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CARACTERÍSTICAS NATURALES Y FLORA PRESENTE EN EL

ENTORNO PAISAJÍSTICO DE LAS ZONAS ARQUEOLÓGICAS


HUAYCÁN DE CIENEGUILLA Y MOLLE

Ronald A. San Miguel Fernández


Qhapaq Ñan – Sede Nacional

Una de las formas de acercarnos al entendimiento del patrimonio cultural arqueológico


es a partir de su relación con el medio ambiente. En tal sentido, consideramos
importante el conocimiento del entorno paisajístico y natural vinculado a la zona
arqueológica Huaycán de Cieneguilla, así como nuestro compromiso con su difusión. Es
cierto que el patrimonio de la comunidad distrital de Cieneguilla no sólo abarca la
totalidad de los sitios y los paisajes arqueológicos como legado cultural material del
pasado, sino que además reside en la riqueza natural que alberga el entorno físico y
geográfico que rodea todos estos lugares, es decir, tanto el sector del valle agrícola
como su entorno desértico.

En esta ocasión trataremos acerca de las características naturales y ecológicas de la


zona en la que se encuentra Huaycán de Cieneguilla, para luego presentar las
formaciones vegetales vinculadas al entorno natural de los sitios arqueológicos.

Clasificación geográfica y ecológica


La zona arqueológica Huaycán de Cieneguilla se encuentra ubicada sobre la margen
izquierda del río Lurín, a 26 km. del litoral y a una altitud promedio de 430 m.s.n.m., en
el extremo superior del valle bajo del río Lurín; siendo este espacio considerado como el
área transicional entre el valle bajo y el valle medio. El sitio está emplazado sobre una
terraza aluvial, al pie de una quebrada desértica que lleva el mismo nombre; y tiene
como sitio más cercano a la zona arqueológica Molle, situada justo al frente, en la otra
margen del río y al pie de la quebrada del mismo nombre. En cuanto a su ubicación
política, ambos sitios se localizan en el actual distrito de Cieneguilla, al sureste de la
provincia de Lima, en el departamento de Lima. Actualmente Huaycán de Cieneguilla
colinda con dos poblaciones vecinas: la primera conocida también como Huaycán de
Cieneguilla, situada en el límite noreste del sitio, y la segunda población denominada
Las Terrazas de Cieneguilla ubicada al noroeste; mientras que al sur se encuentran los
terrenos de la Comunidad Campesina Collanac. Por su parte, la zona arqueológica
Molle colinda hacia el sur con el área agrícola correspondiente a la Asociación Fundo
Molle, mientras que al norte lo hace con propiedades de terceros.

Geográficamente, según la clasificación de las regiones naturales basada en los pisos


altitudinales y elaborada por Javier Pulgar Vidal (1975), el sector del valle donde se
encuentran las zonas arqueológicas Huaycán de Cieneguilla y Molle corresponde a la
región Costa (denominada también Chala, distribuida entre los 0 y 500 m.s.n.m.), y
debido a su altitud se le considera muy próxima al siguiente piso altitudinal, llamado
Yunga Marítima (500 - 1000 m.s.n.m.).

En una segunda clasificación sobre los sistemas geográficos o geosistemas elaborada


por Olivier Dollfus (1981), la misma que toma como base a la geografía en su relación
con las actividades humanas; el entorno de los sitios arqueológicos se sitúa dentro del
geosistema del Desierto Asoleado, el cual abarca una altitud entre los 300 y 800
m.s.n.m. (Dollfus 1981: 53-54).

Por su parte, la biogeografía sitúa el área de estudio en el Distrito del Desierto Costero,
dentro de la Provincia del Desierto, perteneciente al Dominio Andino dentro de la Región
Neotropical (Cabrera y Willink 1973: 89-90). Otra clasificación biogeográfica mundial
elaborada por Miklos D. F. Udvardy, lo sitúa en la Provincia Biogeográfica del Desierto
del Pacífico (Udvardy 1975).

