida de Alban, rey Edmund, Edward confessor en anglo-
normando de Matthew Paris (1259).
- Compilaciones de vidas de santos, como Gestes des saints,
de Jean de Mailly (después de 1225). Y en especial traduc- - Vida de Richard de Chichester, de Peter de Peckham
ciones de la Leyenda dorada de Jacobo de la Vorágine. (c.l253).

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

- Vidas de santos antiguos (excepto la de santa Isabel de -Vida de María Egipciaca, anónima (en verso, siglo XIII,
otra en prosa en el siglo XIV).
Hungría), de Nicole Bozon.
-Vida de Domingo de Guzmán, anónima (finales siglo
Alemán:
XIII).
- Himnos a diversos santos desde el siglo IX como Himno de
s. Pedro, de Anno (c.l080), Himno de Roldán. -Vidas de Millán de la Cogolla, Domingo de Silos, Poema
de Oria, Martirio de Lorenzo, de Gonzalo de Berceo (en
-Vidas de Johannes de Taufers y del Adelbrecht, de Ava. verso, siglo XIII).
-Vidas de Andrés, Margarita mártir, Vito. -Vidas diversas de Tomás de Aquino, Pedro de Verona,
-Vidas de conversión, como la de Egidio. anónimas (siglo XIV).

-Vidas de propaganda de santos cultos: Arnolt, Juliana. -Vida de Ildefonso, de Beneficiado de Úbeda (siglo XIV).
Servatio de Heinrich de Veldeke, Enrique de Albert de -Vidas diversas de Amaro, Francisco de Asís, Ginés de la
Augsburgo, que incluye también la traslación de Xara, etc., anónimas (siglo XV).
Cunegunda y Enrique, de Ebernad (c.l200).
-Vidas de Ildefonso e Isidoro, de Alfonso Martínez de To-
-Vidas de Silvestre, Alexio, de Pantaleón, de Konrad de ledo.
Würzburg.
-Historia de Beralm y Josafa de India y Vidas de santos, anó-
- Traducciones de la Leyenda dorada de J acobo de la Vorági- nima (copista Pedro Ortiz) (siglo XV).
ne y formación de Legendarios alemanes, como el Bamber-
-Historia de Vítores, de Andrés Gutiérrez de Cerezo. Vida de
ger Legendar, Bebenhauser Legendar.
Vicente Ferrer, Domingo, de Juan López de Salamanca.
- Traducciones alemanas de la Legenda maior de J ohannes
de Orta, de la vida del franciscano Luis de Toulouse, de Ca- - Flores sanctorum, anónimas y una de Beneficiado de Úbeda
(siglo XIV).
talina de Siena, de Tomás de Celano.
- Traducciones de la historia de Barlaam y J osafat, de Oswal- - Traducciones diversas de la Leyenda dorada de J acobo de
la Vorágine, anónimas y una de Juan de Burgo (siglo XV).
do.
-Leyendas de Bernardino de Siena, Rosa de Viterbo, Eleazar -Milagros romanzados de Domingo, de Pedro Marín (siglo
XIII).
de Sabran, etc.
-Milagros del apóstol Santiago, de Diego Rodríguez de Alme-
Castellano:
la (siglo XV).
-Vidas diversas, tanto en prosa como en verso:
1

- 175-
- 174-

l
T!

La literatura hagiográfica

-Visiones: E en Yrlanda fue un omne que avia nombre Sant


Patricio (siglo XIII). Visión de don Túngano (siglo XIV).
-Libro de claras y virtuosas mujeres, de Álvaro de Luna SEGUNDA PARTE:
(siglo XV).
LITERATURA HAGIOGRÁFICA
Catalán - Valenciano:
EN LA HISPANIA DE ÉPOCA VISIGODA
-Vida de Lázaro, Gamamiel, de Pedro Pascual (siglo XIII).
-Traducción catalana de Jacobo de la Vorágine (siglo XIV).
l. El Pasionario Hispánico
-Historia de Josef. Vida de santa Magdalena, Ana, de Roi¡;
de Corella (siglo XV). Comenzaré esta segunda parte con una compilación caracte-
rística de la literatura hagiográfica hispano-latina, el denominado
-Vida de Catalina de Siena. Vida de Vicente, de Miquel Pérez. Pasionario Hispánico, que reúne obras de distinta cronología,
Vida de Magdalena en Cobbes, de Jaume Gazull. Vida de pero que con toda probabilidad se establece como colección duran-
Jerónimo y Paula, de Andrés de Li (o Heli) (siglo XV). te el siglo VII. Aunque se trata de una obra abierta que sigue incor-
Portugués: porando diversas pasiones en los siglos posteriores.
-Vida de s. Amaro, María Egipciaca y otras, de Hylario de La primera formación del Pasionario Hispánico se nutre de
Louinhaa (siglo XIV). varias pasiones primitivas 121 como la de los santos tarraconenses
Fructuoso, Augurio y Eulogio, de finales del siglo III o principios
- Historia de la vida de Isabel de Portugal, de Salvado Mar-
del IV y la de Vicente, de finales del IV; otras como las de las san-
tins (siglo XIV).
tas Justa y Rufina de principios del siglo VII y las pasiones perte-
necientes al ciclo de Daciano y que se basan en la citada de san
Vicente: Los innumerables mártires de Zaragoza, Leocadia, Justo
y Pastor, Eulalia de Barcelona, Félix de Gerona, Cucufate y los
santos abulenses Vicente, Sabina y Cristeta.

121 Que pueden clasificarse como pertenecientes al grupo tercero de los establecidos por Delehaye
y que vimos en la primera parte. El estudio del Pasionario Hispánico fue realizado por Fábrega
Grau (1953) en una edición todavía insustituible, por su significativo avance en el estudio de los
manuscritos y en la historia del texto. Más recientemente P. Riesco Chueca (1995) ha realizado una
nueva edición crítica añadiendo algunos Inanuscritos no consultados por Fábrega Gran, con un
estudio de la lengua y traducción de los textos.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

Este libro formó parte esencial de la liturgia de época visigo- Passio sanctorum beatissimorum martyrum Aciscli atque
da y después mozárabe, tiempo en el cual se fue completando con Victorie qui passi sunt Cordoba in ciuitate sub Dion praesi-
otras pasiones. Pues se trata, en efecto, de un libro abierto, que al de, die XV kalendas decembres. Deo gratias.
ser adaptado a las exigencias del culto monástico y parroquial se
""Pasión de los bienaventurados mártires Acisclo y
va ampliando de forma progresiva (Díaz y Díaz 1981).
Victoria, que sufrieron en la ciudad de Córdoba bajo el man-
La pasión de Eulalia de Mérida que figura en el Pasionario dato de Dión el día diecisiete de noviembre. Gracias a Dios."
parece haberse incorporado después, en el siglo VIII, pero basán-
Confessio sancte ac beatissime Leocadie uirginis, que obiit
dose en una pasión primitiva del siglo IV hoy perdida. De esa anti-
Toleto in ciuitate sub Datiano preside, die V idus decembres.
gua pasión procedería la de Eulalia de Barcelona incorporada en
Deo gratias.
el siglo VII en el Pasionario, como acabo de indicar. También del
siglo VIII son las pasiones de Torcuato; la de Fausto, Genaro y ""Confesión de la santa y bienaventurada virgen Leocadia,
Marcial; la de Emeterio y Celedonio; la de Servando y Germán. En que murió en la ciudad de Toledo, bajo el mandato de Dacia-
el siglo X se incorporan la de Facundo y Primitivo, la de Acisclo y no el día nueve de diciembre. Gracias a Dios."
Victoria y ya en el siglo XI la de Víctor de Braga, las de Zoilo, El relato de la pasión lleva en ocasiones un breve prólogo 124
Argentea, Pelagio, Víctor de Cerezo y la de Nunilón y Alodia 122 • para manifestar la necesidad de perpetuar la memoria del mártir
Las pasiones se ordenan cronológicamente por el día del mes en por medio de estas obras de lectura edificante. El autor alude enton-
que se conmemoraba la fiesta de cada mártir. Los textos suelen pre- ces a su pobreza de estilo, poco adecuado y digno para tan gran
sentar una estructura común, aunque no sistemáticamente reprodu- empresa. Es éste un topos literario bien conocido no sólo en la lite-
cida. Van encabezados por el título de la passio, con el nombre del o ratura hagiográfica, pero que en ella se presenta frecuentemente.
de los mártires, la fecha del martirio, expresada por el emperador del En este sentido resulta de sumo interés el prólogo de la Pasión
momento o el praeses; a continuación la ciudad, día y mes de conme- de Servando y Germano, pues en él también el autor hace unas con-
moración de la fiesta del mártir, así, por, ejemplo en las Pasiones de sideraciones acerca de cuál es el significado de las Pasiones:
Acisclo y Victoria, o en la de Leocadia, como vemos a continuación123 :
Beatissimorum martyrum passiones inclyte cum omnium
sanctorum cetum etiam Seruandi et Germani quid sunt aliut

122 Sigo de cerca la exposición cronológica sintética presentada por Riesco Chueca (1995, xii),
basada en las conclusiones de Fábrega Grau.
forma. En ambos casos podría traducirse por "martirio" (así Riesco Chueca 1995, 5 y 51), ya que
123 Obsérvese que el encabezamiento difiere en la mención estricta del martirio. En el primer
los términos están utilizados para designar el suceso trágico que les aconteció. Sigo el texto de la edi-
caso Passio, pasión, en el segundo Confessio, declaración o confesión, propiamente (Blaise 1998,
ción citada de Riesco Chueca.
s.u.). Leocadia aparece en los Concilios toledanos como confessor mejor que como martyr. Como ya
se ha indicado los confessores eran quienes habían padecido martirio por su fe, pero no habían 124 No son muy frecuentes en las Passiones hispanas y suelen darse entre las más modernas, no
muerto en ese momento, aunque luego murieran como consecuencia de las heridas después, o de otra anteriores al siglo VIII.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

quam fidei, uirtutis et constantissime patientie testimonia (sanctimonia); el amor, la caridad fraterna (karitas, dilectio,
gloriosa? Ad hec dum intendimus mente et confessionis hono- affectus, misericordia, unanimitas, humanitas); la fidelidad
re, uirtutem passionis et dicata Deo fortissima pectora (jidelitas, integritas, stabilitas); la justicia (rectitudo, iusti-
secundum meritum eorum admirantes, digno laudis preco- tia) y la prudencia (sapientia, prudentia); la fortaleza (jorti-
nio predicantes, ad celestem gratiam roboramur. Nec sum tudo, tolerantia, sufferentia), la humildad (mansuetudo,
nescius quod singula eorum egregia Jacta uirtutum explicare humilitas) y la valentía al afrontar el martirio a veces por
non possum; est enim mici ingenii perquam angusta medio- propia voluntad."
critas et crebro inperitie sermo, sed quae sunt uera non des- Además de estos caracteres básicos, las pasiones reflejan
iderant pompam neque ubertatem uerborum, sed sincere también en los diálogos entre mártires y verdugos, el enfrenta-
fidei nitorem purissimum. miento directo, el valor del mártir, su fortaleza, la ausencia de
"Las gloriosas pasiones de los bienaventurados mártires con miedo, incluso el desprecio, a veces casi socarronería del mártir,
el acompañamiento de todos los santos, incluidos las de incluso cierta violencia verbal al atreverse a insultar a sus inter-
Servando y Germano, ¿qué otra cosa son sino gloriosos testimo- locutores que van a ordenar inmediata e inevitablemente la tor-
nios de fe, virtud y perseverantísima paciencia? Cuando medi- tura. El interrogatorio suele acudir primero al intento de per-
tamos sobre ellos y los enaltecemos, admirando, como merecen, suasión por parte del juez para que el cristiano abjure de su reli-
la valentía del martirio y sus corazones esforzados, consagrados gión. De la persuasión, incluso con ciertas promesas, se pasa a la
a Dios, proclamándolos con las merecidas alabanzas, nos forta- amenaza con el tormento y la muerte. De aquí a la cólera que pro-
lecemos en la gracia celestial. Y no me pasa por alto que no tengo duce la inmutabilidad de ánimo del mártir y, como consecuencia
capacidad para describir cada uno de los extraordinarios méri- de ello, al inicio de las más crueles maquinaciones para infligirle
tos de sus virtudes. Hay en mí la pobreza de un talento muy toda suerte de torturas. Es frecuente una exposición de lo que
menguando y a menudo un don de la palabra escaso. Pero lo podríamos calificar de progresión en dichas maquinaciones; es
que es verdadero no necesita de florituras ni exuberancia de decir, frente a los primeros tormentos que suelen comenzar con
palabras, sino el resplandor de una fe sincera." la flagelación 125 , ante la reacción del mártir, no esperada e incom-
prensible para el torturador, éste se esfuerza en idear nuevos tor-
Los relatos están también caracterizados por una serie de
mentos, incluso ordena cambiar de unos a otros, para prolongar
tópicos comunes a otras obras del género y que ya se han comen-
la agonía, pero evitando la muerte inmediata. Frente a este ensa-
tado en la primera parte. Riesco Chueca (1995, xii-xiii) los expone
ñamiento y crueldad sin límites de los verdugos, el otro gran
de manera resumida. Entre ellos los que se refieren a las virtudes
del mártir, que reproduzco a continuación:
"La fe (credulitas, fides, fiducia); el temor de Dios (timor,
125 Una indudable imitatio Christi. De hecho a veces acaban con la crucifixión, incluso después
timoratus) y la vida santa entregada a Dios y a los hermanos de muertos, como el caso de Eulalia de Barcelona.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

topos es la mansedumbre del mártir ante el castigo y una com- Más importante que estos tópicos comunes a otras muchas
postura que, increíblemente, son capaces de mantener. pasiones -y que producen no ya el estupor y la incredulidad
absoluta 127 , sino que creo que han estado siempre en la base de la
Otro de los tópicos frecuentes es el diálogo de los compañeros
falta de credibilidad de los relatos para una crítica positivista
de suplicio entre sí confortándose y dándose ánimos e infundién-
que busca la historicidad de los santos 128 -, es que los diálogos
dose valentía, en las pasiones de dos o más mártires.
entre jueces y mártires son aprovechados por los hagiógrafos
En la nómina de tópicos repetidos podemos incluir también el para introducir de forma abreviada y simplista, pero eficaz para
de las '"conversiones" que la presencia de ánimo y alegría del mártir el lector o público, conceptos básicos de la doctrina religiosa: la
provocan en los espectadores, incluso a veces en los propios verdu- existencia de un solo Dios, la figura de Cristo también él mismo
gos de las torturas. Paralelamente a esto ocurre en más de una oca- Dios, enfrentada habitualmente con los dioses paganos inconsis-
sión que los castigos se vuelven contra éstos, así las llamas con las tentes, inexistentes y objeto de chanza por parte de los mártires,
que están siendo quemados los mártires, los queman a veces a ellos. así como la perversidad que encierra en sí misma la religión
La muerte misma es causante también de situaciones que pagana; la promesa de la vida eterna; la exposición del misterio
vemos repetirse en pasiones hispanas y en otras de diversos oríge- de la Trinidad (especialmente en textos redactados en épocas
nes. De un lado la conmoción que ésta produce en los cristianos y arrianas).
cómo se aprestan a recoger el cádáver y enterrarlo en el lugar La liturgia hispana se sirvió del Pasionario seguramente
mismo del martirio o en otro, señal inequívoca del comienzo de desde el siglo VII en que se había conformado su núcleo básico y a
veneración del culto al santo mártir en el pequeño túmulo o capi- partir de entonces. Como indica Díaz y Díaz (1981), los
lla construida, o bien a esperarlo hasta que regrese de forma mila- Pasionarios y otros textos hagiográficos figuran entre los libros
grosa arrastrado por las olas hasta la costa, cuando su cuerpo ha litúrgicos de que disponían las iglesias. Este uso litúrgico estaba
sido arrojado al mar por ejemplo. De otro lado, los signos, prodi- adaptado tanto a las exigencias parroquiales como monásticas y la
gios o fenómenos naturales singulares que acontecen en el momen- lectura frecuente de los mismos contribuyó a ir incluyendo progre-
to de la muerte. Así es famosa la nieve que cubre el cuerpo de la
mártir Eulalia de Mérida, al igual que la de Barcelona126 •

pudor un lienzo para ocultar sus partes" (traducción Riesco Chueca 1995, 65). Este detalle no apa-
rece en la Eulalia de Barcelona. También puede leerse en el himno a Prudencio un recurso diferen-
te pero con la misma finalidad y es que su larga cabellera le cubre el cuerpo.
126 También hay una salvaguarda de la desnudez de Eulalia de Mérida durante la tortura. La 127 Permitaseme añadir que el enojo en un lector de hoy, frente al efecto ejemplarizante o edifi-
propia mártir se desnuda cuando la van a poner en el potro, dejándose un lienzo que cubre sus セ。イᆳ cante que quizá tendrían en la época en que fueron redactadas.
tes íntimas: Et quum ad loczun passionis extra urbem peruenisset, manibus suis uestem szwm zpsa
sibi exuens, questionariis tradidit. Sane praecinctorium sibi tantummodo pro pudoris aspectu ad 128 De ahí las prevenciones de Delehaye de las que me hacía eco en la introducción, pues negar
tegimen suifemoris reserztabit (c. 16): "Habiendo llegado al lugar del martirio fuera de la ciudad, la veracidad del relato implicaba a menudo negar la historicidad del protagonista, lo cual metodo-
despojándose de sus vestidos ella misma con sus manos, los entregó a los verdugos. Sólo guardó por lógicamente era tan inexacto como creer a pies juntillas estos y otros extremos de las narraciones.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

sivamente nuevas pasiones en él. La festividad del mártir se cele- suministrada a propósito del himno al martirio de Fructuoso, obispo
braba en las iglesias adornada con el relato martirial. de Tarragona, y sus diáconos Augurio y Eulogio (Peristh. 4), en el
Por otra parte, la prohibición establecida en el siglo VII de que se menciona el deseo de los cristianos de llevarse las cenizas de
componer himnos nuevos y cantarlos en las iglesias en las celebra- los mártires a casa y cómo estos mismos se aparecen en cuerpo glo-
ciones litúrgicas, así como el mandato de unificación del oficio rioso para indicarles que las dejen en un único enterramiento.
litúrgico (IV Concilio de Toledo, a. 633, canon 2), debió favorecer, Queda además constancia clara del papel que los mártires
en opinión de Díaz y Díaz, la variación de estos ritos con la inclu- asumen como patronos y protectores de sus ciudades 1:30 :
sión de nuevas pasiones, tendentes a sustituir a las primitivas o a
Peristh. 4, 130-144: ""Entonces se recogen las cenizas de los
añadir otras nuevas.
sagrados cuerpos y los huesos, rociados con vino puro m,
La deposición de reliquias, que se hace obligatoria para la reliquias que a porfía cada cual reclamaba para sí:
consagración de nuevas iglesias, contribuyó también a la difusión
tan grande era el deseo de sus hermanos de llevarse a casa los
del culto a los santos en la Hispania visigoda. Los fieles querían
dones consagrados de sus santas cenizas o portarlos en su
saber cada vez más detalles y relatos sobre los mártires cuyas reli-
regazo como prenda de su fe.
quias veneraban, lo que influyó en el aumento de pasiones 129 y en
la ampliación de los relatos descriptivos y pormenorizados de los Mas con el fin de que su emplazamiento en distintas urnas no
mártires honrados. disperseB 2 los restos que han de resucitar y estar luego juntos
al lado del Señor,
Indudablemente el Pasionario y su funcionalidad litúrgica con-
tribuyeron de forma decisiva a la extensión del culto a los mártires en se dejan ver tocados de níveas estolas; encargan que el polvo
la Hispania visigoda. Ya a través de los últimos versos de algunos sagrado sea devuelto y guardado todo junto en hueca urna de
himnos de Prudencio, sabemos del culto a algunos mártires a comien- mármol.
zos del siglo V cuando el autor publica su obra, pues nos advierte de ¡Oh triple honor, oh triforme cumbre con que se alza la cabe-
la veneración de las reliquias y de cómo los cristianos se congregan za de nuestra ciudad, descollando por encima de todas las
junto a sus tumbas para conmemorar la festividad de sus dies nata- ciudades de Iberia!
les. Aunque no se aborda el Peristephanon directamente en este estu-
dio, sí podemos recordar, a título de ejemplo, la preciosa información
130 Reproduzco la traducción de Rivero García 1997, 190-191.

131 Tradición que arranca del nunHlo pagano, en el que セ・@ apagaban con vino los rescoldos de la
incineración de cadáveres, cf. Virgilio, _4en. 6, 227-228.
129 El Pasionario procedente del monasterio de Cardeña (Biblioteca de El Escorial h.l.14) con- 132 Ya he hablado en la primera parte de la cuestión relativa al rechazo de la iglesia de Occidente
tiene aproxünadan1ente sesenta pasiones que no figuran en otros pasionarios, introducidas sin guar- sobre la fragmentación de los cuerpos y dispersión de las reliquias. Véase una síntesis sobre las reli-
dar un orden cronológico. quias en Velázquez 2004a.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

Gozo es enorgullecerse por los tres patronos a cuyo abrigo sor de una ciudad y serlo de la población no es nítida y pueden
nos protegemos todos los pueblos de las tierras pirenaicas. equipararse, pero la idea de protector de los pueblos es la que per-
mite la ""universalidad" del mártir, el que su protección pueda
Peristh. 4, 157-159: Algún día llegará el momento, al desplo-
traspasar fronteras, al igual que, entonces, la devoción y la vene-
marse el mundo, en que a ti, Tarragona, Fructuoso te librará de
ración de su culto por parte de los fieles de otros lugares diferen-
duro tormento protegiéndote del fuego .... "
tes al que (a los que) ese mártir (y luego cualquier santo) protege.
A propósito de estas palabras y en relación con el papel de
A este respecto, resulta clarificador un extenso estudio de
""patrono" o defensor ciuitatis que adquirían los mártires, como
Guillot (1989), centrado especialmente en el caso de la Galia,
es en Hispania el caso de Eulalia de Mérida, Vicente de
pero con referencias a Italia, sobre todo a través de la Historia
Zaragoza, el citado Fructuoso de Tarragona y tantos otros, es
Langobardorum de Paulo Diácono, así como algunas calas en
éste un aspecto que resulta fundamental para entender una
relación con Hispania. Para este autor, los santos o mártires lle-
buena parte de la organización social de las comunidades cris-
gan a identificarse en cierta medida con los pueblos a los que
tianas urbanas, incluso de la transformación del tejido urbano
protegen, hasta el punto de que algunas cualidades o uirtutes de
de algunas de ellas en torno a los lugares de culto martirial y a la
esos personajes se identifican con cualidades o características de
expansión de dicho culto. Sin entrar en tan compleja cuestión,
los pueblos.
bien estudiada y de abundantísima bibliografía, quisiera llamar
la atención sobre este patronazgo de los mártires, que luego asu- La protección sobre las poblaciones actúa de forma directa, a
mirán los uiri sancti de la Iglesia, en las épocas en que ya no hay veces incluso prestando su brazo contra los enemigos. Así se hace
persecuciones, en relación con el alcance que llegó a tener. Pues eco de algunos pasajes con relación a Hispania. De entre ellos, men-
este papel de patronos de las ciudades llega a extenderse aún ciona la historia relatada por Gregorio de Tours en su Historia
más, pasando a ser los protectores de pueblos enteros y de nacio- Francorum, de cuando los reyes Childeberto y Clotario, partida-
nes. Éste es un fenómeno bien conocido en la Edad Media y de rios de saquear Hispania, llegan hasta las puertas de Zaragoza. Allí
claras pervivencias, incluso actuales, Santiago en España, San observan que por encima de los muros de la ciudad hay una proce-
Jorge en Inglaterra, San Martín en Francia y otros, o bien en sión de gentes que portan la túnica de su santo patrón, el mártir
áreas territoriales menores, hasta llegar nuevamente al localis- Vicente, recorriendo la murallas cantando salmos, y las mujeres
mo ciudadano o, incluso, rural, en que cada ciudad, aldea o pue- ataviadas como en un entierro. Los francos, perplejos, sin ser capa-
blo tiene su ""santo patrón". ces de comprender la situación, piensan que se trata de un malefi-
cio. La túnica de san Vicente consigue que se retiren. No obstante
Pero en la Antigüedad Tardía y en la Alta Edad Media ya se
en su regreso a la Galia saquean diversas zonas de Hispania. Pero
fragua la figura del mártir protector no tanto de ciudades o luga-
gracias al santo la población ha quedado protegida contra los ene-
res, como de pueblos y comunidades, incluso, como he dicho,
migos. Gregorio de Tours añade que Chilperico ha quedado tan
naciones. Es verdad que a veces la diferencia entre ser un defen-

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

impresionado que a la vuelta manda construir una basílica en París Todavía en el siglo VI el epitafio del obispo Justiniano de Va-
en honor del santo, para que cuando muera se le entierre en ella. lencia menciona al glorioso mártir 133 •
Más tarde, hacia el 650, como indica nuevamente Guillot, El culto a los santos y mártires en la Hispania visigoda tuvo
art.cit. hay otra mención del mártir Vicente, ahora en relación con una amplia difusión y son muchas las fuentes testimoniales que dan
el pueblo visigodo y con motivo de su conversión al catolicismo. La prueba de ello, literarias, epigráficas, arqueológicas o litúrgicas,
unidad religiosa permite al regnum visigodo ser fuerte y brillante. como bien han estudiado García Rodríguez (1966), o más reciente-
Se produce un milagro en la basílica de san Vicente en Zaragoza, y mente Castillo Maldonado (1999).
es que su reliquia sangra. Este hecho lleva a Eugenio de Toledo a
Por muy lejana que pareciera la época de los martirios en
componer un poema, en el cual se pide a Vicente que conserve a su
la Hispania del siglo VI o VII -aunque en algunos momentos de
pueblo. En dicho poema se le considera la única esperanza (unica
la época arriana debió de sentirse más próxima su evocación- su
spes no bis ... ) y se le pide que su sagrada pasión guarde a su pue- memoria estaba muy presente, debido al interés de la Iglesia por
blo: Conseruet populum passio sacra tuum! Ya no se trata de la
rememorada continuamente, en especial en la liturgia y oficios
ciudad de Zaragoza, sino del conjunto de la población del regnum.
de la iglesia, y por insistir en el papel protector de los mártires
Vicente fue sin duda uno de los santos más importantes de de las ciudades y poblaciones. Sólo así se explica una obra como
Hispania y de culto extendido y antiguo. Como indica García las Vitas sanctorum patrum Emeretensium, cuya totalidad gra-
Rodríguez (1966, 257), fue ''el más célebre de todos los mártires vita en torno a la acción benefactora de la mártir Eulalia sobre
hispanos antiguos, el único que se ha incorporado por el rito roma- su ciudad, Mérida, y al papel de intercesores ante ella que asu-
no a la liturgia de la Iglesia universal y que ya desde los primeros mieron y ostentaron sus famosos obispos, como tendremos oca-
tiempos era conocido en los más diversos puntos de la cuenca medi- sión de ver.
terránea". Además de las basílicas que ya le estaban consagradas
en el siglo V tanto en Valencia como en Zaragoza, podemos recor-
dar aquí nuevamente la mención a su culto en el himno de 2. Las Vitae del siglo VII en la Hispania visigoda
Prudencio a él dedicado: 2.1. Hagiografía e historia, de nuevo
Peristh. 5. 562-569: "Si veneramos debidamente este día Las obras hagiográficas específicas de la Hispania visigoda,
de fiesta con nuestra voz y nuestro corazón, si nos postramos al margen de algunas Pasiones de las que he hecho mención que se
con gozo al pie de tus reliquias, van reuniendo y conformando el Pasionario Hispánico, son pocas
baja un momento entre nosotros y tráenos el favor de y muy singulares en sus características formales y de contenido. Un
Cristo, para que nuestras almas abrumadas noten el alivio de
su perdón ... "
133 Véase el texto reproducido en el último apartado de este estudio.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

breve muestrario pero de amplio espectro dentro de la tipología hagiográficas en tanto que fuentes de documentación crítica
tradicional y clásica de las Vitae de época tardoantigua que ha que- para el estudio de la ""disciplina hagiográfica", como veíamos en
dado caracterizada en la primera parte del libro. la introducción y en el primer capítulo, para establecer la histo-
ricidad de los personajes y el establecimiento de su culto, y en
Las Vitae hagiográficas consideradas tradicionalmente como
tanto que, o sobre todo diría, fuentes de documentación históri-
tales son las siguientes: Vita uel Passio Desiderii, escrita por el rey
ca de las épocas y lugares que se relatan en ellas, de la sociedad
Sisebuto, hacia el613; las Vitas sanctorum patrum Emeretensium,
en que viven los protagonistas y de sus implicaciones políticas y
anónima, hacia el 635; la Vita Aemiliani, escrita por Braulio de
económicas.
Zaragoza, hacia el 645; la Vita Fructuosi, anónima, alguna vez
atribuida a Valerio del Bierzo, escrita hacia 670; las obras auto- Aunque ya he advertido que la perspectiva con la que he
biográficas de Valerio del Bierzo: Ordo Querimoniae, Replicatio abordado este estudio es fundamentalmente literaria o de historia
(sermonum a prima conuersione); y (Quod de superioribus Queri- literaria, es evidente que quedaría taimado si no se asumiera en él
moniis) Residuum. Por último la llamada ""Compilación hagiográ- esta doble valoración de las obras. Porque indudablemente uno de
fica de Valerio" reunida por este autor. los rasgos más caracterizadores de estas Vitae es su reflejo y, a la
vez, su proyección históricos. No es un rasgo exclusivo de la hagio-
A continuación trataré de desgranar algunos de sus conteni-
grafía hispana, es extendible al conjunto de la hagiografía y aún de
dos y características como obras literarias hagiográficas, aunque
toda manifestación literaria o artística -todas las obras tienen un
atendiendo a su significado cultural e ideológico y a la tr¡mscen-
marco histórico, ideológico y cultural que marcan los condiciona-
dencia social que pudieron tener o que tal vez quisieron darles sus
mientos de aparición de las mismas-, pero por su ámbito peculiar
autores 131 •
son especialmente comparables con las Vitae y colecciones de mila-
Conviene, con todo, adelantar aquí, que una de las caracte- gros de la Galia merovingia, Gregorio de Tours, Venancio Fortuna-
rísticas comunes a todas estas obras (aunque la de Valerio de forma lo, o de los Dialogi de Gregorio Magno en Italia 135 • En unas y otras,
distinta) son lasimplicaciones políticas que tienen, bien sea por sus los marcos histórico-políticos y socio-económicos son palpables,
personajes, bien sea también por sus autores y la finalidad o fina- más o menos explícitos, pero se dejan sentir con fuerza, sin necesi-
lidades con las que han escrito sus obras. dad de que pensemos en una lectura forzada por historiadores
Es evidente la relación entre estas obras hagiográficas en reinterpretando los textos o leyéndolos con unas claves exclusivas
tanto que productos literarios de su época y estas mismas obras de estas orientaciones.

