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Tecnicatura de Investigaciones en Función Judicial

Tecnicatura de Investigaciones en Narcocriminalidad

TEMA UNO

ASPECTOS SALIENTES DE LA INVESTIGACION POLICIAL DENTRO


DEL PROCESO PENAL DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

El trabajo policial en toda investigación delictiva tiene importancia


trascendental para el destino del proceso, puesto que la policía es la autoridad que
normalmente toma conocimiento del hecho en primer término, lo que generalmente
ocurre por aviso de los ciudadanos víctimas o testigos de un hecho delictivo;
haciéndolo habitualmente a través de una llamada a la línea de emergencia 911.

En otras ocasiones, aunque menos habituales, la persona que toma


conocimiento de algún hecho delictivo recurre directamente la Seccional Policial
más cercana a su domicilio, presentándose personalmente o llamando
telefónicamente, para dar aviso e informar sobre delitos o situaciones que requieran
de la intervención de fuerzas de seguridad. Los miembros de la institución policial
son quienes llegan en primer término al lugar donde se produjo el ilícito, tomando
contacto directo con las pruebas existentes, con el escenario del hecho, con las
víctimas, sospechosos, testigos, elementos e instrumentos del delito y con cuantos
indicios, cosas y circunstancias tienen relación con el suceso que se investigara.

Nuestra provincia se caracteriza por su inmensa extensión, con una


población aproximada de 18.000.000 de habitantes y una división
territorial/administrativa en 135 municipios. Existen distribuidos recursos
policiales a lo largo y ancho de toda la provincia, siendo los mismos asignados
conforme a la extensión del territorio y su densidad demográfica, entre otras
referencias de interés. De esta forma se logrará, ante la ocurrencia de un hecho
delictivo, el desplazamiento de las fuerzas policiales necesarias, hacia el lugar
donde sean requeridas.

El adecuado relevamiento previo, la reunión de información dentro


del marco legal vigente y el análisis de las distintas alternativas emergentes de ello,
producirá un efecto positivo en el resultado final de las diferentes diligencias que
dentro del proceso penal le sean ordenadas por el Fiscal al personal policial.

Así en dicho contexto, es imprescindible contar con una


planificación apropiada, que permita contemplar, evaluar y adoptar las medidas
pertinentes que se vayan a llevar a cabo, con el fin de lograr un desenlace
satisfactorio.

Esas tareas previas de relevamiento serán las que se utilizaran


posteriormente en algunas ocasiones para la solicitud de órdenes de allanamiento,
de detención, de requisa, etc. y en otras oportunidades se llevaran a cabo con el fin
de obtener la información necesaria para la evaluación de los riesgos y demás
alternativas que pudieran tener incidencia directa en la realización de registros
domiciliarios u operativos de diferente relevancia e interés (tales como desalojos,
rastrillajes, etc.), que deban llevarse a cabo con posterioridad.-

La investigación policial debe desempeñarse en primer lugar


observando y cumpliendo estrictamente lo dispuesto por la Constitución Nacional,
de donde surgen las llamadas garantías constitucionales que estarán presentes a lo
largo de todo el proceso penal de la Provincia de Buenos Aires.

El debido proceso es un conjunto de garantías procesales que tienen


por objeto asistir a los individuos denunciados y/o implicados durante el desarrollo
del proceso, y así protegerlos de los abusos de las autoridades y permitirles la
defensa de sus derechos.

El artículo 18 de la Constitución Nacional expresa, en su parte


pertinente que “…Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo
fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales,
o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa. Nadie
puede ser obligado a declarar contra sí mismo; ni arrestado sino en virtud de orden
escrita de autoridad competente. Es inviolable la defensa en juicio de la persona y
de los derechos. El domicilio es inviolable, como también la correspondencia
epistolar y los papeles privados; y una ley determinará en qué casos y con qué
justificativos podrá procederse a su allanamiento y ocupación…”.

De la lectura del extracto citado en el párrafo precedente,


correspondiente al artículo 18 de la Constitución Nacional, surgen las siguientes
garantías constitucionales, que tienen una incidencia directa en la sustanciación del
proceso penal.

a) Juicio previo: así a la persona que se la pretenda


responsabilizar de la comisión de un hecho ilícito, se le tendrá que hacer saber de
manera concreta cual es el delito específico que se le imputa; para lo cual se tendrán
que reunir las pruebas obren en su contra; garantizándole la posibilidad de ejercer
plenamente su defensa, ejerciendo sus derechos y presentar todas las pruebas que
posea para demostrar su inocencia.

b) intervención del Juez Natural: Son jueces naturales los


juzgados y tribunales creados por la ley ante que se produzca el hecho que motiva
el proceso, sin importar el o los individuos que lo integren. Conforme a este
principio constitucional, no se puede sacar al individuo que se lo investiga por la
comisión de un delito de su juez natural e integrar una comisión especial para que
lo juzgue.