De otro lado, la clasificación ecológica en ecorregiones propuesta por Antonio Brack, en


base a los factores medioambientales y ecológicos, ubica a la zona de estudio en la
Ecorregión del Desierto del Pacífico, situándola en el centro del país entre los 0 y 1000
m.s.n.m. (Brack 1977: 273-277).

En cuanto a la clasificación ecológica en zonas de vida natural1 empleadas por la


ONERN2, es posible encontrar las zonas de vida del Desierto superárido Subtropical
(ds-S) y el Desierto perárido Premontano Tropical (dp-PT) en las inmediaciones de
Huaycán de Cieneguilla; ambas zonas se restringen principalmente a las quebradas
poco impactadas y los cerros desérticos aledaños (ONERN 1976: 39-40, 45-46) (foto 1).

Foto 1: Zonas de Vida. Izquierda: Desierto superárido Subtropical (ds-S). Derecha: Desierto perárido
Premontano Tropical (dp-PT). Fotos por Ronald San Miguel (izq.) y Elmer Ccente (der.)

1 El sistema de clasificación ecológica en zonas de vida, contempla 84 zonas de vida reconocidas en el mapa ecológico
del Perú elaborado por la ONERN en 1976, en base a las 35 zonas identificadas inicialmente por Joseph A. Tosi (Tosi
1960), quien a su vez las planteó siguiendo los criterios propuestos por Leslie R. Holdridge en 1947, como parte de su
clasificación de las formaciones vegetales del mundo a partir de los factores climáticos y de vegetación.

2 ONERN es la sigla de la ex Oficina Nacional de Evaluación de Recursos Naturales, que funcionó entre 1962 y 1992.
Flora y formaciones vegetales naturales
La vegetación en los alrededores de la zona arqueológica Huaycán de Cieneguilla se
origina de forma natural y de forma antrópica. La vegetación producida de forma
antrópica, es decir como producto de la intervención humana, es la más concentrada y
llamativa, y la que a su vez caracteriza a la campiña cieneguillana, como un lugar de
esparcimiento ubicado en las afueras de la ciudad de Lima. Esta vegetación se
encuentra restringida en forma de oasis a lo largo del recorrido del río, conformada
principalmente por las zonas agrícolas, así como por los recreos campestres, los
parques y los jardines urbanos (foto 2). Su presencia es posible únicamente gracias al
riego permanente, alcanzado mediante la canalización del agua proveniente del río, una
acción que se remonta hasta las épocas prehispánicas y que produce la modificación
del paisaje a través de los campos de cultivo e irrigaciones. De este modo, el valle
agrícola es el resultado de la continua intervención humana a lo largo del tiempo, por
aprovechar la máxima potencialidad e irrigabilidad del suelo. En este sector del valle
destaca la presencia de los campos agrícolas en las inmediaciones de la zona
arqueológica Molle, sobre la margen derecha del río Lurín, en los que se continúan
realizando aquellas labores ancestrales.

Foto 2: El valle agrícola es el resultado de la continua intervención humana. En contraste, las montañas
desérticas muestran aún el entorno natural propio de la zona. (Foto por Ronald San Miguel)

La vegetación natural, por otra parte, está conformada por las especies propias de las
zonas desérticas, y es posible identificar cinco tipos de comunidades o formaciones
vegetales en el entorno de las zonas arqueológicas de Huaycán de Cieneguilla y Molle,
sobre las cuales expondremos a continuación.
Matorral ribereño
Llamado también bosque o monte ribereño, es una de las formaciones vegetales más
recurrentes en los ríos de la vertiente occidental del Pacífico. Se trata de la asociación
de una variedad de plantas especializadas y muy resistentes a los regímenes siempre
cambiantes en el curso de agua de los ríos costeños (Whaley et al. 2010: 20), y están
conformadas principalmente por la caña brava (Gynerium sagittatum), el chilco
(Baccharis salicifolia), el pájaro bobo (Tessaria integrifolia), el sauce (Salix
humboldtiana) y el espino (Acacia macracantha), entre otras más (foto 3).