135 Vuelvo, una vez más, a mencionar la orientación (u orientaciones) mayoritarias en las últimas
134 En este aspecto, sobre todo al hilo del reciente estudio llevado a cabo por Castellanos (2004), décadas sobre el estudio de la hagiografía y culto a los santos. No obstante, véanse en especial para
por ser, a mi modo de ver, la principal aportación en la valoración de la hagiografía hispanovisigo- estas obras: Petersen 1984, Fouracre 1990, Breukelaar 1994, Fouracre-Gerberding 1996, Wood
da en su conjunto desde un punto de vista histórico, político e ideológico. 1999, Leonardi 1980 y 1988, Coates 2000, Mitchell-Wood 2002.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

Lo inquietante y apasionante a la vez es por qué se ha elegi- principales, que podían llegar a convertir en el auténtico leitmotiv
do el formato literario hagiográfico para explicar ciertos aconte- de la obra, la justificación y presentación de esos acontecimientos,
cimientos históricos y ver en qué medida se implican éstos en sin por ello renunciar al objetivo moralizante y edificante de la
aquél. Dicho de otro modo, cómo los espacios y tiempos "exter- obra, sin el cual no serían obras hagiográficas 136 •
nos" se relacionan, o si lo hacen, con los espacios y tiempos "inter-
No me cabe la menor duda de que las obras hagiográficas del
nos", de los que he hablado en la primera parte, y cómo se incar-
siglo VII en Hispania -al igual que las obras merovingias- pueden
dinan los relatos de los sucesos acaecidos en unas y otras coorde-
leerse en esa clave histórica y política. Y desde luego muchos de los
nadas, bajo la perspectiva hagiográfica, bajo la dimensión de la
relatos y sucesos dejan entrever trasfopdos de conflictos y proble-
santidad.
mas de un lado; de otro, la posición de la Iglesia y las tensiones
Es verdad que no todas las obras son del mismo calado y que, entre iglesias locales y poder central, entre poderes episcopales y
aunque estos paradigmas son evidentes, no siempre se precisan de monásticos por el control del patrimonio de unos y otros. Estas cla-
forma fehaciente; me refiero a que no siempre son nítidos esos espa- ves y otras hacen que las Vitae del siglo VII, cuyos protagonistas
cios y tiempos '"externos", frente a los espacios y tiempos ''internos" son los uiri sancti, tengan unas características muy singulares. La
de la santidad, definidores del ritmo dramático y de la progresión obra ya citada de Castellanos (2004) ahonda y abunda, quizá pro-
de la acción en la obra hagiográfica, mucho más precisos en todas lijamente, en estos aspectos, extrayendo datos, entreviendo las
ellas. Pero es cierto también qué, quizá como en ninguna otra bases de los conflictos, analizando los hechos históricos y los plan-
época, la presencia de aconteceres históricos determina la configu- teamientos políticos e ideológicos de las elites aristocráticas y ecle-
ración del relato o, si se quiere, la transcendencia social del mismo, siásticas de la época y la relación entre poderes, a veces hostiles,
ya que iba dirigido a una colectividad que, como ya se ha dicho, como manifiestan los exilios o las conjuras, así como la situación de
había consensuado previamente en la tradición oral los relatos y, la sociedad; pero también dejan ver otros muchos aspectos, como
conocidos éstos como eran, debían insertarse en su época. posturas de acercamiento entre unas fuerzas y otras. El episodio
Así pues, cualquier referencia a acontecimientos históricos, del abad Nancto, en las Vidas de los padres de Mérida, que recibe
cualquier reinterprétación en clave hagiográfica -léase en clave de una tierra, incluidas sus gentes, por donación real de Leovigildo, o
1

santidad- de esos acontecimientos tenía que tener, inevitablemen-


te, una repercusión social inmediata. Las obras hagiográficas dife-
136 Sobre estas cuestiones me detendré en especial en la obra de las Vitas sanctorum Patrwn
renciaban el bien del mal de forma palmaria y simple, de ahí que Emeretensium, pues me parecen de una singularidad extraordinaria al respecto, sin negar que aún
los autores y, por tanto, el estamento social del que partía la obra tiene un carácter más específicamente histórico y político la Vita uel Passio Desiderii, calificada eu
alguna ocasión como "relato histórico" (Codoñer 1991, 247), que produce en el lector la impresión
-normalmente de la jerarquía eclesiástica o de las elites aristocrá- de un "ropaje hagiográfico destinado a revestir unos hechos históricos" (Codoñer 198.3, 452). Véase
ticas- y a la que los hagiógrafos en cierta medida representaban, a continuación al hablar en concreto de esta obra. Pero ésta puede ser precisamente una de las cla-
ves de enjuiciamiento de las obras hagiográficas. Como he planteado arriba en el texto ¿por qué se
estuvieran condicionados, incluso tuvieran entre sus objetivos elige el formato hagiográfico para relatar este tipo de hechos "históricos"? Ésa es la cuestión y ésa
la búsqueda en la que hay que ahondar.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

el debate entre Sunna y Masona, en la misma obra, que, aunque por las obras hagiográficas que estudia y analiza, sin duda, de
presentado como signo de hostilidad y lucha religiosa, puede refle- forma espléndida.
jar los intentos de aproximación del clero católico hacia el arria-
Conste que no es uria crítica, sino la constatación de cómo ha
nismo llevados a cabo por Leovigildo, dentro de su política de uni-
planteado el autor su estudio, el cual, como digo, deja en un segun-
ficación religiosa; intentos que, ante el fracaso, se convierten en
do plano bastante preterido la clave propiamente literaria de la
manifestaciones hostiles y de persecución, como el exilio ordenado
obra, si bien aquél ya lo ha advertido, posicionándose desde las
contra el propio Masona.
primeras páginas Castellanos (2004, 18) como historiador (frente a
Pero como ya he dicho, el propósito de este estudio no es la tarea del filólogo): "no es el planteamiento de este libro una ópti-
analizar estos hechos, aunque algunas cuestiones quedarán ca de estudio de las uitae en sí mismas, sino que éste es -o trata de
expuestas, sino el tratamiento hagiográfico de los temas, sus cla- ser- un libro de historia ... ",
ves literarias. Lo que sí se pretende destacar, por tanto, es que se
Desde un análisis de la obra hagiográfica como obra literaria
ha elegido un formato literario concreto -las Vitae- para relatar
de su tiempo, lo que resulta llamativo y singular es precisamente la
unos acontecimientos históricos y unas situaciones políticas,
reconducción de estas perspectivas históricas e ideológicas hacia
sociales y económicas. ¿Pero sólo esto? ¿Por qué los autores eli-
un género literario singular y que podría, en principio, resultar
gieron escribir obras hagiográficas? Isidoro de Sevilla escribía su
poco ad,ecuado, o no ser el mejor de los posibles.
Chronica y su Historia gッエィイセュL@ Julián de Toledo su Historia
Wambae; el primero y luego Ildefonso de Toledo sus De uiris Así pues, creo que la finalidad edificante, la relación entre el
illustribus, no exentos de la presencia divina en algunos episo- autor, la obra y el lector; la omnipresencia del papel eclesiástico que
dios, pero en un marco literario apropiado, ¿por qué, entonces, debe atenerse a las posturas oficiales de la Iglesia, incluso cuando no
se acude a la hagiografía? son compartidas por algunos de sus sectores; la aprobación de los
comportamientos individuales de los hombres, sancionados por la
A mi modo de ver, porque los hagiógrafos quieren adaptar
hagiografía y, por tanto, destinados a una difusión pública, ha otor-
esos hechos al papel de la Iglesia y al papel sobrenatural de la san-
gado la cualidad de santos a los protagonistas de estos relatos.
tidad, porque van dirigidos a sociedades que necesitan reafirmar-
se en sus creencias, seguir teniendo referentes religiosos, modelos
de imitación; porque la finalidad edificante y moralizante es otra 2.1.1. Intervención divina en las Vitae: hechos milagrosos
de las claves, si no la fundamental, de estas obras. y castigo divino
Es verdad que en el libro de Castellanos (2004) citado dicha Dentro de las Vitae hay un aspecto que debe destacarse por
clave hagiográfica y divina está advertida pero queda, en mi opi- su interés y por el tratamiento dado al mismo y que es compartido
nión, en demasiado segundo plano, quizá desbordado el autor por por otras obras hagiográficas: el hecho sobrenatural o el milagro.
el caudal de información "histórica" susceptible de ser aportado

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

El hecho sobrenatural, ya lo he indicado en varias ocasiones, llas del mar, etc., ya que todo se hace por intervención divina y por
es consustancial con la obra hagiográfica (Castellanos 2004, 335). la uirtus del mártir.
Desde las antiguas Pasiones a las Vitae tardoantiguas y, después Un tercer grupo son los hechos que suponen, como se dijo en
más aún en época medieval, siempre ha habido hechos sobrenatu- la primera parte, una ""reordenación moral", una compensación.
rales y prodigiosos, milagros, sin los cuales a duras penas se puede Es el castigo a los malvados. Recordemos cómo las llamas atacan a
atribuir el estatuto de ""santo" a los personajes protagonistas de las veces a los verdugos, con un golpe de viento o por otro motivo. La
obras hagiográficas. Pero como hemos tenido ocasión de ver en la muerte sobrevenida a los jueces y responsables de los castigos.
primera parte, no todos los milagros son del mismo tipo, y ni Pero también otro tipo de sucesos, como la muerte de Eleuterio, el
siquiera deberíamos considerarlos de la misma forma, como pro- archidiácono de la Vida de los padres de Mérida, premonizada por
bablemente no eran indiscriminados tampoco ni para los hagiógra- el obispo Masona. Es difícil pensar que estos hechos tuvieran cate-
fos ni para sus auditorios. Desde mi punto de vista pueden esta- goría de milagros como los del primer grupo, pero sí parece que en
blecerse tres grupos de hechos prodigiosos, dentro de los cuales las obras están adscritos a la intervención divina a través de sus
hay manifestaciones de muy diverso tipo. santos y mártires. El castigo divino se presenta en muy variadas
El primero y más importante, sin du?-a, es el constituido por formas en la hagiografía.
los milagros acaecidos gracias a la intervención directa de los san- Pero este castigo divino, junto con los demás hechos pre-
tos y, en última instancia, a Dios a través de ellos. Al principio los sentados como milagrosos -no siempre de forma lineal o plana,
milagros post mortem, producidos inicialmente junto a las tumbas sino con matices muy diversos en algunas obras- tiene además,
de los santos y mártires, en beneficio de los fieles: curaciones, por otra dimensión que alcanza al conjunto de las Vitae del siglo VII
ejemplo. Después los milagros llevados a cabo en vida M」。イエ・■ウセ@ hispanas (y a otros relatos hagiográficos) y es el refrendo de
ticos de los uiri sancti- también a beneficio de las comunidades, todas cuantas actuaciones llevan a cabo los uiri sancti. Podemos
incluso para protección de los pueblos. ver que ya sean actuaciones relacionadas con su munificencia,
Junto a este tipo, un segundo grupo son los milagros que en especial el reparto de tierras o bienes -no olvidemos que
rodean a los mártires, su propia resistencia ya es en sí misma un patrimonio de la iglesia las más de las veces (aunque pueda
milagro, aunque no sea presenta d a como ta11 : a •• converswn
' ' " del haber contribuciones personales), lo cual genera, sin duda, con-
dolor en sensaciones agradables, el llegar a no sentir el dolor; la flictos con diversos estamentos eclesiásticos-, o la condonación
posibilidad de hablar con la lengua cortada. Estas situaciones de deudas -estoy pensando en los comportamientos en este senti-
debían de causar estupor, asombro y, por supuesto,_admiración en do relatados en las VSPE sobre los obispos Fidel y Masona-, en
los fieles. En este mismo grupo, cabría situar los fenómenos vincu- la protección de desvalidos, en las labores de evergetismo, como
lados a las fuerzas de la naturaleza, como la nieve que cubre los el famoso xenodochium de Masona, de nuevo; o ya sea en actua-
cuerpos de los mártires, las olas que devuelven su cuerpo a las ori- ciones que podríamos calificar de ""justicieras" como el negarse

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

a hacer un milagro de devolver el ojo que habían perdido unos 2.1.2. Breve nota sobre perspectivas hagiográficas en la
ladrones, por parte de san Millán, aunque se arrepintieron y historiografía
devolvieron lo robado, o la premonición de Masona de que Como último apunte de este apartado quisiera dejar plantea-
Eleuterio va a morir, pagando con ello lo que se ha presentado da simplemente una cuestión que me parece de sumo interés en
en la Vita como un abuso de poder, etc., es decir, cuando estos relación con el desarrollo de la hagiografía.
uiri sancti se convierten en brazos ejecutores del poder divino,
He tratado de abordar el tema de la hagiografía literaria, en
en cualquiera de esas circunstancias, la intervención directa de
especial en el Occidente latino, y en la segunda parte en la Hispania
Dios, el poder de intervención de los uiri sancti, o, como en el
visigoda. Pero teniendo en cuenta también el concepto de la hagio-
casó de los obispos de Mérida, a través de la mártir Eulalia,
grafía como ""disciplina" historiográfica para el estudio de los már-
sirve para justificar, sancionar y dar por buenas todas esas
tires y santos y para el estudio de la historia -en sentido amplio y en
actuaciones. Nadie -ningún lector u oyente del relato- se atreve-
las múltiples facetas en que puede analizarse-, haciendo hincapié en
ría a poner en tela de juicio ninguno de esos comportamientos,
cómo la hagiografía se relaciona con otros géneros y los problemas
ni siquiera a valorar si las consecuencias fueron beneficiosas a
que suscita su relación con la historia y la biografía.
corto o medio plazo, habida cuenta de la presentación ""sacrali-
zada" de los mismos. Pero considero que también puede estudiarse la cuestión
desde otra perspectiva y es cómo la hagiografía puede incidir en
Con ello, asistimos a una exposición clara de uno de los
otros géneros literarios y, en concreto, en el género historiográfico.
hilos rectores de estas obras hagiográficas que, me parece, tienen
unas características singulares. Los hagiógrafos elaboran unos Si partimos de la base de que en la Antigüedad Tardía y Edad
textos en unos contextos elitistas, aristocráticos y eclesiásticos,- Media, al menos durante mucho tiempo, todas las obras son de
por propia iniciativa o por encargo, para difundirlos entre la carácter cristiano; están asentadas sobre una mentalidad generali-
población -la sociedad hispana del siglo VII-; en ellos se vierten zadora de las actitudes cristianas, se puede comprender fácilmen-
unos modelos de emulación y admiración de esos hombres santos, te que la presencia, o la conciencia por parte de los autores, de una
pero en ellos también se vierte la postura "oficial" de los esta- intervención providencialista en el acontecer histórico marca en
. '
mentos representados en esas obras, de donde han emanado esos la mayoría de los casos la perspectiva de trabajo de los autores.
textos. Son, sin duda, los instrumentos de alianza de, al menos, La mentalidad con que un Orosio abordaba su Historia
ciertos sectores de poder y, sobre todo de la Iglesia. Estoy de aduersus paganos no es otra que la de un cristiano que conside-
acuerdo en este punto con Castellanos (2004, 50) cuando señala ra que el final del mundo romano se debe al ""castigo divino" por
que la hagiografía es un ""producto ideológico al servicio de unos ser pagano. Esta idea subyace en muchos de los historiadores
segmentos de posesión de medios culturales, religiosos y sociales cristianos. Por otra parte, la omnipresencia de la providencia
que proyectan una serie de mensajes". divina y la orientación religiosa de las obras se puede ver incluso

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

en las Crónicas más lacónicas o parcas en estilo y que se limitan que tienen y ésta le entrega los bienes del apóstol Pedro. El godo,
a la enumeración de sucesos. Así la Crónica de Juan de Biclaro impactado por esta acción, se lo comunica al rey, quien ordena
va introduciendo cada vez más, a medida que avanza el texto, devolverlo 137 :
pasajes que importan desde el punto de vista de la religión, como HG 17: ""Durante la incursión de los godos por la ciudad,
la época de florecimiento de algún uir inluster, la conversión al en medio de tal devastación, cierto personaje noble encontró
catolicismo de Recaredo, etc. hasta que dedica un mayor espacio a una virgen consagrada (uirginem consecratam), de edad
a la celebración del III Concilio de Toledo y a la comparación de avanzada, y como la amonestase con nobles maneras a que,
éste, en rango de importancia, con los concilios de Nicea y si tenía en su poder algo de oro o de plata lo presentase, aqué-
Constantinopla y, por ende, a la equiparación, incluso supera- lla entregó lo que tenía con escrupulosa conciencia. Como el
ción en méritos de Recaredo con los grandes emperadores cris- noble se quedaba admirado ante la forma y belleza de los
tianos, Constantino y Teodosio. vasos, producto de antigua opulencia romana, la virgen le
En todos estos textos la presencia de la intervención divina es dijo: 11 estos vasos me han sido entregados en depósito y per-
constante, sobre todo en la idea de que nada sucede si no es con el tenecen al culto del apóstol Pedro, tómalos si te atreves; yo
consentimiento de Dios. Pero, en ocasiones, asistimos a una carac- no me atrevo a dar al enemigo los objetos sagrados 11 • Aquél
terización religiosa de los hechos históricos que podemos calificar víctima de un gran terror ante el nombre del apóstol, refiere
de ""cuasi-hagiográfica". No hay una relación directa de causa- por medio de un mensajero lo sucedido al rey, quien ordenó
efecto entre los acontecimientos y la intervención divina, o no hay que fuese devuelto todo inmediatamente al santuario del
un hecho calificable de prodigio o milagro, pero, en ocasiones, la bienaventurado Pedro con suma reverencia, diciendo que él
redacción de algunos pasajes en las obras históricas se asemeja había hecho la guerra contra los romanos, no contra los
mucho a los relatos hagiográficos. apóstoles."

Me limitaré en este punto a recordar, a modo de ejemplo, un Breve pasaje que evoca, aunque sea de lejos, los diálogos de
breve conjunto de pasajes pertenecientes a la obra de Isidoro de los procesos martiriales. La valentía y serenidad de la anciana vir-
Sevilla, Historia Gothorum o, como debería denominarse, De ori- gen consagrada y el terror que suscita en el noble godo que quie-
gine Gothorum; asimismo haré alguna consideración en torno a la re apoderarse de los objetos litúrgicos. No hay una mención explí-
Historia Wambae regis de Julián de Toledo. cita de su cambio de comportamiento, pero la alusión a que se
trata de tesoros del culto del apóstol Pedro provoca su miedo y la
En la redacción larga de la obra, Isidoro incluye un capítulo
reacción del rey.
inexistente en la breve en el que, en el contexto de la invasión de
Roma por los godos de Alarico, y para caracterizar la clemencia de
éstos con los cristianos de la ciudad, relata el episodio de un per-
sonaje noble que reclama de una virgen de avanzada edad el oro 137 Traducción de Rodríguez Alonso 1975, 197-199.

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Directamente relacionados con el ""castigo divino", aunque esa perspectiva hagiográfica es aún más clara. A continuación del
no se mencione de forma explícita, Isidoro habla de la muerte vio- pasaje citado, habla de Teudiselo y de su muerte violenta, también
lenta de algunos reyes, como de una muerte merecida por su com- merecida por haber deshonrado a las esposas de muchos nobles
portamiento impío e injusto, sobre todo contra la religión, incluso (HG 44). A éste le sucede Agila (HG 45), quien en la guerra lleva-
en ocasiones donde simplemente se trata de un comportamiento da contra Córdoba, profana la iglesia del mártir Acisclo, por lo
falto de moral. Así se expresa sobre la muerte de Teudis; pasaje que es castigado por los santos (poenas dignas sanctibus meruit):
curioso porque Teudis hace jurar que no se mate al asesino, ya que HG 45: ""Éste (se. Agila), como llevase la guerra contra la
él ya había matado a su jefe, cuando era un particular por lo que ciudad de Córdoba y por desprecio a la religión católica pro-
ahora recibía su merecido (dicens congrua m meriti recepisse uicis- fanase la iglesia del beatísimo mártir Acisclo y manchase
situdinem, quod et ipse priuatus ducem suum sollicitatum occide- como sacrílego el lugar de su sepulcro con el horror de sus
rit), en una especie de rememoración bíblica de ""quien a hierro tropas enemigas y de sus caballos, en el combate que se enta-
mata a hierro muere" 138 : bló pagó el castigo merecido con que le castigaron los santos;
HG 43: ""No tardó el príncipe en pagar con la muerte su pues, víctima de la venganza de aquella guerra, no sólo per-
merecido; fue, en efecto, asesinado en su palacio por alguien dió a su hijo, muerto allí con gran cantidad de tropas, sino
que, ya hacía tiempo, se había venido fingiendo loco para también todo el tesoro real, junto con importantes riquezas."
matar al rey. Fingió, pues, mÍa falsa locura y atravesó con su Incluso en un pasaje, también exclusivo de la redacción
espada al rey, quien cayó herido en tierra, exhalando su alma larga, se hace referencia a elementos sobrenaturales, en lo que
odiosa. Se dice que, mientras fluía su sangre, hizo jurar que es, sin duda, un texto de tenor hagiográfico. Se refiere a los sig-
nadie mataría a su asesino, diciendo que había recibido la nos y prodigios que se sucedieron en el cielo y la tierra premoni-
suerte que correspondía a su merecido, ya que también él, torios de los tiempos de guerra que se vivían (HG 26: multa
siendo un particular, había asesinado a su jefe mediante eodem tempore caeli et terrae signa processerunt, quorum pro-
- "
engano. digiis tam crudele bellum significaretur... ), como consecuencia
Pero precisamente en relación con el ""castigo divino", de las devastaciones de Atila, el azote de la religión, hasta que fue
Isidoro no duda en incluir la intervención sobrenatural de forma vencido en los Campos Cataláunicos (hecho comentado en el capí-
directa en la narración de los hechos, con lo que la vinculación a tulo anteríor al que me refiero, HG 25). Se trata de un relato de
prodigios con una clara finalidad aleccionadora y didáctica;
donde la guerra se presenta como castigo ante el comportamiento
moral. Los prodigios son atribuidos directamente a la obra divi-
138 Sigo la traducción del mismo autor de la nota anterior. Se trata de la versión de la recensión na y puestos como indicio de la gran cantidad de cadáveres,
larga de la obra. El cambio de actitud en el enjuiciamineto de Teudis entre la recensión breve y la
larga de la obra, es un indicio, junto a otros, de la posterioridad de ésta última en el tiempo y de los hecho que el autor no considera extraño dada la situación: Nec
cambios conceptuales que se observan entre ambas. Sobre esto, Velázquez 2007, e. p.

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mirum ut tam ingenti caesorum strage diuinitus tam multa sig- rior y de ahí que no se halle tan presta a las virtudes cuanto
norum demonstraretur ostensio. inclinada a los vicios. Y, si no se ha afianzado aleccionada por
H. G. 26: "'Durante este tiempo se sucedieron muchos pro- el constante acicate de ejemplos provechosos, se enfría y entu-
digios en el cielo y en la tierra, que eran significativos de una mece. Así que, con el propósito de que la narración de un
guerra tan cruel. En efecto, se produjeron frecuentes terre- suceso pasado pueda servir de revulsivo a conciencias laxas,
motos, la luna se oscureció por el oriente, un cometa apare- vamos a relatar un hecho acaecido en nuestra época, por
ció por el ocaso y brilló durante algún tiempo con gran ful- medio del cual instemos a la virtud a los siglos venideros."
gor, por el norte el cielo se puso rojo como el fuego o sangre En la obra el rey aparece siempre como el rey legítimo, el
y, en medio del ígneo resplandor, se destacaron unos trazos princeps re ligio sus, caracterizado con todas las virtudes, en espe-
más claros, conformados a la manera de lanzas resplande- cial las cristianas, es pius, sacratissimus, excellentissimus. Con-
cientes. Y nada de extraño hubo en que se produjesen por trasta fuertemente con la caracterización del enemigo, malvado
obra divina tantas apariciones de prodigios para significar absoluto: pestifer, pestilens, uirulens, uipereus; su característica
un monton/ tan grand e d e ca d'averes. " es la perfidia; no sólo ambiciona el poder, sino que lo arrebata,
Pasando ahora a la mencionada Historia Wambae regts, el frente a Wamba que acepta el poder del regnum ante el clamor
inicio de la misma se presenta no como una obra histórica, sino con popular y las peticiones unánimes de los nobles y después de
la premisa de una obra moralizante. Todo el relato de la rebelión haberse negado, llorado e insistido en que no se siente capaz de
del dux Paulus en la Septimania contra el rey Wamba está presen- aceptar tan alta responsabilidad.
tada a modo de exemplum, para que las glorias pasadas y triunfos No hay elementos milagrosos, pero todo sucede por interven-
del ejército sirvan de soporte a la virtud y para elevar el espíritu ción divina. Las referencias a la Biblia y a personajes bíblicos son
de los jóvenes y su inclinación a la práctica de la virtud. El comien- continuas. La narración está orientada a demostrar la legitimidad
zo recuerda el carácter moralizante de las Vitae o panegíricos 139 • del rey y, por tanto, la victoria, propiciada por Dios (Velázquez
Hist. Wambae 10: "'El relato pormenorizado de los triunfos 1989, 214).
suele servir de soporte a la virtud y elevar el espíritu de los El carácter religioso del rey le lleva a ser el guía de su pueblo
jóvenes al signo de la virtud todo lo que con anterioridad se -en este caso el ejército-, preocupándose de que la impiedad y la
ha referido sobre glorias pretéritas. Pues la propia esencia del depravación no se apoderen de él y tomando las decisiones opor-
carácer humano posee una muelle propensión a la virtud inte- tunas para evitar cualquier desviación. Para sus decisiones y para
todas sus actuaciones se guía por los modelos santos de la Biblia.
Así podemos verlo en este significativo pasaje:
139 Reproduzco la traducción de P.R. Díaz y Díaz 1990. Los estudios más detallados sobre estos
aspectos y la concepción histórica del regnwn y del estado se deben a Teillet 1984 y 1986. Véase tam-
Hist. Wambae 10: ... "'Si yo no castigo esta depravación,
bién Velázquez 1989. me voy de aquí atado. Llegaré hasta ser acogido en el justo

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

JUICIO de Dios, si, viendo la perversidad del pueblo, no la y se desató el cinturón, ya medio exánime y trastornado por
reprimo. De ejemplo debe servirme aquel sacerdote Elí, men- un miedo pavoroso, sin aguardar lo que le aconteciera. Era
cionado en las Sagradas Escrituras, quien, por no querer cosa digna de ver cómo de tan excelsa altura, aunque usur-
increpar a sus hijos por la monstruosidad de sus fechorías, pada la legitimidad, había desembocado en esta repentina
oyó que murieron en combate y él mismo expiró en pos de sus humillación y profundo oprobio."
hijos con el cuello quebrado. Así, pues, estas cosas debemos Podrían seguir añadiéndose pasajes, pero creo que éstos bas-
tomarlas en serio y, por tanto, si seguimos limpios de pecado, tan para ver cómo una obra histórica, que relata unos hechos pró-
no habrá duda de que obtendremos el triunfo sobre el ene- ximos en el tiempo, se ha elaborado como una pieza literaria de
migo. Bajo esta disciplina que hemos descrito, el mencionado notables recursos estilísticos y manejo de fuentes literarias clásicas
rey, que guiaba gloriosamente al ejército y contenía la moral y bíblicas y cómo en muchos casos se usan recursos retóricos hábil-
de cada uno al amparo de las normas divinas, veía con el mente construidos para presentar el hecho histórico a modo de
correr del tiempo que prosperaba su propuesta de lucha y la exemplum moralizante y edificante, con un claro valor didáctico,
victoria en el combate." presidido por la presencia divina en el comportamiento del rey,
Naturalmente en el momento del triunfo, hay ciertos rasgos que aparece dotado de muchas de las virtudes características de un
de clemencia contra el vencido. Decide perdonarles la vida, aun- uir sanctus. Un rey que había sido ungido por la Iglesia, cuyo po-
que no se lo merezcan. Cuando le presentan a Paulo vencido y der se había legitimado y sacralizado con esa santa unción, repre-
maniatado, el rey reacciona con un profundo pesar, acudiendo sentante de la justicia divina y hasta de la cólera divina, sin olvi-
nuevamente a palabras bíblicas. El tyrannus se siente aterroriza- dar ciertas dosis de clemencia (Velázquez 1989, 217).
do y sobreviene el castigo merecido por su comportamiento, pues
de haber sido rey, aunque ilegítimo, ahora se ve lleno de oprobio y
2.2. La Vita Desiderii
humillado:
La primera cuestión que sorprende de esta obra es el propio
Hist. Wambae 10: ._ .. '"En viéndole el soberano, con las
sujeto de la misma 141 • La tradición hagiográfica hispana, no muy
manos tendidas al cielo, le dice entre lágrimas: '"A ti, Dios, te
abundante pero sí muy significativa, remontaba al Peristephanon
alabo, rey de todos los reyes, porque humillaste al soberbio y
de Prudencio y a algunas pasiones de mártires que se habían
con el valor de tu brazo trituraste a mis adversarios" 110 • Estas
redactado ya por estas épocas. Pero la primera Vita que aparece,
y otras cosas semejantes profería el soberano ahogado en
llanto. Pero tan pronto el usurpador contempló con los ojos
alzados el rostro del soberano, al instante se postró en tierra
141 Como bibliografía fundamental, además de las ediciones de Juan Gil (1972) y la más reciente
de José Carlos Martín (2000), véanse Fontaine 1980, Díaz y Díaz 1981, Martín 1997 y 1998. Una tra-
ducción al castellano de la obra en P.R. Díaz y Díaz 1993.
140 Psalm. 88.11.

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

cronológicamente hablando, es ésta de Desiderio, o Didier, obispo se trata de una obra histórica o con ""ropaje histórico" como seña-
'de Vienne (Viena), es decir, un santo no hispano, sin culto en la laba Codoñer, según he comentado en la nota 136.
Hispania visigoda y, por tanto, alejado en principio de los intere- Y lo cierto es que, si tomamos como punto de partida el estu-
ses teóricos de la colectividad entre la cual iba a ser difundida y dio de Fontaine (1980), titulado ""King Sisebut's Vita Desiderii and
leída la obra. En segundo lugar, el porqué de la elección del tema the Political Function of Visigothic Hagiography" al que he hecho
por parte de Sisebuto, cuando este rey fue precisamente el que referencia en la nota anterior, vemos que las argumentaciones
reconstruyó la basílica toledana de santa Leocadia; podría haber expuestas en él por este excepcional maestro, resultan impecables.
elegido escribir una Vita sobre esta confessor o cualquier otro de Casi no queda otra posibilidad que la de mostrar total acuerdo con
142
los mártires de arraigado culto y devoción en su regnum • ellas. Para Fontaine la obra refleja la conciencia del propio rey
La historia que se relata en la obra es la de Didier, obispo de Sisebuto de su doble misión política -como monarca del regnum- y
Vienne, quien es acusado injustamente de un delito sexual y con- religiosa -como rey católico- y se inscribe, al igual que el conjunto
denado y expulsado por Teoderico II de Burgundia y su abuela la de su obra literaria en el proyecto de renacimiento cultural de la
reina Brunequilda. Ante la fama de los milagros de Didier en su época visigoda liderado por Isidoro de Sevilla, el escritor, obispo y
exilio (año 603) y el final trágico de los delatores, los reyes atemo- amigo personal del rey.
rizados le permiten volver del exilio a su sede episcopal. Pero ante La obra participa de los tópicos hagiográficos más frecuen-
el comportamiento de los reyes, Didier los recrimina duramente; tes y un análisis literario de la misma permite ver cómo algunos de
su enfrentamiento hará que lo condenen a muerte; la muerte es por ellos están basados y remiten a obras características de la hagio-
lapidación (año 607). La Vita continúa después con el trágico final grafía merovingia, en concreto la Vita sancti Martini de Sulpicio
de los malvados reyes, sobre todo el terrible de Brunequilda, mon- Severo, coincidiendo con ella ya en el mismo tipo de personaje:
tada a lomos de un caballo desnuda, para mayor ignominia, y des- obispo y santo, que padece el exilio, que se enfrenta con los pode-
pués despedazada al ser arrastrada por el animal. res terrenales, gobernantes políticos o de la jerarquía eclesiástica,
La práctica totalidad de los estudiosos que han tratado esta mostrando las tensiones y muchas veces difíciles relaciones, cuan-
obra han convenido en que tiene una clara finalidad política; que do no abierta oposición, entre unos y otros; confrontaciones que,
además, serán características de muchas de las Vitae tardoanti-
guas tanto de Hispania -como veremos- como de la Galia o Italia,
en las que la ideología política resulta inherente a las mismas
142 Estas preguntas formula precisamente Fontaine 1980, 93: "Prose saints'lives セ。@ 」・ャ「イ。エセ、@ (Fontaine 1980, 100).
the martyrs of Spain since the third century, ancl Prudentius had dedicated many stnkmg poems m
his Peristephanon to them. Why then did a Visigothic king of Toledo choose to celebra te the drama- Por otra parte, la obra tiene un precedente estilístico y temá-
tic fa te of a bishop of Vienne in the Dauphiné, a subject of the Merovingian princes of Burgundy? tico claro, cuya influencia también se deja sentir, y es la Vita
Why did he ignore those glorious ancient martyrs whose cult was so vigourous in Visigothic Spain,
such as St. Leocadia of Toledo, in whose honour this same Sisebut magnificently reconstructed the Cypriani. El obispo Cipriano de Cartago, del que se ha hecho men-
basílica in which so many councils were held?".

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

ción en la primera parte de este estudio, era un santo venerado en ""Sea pues suficiente las cosas que se han contado de la
Hispania y admirado, con un culto antiguo bien asentado. Era el vida de éste, Ahora .... hablaré de sus sufrimientos, de qué
santo africano más famoso y su culto se había extendido rápida- modo ofreció su santa alma a Dios todopoderoso ... "
mente por Occidente. En Hispania ya era considerado una aucto- Fontaine propone que la obra puede estructurarse a modo de
ritas, incluso en vida, pues, como es sabido, las iglesias de Astorga una ""tragedia de cinco actos", que pueden sintetizarse así¡,¡ 5 :
y Mérida acudieron a él para resolver algunos asuntos en relación
con los obispos Basílides y Marcial. Prudencio le dedicó uno de sus -Acto I: El demonio actúa influyendo para que unos individuos
himnos y Paciano de Barcelona en la Epistula ad Sempronianum acusen falsamente de un delito sexual a Didier, por lo que es conde-
nado al exilio. Es el demonio el que juega un papel personal; de hecho
lo considera ejemplo de mártir 113 •
se omiten los nombres propios de los participantes. Pero aquí ya vier-
Según indica Fontaine (1980, 102, nota 1), la obra de Cipria- te un primer juicio de valor sobre la perversidad de los reyes:
no debió de denominarse Vita uel Passio Cypriani, igual que des-
pués el título puesto por Sisebuto a la suya, pues aunque los ma- Vita Desiderii 4: Aduersumfamulum Saluatoris taliafrau-
nuscritos que conservan aquella no reflejan el título completo, dis documenta fraudator aptauit, regnante scilicet simul
Jerónimo (De uir. illustr. 68) indica que Pontius escribió un egre- Theodorico, totius hominem stultitiae dignum, et. fautricem
gium uolumen uitae et passionis Cypriani. Este modelo era, sin pessimarum artium, malis amicissimam Brunigildem.
duda, ideal para ser adoptado por Sisebuto, un obispo primero ""Contra el siervo del Salvador el defraudador preparó ta-
exiliado por las autoridades y después condenado a muerte y eje- les documentos de fraude, reinando entonces conjuntamente
cutado; una vez más el poder religioso de los obispos enfrentado al Teodorico, hombre digno de la absoluta estupidez, y la favo-
poder público de los emperadores y reyes. recedora de las pésimas artes 146 , amiguísima del mal, Brune-
La obra está concebida en dos partes claras, la Vita y la Pa- quilda."
ssio. De hecho así se especifica en la misma 144 : -Acto II: Desiderio obra milagros en el exilio, su fama llega a
Vita Desiderii 14-15: .... de ltita eius dixisse sufficiat. Nunc oídos de los reyes y les provoca temor: statim trepidi maximoque
de passionibus eius, qualiter sanctam animam omnipotenti timore perculsi (Vita 8). De los delatores, Protadio y Justa (iuste
dicam iniusta, como dice de ella Sisebuto, jugando con el nombre),
Domino consignauit, ... expediam.
la mujer implica directamente a Brunequilda antes de morir.

