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Pablo Kreimer
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Pablo Kreimer
1
Ciencia y Periferia
Nacimiento, muerte y resurrección de la biología molecular en la Argentina.
Aspectos sociales, políticos y cognitivos
Introducción………….…………………………………………………………...…...………1
Reconocimientos…………………………………………………………………………….14
Capítulo 5: EL VACÍO…..……………………………………......……….………………...138
Referencias…………………………………………………………………………..………237
2
INTRODUCCION
América Latina, cuando esta disciplina recién emergía en el mundo. Fueron prácticamente
Este es el punto de partida –al mismo tiempo trágico y sorprendente- que disparó la
curiosidad. Y las consiguientes preguntas, grado cero de toda investigación. ¿Qué pasó
entonces? ¿En qué contexto se produjo? ¿Cómo continuó aquello? ¿Quiénes eran aquellos
“clásico”. Por cierto, es un libro que reconstruye una historia, pero cuyo énfasis está puesto en
y vueltas en donde casi nada está “jugado” de antemano. La preocupación central, digámoslo
1
hombres singulares), situados en un contexto social específico: un país periférico, aunque
ciencia moderna.
Es necesario reconocer que, además del interés por el análisis característico del trabajo
libro, un afán por restituir una parte de la memoria perdida. No se trata, ciertamente, de una
historia que por remota –ya pasó medio siglo - nos sea ajena: cuando observamos la
impresionante –por cantidad y por calidad- lista de científicos que fueron incorporados en los
que la mayor parte de ellos emigró en los años o décadas siguientes, ya sea porque fueron
directamente perseguidos por sucesivos gobiernos militares, o porque les resultaba imposible
y cognitiva que cultural y política, hemos adoptado la distancia que nuestra antisepsia
metodológica nos impone. Sin embargo, el recorrido y los acontecimientos que analizamos
nos hace volver la mirada hacia el presente con más asiduidad de la que hubiéramos deseado.
Y esperamos que una de las consecuencias de este libro, si alguna, fuera la de convocar a una
mirada retrospectiva que nos permita reflexionar sobre alguna de las inflexiones de nuestro
presente, para que los historiadores de la ciencia de mediados del siglo XXI tengan, al
escribirla, un sabor menos amargo que el que nos toca hoy. Sociólogos al fin, pretendemos
situarnos fuera de las guerras de la ciencia que tuvieron en el llamado “affaire Sokal” de hace
algunos años una de sus últimas y grotescas expresiones. Tal vez se trata, en palabras de
Octavio Ianni, de pensar mejor en una “tercera cultura”, como una idea que supere a
aquellas dos culturas de las que hablaba C. P. Snow en The Two Cultures, su libro de 1959.
La biología molecular nos interesó por varias razones diversas. La primera de ellas es
2
pudimos conectarnos, como contemporáneos, con la mayor parte de los protagonistas de su
de modo que pudimos observar, en unos pocos años, todo un conjunto de transformaciones de
profunda significación, tanto en términos de las prácticas de la investigación como del sentido
de las investigaciones, prácticamente desde sus inicios. La tercera razón es el lugar que hoy
el marco de las ciencias de la vida, como puede observarse en los últimos años si se
considera, por ejemplo, las repercusiones de “la promesa” formulada por el desciframiento del
relativamente “marginal” hace unas pocas décadas (la mayor parte de los “popes” de la
ciencia en el país le adjudicaban una posición claramente subordinada, por ejemplo, respecto
de la bioquímica) a la centralidad que hoy ocupa. Por último, interesados en lo que ocurre con
el conocimiento en las sociedades periféricas, nos interesó particularmente que las tres
conformación del campo en nuestro país. Ello nos permitió avanzar en el estudio de las
Como dijimos, este libro pretende reconstruir una historia. Se trata de la historia de la
Argentina. Es una historia poco conocida por todos aquellos ajenos al mundo de la ciencia en
los practicantes del campo en cuestión, sino que resultan “movilizados” muchos otros
de nuestro país durante las últimas décadas. En este sentido, la historia social de la ciencia es
–o al menos así la entendemos- una historia social tout court, aunque concentrada sobre
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algunos de los procesos que conforman los acontecimientos, que articulan miradas, que
problemas teóricos emergen cuando se trata de establecer, en dicho espacio, cuáles son y
Vale la pena llamar la atención acerca del carácter no exhaustivo de la historia que
de los cambios cognitivos que se producen. Así, sobre todo en el análisis de los tiempos más
imponiendo, en general con el criterio de elegir algunos recorridos que fueran más o menos
Por otro lado, si bien existe abundante literatura sobre la conformación de nuevos
espacios disciplinarios (en el doble sentido que el concepto de disciplina acarrea: como
los países centrales, allí en donde se gestó el germen de la “ciencia moderna”. Por el
contrario, esta literatura es aún muy escasa para dar cuenta de las condiciones particulares en
“periféricos”.
Para orientar a los diferentes lectores posibles, cuyos intereses en nuestra historia
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El primer capítulo tiene una vocación especialmente teórica que, creemos, ayudará a
situarse conceptualmente a aquellos lectores que no estén familiarizados con la sociología del
conocimiento científico. Allí nos dedicamos a discutir algunos problemas conceptuales que
acerca de los diversos abordajes para el análisis de los campos científicos, una puesta en
contextos periféricos, una presentación acerca de los diversos regímenes de producción y uso
de conocimientos científicos, y una propuesta para analizar estos desarrollos a través del
enmarca esta emergencia se halla atravesado por dos grandes líneas del desarrollo histórico,
que dotan de sentido a las experiencias que se despliegan en nuestro país. Por un lado, el
inglesa del Laboratorio de Biología Molecular del MRC de Cambridge, la francesa del
del siglo XX, marcados en términos simbólicos –y materiales- por la figura de Bernardo
Houssay y otros personajes significativos, como Rudlof Kraus, Alfredo Sordelli, entre otros.
En esta arraigada tradición se inscribió la mayor parte de quienes serían más tarde los
cierta autonomía.
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El cruce entre el desarrollo de tradiciones locales y de la dinámica de la “ciencia
establecida en el discurso común de los propios investigadores, y que fuera recogida por los
locales, con énfasis en el contexto cultural, que fueron reivindicadas por los sociólogos
fines de los años cincuenta hasta los años noventa. Allí se presenta y se problematiza la
periodización que proponemos para todo el desarrollo del campo, y se analizan, brevemente,
las características presentes en cada uno de los períodos considerados. Así, los lectores más
dinámica del campo, encontrarán, creemos, una síntesis de los actores, instituciones y
conocimientos que se articularon y movilizaron durante esas décadas. Como se puede leer en
este capítulo, hemos propuesto una periodización que no concuerda con los límites que
momento fundacional que muestra la creación del primer laboratorio de biología molecular en
particular -aunque es una clave para la lectura de todo el proceso- resulta crucial recuperar el
análisis que se despliega en los capítulos precedentes, sobre las relaciones internacionales, la
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explicar la emergencia de lo que llamamos “pioneros y víctimas”, pero también como una
“vacío” que se produjo en el campo entre mediados de los años sesenta y mediados de los
setenta, luego del final abrupto que tuvo la experiencia comenzada en el Malbrán. Así,
intentamos, al mismo tiempo, comprender las causas de dicho vacío, mientras rastreamos las
trayectorias que los actores emprendieron durante esos años. El concepto de “vacío” es, sin
dudas, exagerado, pero creemos que resulta suficientemente expresivo del desmoronamiento
campo.
la autonomización de todo campo científico, se produjo recién hacia los años setenta. A este
tiempo, la nueva configuración institucional que se verifica en esos años, junto con los
molecular. Resultará evidente que, si el proceso emprendido por los pioneros resultaba
institucional, aquello que se observa desde los años setenta está más en línea (en estas dos
dimensiones) con lo que resulta “esperable” respecto del desarrollo de nuevos campos en
contextos periféricos.
del papel preponderante que la disciplina va a desempeñar dentro del conjunto de las
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verdadera dimensión social de las investigaciones, marcadas por el advenimiento de lo que se
echar una mirada al desarrollo del campo en su conjunto, interpretando el significado de este
proceso tanto en términos “internos” (esto es, propios del campo en cuestión) como en sus
relaciones con el contexto social en el cual se fue desplegando. E intentamos aportar algunos
elementos que permitan una mejor comprensión sobre la emergencia y, sobre todo, la
investigación histórica tout court, es el del vicio de anacronismo en el que suelen verse
discutir las diversas formas que adquiere este defecto en la indagación histórica; sin embargo,
sí nos preocupa una de sus manifestaciones más frecuentes, que es la de atribuir un estatus de
Este tipo de análisis ha suscitado una reacción en contra de lo que ha sido calificado
como pensamiento whigg, e implica, por ejemplo, que la validez de una teoría científica no
puede jamás ser juzgada sino retrospectivamente, puesta en perspectiva y comparada con las
ciencia, lejos de consistir en actores y contenidos que van recorriendo un sendero “natural” en
cuestión, en la controversia más que en consensos “inmediatos”. (Bloor, 1976, Latour, 1992)
Así, si se presenta a una teoría determinada como “el camino natural hacia el cual deberían
desembocar las investigaciones realizadas”, se oculta el mar de dudas que los propios
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investigadores tenían durante el proceso, tanto como las diferentes alternativas que los
propios actores tenían delante de sí en cada uno de los avatares de la investigación científica,
como sucede en todo otro proceso social. Que un conocimiento goce hoy de un amplio e
incontrastable consenso no significa que ello siempre haya sido así en el pasado: a menudo,
llegar a ese consenso implicó, por parte de los científicos y otros actores sociales, largas
luchas encarnizadas.
Desde los años setenta existe en un acuerdo muy difundido entre los sociólogos e
la existencia de tal o cual fenómeno, e incluso la existencia de toda una rama del
sociología del conocimiento, sostuvieron que los análisis que, desde la historia de la ciencia,
sólo tomaran en cuenta el conocimiento que hoy conocemos como verdadero están
escondiendo, en realidad, una asimetría, puesto que olvidan que lo que nos llega como
menos largo, más o menos complejo a través del cual se fue “estabilizando” o “fortaleciendo”,
para llegar a establecerse como tal. El origen de estos análisis se remonta muchas décadas
atrás, pero se cristaliza, sin dudas, en los enunciados de Thomas Kuhn (recibidos como al
“Mesías” por los sociólogos de los años setenta) sobre el establecimiento de paradigmas, y de
Para algunos autores, como David Bloor, aquellos análisis resultan “asimétricos” en la
ciencia”, sin tomar en consideración todos los desarrollos que los investigadores han
emprendido, y que no han llegado –por el momento- al estatus necesario para ser aceptados
9
por el conjunto de la comunidad como conocimiento válido. Pero ello sólo se sabe ex post: los
propios sujetos ignoran, a menudo (o casi siempre), cuál habrá de ser el resultado –en
términos del juicio que de ellos harán los pares- de sus propias investigaciones.
El sociólogo inglés Harry Collins señaló que nuestras percepciones son, a menudo,
como “barcos dentro de botellas”, en donde los barcos, nuestras porciones de conocimiento,
parecen “haber estado siempre allí” en las botellas –la interpretación ex post que nosotros
hacemos de ellos-, como si el lugar natural de esos barcos fuera el interior de las botellas que
los contienen. Así, las epistemologías parecen estar sujetas a lo que podría llamarse un
“etnocentrismo de ahora”. Por el contrario, dice Collins, “es posible (y necesario, agregamos
nosotros) escaparse del determinismo cultural del conocimiento actual, contemplando las
ideas y los hechos mientras se están formando, antes de que lleguen a estar firmemente
establecidos como cualquier parte del mundo natural (científico)”. (Collins, 1975, p. 142)
que la controversia puede ser leída desde el presente, como el modo de romper con la
deformación que nos genera la mirada actual, ocasionada por el hecho de “conocer el fin de
hace” y, para ello, desarrolla una serie de oposiciones que enfrentan a la ciencia hecha y a la
ciencia en proceso de elaboración: estas se presentan bajo la forma de dos caras de Jano, una
los hechos no han sido aún establecidos, y están en proceso de discusión y de controversia;
nadie puede afirmar, durante este periodo, que los enunciados se transformarán en hechos o
conocida, para explicar cómo y por qué se resolvió una controversia. Por el contrario, una vez
que la ciencia está establecida, dice Latour, “podemos ser tan realistas como la faz de Jano
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que representa a los hechos duros, a las cajas negras; pero en cuanto estalla una controversia
destino final que tendrá la solución de dicha controversia”. (Latour, 1989, p. 237)
Es cierto, y hemos criticado en otros textos, que autores como Latour cometen excesos
en cuanto al relativismo que asignan a los interlocutores, puesto que tienden a reducir los
enunciado científico puede prevalecer” con tal de reunir la fuerza social (política) y los
aliados suficientes. En estos trabajos se dejan de lado las determinaciones que el mundo
operan sobre él, y que marca, por así decirlo, los “límites objetivos” de los enunciados y de
Ante todo, en las relaciones que fueron estableciendo los investigadores con un objeto de
estudio particular: el cambio fundamental de nivel de análisis que implicó abordar el nivel
investigación que, sin renegar del universalismo, encuentran expresión en los modos
constructivista, de estudiar a las disciplinas y a los campos científicos como espacios sociales
como las de Pierre Bourdieu quien, en su análisis del “campo científico” dejaba poco lugar a
los contenidos del conocimiento mismo, priorizando cierto sesgo “externo” de esos procesos.
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resulta de una enorme utilidad. Así, la yuxtaposición de estos espacios complejos con la
completo y, sobre todo, más adecuado a las dinámicas que pretendemos estudiar.
funcional en donde los actores despliegan sus estrategias, sino que resultan a su vez
modificadas por estos, el análisis de los espacios institucionales resulta un elemento clave en
ciencia en la Argentina. Esta decisión de método reposa sobre el supuesto de que la dinámica
de cada campo no puede ser explicada solamente en función de dimensiones exógenas (como
ha sido a menudo el caso), sino en la relación de las dimensiones propias del campo junto con
la dinámica de la sociedad en la que se inscribe. Por ejemplo, en este marco, el año 1966, y lo
que se conoció como “la noche de los bastones largos” (incursión violenta y represiva de la
policía enviada por el gobierno del general Onganía en los claustros de la Facultad de
inflexión que marcaría el fin de cierta “edad de oro” de la ciencia argentina. Sin embargo,
como sostenemos aquí (siguiendo con este emblemático ejemplo), este punto de inflexión
resulta menos significativo, para la historia que nos ocupa, que la intervención producida en
Bruno Latour decía que, cuando él mismo estudió la historia de Pasteur, “era toda la
sociedad francesa de fin del siglo XIX la que resultaba movilizada”, que cuando Shapin y
Shaffer (en un estudio clásico) estudiaban a Boyle y la bomba de vacío, “era toda la sociedad
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británica del siglo XVII la que estaba en cuestión”, y lo mismo para Collins y las ondas
toda la sociedad argentina” de los últimos cuarenta años; de hecho juzgamos que es altamente
análisis de su dinámica interna, sino que debería brindar, al mismo tiempo, algunas “pistas”
para una mejor comprensión de los procesos sociales por los que atravesó la sociedad durante
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Reconocimientos
delante esta investigación, iniciada hace varios años. Muchos de los textos de este libro se
haciendo juntos y en borradores que fuimos redactando durante 3 años de intenso y fructífero
versiones previas de varios de los capítulos que componen este libro y que ayudaron, con sus
comentarios, a revisar ideas y escritura, en particular Hebe Vessuri y Roy McLeod. Alberto
Díaz nos proporcionó una indispensable ayuda, en su múltiple papel de colega, protagonista,
consejero y crítico de esta historia. Los colegas, investigadores y becarios del Instituto de
Leonardo Vaccarezza, Juan Pablo Zabala, Alfonso Buch, Patricia Rossini, Hernán Thomas,
José Buschini, Manuel González, Lucía Romero, Alberto Lalouf, Leopoldo Blugerman.
A lo largo de los últimos años me pude beneficiar –y es justo reconocerlo- con los
orientación de nuestros trabajos, en especial (por orden alfabético) Antonio Arellano, Mariela
Bianco, Julia Buta (con el recuerdo permanente), Rosalba Casas, Marilia Coutinho, Renato
Dagnino, Amílcar Davyt, Simone Kropf, Ismael Ledesma, César Lorenzano, Jean-Baptiste
Meyer, Jean-Pierre Mignot, Marcelo Montserrat, Jean-Jacques y Claire Salomon, María Jesús
“Aspectos sociales del conocimiento científico” han sido, durante muchos años, fuentes de
14
Un reconocimiento especial le debemos a los investigadores (científicos) que nos
brindaron su tiempo, recuerdos y archivos para reconstruir una parte de la historia: Pablo
Bozzini, Marcelo Dankert, Rosa Nagel, Alberto Kornbliht, Israel Algranati, Sara
Goldemberg, Enrique Belocopitow, Héctor Torres, Carlos Frasch, Gabriel Favelukes, Oscar
Grau, Francisco Baralle y Aldo Calzolari, entre otros muchos. Y, entre ellos, muy
particularmente a los doctores César Milstein y Eli Wollman, pioneros de esta historia.
Finalmente, quiero decir gracias a Irina, porque sí. A Esther, Carlos y Guillermina,
porque me apoyaron como siempre. A Claudia porque a ella le tocó sufrir una parte de esta
La investigación que está en el origen de este libro fue financiada con un subsidio de la
Nota
Una parte de los textos que componen este libro ha sido parcialmente publicada bajo la
Buenos Aires, UVQ, 2000, mientras que el análisis de la ciencia en la periferia ha sido
new sociological approach?” EASST Review, vol. 17, N° 4, 1998. Una versión preliminar del
capítulo III ha sido publicada en Kreimer, Pablo y Lugones, Manuel, “Pioneers and Victims:
the birth of the first laboratory on molecular biology”. Minerva, Vol XLI (1) 2002. El capítulo
V fue parcialmente publicado en Kreimer y Lugones, “Rowing against the tide. Molecular
and Society, vol. 7 (2) 2002. Finalmente, una síntesis del capítulo 7 se publicó en Kreimer, P.
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“¿Ciencia tecnología y sociedad? La apropiación social de conocimiento en la biología
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CAPITULO 1
ASPECTOS CONCEPTUALES
Discutiremos en este capítulo algunos problemas conceptuales que resultan clave para una
siempre diferentes perspectivas teóricas para designar y abordar un problema. Así, el tópico
general de la “organización social de la ciencia” que organiza nuestro primer apartado, ha sido
considerado, por ejemplo, desde la teoría funcionalista, como una “comunidad científica”
guiada por un conjunto de normas surgidas de un consenso de los científicos practicantes que
la conforman. Por el contrario, para otros autores, este espacio es más bien un territorio de
lucha que de consensos, y por lo tanto el análisis que resulte, según se adopte una u otra
perspectiva, será sustantivamente diferente. Inclusive, los límites mismos de la ciencia como
organización social serán diferentes en cada caso. Esta discusión conformará el primer eje que
abordaremos.
grado de autonomía del que goza la ciencia (los científicos) en el desarrollo de su tarea. Aquí
se mezclan, a menudo, dos niveles diferentes: por un lado, algunos autores, como Merton,
percibida como extraña. Bourdieu avanza en una dirección similar, aunque considera, más
bien, el establecimiento de una autonomía relativa del campo, mientras otros autores
consideran que no es posible establecer límites precisos entre el espacio interno y el externo
sociólogos como científicos “de laboratorio” se alejan del plano analítico para abogar
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abiertamente por una defensa de la autonomía como un imperativo necesario de una “buena”
ciencia.
Muy a menudo, los estudios sobre la ciencia suelen hacer una amalgama entre las
diferentes disciplinas científicas y los diversos tipos de prácticas, y formulan postulados que
parecen adquirir una validez intemporal. Suelen hablar, así, de “la ciencia” como si este
necesario avanzar en las particularidades propias de cada campo específico, e indagar, a partir
allí, qué elementos resultan generalizables y cuáles no. Como un concepto que pretende
dirigiremos nuestra mirada hacia las características diferenciadas que se presentan en los
veces, imitativo, respecto de aquellos otros países en donde la ciencia moderna tuvo origen,
ambos contextos.
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Una disciplina es, básicamente, un conjunto de relaciones sociales, de relaciones entre actores
según la perspectiva teórica que adopte quien se dedique a su estudio. Por lo tanto, parece
relaciones sociales, repasar brevemente el modo en que este aspecto fue tematizado en la
tanto en la historia como en la sociología de la ciencia. Así, las narraciones sobre las
diferentes disciplinas en las que fue estallando el –alguna vez idílico- universo unificado de
signada, hasta bien entrados los años setenta, por una aparente irreconciliable distinción entre
Los primeros estudios sobre disciplinas científicas fueron realizados por los propios
explicarse de dónde provenían los conceptos, las ideas que ellos mismos habían heredado, y
con las cuales debieron “lidiar” en su trabajo cotidiano: los paradigmas que, fuera de algunos
conceptuales que implicaron, históricamente, las revoluciones científicas.1 Del mismo modo,
estudiaron cambios que se fueron produciendo en las formas de poner en marcha los
1
Aunque ya se publicó hace cuarenta años, no está de más releer, sobre todo para el lector menos familiarizado
con estos temas, La estructura de las revoluciones científicas, de Thomas Kuhn, así como otros estudios
“clásicos”: el libro de Ludwik Fleck, o alguno de los brillantes trabajos de Michael Polanyi.
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experimentos, así como el desarrollo y la incorporación de nuevos instrumentos, de nuevas
Bien mirado, el carácter acumulativo de la ciencia era un requisito para esta historia
previa dentro de los métodos y los conceptos de la historiografía), desplegada por los propios
disciplina. Muchos de los estudios encarados por los propios practicantes de la disciplina en
La forma usual que adquiere la enunciación del carácter acumulativo y progresivo del
sube a los “hombres de gigantes”, para poder ver más lejos y, así, realizar su (pequeña)
2
Viene al caso insertar un breve paréntesis: el procedimiento señalado es casi de rigor en la mayor parte de los
enunciados científicos: cada investigador pretende demarcar el campo para poder ubicarse él mismo, eligiendo
“amigos” y “adversarios” en términos conceptuales, situando al lector frente a la –frecuentemente- compleja
trama de relaciones existentes en cada campo particular. El propio Merton, fundador del primer programa de
investigaciones en la sociología de la ciencia, se dedicó a trazar un mapa de la sociología en donde él mismo se
inscribe como el continuador de la sociología “clásica”: Marx, Durkheim, Weber. Es más, Merton se presenta
como un representante de la mejor tradición sociológica –su linaje- e, incluso como aquel que puede conciliar
algunas de las proposiciones enunciados por estos autores, y que habrían sido –hasta entonces- interpretadas
como contradictorias.
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estudio de diversos aspectos presentes en el desarrollo de las teorías científicas: los problemas
estudios sobre el método científico, el análisis de los elementos de prueba, la distinción entre
es este el espacio para una discusión en profundidad de las diferentes corrientes de la filosofía
de la ciencia. La mención es importante, sin embargo, para comprender la “división social del
trabajo” que se fue estableciendo, desde los años cuarenta, entre epistemología y sociología de
la ciencia.
denominado como la “hagiografía”, o sea el estudio de los “grandes hombres” que jalonaron
desplegadas por estos individuos excepcionales, los que fueron modelando el desarrollo
suele estar ausente toda alusión al carácter interno del conocimiento en cuestión, a la lógica
implícita en los descubrimientos, que suelen ser presentados como el resultado del genio, de
la intuición, la lucidez de algunos individuos con características excepcionales. Por otra parte,
los elementos de orden contextual, como el espacio institucional, los grupos de pares
frecuentemente, estas historias llevan implícita una fuerte impronta teleológica, ya sea bajo la
forma de una ingenua “predestinación”, ya sea sobre un análisis más elaborado sobre las
interpretaciones históricas que hacen una lectura de los éxitos del presente como una
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desarrollo futuro se halla inscripto en la lectura del pasado, así como el crecimiento de un ser
La otra variante de una visión externalista se deriva del análisis del desarrollo de una
los actores, de los vaivenes que se producen en las diferentes formas de organización social.
No hay aquí ningún espacio para el análisis del tipo de conocimiento que está en cuestión ni,
estos estudios gracias a los cuales mucho se avanzó en el conocimiento de las comunidades
científicas, debe mucho a los trabajos de los seguidores del paradigma funcionalista propuesto
por Merton, y muy en particular a Joseph Ben-David, que fue quien llevó más adelante los
circunstancias socio-intitucionales.
Es interesante recordar el modelo propuesto por Merton para analizar la comunidad científica.
funciones específicas que, gracias a sus límites bien precisos, es propicia para poner en
ciencia, al igual que las otras instituciones de la sociedad, está regida por un conjunto de
normas específicas que expresan los consensos que existen dentro de la comunidad de
especialistas. Vale la pena insistir sobre el origen consensuado de las normas que, según
Merton, rigen la actividad de los científicos: el respeto generalizado a estas normas se explica
por el acuerdo tácito que le otorgan los practicantes de la comunidad científica, quienes
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aplican (o deberían aplicar) algún tipo de sanción cuando dichas normas son violadas. Estas
conjunto, las normas cumplen con la función general de la ciencia como institución, que es el
progreso y la acumulación de conocimientos. Así, cada una de ellas debe garantizar las
los sujetos sociales en el cumplimiento de las funciones que surge de cada uno de los
indispensable para que las funciones de la ciencia, expresadas a través de las normas que la
regulan, puedan dar cumplimiento al mandato general que justifica a la ciencia como
Algunos años mar tarde, Joseph Ben-David formuló el concepto, a menudo expresado
de) la investigación científica. Según este autor, las “condiciones sociales” integran una
categoría “híbrida”, que engloba todo, desde las relaciones entre las naciones hasta la
La riqueza del punto de vista de Ben-David, tanto como sus limitaciones, se perciben,
por ejemplo, en su artículo sobre “Los factores sociales en la génesis de una nueva ciencia. El
caso de la psicología”. Según él, las condiciones sociales para el desarrollo de la psicología
eran: “a) un rol universitario, más que un rol de amateur, para los filósofos y los fisiólogos; b)
científico” (Ben-David, 1966, p 92). En este caso, y a pesar del título del artículo, vemos bien
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que el autor no considera como "“factores sociales” más que aquellos que pertenecen al
espacio institucional de las disciplinas, ignorando, a la vez: a) todo otro elemento de parte de
los otros actores sociales que hubieran podido desempeñar algún papel en el desarrollo de las
Con todo, los trabajo de Ben-David pusieron de manifiesto aspectos que no eran
considerados hasta entonces y, sobre todo, se trata de un intento serio, aunque muy limitado,
para poner en relación, en el análisis del desarrollo de campos disciplinarios, los elementos
internos de la disciplina, con los “factores sociales” los cuales, a su vez, resultan re-
y como tales no pueden ser analizadas más que como configuraciones exteriores, que
Hasta aquí, un breve paso por las corrientes “clásicas” (a las cuales podemos sumar a
otros autores próximos, como Norman Storer, Warren Hagstrom o Derek de Solla Price), que
analizaron ya sea los aspectos internos o los aspectos externos en el desarrollo de los
diferentes campos disciplinarios. Sin embargo, esos abordajes coincidían, a pesar de sus
diferencias, en presentar una visión del universo de la ciencia como un espacio exento de
aquellas que mejor van explicando el sentido y las leyes que rigen el mundo físico y natural.
Es esta búsqueda de una racionalidad cada vez mayor lo que va dotando a la empresa del
explicaciones son mejores y más completas que las precedentes. Por otro lado, la “pureza” del
avance de las ideas está garantizada en la medida que ningún elemento de orden externo al
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propio espacio interno de la ciencia interfiere con el desarrollo de las teorías y la producción
conceptual.
Por otro lado, el conflicto sí tiene lugar para la vista de las corrientes “externalistas”, en la
medida en que el análisis del desarrollo de las instituciones y de las relaciones de los actores
implica, necesariamente, incorporar las dimensiones de orden social y, por consiguiente, los
conflictos que se derivan de las diferentes posiciones ocupadas por los actores pertenecientes
sabido, el conflicto no es algo propio de los actores, sino que surge de las violaciones al
conjunto de las normas predominantes. En todo caso, y esto es lo más importante, el conflicto
no debe implicar nunca una razón para explicar el contenido del conocimiento que se
En realidad, la afirmación precedente exige una aclaración: decir que los factores
“externos” (sociales) no tienen, para las corrientes normativas, ningún papel en la explicación
del conocimiento resulta incompleto. En rigor, los factores externos ni desempeñan ningún
Merton opera, así, una división entre el espacio de las dimensiones epistemológicas y el
de las dimensiones sociológicas. En la introducción a uno de sus libros, señala que “aquí nos
como institución. Así, consideramos, no los métodos de la ciencia, sino las normas con las
que se los protege. Sin duda, los cánones metodológicos son a menudo tanto expedientes
teóricos como obligaciones morales, pero sólo de las segundas nos ocuparemos aquí. Este es
un ensayo sobre sociología, no una incursión por la metodología”. (Merton, 1968, p 636-640,
las cursivas son nuestras). Las prácticas de los científicos son percibidas como el espacio en
25
científico, y sus hallazgos son el resultado de una correcta implementación de técnicas –y por
no sólo un significado conceptual para el análisis de la comunidad científica, sino sobre todo
una toma de posición política, defensiva en su origen, frente a las intervenciones del Estado
Con los años, esta toma de posición de tipo defensivo, se fue articulando más bien como una
petición de principios que debe quedar al margen de todas discusión, a menudo como una
defensa de tipo corporativo, más que como defensa a un orden político irracional.
comunista inglés, creador del primer sindicato de investigadores del que se tenga registro (fue
en Cambridge en los años 20), compartía, desde condiciones bien diferentes, la misma
mirada: “En la República de la ciencia, los bienes (los conocimientos) son de propiedad
común, y distribuidos de un modo igualitario en donde todos tienen acceso a ellos” (Bernal,
1939). Bernal llega a proponer como un verdadero modelo socialista capaz de ser "exportado"
a la sociedad en su conjunto.
3
La preocupación de Merton por separar los aspectos sociales de los contenidos cognitivos es una impronta de
época: mientras escribía sus primeros trabajos sobre comunidades académicas, dos hechos conmocionaron a los
intelectuales preocupados por el desarrollo de la ciencia moderna: el renombrado caso Lysenko, en donde una
interpretación singular de las leyes de la herencia, rechazada por la mayor parte de los biólogos y genetistas del
resto del mundo, era apoyada por las altas jerarquías del régimen soviético; y el de la ciencia bajo el estado Nazi
en la Alemania de los años 30, cuando los investigadores fueron obligados a aceptar postulados científicos cuya
justificación se enraizaba en un alto contenido ideológico, dirigido en particular a justificar las convicciones
racistas.
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La demanda de autonomía, tal como ha sido formulada, aparece más como una afirmación
de orden normativo –y aún político- que como una estrategia analítica. En efecto, afirmar que
la ciencia debe constituirse como un espacio autónomo de relaciones tiene que ver con la
toma de posición según la cual la intervención de todo actor externo es percibida como una
lado, permite "recortar" un espacio de relaciones sociales, y aislarlo de toda otra variable; así,
se puede profundizar la observación sobre los actores específicos que participan de un campo
formidable que se produjo en la caracterización de los científicos como sujetos sociales que
Sin embargo, estos avances tuvieron consecuencias muy profundas en términos teóricos:
relacionado con sistemas de poder, así como la intervención de otros actores externos a los
producción de bienes y servicios), y todo aspecto relativo a los problemas propios del
teoría de los campos de producción simbólica propuesta por el sociólogo francés Pierre
Bourdieu quien, luego de aplicarla a otros campos, le dedicó algunos escritos al análisis de los
27
campos científicos. En particular, en un artículo de 1976, Bourdieu afirma que "el universo
'puro' de la ciencia más 'pura' es un campo social como otro, con sus relaciones de fuerza, sus
monopolios, sus luchas y sus estrategias, sus intereses y sus ganancias, pero donde todas estas
El abordaje de Bourdieu incorpora por primera vez el plano de las relaciones políticas,
no como una dimensión "externa" al campo de la ciencia que ingresa allí para tergiversar las
relaciones entre los actores sino que, por el contrario, establece que las relaciones de poder,
las posiciones políticas, son "constitutivas" del campo. En consecuencia, la propia concepción
racionalidad intrínseca que le habían supuesto todas las teorías precedentes. Sin embargo,
bienes simbólicos: la autoridad es convertida en capital científico, y ese capital puede ser
invertido, en operaciones "de riesgo", de un modo tal que los agentes pretenden ir
acumulando un mayor capital que sus competidores. Esto les permite, a su vez, acrecentar su
autoridad política sobre los otros habitantes del campo científico. En este modelo, sustentado
relacionados con el contenido particular del conocimiento, así como las prácticas de los
agentes no forman parte, sin embargo, del objeto de análisis. Para él, las discusiones acerca de
los contenidos del conocimiento (podemos suponer que incluye aquí a la larga historia de
controversias científicas) sólo expresa las diferentes posiciones en el campo científico, que
tomas de posición epistemológicas por las cuales los ocupantes de una posición determinada
tienden a justificar su propia posición y las estrategias que ponen en marcha (…)” Bourdieu,
28
1976, p. 56). Bourdieu sienta, de este modo, las bases para desmitificar la imagen idílica de la
comunidad científica, y por lo tanto de los campos disciplinarios, que habían construido los
específicas surgidas de un consenso entre sujetos sociales objetivamente iguales, sino que se
sociales. En efecto, Bourdieu ya había insistido sobre este aspecto, no sólo como parte de un
conjunto de herramientas analíticas sino, más claramente, como una invocación "política",
como una verdadera toma de posición a favor de la mayor autonomía posible. Según él, el
logro de una gran autonomía dentro de su propio campo, les permitiría a los científicos
intervenir con éxito en el espacio público, gracias a su capacidad para invertir el capital
Uno de sus textos más recientes resulta particularmente significativo, no sólo por su
contenido, sino por el espacio en el que fue producido: se trata de una conferencia que
institución científica:
( ... ) cuanto mayor es la autonomía, más grandes son las posibilidades de disponer
de la autoridad específica, esto es, científica o literaria, que autoriza a hablar fuera
del campo con cierta eficacia simbólica. ( ... ) Cuando defienden sus intereses, los
intelectuales, los artistas, los sabios, etc., tienen siempre la impresión de hacer un
sacrificio al corporativismo. Sólo se sienten universales cuando defienden
intereses que no son los suyos y se erigen en portavoces de una 'demanda social'
o, mejor, de una 'causa' universal. Ahora bien, me parece que deberían empezar
por afirmar su autonomía, por defender sus intereses específicos, es decir, en el
caso de los científicos, las condiciones de la cientificidad, etc., y a partir de allí,
intervenir en nombre de los principios universales de su existencia y de las
conquistas de su trabajo". (Bourdieu, 2000, pág. 129-130)
29
Aquí Bourdieu parece hablar en su doble papel de analista de los campos científicos y como
integrante de uno de ellos. Se trata de un "consejo" que se dirige a los colegas, pero que
entraña, al mismo tiempo, una toma de posición, tanto sobre la dinámica de los campos
científicos, como del papel de un campo determinado frente a la esfera pública, al campo
político. Así, según él, los investigadores deben defender su autonomía "con uñas y dientes",
lo que les permitirá desarrollar dos estrategias: por un lado, permitir que funcionen
simbólica.