Foto 3: El matorral ribereño es una formación vegetal que se resiste a desaparecer a pesar de las
continuas inundaciones e incluso los impactos humanos. (Foto por Ronald San Miguel)

Tillandsial
Esta formación vegetal única en el mundo la encontramos sobre las laderas medias y
altas de los cerros, entre los 500 y los 750 m.s.n.m. (foto 4). Como su nombre lo indica,
está conformado por especies del género Tillandsia3, un género de plantas de la familia
de las bromeliáceas caracterizados por sobrevivir a la escasez de agua, en donde
ninguna otra planta puede hacerlo, captando la humedad presente principalmente en el
aire mediante la superficie de sus hojas recubiertas con unas escamas muy pequeñas
(Mostacero et al. 2007: 160-162). Dentro de la quebrada Huaycán se han identificado
hasta tres especies de este género: 1) Tillandsia latifolia es la más grande, de flor
naranja oscuro y hojas rígidas; 2) Tillandsia purpurea de flor rosada y hojas claras

3 Comúnmente estas plantas son llamadas achupallas, un nombre quechua para las piñas (Ananas comosus),
pertenecientes también a la misma familia (Fray Domingo de Santo Thomás, 2006 [1560]: 32).
curvadas hacia abajo; y 3) Tillandsia landbeckii que es la más pequeña de las tres, de
hojas delgadas y semiretorcidas. Todas ellas se encuentran conformando comunidades
en ocasiones mixtas.

Foto 4: El tillandsial es una formación vegetal que sobrevive donde ninguna otra planta puede
hacerlo, gracias a su capacidad de captar la humedad atmosférica. (Foto por Elmer Ccente)

Rodal de cactáceas
Al interior de las quebradas como Huaycán o Molle, sobre los 470 m.s.n.m., se
encuentra una formación vegetal compuesta en su mayoría por especies de la familia de
las cactáceas (foto 5). Como sabemos, estas son plantas originarias del nuevo mundo
muy bien adaptadas a los lugares áridos, sobreviviendo a la falta de agua gracias a las
esporádicas precipitaciones que puedan sucederse. Entre sus principales
características está el almacenar agua al interior de sus tallos, cuya superficie está
protegida por una serie de espinas, las cuales pueden captar la humedad de la neblina
dirigiéndola a la parte inferior de la planta, para luego ser aprovechada por las raíces
(Ostolaza 2014: 110). Estas plantas se encuentran concentradas mayormente sobre el
fondo de la quebrada y al pie de los cerros, lugares que están protegidos de los vientos
y que brindan la temperatura y humedad atmosférica adecuada para su desarrollo
(Ccente 2012: 2). Nuestro reconocimiento del entorno dio como resultado la
identificación de cinco géneros de especies, siendo las más abundantes aquellas del
género Haageocereus, seguidas por las especies Mila caespitosa o cactus enano,
presente en la parte media de la quebrada Huaycán; Cumulopuntia sphaerica o caca de
zorro, localizada en la parte media de la quebrada Molle; Neoraimondia arequipensis o
gigantón, predominante en la parte media y alta de la quebrada Molle y en menor
medida en la quebrada Huaycán, y de manera más dispersa Melocactus peruvianus o
asiento de suegra. La mayoría de estas especies son endémicas de nuestro país, y
están protegidas por las leyes peruanas.
Foto 5: El rodal de cactáceas ofrece un ambiente pintoresco y muy poco conocido en la ciudad
de Lima. (Foto por Elmer Ccente)

