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Un nuevo paradigma
1. La mirada del Papa Francisco

 La humanidad vive un giro histórico. En corto tiempo se pueden ver adelantos


en distintos campos, que contribuyen al bienestar de la gente pero también
son fuentes de un poder muchas veces anónimo (EG, n°52).

 Los beneficios no llegan a todos: una inmensa cantidad de mujeres y


hombres superviven inmersos en la pobreza y el desempleo, sujetos al azote
de enfermedades, en viviendas indignas y sin acceso a educación. Seres
humanos que ya no están ni adentro ni afuera ni al margen. Sobran, son
desechos, descartes. Hemos naturalizando la cultura del descarte sin
animarnos a admitir abiertamente que la exclusión y la inequidad matan (EG,
n°53).

 A su vez, el “precio” de muchos de los “adelantos” de la humanidad se


hicieron a costa de un intenso deterioro de la hermana tierra, que clama por el
daño que le provocamos (LS 1); y los efectos más graves de esos daños los
sufren los pobres (LS 48).

 Para cambiar hay que llegar al fondo de la cuestión. Es insuficiente quedarse


en la descripción de los síntomas; hay que llegar a las raíces profundas, a las
causas (LS 15).

 Las causas son un modo de entender la vida y la acción humana que erige a
la metodología y los objetivos de la tecnociencia como principios
condicionantes de la vida de las personas y el funcionamiento de la sociedad
(LS 101 y 107). Estamos regidos por un paradigma tecnocrático.

2. ¿Qué es un paradigma?
 El término proviene del griego y en la lengua castellana lo recibimos a través
del latín tardío.
 Es un término polisémico, su uso fue pasando de la filosofía a las ciencias
físico matemáticas y naturales a las sociales y al uso cotidiano con contenidos
distintos.
 En el ámbito científico se puso “de moda” a partir de un libro publicado en
1962 por el norteamericano Thomas S. Kuhn: La estructura de las
revoluciones científicas. Para Kuhn es algo así como un conjunto de valores y
conocimientos, creencias aceptadas en una ciencia (una especie de
cosmovisión o ideología), que por lo menos hasta que son refutadas o
reemplazadas por otro aportan un esquema de comprensión e indican
caminos para avanzar en el conocimiento. En éste sentido, la noción de
paradigma es casi sinónimo de teoría.

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 En el lenguaje usual y la vida cotidiana con la palabra paradigma en general
se hace referencia a un conjunto de ideas, creencias, formas de pensar… que
se asumen como verdades o falsedades sin preguntarse el origen y,
generalmente, sin medir las consecuencias. Son verdaderas ideologías que
determinan comportamientos, formas de actuar (“tal cuestión es
paradigmática, ejemplar; y por tanto determina visiones y conductas” –en
sentido positivo o negativo-).
 En el campo de la ciencia y la técnica los paradigmas o teorías son de mucha
utilidad. Pero cuando la concepción científico-tecnológica se convierte en
racionalidad dominante y excluyente en el campo de la acción política, la
economía y la manera cotidiana de pensar y juzgar y se utiliza sin ningún
sentido crítico, las consecuencias son gravísimas, como lo vienen señalando
las enseñanzas de la Iglesia y lo estamos constatando en el mundo actual.

3. Enseñanzas de la Iglesia

La utilización de la palabra es bastante reciente en el Magisterio. Pero el concepto


de lo que hoy Francisco denomina “paradigma tecnocrático” tiene antecedentes
claros en las enseñanzas eclesiales. Veamos algunos:

San Pablo VI

 En Populorum Progressio (1967) ya el Papa advertía sobre el dominio


ejercido por los cambios científicos y técnicos:

En este mundo, dominado por los cambios científicos y técnicos, que


corren el riesgo de arrastrarlo hacia un nuevo positivismo, se presenta
otra duda, mucho más grave. Después de haber dominado
racionalmente la naturaleza, he aquí que el ser humano se halla como
encerrado dentro de su propia racionalidad; convirtiéndose a su vez en
objeto de la ciencia. Las «ciencias humanas» han tomado hoy día un
vuelo significativo. Por una parte someten a examen crítico y radical los
conocimientos admitidos hasta ahora sobre la humanidad, porque
aparecen o demasiado empíricos o demasiado teóricos. Por otra parte,
la necesidad metodológica y los apriorismos ideológicos las conducen
frecuentemente a aislar, a través de las diversas situaciones, ciertos
aspectos de la humanidad y a darles, por ello, una explicación que
pretende ser global o por lo menos una interpretación que querría ser
totalizante desde un punto de vista puramente cuantitativo o
fenomenológico. Esta reducción «científica» lleva consigo una
pretensión peligrosa. Dar así privilegio a tal o cual aspecto del análisis
es mutilar a hombres y mujeres y, bajo las apariencias de un proceso
científico, hacerse incapaz de comprenderles en su totalidad. (PP, n°
34)

 En Octogesima Adveniens (1971), en el n° 29, al señalar el momento


favorable que podría constituir el hecho que las ideologías fueran perdiendo
su dominio, advertía que puede darse también “un deslizamiento más
acentuado hacia un nuevo positivismo: la técnica universalizada como forma

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dominante del dinamismo humano, como modo invasor de existir, como
lenguaje mismo, sin que la cuestión de su sentido se plantee realmente”.

San Juan Pablo II dice en la Carta encíclica Fides et Ratio (1998), n° 88 “La
mentalidad cientificista ha conseguido que muchos acepten la idea según la cual lo
que es técnicamente realizable llega a ser por ello moralmente admisible”.

Benedicto XVI en Caritas in veritatis (2009) n° 48, después de señalar que la


naturaleza no es un montón de desechos esparcidos al azar, sino un don del
Creador; que tampoco es más importante que la persona misma ni debe ser
entendida en sentido puramente naturalista añade que “ (…) también es necesario
refutar la posición contraria, que mira a su completa tecnificación, porque el
ambiente natural no es sólo materia disponible a nuestro gusto, sino obra admirable
del Creador y que lleva en sí una «gramática» que indica finalidad y criterios para un
uso inteligente, no instrumental y arbitrario”.

4. El paradigma tecnocrático y sus consecuencias en la enseñanza de


Francisco

-Francisco reflexiona extensamente sobre los contenidos, raíces y consecuencias


del paradigma tecnocrático. En Laudato Sí (2015) la palabra aparece 18 veces,
pero ya anteriormente la había utilizado con distintos matices:
 en Evangelii Gaudium (2013) menciona el término una vez en el n°15: “… la
salida misionera es el paradigma (agregado mío: la regla, el modelo, lo que
marca el rumbo) de toda obra de la Iglesia”;
 en Fratelli Tutti (2020) en el n°48 lo utiliza en sentido positivo –el paradigma
de la actitud receptiva-; y más adelante como condicionante negativo: el
peligro que entraña (166) y, en 177 citando a LS, el daño del sometimiento de
la política a la economía y de ésta al paradigma tecnocrático.
 en la Exhortación Apostólica Postsinodal “Querida Amazonia” nos habla de la
ayuda de la belleza y el sentido estético para superar la tecnocracia (n°46) y
del poder derivado del paradigma tecnoeconómico que arrasa política,
libertad y justicia (n°52).
 además, lo retoma en varios discursos y cartas.

-Vamos a centrarnos en el Capítulo Tercero de Laudato Sí, cuyo título es ya


significativo: raíz humana de la crisis ecológica.

 Francisco denomina paradigma tecnocrático a esa concepción de la vida y


la acción humana que considera que los objetos exteriores al sujeto están
a su absoluta disponibilidad; por tanto, puede poseerlos, dominarlos,
manipularlos de acuerdo a sus intereses porque son una masa inerme
que gracias a la técnica es inacabable (Benedicto XVI decía en Caritas in
veritatis 70: que pretende prescindir de los límites de las cosas).

 La raíz es un antropologismo desviado (LS, 106). ¿Qué quiere decir esto?:


que hemos adoptado, conceptual y/o prácticamente (muchos, ignorando su
origen), una posición heredada de la modernidad (LS 119), que concibe al
hombre no como ser social, como persona abierta a los demás, al medio, a
Dios y a la historia, sino como individuo, centro absoluto guiado únicamente

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por su propia razón. Eso lo vuelve todopoderoso y con posibilidades ilimitadas
(y continuas) de progresar: es la “diosa razón” (entronizada en Notre Dame) o
la razón que nos vuelve dioses.