…el universo de la ciencia esta amenazado, hoy, por una temible regresión. La
autonomía que la ciencia había conquistado poco a poco contra los poderes
religiosos, políticos o aún económicos y, al menos parcialmente, contra las
burocracias del Estado que aseguraban las condiciones mínimas para su
independencia, está muy debilitada. Los mecanismos sociales que se pusieron
en marcha a medida que la ciencia se afirmaba, como la lógica de la
competencia entre los pares, corren el riesgo de encontrarse al servicio de fines
impuestos desde afuera; la sumisión a los intereses económicos y a las
seducciones mediáticas amenaza conjugarse con las críticas externas y los
desprecios internos, incluidos algunos delirios “post modernos” son la última
manifestación, para socavar la confianza en la ciencia. En breve, la ciencia está
en peligro y, por este hecho, se torna peligrosa. (Bourdieu, 2003, pág. 3)
El esquema esbozado por Pierre Bourdieu, a pesar de las limitaciones que le podemos
dinámica de los campos académicos.4 Aunque pensemos que las luchas de poder son sólo una
4
Los sociólogos Bruno Latour y Steve Woolgar desarrollaron, en un libro que hoy es considerado como un
"clásico" de los estudios sobre la ciencia, un modelo analítico muy similar al de Bourdieu. Estos autores
reemplazan la noción de capital por la de crédito, a la que otorgan el doble sentido de "credibilidad" y de
"acreencia monetaria". Según ellos, los científicos invierten su crédito (credibilidad) con el objeto de obtener
recursos (crédito), lo que les permite desarrollar investigaciones cada vez más costosas. Así, van completando un
30
parte de la compleja trama de relaciones que caracterizan a los campos disciplinarios, este
interpretación, hasta entonces, parecía más bien sustentada en el prestigio del que los propios
científicos gozaban en la sociedad, y que los hacía depositarios de la más pura racionalidad.
modelo interpretativo bien diferente de los que presentamos hasta aquí. Basada en sus propias
intenta romper analíticamente, por primera vez, con la noción de autonomía de la ciencia,
propuesta analítica. Estas relaciones se refieren a un doble ámbito: tanto a las transacciones
entre los propios científicos como a las relaciones de los investigadores con otros actores
sociales. Knorr-Cetina comparte, junto con diversos autores constructivistas, la idea de que no
existe una diferencia significativa entre los factores "externos" y los factores "internos" en el
ambas esferas es sólo una ficción creada por algunos investigadores, que no tiene ningún
sustento desde el momento en que uno se dispone a analizar las prácticas concretas de los
incluyen), sino implican tanto la competencia de los diferentes actores, y la lucha por el
los mecanismos de colaboración y de cooperación entre ellos. Por lo tanto, sus relaciones
verdadero círculo que se basa en la conversión sucesiva de una forma de crédito en la otra, y gracias a lo cual se
van posicionando cada vez mejor frente a sus competidores. (Latour y Woolgar, 1982, cap. 5).
31
Según Knorr-Cetina, “los científicos hacen inteligible su trabajo de laboratorio
refiriéndose a compromisos y negociaciones que apuntan más allá del lugar de investigación
laboratorio)”. Pero el razonamiento de laboratorio de los científicos no sólo los lleva fuera de
los límites del sitio de investigación, sino que también los lleva más allá de las fronteras de la
(…) nos confrontamos con arenas de acción que son transepistémicas; ellas
involucran una mezcla de personas y argumentos que no se dividen naturalmente
en una categoría de relaciones pertenecientes a la ‘ciencia' o 'la especialidad', y una
categoría de 'otros' asuntos. Si fuéramos a dividir una tal arena de acción en
términos de estas categorías nos encontraríamos en dificultades para justificar
nuestra demarcación. [ ... ] Así como no hay ninguna razón para creer que las
interacciones entre los miembros de un grupo de especialidad sean puramente
"cognitivas", tampoco hay razón para creer que las interacciones entre los
miembros de una especialidad y otros científicos o no-científicos se limiten a
transferencias de dinero u otros intercambios comúnmente categorizados como
'sociales"'. (Knorr Cetina, 1981 [2005])
Las agencias de financiación y los vendedores de las industrias pueden negociar la adecuación
de una elección técnica particular con un especialista, y los colegas de especialidad discuten
regularmente las decisiones financieras, personales, y otras que son "no-científicas" entre sí
Knorr-Cetina es que si no podemos presumir que las elecciones "cognitivas" o "técnicas" del
Por lo tanto, según la autora, las elecciones técnicas del laboratorio nos remiten a
arenas de acción que son a la vez más pequeñas y más extensas que las comunidades
sentido de que la preocupación de los científicos gira en tomo a unas pocas personas centrales
y arenas de operación, las cuales son actualizadas, transformadas y renegociadas por medio de
32
la comunicación directa o indirecta. Y son más amplias porque involucran a actores que son,
Para hacer operativa su visión acerca de las arenas transepistémicas como el modelo
Los recursos a los que se refiere pueden ser entendidos, consecuentemente, como todo aquello
que resulta movilizado por los actores, en función de las propias estrategias y de las relaciones
entablan, necesariamente, relaciones de recursos que adoptan tanto las formas del conflicto y
señalaban que la estructura y la función de las disciplinas revela no sólo las características
recompensa - como había propuesto la sociología normativa de Merton y sus discípulos-, sino
que permite acceder, también, a los rasgos cognitivos que distinguen un campo de otro. Según
estos autores, el estudio de las disciplinas científicas es un paso importante para comprender
que pueden haber influido en el sesgo y la dirección de ese desarrollo (Lemaine, 1983).
relacionados con el mundo de la ciencia: la separación entre los aspectos sociales y los
aspectos es crucial para establecer los rasgos particulares de un campo disciplinario inserto en
33
un contexto específico, diferente de otros campos disciplinarios, tanto como de otros
tiene ventajas importantes para analizar la dinámica de la ciencia respecto de los abordajes
que reseñamos hasta aquí, en particular porque comprende, al mismo tiempo, el espacio de las
institucional. Por eso, en varios capítulos de este libro, habremos de aplicar estas nociones
caso, poner en marcha una carrera o hacer una carrera exige a los practicantes que atraviesen
34
búsqueda de recursos cognitivos, materiales o humanos suplementarios compromete a dos o
todavía ligado a las disciplinas, mientras que los individuos atraviesan los campos
disciplinarios.
Pero, al mismo tiempo, resulta dificultoso registrar datos acerca de la trayectoria y carrera de
los practicantes. En parte, esta dificultad explica la escasez de estudios sobre esta dinámica de
investigación. Sus practicantes responden más a la identificación hacia un proyecto que a las
Cada uno de ellos está fundado en una forma de división del trabajo intelectual, técnico y
social. Las demarcaciones entre los regímenes de investigación científica y los otros sectores
de actividad son importantes, pues permiten al investigador definir sus objetivos, sus
competencias, y sobrevivir a los ataques y los tiempos difíciles. En este sentido, estas
puesto que ello tendrá una especial significación en uno de los casos que presentamos en la
tercera parte. La amplia gama de estudios disponibles ha mostrado que resulta particularmente
importante focalizar la atención sobre las instituciones específicas en las cuales este tipo de
régimen tiene lugar: se trata de instituciones de tipo académico en donde los sujetos sociales
tienen claramente incorporadas las reglas de funcionamiento, y en donde las prácticas están
35
bien prescritas en los fundamentos institucionales en donde se inscriben. Así, las instancias de
institución, que otorga, a sus practicantes, una suerte de “credencial” que los reconoce como
practicantes, que juzgan los aspectos técnicos y conceptuales implicados en las prácticas de
los sujetos que trabajan en el marco de un campo disciplinario específico. Esta comunidad de
El interrogante central que articula este acápite está dirigido a responder a la pregunta acerca
de cómo explicar las prácticas científicas desplegadas por los actores en el marco de
como una actividad internacional, y el juego de los elementos presentes en los contextos
En los últimos años, una cierta cantidad de literatura en los estudios de sociología (y,
36
son tópicos que reconocen muchas décadas de discusión. Hay, sin embargo, un espacio de
reflexión que es más reciente, y que puede dar vuelta los términos del debate. Me refiero a los
constructivista, surgidas desde el final de los años setenta y que implicaron, de hecho, la
funcionaba como un postulado de orden general, como un a priori que no necesitaba ser
propia del ethos de la ciencia. En efecto, las prácticas científicas obedecen, según esta
condiciones específicas de cada contexto. Por ello, el supuesto general del funcionalismo
permite observar solamente los aspectos institucionales y las actividades “sociales” de los
espacio para observar si existen diferencias significativas en el modo en que se conforman los
investigación científica tendría una gran autonomía de países, contextos, geografías, culturas.
Existe, desde esta mirada, un ideal democrático que reúne a los investigadores de todos los
por los estudios que se dirigieron a estudiar la ciencia colonial. La mayor parte de ellos
adoptó la perspectiva de un “modelo de difusión”, es decir, suponer que existe une fuerte
asociación entre la cultura occidental y el desarrollo de la ciencia moderna, como uno de sus
37
productos fundamentales. Según Geoerges Basalla (1967), uno de los autores que
científica genera una fuente para la ciencia Europea… La ‘fase 2’ está marcada por el período
de ciencia colonial, y la ‘fase 3’ completa el proceso de transplante con la lucha por obtener
una tradición científica (o cultura) independiente…”. Es bastante claro que esta perspectiva,
basada en la implantación de un modelo ya diseñado, deja muy poco lugar para contemplar
las relaciones que se establecen entre las metrópolis productoras de conocimientos y las
sociedades más atrasadas que funcionan como "receptoras" de esos conocimientos. Según
Pyenson, muchos científicos se vieron frustrados, en los años 20, por defectos materiales y
tiempo o era inservible, la literatura científica era escasa o imposible de conseguir, los
intelectuales. Desde el constructivismo (como una definición que abarca a la mayor parte de
supuesto que la alejó de los análisis clásicos fue su preocupación por la esencia de las
prácticas de laboratorio. De este modo, los sociólogos analizan las fuerzas presentes en la
38
enunciación y en la aceptación general de formulaciones científicas específicas, y apuntan
Hay, pues, dos puntos de tensión fundamentales que podemos proponer para el
Este punto de tensión, que ha sido abordado frecuentemente bajo la perspectiva de las
relaciones centro-periferia, implica dos ámbitos específicos que deben ser considerados en
de un modo acrítico (lo que ha sido más que frecuente) remite, indistintamente, a un conjunto
Pero estos espacios suelen ser muy heterogéneos entre sí, con notables diferencias entre
países, disciplinas e instituciones.5 Por lo demás, no todos estos elementos pertenecientes a las
instituciones del "centro" son igualmente relevantes a la hora de analizar el desarrollo de las
consideración de la mayoría de los actores de un campo disciplinario particular, para que sea,
5
Raj (1996) señala, con razón, que “... es común observar a la ciencia del “Norte” como un conjunto homogéneo
e indiferenciado. Esto fue que lo que se transmitió, de un modo inadecuado, a la mayor parte de los países
colonizados por todo el planeta. Durante la última década, un número creciente de estudios ha intentado mostrar
que las prácticas y contenidos científicos son diferentes a lo largo de las diversas culturas que componen el
“Norte”. (p. 285).
39
de un modo automático, etiquetado como un grupo perteneciente al mainstream.6 Abundantes
ejemplos dan muestra de lo contrario, y análisis como los que ha propuesto Harry Collins
(1981) para la identificación de lo que este autor denomina los core-set (o núcleo central que
controversias pueden muy bien ser apropiados para identificar a los grupos más dinámicos
Por otro lado, las comunidades científicas en los países periféricos tampoco
constituyen espacios homogéneos, más allá de las implicaciones sociológicas que el término
clásica). Así, los grupos de investigación, las instituciones, y las prácticas presentan, de un
modo análogo, diferencias sustantivas, por ejemplo, en cada uno de los campos disciplinarios
para el análisis del punto de tensión que nos ocupa. En efecto, muchas veces las diferentes
tradiciones suelen distinguirse entre sí por una primera gran línea que discrimina entre
estas formas de relación. La puesta en perspectiva de este aspecto nos habrá de mostrar una
6
Shinn (1983) distingue una universalidad radical (o global), como la propuesta por la escuela mertoniana, de
una universalidad restringida: “Si el discurso y las prácticas científicas privilegian generalmente una categoría de
saber basadas sobre las categorías globales de las entidades y sobre las condiciones de las interacciones,
independientemente de las variaciones espaciales y temporales, esta expresión de la universalidad no es la única
forma de saber que existe. Otra universalidad (igualmente comprensible, coherente y rigurosa) se dirige en
cambio a las manifestaciones locales de los fenómenos; reflejando las dimensiones locales de acontecimientos
globales, pone el acento no sobre una representación idealizada, sino sobre los detalles, los particularismos y las
anomalías de los objetos y de las acciones. Esta clase de universalidad, la universalidad restringida, tiende a
prevalecer en la comunidad de los experimentadores, en donde el objeto de la investigación engendra
restricciones cognitivas y sociales”.
40
Finalmente, una vez que ha sido posible pensar las relaciones "centro-periferia" en los
términos más complejos que hemos propuesto, es necesario pensar efectivamente el problema
desde una perspectiva dinámica y relacional. Dicho de otro modo, si es posible identificar la
el marco de una sociedad local, no debe abandonarse luego esta perspectiva para ahondar en
un análisis "interno" de la dinámica de estos grupos, dejando de lado este carácter, sobre todo
cuando los vínculos "externos" con grupos determinados, localizados en centros e institutos
Otro punto de tensión que es necesario señalar se refiere al modo de abordaje a través del cual
señalamos las limitaciones que, para desarrollar estos estudios, presentaba la sociología
emergencia de las prácticas científicas con las relaciones internas en el ámbito de producción
constructivistas plantearon, en este sentido, dos movimientos: primero, el cambio del objeto;
análisis que la sociología clásica dejaba de lado: el nivel institucional, el de las relaciones
conocimientos.
Así, si bien predominó a veces un sesgo excesivamente dirigido hacia los factores
espacio de determinaciones que hacía que las dinámicas presentes en la sociedad “local”
atravesaran el campo del trabajo científico tanto como atravesaban todo otro espacio de
41
interacción social, simbólica y material. De allí surgen nociones tales como "intereses",
(Kreimer, 1999)
validado, puesto que resultaba la única forma posible para la identificación de los actores, del
cuando se deja de lado el supuesto del universalismo, y se dirige la mirada hacia las
atravesados por una dinámica global que los excede, que les impone restricciones, y que
limita el rango de decisiones posible para los actores. Pero esas restricciones son procesadas
La antropóloga Hebe Vessuri, en uno de los primeros trabajos que, en el marco de América
análisis: el nivel de los conceptos científicos, el nivel de los temas de investigación y el nivel
Respecto del primero de ellos, afirma Vessuri que el desarrollo conceptual tiene
menos posibilidad de ocurrir en América Latina, por los riesgos que supone la creación de
intelectual. Las comunidades científicas de la periferia son más conservadoras que en los
42
centros, trabajan casi exclusivamente dentro de los parámetros de la ciencia “normal", en la
En el nivel de los temas de investigación, afirma esta autora que, en las disciplinas
por necesidades sociales, que en una verdadera "ciencia pura" percibida como "más
con la sociedad; e implica el modo cómo se ponen en juego relaciones de poder entre los
información. Ello sería la expresión concreta de las estructuras y las mentalidades sociales
que en gran medida dan forma al modo de producción de los conocimientos científicos.
internacional".
estas definiciones resulta más apropiada, puesto que hablar de una ciencia periférica implica
que la ciencia de los países atrasados es marginal al acervo del conocimiento en términos de
periferia" para resaltar que “…el trabajo científico en estos países tiene sus propias reglas, que
deben ser entendidas no como síntomas de atraso o modernidad, sino como parte de su propia
cultura y de las interacciones con la ciencia internacional” (1988, p.28). La cuestión que
formula Cueto es relevante, y remite a la tensión que señalamos más arriba: cómo comprender
43
la combinación de un trabajo moderno y creativo en un contexto cultural supuestamente
importante contextuación histórica cuando afirma que es necesario recordar que la presente
distancia que existe entre la ciencia de los países desarrollados y la de algunos países
subdesarrollados, no fue tan amplia en el pasado, y que más bien esta separación ha tendido a
En un trabajo posterior, Cueto (1997) enfatiza esa dirección, buscando los elementos
institucional bajo condiciones adversas. Distingue cinco tópicos que constituyen algo así
demanda que sus practicantes proclamen cierto grado de utilidad pública de su trabajo"; 3)
esto llevó a algunos investigadores a hacer más eficiente la ecuación entre recursos y
“en” la periferia, puesto que ésta pone de manifiesto el carácter heterogéneo de las
sólo parece borrar las diferencias en el interior de comunidades científicas particulares, sino
diferenciados. El atributo de "excelencia" es, empero, más discutible. Es cierto que Cueto
analiza algunos grupos que han sido ampliamente reconocidos por la comunidad internacional
(el más emblemático es, sin dudas, el premio Nobel Bernardo Houssay en la Argentina), pero
44
considerar dicho reconocimiento, ciertamente basado en la valoración de las contribuciones
realizadas por aquellos grupos, como la dimensión fundamental para la distinción particular
de una tarea "exitosa" o "moderna" y por ello menos periférica puede resultar en una
interpretación sesgada. Si, como dice Cueto, la distancia entre la ciencia producida en ciertos
países y el mainstream internacional no era tan amplia en el pasado, no hay ningún motivo
para no indagar, junto con la constelación de los cinco tópicos que él menciona, también en la
Considerar los tres niveles de análisis que propuso Vessuri es útil en este caso, porque
los dos primeros plantean el problema "periférico" en términos relacionales, que Cueto
Sin embargo, para un análisis integral del problema, es necesario agregar algunas
epistemológico debe ser evaluado en función de los campos disciplinarios particulares, de las
líneas y los temas de investigación y de la forma en que los contenidos resultan efectivamente
central. Sin embargo, estas han sido a menudo entendidas de un modo restringido. Por
ejemplo, Patrick Petitjean (1996) señala que “la constitución de tradiciones científicas es el
resultado de que las políticas públicas nacionales tomaron a cargo la ciencia, y a veces de la
45
constitución de espacios socio-cognitivos más complejos, como ámbitos de identificación
La mayor parte de las dimensiones que señala Cueto como explicaciones de los
ser explicados dentro de un área problemática más amplia, que nos remite al problema general
de la existencia de una suerte de “contrato” entre ciencia y sociedad y, en relación con éste,
entre ciencia y estado.7 En pocas palabras, y como ha sido mostrado por numerosos autores,
la mayor parte de las sociedades periféricas respondió más bien a un doble movimiento de
al desarrollo.
7
Las relaciones entre ciencia y estado han sido objeto de reflexión desde hace décadas. Entre los autores más
significativos, aunque desde perspectivas analíticas bien diferentes se pueden consultar los libros “clásicos” de
Price (1965), Salomon (1970) y Rose y Rose (1972). Más recientemente, se puede consultar Rip y Van der
Meulen (1996), Elzinga y Jamison (1995); y Cozzens y Gieryn (1990).
46
tanto a actores más típicamente representativos del "tejido productivo" como a todo otro actor
social.
apropiación efectiva del conocimiento producido localmente es un tópico que aún no ha sido
propios de la lógica de los actores científicos locales, tales como la carrera por la publicación
en la escena internacional y, por consiguiente, por definir temas y líneas de investigación que
se adecuen más a esos requerimientos que a las potenciales necesidades de la sociedad local,
producidos. Lo mismo podría decirse de la utilización, por parte del Estado mismo, de
particular, aunque, como bien señala Cueto, existen algunas excepciones significativas en el
grupos más representativos de esas tradiciones con la trama compleja de relaciones sociales
en el sentido en que lo explicitamos en el punto anterior (poniendo bajo la lupa la suerte del
Por otro lado, es indispensable una indagación hacia el interior de las tradiciones
mismas. En este sentido, es necesario penetrar más allá de los muros de los laboratorios, para
47
esenciales para la comprensión de los tópicos que han sido discutidos hasta aquí. Nos
referimos a los aspectos que señalamos más arriba, tales como los condicionamientos
formas de razonamiento, las prácticas de trabajo, las pruebas, la evaluación y los criterios de
las redes, etc. Con este arsenal analítico, desplegado para el estudio de las prácticas científicas
apropiados” y, en muchos casos “no apropiables” por la mayor parte de la sociedades de las
periferia, constituye en sí mismo uno de los pocos rasgos de carácter general para describir el
problemas que se describen comúnmente, tales como la falta de recursos, de "masas críticas",
de estabilidad institucional, etc., tienen que ver con la falta de legitimidad que las prácticas
científicas van adquiriendo en estas sociedades como consecuencia de que la mayor parte de
los actores tiene percibe muchas dificultad la utilidad de financiar un conjunto de prácticas
sociales cuyos beneficios hacia fuera de la “comunidad” son, en el mejor de los casos,
“conocimiento aplicable no aplicado” (Kreimer y Thomas, 2002 y 2003). Durante los años
’60 y ’70, los críticos coincidían en señalar la “escasa utilidad social” de los conocimientos
48
desarrollo que había dado lugar a algunos premios Nobel de ciencias- su orientación general
crearon diferentes instituciones “de interfase” entre los institutos de investigación y desarrollo
financiación -concebidos como un sistema de premios y castigos- con dos objetivos: inducir
por producir conocimiento con valor de cambio fue internalizado por los productores de
conocimientos, ya sea como retórica destinada a la mera legitimación, ya sea como un cambio
sustantivo de las prácticas: la mayor parte del conocimiento producido es definido, por los
encontró –salvo excepciones acotadas a algunas áreas puntuales- destino de aplicación. Así, la
49
lugar a innovaciones de proceso de producción o de producto, ni contribuyen a la solución de
desarrollo de los países periféricos. Persisten aún –y, de hecho, se han intensificado durante
los años noventa- los crónicos problemas de la miseria, el déficit sanitario y educacional, el
alteraciones en el escenario, las viejas preguntas continúan vigentes ¿Cuál es la utilidad social
puesta en cuestión; y de allí hay un breve paso hacia el cuestionamiento del proceso mismo de
producción de conocimientos. La pregunta que resume este dilema puede formularse así:
“¿por qué razón una sociedad en donde una parte de sus habitantes padece miseria y hambre
50
CAPITULO 2
ANTECEDENTES Y CONTEXTO
Introducción
Un recuerdo juvenil acerca del estudio de la historia en el ámbito escolar podría mostrarse
según las breves sensaciones que reproducimos. En el primer año del colegio secundario se
estudiaba historia antigua: el Lejano Oriente, Grecia, Roma. En el año siguiente, historia de la
salpicada por los viajes a un siempre difuso “oriente” y, en particular, a las no menos difusas
“Indias”, cuya función en los libros de lectura parecía restringirse a ofrecer la excusa para el
“contemporánea”, y el cuarto a la historia argentina. El orden podía varia según los cambios
en los planes de estudio, siempre de moda entre los pedagogos argentinos, con lo cual la
Pues bien, cuando uno leía acerca del Imperio Chino antiguo, no solía avanzar en su
historia más que hasta unos siglos antes del nacimiento de Cristo, puesto que el criterio de
historia “antigua” al uso escolar establecía un “corte” transversal que se movía entre los
siglos. Había luego alguna rápida mención, gracias a la cual el estudiante se enteraba de que
la sociedad china no había desaparecido, puesto que Marco Polo había realizado allí algunos
viajes, y aportando elementos de dicha cultura, como los fuegos artificiales (aplicación
recreativa de la pólvora) y las pastas. Luego, un largo silencio, durante el cual nada se conocía
sobre el desarrollo de tan importante sociedad. Por ejemplo, qué tipo de estructura política se
sostenía, qué modo de producción imperaba, qué cambios societales se hubieren producido,
51
social, problemas todos sobre los que se abundaba largamente en el análisis de la historia de
Europa.
No, por el contrario, los chinos reaparecían en la menta de los estudiantes argentinos
cultural, elementos ellos que, esta vez sí, los pedagogos argentinos de la historia consideraban
de utilidad para comprender la historia del siglo XX. Si bien el caso de la China es el más
elocuente, no es, por cierto, el único. Algo similar ocurría con la nebulosa en la que se
encontraba el estudiante para explicar cómo del antiguo Imperio Persa se llegó a establecer el
régimen de los Ayatolah, en un pasaje que involucra varios milenios. O, más difícil aún,
resulta ligar analíticamente el hecho de que un tal Napoleón se hiciera coronar Emperador de
Francia, con el hecho de que algunos políticos locales decidieran, en 1810, declararse
autónomos de la–entonces ausente- Corona española. Claro que lo primero formaba parte de
país, como la forma dominante que definió las prácticas científicas experimentales. En
segundo lugar, los primeros desarrollos del campo disciplinario en cuestión en la escena
internacional.
lugar, dentro de un proceso más amplio de renovación institucional que, en aquellos años,
52
país. Este proceso se asocia, también, con la consagración de la centralidad de la tradición
(CONICET).
y bioquímica, que fue la base sobre la cual fue posible producir una innovación temática y
conceptual. Es interesante notar, como veremos más adelante, que esta tradición fue la base
sobre la cual se asentó el nuevo campo disciplinario, pero que operó, al mismo tiempo, como
premio Nobel de medicina en 1947, junto con otros investigadores “pioneros”, como Rudolf
Kraus, Alfredo Sordelli, Eduardo Braun Menéndez, y continuó con los discípulos de Houssay,
como Federico Leloir, premio Nobel de química en 1970. Justamente, es en el seno del
Instituto dirigido por Leloir, por entonces “Fundación Campomar” y luego rebautizado, en el
año 2001, como “Instituto Leloir”, en donde se producirá, a mediados de la década del
Por otra parte, el primer laboratorio de biología molecular del país presenta, como hito
estructura del ADN bajo la forma de una doble hélice por parte de Watson y Crick, aporte que
molecular como disciplina en el mundo. Sin embargo, hacia finales de la década del cincuenta
sino más bien una innovación que pretendía designar un híbrido nuevo que todavía no podía
53
ser identificado con claridad por parte de los actores implicados. En este sentido son
Lo mismo se expresa en el siguiente pasaje de André Lwoff (en un texto publicado en 1966,
Yo había trabajado sobre lysogenia sin ninguna motivación ulterior. Pero, como el
profago es una molécula –de ácido nucleico- y como yo estaba estudiando su
biología, me convertí luego en un biólogo molecular. Una posición temible,
aunque alrededor de 1950 los futuros biólogos moleculares no se pensaban a sí
mismos de ese modo. La virtud inconmensurable de esa etiqueta mágica se
descubrió mucho más tarde. Tal vez debería agregar que yo soy incapaz de decidir
hasta qué punto me siento molecular, si es que soy molecular en algún sentido
(Lwoff, 1966, Pág. 91).
La cita es importante puesto Lwoff era director del grupo de investigación que, localizado en
desarrollo del campo por sus investigaciones sobre el ARN mensajero. Estos dos discursos,
En las páginas que sigue abordamos los dos elementos de contexto más relevantes
de modernización que se produjeron en el país hacia fines de los años cincuenta. Además del
54
objetivo expositivo de situar contextualmente al lector, esta decisión se sustenta en otras
que desbordó, de hecho, las fronteras nacionales. Naturalmente, queda por discutir -y ha sido
intrínseca a la investigación científica como actividad singular, sin cuyo componente esta no
científico –fuertemente idealizado- que incluye, como primer postulado al universalismo, ello
podría ser leído tanto como un “imperativo ético universal de la ciencia” como, desde una
efectivamente elaborado. A diferencia de los enfoques “clásicos” (más bien ligados a una
social del conocimiento. Dicha causalidad remite, necesariamente, a las condiciones sociales
1
Por lo demás, el propio Merton parece oscilar sobre este punto. Para un análisis de la tensión sobre el
positivismo y el antipositivismo mertoniano, vale la pena leer el artículo de King (1970). Para una discusión
acerca de los alcances de la ciencia como empresa internacional, la bibliografía es extensa. El lector interesado
puede consultar, por ejemplo, Bernal (1954), Merton (1968 y 1973), Laudan (1977 y 1990), Hacking (1981), o el
volumen colectivo editado por Crawford, Shinn y Sörlin (1992), por citar sólo algunos textos.
55
particulares de un contexto, de una trama de relaciones de actores, que se articula en un
La tercera razón por la cual resulta fundamental analizar el desarrollo internacional del
campo disciplinario se refiere a la asimétrica relación entre los diferentes contextos locales en
los cuales se desarrollan las prácticas científicas. En efecto, tanto si se acepta como válida la
consideración de una suerte de “República de la ciencia” que atraviesa y perfora todas las
ello no implica que todos los contextos puedan ser considerados como equivalentes respecto
contextos cuyo “aporte” a la empresa científica parece más bien marginal. Por cierto, aceptar
contextos periféricos sino que, por el contrario, diversas perspectivas pueden formularse
frente a este tópico. En honor a la brevedad y haciendo uso de una extrema simplificación
(casi al borde de la caricatura), digamos que podríamos colocar, de un lado, los análisis que
suponen la existencia de un centro que irradia el conocimiento como si se tratara de los rayos
solares, hacia las diferentes periferias. Así, merece ser estudiado el proceso mismo de difusión
plano las características propias del contexto local de “recepción”, así como la dinámica de
los actores locales. Un modelo de análisis opuesto al precedente, implicaría tomar, como
2
Para el desarrollo del principio de causalidad, véase Bloor (1973) y sobre todo (1976). Respecto de la
consideración de la relación “universalismo-contexto”, puede resultar paradójico que la “promesa” de la nueva
sociología de la ciencia, en el sentido de establecer las conexiones entre los aspectos “internos” y las
dimensiones contextuales, se fue diluyendo con el correr de los últimos años, dando lugar a una concentración
cada vez mayor de estudios que no sería aventurado calificar como “internalistas”, emprendidos con las
herramientas provistas por el enfoque constructivista.
56
punto de partida, la estructura institucional, las características culturales y la trama de
las relaciones que los actores sociales insertos en uno u otro contexto van desplegando en el
transcurso del tiempo, y a través de los cuales se van articulando a sí mismos (tanto en el
presentes entre los procesos concretos en los que se elabora el conocimiento, los elementos
periferias, podemos entonces concluir sin dudas en la afirmación con la cual comenzamos este
capítulo: no parece plausible que nos concentremos en las alternativas propias del desarrollo
mapa del desarrollo de este campo en algunos espacios particulares en donde éste se
fuente que se considere. Correlativamente, tanto los historiadores de la ciencia como los
veinte años, una cantidad considerable de análisis, relatos y reflexiones acerca del surgimiento
y desarrollo de este campo. Por lo tanto, la síntesis que sigue no tiene la pretensión de
presentar una interpretación propia y novedosa sobre la conformación del campo, sino que
57
La emergencia de la biología molecular en el escenario internacional
A partir de 1947 el Medical Research Council del Reino Unido empieza a financiar
director de la Sección de Ciencias Naturales. Cuando Weaver asumió dicha función en 1932,
impulsó una reformulación de las políticas de financiación hacia un nuevo campo emergente
incorporaran los avances técnicos y teóricos de la física y la química. Esto significó financiar
un campo de investigaciones emergentes en lugar de líderes científicos, que entre otras cosas,
movilidad de científicos uno de los factores claves para explicar la emergencia de una nueva
una nueva red socio-cognitiva de conexiones dentro de las principales divisiones de las
disciplinas biológicas, de la física o de la química, y que por tanto, permite explicar el carácter
58
multidisciplinar de la biología molecular, que a diferencia de otros campos disciplinarios no
Si bien William Astbury, cristalógrafo inglés que emprendió los primeros trabajos
sobre la estructura del ADN, se refirió también en dichos términos a esta disciplina
emergente, su empleo no logró extenderse sino hasta finales de la década del cincuenta con la
aparición del Journal of Molecular Biology. Con la aparición de dicha revista comienza a
de análisis nuevo. Más allá de que dicha red socio-cognitiva comienza a conformarse desde
principios de la década del treinta, será a mediados de la década del sesenta que la biología
institucionalización.