145 Los primeros párrafos antes del desarrollo de la tragedia en sí misma corresponden a la pre-
143 Véanse estos y otros detalles de su culto desde época bajoimperial hata época medieval, así sentación del santo y sus zúrtutes.
como las piezas litúrgicas a él dedicadas en García Rodríguez 1966, 185-187. 146 Sin duda con una nota de ambigüedad buscada por el autor como indica Fontaine (1980, 105,
144 Véanse las ediciones de Martín 2000 (la aquí seguida) y Gil Fernández 1972. nota 1) puede referirse a los vicios, a sus intrigas o, incluso, a las prácticas de magia.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

-Acto III: Los reyes, al enterarse de la muerte de éstos, sien- De hecho, parece que la muerte de los reyes es consecuencia inme-
ten miedo también: Audientibus de mortibus praefatorum, diata de su acción, es la venganza o castigo divino, cuando, en rea-
Brunigildis simulque Theodericus expauit (Vita lO) y hacen retor- lidad, fueron ejecutados por orden de Clotario II cinco y seis años
nar al obispo del exilio (año 606). Desiderio realiza tres milagros a después, respectivamente Teodorico y Brunequilda. De los detalles
su regreso, el de Canaan; pez cogido por un águila, que vuela hacia de la historia sabemos con mucha mayor nitidez gracias a otras tres
Desiderio, mientras él se encuentra con otro obispo fuera de la ciu- fuentes, dos de ellas hagiográficas también, que abordan los pro-
dad y que recuerda a sucesos similares relatados por Sulpicio Severo blemas de la Vita, en concreto la Vita Columbani de Jonás de
(Dial. 3.10) sobre el presbítero Cato en Marmoutier o al ocurrido Bobbio (640-643), Crónica de Fredegario y la Passio Desiderii del
mientras Paulo y Antonio, padres del desierto, conversan (Jeróni- siglo VIII, anónima y típica obra hagiográfica también.
mo, Vita Pauli lO); el tercero sobre la lámpara de aceite, muy simi- Esta cuestión es una de las perplejidades de la obra, ¿por qué
lar al que se cuenta de Martín de Tours. si es un trasunto histórico y político de primer orden, aunque haya
- El acto IV está formado por la violenta muerte del mártir adoptado el formato hagiográfico, los hechos quedan no falseados
como consecuencia de ser condenado por un delito político, porque pero sí imprecisos? Carmen Codoñer (1983, 450) afirma: ""El valor
recrimina el comportamiento de los reyes. Por medio de una decisión histórico de la Vida es evidente. La existencia de un modelo hagio-
"judicial", sentencia, y un edicto セウ@ condenado a morir lapidado. gráfico interpolado no es menos palpable. La dificultad que supo-
ne su enjuiciamiento literario deriva en cierto modo de esa confu-
- El V acto lo constituye la muerte de los reyes perseguidores
sión de géneros: el hagiográfico y el histórico." Para esta autora,
y malvados. la Vida es un producto deslabazado, fruto del desajuste entre el
Por o'r.fl parte, llama la atención que en este último ""acto" se relato histórico y el formato hagiográfico.
relate precisamente el castigo implacable sobre los reyes. De No niego que puede no estar bien conseguido el relato; sin
hecho, la anónima Passio Desiderii del siglo VIII, redactada en la embargo creo que la funcionalidad política y religiosa conjunta,
Galia, lo que narra tras la muerte del obispo es su enterramiento, como planteamientos propuestos y ejecutados por Sisebuto en la
veneraciÓn y culto, como suele suceder en las obras hagiográficas. obra, según propone Fontaine, están bien coordinados. No creo
Aunque en estas haya mención del castigo de los culpables -la com- que se trate tanto de una obra histórica, cuanto de una obra ide-
pensación moral de la que ya he hablado- no es usual que se des- ológica y política, apoyada en unos hechos coyunturales de la his-
criban los hechos con tanta atención; se limitan a dejar constancia toria que Sisebuto utiliza con un fin diplomático y propagandísti-
de su final y poco más. co. Porque creo, con Fontaine (1980), que esta obra tiene como
Ahora bien, como ocurre con las obras hagiográficas, la finalidad tender puentes hacia la nueva situación política de uni-
narración de hechos históricos se presenta estilizada (Fontaine ficación de los reinos de la Galia por parte de Clotario II. Como es
1980, 101), es más, podría decirse que los acontecimientos históri- sabido, la situación de los reinos de Neustria, Austrasia y
cos se hallan diluidos y poco precisados en el relato hagiográfico. Burgundia había sido conflictiva y hostil y las relaciones con el

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

regnum visigodo no habían escapado a las tensiones y hostilida- -abras hagiográficas los espacios y tiempos ""externos" son menos
des. De hecho, Brunequilda, aunque de estirpe visigoda (era hija importantes que los ""internos", estos sí bien precisados en la obra.
de Atanagildo y Goswintha), desde que se casó con Sigiberto I de Lo que le interesa a Sisebuto -y en esto se ve claramente que es
Austrasia y se había hecho católica, había mantenido una abierta una obra hagiográfica- es concatenar los hechos en relación de
hostilidad con los reyes visigodos 147 • Sisebuto, en cambio, silencia causa-efecto. Desiderio, obispo santo, es acusado injustamente y exi-
completamente las conexiones entre el reino visigodo y Brunequil- liado, sus delatores castigados con la muerte; la actuación del obis-
da. Parece que se ha iniciado un nuevo período de mejora o nor- po obrando milagros y el castigo de los culpables, inspira el miedo en
malización de las relaciones diplomáticas entre el reino merovin- los malvados reyes Teodorico y Brunequilda, que le mandan volver;
gio, unificado con Clotario II y el visigodo y, en ・セ@ sentido, セ。@ pero su actuación injusta e impropia de buenos reyes lleva a las
obra puede interpretarse como un acercamiento, casi un obseqmo recriminaciones del santo, lo que produce la ira de aquellos, quie-
de un rey para con el otro (Fontaine 1980), pues sería bien recibi- nes, a su vez, lo condenan a muerte. La muerte del santo es vengada
da, ya que atribuyendo a un castigo divino las merecidas muertes con el castigo divino hacia los reyes que mueren a consecuencia de
de los reyes, se sancionaba y legitimaba la actuación de Clotario su crimen. Nada se dice de los cinco años transcurridos entre la
II, quien fue el responsable de las mismas. muerte de Desiderio (607) y la de Teodorico (612) y un año más (613)
Si la hipótesis de la ヲオョ」ゥッセNャ、。@ política de la obra es cier- la de Brunequilda, según he indicado; nada de adónde había sido
9
ta148, y c:t;eo que lo es, pero no la únicaH , y teniendo en cuenta que exiliado el obispo; no se aclara si el enterramiento es en la misma
los hechos '"históricos" relativos a los reyes debían ser bien cono- ciudad o no de Vienne, etc. No hay falsedades, sino omisiones de
cidos, al menos su final, considero que la e¡;;tilización o poca preci- detalles espacio-temporales que importen para un relato histórico.
sión en la descripción de los mismos queda relegada a un segundo Sí hay, en cambio, precisiones espacio-temporales que ubiquen a los
plano, como queda también la concreción de los hechos en cuanto ー・イウッョセェL@ sus comportamientos y las consecuencias de los mismos,
a la relación de los reyes con el obispo Desiderio, también segura- en el contexto de una obra dedicada al santo, en una obra hagiográ-
mente conocidos, al menos por ciertos sectores del público al que fica. En suma, estamos ante una obra que presenta una ""verdad his-
iría dirigida la obra -posiblemente a lectores o auditorios galos tórica" y una ""verdad hagiográfica", como ha señalado Martín
mejor que hispanos-, además de que, como ya he comentado, en las (1998) 150 , no incompatibles, sino con planos distintos de importancia
también diferente en la construcción del relato.

147 Véase Isla Frez 1990. Una exposición detallada de la situación e historia de los reinos mero-
vingios se puede ver ahora en Castellanos 2004, 218 y ss.
150 En este trabajo, así como en el de 1997, relativo a la caracterización de los personajes, Martín
148 En el largo comentario de la funcionalidad de la obra realizado por Castellanos (véase la nota demuestra, a mi modo de ver, que la obra se inserta plenamente en el género literario hagiográfico.
anterior), las conclusiones a las que llega este autor son prácticamente las mismas ya apuntadas por Este autor reivindica la primacía de esta funcionalidad, así como el protagonismo del obispo Desiderio
Fontaine. en la obra, frente a la mayoría de los estudiosos que apuestan, como he indicado, por un carácter his-
tórico o político y un protagonismo 'real' de la Vi.ta para Teodorico y, sobre todo, Brunequilda.
149 Véase líneas más abajo.

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L
La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

Por tanto, me parece que la Vita es una obra de fuerte carga Pero la Passio no es un memorandum político ni un tratado
ideológica y propagandística, de cariz sobre todo político, incluso entre dos cancillerías, como bien indica Fontaine (1980, 125-126),
diplomático, más que una obra histórica en sentido estricto de por eso hay que pensar en si la funcionalidad política es la única y,
narración precisa de sucesos. N o me parece in transcendente esta sobre todo, insisto en ello, en el porqué de la elección del género
cuestión, porque desde una perspectiva discriminatoria entre hagiográfico para tratar el tema abordado.
ambas posturas, la de ser una obra histórica o l:;J de ser una obra Hay ,otra cuestión importante todavía, en relación con los
política, el teórico desajuste entre el plano ィゥウエ￳イ」セ@ y el plano contenidos entrelineados en el relato de la Vita y es que en él que-
hagiográfico queda resuelto a favor del propio relato y de su autor. dan insertos en la narración algunos presupuestos teóricos sobre
En este sentido, la sugerencia aportada por Fontaine, en el la concepción de la realeza. Es evidente que la obra debió de reci-
trabajo ya tantas veces citado (Fontaine 1980, 121) sobre la trans- bir el influjo directo de Isidoro de Sevilla, de su conpepción de la
misión manuscrita de la obra 151 , me parece con mucho un argu- monarquía, del monarca justo y merecedor de serlo no por su
mento de peso que, creo, ha sido poco aprovechado. La posición de nacimiento, sino por su comportamiento.,Estas nociones vertidas
la Vita en los manuscritos, así en el de Oviedo 152 ( codex Ouetensis) por Isidoro en las Sententiae 3.49 155 : De iustitia principum: pro- .
que, aunque hoy perdido, era el mejor de la tradición, figuraba desse debet populis principatus, non nocere (''De la justicia de los
entre las denominadas Epistulae ?Visigothicae, detrás de las cartas príncipes: el principado debe favorecer a los pueblos, no perjudi-
del rey Sisebuto a Theudila y al rey Adalwaldo, es decir reyes de carlos"), y recte reges uocantur qui tam semetipsos qua m subiec-
otros regna 153 ; en el de El Escorial, va delante de las mismas. Esto tos bene regendo modificare nouerunt ("Con razón se denominan
puede hacernos pensar en que la obra estaba considerada como un reyes quienes gobernando bien han sabido cambiarse tanto a sí
producto de la cancillería real en Toledo; inserta en un grupo de
cartas de especial significación política y de actuación de la diplo-
macia toledana 154 •

única aparente excepción sería la del ntonje Tarra a Recaredo, por parecer un asunto privado, pero,
como ya expuse en otro momento, creo que se trata de una carta de alto contenido retórico -quizá
151 Véanse los principales estudios en la edición de Gi11972 y Martín 2000, con divergencias entre un ejercicio de práctica de nivel superior, aunque pueda estar basada en una carta original- y, sobre
unos y otros. todo, relacionada directamente con el papel de juez supremo del rex visigodo (Velázquez 1996).

152 El denominado codex Oztetensis, mandado escribir por el obispo Pela yo para Alfonso VI y que 155 Y no sólo en ellas. Recuérdese la formulación de las Etimologías (9.3.4-5): Recte igitur facien-
fue descrito por Ambrosio de Morales. do regis nomen tenetllr, peccando amittitur. Vnde et apztd zteteres tale erat prozterbiwn: "Rex eris,
si recte facias: si non facias, non eris". Regiae uirtutes praecipuae duae: iustitia et pietas. Plus
153 Seguían a este grupo obras de la historiografía de época visigoda y asturiana, que no deja de autern in regibus laudatur pietas; narn iustitia per se seuera est. ('"Así pues, actuando correcta-
ser una coincidencia significativa エュョ「ゥ←セ@ según apunta Fontaine, loe. cit. mente, se obtiene el nombre de rey, errando se pierde. De ahí que entre los antiguos había tal pro-
154 Recuérdese que en este grupo de cartas están las del rey Recaredo, del comes Bulgar, otras verbio: Rey serás, si obras rectamente; si no lo haces, no lo serás"). Dos son las principales virtudes
de los obispos Isidoro de Sevilla, de Fructuoso de Braga o Aurasio. Pero todas ellas relacionadas regias: justicia y piedad. No obstante, se alaba más la piedad en los reyes, pues la justicia de por sí
más o menos directamente con cuestiones políticas y asuntos de la cancillería, lo cual llevó a es más severa". Sobre el concepto de la realeza en Isidoro de Sevilla, véase Reydellet 1970 y 1981.
Gundlach (1891) a pensar que podría tratarse de una recopilación de obras de la cancillería real. La También Teillet 1984 y Velázquez 2003a.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

mismos como a los que están sometidos") -cuya cronología parece La reflexión adoptada por Sisebuto sobre la monarquía y
que podría fijarse con anterioridad a la redacción de la Vita de ejemplificada con la descripción del injusto gobierno de Teodorico
Sisebuto 1s6 -, quedan anotadas en la obra, precisamente para expo- y bイオョ・アゥャセ。@ (lógicamente estableciendo una relación directa
ner cómo era la forma de gobierno de Teodorico y Brunequilda entre autor y personajes, por contraposición con su propia actua-
que sólo perjudicaba y no beneficiaba, que más que reinar, estos ción), configura esta obra también como una descripción ideológi-
malvados gobernantes causaban daño (Vita 15: Cum non prodes- ca sustentada teóricamente por las ideas de Isidoro de Sevilla -
se, sed obesse, et magis perdere quam regere Theudericus pariter pues, como señala Fontaine (1980), no pueden entederse las obras
et Brunigildis uitiis cernerentur... : "Como se observaba que en de Sisebuto sin su contextualización en el renacimiento cultural isi-
sus vicios, Teoderico y de igual modo Brunequilda, no favorecían doriano-. Aparece así la obra como un relato de trasfondo político
sino que obstaculizaban y más causaban perdición que goberna- e ideológico en torno a la monarquía bien perfilado, con unas fina-
ban"), comportamientos naturalmente dirigidos por el demonio, lidades como las que se han descrito, esto es, de acercamiento al
que motivaron la justificadísima advertencia y recriminación de nuevo rex de la Galia, Clotario II, y crítica extremadamente dura
Desiderio (llamado en ese pasaje martyr), desencadenantes de su y sin paliativos contrá Teodorico y Brunequilda no bien quistos
tragedia y martirio. por el regnum visigodo tampoco, refrendando indirectamente la
ejecución de estos ordenada por aquél; ejemplificación práctica de
los presupuestos teóricos de la concepción del buen gobierno de los
reyes y, ¿por qué no? "respuesta literaria" a esos presupuestos isi-
dorianos, como pretende José Carlos Martín en su nueva edición
156 Y aunque no lo fuera, desde un punto de vista general cabe pensar en que Sisebuto no sólo (Martín 2000, 140).
conocería, sino que compartiría y habría hablado con Isidoro acerca de la concepción de la monar-
quía y la forma de gobernar. Pero la cuestión es que hay algunos vestigios de una cierta dependen- Me atrevería a añadir que quizá la insistencia en el castigo
cia textual entre· ambas obras, al igual que con otras de Isidoro. De ahí que quepa pensar que las
divino, de claro tono providencialista 15 \ y el dedicar la última
Sententiae son anteriores, aunque tradicionalmente se haya asignado a esta obra una cronología más
tardía, de los últimos años de Isidoro y en relación con el IV Concilio de Toledo del 633 (véase en parte de la obra al trágico final de los reyes tan denostados,
especial Cazier 1986 y la edición de esta obra en 1998). La última edición de la Vita, de Martín (2000,
puede esconder otra intencionalidad también interlineada, la de
140), después de mencionar las posturas partidarias de la cronología tradicional, propone adelan-
tar su redacción justo antes de esta Vita Desiderii, la cual, según dicho editor, podría haber sido la la advertencia contra los gobiernos de los reyes injustos, contra
"respuesta literaria" a esta obra de Isidoro (y no una obra de actualidad política como pretende
los tiranos 158 , incluso contra los usurpadores ( tyranni) de los que
Fontaine), del mismo modo que, en cierta medida, lo fue el Carmen de luna de Sisebuto al también
isidoriano De natura rerum. Añadiendo: "En prenant comme source d'inspiration les Sentences tanto sabía el regnum visigodo e iba a saber después. ¿Adverten-
d'Isidore et notamment l'idéologíe de la responsabilité du souverain envers son peuple qui s'y trou-
ve, celui de Brunehaut et Thierry de Bourgogne, qui était l'exemple pratique de la mauvaise politi-
que condamnée par le Sévillan dans son oeuvre ii caractere théorique, Sisebut étant lui-meme l'e-
xemple du bon roi". Es probable que sea una "respuesta literaria"; desde luego es evidente la com-
plicidad y amistad entre ambos autores, pero me parece que van mucho más lejos las intenciones 157 Véase más adelante. Sobre el tema del providencialismo en la historiografía hispano-visigoda,
principales de esta obra, por más que Sisebuto se la ofreciera a Isidoro, o la escribiera confiando en véase Sánchez Salor 1982.
la complacencia de éste y demostrándole de forma práctica y literaria su acuerdo con los plantea-
mientos teóricos del obispo hispalense. 158 En el sentido actual del término, no en el de tyrannus de las fuentes literarias de época visigoda.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

cia dirigida a Clotario 11, o a otras posibles facciones nobles del tenido conocimiento: nostrae cognitioni fidelis fama innotuit, y
regnum visigodo? Dejo en suspenso la pregunta, pues no tengo que lo va a hacer en un estilo parco, mejor que grandilocuente,
respuesta para ella, pero creo que es oportuno sugerirla si, como pidiendo a Dios que le conceda la capacidad de relatar los hechos:
me parece, la importancia concedida a esta parte de la obra y a
la actuación de los reyes resultaría excesiva e innecesaria si estu-
Quae adesse ョッ「ゥセ@ jlagitans Dominum adfuturum: qui fa-
ciendis uirtutibus ei nec immerito contulit potestatem, torpo-
VIesemos sólo ante una obra ideológica o propagandística -o esa
rem mentís ac linguae nostrae discutiens ad enarrandum
respuesta literaria- sobre las ideas de la realeza o sólo ante una
gestorum ordinem indignis nobis conferat facultatem.
obra hagiográfica en el más sentido estricto de la funcionalidad
de este tipo de obras, y no ante una obra que tiene, además, un '"Pidiendo a Dios que nos asista con su ayuda: Él, que le
contenido e intereses políticos bien entretejidos con el discurso concedió la capacidad de practicar las virtudes con todo
hagiográfico de la santidad. merecimiento, disipando la torpeza de mi mente y lengua me
conceda a mí, indigno, la posibilidad de relatar ordenada-
Ahora bien, tras todas estas consideraciones, en las que he
mente las hazañas de aquél."
planteado cuál es mi opinión sobre las principales funcionalidades
de la obra, siguiendo sobre todo los planteamientos de Fontaine Como puede verse, son los característicos tópicos de inicio de
(1980), creo que aún queda abierta la pregunta que formulaba al una obra hagiográfica a los que ya he aludido antes. Del mismo
comienzo ¿por qué una obra hagiográfica? modo, los primeros ー£セイ。ヲッウ@ de la narración descansan sobre la
presentación del nacimiento del santo, de linaje noble, de su edu-
Porque, sin duda y sin negar todo lo anterior, se trata de una
cación, la vida del personaje antes de ser obispo, con una clara
obra hagiográfica. Por más que queramos ver en ella una obra histó-
postura encomiástica. Naturalmente la presencia del elemento reli-
rica o política y/o ideológica, no podemos negar que su estructura y
gioso es constante, la dedicación a Dios desde el principio, la altu-
sus características literarias de estilo y presencia de una serie de tópi-
ra moral del personaje; la caracterización del obispo como un dux,
cos nos revela que se trata de una Vita característica del género
así como en su papel de siervo de Dios,famulus Dei, de pastor de
hagiográfico y no podemos negarnos a la evidencia de la finalidad con
su rebaño, los fieles, etc., como bien ha estudiado Martín (1997) 159 •
que fue escrita, manifestada expressis uerbis por el autor en el inicio
de la misma, para emulación de los contemporáneos, para edificación
de las generaciones futuras y para afanarse en practicar la santidad
siempre (Vita 1): Pro imitatione praesentium, pro aedificatione
1.59 Este estudio, titulado precisamente "Caracter·ización de personajes y tópicos del género
hominum futurorum, pro sanctis exercendis studiis succedentium hagiográfico en la Vita Desiderii de Sisebuto", pone de manifiesto de manera palmaria la pertenen-
cia de la obra a dicho género literario. En el resumen del mismo indica Martín (1997, 133): "En este
temporum uitam sancti martyris scribere Desiderii disposui.
artículo se estudian los procedimientos, especialmente los de estilo y los relacionados con los tópicos
bíblicos y de vidas de santos, de los que se sirve Sisebuto para caracterizar a los dos antagonistas
Un inicio en el que, a continuación de estas intenciones, principales que sostienen el conflicto que nos plantea en su obra: San Desiderio y los reyes Teodorico
declara que va a contar los hechos dignos de crédito de los que ha y Brunequilda. La conclusión es que la Vita Desiderii responde perfectamente a los tópicos espera-
bles de la hagiografía .... "

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

Por el contrario, la caracterización de Teodorico y Brunequilda Desider.ii de Sisebuto al género hagiográfico por lo que a la
son el contrapunto absoluto; los malvados que, en cambio, sienten utilización del espacio y el tiempo se refiere."
miedo ante los milagros y comportamiento del santo, ante el casti- Sisebuto quiso escribir un relato hagiográfico que le sirviera de
1

go de los delatores, como ya se ha indicado; dominados y controla- pretexto y presentación para otras finalidades. Podríamos tratar, en
dos por el demonio. En suma, toda una serie de tópicos que confi- fin, de reflexionar por qué. Sin duda una obra historiográfica habría
guran la obra como genuinamente hagiográfica, a los que hay アセ・@ sido mejor marco para relatar los sucesos históricos, aunque fuesen
sumar la impronta de las fuentes bíblicas utilizadas para constrmr cargados de enjuiciamientos morales, pero una obra hagiográfica
diversos pasajes 160 , Considero por ello que, sin excluir las otras podía parecer más adecuada para exponer de forma más profunda la
funcionalidades de la obra, ya comentadas, la conclusión expresa- justificación moral de una actuación política, la de Clotario II contra
da por Martín (1998) en otro de sus estudios dedicado a ella pue- Teodorico y Brunequilda; por otra parte, vincular el trágico final de
den suscribirse plenamente y resumen la cuestión: estos reyes al castigo providencialista merecido encontraba un amplio
""Así pues, según todo lo visto, Sisebuto rehúye todo tipo marco en las obras hagiográficas donde, desde la más antigua tradi-
de información concreta, tanto local, como temporal, para ción, ya estaba presente. Relatar la historia de un obispo muerto vio-
centrarse únicamente en los motivos característicos de la san- lentamente era el argumento ideal para una Vita, modelo literario tan
tidad de Desiderio y de su pasión, por un lado, y de la culpa frecuente en esas épocas en Occidente. Aunque en la Hispania visigo-
y castigo de los perseguidores, por otro. da hasta el momento sólo había habido pasiones de mártires, pero ya
con un cierta carga de descripción novelada o los himnos de los már-
En efecto, la omisión de datos concretos en cuanto a nom- tires de Prudencio, los referentes culturales de la Galia y de Italia y,
bres de lugares y fechas es una de las características funda- sobre todo, la Vita Cypriani de África eran modelos literarios dignos
mentales del género hagiográfico. Lo contrario sería disper- de imitación. La historiografía hispanovisigoda en ese momento cono-
sar la atención del ッケ・ョエセL@ lo que iría contra el carácter cía sobre todo el género de la Crónica, parco en el estilo y de descrip-
didáctico de estas obras, una de cuyas bases es su gran senci- ción somera de sucesos, sólo la Historia Gothorum de Isidoro iba a
llez. De ahí la concentración de la acción en unos pocos luga- abrir otros planteamientos a la exposición de los hechos históricos y,
res imprescindibles, pues lo que importa al hagiógrafo son los precisamente, en un sentido de progresiva incorporación de la valo-
hechos más que los lugares donde ocurrieron o el tiempo en ración moral y religiosa del comportamiento de los reyes y de inter-
el que acontecieron. vencionismo del elemento providencialista como castigo moral al com-
Para finalizar, querría señalar que con este análisis he portamiento tiránico o injusto, así como en el sentido de conceder una
intentado mostrar simplemente la pertenencia de la Vita importancia determinante a los hechos de contenido religioso 161 •

160 Para un estudio de las fuentes tan,to bíblicas como de otros autores, véase la edición de Martín
161 Véase lo dicho en el apartado 2.1.2 de esta segunda parte del libro.
2000.

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

2.3. Las Vitas sanctorum patrum Emeretensium


Sin duda, era el género hagiográfico el más cultivado dentro
de la historiografía literaria cristiana, y el más apropiado セ。イ@ el Como ya he mencionado en otro lugar (Velázquez 1994) 162 , 11 la
1

tema elegido. Y, nuevamente ¿por qué elegir a un protagomsta no obra Vitas sanctorum patrum Emeretensium (VSPE) bien puede
hispano, y quizá alejado de los ゥョエセイ・ウ@ 、セャ@ público ャ・セエッイ⦅@ -salvo considerarse como una de las más interesantes de la literatura de
quizá sectores de la realeza o la anstocracia- u oyente .. SI acep- la Hispania del siglo VII, tanto desde el punto de vista literario,
tamos la hipótesis de que, tras la obra, hay una cierta intención de dentro del género hagiográfico, como desde el histórico, por la
aproximación al nuevo orden de la Galia ュ・セッカゥョァ。@ y se エセ。@ de buena cantidad de datos que suministra para el conocimiento de la
tender puentes, ¿qué mejor forma de aproximarse _que ・ィァゥセョ、ッ@ época y que han sido tan profusamente utilizados y citados por
un tema querido y conocido por el público de la Gaha, ademas de estudiosos, especialmente desde el campo de la historia. Repetida-
su rey, por quien iba a ser, sin duda, bien recibido, puesto que mente editada desde que en 1633 la publicara Bernabé Moreno de
refrendaba y daba legitimidad a su decisión de condenar _a los Vargas por primera vez 163 , puede decirse que siempre ha sido "una
f
anteriores reyes? ¿No era relatar el martirio y, por tanto, trmnfo de las piedras angulares en el estudio de la cultura en la época visi-
moral y absoluto, de un santo obispo, hombre de Dios, セオウ」。イ@ オセ@ goda."
tema de ya amplia tradición en la Galia -desde la Vtta sanctt Como ya ha sido indicado en diversas ocasiones 164 las Vitas de
Martini de Sulpicio Severo- y sobre un personaje de 。「ウッャオエセ@ pro- los padres de Mérida, a pesar de su contenido histórico; deben con-
ximidad en el tiempo, de historia reciente, seguramente aun en siderarse como una obra literaria dentro del género hagiográfico,
boca de todos y vinculada a los sucesos inmediatos de tal trans-
cendencia política como la caída de los reyes y Qセ@ toma セ・ャ@ poder
y unificación de los regna por Clotario II, ocurndas casi a la vez
162 La exposición que se hace en este apartado constituye una adaptación del trabajo referido,
que la redacción de la obra? publicado en 1994, con las lógicas variantes e incorporaciones en éste, pero algunos pasajes de aquél
quedan reproducidos aquí, ya que en dicho estudio abordaba los aspectos que aquí deseo destacar
El público destinatario de la obra, preferente, sería en mi en relación con esta obra.
opinión el de la Galia, aunque no exclusivo, pues cabe ウオーセ・イ@ 163 Una relación y estudio de las diferentes ediciones de la obra puede verse en las dos ediciones
que también se difundiría y leería en hゥウー。セL@ en los セᅪャキウ@ modernas de la misma. La ya conocida y todavía insustituible por sus comentarios de Garvin (1946)
litúrgicos 0 en la lectura privada, entre 、ゥヲ・イセエウ⦅@ pubhcos y la edición de Maya Sánchez (1992), en realidad la única edición crítica exhaustiva y completa, en
cuanto a 1nanejo de manuscritos, etc., se refiere.
(Fontaine 1980). La relación entre autor-obra-audltono se alza,
164 Véase, entre otros, Codoñer 1983, 436-441 y 452-459. En cambio, Díaz y Díaz (1981, 54) la
a mi modo de ver, como la causa fundamental para la ele,cción califica de escrito panegírico, no hagiográfico, en el que se añaden las virtudes de los obispos, pero
del tema y las funcionalidades perseguidas -que podnam_os sin presencia de milagros y en el que el obispo Masona es presentado como el campeón de la orto-
doxia católica contra el arrianismo de Leovigildo. Creo que ese mismo carácter panegírico, que es
resumir en edificante y moralizante, de un lado, para la socie- evidente, forma parte de la propia esencia hagiográfica de la obra y, en mi opinión, sí existen mila-
dad, y en política e ideológica, de otro-, por los intereses del gros aunque, como se dirá 1nás adelante, tratados de forn1a singular en esta obra que, aunque sí con-
sidero, con Codoñer y otros autores, que se trata de una genuina obra hagiográfica, tiene cierta-
rey, justifican la elección del género literario para abordar el mente algunas características muy especiales en el tratamiento e importancia de los hechos históri-
cos y de los relatos extraordinarios.
tema planteado.

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incluso como una serie de ""biografías hagiográficas", que pueden, continuación la traducción del prólogo presentada por Chaparro
en este sentido, compararse con otras Vitae coetáneas. Se trata de (1992' 343-344):
""biografías parciales'\ ya que en las vidas principales, las corres- 1

pondientes a Paulo, Fidel y Masona, la atención se centra en las ""En el nombre del Señor comienza el libro de las Vidas de
actuaciones de estos obispos セョ@ sus cargos, aunque se hable de sus
los santos padres de Mérida.
linajes, o de cómo llegaron a ocupar la silla episcopal, como en el Nadie de recto proceder, y más si es seguidor de la fe cató-
caso de Fidel, así como su muerte; en las otras vidas relatadas lo lica, debería poner en duda la total veracidad de los milagros
que se menciona son pasajes muy concretos de las mismas, episo- que el muy santo y eminente papa Gregorio, obispo de la ciu-
dios que determinan su muerte o la suerte encontrada por sus dad de Roma, inflamado por la gracia del reconfortante
comportamientos, como el monje ebrio; la enfermedad y muerte Espíritu, dio a conocer fielmente en sus libros de Diálogos,
del puerulus Agustus, o el relato del abad Nancto, uno de los más milagros que Dios omnipotente se dignó realizar para gloria
interesantes sobre la llegada a Mérida, con una descripción de sus de su nombre por medio de los siervos que le han sido agra-
formas de vida, la fama que alcanza y lleva a Leovigildo a hacerle dables.
una donación, a consecuencia de la cual terminará por morir a
Nadie deje anidar en su corazón la incertidumbre porque
manos de los campesinos que dependen de él.
tales hechos fueron realizados en tiempos remotos y quizás,
La obra se inicia con un prólogo característico de las Vitae por ello, no le conceda entero crédito, ni llegue a pensar que el
hagiográficas, donde hay una declaración de intenciones y donde aludido santísimo varón de elección, sagrario del Espíritu
aparece, de un lado, el propósito moralizante y edificante enca- Santo, ha oscurecido los acontecimientos con palabras huecas
minado a lectores y oyentes, a quienes se dirige, y la insistencia y vacías de sentido, cuando la acción de Dios se ha manifesta-
en la fiabilidad de los datos que se van a aportar, pues se han do y セゥァオ・@ manifestándose hasta hoy a todos, según el testimo-
escuchado de boca de testigos directos. En dicho prólogo se alude nio Jéí Evangelio, con más claridad que la luz del día' 6 s.
inmediatamente y en primer lugar a la fiabilidad y veracidad de
Por eso, para que la fe de todos los lectores y oyentes se
los hechos relatados por Gregorio Magno en sus Dialogi. Para
robustezca más y más, narramos los sucesos acaecidos en
ello argumenta la santidad del propio Gregorio, auctoritas y
nuestros días en la ciudad de Mérida. No los conocimos por
digno de todo crédito, señalando que la acción de Dios -que sigue
referencias de personas ajenas, ni los hemos aprendido como
manifestándose a todos, según testimonia el Evangelio- es la
si se tratasen de cuentos inventados, sino que los hemos oído
garantía suficiente, más que los discursos grandilocuentes, de la
personalmente contar tal como nos lo refirieron quienes no
veracidad de lo relatado y que la lejanía en el tiempo de los acon-
tecimientos no debe empañar la creencia en los mismos. Para
reforzar la fe de los creyentes, el autor se propone narrar los 165 Como ya se señaló en la primera parte, los exempla valen más que las palabras elocuentes, y
acontecimientos de Mérida, próximos en el tiempo. Expongo a la autoridad del texto sagrado legitima y sirve de referente y garantía para los milagros y relatos de
santidad.