c) Ley anterior: El juicio y la respectiva sentencia, deben


fundarse en una ley anterior al hecho que motiva el proceso. Así una persona que
resultare imputada de un delito y deba ser juzgada por ello, lo será conforme a la
ley que se encontraba vigente al momento que se cometiera el hecho delictivo que
diera origen a ese proceso penal.

d) Inviolabilidad de la defensa en juicio: La Constitución


asegura al individuo que, durante el proceso, podrá hacer todo lo que sea necesario
para defender su persona y sus derechos; es decir, para demostrar su inocencia o la
legitimidad de los derechos que invoca, etc.

e) Declaración contra sí mismo: A ninguna persona dentro


del proceso penal se le puede obligar a declarar contra sí mismo, ello implicaría
atentar contra el principio constitucional de defensa en juicio.

f) Inviolabilidad del domicilio y la correspondencia:


Solamente se podrá ingresar al domicilio particular de una persona, por parte del
personal policial y/o autoridades judiciales, en los casos que específicamente la ley
lo autoriza. Al respecto, el Código Procesal Penal de la provincia de Buenos Aires,
establece las distintas circunstancias y requisitos que se deberán cumplir dentro del
proceso penal para poder ingresar al domicilio de una persona, de igual manera
contempla una serie de formalidades que se deben observar en su desarrollo. (Art.
219 a 224 del C.P.P.).

Asimismo dentro del Código Procesal Penal de la Provincia


de Buenos Aires, específicamente en el artículo 1° del mismo, se establecen una
importante cantidad de garantías fundamentales que deberán cumplirse
estrictamente durante todo el desarrollo del Proceso Penal; entre las mismas se
destacan las siguientes:

a) Juez natural y juicio por jurados.


b) Juicio previo.
c) Principio de inocencia.
d) Non bis in idem.
e) Inviolabilidad de la defensa.
f) Favor rei.