Gathering), como un grupo informal que se reunía en Cambridge, y que incluía a varios
Waddington), así como otros científicos de Cambridge (cristalógrafos como J.D. Bernal y
Dorothy Crowford Hodgkins) y filósofos (J.H. Woodger y Karl Popper). Este grupo
contribuyó a generar un movimiento teórico en las ciencias biológicas que luego se trasmitió a
Warren Weaver a través de Frederick Hopkins, y que éste utilizó para justificar el apoyo a una
disciplina concreta. (Abir Am, 1997, págs. 115-119). Así, en 1933 la Fundación Rockefeller
ciencias físicas a las biológicas. Este primer programa se comenzó a ejecutar en 1934 entre
tema coherente interdisciplinario alrededor del cual surge el nuevo campo de la biología
59
suceso clave en dicho desplazamiento. Entre 1934 y 1959, la FR movilizó 90 millones de
de los genes. Al igual que la estructura de proteínas, estos temas movilizaron a una importante
Francia, Suecia, etc., lo que estuvo en la base de una amplia red de colaboración trasnacional
institucionales.
Max Delbrück fue uno de los primeros en impulsar los estudios sobre bacteriofagos
desde mediados de la década del treinta en Estados Unidos, y que dieron origen a principios
de la década del cuarenta (1941) al emblemático Grupo de Fago (Phage Group), gracias al
encuentro de tres investigadores: Delbrück (en Cold Spring Harbor), Salvador Luria (en
Indiana University) y Alfred Hershey en 1943 (en Washington University in St. Louis).3 Al
igual que la Unión Bioteórica en Inglaterra, Delbrück promovió una renovación teórica de las
ciencias biológicas. Era un físico teórico alemán que, a comienzos de los años treinta, y luego
de estar en contacto con Niels Bohr en Copenhague, creó un grupo informal de discusión en
donde juntó a físicos y biólogos, para discutir acerca de las vías para comprender “el
fenómeno de la vida”, intentando indagar qué podía aportar el nivel molecular. El principio
del cual partían las discusiones tenía su origen en la física nuclear: como los físicos no
disponían de métodos directos para estudiar el núcleo del átomo, el único medio de abordaje
3
La historia del Grupo Fago fue el objeto de un análisis sociológico por parte de Nicholas Mullins, que fue muy
original para la época. Mullins trabaja, desde una perspectiva kuhniana, la emergencia de la biología molecular
como una “nueva especialidad”, estableciendo 4 fases: la paradigmática, la de red, la de cluster y la de
especialidad. Para ello se basa, particularmente, en los trabajos de Stent lo cual le da un sesgo a toda su
interpretación, ya que le otorga poca relevancia a las otras corrientes. Mullins (1972)
60
posible era el de “bombardear” ese núcleo con partículas de tamaño y energía diferentes. La
eficacia del bombardeo variaba; y de esas variaciones era posible deducir ciertas propiedades
del blanco, es decir, del núcleo. Así, Delbrück utilizó la misma idea para estudiar el gen,
basado en que ya se sabía que era posible introducir variaciones genéticas por acción de los
rayos X.
titulado “Un físico mira hacia la biología”, explicó el giro teórico que significó para él mismo
desde el punto de vista físico, es cómo hace la materia viva para registrar y perpetuar sus
experiencias. Puso en marcha una línea de trabajo para intentar observar cómo se reproduce
una bacteria simple y entender el proceso por el cual se transmiten la herencia y las nuevas
combinaciones, llegando a afirmar que el nivel más elemental para responder fructíferamente
a los fenómenos relativos a la materia viviente es el nivel celular. Este planteo implicó una
“investigar los secretos de la vida a través del estudio del sistema biológico más simple
posible”. Así, el bacteriofago se presentaba como el sistema ideal para estudiar los
61
Los otros campos que conformaron el espacio de la biología molecular fueron la
bacteriana. Así por ejemplo, George Beadle, genetista formando en la escuela “clásica”
adquirió gran relevancia junto con Edward Tatum al seleccionar reacciones bioquímicas ya
antiguos trabajos de Garrod, llegó a formular la teoría, luego central para el campo de la
A partir de la década del treinta, se desarrolló un proceso que va produciendo una serie
análisis: el nivel molecular, como el locus sobre el cual dirigir la mirada para desarrollar una
colaboración se vio frenado por obvias razones. Pero, una vez finalizada la guerra hubo un
iniciativas de política científica dieron un gran impulso a las ayudas de viaje y becas de
científicos y haciendo más densas las redes de colaboración internacional. Ello generó el
contexto social trasnacional que fue muy importante para el marco de los descubrimientos
ARN mensajero. En este sentido, hubo algunas reuniones clave: el “Simposio sobre
Microorganismos” realizado en Cold Spring Harbor en los Estados Unidos, en 1946, donde, a
pesar de que sólo hubo 13 extranjeros dentro de los 118 participantes locales, se fijaron las
4
Beadle decía, en el mismo libro colectivo, que “Me parecía que Garrod, como Mendel, había ido tan lejos para
su tiempo, que los bioquímicos y genetistas no estaban listos para comprender seriamente su concepto sobre la
reacción gen-enzima. Como los trabajos de Mendel, los de Garrod debieron ser re-descubiertos
independientemente en una época más favorable para el desarrollo de las ciencias biológicas”. Beadle, en Cairns,
Stent y Watson (1966) pág. 32.
62
bases de futuros contactos entre los microbiólogos bioquímicos franceses (en especial André
realizado en Cambridge en 1949 donde Erwin Chargaff (químico austriaco que pasó por la
Columbia en Nueva York) presentó sus resultados sobre la proporción de las bases del ADN.
Podemos señalar una verdadera “marca” del reconocimiento del nuevo campo en la
publicación de un libro colectivo editado en 1966 por los representantes más representativos
de la época: Phage and the Origins of Molecular Biology (“El fago y los orígenes de la
escuela inglesa abocada al estudio de las estructuras moleculares.6 Dicha escuela fue iniciada
proteínas a partir de la década del treinta, y continuada durante los años cuarenta y cincuenta
por Max Perutz y John Kendrew en Cambridge, y por Rosalind Franklin y Maurice Willkins
en Londres.
5
Sobre las diferencias y similitudes en las formas de conmemorar el surgimiento de la biología molecular en
Estados Unidos, Francia e Inglaterra ver Pnina Abir-Am (1999) “The First American and French
Commemorations in Molecular Biology: From Collective Memory to Comparative History. Osiris 14, Pág. 327.
6
El libro editado por John Cairns, Gunther Stent y James Watson como motivo del cumpleaños número sesenta
de Max Delbrück. Además de los editores escribieron, entre otros, el propio Delbrück, George Beadle, K.
Zimmer, Thomas Anderson; A. Doermann, André Lwoff, A. Hershey, Salvador Luria, Elie Wollman; Matthew
Meselson, George Streisinger.
63
La exclusión de esta corriente del libro motivó una respuesta de Kendrew en Scientific
American donde se queja por el hecho de que en el libro se sostiene que la biología molecular
tiene sus “únicos” orígenes en el Phage Group (el grupo Fago) y se desconoce la labor de la
págs. 141-143). Por el contrario, para los biólogos moleculares británicos el origen de la
disciplina se remontaba a 1934 cuando Bernal descubrió que las proteínas producían
radiografías totalmente descifrables (la primera de ellas fue la pepsina, una proteína cristalina,
Gunther Stent, uno de los editores del mencionado libro, fue quien le respondió a
Kendrew. Stent es un físico alemán emigrado a los Estados Unidos durante el régimen Nazi, e
magnitud de los logros extraordinarios de la biología molecular estructural, debo señalar que
Las diferencias entre Stent y Kendrew respecto del origen de la biología molecular
de otorgar legitimidad al papel cumplido por un líder en uno y otro caso. Esto explicaría las
Sea como fuera, Stent logró establecer de un modo canónico –aceptado por la mayor
parte de los practicantes- las fases y los afluentes que desembocaron en la consolidación de la
biología molecular. 7 Así, interpretó el proceso que iniciado a principios de la década del
treinta y que se extendió hasta 1952, como la fase “romántica” de la biología molecular. Ese
7
Tomemos en cuenta que las fases que Stent establece no son una operación “neutra” por su parte, en la medida
en que él mismo las aplica a la historia de lo que se denomina la escuela informacional, o sea el Phage Group del
cual él mismo formó parte).
64
período romántico concluye con el descubrimiento, por parte de Alfred Hershey y Martha
Chase, de que el ADN del fago es el genoma viral, lo que les permitió exponer un supuesto
clave: que el ADN es el principal material hereditario. Luego sobrevino lo que denomina
como fase “dogmática”, dominada por los trabajos de James Watson y Francis Crick y el
elucidación de la estructura del ADN en 1953 hasta aproximadamente 1963, cuando los
especialistas ya no son decenas, sino varios cientos. La fase se completa con la importante
extensión del dogma realizada por Jacques Monod y François Jacob con la idea del ARN
mensajero y del operón. La tercera fase la denomina “académica”, cuando muchos detalles del
Pero, por entonces, algunos mecanismos molceulares razonables podían ser “imaginados”
En este contexto, hacia finales de la década del cincuenta se identifican tres campos de
65
del sesenta remplazo a Perutz en la dirección del laboratorio de Biología Molecular
metabolismo celular y en la herencia. Este enfoque fue desarrollado por esos años,
biológicas. Este enfoque fue desarrollado por el Phage Group con las figuras de
ESTRUCTURAL (FÍSICA/
CRISTALOGRAFÍA) BIOQUÍMICA
INFORMACIONAL
(GENÉTICA)
BIOLOGÍA MOLECULAR
Con algunas diferencias respecto de la perspectiva aportada por Stent, William Astbury
formuló una definición importante sobre qué entendía entonces por biología molecular, en
66
.... no es tanto una técnica como un abordaje, un abordaje desde el punto de
vista de las llamadas ciencias básicas, con la idea movilizadora de buscar más
allá de las manifestaciones de gran escala de la biología clásica para ir hacia el
plano molecular que corresponde. Se trata, en particular, de estudiar las
formas de las moléculas biológicas y… es predominantemente tridimensional
y estructural –lo que no quiere decir, sin embargo, que se trata solo de un
refinamiento de la morfología- debe indagar al mismo tiempo en la génesis y la
función. W.T. Astbury [Nature 190, 1124 (1961)]
consolidación de la disciplina. Y se podría afirmar que casi todos ellos trabajaban bajo
esquemas conceptuales distintos a los del Phage Group. Estos descubrimientos fueron
corriendo el centro de atención de las proteínas a los ácidos nucleicos y el ADN, y produjeron
discípula Agnès Ullmann, esta última señala como un hito fundamental, por ejemplo, el
proteínas, donde se ponía un “punto final al viejo mito dialéctico de Schoenheimer sobre el
estado dinámico de la sustancia viva”. La misma investigadora señala que, unos años más
67
fenómenos: acción hormonal, funcionamiento del represor, cinéticas
enzimáticas… (Ullmann, 1980, pág. 171)
Por su lado, Gaudillière, quien en diversos trabajos intenta poner de relieve el aporte de los
de una “tradición francesa” en este campo, señala dos razones por las cuales esta corriente no
fue justamente reconocida.8 Por un lado, los estudios sobre la herencia, dentro de la química
de los procesos de la vida o en las respuestas humanas existieron realmente pero, en muchas
ocasiones, los biólogos franceses apoyaron programas de investigación que contrastaron con
dieron mayor atención a los orígenes “genéticos” de la biología molecular. (Gaudillière, 1993,
pág. 476)
Por su parte, Michel Morange, biólogo del Instituto Pasteur parece indignado cuando
admite que “se siente golpeado por el desajuste entre la reputación adquirida por este grupo y
anteriores, cada una de las tres corrientes principales que contribuyeron al desarrollo de la
Grupo Fago (Delbrück, Stent y otros) tuvieron, en un primer momento, una mayor eficacia en
mostrarse como el eje de la conformación del nuevo campo disciplinario, esta perspectiva fue
sucesivamente desafiada por los científicos estructurales como Perutz o Bernal, o por los
franceses, como Monod y Jacob, que reivindicaron, por su lado, los aportes a la conformación
8
Sobre la tradición francesa de Biología Molecular se puede ver, entre otros, Gaudillière (1993 y 1996), Monod
(1988) y Abir-Am (1995).
68
En lo que respecta a los espacios institucionales, la biología molecular se desarrolló, en
principio, en tres países: Estados Unidos, Inglaterra y Francia. Si seguimos a Garland Allen
a) Los otros países –dejando de lado los tres mencionados- no salieron arruinados de la
guerra, como Alemania, Italia Japón, la URSS. Este último, además del ajuste
económico, “se hallaba presa del movimiento de Lisenko, que metió a la genética rusa
b) La biología molecular es una empresa mucho más costosa que lo que fue la mayoría
de los campos más antiguos de la biología y, por ello, sólo podía ser emprendida en
emigrados de Europa central, desde mediados y fines de la década del 30. Estos
científicos.
d) El hecho de que Estados Unidos y, en menor medida, Gran Bretaña, hayan sido
las primeras décadas del siglo XX, y tal vez nos podemos detener, como momento
69
la Universidad de Buenos Aires. 9 La creación de dicho instituto se encuadró dentro del
implantación efectiva de la docencia libre, la limitación de edad para dictar cursos, el estímulo
Se desprende de las afirmaciones anteriores que, por una parte, la ciencia era asociada a
la práctica del médico. Mientras que, por otra parte, la clínica se concebía como práctica,
empiria y utilidad. Así, con la creación del Instituto de Fisiología comienzan a hacerse
9
Sobre la designación de Houssay al frente de la Cátedra de Fisiología y el Instituto del mismo nombre, véase
Buch (2006).
70
investigación experimental en aquellas disciplinas ligadas al campo biomédico. Este “nuevo
cuyos referentes son los investigadores y no más los médicos. Este proceso fue posible
grupo de personas que hasta ese entonces habían sido dominantes del panorama médico
argentino. Así, por ejemplo, se trastocan los criterios para definir la autoridad y validez
de la ciencia (originalidad).
Houssay cuando, en 1943, debe irse de la Universidad de Buenos Aires, luego de un conflicto
con el nuevo gobierno. Entre estos institutos los de mayor relevancia fueron aquellos que
relacionados con él, como es el caso del Instituto de Investigaciones Médicas de Rosario
(creado en 1948 por el Dr. Juan T. Lewis,); el Instituto de Investigación Médica “Mercedes y
Bioquímicas “Fundación Campomar” dirigido por el Dr. Luis Federico Leloir, también en
71
1947. Este último estuvo estrechamente ligado al IBYME, y su creación fue vigorosamente
Estos institutos fueron conformando una suerte de “red laxa” que le debía su impulso
al propio Houssay y que fue llevando, hacia diferentes espacios institucionales, la renovación
mediados del siglo. Con la creación de todos los institutos se observa cómo la consolidación
con la posibilidad, por parte de los actores de la época, de diferenciar la investigación básica
de la práctica clínica.
internacional como medio de consagración. Esto forma parte de lo que hemos denominado
verdaderos interlocutores se encontraban fuera del ámbito nacional. Así, cualquier capacidad
72
Argentina de Biología, creada en 1920. Por otro lado, la difusión de los trabajos en el exterior
Según Alfonso Buch, historiador especializado en este período, uno de los elementos
de un proyecto general para la medicina y la ciencia argentina, que supuso una estrategia
mantener (desde los años treinta) posiciones cognitivas originales y significativas con
en el uso de técnicas de maximización del tiempo como los experimentos “en cadena”, fueron
73
La hiperortodoxia metodológica estuvo acompañada de un pronunciado
por sobre todo, se trató de imprimir un estilo muy personal a todas las actividades de
de montaje permitía hacer un uso intensivo del tiempo y, también, de los recursos. En este
sentido, otra característica saliente del estilo de laboratorio fundado por Houssay consistió en
preparados que eran reclutados entre los estudiantes más aventajados. Estos trabajaban por
supervisando los experimentos y ayudando a los miembros más antiguos del laboratorio.
(Foglia, 1981)
de sus investigaciones, necesitaba contar con una gran cantidad de animales y, por esos años,
donaba a Houssay los perros y las glándulas. La disponibilidad de material animal sin costo
alguno contribuyó al énfasis que Houssay pusiera, a lo largo de toda su carrera, en el trabajo
con pocos recursos y con un bajo nivel de equipamiento (Cueto, 1994). Este aspecto, como
veremos más adelante, habría de ser crucial para la evaluación que él y sus discípulos tenga
acerca de la emergencia de la biología molecular y de las nuevas técnicas que la misma trajo
consigo.
Houssay comenzó una estrecha colaboración con dicha fundación, cuyo objetivo original fue
el de formar a sus discípulos en el exterior. El primero de ellos fue Juan Lewis, quien viajó a
Harvard en 1925 y quien crearía, unos años más tarde, el Instituto de Rosario ya mencionado.
74
A partir de los años cuarenta, el Instituto de Fisiología comenzó a recibir, además subsidios
directos de dicha Fundación, alcanzando a más de 110 mil dólares entre ese año y 1960
(Cueto, 1994). El apoyo de dicha fundación resultaría crucial para la creación del IByME,
cuando Houssay debe emigrar de la Universidad de Buenos Aires, a causa de sus diferencias
con el régimen instalado en 1943 y que desembocaría en el triunfo de Juan Perón en febrero
de 1946.
Sin embargo, una vez observadas las características generales de los orígenes de la
tradición de investigación fundada por Houssay, debemos llamar la atención acerca de las
esos años, tanto en el Instituto Bacteriológico, primer lugar de trabajo de Houssay, como en el
el austríaco Rudolf Kraus, primer organizador del mismo, Alfredo Sordelli, que lo sucedió y
fue director por casi veinte años, así como uno de los fundadores de la bioquímica en el país,
de los que luego serían los líderes de las investigaciones biomédicas durante las décadas
siguientes, como Eduardo Braun Menéndez, Virgilio Foglia, Venancio Deulofeu, Andrés
Stoppani, Alejandro Paladini, Alberto Taquini, Eduardo Charreau, Juan Lewis, Oscar Orías,
Enrique Hug y naturalmente, Luis Leloir, entre muchos otros que llevaron, de algún modo,
por Houssay, entre 1944 y 1949. Sin dudas, la institución más relevante, tanto para la historia
sostén financiero inicial del industrial Jaime Campomar, y el apoyo científico de Houssay, el
75
Instituto logró rápidamente hacerse conocido; la “historia oficial” dice que, gracias a los
que les permitió obtener subsidios de la Fundación Rockefeller y del Instituto Nacional de
Fundación Rockefeller, donde la influencia de Houssay era, por esos años, notable.
Leloir había sido uno de los discípulos de Houssay que había podido hacer una
menos rígido en sus prácticas institucionales, Leloir “fue dejando” crecer a dos generaciones
internacionales. Como veremos más adelante, estas generaciones y esas redes resultarán
cruciales para comprender el desarrollo del nuevo campo emergente en los años sesenta, la
biología molecular. Los primeros colaboradores de Leloir fueron Carlos Eugenio Cardini,
Ranwell Caputto y Raúl Trucco, y luego se sumaron otros, como Enrico Cabib, Naum
Mittelman, Alejandro Paladini. Este último, en un ensayo sobre la historia del Instituto señala
76
una primera fase “romántica”, que transcurre en esa antigua casa del barrio de Palermo, con
los fondos compartidos con el IBYME (Paladini, 1971). Se pasa luego a una etapa de mayor
con ese movimiento, similar al que habían efectuado los colaboradores de Houssay un par de
Oklahoma una escuela de investigación, se radicó en Córdoba donde fue designado profesor
los tiempos pasados [lo acompaña] una fragmentación de temas y equipos de investigación,
capacidad propia y en el lugar que se ocupa en la red social que se teje en el instituto”
(Lorenzano, 1994)
El crecimiento posterior del Instituto fue muy importante, lo cual se puede deber a
diversas razones cuyo tratamiento no podemos abordar aquí. Por un lado, dicho desarrollo ha
sido influido por la “ola” a la que se encontraba subida la bioquímica, convirtiéndose en una
disciplina central dentro del vasto campo de las ciencias de la vida. Pero, por otro lado, resulta
innegable que, a partir del premio Nobel otorgado a Houssay en 1947 y el “éxito” de Leloir en
77
los primeros años de la década del cincuenta, en sus investigaciones sobre los hidratos de
para la estrategia de consolidación del “eje biomédico”. Estos apoyos fueron permitiendo que
verdaderos investigadores serán los actores que analizaremos en los capítulos siguientes.
Houssay fue su primer Presidente, desde la fundación en 1958, y hasta su muerte en 1971.
Pero, además, participaron como miembros del Directorio de dicho organismo muchos de sus
predominio de estos grupos se veía algo desafiado por el espíritu modernizador que provenía
batallador Decano, Rolando García, la fuerte presencia y dominio relativo de las disciplinas
biomédicas en el CONICET fue desde entonces y continúa aún hoy como una impronta
(AAPC), también impulsada por Houssay y sus colaboradores fue, en buena medida, la base
sobre la cual se organizó el CONICET, con instrumentos que luego se trasladarían de una
correspondencia como las publicaciones citadas no dejan dudas que la mayor parte de los
becas para formación de investigadores jóvenes (…) la AAPC desarrolló toda una suerte de
Mendoza, 2004).
coordinar las actividades científicas y tecnológicas en el país (según el Decreto Ley N° 1291
78
del 5 de febrero de 1958). Fue por ello que, diez años más tarde, en 1968, se creó otra
Tecnología e Innovación productiva, SECYT). Sin embargo sí cumplió, durante todas estas
fundamentales: las becas, los subsidios de investigación y las carreras del personal científico y
providencial. Según el propio Leloir, “No tuvimos ayuda local hasta la creación del Consejo
iniciales y en la redacción del estatuto Braun Menéndez, Deulofeu, Houssay y Abel Sánchez
de los mejores investigadores del país y también me incluía a mí” (Leloir, 1983). Así, con ese
estilo de perfil bajo que parece “estar pidiendo disculpas”, Leloir pudo reconocer que
“Gracias a la obra del Consejo se formaron muchos nuevos investigadores, los laboratorios
Convergencias
“paralelas”: por un lado, las yuxtaposiciones de las disciplinas que están en el cruce de la
toda la arquitectura institucional y las prácticas de las ciencias van a conocer, luego de la
posguerra, un cambio muy importante: esta transformación, usualmente llamada “big science”
79
y que comienza con un cambio de escala, va modificando en realidad el conjunto de prácticas
y las instituciones mismas de la investigación. Veamos, pues, los puntos de cruce de estos
diversos recorridos.
Si volvemos, ahora, a las frases Crick y Lwoff que citamos más arriba, vemos que ella
nos obliga a recorrer una suerte de “rebobinado” de una película, hasta el momento en el cual
sino más bien una innovación que pretendía designar a un híbrido nuevo que todavía no podía
ser identificado con claridad por parte de los actores implicados. En dichos textos resulta
tiene la forma de una evolución lineal, sino que, por el contrario, es el resultado de tensiones,
post), que se pueden percibir con claridad sus límites, los actores que van conformando su
propia identidad y que lo van distinguiendo respecto de los otros campos que funcionan
dentro del espacio institucionalizado de las prácticas científicas. Así, Lwoff, quien pertenecía
todavía en nombre de su antigua inscripción (de la tradición en la cual se formó), más que
sabe si se siente “molecular en algún sentido”. Lo que expresa Lwoff es sólo una de las
señala Pierre Thuillier, “no nació de los amores ideales y espontáneos de la física y la
colectivo editado en homenaje a Max Delbruck (para su cumpleaños número 60). Este
80
volumen, publicado en 1966, implicó el reconocimiento explícito por parte de los propios
practicantes de un campo por dejar establecidos sus propios orígenes o, mejor, buscaron la
construcción de una identidad común. En este sentido, y más allá de las consideraciones de
orden cognitivo, el hecho de que la existencia del Grupo Fago sea considerada por la mayor
identificaciones colectivas, operó como una suerte de reconocimiento público del campo en
Ya señalamos, sin embargo, que esta interpretación no fue unánime, sino que las otras
corrientes, menos representadas en la historia del Grupo Fago tendieron a producir –con cierto
retraso- sus propias interpretaciones. Al mismo tiempo podemos cómo, junto con las
invocaciones a un imaginario construido en común, van insinuándose, ya, los elementos más
dinámicos en el funcionamiento de este espacio: las definiciones acerca de los límites, así
como las tomas de posición sobre los movimientos de continuidad y de ruptura respecto de las
conceptos, preguntas y problemas cuyo origen se reconoce desde diferentes tradiciones que
no son sólo científicas, sino que estaban alejadas por su construcción disciplinaria e
institucional específica.
celebración en torno del Grupo de Fago, puesto que ello parece haber estimulado no sólo el
replanteamiento de problemas que ya estaban “en el aire” durante algún tiempo, sino que
también se nutrió de los aportes de diferentes espacios disciplinarios, cada uno de los cuales
fue aportando una mirada particular para el desarrollo del nuevo campo.
81
En 1935 se publicaron los resultados que tuvieron, en principio, una difusión limitada,
excepto por dos reacciones especiales: una, la de Schrödinger, quien le hizo una publicidad
considerable en su libro What is Life?, publicado en 1944. Por otro lado, el físico italiano
Salvador Luria, quien le confirió una gran importancia a dicho artículo. Es curioso señalar que
el modelo de mutación por ionización adoptado por Delbrück fue juzgado como incorrecto y
Como se señaló entonces, “esos primeros trabajos significaron un fracaso, pero un fracaso
victorioso”: esas experiencias mostraron que el estudio de genes era posible con las
herramientas con las cuales contaba la física. Así, en términos de los procesos de innovación
metodológicas (si acaso ambas no son las caras de la misma moneda) que no le permitían
avanzar hacia el estudio de los fenómenos intramoleculares. Lo que implicó que el planteo
particular si se lo compara con el período anterior, algunos datos son reveladores: por
ejemplo, en 1938, George Beadle había conseguido para el grupo de Stanford en donde
trabajaba, un gran subsidio de la Fundación Rockefeller, de 200 mil dólares durante diez años
(Beadle, 1966). Sin embargo, tres años más tarde, 1941, los investigadores del grupo (el
propio Beadle se encargó de ello) salieron nuevamente a buscar fondos, los que obtuvieron
por parte de diversas fundaciones, incluida la propia Rockefeller, con la cual habían
previamente establecido un contrato que impedía nuevas demandas de fondos por diez años.
Estos hechos, además de mostrar que las investigaciones se habían vuelto sustantivamente
más caras, muestran también que los trabajos de investigación en bioquímica genética se
82
estaban tornando cada vez más “sensibles” para las agencias de financiamiento, tanto públicas
como privadas.11
Este aspecto parece fundamental para insertar a los nuevos desarrollos de las
Segunda Guerra Mundial. El tema es interesante, puesto que, para la mayor parte de los
observadores, el fenómeno de la big science resulta evidente para el campo de la física, luego
Mannhattan, destinado a generar reacciones atómicas en cadena, para producir las primeras
armas nucleares. En este esquema, las “ciencias de la vida” parecían aún ligadas al modelo
Sin embargo, aun si las transformaciones que se produjeron con el advenimiento del
cambio de nivel de análisis, en el pasaje del nivel genético clásico por un lado, y del análisis
bioquímico por otro, hacia el estudio del nivel intracelular, no tuvieron los saltos
cuantitativos que se verificaron en el campo de las ciencias físicas, de todos modos es posible
afirmar que un cambio de escala fundamental se estaba produciendo por esos años. En este
contexto, las referencias de muchos investigadores, que estaban estructurando este campo
naciente, a las necesidades crecientes de fondos, constituyen un indicio que no debemos pasar
por alto. En este sentido, parecen aplicables a este campo las afirmaciones de Price, cuando
señala que:
El dinero es, sin duda, la realidad más anormal en la era de la Gran Ciencia. (...)
Si los gastos que ocasiona la ciencia se distribuyeran del mismo modo que su
11
Es llamativo que el propio Beadle parece no percibir este movimiento, cuando atribuye las razones por las
cuales obtuvieron esa gran cantidad de recursos más bien al prestigio propio del grupo de investigación, y a las
habilidades en la obtención de recursos, que al hecho de que el tema mismo de investigación estuviera
moviéndose hacia el centro de las agendas de investigación por parte de las agencias de financiamiento en los
años cuarenta en Estados Unidos.
83
productividad o su calidad, no habría problema. Si el costo per capita del
mantenimiento de los científicos fuera constante, los gastos serían proporcionales
al número de científicos, por lo que se duplicarían cada 10 a 15 años. Pero de
hecho nuestros gastos se duplican cada cinco años y medio, y el costo por
científico parece haberlo hecho cada diez. Ello equivale a decir que el costo de la
ciencia ha venido aumentando proporcionalmente al cuadrado del número de
científicos. (Price, 1973, pág. 147)
En el caso de las ciencias de la vida, resulta muy interesante el estudio de J.-P. Gaudillière,
considerable que se registra, sobre todo desde los años cuarenta en adelante. Según
los investigadores y al igual que para otros instrumentos, se fue desarrollando toda una
serie para la investigación viene a reemplazar, al menos en los países más desarrollados, al
antiguo científico “bricoleur”, aquel que se fabricaba sus propios instrumentos, incluida, por
supuesto, la cría de sus propios ratones de laboratorio. Es muy interesante observar este pasaje
en las técnicas, sino de transformaciones más profundas, como veremos más adelante.
había fabricado él mismo en el laboratorio, hacia fin de los años cuarenta, una centrífuga
casa… Ello, lejos de presentar una desventaja era vivido con orgullo por los científicos de la
En la Argentina, el proceso posterior a la 2da Guerra Mundial coincide, con sólo unos
“moderno”. En efecto, habiéndose institucionalizado en las primeras décadas del siglo XX,
84
como señalamos más arriba, en particular en las universidades, hacia mediados de los años
seno, dos años más tarde, de una “Carrera del Investigador Científico”.
resulta crucial la dimensión internacional que los atraviesa. Por un lado, como sucede
respondieron en gran medida a este mecanismo. Por otro lado, resulta claro cierto carácter
estructura con la cual fue creado el CONICET se debe, en gran medida, el modelo francés de
visibilidad interna” y como “apertura intelectual”, será una de las claves que explicarán el
desarrollo temprano de nuevos campos disciplinarios. Sin embargo, ello no habría sido
Prego, lo que aquella hizo posible fue la clara delimitación, aunque provisoria, de un espacio
Houssay y sus discípulos, podría ser esquematizado alrededor de tres sentidos diferentes del
85
En este sentido, la disciplina se asocia con la institucionalización de un conjunto de prácticas,
grupo social. La disciplina como organizador social permite establecer una demarcación:
quienes están “adentro” y quiénes están “afuera” de dicho espacio, a menudo señalado por un
deben agregarse, también, los espacios de encuentro como congresos y coloquios, y muy
disciplinario”.
métodos y de conceptos que dan cuenta de los modos de abordar los objetos.
El tercer sentido del concepto “disciplina” es una extensión del lenguaje común, pero
metodológico. Ello devino, en buena medida, del modo internacionalizado en que el campo
se fue conformando en el país, lo que llevó a que se pusieran altas barreras de “estándar
social. Sin embargo, como ocurre frecuentemente en la dinámica de las tradiciones científicas
–aspecto que intentaremos mostrar más adelante en este libro-, esta autoridad, que había sido
profundamente innovadora en el escenario local durante las primeras décadas del siglo, no
86
estaba en condiciones de incorporar las innovaciones que, en términos disciplinarios,
87
CAPITULO 3
PERIODIZACIÓN
Introducción:
Malbrán, bajo el impulso del entonces nuevo director, Ignacio Pirosky, en el marco de un
mundo un puñado de grupos que trabajaban en temas claramente inscriptos bajo la etiqueta de
Es más, como ya señalamos, no era claro, para los actores de la época, que el nuevo
campo tuviera las características como para autonomizarse de otros campos disciplinarios, en
testimonios ya citados de Crick y Lwoff, por tomar sólo a dos de los protagonistas salientes
de su historia.
períodos diferentes, cuyo análisis será, naturalmente, profundizado en los capítulos siguientes.
Para ello, hemos tomado en cuenta tanto los elementos comunes a diversos campos
88
disciplinarios en el país, como las características propias de la biología molecular, entendida
El primer asunto a resolver lo constituye el establecimiento de los criterios adecuados para dar
cuenta del desarrollo particular de un campo disciplinario específico. Esto se debe a que cierto
periodización de la ciencia en el país en estrecha relación con la historia política y con las
orientaciones de los sucesivos gobiernos. Más particularmente, se podría decir que ha habido
una tendencia a alinear los diferentes períodos del desarrollo científico con las irrupciones del
poder político –y sobre todo militar- sobre la vida institucional de las universidades
Aires.1
de las propias prácticas de los científicos. No se trata, naturalmente, de negar el hecho de que
casi siempre la irrupción de gobiernos militares autoritarios tuvo una influencia crucial en la
campos científicos es, sin dudas, más compleja y estos enfoques, al mismo tiempo que
Por ello, no resulta adecuado pretender dar cuenta del proceso de profesionalización e
1
Esta mirada ha sido particularmente difundida por los propios científicos: SECyT (1989) y Cereijido (1990).