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dudamos que han llegado al reino de los cielos, después de


queda algo ambigua. El autor parece basarse en la auctoritas de
abandonar milagrosamente sus cuerpos."
Gregorio para conferir credibilidad a los relatos que va a presen-
La argumentación parece un tanto forzada, en el sentido de tar; éstos se presentan para reforzar la fe (¿Quiere, además, con-
la comparación entre la veracidad de la obra de Gregorio y la del firmar la credibilidad de los de Gregorio?), por lo que presenta
autor, pero es indicativa de que éste parte de la influencia clara hechos próximos en el tiempo y relatados por testigos directos. Sin
que ejerció desde el primer momento el papa Gregorio Magno y, en duda la proximidad en el tiempo es uno de los principales argu-
concreto, sus Dialogi, para la configuración de las obras hagiográ- mentos utilizados a menudo por los hagiógrafos para conferir cre-
ficas a partir de entonces. Las palabras de Chaparro (1992, 345) dibilidad a sus relatos.
aclaran esta cuestión:
Pero quizá no sea sólo esta motivación expuesta casi de forma
""El autor de VSPE pertenece, por tanto, a la primera inversa en la argumentación sostenida por el autor, sino que haya
generación de lectores de los Dialogi gregorianos y se halla en ella un prurito>-de orgullo y de reafirmación de la ciudad de
bajo la influencia de tan importante papa ... Gregorio Magno Mérida y el prestigio adquirido por ella. Piénsese que la obra está
fue el gran educador de Occidente, pero el título adjudicado redactada un siglo después de los hechos relatados y en un momen-
nada tiene que ver con las escuelas fundadas o los estudios _to en que la antigua capital de la Diocesis Hispaniarum se halla
implantados, sino con la _certera visión pastoral (recogida algo postergada con respecto a la capital del regnum y sede metro-
perfectamente por Leandro de Sevilla y su hermano Isidoro) politana, Toledo 166 ; una reivindicación de la época más gloriosa y
de estructurar la producción literaria y religiosa: la dedica- eminente de Mérida, a través de los famosos obispos del siglo VI,
da a unos pocos entendidos (para ellos son los libri y tomi) y supone una aportación fundamental para revitalizar esa ciudad, y
la encaminada a enseñar los rudimentos de la fe católica a la nada mejor que, desde el punto de vista literario, equiparar las
desasistida e ignorante plebe de Dios (a ella dirige sus uitae de estos santos obispos y personajes emeritenses, con las de
Diálogos) ... Y al lado de esa visión realista y pastoral, el papa los que fueron de interés para el papa Gregorio. Lo mismo que
Gregorio supo imbuir a Occidente del sentimiento de legiti- Gregorio superaba ese '"complejo de inferioridad" de la iglesia
midad apostólica frente a Oriente, superando de esa manera occidental, con respecto a la oriental, de la que habla Chaparro
el ancestral complejo de inferioridad que atenazaba a las (loe. cit.), es posible que el autor de las Vitas haya querido paran-
iglesias occidentales. Sus ejemplos, hechos o referencias tení- gonar la dignidad de la iglesia hispana, concretamente emeritense,
an que ver con Italia (=lejos del desierto oriental), queriendo frente a la de Italia. Como señala Díaz y Díaz (1981, 54) el autor
con ello manifestar que también en Occidente había santos y
que mediante ellos se manifestaba la acción de Dios."
La relación entre la credibilidad de ambas obras debería
. 166 Es opinión mantenida por diversos historiadores que esta obra puede estar reflejando un
quizá haberse expresado en el prólogo de forma explícita, pero mtento de destacar el mayor predominio e importancia de Mérida frente a la urbs regia, Toledo, en
el siglo VL CL, entre otros, Collins 1980.

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trata de demostrar que la Mérida del siglo VI tenía obispos capa- la santísima Eulalia y que lo expuesto es, sin lugar a dudas,
real y verdadero.
ces de sostener la comparación con los héroes gregorianos.
r

La obra tiene un epílogo que cierra la misma retornando a las Gloria, honor, fortaleza, acción de gracias, virtud, poder,
alabanza y bendición ahora y siempre y por los siglos de los
palabras del prólogo y aprovechando ahora para incluir otro de los
grandes topoi de esta literatura: la justificación de un ""pobre esti- siglos al siempre Señor, uno en la Trinidad, que reina eter-
lo" que agrade a los sencillos oyentes y lectores a los que va dirigi- namente."
da la obra, aunque no agrade tanto a los entendidos. De nuevo Hay que セ・ョ」ゥッ。イL@ además, que existe otro prólogo en la
insiste en la veracidad de los hechos, preocupación que, en mi opi- obra, que da inicio a la segunda parte de la misma, la dedicada· a
nión, se convierte en el eje conductor de la obra. Creo que el autor los famosos obispos Paulo, Fidel y Masona. En esta parte y, en
está preocupado, por encima de toda otra consideración, en generál en su conjunto, no se menciona la intención de escribir
demostrar que los hechos que relata son verdaderos, lo cual con- unas Vitae, como ya ha hecho notar Codoñer (1983, 453), salvo al
diciona la presentación de los datos históricos y su interrelación inicio del primer prólogo que se ha reproducido líneas más arriba,
con el elemento sobrenatural, la intervención sistemática y omni- donde se da el título de la obra, y en el capítulo dedicado al obispo
presente de la protección benefactora de la patrona de la ciudad, Masona, dentro de esta segunda parte, y donde se dice expresa-
la joven mártir Eulalia, y la acwación de los santos obispos dirigi- mente: Incipit uita uel de uirtutibus sancti Masonae episcopi. Este
dos por ella. Vuelvo a servirme de la traducción del epílogo, reali- incipit presenta los pasajes relativos a Masona, como una parte
zada por Chaparro (1992, 343-344): bien diferenciada del conjunto anterior, en que se alude genérica-
""Mi descuidado estilo ha descrito, en la medida de sus mente a los obispos de Mérida, pero no señalando que se va a tra-
posibilidades, un gran número de milagros y la muerte de los tar de las vidas, sino de las muertes y milagros: Incipit obitus et
soldados de Cristo. Y aunque desagrade sobremanera a los miracula sanctorum episcoporum Emeretensium. De esta forma,
entendidos porque en él se omite toda pompa literaria, sin la segunda parte del libro, dedicada a los obispos de Mérida queda
embargo está al alcance de los que piensan y creen con subdividida en dos: la primera que abarca los h.{chos de Paulo y
humildad y colma con una buena recompensa a los lectores Fidel, con el incipit señalado que alude a los obitus y miracula y
seguido del segundo prefacio de la obra, según he indicado y en el
y oyentes.
que se lee que se van a relatar los gesta miracula de los obispos; la
En efecto, yo, el más humilde de todos, ruego a los fatiga- segunda, el relato de Masona, con el incipit en que se plantea como
dos lectores, que, primero, lean el contenido del libro y que, relato de uita et de uirtutibus.
después, lo desprecien, no sea que no lo valoren con los cri-
terios de la razón, sino que por odio condenen aquello que Este segundo prefacio hace referencia al estilo sencillo en el
ignoran. No obstante, tengan la absoluta certeza de que lo he que se escribe la obra, para dirigirse al público no ejercitado en la
escrito guiado por el amor a Cristo y llevado de la devoción a práctica de la elocuencia y estilo ampuloso: Se pretende dar a

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conocer con sencillez los milagros pasados según han sido transmi- que la Íuz, no instruimos sino que cansamos los ánimos de
tidos por el relato de muchos. En cierta medida hay un contraste quienes escuchan; puesto que, cuanto menos comprende la
entre este prefacio y el anterior, ya que uno de los argumentos de inteligencia de la mayoría no preparada, su oído más se fati-
fiabilidad esgrimidos en el primero es la proximidad de los hechos, ga. Y por ello, como antes hemos prometido, así damos a
y, de ahí, que la primera parte de la obra comience con un episo- conocer con sencillez los milagros realizados en otro tiempo
dio, el del puerulus Agustus, del que ha sido testigo en primera por los padres santos, tal como han llegado hasta nosotros
persona el hagiógrafo. El resto de los episodios y esta segunda par- con el relato de muchos."
te se refieren a hechos anteriores, en varias décadas, de ahí que se El estudio interno de la obra refleja la utilización de modelos
acuda al relato de otros: literarios hagiográficos, en especial estos Dialogi de Gregorio
Incipit obitus uel miracula sanctorum episcoporum Emere- Magno; pero también la Vita sancti Martini de Sulpicio Severo, las
Vitae patrum de Gregorio de Tours, la Vita Desiderii del rey
tensium
Sisebuto 167 , además, de otras fuentes y, por supuesto de la Biblia, en
[ Praefatio] especial los libros del Génesis y Tobías 168 • La utilización de las fuen-
Ommitens phaleratas uerborum pompas et praetermittentes tes literarias que le sirven de modelo revela que el autor tiene en
garrulas facundiae spumas nunc etiam ea quae omnibus modis cada momento muy presente la auctoritas de dichas fuentes. La
uera sunt simplicibus simpliciter ueraciterque narramus. N am inclusión de pasajes bíblicos, como en cualquier obra cristiana de
si ea quae luce clariora esse noscuntur obscuris sermonibus la Antigüedad Tardía o Edad Media, confiere el principal punto de
inuoluere uoluerimus, audientium animos non instruimus sed credibilidad y fiabilidad a los hechos; apoyados estos por pasajes de
fatigamus; quia cum multorum imperitorum minus intelliget la Escritura porque, como hemos visto en el prólogo, la autoridad
sensusfatigatur auditus. Et ideo sicut superius polliciti sumus, del Evangelio sigue actuando siempre: dum luce clarius euangelice
siÍnpliciter sanctorum patrum olim gesta miracula sicuti rela- auctoritatis uoce cunctis manifestetur Dominum operasse et acte-
tu multorum ad nos perlata sunt intimamus. nus operari. Además de ello, la incorporación al ámbito de esa auc-
toritas de los padres de la Iglesia, que para su momento ya son
"'Comienza la muerte y milagros de los santos obispos Emeri-
autoridad suficiente y cuyas obras tienen gran influencia, como es
tenses. el caso del propio Gregorio Magno, principal referente del autor.
[Prefacio]
Omitiendo las pompas de las palabras adornadas y dejando
a un lado las vanas espurrias de la elocuencia, narramos 167 Chaparro (1992, 348), aduce que hay más de treinta pasajes en las Vitas en los que el autor
tiene como base la Vita Desiderii y casi todos en el relato del obispo Masona.
ahora también de forma sencilla y veraz hechos que son cier-
168 Un estudio desde las fuentes, en el que se interpretan cómo se utilizan en el contexto de la
tos en todos sus extremos. Pues si queremos envolver con intencionalidad del autor y de los condicionamientos de éste en relación con la tradición literaria y
oscuras palabras los hechos que se sabe que son más claros con el público destinatario de la obra en el citado trabajo de Chaparro 1992.

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No se trata sólo de la credibilidad de éste, sino que para el autor su segunda parte apq;rece ya en su cargo de obispo, sucediendo a Ino-
autoridad moral e intelectual es tan grande que continuamente se cencio, sucesor, a su vez, de Masona. El tercer episodio es el del
sirve de él como modelo. Es evidente que en esta época los padres abad Nancto. Un relato interesantísimo desde el punto de vista his-
de la Iglesia, los exégetas bíblicos de siglos anteriores e, incluso, tórico, que refleja diversas situaciones históricas y sociales; de un
prácticamente coetáneos, pasan a ser objeto de estudio, modelos y lado está ambientado en época de Leovigildo, quien es presentado
guías de orientación para los cristianos, al igual que lo es la Biblia; en su papel de rey y dotado de magnanimidad, de forma distinta a
su prestigio avala la certeza de sus obras y enseñanzas y su utiliza- la que puede verse en la segunda parte, a propósito de Masona.
ción e invocación avala los de las obras que les siguen, imitan o La his!oria que se relata de Nancto es que es un monje pro-
citan. Pero esta auctoritas que está en la base de las fuentes litera- cedente de Africa que había llegado a la provincia de Lusitania y,
rias utilizadas, también se manifiesta con respecto a los personajes tras un tiempo de estancia, había ingresado en la basílica de santa
protagonistas de la obra, como se dirá líneas más adelante. Eulalia. El autor de la obra introduce un curioso pasaje puesto en
La obra presenta una gran complejidad por los múltiples relación con el temor de este monje a caer en la tentación del peca-
problemas que encierra, desde su autoría y fecha de composición do por lo que se niega totalmente a ver y ser visto por las mujeres
hasta su ヲゥョ。ャ、セ@ literaria, pasando por sus fases de elaboración, y que sirve, en realidad, de pretexto para justificar por qué
su doble recensión y la tradición manuscrita ligada a la Vita Nancto sale de Mérida buscando unos parajes solitarios. La histo-
Fructuosi, etc., problemas que en muchos casos han quedado ria cuenta que una piadosa viuda llamada Eusebia, deseaba
resueltos en la citada edición de Maya, especialmente por lo que se ardientemente poder ver a Nancto. Muchos le insistían a éste que
refiere a estas últimas cuestiones sobre la autoría y la historia del consintiera en ello. Ante su absoluta negativa, el diácono
texto 169 • Pero su complejidad también obedece a la estructura de la Redempto, compadecido de la mujer, le facilita poder verlo a
misma, ya que, como se ha indicado, hay dos partes bien definidas. escondidas, de lejos. ""Lo cual se hizo así. Pero cuando, sin saber-
La primera correspondiente a una serie de personajes de Mérida, lo él, la mirada femenina lo alcanzó, cayó al suelo con un gran
el jovencito Agustus, que está muy enfermo y que poco antes de gemido como si una gran piedra le hubiese golpeado fuertemente la
morir tiene una visión sobre la corte celestial; el monje de cabeza". Inmediatamente dijo al diácono: ""Que Dios te perdone,
Cauliana, el monje amante de la bebida, incapaz de corregirse de hermano, ¿qué es lo que has hecho?" (Quodfactum est. Atubi igno-
su defecto, ni con avisos ni con castigos, hasta que consigue arre- rante illo femineus eum attigit aspectus ita cum gemitu magno sese
pentirse, pero entonces muere; episodio éste que más bien parece in terra prostrauit acsi magni lapidis ictu grauiter fuisset percus-
un escrito ad maiorem gloriam del abad Renovato, quien en la sus. Mox etiam ipsi diacono dicere coepit: Indulgeat tibi Dominus,
frater. Quid est quod fecisti) 170 ·

169 Sobre la doble recensión y prácticamente segunda edición de la obra, cf. la edición de Maya
170 Indudablemente ese carácter terrible de los uiri sancti (Leonardi 1989).
1992, en la introducción.

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

por lo que no voy a detenerme en ellas, pero sí hay que recordar


Tras este suceso se marcha inmediatamente (statim) buscan-
que se trata de los verdaderos artífices del crecimiento y auge de la
do lugares solitarios con unos pocos ィ・イュ。ョセウ@ y 」ッョウエイセケ@ _una Mérida del siglo VI. Las Vitas reflejan muchos de los conflictos reli-
morada pobre (ad eremi loca paucis cumfratnbus peruentt tbtque
giosos, sociales y políticos de la época y son una fuente importantí-
sibi uilissimum habitaculum construxit). Ejemplo, por tanto, de
sima para el análisis de los mismos.
vida cenobítica y monástica, frente a la eclesiástica episcopal,
ambas muy presentes en la obra. La fama de sus カゥイエオ、・セ@ allí ejer- Es evidente que el papel de Paulo, venido de Oriente, impli-
cidas llega a oídos del rey Leovigildo quien, con el fm. de que ca la presencia de elementos ajenos a la jerarquía eclesiástica local
N aneto rece por él, aunque sea arriano, le ofrece, por medio de セョ@ que se alzan con el control eclesiástico de la ciudad. El episodio
documento escrito, una posesión del dominio real, para que ュ・jセᆳ sobre la intervención quirúrgica, pues era médico, para salvar a
re su situación y la de sus compañeros. N aneto rechaza el ofreci- una mujer que llevaba un feto muerto en su vientre, que tiene que
miento, pero ante la insistencia del rey y el セッ@ form_ulado ーッセ@ オセ@ realizar contra su voluntad, ya que no quiere ejercer (no puede
enviado: ""No desprecies el presente de tu hiJO (oblatwnemfiln tut mancharse las manos de sangre) al ser sacerdote, comporta la
despicere non debes), Nancto se ve obligado a aceptar. agradecida y espléndida donación de bienes que la mujer y su espo-
so le hacen en vida y después la herencia que le legan. Este hecho
A los pocos días, los habitantes del dominio concedido van a
explica el origen del riquísimo patrimonio de la iglesia de Mérida,
ver quién es su nuevo dueño y, aJ verlo andrajoso y_ 、・ウ。ャゥ￱セL@ ャセ@ pues Paulo, para conseguir que su sobrino Fidelle suceda en la
matan porque dicen que ""es mejor morir que servir a tal senor
silla episcopal, pone como condición para legar sus bienes a la igle-
(melius est no bis morí quam tali domino seruire). sia que Fidel sea elegido su sucesor. Vence así las reticencias y opo-
Curiosamente la obra relata que estos hombres son apresa- sición de ciertos miembros de la iglesia, que debió ser importante,
dos, pero Leovigildo los deja libres, pues está ウ・ァオイッMセ@ pesar セ・N@ セオ@ porque, ya obispo, Fidel se encontró con ciertas hostilidades y
fe equivocada- de que Dios les dará el castigo merecido; 、・」ゥセiョ@ pensó en marcharse llevándose la fortuna heredada, con lo cual la
que es presentada como justa por el hagiógrafo: Ille (se. Leoutgtl- iglesia quedaría sin su patrimonio. Estas circunstancias son pre-
dus) autem quamuis non rectae fidei esset recte tamen promul- sentadas por el hagiógrafo de forma clara y sin ambages. Se trata
gauit sententiam .. . (""Aquél (se. l・ッカゥァャセI@ 。オョアセ@ no Lセオ・ウ@ de fe ni más ni menos de un ultimatum dado por Paulo a la comunidad
recta, sin embargo promulgó una sentencia con rectitud ). En_ efec- eclesiástica para nombrar a su sobrino y se trata, ni más ni menos,
to, tan pronto como fueron puestos en libertad, los 、・セッュウ@ se de otro ultimatum dado por Fidel para lograr quedarse en la sede,
apoderaron de ellos, atormentándolos durante muchos dias, hasta aunque aquí el autor, lo presente como que ha sido convencido por
que mueren. un sector de la iglesia.
La segunda parte contiene, como se ha indicado, los イ・ャセエッウ@ Junto a estos hechos, irreductibles en su dimensión social y
de Paulo, Fidel y Masona y, más brevemente, de iョッ」・ゥセ@ y de control del poder eclesiástico, el elemento hagiográfico pre-
Renovato. Son-' bien conocidas las historias de estos personaJes,

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

senta las virtudes magníficas de los hombres, considerados san- セゥ・ョエッウN@ーイ・セッエョウ@ corroborados por sus paseos a caballo por la
tos, y los milagros debidos a su intervención, en especial en el cmdad Jactandose de su importancia. La conclusión de su actua-
caso de Fidel, posiblemente para justificar su elección (Codoñer ción se produce con el restablecimiento de Masona y la premoni-
ción de que "le va a anteceder en la muerte" -palabras que malin-
1983, 456).
terpreta Eleuterio, creyendo que le va a anteceder en la gloria de
La vida de Masona nos introduce de lleno en la situación del
quedarse con el obispado-, y la consiguiente muerte fulminante de
regnum ante la política de unificación religiosa de Leovigildo, Eleuterio.
como ya he indicado; en la que se concede protagonismo especial a
Masona, con el debate contra Sunna, obispo arriano, con la lla- . Los .hechos Nセウ■@ .presentados dejan entrever el conflicto por el
mada ante Leovigildo, quien trata de arrebatarle la capa de santa patnmomo ecles1astlco de la iglesia emeritense. A este propósito
Eulalia, para evitar lo cual, Masona recurre al ardid de esconder- Castellanos (2004, 131 y ss.) sugiere, con razón, que la actitud de
la en torno a su cintura y decir que la ha quemado y se ha tomado \ Eleuterio responde a lo que podría considerarse la postura 'oficial'
las cenizas. Revestidos de intervenciones divinas y protección de la del clero en relación con su patrimonio, y el peligro sentido por su
patrona de la ciudad, Eulalia, y de la conducta ejemplarizante del merma, dada la generosidad de Masona y lo que podía entenderse
uir sanctus y sus dotes milagrosas, los hechos históricos quedan, como el desmantelamiento de dicho patrimonio a base de repartir-
quizá como en ninguna otra obra hagiográfica de la Hispania visi- 1om. Aunque, por el contrario, se muestran episodios de dádivas
goda, presentados con tintes fuertes de realidad. entregadas por ricos a Masona, con lo que se equilibrarían esos
gastos. En relación con estos conflictos, creo que es acertada la
Quedan reflejados en la obra también diversos episodios
valoración que el mencionado autor (Castellanos 2004, 135), hace
relativos a las conjuras contra Recaredo, tanto por parte de de este episodio:
Witerico, noble arriano y que luego sería rey, sucediendo de forma
sospechosa al propio hijo de Recaredo, como por parte de los " ... el complejo trasfondo de intereses locales, que trata-
rebeldes de la Septimania, cuya intentona sofoca el dux Claudio. ban de preservar la normativa oficial que favorecía los inte-
Hechos incontestables, expuestos en el marco hagiográfico, entre reses de la propiedad, generó un conflicto que la fuente
otras cosas siempre las rebeliones se presentan como muestras de resuelve con un castigo divino, con una manifestación de la
la oposición entre catolicismo y arrianismo, pero con una histori- potencia del hombre santo como provocador de la intercesión
celestial. A modo de valoración final, es probable que el epi-
cidad palpable.
sodio haya sido compuesto y proyectado a modo de lectio
Por otra parte, el episodio del archidiácono Eleuterio, en el
que, como es sabido, Masona delega sus funciones durante su grave
enfermedad, se presenta como un abuso de poder de éste, negán-
dose a dar la libertad a quienes Masona se la había prometido, QWセ@ . Sabemos de ciertas actitudes de este tipo, como la de Gaudencio, obispo acusado en el
セョ」ゥキ@c 1 」セ・@ s・カセャ。@ en el 590 de haber manumitido esclavos sin haber compensado al patrimonio.
negándose igualmente a dar limosnas a los necesitados, comporta- Vease Martmez D1ez 1959, sobre el patrimonio eclesiástico en esta época.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

diuina, una vía clave en cualquier discurso hagiográfico, concretos del milagro o el relato que se hace, así se explicita si ocu-
pero en este caso no solamente hacia la comunidad creyente rre de noche, o a la luz del día, si durante una celebración religio-
en general, sino de modo muy especial hacia los segmentos sa o después, si durante la comida, o después de ella. Se trata del
implicados en las dinámicas de conflicto local." ""tiempo de la santidad" o ""tiempo interno" del relato hagiográfico,
Las VSPE, como cualquier otra obra de género o contenido como se ha indicado en la primera parte. Esta pormenorización de
hagiográfico, presenta, pues, todos los hechos como acontecimien- datos esr,aciales y temporales concretos, internos a la historia,
tos reales. Se vale para ello de una serie de detalles y precisiones, ofrece, sin duda alguna, una impresión absoluta de certeza, de
especialmente geográficos y temporales, tratados de forma diversa. conocimiento directo de los hechos por parte del autor o, al menos,
Entre los primeros prevalece ellocalismo 172 , el intento de dar una conocimiento gracias a que le han sido fielmente transmitidos.
ubicación de los hechos ligada al conocimiento del ámbito geográ- Esta impresión de veracidad que, como se ha repetido ya,
fico por parte del lector o, en todo caso, mediante la descripción de está ligada al nacimiento mismo de la hagiografía como género lite-
espacios físicos internos o concretos dentro de una ciudad, villa, rario del cristianismo desde la historiografía y, posiblemente, más
etc.: monasterios, celdas, iglesias, basílicas, calles, murallas, men- aún de la biografía (Codoñer 1983, 439), es un factor, ya dentro de
ción de distancias, etc., con una concreción que permita y provo- cada obra hagiográfica, que determina y condiciona la elaboración
que la impresión de certeza del ""espacio de la santidad", o ""espa- de la misma, especialmente en función de los lectores a los que va
cio interno" del relato hagiográfico. dirigida, al igual que condiciona al lector actual, si -como punto de
Entre los segundos el tratamiento es diverso. En líneas gene- partida- se acerca a ella en tanto que obra literaria, como si lo hace
rales, como en la generalidad de las obras hagiográficas, la refe- en tanto que obra de contenido histórico. Me refiero, en general, a
rencia temporal es más vaga en cuanto a épocas, años, meses, la cuestión múltiples veces planteada del valor histórico, biográfi-
duración de períodos, etc., todo ello queda en un plano secunda- co o prosopográfico de la hagiografíanl, hecho del que no podemos
rio, posiblemente porque los hechos narrados se ligan a la objeti- sustraernos cua"ndo se debe analizar la información que propor-
vidad del bien, a la realidad intemporal de la actuación divina, cionan para extraer conclusiones sobre personajes concretos o
porque importa la abstracción de los hechos para ofrecer la visión sobre una época, ya sea en cuanto a la existencia misma de los per-
de santidad del personaje. Sin embargo, se busca minuciosamente sonajes, a la veracidad de hechos o a cuestiones de tipo político,
la precisión cronológica interna, el conocimiento de los detalles religioso o cultural, especialmente si, como ocurre en las VSPE, la
obra constituye la única o la principal fuente de mención de algu-
nos de esos personajes o de algunos sucesos.

172 En las Vitae occidentales cumple, además, la función de presentación de santos del mundo
occidental, frente a los orientales, de potenciación de la Iglesia de Occidente. Esto puede verse en 173 Véase lo dicho en la primera parte de este estudio, con la bibliografía allí citada. Añádase
los Dialogi de Gregorio Magno, como ya se ha indicado, así como en las Vitae de origen africano, y también, la cuestión relativa a la utilización de la hagiografía cmno fuente para la prosopografía.
en las de la Galia y, por supuesto, en las de Hispania. Véase Chaparro 1992 y Codoñer, 1983, 446. Para ello, véase, entre otros, Bravo 1990.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

En este caso, aunque los planteamientos en torno a que la como modelos literarios otras Vitae 175 y sirviéndose de todos los
oposición entre hagiografía e historia deben quedar superados y recursos estilísticos comunes a estas obras en la medida en que es
planteados en términos de no incompatibilidad y en términos de la capaz de utilizarlos. Esta finalidad literaria hace que el plano his-
funcionalidad de las obras (Leonardi 1988), ya que la primera tórico quede subsumido dentro del literario, los hechos históricos
forma parte de la historia de la mentalidad de una época y que, en y los sucesos objetivos u objetivables, a algunos de los cuales ya he
este sentido, el hecho en sí de un milagro o la propia vida de un aludido, desde el punto de vista de la realidad cotidiana, son inter-
santo tiene un valor secundario dentro del marco de la historia de pretables porque se adaptan al plano hagiográfico, de modo que
la época y en cuanto a que no debe tratar de reducirse un milagro todos ellos están impregnados no sólo de la visión cristiana del
a la justificación del mismo como hecho natural y comprobable, mundo en la que todo, hasta lo más nimio, sucede por voluntad de
igual que no se puede plantear tampoco concederles una credibili- Dios, sino que, incluso, están impregnados de cierto valor sobre-
dad sistemática; sin embargo, cuando se trata de establecer labio- natural, como consecuencia de estar relacionados con hombres
grafía de un personaje, no puede obviarse el entrar en el análisis consider¡1dos santos, o por la intercesión de santa Eulalia, o por la
de los milagros o hechos naturales. Análisis que debe partir, en mi providencia divina.
opinión, de un estudio filológico y literario del texto, para poder
Piénsese, a título de ejemplo, en pasajes como la mencionada
llegar a una correcta,· si no es posible completa, valoración históri-
intervención quirúrgica a una mujer por Paulo (VSPE 4, 2, p. 26-
ca del mismo 174 •
30), como el derrumbamiento del atrio de la iglesia, nada más salir
Desde estas consideraciones la lectura de las Vidas de los el obispo Fidel con todo el clero y los fieles (VSPE 4, 6, p. 57, l. 10-
padres de Mérida revela una compleja elaboración de la obra en la 14). Para el autor de las VSPE éste, como el anterior, es un hecho
que se observan dos planos paralelos que se complementan e imbri- sobre el que nadie debe dudar que ha sucedido gracias a los méri-
can continuamente y que parecen conscientemente incardinados tos del obispo y a la intercesión de santa Eulalia. Curiosamente hay
por el autor: el plano natural, el del relato del transcurso de la his- en la obra unos mecanismos de presentación de los hechos sobre-
toria, cronológica y espacialmente objetivable, y el sobrenatural, naturales que podríamos calificar de "'prudentes" en algunos
el de los hechos ejemplares y los milagros, el de la intervención casos, como éste, donde casi se somete a la valoración del lector la
divina y la intercesión de santa Eulalia -auténtico hilo conductor consideración de milagro de algo que podría interpretarse como un
de todo el relato-. Estos dos planos tienen como finalidad última la hecho casual; se matiza que nadie debe dudar de que esto sea un
obra literaria hagiográfica. La concepción de obra literaria es milagro (VSPE 4, 6, p. 37, 1.14-19):
patente y el autor recurre a la composición de la misma tomando
Ex qua re pensandum est cui meriti iste uir fuerit, qui ita
apud Deum suis precibus obtinuerit ut prius non daretur

174 De ahí que el tantas veces citado artículo de Codoñer 1983, así como el de Chaparro (1992),
para las VSPE, me parezcan modélicos. · 175 Sobre todo en los Dialogi de Gregorio Magno y en las Vitae Patrwn de Gregorio de Tonrs.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

antiqui hostis potestas tante fabrice perpretare ruinam cosa, en definitiva, que la perfecta imbricación de los criterios
quam ipse cunctos foris eductos integro numero Deo mise- hagiográfico e histórico. En el primer criterio la utilización de las
rante salbaret; sed ut in tanto periculo nullus periret, ob fuentes literarias que le sirven de modelo revela que el autor tiene
maxime meritis sanctissime uirginis Eulalie fuisse prestitum en cada momento muy presente la auctoritas de dichas fuentes,
nullus ambigat. como se dijo al hablar de ellas.

""A partir de este hecho se debe considerar qué clase de Pero esta auctoritas que está en la base de la fuentes litera-
mérito poseía este hombre que obtuvo con sus ruegos a Dios rias utilizadas, también se manifiesta en el núcleo argumental de la
que no le fuese concedido al antiguo enemigo el poder de per- obra, es decir, en los padres de la iglesia Emeritense, los obispos
petrar la ruina de tan gran edifico antes de que él salvase a Paulo, Fidel, Masona -éste sin duda el personaje central del rela-
todos, habiéndolos sacado fuera en su totalidad, con la ayuda to-, Inocencio y Renovato -mencionado en el cap. 2 como abad-;
de Dios. Pero como en tan gran peligro nadie muriera, no incluso el abad Nancto. Su autoridad moral, su forma de conducir
dude nadie de que se debió fundamentalmente a los méritos a los fieles, de regir la vida de la ciudad, su enfrentamiento ante los
de la santa virgen Eulalia." enemigos de la fe (caso de Masona frente a Sunna o al propio rey
Leovigildo) u otros enemigos (caso de Paulo y Fidel contra el sec-
El hundimiento de este edificio y la restauración posterior de tor del clero que no quería que éste último sucediera al primero en
la basílica de santa Eulalia está minuciosamente relatado en las el episcopado), su entereza ante las dificultades surgidas en dife-
VSPE, hecho que parece haberse visto confirmado en las excava-· rentes avatares durante su mandato, avalan todo cuanto se cuenta
ciones arqueológicas llevadas a cabo en Mérida, pues se piensa que sobre ellos en el plano sobrenatural y resulta creíble y cierto.
hubo una segunda fase constructiva de dicha basílica que puede
fecharse en el siglo VI y bien podría responder a esta remodelación Si esto es así para tan escogido grupo de hombres preclaros,
realizada en tiempos de Fidel (Caballero-Mateos Cruz 1993 y también lo es para los personajes mencionados en torno a ellos,
Mateos Cruz 1993). máxime cuando algunos son de gran transcendencia histórica
como los citados a propósito de las rebeliones habidas contra
Pero estos dos planos a los que me he referido no pueden Masona en Mérida y contra Recaredo en la Narbonense 176 • ¿Por
individualizarse ni desde un análisis literario de la obra, ni tam- qué no creer, pues, un lector de entonces y por qué no hacerlo
poco desde un análisis histórico, sino que hay que partir de un uno de ahora, aunque sea la única fuente disponible, en la exis-
intento de comprensión global de la misma. El autor, que busca tencia de Sagato, uno de los criados que acompañan a Masona al
ante todo dar una impresión de veracidad, es consciente de que los exilio y que se muestra egoísta con la pobre viuda pobre? ¿Por
hechos narrados deben ser creíbles y creídos y conseguirlo se con- qué dudar del obsequio de doscientos sueldos y doscientos asnos
vierte desde el principio en objetivo fundamental en sí mismo,
como ya se ve en el prólogo incial antes expuesto. Ello conduce a la
elaboración de la obra en los dos planos sugeridos, que no es otra 176 Sobre este episodio histórico véase más adelante en el texto.