Vegetación de huaycos u arroyos secos


Se trata de un conjunto de plantas estacionales adaptadas a la aridez, que por lo
general crecen de manera aislada sobre las escorrentías que surcan el lecho de las
partes medias y superiores de las quebradas, las cuales reverdecen usualmente en las
épocas húmedas de invierno, cuando la humedad es muy elevada, permitiendo algunas
leves precipitaciones a modo de garúa (foto 6). Destacan aquí algunas especies como
Trixis cacalioides conocida comúnmente como lingo lingo, Heliotropium angiospermum
o cola de alacrán, Tiquilia paronychioides o flor de arena, Chenopodium petiolare o
quinua silvestre, Oxalis corniculata o trébol vinagrillo, Solanum chilense o tomatillo
silvestre, Solanum multifidum o papita silvestre, Nicotiana paniculata o tabaco silvestre,
Grabowskia boerhaviifolia o palo negro, Exodeconus maritimus o campanilla, Nolana
humifusa o nolana, Hoffmannseggia viscosa, entre otras.
Foto 6: La vegetación de huaycos o arroyos secos encuentran en las escorrentías de la quebrada la
humedad y protección suficiente para poder sobrevivir. (Foto por Elmer Ccente)

Coberturas vegetales estacionales de verano


Un fenómeno interesante que ocurre muy ocasionalmente es la formación de una
cobertura vegetal sobre las laderas más altas y las cimas de los cerros, que tiene lugar
durante algunos veranos en los que las precipitaciones andinas llegan a alcanzar las
partes más altas, siendo lo suficientemente importantes como para hacer brotar algunas
plantas, otorgando a los cerros una cobertura de verdor (foto 7). Este fenómeno no es
constante todos los años, y una de las últimas veces en que esto ocurrió fue durante los
meses de verano del año 2010. Destacan aquí la presencia de plantas como la nolana
(Nolana humifusa) y la campanilla olorosa (Exodeconus prostatus).
Foto 7: La cobertura vegetal estacional de verano fue un fenómeno visto por última vez en el verano
del año 2010 en muchos de los cerros del distrito de Cieneguilla. (Foto por Mario Ramos)

Amenazas y perspectivas
Las distintas formaciones vegetales ubicadas en la zona desértica son importantes no
sólo porque todas ellas proporcionan un toque de vida a las quebradas áridas, sino que
al mismo tiempo sirven como lugares de refugio y alimento de aquellos animales que se
encuentran en sus hábitats. Sin embargo, estos ecosistemas tan representativos y poco
conocidos de los rincones agrestes de la capital se ven cada día amenazados, debido al
continuo crecimiento sin control de las parcelaciones que vienen ocurriendo con mayor
fuerza en estos últimos años.

Un claro ejemplo lo encontramos en la quebrada Molle, la cual se mantenía intacta


hasta el año 2014; mientras que al año siguiente la zona fue ocupada por viviendas que
se ubicaron en la parte media de la quebrada, y que están diezmando las poblaciones
del cactus Cumulopuntia sphaerica, localizado únicamente en dicha quebrada. Otra de
las amenazas que también encontramos allí, es la construcción de un camino que hace
su ingreso a la quebrada desde la colindante quebrada Huaycán de Pariachi, ubicada
en el distrito de Ate Vitarte, la cual traería consigo una ocupación humana incontrolada,
y con ello la alteración del paisaje, así como la destrucción de las evidencias culturales
de uno de los caminos de origen prehispánico que unía ambas cuencas.

La quebrada Huaycán de Cieneguilla no es ajena al tipo de amenaza mencionada, pues


es conocido que la comunidad campesina que tiene la propiedad sobre los terrenos
posteriores a la zona arqueológica, tiene la intención de venderlos con fines de
lotización. Otra amenaza que se cierne sobre esta quebrada, y que definitivamente
impactaría de manera considerable sobre la zona arqueológica, la encontramos en la
prolongación de la trocha de carrozable que se interna por la quebrada Río Seco y que
intentaría ingresar por la parte superior a la quebrada Huaycán.