Otros trabajos también abordan el problema con perspectivas y criterios diferentes: Sigal, S. (1991), Halperin
Donghi ( Oteiza (1992 y 1996). Véase igualmente Rotunno y Díaz de Guijarro (2003).
89
función del supuesto (parcialmente cierto) de que la mayor parte de los recursos (humanos y
militar tuvo efectos homogéneos sobre todos los campos disciplinarios, ni aquellas fueron
procesadas del mismo modo en todas las instituciones y por parte de los diferentes actores.2
Por ello, el enfoque aquí propuesto se apoya en la comprensión de los procesos de ruptura y
Resulta útil, para abordar los procesos de producción de conocimientos y las dinámicas de
los diferentes grupos sociales, recurrir a las categorías propuestas por Terry Shinn(2000)
ha sido propuesta a partir del cruce de la organización propia de los grupos de investigación
1) Los pioneros, entre 1957 y 1962: creación y desarrollo de los primeros laboratorios en
2) El “vacío”: entre 1962 y los primeros años de la década del setenta. Desde el
2
En 1966, por ejemplo, mientras el gobierno militar de Onganía reprimía violentamente a investigadores y
estudiantes en la Facultad de Ciencias de la UBA (la “noche de los bastones largos”) apoyaba, por otro lado, a
otras instituciones que (como la Fundación Bariloche), acogían a los investigadores expulsados de la
Universidad. Véase Castex (1981).
90
Los pioneros
fueron creados en el Instituto Nacional de Microbiología Dr. Carlos Malbrán en 1957. Sin
embargo, estos tuvieron una corta vida al ser desmantelados en 1962 luego de la intervención
del Instituto por el Ministerio de Salud Pública. Esto motivó que una parte de los
investigadores que habían sido reclutados fueran destituidos de sus cargos, lo que tuvo como
naciente campo. La experiencia trunca de esos laboratorios fue, sin embargo, significativa: se
biología molecular.
En la primera de ellas, durante ese corto período, los trabajos realizados implicaron
imperante en las universidades nacionales. Ello fue posible gracias a que la línea de
internacional que habían dado lugar al desarrollo de la genética molecular, en particular a los
destacado de dicha escuela, fue invitado en 1958 a Buenos Aires por Pirosky, director del
Molecular liderada por César Milstein (quien posteriormente obtuvo el Premio Nobel por su
trabajo sobre los anticuerpos monoclonales en Laboratorio de Biología Molecular del Medical
91
inglesa” o “estructural” en biología molecular. En efecto, cuando Milstein se incorporó como
Cambridge, donde él previamente había estado trabajando como parte de sus estudios de
postdoctorado.
Como dijimos, los laboratorios fueron desmantelados en 1962, por la intervención del
Ministro de Salud pública, quien tenía un enfrentamiento con Pirosky (a quien acusó de
manejos irregulares, por otro lado). Sin embargo, más allá de la evidente intención política, el
intento por establecer un nuevo modelo no pudo romper con la lógica institucional heredada.
Ello condujo a una pugna de “modos de intervención” entre los más jóvenes (o más
modelo del Instituto Pasteur de París, ya insinuado años antes en el propio Instituto
Bacteriológico (impulsado por Kraus y, sobre todo por Sordelli), por un lado, y aquellos que
mayor parte, bioquímicos y químicos que trabajaban medio tiempo en el Instituto y el resto se
Salud pública, que apoyaba la estrategia de modernización hacia el modelo “de laboratorio”
fue reemplazado por un ministro que dio apoyo a la fracción “tradicional” (sanitarista),
investigación en biología que, en unos pocos países desarrollados, implicaba una innovación
92
conceptual (la comprensión del nivel intracelular para las interacciones bioquímicas), una
innovación temática (el estudio de la estructura del ADN, la secuencia y la expresión y el rol
del ARN mensajero), así como una innovación técnica que implicaba el uso de nuevos
instrumentos. Podría parecer paradójico que Houssay y Leloir, quienes habían jugado un rol
En tercer lugar, era evidente la debilidad del contexto político e institucional para la
ciencia en ese ámbito, puesta de manifiesto por el papel que desempeñó la intervención
política. Analizar lo que hubiera ocurrido si la intervención del año 1962 no hubiera tenido
lugar es un ejercicio contrafáctico. Sin embargo, curiosamente, no fue ese un año en que el
gobierno peronista, así como lo que habrá de ocurrir cuatro años más tarde, en 1966, cuando
(como la “noche de los bastones largos”, ocurrida el 29 de julio de ese año). Por el contrario,
lo que ocurrió en 1962 fue “aparentemente” sólo un cambio de ministros. ¿Cómo explicar,
entonces, el "éxito" y la relativa facilidad con la que el nuevo ministro pudo clausurar los
laboratorios? Creemos que ello no puede ser entendido sino en términos de la debilidad
generadas en ella.
pesar de que el desarrollo de la disciplina era muy incipiente en la escena internacional, los
dos de las tres principales escuelas existentes a fines de los años cincuenta, la francesa y la
93
inglesa. Podemos observar que, si bien las conexiones internacionales estaban establecidas, de
un modo similar a lo que ya ocurría en las primeras décadas del siglo con la tradición de la
resistencia institucional y de los controles sociales a los que estaban sometidos en los
contextos nacionales (Abir-Am, 1992). Nos parece, sin embargo, que esta característica se
aplica, sobre todo, a la escuelas francesa e inglesa, que debían vérselas ciertamente con
legitimación “hacia fuera” podía operar como una estrategia para luego institucionalizarse
“hacia adentro”. Con todo, en la medida en que los campos en cuestión en Francia y en
Inglaterra gozaban ya de una fuerte autonomía relativa, no eran permeables a una intervención
“desde el exterior” que pudiera provocar una línea de ruptura. La defensa de la autonomía de
los investigadores era un “acquis”, sobre todo una vez que los científicos europeos se
hubieron repuesto, en los años cincuenta, del horror que produjo la intervención del régimen
Sin embargo, como mostramos en el capítulo anterior, a pesar del contexto "periférico",
internacional. Dados estos factores, son usuales los enfoques “simplistas” o “difusionistas”
para explicar por qué esta experiencia habría fracasado. La recepción activa y entusiasta de
los nuevos campos y tópicos de investigación por parte de la comunidad local fue de hecho un
94
comportamiento observado muy frecuentemente en la Argentina.3 En el mismo sentido, las
amenaza permanente. Por tanto, creemos que sólo examinando la intersección de factores
El “vacío”
laboratorios del Malbrán, en un impasse (o “vacío”) hasta principios de la década del setenta,
en la Fundación Campomar.
Mientras tanto, durante esos años, la mayor parte de los investigadores que
disciplina, que abarca casi toda la década del sesenta, los únicos casos de investigaciones en
biología molecular que subsistieron fueron el Laboratorio de Genética Molecular dentro del
de Buenos Aires, dirigido por José L. Reissig y el grupo de biología molecular dirigido por
de la Plata.
del campo en el país, puesto que se situaban, por entonces, más bien “en los márgenes” de los
grupos centrales que desarrollaron las ciencias biológicas o biomédicas en sentido amplio.
Ello se debió a diversos motivos: en primer lugar, a la debilidad institucional de estos grupos
3
Aunque hay varios ejemplos al respecto, dos de ellos resultan particularmente interesantes: el evolucionismo y
el psicoanálisis. Véase, por ejemplo, Montserrat (1972 y 1974) para el primero, y Plotkin (2003) y Vezzetti
(2006) para el segundo.
95
que carecían, de un modo sistemático, de referentes en la escena internacional, lo que impidió
necesario notar que la biología era todavía, en la Universidad de Buenos Aires, fuertemente
Medicina.
Malbrán (Milstein constituye sin dudas el caso más visible) que, a partir de los vínculos
ocupar, o “colonizar” en algunos años, la mayor parte de los campos de investigación vecinos.
cuando, a partir de principios de la década del setenta hasta mediados de la década del ochenta
biología molecular e ingeniería genética. Pero ello se produjo en virtud de un lento proceso de
Leloir” y, luego, a los propios discípulos de esta última generación. Es decir, cuando en el
seno de las tradiciones dominantes se fueron venciendo las resistencias de las generaciones
continuación.
96
La consolidación:
Teniendo en cuenta la periodización antes indicada, es a partir de la década del setenta que se
conforma el primer grupo de investigación liderado por un discípulo de Leloir que comienza a
trabajar dentro de los conceptos y utilizando las técnicas propias del campo de conocimiento.
El proceso de consolidación se inicia al mismo tiempo que Leloir obtiene el premio Nobel de
química (1970). Esto colocó definitivamente a Leloir, así como a su instituto, la Fundación
Houssay.
Este primer grupo fue organizado por Israel Algranati a su regreso a la Argentina en
1969, luego de realizar sus estudios de postdoctorado bajo la dirección del español Severo
Ochoa en la New York University de los Estados Unidos, premio Nobel de Medicina en 1959
y antiguo amigo del propio Leloir. Se debe destacar que en los años que Algranati estuvo en
el exterior fue cuando se produjo el establecimiento de los límites conceptuales del campo, los
que quedaron configurados bajo lo que Francis Crick definió como el Dogma Central de la
a establecer la relación entre los ácidos nucleicos y la síntesis de proteínas, en otras palabras,
esta línea de indagación se encontraban Severo Ochoa junto a Marshall Niremberg, Har
permitió indagar acerca de nuevos problemas. Sin embargo, los mismos se encontraban ya
4
En este se enuncia el principio de co-linealidad, es decir, se establece unívocamente una correspondencia entre
la expresión genética con la síntesis de una proteína determinada.
5
Estos tres últimos obtuvieron en 1968 el premio Nobel de medicina por su interpretación del código genético y
su función en la síntesis de proteínas: habían descifrado el código genético de 20 aminoácidos; luego, pudieron
concluir que el código genético es universal en todas las criaturas vivientes.
97
definidos y complementaban, más que contradecían, el campo de problemas estructurados
molecular fue incorporada como una innovación temática dentro del paradigma bioquímico
antes que como un campo de conocimiento autónomo. Más aún, esta era entendida antes que
nada como un conjunto de técnicas auxiliares que permitían ampliar el campo de estudios ya
que se fue estableciendo una relación dual entre la biología molecular y la bioquímica.
Inclusive, durante esos primeros años, aquellas se mantienen más próximas a la segunda. Esta
operación de ajuste de un campo nuevo a los limites impuestos por otro tradicional, es lo que
permitió que los primeros grupos del “núcleo central” de la tradición biomédica se
Será el grupo de jóvenes investigadores que se fueron integrando por aquellos años al
grupo de Héctor Torres, quienes sostengan una concepción de la biología molecular como una
disciplina que implica un marco conceptual nuevo, es decir, que supone un nivel de
biología molecular se fue conformando a medida que estos investigadores jóvenes fueron
6
Es interesante la comparación con el proceso del mismo campo en España, país que, bajo el régimen de Franco
tenía un desarrollo considerablemente menor. Sin embargo, los primeros trabajos en biomoléculas fueron
realizados a comienzos de los años sesenta (1961-63) por José Subirana, quien hizo su postdoc en Harvard y
retornó luego a Barcelona. (Santesmases, 1997)
98
El proceso de transición entró en su fase “madura” con el desprendimiento, en 1982,
del área de investigación dirigida por Héctor Torres, y la fundación del INGEBI, Instituto de
Ingeniería Genética y Biología Molecular. Este fue el primer instituto enteramente dedicado a
Estados Unidos y Alemania), defendían una nueva concepción respecto de lo que implicaba
creciente, temas o técnicas de biología molecular, generando una institucionalización cada vez
mayor del campo disciplinario. Por otro lado, Oscar Burrone, que se había iniciado con
excedía la mera agregación de “nuevas líneas”, al traer consigo nuevos problemas (la
nuevos laboratorios e institutos dirigidos por aquellos investigadores que se habían formado
7
En este mismo período Oscar Grau formó el Instituto de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad
Nacional de La Plata. Grau, discípulo de Favelukes, fue uno de los primeros investigadores en biología
molecular en el país, y uno de los pocos que siguió trabajando durante la época de “vacío”. Este grupo atravesó
un camino profundamente diferente al de los grupos de Campomar. Se reseñan las actividades de esto grupos
con mayor detalle en los capítulos siguientes.
99
por Alberto Kornblihtt en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires,
Universidad Nacional de San Martín liderado por Carlos Frasch y Rodolfo Ugalde.
Argentina está centrada en unas pocas áreas, mientras que otras, de rápida expansión en el
estructural, genómica y biología computacional), tuvieron un bajo desarrollo local. Entre las
“ciencia de observación” a una “ciencia de intervención”, de acción. Así, el “texto de los seres
vivos” puede ser modificado aún antes de ser comprendido estructuralmente. Ello responde al
desarrollo de las técnicas de ingeniería genética que permiten su manipulación como elemento
otras disciplinas biológicas, a una nueva lectura del mundo viviente. (Morange, 1994)
del mundo viviente transformando, de esta forma, a otros campos cognitivos, como por
100
En este contexto, aparecen nuevos grupos de investigación que se concentran en la
cuales se plantean como horizonte de “aplicación” su uso comercial. Tal es el caso, por
Virología Animal (CEVAN), que elaboró un kit de diagnóstico de fiebre aftosa en base
Por su parte, dentro del sector privado fue surgiendo, desde principios de la década del
estas técnicas para el desarrollo de nuevos productos a su cartera de negocios. Dentro de las
necesario destacar muy particularmente al laboratorio Bio Sidus –sección de Sidus dedicada a
la biotecnología- que fue sin dudas el espacio más activo en la producción de conocimientos
aplicados a la biotecnología durante las últimas décadas. Hacia fin de la década de 1990
desarrolló, por ejemplo, un ternero clonado transgénico al cual se le incorporó el gen para que
(ingeniería genética) no solo están transformando ciertos sectores industriales y alentando una
orientación comercial de grupos de investigación académica, sino que han ido modificando,
además, los modos de investigar y definir las agendas de investigación en los grupos que se
mantienen en el terreno académico. Ello permite concluir que este conjunto de técnicas se
2000) que dan lugar a un régimen de producción de conocimientos transversal, es decir, que
las agendas de investigación así como la organización social del trabajo se definen no más por
producto a desarrollar.
101
Por cierto, no deja de ser una paradoja, como habremos de analizar en el capítulo 7,
conocimientos, debe ser una de las pocas tecnologías cuya producción se concentra casi
público. En suma, una tecnología que no parece muy próxima a un mercado de bienes y
En resumen…
Este período puede ser entendido en términos de un proceso de transición que se manifiesta a
nuevo campo. Este proceso muestra algunos rasgos interesantes que merecen ser señalados:
del ámbito local y los centros externos de formación, lo que conduce a una suerte de
segmentación de los grupos de investigación local entre aquellos grupos que efectivamente
una primera etapa de transición, más bien, el papel de “técnicas auxiliares”. En una segunda
102
caracterizan por una “ultraespecialización” temática, que dificulta la participación en los
problemas de orden conceptual que están por detrás de los temas adoptados.
Este último rasgo ha dado origen a reconstrucciones retóricas muy interesantes para el
“antiguo” paradigma. De acuerdo con esta interpretación, que tiende a subestimar las
escisiones y las rupturas, habría una continuidad manifiesta entre la fisiología, la bioquímica y
dentro de la cual cada disciplina representa un salto técnico que no deriva de procesos de
en el ámbito local, genera prácticas de investigación que se caracterizan por una fuerte
orientación hacia los dispositivos experimentales (con el objeto de conferir confiabilidad a los
datos obtenidos en los procesos de investigación) y una fuerte concentración en unos pocos
Esto conduce a lo que hemos denominado una ciencia hipernormal y, una vez cristalizada la
relevantes en esta disciplina podrían, en el futuro operar del mismo modo respecto de alguna
103
CAPITULO 4
PIONEROS Y VÍCTIMAS:
experimental argentina que se estableció en el país. Su creación fue propuesta por el doctor
Carlos Malbrán, quien era entonces director del Departamento Nacional de Higiene y Senador
Nacional. En 1901 logró promulgar un proyecto de ley para conformar un Instituto debía
que dependían, hasta entonces, de la Oficina Sanitaria Argentina.1 Los actores de la época
los países europeos, y muy en particular el Instituto Pasteur de París, que sirvió de modelo
En Buenos Aires, por otra parte, existía el temor (bien fundado) de posibles focos de
infecciones, como la epidemia de fiebre amarilla que estalló en 1871 y sacudió el sur de la
ciudad de Buenos Aires durante la presidencia de Sarmiento (1868-1874). Ello generó todo un
estructura social en profundo cambio por el acelerado crecimiento poblacional debido a la ola
migratoria desde finales de siglo XIX. En este sentido, no solo se proyectó la creación del
enfermedades infecciones, que derivó en la creación del Hospital Muñiz, cuyas instalaciones
1
Para una mayor descripción de la historia del Instituto Bacteriológico en sus primeros años de vida véase
Estébanez (1996) y Aquino (1921).
104
En este contexto, en 1901 se promulgó la Ley 4039 del impuesto sanitario, en donde
se establecía que: “los recursos procedentes [de su aplicación], como todos los que se
Pese al interés inicial de las autoridades sanitarias del país, y en cierta medida del
poder político, el proyecto de Carlos Malbrán no se concretó hasta 1916. Ello respondió a
diversas razones: en primer lugar, a pesar de los temores, no había, a comienzos del siglo XX
del instituto no era percibida, fuera del ámbito sanitarista como algo urgente para dar
respuesta a dicha necesidad, tal como si ocurrió en Brasil y que motivo la creación de los
Instituto Bacteriológico de San Pablo y Oswaldo Cruz de Rio de Janeiro, en Brasil. (Stepan,
1981)
problemas que se encontraron en las estructuras originales del edificio, terminadas en 1910,
1911 el entonces director del Departamento Nacional de Higiene, Dr. Penna, encaró la
finalización de las obras del edificio y, dos años después, contrató al bacteriólogo Rudolf
Kraus para que se encargue de la organización del nuevo Instituto, inaugurándose finalmente
Kraus, que es un personaje clave en esta historia, fue director del Instituto Malbrán
Argentina llegó a ser director del Instituto Seroterápico de Viena entre 1923 y 1929, dada su
fuerte vinculación con el fundador de dicho instituto: Richard Paltauff. Además ocupó la
105
con los inicios de la inmunología y fue uno de los principales protagonistas del
Butantan de Sao Pablo (Brasil) y, entre 1929 y 1932 fue director del Instituto Bacteriológico
“Zoología”, a cargo de Arturo Nevia, que provenía del Instituto Oswaldo Cruz; “Físico-
Química” a cargo de Alfredo Sordelli; “Estudio experimental del cáncer”, dirigida por Angel
Experimental” de la que estaba a cargo el propio Kraus. (Estebanez, 1996) El solo repaso de
los nombres y de lo que serían sus trayectorias futuras, nos da una idea de que lo que se estaba
gestando allí era, más allá de la creación de nuevo instituto, las bases de una muy importante
instalación de Neiva en Buenos Aires. De esa misma época data la primera conferencia de la
conjuntamente por Kraus y Oswaldo Cruz, y que dio origen a la Sociedad de Microbiología
Sudamericana que, aunque tuvo un corto tiempo de vida, fue el punto de partida de un
trabajo autónomas entre sí, definidas “a la medida” de los directores de cada una. Así, la
accionar del director de turno. En otras palabras, era el director y no un esquema institucional
establecido el que definía la división del trabajo entre cada una de las secciones.2
2
Este modo de funcionamiento era –y es aún hoy- propio del Instituto Pasteur: allí, los laboratorios no tienen
una estructura predeterminada, sino que muchas veces se crean “para” un científico, y pueden desaparecer
cuando este se retira. Véase Kreimer (1999a), cap. 5.
106
Por otra parte, dado su carácter de instituto dependiente de las autoridades de salud
carácter más técnico, se combinaron con una importante actividad de investigación, que
un menor desarrollo específico, aunque generaron el espacio para que varios científicos
Pasteur en París y el de Koch, en Berlín. La influencia del primero ha sido, sin dudas, notable:
Manguinhos, luego Instituto Oswaldo Cruz (Schwartman, 2001). Tanto el propio Oswaldo
Cruz como quien fuera su maestro, Domingos José Freire, estuvieran fuertemente
brasileño Benchimol lo llama “el Pasteur brasileño” (Benchimol, 1999). La tensión entre
producción e investigación estuvo presente desde el origen de todas estas instituciones: según
3
El primer número de la Revista del Instituto Bacteriología aparecio en noviembre de 1917, mientras que Folia
Biológica era una publicación realizada por el personal técnico del Instituto.
107
la historiadora Nancy Stepan, el Instituto Oswaldo Cruz “expresaba la insatisfacción con una
función del Instituto que se restringiera a proporcionar vacunas y sueros. De sus estudios en el
Instituto Pasteur de París, Oswaldo Cruz había adquirido un conocimiento práctico acerca de
cómo estaban organizadas las instituciones científicas más importantes en el país” (Stepan,
Este modelo institucional, esbozado durante la época de Kraus, se consolidó en los años
posteriores bajo la dirección de Alfredo Sordelli (1922-1943), que era químico de formación y
se había especializado con los profesores W. Nernst y Emil Fischer en Berlín, Alemania.
bioquímicos que dedicaban una parte de su tiempo al trabajo en el instituto, y otra, al ejercicio
profesional privado.
4
Sin embargo, señala Stepan, “el desarrollo de la institución en Brasil no fue una mera ‘copia’; el proceso de
‘transferencia’ se convirtió naturalmente en algo más complejo. Significativamente, en Brasil no había un cuadro
de bacteriólogos formados como para desempeñar la doble función de hacer al mismo tiempo investigación
básica y aplicada”. Stepan (1981), pág. 74.
108
de la Ciencia, junto con el intercambio de personal entre el Instituto Bacteriológico y el
Instituto de Fisiología dirigido por Houssay. Así, por ejemplo, Sordelli mismo primero, y
Venancio Deulofeu después, se hicieron cargo del curso de química biológica que se dictaba
1924 y 1928 fue jefe de la sección de farmacología del Malbrán (Buch, 2006).
investigación -en sus dimensiones más puras o más prácticas- y las diferentes orientaciones
En las primeras décadas, en particular durante las gestiones de Kraus y de Sordelli, se fue
la autonomía de cada una de las secciones, el papel central del director como articulador de
cada una de estas, y la búsqueda de canales ad-hoc para legitimar las prácticas más orientadas
a lo “básico”. Sin embargo, existen otros elementos que se pueden observar y que nos
109
modernización del Instituto a partir de 1957. Para ello es ilustrativo mostrar el caso de la
Esa sección fue un proyecto elaborado por Sordelli en 1935 que era “el resultado de la
intensificación de la investigación desde 1935 hasta 1940” (Sordelli, 1942, pág. 4). Para
conseguir los fondos necesarios, Sordelli se abocó a establecer un acuerdo entre el gobierno
a Buenos Aires de un especialista del área para organizar y desarrollar las investigaciones y el
laboratorio, enseñar las técnicas de trabajo y formar al personal técnico. El médico Armando
Parodi y el químico Simón Lajmanovich fueron los becarios enviados a Estados Unidos,
mientras que Richard Taylor fue el especialista invitado a Buenos Aires. Dicho acuerdo se
que pretendía estimular la investigación sobre el virus de la influenza en el Cono Sur, los
prestó una atención especial a los aspectos físico-químicos. Finalmente, para designar al
personal que integró dicha sección se convocó a un concurso público. (Sordelli, 1942)
podríamos denominar “tradición Kraus-Sordelli”, podría sintetizarse, en primer lugar, por una
separación difusa entre investigación básica e investigación aplicada, con una mayor
110
personalidades de centros de referencia del exterior para que colaboren en la organización de
personal. Estas tareas debían operar como los mecanismos centrales para impulsar la
Bacteriológico que están presentes desde su creación. De hecho, por ejemplo, la dedicación a
tiempo completo o “full time” para la investigación existía desde el comienzo, pero estaba
reservada sólo a los cuadros superiores del Instituto, esto es, los jefes de cada una de las
secciones.
Es sobre esta tradición que se sostendrá Ignacio Pirosky, uno de los investigadores
1956, por parte del Dr. Francisco Martínez, Ministro de Asistencia Social y Salud Pública. De
inmediato fue designando el Dr. Ignacio Pirosky como director interino, a quien se le
Instituto, y elevar al Ministerio una propuesta para su reorganización. Si bien existen pocos
elementos para evaluar el estado del Instituto durante el período de gobierno peronista (1946-
1955), la imagen que se trasmitió es que, debido a la falta de fondos e iniciativas novedosas
Instituto Bacteriológico, luego denominado “Dr. Carlos Malbrán” (en honor al ministro que
impulsó su creación), al cual ingresó en los primeros años de la década de 1930 como
5
Prácticamente no se conservan documentos de la época, y los testimonios de los pocos investigadores que
trabajaron allí señalaron más bien un estado de “relativo abandono” de la institución durante este período.
111
asistente ad-honorem (tras finalizar sus estudios como médico en la Universidad de Buenos
análisis por espectros de absorción ultravioleta hasta que, en 1935, a través de un concurso de
nombrado director siete años después, cargo que ocupó hasta 1956, cuando se lo designó
Un año después de la intervención se creó, por impulso del propio Pisorsky, sobre la
base del viejo Instituto, el Instituto Nacional de Microbiología.6 Se realizó un concurso para
designar al Director Titular, que ganó Pirosky, quien ocupó el cargo hasta 1962. La actuación
de Pirosky en esos años fue realmente protagónica: durante este período desempeñó, además,
Delegado oficial del gobierno argentino para estudiar la organización de los Laboratorios de
Salud Pública y estructura sanitaria en diversos países de Europa (1959); miembro del Comité
Técnicas (1958-1962).
En la creación del nuevo Instituto se estableció que éste dependería del Ministerio de
6
El Instituto Nacional de Microbiología fue creado por el Ministerio de Asistencia social y Salud Pública
mediante Decreto Ley Nº 3283 del 26 de marzo de 1957, y su modificación: Decreto Ley Nº 16145 del 9 de
diciembre de 1957.
112
3- Promover el activo intercambio con los principales centros microbiológicos del mundo e
impulsar un régimen de becarios para la formación en el exterior del personal más joven.
Por otra parte, se fijó una organización del Instituto que reconocía las recomendaciones
- Virología
- Clínica Patológica
- Bioquímica y Biofísica
- Bacteriología General
Pirosky consideraba que: “la primera cuestión por resolver era el problema económico. Que
se hacía indispensable para mantener la conexión con los principales centros científicos del
mundo”. Más aun, Pirosky sostenía (junto con el entonces Director de Medicina Sanitaria)
que había que dotar al Instituto con los “elementos necesarios para la elaboración de sueros y
biológicos. Pero fundamentalmente, debía este Instituto ser un centro de capacitación técnica
y de investigación científica” (Pirosky, 1986, pág. 33, las cursivas son mías)7
7
Es interesante señalar que, en uno de los considerandos del decreto de organización del Instituto Nacional de
Microbiología se indica que “…la transformación en un Instituto descentralizado (…) contribuirá, por la libertad
de acción que configura, a acrecentar aún más las relaciones científicas que mantiene con otros organismos
internacionales de investigación sanitaria, propendiéndose así el intercambio de conocimientos tan necesarios
entre instituciones dedicadas a la salud pública”. (Decreto Ley 3283 ya citado)
113
Se inició, entonces, un proceso de modernización que priorizó el desarrollo de las
vacunas. Fue a partir de los siguientes elementos que se operacionalizó la primera experiencia
investigación por un valor que rondó los 150.000 dólares de la época (ver cuadro 2), más
cuadro 4).
4- Se crearon para ellos nuevos espacios de investigación para que se inserten a su retorno al
que habían sido parcialmente dejadas de lado, y por lo tanto romper con el modelo
institucional del Instituto Malbrán de los años precedentes, en tanto centro especializado para
conocimientos básicos como una base indispensable para el desarrollo del área de
producción del Instituto. El proceso de modernización implicó así una apertura a cambios
8
El jurado para la evaluación de los concursos estaba compuesto por: un delegado del subsecretario del
Ministerio de Asistencia social y Salud Pública, Ignacio Pirosky, el Dr. Sevlever (Decado de la Facultad de
Higiene de Rosario), el Dr. Greenway (profesor de microbiología), el Dr. Arena y un Jefe de departamento
designado por Pirosky. (Pirosky, 1986, págs. 57-58)
114
Debemos llamar la atención acerca de la magnitud de los concursos que se realizaron en
1957. Es apasionante revisar la lista (ver anexo II) de los investigadores que fueron
seleccionados entonces, puesto que la mayor parte de ellos habrán de marcar fuertemente el
desarrollo de las investigaciones de la Argentina, tanto dentro de las fronteras como, muy
frecuentemente, en una diáspora que comenzó en 1962, que tuvo un punto importante en
Sin embargo, la modernización del Malbrán no fue un caso aislado, sino que encajaba en
toda una época de modernización más amplia en el campo cultural, científico y político. En
del país, que abrió la posibilidad a planteamientos de índole cognitivos en diferentes campos.
científica y tecnológica en el país. Pero más importante aun es que en dicho proceso gestó una
grandes institutos que, junto con las universidades nacionales, conformaron el eje central del
oferta de materias optativas; la renovación del cuerpo docente a partir de la ampliación de los
115
investigación científica, como por ejemplo el Instituto del Cálculo en la Facultad de Ciencias
Cuadro 1: El sistema institucional de ciencia, tecnología e innovación hacia fines de los años 50.
por la emergencia de modelos de desarrollo que incluían la noción de que la ciencia y las
Estos organismos -en particular este último, cuya dirección de Ciencias estaba a cargo del
de los países desarrollados, como ser el CNRS de Francia. La fuerza motora del ideal de
ésta una “masa crítica”, se produciría un efecto “despegue” que impactaría sobre el desarrollo
del país.
Si bien el Estado asignó recursos y reglamentó las actividades de cada una de las
sobre objetivos claros, sino que obedeció a lógicas cruzadas y a diversos factores, no
Los primeros laboratorios de biología molecular surgen, pues, como consecuencia del proceso
de modernización del Instituto Malbrán que señalamos. Las nuevas secciones fueron creadas
a la medida del personal que se fue incorporando a partir de 1957. Así, se creó primero la
de biología molecular. Esta última división fue creada en función de los desarrollos realizados
por Milstein en Inglaterra y, en consecuencia, aunque su desarrollo estaba en línea con los
objetivos que había trazado Pirosky, no responde exactamente a un “plan elaborado ex ante”
Antes que nada, se debe tener en cuenta que el desarrollo de la genética como disciplina en el
Universidad Nacional de Buenos Aires, y estuvo bajo la dirección del Ing. Agr. Salomón
117
Horovitz, quien para muchos fue el iniciador de los estudios experimentales en genética en
celular. Los primeros cursos de genética y citología en dicha facultad recién se organizarán
implicados en el uso de los sistemas de virus (fagos). Como lo señala una de las protagonistas
de esa época “la genética bacteriana era, en ese momento, una disciplina relativamente
incipiente.” (Nagel, 2005, pág. 2). Como mostramos en el capítulo 2, estos estudios se habían
desarrollado durante los años cuarenta en los Estados Unidos, en relación con el “Grupo
Fago”, liderado por Max Delbrück Salvador Luria. También eran recientes las observaciones
bacterias), los estudios sobre el factor F (factor de fertilidad) y su efecto como agente causal
bacteriana del Instituto Malbrán fue, de hecho, uno de los laboratorios pioneros en adoptar
9
Sobre el desarrollo de la genética en el país veáse Vessuri (2006) y Katz y Bercovich (1990).
118
este nuevo nivel de análisis. La sección se creó en el año 1957 y estuvo integrada por los
biólogos Rosa Nagel y Juan Puig (incorporados en los concursos de ese mismo año), y un año
después por la genetista Dora Antón, en calidad de pasante, quien ejercía un cargo en la
Facultad de Ciencias Exactas, en la Cátedra de Genética I dirigida por el Ing. Agr. Juan
Valencia y había tenido un entyrenamiento en genética bacteriana por un curso dictado por E.
Balbinder en dicha Facultad. También integraba la sección el biólogo Pablo Bozzini, quien
por aquellos años partió al Caltech (donde se encontraba Delbrük) para realizar un
postdoctorado, y que se reincorporó al Instituto Malbrán a principios de los años sesenta, una
Elie Wollman, del Instituto Pasteur de París, que formaba parte de uno de los grupos pioneros
Jacques Monod y François Jacob, quienes obtuvieron el premio Nobel de 1964 por sus
invitado por Pirosky por pedido de Nagel y Puig, con el objeto de desarrollar la genética de
procariotes en el Malbrán.