Al respecto, en su parte pertinente, en relación a las mismas el


artículo 1° del Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos Aires precisa “…
Nadie podrá ser juzgado por otros jueces que los designados de acuerdo con la
Constitución de la Provincia y competentes según sus leyes reglamentarias (Juez
natural y juicio por jurados); ni penado sin juicio previo fundado en ley anterior al
hecho del proceso y sustanciado conforme a las disposiciones de este Código (Juicio
previo); ni considerado culpable mientras una sentencia firme no lo declare tal
(Principio de inocencia); ni perseguido penalmente más de una vez por el mismo
hecho (Non bis in ídem). La competencia y el procedimiento para el juicio por
jurados en causas criminales se ajustarán a las normas de este Código (Juicio por
jurados). Es inviolable la defensa de las personas y de los derechos en el
procedimiento (Inviolabilidad de la defensa). En caso de duda deberá estarse
siempre a lo que sea más favorable al imputado (Favor rei). La inobservancia de
una regla de garantía establecida en beneficio del imputado no se podrá hacer valer
en su perjuicio…”.-
Esta breve referencia que hacemos de las garantías que emergen en
principio de la Constitución Nacional y que se establecen de igual forma en el
Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos Aires; conforman un conjunto de
principios que debe observar el funcionario policial y cumplir rigurosamente en
todas y cada una de sus intervenciones en general y particularmente en el
desempeño o labor que lleve a cabo dentro del Proceso Penal.
Su inobservancia trae serias consecuencias, tanto para la
investigación como para el personal policial que las hubiera incumplido. En el
primer caso, aquellas diligencias procesales que lleve a cabo el personal policial
violando alguna de las garantías señaladas serán susceptible de que se declare su
nulidad. En cuanto al efectivo policial podrá ser expuesto a una investigación
administrativa y/o penal según la magnitud, gravedad y alcance de la inobservancia
producida.
El estricto cumplimiento de las mismas debe ser el punto de partida
de cualquier intervención policial y la referencia insoslayable que guía toda su
labor.
La investigación del delito requiere de una adecuada
instrumentación de las diligencias procesales que se llevan a cabo con su
intervención. Para ello se deberá realizar en la narración de las mismas (denuncias,
declaraciones testimoniales, actas de procedimiento, actas de allanamiento, actas de
secuestro, etc.) una descripción prolija, ordenada y veraz de lo ocurrido en su
presencia y/o de lo que le fuera puesto en su conocimiento.
La documentación de cada uno de los acontecimientos que se
produzcan, a través de las pertinentes actas, deberán comprender a todos los sucesos
ocurridos. Correspondiéndose la totalidad de hechos relevados y acontecidos con
lo descripto en las actuaciones; dejando constancias de las eventuales
comunicaciones que se hicieren a las autoridades judiciales en tiempo y forma.
Un detalle a tener en cuenta en estos casos, en relación a la redacción
de las diligencias, es la precisión y claridad con la que se describan los
acontecimientos; asumiendo de parte del funcionario encargado de confeccionarla,
que la misma debe ser de fácil lectura, que permita una rápida comprensión de lo
ocurrido y que no dé lugar a ningún tipo de interpretación ambigua o equivocada.
Ello se logra precisando los sucesos ocurridos de manera ordenada,
metódica y con toda la información necesaria para evitar cualquier tipo de confusión
o imprecisión al momento de ser leída. Una acta mal confeccionada, con una
narración confusa, con imprecisiones o incompleta, conspira directamente con la
eficacia de la investigación y trae aparejado en muchos casos consecuencias
gravísimas para la misma, como puede llegar a ser la sanción de nulidad.
El acta que documenta el procedimiento policial que se trate, es
fundamental para el sostenimiento posterior del mismo en sede judicial. En igual
sentido se considera el requerimiento del testigo de actuación y su desempeño en
todo el desarrollo de la diligencia para la cual fue requerido.
La debida identificación de los elementos que se secuestran, el
cumplimiento de lo previsto en el protocolo de cadena de custodia, su resguardo,
embalaje y rotulado requieren de toda la atención y cuidado; debiéndose cumplir
con todos los requisitos procesales al respecto; fundamentalmente en lo previsto en
el art. 226 del Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos Aires; así como la
presencia y asistencia del testigo de actuación requerido en todo momento.
Es fundamental, que en la realización de toda diligencia dentro del
proceso penal, tal como ya señaláramos, se cumpla acabadamente, con todas las
pautas establecidas por el Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos Aires
y las directivas recibidas de la autoridad judicial interviniente. En igual sentido se
deben tener especialmente en cuenta al momento de instrumentarlas en las actas
correspondientes. Un procedimiento bien realizado en los hechos, pero
documentado deficientemente en el acta correspondiente, será susceptible,
habitualmente, de cuestionamientos por parte de las autoridades judiciales
intervinientes y por la defensa de los eventuales imputados, entre otros.
El Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos Aires, cuenta con
un capitulo que abarca los artículos 293 a 294, al que titula “Actos de la Policía”;
en el mismo se especifica la función de la Policía dentro del proceso penal y
especialmente en la etapa de la Investigación Penal Preparatoria; así como también
se enumeran las atribuciones de los funcionarios policiales en tales circunstancias
e igualmente la obligación de comunicar inmediatamente al Juez de Garantías y
Agente Fiscal competentes y al Defensor Oficial en turno, todos los delitos de
acción pública que llegaren a su conocimiento; entre otras cuestiones de interés.
En dicho contexto el artículo 293 (función de la Policía) del Código
Procesal Penal de la Provincia de Buenos Aires, señala “…La Policía deberá
investigar por orden de autoridad competente, o por iniciativa propia en casos de
urgencia, o en virtud de denuncia, los delitos de acción pública; impedir que los
hechos cometidos sean llevados a consecuencias delictivas ulteriores;
individualizar a los culpables y reunir pruebas para dar base a la acusación o
determinar el sobreseimiento, todo ello con las previsiones establecidas en el
artículo 296…”.
De los párrafos precedentes surgen dos referencias relevantes a tenerse
en cuenta; una que la policía tiene la obligación de investigar todos los delitos de
acción pública que lleguen a su conocimiento; y simultáneamente a partir de ello,
se le impone el deber de comunicar en forma inmediata al Juez de Garantías, el
Agente Fiscal y al Defensor Oficial en turno, de todos los delitos de acción pública
que tome conocimiento. Resaltando que dentro del Proceso Penal de la Provincia
de Buenos Aires, es el Agente Fiscal, quien “…promoverá y ejercerá la acción penal
de carácter público, en la forma establecida por la ley, dirigirá a la policía en función
judicial y practicará la investigación penal preparatoria…”, así lo dispone el primer
párrafo del artículo 56 del Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos Aires;
surgiendo de esta forma, con total claridad, la trascendencia que posee dentro del
proceso penal el Agente Fiscal, siendo quien comanda la investigación penal
preparatoria y dirige en tal circunstancia a la policía en función judicial..

En dicho contexto el desempeño policial en la investigación de los delitos


estará delimitado por las facultades que le brinda el Código Procesal Penal de la
Provincia de Buenos Aires y por las directivas u órdenes que reciba del Agente
Fiscal interviniente.

El proceso investigativo se centra principalmente en la obtención


de elementos probatorios, que permitan demostrar la existencia del hecho ilícito y
la individualización de sus autores; buscando asimismo exponer la vinculación y/o
participación de cada uno de ellos con el delito cometido.