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F

La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

hecho a Masona en ese exilio por parte de unos fieles? Hecho pro- puede deberse no tanto, o no sólo, a que por ser coetáneo al autor
bablemente real, del plano natural que el autor reinterpreta y sea más creíble, sino a que por ser el de personajes menos impor-
adapta al plano hagiográfico como el resultado de que Sagato sólo tantes o desconocidos se argumente la proximidad de la cronología
ha dado dos tremises y no tres a la viuda 177 • ¿Cómo dudar de la inmediata como factor de mayor credibilidad. Esto justificaría tam-
existencia de Eleuterio, el archidiácono que ocupa el puesto del bién la presentación de otros hechos relativos a personajes secunda-
anciano Masona durante su grave enfermedad? Existencia ahora rios, si puede decirse así, que no forman parte de lo que debió ser el
ya plenamente corroborada por la lauda sepulcral de tres perso- núcleo original en la concepción de la obra, la vida, hechos y muer-
najes, de los cuales el tercero es dicho diácono y que, además, te de los obispos de Mérida, que la hicieron grande e importante-
ofrece un término post quem para la muerte de Masona que con- estos sí en riguroso orden cronológico tratados-. Así el episodio del
firma la hipótesis sobre la muerte de éste hacia el 605, ya que monje borracho de tiempos de Leovigildo, cuando aún Renovato es
Eleuterio muere el 28 de diciembre del 604 178 y Masona, restable- abad, o el de Nancto, cuando es diácono Redempto, pero antes del
cido de dicha enfermedad, le sobrevive aún muchos días (pluri- · episodio de la rebelión de los arrianos contra Masona, en el que
mos dies) 179 • ¿Por qué dudar de N aneto o de los pequeños mucha- vuelve a figurar dicho diácono en relación con el sometimiento a
chos del monasterio: Agustus, Veranianus, Quintilianus, o del esclavitud de Vagrila, uno de los implicados en la rebelión.
monje borracho del monasterio de Cauliana? 18° Como señala
A medida que avanza el relato, el ""tiempo interno" de la
Codoñer (1983), la minuciosidad de detalles -dentro de las coor- ·
obra, siempre preciso y detallado, se va completando y mezclando
denadas espacio-temporales internas- operan en el relato _dando
más con el ""tiempo externo", ése que históricamente aporta datos
impresión de verosimilitud.
objetivables, que da una credibilidad externa a la obra. Este apoyo
En mi opinión, el hecho de que el episodio de Agustus vaya al del tiempo externo al relato hagiográfico es creciente y, diría tam-
principio de la obra y no respete el hilo cronológico de la misma, bien, que con él se observa una mayor preocupación del autor por
precisarlo, por incluir hechos históricamente comprobables en el
relato, al punto de que al llegar a la historia de Masona -planteada
177 Cosa que si hubiera hecho habría tenido como recompensa la entrega de trescientos asnos.
como la vida del santo dentro del contexto general de la oposición
178 Véase Caballero Zoreda- Mateos Cruz 1993.
entre catolicismo y arrianismo-, sorprende un tanto la mención de
la rebelión en la Narbonense, de Athalocus, el obispo arriano, y los
179 En mi opinión esta expresión ambigua del "tiempo externo" se puede entender incluso como
algún año, lo cual no contradiría la hipótesis de que la carta conservada de Isidoro de Sevilla a nobles Wildigernus y Granista. Hecho bien conocido por otras
Masona (cf PL 83,. 899-902, fechada en el tercer año de Witterico (606), pueda ser cierta y no espu- fuentes históricas 181 y cuya única relación directa con Masona en
ria (Díaz y Díaz 1982, 153). Es más, si pensamos que Masona ya debía ser anciano cuando enferma,
como señalan las VSPE, no parece una mera cuestión de cortesía el que Isidoro le manifieste explí-
citamente en su carta que se alegra al saber de su salud, tanto por la carta que Masona le había escri-
to (lamentablemente no conservada), como por las noticias que sobre el asunto le da Nicetius, el por-
tador de dicha carta.
181 Gregorio de Tours, Hist. libri 15, MGH srm., 1, p. 430. Juan de Biclaro, Chron. a. 589,
180 No entro aquí en la interesante cuestión del nombre. En la edición de Maya 1992: Coloniana. Isidoro de Sevilla, Hist. Goth., 54, Fredegario, Chron. 10.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

las VSPE es que éste, al enterarse del triunfo de Recaredo sobre la lidad, desde la perspectiva cristiana de la obra hagiográfica, pre-
rebelión, da gracias a Dios junto con su pueblo por haber permiti- sentados como acciones sobrenaturales, atribuibles a una inter-
do el triunfo del monarca católico. Pero no debe olvidarse que el vención divina gracias a los méritos del personaje o a la interce-
factor de este triunfo fue el dux Claudius, que derrotó al ejército sión de la santa, pero justificables desde una perspectiva históri-
franco enviado por Gunthramnus en ayuda de los sublevados, cosa ca, y desde una perspectiva hagiográfica, apenas si presentados
que las VSPE, curiosa y un tanto incomprensiblemente, no men- como milagros.
cionan, habida cuenta de que Claudio es elogiado y encumbrado en
Serían, por ejemplo, los relatos del monje borracho y arre-
la obra como el que aplasta la rebelión contra Masona un par de
pentido, al ser reprendido por los niños, pasaje del que tan sólo
años antes en Mérida, tras la delación de Wittericus, noble enton-
cabría presentar como hecho extraordinario que su cuerpo apare-
ces y más tarde rey.
ce incorrupto años después de muerto. Tampoco hay milagro en las
Si la impresión de veracidad se va obteniendo por este per- actuaciones de Paulo y Fidel, salvo las visiones que hay sobre éste,
fecto engranaje entre tiempo interno y externo, entre personajes ni siquiera en la vida de Masona, a excepción de lo que se indica a
de dimensión general y otros menos conocidos, entre hechos natu- continuación en el texto. No hay milagros directos en los pasajes de
rales u objetivables adaptados al relato hagiográfico -la mayoría de Sunna, ni en la huida de Masona, ni en su actuación ante Leovigil-
ellos, como ahora puntualizaré-, es evidente que el "'espacio de la do en Toledo, ni siquiera en que el rey no consiga la túnica de santa
santidad" está también plenamente conseguido y superpuesto al Eulalia, escondida entre las ropas del obispo, o que éste no se mate
"'espacio externo". La minuciosidad en la descripción de edificios, montado en el caballo salvaje que le conduce al exilio; ni en los
de su construcción, habitáculos, altares, etc, su localización den- pasajes relativos a su vuelta. Ni tampoco en que Inocencio provo-
tro y fuera de la ciudad, la precisión de las distancias ofrecía una que la lluvia cuando sale en procesión con los fieles en épocas de
indudable realidad objetivable para los lectores de entonces, pues sequía. Nada destacable, salvo su conducta, sobre Renovato, ni
eran espacios bien conocidos; piénsese en la mención de diferentes cuando era abad (episodio de Nancto), ni después durante su obis-
basílicas: santa Eulalia, santa Quintísina, santa Lucrecia; en la pado. Aunque evidentemente todo se presenta bajo la forma de
Puerta del Puente, en el puente sobre el río Guadiana, en el pala- intervención de la voluntad divina, desde los hechos concretos
cio episcopal y el del dux, muy cercano a éste, etc., en el xenodo- hasta la vaga referencia a la prosperidad de la ciudad en tiempos
chium construido por Masona, algunos de los cuales pueden ser de estos obispos, o la elocuencia innata de Masona que gracias a
rastreados y, otros tal vez lo lleguen a ser, mediante las actuales Dios se ve incrementada cuando tiene que someterse al debate dia-
excavaciones arqueológicas (Mateos Cruz 1993). léctico con Sunna, etc 182 •
Ahora bien, en todo el relato de las VSPE la mayoría de los
episodios son, como he indicado, reinterpretables desde hechos
naturales, aunque impregnados de la condición de sobrenatura-
182 Véase lo dicho en la primera parte sobre el providencialismo divino.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

Sólo hay algunos que se pueden calificar de ""milagros direc- las visiones que tienen algunos del obispo Fidel en compañía de los
tos", que, a mi juicio, rompen el hilo del relato en el sentido de la santos, mientras estaba en vida 18\ como el muchacho que vuelve
sucesión de hechos naturales, y cuya reducción a hechos histórica- del monasterio de Caspiana y se queda junto a la puerta de la ciu-
mente comprobables sería un intento vano y defraudaría la com- Q.?d, llamada Porta Pontis, por estar cerrada y ve a Fidel saliendo
prensión de la obra y, lo que es más peligroso, provocaría el regis- de la iglesia de san Fausto y dirigiéndose a la de santa Lucrecia,
tro de hechos falsos desde el punto de vista histórico. Sin embargo acompañado de santos y guiados por un glouum igneum, o el caso
éstos se presentan en la obra con unas claves peculiares dignas de del otro religioso que también lo ve en circunstancias parecidas,
tenerse en cuenta y que para un análisis histórico y/o prosopográ- pero comete la imprudencia de contarlo, por lo que muere 185 • La
fico deben valorarse cuidadosamente. La presentación de estos visión nocturna del hombre que mientras duerme le parece oír que
milagros se lleva a cabo como hechos acaecidos tras un período, o tocan a maitines, se acerca a la iglesia de Jerusalén y ve a los san-
durante él, de oración en solitario del santo varón; o acaecidos tos y cómo estos mandan a unos etíopes que maten a Fidel y pre-
durante la noche, durante un momento de vigilia o en medio del sencia cómo lo hace. Cuando al día siguiente va a contárselo al
sueño, o rompiendo brúscamente éste, y en forma de visión. Pero obispo, éste entiende que ha llegado su hora de morir. La visión de
dicha presentación, aunque tenga estas circunstancias distintivas, Leovigildo mientras duerme en la que santa Eulalia le inflige casti-
se hace en los mismos tonos y con el mismo nivel de detallismo que gos y le conmina a hacer volver a Masona del exilio 186 • Otros pasa-
en los demás; mezclándose con ·el resto de los sucesos, contados de jes de milagros directos son, por ejemplo, la caída fulminante que
la misma manera e inmersos en el tiempo interno de la historia -las sufre N aneto cuando regresa de orar en solitario y es visto subrep-
noches, el sueño, la oración-, pero sin obstaculizar el transcurso
del tiempo externo u objetivo, tal vez en una búsqueda de credibi-
lidad por parte del autor. Y en unos y otros relatos siempre la insis-
tencia de que el autor lo ha oído contar directamente a los prota- 184 VSPE 4. 7.1: flic namque uir beatus in corpore positus crebro ewn czun sanctorzun cateruas
in coro eclesie stans et psallens uisus fuisse peribetur. Et alia multa narrantur... ("Se afirma que
gonistas o a muchas personas dignas de crédito. Desde esta pers- este bienaventurado varón, cuando aún estaba vivo, fue visto a menudo con una multitud de santos
pectiva podemos citar como ""milagros directos" la visión de la en el coro de la iglesia cantando sahnos, y se cuentan otras n1uchas cosas ... ").

corte celestial que tiene el joven Agustus en su lecho de muerte 183 , 185 Una vez más el castigo divino por el que llega la muerte merecida, ya sea por haber pecado o
actuar malvadamente instigados por el demonio, ya sea simplemente por insensatez o imprudencia,
durante la noche y que narra al leuita Christi, autor de la obra; como en este caso. Lo cierto es que en esta obra y en otras muchas obras hagiográficas aparecen en
ocasiones pasajes un tanto drásticos que muestran una faz dura e inconmovible de los uiri sancti
(terribles en su proyección social como dice Leonardi 1989, según se indicó en la primera parte),
quienes no evitan la muerte fulminante, incluso la premonizan, y que aparece presentada a modo de
castigo divino, de este tipo de personajes, en especial estos últimos que no son los estereotipos de los
rnalvados, sino gentes que de1nuestran una incuria e ignorancia pahnaria, o bien. malvados o peca-
183 Una impresión de veracidad puede estar tras la minuciosa descripción de la corte y el ban-
dores de cualquier condición, pero que se arrepienten, como el caso del monje beodo de estas Vitas,
quete ¿guardaría semejanza con la corte real? Interesante sugerencia ésta que el Dr. L.A. García
incluso de Elenterio, el archidiácono que abusa del poder otorgado por Masona.
Moreno me comentó en su día, cuando preparaba el trabajo que sirve como punto de arranque de
este capítulo dedicado a estas Vidas de los padres de Mérida (Velázquez 1994). ¿Cabría suponer algo 186 El autor prescinde totalmente, como cabía esperar, de hacer cualquier interpretación o valora-
semejante tras la particular visión estética de la procesión de Masona y los niños? ción política del cambio de opinión del rey. El hecho histórico queda adaptado al plano hagiográfico.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

ticiamente por la viuda Eusebia 187 , o el anuncio premonitorio de la En esta obra los personajes protagonistas cobran un especial
muerte de Eleuterio (y su muerte a los tres días) hecho por Masona interés, ya que presentan ciertas particularidades personales, en
cuando, tras tres días de oración en solitario en la basílica, sale de función del tipo de actividad que desarrollan, aunque su persona-
ella repentinamente curado de su grave enfermedad. lidad se encuentra caracterizada por los tópicos hagiográficos de la
Este tipo de hechos pueden considerarse ''milagros directos" Antigüedad Tardía, que ya han quedado expuestos. Dentro de los
y resultaría difícil, seguramente infructuoso, tratar de adaptarlos uiri sancti que aparecen destacan dos tipos básicos, uno el del
a hechos históricos. Más bien, en la línea del artículo de Codoñer abad Nancto, que responde al monje que busca una vida retirada
(1983), junto a este tipo de relatos y en el contexto de la obra lite- y se establece con una comunidad cenobítica, aunque debido al
raria hagiográfica, es donde quedan adaptados, reinterpretados carácter predominantemente urbano de estas Vitas no se indivi-
dualiza al personaje y sólo relata unos breves episodios, como he
los hechos históricos u objetivables.
indjcado, en los que esa forma de vida se da en un escaso lapso de
Como conclusión podemos señalar que para abordar la histo- tiempo, ya que acepta la propiedad otorgada por Leovigildo y,
ricidad de los personajes de las VSPE, y de muchos de los sucesos según el relato, muere a los pocos días, a manos de los campesinos
narrados en la obra, ésta resulta ser una fuente de primer orden, que han pasado a pertenecerle. De hecho, en la obra parece exis-
válida desde ese punto de vista histórico, pero es, por encima de tir un contraste entre la vida monástica y la vida eclesiástica obis-
todo, una obra hagiográfica que puede ser utilizada como fuente pal, a favor de esta última, que puede reflejar el conflicto de fondo
histórica, siempre y cuando se parta de un análisis literario y se entre obispos y monasterios por el control patrimonial de la Iglesia
extraigan los datos que el autor utiliza y adapta sin tratar de redu- (Castellanos 2004, 150-151); conflicto que se observa en otras
cirlos a hechos históricos, sin ver en ella una obra historiográfica. Vidas tardoantiguas, como en el caso de algunas de la Galia. A este
Tenemos la ventaja de que muy probablemente el escritor de respecto puede añadirse incluso que se generaron conflictos tam-
las VSPE era un cristiano hagiógrafo con una tremenda fe y devo- bién por la posesión de reliquias, en la medida en que éstas presti-
ción por santa Eulalia 188 , pero con una gran vocación de historia- giaban las iglesias donde se hallaban depositadas 190 •
dor, la cual pone al servicio de esa fe mediante la inclus;ión de cier- El segundo y más importante tipo es el de la figura de los
tas referencias y hechos históricos para conseguir transmitir la obispos. Caracterizados como hombres fuertes, enérgicos en sus
impresión de veracidad absoluta de los hechos y vidas de los san-
tos de su ciudad 189 •
190 Véase a este propósito Velázquez 2004a y 2004b. Conflicto que puede ejemplificarse con uno
de los casos más llamativos de la Antigüedad Tardía, el conflicto entre las ciudades de Poitiers y
187 Recuérdese la manía de este abad de no ser visto por ninguna mujer. Tours por reclamar el cuerpo de Martín. Los habitantes de Poitiers argumentaban que en esa ciu-
dad había sido monje y llevó a cabo la resurrección de dos muertos. Los de Tours argumentan que
188 Sobre la extensión del culto, García Rodríguez 1966, 284.
en esa ciudad había sido obispo, aunque sólo hubiera resucitado en ella a una persona. Al final fue-
189 Impresión conseguida entonces si pensamos, por ej., que Luca Tudensis se basa en las VSPE ron los de Tours los que consiguieron quedarse el cuerpo del santo y, con ello, que la ciudad se con-
al citar la rebelión de la Narbonense en su Vita s. Isidori (cf. PL 82, 31-32). siderase santa también por albergar los restos de Martín.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

decisiones, de fe inconmovible y dotados de todo tipo de virtudes, Creo que mejor que mis palabras, la exposición de un texto
además de ser normalmente nobles de origen 191 • De ellas se hace de esta obra puede resultar ejemplificador de la imagen del uir
hincapié fundamentalmente en la comparación entre su carácter sanctus de las Vitae tardoantiguas y altomedievales. La descrip-
humilde y su vida personal ascética, frente a su papel social y ción que se hace de Renovato, desde que asume el obispado, es casi
público como jerarcas de la iglesia; en esta faceta lo que se pone un catálogo de características de estos obispos santos y, como se
de manifiesto es su magnificencia, la generosidad para con los verá a continuación, es genérica, en realidad no describe ningún
pobres y la ayuda a los necesitados, su papel evergeta en la asun- hecho concreto y podría haber sido la uita de cualquier otro uir
ción de gastos en actividades edilicias, construcción de monaste- sanctus. Este modelo de santidad, genérico como digo o inespecífi-
rios, restauración de iglesias o edificios, como el xenodochium co puede aplicarse casi a cualquiera y, de hecho, los hagiógrafos así
construido por Masona. A través de estas actividades, así como lo hacían, con sólo las diferencias de algunos hechos concretos no
de su comportamiento con las gentes, son presentados como transferibles de unos a otros, pero el modelo de uirtutes y los com-
auténticos líderes de la comunidad, para la que su auctoritas portamientos se repiten de unos a otros, estereotipados como el
resulta incuestionable 192 • Aparecen además como los protectores que se nos presenta aquí de Renovato y con el que se cierra la rela-
de la ciudad y los intercesores con los mártires patronos de las ción de personajes de las VSPE. Esta estilización de las vidas y
mismas, en este caso con la mártir Eulalia, personaje omnipre- configuración de tópicos de los personajes, transcendió a otros
sente a lo largo de toda la obra. Se suman a esto las cualidades ámbitos literarios como son los elogia fúnebres contenidos en
intelectuales, dotados de elocuencia sin par, instruidos en las diversas inscripciones, según comentaré más adelante en el breve
enseñanzas clásicas y conocedores absolutos de los textos sagra- apartado dedicado a ellas.
dos (no olvidemos que deben ejemplificar, convencer, persuadir
Pero veamos ya el texto (VSPE 14.4):
y arrastar a la fe a sus comunidades); el papel de instructores y
el magisterio ejercido sobre sus discípulos; incluso de algunos de Quo etiam defuncto (se. lnnocentio) sacerdoti culmen sanc-
ellos se elogian hasta las cualidades físicas de belleza o, quizá tus Renouatus cunctis uirtutibus decoratus non immerito
mejor, de armonía entre el cuerpo y el espíritu, si bien la des- promeruit, uir denique natione Gotus, generoso stigmate
cripción física no suele ser habituaP 9:l. procreatus,familiae splendore conspicuus. Erat enim proce-
rus corpore,forma perspicuus, statura decorus, obtutugra-
tus, uenusto uultu, decora facie nimiumque admirabilis
aspectu. Sed quamuis extrorsus habitus sui esset gloria deco-
191 Remito a lo dicho en la primera parte y la bibliografía allí citada.
ratus, introrsus pulchrior habebatur, lumine sancti Spiritus
192 Véanse los comentarios de Castellanos 2004, 136 y ss., con la bibliografía pertinente. No obs-
illustratus. Multis nimirum artium disciplinis existebat eru-
tante merece recordarse aquí los estudios de Bosl 1976, Boesch Gajano 1977, Cracco 1977 y
Leonardi 1989. Sobre la imagen de la autoridad episcopal en Venancio Fortunato, pero aplicable a ditus multisque uirtutum uariis generibus adornatus. Erat
otros casos, resulta muy ilustrativo e interesante el estudio de Coates 2000.
enim egregius in omnibus operibus suis, aequissimus, iustis-
193 Por el contrario es muy detallada en el texto que expongo líneas más adelante.

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

simus nimiumque acris ingenii, et in omnibus disciplinis Éste, como brillara en muchas virtudes, enseñando a algunos
ecclesiasticis uehementer instructus atque in diuinis uolumi- discípulos la sagrada doctrina y preparándolos con el santísi-
nibus perquam exercitatus. mo ejemplo de su propia vida, es decir, en prudencia, santi-
dad, paciencia, mansedumbre, misericordia, formó a
Hic dum multis uirtutibus coruscaret, sacra doctrina nonnu- muchos, tal como él mismo era, en el camino de la justicia y
llos discípulos erudiens sanctissimoque exemplo uitae suae en la predicación del santo dogma, con cuya doctrina brilla
instituens, prudentia uidelicet, sanctitate, patientia, man- hasta hoy y refulge la iglesia como el sol y la luna.
suetudine, misericordia, plurimos tales qualis ipse extitit,
lime iustitiae sanctique dogmatis praedicatione efficit, cuius Después de dirigir irreprochablemente la iglesia durante
doctrina hactenus rutilat ac refulget ecclesia ut sol et luna. muchos años, éste que iba a unirse a los coros de ángeles y a
formar parte de todas las legiones celestes de las regiones supe-
Dein cum plurimos annos irreprehensibiliter rexisset eccle- riores, con los miembros asombrosamente relajados, saliendo
siam, angelibus coetibus copulaturus omnibusque coelestibns de su cuerpo, mereció entrar en la corte del reino superior
supernarum partium legionibus coniuncturus mirabiliter para permanecer siempre con Cristo y reinar sin fin."
artubus resolntis e corpore egrediens superni anlam regni
cum Christo semper mansurus et sine fine regnaturus introi-
re meruit. 2.4. La Vita sancti Aemiliani
"'Muerto también éste (Inocencio ), el santo Renovato, ador- Con la redacción de esta obra, su autor, Braulio de Zarago-
nado con todas las virtudes, ganó la cima del sacerdocio; za191, nos remite a un modelo primitivo de uir sanctus, el asceta y
hombre, en fin, de origen godo, nacido de linaje noble, dis- eremita; aquel modelo que, como se ha visto en la primera parte
tinguido gracias al esplendor de su familia. Era en efecto de del libro, surgió en Oriente donde los "'padres del desierto" de
elevada estatura, bien parecido, de buena figura, mirada Egipto, Siria o Palestina, adquirieron fama y popularidad entre
agradable, rostro bello, expresión amable y muy admirable las gentes, una suerte de santones que congregaban en torno a su
aspecto. Pero aunque por fuera estuviera adornado con la persona a veces a multitudes de necesitados (turbae egentiwn),
gloria de su porte, por dentro se mantenía más hermoso.
Iluminado con la luz del Espíritu Santo, era, ciertamente,
gran erudito en muchas disciplinas de las artes y estaba ador-
nado con muchos y muy variados tipos de virtudes. Se dis- 194 Para la obra y una exposición detallada de los escritos y el pensamiento del autor en su con-
tinguía, además, en todos sus actos, siendo muy equitativo, junto, véase Domínguez del Vall998, 7-96, con la bibliografía fundamental hasta la fecha del estu-
dio, aden1ás de la entrada "Braulio de Zaragoza" redactada por este autor en el Diccionario de
muy justo y de ingenio muy agudo y profundamente instrui- Historia eclesiástica de Espaíia (1972, vol. 1). Véanse, sobre todo, Lynch-Galindo 1950, Cazzaniga
do en todas las disciplinas eclesiásticas y gran experto en los 1955 (con una edición del prólogo de la Vita), Linage Conde 1970, Diesner 1976, Díaz y Díaz 1976,
Lofstedt 1977; Aznar Tello 1986; Valcárcel1990-1991, 1991 y 1997. Véase una edición y traducción
libros sagrados." de la obra en Oroz 1978.

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La litercltura hagiográfica Isabel Velázquez

enfermos o personas que confiaban obtener gracia y favores por la una situación crítica en la que "es verosímil que lo que primera-
intercesión de estas personas. Eran gentes que buscaban la soledad mente pretendiera Didimio fuera someter a Millán a la disciplina
del desierto o de parajes aislados o inhóspitos para llevar una vida eclesiástica y a la jerarquía", ya que una vida y una conducta como
de disciplina, oración y contemplación, aunque a menudo sus las del eremita podían, y solían, perturbar el control de las jerar-
intenciones quedaban truncadas porque esas gentes se llegaban quías eclesiásticas sobre las manifestaciones de devoción popular y
hasta ellos, cuando no surgían discípulos que se les agregaban y se sobre la organización de la iglesia misma. Las actitudes de este tipo
quedaban a vivir junto a ellos, emulando su forma de vida y cons- de personajes provocaban, por tanto, los recelos de otros miem-
tituyendo pequeñas comunidades cenobíticas. bros de la iglesia, que, en este caso concreto, son calificados por
Braulio de pessimi, y la actitud del obispo que quería someterle a
Ya se ha indicado que este modelo triunfó en Occidente, donde
la disciplina de la iglesia, enjuiciada por el autor como producto de
en la Antigüedad Tardía cobró una importancia extraordinaria, al
la envidia por las cualidades del eremita (Valcárcel, ibidem).
ser muchas veces el punto de partida de las formas de vida consa-
grada a Dios de los nuevos uiri sancti, esos amantes de la vida con- Es probable que, como defiende Castellanos (2004, 289-296),
templativa, disciplinada y solitaria que se veían volcados por otros a los enfrentamientos que se observan en la obra entre el uir sanctus
ocupar altas jerarquías eclesiásticas; que pasaban de su vida solita- y los demás clérigos, como consecuencia de que al ser nombrado
ria a formar cenobios y fundar monasterios, y siendo abades tenían presbítero de Vergegium, se dedica a repartir bienes y el patrimo-
que ocupar las sedes episcopalés. Situaéiones que se daban en la rea- nio de la iglesia -como gesto de su caridad y piedad-, esconda la
lidad y que podemos contrastar históricamente: Martín de Tours, postura de ciertos sectores de esa iglesia que ven cómo Millán aten-
Fructuoso de Braga, etc., quienes seguían esa duplex uia (Leonardi ta contra el ""principio de inalienabilidad del patrimonio eclesiásti-
1989) de la que ya he hablado, y que la literatura hagiográfica co" (Castellanos 2004, 131) 195 •
inmortalizó con los relatos biográficos de sus Vitae. Desde un punto de vista literario y hagiográfico la presenta-
Algo similar ocurre con san Millán, al que Braulio designa ción de esta situación hay que entreverla a través de las manifes-
con el cargo de presbítero, sin llamarlo nunca monachus, eremita taciones de caridad del santD. De hecho, Braulio lo compara explí-
o anachoreta, que era lo que, en realidad, había predominado en citamente con Martín de Tours, el santo más afamado de
su vida y actividad. La razón estriba en que con más de sesenta Occidente, hasta el punto de que Millán, al igual que aquél, regala
años, Millán es obligado a hacerse presbítero por orden de su obis- su capa y las mangas de su túnica a los necesitados, por lo que
po Didimio y, por tanto, a incorporarse dentro de la estructura de Braulio afirma (Vita 27): O alterum Martinum qui in pauperem
la iglesia de su lugar, Vergegium (Berceo). Aunque pudiera tratar- uestiuit Christum (¡Oh, otro Martín que en el pobre ha vestido a
se, nuevamente, de un tópico literario, lo cierto es que, según
Braulio, Millán se resistió a tal orden, aunque sin conseguirlo.
Valcárcel (1997, 383-384) considera que en este punto estamos ante 195 Problema que aparece reflejado en otras muchas obras hagiográficas y en Hispania en con-
creto en la Vida de los padres de Mérida.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

Cristo!). Episodio éste que introduce, además, la cuestión del cas- sonas del también senator Nepociano y su esposa Proseria (cap.
tigo merecido a quienes obran mal, al señalar que uno de ellos 22), a causa de la posesión demoníaca de sus cuerpos y almas y de
impertinente (inportunior) se adelanta a los demás y coge las pren- la hija del curial Máximo (cap. 23). El santo practica los corres-
das para él, lo que provoca la ira de los demás que se avalanzan pondientes exorcismos para liberarlos, llegando a ser apedreado
contra él, por lo que pagó el castigo de su imprudencia (et plane por el propio demonio al ser expulsado. Se sirve Braulio de unos
incautelae suae ipse mereret pestem). milagros característicos de la hagiografía tardoantigua, de la
lucha directa contra el demonio de estos uiri sancti, la expulsión
Otros pasajes de la obra, interpretados desde un punto de
por medio de exorcismos, haciendo patente el poder taumatúrgi-
vista histórico, pueden reflejar diversas cuestiones, como la
co de estos hombres que ya realizan milagros en vida 197 • El con-
estrecha relaciÓn entre los poderes aristocráticos locales y el uir
96 texto social y la relación entre estos personajes y mゥャセョ@ ponen de
sanctus, personalizados en las figuras de senator Honorio' , en
manifiesto esas relaciones con las aristocracias locales. Y en rela-
cuya domus se ha instalado el demonio (cap. 24 y 29) o en las per-
ción con Honorio, queda de manifiesto cómo esas noblezas loca-
les podían constituir un medio de enriquecimiento o de dotación
del patrimonio eclesiástico. Naturalmente este análisis deriva de
196 Más forzada me parece la interpretación dada por Castellanos, loe. cit. sobre la cuestión de
que la dormts y las propiedades de Honorio, en la localidad de Parpalines -lugar no bien conocido la interpretación histórica y social que puede presentarse como
incluyesen una iglesia propia. En el pasaje (cap. 24) se menciona, en efecto, que euando Honorio, trasfondo real de un episodio presentado con todas las caracte-
cuya domus estaba endemoniada, manda a busear a Millán, con un earruaje para que lo traslade a
Parpalines, éste accede pero realiza a pie el viaje; "pero cuando llegó a Parpalines, pues allí ocurría rísticas genuinas de un relato hagiográfico y de claras resonan-
la cosa, encontró que todo sucedía como se le había contado; es más él mismo también experimentó cias bíblicas 198 • Braulio nos explica cómo Millán quiere dar de
en el lugar algunos ataques; encarga un ayuno, reúne en torno así al estan1ento de los presbíteros
que allí habitaban; al tercer día, cumplido el voto del ayuno impuesto, exorciza la sal y la mezcla comer a la multitud de gente que se llega hasta él, movida por su
con agua, según la costtunbre de la iglesia, y conüenza a asperjar dicha casa. Entonces, el enemigo fama de santidad. Al ser advertido por su servidor de la falta de
desde el interior de la casa se precipitó fuera y al verse arrojado y alejado de su propia residencia,
se volvió a "lanzar piedras contra aquél (se. sanctttm)": at ubi Parpalines uenit, ibi enim res ageba- comida para todos, lo recrimina por su falta de fe y pide a Dios
tur, inuenit cuneta ut ei fueran! ordine narrata, sed et ipse aliqua perpetitltr inibi seditiosa; indicit hallar comida suficiente. Es entonces cuando se presenta un car-
ieiztniwn, collegit ad se illic habitantiwn ordinem presbyterorwn, tertia die, expleto uoto indicti
ieiunii, salern exordiciat et aqua conrniscit more ecclesiastico ac dornurn ipscun aspergere coepit; gamento de víveres enviado por Honorio. Millán, ahora califica-
tune, ex intestino domus prorztpit inuidus, et eici ac distttrbari e suis se uidens sedibus, lapidwn con- do como "'el amado de Dios" da gracias y reparte las viandas,
tra ewn uertit ictus, ... Aunque nada tendría de extraño que hubiese una iglesia privada en la pro-
piedad de Honorio -no es el primer caso y podemo,s ver claramente esa situación en relaciÓE con guardando lo que sobra 199 :
Valerio del Bierzo y la propiedad de Ricimiro-, en mi opinión no se puede colegir de este texto. Me
parece que en el plano lingüístico, adverbios como ibi e illic designan Parpalines frente a la domus
de Honorio, la cual estaría dentro de los límites de la localidad y pertenecería a ella. Honorio es el
senator Parpalinensis (aunque es difícil saber cuál es el alcance de senator aquí, y no es éste el lugar
para entrar a discutirlo), pero no creo que pueda identificarse con el dominus absoluto de la locali- 197 vセ。ウ・@ en 」ッセェオョエ@ el_Jihro _titulado Santi e demoni nell'alto medioevo occidentale (secoli V-XI)
de la XXXVI Settunane el! studw del centro italiano di stztdi sull'alto Medioevo, Spoleto 1989 (=
dad; por otra parte la expresión habitantiwn onlinem presbyterorwn sugiere, a mi modo de ver, la
VV.AA., 1989). Para el tema en la ha¡;iografía hispana, Valcárcel2003.
existencia de varios presbíteros y, por tanto, más de una iglesia. Parpalines parece ser un territorio
de cierta entidad en el que podía haber varias iglesias y con el que podían estar vinculados varios 198 Un espisodio muy similar aparece también en las citadas Vidas de los padres de Mérida.
eclesiásticos, al menos hay un ordo presbyteronun. No es óbice para que hubiese una iglesia propia
de Honorio, pero creo que no puede deducirse directamente de este pasaje. 199 Texto y traducción de Üroz 1978, 204-205.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

