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oración en su lengua.

Y después de pensar un poco, parecía haber


obtenido una respuesta.
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EExxttrraa ((11)) OOnnee ddaayy 44


J U N I O 2 9 , 2 0 2 1

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Karlyle llegó a la empresa de Ash, exactamente a las cinco de la tarde.


Después de aparcar su coche en un estacionamiento privado cercano,
Karlyle se encontró de nuevo con el letrero del estudio que decía,
«Unexpected». Pensó que estaría bien, pero cuando lo vio otra vez, le
dolió un poco el estómago.

Después de preguntarle a Ash si le gustaría ir con él, Karlyle dijo que


iría a buscarlo como en el pasado. Y había tres razones para hacer
eso. No quería molestar a Ash, llegaría justo a tiempo, y finalmente,
no le gustaba el recuerdo de su última visita. Lo último, fue el motivo
más importante de todos.

Durante los años venideros, Karlyle pensó que tendría que venir a
ese lugar a menudo. Era la primera vez que visitaba o recogía en su
lugar de trabajo a su pareja, por lo que Karlyle quería hacer todo lo
que pudiera. Así que deseaba poder sobrescribir sus malos
recuerdos. De ahora en adelante, venir a ese lugar, sería
simplemente divertido.

Pero obviamente, sus pensamientos y sentimientos no coincidían


exactamente. Porque aunque su expresión era muy tranquila, Karlyle
entró al vestíbulo bastante nervioso. Ya había pasado mucho tiempo,
pero no parecía que el personal hubiera cambiado. Alguien podría
recordar su incomodidad y las palabras de Ash de que ‘no hay nada
entre nosotros’.
—¿Eh?

La predicción de Karlyle se cumplió en el acto. La recepción en el


vestíbulo tenía la misma empleada que había visto antes. Ella pareció
reconocer a Karlyle de inmediato.

—Usted vino antes…por casualidad, ¿ha venido a ver al Director?

Karlyle exhaló lentamente.

—Sí.

Luego sintió pánico. ¿Necesito agregar más palabras? De hecho,


Karlyle no era una persona muy habladora. Pero de alguna manera,
parecía que ese era el caso.
El señor Jones bajará pronto. Para su información, soy Karlyle Frost, y
estoy saliendo con él. No, eso último definitivamente no era algo que
debiera decir. Solo se sentía un poco tentado. Ash parece ser popular
entre todos en el trabajo, así que estoy seguro de que quiero asegurarme… .
—Lyle, llegaste justo a tiempo.

Ash apareció como un salvador. El rostro de Karlyle se iluminó


inconscientemente. Ash, que acababa de salir del ascensor, caminó
hacia adelante, mirando solo a Karlyle. Y de nuevo, detrás de él, había
varios diseñadores que estaban saliendo del trabajo. De repente,
todos los ojos se pusieron sobre ellos.

—Sí —respondió Karlyle brevemente. Ash se paró frente a él y sonrió.


El rostro de Karlyle se relajó lentamente. Una sonrisa se formó
débilmente en sus labios, sin ser consciente de ello. Karlyle, que no
notó que el rostro de Ash se endureció con curiosidad.

—Te extrañé.

Fue un pequeño susurro, pero alguien pareció haberlo escuchado. Y


después de un momento de silencio, surgió una pregunta de alguien.
—Oh, Dios mío. Director, ¿tiene novio?

Era un hombre que hablaba con una voz muy sorprendida. A primera
vista, parecía ser beta. Karlyle suspiró y miró a Ash. Sus ojos
parpadearon ansiosos. Sabía que no respondería que no pasaba nada,
pero siguió pensando en lo que había pasado ese día.

Pero Ash inmediatamente tomó su mano y puso fin a la ansiedad de


Karlyle. Entonces, entrelazó sus dedos con los suyos. Y luego, Ash se
dio la vuelta para mirar a sus colegas.

—Sí, él es la persona que amo.

Mientras decía eso, pudo ver su brillante sonrisa a su lado. Karlyle


cerró la boca cuando su corazón se detuvo, como si le hubiera dado
un infarto. Sus orejas estaban calientes.

—¡Pero la última vez nos dijo que no había nada entre ustedes!

Alguien mencionó lo que Karlyle tanto temía. Pero en ese momento,


sintió que Ash le apretaba la mano.

—Eso fue antes de me confesara. No es correcto que se esparzan


rumore extraños antes de salir, ¿verdad? Te pido una disculpa, mi
amor.

Ash dijo algo inesperado, y devolvió la pregunta. Karlyle lo escuchó


sin comprender. Lo miró varias veces de reojo y luego bajó los ojos.
Le avergonzaba hacer contacto visual con él.

—Lo ves. Te dije que no era normal.

—¡Preséntenos también! —agregaron dos mujeres, llamadas Mikaila


y Julie. Y en un instante, el vestíbulo se volvió ruidoso. Karlyle apretó
la mano de Ash, en medio de la atmósfera que los rodeaba.
Ash lo llamó su novio. Ese hecho lo hizo sentir muy a gusto, y al
mismo tiempo, lo llenó de alegría. Al ver a la gente pidiendo que los
presentaran, Karlyle puso una sonrisa en su rostro, como la que
ponía cuando estaba trabajando. Pero esa sonrisa fue un poco más
sincera, a diferencia de antes.

—Soy Karlyle Frost. Nos veremos a menudo, así que por favor cuiden
de mí.

Una sonrisa gentil se dibujó en un rostro que era tan frío como una
escultura. Era un poco diferente a las sonrisas que le brindaba a Ash,
pero estaba claro que esa sonrisa había cambiado mucho la
impresión de Karlyle. De hecho, las personas que conocían a Karlyle
solo por negocios, a menudo decían que él era una persona sociable.

El vestíbulo quedó en silencio por un momento. Y después de ese


breve silencio, la gente se aferró más a ellos con voces estridentes.
La mirada de Ash tocó la mejilla de Karlyle. Entonces, Karlyle le
sonrió y esbozó una sonrisa aún más profunda. Ash, quien se frotó
levemente las cejas con una mirada feliz pero infeliz, negó con la
cabeza con firmeza.

—Parece que todos están muy interesados en mis asuntos.

Luego, sostuvo a Karlyle en sus brazos. Karlyle se sorprendió por el


repentino abrazo. Se sintió feliz.

—Tenemos que irnos, así que hablaremos más tarde.

—Vaya, ¿está tratando de monopolizarlo? Director, usted no es así,


¿verdad?

—¡Qué difícil es conocer a alguien tan guapo! Quédese un poco más.


Por favor. Permita que deleitemos nuestros ojos, ¿de acuerdo?

A pesar de las repetidas súplicas, Ash se rió y los rechazó con mucha
firmeza. —Vamos—y mientras le susurraba al oído, guió a Karlyle. El
Karlyle Frost del pasado que decía que besar o mostrar afecto en
público era engorroso, ya no existía. Karlyle estaba muy satisfecho
con la situación actual. Entonces, permitió que Ash lo guiara, sin
decir una palabra.

Cuando se dio la vuelta para despedirse, Ash negó con la cabeza


violentamente. Entonces, Karlyle simplemente lo siguió a Ash fuera
de la empresa. Ash salió del edificio con bastante rapidez. Y no fue
hasta que llegó al estacionamiento desierto, que dejó de caminar.

—Lyle.

Las manos de Ash tomaron la mejilla de Karlyle. Y mientras tanto,


Karlyle que volvió a la inexpresividad, asintió con la cabeza.

—Sí.

—¿Sueles sonreír así?

Ash parecía realmente molesto. De hecho…su enojo era contra otras


personas que no eran Karlyle.

—¿Yo fui el único al que no le sonreíste?

—No, eso no es cierto.

Parecía que Ash estaba enojado por algo, pero no sabía por qué.
Karlyle recordó sus acciones pasadas, para ver si había cometido
algún error. Pensé que era correcto ser amable con las personas que
rodean a mi pareja… .
—¿Cometí algún error?

Su voz sonaba un poco más baja. Ash negó con la cabeza.

—No, no es eso… .

Sus dedos frotaron suavemente los labios de Karlyle. Al recordar lo


que había sucedido por la mañana, sus mejillas se calentaron.
—Soy el único que debería ver algo tan bonito, pero otras personas
lo han visto.

Sus labios se tocaron ligeramente y luego se apartaron.

—Solo sonríe frente a mí. Como siempre.

Sus labios se tocaron de nuevo.

—Me gustaría que…no sonrieras tan a menudo.

Lo besó un par de veces más. Los ojos de Karlyle se agrandaron al


sentir su ligero beso y finalmente sonrió.

—Lo ves. Tienes prohibido sonreír en lugares públicos.

—Está bien.

Entonces a Karlyle se le ocurrió algo que decir. De hecho, era algo en


lo que había estado pensando durante mucho tiempo. En ese
momento, no estaba en condiciones de pedir tal cosa, por lo que
nunca se había atrevido a hablar. Pero ahora era diferente. Karlyle
Frost, era originalmente un negociador.

—Entonces espero que tu tampoco te rías demasiado, Ash.

En otras palabras, eso significaba que no podía aceptar los términos


de forma gratuita.

—¿Yo?

—Ash…no debes sonreírle a nadie.

Ash tenía una impresión amistosa, por lo que había mucha gente a
su alrededor. Era obvio que no podría evitar sonreírle a las personas
que ya conocía, pero si iba a un restaurante o se encontraba en la
calle con alguien, no debía sonreír tan a la ligera. Era porque esas
personas, después no podrían despegar sus ojos de Ash.
—¿No te gustó mi propuesta?

Ash sonrió profundamente, como si hubiera escuchado un sonido


muy lindo. Sus dedos le frotaron sus mejillas.

—…no, está bien.

Parecía que no estaba muy contento con eso.

—Si a Lyle no le agrada, no me reiré.

Y aunque dijo que no se reiría, la sonrisa de Ash se profundizó.

—Lo digo en serio.

—Yo también lo digo en serio. Lo prometo. ¿No me crees?

Por supuesto que si…te creo.


—Pensé que podrías cambiarlo de una vez…pero no creo.

Mientras expresaba sus verdaderos sentimientos, Ash se rió a


carcajadas. Parecía estar disfrutando mucho de la situación.

—Eres tan lindo.

Tal vez la palabra ‘lindo’ ya se había convertido un hábito, porque


Ash la dijo de nuevo.
—Si no me crees, puedes encerrarme. Para que nadie más pueda
verme sonreír. ¿Qué dices? Me quedaré en casa si eso es lo que
quieres, Lyle. ¿Vas a alimentarme y ponerme a dormir en su lugar?

En ese momento, Karlyle sintió muchas ganas de hacer eso. ¿Acaso


no es obvio? Él tenía mucho dinero. Karlyle, quien creció bajo esas
circunstancias, estaba inundado de riqueza y tenía mucho dinero a
su nombre. Estaba seguro de que podía alimentar a Ash por el resto
de su vida sin que le cayera una gota de agua en sus manos.
Sintió una tentación incomparable a cuando estaba contemplando en
si debía usar su camisa o no. Karlyle realmente pensó que estaba bien
encerrar a Ash. Pero por supuesto … él sabía que eso era un crimen.
Solo lo pensó…porque Ash le dijo eso. Karlyle solo estaba pensando
en darle a su pareja todo lo que quería.

—Bueno, creo que ahora realmente estás pensando en eso —susurró


Ash. Sus labios tocaron su oreja.

—Estoy de acuerdo. Pero en cambio…hasta que esté satisfecho, Lyle


tampoco saldrá.

Ash puso la mano detrás de su esbelta cintura. Karlyle tragó en seco,


al sentir una ligera presión en su abrigo.

—Para criarme, debes hacerte cargo también de mi deseo sexual. Voy


a asegurarme de que el pequeño agujero de Lyle nunca esté vacío.
Eso es lo que quiero hacer.

Poco a poco, el significado de sus palabras se fue aclarando. Karlyle


permaneció callado, olvidándose de respirar. ¿Cómo diablos debo
reaccionar aquí?
—Quiero que te empapes por delante y por detrás…haré que te
acostumbres al sonido húmedo. Dejaré que Lyle chupe y sea follado
por la polla que tanto le gusta por la mañana…¿Qué te parece?

Karlyle se rindió tan pronto como escuchó la palabra ‘polla’. Era una
palabra muy sugerente como para escucharla sobrio. ¿Por qué diablos
usa la palabra ‘polla’ en referencia al pene? Estaba mareado.
—…es tarde.

