¿Quién no se ha comido un pollito, o un chifita en el restaurant de su gusto y

al terminar pedir lo que quedó para llevar?, o tal vez te tomaste un cafecito o
un emoliente en la casera de la esquina.
Pues si no lo sabías los envases de tecnopor se han convertido en todos estos
años en el envase indispensable de las comidas y bebidas para llevar.
El tecnopor es el nombre con el que se conoce en Perú al poliestireno. Y si no
lo sabías los compuestos químicos del poliestireno pueden causar cáncer.
Es por eso que saludo que, desde el 20 de diciembre de 2018, se encuentra
prohibida la entrega, comercialización y uso de recipientes o envases de
tecnopor para alimentos y bebidas de consumo humano.
La medida se apoya en la Ley 30884, la cual prohíbe además la fabricación,
importación y distribución del tecnopor en todo el país.
Esta norma es un importante avance del Perú en el tránsito hacia la economía
circular, que es un modelo de desarrollo económico sostenible, en el cual las
actividades productivas se hacen respetando y conservando los recursos
naturales.
Para ello es importante que la ciudadanía adopte cambios en su
comportamiento en cuanto a sus hábitos de consumo, pensando siempre en
conservar nuestro planeta.
En ese sentido, es recomendable sustituir el tecnopor por polímero vegetal a
base de bagazo de caña de azúcar, entre otras opciones sostenibles para la
elaboración de envases y vasos.
Daños en el ambiente
El tecnopor pueden tardar hasta 1000 años en degradarse. Es un material que
desprende sustancias dañinas para la salud cuando entra en contacto con el
calor. Estas mismas sustancias se adhieren a los alimentos y a largo plazo
pueden ocasionar consecuencias muy graves, como cáncer.
Además, el tecnopor es prácticamente imposible de descomponerse y puede
permanecer así hasta mil años contaminando lagos, litorales, la tierra, entre
otros elementos de nuestra naturaleza.
Complementariamente, los animales también están en riesgo de ingerir
tecnopor y perder la vida por un problema que los humanos provocamos con
algunas conductas poco amigables con el ambiente.
¿Qué se puede usar en reemplazo del tecnopor?
Sin embargo, hay alternativas para reemplazar el tecnopor y que podrían
evitar el riesgo a la salud pública. Entre ellas, los envases hechos de bambú,
caña de azúcar, fécula de maíz o cartón.
El uso indiscriminado de este material se debe a la facilidad de su portabilidad
y, principalmente, a lo barato de sus costos de producción, por eso es uno de
los favoritos de las empresas alimenticias y de restaurantes para envolver de
manera fácil la comida en tecnopor.
Además de poder ser perjudicial para el ser humano, el poliestireno es un
compuesto que no puede reciclarse por lo que también es perjudicial para el
medio ambiente. Conscientes de ello, varios países han prohibido su
comercialización.
Y ahora el Perú pone en vigencia la prohibición del uso de los envases de
poliestireno o tecnopor en el uso de comidas o bebidas. Esto es un gran
avance en no sólo porque cuida la salud de cada uno de nosotros, sino porque
protege el medio ambiente.
¿Sabía usted que cuando compra un pollo a la brasa y se lo dan en tecnopor le
están haciendo un daño a su salud?.
Irene Hofmeijer, fundadora y directora de Life Out of Plactic, advirtió que los
envases de este material liberan sustancias, entre ellas el estireno que es un
tipo de plástico inestable, a diferencia del PET ó PETE (tereftalato de
polietileno) que es el plástico número 1; y que comúnmente usado para las
botellas de agua y gaseosa.
Sin embargo cuando el alimento o bebida es grasosa o está caliente, el
tecnopor se convierte en un material inestable y esto podría afectar nuestro
sistema nervioso y es causante de cáncer.
“Frente al calor o productos ácidos (el tecnopor) se vuelve inestable y es
absorbido por lo que está dentro del recipiente, que puede ser alimento o
bebida (..) Cuando se tiene una carne o pescado se recomienda quitar las
grasas porque justo ahí es donde se acumulan los químicos que son dañinos
para la salud”, indicó.
En ese sentido, Hofmeijer invocó que tanto el sector público a través del
Ministerio del Ambiente y las municipalidades puedan ejecutar una ordenanza
que permita el retiro del mercado de tecnopor para las bebidas y alimentos.