Al respecto el Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos


Aires tiene establecido en la parte pertinente del art. 209 cuando hace referencia a
la libertad probatoria que “…Todos los hechos y circunstancias relacionados con el
objeto del proceso pueden ser acreditados por cualquiera de los medios de prueba
establecidos en este Código. Además de los medios de prueba establecidos en este
Código, se podrán utilizar otros siempre que no supriman garantías constitucionales
de las personas o afecten el sistema institucional.…”.
Claramente se expone un principio probatorio amplio, siempre que
no se supriman, mediante la utilización de los distintos medios probatorios, las
garantías constitucionales de las personas o afecten el sistema institucional. Estos
principios que rigen el sistema probatorio en nuestra provincia, son determinantes
para la legitimidad y validez de la prueba obtenida. Por ello cualquier afectación
que en tal sentido, se produzca en la localización, obtención, recolección, análisis o
producción de la prueba que se acompaña a la investigación, provocaría el
cuestionamiento de la misma y eventualmente su nulidad; con las consiguientes
consecuencias.
Nuestra Policía cuenta con una importantísima cantidad de
especialidades periciales; compuesta por destacadísimo peritos de vasta experiencia
y altamente capacitados, principalmente en el ámbito de la Policía Científica, en el
área de Bomberos, asi como de las Nuevas Tecnologías, entre otros. Su intervención
en la investigación de todo hecho Ilícito es indispensable e imprescindible en el
contexto de un trabajo de investigación interdisciplinario, conforme a las pautas ya
tratadas en referencias anteriores sobre el tema.
Las nuevas tecnologías aplicadas a la investigación, cumplen
asimismo, un rol fundamental en los tiempos que corren; son un aliado inseparable
en el desarrollo de misma; se brindan por su intermedio un sinnúmero de
herramientas tecnológicas que permiten facilitar las pesquisas, optimizando los
recursos humanos y agilizando los tiempos de la investigación en general. Por otra
parte su aplicación en el terreno que nos ocupa brinda certeza, seguridad y garantías
de legitimidad, en muchos casos superior a otros medios probatorios.
La tecnología tal como expresáramos, es un ámbito de colaboración
y asistencia permanente en las investigaciones, para obtener información a través
del análisis de equipos de telefonía celular, de computadoras de escritorio, de
notebook, Tablet, pendrive, discos externos, tarjetas de memoria, gps, etc. De igual
forma trasluce su importancia en el tratamiento, análisis, captura, digitalización, etc.
de imágenes y/o videos obtenidos por cualquier tipo de dispositivo; así como en el
análisis y obtención de información que se realiza de las distintas redes sociales;
todo lo cual debe llevarse a cabo con el previo conocimiento del Agente Fiscal y la
autorización expresa de la autoridad judicial pertinente.
Asimismo existen actualmente en vigencia diferentes protocolos para la
investigación especifica de distintas modalidades delictivas y/o temáticas, tales
como los dispuestos para los casos de “Piratas del Asfalto”, secuestros extorsivos,
búsqueda de personas, cadena de custodia de indicios y/o efectos secuestrados,
violencia de género, etc. Los mismos brindan los lineamientos centrales para el
abordaje de la investigación pertinente, resultando una herramienta esencial que
debe ser respetada plenamente por el investigador policial, junto con las directivas
que imparta el Fiscal interviniente en el caso puntual.
Los principios de confidencialidad y de resguardo de la información
obtenida en el marco de una investigación judicial determinada, deben ser
respetados permanentemente por el personal policial; recordándose las obligaciones
y prohibiciones que en relación a ello establece la legislación vigente y las
consecuencias que el régimen disciplinario policial contempla al respecto para
quienes lo violen.
Así, resulta imperioso resguardar la investigación mediante el
ejercicio de la confidencialidad y la reserva de la información; poniendo en
conocimiento solamente de las autoridades judiciales intervinientes los avances o
resultados obtenidos en el marco de la misma; la trascendencia pública o la
divulgación de datos, imágenes, audios, etc. de forma irresponsable o irregular
atenta contra el éxito y/o avance de las investigaciones y trae serias consecuencias
al personal policial responsable de ello.
A más de todo ello, se afecta con dichas conductas, la confianza, la
honestidad y honorabilidad del funcionario. Sin perjuicio que tal accionar es
contrario a lo previsto en el Código de Conducta para funcionarios encargados de
hacer cumplir la Ley, que en su artículo 4° señala “…Las cuestiones de carácter
confidencial de que tengan conocimiento los funcionarios encargados de hacer
cumplir la ley se mantendrán en secreto, a menos que el cumplimiento del deber o
las necesidades de la justicia exijan estrictamente lo contrario…”; circunstancias
que se compadece con los deberes establecidos en los artículos 11 Inc. “c” y “o” de
la Ley 13982; así como en lo atinente al Régimen Disciplinario Policial.
La celeridad de toda investigación criminal y su efectividad
requieren de labores policiales iniciales que sean respetuosas de garantías y
derechos fundamentales de las personas, pero que a su vez impliquen un trabajo
sostenido, rápido y eficiente de los investigadores en vistas del pronto
esclarecimiento del caso.