—¿En serio? No creo que haya pasado mucho tiempo.

Ash se encogió de hombros como si realmente lo estuviera


disfrutando o no quisiera ir. Y mientras miraba a Ash con una mirada
vacilante, Karlyle logró apartar su mano.

—Es en serio.
—Está bien, no deberíamos llegar tarde.

Karlyle respiró hondo mientras sacaba las llaves del coche de su


bolsillo. Pero a pesar de la situación, no se olvidó de recordarle a Ash
su promesa.

—Lo prometiste.

—No te preocupes. Si rompo la promesa, enciérrame como acabas de


decir. Lo digo en serio.

Karlyle se negó a hacer otro comentario. Ash se rió en silencio


mientras lo veía caminar rápidamente hacia su Audi, que estaba
estacionado en el parqueadero.

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A medida que se acercaban a la mansión, sentía que su dolor de


estómago crecía. Karlyle se últimamente se estaba sintiendo mucho
mejor, y aunque pensó que ya nunca más le dolería el estómago, el
dolor <volvió a aparecer de nuevo. Nunca había sido fácil para él ver
a su abuelo.

Pero el hecho de que estuviera un poco acostumbrado no significaba


que no sintiera dolor. Karlyle acababa de aprender a soportar esa
situación. Y más ahora, que había hecho la cosa más decepcionante
para su abuelo en toda su vida. La presión era grande.

—Lyle—lo llamó Ash, mientras estacionaba el auto en el patio


delantero de la mansión. Karlyle volvió la cabeza. Ver el rostro de Ash
lo calmó un poco.

—¿Estás bien?
Mientras apartaba sus manos del volante, Karlyle se humedeció los
labios. Era agradable tener a Ash a su lado. Y temía que un hombre
tan bueno pudiera ser lastimado por su abuelo.

—Estoy bien. Pero… .

Ante los ojos de Karlyle, Ash parecía ser un hombre que había crecido
rodeado de amor. A diferencia de él, en un bello entorno, él sonreía
como una persona que solo había visto cosas buenas. Pero Karlyle
ahora sabía que había una razón para la risa de Ash. Cuando escuchó
la historia de su infancia, Karlyle entendió por primera vez lo que
significaba tener el corazón roto. Fue su decisión mostrarle solo
cosas buenas a aquellos que tuvieran tales heridas en el futuro. Pero
su abuelo seguramente le hablaría con dureza.

—Como dije antes, mi abuelo… .

Karlyle le contó un poco sobre él, el día que le entregó la pintura a


Ash. Para honestamente, no supo qué decir. Su pasado era diferente
al de la gente común, pero al mismo tiempo, no era particularmente
especial.

Así que Karlyle solo habló de lo que le habían enseñado desde la


infancia. Solo se hizo una breve referencia a su abuelo. Que era como
un espécimen de la nobleza.

—Actúa como un aristócrata, sin comparación con el marqués


Gordon. Su comportamiento no es apropiado en esta época, pero
dado que tiene una fuerte tendencia a valorar los linajes… .

Karlyle nunca le había contado a nadie sobre su familia. Era difícil


elegir palabras para explicarle la forma de ser de su abuelo a los
demás.

—¿Es por eso que estás preocupado? Estoy bien.

—Sin embargo…me temo que te dirá algo que no sea agradable.


Cuando expresó sus preocupaciones con palabras, le dolió aún más
el estómago. Entonces, se mordió un poco los labios. El rostro de Ash
estaba lleno de ansiedad, y luego extendió la mano.

—¿Estás enfermo de nuevo? ¿Quieres que regresemos?

—No, no es eso.

—¿Qué puedo hacer cuando te veo sufriendo así? ¿Eh? Creo que te
vas a desmayar.

El dolor desapareció por un momento. Era como si hubiera


escuchado un sonido indescriptible. ¿Qué quieres decir con que me voy
a desmayar? Karlyle era un hombre alfa corpulento que nunca había
estado enfermo, aunque recientemente hubiera mostrado cierta
falta de fuerza.
—Eso no es cierto.

—Es por eso que no puedo tocarte.

—…en realidad…estoy bien.

—Tiendes a decir que estás bien aunque no lo estás, Lyle.

La mano de Ash tocó su estómago. Los dedos de Karlyle se crisparon


ante la suave caricia que pasaba por su abdomen, como para
calmarlo.

—Ash… .

—No tienes que preocuparte por mí. Soy resistente a los ataques
personales. Además…tú no eres el escribe para verme a menudo,
¿verdad? —dijo Ash con indiferencia. El trasfondo de ese tipo de
resistencia a los ataques personales, podía deberse a la infancia de
Ash. Sintiéndose muy triste, Karlyle cubrió el dorso de la mano de
Ash. Quería decirle que lo amaba.
Pero le requería mucha preparación cada vez que lo decía. Sus
sentimientos eran tan profundos, que era difícil pronunciar esas
palabras fácilmente. Sentía como si todas las partes de su cuerpo por
las que pasaban esas palabras, temblaran. Era tan intenso

—Bueno, está bien.

Ash le guiñó los ojos con una voz juguetona. Al mirar su lindo gesto,
las orejas de Karlyle se pusieron rojas. ¿Le hizo eso a otras personas
también? En medio de toda esa situación, no pudo evitar sentir celos.

—Podemos huir juntos. ¿Nos vamos a Francia? Vivamos juntos en


Marsella. Para que no te sientas solo, te daré muchas alegrías, Karlyle.

La mano de Ash, que estaba tocando su estómago, se volvió. Y


mientras sostenía la mano de Karlyle que cubría la suya, Ash la puso
sobre sus labios.

—Mon Chéri[1].
Esa fue la primera vez que escuchó a Ash hablando en francés. Su voz
era baja y dulce. No esperaba que las palabras ‘Mi amor’ pudieran
sonar tan lascivas. Había poder en sus palabras. Toda la ansiedad que
rodeaba a Karlyle comenzó a disminuir lentamente. Todo estaría
bien, si Ash estaba con él. La palabra ‘huir’ de alguna manera parecía
como un cuento de hadas, pero estaba dentro del rango imaginable.

—…¿Hablas en serio?

—No miento.

Si ese es el caso, entonces la palabra ‘enciérrame’ podría haber sido


sincera…. .Karlyle pensó de repente en eso, pero luego sonrió
lentamente. A diferencia de hace unos minutos, cuando estaba
nervioso, su mente ahora estaba lo suficientemente relajada como
para pensar en eso de nuevo. Gracias a unas pocas palabras de Ash.
—Está bien.
Esta vez fue su turno. Karlyle tiró de la mano que había tocado los
labios de Ash en dirección opuesta. Entonces, inclinó la cabeza con
reverencia hacia esa mano, y luego la besó suavemente.

—Como dijo Ash… creo que todo estará bien.

Y mientras frotaba sus labios lentamente, Karlyle levantó los ojos.


Los ojos de Ash, que lo habían estado mirando por un momento sin
expresión, se inclinaron como si estuviera en problemas.

—Lyle.

—Sí.

—Me alegro de no tener mucho tiempo en este momento.

Karlyle frunció el ceño levemente ante sus palabras incomprensibles.


Entonces Ash se echó el pelo hacia atrás con un profundo suspiro.

—De lo contrario, te lo hubiera hecho aquí mismo.

—¿Qué quieres decir con eso…?

—Mi amor eres tan ingenuo…tienes un largo camino por recorrer—


dijo Ash con voz de lamento genuino. La mano de Ash agarrada por
Karlyle, le frotó los labios. Karlyle sintió que era una acción llena de
deseo.

—Bueno, ¿nos vamos? —preguntó Ash. Karlyle sonrió levemente


mientras hacía contacto visual con él. Las puertas del coche se
abrieron al mismo tiempo.

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[1] Mon chéri. (Francés) Cariño, Mi querido, Mi amor. (Por obvias


razones, su traductora siempre prefiere la expresión, Mi amor.
Suena precioso.)
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Arthur estaba en su habitación, que Alice solo abría cuando recibía a


invitados importantes. De hecho, la mansión era de Arthur, por lo
que habría sido una habitación utilizada originalmente por él.

Después de dos golpes en la puerta, se escuchó una voz clara y seria.


Karlyle enderezó la espalda ante el sonido que escuchó a través de la
madera pesada.

Entonces, giró el largo pomo dorado de la puerta cubierto con pan


de oro. Más allá de la puerta que se abrió silenciosamente, se podía
ver el paisaje del colorido salón. Arthur Frost estaba sentado
tomando té en una silla con cojines de terciopelo decorados al estilo
victoriano y una mesa de caoba. Esa escena había presionado a
Karlyle toda su vida.

—Hola, abuelo.

Los ojos de Arthur se enfocaron en Karlyle. Pero Karlyle, que estaba


a punto de dar su siguiente saludo, se dio cuenta de inmediato de que
Arthur no era el único que estaba allí.

Junto a Arthur estaba sentado el marqués Gordon. Karlyle


inconscientemente miró a Ash, sabiendo que era una falta de respeto.
Ash tenía un rostro imperturbable.

—Querido Marqués Gordon…Saludos.

—Nos vemos de nuevo, Señor Karlyle —lo saludó Gordon con una
cara amistosa. La mirada de Gordon pronto se volvió hacia Ash.
Cuando Ash le sonrió a Gordon, él lo miró con dulzura. Esta vez, fue
Ash quien abrió la boca.
—Gracias por darme la oportunidad de conocerlo. Mi nombre es Ash
Jones.

Arthur, que había estado sentado en silencio, desvió la mirada.


Quizás estaban bebiendo el té de la tarde, porque Arthur y Gordon
tenían tazas de té en la mano. Gordon miró a Arthur y dijo:

—¿Cómo te sientes al verlo tú mismo, Arthur?

Karlyle contuvo la respiración. No sabía qué estaba pasando, pero las


cosas iban en una dirección diferente de lo que pensaba.

En primer lugar, su abuelo y el marqués Gordon no eran tan


cercanos. Eso se debía a la tendencia unilateral del Marqués Gordon
de no aparecer en los círculos sociales. Pero ahora Gordon estaba
llamando a su abuelo por su nombre.

—Es guapo y alto, así que es normal que el marqués lo aprecie.

—Ha sido un chico inteligente desde que era pequeño, así que creo
que hará todo lo posible para convertirse en alguien digno de tu
precioso nieto. ¿No es así, Ash?

Karlyle estaba confundido. Ahora podía darse cuenta de que el


Marqués Gordon se preocupaba por Ash, como si fuera su propio
hijo. Si es así, ¿entonces Ash se puso en contacto con el Marqués después
de recibir mi llamada para organizar esta reunión?
—Por supuesto. Lyle es demasiado bueno para mí—respondió Ash, y
miró a Arthur con una linda sonrisa.

—Así que si el Marqués Frost me permite salir con él, cuidaré de su


nieto más que a nadie. Por favor.

Karlyle se sintió avergonzado por las palabras que sonaban como si


estuviera tratando con alguien superior. Ash nunca lo había tratado
de ese modo. Cuando miró a Ash con una mirada de decepción,
Gordón aplaudió como para levantar el ánimo. Arthur los estaba
mirando con una expresión desconocida. Su postura con la espalda
recta era muy aguda.

—Oh, ahora que lo pienso, todavía no los has invitado a sentarse.


¿Qué piensas, Arthur?

—Por supuesto. Karlyle, ¿qué estás haciendo? Ofrécele un asiento al


señor Jones.

La actitud de Arthur hacia Ash parecía increíblemente amistosa. Era


extraño que fuera así ahora.

Ante el tono de su abuelo reprendiéndolo por no brindarle a Ash un


asiento, Karlyle puso una expresión de alivio en su rostro. Sin
embargo, la expresión de Ash por el contrario, se puso un poco rígida.
Karlyle, que no lo entendió, miró a Ash y le susurró en voz muy baja.

‘¿Ash?’
‘Lyle… .’
Ash miró a Karlyle con los ojos confundidos y luego cerró la boca.
Parecía como si estuviera pensando en algo. Karlyle esperó a que Ash
hablara por un momento, y luego llevó a Ash a su asiento. Frente a
los dos marqueses, había un sofá largo para que ellos se sentaran.
Hubo un breve silencio. Entonces, Arthur abrió la boca de nuevo.