Vita Aemiliani 29: Ut apud hominem Dei, fama sanctita- Por otra parte, en la obra aparecen varios personajes de
tis illius diuulgante, non deerant cotidie aduentantium diferentes clases sociales, lo que puede relacionarse como bien
cateruae, iure suo conpulit oppido hospites moras innecte- indica Castellanos (2004, 82-83, passim), con la capacidad del
re et caritatis intuitu semetipsos reficere. Quum hoc minis- hombre santo de cohesionar al grupo social. Van a los loca sancta,
ter eius ex euidenti cognouisset, nuntiat nihil superesse se unen en torno al ィッュ「イ・セG@ luego, en torno a su sepulcro o igle-
quod possint prandere. At ille, mihi offensione ministrum sia para honrarlo. Una obra como la Vita sancti Aemiliani, con
obiurgat, modicumque fidei inclamat, et, ut uictus necessa- una galería nutrida de personajes, en especial sobre los que obra
ria praebeat, Christum inplorat. Necdum intentionem -milagros el santo, de un lado, y representantes de los estamentos
finierat et ecce subito uehicula copiose onusta, ab Honorio eclesiásticos, de otro, ofrece con su formato hagiográfico -en un
senatore directa, ianuam intrant. Dilectus Dei directa sus- estilo literario cuidado, erudito, correcto en su expresión y, sin
cipit, et, gratias reruin Creatori, exauditus, persoluit: inui- duda claro, aunque no tan sencillo como el autor manifiesta que
tatis sufficientes cibos adponit; reliquum conseruari su- quiere escribir-, una serie de informaciones valiosas sobre la orga-
peruenientibus praecepit. nización ウッ」ゥ。ャセ@ las relaciones entre las elites aristocráticas de la
zona- y el conjunto de la población; informaciones sobre las cues-
""Declaran que en otra ocasión tuvo lugar un suceso real-
tiones relativas al patrimonio privado y eclesiástico; informaciones
mente más notable: como al propagarse la fama de su san-
sobre las tensiones internas en el clero y seguramente entre el
tidad, no faltaban a diario junto al hombre de Dios masas
dominio episcopal y la comunidad monástica, en muchas ocasiones
de personas que se acercaban, obligó por sus razones a
con situaciones conflictivas por el control patrimonial y la exigen-
unos forasteros a detenerse en aquel lugar y a que por
cia de dominio de los obispos, que tratan de evitar la independen-
amor a sí mismos reparasen energías con el alimento.
cia de Jacto de los monasterios; e información sobre el papel
Habiéndose enterado de ello su servidor por estarlo vien-
mediador o cohesionador del santo en muchas ocasiones y en otras
do, le comunica que no había sobrado nada para que
como ejemplo vivo de esas situaciones de conflicto.
pudiesen comer. El santo con delicadeza riñe a su servidor
llamándolo en alta voz hombre de poca fe, y suplica a Todos estos aspectos y aún otros pueden analizarse en estas
Cristo que suministre el alimento preciso. Aún no había obras, como estamos viendo, pero siempre tras el discurso directo,
concluido su oración, cuando hete aquí que de repente es decir, la obra literaria que relata la vida y muerte -o como en el
entran por la puerta unos carros, abundantemente carga- caso concreto de la de Millán, sólo su conversión y los sucesos acae-
dos, que había mandado el senador Honorio. El amado de cidos después hasta su muerte-, milagros antes y después de ésta,
Dios recibe el envío, dando gracias al Creador del mundo su culto y la fama y difusión del mismo. Toda lectura histórica,
por haber sido escuchada su oración; sirve manjares sufi- política o ideológica está condicionada por el análisis que hagamos
cientes a los invitados y manda guardar el resto para quie- de la lectura hagiográfica. Toda obra, aun cuando puede tener y,
nes llegasen después." de hecho en estos casos que venimos analizando tiene, una dimen-

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

sión social y un valor intrínseco histórico, es ante todo una obra Es probable que la intención fundamental de Braulio al escri-
hagiográfica con una finalidad edificante y moralizante, y tiene en bir la Vita Aemiliani se relacione con el intento de promoción, con-
primera instancia una lectura literaria del argumento expresa- solidación y predomino del ámbito eclesiástico de Frunimiano y
mente formulado: la vida y milagros del uir sanctus. aún del propio Braulio, quienes estaban interesados en el auge de
esa zona, no lejana de su propio origen, pues proceden del valle del
Precisamente en esta obra la personalidad del autor cobra
Ebro (Valcárcel 1997, Castellanos 2004, lll-112). Posiblemente
especial importancia y marca la relación entre autor - texto - lec-
Frunimiano pertenecía al monasterio de Suso, hoy con el nombre
tor o auditorio, tan decisiva en estas obras pensadas para el públi-
del santo, San Millán de la Cogolla y tras la insistencia en la redac-
co y con una indudable proyección social y cultural de difusión de
ción de esa Vita por parte de aquél y de otro de los hermanos, Juan
textos en torno a la santidad y culto de grandes hombres. Al igual
obispo de Zaragoza, al hermano de ambos, Braulio -quizá por ser
que hemos visto en la Vita Desiderii, cuyo autor es nada menos que
el más capacitado como escritor-, puede esconderse el deseo de
el rey Sisebuto, en ésta nos encontramos ante uno de los obispos
promoción de la comunidad monástica, así como de auge y engran-
más afamados e influyentes del siglo VII. No sólo por proceder de
decimiento de la zona de influencia de la misma. Escribir una Vita
una familia que ocupa diversas jerarquías eclesiásticas, como ocu-
sobre el eremita y luego presbítero de Vergegium, que había alcan-
rría con otras familias "episcopales" de la época200 , sino por su pro-
zado fama por su vida santa y por los milagros que la tradición y
pio activo papel en relación con los monarcas bajo cuyo reinado le
las gentes le atribuían, era una forma de conseguir esos objetivos,
tocó vivir, en especial Chindasvinto y Recesvinto 201 • En la Hispania
además de contribuir a la consolidación y difusión mayor del culto.
visigoda algunos de los obispos como Isidoro, Braulio o Eugenio de
Por otra parte, podía servir de prestigio al propio Braulio, quien
Toledo, tienen una participación directa en los Concilios, no sólo
ya escribe la obra, después de haber muerto su hermano Juan y
porque algunos los presiden, sino en la redacción de los cánones,
habiéndole heredado en la sede episcopal de Zaragoza.
incluso participan en alguna ocasión en la labor legislativa del
Liber Iudicum; en suma se produce una estrecha vinculación y Sin entrar en la problemática de la fecha de redacción de la
relaciones, unas veces más cercanas y cordiales, otras más tensas, misma -si corresponde a algunas circunstancias especiales en época
entre Iglesia y Monarquía, los poderes fundamentales, junto a las de Chintila o Tulga, hacia 639 o 640 (Valcárcell997) o se puede ade-
elites aristocráticas, a las cuales muchos de estos jerarcas de la lantar a época de Chindasvinto, al comienzo de su usurpación clel
Iglesia ya pertenecen por ascendencia familiar 202 • trono, derrocando a Tulga en el 642 (Martín 2002, 53), las razones
mencionadas tienen bastantes visos de probabilidad. Pueden, en
este sentido, asumirse las palabras de Castellanos (2004, 290):
200 Véase Díaz y Díaz 1976,
201 Como es sabido llega a enviar una carta a Chinclasvinto (Epist. 37), recomendándole la aso- ''Los intereses personales y familiares que Braulio tenía en
ciación al trono ele su hijo, dada su ancianidad. El epistolario ele Braulio nos pone ele manifiesto la
actividad del obispo en muy diferentes facetas ele la vida social y política.
la elaboración y proyección de VSA iban más allá de la curio-
sidad hagiográfica. El entroncamiento de la familia con un
202 Véanse algunas cuestiones sobre estos temas en Velázquez 1999 y 2003a y más adelante en el
texto, en el apartado últiino.

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

culto de su entorno geográfico (en este caso del Alto Ebro) tad de acometer la composición de la obra que, finalmente, se ve
resultaba un elemento que sobrepasaba la anécdota. Después superada. Esta impresión creo que producen estas palabras del
de todo, uno de los miembros más destacados del clan, prólogo -sobre todo la pérdida de las notas tomadas-, sumadas a la
Frunimiano, llegó a ser abad más que probablemente de la preocupación porque el propio Frunimiano revise el texto y los tes-
tigos aún vivos, Citonato y Geroncio, confirmen lo relatado en él,
comunidad emilianense."
así como algunas reflexiones sobre la vida de Millán, que parecen
Parece lógico pensar, por tanto, que la familia de Braulio, en mostrar una cierta tradición hostil hacia éste, por lo que quizá
concreto sus hermanos, quisieran contar con una Vita, además de Braulio se ve en la obligación de realizar una justificación, que hoy
otras piezas litúrgicas para conmemorar y honrar al santo local y, resulta gratuita (excusatio non petita ... ), como la de detenerse a
seguramente también, para traspasar ese ámbito local y Mセ。イャ・@ una explicar que,' aunque Millán en su ancianidad -más de ochenta
difusión mucho más amplia territorialmente. La repercuswn de una años- se dejaba cuidar por unas vírgenes que lavaban y arreglaban
obra realizada por la autoría de Braulio sería sin duda notoria. su cuerpo, jamás hubo el menor atisbo ni físico ni mental de inci-
Conocemos gracias a la carta dirigida por Braulio a su her- tación sexual en el santo -cosa que otros no deben intentar porque
mano Frunimiano, la cual precede en prácticamente todos los es una virtud concedida a aquél de la que la mayoría carece-. Es
manuscritos a la obra, las circunstancias de su composición y cómo posible que el empeño en difundir el culto y la fama del santo, a
Braulio ha ido retrasando la redacción de la misma, fundamental- través de una Vita y de otras composiciones litúrgicas, fuese, ini-
mente por haber extraviado las anotaciones que había tomado cialmente, un empeño especial de Frunimiano y de Juan, más que
sobre la vida del santo, proporcionadas por testimonios de perso- de Braulio y que éste, sólo tiempo después, se decidiese a escribir
nas que lo conocían directamente y eran dignas de _todo crédito.' en el relato. ¿No era la vida de Millán tan afamada como parece?
especial el abad Citonato, los presbíteros Sofromo y Geroncw Y Dada la イセャ。エゥカ@ proximidad cronológica del santo, habría quizá
una piadosa mujer, Potamia, y, sobre todo, por haber pasado por voces desacordes con esa pretensión de santidad, quizá provenien-
circunstancias difíciles, indudablemente en イ・ャ。」セョ@ con su papel tes de los propios estamentos eclesiásticos locales. La redacción de
en el obispado y ante las situaciones políticas del momento, según la Vita, la composición de un himno para la liturgia -escrito en
203
se ha dicho y que afectan a la cronología misma de la obra • senarios yámbicos por Braulio también- y el encargo a su diácono
Eugenio -compañero, discípulo y amigo, quien más tarde sería
No quisiera sobreinterpretar el texto -defecto fácilme_nte
obispo de Toledo-, de celebrar misa de común para conmemorar la
achacable a veces a la investigación actual- pero creo hay una cier-
solemnidad del santo, lograría imponer la fama de éste y, si las
ta actitud renuente de Braulio, o la hubo durante tiempo para
hubiere habido, disipar cualquier reticencia sobre el peronaje.
relatar la historia; parece planear una cierta reserva en la volun-
Al margen de estas consideraciones, sólo posibles, la carta de
Braulio resulta un modelo literario epistolográfico dentro del cual
se ・クーャゥセエ。ョ@ los elementos básicos de los planteamientos de los que
203 Como han estudiado Valcárcell997 y Martín 2000.

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セ@ 1
1'
Isabel Velázquez :1
La literatura hagiográfica

dilatada·, al interpretarse el hallazgo como una disposición


se debe partir para la composición de toda obra hagiográfica.
del cielo.
Podemos estructurar la carta de la siguiente manera:
- Declaración de la composición de la obra en estilo sencillo y
-Dirección
claro, según es habitual en tales tipos de relato (plano aper-
_ Explicación del motivo de la misma por requerimiento de toque sermone, ut in talibus rebus decet haberi) para que
sus hermanos. sea leída en la misa, por tanto, funcionalidad litúrgica de la
_ Idea de escribir la obra del santo ( uitam unici patris patro- obrita, por lo que es breve.
nique)20\ de acuerdo con sus posibilidades y limitaciones, en -Dedicatoria al hermano, al igual que la carta, y someti-
cuanto a capacidad, ignorancia, estado de salud, etc., pero miento a la revisión del texto por parte de aquél. Braulio ha
basándose en los testimonios fieles de la declaraciones cumplido con el mandato ordenado y ahora pide que el her-
205
(iuxta fidem notitiae) de los testigos • mano le dé difusión si lo considera merecedor de tal ( meum
_Justificación del retraso, por la pérdida de las anotaciones fuit oboedire; tuum erit si dignum probaueris publicare )20' ,
-achacada a la negligentia administrantium, no a él mismo- y previa revisión si hay algo inconveniente.
y la marcha de los acontecimientos (políticos seguramente)· - Petición de que los testigos aún vivos revisen también el
_Vuelta sobre el asunto,· retomado como consecuencia de texto y lo refrenden.
que, con motivo de haber ordenado buscar セョ@ 」￳、セ・@ por -Envío del himno, pero no de un sermón -probablemente
otros motivos, aparecieron las notas que habla escnto con también solicitado por los hermanos-, ya que la exposición
anterioridad 206 • Feliz hallazgo de las mismas '"por voluntad de las uirtutes (por tanto, equivalentes a la propia uita), es
divina" y renovada motivación para obedecer la reiterada la mejor manera de exaltación del santo, y agregarle un ser-
petición del hermano de escribir la obra, tanto tiempo món podría cansar al auditorio.
-Notificación del envío de lo ordenado y redactado según las
204 Me parece una forma muy clara y cuidada de 、・セゥョ。イ@ con exactitud 」￳ュセ@ アオセイ■。@ bイ。セッ@ Y: indicaciones del hermano, quien parece haber sintetizado lo
por supuesto, sus hermanos que fuese considerado Aemtlwnus: pater y patronus tmphca el car acter
de protector de la comunidad y localidad o localidades de la zona, y que nos セッョ・@ en 」ッョエセ@ con
1 ·
os Intereses an t es a 1u dt'clos de la-= fanu'lia de Braulio por exaltar la flgura delznr sanctus local.
ta subito inuenta est non quaesita, iarn enÍln cessauerat intentio perquirentizun czun esset uspiam
205 A los que ya he mencionado lineas antes. irmeniendi disperatio ("Pero ahora pienso que, por voluntad divina, al querer buscar cierto códice
206 Llama la atención el motivo externo que le lleva a retomar el asunto. Además el 。、カ・イ「ゥセ@ n_unc para algo que se me había ocurrido y ordenar que lo buscaran, con1o se revolviera una gran canti-
parece referirse a una situación casi inmediata, lo cual daría a entender que ha 」ッューセi・ウエ@ イ。ᄀョ、セᆳ dad de libros, aquellas notas desde hacía tanto tiempo perdidas fueron encontradas sin buscarlas;
mente la obra o la tenía ya bastante avanzada cuando vuelve sobre ella; en 」オ。ャセュ・ᄋ@ caso, SOl- pues, como ya no había esperanza ninguna de hallarlas, había cesado, en efecto, la intención de bus-
prende la explicación de que habiendo mandado buscar un cierto 」￳セゥ・@ 」ッセQ@ una fmahdad que ョセ@ carlas").
se especifica, aparecieron las notas que había tomado, cuando ya habta perdtdo la ・ウセイ。ョコ@ 」セ・@ dar 207 Seguramente se trata de una muestra de cortesía y humildad, sin que haya duda de tal fin,
con ella: N une autem nut!L, ut reor, dizúno, cwn quendam cocücem pro hoc アコキ、⦅セュョッ@ ッセ」キ@ イ・セエ@ porque se trataba de eso precisamente, de difundir la figura y el culto del santo.
uellem inspicere iussissemque perquirere, ac reuolueretur instrues librorwn, notma tila dw perdl-

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

que tenía que relatar (ut a me praestringi deberent estis uita del santo y sus uirtutes. Literariamente es una obra con pul-
imperati), y movido el autor por el impulso del amor de critud de estilo y corrección, normativa, y que se atiene a los cáno-
aquél cuyas virtudes han dado tesimonio las personas antes nes escolares, seguramente por ello resulta un tanto despersonali-
citadas y ha podido su hermano experimentar personalmen- zada, como juzga Codoñer (1983, 459-461). Parece que Braulio no
te a diario (et antefati uiri sunt uisa testificati et non dissi- ha podido o no ha querido limitarse a escribir un relato de vida de
milia quotidie uos experti); por tanto, reconocimiento de que santos, directo, colorista con fines edificantes y moralizantes, sino
en la actualidad el santo sigue otorgando sus favores, de lo que ha incluido en él reflexiones morales que dejan entrever la
que ya tiene experiencia contrastada el propio Frunimiano. labor pastoral y didáctica del obispo responsable de su papel en la
sociedad. Y dejan entrever también la formación académica del
-Notificación del encargo hecho al diácono Eugenio, a quien autor, la "despersonalización característica de la literatura isido-
hace partícipe de todos sus proyectos, de realizar una misa riana" (Codoñer, loe. cit.), de la que es deudor. A pesar de decla-
de común para conmemorar la solemnidad, considerando rar que va a escribir el relato con una lengua clara y sencilla,
que no es contrario a su persona, que sea aquél el encarga- plano apertoque sermone, se deja ver su erudición y sujeción a las
do y así el propio autor pueda compartir él ュゥセッ@ el honor normas de escuela. Es por ello que la citada especialista, Carmen
208
de la actuación de Eugenio al respecto • Codoñer (1983, 461) afirma como colofón a su exposición:
-Despedida de la misiva. ""Formación retórica por un lado, escriturística por otro;
La estructura de la obra nos muestra un esquema caracterís- incapacidad de avanzar planteamientos personales -tanto
tico de las Vitae hagiográficas 209 , con una equiparación entre la expresivos, como de contenido- sin apoyarse en una tradición
firme y asentada, conducen a resultados que difícilmente
pueden alcanzar una alta valoración literaria."
Sin emitir un juicio tan crítico 210 , sí considero que la obra
208 Nuevamente causa cierta perplejidad esta notificación y la justificación dada. Parece que
Braulio decide no celebrar él la misa de común y encargársela a su diácono; opina que no es con- resulta algo fría por su excesivo sometimiento a unos parámetros
n·ario a su persona ¿a su dignidad episcopal?, que sean las palabras de Eugenio las que se pongan normativos de escuela, pero es, a mi modo de ver, un producto
al servicio de honrar a Millán y éste 1·ealice el cometido que le correspondería a él ( meum officium),
ya que Braulio siempre cuenta con Eugenio para todo, convirtiéndose ambos en copartícipes de los característico de la época y, sobre todo, del autor y de sus inten-
honores rendidos al santo: De eadem quoque sollemnitate, ut missa recitaretztr communi, iniunxi
dilecto filio 1neo Eugenio diacono, non putans a 1ne diuersum si eius lingua, cuius in o1nnibus con-
siliis cogitationibusque meis teneo anirnzun, nz.inistret ob huius beatissimi zLiri honore1n 1neum offi-
cium; simulque considerans ut qrw in caeteris rebus utor participe in his etiam mercedis fruar con-
sorte. ("También sobre esa misma solemnidad, he encomendado a mi querido hijo Eugenio, diáco- 210 Una valoración diferente en Domínguez del Vall998, 32: "En su aspecto crítico es dirrna de
no, que se celebre misa de común, pensando que no es contrario a mi persona si el oficio que me los mejores elogios por la información que adquiere sobre el ermitaño y por la censura a la ;ue la
corresponde en honor de aquél santísimo varón se realiza por boca de éste, a quien tengo presente somete una vez terminada la redacción. Más no se puede pedir. De ahí que esta Vida de San Millán
en todas mis reflexiones y pensamientos, y considerando al mismo tiempo que a éste, a quien hago con su aire de tiempos modernos, esté por encima de los hagiógrafos de su época. Si algún reparo s;
partícipe de las demás cosas, disfrutaré también haciéndole compañero en este honor"). le puede poner es el descuido del aspecto humano del ermitaño; es lo que hacían también los barrió-
0

grafos medievales". Remite al autor asimismo a Lynch-Galindo 1950, 273.


209 "Una vida concebida sobre un esquema rígido" señala Codoñer 1983, 459.

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ciones. Con todo, resulta altamente ejemplificadora para com- quod et ultimum, quia schedulis haec uilibus malui tradere quam
prender cómo se entendía la literatura hagiográfica precisamente lento silentio tegere, ne ueritatis, longinqua praecedentium taci-
en ese tiempo. turnitas, derogaret posteris fidem).
El prefacio, auténtica "'declaración de intenciones", como Por otra parte, no hay que presentar a los cristianos como
ocurre en todo este tipo de obras (Castellanos 2004, 320), al igual ejemplos a seguir (sequenda), ni utilizar palabras hueras (uana
que lo ha sido en parte también la carta dirigida a su hermano, uerbositas ), ni la ligereza de la turbación humana o la vanidad de
contiene una serie de tópicos, en especial en relación con el estilo la apariencia, sino que la ley de la Iglesia (ecclesiastico iure ), pro-
de la obra y la capacidad del hagiógrafo. Comienza por indicar la pone la sobriedad, mesura y seriedad de la verdad (sobria modes-
actualidad del tema, que viene corroborado a lo largo del relato ta ponderataque ueritatis grauitas). Lo que les importa es la rela-
por la incorporación de sucesos extraordinarios acaecidos el año ción de los hechos verdaderos no elocuentes falsedades, aunque
anterior a la redacción de la misma (Díaz y Díaz 1981, 53). sea con una menor erudición ( melius siquidem ut uera minus eru-
Justificación de que ante tan gran empresa (ipsius narrationis dite quam Út ficta narrentur eloquenter). No es que él se burle de
inmensitas) ni toda la elocuencia de Cicerón podría expresar mere- la elocuencia de los sabios (Num ergo, pro mea inperitia, in sigi-
cidamente lo que Cristo, único que obra maravillas, concedió y llatione mitto uirorum prudentium eloquentiam? Minime -¿cómo
concede gracias a aquel santo (neque, ut ego puto,fontes si Tulliani podría hacerlo dada su formación?-), sino que condena la ligereza
manerent et scaturientibus eloquentiae uenis ... , cuneta poterant de los mordaces y no quiere que algunos cristianos instruidos se
explicare quae ... Christus, qui agit mirabilia solus, fuerit sitque burlen de que pretende hablar de forma más brillante que lo que
per eum carismata opera tus). Menos aún puede el autor ignoran- sus posibilidades le permiten. Por ello, a pesar de reconocer su for-
te y poco dotado para la expresión (quum sit mihi scientiae non mación clásica -aquí expresado como el cultivo de las ciencias secu-
copia, sed inopia, uerborum autem sterilitas non ubertas ), aunque lares (quamobrem disciplinarum saecularium studium, etsi ex
consciente de sus limitaciones, por lo que siente temor ante el parte attigi), ha preferido distanciarse de ellas -por tanto de la
cometido que tiene que realizar ( neque enim meae imperitiae sum retórica y la elocuencia- a fin de no crear dificultades en la com-
imperitus). El temor se convierte en ánimo al saber que existe la prensión del público al que se dirige, añadiendo una evocación
promesa de Cristo de otorgar la facilidad de palabra a los que metafórica ·de la Biblia a propósito de ello, que no se desconcierten
anuncian los prodigios, ya que el Espíritu Santo habla por ellos; y los campamentos de Israel con la lengua de Jericó (omnino hic
ante la esperanza en que su trabajo le servirá de salvación. seruare contempsi ne, et intelligentiae difficultatem minus eruditis
A continuación manifiesta la razón última, evitar que la fama facerem et ex Ihericuntina lingua conturbarem Israelitica castra).
del santo quede silenciada; es preferible dar a conocer unas humil- Se dirige por último al lector y al oyente (lectorem audito-
des noticias, silenciadas por generaciones anteriores, a fin de que remque) para que no se fije tanto en la forma y el estilo, cuanto
el santo no pierda crédito ante las generaciones futuras (superest en el contenido, y que se acerque al relato con devoción por
'\
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enterarse211 • Los hechos relatados deben servir de emulación del género, que se ha ido perfilando ya en las obras de este tiem-
para todos, aun a sabiendas de que algunos dones fueron conce- po213-, comienza con la conuersio; era un pastor de ovejas que tras
didos en exclusiva al santo (y, por ello, son inimitables), cuya un sueño inspirado por el Creador, al despertarse, ansía la vida
admiración debe movernos a dar gracias a Dios ( qオ。セアュ@ hic contemplativa y se encamina a parajes solitarios; pasa a convertir-
esse narrationis gesta quae, a nobis uel a quolibet, oppido debe- se en pastor de hombres. Inevitablemente, la Vita relata cómo se
ant esse sequenda; quaedam uero, ita illi probatissimo uiro sin- dirige al castellum Biblibium donde se sabía que habitaba un santo
gulariter conlata, ut nequeant, sine sui pernicie, a quoquam varón, con quien Millán se instruye para encaminarse al cielo 214 •
imitationis contigi causa; quae tamen, sui nos admiratione, Después llega a Vergegium, cerca de donde está hoy su ora-
debeant efficere intentos in Dei laude). torio, pero sintiendo que la multitud de gente que había le iba a
Finaliza el prefacio señalando que el relato comienza con la molestar, busca parajes escarpados y aislados, donde vive cuaren-
conuersio, que no va a plantear una historia de su linaje, infancia, ta años. A pesar de su aislamiento su fama se extiende por doquier
etc, conforme a la retórica (es decir, al puro estilo biográfico, sino hasta llegar a casi todos los lugares. Enterado Didimio, obispo de
a ciertas obras hagiográficas que comienzan desde ese punto de la Tarazona, quiere agregarlo al orden eclesiástico; al santo le pare-
vida, como ya se ha visto, siendo por tanto biografías parciales), ce poco adecuado y violento negarse, por lo que accede, a su pesar.
aunque precisando que el origen es humilde, por lo que sus gran- A partir de ese momento y sin abandonar su vida de oración y rigu-
des acciones dignifican completamente la falta de nobleza de su rosa disciplina, despliega todas sus virtudes de caridad, justicia y
linaje212 • sabiduría; arrojo y firmeza para eliminar la avaricia del templo,
repartiendo sus tesoros.
El conjunto del relato, de claro tono encomiástico, a modo de
panegírico continuo de las virtudes del santo, piedad, caridad, Como se ha indicado antes, esto motiva la envidia y denun-
oración, pero también firmeza y contundencia de carácter y deci- cia de los clérigos, instigados por el demonio, y levanta las iras
siones, está salpicado de exhortaciones al lector (Díaz y Díaz 1981, del obispo, que termina expulsándolo del ordo eclesiástico en el
53-54), y reflexiones moralizantes que el autor introduce en el rela- que lo había hecho ingresar. El resto de su vida, después de esto,
to, según se ha comentado.
Sin entrar en un análisis detallado, el relato -caracterizado
213 Siempre con una apariencia de simplicidad, pero casi siempre con un lenguaje literario bien
con numerosos tópicos hagiográficos, y un lenguaje característico elaborado y seleccionado por parte de los autores. Véase el interesante trabajo de Van Uytfanghe
1999.

214 Con una reflexión personal de las que Braulio introduce: "En mi opinión, con semejante pro-
ceder nos enseña que nadie es capaz de orientarse rectan1ente a la vida bienaventurada sin el ase-
211 Hay que fomentar la devoción popular y buscar la mayor difusión posible de esa 、セカッ」ゥ￳ョL@
soramiento de los más instruidos. Ni este varón lo hizo, ni Cristo adoctrinó a Pablo, ni el poder divi-
Castellanos 2004, 322-323. Sobre el tema en la hagiografía, véase especialmente, Wood 1997. no consintió a Samuel realizarlo, puesto que concedió a Millán acudir al ermitaño; a Pablo, a
212 Frente a la mayoría de los uiri sancti, obispos, abades, etc., que son casi siempre de origen Ananías; y a Samuel, a Helí. Y, sin embargo, los había alentado con milagros y con sus palabras"
noble, muchos ascetas, eremitas, etc., se caracterizan por atribuírseles origen humilde. Bosl1976. (Trad. de Oroz Reta 1978, 189).

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

lo pasó retirado nuevamente en el lugar que ocupa su oratorio Como puede verse, un "esquema rígido", según señalaba
hoy en Vergegium. Codoñer (1983) y he anotado al comienzo del apartado, pero un
esquema "clásico" o típico de cualquier obra hagiográfica de la
A partir de este punto Braulio empieza a relatar diversos mila-
Antigüedad Tardía que, con más o menos variantes sobre el mismo,
セqsL@ algunos de los cuales ya han sido mencionados; luchas directas
configura la práctica de este género literario. A pesar de la utiliza-
con el demonio; exorcismos, curación de enfermedades; multiplica-
ción de tópicos, recursos estilísticos, utilización de fuentes bíblicas
ción de víveres; sucesos extraordinarios gracias a su persona, como
y otras características formales, una lectura lineal de la obra, en
el madero que crece, por su oración; manifestaciones de caridad,
mi opinión, deja entrever una cierta singularidad, aunque resulte
como el episodio ya citado de la capa, y algunos episodios ambiguos
algo fría. Quizá sin demasiados entusiasmos por parte del autor,
como el citado del cuidado de las mujeres en su ancianidad, presen-
con el horizonte de un compromiso adquirido, ya de tiempo, con su
tado como un ataque verbal de los demonios hacia su persona.
familia y quizá redactando un tema que no le parece apropiado o
Al carácter milagroso y poderes curativos otorgados al santo al momento, o a su rango y papel episcopal, Braulio ha conseguido
en vida, se añade otro de los tópicos hagiográficos, el poder proféti- interesarse en el proceso de elaboración del texto que parece haber
co y premonizador; se le es concedido saber cuándo va a morir, a la utilizado como pretexto para verter en él sus reflexiones y opinio-
vez que profetiza la desolación de Cantabria, a manos de Leovigildo. nes personales sobre valores morales. Sin una implicación perso-
Después se relata la muerté del santo (cap. 34), y su enterra- nal afectiva por el tema elegido, a mi modo de ver, ha conseguido
miento, pasaje en el cual Braulio mismo se inserta en la narración, hacer suya la obra, aprovechándola para dejar traslucir reflexio-
para pedir al santo que se acuerde de su ''historiador" e interceda nes propias. Es por ello que, aunque estoy de acuerdo en la imper-
por él. Tras ello, indica que siente que apremia concluir su librito sonalidad del relato por lo que tiene de tópico del género mismo,
(Sentio me fine libelli urgueri) y se dipone a hacerlo relatando algu- creo que hay un cierto personalismo del autor, que ha superado
nos milagros ocurridos ya tras la muerte de Millán, como los ciegos sus posibles reticencias iniciales.
que recobran la vista ante el sepulcro, o la mujer que sana con el La obra gozó de grari popularidad, en primer lugar porque la
aceite de una lámpara que, dedicada a la fiesta del mártir Julián, se fama del protagonista debió traspasar pronto las fronteras de su
había apagado la víspera de la fiesta y apareció encendida a la entorno geográfico, en la Rioja, para extenderse rápidamente. A
mañana siguiente, para concluir con el más espectacular milagro, ello, indudablemente, contribuyó enseguida la obrita de Braulio y
una niña resucitada, que es llevada ante el oratorio del santo. el himno litúrgico que la acompaña, también compuesto por éste.
Finaliza la obra con la característica invocación a Cristo y La inclusión de la obra, pocos años después, en la "Compilación
agradecimiento por haber podido cumplir su redacción215 • hagiográfica" de Valerio sirvió igualmente a la difusión del culto al
santo, que se da sin interrupción desde el siglo VII. Será a partir
del siglo X cuando la popularidad alcance sus más altas cotas,
215 Para una estructuración detallada de la obra, véase la introducción de Oroz Reta 1978.
debido a la pujanza y prestigio del monasterio de San Millán de la

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

Cogolla, pues el santo adquiere rango de patrono, no ya local, dentales, la vida solitaria se ve alterada o cambiada por la impor-
como lo había presentado Braulio en su obra, sino de toda la tante proyección social y los cargos dentro de la jerarquía ecle-
región (Díaz y Díaz 1981, 53-54). siástica que deben ocupar217 • Esto hace que, como ya se ha visto,
esa vida solitaria, emuladora de las antiguas vidas de los padres
del desierto orientales, se manifieste de forma interna, por así
2. 5. La Vita Fructuosi decir, en el tipo de vida diaria privada que llevan: su rigor, sus
Se trata de la Vida de otro de los grandes personajes de la disciplinas, su vida contemplativa y sus oraciones. Ése es su espí-
Hispania del siglo VII representativo del uir sanctus del que hemos ritu y su deseo vital, pero su realidad llega a ser bien distinta, con
hablado; de origen noble y godo, de linaje real, como la propia Vita el cumplimiento de sus funciones como abades y obispos o, como
aclara (cap. 2) encumbrando su origen y mencionando que su en el caso de Millán, según hemos visto, presbítero, aunque por
padre era dux Spaniae: Hic ergo beatus ex clarissima regali pro- poco tiempo. En este caso ya desde el comienzo del relato de su
genie exortus, sublimissimi culminis, atque ducis exercitus vida, la faceta de fundador de monasterios está presente, incluso
Spaniae proles ("'Así pues, este santo, nacido de una preclara estir- formulada antes que el deseo de vivir en soledad, aunque sus
pe de la realeza, vástago de ilustrísima familia y, en concreto, de pasos se encaminen en busca de esos parajes solitarios: reuertens
un duque del ejército de Hispania"). Trasladándose al territorio ad locum illum solitudinis supra memoratum (se. inter montium
del Bierzo con motivo de los rebaños de su padre216 , y mientras éste conuallia Bergidensis territorii) ("Regresando a aquel solitario
se ocupaba de sus negocios, ya el joven Fructuoso contemplaba lugar antes recordado (se. entre los valles de los montes del terri-
aquellos territorios como aptos para construir en ellos monaste- torio del Bierzo"), de esos "desiertos" que pueden consistir en
rios: pro aedificatione monasterii apta loca pensabat. cualquier paraje entre montes, escarpados, inhóspitos, o lugares
boscosos, donde el acceso sea difícil y no propicio para asenta-
La obra lo presenta especialmente en su faceta de asceta y
mientos de población.
eremita que abandona su vida para dedicarse a la soledad de la
vida consagrada a Dios. Pero como tantos otros uiri sancti occi- La Vita relata, por tanto, que Fructuoso ingresa en un
monasterio, para luego marchar en busca de nuevas soledades
hacia parajes alejados del mundo, en la soledad de los montes del
Bierzo leonés, la "Tebaida occidental" como se conocerá a la zona
216 Sobre la valoración histórica de la Vita, que deja traslucir diferentes aspectos del control de
las propiedades rurales por las elites aristocráticas, así como la vinculación de la familia de
Fructuoso a los grupos de poder en torno al rey Sisenando, véase el análisis desarrollado por
Castellanos 2004, 263 y ss. Aunque el autor realiza un estudio detallado de la complejidad históri-
ca, económica, social y política que hay en el contexto de la Vita y de su protagonista, lo cierto es 217 Es posible que la actividad fundacional y el poder emergente de los monasterios fructuosia-
que los episodios más comprometidos en ese sentido, es decir la actividad episcopal del protagonis- nos pudiera "repercutir negativamente en la capacidad de reclutamiento y tributación del poder
ta o la negativa real a que Fructuoso viaje a Oriente, se liquidan en muy pocos párrafos y de forma real", como afirma Castellanos 2004, 265. Por tanto, es posible que, en cierta medida, la Vida bus-
marginal en la Vita. Ésta aporta poca ゥョヲセイュ。」￳@ para comprender la dimensión de los hechos, que una aprobación o refrendo de esa actividad monástica que pudo comportar la hostilidad de cier-
cuya explicación debe apoyarse en otras fuentes, como hace el mencionado autor en su análisis. tos sectores de la Iglesia y del poder de Toledo. Véase López Quiroga 2002.