Por ello sin lugar a duda, en este contexto, podemos significar que
la policía tiene un rol esencial en la investigación penal, y su actividad ejerce una
influencia tan importante sobre el curso y destino del proceso penal, que en muchos
casos dependerá de su buen trabajo el esclarecimiento o el fracaso de la
Investigación Penal Preparatoria (IPP), el juicio, la condena o absolución de los
responsables o inocentes. En consecuencia, la labor desarrollada por los
funcionarios y agentes policiales tiene influencia directa con la eficacia y celeridad
del proceso penal; siendo un auxiliar permanente de la justicia, debiendo respetar
plenamente lo dispuesto por el Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos
Aires, las directivas del Agente Fiscal interviniente y los lineamientos de los
protocolos de actuación en los casos que se encuentran establecidos.
TEMA DOS

BREVE REFERENCIA HISTORICA DE LAS LEYES CONTRA EL


TRAFICO ILICITO DE ESTUPEFACIENTES.

A continuación, abordaremos en forma breve y sintética la


trayectoria que han tenido las leyes nacionales y provinciales (en este caso
exclusivamente para la Provincia de Buenos Aires) sobre el tráfico ilícito de
estupefacientes.

No se busca en este primer acercamiento a las leyes de la lucha


contra el narcotráfico, que se conozca a la perfección su articulado ni su contenido,
sino que procuramos que se tenga una noción o referencia de los cambios sucedidos
a través del paso del tiempo, en lo que a la legislación pertinente se refiere.

De esta forma, y dentro de su función de personal policial, tras su


lectura y comprensión se van a dar cuenta de distintas situaciones jurídicas que –
sin saberlo- no eran comprendidas por completo y planteaban innumerables
cuestionamientos.

Recuerden que para combatir un delito, debo previamente saber cuál


es la acción sancionada, donde está estipulada y si al momento de la comisión se
encuentra vigente.

Así que comenzamos, sin querer irnos muy atrás en el tiempo por
considerarlo innecesario, con la ley Nacional 20771, sancionada y promulgada en
Octubre del año 1974, hoy parcialmente o en casi su totalidad derogada y en desuso.

LEY NACIONAL 20771. (Derogada) Con la implementación de la “Ley Seca” en


EEUU, otros países comenzaron una lucha contra el consumo de alcohol y toda otra
sustancia, en este contexto se desarrollan políticas en relación al consumo de drogas
caracterizadas por un fuerte sesgo estigmatizador plasmadas en la sanción de la ley
20.771, en 1974 en nuestro territorio, que penalizaba la tenencia para uso personal.
La exposición de motivos de la ley 20771 incorporada al Código Penal Argentino,
señalaba de manera inequívoca que, el control penal de las drogas era necesario
para tutelar la “seguridad nacional” y la “defensa nacional”: “el tráfico ilegal de
estupefacientes debe ser perseguido hasta su aniquilación”. El artículo 6 de la ley
20.771 imponía la pena de 1 a 6 años de prisión al que “tuviere en su poder
estupefacientes aunque estuvieren destinados a “consumo personal” y agregó al
artículo 77 del Código Penal la definición “estupefacientes” que comprendía a los
estupefacientes, psicotrópicos y demás sustancias “capaces de producir
dependencia física o psíquica, que se incluyan en las listas que elabore la autoridad
sanitaria nacional”. Acá se planteaba una ambigüedad de las expresiones
“estupefacientes, psicotrópicos y demás sustancias “capaces de producir
dependencia física o psíquica” que al no ser definida claramente deben remitirse a
una lista elaborada por la “autoridad sanitaria”, sin que se establezca criterio
demarcatorio alguno para elaboración de dicha lista. En otras palabras, le da al
organismo de Salud la facultad de definir que es estupefaciente y que no, hasta aun
hoy discutible jurídicamente.

LEY NACIONAL 23737. (Actual) Antecedentes. En Argentina


durante el año 1930 se sanciona la Ley 11.331, la cual modificó el artículo 204 del
Código Penal introduciendo el párrafo tercero donde se incrimina la posesión y
tenencia de drogas “no justificadas en razón legítima”. Este es, por así decirlo, el
momento fundante de la legislación prohibicionista en nuestro país. Argentina está
vinculada a la obligación internacional de sancionar el tráfico de estupefacientes
prohibidos por la red de Tratados Internacionales. En Argentina, dentro del marco
de “La Guerra contra las Drogas”, se encuentra vigente la Ley 23.737 sobre
Tenencia y Tráfico de Estupefacientes, sancionada en 1989. La actual ley de
estupefacientes modificó y derogó parcialmente a la ley 20.771. Tipifica entre otras
conductas penalizables, la tenencia simple, la tenencia para consumo personal y la
tenencia con fines de comercialización, las cuales castiga con un sistema mixto que
incluye la aplicación de penas y medidas de seguridad.