—Verlo con mis propios ojos me pone un poco ansioso. Le pido su


comprensión. Desde que era joven, he estado pensando en encontrar
una buena familia que se adapte a Karlyle, así que me avergonzó que
su compromiso se rompiera repentinamente. En tal situación, quería
echarle un vistazo a la persona con la que está saliendo, después de
romper su compromiso.

Arthur estaba hablando como si su compromiso se hubiera roto


debido a la apariencia de Ash. El marqués Gordon asintió
comprensiblemente mientras les servía el té.
—Lo entiendo completamente. Es un acuerdo familiar. La familia
Frost ha mantenido un linaje superior desde la antigüedad, por lo
que el marqués debe estar preocupado.

—Pero hay una familia con la que no tenemos conexiones. A


excepción de Phillip, no hay otro marquesado que se haya
relacionado con el duque de Devonshire de generación en
generación.

Las conversaciones inusuales eran comunes en ese lugar. Karlyle


estaba acostumbrado a ellas, pero probablemente Ash no lo estaba.
Ash en realidad se quedó sin habla. Solo estaba mirando hacia
adelante con una cara extrañamente poco sonriente.

—Ya que es un joven por quien el marqués se preocupa, podría dejar


a mi pobre nieto en paz. Sin embargo, dado que están en una
relación…No sé cuánto vayan a durar.

Mientras decía eso, Arthur miró a Karlyle. Parecía que estaba


reprendiendo a Karlyle por haber hecho eso solo por tener una cita,
no porque pensara en casarse con él. Karlyle bajó la cabeza en
silencio, como si fuera patético.

—Lo siento, por los inconvenientes que te he causado.

Era algo que debía decir. Pero Karlyle tenía más que decir aparte de
eso. No fue por Ash que su compromiso se rompió. Fue porque
Karlyle era un ser humano que cometía muchos errores.

—Pero…sólo quiero dejar en claro que el Señor Jones no fue la causa


de que hubiera roto mi compromiso. Como ya lo sabes abuelo, es
porque no soy lo suficientemente bueno… .

—Lo sé. ¿Cómo te las arreglas para mostrar tanta fealdad frente a los
ojos de los demás?
Como si lo esperara, Arthur reprendió duramente a Karlyle. En ese
momento Ash tomó la mano de Karlyle con fuerza. Karlyle se
sorprendió por su fuerza. ¿Ash también lo estaba reprendiendo por
su patético comportamiento?

Era comprensible. Cualquiera se sentiría así, al ver como su abuelo


lo trataba. Si al menos fuera un Alfa dominante como Kyle… .
Mientras luchaba por deshacerse de su creciente culpa, Karlyle trató
de enderezar su postura. Luego bajó los ojos y volvió a disculparse

—…No tengo nada que decir. Me comportaré bien en el futuro.

—¡Deberías! Si sigues comportándote tan patético como ahora, nadie


te querrá.

En ese momento, se escuchó una risa. Karlyle se sorprendió y miró


hacia un lado. El dueño de esa risa era Ash. Ash estaba mirando a
Arthur, como un hombre que no podía entender lo que acababa de
presenciar. Sus ojos estaban endurecidos con frialdad.

—Oh, discúlpeme—dijo fríamente Ash, con una voz que no mostraba


ningún arrepentimiento. Las cejas de Arthur se endurecieron, ante
el tono que era tan frío como el hielo y afilado como espinas.

—Creo que el Marqués está entendiendo mal. Karlyle no es un


hombre patético. Como dije antes, él es demasiado bueno para mí.

Karlyle se puso rígido. Nunca nadie había dicho eso delante de él.

—No sabía que su abuelo, pudiera tratar a alguien tan precioso y


valioso como Karlyle de esta manera.

Asombrosamente, Ash se rió. El rostro de Arthur se volvió


gradualmente enojado. Gordon sonreía como si estuviera
avergonzado, pero tampoco se veía bien.
Karlyle sintió una emoción indescriptible en su interior. No podía
creer que Ash lo defendiera, y estaba feliz de que estuviera a su lado
… pero al mismo tiempo, sentía que hacía que todos se sintieran
incómodos debido a su inexperiencia. Estaba muy agradecido por las
palabras de Ash, pero su abuelo no estaba equivocado.

—¿Acaso no es su familia? —preguntó Ash. Arthur lo miró con sus


brillantes ojos azules, y luego volvió la cabeza, ignorándolo. En su
lugar, dirigió sigilosamente su flecha hacia Gordon.

—Esto es otra cosa inesperada.

—Espero que el marqués lo disculpe. Si estás enamorado, es fácil


enfadarte por muchas cosas.

Como un caballero y un hombre mayor, Gordon apaciguó


hábilmente a Arthur. Pero Karlyle sabía que Arthur no se detendría
allí.

—Sin embargo, los títulos nobiliarios existen para algo. No puedes


engañar a tu origen. Por eso… .

Ash no respondió a sus comentarios despectivos. Pero esta vez fue


difícil para Karlyle dejarlo pasar. Sabía que su abuelo se comportaría
de esa manera. Quería contenerse, pero en ese momento surgió el
tema de ascendencia y origen, del mismo modo que ignoraba a su
padre. ¿Qué diablos importa eso?
—Abuelo.

Estaba muy enojado. Estaba realmente molesto. Ash no tenía por qué
escuchar eso. Él no debería ser tratado así, solo porque estaba
saliendo con Karlyle.

—Espero que no culpes a Ash…por las consecuencias de mis defectos.

—¡Karlyle! —exclamó Arthur exasperado. En realidad lo miró como


si no pudiera creerlo.
—¿Finalmente te volviste loco?

Arthur no pudo soportar la atrevida respuesta de Karlyle. Podía ver


sus manos temblorosas. Si no fuera por Ash o Gordon, no sería
extraño que lo abofeteara de inmediato. Karlyle nunca había
refutado descaradamente a su abuelo en su vida.

La energía del hombre enojado llenó la habitación. Incluso en su


vejez, no dejaba de ser un alfa dominante. El aire que oprimía todo
su cuerpo era un pasaje hacia los malos recuerdos de Karlyle. Sin
embargo, Karlyle apretó los puños, los abrió y continuó hablando.

—Siento decepcionarte. Pero… .

Karlyle luchó por reprimir el temblor de su voz. El trato que lo


rodeaba era merecido, pero las exigencias que haría ahora eran
imperdonables. Así que tenía que ser valiente.

—Por favor, no trates a mi pareja de esa manera, abuelo. Por favor.

El color desapareció de su rostro. Pero Karlyle cerró la boca y se


encontró con la mirada de Arthur de frente. La mano de Arthur se
movió como si estuviera subiendo. Era evidente ante los ojos de
Karlyle que Arthur estaba siendo extremadamente paciente.
Entonces Gordon calmó el aire ardiente, justo antes de que pudiera
explotar.

—Es bueno ver a los jóvenes de estos días tener un argumento claro.

—¿No dijiste que se veía bien, Philip?

Arthur estaba a punto de explotar con esas palabras. Ni siquiera sabía


que ya estaba sucediendo. Pero a Gordon no parecía importarle en
absoluto.

—Ha pasado mucho tiempo desde que hubo un día tan bueno, no
deberías estar tan molesto. Hasta donde yo sé, hay muchas historias
que quieres desentrañar con el duque por la noche…No sé si estás de
acuerdo con eso—dijo Gordon. Solo entonces Karlyle se dio cuenta
claramente de cuál era el trato entre ellos. Arthur siempre había
lamentado que no tuvieran conexiones en la rama política. El
compromiso de Karlyle también había sido una forma de conseguir
ese complemento.

Y Gordon parecía estar ofreciéndole eso, con la condición de que


estableciera un puente con el duque de Devonshire, con quien había
sido amigo durante mucho tiempo. Y todo por Ash.

La atmósfera, que había estado tensa, fue relajándose gradualmente.


Su abuelo era un hombre arrogante y poco sincero, pero al mismo
tiempo era una persona de claras prioridades. Sabía que haría
cualquier cosa por el beneficio de su familia y de él mismo. El
enrojecimiento de su rostro disminuyó gradualmente. Las
feromonas que habían estado deambulando por la habitación se
fueron apagando lentamente.

Ash todavía tenía el rostro frío, con los ojos fijos en Arthur. Arthur lo
miró una vez más con gran desaprobación y cerró los ojos. Segundos
después, Arthur abrió los ojos y se quedó tan callado como cuando
los saludó por primera vez.

—Eso tiene sentido.

—Me alegra que estés de acuerdo.

—En beneficio del Marqués, dejaré pasar esto.

Arthur miró a Karlyle. Sus ojos mientras lo miraba eran vagos, y


luego abrió la boca con frialdad.

—Vete de aquí.

Luego también le dio una mirada a Ash.


—Ya veremos.

Era una expresión ambigua, que podía estar dirigida a cualquiera de


ellos. Ash sonrió al escuchar eso.

—Cuidaré de Karlyle mejor que nadie, así que no se preocupe.


¿Puedo irme?

Ash pidió permiso pero no esperó a Arthur. Ash, que se levantó de su


asiento sin dudarlo, se acercó a Karlyle.

—Vamos, Lyle—le susurró, con un rostro amistoso. Entonces la


tensión se alivió, y Karlyle se sintió un poco mareado. Sentía que todo
estaba arruinado, pero al mismo tiempo, ver la cara de Ash, lo hizo
sentir bien.

No quería pensar más. Karlyle tomó la mano de Ash sin dudarlo. Una
extraña calidez se extendió por todo su ser. Karlyle sintió una
incomparable sensación de alivio, atravesando suavemente sus frías
entrañas. Así se sintió cuando recibió el mensaje de Ash por la
mañana. No estar solo, sentir que alguien te apoya.

¿Cómo se llama a esto?


Una palabra estaba en la punta de la lengua de Karlyle, como si la
hubiera recordado. Entonces, Karlyle tomó la mano de Ash y se
levantó del sofá. Pero antes de salir del salón, Arthur murmuró algo,
como si se hubiera enojado de nuevo.

—Bastar… .

Gordon se levantó de su asiento para calmarlo.

—Jaja, Arthur. ¿Qué tal si lo miras con un espíritu joven? Si te parece


bien, hablaré con ellos un rato.

Arthur reemplazó su respuesta por beber té. Gordon sonrió


amablemente y caminó hacia ellos. Ash dejó escapar una risa fría y
salió de la habitación primero. Gordon salió de la habitación junto a
Karlyle.

—Señor Karlyle.

Gordon cerró la puerta y lo llamó gentilmente. Karlyle se inclinó


directamente ante Gordon con una sensación de impotencia. Ash lo
sostuvo por detrás.

—Lo siento.

—Lyle, no hagas eso. Te debo una disculpa—dijo Ash, mientras


ayudaba a Karlyle a enderezar su postura. Gordon agitó la mano
como si no le importara.

—¿Por qué te disculpas? El marqués fue grosero contigo.

—Pero… .

—Por lo general, los nobles que quieren abolir las leyes de caza del
zorro no se desvían mucho de esa naturaleza. Las personas que se
crían así son difíciles de cambiar—dijo Gordon y miró a Ash. Ash
suspiró y se frotó la cara, y de inmediato se inclinó ante Gordon:

—Lo siento, gracias.

—No sé por qué haces eso de nuevo. Yo soy quien debería estar
agradecido. Finalmente me encontraste.

—Lo arruiné. Lyle, lo siento. Debería haberme contenido… .

Ash se acercó. Los dedos que le tocaban la mejilla temblaban


levemente.

—Pero al ver como te trataba…yo me enojé mucho.

Karlyle sintió algo abrumador mientras miraba sus ojos


dolorosamente distorsionados. Alguien se había enojado por él. La
palabra que le vino a la mente antes de salir de la habitación se fue
aclarando gradualmente.

—Jaja, es hora de que ese anciano se haga a un lado. Oh, Karlyle—


dijo Gordon hábilmente. Karlyle miró la mano de Ash como si
estuviera hechizado, luego recobró el sentido y respondió a Gordon.

—Sí, Marqués.

—Es sobre lo que te dije antes. Te pedí que me hicieras un favor más
tarde.

Obviamente lo hizo. Gordon le había dicho eso a Karlyle, a cambio de


no aceptar dinero por la pintura.

—Lo recuerdo.

—Creo que es hora de que me hagas ese favor.

Los ojos de Gordon se entrecerraron suavemente. Fue una sonrisa


cariñosa, que pensó que se parecía mucho a la de Ash.

—Haré lo que me pida.

—Me alegra escuchar eso.