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por la proliferación de pequeños cenobios fundados por Fructuo- origen noble, llamada Benedicta, que quiere vivir ascéticamente y
so, empezando por el famoso de Compludo y luego san Pedro de huir de la obligación de casarse, apartándose del mundo; la inter-
Montes; que en el siglo X serán reactivados por Gen a dio de Astor- vención de Fructuoso, a quien acude, para que la libere como a
ga, de quien haré mención al final de este estudio. una oveja de las fauces de los lobos (ouem errantem de luporum
faucibus liberaret) hará que incluso el rey, a quien había acudido
La actividad fundacional de Fructuoso, que caracterizó y
el prometido de la misma, tolere la decisión de la mujer. Fructuoso
modeló el desarrollo del monacato en el Noroeste hispano-portu-
manda construir un monasterio para ella, que se verá ampliado
gués, no se limitó a esta zona, sino que se extendió hacia ciertas
con la llegada de otras mujeres que buscan llevar esa santa vida.
fundaciones de la Bética, a donde realizó un viaje, quizá para
El capítulo concluye:
conocer el entorno de otro gran hombre de unas décadas anterio-
res, Isidoro de Sevilla. Reclamado para más altas empresas, y a su Post haec eandem sanctissimam uirginem iussit diuina
pesar, pasa a ocupar las sillas episcopales de Braga y Dumio. Autor pietas intra breui temporis spatio de hoc saeculo migrare.
de una famosa regla monástica, Regula Fructuosi, fue uno de los Ita factum est per ineffabilem Domini electionem, ut quae in
personajes más emblemáticos de la segunda mitad del siglo VIL sancta conuersatione cunctarum sacrarum uirginum illa-
rum praecesserat chorum, praecederet et in sancta uocatio-
Hoy en día está descartada la autoría de Valerio del Bierzo,
ne ad supernam gloriam regni caelorum, per eum qui uiuit et
como se pensó en algunas ocasiones, debido a que este autor la
regnat in saecula saeculorum. Amen.
incluyó en su "Compilación hagiográfica". Pero es una obra que
presenta diversas complejidades en su estructura, que han sido "Después de esto la divina piedad ordenó que aquella vir-
objeto de estudio en varias ocasiones. Puede dejarse por sentado gen santa abandonase este mundo tras breve espacio de tiem-
que se observan al menos dos partes en la obra, aunque sería más po. Y así sucedió que, por la inefable elección de Dios, aque-
apropiado hablar de tres. El problema radica en los capítulos cen- lla que había antecedido en santa plática al grupo de todas
trales de la misma (Sb-10), que aparecen insertos en la Vida de los aquellas santas vírgenes, las precediera también en la santa
padres de Mérida en un manuscrito conservado en la Biblioteca de llamada a la superior gloria del reino de los cielos, por aquél
la Universidad de Salamanca con la cota 2537, precedidos de una que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén."
introducción. En su edición y profundo estudio de la obra, Díaz y En torno a este núcleo que concluiría de esta forma, y este
Díaz (1974) avanzó de forma extraordinaria en la comprensión de final así lo acredita, se habría formado el resto de la redacción, es
su estructura. Supuso que estos capítulos eran el núcleo redaccio- decir los capítulos 1-8a y 16 a 20. Díaz y Díaz (1974) no especifica
nal de la Vita tal como la conocemos; sobre esta base se articularía si estos capítulos serían formados por un único autor -aunque sí
una primera composición que alcanzaría al capítulo 15, que finali- parece que supone tal hecho-, y sí concede unas características
za con una doxología característica del fin de diversas obras hagio- especiales a los capítulos 1 y 16, que habrían sido los de mayor
gráficas. Este último capítulo relata el episodio de una virgen de influjo sobre Valerio del Bierzo.

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

Partiendo de este estudio, Codoñer (1987) realizando un Castroleón, construyó un espléndido monasterio y permane-
análisis lingüístico, en especial sintáctico y léxico, concluye que el ció en él hasta el final de su vida."
supuesto núcleo originario sería, en realidad, un resumen sobre Codoñer (1987, 189), advierte de la compleja transición del
la Vita primitiva, entre otras muchas razones porque la ordena- paso del capítulo 16 al 17. En éste, la tarea fundacional de Fruc-
ción de los relatos en dicho núcleo es tipológica, mientras que en tuoso ha acabado y ahora desea peregrinar a Oriente (succendit
los primeros capítulos es cronológica y resulta más sencillo ィ。」セイ@ eum inmensus sancti desiderii ardor, ut partem occupans orientis
una redacción ordenada por motivos a partir de hechos cronolo- nouam arriperet peregrinationem). Según la mencionada autora
gicamente expuestos que viceversa. Por otra ー。イエ・セ@ los 」。ーセエャッウ@ este capítulo enlazaría muy bien temáticamente con el capítulo 7,
8a y 16 resultan claramente singulares al estar dedicados basica- donde se habla de la navegación que emprende Fructuoso, tras
mente al ""tema del discipulado masivo de Fructuoso, de sus fundar otro monasterio en la Gallaecia, hacia una pequeña isla,
seguidores" (Codoñer 1987, 188) y, en concreto, en el 8a, señala debido a la gran inclinación que siente por navegar:
que la fama de Fructuoso había llegado a セオ」ィ。ウ@ gentes y nobles
Atque postmodum ex alia parte Gallaeciae in ora maris
(multas idoneas a e nobiles personas), qmenes abandonando la
construit monasterium Peonensem. Et dum multa illi inten-
vida de palacio, se pusieron bajo la disciplina セ・ャ@ santo, _desta-
tio esset nauegandi in mare, in longinquo ponti pelago non
cando entre ellos Teudisclo, cuya vida muy concisa se perfila, de
grandem repperit insulam.
forma similar al tipo de vida llevada por su maestro, Y se señala
que, siendo hombre de. gran conocimiento y experiencia, pide ""Y después, en otra parte de Galicia construyó a la orilla
ayuda a Fructuoso, gracias al cual busca un セオァ。イ@ apartado, lla- del mar el monasterio Peonense. Pero como tenía la intención
mado Castroleón, donde funda un monasteno en el que perma- de navegar por el mar, descubrió una isla no grande en una
nece hasta el final de sus días: lejana bahía del océano."
Inter quos unus sophismae intelligentiaeque peritiam in- Aunque por la impericia de los marineros la nave queda des-
deptus, nomine Teudisclus, opitulante dッュゥョセLN@ 。セアオ・@ ウ。セー・@ trozada y se ven como náufragos. Frente la desesperación de sus
dicti beatissimi suffragante praesidio, in 。「、セエlウュ@ sohtu- discípulos, Fructuoso reza, hasta que divisan una nave aproxi-
dine, in locum qui nuncupatur Catro Leonis, egregium セ・、ゥ@ mándose, que les devuelve la alegría y esperanza de llegar a la isla,
ficauit monasterium, et in ipso permansit usque ad fims ウオセ@ donde, una vez allí, funda otro monasterio.
terminum. En efecto parece que la hilazón entre ambos es coherente.
""Entre los cuales uno que había alcanzado maestría en el Esto supondría que los capítulos 1-7 y 17-20 formarían un conjun-
saber y el discernimiento, de nombre Teudisclo, con la_ ayuda to, una Vita independiente, en la que se destaca sobre todo la face-
del Señor y el auxilio protector del tantas veces ュ・ョ」ゥセ。、ッ@ ta fundacional de Fructuoso, en el entorno geográfico del Bierzo y
santo, en una apartadísima soledad, en un lugar denommado la Gallaecia principalmente.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

Quedaría de este modo otro núcleo, seguramente de otra mando discípulos, que han seguido su labor cuyos frutos siguen
mano (al menos una distinta, si es que no hay alguna más), que viéndose y por lo que siempre habrá memoria de él. Comienza con
habría redactado los capítulos 8 a 16, siendo 8a y 16 los que servi- la expresión Beatissimus uero Fructuosus, cum exemplo suo exce-
rían de enlace con las otras partes. La cuestión problemática estri- llentissimae sanctitudinis coruscante splendiflua claritate cuneta
ba en si estos capítulos son los primitivos, como indica Díaz y Díaz inluminasset Spaniam ... ('"San Fructuoso, como con su ejemplo,
(op. cit.) o si, como piensa en cambio Codoñer, serían posteriores por la brillante y espléndida claridad de su excelsa santidad ilu-
y se habrían incluido en el centro de la vida originaria. minase Hispania entera ... "). '
Desde mi punto de vista, la hipótesis de Codoñer me parece Si lo comparamos con el capítulo 8a, guarda cierta cohe-
más oportuna, por la estructura misma de los capítulos que rencia en cuanto a servir de enlace, ya que es en el que se habla
podríamos considerar limítrofes entre unas partes y otras y por de la capacidad de atraer personas que se convierten en discípu-
la temática. Porque lo que resulta evidente es que, mientras que los. La concreción en la referencia a uno de ellos, Teudisclo,
en los capítulos 1-7 y 17-20 hay un denominador común en torno como hemos visto, lleva a Codoñer, creo que muy atinadamente,
al ámbito geográfico del noroeste hispano, el núcleo central de la a suponer que la fusión de las partes de la Vita sería posterior a
obra contempla la actividad fundacional llevada a cabo por la muerte de éste que, probablemente, pueda identificarse con el
Fructuoso en el sur, en su viaje hacia Mérida y luego a la Bética. Teudisclo, obispo de Lamego, del que se habla en el Concilio I de
Además en estos capítulos se deja ver más claramente la influen- Mérida ( 666). El interés por mencionar a este discípulo de
cia de las Vitas de los padres de Mérida, así como otras fuentes Fructuoso sugiere que dicha fusión habría sido hecha por algún
literarias, entre ellas Sulpicio Severo y Gregario Magno; por otra discípulo de Teudisclo.
parte se articulan más en torno al eje eclesiástico y a los miracu-
Por otra parte, el inicio del capítulo 8b, que sería el primero
la; frente a los capítulos primeros y finales, articulados más en
del núcleo central (el 8a sería el de enlace), comienza también
torno al eje monástico y a la exposición de la vida desde su origen
Igitur praefatus beatissimus Fructuosus sese Domino nimium ab
a su muerte.
ineunti aetate carum exhibuit ('"Así pues, el citado san Fructuoso
Pero hay que admitir, no obstante, que los citados capítulos se mostró muy querido al Señor desde su primera infancia"). Si
8a y 16 deben ser entendidos como enlace entre unas partes y admitimos que esta parte del capítulo va con la parte central for-
otras. El capítulo 15 parece ser el final de una parte claramente mada por 9 a 15 (nuevamente 16 es el enlace), podría suponerse
establecida. El 16, bastante breve, parece un pequeño resumen que dicho núcleo es posterior al conjunto de la Vita. Parece que
que retoma genéricamente la imagen de Fructuoso para volver a esta parte ofrezca una ""vida resumida" de Fructuoso, que se basa-
entrar en el detalle de los relatos a partir del17 de nuevo. ría entonces en la Vita contenida en 1-7 (8a) + (16)17-20. En mi opi-
Dicho capítulo 16 hace referencia a que Fructuoso ha ilumi- nión, esto resulta defendible, porque, además, tiene la ventaja de
nado toda Hispania y ha realizado fundaciones por doquier, for- formular una propuesta de elaboración de la obra.

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exercitiis, omnibusque operibus sanctis perfectus emicuit ut


Existiría de un lado, una Vita, formada de manera tradicio-
ad patrum se facile quoaequaret antiquorum me:itis
nal, con algunos elementos extraordinarios, milagrosos, con una
Thebaorum.
intervención divina notable, pero en la que destaca, sobre todo, la
vocación monástica de Fructuoso y su actividad fundacional en el "Aquél destacando por su brillante palabra de destreza
entorno geográfico antes señalado del noroeste hispano. La capa- ゥョウァセL@ habiéndola logrado del arte de la retóric,a, hizo avan-
cidad de instruir y formar discípulos viene ya anticipada por el zar bnllantemente las enseñanzas de los romanos. Éste en
capítulo primero. cambio, inflamado por la llama del Espíritu Santo ・セ@ el
sagrado propósito de la vida religiosa, resplandeció tanto en
Quisiera llamar la atención sobre este capítulo inicial de la
la totalidad de los ejercicios de la vida espiritual y en todas
obra. En él se revela un autor no sólo instruido, sino empeñado
ャ。セ@ セ。ョエウ@ acciones que fácilmente se le puede equiparar en
en presentar a Fructuoso como paradigma de un contexto cultu-
mentos a los padres de la Tebaida."
ral floreciente y vinculado tanto a la fe y a la religión, como a los
núcleos que la elocuencia y las artes del pensamiento han permi- _ Isidoro, con el 」・ャセ@ puesto en su vida activa instruye a Espa-
tido que se extiendan y brillen en Hispania. Une dos polos, de un na, Fructuoso, con su VIda contemplativa y su experiencia ilumina
lado los exempla de la religión que han brillado en Egipto, en el los corazones:
Oriente, es decir, los padres del_desierto, modelos para los santos Ille actiuae uitae industria uniuersam extrinsecus erudiuit
de Occidente, con las lucernarias que la piedad divina ha ilumi- Spaniam; hic autem contemplatiuae uitae peritia uibranti
nado en Occidente, en concreto en Hispania, Isidoro (reuerentis- fulgore micans, intima cordium inluminauit arcana.
simum episcopum) y Fructuoso (calificado de beatissimum), ya
desde su infancia puro y justo (inmaculatum et iustum). Se des- ""Aquél con la dedicación de su activa vida instruyó en lo
taca y comparan ambas figuras de forma significativa: el primero ・セエイョッ@ a toda Hispania; éste, en cambio, brillando con
(ille) la brillantez de estilo oratorio y el conocimiento filosófico y vibrante fulgor por la experiencia de su vida contemplativa
de los principales dogmas, el aprendizaje clásico; el segundo iluminó los íntimos recovecos de los corazones." '
(hic), inflamado por la llama del Espíritu Santo, resplandece en Isidoro, brilla por su elocuencia y libros de edificación éste
la perfección de todas las prácticas religiosas y labores propias de por sus virtudes, dando ejemplo de la santa religión y siguiendo los
los santos, siendo equiparables sus méritos a los de los antiguos pasos del Salvador:
padres de la Tebaida: . Ille egregio rutilans eloquio in libris claruit aedificationis;
Ille autem oris nitore clarens, insignis industriae, sophis- hlc autem 」Nオセュゥ・@ uirtutum coruscans exemplum relinquit
tae artis indeptus praemicans dogmata reciprocauit sanctae セ・ャァキウ@ et innocuo gressu secutus est uestigia
Romanorum. Hic uero in sacratissimo religioni propositu praeeuntls Domun nostri et Saluatoris.
Spiritus Sanctijlamma succensus, ita in cunctis spiritualibus

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1
1

1
i,, セ@

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''Aquél, rutilante por su egregio discurso, floreció por sus ser la rectora de muchos monasterios y su fama todavía siglos des-
libros de edificación, éste, empero, relumbrando en la cúspi- pués alentaba otras fundaciones monásticas, cabe pensar que esta
de de las virtudes, dejó el ejemplo de la santa vida religiosa Vita se debió redactar en ese contexto o ambiente "fructuosiano"de
y, siguió con inocente paso las huellas de quien le precedía, las zonas mencionadas.
nuestro Señor y Salvador." Los capítulos centrales, en cambio, se orientan hacia el sur,
Pasajes estos con un derroche de luz y brillos que he tratado como se ha dicho, y se centran en fundaciones monásticas lleva-
vagamente de expresar en la descripción de los mismos y que res- das a cabo por el autor que pasó en pergrinación hacia Mérida y
ponde, sin duda, a esos criterios estéticos de la Antigüedad Tardía después fue a Sevilla, la patria de Isidoro. En estos capítulos, los
en que el color del mundo clásico fue sustituido por los matices del centrales de la Vita actual, lo que predomina es la presencia de
brillo y la luz, y que recuerda en muchos momentos a la selección miracula. De modo que, como el título de la obra precisa, esta-
de léxico usada en las Vidas de los padres de Mérida para expresar mm; ante la fusión de dos obras diferentes: Incipit uita uel memo-
conceptos similares. Este primer capítulo presenta una utilización ratio mirabiliorum. Tal vez fue un discípulo de Teudisclo el que
masiva de estos recursos léxicos para presentar a Fructuoso como las fusionó y no antes del 680 o 690, pero dio forma con ello a un
una luminaria de la fe, comparándolo con Isidoro, aunque no relato global que articuló en algunas ocasiones de manera algo
negativamente, pero sí dejando muy clara la concepción de sabio y forzada, aunque no inhábil218 •
erudito por encima de santo que el autor de la obra tiene (y que En suma, estaríamos ante tres momentos de ejecución de la
probablemente se tenía en general) de Isidoro. obra y seguramente tres manos distintas. Una obra cuya estructu-
En otro orden de cosas, resulta, además, muy llamativo el ra se asient8. sobre una uita convencional formada por los capítu-
tratamiento mínimo que se da a la otra gran actividad de los 1-7 y 17-20; un relato de miracula formado por 8b-15, que
Fructuoso, que fue obispo de Braga y Dumio y durante un tiempo, parece de redacción posterior; y dos capítulos de enlace y fusión de
y luego sus sucesores, ostentaron la titularidad de ambas sedes. dichos relatos, formado por 8a y 16 y atribuibles quizá a un discí-
Por otra parte, el papel político jugado por Fructuoso, recuérde- pulo de Teudisclo, no antes del 690.
se, por ejemplo, que escribe una carta junto con otros miembros
de la iglesia a Chindasvinto pidiéndole clemencia ante la política de
purgas de este anciano usurpador del regnum que depuso a Tulga.
En suma, al autor de estos capítulos que constituyen la Vita lo que
218 La autora M" Teresa Muñoz García de lturrospe (1997) propone en un trabajo que los capí-
le interesa es vincular la figura de Fructuoso al monacato del nor- ttilos 9 y lO son los que sirven de tránsito o enlace entre los primeros capítulos y la segunda parte de
oeste hispano. Si tenemos en cuenta que éste es el autor de una la obra, es decir la de los capítulos centrales hasta ell5. Se basa pare ello en un estudio de fuentes,
especialmente Sulpicio Severo, Gregorio Magno, Gregorio de Tours, por la utilización que en dichos
Regula de gran repercusión y que dejó una marcada impronta en pasajes y los correspondientes paralelos literarios en esas y otras fuentes, tienen los animales, pro-
la forma de desarrollarse dicho monacato y que su Regula pasó a tagonistas a veces de hechos prodigiosos o 1nilagrosos. Aunque el análisis n1e parece acertado,- creo
que no resuelve o no aborda las cuestiones críticas de lo que sí parecen auténticos enlaces (8a y 16).

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2.6. Obras autorbiográficas de Valerio del Bierzo siempre parece huir de la situación en la que vive, sea cual sea
ésta, y siempre parece atacado, perseguido o perturbado por el
Contradicción y desasosiego desprenden las obras de Valerio demonio y sus adeptos, como le ocurre a otros hombres santos, es
del Bierzo. verdad, pero con una complejidad interior personal, que nada
Contradicción, porque resulta paradójico セオ・@ un.a 。オLエセ「ゥッᆳ tiene que ver con la nitidez de sentimientos y actuaciones de esos
grafía se haya redactado bajo la forma de una wta hagwgraÍic.a Y hombres. Valerio mantiene una relación difícil con las personas;
ウオ」・ッセ@ en los que él es el protagonista se presenten como セョャ。M busca huir de las gentes y llevar una vida solitaria, desprecia la
. ·smo porque , aun cuando pretende
grosos; asimi . tener
. una cierta . vida cenobítica y busca ser un eremita, pero pronto añora la com-
estructura con un comienzo, una conuersw, y algunos de los In- pañía humana y se lamenta de su dura situación; pierde la espe-
gredientes característicos de algunas uitae, como セ。@ que hemo.,;; ranza en encontrar calor humano y se alegra por la llegada de
visto de Fructuoso, con viajes a otros lugares, retiros a lugares algún discípulo, que no retiene tampoco demasiado tiempo a su
despoblados, para buscar la soledad; muchedumbres que s.e ᄋセ_ョᆳ lado; o bien llega a un monasterio, pero su estancia es breve por-
centran en torno al santo; y, por supuesto, una dependencia hte- que busca la soledad.
raria y estilística de otras fuentes hagiográficas, エッセ@ eH o contras- Desde mi punto de vista, y compartido por otros muchos
ta hondamente con el hecho de que se narre en pnmera persona, lectores de la obra, la vida de Valerio es casi una huida hacia ade-
que a través de un relato supuestamente hagiográfico, se traten de lante permanente, como decía, desasosegada, crítica, cuando no
explicar los avatares personalt.;:; f:omo si se tratase de los de 」セ。ャᆳ sembrada de pasajes extraños, como el relato del capítulo 2 de la
quier uir sanctus; y estructuralmente la obJ. bl carece de un final obra denominada Replicatio, donde cuenta un extraño episodio
apropiado, no hay muerte del uir sanctus, no hay culto, no hay cuya intención última resulta difícil valorar. Se ve castigado por
milagros post mortem. Dios una noche cuando estaba en su cama con lo que parece una
dセウ。ッゥ・ァL@ porque el conjunto de relatos, -no ッイァ。ョゥコセウL@ terrible pesadilla, en que se ve maniatado por unos hombres que
0
セー・ョ。ウL@ desde el punto de vista cronológico, セM・イッ@ エ。ューッ」セ@ エゥセッM lo torturan. Al preguntar a Dios por qué le envía ese tormento,
'
1ogico, · si· no en cierta medida como presentacwn de expenencias oye una voz que le dice que no ha seguido la norma del evangelio
, ' . , . d
personales- refleja una vida atormentada, dificil, llena e pesa- de dar limosna sin que nadie se entere y todo porque ese día
dumbre, que contrasta con pocas alegrías; pero no se エイセ。@ de los había mandado a un hermano a la hacienda de otro a tomar las
padecimientos de los mártires, ni de las 、ゥヲ」オャエセウ@ que tienen. que provisiones necesarias y cuando ya iba de camino desde lo alto
vencer los hombres santos de las Vitae caractensticas que vemmos del monte le gritó algo que se le había olvidado, que repartiera un
viendo, ni de las calamidades del desierto o ーイッセ」。、ウ@ ーッセ@ el modio de grano a uno que era ciego y otro medio a un pobre. La
demonio, sino de un desequilibrio interior del propiO protagomsta voz le dice: Non audisti euangelium loquentem ut sit elemosina
o, si se quiere, de un desajuste entre los hechos ・クーオセエッウ@ de ュッセ@ tua in abscondito, et tu de montead uoce dispensas elemosinam?
convencional y los estados del ánimo del protagomsta. Valeno ('"N o has oído que el evangelio dice que se dé limosna en secreto

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y tú dispensas la limosna a voces desde el monte?"). Pasaje sin de la verdad; pero oprimido por los vaivenes de la vida y expulsa-
duda extraño y que refleja más bien cierto remordimiento y seve- do por los embates de las olas conducidas por el diablo, no consi-
ridad en el propio juicio de sí mismo. gue llegar al puerto que desea ( Ordo Quer. 1):
Si, como hemos visto, algunos estudiosos han puesto en duda . .. subito gratie diuine desiderio coactus pro adipiscenda
el valor hagiográfico de la Vita Desiderii, aun cuando la trabazón sacre religionis crepundia toto nisum undiuagi seculi fretum
histórica está bien incardinada en la estructura hagiográfica, creo adgrediens, uelut nauigio uectans, ad Complutensis cenobii
que aquí con mucho mayor motivo podríamos dudar del carácter properans transmeare inmensi desiderii ardore succensus
hagiográfico de la obra, a pesar de que esté propuesta como tal. atquefuturi iudicii timore perterritus, confidens per conuer-
Por el contrario es una obra compleja en su planteamiento y moti- sionis itinere tandem ad luce m pertingere ueritatis, sed ideo
vaciones que hacen de ella una obra de una singularidad extraor- mundani maris fluctibus oppressus, atque ex diabolico sepe
dinaria. infestante flabro dire tempestatis procellis expulsus, deside-
Recordemos sobre ella simplemente que estamos en realidad ratum non ualui pertingere portum.
ante tres obras, las denominadas, respectivamente, Ordo Queri- " ... cuando de repente, tocado por el deseo de la gracia
moniae, Replicatio (sermonum a prima conuersione); y (Quod de divina de alcanzar los rudimentos de la santa vida de reli-
superioribus Querimoniis) Residuum. Así pues se presenta como gión, con todas mis fuerzas, luchando como si fuera en una
una primera obra con la exposición básica de su vida y con otras barca contra el océano del encrespado mundo pensando que
dos que van añadiendo detalles y sucesos a lo expuesto en la pri- mi salvación estaba en el refugio del cenobio de Compludo,
mera219. encendido por el entusiasmo de un deseo infinito y aterrori-
El comienzo de la primera, el Ordo querimoniae tiene un ini- zado ante el futuro juicio, al fin, a través de un camino de
cio más o menos convencional, a pesar del formato autobiográfico, conversión, creí haber llegado a la luz de la verdad; pero
en el sentido de que presenta una conuersio de sí mismo, autode- impidiéndomelo las olas del mar del mundo, y más aún el
nominado, indignissimus peccator, que tras llevar una vida licen- viento venenoso del demonio, rechazado una yotra vez por
ciosa terrenal, repentinamente se ve obligado por el deseo de la el oleaje de una terrible tempestad, no logré llegar al ansia-
do puerto."
gracia divina a abandonarlo todo y a entregarse a los principios
religiosos, por lo que, como un barco navegando por el mundo, se Expresión toda ella metafórica que recuerda además algunos
dirige al cenobio Complutense (el fundado por Fructuoso) en busca pasajes de la Vita Fructuosi y con expresiones conocidas en otros
textos, que relata lo que debió ser un problema de convivencia con
los monjes de Compludo -el puerto al que quería llegar-, pero
219 Véase Misch 1992", especialmente el capítulo titulado Autobiographie zmd Hagiographie, 310- donde no debió poder quedarse por mucho tiempo ni conseguir lo
355; una síntesis en Díaz y Díaz 1996. También la edición de Aherne 1949. El pasaje citado lineas que pretendía.
más abajo y su traducción están tomados de la edición de Díaz y Díaz 2006.

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La literatura hagiográfica

Tras esto se encamma hacia Castro Pedroso, cerca de tos, con el castigo divino, del que ya he hecho mención 220 • La pre-
Astorga, buscando un lugar consagrado a Dios que encuentra en sencia del castigo divino en las obras autobiográficas de Valerio del
una roca en la cima del monte, un lugar desierto de población (rep- Bierzo ocupa un lugar destacado y se convierte, en cierta medida,
peri saxum locum Deo sacratum eminente celsitudine in montis en uno de los hilos conductores. Antes he mencionado que labio-
cacumine situm, ab humana habitatione desertum ... ), donde pro- grafía es un continuum de desgracias acaecidas en su vida, a tra-
curarse el aislamiento y donde nos dice que pasa penurias y nece- vés de las cuales, no obstante, se manifiesta de forma reiterada la
sidades inenarrables. En la obra relata fundamentalmente su intervención de Dios. Unas veces para paliar su soledad y su situa-
estancia en el cenobio de san Pedro de Montes, en la zona del ción, otras para remediar o poner fin a los sufrimientos provoca-
Bierzo conocida hoy como ""Valle del silencio", y que había sido dos por los agentes externos.
fundado por Fructuoso. La información sobre su estancia allí, En suma, obra personal, enigmática y atípica, de cargados
aporta sucesos milagrosos, ataques del demonio y lucha con él; des- recursos literarios y léxicos, reiterativa en sus expresiones y ampu-
cripción de su abrumadora soledad y el padecimiento sentido por losa en el estilo, que se inscribe en el género hagiográfico, pero pro-
ella, hasta que se ve recompesado con la llegada de un discípulo, si bablemente porque en el momento en que nace no hay aún ensa-
bien dura poco tiempo; pues el demonio hace que éste tenga que yados unos esquemas literarios más acordes con las necesidades
marcharse de allí. Después Valerio parte hacia Ebronanto, donde narrativas de su autor. Creo que las palabras de Carmen Codoñer
vive en un celda junto al altar; sufre los ataques de unos hombres (1987, 465) pueden poner el colofón a la visión de esta(s) obra(s) de
enviados por el presbítero Flaino, que le dejan más muerto que Valerio del Bierzo:
vivo, etc. Quizá el pasaje más conocido e interesante desde el punto
""La conjunción de factores de desequilibrio en los distin-
de vista histórico o de análisis de la situación social es cuando va a
tos planos: estructural, expresivo y de contenido, ofrece un
vivir a la hacienda de un noble, Ricimiro, que posee una iglesia
resultado desconcertante cuyo análisis debe partir de presu-
propia. Éste decide reconstruirla y hacer un edificio mejor y más
puestos distintos a los que hasta ahora hemos manejado. El
digno que dirigirá Valerio. Pero muere repentinamente y sus suce-
modelo escogido por Valerio no es válido y el afán del autor
sores otorgan a otro el control de la iglesia. Nuevamente Valerio se
por adecuarse a él conduce a la distorsión. Estamos ante un
ve rechazado, solo y abandonado. caso en que las formas literarias y expresivas hubieran debi-
Otro pasaje, también algo oscuro, desde la interpretación
histórica es el relativo a que el obispo de Astorga, Isidoro, que se
había manifestado hostil hacia él, pretende llevarlo al Concilio de
220 De forma indirecta, como ocurre en este tipo de obras, la realidad social e histórica asoma
Toledo, con el pretexto de que allí puedan apreciar la erudición del セョエイ・@ las líneas del relato hagiográfico. Los pasajes de Ricimiro y del obispo de Astorga, están refle-
eremita. Era un plan odioso para Valerio, pero se vio libre de él Jando sm duda las cuestiones relativas al control del obispado sobre las parroquias e irrlesias rura-
les y sobre las iglesias privadas, así como las contribuciones que deben hacerse al ュゥウセッ@ sobre lo
por la muerte repentina del obispo. Pasaje éste que vincula el rela- 」オ。セ@ se pronunció ーイ・ウゥセュョエ@ el IV Concilio de Toledo, en relación con la tributación del :ercio que
to como ocurre en bastantes ocasiones, e igualmente en otros tex- habw que pagar a los obispos (Castellanos 2004, 151). Algunas cuestiones en Ripoll-Velázquez 1999.