La ley 23.737 prevé medidas de seguridad curativas y educativas


como alternativa a la pena privativa de la libertad para quienes se consideren
usuarios de drogas. En su articulado se combinan y complementan estrategias
punitivas como la cárcel, con medidas terapéuticas y tratamientos de diversa índole.
Algunos autores, desde una mirada crítica, han señalado que la ley
23.737, por la vía del tratamiento compulsivo, instaura una detención del
consumidor por tiempo indeterminado, bajo control judicial, pero de acuerdo con
recomendaciones de peritos (médicos, psiquiatras, psicólogos, asistentes sociales,
etc.). De manera que la ley impone al profesional de la salud mental a cumplir
funciones no sólo de orden sanitario, sino también -y esto es remarcado como muy
alarmante- de agente de control social policial o de custodio. La definición de
estupefacientes del Código Penal Argentino en el título 13 “Significaciones de
conceptos empleados en el Código” comprende los estupefacientes, psicotrópicos
y demás sustancias capaces de producir dependencia física o psíquica que se
incluyan en la lista que elabora la autoridad sanitaria nacional. Manteniendo la
ambigüedad que señalábamos en el apartado anterior para la ley 20.771.

La ley en vigencia, de alcance nacional numero 23.737, es de


competencia exclusivamente de los Tribunales Federales del territorio Argentino,
hasta que en el año 2005 se promulgo la ley 26052.

LEY NACIONAL 26052 LEY DE DESFEDERALIZACIÓN


PARCIAL DE LA COMPETENCIA PENAL EN MATERIA DE
ESTUPEFACIENTES (Actual). La ley Nº 26.052, publicada en agosto de 2005,
introdujo importantes cambios en la Ley de Estupefacientes (Nº 23.737), vigente
para todo el territorio nacional desde el octubre de 1989. Las modificaciones más
importantes condicionaron la competencia material y territorial para ciertas figuras,
fijando pautas para el destino de las multas, los beneficios económicos y los bienes
decomisados. En este apartado se presenta brevemente el marco normativo que,
como se demostrará, modificó profundamente las atribuciones jurisdiccionales, el
mapa de los actores relevantes y las prácticas institucionales en torno a la
persecución penal de las conductas tipificadas en la Ley de Estupefacientes. Se
puede asegurar que esta ley habilito la intervención de los jueces provinciales en
materia de la lucha contra el narcotráfico, siempre que la provincia hubiera adherido
previamente.

La ley Nº 26.052, en su artículo 1º, incorporó un último párrafo al


artículo 5º de la Ley de Estupefacientes, moderando las penas para aquellos delitos
donde se entregue, suministre, aplique o facilite estupefacientes de modo ocasional
y gratuito. El segundo artículo, importante a los efectos del presente estudio,
modificó el texto del artículo 34 de la Ley de Estupefacientes por el siguiente:
Artículo 34°: Los delitos previstos y penados por esta ley serán de competencia de
la Justicia Federal en todo el país, excepto para aquellas provincias y la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, que, mediante ley de adhesión, opten por asumir su
competencia en las condiciones y con los alcances que se prevén a continuación: y
da una serie de articulados que determinan cuestiones de competencia.