Gordon extendió la mano. Karlyle vaciló, y tomó la mano de Gordon


mientras este la estrechaba. La mano de un hombre
sorprendentemente firme agarró suavemente la mano de Karlyle.

—Espero que tú y el hijo de la persona que más amé en el mundo,


vivan felices para siempre. Esa es mi petición.

Esa era la señal de que él era una persona muy valiente y encantadora.

Karlyle se quedó aturdido brevemente ante las palabras de profunda


nostalgia. Le recordó a alguien que decía que las emociones eran
contagiosas. La mano de Ash se envolvió alrededor del hombro de
Karlyle. Gordon los miró y sonrió. La mano temblorosa de Gordon se
apartó lentamente.

—Bueno, Ash. Te veré después.

—Muchas gracias.

—Está bien. No he visto a Natalie en mucho tiempo, así que si te


parece bien, me encantaría verlos juntos.

—Lo haré.

Ash le sonrió a Gordon con rostro más tranquilo que antes. Gordon
sonrió casualmente , y regresé al lugar en donde estaba Arthur. Se
escuchó la puerta cerrarse. La mano de Ash, en el hombro de Karlyle,
lo frotó durante mucho tiempo.

—¿Nos vamos, Lyle?

—…eso me gustaría.

—Será mejor que compremos un poco de vino en el camino.

—Sí. Eso sería perfecto—Ash, quien habló consigo mismo, pronto


suspiró. Luego, abrazó a Karlyle con fuerza. Karlyle sonrió
suavemente, mientras hundía el rostro en su cuello. Lo invadió una
sensación de alivio. Karlyle finalmente pudo definir lo que sentía.
Confianza.
Sorprendentemente, Karlyle confiaba en Ash Jones. Sentirse protegido,
y apoyarse en alguien que se preocupa mucho por ti…eso es lo que la gente
dice. La sensación era tan increíble, que Karlyle no pudo evitar
abrazar a Ash de frente. Entonces, le agradeció a Ash, tirando de su
cintura con fuerza.
Por haberlo elegido a él.

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J U L I O 3 , 2 0 2 1

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Karlyle eligió las botellas más caras de la bodega de la casa de sus


padres. Ash se rió de eso mientras ponía unas seis botellas de vino
blanco y tinto en una caja de madera.

Entonces, los dos regresaron a la casa de Ash. Al ver un espacio en el


que se sentía como en casa en solo tres semanas, Karlyle pensó que
nunca quería perderse esa felicidad. Y por lo tanto, estaba dispuesto
a esforzarse al máximo, para no podérselo.

Ash le sonreía, pero el encuentro con su abuelo parecía haberlo


molestado mucho. La expresión de Ash se endurecía en los
momentos en los que no miraba a Karlyle. Cada vez que Ash bajaba
los ojos como si estuviera pensando en algo, Karlyle miraba su
expresión. Quería aliviar su estado de ánimo, pero no sabía cómo.
Entonces, Karlyle entró en la cocina. Luego se paró ansiosamente
junto a Ash, para acompañarlo mientras él preparaba el vino y la
comida.

—Siéntate, yo lo haré por ti. Debes estar cansado, así que lávate
primero—dijo amablemente Ash, mientras miraba a Karlyle. Pero
mientras le echaba un vistazo a su rostro exhausto, Karlyle terminó
disculpándose

—Lo siento.

—…Lyle.

La sonrisa de Ash desapareció. Entonces, dejó el plato de ensalada y


se dio la vuelta.

—Por favor, no te disculpes de ahora en adelante.


—Pero por mi culpa… .

—No fue por ti, Lyle. Fue tu abuelo quien fue grosero.

Ash cerró los ojos y se mordió los labios, como si estuviera


pronunciando las palabras que había estado conteniendo.
Preocupado de que se lastimara los labios, Karlyle estiró a medias la
mano y luego la bajó.

—Cuando tratan a un ser querido frente a ti de esa manera…no hay


nadie que no se enoje.

—Está bien, porque estoy acostumbrado a escuchar eso. Además es


cierto… .

Ash abrió mucho los ojos. Su expresión se volvió seria, como si las
palabras de Karlyle lo hubieran confundido mucho. Ash, que se pasó
la mano por la cara, respiró hondo.

—Lyle. Escúchame bien.

Karlyle asintió. Estaba muy nervioso porque sus palabras, habían


molestado a Ash aún más.

—En primer lugar, todo lo que dijo tu abuelo sobre ti no es cierto.


Lyle, eras una persona muy inteligente, y puedes hacer muchas cosas.
La gente común ni siquiera puede seguirte el ritmo.

Karlyle se quedó en silencio. Incluso aunque parecía que él tenía


razón, su circulo social estaba formado por personas que lo
superaban en ese nivel. Entre ellos, Karlyle era el menos destacado
de todos.

—Además, tú no estás bien. Yo tampoco lo estoy. Lyle, tu eres la


persona más preciosa para mí.

Karlyle se miró los pies por un momento, y luego levantó la cabeza.


—No necesito a nadie más en el mundo. Tu eres más precioso,
hermoso, guapo, lindo y encantador que otra persona. Eres la
persona que más amo.

Fue como volver a escuchar su confesión. Era demasiado. Ahogado


por la oleada de emoción, Karlyle jadeó un poco. Y luego, aguantó el
cosquilleo de sus ojos.

—Entonces, Lyle, debes preocuparte más por ti mismo. Por favor, no


me digas que está bien escuchar eso.

Por favor.
Ash parecía tan triste como si hubiera sido herido. Karlyle estaba
triste por haber entristecido a Ash, pero al mismo tiempo estaba
contento de que su tristeza, surgiera de su amor por él. Aunque era
un hombre tan egoísta, Ash lo envolvió en todo tipo de palabras
hermosas.

—Nunca imaginé que te trataran de esa manera, Lyle. Pensé que solo
eras un joven maestro precioso. Imaginé que habías crecido en una
familia donde todos estaban ansiosos por hacerte feliz. Así es como
debería ser.

Ash finalmente tiró de Karlyle con fuerza, como si no pudiera


soportarlo. Entonces, hundió su rostro en el cuello de Karlyle y se
frotó la frente.

—Estoy tan molesto de no saber eso.

—…todo está bien.

—No. Por el momento, no te creeré cuando me digas que está bien.

—…pero quiero que me creas.

Karlyle levantó suavemente su mano y acarició la espalda de Ash.


—Ahora te tengo, Ash. Así que estoy realmente bien.

—De verdad… .

Ash levantó la cara. Entonces, curvó las cejas y despeinó


cuidadosamente el cabello de Karlyle.

—Eres tan encantador.

—Solo ante tus ojos, Ash.

Karlyle no solía ser amable con todos. Ante los demás, podía parecer
una persona muy arrogante o autoritaria. Nunca causaba problemas,
pero eso no significaba que siempre tuviera una buena actitud.

—¿Sería eso suficiente? Incluso si me atreviera a matar a alguien,


sería un buen hombre para Lyle.

—Ash, eso no puede ser… .

Ash negó con la cabeza. Karlyle se puso un poco más nervioso, y le


frotó la espalda como para calmarlo. Él también se sentía
extrañamente bien Parecía estar actuando como un niño.

—¿Soy una buena persona para Lyle? —preguntó Ash con dolor.

—Me da miedo incluso atreverme a preguntarte, cuando te he


lastimado sin darme cuenta.

—Eso no es cierto.

Esta vez, sus palabras salieron con firmeza. Hubo muchas ocasiones
en que él se había sentido triste por las palabras de Ash. Sin embargo,
desde que comenzaron a salir, Ash solo le había enseñado qué era la
felicidad. Fue así desde el principio. Al conocer a Ash, Karlyle
descubrió emociones que ni siquiera sabía que existían. Ahora sabía
lo maravilloso que era el mundo.
—Nunca he dependido de nadie en mi vida…esta es mi primera vez.
Por eso, creo que estás siendo amable conmigo.

Todavía era difícil para él ser honesto, pero podía hacer todo lo que
fuera necesario para evitar molestar a Ash. Lenta y claramente,
Karlyle pronunció palabra por palabra.

—Estoy feliz de haberte conocido.

Ash distorsionó sus ojos. Y mientras exhalaba, tiró suavemente de las


mejillas de Karlyle. Karlyle cerró los ojos. Sus labios fueron
succionados ligeramente. Fue un movimiento cuidadoso, como si
estuviera tocando algo frágil.

Sintió cosquillas. Sintió que alguien lo valoraba. También le


sorprendió que Ash fuera muy considerado con él, por lo que fue
paciente.

Pero Karlyle ahora tenía a Ash. Tener a alguien en quien confiar hacía
que una persona fuera diferente. Al parecer, Karlyle actuaba como
un ser humano muy débil solo para Ash.

Pero ahora está cada vez más convencido de que Ash estaría a su lado.
Por primera vez, Karlyle se atrevió a hablar con su abuelo, porque
tenía a alguien que lo cuidaría incluso si salía herido.

Así que quería que Ash lo tratara como él quisiera.

Con eso en mente, Karlyle mordió el labio de Ash un poco más fuerte.
Y mientras empujaba su lengua, le apretó los hombros. Ash abrió los
ojos y miró a Karlyle como si nunca lo hubiera esperado. Haciendo
contacto visual con él, Karlyle movió la lengua un poco más. Mientras
miraba directamente a Ash y sentía como su lengua temblaba
lentamente, su emoción aumentó de repente. Era como si estuviera
haciendo algo muy obsceno.

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J U L I O 4 , 2 0 2 1

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Los ojos de Ash se impregnaron gradualmente de un profundo deseo.


Sus ojos profundos miraron directamente a Karlyle. Su mano
extendida le agarró la barbilla. Y mientras sostenía su barbilla,
Karlyle continuó besando a Ash.

Sus salivas se mezclaron con un sonido empalagoso. La sensación de


su lengua frotándose contra su lengua lo puso ansioso. Pensó que se
había acostumbrado a la técnica de Ash en los últimos días, pero
Karlyle fue llevado hasta el punto en que le fue difícil tragar saliva.

Ash tiró de la barbilla de Karlyle como un hombre hambriento y se


lo tragó. Su lengua larga le rozó el paladar. —Uh, Uh—la mano con la
que le sostenía el hombre se deslizó hacia abajo. Su abdomen se
endureció y estaba sobre excitado.

Lo besó como si estuviera poseído. La saliva de Ash era demasiado


dulce. Era una pena que se desperdiciara fluyendo por su barbilla.
Frustrado, Karlyle gimió. La sensación de perder el conocimiento y
sumergirse en el beso era similar a tener sexo.

Justo cuando estaba a punto de alcanzar su punto máximo, Ash


apartó los labios. Karlyle siguió a Ash, quien se tambaleó hacia atrás,
como un hombre que hubiera perdido algo precioso. Su visión estaba
borrosa.

—Lyle, a este ritmo… .

—¡Ash!
Karlyle agarró la muñeca de Ash que sostenía su barbilla. No quería
que le dijera que debía contenerse. Para él también era difícil de
soportar.

—¿Nos bañamos juntos—dijo Karlyle en voz baja. Entonces, tiró de la


muñeca de Ash y puso sus labios sobre ella. Luego, bajó la cabeza y
la chupó suavemente. La marca de su beso quedó levemente grabada
en ella. Y como si no se conformara con dejar una pequeña marca,
Karlyle continuó besándolo, descendiendo de su muñeca hasta su
palma. Y al final, sus labios tocaron sus dedos.

Y como lo hizo por la mañana, no, tal vez un poco más atrevido que
eso…Karlyle se metió uno de sus dedos en la boca. Los dedos de Ash,
que habían lavado la ensalada, tenían un aroma fresco y húmedo.

Haciendo contacto visual, Karlyle le lamió las yemas de los dedos con
la lengua. Ash sonrió con unos ojos que no sonreían en absoluto. Y
luego, se escuchó una voz que sonaba tan ronca, que sintió un
escalofrío recorriendo su espalda.

—Me estás volviendo loco.

Tan pronto como terminó de hablar, Ash extendió la mano. Con un


toque de impaciencia, desató la camisa de Karlyle. No fue tan
cuidadoso como de costumbre. La mitad de sus botones fueron
arrancados. Karlyle jadeó ante los movimientos apresurados de las
manos que le arrancaban la ropa y alcanzó la ropa de Ash. Era más
lento que Ash, pero también tenía prisa. Quería tocar la piel desnuda
de Ash.