La intención inicial de Pirosky era invitar a Lwoff (jefe del grupo francés), puesto que
él mismo había trabajado como joven becario en su laboratorio del Instituto Pasteur entre
1936 y 1938, financiado por la Fundación Rockefeller (FR). Como ya vimos, ello respondía a
una estrategia explícita de “internacionalización” por parte de dicha Fundación, cuyo director
de la época ejercía una fuerte influencia sobre Jacques Monod, entonces joven investigador
del grupo de Lwoff. Sin embargo, Lwoff recomendó que fuera Wollman quien viajara a
Buenos Aires, teniendo cuenta los lazos que éste tenía con América Latina. Efectivamente,
por un lado, el padre de Wollman había trabajado en la década del treinta en el Instituto de
119
Malbrán en 1929 cuando Sordelli invitó a la familia Wollman a Buenos Aires, con la
Así, Wollman viajó a Buenos Aires, donde permaneció los meses de julio y agosto de
grupo de genética bacteriana (que por esos azares ocupaba el denominado “Pabellón Pasteur”
del Instituto Malbrán) que trabajaran sobre la herencia de factores colicinógenos en E. coli K-
12, cuyas cepas habían sido enviadas desde su laboratorio en París, es decir, el material
biológico para que se pudieran realizar los experimentos. Por otra parte, Wollman tuvo una
intensa actividad en Buenos Aires, en donde dictó diferentes cursos y conferencias en las
control genético de los mismos y su relación con factores de fertilidad. Los resultados
la célula bacteriana en estado autónomo, sin ligamentos con genes cromosómicos, y no como
episomas como se pensaba en aquel entonces (es decir, que a veces pueden estar en el
citoplasma y otras en los cromosomas). Esto significó para el grupo la posibilidad de publicar
en revistas de importancia internacional una serie de características propias de cada uno de los
10
Carta personal de Elie Wollman a Pablo Kreimer, junio de 2000.
120
Milstein ingresó al Malbrán en 1957 tras haber participado del mencionado concurso, pero
El grupo de Sanger, constituía junto a los de Perutz y Kendrew uno de los grupos
estructural” según la definición que propuso Stent (1968). Perutz y Kendrew eran discípulos
las estructuras moleculares de las proteínas y los ácidos nucleicos. Sanger se había
División de Biología Molecular. Esta estaba compuesta por el propio Milstein, Noel Zwaig,
Marta Pigretti, Celia de Milstein, Manuel Brenman, el becario Nazario Mahafud, y los tesistas
Horacio Farach, Teodoro Celis, Inda y Abel Issaly. Si bien en términos formales la sección de
11
Milstein realizó su tesis de doctorado con Stoppani luego de solicitarle a Leloir que le dirigiera su tesis, quien
se negó. Entrevista personal con Milstein, Cabridge, enero de 1999.
12
Por su lado, Max Perutz y John Kendrew compartieron el premio Nobel de Química en 1962 por la
determinación de la estructura molecular de la Hemoglobina y la mioglobina.
121
genética bacteriana se integró a la división, en la práctica esta mantuvo su autonomía respecto
programa de investigación propuesto por Milstein tenía por objetivo indagar la fosfatasa
relacionaba íntimamente e implicaba una continuidad con los trabajos que Milstein desarrolló
Manuel Brenman, quien puso en marcha el equipo de resonancia magnética nuclear del
Instituto. Brenman comenzó a trabajar a finales de 1961, cuando regresó del Departamento de
Química del MIT, donde se había especializado precisamente en ese tema, junto a R. Blinc, J.
Waugh, M. Samec y S. Miller. Una vez instalado en el Malbrán, Brenman llevó adelante un
plan de investigación que abarcaba un estudio de sal de Rochelle irradiada; la acción del
acridin orange sobre el DNA y, finalmente, estudio del DNA de una sola cadena en fago
XØ174. Además realizo estudios sobre cobalto y cobre histidina en colaboración con el físico
Horacio Farach, quien estaba realizando una tesis de doctorado sobre el tiempo de relajación
de sales de cobre-cobalto.
Por otra parte, en la División trabajan también Roberto Celis (estudio de la estructura
y actividad biológica de inmunoglobulinas, para lo cual tuvo que poner en marcha técnicas de
multocita).
122
Apertura disciplinar y referentes internacionales
Wollman) y de Perutz (con quien había estado en contacto Milstein) fueron, junto con el
laboratorio de Cold Spring Harbor en los Estados Unidos, donde se había radicado James
Watson, de los pocos grupos que se habían volcado a los desafíos de la nueva disciplina, hacia
mediados de los años cincuenta. En consecuencia, de los tres grupos de referencia en ese
científica argentina y de buena parte de las comunidades científicas en la periferia, esto refiere
desarrolladas por los “principales centros de investigación científica”, esto es, por aquellos
En el caso de los laboratorios del Instituto Malbrán, existieron dos modalidades claves
para el establecimiento de las agendas de investigación. Por un lado, mediante los “cursos”
dictados por investigadores invitados, como Elie Wollman. La otra, mediante la incorporación
123
reingresan al país en puestos de investigación donde desarrollan líneas similares a las que
Esto supuso la constitución de redes “desde la periferia al centro”, redes que para el
caso del Malbrán fueron sostenidas por Pirosky a través de las relaciones mantenidas con el
exterior a través de sus estudios sobre la organización de laboratorios de salud pública por un
lado, y por el otro, más importante aun, por su formación como investigador en el Instituto
donde André Lwoff le dirigió un estudio (en 1937) sobre factores de crecimiento. Allí, como
becario de la Asociación Argentina para el Progreso de la Ciencia, trabajó con Lwoff sobre
Gaston Ramon sobre la inmunidad antitóxica, sobre los antígenos somáticos de bacterias
1986).
Sin embargo, podríamos pensar, y esta es una hipótesis nuestra, que Pirosky tenía una
mayor inclinación hacia los aspectos de desarrollo institucional que hacia su propia carrera
científica. Así, la estadía en el Instituto Pasteur tuvo más consecuencias sobre las estrategias
institucionales que sobre el curso de las investigaciones que él mismo emprendiera. El propio
124
organización social de la investigación mediante la reorganización de los espacios de
perfeccionamiento. El caso más notorio fue el de Wollman, pero existieron otros caso
como el del Dr. Ferting, que en ese entonces era titular de Bioestadística de la Universidad
político y económico del CONICET. Es por esta razón que se realizaban en convenio con
investigadores.
b- Envío de becarios del Instituto a centros científicos del exterior especializados en áreas
investigadores Pirosky sostuvo una fluida comunicación, gracias a la cual seguía los
similares a las que realizaban en el exterior. Es de notar que muchos de estos becarios
1962.
molecular en el escenario internacional. Dicha integración fue posible, por un lado, por la
estrategia implícita de comunicación y colaboración desplegada por Pirosky con dos de los
125
tres grupos de referencia y, por el otro, por el hecho de que la disciplina aún no estaba
suficientemente estabilizada más que en unas pocas instituciones, pero en donde no existían
aún firmes las instancias colectivas de identificación, lo cual facilitaba el ingreso a este
La estrategia desplegada por Pirosky respecto del sostenimiento de una red con los “centros
Una de las peculiaridades del caso radica en que buena parte del desarrollo de las
investigaciones emprendidas se asienta -durante los cinco años que duró la experiencia- en la
considerable cantidad de recursos (puestos a sostener los salarios full time de los
país), que destinó el Ministerio de Salud Pública quien apoyó decididamente la gestión
emprendida por Pirosky. En menor medida, por el tímido apoyo brindado por el
acerca del papel que debían cumplir los científicos en la organización de la ciencia, como ya
ciencia, realizada con instrumentos baratos y, a menudo, fabricados por los propios
investigadores. Según él, los recursos debían administrarse según los pedidos individuales de
126
la misma, que mantenían una visión más “moderna” de la ciencia ligada a los cambios que en
de investigación, en contra del modelo que postulaba la necesidad de contar con programas de
investigación que respondiera a una planificación de las actividades de largo plazo. Prevaleció
así una visión “academicista” que consideraba incompatible vincular las actividades
científicas con actividades de “segundo orden”, como la vinculación con el sector productivo.
Pirosky, como miembro del primer directorio del CONICET, se encontraba alineado
En este sentido, si bien se podría pensar que la existencia de una tradición científica en
esto tuvo un doble significado: por un lado, efectivamente, la existencia de grupos “de
excelencia” con los cuales estaban relacionados los investigadores del Instituto Malbrán,
modernización emprendido por Pirosky. Sin embargo, por otro lado, la mayor parte de los
investigadores en el campo biomédico tenían una actitud “conservadora” y tendieron mas bien
a inclinarse a favor de las nuevas técnicas de investigación que ampliaban el campo de trabajo
existente, pero sin que esto implicara una ruptura en la propia lógica de investigación de las
ciencias biológicas.
127
El cierre de los laboratorios
En 1962, el Instituto Malbrán fue intervenido, Pirosky fue destituido y los laboratorios de
biología molecular que tuvo la argentina terminó abruptamente, a los pocos meses de la
intervención del Instituto Malbrán, tras el golpe de estado que derrocó al presidente
Pirosky como director del Instituto, con lo cual se dio marcha atrás con buena parte de las
medidas adoptadas en ese período: se limitaron los cargos full time, se dejó cesante a buena
parte del personal, etc. En este sentido, las palabras que Cesar Milstein dirigió al director
La intervención del Instituto Malbrán expresa, también que el proyecto institucional que
pretendió impulsar Pirosky, que comprometía los objetivos de Salud Pública con el desarrollo
de las áreas de investigación, no era aceptado de modo unánime. Por el contrario, ese modelo
desde el interior de la institución, definidos como “la vieja guardia”, y que implicaba un
Bozzini, Buenos Aires, abril de 1999). Este modelo contó con el apoyo político de las nuevas
autoridades que ocuparon, desde 1962, el Ministerio de Asistencia Social y Salud Pública, así
128
como también de representantes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos
Esto motivó que 12 investigadores del Instituto fueran dejados cesantes, la mitad de los cuales
por la renuncia de otros 13 investigadores, de los cuales 6 integraban dicha división (véase
cuadro 5). De esta forma, los primeros laboratorios de biología molecular en la Argentina
en dichos laboratorios (que fue adquirido durante la gestión de Pirosky), cuyo valor
aproximado era de unos u$s 150.000 de la época, quedó en desuso debido a la falta de
se clausuraron, durante años, hasta que esos equipos se tornaron obsoletos (entrevsita personal
implicó una inflexión hacia un nuevo modo de pensar la investigación bajo formas de
129
incorporar a un gran número de jóvenes científicos de tiempo completo en
posiciones claves. Este hecho constituyó un movimiento imaginativo y muy
valiente, que colocó a Pirosky y a los jóvenes incorporados en conflicto directo
con la vieja guardia esclerótica. Pero el nuevo Director contaba con un fuerte
respaldo del Gobierno –mientras éste subsistió- y, entre tanto, fue
desarrollándose una atmósfera de gran exaltación científica entre los recién
incorporados científicos full time. (Carta de Milstein al nuevo Director Interino,
citado por Pirosky, 1986)
El llamado a concurso presentó como efecto más visible la promoción de nuevos cargos de
estimulando el pasaje de una dedicación parcial a una exclusiva. Esto originó un conflicto
en la institución, frente a una nueva generación, que ingresó al Instituto gracias a los
concursos convocados por Pirosky. Los antiguos profesionales del Instituto se sintieron,
durante todos los años de la gestión de Pirosky, desplazados del seno de la institución.
Sin embargo, la creación de dichas secciones no supuso una ruptura completa respecto
en los tiempos de Sordelli, sino que esas secciones se crearon dentro del tipo de organización
ya existente, en donde el director de turno era quien tenía la capacidad de diseñar y crear cada
sección o laboratorio, en relación con los investigadores y sus perfiles particulares. En este
sentido, se puede afirmar que la ruptura cognitiva que implicaba la inserción de la biología
propio Pirosky se había formado dentro de la institución y se había familiarizado con las
formas organizativas “tradicionales”. Por otro lado, en la medida en que esos dispositivos
dejaban una gran libertad al director, no había, en principio, ninguna contradicción con las
El alejamiento de un número importante del personal del Instituto motivó que casi
todos los investigadores de dichos laboratorios continuaran sus carreras en el exterior. Así, el
130
desarrollo de nuevas técnicas de investigación y la modificación de las prácticas que
al no encontrar los investigadores expulsados del Malbrán otros espacios institucionales en los
cuales insertarse dentro del país. Por ejemplo, Milstein retornó a Cambridge; Nagel luego de
un paso muy corto por la cátedra de Genética I de la Facultad de Ciencias Exactas partió a
trabajar con Luria en Estados Unidos (fundador con Delbrück del emblemático Phage Group);
Esto implica que la biología molecular y su introducción al país a través de los grupos
del Malbrán, no pudo reproducirse en otros espacios institucionales, como las facultades de
priori esperables como para acoger a estos investigadores. A pesar de que Pirosky fue
miembro del primer directorio del CONICET, ello no operó como un verdadero medio de
legitimación para los grupos del Malbrán, sino que su verdadero punto de apoyo se concentró
quien impulsó la donación de un edificio nuevo para que funcionaran los institutos dirigidos
por Houssay (IByME) y por Leloir (Fundación Campomar), en reemplazo de las viejas casas
Por otro lado, la integración al escenario internacional, que pudo haber operado como
un medio de legitimación para el medio local, no tuvo la misma efectividad que en las
y la bioquímica, en buena medida porque, como señalamos, la biología molecular aún estaba
131
Conclusión
las personas que las integraban, y las líneas de investigación de las nuevas secciones se fueron
definiendo de un modo autónomo, sin intervención del director del instituto. Esto determinó
profundas diferencias en la dinámica y las temáticas de las diferentes secciones, cada una de
ella animada por diversas visiones: por un lado, aquellas que defendían un perfil más
“profesionalista”, por otro, aquellas que perseguían la investigación científica como eje
tradujo entre aquellos que defienden el “sanitarismo” contra aquellos que impulsaban el
investigación bajo una forma de organización más “moderna”. Asociado a ello, la creación de
biológica, lo cual involucraba una innovación conceptual (la comprensión del nivel
intracelular para las interacciones bioquímicas), una innovación temática (el estudio de la
estructura, secuencia y expresión del ADN, el rol del mensajero ARN), una innovación
132
condicionaba las prácticas a la obtención de resultados “aplicables” como los sueros y
las prácticas de investigación era otorgada no en función de los valores de una comunidad
científica sino por los valores desplegados por las autoridades sanitarias. Por tanto, la
experiencia sólo pudo perdurar mientras Pirosky contó con una relación de fuerzas a su favor.
nuevo, ni propio de la Argentina. De hecho, esta relación se estaba modificando de modo muy
evidente desde el fin de la Segunda Guerra, tal como Pirosky parece haberlo percibido en su
intento de importar el “nuevo” modelo del Instituto Pasteur, luego de las visitas periódicas
que hiciera allí, y en particular la serie de entrevistas que mantuvo con Lwoff luego de asumir
Puede ser interesante la comparación con las transformaciones que por, aquellos años,
se estaban operando en el Instituto Oswaldo Cruz de Rio de Janeiro. Como señala una
estudiosa del período, “el proyecto de ciencia y el modelo institucional consubstanciado con
Manguinhos, fue emprendido en el ámbito del movimiento sanitarista desde la década del 10,
pero re-significado en un contexto más amplio del debate nacionalista de posguerra, cuando
las investigaciones del Instituto Oswaldo Cruz buscaron imprimir importancia social y
para los cuales el desarrollo del país dependía esencialmente del compromiso del Estado en
curar a los sectores populares del Brasil, la enfermedad de Chagas fue tratada como una de las
brasileña para identificar los males de Brasil y producir conocimiento para su solución (Kropf
(2001).
13
Como lo muestra la abundante correspondencia que Pirosky mantuvo tanto con André Lwoff como,
particularmente, con Elie Wollman. De hecho, cuando Pirosky estaba por asumir como Director fue a visitar a
Lwoff para pedirle consejos acerca de qué hacer con el instituto (carta de Wollman a Pablo Kreimer, junio de
2000).
133
Dejemos, para finalizar este capítulo, un episodio que muestra claramente los desafíos
las ciencias de la vida en la Argentina. Luego de la partida de Pirosky del Instituto Malbrán,
César Milstein renunció a su cargo en solidaridad con los investigadores cesanteados. Fue
entonces a pedir ayuda al CONICET. Como Houssay, presidente del organismo, estaba de
viaje, se entrevistó con Luis Leloir, para pedirle que intercediera ante la situación que se había
producido en el Malbrán. De acuerdo con el relato del propio Milstein, Leloir no le prestó
mucha atención, y restó importancia al conflicto, tanto debido a la situación política como a
los temas que se investigaban en los laboratorios que acababan de ser desmantelados.
Entonces, Milstein le preguntó a Leloir si podría continuar los trabajos suyos y de su grupo en
la Fundación Campomar que él dirigía. Ante la negativa de Leloir, Milstein decidió regresar a
Molecular del MRC (Medical Research Council), en donde trabajó el resto de su vida
investigación en el país, como Houssay y Leloir, eran ya, hacia fines de los años cincuenta,
Argentina. Resulta evidente que tanto Leloir como Houssay no estaban en condiciones de
percibir los desafíos que estaban siendo formulados por la emergencia de este nuevo campo
biológico.
134
ANEXO
Instrumento Cantidad
Autoclaves automáticos 4
Centrífugas 5
Centrifuga analítica 1
Equipo de electroforesis 1
Equipo de resonancia paramagnética 1
Espectrofotómetro 1
Equipo de radioisótopos 1
Microscopio electrónico 1
Fuente: Pirosky (1986)
135
José Apelbaum Universita di Siena, Instituto Di Patologia Speciale Medica
Julio G. Barrera Oro Baylor University, College of Medicine, Texas Medical Center
Manuel Brenman Department of Chemistry, Massachusetts Institute of Technology
Pablo Bozzini Massachusetts Institute of Technology
Jorge Churchich Sheffield
Mariano Dunayevich Department of Public Health, Viral and Rickettsial Disease Laboratory
Horacio Encabo Université de Paris, Laboratoire de Neurophysiologie Comparée
Ricardo Ferraresi Institut Pasteur
Emanuel Levin Departamento de Neuroquímica, Montreal Neurological Institute y
Departamento de Fisiología, University College, Inglaterra
Antonio Lubin Communiclabe Diseases Center, Enteric Bacteriology Unit
Jorge Raúl Periés Institut Pasteur, Services des Virus
María Ebe Reca Instituto Nacional de Patología Walter Reed, Washington
Edith Varsovsky Venezuela
Fuente: Pirosky (1986)
♦ Nagel, R., Antón, D. y Puig, J.: “Sobre la transferencia de los factores colicinógenos E2, I y V en la
conjugación bacteriana”, Rev. Soc. Arg. Biol., 37, 378 (1961).
♦ Nagel, R., Antón, D. y Puig, J.: “The genetic control of colicinogenic factors E2, I and V”, J. Gen.
Microbiol. 29, 473 (1962).
♦ Nagel, R., Antón, D. y Puig, J.: “The genetic behaviour of colicinogenic factors E1”, J. Gen. Microbiol.
36, 311 (1964).
♦ Puig, J. y Nagel, R.: “Étude génetique d´un facteur colicinogène B et de son influence sur la fertilité des
croisements chez Escherichia coli K12”, Ann. Inst. Pasteur. 107-115 (1964).
♦ Nagel, R., Antón, D.: “Interaction between colicinogenic factors and fertility factors”, Bioch & Biophys.
Res. Comm. 17, 358 (1964).
♦ Nagel, R., Antón, D.: “Genetic aspects of colicinogeny”, National Cancer Inst.. Monograph. 18, 53
(1965).
Fuente: Nagel (2005)
136
Celis, R. Cesante División Biología Molecular. Tesis de doctorado: “Estructura y actividad
biológica de inmunoglobulinas”
Periés, J. Cesante Becario en la sección de virología del Instituto Pasteur
Apelbaum, J. Cesante Becario en la Universidad de Siena. Estudio en neurofisiología
Levin, E. Cesante Becario en la Universidad de Montreal. Estudio en neuroquímica
Obrusky, C. Cesante Becaria del CONICET
Levin, R. Cesante Estudios en cancerología
Issaly, I. Cesante División Biología Molecular. Tesis de doctorado: “Metabolismo de la glucosa
en pasteurella multocita”
Issaly, A. Cesante División Biología Molecular. Tesis de doctorado: “Biosíntesis de ácidos
nucleicos en pasteurella multocita”
Reca H. Renuncia Becaria. Contratada en USA
Milstein, C. Renuncia Jefe División Biología Molecular
Milstein, C. de Renuncia Miembro División Biología Molecular
Dunayevich, M. Renuncia Virología. Becario OMS en Berkeley, California, USA
Bleichmar, H. Renuncia Microscopia Electrónica
Mahafud, N. Renuncia División Biología Molecular. Becario de la OMS
Encabo, H. Renuncia Neurofisiología, París
Haas, E. Renuncia Sección de producción de sueros antitóxicos
Scavini, M. Renuncia Tesis de doctorado: “estructura molecular del veneno de la araña latrodectus”
Levit Renuncia Nuevas técnicas de suero diagnóstico sobre la base de antígenos de cardiolipinas
y las pruebas de Nelson y Reitter
Pigretti, M. Renuncia División Biología Molecular
Krisman, C Renuncia División Biología Molecular
Zwaig, N. Renuncia División Biología Molecular
137
CAPITULO 5
EL VACÍO
en biología molecular en el país que se extenderá durante prácticamente toda una década,
hasta principios de los años setenta. Este impasse es consecuencia de la migración al exterior
–en un lapso de uno a dos años- de gran parte de los investigadores que integraron la División
El caso más notorio fue el de Cesar Milstein quien, como ya señalamos en el capítulo
anterior, retornó, a los laboratorios de de biología molecular del MRC en Cambridge, donde
los primeros anticuerpos monoclonales, lo que le valió la obtención del premio Nobel en
medicina en 1984. Sin embargo, no fue el único caso. En primer lugar, un número
postdoctorado en el exterior optaron por no retornar al país, ante la falta de garantías para
poder radicarse y continuar trabajando en el país. En segundo lugar, el equipo que conformó
la sección de genética bacteriana siguió el mismo camino. Así, Rosa Nagel tras un breve paso
radicó por varios años en Estados Unidos en el laboratorio de Salvador Luria. Juan Puig se
trasladó a una dependencia del CNRS de Francia en Marsella, donde trabajó sobre genética de
enzimas respiratorias en colaboración con Elie Wollman (con quien había compartido un
corto período en los laboratorios de bacteriología del Malbrán) y Dora Antón se radicó en la
138
Tanto Nagel como Antón continuaron, durante un tiempo, trabajando en la Facultad de
los temas relacionados a lo que habían trabajado en el Malbrán (interacción entre el factor de
Unidos, Nagel trabajó junto con Luria sobre la tolerancia de E. coli a las colicinas, y luego
1966, se radicó en Venezuela, y recién retornó al país a principios de la década del setenta.
Mientras que Antón trabajó junto a Hartman en los Estados Unidos y, al regresar al país en
histidina.
vaivenes institucionales jugaron un papel clave en las dificultades para desarrollar líneas de
fuerzas policiales en 1966, conocida como la “noche de los bastones largos” tuvo, sin dudas,
institucional producida en el Instituto Malbrán en 1962, tuvo como resultado que las primeras
década del setenta fueran desembocando, paulatinamente, en sendas “vías muertas”. Este
genética molecular, tal como tempranamente se había insinuado. Ello, a pesar de que, en
nivel de análisis.
cualquier experiencia social y cognitiva. Sin embargo, si hemos elegido esta definición ha
139
sido, precisamente, para destacar la amplitud de la devastación que se produjo en los años
hacia 1962 sino que, por el contrario, este fue un período de reafirmación de la bioquímica
como disciplina central del eje biomédico y de la figura de Luis F. Leloir en particular.
necesariamente, una competencia por la ocupación del espacio público de la ciencia, de hecho
los actores de la época fueron confrontados a elegir entre dos modelos para el desarrollo de la
análisis hacia el interior de la actividad celular, en particular (entre otros temas) hacia el papel
genética. Así, los útiles de la bioquímica tradicional resultaban “resignificados” en una nueva
configuración que planteaba nuevos temas, nuevos conceptos y, no menos importante, nuevos
métodos. Milstein era, de algún modo, el vocero del desarrollo de este modelo, que él mismo
había emprendido en Inglaterra. Sin embargo, él no veía ninguna oposición entre el desarrollo
cristalografía de proteínas (Perutz, Delbruck), y para quienes la apertura del nivel de análisis
Por otro lado, para los bioquímicos “tradicionales” como Leloir, la emergencia de
nuevas técnicas propuestas por los biólogos moleculares no debía implicar una ruptura
cognitiva con las líneas de investigación que habían venido desarrollando, sino más bien un
enriquecimiento socio-técnico de sus propios trabajos. De hecho, hacia comienzos de los años
cincuenta se consideraba que la bioquímica estaba en su apogeo, y que los trabajos en el nivel
140
molecular debían integrarse y aportar, por lo tanto, a su fortalecimiento, más que a desviar la
atención de los problemas más importantes. De hecho, fueron algunos científicos que
constituyen unos pocos casos emblemáticos los que produjeron, no sin dificultades, un pasaje
“integrador” desde la bioquímica “tradicional” hacia la biología molecular, entre los cuales
encontramos los casos emblemáticos de André Lwoff y Severo Ochoa, ambos laureados con
gracias al amplio reconocimiento externo que recibió Leloir por sus trabajos sobre el
campo bioquímico, como Ranwel Caputto en Córdoba, Alejandro Paladini en Buenos Aires, y
Investigaciones Bioquímicas.
Sin embargo, dentro del propio campo de la bioquímica, se fue produciendo, desde los
años sesenta, una lenta renovación generacional dentro del eje central de la tradición
1
El caso del español Severo Ochoa es interesante, porque tuvo, durante mucho tiempo, una gran proximidad con
Leloir como bioquímicos relevantes, uno trabajando en su país y el otro emigrado a Estados Unidos, dadas las
difíciles condiciones que presentaba, para la investigación innovadora, el régimen franquista. Sin embargo,
Ochoa, a diferencia de Leloir, fue produciendo el pasaje hacia la biología molecular, de la cual llegó a ser un
importante exponente (Santesmases, 1997). Cuando Leloir se casó, viajó con su esposa a Nueva York, donde
conocieron a Severo Ochoa (quien ya dirigía su propio laboratorio como Investigador Asociado en la Escuela de
Medicina de la Universidad de Nueva York) y su esposa Carmen, con quienes iniciaron una larga amistad.
Incluso sus esposas bromeaban que tenían otro motivo para compartir. Ambas reprenderían a los maridos
diciéndoles: "Parece mentira que te hayan dado el Premio Nobel". Zuberbuhler de Leloir (1983).
141
Como señalamos, la existencia fuertemente cristalizada de una tradición científica en
las ciencias biomédicas. De esta forma, el éxito obtenido por Leloir en sus investigaciones
sobre el metabolismo de los hidratos de carbono, trajo como consecuencia una cierta
la biología molecular que subsistieron a lo largo de la década del sesenta fueron, por un lado,
Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, dirigido por José L. Reissig
(que integró por corto tiempo el núcleo inicial de investigadores del Instituto de
Biológicas” en 1968, cuando se fusionó con los Departamentos de Física y Matemática para
compuesto por los Dres. M. Nazario, Inda y Abel Issaly (ex becarios dirigidos por Milstein en
estudio.
142
La línea de investigación seguida por el grupo se basó en el estudio de los mutantes
del locus pyr-3n en el hongo de n.crassa, mediante una técnica que había desarrollado el
propio Reissig. Ello les permitía seleccionar, en forma positiva, mutantes con alteraciones en
el gen pyr-3n, por su capacidad para suprimir el requerimiento de arginina de mutantes del
gen arg-2. En trabajos posteriores, se enfocó sobre diversos aspectos de ese sistema, lo que le
implicó indagar acerca de la síntesis de arginina y pirimidinas, así como de carbamil fosfato,
genes distintos, de los cuales cuatro fueron localizados en el mapa genético de N. crassa. Este
grupo fue el primero en utilizar dicho hongo para estudios genéticos en el país, que era
ampliamente utilizado en laboratorios del exterior desde hacia varios años, ya que su
a que, según varios de los integrantes actuales del campo, Reissig tenía una particular
vocación docente (que le ocupaba a veces más tiempo que la investigación). En efecto,
habiendo desarrollado gran parte de su carrera en el exterior, fue uno de los primeros
143
(a menudo inconsciente) por parte de aquellos que conformaban lo que hemos denominado
En 1958, Juan Valencia (ingeniero agrónomo) invitó al país al Milislav Demerec (de
mientras que Elías Balbinder, del Cold Spring Harbor Laboratory of Quantitative Biology
(donde trabajaba James Watson), dictó otro seminario sobre genética bacteriana. Junto con
este último, Reissig publicó en la revista Ciencia e investigación, en el año 1963, un articulo
escena local.
definitiva en Nueva York, Estados Unido. Ello tuvo como consecuencia la dispersión del
Molecular.
recibido de químico a finales de la década del cincuenta, y también había realizando su tesis
la Argentina la línea en la que había estado trabajando, sobre la síntesis de proteínas. Una vez
propiamente dicho. Por otra parte, con dicho subsidio, se compraron una serie de equipos,
144
entre ellos una centrífuga preparativa. Para poder utilizarla como una centrifuga analítica (que
era lo que realmente necesitaban), los investigadores tuvieron que desarrollar una técnica
nueva de gradiente de sacarosa. Dos comentarios caben aquí: por un lado, vemos una vez más
conceptuales en los orígenes de la biología molecular. Por otro lado, volvemos a encontrar,
aún ya bien entrados los años sesenta, el modelo de “investigador bricoleur” del cual se
refrigerada fabricada con un viejo lavarropas y cubiertas de auto llenas de cubos de hielo.
grupo de becarios se encontraba el químico Oscar Grau, quien fue su discípulo y que, años
reticulocitos (que es una célula que no tiene núcleo y que está en las etapas terminales), sino
en las células precursoras de la medula ósea y que da origen a los reticulocitos. Para ello,
especialización total en una sola proteína, siguiendo la aparición del RNA mensajero de
septiembre de 1999).
Todo este proceso culminó con la organización de uno de los primeros simposios de
biología y genética organizados en el país. Sin embargo, este grupo no logró consolidarse
hasta mucho tiempo después, debido a varias razones. Por un lado, sufrieron cierto
145
aislamiento institucional en el seno de la Universidad de La Plata, donde la biología
escenario más amplio, tuvieron que enfrentar las mismas dificultades de orden cognitivo
señalamos para los otros grupos. En tercer lugar, a diferencia de Milstein y los otros grupos
del Malbrán, este grupo no pudo asentarse sobre la vía de una legitimación “exógena” a través
de una fuerte inserción internacional que los sostuviera desde el extranjero. Finalmente, las
también un efecto limitante para el desarrollo del grupo y, más tarde, el golpe militar de 1976
experiencia: gran parte de los integrantes del grupo se vieron obligados a renunciar a sus
provincia de Buenos Aires. Recién en 1983, con la restauración democrática, el grupo retornó
Argentina: por un lado, operó como un “freno” al desarrollo de la biología molecular durante
los años sesenta, en particular al primar el modelo “de integración” al modelo “de ruptura”
que predominaba en otros países. Pero, por otro lado, es desde el seno de esta tradición que
surgieron, unos años más tarde, los primeros grupo verdaderamente institucionalizados
dedicados a la biología molecular. Por lo tanto, para comprender mejor la etapa que, de un
146
El desarrollo de la bioquímica como disciplina central de la tradición biomédica se
Campomar” en 1947, cuyo director fue el más destacado de los discípulos de Houssay,
en la naciente tradición biomédica, entre los que se encontraban: Raúl Trucco, Carlos Cardini,
Naúm Mittelman, Alejandro Paladini y Enrico Cabib y Ranwel Caputto. Este último,
compartía con Leloir el hecho de que ambos se habían formado en el Biochemical Laboratory
of Cambridge que dirigía por entonces Sir. Frederic Hopkins en los años 30.
gran parte de los equipos e insumos de laboratorio eran construidos por los mismos
calificar como “romántica”. Por otro lado, la tradición se sustentó en la concentración de las
metabolismos de los hidratos de carbono. Justamente, fue sobre los resultados obtenidos en
obtenidos en la escena internacional durante los primeros años. Veamos sólo algunos
ejemplos:
147
♦ 1951: la Fundación Rockefeller, por intermedio de van Niel (entonces director del
Hopkins Marine Station), destinó seis mil dólares para la adquisición de material de
♦ 1951: el Instituto McCollum-Pratt donó mil dólares para la compra de drogas y material
de laboratorio.
Además de los fondos permanentes que provenían del empresario Jaime Campomar, los
fuertes lazos con el exterior les permitieron al IIB (Fundación Campomar) contar con
importantes subsidios internacionales. Esto fue crucial: gracias a esos fondos, el IIB fue uno
de los primeros centros científicos del país en lograr que ¡todo el personal trabaje con
dedicación exclusiva!2
con centros localizados en Estados Unidos fue fortaleciendo al mismo tiempo la posición
de investigadores y becarios. Así, en 1948 Trucco trabajó en la Hopkins Marine Station bajo
la dirección de van Niel sobre el metabolismo del ácido acético por ciertas bacterias
1951 en el Rockefeller Institute for Medical Research con Lyman Craig en la separación de
2
Aunque se trata de dos instituciones difícilmente comparables, recordemos que la dedicación exclusiva a la
investigación fue uno de los motivos que generó grandes conflictos en el Instituto Malbrán y generó (entre otros
motivos, por cierto) su intervención en 1962.
3
Leloir mismo había pasado dos períodos fuera del país antes de crear (y asumir la dirección) del IIB en 1947.
La primera de sus estadías en el exterior se desarrolló entre 1936 y 1939 en el Laboratorio de Bioquímica de la
Universidad de Cambridge, dirigido por Frederic Hopkins (premio Nobel en 1922) y la segunda, entre 1943 y
1945, primero en el laboratorio de los Cori (corresponsales de Houssay) en Sain Louis, y luego en el College of
Physicians de la Universidad de Columbia.