Si la evolución de la historia está ligada al dominio de la ciencia y el


conocimiento técnico ese dominio termina dominando, ya que la ciencia
reconocida y validada como tal y la tecnología están en pocas manos y
quienes la poseen tienen el poder de fijar las metas y el camino para
alcanzarla. Ello significa el fin de la historia (algo de esto aseguraba Francis
Fukuyama en su libro de 1992)

Para Francisco, el poder arbitrario, que no se somete a ninguna regla fuera de


sus propios intereses, es una bomba de tiempo; si no lo cuestionamos y
ponemos en marcha reglas capaces de encauzarlo, puede hacer estallar el
mundo.

Al cuestionar el poder arbitrario el Papa no hace prédica tremendista y


apocalíptica; no va contra de la actividad económica que produce los bienes
que necesitamos y da trabajo decente; no realiza un intento por detener
irracionalmente el progreso, el desarrollo y la creatividad humana. Al
contrario, hace un llamado a abrir caminos y oportunidades diferentes, a crear
condiciones que auspicien otros modos de progreso y desarrollo orientando y
desplegando la energía creativa de la humanidad (LS,191).

 La concepción antropocéntrica, al negar las relaciones sujeto-objeto, no


entiende que el ambiente humano y el natural están estrechamente unidos,
interactúan permanentemente y cuando se degrada uno también se daña el
otro (LS 48). No admite que ir a contramano de la realidad produce daños (en
muchos casos irreparables), hiere a los sujetos y a los objetos (LS, 101).

 Al ignorar/negar los vínculos sujeto-objeto, también niega la interrelación de


los saberes, los fragmenta, haciéndoles perder la visión de conjunto, el
sentido de totalidad. Por eso busca un remedio para cada problema aislado,
en “soledad” chocando con la realidad donde todo está interconectado.
“Buscar sólo un remedio técnico a cada problema ambiental que surja es
aislar cosas que en la realidad están entrelazadas y esconder los verdaderos
y más profundos problemas del sistema mundial” (LS, 111). No se “termina de
advertir cuáles son las raíces más profundas de los actuales desajustes, que
tienen que ver con la orientación, los fines, el sentido y el contexto social del
crecimiento tecnológico y económico” (LS 109). No logra “encontrar caminos
adecuados para resolver los problemas más complejos del mundo actual,
sobre todo del ambiente y de los pobres, que no se pueden abordar desde
una sola mirada o desde un solo tipo de intereses” (LS 110).

 La lógica del paradigma tecnocrático es un dominio poderoso y totalizador


capaz de abarcar todas las actividades humanas. Tal lógica aplicada a la
economía y la política lo hace especialmente nocivas:

“La economía asume todo desarrollo tecnológico en función del rédito, sin
prestar atención a eventuales consecuencias negativas para el ser humano.

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Las finanzas ahogan a la economía real. No se aprendieron las lecciones de
la crisis financiera mundial y con mucha lentitud se aprenden las lecciones
del deterioro ambiental. En algunos círculos se sostiene que la economía
actual y la tecnología resolverán todos los problemas ambientales, del mismo
modo que se afirma, con lenguajes no académicos, que los problemas del
hambre y la miseria en el mundo simplemente se resolverán con el
crecimiento del mercado. No es una cuestión de teorías económicas, que
quizás nadie se atreve hoy a defender, sino de su instalación en el desarrollo
fáctico de la economía. Quienes no lo afirman con palabras lo sostienen con
los hechos” (LS 109).

 El dominio del paradigma tecnológico-económico condiciona de manera


perniciosa la vida de las personas, de la sociedad y la manera de entender el
progreso. Vivimos una nueva y despiadada versión de la adoración del
becerro de oro (cf. Ex 32,1-35): el fetichismo del dinero y la dictadura de una
economía que no tiene rostro ni objetivos verdaderamente humanos (EG
n°55); que provoca exclusiones, inequidades y mata (EG, n°53); que debilita y
somete a los Estados nacionales al poder financiero trasnacional generando
desequilibrios insoportables y poniendo en peligro la paz. El siglo XXI «es
escenario de un debilitamiento de poder de los Estados nacionales, sobre
todo porque la dimensión económico-financiera, de características
transnacionales, tiende a predominar sobre la política” (FT, 172).