Ash, que pronunciaba palabras lascivas, empujó a Karlyle contra la


pared. La mano que desató su cinturón se hundió al interior de sus
pantalones. La mano que sostenía su pene estaba caliente. Karlyle
inclinó la cabeza y jadeó. Simplemente lo había tocado, pero sintió
que ya iba a correrse
—Ah, ugh, ah, ugh, ah, ah, uh.

—Me estoy volviendo loco porque eres tan lindo. Quiero masticarte
y tragarte por completo.

Ash mordió el cuello de Karlyle, con más fuerza que en la mañana.


Su piel estaba ardiendo al sentir sus mordiscos. Y mientras
escuchaba su respiración agitado, su mano acarició su pene. Sus pies
resbalaron. Karlyle apenas pudo sostenerse, apoyando su espalda
contra la pared.

—Yo también, puedo, puedo, ¡Ah!

Ash negó con la cabeza. Entonces se arrodilló, y acarició los muslos


de Karlyle con las manos. Sus pantalones fueron bajados
bruscamente. Lo mismo sucedió con su ropa interior. Ash la bajó
hasta sus tobillos de inmediato y la dejó allí como para encadenar los
pies de Karlyle.

Mientras Karlyle apoyaba la espalda contra la pared para mantener


el equilibrio, Ash le mordió el pene. Su membrana mucosa suave y
caliente envolvió su glande sensible y lo succionó con fuerza. Al
escuchar el sonido lascivo viniendo de abajo, Karlyle dobló la cintura.
Entonces, apretó con fuerza los dedos de sus pies. El estímulo fue
demasiado excitante.

—Ash, Ugh, Ugh, ah, ah. ¡No, ah!

Solo había estado recibiendo últimamente, así que Karlyle también


quería darle placer a Ash. Como estaba insatisfecho con eso, Karlyle
agarró a Ash por el cabello para apartarlo. Pero su cuerpo fue más
honesto. Porque su pene aumentó rápidamente de tamaño en su
boca. Y cuando rozó la garganta de Ash, comenzó a gemir.

Ash bajó la cabeza y empujó su pene lo más profundo que pudo.


Karlyle puso los ojos en blanco cuando él lo succionó con fuerza,
usando su garganta con mucha habilidad. Sus muslos se tensionaron.
Sus músculos se contrajeron. Entonces, comenzó a mover su cintura
sin darse cuenta. Los dedos que sujetaban el cabello de Ash, fueron
ganando fuerza gradualmente. Las venas sobresalieron en el dorso
de su mano.

—¡Detente, Ugh, ah, ah, ah…!

Ash miró hacia arriba. Luego, con una hermosa sonrisa se encontró
con los ojos de Karlyle. Era difícil apartar sus ojos de él, como si
estuviera siendo retenido por la fuerza. Karlyle negó con la cabeza
con sus ojos extrañamente distorsionados.

Pero Ash no lo dejó ir. Y después de soltar el pene que se había


metido profundamente en la boca, Ash actuó de manera diferente
esta vez. Comenzó a lamer la punta sensible con la lengua. Entonces,
lamió las venas debajo de su glande.

—Ja, ah, ah, hace cosquillas, ah, ugh.

Fue cosquilleante y estimulante al mismo tiempo. Era difícil


aguantar porque su lengua se movió un poco más rápido. Tenía que
huir. Para Karlyle era vergonzoso eyacular de esa manera. Así que
trató de escabullirse, pero Ash lo notó rápidamente. Entonces,
levantó la punta de su lengua y la hundió en el agujero de su glande.

—¡Ahí, Ash…Ah!

El cosquilleo y el placer se alternaron. Estaba al límite. Karlyle


sacudió la cabeza con brusquedad y finalmente eyaculó. La parte
inferior de su cuerpo se puso rígida mientras el semen salpicaba
sobre los labios de Ash. Pero él simplemente lo limpió con su dedo
casualmente.

Entonces Ash se puso de pie aturdido por un momento. Y luego,


metió su dedo manchado de semen en la boca de Karlyle. Karlyle
abrió los labios como si estuviera encantado. Lentamente, sus dedos
recorrieron su boca.

Un líquido espeso y amargo se esparció por su lengua. Karlyle lo


lamió suavemente. Ash inclinó levemente la cabeza y sus ojos se
hundieron. Entonces, sus labios tocaron su oreja.

—¿Es delicioso?

Su semen, que no era el de Ash, no podía ser delicioso. Sin embargo,


parecía tener un sabor dulce por alguna razón. Quizás, porque los
dedos de Ash eran dulces

—…es…lo mismo.

—¿Quieres comer algo mejor que eso?

Karlyle asintió lentamente. Y como si lo hubiera hecho bien, Ash


presionó su lengua con su dedo.

—Eres obediente.

Sus labios tocaron su mejilla. Ash sacó su dedo. Karlyle, que todavía
estaba aturdido, fue conducido por la mano de Ash al baño.

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El agua tibia, con una temperatura agradable, estaba encendida. Era


la primera vez que se bañaban juntos desde aquel día que lo hicieron
en la mansión de Karlyle. Ash colocó cuidadosamente una toalla
grande al lado del lavabo y entró en la cabina de la ducha.
El agua empapó lentamente todo su cuerpo. Mientras su cabello se
mojaba, Ash exprimió el champú sobre su palma y lo enjabonó. Una
pequeña sonrisa traviesa se formó en sus labios.

—Quiero lavarte.

—¿De…qué estás hablando?

—¿Si?, mi Lyle.

Al verlo, no le pareció que estuviera hablando en broma, sino que


hablaba con sinceridad. Ash siguió intentando hacer algo por Karlyle.
Pero eso era demasiado. Karlyle se negó con la cabeza.

—Prefiero hacerlo por ti.

—Entonces lo harás mañana, Lyle.

Los ojos de Ash se curvaron como si le suplicara. Mientras tanto, los


dedos que se clavaban suavemente en su cabello, comenzaron a
hacer burbujas.

—Vamos a vernos todos los días, por lo que podemos turnarnos cada
día.

—¿Puedo verte…todos los días?

Aunque ya lo estaban haciendo, Karlyle preguntó en voz baja, con


mucha incredulidad. Sus párpados húmedos temblaron. Sin darse
cuenta se mordió los labios que estaban a punto de abrirse para
contenerse.

—Eso es lo que estamos haciendo. ¿No te gusta, Lyle?

Sus manos suaves le revolvieron el cabello. Karlyle sintió como si su


cuerpo se estuviera derritiendo por la sensación de se ser frotado
cuidadosamente.
—¿Qué opinas?

Cuando le preguntó nuevamente si no le gustaba, Karlyle


rápidamente lo negó.

—Yo…no sé si pueda hacerlo… .

Sabía que todo el mundo tenía un sentido diferente de la distancia.


Incluso si ya eran amantes, no había razón para tener que verlo todos
los días. Así que Karlyle supuso que ese momento tan feliz no duraría
para siempre. Por supuesto, pensó que ese sería el caso.

—Quiero verte todos los días.

Su cabello ahora estaba suavemente lleno de espuma. Como si no


fuera algo que hubiera hecho una o dos veces, Ash le lavó el cabello
meticulosamente para evitar que las burbujas entraran en sus ojos u
oídos.

A Karlyle le encantaba la habilidad y la experiencia de Ash Jones, pero


a veces se sentía celoso y entristecido por el hecho de que él estuviera
haciendo eso, porque lo había practicado con alguien en el pasado.
Estaba feliz y triste a la vez.

A menudo daba por sentado, que no era el primero para Ash. Sin
embargo, su torpe corazón saltaba de un lugar a otro sin control,
cuando tenía a Ash a su lado.

—Pero si lo hago…puede que a ti no te guste.

Así que cuando escuchó que él quería verlo todos los días, Karlyle
estaba aterrorizado. No sabía si prefería quedarse callado como
siempre, pero las palabras de Ash de querer hacerlo lo hicieron
sentir miedo.
Ash escuchó a Karlyle y lo miró en silencio. Entonces, fijó sus ojos
suavemente curvados en él, luego cambió la dirección de la ducha y
comenzó a enjuagarle el cabello.

—Hay una cosa que no sabes, Lyle.

Su dedo índice recorrió la espuma sobre sus cejas.

—Ciertamente tengo más experiencia que tú, pero eso no significa


que haya hecho antes todo lo que hago contigo, Lyle.

Al escucharlo, Karlyle sintió que su mente ansiosa se desvanecía con


las burbujas. Entonces, escuchó a Ash sin siquiera parpadear.

—¿Recuerdas cuando te dije que no podía dormir cuando otra


persona está a mi lado?

Karlyle asintió. Todo lo que Ash le decía, estaba grabado en su


interior como una ley.

—Así que nunca he tenido a nadie durmiendo en mi cama durante


más de un día. Es todo lo contrario.

Entonces Ash exprimió el gel de baño en la taza de la ducha. Un


aroma sutil, no muy diferente del champú, impregnaba el aire
húmedo. Ash tiró de su cuerpo que se había derretido en el agua tibia.

Sus pechos se tocaron. Su abdomen se presionó contra el suyo. Sus


penes endurecidos también se tocaron entre sí. Un chorro de agua
se derramó sobre sus músculos flexionados y entre ellos. Era la
primera vez en su vida que se sentía tan pleno.

Fue acogedor. Sin embargo, cuando la mano de Ash masajeó las


curvas de su espalda, Karlyle se emocionó. Fue increíble que pudiera
sentir dos emociones que pensaba eran contradictorias al mismo
tiempo.
—Hay muchas cosas que hago por primera vez contigo, Lyle. Nunca
he dejado que nadie duerma a mi lado todos los días.

Sus pestañas húmedas se inclinaron y miró a Karlyle. Y aunque las


gotas en el cuerpo de Ash no eran diferentes a las suyas, Karlyle
pensó que el agua debía tener un sabor más dulce.

—Entonces Lyle, por favor no pienses así.

Ash inclinó la cabeza. Sus labios húmedos se tocaron. Karlyle abrió


los labios como si lo hubiera esperado. Luego, sacó la lengua y probó
su tierna carne. Era igual como estaba pensando. Las gotas de agua
que mojaban su lengua, eran muy dulces. La mano desesperada de
Ash recorrió el cuerpo de Karlyle. Sus cuerpos unidos, se abrazaron
como uno solo.

Los dos se dirigieron a la cama, sin siquiera tener tiempo para


secarse el cabello mojado. El deseo, que pensó que desaparecería
mientras se bañaban, había crecido. Karlyle no podía mantener su
cuerpo quieto, porque estaba constantemente rebosante de
emociones.

Ash lentamente acostó a Karlyle y lo encerró debajo de él. Sus ojos


de diferentes colores, escanearon todo su cuerpo en silencio. Al final
de su mirada, sus emociones quedaron enterradas en su interior.
Podía sentir que Ash estaba pensando en él

—Date prisa… .

Cuando Ash tocó su piel se impacientó. Quería convertirse en uno


con Ash de inmediato. Quería conectarse con él, sin importar que
sintiera dolor. Aunque era un cliché, no podía pensar en otras frases
cuando pensaba en esa situación. Fue lo mismo cuando se le confesó
a Ash y le dijo lo que realmente sentía.
—¿Me dejarías verte un poco más? Es porque eres tan lindo—susurró
Ash en voz baja.

Mientras bajaba sus pestañas largas, Ash comenzó a moverse


lentamente. Sus labios tocaron su frente. Sus labios tocaron su nariz
recta, sus labios, e incluso la vena sobresalía sobre su cuello.

Clavícula, pecho, vientre, muslos, rodillas…Ash, quien retrocedió


gradualmente, agarró el tobillo de Karlyle. Al verlo envolver su
tobillo como si sostuviera algo precioso, Karlyle logró dejar escapar
un suspiro entrecortado. Sintió como una ola poco profunda lo
derribara y lo sumergiera finalmente.

Ash bajó la cabeza hacia el empeine, que se extendía desde el tobillo.


Podía ver como su nariz elegantemente extendida tocaba la parte
superior de sus pies. El cosquilleo se extendió por todas partes.
Cuando su tobillo se contrajo, Ash levantó los ojos. Entonces, miró a
Karlyle con los ojos bien abiertos, y le susurró como si estuviera
contándole un secreto.

—Todo en ti es hermoso. No puedo encontrar un lugar donde poner


mis ojos.