148
Se observa aquí una estrategia de investigación y posicionamiento en el campo científico
que responde a las estrategias inscriptas en la tradición biomédica liderada por Houssay, que
científica local.
colocando a la bioquímica como la disciplina central del eje biomédico en el medio local,
Las tareas de investigación desarrolladas durante esta etapa eran caracterizadas de la siguiente
forma:
En 1949 Leloir realizó una serie de publicaciones donde describió una cierta reacción
metabólica que requería de la intervención de una sustancia que hasta entonces no había sido
149
molecular.4 En esta etapa se incorporaron Héctor Carminatti, quien regreso al país luego de su
tras su paso fugaz por la División de Biología Molecular del Instituto Malbrán, Israel
Algranati, José Manuel Olavarría, María Rongine de Fekete, Clara Krisman, Enrique
Naturales de la Universidad de Buenos Aires cuyo decano era Rolando García, a partir del
cual se creó el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de dicha facultad. Ello permitió que
el personal del IIB desarrollara la docencia en la cátedra de Química Biológica II, al mismo
tiempo que una intensa actividad de formación y captación de recursos humanos. Gran parte
integraron por esta vía, con el incentivo particular de realizar su tesis doctoral en las
Desde 1960, el IIB tuvo una particularidad institucional única: confluyen en un mismo
de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Sin embargo, no existió una diferenciación real y
crecimiento temático hacia temas relacionados con las transformaciones de los azúcares:
4
En 1958, paralelamente a la creación del CONICET (cuyo director era el mismo Houssay y Leloir uno de los
miembros del primer directorio), el Ministerio de Salud Pública, Dr. Martínez, cedió un edificio para que se
instalen ahí el IIB y el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME), dirigido por Houssay.
150
original del Instituto. De unos pocos grupos iniciales dedicados a temas relacionados entre sí
sobre el papel de los nucleótidos azúcares en la transferencia del azúcar a distintos aceptores,
la base temática se fue ampliando y diversificado a nuevos grupos de trabajo. Por ejemplo,
una vez investigada la biosíntesis del glucógeno en tejidos animales se pasó a investigar la
biosíntesis del almidón en germen de trigo (sobre este tema trabajaron Leloir y Recondo), a
partir del cual se pasó a buscar las fuentes naturales de los nucléotidos azúcares responsables
naturaleza (así fue como Leloir pasó del UDPG al ADPG: adenosina difosfato glucosa) y al
libro colectivo en homenaje al físico alemán Max Delbrück, donde por vez primera los
propios practicantes del campo reconocen su existencia y trazan una primera historia de la
disciplina. En segundo lugar, la enunciación por parte de Francis Crick y George Gamov del
151
hace corresponder la expresión genética con la síntesis de una proteína determinada) establece
los principios teóricos del campo y, por lo tanto, actúa marcando sus límites. En tercer lugar,
dicha disciplina (Laboratory of Molecular Bialogy del MRC en Cambridge, Cold Spring
Harbor, el Institute for Cancer Research en Filadelfia y el del MIT en los Estados Unidos,
entre otros) y de canales propios de publicación, como el Journal of Molecular Biology y, más
las ciencias biológicas: genética, bioquímica, fisicoquímica, etc. Este proceso se generó a
establecieron la estructura del ADN en la forma de una doble hélice, se postula que “si las
secuencias de bases eran siempre las mismas, todas las moléculas de ADN serían idénticas y
no existiría la variabilidad que debía distinguir un gen de otro”; y por otro lado, “la existencia
de dos cadenas entrelazadas con idéntica secuencia de bases, indicaría que una cadena de cada
molécula habría servido de plantilla en alguna fase anterior para la síntesis de la otra cadena”,
Es con el Dogma Central de la Biología Molecular (ver figura I) donde se define que
la composición química de todos los seres vivientes es la misma y que, por lo tanto, la
variabilidad entre una especie y otra está solamente determinada en el nivel molecular por la
5
Tanto en la creación de la Organización Europea de Biología Molecular como en el Journal of Molecular
Biology tuvo una actuación destacada John Kendrew miembro del laboratory of Molecular Biology del MRC en
Cambridge, centro al que llegó César Milstein luego de su salida del Instituto Malbrán.
152
relación unívoca entre la secuencia específica de las bases en el ADN que determina las
órdenes para la síntesis de proteínas en cada organismo vivo. De esta forma, la información
genética es dictada inicialmente por la disposición de las bases del ácido desoxirribunucleico
(ADN) que luego es transcripta a las diferentes moléculas del ácido ribonucleico (ARN
Estructura Función
Replicación (duplicación del ADN)
ADN
Transcripción (de la información
genética)
ARNm
Traducción (Síntesis de proteínas)
PROTEINAS
desciframiento –interpretación- del código genético, como la función que regula todas las
funciones del organismo al determinar las órdenes específicas para la síntesis de cada una de
las proteínas de un organismo vivo. Los principales desarrollos tuvieron lugar en laboratorios
New York University, que en 1959 obtuvo el premio Nobel de medicina por el
descubrimiento de los mecanismos de la síntesis del ARN y del ADN; Marshall Niremberg
del National Institute of Health de Bethseda, quien había trabajado sobre el efecto que
diferentes ARN tienen sobre la incorporación de aminoácidos en las proteínas a través del
virus del tabaco; a Har Gobind Khorana de la University of Wisconsin; y finalmente a Robert
153
Holley de la Cornell University. Estos últimos tres obtendrán en 1968 el premio Nobel de
medicina por sus trabajos en la interpretación del código genético y su función en la síntesis
de proteínas.
investigaciones desarrollas para descifrar el código genético, junto con la preocupación por
entender los mecanismos ocultos tras la síntesis de proteínas, produjeron un lento proceso de
renovación temática y metodológica. Precisamente, los temas en los cuales habrá formarse
Cuadro 8
Publicaciones realizadas por el grupo de Reissig
♦ Nazario, M. y Reissig, J. L. (1964): “Induction of aspartic transcarbamylase by carbon
dioxide”, Biochem. Biophys. Res. Commun., 16; 42-46.
♦ Reissig, J. L., Issaly, A. S., Nazario, M. y Jobbágy, A. J. (1965): “Neurospora mutants
deficient in aspartic transcarbamylase”, Nat. Cancer Inst. Monograph., 18; 21-31.
♦ Issaly, A. S. y Reissig, J. L. (1966): “In vivo and in vitro complementation between
aspartic transcarbamylase mutants of Neurospora”, Arch. Bioch. Biophys., 116; 44-51.
♦ Jobbágy, A. J. (1967): “Altered aspartate transcarbamylase of Neurospora crassa
responsible for a suppressor effect”, Arch. Bioch. Biophys., 122; 421-425.
♦ Reissig, J. L., Issaly, A. S. y Issaly, I. M. (1967): “Arginine-pyrimidine pathways in
microorganisms”, Nat. Cancer Inst. Monograph., 27; 259-271.
♦ Terenzi, H. F. y Reissig, J. L. (1967): “Modifiers of teh cot gene in Neurospora: the
gulliver mutants”, Genetics, 56; 322-329.
♦ Issaly, A. S., Cataldi, S. A., Issaly, I. M. y Reissig, J. L. (1970): “Complementation on
ribosomes between aspartate transcarbamylase mutants of Neurospora”, Biochim. Biophys.
Acta., 209; 501-511.
♦ Issaly, A. S., Issaly, I. M. y Reissig, J. L. (1970): “Carbamyl phosphate biosynthesis in
Bacillus subtilis”, Biochim. Biophys. Acta., 198; 482-494.
154
CAPITULO 6
A lo largo de los capítulos precedentes viendo los primeros intentos por conformar un nuevo
Instituto Malbrán entre 1958 y 1962. Intentamos reconstruir, asimismo, el contexto local e
internacional en el cual esas experiencias –y las que le siguieron durante los años sesenta- se
interior del Instituto Malbrán y, también, a las intervenciones del poder político-militar sobre
el campo científico. Sin embargo, para nuestra historia es tal vez más importante aún el hecho
de que la biología molecular debía, para institucionalizarse, hacer frente a los representantes
hegemonía que ejercía, por ese entonces, el campo de la bioquímica, que estaba fuertemente
estructurado y legitimado. Luis F. Leloir y sus seguidores era crucial en este contexto.
disciplinares. El estilo de laboratorio impulsado, primero por Houssay y después por Leloir,
poseía como característica central la cristalización de modelos experimentales que una vez
155
de nuevas técnicas que, a lo sumo, agregaban nuevos fuentes experimentales a los objetos
tanto, el cambio de un marco conceptual que ello implicó. Si bien, sus trabajos iniciales
correspondieron a las líneas de trabajo ya existentes, los vínculos con otros centros de
influyeron de forma determinante en la adopción plena del nivel de análisis molecular. Las
investigación cuya lógica cognitiva excedió la mera incorporación de técnicas. Esto implicó
un proceso de transición que culmina en 1981 con la creación del Instituto de Ingeniería
Genética y Biología Molecular (INGEBI), que es dirigido desde ese entonces por el Dr.
Héctor Torres mientras que, paralelamente, el grupo que originalmente había formado Gabriel
156
centros internacionales de referencia. En consecuencia, la disciplina se establece bajo lo que
aquí denominaremos “ciencia hipernormal”, lo que define un estilo de trabajo basado en una
cuestión. Este tipo de estrategias que Lemaine (1980) describe como “conservadoras”,
conducen a una estrategia de investigación que implica que los grupos locales fortalezcan sus
vínculos con los grupos internacionales que trabajan sobre la misma temática, brindando
es así, porque para los otros grupos –ubicados en el centro de la escena de la disciplina- dicha
teórico abordado.
Las relaciones así mantenidas generan, al mismo tiempo posiciones de esos líderes
prestigio “exogenerado”.
molecular mantenían, aún, cierta autonomía relativa, hacia un período “dogmático”, en donde
hecho de que, por esos años, se otorgaron varios premios Nobel a ‘biólogos moleculares’, aún
157
si algunos de ellos no aceptaban todavía semejante definición de ellos mismos. Veamos
rápidamente: en 1962, Watson, Crick y Wilkins, por la “estructura molecular de los ácidos
1965, Jacob, Lwoff y Monod, por “sus descubrimientos sobre el control genético de enzimas
genética de los virus”. Por otra parte, el premio Nobel de Química fue adjudicado, en 1962, a
Max Perutz y a John Kendrew “por sus estudios de las estructuras de las proteínas
globulares”, y en 1958 a Frederick Sanger, “por su trabajo sobre la estructura de las proteínas,
en particular la de la insulina”.
biomédica y de la bioquímica con la figura del Leloir, transcurría el período que hemos
enfoque “biomolecular”.
así, desde el fin de la década del setenta y a lo largo de la década siguiente, y estará asociado
biológicas en el plano internacional. Así, al irrumpir con nuevas bases conceptuales, las líneas
conocimiento biológico, fue todo el espacio de las ciencias de la vida el que resultó afectado.
158
Para describir el proceso de re-emergencia y consolidación de la nueva disciplina en el
país hemos elegido prestar atención, antes que nada, al proceso de renovación generacional
que se produjo dentro de la tradición biomédica, y en particular, al proceso que tuvo lugar en
Fundación Campomar.
Para ello debemos tener en cuenta, primero, que este proceso se gestó en el mismo
momento en que Leloir logró su mayor consagración: la obtención del premio Nobel de
química en 1970, lo que acrecentó el ya considerable prestigio del que entonces gozaba. En
Fundación Campomar desde mediados de la década del sesenta, lo cual fue, al mismo tiempo,
tradicional, trajo aparejado una cierta clausura del escenario biomédico, ciertamente
Fundación Campomar: de allí surgió (o por allí pasó) la mayor parte de los investigadores
que hoy constituyen los referentes del campo en el país, como Héctor Torres en el INGEBI,
Armando Parodi, Rodolfo Ugalde, Carlos Frasch en la Universidad de General San Martín,
159
El proceso de renovación generacional: la primera fase
A finales de la década del sesenta se conformó el primer grupo de investigación con una
grupo fue liderado por Israel Algranati, un discípulo de Leloir que se integró a Campomar a
principios de la década del sesenta. Allí se integraron también Sara Goldemberg y Clara
una beca para realizar un postdoctorado en el laboratorio del español Severo Ochoa, en el
College of Medicine de la New York University (NYU) donde era, desde 1954, el director del
relación personal y científica, de modo que no parece sorprendente que este último enviara a
incorporó al grupo de científicos que investigaban cómo interpretar el código genético. Ese
grupo estaba compuesto, además de Ochoa, por Kornberg, Niremberg y Khorana, quienes
obtuvieron el premio Nobel por estas investigaciones. El eje central era determinar la
correspondencia [interpretar] de las letras significativas del código genético que regula y
1
Enrico Cabib integró el núcleo inicial de la Fundación Campomar. En 1966, con motivo de la intervención de
la Universidad de Buenos Aires, optó por emigrar del país y radicrse en los Estados Unidos, donde trabajó en los
laboratorios del National Institute of Health (NIH) en Bethseda.
2
Ochoa había recibido el premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1959, junto a su antiguo alumno (y por
aquel entonces profesor de bioquímica en la Universidad de Stanford) el estadounidense Arthur Kornberg, por el
descubrimiento de la enzima fosforilasa polinucleótido que interviene en la síntesis del ARN, la cual logró
sintetizar por vez primera en 1955 en el marco de sus investigaciones sobre las reacciones en los fosfatos.
160
determina la síntesis de cada una de las proteínas. Esta actividad de “establecer la
correspondencia” entre una síntesis de proteínas conocida por medios bioquímicos con la
información específica del código genético, determinó que investigadores que originalmente
Una vez recibido por Leloir y reinstalado en Campomar, Algranati organizó un grupo
síntesis de proteínas está contenida en los genes y dicha síntesis depende de la forma en que
estos se expresan”) para comprender el pasaje de una célula en estado de reposo a otro
molecular le permitió indagar acerca de nuevos problemas que, sin embargo, están definidos,
síntesis de proteínas. 3 Por otra parte, Algranati estableció varios lazos de cooperación
internacional: por un lado, en 1977 con David Sabatini del Department of Cellular Biology de
3
Durante este período el grupo estaba conformado por Francisco Baralle, Manuel García Patrone, Gustavo
Echandi Meza, Oscar Burrone, Nélida González, Liliana Crenovich, Marcela Ferrer y Sara Goldemberg. Esta
última tenía su propio laboratorio hasta 1975 cuando lo integra al de Algranati. (Entrevistas personales con
Algranati y Goldemberg)
161
la New York University para realizar estudios sobre la biosíntesis y secreción de proteínas y,
por el otro, con César Milstein en el LMB del MRC en Cambridge para investigar la
Universidad de Buenos Aires. En 1961 emigró a los Estados Unidos, donde realizó su
formuló la teoría de las señales, en la cual se explica el papel de las señales que “dirigen el
tránsito” de las proteínas en las células y cuyos primeros indicios experimentales fueron
aportados por César Milstein a principios de la década del setenta. Por este trabajo se le
A lo largo de los años ochenta, el grupo liderado por Algranati trabajó sobre diversas
bacterias;
4
Guillermo Jaim Etcheverry trascribió, en un artículo en la revista Medicina, la entrevista que le hicieron
entonces a Sabatini en Nature: “Recuerdo entre los momentos más felices de mi carrera científica las tardes en la
Universidad Rockefeller a fines de los años sesenta y comienzo de los setenta, cuando ambos compartíamos
horas frente a un pizarrón dibujando esquemas que permitieran explicar la especificidad de la síntesis de
proteínas relacionada con el retículo endoplásmico. Por eso, una de mis mayores satisfacciones fue ver algunas
de aquellas atractivas ideas originales, confirmadas por los elegantes y rigurosos experimentos que se llevaron a
cabo en el laboratorio de Günter. Me encantó enterarme de que le había sido otorgado el Premio Nobel». Y
agrega Jaim que “Conociendo la historia de estos estudios, tal vez sorprenda el hecho de que esa distinción, que
puede ser discernida a un número de hasta tres científicos, no haya sido compartida en esta oportunidad como lo
es con frecuencia.”. Jaim Etcheverry (1999),
162
• Efectos de las poliaminas sobre la proliferación celular, el crecimiento tumoral y el
El propio Algranati asumió, como eje central de sus investigaciones a lo largo de esta
década, diversos aspectos sobre las poliaminas, tema que había comenzado a desarrollar desde
Entre el conjunto de discípulos de Algranati durante todos esos años, hay dos que se
Oscar Burrone. Baralle tuvo una intensa movilidad institucional: se incorporó a principios de
la década del sesenta a Campomar, poco tiempo después de que Algranati conformara el
grupo. En 1974 obtuvo una beca para realizar sus estudios de postdoctorado, por lo que se
trasladó al LMB (MRC), en Cambridge, donde trabajó junto a Sanger y Milstein. A principios
for Genetic Engineering and Biotechnology, localizado en la ciudad de Triestre, Italia, donde
dirigió tanto el centro como el laboratorio de patología molecular (Entrevista personal con
setenta y trabajo allí hasta 1979 en la regulación de la síntesis proteica en linfocitos humanos.
En 1980 obtuvo una beca para estudiar inmunología en el LBM (MRC) de Cambridge con
Milstein, en donde trabajó durante dos años. En 1982 regresó a Campomar, donde formó un
163
de rotavirus en colaboración con José La Torre del Centro de Virología Animal. En 1985
junto a grupo importante de investigadores entre los que se encontraban Frasch y Baralle,
realizó un clonado molecular del genoma del rotavirus. En 1988, con el apoyo de Baralle
realizó una estadía de un año en el Instituto Sieroterapico Milanese, en Italia, para trabajar
con Baralle en el International Centre for Genetic Engineering and Biotechnology donde
innovadoras líneas de investigación. Una vez más observamos la influencia del pasaje por un
la investigación local; en este caso, el influjo de Severo Ochoa, donde Algranati trabajó
de la década del sesenta determinó que, hacia principios de los años setenta, el Instituto se
164
b) Hidratos de Carbono: en esta se estudiaba “la formación –en células vegetales,
o sea aquellos procesos que aseguran a las distintas sustancias los niveles adecuados
De todas estas áreas, la última es la más significativa para dar cuenta del establecimiento
respecto de la nueva disciplina emergente. Al grupo inicial, fundado por Algranati, con el
El primero de ellos fue el grupo liderado por José Mordoh. Este se incorporó a la
Fundación Campomar a finales de la década del setenta, luego de finalizar sus estudios de
investigación que desarrolló a lo largo de la década del setenta se basó en el estudio de los
este período trabajó junto a un pequeño grupo de colaboradores compuesto por el investigador
células tumorales. Para ese entonces, Estela Medrano, que se había iniciado con él en la
diferenciación de células mamarias tumorales. Por esa misma época, Mordoh estableció lazos
6
De todos los grupos que componían el área de mecanismos de regulación, no se tratará aquí el grupo liderado
por Romano Piras en diferenciación celular, en particular el papel de la proteín-fosfoquinasa, compuesto por
Marta Majeldelb, Ana Chepelinsky, Gustavo Daleo y Alberto Horenstein ya que tuvo escasos años de existencia:
el golpe de estado de 1976 motivó el alejamiento del país, por razones políticas, de todos sus integrantes.
7
Como se recordará, Jacob era uno de los pioneros del mítico grupo radicado en el Instituto Pasteur de París,
dedicado al estudio del ARN mensajero. Era dirigido por André Lwoff e integrado, además, por Jacques Monod
y Elie Wollman.
165
permanentes de cooperación con el INSERM de Francia, gracias a lo cual pudo enviar a
investigación. Entre los principales trabajos del equipo de Mordoh se encuentra el desarrollo
de dos anticuerpos monoclonales para diagnosticar cáncer (el FC-2.15 contra cáncer de
mama, colon y próstata y el FC-5.01 que reconoce la proteína CD63 tetraspanina, presente en
distintas células tumorales) y vacunas antitumorales contra el cáncer de piel. En los últimos
Fundación Sales.
década del ochenta y, hacia finales de la misma, y gracias a los lazos de cooperación
bajo la dirección de Pierre Chambon (quien más tarde sería Profesor del prestigioso Collège
conformó su propio grupo de investigación en terapia génica. Allí, a finales de la década del
El otro grupo del área era el liderado por Héctor Torres quien, al igual que Algranati,
grupo dentro del área de mecanismos de regulación. El tema de investigación seguido por el
grupo a lo largo de la década del setenta fue el estudio del mecanismo molecular de la acción
de la insulina y la síntesis del AMP-cíclico. El grupo dirigido por Héctor Torres estaba
compuesto por Mirtha Flawía, Héctor Terenzi, Eduardo de Robertis (h), Norberto Judewicz y
Patricia Leoni. A partir de 1977, este grupo manifestó un fuerte crecimiento en el número de
166
sus integrantes, incorporándose al mismo María Téllez Iñon, María Maggese, Gerardo Glikin,
El caso de Héctor Torres es muy singular: se trata de uno de los pocos científicos en la
institución que conformaron su propio grupo sin haber realizado estudios posdoctorales en el
que determinan diferentes niveles del metabolito denominado AMP-cíclico buscando rastrear
aquellos mecanismos moleculares que intervienen en dichos procesos. Uno de los medios
elegidos para este estudio fue el de la Neurospora crasa –el otro fue la Escherichia coli- que
fue introducido al grupo por Héctor Terenzi, quien había trabajado previamente en el grupo de
genética molecular de Reissig (durante la época de “vacío” y había realizado el postdoc sobre
el metabolismo de dicho hongo junto a Storck en Estados Unidos, durante la década del
sesenta.
La adopción creciente del enfoque molecular del grupo se debió, por un lado, a la
se debe destacar que, en el año 1975, de los siete integrantes con los que contaba el grupo por
entonces, cinco se encontraban realizado estudios en diversos centros del exterior.8 Por otro
8
En efecto, en 1975 Judewicz participó del IV International Course of Techniques of Molecular Biology en
Santiago de Chile y, entre 1975 y 1977 realizaron sus postdoc Eduardo De Robertis (h) en el Laboratory of
Molecular Biology en Cambirdge y Partricia Leoni en el Department of Cellular Pathology, Clinical Research
Center, Inglaterra. Asimismo, Héctor Torres (ya investigador “formado” y director del grupo) y Mirtha Flawiá
de Torres partieron por un año a realizar estudios de endocronología molecular al Department of Molecular
Biology, en The Wellcome Research Laboratories en Estados Unidos.
167
La estrategia de especialización externa del equipo se mantuvo en los años siguientes:
María Teresa Téllez Iñon partió a realizar estudios sobre receptores hormonales al
Johns Hopkins University y, a finales de la década del setenta partieron a realizar sus postdoc
Inglaterra. Cada uno de estos últimos conformará, a su retorno, sus grupos respectivos,
extendiendo, así, los alcances de esta tradición, como ha sido el mecanismo usual en este
De todos los grupos del área de mecanismos de regulación, el grupo liderado por
el terreno de la biología molecular que se iniciaron bajo la dirección de Torres, sino además
por el hecho de que el programa de investigación desarrollado por Torres fue reconocido por
del país. Sobre la base de este programa, Torres creó en 1983 el primer instituto de
interesante: en los años 70, y durante varios años, se venía construyendo la nueva sede de la
Finalmente, cuando hacia 1980 el nuevo e importante edificio estuvo terminado frente al
Parque Centenario, Torres tomó una decisión crucial: permanecer en el viejo edificio, y
dependencia funcional del CONICET, y que luego funcionó, además, como un Instituto de la
168
Universidad de Buenos Aires. (Entrevista personal con Torres, Buenos Aires, noviembre de
2000)
líneas de investigación, una relación dual –y a menudo cierta tensión- entre la biología
molecular y la bioquímica. Inclusive, durante los primeros años de existencia (hasta el fin de
los años setenta y comienzos de los ochenta), estos grupos se mantienen más próximos al
segundo campo disciplinario. Esta operación de “ajuste” de un campo nuevo a los limites
impuestos por otro tradicional, posibilitó la emergencia de uno de los primeros grupos
disciplina
En definitiva, fue el grupo de jóvenes investigadores que se fueron integrando por aquellos
grupo de Héctor Torres- quienes eran portadores de una concepción de la biología molecular
como una disciplina que implicaba un marco conceptual nuevo, es decir, que suponía un nivel
metodologías no es un mero compendio de recetas técnicas, sino una nueva manera de pensar
y resolver problemas biológicos” (Entrevista personal con Kornblihtt, Buenos Aires, agosto
de 2000).
Estos jóvenes se incorporan en su gran mayoría a través de los diversos cursos que
169
constante acercamiento de los estudiantes a las diferentes áreas de trabajo y, eventualmente,
exterior a realizar sus postdoc, y por lo general fueron regresando a la Argentina a comienzos
una visión de la biología molecular que estaba alineada con los profundos cambios que se
las ciencias de la vida, los principios conceptuales de la misma penetraron sobre las otras
papel regulador de la información genética contenida en el ADN. A medida que los nuevos
comienza o tornar difusa la separación entre las diferentes disciplinas del campo de las
ciertos procesos por sobre otros, o a las relaciones con disciplinas vecinas (investigación
molecular, que comenzó como una estrategia de investigación enfocada hacia casos
particulares, culminó por establecer y formular generalizaciones universales para todas las
madura con la constitución del primer instituto dedicado enteramente a la biología molecular:
170
En esos años, existían escasos grupos de trabajo que utilizaban las recientes técnicas
de ingeniería genética: además del grupo de Torres, había sólo algunos equipos dispersos.
Uno de ellos era el grupo de Andrés Stoppani en el Centro de Estudios Bioenergéticos, que
en particular las de secuenciamiento. Ello se produjo gracias al regreso de Carlos Frasch, uno
años después habría de incorporarse a la Fundación Campomar. Otro grupo que comienza a
abordar estas problemáticas fue el grupo de José La Torre en el Centro de Virología Animal
Por otra parte, los integrantes del grupo formado por Favelukes en Universidad de La
Plata, que durante el régimen militar de 1976 se habían visto forzados a abandonar la
esos años, el grupo se fue orientando hacia la biología y genética molecular de plantas
virus vegetales, en particular en el “virus de la tristeza” (sic) de cítricos. Poco después, este
INGEBI mantuvo desde sus comienzos una estrecha asociación con la Facultad de Ciencias
docentes en dicha facultad e, incluso, Héctor Torres fue Decano de la misma entre 1986 y
1990. Durante su gestión como decano, Torres afirmó la pertenencia simultánea del INGEBI
1983, el INGEBI se encargó de dictar en la facultad un curso superior acerca de las técnicas
171
de ingeniería genética, que luego se convirtió en Maestría en Biotecnología, dirigida por el
propio Torres.
investigadores que trabajaban en su grupo pasaron a formar parte del staff del nuevo Instituto,
dirigiendo sus propios grupos: Mirta Flawiá, M. T. Téllez Iñon, Alberto Kornblihtt (a su
regreso de Inglaterra), Gerardo Glikin, Molina y Vedia y Alejandro Mentaberry. Con el correr
de los años se fueron incorporando nuevos investigadores, algunos de los cuales realizaron
diversos estudios en centros de referencia en biología molecular del exterior: Levin (Alemania
Laboratory, The Salk Institute for Biological Studies), Rubinstein, Iribarren (European
glicoproteínas, dirigido por Carminatti y, a finales de la década de 1970, realizó sus estudios
específicos, en colaboración con Esteban Hopp (profesor de la UBA e investigador del INTA)
Mariano Levin, que trabajaba sobre el genoma del T. cruzi y, más tarde, Marcelo Rubinstein,
En el caso particular de Torres, durante estos años se fue ocupando de diversos temas, entre
172
análisis de las características del sistema adenilato ciclasa a través de la evolución biológica
de los organismos.
una penetración cada vez mayor de esta disciplina. Así, además de los trabajos de Algranati y
campo de conocimiento, que fueron desarrolladas por investigadores que se habían formado
bajo la dirección del propio Leloir o en otros grupos de investigación en las áreas
Leloir, hacemos referencia por un lado, a Roberto Staneloni quien actualmente dirige un
grupo en regulación de la expresión genética en plantas superiores (en particular, los estudios
se dirigen a conocer de que forma las plantas se adaptan a las diferentes condiciones de luz).
Staneloni trabajó con Leloir sobre la detección en tejidos vegetales de la formación de ciertos
compuestos y la transferencia de oligosacáridos a las proteínas de las plantas. Por otro lado,
cargo de Luis Ielpi, quien se inició en Campomar en el grupo dirigido por Dankert y trabajó,
173
cadenas poliméricas, y las enzimas que participan en la producción de polisacáridos,
denominadas glicosiltransferasas.
Dentro de esta misma generación, cabe resaltar el caso de Armando Parodi, otro de los
que ingresaron en 1957 al Instituto Malbrán, quien estableció su propio grupo en Campomar
en la década del ochenta, y actualmente es uno de los investigadores más prestigiosos del
campo en el país; a fines de los años noventa fue incorporado como miembro externo de la
Academia de Ciencia de los Estados Unidos. El grupo que conformó a inicios de los años
1975 realizó sus estudios posdoctorales en el Instituto Pasteur de París. Asimismo, entre 1978
A mediados de la década de 1990, Parodi formó, junto con Carlos Frasch, Rodolfo
un convenio con el CONICET. Todos ellos, menos Ugalde, se habían iniciado, a mediados de
174
africano, aprendiendo las técnicas de secuenciamiento de ADN, relativamente novedosas para
donde realizó diversas investigaciones sobre el ADN mitocondrial de dicho parásito. En 1985,
Tripanosoma cruzi, junto a Roberto Mancina, Daniel Sanchez, Daniel Gluschankof y Oscar
Burrone. 9 Mientras tanto, Juan José Cazzulo -director del grupo- y Oscar Campetella
de 1970, en el grupo dirigido por el propio Leloir. Ugalde llegaba allí luego de haber
interacción entre los microorganismos y las plantas. Como colaborador de Leloir descubrió,
diagnóstico.
grupo era liderado por el primer discipulo de Favelukes, Oscar Grau, quien, además de
9
Dicho trabajo fue publicado en 1986 en Molecular and Biochemical Parasitology, 21, p. 25-32.
175
promoción de la biología molecular en vegetales en el Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria (INTA).
los factores “técnicos” de la biología y genética molecular. En este sentido, el IBBM fue uno
polymerasa chain reaction (PCR) desarrollada por Mullis para replicar (clonar) fragmentos de
ADN (genes) específicos con gran rapidez. Por otra parte, actualmente el IBBM constituye el
por sugerencia del propio Luis Leloir. Este centro surgió como consecuencia de los
desarrollos alcanzados en los estudios sobre la fiebre aftosa por el grupo de investigaciones de
Eduardo Denoya entre otros. Este grupo se conformó en 1973, cuando La Torre regresó de
pertenecía a la Cátedra de Histología dirigida en ese entonces por Eduardo De Robertis.10 Ahí
se encontraba también Carlos Tandler, de quien La Torre declara haber aprendido las
10
Eduardo De Robertis fue el promotor en el país de la microscopía electrónica, técnica que aprendió en 1947 en
el Departamento de Biología del MIT. En 1957 fue nombrado director del Instituto de Histología y Embriología
del la Facultad de Medicina de la UBA, donde instaló un microscopio electrónico. A lo largo de su carrera
científica investigó sobre la estructura y la organización química del cerebro y sobre el funcionamiento de la
glándula tiroides. Sobre este último tema, y gracias a la gestión de Houssay, obtuvo en 1939 una beca para
estudiar en el Departamento de Anatomía de la Universidad de Chicago. Junto a su hijo, Eduardo De Robertis
(h), fue autor de Biologia Celular y Molecular, que fue traducida a ocho idiomas. Su hijo se inició en Campomar
en la década del setenta en el grupo de Torres, y a finales de la misma década realizó su postdoc en el laboratorio
de biología molecular en Cambridge. Actualmente se encuentra radicado en Estados Unidos en el Department of
Biological Chemistry, de la University of California.
176
primeras herramientas básicas de biología molecular (Entrevista a La Torre, Ciencia Hoy, vol.
2, Nº 10, 1990).
regresó, se incorporó al grupo que estaba formando Vázquez en la cátedra de Histología, para
doméstico. En pocos años, dicho grupo logró demostrar que el genoma del virus no era
fragmentario y que se degradaba con extrema facilidad, e incluso establecieron las causas de
por el grupo, en conjunto con el CONICET. Entre otros logros alcanzados por el grupo se
mejora de la vacuna contra la fiebre aftosa además de desarrollar un kit de diagnóstico sobre
la misma enfermedad. Estos logros están íntimamente relacionados con el dominio técnico de
bidimensionales del ARN virual (aprendido por La Torre en 1981 luego de una estadía corta
utilizan para tipificar cada cepa viral con precisión11 (Zabala, 2003).
investigación en biología molecular, tanto en Campomar como en las otras instituciones, que
derivan de las líneas tradicionales, y que se corresponden con el peso creciente de la biología
molecular en el escenario internacional. Este hecho es importante, porque traspasa las barreras
11
Estas técnicas fueron aprendidos en 1986 por Pablo Grigera luego de estudiar dicha técnica aplicada a la fiebre
aftosa en el Plum Island Animal Disease Center de los Estados Unidos. Es interesante resaltar que La Torre
estuvo en Estados Unidos en el mismo período que Oscar Grau, cuando se descubrió en laboratorios de Estados
Unidos el Poli A y la poliadenilación del ARN. Grau a su regreso a la Argentina trabajo durante un corto período
de tiempo junto a María Teresa Franze, que luego se estableció en el CEVAN, en la caracterización del virus de
la fiebre hemorrágica argentina (Mal de Junín), y realizado los experimentos y cultivos de las cepas en el
Instituto Malbrán.