El impacto generado por la destrucción de la vegetación encontrada en las quebradas y


laderas sería lamentable y muy difícil de restablecer, debido a que la mayoría de estas
plantas, en especial las cactáceas, tienen una difícil propagación así como un
crecimiento extremadamente lento, por lo que su pérdida sería casi definitiva. Es
necesario mencionar aquí la protección legal de la que disponen estas cactáceas, la
mayoría de las cuales están catalogadas como amenazadas conforme al Decreto
Supremo Nº 043‐2006‐AG, promulgado el 6 de julio de 2006, norma en la que se
aprueba la categorización de especies amenazadas de flora silvestre del Perú.
Tampoco olvidemos que el área comprendida dentro de la quebrada Huaycán de
Cieneguilla cuenta con un documento legal emitido por la Municipalidad Metropolitana
de Lima que respalda su uso como Zona de Protección y Tratamiento Paisajista (PTP),
y según el cual todos los usos permitidos deben estar relacionados únicamente con la
protección del paisaje natural y el cuidado del entorno, así como la arborización y la
seguridad física de las poblaciones colindantes, y en cuyo interior no se está permitida
la ocupación con usos urbanos.

Por su parte, el matorral ribereño siempre ha cumplido una función importantísima en la


protección de los bancos del río, ya que el entramado de las raíces los protege de sus
repentinas crecidas anuales, impidiendo el desprendimiento del terreno ante las
inundaciones. Sin embargo, esta formación vegetal se ve amenazada por múltiples
factores. Uno de ellos es la introducción de especies vegetales exóticas de carácter
invasivo, como el carrizo (Arundo donax) o la higuerilla (Ricinus communis), las cuales
se expanden rápidamente restando espacio a las especies nativas. Otra amenaza se da
por el desconocimiento y la mala práctica en el uso de los bancos del río, ya que de
manera preventiva ante el riesgo de desborde del río, cada cierto tiempo se apuesta por
la solución más rápida que consiste en la modificación de las riberas; en lugar de buscar
una solución de largo alcance como aquella que refuerce las orillas mediante la
reforestación con las especies nativas idóneas, como la caña brava, el sauce o el
espino. A diferencia de las otras formaciones vegetales, el monte ribereño es capaz de
reponerse de manera rápida debido a la continua presencia de humedad del suelo
propia del lecho del río.

Es importante la conservación de las distintas formaciones vegetales naturales, ya que


en su conjunto ofrecen un potencial tanto para la investigación, como para la educación
y el disfrute por parte de la población. Asimismo, poseen potencial para su
contemplación a través de las visitas controladas, cosa que aún no ha sido aprovechada
dentro del distrito.

La preservación y conservación de este espacio natural, que en la quebrada Huaycán


mantiene su entorno visual escasamente alterado, tiene el potencial para ser
aprovechado tanto por la comunidad campesina como por la población aledaña,
mediante actividades relacionadas al ecoturismo de manera controlada. La posibilidad
de establecer rutas de trekking, rutas para la observación de flora y fauna, o incluso
realizar cabalgatas al interior de la quebrada, complementada con la conformación de
orientadores locales; permitiría que este espacio pueda ser aprovechado de manera
racional en beneficio de la población, en tanto que su protección municipal como primer
espacio de conservación para este tipo de ambientes dentro de la provincia de Lima,
sería un motivo más para el interés de los visitantes en el distrito. Por lo tanto, es
necesario promover el diálogo entre la Municipalidad Distrital de Cieneguilla y la
Comunidad Campesina Collanac con la finalidad de alcanzar acuerdos mutuos para
lograr la preservación del área, y de esta manera asegurar la inalterabilidad de la zona
arqueológica en el futuro, garantizando en cierta forma su protección física frente al
reciente proceso de expansión informal de viviendas por parte de traficantes de
terrenos, el mismo que se ha ido incrementando en los últimos años en el distrito de
Cieneguilla.

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