Sin saber que hacer ante eso, Karlyle levantó la parte superior de su
cuerpo. Y con su mano débilmente estirado, tocó el brazo de Ash.

—Ahí está sucio, detente… .

—No está sucio. Acabas de bañarte.

Karlyle negó con la cabeza. Incapaz de resistir la vergüenza, su nuca


finalmente se puso roja. Karlyle frunció el ceño, y llamó a Ash por su
nombre, como si le estuviera suplicando.

—Ash… .
—Lyle, no pareces saber cómo apreciarte a ti mismo todavía … yo te
adoraré todos los días. De los pies a la cabeza.

Sus labios se arrastraron hasta sus dedos largos y rectos. Karlyle se


mordió los labios con ganas de llorar. Quería huir porque sentía que
lo estaba tratando de manera indebida.

Pero Ash le agarró el pie, como si lo hubiera notado. La mano que


presionaba el centro de la planta de su pie, le sostuvo el tobillo. El
interior de Karlyle se fue calentando gradualmente, debido al roce
que ejercía ligeramente sobre el hueso de su tobillo.

Parecía como si sus piernas fueran separadas lentamente y luego


levantadas. Los labios de Ash se movieron hacia su empeine y luego
de vuelta al tobillo. Ash se inclinó y besó la parte posterior de su
pierna levantada y el interior suave de su rodilla. Se escuchó un
chirrido.

Aplicando fuerza lentamente, Ash empujó la pierna de Karlyle hacia


arriba. Y después de besar todo el camino hasta el interior de su ingle,
Ash soltó la pierna de Karlyle. Para entonces, Karlyle ya no podía
soportarlo más. Sus labios solo lo tacaban y se apartaban
repetidamente, pero su pene se mantenía erguido derramando
líquido preseminal. Era demasiado.

—Ash, por favor… .

—No he terminado todavía.

Ash negó con la cabeza. Era cauteloso y tranquilo, a diferencia del


hombre que se estaba conteniendo, como si tuviera la intención de
derretir a Karlyle. Pero ya estaba harto de la consideración de Ash.
Todo lo que Karlyle quería, era que él sintiera placer. Quería hacer
que Ash sintiera toda la felicidad que recibía de él.
Karlyle tomó la mano de Ash y apretó el lubricante en la palma de su
mano. Entonces, agarró su muñeca y tiró de ella hacia atrás,
juntando sus manos. Había lubricante untado en sus palmas.

Y de inmediato, Karlyle bajó la mano de Ash. Entonces, sus manos


tocaron el área donde los dedos de Ash, habían entrado por la
mañana.

Karlyle bajó la mirada. Entonces, sostuvo los dedos de Ash y los


empujó hacia adentro de su agujero estrecho. En ese momento, pudo
ver a Ash abriendo los ojos de par en par.

Karlyle exhaló un largo suspiro mientras él empujaba a través de


entrada apretada. Sus dedos resbaladizos se clavaron en su interior
solo en la medida en que Karlyle les dio fuerza. Karlyle empujó su
propio dedo también. El dedo de Karlyle pasó por el lugar donde
entró el dedo de Ash.

Nunca se había tocado ese lugar con ese propósito, por lo que el tacto
suave y caliente en la punta de sus dedos se sintió extraño. Karlyle
frunció el ceño levemente. Ciertamente se sentía diferente al de un
Omega. Estaba más apretado y no había ninguna humedad. Se
preguntó lo que sentiría Ash con un lugar que solo lo apretaba con
fuerza.

Fue entonces cuando los dedos de Ash, que se habían detenido, se


movieron. Luego, sujetó la muñeca de Karlyle. Pudo ver a Ash
sosteniendo su muñeca con la otra mano. Ash estaba mirando a
Karlyle con una sonrisa, aunque su rostro que había dejado de
sonreír.

Los dedos de Ash comenzaron a moverse más hacia adentro de


donde Karlyle los había clavado. Y pronto, descubrió lo que él
planeaba hacer.

—Ugh, ah… .
Una sensación de hormigueo vino desde abajo. Era una sensación
muy familiar. Karlyle abrió la boca de par en par. Y luego, su cuerpo
se estremeció. Esta vez, su mano también se movió. Ash, que sostenía
su muñeca, lo obligó a hacer eso. Él hundió sus dedos hasta la raíz.
Entonces, los dedos largos de Ash se encontraron con los dedos de
Karlyle en el mismo punto.

—¿Puedes sentirlo? Está aquí.

El lugar, al que llegaron luego de hundir sus dedos profundamente,


estaba ubicado en una zona cercana al interior de su estómago. El
área redonda y gruesa fue presionada con fuerza por Ash. Entonces,
Karlyle se encogió de hombros y abrió los muslos

—Ah, ugh, ah… .

—Este es el lugar favorito de Lyle. Debes conocerlo bien—le susurró


Ash, mientras se inclinaba. Atrapado por su mirada, Karlyle asintió
inconscientemente. Ash solo frunció los labios, luego bajó los ojos y
movió la muñeca de Karlyle de nuevo.

La velocidad aumentó gradualmente. El poder de sus empujes


también se había vuelto más fuerte. Karlyle abrió los labios
levemente y se concentró en sus movimientos. Finalmente, Ash tocó
el área sin notar que él había sacado sus dedos. Lo estaba
masturbando por detrás.

Curiosamente, la estimulación que sentía cuando le frotaba el


agujero, le dio un placer que no podía compararse con tocarle el pene.
La sensación de eyaculación también aumentó rápidamente. Y a
pesar de que habían tenido relaciones varias veces, Karlyle pronto se
obsesionó con el deseo de correrse.

—Ah, ugh, ah, ah… .


Karlyle movió su mano, con un fuerte empujón de su muñeca. El
lubricante se derritió y se deslizó por la palma de su mano. Karlyle,
que estaba hurgando en su interior con los ojos borrosos, escuchó el
sonido de algo rasgándose.

Al escuchar ese sonido, abrió sus ojos. Al mismo tiempo, sus dedos
fueron arrancados a la fuerza. Lo que llenaba su interior se había
escapado, y una cosa enorme que no podía compararse con ellos,
penetró directamente su agujero estrecho y vacío.

—Te dije que fueras consciente de ese lugar…no te pedí que te


corrieras solo—susurró Ash, como si lo estuviera regañando. Su
glande duro se hundió en su tierna carne. Entonces, empujó la punta
del pene hacia adentro y el agujero se abrió. Su cuerpo se puso rígido
cuando sintió que las arrugas apretadas se tensaban.

El pene de Ash era mucho más grande de lo que recordaba. Ni


siquiera podía compararse con sus dedos. La sensación de estar
cubierto con una goma delgada, no le resultaba familiar. Su pared
interior que solo se había tragado anteriormente su pene desnudo,
se estremeció torpemente. Sin embargo, su cavidad interna trató de
tragarse el pene que parecía no ser extraño, incluso si resultaba
destrozada.

Le dolía mucho. Sentía como si se hubiera tragado algo que no


debería haber tragado. La carne dura que empujaba lentamente
hacia adentro era imparable. Fue un momento que se sintió muy
largo y doloroso.

Pero Karlyle recordó el placer que seguiría. Exactamente, unos


minutos después, esa sensación comenzó a subir sigilosamente por
la parte inferior de su abdomen. El pene palpitante, que había estado
hundiéndose en su interior sin cesar, rozó la zona que había estado
presionando con sus dedos. Karlyle dejó escapar el suspiro que había
estado conteniendo, cuando el pene le rozó la próstata.
—Ugh, ah, ah, ugh… .

—Lo estás haciendo muy bien—susurró Ash mientras lo veía


expulsando su tembloroso aliento. Su palma caliente frotó
suavemente su estómago. Pero Ash no tocó el pene de Karlyle. Y
después de calmar levemente su dolor, Ash comenzó a moverse.

Entonces, repitió el acto de retirar lentamente el pene que había sido


empujado hasta los testículos, y luego volvió a empujarlo lentamente
hacia adentro. Cada vez que hacía eso, Karlyle sentía que aumentaba
su placer. El gozo oculto en el dolor, creció gradualmente a medida
que pasaba el tiempo. Una indescriptible sensación de satisfacción
comenzó a acumularse en su agujero y a fluir por sus venas.

—Oh, ugh, ah, ah… .

En ese momento, un fluido transparente comenzó a brotar de su


pene, que se había puesto rígido nuevamente. El semen salpicó en su
abdomen, cuando su pene rozó su estómago. Los movimientos de
Ash también se aceleraron gradualmente. El pene, que se movía con
lentitud, ahora entraba y salía de su interior vertiginosamente.

Ash se movió como si estuviera en llamas. El sonido de su


entrepierna chocándose con sus nalgas, era ensordecedor. Su cabeza
estaba hecha un lío. Aunque pensó que iba a correrse solo con la
estimulación que recibía por su agujero, la idea de acariciar su
propio pene surgió repentinamente. Era diferente a cuando se corrió
presionando su próstata solo con los dedos. Porque se sentía
diferente tener un pene tan grande adentro.

La sensación de ser atravesado por un pene, no era la sensación que


experimentaba un Alfa al alcanzar su clímax. Su cuerpo,
acostumbrado a retroceder, confundió a Karlyle, frotándose contra
los instintos que regresaban después de meses de ausencia.
Su mano buscó a tientas y bajó. Entonces Ash le agarró la muñeca
mientras sus mano temblorosa y extendida, intentaba agarrar su
propio pene. Con los ojos húmedos, Karlyle miró hacia arriba.

Ash negó con la cabeza. Entonces, tomó sus muñecas y las mantuvo
juntas. Luego, levantó sus brazos y le apretó las manos con fuerza. Y
mientras las presionaba como si lo hundiera en la cama, Ash se dio
la vuelta.

—Soy el Alfa de Lyle, entonces, ¿por qué estás buscando otra cosa?
—escuchó su voz baja y ronca, y luego presionó su próstata. Al sentir
la presión, Karlyle echó la barbilla hacia atrás y su cuerpo se
estremeció.

—¡Ah, ugh, ah, ah…!

—¿Por qué lo tocas?

El pene, que salió bruscamente como si fuera a sacarle las entrañas,


volvió a presionar la misma parte. Entonces, Karlyle abrió mucho los
ojos y sus dedos se estiraron. Una sensación de placer que bordeaba
el dolor lo atravesó hasta la coronilla.

—¡Ugh, oh, ah! ¡…!

—Solo te correrás con esto.

Ash repitió la acción, como si le recordara algo que había olvidado. A


medida que aumentaba la intensidad, Karlyle agitó su cintura como
un loco, mientras él lo penetraba en su parte más sensible. Su
espalda se arqueó y su cuerpo temblaba sin control.

—¡No, ugh, eso, no, ah, ah…!

—No te gusta Lyle, pero ¿por qué tu pene está erecto?


El placer era demasiado intenso. Karlyle se sintió como si estuviera
perdiendo la cabeza. Era como si sus entrañas se hubieran derretido
por el calor y se mezclaran para formar una sola. Sus lágrimas
finalmente comenzaron a fluir. El sudor y las lágrimas se mezclaron
en sus mejillas rojas y excitadas. Parecía como si el pene que se
hundía en su interior, le hubiera rozado la próstata.

Entonces, alcanzó el clímax de inmediato. El semen brotó de repente,


y salpicó su estómago. El torso de Karlyle se sacudió, dándole mucha
fuerza a su estómago. —Ja, ja, ja—jadeó con fuerza, empapado de
sudor. Karlyle sacudió la cabeza, cuando un placer indescriptible
recorrió todo su cuerpo.

—¡Lo hice, ah, ya sabes, ahora, lo hice…¡Ugh, ah, ah!

Ash, que estaba a punto de mover su cintura, mientras le apretaba


las manos con fuerza, levantó los ojos. Su clavícula empapada de
sudor era visible. —Ah—exhalando su fuerte aliento, Ash lentamente
sacó su pene. Karlyle, que jadeó por la sensación que rozó su espalda
y levantó la cabeza cuando el pene que llenaba su interior, fue
retirado de repente.

—Bien hecho.

Ash estaba sacando su pene, a pesar de que no había eyaculado.

—¿A…sh?

—¿Eh?

Cuando llamó a Ash con una voz desconcertada, él sonrió


casualmente. Y mientras fruncía el ceño, al ver que no había aliviado
su deseo, dijo:

—¿Por qué… te detienes?