177
entre las diferentes disciplinas que componen las ciencias biológicas, generando un verdadero
pertenecientes al ámbito biomédico, como el IBYME, donde existen desde entonces diversas
líneas que se apoyan en la biología y genética molecular e ingeniería genética como, las
dirigidas por Alberto Baldi (oncología molecular), Lino Barañao (biotecnología aplicada a la
En resumen…
cognitiva excedía la mera agregación de “nuevas líneas”, y por lo tanto, los grupos
conocimiento autónomo en la escena local, al traer consigo nuevos problemas (la expresión
principios de los años noventa, como el Instituto de Biología Molecular y Celular dirigido por
178
de San Martín, que incorporó el INTECH (Instituto Tecnológico de Chascomús) integrado
como primer Instituto específico en biología molecular, se fueron creando otros institutos y
Esquema 1
Despliegue de grupos de biología molecular con origen
en la Fundación Campomar (1970-1990)
Fundación
Campomar
CEVAN
Area de
Mecanismos de
Regulación
Fundación
Campomar Instituto Investigaciones
Biotecnológicas / UNSAM
Nuevas
Líneas en
B.M.
investigación en Biología Molecular está centrada en unas pocas áreas, mientras que otras, de
desarrollo local. Entre las áreas de mayor desarrollo se encuentra la regulación de la expresión
179
génica, la parasitología molecular, en particular los desarrollos en torno al Trypanosma cruzi,
oligosacáridos.
Cuadro 9
Trabajos del grupo de Algranati en colaboración internacional
- I. Algranati, G. Echandi, S. Goldemberg, S. Cunningam-Rundles, W.K. Mass (1975): “Ribosomal distribution in a
polyamine auxotroph of Escherichia coli”, Journal of Bacteriology, 124, 1122. (Department of Microbiology, New
York)
- A.E. Finkelstein, O. Burrone, D.T. Walz, A. Misherl (1977): “Effect of auranofin on DNA and protein synthesis in
human lymphocytes”, Journal of Rheumatology, 4 (3), 245-251. (Smith Kline and French Laboratories, Philalphia.
- M. Czabo-Graham, D. Sabatini, I. Algranati, E. Bard, T. Morimoto, G. Kreibich (1978): “Reconstitution of
microsomal vesicles containig functional binding sites for ribosomes”, Federation Proceedings, 37, 1568.
(Department of Cellular Biology, New York University)
- I. Algranati, A. Ziegler, C. Milstein (1979): “Regulation of biosynthesis and expression of human major
histocompatibility antigens”, Abstracts of Cold Spring Harbor Meeting on Membrane Biogenesis, 18. (MRC
Laboratory of Molecular Biology, Cambridge)
- I. Algranati, D. Sabatini (1979): “Effect of protease inhibitors on albumin secretion in hepatoma cells”. Biochemical
and Biophysical Research Communications, 90, 220-226. (Department of Cellular Biology, New York University)
- I. Algranati, C. Milstein, A. Ziegler (1980): “Studies of biosynthesis, assembly and expression of human major
transplantation antigens”, European Journal of Biochemistry, 103, 197-207. (MRC Laboratory of Molecular Biology,
Cambridge)
Cuadro 10
Trabajo del grupo de Torres en colaboración internacional
- H. Torres, M. Flawía, L. Hernáez, P. Cuatrecasas (1977): “Insulun inhibition of fat cell adenylate cyclase”,
Federarion Proceeding, 36, 736. (Burroughs Wellcome Co., Research Triangle Park, EE.UU.)
- D.B. Byluna, M. Tellez de Iñon, M.D. Hollenberg (1977): “Age related parallel decline in Beta – adrenergic
receptors, adenylate cyclase and phosphodiesterase activity in rat erythocyte membrane”, Life Sciences, 21, 403-410.
(Johns Hopkins University, School of Medicine)
- R.C. García, P. Leoni, A.C. Allison (1977): “Control of phosphoribosyl pyrophosphate synthesis in human
lymphocytes”, Biochemical anf Biophysical Research Communication, 77, 1067. (MRC Clinical Research Centre,
Inglaterra)
- H. Torres, M. Flawía, L. Hernáez, P. Cuatrecasas (1978): “Effects of insulin on the adenylyl cyclase activity of
isolate fat cell membranes”, The Journal of Membrane Biology, 43 (1), 1-18. (Burroughs Wellcome Co., Research
Triangle Park, EE.UU.)
- H. Torres, M. Flawía, J.A. Medrano, P. Cuatrecasas (1978): “Kinetic studies of adenylyl cyclase of fat cell
membranes. I. Comparison of activities measured in the presence of Mg++-ATP, Mn++-ATP. Effects of insulin;
GMP – P (NH) P; isoproterenol and fluoride”, The Journal of Membrane Biology, 43 (1), 19 / 44. (Burroughs
Wellcome Co., Research Triangle Park, EE.UU.)
- H. Torres, M. Flawía, J.A. Medrano, P. Cuatrecasas (1978): “Kinetic studies of adenylyl cyclase of fat cell
membranes. I. Comparison of activities measured in the presence of Mg++-ATP, Mn++-ATP. Effects of insulin;
GMP – P (NH) P; isoproterenol and fluoride”, The Journal of Membrane Biology, 43 (1), 19 / 44. (Burroughs
Wellcome Co., Research Triangle Park, EE.UU.)
- H. Torres, M. Flawía, J.A. Medrano, P. Cuatrecasas (1978): “Kinetic studies of adenylyl cyclase of fat cell
membranes. II. Comparison of activities measured in the presence of Mn++-AMP-P(NH)P; Mg++-AMP-P(NH)P.
Effects of insulin; fluoride; iseproterenol and GMP–P(NH) P”, II International Symposium on the Regulate in the
Biosynthesis of Macromolecules, 11. (Burroughs Wellcome Co., Research Triangle Park, EE.UU.)
- H. Torres, M. Flawía, P. Cuatrecasas (1979): “Kinetic studies on insulin inhibition of fat cell adenylyl cyclase”,
Archivos de Biología y Medicna Experimentales, 12, 399-405. (Burroughs Wellcome Co., Research Triangle Park,
EE.UU.)
- L. Birnbaumer, H. Torres, M. Flawía, R. Fricke (1979): “Improved methods for determination of guanylyl cyclase
activity and synthesis of (alfa 32 p) ATP”, Analytical Biochesmistry, 93, 124. (Department of Cell Biology, Houston)
180
Cuadro 11
Evolución de los grupos del área de Mecanismos de Regulación*
Jefe de Grupo Integrantes
1974 1975 1976 1977 1978 1979
Israel Algranati M. Gracía Patrone M. Gracía Patrone M. Gracía Patrone M. Gracía Patrone M. Gracía Patrone M. Gracía Patrone
G. Echandi Meza G. Echandi Meza O. Burrone O. Burrone O. Burrone O. Burrone
O. Burrote O.r Burrone S. Goldemberg S. Goldemberg S. Goldemberg S. Goldemberg
S. Goldemberg N. González N. González N. González N. González
N. González L. Crenovich L. Crenovich M. Ferrer
Héctor Torres M. Flawía M. Flawía M. Flawía M. Flawía M. Flawía M. Flawía
H. Terenzi H. Terenzi H. Terenzi N. Judewicz N. Judewicz N. Judewicz
E. de Robertis (h) E. de Robertis (h) E. de Robertis (h) P. Leoni P. Leoni M.T. Téllez Iñon
N. Judewicz N. Judewicz N. Judewicz M.T. Téllez Iñon M.T. Téllez Iñon M.C. Maggese
P. Leoni P. Leoni P. Leoni M.C. Maggese M.C. Maggese G. Glikin
G. Glikin G. Glikin B. Kornblihtt
A. Kornblihtt A. Kornblihtt L. Molina y Vedia
L. Molina y Vedia J. Reig-Macia
José Mordoh B. Fridlender B. Fridlender B. Fridlender E. Medrano
(hasta 1977) G. Almallo M. Fejes M. Fejes
E. Medrano E. Medrano
Romano Piras M. Majeldeld M. Majeldeld M. Majeldeld
(hasta 1977) A. Chepelinsky A. Chepelinsky A. Chepelinsky
G. Daleo G. Daleo G. Daleo
A. Horenstein A. Horenstein
* El detalle de los integrantes corresponde al año 1974, con el correr del tiempo se fueron integrando nuevos investigadores a cada una de las áreas.
Cuadro 12
Investigadores Formados en el Exterior
Investigador Area Centro Externo
Héctor Torres Mecanismos de Regulación Dept. of Molecular Biology, The Wellcome Research Laboratories, EE.UU.
Mirtha Flawía Mecanismos de Regulación Deprt. of Molecular Biology, The Wellcome Research Laboratories, EE.UU.
Norberto Judewicz Mecanismos de Regulación IV International Course of Techniques of Molecular Biology. Washington University, St. Louis.
E. de Robertis (h) Mecanismos de Regulación MRC Laboratory of Molecular Biology. Inglaterra
Oscar Burrone Mecanismos de Regulación MRC Laboratory of Molecular Biology, Inglaterra
Alberto Kornblihtt Mecanismos de Regulación Sr. William Dunn School of Pathology, Oxford University, Inglaterra
Manuel Garcia Patrone Mecanismos de Regulación V International Course of Techniques of Molecular Biology
Armando Parodi Glicoproteínas Dept, Biologie Moleculaire del Instituto Pasteur
Luis Quesada Allué Hidratos de Carbono Embo Workshop on the Methodology of the Structure and Matabolism of Glucoconjugates
181
CAPITULO 7
BIOTECNOLOGÍA Y SOCIEDAD
¿Una big science en ciencias de la vida? Hace poco tiempo, recorriendo un laboratorio
del Sur de Francia, que asociaba al CNRS (Centro Nacional de Investigaciones Científicas) y
novedoso. Sirve para detectar moléculas que sirvan para atacar “blancos” específicos. Por
ejemplo, si uno quiere inhibir la expresión de un gen determinado para prevenir una
enfermedad particular. Mientras que haciendo ese trabajo en forma manuel sólo se pueden
“probar” algunas decenas de moléculas por mes (en el mejor de los casos), esa máquina podía
hacer pasar varios miles por día, dentro de una “quimioteca” es decir, un enorme banco de
implicadas en esta manipulación constituyen la ingeniería genética que permite, por ejemplo,
tomar de una célula de hipófisis humana la información genética para fabricar la hormona de
crecimiento, transferir esta información a una bacteria (como la Escherichia coli) y hacer que
sentido, como señala Morange (1994), el desarrollo de la biología molecular ha dado origen,
integrándose a otras disciplinas biológicas, a una nueva biología, más aún, a una nueva lectura
del mundo viviente, siendo justamente este modo de intervención lo que ha dado origen a las
investigación en este campo relativamente novedoso, sino también por la aplicación creciente
182
investigación agronómica y la transformación de campos de conocimientos tradicionales,
como la inmunología, la parasitología, etc. Podría decirse que, en cierto sentido, la mayor
sustantivamente resignificadas.
uso comercial, su introducción en un mercado. Ello dio lugar, por ejemplo, a la creación del
investigación que persiguen un fin comercial en sus investigaciones son aquellos ligados a la
virus de la fiebre aftosa y del rotavirus, lo que permitió a dicho centro lanzar un dispositivo
1
Sobre la emergencia y desarrollo de un nuevo campo de investigaciones orientado por la obtención de
organismos vegetales genéticamente modificados en la Argentina, véase Rossini (2004).
2
Para un análisis sobre el desarrollo de conocimientos de biotecnología animal desarrollados en el CEVAN,
véase Zabala (2003).
183
incorporaron, de un modo temprano, herramientas de la biotecnología para el desarrollo de
sus productos. El más importante es el caso de la firma Biosidus, que fue creada a principios
de la década del ochenta, y que establecó asiduos contactos con grupos de investigación del
Una de las particularidades del modelo de organización del INGEBI, y que será imitado
por otros institutos del campo, es la organización del instituto en dos grandes áreas, una donde
se concentran las investigaciones de carácter “básico” y otra las de carácter “aplicado”. Con
transferencia.
generado cambios profundos en las prácticas de investigación de los laboratorios, así como en
la disciplina en el escenario local, conduce a una separación cada vez más difusa entre las
diversas disciplinas biológicas. Este fenómeno se observa con mayor claridad en la tradicional
lo largo de los años ochenta y noventa fue perdiendo las diferencias cognitivas entre los
3
Recientemente esta firma anunció el nacimiento del primer ternero clonado en el país, al cual se le realizó una
manipulación genética para agregar ciertas hormonas en la leche del animal. Las técnicas requeridas para realizar
esta operación fueron adquiridas a través de un contrato de transferencia firmado con el IByME.
184
El avance de las técnicas de la biología molecular y la ingeniería genética ha dado lugar
conocimientos transversal (Shinn, 2001, Nevers, 2001), es decir que las agendas de
investigación, así como la organización social del trabajo, se definen ya no por el encuadre de
una disciplina en particular sino por el campo de aplicación y el tipo de producto a desarrollar.
Este pone a consideración de qué manera los grupos que en el país se especializaron en la
• La biología molecular fue penetrando y transformando las bases conceptuales del resto
de las disciplinas biológicas. Es decir, desde mediados de la década del setenta, cada
permeadas sus bases analíticas por la biología molecular, obligando a aceptar sus
el universo biológico al permitir realizar, una vez que se conoce una secuencia
través de las herramientas de corte que permiten ligar fragmentos de ADN, elegidos
ser vivo, dotándolo de ciertas especificidades que no le son propias. A través de estas
185
herramientas entre 1981 y 1982 se obtuvieron los primeros animales transgénicos:
desde finales de la década del sesenta fueron los que se presentan en el cuadro siguiente:
molecular al superar la técnica utilizada hasta ese entonces. Antes de la PCR, la única
estrategia posible para aislar un gen y obtener grandes cantidades del mismo en estado puro
era el clonado molecular, para lo cual se usaban las enzimas de restricción y ligaza. La PCR
no solo fue adoptada para realizar investigación básica, sino que también se extendió su uso al
diagnóstico clínico.
primeros resultados prácticos obtenidos a través del desarrollo del ADN recombinante. A raíz
186
de ello, la biotecnología se define como un término que designa la aplicación –
una de las acepciones más difundidas del término es el de biotecnología “de avanzada” que se
define como la manipulación de los seres vivos y su aplicación en el aparato productivo para
elaborar bienes y servicios mediante técnicas que dan lugar a nuevas combinaciones genéticas
agenda del Estado, por un lado, a través de miembros de la comunidad científica influyentes
en la esfera pública, que motivaron en diferentes partes del mundo la creación de programas
obtener plantas modificadas genéticamente para resistir condiciones adversas tales como
natural como los jarabes fructuosados de maíz y aspartame, los cuales han desplazado a la
caña de azúcar.
Figura 2:
4
Una prueba que ejemplifica la importancia económica de la biotecnológica fue la adquisición de la patente del
PCR por la empresa multinacional Hoffmann-La Roche por aproximadamente 300 millones de dólares.
187
Mejoramiento por biotecnología vegetal
Mejores alimentos:
Eliminación o disminución de factores anti-
nutritivos, toxinas o alérgenos, introducción o
aumento de factores promotores de la salud,
modificación de la proporción de nutrientes.
investigación básica. Y de ahí que, en sus inicios, su desarrollo haya estado fuertemente
distingue de la biotecnología “tradicional”. Este autor, sin embargo, no observa una ruptura o
una dicotomía entre ambas, sino que sostiene más bien que “no parece lógico establecer una
disyuntiva entre natural y no-natural en lo que respecta a la biotecnología. Incluso si hay que
tecnologías, parece más natural que algunas de ellas, como la energética, la espacial, la
Observemos, mientras tanto, que, la tendencia internacional actual va hacia una cada vez
188
mayor “privatización” de los conocimientos.5 Ello está planteando fuertes cuestionamientos
sectores. Los grandes proyectos de secuenciamiento genético (como el del genoma humano)
expanden cada vez más las fronteras de conocimiento y las posibilidades de nuevas
ha dado lugar hasta ahora, más que muy tímidamente, al surgimiento de un nuevo sector
“régimen” tecnológico. En este sentido, las grandes empresas farmacéuticas – por ejemplo –
usan la biotecnología para el diseño racional de nuevos productos, aún cuando se utiliza la
síntesis química para su producción. Es decir, mediante el uso de las técnicas de ADN
lado, las grandes empresas químicas han lanzado programas de investigación destinados a
obtener variedades de cultivos resistentes a sus propios agroquímicos. Por otro lado, se han
5
La creciente presencia de empresas multinacionales interesadas en el desarrollo de la biotecnología ha llevado
a aumentar su participación activa en la generación de nuevos métodos experimentales (como en su momento
fue el método de PCR) así como también en la generación de nuevos conocimientos. Sobre este último punto,
cabe recordar que una parte del proyecto del genoma humano fue llevado adelante por una empresa de capital
privado.
189
logrado numerosas plantas transgénicas (alfalfa, manzana, canola, algodón, maíz, papa, arroz,
girasol, etc.) a las que se les introdujeron rasgos específicos que mejoran su rendimiento,
resistencia u otros aspectos; logros que sin embargo no disminuyen la importancia de las
Los ejemplos pueden extenderse a otros sectores (alimentación y minería por ejemplo), lo que
Los cuadros y diagramas siguientes dan una idea de la importancia que han adquirido
Figura 3
Área global de OGM, por país (sobre 67.7 millones de ha.)
China Sudáfrica
Brasil 4% 1%
Otros
Canadá 4% 1%
6%
EEUU
Argentina 63%
21%
Otros (1%): Australia, India, Rumania, Uruguay, España, México, Filipinas, Colombia,
Bulgaria, Honduras, Alemania e Indonesia. Fuente: ISAAA, 2003
6
Las primeras iniciativas biotecnológicas se concentraron en variedades vegetales de las cuales se poseía un
mayor conocimiento de su fisiología y poseían gran interés económico como el tabaco. En 1985 Van Montagu y
Schell obtuvieron a escala de laboratorio las primeras plantas transgénicas. A partir de estos modelos de
experimentación se alcanzó en pocos años los primeros protocolos afinados de transformación.
190
1
0,9
0,8
0,7
0,6
0,5
0,4
0,3
0,2
0,1
0
96/97 97/98 98/99 99/00 00/01 2001-2002 2002-2003 2003-2004
genética permitió que en instituciones tradicionales del campo biomédico emergieran nuevos
grupos de investigación enteramente dedicados a estos desarrollos. Tales serían los casos, por
Avanzada del INTA, dirigido durante los últimos años por Osvaldo Rossetti.
191
General San Martín.7 Al instalarse en su nueva sede mantuvieron sus líneas de investigación,
similares a las que ya venían desarrollando: Juan José Cazzulo trabajaba sobre el metabolismo
nueva línea sobre la expresión de genes de hipocampo de ratas sometidas a estrés. Rodolfo
abortus, y en segundo lugar, en la biosíntesis del glucógeno y glucanos cíclicos. Sin embargo
transporte de potasio y sodio en células vegetales. Armando Parodi, por su parte, ha trabajado
estructura y secuenciación del genoma del T. cruzi y, de igual forma, Oscar Campetella que
cruzi.
dividir las áreas de investigación entre aquellas de carácter “básico” y las de carácter
“aplicado”. Estas últimas son, por ejemplo, la que desarrollan Frasch y Ugalde sobre la
veterinario. Es sobre estas líneas de investigación que el Instituto alcanzó capacidad para
7
La creación de Universidades en el Gran Buenos Aires fue una política explícita de comienzos de los años
noventa, con el objetivo, entre otros, de descomprimir a la Universidad de Buenos Aires de las presiones propias
del crecimiento de la matrícula y del tamaño que la misma adquirió, en particular desde la restauración
democrática de 1983.
192
como vacunas recombinantes para su aplicación en medicina humana y veterinaria.
un desdoblamiento del viejo instituto de genética del INTA a raíz del interés de algunos
grupos de dicha institución por acceder y dominar las técnicas de transgénesis y marcadores
moleculares. En este proceso intervino Oscar Grau, entre otros, aunque fue Eduardo Palma
Institución.
institucional del INTA. En ese momento, en un contexto internacional marcado por los
Este proceso implicó un desplazamiento desde la genética clásica, liderada por Edwald
Favret den los inicios de la institución, en los años cincuenta, y que operaba bajo el enfoque
8
Las líneas de investigación “aplicadas” que actualmente se desarrollan en el INGEBI son: Alejandro
Mentaberry: desarrollo de un sistema de diagnóstico para virus de la papá y de plantas transgénicas con
resistencias específicas; Marcelo Rubinstein, Héctor Torres y Mirtha Flawiá: expresión de proteínas heterólogas
en leche de animales transgénicos; Héctor Torres: secuenciación de ácidos nucleicos para el LANAIS-CONICET
y Luis Orce y Alejandro Paladín: radiobiología física y biológica de la afluencia de AV.
193
plantas transgénicas. Uno de los investigadores más significativos que desarrolló el nuevo
enfoque fue Estaban Hopp quien trabajó en colaboración con Alejandro Mentaberry, del
INGEBI, para obtener las primeras papas transgénicas, en este caso resistente a ciertos virus
que afectas dicho cultivo. Ello lo le permitió a Hopp convertirse en uno de los investigadores
14, al final de este capítulo, se pueden observar las líneas que se trabajan en el Instituto de
Biotecnología Avanzada).
de la toma de posición pública en relación con el establecimiento, por parte del Estado, de
Molecular, que fue desarrollado por el grupo de Héctor Torres en la fundación Campomar,
habían retornado recientemente del exterior de realizar sus estudios de post-doctorado, sobre
9
Esteban Hopp, biólogo, se incorporó en 1977 al Instituto de Genética del INTA, donde trabajó en genética de
cultivos. En 1981 postdoc sobre caracterización molecular de mutantes de alta lisina en cebada en el Laboratorio
Carlsberg en Dinamarca. A su regreso trabajó en genética molecular de la calidad panadera del trigo, y en
virología molecular que afecta al cultivo del maíz. Actualmente es, además, titular de la cátedra de genética en la
Facultad de Ciencias Exactas de la UBA.
194
disciplinas tributarias. Estas manifestaciones se relacionaron con acciones ejercidas por
Francisco Baralle (que luego fue director del Centro) y Oscar Burrone.
en el área, proyecto sin dudas excesivo, y que muestra lo incipiente –y en cierto modo lo
ingenuo-de las políticas en esos tiempos. El proyecto fue modificado en el año 1983, cuando
proyecto de creación de “un gran centro” y se propuso la creación de una red de laboratorios
diseminados por el país, que atendieran las demandas específicas de cada región. En este giro
proceso de decisión de modificación del programa. En este sentido es necesario notar que, en
1983, un número considerable de investigadores retornaron al país, luego del exilio, mientras
que otros retornaron por esos años como consecuencia de haber completado sus estudios de
195
formar en los años ochenta en el campo de la biología molecular. Ello permitió consolidar,
además, a dichos grupos como “referentes científicos” del campo en cuestión garantizando, en
ejemplo de ello se observará, unos años más tarde, durante el proceso de elaboración de Plan
gobierno de Menem condujeron al desmantelamiento del PNB, junto con el resto de los
de consulta y apoyo técnico para asesorar en el diseño y administración de las políticas que
Social.12 Si bien durante este período el CABBIO siguió funcionando, fue también afectado
10
En los años ochenta, el INTA lanzó, a su vez, su propio Programa Nacional de Biotecnología. Este programa
permitió la creación del Instituto de Biotecnología Avanzada de dicha instituto en su centro de investigaciones
localizado en Castelar, provincia de Buenos Aires.
11
Este convenio se incluyo en el protocolo nueve de la Agenda de Cooperación del Acta de Integración
Binacional Argentino-Brasileña, es decir, este acuerdo se propuso en el marco de creación del MERCOSUR.
Entre 1987 y 1988 a través del CABBIO se financiaron 8 proyectos por un monto global de 500 mil dólares.
12
Esta Comisión está coordinada por el Director Nacional de la ANMAT, e integrada por dos representantes de
la Secretaría de Salud y cuatro propuestos por el Foro Argentino de Biotecnología. Fue organizada en
subcomisiones en las participan empresarios e instituciones del quehacer biotecnológico. Según el informe de la
ANMAT, las normativas establecidas por esta Comisión son muy estrictas, y calificables como “pioneras en la
196
por la crisis presupuestaria generalizada para el sector de Ciencia y tecnología. Entre 1992 y
una comisión asesora de evaluación específica para este campo, los proyectos fueron
evaluados por las comisiones asesoras disciplinares, las en muchos casos desestimaron la
mismo tiempo, dicho organismo impulsó, a través del FONTAR, una línea de promoción para
financiar proyectos de investigación que tuvieran como destinataria una empresa u otras
investigadores del campo de larga data. Así por ejemplo, Torres en un artículo publicado en
microbiología, genética molecular, ingeniería genética, etc. La demanda de Torres parece algo
197
precoz en la época en la que fue formulada, ya que el desarrollo de la biotecnología era aún
incipiente en la Argentina, si bien podría pensarse que dicha demanda tenía más bien un
carácter estratégico que de institucionalización temprana. Sin embargo, fue recién en 1992
investigador del grupo de Oscar Grau en La Plata, quien trabajó entre 1994 y 1997 para dar
forma a la carrera. Y, por otro lado, junto con la ya mencionada creación del Instituto de
reconocimiento de la biotecnología como una práctica profesional, y puede ser pensado como
emergente. Podemos así confirmar que, hacia los años noventa, la biotecnología llegó a
en términos epistemológicos, toda vez que los objetos de conocimiento que se van
construyendo siguen estando en estrecha relación con campos disciplinarios tradicionales. Sin
embargo, como intentaremos mostrar en el próximo capítulo, este rasgo parece propio de la
198
La aparición de empresas de biotecnología en Argentina
parte, el interés se generó desde los principales actores del sector académico que han
elaborados desde mediados de la década del noventa. Por otra parte, este proceso fue
multinacionales de gran impacto económico, como el caso emblemático del cultivo de la soja.
biológicos para el agro, etc. (Correa, 1996). Sin embargo, es difícil concluir cuántas de estas
199
sólo una empresa podía ser calificada como tal, aunque no realizaba investigaciones sobre
las técnicas derivadas de la biología molecular y la ingeniería genética para introducir nuevos
productos a sus bases existentes. La aparición de este pequeño conjunto de empresas que se
orientaron a introducir estas técnicas se explica más que nada por ser empresas que poseían de
antemano lo que podríamos denominar una “cultura innovadora”, y están dirigidas por
académico.
Laboratorio Elea entre otros. Estas empresas se caracterizan por haber conformado sus
propios equipos de I+D, y por mantener contactos fluidos con centros académicos de
investigación, como el INGEBI o el IByME para realizar, entre otras actividades, capacitación
en el uso de técnicas de ingeniería genética.14 Por otra parte, este grupo de laboratorios ha
financiado una parte importante de sus proyectos de desarrollo a través de los instrumentos de
Cuadro 15
Productos Biotecnológicos en el mercado farmacéutico de origen tecnológico local
(hasta 1995)
14
El INGEBI firmó convenios de vinculación con Wienner Laboratorios, Polichaco-Sidus y Laboratorios Gador.
Mientras que el IByME se vinculó con Biosidus.
200
G-C.S.F. ADN recombinante BioSidus
H.C.H. ADN recombinante BioSidus
Timosina Extractiva Serono
Como se observa en el cuadro anterior, entre las empresas de base biotecnológica del país más
última década (sus ventas anuales pasaron de 6 millones de dólares en 1993 a 43 millones en
el 2001).
La firma Bio Sidus nació originalmente en 1980 como el Area de Biotecnología del
Instituto Sidus, y así funcionó hasta 1983 cuando el grupo Sidus decide conformar el área en
seis proteínas recombinantes. Los resultados obtenidos han permitido acceder de forma
creciente a diversos mercados externos, colocando al laboratorio entre uno de los principales
exportadores del sector farmacéutico. Actualmente entre los principales productos que la
se encuadra dentro de estas características del perfil empresario que apostó en su momento al
Marcelo Criscuolo –que hasta ese momento se desempeñaba como investigador del
para que se hiciera cargo del área de proteínas. Este investigador había pasado 6 meses
invitado por el Instituto Curie de París, en el Departamento de Virología (dirigido por Ernesto
Falcoff), trabajando sobre el tema del Interferón gamma. Criscuolo participó activamente en
201
el desarrollo del perfil tecnológico de la firma y, en 1990, asumió el cargo de director
ejecutivo de Bio Sidus (Diversas entrevistas personales con Alberto Díaz, 2001-2002).
Sobre este último punto, en Agosto del 2002 la firma anunció el nacimiento del primer
desempeñó un papel destacado Lino Barañao del IByME, entonces director del laboratorio de
reproducción animal, donde investigaba los factores que controlan el desarrollo del folículo
entre Bio Sidus y el IByME, Barañao asesoró sobre las técnicas de reproducción in vitro de
embriones, clonación y producción de animales transgénicos que utilizó Bio Sidus para la
producción del primer bovino clonado transgénico del país. Se observa en este sentido, que la
nuevos campos como diagnóstico clínico molecular y una división vegetal donde se están
Otras de las firmas que han crecido en los últimos años es Biogénesis –también del
sector farmacéutico- que se expandió hacia el mercado veterinario y logró exportar una
202
vacuna contra la aftosa, mientras que Weinner Laboratorios (principal empresa en el sector de
diagnóstico del país) estableció un convenio con Laboratorios Gador para comercializar el
primer equipo de diagnóstico para Chagas a través de proteínas recombinates. Esta empresa,
al igual que Bio Sidus, mantiene su propio centro de investigación y desarrollo (Díaz, 2001).
Más allá de estos casos, uno de los aspectos que dificultan un crecimiento en el
tiempo de maduración de los proyectos de I+D, y por lo tanto, la elevada incertidumbre que
dificultan la planificación a largo plazo. En este sentido, son pocos los laboratorios que
cuentan con los recursos financieros y técnicos suficientes para emprender una estrategia de
tecnologías maduras apuntando a los nichos de mercado no cubiertos por los productos
biotecnológicos, y por lo tanto, de menor dinamismo. Por otra parte, el proceso económico de
materiales transgénicos. Fueron justamente las empresas trasnacionales las que rápidamente
ambiente las primeros variedades vegetales transgénicas (soja RR: resistente al glifosato y
maíz Bt: resistente a insectos) en el año 1996. Para 1998 la soja RR alcanzaba el 90% de la
superficie implantada con este cultivo en el país, registrando la tasa anual de adopción más
203
alta del mundo. Estos paquetes incluyen además nuevos tipos de semillas y técnicas
agronómicas.
concentraran sobre las variedades mejor adaptadas a las condiciones regionales. A ello se
competir con las empresas multinacionales ocupando aquellos nichos de mercado que las
estrategias globales de estas firmas dejan de lado. En consecuencia, dicha institución asumió
fronteras entre conocimiento básico y aplicado; más aún, ejemplifica claramente las nuevas
nueva tecnología permitió pasar del screening aleatorio al screening orientado y al diseño
1996).
204
cognitivos que suelen originarse de un núcleo pionero que establecen nuevos objetos de
las prácticas existentes”. Por otra parte, estos autores encuentran que la orientación hacia el
UNSAM, donde se dividen las actividades entre los laboratorios de investigación “básica” y
los de “aplicada”.
molecular, PCR, etc.) un factor clave en la orientación hacia el mercado de los grupos de
En síntesis:
En este capítulo y en el anterior hemos desarrollado el proceso por el cual se fue conformando
seno de la tradición biomédica. Ello implicó que durante una primera etapa la disciplina
15
Esta condición cuasimonopólica se diluye a medida que avanza la estabilización o rutinización de dicha
técnica.
205
estuvo relegada como un conjunto de técnicas e hipótesis ad-doc al espacio conceptual de la
bioquímica tradicional.
subordinada”, esto es, a medida que se fue produciendo la renovación generacional con el
estos fueron asumiendo la dirección de sus propios grupos de investigación estableciendo sus
agendas a partir de los trabajos que desarrollaron durante sus estadias externas.
desprenden de un mismo tronco común. Ello no implica que no se hayan producido procesos
ello, estos investigadores siguen reproduciendo algunos de los rasgos que caracterizan esta
tradición. En consecuencia, es posible más allá de estas rupturas, encontrar continuidades (en
algunos de estos grupos a desarrollar estrategias de acercamiento al mercado, sin implicar esto
abandonar sus trayectorias académicas, es decir, balanceando una tensión permanente entre la
nuevos productos en el país. Es aún reducido el número de laboratorios privados que pueden
206
actores con la capacidad y el interés de apropiarse del conocimiento producido en este campo
en los centros académicos, así como el número de actores de este ámbito interesados
207
Cuadro 14
Líneas de investigación del Instituto de Biotecnología Avanzada del INTA (comienzos de
la década de 2000):
208
CAPITULO 8
Partimos de una pregunta inquietante: ¿por qué se creó en Buenos Aires el primer laboratorio
de biología molecular, en una época tan temprana, cuando dicha disciplina no estaba, siquiera,
investigación en los países más avanzados, y cuando los pioneros de este campo ni siquiera se
para esta historia, como suele ser frecuente en el desarrollo de la mayor parte de los campos
científicos. En efecto, las trayectorias personales deben ser observadas como inscriptas en las
partir del doble juego de algunos personajes locales y de sus vinculaciones internacionales, en
particular Ignacio Pirosky, entonces director del Instituto Malbrán de Buenos Aires, y César
capítulo 4, Pirosky había trabajado, durante los años cuarenta, bajo la dirección de André
Lwoff en el laboratorio que éste dirigía en el Instituto Pasteur de París. Milstein, por su parte,
innovación, cuya naturaleza se nos hizo evidente cuando comenzamos la investigación acerca
209
de los orígenes de la biología molecular en la Argentina, como un ejemplo del desarrollo de
campos científicos en contextos periféricos. Para responder esa cuestión debimos realizar una
conocimiento que teníamos acerca del desarrollo exitoso que la biología molecular tendría, en
principio de imparcialidad, formulado por Bloor (1976) y retomado por Collins (1981 a y b).