Cabe destacar que previo a la sanción de esta norma, la Ley de


Estupefacientes establecía que la justicia federal tenía competencia exclusiva para
entender en la materia. Al momento de establecer la competencia de excepción,
unificada para todo el territorio nacional, el legislador observó que los hechos
vinculados al tráfico ilícito de estupefacientes presentan ramificaciones que
trascienden las fronteras jurisdiccionales o nacionales y que frecuentemente tienen
capacidad para vulnerar el tejido institucional o para afectar la salud pública. En ese
entonces se advertía – a nuestro entender certeramente - que atomizar la
competencia entre las distintas jurisdicciones provinciales implicaba una
arquitectura institucional ineficiente, que debilitaba y fragmentaba la presencia del
estado afectando necesariamente la protección de los bienes jurídicos tutelados.
Tras la modificación que introdujo la ley Nº 26.052 en agosto de
2005, el sistema dejó de ser unívocamente federal y se facultó a las provincias -
mediante una ley de adhesión - para perseguir, juzgar y reprimir ciertos delitos
tipificados en la Ley de Estupefacientes. Así, de acuerdo con lo establecido por el
art. 2 de la ley Nº 26.052, podrían investigarse a la órbita de la Justicia Provincial
las investigaciones por los ilícitos previstos en los siguientes artículos de la ley Nº
23.737: Artículo 5° penúltimo párrafo, “En el caso del inciso a), cuando por la
escasa cantidad sembrada o cultivada y demás circunstancias, surja
inequívocamente que ella está destinada a obtener estupefacientes para consumo
personal, la pena será de un mes a dos años de prisión y serán aplicables los artículos
17, 18 y 21.” Artículo 5° último párrafo, “En el caso del inciso e) del presente
artículo, cuando la entrega, suministro o facilitación fuere ocasional y a título
gratuito y por su escasa cantidad y demás circunstancias, surgiere inequívocamente
que es para uso personal de quien lo recepta, la pena será de SEIS (6) meses a TRES
(3) años de prisión y, si correspondiere, serán aplicables los artículos 17, 18 y 21.
”Artículo 14° “Será reprimido con prisión de uno a seis años y multa de trescientos
a seis mil australes el que tuviere en su poder estupefacientes. La pena será de un
mes a dos años de prisión cuando, por su escasa cantidad y demás circunstancias,
sugiere inequívocamente que la tenencia es para uso personal.” Artículo 29°. “Será
reprimido con prisión de seis meses a tres años el que falsificare recetas médicas, o
a sabiendas las imprimiera con datos supuestos o con datos ciertos sin autorización
del profesional responsable de la matrícula; quien las suscribiere sin facultad para
hacerlo o quien las aceptare teniendo conocimiento de su ilegítima procedencia o
irregularidad. En el caso que correspondiere se aplicará la accesoria de
inhabilitación para ejercer el comercio por el doble de tiempo de la condena.”
Artículo 204° CPN. “Será reprimido con prisión de SEIS (6) meses a TRES (3) años
el que estando autorizado para la venta de sustancias medicinales, las suministrare
en especie, calidad o cantidad no correspondiente a la receta médica, o diversa de
la declarada o convenida, o excediendo las reglamentaciones para el reemplazo de
sustancias medicinales, o sin la presentación y archivo de la receta de aquellos
productos que, según las reglamentaciones vigentes, no pueden ser comercializados
sin ese requisito.” (Y los Art 204 Bis, 204 ter, 204 quater que califican la figura
primaria según determinados supuestos).

Sin embargo, en el caso del artículo 5º, incisos “c” y “e” de la ley
23.737, la norma estableció una controvertida condición para la determinación de
la competencia: La infracción prevista en el Art. 5 inc. c) de la ley 23.737, que
reprime a quien “comercie con estupefacientes o materias primas para su
producción o fabricación o los tenga con fines de comercialización, o los distribuya,
o dé en pago, o almacene o transporte;” pasará a la órbita de la Justicia Provincial
siempre que se suponga el comercio de estupefacientes fraccionados en dosis
destinadas directamente al consumidor. El ilícito previsto en el Art. 5 inc. e) de la
ley 23.737, que sanciona a quien “entregue, suministre, aplique o facilite a otro
estupefacientes a título oneroso. Si lo fuese a título gratuito, se aplicará reclusión o
prisión de tres a doce años y multa de tres mil a ciento veinte mil australes”, será de
competencia provincial cuando la entrega, el suministro o la facilitación de
estupefacientes se verifique en dosis fraccionados para el consumo (omitiendo el
supuesto de aplicación)

De modo que allí donde al inicio de la investigación quedara


determinada la competencia provincial, los jueces y fiscales federales no tendrían
modo alguno de conocer en los hechos que -por su envergadura- corresponden a su
competencia natural.

El resto de los artículos que completan la ley 26.052 disponen, en


favor de las provincias adherentes, la transferencia del presupuesto y el destino de
las multas, los beneficios económicos y los bienes decomisados, mediante los
siguientes artículos: Artículo 5º - A los efectos de la presente ley, establécese un
sistema de transferencias proporcionales, a las jurisdicciones (provinciales o a la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires) que adhieran, y que así lo requieran de los
créditos presupuestarios de la Administración Pública Nacional, Ministerio Público
y Poder Judicial de la Nación correspondientes a fuerzas de seguridad, servicio
penitenciario y prestación de justicia con el objeto de garantizar la ejecución de la
presente ley. Artículo 6º - Sustituyese el artículo 39 de la Ley 23.737 por el
siguiente: “Artículo 39.- Salvo que se hubiese resuelto con anterioridad, la sentencia
condenatoria decidirá definitivamente respecto de los bienes decomisados y de los
beneficios económicos a que se refiere el artículo 30. Los bienes o el producido de
su venta se destinarán a la Lucha contra el Tráfico ilegal de estupefacientes, su
prevención y la rehabilitación de los afectados por el consumo. El mismo destino
se dará a las multas que se recauden por aplicación de esta ley. Asimismo, el mismo
destino se le dará a los bienes decomisados o al producido de su venta, por los
delitos previstos en la sección XII, Título I de la Ley 22.415, cuando el objeto de
dichos delitos sean estupefacientes, precursores o productos químicos. En las
causas de jurisdicción federal y nacional los jueces o las autoridades competentes
entregarán las multas, los beneficios económicos y los bienes decomisados o el
producido de su venta a que se refieren los párrafos precedentes, conforme lo
establecido por esta ley. En las causas de jurisdicción provincial las multas, los
beneficios económicos y los bienes decomisados o el producido de su venta,
corresponderá a la provincia.” Artículo 7º - Las causas en trámite alcanzadas por la
presente ley continuarán su tramitación por ante el fuero en que se estuvieren
sustanciando, esto es para las causas que ya venían instruyéndose antes de la
sanción de la ley.