—Si seguimos haciéndolo, quizás no te gustará—dijo Ash
casualmente. Karlyle se mordió los labios cuando sintió que el pene
duro, estaba a punto de salirse completamente de su agujero.
Entonces, apretó las nalgas con un poco de urgencia. Y en ese
momento, Ash se detuvo.

—No quiero hacer nada que no te guste, Lyle.

Los ojos confundidos de Karlyle y la mirada seria de Ash se


mezclaron.

—Estoy bien. No me estás forzando.

No fue forzado. Karlyle recordó lo que él acababa de decir. ¿Ash es


consciente cuando le digo que se detenga y de las cosas que no me gustan?
En el pasado, Ash había penetrado a Karlyle hasta el límite, incluso
cuando escuchaba esas palabras. Por supuesto, que él había pensado
que siempre sería así. Pero ahora estaba claro que Ash, todavía se
preocupaba por no hacerlo llorar.

—No es que no…me guste.

—¿Entonces?

Ash lo miró en silencio, mientras mantenía solo la punta de su glande


adentro. Su mirada era profunda, como si lo estuviera presionando.

Sus feromonas se arrastraron como hormigas sobre su piel. Karlyle


se mordió los labios mientras se excitaba de nuevo. Y aunque ya
había eyaculado, él también lo sabía. Lo que venía después de eso.

—Me…gusta…ah…ugh… .

Karlyle apenas pudo hablar, como si se hubiera quedado sin aliento.


La situación en la que dijo que era bueno ser penetrado por él, lo hizo
enrojecer de vergüenza. Y pronto la vergüenza, se convirtió en una
extraña sensación de inmoralidad.
—Solo…pensé…que no podía decirlo.

—¿En serio? —le preguntó Ash cariñosamente.

Entonces, comenzó a deslizar su pene lentamente hacia adentro. Era


como si estuviera regresando a su hogar.

—…sí.

—¿Entonces, no lo odias?

Su interior comenzó a llenarse lentamente. Karlyle cerró los ojos con


fuerza y asintió con la cabeza.

—Eso pensé.

Al mismo tiempo que decía eso, Ash volvió a moverse como antes.
Durante las secuelas de su clímax, su pene penetró con fuerza su
carne temblorosa. Sus ojos cerrados se abrieron de par en par. Sus
muñecas temblaron.

—Es lindo que no seas honesto.

—¡Ugh, ah, ah, ah, ugh…!

Como si perforara algo que ya se había cerrado, su pene se hundió


profundamente. Era como si su trasero se estuviera derritiendo.
Karlyle luchó por escapar, dándole fuerza a sus pies, pero luego se
dio por vencido porque Ash lo detenía cada vez.

—¿Te gusta?

La velocidad aumentó gradualmente. La cama se sacudió


violentamente. Karlyle sintió que el clímax de Ash se acercaba. Y
cuando se dio cuenta de eso, un indescriptible sensación de placer
se esparció por sus venas.

—Ah, ugh, sí…Si, me gusta, ah.


Olvidando su forma de hablar, Karlyle imitó las palabras de Ash como
si estuviera poseído. Eso en sí mismo, lo hizo sentir lascivo.

—A mi también me gusta.

La voz de Ash ya no estaba relajada. Al igual que en el momento en


que le arrancó los botones, su habilidad extrañamente contenida, le
provocó una gran satisfacción. Su cintura estaba muy doblada.

Karlyle apretó las nalgas con fuerza y levantó la barbilla por


completo. Gemidos mezclados con llanto, brotaron de su boca
abierta.

—Ugh, ah, Ash, Ash… .

—Te amo—una voz ronca le confesó su amor. Y mientras soltaba sus


muñecas, Ash abrazó a Karlyle con fuerza. Él empujó sus brazos
detrás de su espalda, y lo sostuvo como si no quisiera soltarlo. Y
después de empujar su pene hasta el final, Ash se corrió.

El pene, que se había hinchado hasta el límite, se puso rígido y


presionó con fuerza su interior. Karlyle sintió una fuerte sensación
de liberación, que era incomparable con su clímax anterior. Como si
sus cuerpos se hubieran fundido como el hierro, sus pieles estaban
unidas entre sí. Parecían ser uno solo. Y en ese momento, Karlyle
recordó algo.

—Yo también, ah…te amo—dijo Karlyle con la voz ronca. Entonces,


buscó a tientas y tiró de la espalda de Ash, como si fuera a perderlo
si no lo sujetaba con fuerza. Luego, enterró su rostro en su cuello
sudoroso. Un corazón latía con fuerza, sin saber a quien le pertenecía.

Parecía que había estallado una tormenta. Y aunque sabía que los
Alfas no podían imprimirse entre sí, pensó que así se sentiría si
estuvieran impresos. Era como si hubieran alcanzado el lugar más
profundo al que podían llegar.
El sexo con Ash siempre había sido bueno, pero ese momento no
podía compararse con sus experiencias pasadas. Porque el hecho de
llegar al clímax, mientras él le decía: ‘Te amo’…le dio una sensación
de plenitud más allá de las palabras. Si hubiera un clímax de alegría,
seguramente sería así.

En ese momento, escuchó una respiración áspera y entrecortada, y


Ash se apartó. Entonces, él le sonrió gentilmente, haciendo contacto
visual. Ash alborotó cuidadosamente su cabello húmedo y
desordenado. Y luego, puso sus labios sobre su frente blanca.

—Dímelo otra vez.

Karlyle abrió lentamente la boca, al escuchar las palabras que le


hicieron cosquillas en la frente.

—…Te amo.

—De nuevo.

—Amo… .

Su voz estaba ronca. Fue demasiado abrumador. Algo lo inundó


como un tsunami. Karlyle trató de recuperar su voz. Pensó que un
momento como ese, nunca llegaría en toda su vida. No esperaba en
confesarle su amor a nadie. Pensó que nunca le gustaría el sexo.

—Te amo…muchísimo.

—Yo también.

De repente, Ash pasó sus dedos por sus ojos húmedos. Y luego,
limpió las lágrimas de sus labios. Sus labios acariciaron sus párpados
fuertemente cerrados.

—Entonces…solo llora frente a mí. Para que pueda consolarte.

—…Sí.
—No te escondas.

—…Sí.

—Si algo como lo que pasó hoy te vuelve a suceder, no digas que está
bien, solo dímelo.

Las lágrimas que había contenido, volvieron a fluir. Una risa


mezclada con llanto se escapó de su boca. A pesar de todos sus
defectos, Ash lo sostuvo en sus brazos, como si fuera adorable.

—Porque estamos enamorados.

Karlyle asintió con la cabeza. Era asombroso que la palabras amor,


contuviera tantas emociones. Se había vuelto dependiente de Ash,
porque lo amaba, y ahora le gustaban las cosas que odiaba, solo por
amarlo.

Incluso el sexo, que solo le causaba irritación, y a sí mismo, aunque


alguna vez se había considerado insignificante…ya no se sentía mal
en absoluto, solo porque Ash estaba a su lado.

Si hubiera sido como su yo del pasado, Karlyle no habría sentido ese


colorido sentimiento durante todo el día. Simplemente se habría
quedado dormido, dando por sentado que tenía una vida tranquila y
horizontal.

Pero hoy, sus emociones habían fluctuado repetidamente. Ash


acarició cálidamente su corazón roto, que había sido lastimado por
su abuelo. Y por eso, Karlyle lo sabía.

El tener a alguien que pudiera convertir su tristeza en alegría, lo


hacía muy feliz.

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—¿Así que ahora están viviendo juntos?

Era domingo por la tarde. Karlyle estaba en un rancho, propiedad de


la familia Haywood, en las afueras de Londres.

Karlyle, que estaba a punto de subirse a su caballo, se quedó callado


cuando Aiden le hizo esa pregunta repentina. El caballo de Karlyle,
Alexander, agitó su crin cuando la mano que sostenía las riendas se
detuvo. El caballo que estaba preparando para recoger a su amo,
miró a Karlyle con curiosidad.

—Alex ha crecido mucho. ¿Todavía no has pensado en la cría?

Después de haberle lanzado palabras descuidadas, Aiden caminó


hábilmente junto a Karlyle. Alexander miró con desprecio a Aiden,
como si no le hubiera gustado que abreviaran su nombre.

—… creo que ya te dije que no.

—Es difícil ver un pelaje negro como este en el linaje Eclipse. Piénsalo.

Aiden estaba más interesado en los caballos que en Karlyle. Ambos


poseían caballos pura sangre, pero Karlyle siempre había tenido solo
uno. Pero al contrario de él, Aiden, siempre tenía varios caballos a
disposición. Por cierto, el nombre del caballo de Karlyle siempre fue
Alexander. Incluso la madre de Alexander, que ya tenía cinco años, y
todos sus antepasados.

De todos modos, volviendo al tema principal, Karlyle reflexionó


sobre la pregunta de Aiden, sintiéndose de alguna manera muy
culpable. Afortunadamente, Aiden se sintió atraído por Alexander, y
parecía haber olvidado la pregunta.

—De todos modos, ¿es cierto que viven juntos, verdad?


No lo había olvidado. Karlyle se dio la vuelta, frotando las riendas de
cuero.

—Tú… .

—¿Qué te importa? —Karlyle se tragó pacientemente la respuesta. La


reacción de Aiden fue obvia. Su vínculo con el Marqués Gordon y
cuánto había contribuido, fluiría como un contestador automático.
Era mejor lidiar con eso con moderación que escucharlo.
—No es lo que piensas.

—Por lo que yo sé, ¿no has estado viajando desde su casa hasta tu
trabajo durante más de un mes?

Karlyle miró a Aiden con frialdad.

—Estás innecesariamente interesado en mis asuntos.

—El primer amante con el que sales puede ser un bicho raro, así que
debo prestar atención como amigo.

Fue una especie de excusa. Además, era una afirmación sin sentido,
que Ash fuera un bicho raro. Karlyle negó con la cabeza. Luego, se
subió encima de Alexander. Agitando suavemente la cola, Alexander
esperó en silencio a que se sentara.

—Así es…como sucedieron las cosas.

—¿En serio? Y ahora que estás allí, ¿no te ha pedido que vivan juntos?
—dijo Aiden de manera significativa. Aunque había decido
firmemente que no le importaría, la mente de Karlyle comenzó a
vacilar peligrosamente. A decir verdad, era un tema que le
preocupaba.

Obviamente, ahora vivían juntos. La casa de Ash ahora tenía la ropa,


los papeles y una computadora portátil de Karlyle. La cantidad de
cosas que los dos habían comprado juntos también aumentó.
Por supuesto, no estaba en la casa de Ash todos los días. A veces se
hospedaba a un hotel para un breve viaje de negocios nacional, y
otras veces, se quedaba en la casa de sus padres. Pero el 90 por ciento
de su tiempo, lo pasaba en la casa de Ash.

—…no me lo ha dicho.

Como era algo que le preocupaba mucho, Karlyle finalmente


respondió a las palabras de Aiden. Entonces, él le sonrió de manera
sospechosa.

—¿Estás bien?

—…sí.

—Entonces, ¿no deberías empezar a buscar una casa de nuevo? No te


ha pedido que te mudes con él, y vivir así es un fastidio.

Aiden comenzó a expresar palabras muy duras. ¿Esta es su represalia


por volver a perder la semana pasada en las apuestas de póquer?
Karlyle lo miró con ojos ansiosos.

—…es un fastidio… .

—Por supuesto. Solo están saliendo, ¿no crees que necesita su


privacidad? Seguramente se aburrirá muy pronto. Ya te dije que
debes ser flexible al principio.

Aiden cavó la herida un poco más profundo. Karlyle pensó que sería
menos doloroso, caerse del lomo de Alexander. Karlyle escuchó las
palabras extrañamente creíbles de Aiden con el rostro pálido. La
parte de ser flexible era difícil de entender, pero Aiden era un
hombre experimentado de todos modos.

Karlyle sabía que Aiden, tenía en promedio dos amantes al año. Su


amante más antiguo, fue un modelo convertido en actor, una
celebridad rodeada de muchos paparazzi. Así que estaba seguro que
debía haber algo de verdad en lo que dijo.

Ash estaba cansado de él.


Con esa sola frase, Karlyle se enfrentó a un miedo insoportable.
Sintió tanta presión, que tuvo el impulso de ir a recoger sus maletas
y encontrar una nueva casa de inmediato.

—Probablemente…sí.

—Por supuesto que es así. De lo contrario, ya te habría pedido que


vivieran juntos. Bueno, también pueden casarse.