Decía Bloor que “la explicación debe ser imparcial respecto de la verdad o falsedad, la
establecer el alto grado de incertidumbre que se arrojaba, hacia los años cincuenta, sobre el
prácticamente todos los que trabajaban en bioquímica, que era entonces una disciplina
F. Leloir, avaló enfáticamente esta toma de posición hasta bien avanzados los años setenta.
Volviendo a nuestra pregunta tenemos entonces que, hacia mediados de los años
margen de los sujetos hegemónicos del campo biomédico (en particular Bernardo Houssay,
pero también sus discípulos más eminentes, como Luis Leloir o Braun Menéndez), deciden
1
Es cierto que Pirosky formaba parte del Directorio del CONICET, pero es evidente que ocupaba, allí, un lugar
minoritario respecto del grupo que encabezaba Houssay y que secundaban científicos como Leloir o Braun
Menéndez.
210
Pirosky por el laboratorio de Lwoff a mediados de los años cuarenta parece clave en esta
explicación, y resultaría crucial para el futuro, puesto que, como mostramos a lo largo del
libro, Pirosky fue a verlo a Lwoff a París, con quien mantenía una comunicación periódica,
para pedirle asesoramiento cuando asumió la intervención del Instituto Malbrán. Pirosky le
pidió al propio Lwoff que viajara a Buenos Aires para asesorarlo en la reorganización del
Instituto Pasteur de París debían tomarse como “el modelo” que debía imitarse en la
laboratorio, en particular a partir de los trabajos de Monod y Jacob, le pidió a Elie Wollman
que viajara él mismo a Buenos Aires para colaborar con Pirosky, apelando a una particular
relación de éste con América Latina (de niño había vivido con sus padres en Chile).
Encontramos, aquí, una parte de la explicación a la pregunta que origina este acápite.
Por otro lado, Milstein, que era entonces un joven químico, se presentó al concurso de
reclutamiento convocado por el Instituto Malbrán. Pero, cuando resultó elegido, acordó con
recién después, incorporarse al Instituto como director del nuevo Departamento de biología
en la molécula de insulina, gracias a la puesta a punto de una técnica muy novedosa para la
innovación temática en contextos periféricos que hemos descripto en varios trabajos, y que
podemos resumir del siguiente modo: la migración y la estadía, por un tiempo acotado, de un
211
investigador de un país periférico en un centro de investigación perteneciente al mainstream
Como señalaba Oscar Varsavsky, uno de los pioneros del denominado “pensamiento
Piénsese en lo trillado o nítido del camino que tiene que seguir un joven para
llegar a publicar. Apenas graduado se lo envía a hacer tesis o a perfeccionarse
al hemisferio Norte, donde entra en algún equipo de investigación conocido.
Tiene que ser rematadamente malo para no encontrar alguno que lo acepte.
[…] Allí le enseñan ciertas técnicas de trabajo –inclusive a redactar papers- lo
familiarizan con el instrumental más moderno y le dan un tema concreto
vinculado con el tema general del equipo, de modo que empieza a trabajar con
un marco de referencia claro y concreto. […]
Si en el curso de algunos años ha conseguido publicar media docena de papers
sobre la concentración del ion potasio en el axón de calamar gigante excitado,
o sobre la correlación entre el número de diputados socialistas y el número de
leyes obreras aprobadas, o sobre la representación de los cuantificadores
lógicos mediante operadores de saturación abiertos, ya puede ser profesor en
cualquier universidad y las revistas empiezan a pedirle que sirva de referee o
comentarista.
Pero aunque hubiera no uno, sino cien de estos científicos por cada mil
habitantes, los problemas del desarrollo y el cambio no estarían más cerca de
su solución. Ni tampoco los grandes problemas de la ciencia “universal”.
(Varsavsky, 1969, pág 118)
“hemisferio Norte”. Teniendo en cuenta que su texto es de fines de los años sesenta, este autor
no hace más que describir aquello que conformaba la práctica más corriente cuando, por esos
el retorno?
lleve consigo una pequeña “mochila” en donde se traiga una porción de la línea de trabajo en
la cual estuvo trabajando durante esos años. Esa línea de trabajo suele estar en en consonancia
212
con las preocupaciones del grupo “huésped”. Por lo general ese investigador logra armar su
adquiridas en el extranjero.
Durante los años siguientes, el grupo local (“periférico”) suele trabajar con algún
científico que fue a ese centro, vayan a su vez a trabajar allí por un tiempo.
para la práctica científica en los países periféricos. En primer lugar, vale la pena preguntarse
en qué temas trabajan los investigadores que están fuertemente “integrados” a la ciencia
internacional. Una porción muy significativa de los científicos de países periféricos trabaja en
investigando los detalles más específicos sobre esa porción de conocimiento, poniendo en
práctica pruebas y experimentos que, siendo importantes para el desarrollo global del
sus utilidades reales o potenciales, se desarrollar en una fuerte dependencia de los dictados
operados por los centros de referencia, localizados en los países más desarrollados.
213
diversidad de estilos científicos puede garantizar que no nos metamos todos
juntos en un callejón sin salida...” (Varsavsky, 1972)
El proceso de universalización del que hablaba Varsavsky hace más de 35 años implicaba,
con todo, la restricción de los grados de libertad en la negociación de los científicos de los
países periféricos pero estaba aún lejos del proceso de globalización del espacio de la ciencia
que habrá de observarse en los últimos años del siglo XX. Hay una consecuencia importante
orientación y los contenidos de las investigaciones que son el objeto de las colaboraciones
internacionales. Así, esas agendas suelen responder, en un sentido general, a los intereses
internacional; es decir, una tensión constante entre las dimensiones externas e internas que
En buena medida, estos elementos estaban presentes hacia fines de los años cincuenta,
cuando se crearon los primeros laboratorios del Instituto Malbrán. Recordemos que César
Milstein ganó, al mismo tiempo, el concurso para el ingreso como investigador al Instituto
Malbrán y la beca del British Council para estudiar en Inglaterra. Por ese motivo, las primeras
estrecha vinculación con los trabajos de Sanger durante los tiempos en que Milstein había
puede entrar en contacto con un joven premio Nobel, Frederik Sanger, quien trabaja en
enzimas proteolíticas, el que le insiste que repita un experimento, aunque ya estuviera hecho,
214
y su preparación tardara largos 15 días. La insistencia de Sanger hace que invente un método
por el cual los resultados se obtienen en solamente un día, en vez de quince. (Lorenzano,
2002)
2. La “modernidad periférica”
Milstein a Inglaterra no es, tampoco, un mero elemento coyuntural, ni tampoco algo íntimo,
menor desarrollo hacia países centrales es una constante, al menos desde la segunda mitad del
siglo XX. Desde América Latina ello ha sido visto, a menudo, como una “desgracia” o como
una “pérdida”, cuya responsabilidad le atañe a los gobiernos de turno y a la falta de apego por
No caben dudas de que una buena parte de responsabilidad tienen las sociedades
científicos e intelectuales a enemigos peligrosos que debían ser combatidos. Sin embrago, el
problema es más complejo. Como señala Enrique Oteiza, la atracción realizada por parte de
los países centrales juega aquí un papel predominante: “la masividad y continuidad que este
cuya formación implica una inversión de no menos de 20 años…” (Oteiza, 1998, pág. 62). Es
cierto que en otros contextos de países en desarrollo, como Corea o Singapur, los procesos de
emigración han sido objeto de una cuidada planificación, donde la tasa de retorno de los
215
En este sentido, es necesario entender a la investigación científica (y a la pequeña
porción de la historia que mostramos aquí), como la expresión de una doble inflexión: por un
manifestaciones de dicho carácter universal en el contexto local. O, dicho de otro modo, como
emanaciones del contexto local en pugna por universalizarse. Por ello, suponer que la
emigración de científicos responde sólo a efectos perversos de las élites locales, o las
hipótesis conspirativas de explotación por parte de los países ricos, es, en ambos casos, limitar
el análisis que impide ver la doble dimensión, y por lo tanto la riqueza de los fenómenos que
discutimos.
Vale la pena mencionar un libro de hace una década, de Beatriz Sarlo, que se dirigía a
analizar la conformación de una cultura urbana en la Buenos Aires de los años veinte y
treinta, en muchos casos con un ojo en la propia ciudad y con el otro en las otras ciudades que
expresaban el ideal de modernidad, y que casi siempre era París (Sarlo, 1988). Sería fácil para
mí retomar aquí la inspiración de aquellas décadas, ya que son los mismos años en los que
Houssay daba nuevos ímpetus a la ciencia, al tiempo que Jorge Luis Borges, Roberto Artl,
Victoria Ocampo o Raúl González Muñón, junto con otros, modelaban aquella modernidad
periférica.
Me interesa, sin embargo, internarme en otro aspecto del título de Sarlo, “Buenos
Airs, una modernidad periférica”: el doble par de oposiciones que la propia enunciación trae
ciencia periférica fuera arcaica y atrasada (tal como ha sido bien discutido por Cueto), el
orden de las cosas parecería imponérsenos de un modo natural. Por el contrario, encontramos
periferia, partiendo del supuesto implícito de que su carácter periférico resulta sólo una puerta
216
de entrada, pero cuyo estudio debe mostrarnos algo más: el punto de intersección de un tercer
sobre todo, de las primeras décadas del siglo XX, los años posteriores a la caída del
mencionamos (CONICET, INTA, INTI, CNEA, etc.) debe agregársele cierto sentido
“heroico” que los sujetos y grupos tenían por esos años, dirigido a la conformación de un
verdadero “sistema científico nacional, a la altura de los países más avanzados del mundo”. El
tema es bien conocido, pero Rolando García, uno de los protagonistas de la época, al hacer
alusión a la empresa que habían emprendido por entonces, sintetiza bien ese espíritu:
A lo largo de los años he oído con frecuencia comentarios muy positivos sobre
el desarrollo que tuvo la Universidad en el período de referencia [1955-1966].
El comentario también suele incluir: claro que en aquellos tiempos sí se podían
hacer cosas, pero hoy ya no es posible.
Pero lo “posible” no es algo dado, que se lo encuentra y se lo utiliza. Todo
proceso profundo de transformación comienza con la apertura de nuevas vías
de acción […] “la construcción de nuevos posibles”. Creo que esta fue la idea
que subyacía en nuestras actitudes y que generó muchas de las acciones que
promovimos. (García, 2003, pág. 46)
El abrupto final de dicho proceso, en 1966 con la ya conocida “noche de los bastones
largos” no dejó percibir, tal vez, los límites intrínsecos que aquel modelo verdaderamente
tenía. Pero sería tema de otro libro. En todo caso, esos años (a grandes rasgos, 1955-1966)
Sin embrago, más allá de aquellos imaginarios, lo cierto es que se produjo, por esos
217
creación de nuevas carreras, la incorporación de equipamiento de última generación en
otras actividades.
sólo existían en el mundo tres centros de biología molecular (en los Estados Unidos, Francia e
Inglaterra), y no era claro, entonces, en qué medida dicha disciplina habría de instalarse como
tal. Es claro, visto desde hoy, el papel que la biología molecular habría de desempeñar en las
del espacio de las “ciencias de la vida”. Eso no sólo no estaba claro hacia fines de los años 50,
sino que además contaba con la firme oposición de los principales referentes de la ciencia
nacional.
como nueva delimitación interna del campo, así como en las innovaciones institucionales y
cognitivas que planteaba, su carácter periférico es más profundo. Cuidándonos mucho de caer
resulta interesante observar el carácter “imitativo” del desarrollo del campo, en términos de la
extensión de la bioquímica y su modelo “Pasteur” que era lo que Ignacio Pirosky pretendía
implantar a partir de sus vínculos con el propio André Lwoff en Paris. Por otro, el que tenía
en ciernes el propio Milstein, a partir de sus relaciones con Frederik Sanger en el que luego
sería el MRC de Cambridge, Inglaterra. Esta última tradición estaba, como mostramos, más
de la física que se había interesado en las estructuras de las proteínas. Por su parte, la tradición
218
“informacional”, cuyo líder a nivel internacional era el italiano emigrado a los Estados Unidos
Salvador Luria, estaba menos representada en nuestro país, si bien una antigua compañera de
de nuevos campos se encontró, hacia comienzos de los años sesenta, con los límites que le
estableció la dinámica algo irracional de los avatares políticos, la intervención del Instituto
Sin embargo, había también límites más profundos, relacionados con la madurez que,
por esos años había alcanzado el campo de la investigación biomédica en el país. Con un
premio Nobel y varios institutos de relativa importancia, los herederos de la tradición fundada
por Houssay ejercían una fuerte hegemonía tanto en la definición de las agendas de
disciplinarias.
Desde sus inicios, la biología molecular excedió los límites de cualquier campo
que Francis Crick (quien había sugerido la estructura de la doble hélice del ADN junto a
James Watson) es elocuente en este punto: “yo mismo estuve forzado a llamarme a mi mismo
un biólogo molecular, debido a que, cuando los ‘clérigos inquisidores’ me preguntaban que
bioquímico, y genetista; una explicación que, en cualquier caso, les resultaba difícil de
Max Delbrück y Salvador Luria, no tuvo un correlato local. En los años cincuenta la
219
investigación en genética no tenía raíces profundas en el mundo académico. Por otro lado,
por John Bernal y sus pupilos. Cuando los primeros laboratorios de biología molecular fueron
Campomar, Leloir sostuvo una actitud indiferente. Es más, Leloir mismo había señalado por
esos años que la “biología molecular” no era más que un conjunto de técnicas muy
De hecho, Leloir lo rechazó amablemente (ese era su estilo) a Milstein dos veces: la
primera, cuando le pidió que le dirigiera su tesis de doctorado; la segunda en 1962, cuando,
desmantelados los laboratorios del Instituto Malbrán, fue e visitarlo al CONICET (Houssay
(Milstein, entrevista personal en Cambridge, Inglaterra, enero de 1999). Como hemos tratado
science.
Argentina. En esos años, la bioquímica respondía claramente a lo que Shinn identifica como
220
discplinarios con larga trayectoria, entre otros indicadores. El propio Leloir lo explica
claramente:
La bioquímica y yo nacimos y crecimos casi al mismo tiempo. Antes del comienzo del
siglo, algunos químicos orgánicos y fisiólogos habían establecido las bases de la
bioquímica. En 1906 aparecieron dos revistas que trataban el tema, la Biochemische
Zeitschrift y la Biochemical Journal. La revista Journal of Biological Chemistry había
comenzado a publicarse sólo un año antes. En 1906, Arthur Harden y W. J. Young
lograron separar "zumo de levadura en residuo y líquido filtrado, cada uno de los
cuales era incapaz por si solo de producir la fermentación alcohólica de la glucosa, sin
embargo cuando se los unía, la mezcla producía una fermentación tan activa como el
zumo original". Este hallazgo ocurrió sólo nueve años después que Edward Buchner
preparara un zumo de levadura libre de células, capaz de fermentar. […] En 1906
Tswett publicó la primera descripción de cromatografía.
Otro hecho importante (desde mi punto de vista) ocurrió en 1906. Fue mi nacimiento
en París, Avenida Victor Hugo 81, a pocas cuadras del Arco de Triunfo. (Leloir,
1982/1989)
Leloir tenía, sobre su propio campo disciplinario, una mirada abarcadora, como eje de la
la bioquímica fue rápido; en unas pocas décadas se descubrió la mayoría de las vitaminas,
genética química etc. han nacido de ella y seguramente habrá otras…” (Leloir, 1982/1989, las
Este “nacer de ella” que señala Leloir implica el desarrollo de lo que Shinn denomina
“régimen de transición”, es decir, los momentos en los cuales los límites de un campo
claramente establecidos, ya sea utilizando métodos que son novedosos y que, por lo tanto, no
encajan con las normas técnicas legitimadas, ya sea porque se aproximan a otros campos
no pueden ser procesadas por quienes ejercen la dominación social y cognitiva de un espacio
disciplinario en particular.
221
Comienza, entonces, un período que, dentro de un régimen de transición es
técnicas novedosas. Así, ellos tenían que obedecer a dos jefes: por un lado, en tanto eran
mayoritariamente jóvenes investigadores de posdoc, tenían que hacer aparecer sus trabajos
figuras centrales de la comunidad local. Por otro lado, se alinearon junto a las tendencias
internacionales que estaban consolidando un nuevo campo: en esos años ya no había vuelta
atrás en el hecho de que la disciplina se iba abriendo camino como un nuevo campo
autónomo.
vida había cambiado de escala radicalmente (algunos años después del cambio que se había
producido en la física hacia el fin de la 2da Guerra Mundial). El cambio de escala se expresó
la emergencia de las políticas científicas que se fueron desplegando en la mayor parte de los
países de la OCDE, entre los años cincuenta y los setenta el número total de investigadores en
todas las disciplinas, pero en particular en las ciencias biomédicas se multiplicó varias veces.
En segundo lugar, y asociado al mismo proceso, los recursos disponibles para la investigación
aumentaron sin cesar en todos esos países, en un proceso continuo desde el fin de la guerra,
alcanzando, en promedio, entre el 1,5% y 2% del PBI en la mayor parte de los países
222
El otro aspecto del cambio fundamental de escala producido en las ciencias de la vida
tiene que ver con las prácticas mismas: los equipos utilizados hasta entonces eran más bien
que, al mismo tiempo, se van haciendo cada vez más complejos, más “tecnológicos”. Llegado
a este punto, el quiebre con las etapas precedentes se hace evidente, en la medida en que
estos nuevos equipos son utilizados por los investigadores como verdaderas “cajas negras”
cuya lógica –y a menudo las teorías implícitas en dichos aparatos- les son ajenas.
vez más, en la medida en que los equipos establecen modos estabilizados de llevar a cabo los
experimentos. Por otro lado, la existencia de equipos, instrumentos y –no menos importante-
laboratorio pasó, en los Estados Unidos, de 65.000 en la década de 1930 a más de 35 millones
hacia los 60’ (Gaudilliere, 2001). Como contraste debemos señalar que, sin embargo, muchos
Por lo tanto, hacia los años sesenta, para la mayor parte de los investigadores que
(como Leloir), habían sido formados y habían trabajado bajo el paradigma de la “pequeña
ciencia” en el campo de las ciencias de la vida, semejante cambio de escala fue difícil de
comprender. En esos años, el propio Houssay, al frente del CONICET, repetía frecuentemente
que “Yo obtuve el premio Nobel sin necesidad de esos instrumentos tan costosos”. De hecho,
para comprar la primera computadora para el Instituto de Cálculo, Rolando García, entonces
223
Decano de la Facultad de Ciencias de la UBA, tuvo que lograr que Houssay se retirara de las
grupo de Héctor Torres se fue de Fundación Campomar para fundar el Instituto de Genética y
El INGEBI fue establecido explícitamente para tomar ventaja de las nuevas líneas de
período de formación los socializó con un set de técnicas que habían alterado radicalmente las
viejas divisiones de trabajo, haciéndolo más horizontal y reforzado las colaboraciones “intra”
e “inter” laboratorio.
Los niveles de análisis también cambiaron sustancialmente. Para mediados de los 80’
el secuenciamento del ADN se había convertido casi en una actividad rutinaria, y existía la
creencia de que los procesos biológicos más significativos operaban a nivel intra-molecular.
Finalmente, como apunta Michel Morange (1994) la biología molecular pasó de ser una
Desde esos años, es posible afirmar que la biología molecular había logrado
establecerse como campo autónomo, es decir, que había logrado conformar, partiendo de un
crearía el primer Laboratorio Europeo de Biología Molecular, así como una revista específica,
224
4. Cambios de régimen, utilidad del conocimiento y periferia.
disciplinario de la biología molecular, en la medida en que, desde el fin de los años setenta,
fue extendiéndose hacia la ingeniería genética y hacia diversas aplicaciones en otros campos.
producción de conocimiento emergentes incluyeron actores que hasta allí habían sido
usados y resignificados por distintos practicantes, del mismo modo que la producción
comunidades complejas está claramente delimitada con sus universos de actores que se
bien diferentes, del laboratorio público al laboratorio industrial y viceversa, de allí al medio
imposible hablar de una tecnología sin un “usuario”, aunque la idea de usuario no implique
225
necesariamente, como sugieren ciertos modelos actuales, la existencia de empresas
productos en cuestión, actores que han establecido alguna forma de relación transaccional con
el productor o productores.
Entonces si, tal como apuntamos en secciones previas, una de las características de la
cuando dicha relación constituye el eje para el desarrollo de la una tecnología dada, la
biotecnología?
actores, y/o la reconfiguración de los actores ya existentes. Así, en los países más avanzados
complejo transectorial que utiliza la biotecnología en las más diversas áreas, concentrado en
(Correa, 1996, pág. 27). Este complejo incluye la existencia de grandes laboratorios de I+D
proceso productivo. Dicho de otro modo, nunca un conocimiento es utilizado “tal cual”. Por
un lado, porque su producción como publicación en una revista especializada responde a los
en relación con sus usos potenciales. Pero, por otro lado, porque los conocimientos necesitan
226
atravesar diversas modificaciones y re-significaciones hasta estar en condiciones de ser
parásito o de evitar su reproducción. Digamos, por ejemplo, que cuando la proteína “Equis”
está expresada, el parásito no puede reproducirse. Esto dará lugar a un artículo o a una serie
está en la base de nuestro problema. Por lo tanto, la investigación que sigue será la de
establecer cómo hacer para que dicha proteína esté expresada en los individuos infectados con
dicho parásito.
“Hay que buscar una molécula”, dirán los investigadores, que exprese, o
“sobreexprese” dicha proteína. Pueden encontrarla los mismos investigadores u otros, del
mismo país o en otra parte del mundo. Imaginemos que es el mismo grupo el que pudo
encontrar esa molécula, por ejemplo, gracias al financiamiento de una red internacional de la
que participa, que le permitió el acceso a una base de datos de moléculas. El paso siguiente
será el de probar los efectos de esa molécula in vitro, es decir, en probetas. Si eso funciona,
habrá que hacer las pruebas en animales y, supongamos, aunque ya sería poco probable, que
ello lo haga todo el mismo laboratorio. Llegado a este punto, los conocimientos en juego y las
competencias de las que dispone el laboratorio se topan con una barrera difícil de franquear:
hay que hacer un diseño de la molécula para poder administrársela primero a los animales y,
luego, a los humanos. Esta etapa, que incluye estudios de farmacocinética, pruebas clínicas,
etc., ya no puede ser desarrollada por el laboratorio público en cuestión, sino que debe pasar
por laboratorios industriales, hospitales, y otros espacios que vayan modificando aquél
las farmacias, hospitales centros de salud, médicos, y, finalmente, a los enfermos. Pero a lo
227
largo del todo ese proceso, el conocimiento se transformó varias veces, durante un proceso
Podemos observaque no hay, a lo largo del proceso, sólo un usuario final, en nuestro
ejemplo “los enfermos de Chagas”, sino que existe, también, un amplio conjunto de usuarios
Este proceso complejo es propio de los países industrializados, en donde una parte sustantiva
informe elaborado hace unos pocos años, las empresas que trabajan en biotecnología son de
en los últimos años. Basta observar las listas de subsidios otorgados por las instituciones de
Tecnología– a lo largo del último lustro para advertir con claridad esta tendencia, que se hace
desarrolladas por investigadores que provienen del sector académico? La respuesta que se
2
Véase el informe de A. Díaz en Correa (1996), págs. 38-52. Es necesario notar que, en un campo que se
encuentra en la frontera de los conocimientos, 4 años pueden ser muchos para la validez de un informe. No
parece, sin embargo, que la situación descrita se hubiera modificado radicalmente, con excepción de una mayor
presencia de los grandes grupos transnacionales.
228
puede ensayar a este interrogante sólo puede ser parcial. Por un lado, es necesario interrogarse
acerca de la “construcción del usuario” –real o simbólica– que hacen los investigadores
relación entre los investigadores y las otras instituciones (empresas u otras) vinculadas con la
apropiación de dichos conocimientos. En tercer lugar, resulta interesante analizar los cambios
han mostrado que, en esos casos, los investigadores han orientado sus investigaciones según
los temas y procedimientos comunes en los laboratorios localizados en los países centrales.
la “frontera” de los conocimientos de la escena internacional. Sin embargo, esos temas –y aún
concreto. Por cierto, la adecuada construcción de este usuario no es el único requisito para
que los conocimientos producidos sean efectivamente apropiados por un actor social
significativo; es decir, para que un conocimiento científico pueda ser incorporado en una
los cuales dependen de las estrategias desplegadas por los investigadores, y otros deben ser
atribuidos tanto al contexto como a las estrategias de los otros actores (Kreimer, 2001).
organizaciones fuertemente segmentadas y en constante tensión. Hasta puede ser una falacia
229
hablar de “comunidad científica local”, puesto que no hay tal cosa, entendida como un “todo”,
más allá de algunas manifestaciones puntuales. Sin embargo, a pesar de las notables
encontramos ciertas regularidades: por un lado, observamos a los investigadores que están
escena internacional, que van a congresos y que manejan cierta información que les permite
formular sus investigaciones en una u otra dirección y, factor de suma importancia, muy a
cuya internacionalización es débil –o inexistente- y que por lo tanto trabajan de un modo más
importante señalar, aunque parezca evidente, que los grupos más integrados son, al mismo
tiempo, los más prestigiosos en las instituciones locales. Es decir, aquellos que determinan,
tanto en el plano institucional –en las políticas- como en las intervenciones informales, las
agendas, las líneas prioritarias, los temas más relevantes, los métodos más adecuados, etc.
Es conveniente volver sobre el concepto de integración subordinada: hay una cierta cantidad
el modo en que se integran implica que a estos grupos, localizados en la periferia, les toca
desarrollar las actividades que suelen ser más rutinarias: los controles, las pruebas, los tests de
conocimiento que ya fueron establecidos y estabilizados como tales por el grupo que coordina
la distribución de temas y actividades (y que suele estar localizado en los países centrales). Es
un proceso que el sociólogo francés Gérard Lemaine denominó como ciencia “hipernornal”.
230
de colaboración entre investigadores que, en sus modos de interacción, van creando la ficción
Pero el efecto más importante viene de la mano de las nuevas formas de definición de
establecido una competencia en términos globales entre Europa y Estados Unidos, referida al
estrategia competitiva más amplia: frente a la enorme masa de recursos que los Estados
Unidos han destinado a las actividades de I+D a través de diferentes agencias y en forma muy
financiamiento muy diferentes a las desplegadas hasta entonces. Por ejemplo, los últimos
destinatarios eran mayormente los grupos científicos más prestigiosos de los países europeos-
en función de ciertos objetivos estratégicos más o menos difusos. Frente a ello, se elaboró un
acotado de redes más concentradas, compuestas por instituciones europeas pero en donde
de los recursos se multiplicó de un modo muy significativo, y cada una de las redes dispone,
desde entonces, de capacidades con las que antes difícilmente contaran. También se estimuló
siempre los países europeos –con la excepción parcial y en algunas áreas de investigación del
3
Véase el estudio de Paravel (2003). Allí se muestra, por ejemplo, que la estructura jerárquica “clásica”
relacionada con el capital simbólico o el prestigio, encuentra nuevas inflexiones en los espacios virtuales, que a
menudo se trasladan a los espacios más “tradicionales”, como los Congresos y Coloquios de cada especialidad.
231
Reino Unido, Alemania y Holanda- presentaban cierta debilidad frente a los Estados Unidos y
Japón.
Frente al panorama descripto vale pena preguntarse, pues, ¿qué consecuencias tiene la
a) Una restricción en los márgenes de negociación de los grupos periféricos, que deben
integrarse a amplias redes, cuyas agendas ya están fuertemente estructuradas por las
instituciones financiadoras y por los actores públicos y privados que actúan allí.
b) Un fuerte proceso de “división internacional del trabajo” que asigna a los grupos
especializadas y que requieren de alta destreza técnica, pero que tienen, en última
ampliada de los nuevos científicos que se incorporan y se forman dentro de este nuevo
Las tres características del nuevo modelo nos llevan a considerar que la mayor tensión
232
social para la sociedad en la que están insertas, en la medida en que esta internacionalización
de nuevo tipo deja un escaso margen para atender la formulación de problemas sociales en
mientras que dentro de la “universalización liberal” los grados de libertad de los grupos
locales eran mayores, la relación entre la justificación de las agendas locales de investigación
en función de las necesidades sociales o económicas se encontraba en tensión con los vínculos
stocks de conocimiento –básico o aplicado- era el motor que haría mover la densa rueda que
concluyera con innovaciones útiles para otros actores sociales. En un segundo nivel de
análisis, este modelo tuvo mayores consecuencias simbólicas que materiales: la mayor parte
de los conocimientos producidos bajo esta lógica sirvió más para aumentar la visibilidad de
Definir cuáles son las necesidades sociales que pueden ser objeto de “demandas de
conocimiento” dista de ser un problema simple, puesto que implica interrogarse sobre quiénes
son los actores que tienen la legitimidad y la capacidad de formular dichas demandas. Ello
implica determinar cuáles son los mecanismos a través de los cuales se traducen “problemas
la medida en que los propios actores que padecen necesidades sociales suelen ser, al mismo
tiempo, quienes tienen mayores dificultades para realizar este operativo de traducción, de
modo que, por lo general, existen “voceros” que hablan en nombre de los que no tienen voz.
233
Entre estos voceros, dos de ellos resultan particularmente importantes: los propios científicos
imponer, hace ya varios años, y en contra de la opinión de la mayor parte de los científicos,
evaluación.4 Sin embargo, el análisis que se hace de la relevancia es abstracto, y suele adquirir
percibidos como centrales. Luego, se realiza una convocatoria en donde los investigadores
presentan proyectos asociados con esos problemas, por lo general en términos muy generales,
que pretenden conectar el conocimiento que ellos producen con el desarrollo de soluciones al
problema en cuestión. Así, los proyectos suelen ser aprobados y financiados, sin que exista
luego una evaluación ex post sobre la verdadera utilidad social de los conocimientos
producidos.
presentan, por lo general, una alta y prestigiosa producción, pero su aporte al desarrollo de las
(Kreimer y Thomas, 2005). Los cambios de los últimos años han agudizado estas tensiones:
al mainstream se modifica, de dos modos: por un lado, acumulan mayor poder, en la medida
4
Véase, por ejemplo, el Plan Nacional Plurianual de Ciencia y Tecnología 2000-2002 del Gobierno Argentino
(SECyT, 2002); el Programa Especial de Ciencia y Tecnología 2001-2006 de México (CONACYT 2002) o, en
un país más pequeño, como Bolivia, el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2004 – 2009.
234
que negocian volúmenes mucho mayores con los financiantes que provienen del sector
privado. Pero, por otro lado, sus propias agendas de investigación vienen mucho más
publicación- van de la mano de los aportes que ellos puedan hacer a la “comunidad
internacional”, tomando como “modelo” –ideal o real- los tópicos que ya han sido definidos
como relevantes para la sociedad local. El pasaje de esos modelos para su aprovechamiento en
las prácticas de desarrollo local de las sociedades periféricas queda, así, como una abstracción
Sin embargo, la buena voluntad de Milstein contrasta, por un lado, con el hecho de que
Andrés Stoppani fue el único científico argentino que Milstein mencionó en su discurso
235
Terminemos con dos imágenes: la primera, cuando uno lee la lista de los investigadores que
fueron incorporados en el Instituto Malbrán, a través del concurso realizado por Pisrosky en
1957, es difícil que no se le “piante un lagrimón”: había, allí, en el repaso a esa lista de
nombres una concentración de capacidades, talentos y sueños que parece casi imposible
de ellos tuvo que irse del país durante los años posteriores. Por citar sólo algunos (¡eran 90!):
conocimiento del cáncer, Armando Parodi, discípulo de Leloir que fue incorporado a la
Acadmia de Ciencias de los Estados Unidos, Moisés Burachik, que desempeña un papel
Sacerdote de Lustig, la primera que introdujo la técnica de cultivo de tejidos y que formó un
grupo por más de 50 años de investigación sobre la biología del cáncer,e ntre otros muchos.
La segunda imagen contrasta con un recuerdo personal: una de las primeras imágenes
que tuve cuando comencé con la investigación que dio origen a este libro. En ese entonces
recorrí las instalaciones el Instituo Malbrán, allí donde “todo comenzó”. Las autoridades de
entonces se mostraron muy sorprendidas cuando les preguntamos dónde estaban los archivos,
guardaran algo de la historia de aquellos laboratorios pioneros de fin de los años cincuenta.
Nada. No había nada que se conservara allí (posteriormente encontramos retazos de archivos
en otras instituciones). Y, cuando fuimos a recorrer el lugar, había una gran galpón sin techo,
del que se conservaban un par de paredes semiuderruidas y mohosas; del piso brotaba el
pasto, sin cortar desde hacía tiempo. Y, en el frente de una de las paredes que se mantenían en
pie, decía “Pabellón Pasteur”. Uno de los bioquímicos que nos acompaño en esa recorrida,
236
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