Al respecto y en forma casi inmediata, la Provincia de Buenos Aires


adhería a la Ley 26052 y se sancionaba la ley provincial 13.392.

LEY PROVINCIAL 13.392 (Actual) Está vigente desde el


2/12/2005 para la Provincia de Buenos Aires (PBA), la competencia respecto de
ciertos delitos previstos y penados en la Ley de Estupefacientes Nº 23737, dentro
de los que sobresale tenencia para consumo personal, tenencia simple y comercio
de estupefacientes. Esta transferencia de competencias implicó que múltiples áreas
de la Provincia se hiciesen cargo de una innumerable cantidad de tareas, funciones
y responsabilidades.

En agosto de 2005, el Congreso de la Nación, mediante la Ley Nº


26052 modificatoria de la 23.737, facultó que las provincias y la Ciudad de Buenos
Aires, con una ley de adhesión, asuman la competencia para perseguir, juzgar y
reprimir determinados delitos tipificados en la ley de estupefacientes (art. 5° incisos
c y e; art. 5°penúltimo párrafo; art. 5° último párrafo; art. 14; art. 29; arts. 204, 204
bis, 204 ter y 204 quater del Código Penal).

Con una desprolija redacción, la ley establece sin precisiones (o


manda a establecer) un sistema de transferencias proporcionales, a las
jurisdicciones (provinciales o a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) que
adhieran, y que así lo requieran, de los créditos presupuestarios de la
Administración Pública Nacional, Ministerio Público y Poder Judicial de la Nación
correspondientes a fuerzas de seguridad, servicio penitenciario y prestación de
justicia para garantizar la ejecución de la ley (art. 5).

En este marco, la Provincia de Buenos Aires, mediante Ley Nº


13392, adhirió a la ley nacional y el 2 de diciembre de 2005 asumió la competencia
respecto de los delitos previstos y penados en la Ley de Estupefacientes Nº 23737
y modificatorias, en las condiciones y con los alcances previstos. Asimismo, se
estableció que se le requiera, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 5° de
la Ley Nº 26052, la transferencia a la Provincia de Buenos Aires de los créditos
presupuestarios de la Administración Pública Nacional, Ministerio Público y Poder
Judicial de la Nación, correspondientes a Fuerzas de Seguridad, Servicio
Penitenciario y Prestación de Justicia.

Este traspaso de competencias a Buenos Aires, en materia de


persecución penal de infracciones a la Ley Nº 23737, implicó, como hemos
anticipado, que la Provincia asumiera en diferentes áreas una innumerable cantidad
de tareas, funciones y responsabilidades.

BIEN JURIDICO TUTELADO: Entendemos por “Bien Jurídico”


(…) aquel bien que el derecho ampara o protege. Su carácter deviene de la creación
de una norma jurídica que prescribe una sanción para toda conducta que pueda
lesionar dicho bien. Sin la existencia de esta norma, que tiene que estar vigente y
ser eficaz, el bien pierde su carácter jurídico. “En lo jurídico siempre es importante
determinar cuál es el bien jurídicamente tutelado y en el caso de que hubiere más
de uno establecer el orden de preeminencia En el caso de la Ley 23.737, el bien
jurídico es la “Salud Pública”, a lo cual luego se le agregará el bien jurídico
“Seguridad Pública”. Por esto, los aspectos legales de las drogas (tenencia,
consumo, distribución, suministro, tráfico) fueron vinculados alternativamente con
la salud pública, la vida, la libertad, la intimidad, la defensa nacional y la defensa
de la familia.
BIBLIOGRAFIA Y ENLACES DE INTERES:

Constitución de la Nación Argentina

Constitución de la Provincia de Buenos Aires

Código Penal

Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos Aires

Fundamentos del Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos Aires:


https://normas.gba.gob.ar/documentos/BodNMS6V.html

Ley 23.737: http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-


4999/138/texact.htm

Ley 26.052: http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/105000-


109999/109264/norma.htm

Ley 13.392: https://normas.gba.gob.ar/documentos/VJZvruJV.html

OBSERVACIONES: En caso de surgir dudas respecto al material aportado, dirigir


las mismas a los mails siguientes: Profesor Dr. ORLANDO ANDRES PAJON
andy5407@gmail.com y/o Profesor Dr. DANIEL CANTARINI
danielclaudiocantarini@hotmail.com

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