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

do ser sustituidas, modificadas en consonancia con nuevas eremítica y cenobítica y el papel de responsabilidad eclesiástica. Sin
・セ「。イァッL@ es la faceta de vida ascética y eremítica la que Valerio
necesidades ....
セィァ@ fundamentalmente, ya que su propia experiencia personal le
.... La contradicción expresa entre la ansiedad de Valerio Qュー、セ@ entrar en el circuito de las jerarquías eclesiásticas influyen-
por huir del mundo que le rodea y su búsqueda de compañía, tes, 「セ・ョ@ porque no tuvo oportunidad para ello, al ser, en cierta
tiene su correlato en sentido inverso en el plano literario: su inedida, rechazado, o porque si la tuvo, no supo o no quiso apro-
esfuerzo por atenerse a unas formas no logra superar las vecharla. Si se compara con la Vita de Fructuoso, de la que recibe
necesidades del propio discurso. Normas válidas a lo largo de influencia, en ésta, a pesar del importante papel jugado en la tarea
siglos no son eficaces en este caso, se producen fisuras que eclesiástica por Fructuoso, lo que se destaca es justamente la labor
paulatinamente se van agrandando y que, con el tiempo, des- fundacional y la vida cenobítica, impreganada siempre del deseo de
embocan en nuevas concepciones formales, vehículos necesa- soledad, que ha venido a convertirse en uno de los ingredientes
rios de nuevas concepciones de la realidad." característicos de los modelos de uiri sancti de este tipo de obras.
Con todo, creo que a través de estas obras de Valerio, el El modelo eremítico se presenta como el principal referente
autor sí deja entrever lo que para el planteamiento de este estudio en Qセ@ obra de Valerio, pero la contradicción continua de sus pen-
interesa subrayar más, y es la concepción de uir sanctus que el samientos con sus actuaciones se ve reflejada en las ocasiones en
propio autor tiene y que se deduce de sus actitudes, anhelos, inclu- que se lamenta de su vida solitaria, que ha estado buscando siem-
so fracasos. Valerio más que calificarse a si mismo de hombre pre, y aunque desprecia el contacto con otras personas, se alegra
santo, señala actitudes y comportamientos personales que pone en de poder contar con discípulos que se acercan a él.
comparación con los de los hombres santos, a quienes presenta
como guerreros que vencen en combate las dificultades de la vida Característico de sus modelos de santidad y, por tanto, de la
terrenal y esperan como premio recibir la inmortalidad junto a vida que intenta llevar en persona son la práctica de sacrificio y dis-
Dios (Frighetto 1997, 61)2 21 • Confluyen en la exposición de Valerio ciplinas rigurosas; junto a la penitencia el trabajo cotidiano. Por
los dos modelos básicos que ya hemos ido mencionando; de un lado otro lado la búsqueda de lugares aislados y recónditos, como los
el representado por los padres de Oriente, es decir, el de los asce- ュッセエ・ウ@ y los lugares ""desérticos", entendidos como inhóspitos, sin
tas y eremitas de Egipto y Siria, y de otro el modelo genuinamente habitantes, etc. lugares en los que hallarse solo con Dios; pero con
occidental, representado por la figura de Martín de Tours. Éste, los que contrasta fuertemente la alegría que le produce verse rode-
como ya he indicado, aglutinaba en él, a su vez, los ideales de vida ado de discípulos, según se ha dicho, hasta el punto de que a medi-
da que avanza su edad, el aislamiento eremítico es cada vez menor.
Otro de los rasgos es la constante lucha con el demonio
directa o a través de sus seguidores y adeptos. Lucha que ・クーイゥセ@
221 Baso las consideraciones que siguen en el citado trabajo de Frighetto (1997) en el que se hace
una exposición clara, bien argumentada y ejemplificada del modelo de zúr sanctns propuesto por mentará de forma muy personal Valerio. Derivado de este punto,
Valerio.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

Valerio se adentra en explicaciones sobre sus combates contra la veces y en compañía otras, fuesen el reflejo de su intento conti-
ignorancia de las gentes y la pervivencia de costumbres o ritos nuado y, no me cabe duda, sincero de buscar la santidad y, aun-
paganos y de altares dedicados a las divinidades, que llegaría a que él no parece sentirse satisfecho de sus propios logros, es pro-
destruir para sustituirlos por oratorios o basílicas cristianos. hable que sí calasen en esa población rural que lo conocía o cono-
Como señala Frighetto (1997, 75), esa lucha de Valerio cristalizaba cía su fama y ante la cual hubiese adquirido el rango de un autén-
en su intento de instrucción de las clases rurales y en la propaga- tico uir sanctus.
ción de un modelo educativo monástico.
Un rasgo también básico es el poder milagroso de los wn 2. 7. La compilación hagiográfica de Valerio del Bierzo
sancti, que Valerio ejemplifica con los hechos milagrosos en los que
él mismo es partícipe -cuestión que sorprende sobremanera en esta Al hablar en la primera parte de este estudio de las compila-
autobiografía hagiográfica-. Junto a esta faceta milagrosa está la ciones hagiográficas, ya se hizo mención de las dos que se dan en la
de la capacidad de interpretar sueños. No debía ser demasiado Hispania visigoda. Una de ellas, la formada por las primeras pasio-
bien vista esta aptitud de los hombres santos, fácilmente compara- nes del denominado Pasionario Hispánico, al que me he referido al
ble a la de magos y arúspices paganos, pero que también resulta inicio de esta segunda parte, y la otra la compilación de vidas de
reveladora en el texto valeriano. santos llevada a cabo por Valerio del Bierzo.

La imagen del uir sanctus proyectada por Valerio responde al Esta compilación ha quedado casi siempre relegada al tratar
ideal de vida eremítica, ascética y solitaria, originaria de los de este autor, porque han interesado siempre sus obras personales,
padres del desierto, pero difundida y cultivada en el Occidente que se han visto en el apartado precedente. Sin embargo, como
latino, incluso por aquellos hombres que ocupan dignidades ecle- manifestación de la literatura hagiográfica, esta compilación es de
siásticas. Las actuaciones concretas, en especial en relación con la sumo interés. Por un lado, porque constituye la primera compila-
población a la que instruye, sobre la que practica sus milagros o ción hagiográfica en Hispania y una de las primeras, si no la prime-
interpreta conlos sueños, pone de relieve el trasfondo o marco geo- ra en sentido estricto, en el Occidente tardoantiguo, ya que, como
gráfico en el que Valerio aplica su ideal de uir sanctus a través de hemos visto, las compilaciones son típicamente medievales y sólo de
sí mismo; dicho marco será preferentemente el mundo rural del forma relativa podemos considerar "compilaciones" las Vitae de
noroeste hispánico, del a:tphiente galaico-berciano, donde se des- Venancio Fortunato o las colecciones de milagros de Gregorio de
arrollan su vida y sus pesadumbres. Tours, ya que estas son obras de autoría personal, aunque estén
diseñadas a modo de acumulación de vidas o milagros. En cambio la
Es probable que su vida atormentada, sus desavenencias con de Valerio del Bierzo es una compilación en sentido estricto. Este
las jerarquías eclesiásticas rurales o episcopales, incluso con cier- autor recopila una serie de vidas que circulaban y que él conocía y
tos sectores de los propietarios locales, y su comportamiento sor- reúne en un conjunto, al margen de la autoría de las obras. Díaz y
prendente en cuanto a la forma de llevar esa vida en soledad unas Díaz (1951) dedicó un estudio detallado a dicha compilación, reco-

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La literatura hagiográfica
Isabel Velázquez

giendo la historia de los estudios realizados sobre ella, desde que


pio autor, no por el hecho de ser suyas, sino porque tení-
diera noticia de la misma por primera vez Rosweyde en los prolegó-
an finalidad educadora y ascética como era el carácter de
menos a la edición de las Vitae patrum en Amberes en 1628. La com- la colección.
pilación se conserva en un códice de la Biblioteca Nacional de
Madrid, BN 1000, antes depositado en la Biblioteca Capitular de - Los copistas de la colección han incluido obras nuevas
Toledo, y el mejor sin duda. Otro es el códice de la Real Academia habida cuenta del carácter didáctico de la misma. Así'
de la Historia, el Emilianense XIII (M), del siglo X u XI, aunque puede explicarse la presencia de los textos relativos a
paleográficamente parece más reciente. Al parecer estaba también Martín de Tours, no anterior al siglo IX, porque forman
en un códice de Carracedo hoy perdido; aparece también en otros un conjunto con el resumen de Sulpicio Severo realizado
códices pero de cronología posterior (Díaz y Díaz 1951, 3-10). La por Al cuino.
colección va encabezada y finalizada por dos poemas compuestos -La colección "no estuvo sujeta a redacciones ni correcciones
por Valerio, denominados Epithameron, que son teleacrósticos. Se sucesivas, sino que se mantiene casi integra en el manuscri-
compone de un número amplio de textos, en total 55, sin contar los to T".
poemas mencionados. No todas las obras recogidas en esta compila-
- ""La inclusión de los distintos textos sólo demuestra el creci-
ción son Vidas de santos, hay algunas de carácter moralizante y con-
miento de santorales y vidas de padres en los siglos X al
tenido religioso dogmático como De monachorum penitentia (tres de
XII".
este tipo), de exultatione diaboli, de celeste reuelatione, de monacis
perfectis (una homilía), de anacoritis, de heremitis, defratrum per- -La cantidad de textos que manejó Valerio ""es un buen dato
fecta obedientia; algunas epístolas como la conocida de Valerio diri- a favor de su cultura y de la abundancia de códices en las
gida teóricamente a la monja Egeria y algunas otras obras, como postrimerías de la monarquía visigoda": Sulpico Severo (tal
prólogos, así el de Rufino. Las Vitae son muy variadas, hay de vez en excerpta ), Rufino, Jerónimo, Evagrio, Posidio,
padres de Oriente, de padres de la iglesia occidental como la Vita Uranio, Juan Crisóstomo, Atanasio, Ps. Euquerio de
Ambrosii o la Vita Augustini y diferentes vidas de santos más o menos Lyon ...
difundidos: Vita Paulini, Malci, Frontonis, Pelagie. La pieza más Finaliza Díaz y Díaz su estudio (1951, 20) con las siguientes
extensa es la Vita Fructuosi de la que ya se ha hablado. palabras que ーオ・セョ@ suscribirse plenamente:
El estudio citado de Díaz y Díaz (1951) lleva a algunas con- ""La compilación de Valerio es por todos los conceptos
clusioJ1eS interesantes sobre esta compilación, que interesa sinteti- una de las más grandes obras de la época visigoda, y puede,
zar aquí para poder obtener una valoración sobre la misma: en su escuela, compararse a la labor de Isidoro de Sevilla,
- La colección es una obra específica con personalidad pro- tan profundamente admirado por aquél. Una y otra pro-
pia en la que se hallaban incluidas algunas obras del pro- ducción enmarcan bien una época de gloriosas e inexplora-
das producciones".

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Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

Entre ambos modelos surge a veces un conflicto real, que


2.8. Proyección de los uiri sancti hispanovisigodos en
debió darse en muchos momentos, el conflicto entre iglesias epis-
otros ámbitos literarios y otras épocas
copales y monasterios, con ciertas rivalidades en relación con el
Como se ha ido viendo a lo largo de este estudio, en la Anti- control del patrimonio eclesiástico, tanto de bienes muebles como
güedad Tardía y, en concreto, en la Hispania de época visigoda, se de propiedades, de uno y otro ámbito, conflicto por el control de
presenta, de manera cada vez más uniforme, pero también cohe- algo tan simbólico pero tan importante como las reliquias, genera-
rente, una imagen de los uiri sancti estereotipada que responde, doras de riqueza, devoción popular, afluencia de gentes, etc. Y
como ya he comentado, a ciertas realidades sociales e históricas. conflicto, sobre todo, por el establecimiento de la jerarquía y las
En la exposición de las Vitae hispanas (y en las merovingias e sempiternas pretensiones de los obispos de ejercer su dominio
italianas también) topamos con dos modelos fundamentales, el de sobre los monasterios, de controlar las fundaciones de los mismos
'
los monjes y abades de monasterios, de un lado; y el de los obispos, de controlar asimismo la tributación que se les debía.
de otro. El primero con sus anclajes evidentes y permanentes en los Conflictos todos ellos que en muchas ocasiones llegaban a
ascetas y eremitas. Muchas veces, aun cuando los protagonistas no acuerdos de consenso o, por lo menos, eso es lo que en los relatos
lo son, lo han sido en ciertos momentos o lo son por ciertos espa- hagiográficos se pretende también establecer222 •
cios de tiempo a lo largo de su vida (N aneto, Emiliano, Valerio) y
En relación con esta suerte de polarización de ámbitos
siempre, ese espíritu ascético y ese anhelo por la vida retirada y
monásticos y epsicopales, cobra especial importancia el papel edi-
solitaria (ad eremi loca), permanece en su interior, aunque ocupen
licio y fundacional de unos y otros, aunque predominantemente de
puestos de responsabilidad como obispados (Fructuoso).
los obispos.
El segundo modelo, el de los obispos, se conforma igualmen-
Las fuentes nos hablan largamente de fundaciones monásticas
te en esa vida de ascetismo, muchas veces rigurosa y humilde en su
(no sólo las Vitae hagiográficas), incluso de una cierta proliferación
cotidianeidad, pero aúna la mayoría de las veces también el haber
de monasterios, que a veces resulta sorprendente, pues podría pare-
sido abad antes de obispo (Renovato ). El obispo es, sin duda, la
cer que toda la Hispania visigoda estaba llena de ellos, lo cual no es
figura principal y más destacada en todo momento, modelo de vir-
pensable lógicamente, pero sí es indicativo de la penetración rural
tudes, elocuencia e instrucción tanto de discípulos como de fieles
de la Iglesia, de cómo se configuraban los terriorios en función del
ignorantes, capaz de obrar milagros, con poderes taumatúrgicos
control de parroquias o monasterios y cuál era el alcance del domi-
muchas veces, y, sobre todo, rector de la iglesia y la comunidad,
nio episcopal sobre los espacios urbanos y sobre los rurales.
intercesor único y válido ante Dios y sus santos y mártires, en espe-
cial los patronos de las ciudades donde son obispos (Paulo, Fidel,
Masona). Reúnen esa duplex uia de la que ya he hablado en la pri-
mera parte, al caracterizar este modelo de uir sanctus en la hagio- 222 Para un enJUICiamiento histórico de estas cuestiones remito nuevamente al libro de
grafía literaria. Castellanos 2004, donde aparece detalladamente tratado.

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T

Isabel Velázquez
La literatura hagiográfica

De hecho, la importancia concedida a la actividad edilicia y al tancias de las uirtutes, elogios o actuaciones extraodinarias 0 mila-
evergetismo de obispos es una de las características definidoras de grosas anotados en los relatos-, ya que personajes como Masona
estos uiri sancti en las obras hagiográficas. Estas expresiones de muni- jalonan la historia eclesiástica y cultural de la Hispania de los
ficencia conducían directamente a la reafirmación del liderazgo social. siglos VI y VII. Estos obispos, antes monjes o abades de monaste-
rios, son los representantes más genuinos de la clase intelectual y
En las Vidas de los padres de Mérida, que hemos visto, se culta de la sociedad hispanovisigoda. Es bien sabido que los escri-
concede una importante atención a los monasterios que rodean la tores -autores de obras diversas, incluidas hagiográficas como es el
ciudad o pertenecen a su suburbium o territorium (y son la "mura- caso de Braulio de Zaragoza- han sido abades y luego obispos la
lla espiritual" de la misma), como el de Cauliana (o Coloniana), mayoría de ellos y sus vidas en algunos casos han pasado a ser rela-
cuya ubicación exacta se desconoce, y a la vez relata la enorme tadas por los hagiógrafos, casi contemporáneamente, como es el
actividad edilicia llevada a cabo en la ciudad, al amparo de sus caso de la Vita Fructuosi o después en la Edad Media, como la V ita
obispos, especialmente Paulo, Fidel y, sobre todo, Masona, al que Isidori, aunque ya exceda el marco cronológico de la frontera del
se le atribuyen las construcciones de diversos monasterios y basíli- siglo VII en que está centrado este trabajo. En otros casos, las
cas, además de un xenodochium o albergue - hospital para pere- obras del tipo de De uiris illustribus, como la del propio Isidoro de
grinos y enfermos. Esta misma obra ofrece detalles singulares tam- Sevilla o después la de Ildefonso de Toledo, han dejado testimonio
bién sobre la organización de la vida monástica, de la educación de de este tipo de personajes, cuya realidad toca en diversos puntos
la escuela episcopal, etc., que ayudan a componer un cuadro bas- con la imagen literaria que de obispos y abades, en tanto que uiri
tante aceptable del momento. sancti, nos ha dejado la literatura hagiográfica.
Si tomamos, por ejemplo, la figura de Masona en las VSPE, Pueden recordarse a este respecto las palabras de Codoñer
o de alguno de sus predecesores, Paulo o Fidel, veremos que esta sobre los escritores del siglo VI (1991, 234): ""un hecho que unifica a
obra hagiográfica valora, sobre todo, el hecho de que Masona fun- todos los autores del siglo VI es su adscripción a monasterios en una
dase monasterios, además de un xenodochium y valora igualmente primera fase de su vida. Esto quiere decir que todos ellos han reci-
su actuación directa sobre la reconstrucción y enriquecimiento de bido una educación monástica ... ". Esto es igualmente aplicable al
la Iglesia de Santa Eulalia: siglo VII. Se da, además, la característica en todos ellos -salvo algún
VSPE 5.3.3: statim in exordio episcopatus sui monasteria caso como Valerio del Bierzo- de que después de ser abades o mon-
multa fundauit, praediis magnis locupletauit. jes pasan a ocupar sedes episcopales; incluso podemos hablar de
""familias de obispos", según he comentado antes al hablar de
""al punto, al comienzo de su episcopado, fundó muchos
Braulio y su familia, a propósito de la Vita sancti Aemiliani.
monasterios, los dotó de grandes propiedades."
Los conocidos casos de monjes y obispos hermanos entre sí o
Pero estos ejemplos inmortalizados en las Vidas hagiográficas
familiares como Juan y Sergio de Tarragona; Justiniano, Elpidio,
no difieren de la realidad histórica de la época -salvadas las dis-

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J
La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

Pedro, Justo en Valencia, Huesca, Lérida y Urgell en el siglo VI. El Esta imagen ""real", de historicidad contrastable en muchos
sistema se repite en Sevilla, con Leandro, Isidoro y Fulgencio. casos, encuentra, por tanto, su paralelo en la imagen ""literaria"
Braulio de Zaragoza (además de su hermano Frunimiano), posi- tipificada en las obras hagiográficas y se proyecta, como no podía
blemente emparentado con Juan de Biclaro y Nonito, obispos de ser menos, en otras obras y géneros.
Gerona, y quizá con Fructuoso de Braga. Al margen de relaciones A este respecto, considero oportuno recordar aquí la impo-
familiares, son otros muchos los monjes-obispos: Liciniano de nente presencia literaria en el Occidente latino de las inscripciones
Cartagena, Eutropio de Valencia, Quirico de Barcelona. Los obis- sepulcrales de este tipo de personajes, las relativas a fundaciones o
pos Eladio, Justo, Eugenio II (éste con un paso intermedio como construcciones de iglesias, basílicas, monasterios, las de consagra-
archidiácono de Braulio) o Ildefonso, procedentes del monasterio ción de esas iglesias o las de deposiciones de reliquias para llevar a
Agaliense o de otros, presiden la sede metropolitana de Toledo por cabo dichas consagraciones. Un vistazo rápido por los corpora de
voluntad real (Díaz y Díaz 1976, 92). inscripciones cristianos nos da la clave de la envergadura de estos
Estamos, en definitiva, ante un grupo de escritores podero- textos y de su importancia para el estudio de los loca sancta22 \ de
sos cultural y políticamente, pertenecientes casi todos ellos a la más la historia de estos uiri sancti y de su papel en la sociedad de su
alta jerarquía eclesiástica, obispos y muchos, antes también, aba- tiempo. Suministran muchos datos importantes, a veces entrevera-
des de monasterios. Todos ellos representan la clase intelectual de dos con los topica característicos del tono elogioso y panegírico de
la época, son los exponentes dél ambiente cultural, al menos de la algunos de ellos, en especial de los elogia fúnebres de los epitafios,
minoría culta 223 , y tienen además una participación directa en la muchos de ellos poéticos, carmina latina epigraphica, cuya impor-
vida política y los nombres de muchos de ellos aparecen vinculados tancia e interconexión con las obras hagiográficas ya ha sido pues-
a los de los monarcas: Leandro de Sevilla a Leovigildo y sus hijos to de manifiesto en diversas ocasiones 225 •
Hermenegildo y Recaredo, Isidoro de Sevilla a Gundemaro, Sise- Quisiera, pues, mencionar por ello la existencia de un grupo
buto, Suintila y Sisenando, Eugenio de Toledo y Braulio de Zara- de poemas epigráficos de época visigoda que presentan unas carac-
goza a Chindasvinto y Recesvinto, Julián de Toledo a Wamba. terísticas especiales por tratarse de textos sólo conservados a tra-
Este tipo de personajes reales son los protagonistas de la vida vés de una transmisión manuscrita concreta, me refiero a los que,
social y cultural de la Hispania visigoda, pero son también perso-
najes de este tipo los que se erigen en protagonistas de las Vidas
hagiográficas. 224 Duval1982 y 1993; Bognetti 1976, entre otros.

225 Véase Maymó i Capdevilla 2000-2001. Por otra parte no debe olvidarse que el carácter pane-
gírico de los cannina latina epigraphica clásicos, los modelos de elogia fúnebres antiguos habían
configurado ya unos modelos de "héroes" virtuosos, de los que en cierta medida se aprovechó la lite-
ratura cristiana y, cómo no, la hagíografía y, en última instancia, estas inscripciones cristianas de
223 Cf. Díaz y Díaz 1976, 57-86 y 89-115. Codoñer 1983, II, 435-465. y 1991, 11, 209-267. las que ahora se habla. Véase Gómez Paliares 1996 para la influencia de los carrnina epigraphica
Velázquez 1994. latinos en la literatura hagíográfica.

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La literatura hagiográfica

junto a otros, pueden leerse en la denominada Anthologia Hispana Epitafio de Sergio:


en el códice Paris B.N. 8093 (+ Leiden, Bibl. der Rijksuniversiteit, sollers magnanimus pius ingenio cato ¿?
Voss. F.lll). Entre ellos destacan los elogia funebres de Juan y hic quiescit in tumulo Sergi<u>s pontifex s(an )e(tu )s
Sergio de Tarragona y Justiniano de Valencia. Recientemente se ha 3 [ qu]i sacri labentia restaurans culmina templi
cuestionado la autenticidad de estos epitafios, es decir, que se trate haud procul ab urbe construxit cenobium s(an)c(ti)s.
de textos de época visigoda. Se ha dicho que pueden ser de época pauperes patrem hunc tutorem hab<u>ere pupulli,
carolingia, incluso de los siglos XI y XII, partiendo de argumentos 6 uidu<i>s solamen, captibis pretium [ - - - ?J
diversos que no me parecen sostenibles. La argumentación se basa esurien<tibu>s repperit alimentum [--- ?]
de un lado en la falta de singularidad o concreción de lo detallado profluus in lacrimis depulit contagia carnis,
en ellos, pero como hemos visto, ése es precisamente el resultado 9 cunctis carissimus, exuberanti gratia pollens,
de la tipificación literaria de esos personajes en la época visigoda; parcus in abundantia, locuplex egentibus uixit
y de otro, en que se trata de poemas de métrica cuantitativa co- septies de nos presentís eui peragens annos;
rrecta, frente a los poemas conservados en piedra que son mayori- 12 tria sacer pontifex pariterq(ue) septena
tariamente "rítmicos", pero es que estos poemas no son correctos, religiosa vite expleuit tempor<e> lustra.
sino que, como he escrito en otro lugar 226 , se trata de un tipo de
""hexámetros bárbaros" que tienen unas características especiales
que no permiten considerarlos simples hexámetros mal construidos ""Hábil, magnánimo, piadoso, de sagaz ingenio,
o con errores. Aquí descansa en este túmulo Sergio, santo obispo,
quien, tras restaurar los techos derrumbados del sagrado
Si nos fijamos en algunos de estos carmina epigraphica, ve-
templo,
remos que la imagen que proyectan de los sujetos aludidos se
construyó un cenobio para monjes no lejos de la ciudad.
corresponde plenamente con la imagen acuñada por la literatura
Los pobres lo tuvieron por padre, los discípulos por tutor,
hagiográfica y con el prestigio social de que gozaban, al que, indu-
Consuelo para las viudas, compensación para los cautivos.
dablemente, Vitae hagiográficas, panegíricos, o estos mismos epi-
Para los hambrientos halló alimento,
tafios contribuían a consolidar. A modo de ejemplo, reproduzco los
Proclive a las lágrimas, despreció el contacto de la carne,
epitafios de Sergio, obispo de Tarragona. Anthologia Hispana,
queridísimo para todos, vigoroso en la gracia exhuberante,
Paris B.N. 8093 (ICERV 278, RIT 939) y de Justiniano, obispo de
sobrio con la abundancia, rico con los necesitados, vivió
Valencia. Anthologia Hispana, Paris B.N. 8093 (ICERV 279).
cumpliendo siete veces de diez años en su época,
como obispo consagrado pasó tres lustros de su vida y, a la vez,
otros siete lustros de vida religiosa."
226 Velázquez 2003b. Véase オセ@ estudio detallado e interesante, con algunas variantes de lectura
en Gómez Paliares 2002, 123-127 y 172-176.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

Epitafio de Justiniano: Al margen de la composición interna de estos poemas, creo


que el contexto cultural y literario en la Hispania visigoda, la
pius preclarus doctor alacer facundus
importancia social, económica y cultural de las sedes episcopales,
Iustinianus caelebs pontifex sacer<dos>
así como de los monasterios, y la proyección social, incluso polí-
3 noba te( m )pla eo( n )struens uetustaq(ue) rest{aurans]
tica de muchos de estos uiri sancti, no sólo son suficientes para
ornabit festa dictis predica( n )s in populis
uirgines institue( n )s monacosq( ue) gu<bernans> justificar la autenticidad de estos epitafios, sino que ellos mismos
6 scripsit plura posteris profutura [ seclis]. se convierten en un argumento y fuente literaria más en apoyo de
hic miro maris insola<m> munimine s<ep>si[t], la gran importancia adquirida por aquellos en el seno de la socie-
in <q>ua maris circu(m )jlue<n>tib(us) undis dad de la época. Porque estos epitafios, así como otras inscrip-
9 silice disrupto predulce(m) repperit limfam. ciones, asumen la imagen social y cultural que las obras hagio-
hic Vincentium gloriosu(m) martirem Xp(ist)i gráficas proyectan y que son, sin duda, el reflejo de las realida-
sat pio que m coluit moderamine uiuens, des sociales (Castellanos 2004, 303). Por ello no importa que,
12 hunc deuotus moriens reliquid eredem. como ocurre en la Vida de Renovato expuesta como la última de
undecim presentís quinquenia uite las VSPE, no haya demasiados elementos individualizadores y se
quattuor lustris uisq(ue) quaternis mensib(us) ¿? presenten a modo de tópicos literarios las actividades y virtudes
15 connumerandus s( an )e(ti )s ministrab(it) antestis. de los mencionados en esos epitafios. ¿Qué mejor lugar que una
inscripción o lauda sepulcral para resumir el compendio de méri-
tos de estos hombres? Y eso, sin que sea obstáculo el que estemos
""Piadoso, preclaro, sabio, alegre, elocuente,
ante epitafios conservados en piedra o transmitidos sólo litera-
Justiniano, célibe, obispo, sacerdote,
riamente, en un tipo de literatura realizada en lo que podríamos
Construyó nuevos templos y restauró antiguos,
calificar de epigraphico more, es decir, en la elaboración de poe-
Adornó las fiestas con su palabra, predicando a las gentes.
estableció conventos de monjas y gobernó a los monjes, mas literarios hechos con un formato epigráfico227 •
escribió muchas cosas que perdurarán en los siglos venideros. Podríamos pensar que se trata exclusivamente de tópicos lite-
Éste cercó con una admirable muralla una isla del mar rarios, que desde luego lo son -aunque en algunos casos como el de
en la que, aun estando rodeada por las olas del mar, Justiniano se ofrecen algunos datos mucho más concretos y parti-
halló agua dulce en una roca resquebrajada. culares-,, pero, como he dicho, la realidad histórica nos muestra
Éste, que, mientras vivió, veló con muy piadoso gobernalle que estos personajes existieron y que por lo que hace a su papel de
por <el monasterio de> San Vicente, glorioso mártir de Cristo, dirigentes eclesiásticos y a sus formas de vida, esos tópicos respon-
devoto, al morir, le dejó como heredero.
Once quinquenios de esta vida <vivió>,
cuatro lustros y dos veces cuatro meses ejerció de obispo
y se le ha de contar entre los santos. 227 Sobre esta cuestión, detenidamente, en Velázquez 2006.

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La literatura hagiográfica Isabel Velázquez

den a realidades concretas, al igual que esa polarización entre mo- 929. En el citado testamento el propio Genadio relata que comen-
nasterios y sedes episcopales. zó su vida monástica en Ageo (actualmente Ayoó de Vidriales en
Zamora), perteneciente entonces a la diócesis de Astorga, bajo la
Además, ese modelo se perpetúa tiempos después y sirve de
dirección de Arandiselo. Pero después de unos años, deseando lle-
referente en la Edad Media, no sólo en la literatura hagiográfica, sino
var una vida más retirada y aislada y movido por su admiración
en la vida de algunos personajes, cuya historia conocemos por otras
hacia Fructuoso de Braga y Valerio del Bierzo, santos de su misma
diversas fuentes. Es por ello que voy a concluir este estudio haciendo
zona y famosos por su vida ascética y monástica y por sus obras'
mención de un heredero histórico de estos uiri sancti, tanto de los
sale hacia el ""desierto" de San Pedro de Montes, para restaurar el
modelos hagiográficos, como de los obispos ""históricos" y, en algunos
monasterio que en Complutum (la actual Compludo) había funda-
casos, autores ellos mismos de obras hagiográficas. Me refiero al obis-
do tres siglos antes Fructuoso. En compañía de doce hermanos -un
po Genadio de Astorga, en el siglo X, un personaje muy vinculado pre-
número creo que buscado expresamente por él, en recuerdo de los
cisamente a dos de los tratados en esta parte del libro, a Fructuoso de
doce apóstoles 230 - se dedica a poner de nuevo en pie y en funciona-
Braga y Valerio del Bierzo, admirador de ellos y que siguió el modelo
miento el antiguo monasterio fructuosiano.
de vida preconizado por éstos y que podemos ver tanto en la Vita
Fructuosi como en las obras autobiográficas de Valerio. Sólo tiempo después y, al parecer, por mandato real, se vio
obligado a alejarse de su retiro y a dirigir la sede episcopal de
Fue restaurador de los monasterios fundados por Fructuoso
Astorga, realizando además labores requeridas por los reyes, a
de Braga en Compludo y San Pedro de Montes en el Bierzo leonés.
quienes acompaña en viajes y con quienes mantiene estrecha rela-
Era de familia noble, algunos autores lo han emparentado con la
ción. Se convirtió, pues, en un monje abad y obispo, cuya figura
familia de Alfonso III y Ordoño II, o con la mujer de éste, la reina
recuerda inevitablemente a la de tantos abades y obispos de época
Elvira 228 • Gracias a su testamento 229 , se sabe que hacia 895 era pres-
visigoda, cuyos pasos sigue de cerca. Un tipo de persona en busca
bítero y prior en San Pedro de Montes y obispo en 898. Murió en
de la santidad que nos rememora la vida de Fructuoso de Braga a
quien tanto admiraba, la de Martín de Braga, y la de los obispos
toledanos, educados en el monasterio de Agali y llevados hasta la
228 La más completa información sobre este personaje y de la historia del obispado de Astorga
cátedra episcopal, por voluntad regia, directa o indirectamente 231 ,
puede leerse en Quintana Prieto 1968, con comentarios críticos a toda la bibliografía anterior, edi-
tada o inédita, sobre Genadio. Ya daba noticia de él Ambrosio de Morales en su Crónica y después
Flórez le dedica una especial atención tanto a él como a la ciudad de Astorga y su historia en la
España Sagrada, vol. XVI. Debe consultarse también el Episcopologio Astllricense, vol. II, editado 230 El comienzo de este testamento hace clara alusión a algunos de los apóstoles, de quienes se
por Rodríguez López (1907), así como el manuscrito Historia del monasterio de San Pedro de declara seguidor.
Montes, de Joaquín Herrezuelo conservado en el Archivo diocesano de Astorga. Recientemente, en
231 Como es el caso de Eugenio II de Toledo que, si bien había sido educado en Agali, no fue direc-
2004, se ha reeditado la obra de Benjamín Martínez (1936), titulada Montes y Peíialba. Ensayo his-
tamente desde allí a ocupar la sede episcopal, sino que había partido junto a Braulio de Zararroza
tórico-artístico, una síntesis n1uy útil. quien le había nombrado diácono, y esperaba, probablemente, que lo heredara como ウオ」・セイ@ ・セ@
229 No se trata de un testamento en el sentido actual, sino más bien de una carta de donación de Zaragoza; sin embargo fue requerido a Toledo por el rey Chindasvinto, a pesar de las quejas de
bienes y propiedades. Braulio, véase Codoñer 1964, 57; Díaz y Díaz 1976, 91-92.

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La literatura hagiográfica

y a pesar de su voluntad en ocasiones, como le sucede al propio


Genadio, quien se encarga de afirmarlo así en su testamento, acha-
cando incluso a las maquinaciones del ''enemigo" el hacer surgir en
la mente del rey y de las gentes el deseo de que él se convirtiese en
el obispo de Astorga, cargo que soporta durante años por obedien- BIBLIOGRAFÍA
cia pero tratando de mantenerse lo más alejado posible de sus
implicaciones sociales o mundanas.
L FUENTES: EDICIONES Y TRADUCCIONES
Estas circunstancias de vida y actitud personal de Genadio
de Astorga recuerdan de cerca las de Martín y Fructuoso de Braga, Actas de mártires y santos
y enlazan, en última instancia, con las del monje-obispo más famo- - Acta sanctorum quotquot toto orbe coluntur. E dit. Socü Bollan-
so de Occidente, Martín de Tours, al que me he referido antes. Se diani, Paris 1863 y ss.
trata pues de historias y vidas que se insertan plenamente en el
- RUIZ BUENO, D. (1974), Actas de los mártires, Introducción y
contexto de los inicios del monacato occidental, pero cuya impor-
edición bilingüe, Madrid. Biblioteca de Autores Cristianos.
tancia y vigencia dura siglos: los orígenes eremíticos y solitarios de
sus protagonistas que, al hallarse seguidos de un grupo de incon- Braulio de Zaragoza:
Epistulae
dicionales (gentes que quieren カゥセイ@ aisladamente y llevar una vida
de ascetismo riguroso como su maestro, el hombre a quien admiran - MADOZ, J. (1941), Epistolario de S. Braulio de Zaragoza. Edi-
y siguen), terminan por convivir en pequeños cenobios, incluso en ción crítica según el códice 22 del Archivo Capitular de León,
establecer una vida bien reglada en monasterios, y que después con una introducción histórica y comentario, Madrid.
deben pasar a ejercer un papel social de primer orden, ocupar las - RIESCO TERRERO, L. (1975), Epistolario de San Braulio.
sedes episcopales, muchas veces por mandato real, por elección Introducción, edición crítica y traducción, Publicaciones de
popular o cualquier otro procedimiento ajeno, en principio, a su la Universidad de Sevilla, Facultad de Filosofía y Letras,
voluntad. Sevilla.

Algunos de estos hombres, protagonistas de la historia en las Vita sancti Aemiliani


épocas en que les tocó vivir, fueron inmortalizados por la literatu- - CAZZANIGA, I. (1955), La Vita di S. Emiliano, scritta da Brau-
ra hagiográfica que los convirtió en uiri sancti. lione, vescovo di Saragossa, en Bolletino del Comitato perla
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