5. El nuevo paradigma: la ecología integral

¿Dónde buscar los elementos para un nuevo paradigma? Francisco destaca dos
grandes canteras: la religión y la ciencia en un diálogo sincero, abierto, sin
preconceptos, productivo para ambas (LS n°62):

 La fe nos ofrece luz. La Creación encierra un mensaje que hay que saber ver,
una noticia (Evangelio) que es necesario escrutar y escuchar. El Papa dedica
un capítulo de Laudato, el segundo, a señalar la luz, la sabiduría y los
impulsos que surgen de la fe.

 Por su parte la ciencia desarrollada con independencia de los poderes


económicos y políticos, respetuosa de la naturaleza, que interviene para
potenciar posibilidades ayuda a la humanidad a desarrollarse en la línea de la
creación, que es la querida por Dios (LS, 132).

¿Cuáles son las condiciones para que surja el nuevo paradigma?

 Sanar todas las relaciones básicas del ser humano (LS n° 119): con los
semejantes (cuestión a la cual Francisco dedica su 3ra. Encíclica, FT); con la
Creación, con el Creador y con la historia (solamente abriéndonos a la historia
podemos hacernos cargo del pasado, del presente y asumir nuestra
responsabilidad sobre el futuro y las nuevas generaciones). De otra manera,
el reclamo por sanear la naturaleza se convierte en un individualismo
romántico disfrazado de belleza ecológica y encerrado en una inmanencia
que lo asfixia.

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 Asumir las responsabilidades que caben a cada uno, cambiar el corazón,
convertirnos personal y comunitariamente transformándonos en cuidadores
tiernos y agradecidos de la obra de Dios (LS 217-220) y en motivadores del
cambio (LS 216).

¿Cómo construir el nuevo paradigma?

 Adoptando un estilo de vida distinto al del consumismo y al de use y tire.


(LS 203) que sólo podrá provocar violencia y destrucción recíproca (LS
204).

 Recuperando y fortaleciendo el sentido de dignidad humana que abre al


bien, a la verdad, a la belleza y nos hace ver que Dios sigue alentando a sus
creaturas desde lo profundo de los corazones humanos (LS, 205).

 Alentando la responsabilidad social de los consumidores que mediante


sus elecciones obligan a las empresas a cambiar de rumbo (LS, 206),
entendiendo que al consumo como acto moral.

 Desarrollando una conciencia universal (LS 207). No alcanzan las


conductas individuales o de un país; el problema es mundial y exige
respuestas mundiales. El horizonte del bien común es hoy el mundo.

 Rompiendo la conciencia aislada y la autorreferencialidad (“ande yo


caliente y ríase la gente… Luis de Góngora, 1561) y alimentándonos de una
espiritualidad en comunión con lo que nos rodea (LS 216).

 Educando en la cultura de la vida y el amor a la belleza (ética y estética, LS


215).

 En definitiva, mediante una conversión ecológica que es una dimensión de


la conversión integral y haciendo brotar todas las consecuencias del
encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo como protectores
de la obra de Dios. (217-218). Convertirse es asumir la culpa, las
responsabilidades y cambiar.

6. Para terminar, un relato

Lo que leerán es una adaptación (guardando el contenido), de un relato que Adrián


Paenza presenta en su libro “Matemática… ¿estás ahí?” (UNQ y Edit. Siglo XXI,
2005, págs. 183-184). En la mayoría no somos conscientes del origen y las razones
de los paradigmas a los que adecuamos nuestros comportamientos. Más o menos
como los personajes de este relato:

Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro


colocaron una escalera y sobre ella, un montón de bananas. Cuando un mono
subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de
agua fría sobre los que quedaban en el suelo.

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Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo
agarraban a palos.

Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la


tentación de las bananas. Entonces, los científicos sustituyeron uno de los
monos. La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente
bajado por los otros, quienes le pegaron. Después de algunas palizas, el nuevo
integrante del grupo ya no subió más la escalera.

Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó


con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el
hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fue sustituido.

Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aun
cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel
que intentase llegar a las bananas.

Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien


intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería: "No sé, las cosas
siempre se han hecho así, aquí..."

Carlos José Vigil


Agosto 2021

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