Karlyle ahora estaba completamente convencido por Aiden. Por lo


general, ignoraba la mitad de los consejos de Aiden, pero cuando se
trataba de amor, él era extrañamente confiable.

En particular, cuando habló de matrimonio, su nivel de confianza


aumentó. —¿Es así? ¿Tenemos que usar ese método para casarnos? Pero,
¿qué tan lejos tenemos que vivir? —. —¿Cuántos meses?
—¿Qué? ¿Cuántos meses? Tendrás que vivir por separado durante al
menos un año.

—Un año…—su corazón se deprimió de repente. Perdió su energía.


Le rompía el corazón no poder ver a Ash durante un día, así que no
estaba seguro de que podría vivir así durante un año.

Ahora se preguntaba, cómo en el pasado, solo veía a Ash una vez a la


semana. Karlyle se entristecía profundamente, solo por tener que
irse a un viaje de negocios en un fin de semana.

Gracias a eso, Karlyle aprendió a usar FaceTime con su amante, y con


eso…hizo algunas cosas extrañas…pero era triste vivir así de todos
modos.

—¿De verdad tengo que hacerlo?


—Confía en mí, Karlyle.

No quería creerlo. Karlyle trató de negar la realidad de manera


inusual. Pero después de unos segundos, estuvo de acuerdo. No se
estaba comportando como un adulto. Como Ash lo había consentido
tanto, le tomó mucho tiempo. Entonces, se puso alerta. ¿Qué pasaría
si adquiero un mal hábito y me convierto en el tipo de persona que
Ash odia?

Aiden tenía razón. Se había vuelto muy complaciente. Ash era una
persona muy amable, así que quizás lo había malinterpretado solo
porque lo había aceptado. Necesitaba algo de tiempo para mantener
la distancia y perfeccionarse.

Karlyle no entendía en absoluto el concepto de aburrimiento, pero


Aiden parecía pensar que ese era el caso Además, Aiden y Ash eran
personas con experiencia.

Aiden puso los ojos en blanco cuando Karlyle cerró la boca como si
estuviera deprimido. Y antes de que la palabra ‘broma’ saliera de su
boca, Karlyle le habló con voz seria:
—Odio admitirlo, pero tienes razón.

—No, espera… .

Y antes de que Aiden pudiera detenerlo, Karlyle giró las riendas de


Alexander. Entonces Alexander comenzó a correr vigorosamente,
bajo su mando. Aiden se frotó la barbilla mientras veía a Karlyle
corriendo a través del vasto bosque.

—Bueno, ya lo resolverás.

Una voz despreocupada llenó el lugar que Karlyle había dejado.

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Se escuchaban clics intermitentes en el espacio silencioso. Karlyle


estaba mirando la pantalla del portátil con una expresión seria. Era
porque estaba eligiendo una casa en venta, revisando las fotos y las
condiciones que le envió su secretaria.

Sus dedos largos presionaron el panel táctil con movimientos


moderados. Karlyle, que estaba mirando la pantalla con un rostro
inexpresivo, dejó escapar un pequeño suspiro. La otra mano, que
sostenía ligeramente su barbilla, también se posó pulcramente sobre
el escritorio.

No había nada que le gustara.

Las condiciones estaban acorde a sus necesidades. Karlyle le había


pedido a su secretaria solo tres cosas. Un piso en Notting Hill, donde
estaba ubicada la casa de Ash, lo más cerca posible de la casa de Ash,
y un lugar con un interior que le gustaría a un diseñador. Y por
supuesto, el precio no importaba.

Su competente secretaria compiló una lista que cumplía los


requisitos, en solo un día. No fue una difícil tarea, ya que estaba
usando el Apellido Frost, en primer lugar.

Todas las mansiones seleccionadas tenían al menos tres pisos de


altura, y las estructuras interiores eran variadas. Sin embargo,
ninguna tenía un diseño interior tan sofisticado como el de la casa
de Ash. No es de extrañar, porque esa casa, fue originalmente un
espacio que Ash había remodelado.

Además, no había casas a la venta que quedaran a cinco minutos a


pie. Había una forma de comprarlas pagando un precio más alto,
pero no que pensó que Ash le gustaría que lo hiciera. Pero esa era
una condición muy importante. Si Ash se resfriaba, o le llegaba su
rut, Karlyle se vería obligado a visitarlo de inmediato.

Porque Karlyle Frost, era el novio de Ash Jones… .

Esas palabras, que repetía como un hechizo para sentirse bien, hizo
que los labios de Karlyle se aflojaran suavemente cuando recordó ese
hecho. Entonces, Karlyle detuvo sus dedos, mientras se mordía sus
labios secos.

Ya había pasado más de un mes, desde que Ash se había convertido


en su amante. Quería aferrarse a cada día lentamente, pero el tiempo
pasaba tan rápido que tenía miedo. Aunque pensó que era algo
infantil, Karlyle mantenía en la cabeza, un registro de la fecha en que
la que comenzaron a salir. Hoy es exactamente el día cuarenta.
Mientras tanto, Karlyle había creado diez fechas que valían la pena
celebrar. Una de ellas, fue el día que Ash lo presentó como su pareja
ante sus compañeros de trabajo, y otra, el día en que se fue de viaje
de negocios y se masturbó frente a Ash, durante una videollamada… .
Era vergonzoso pensar en eso, así que prefirió seguir adelante.

De todos modos, Karlyle mantuvo todo atado a su aniversario, el día


en que Ash le compró un cepillo de dientes y zapatillas, y el día en
que él lo llamó Cariño. ¿No es ese también un aniversario?
Karlyle, que había estado inmerso en sus pensamientos mientras su
conciencia fluía, se volvió al escuchar el sonido de la puerta
abriéndose desde el primer piso. Conteniendo la respiración,
escuchó atentamente el sonido. Luego, escuchó el sonido de zapatos.
Era Ash.

Recientemente regresaban a casa juntos, con uno de los dos


recogiendo a la persona que terminara primero. Sin embargo,
debido a que el trabajo de Ash se había prolongado hoy, Ash le pidió
a Karlyle que se fuera a descansar primero.
Karlyle quería esperarlo al frente durante horas, pero él siempre
seguía los consejos de Ash. Después de unos segundos de vacilación,
dijo que lo entendía y regresó a casa primero.

Karlyle estaba vestido con un albornoz acromático, ya que había


tomado una ducha inmediatamente después que llegó. Entonces, se
levantó de su asiento y bajó las escaleras. Su ritmo parecía relajado,
pero poco a poco se fue acelerando. Ash estaba de pie en la entrada,
y sonreía mientras miraba hacia las escaleras. Era como si supiera
que Karlyle vendría a verlo.

—¿Volviste? —dijo Karlyle en voz baja, haciendo contacto visual. De


alguna manera, cada vez que decía eso, se sentía tímido y
avergonzado. Las comisuras de su boca se estremecieron levemente.

—Siento mucho haber llegado tarde.

Entonces Ash le devolvió esas palabras a Karlyle, como si fueran un


pareja viviendo junta. Ash se quitó el abrigo y se lo colgó del brazo, y
luego, caminó hacia Karlyle. Sus brazos se envolvieron alrededor de
su cintura como un hábito, y lo abrazó con fuerza.

Los brazos fríos de Ash olían a viento. Su cara estaba presionado


contra su piel fría, lo que hizo que su corazón se acelerara. Ahora se
sentía mucho mejor. Así que frotó su mejilla contra él, sin darse
cuenta. Luego, las feromonas de Ash, que habían estado ocultas tras
el aire fresco, también fueron ingeridas por él gradualmente. Ahora
estaba convencido de que sus feromonas tenían un aroma diferente
en los últimos días.

Las feromonas de Ash anteriormente tenían un tono de madera


refrescante, pero recientemente, sus feromonas también habían
comenzado a mezclarse con un fuerte aroma dulce. Entonces,
Karlyle respiró hondo, como si no quisiera perderse ningún cambio.
A diferencia de las de otros Alfas, las feromonas de Ash lo dejaban
anhelando.

Entonces, Karlyle pensó de repente que sus feromonas eran


particularmente fuertes hoy. Pero sus pensamientos, pronto fueron
dispersados por Ash. La mano de Ash acarició suavemente su trasero.
Karlyle abrazó con fuerza a Ash, encogiéndose ligeramente de
hombros.

—¿Has cenado?

—Todavía no.

—Deberías haber estado comiendo.

Karlyle negó con la cabeza. Sabía que Ash se preocupaba cuando no


comía. Sin embargo, él lo había estado esperando para que comieran
juntos. Pero quizás se había equivocado. Recordó no haber asumido
el hecho de que Ash, podría haber comido primero.

Pensó en ello cuando se reunió con Aiden ayer, pero a veces perdía
su capacidad de razonar, solo porque Ash lo aceptaba demasiado.

—Es que no tenía hambre. Puedo comer solo más tarde.

Mientras decía eso, las cejas de Karlyle se curvaron con un poco de


tristeza. Ash se echó a reír, mientras observaba cómo sus cejas rectas
de aspecto afilado se curvaban.

—¿Por qué vas a comer solo? Yo tampoco he comido.

Las cejas de Karlyle, que habían estado extrañamente curvadas,


volvieron a su posición original. Karlyle no notó el cambio en su
expresión y terminó riendo un poco.

—Entonces … ¿puedo comer contigo?

—Estás preguntando lo obvio, por supuesto, mi Lyle.


Ash apretó levemente su nariz y la soltó. Los ojos de Karlyle se
abrieron de par en par. Mientras tanto, la mano de Ash que le había
frotado la nariz, tocó su mejilla. Entonces, se deslizó hacia abajo, y
comenzó a hacerle cosquillas en el cuello.

El calor subió gradualmente. Ash cerró la boca. Como si sus suaves


labios estuvieran conteniendo algo, solo pudo ver una leve sonrisa
en ellos. Karlyle se detuvo y tomó la mano de Ash.

Entonces, la mano que había tocado su clavícula se clavó en su bata.


Pero Ash pronto negó con la cabeza con un suave suspiro.

—¿Quieres pensar en lo que quieres comer? Iré a lavarme.

Así como Ash había conocido bien a Karlyle durante los últimos 40
días, Karlyle comenzó a comprender algunas de las acciones de Ash,
poco a poco. Estaba a punto de saltar directamente a una situación
extraña. De hecho, Karlyle ya estaba emocionado, recordándolo
como un reflejo automático.

—No tengo … mucha hambre.

Ash arqueó las cejas. —Mmm— se escuchó un sonido bajo saliendo


de su boca.

—¿En serio?

—¿Tienes mucha hambre?

Karlyle aún no estaba acostumbrado a hacer sugerencias directas.


Pero Ash lo notó de inmediato, incluso con esa pequeña expresión.
Mientras sentía que la parte inferior de su cuerpo se endurecía, al
mismo tiempo, Karlyle notó que su agujero comenzaba a contraerse
levemente.
Honestamente, ese cambio también era bastante vergonzoso para él.
Había vivido como un Alfa toda su vida, pero ahora estaba usando
una parte que nunca antes había usado, para obtener placer.

Sin embargo, su cuerpo se había adaptado completamente a ese


placer. Ahora, incluso cuando Ash se comportaba de forma lasciva,
su agujero palpitaba. Ante eso, Karlyle se quedó perplejo, y dejó
escapar un largo y vergonzoso suspiro.

—No—dijo Ash, moviendo la mano que tenía apoyada en su clavícula.


Y como si quisiera verle el pecho, levantó el dedo índice y le abrió la
bata. La túnica flojamente atada se desató, dejando al descubierto su
cuerpo.

El cordón de la bata de tejido estrecho, colgaba por debajo de su


cintura. Su ingle era casi invisible, pero se notaba lo suficiente, como
para saber que no llevaba nada debajo. Los ojos de Ash estaban
directamente sobre él.

—Lyle…¿Hasta dónde estás tratando de seducirme? —dijo Ash,


luciendo realmente preocupado, con los ojos debajo de su abdomen.
Karlyle volvió los ojos al escuchar su voz seca. Tambaleándose hacia
atrás, Karlyle giró levemente su cabeza en blanco. ¿Hiciste
intencionalmente algo como esto sin darte cuenta? ¿Qué tan lascivo te has
vuelto?
—Voy a subir.

Ash miró a Karlyle mientras él se retiraba y lo dejaba solo. Pero antes


de que pudiera subir las escaleras, el dedo de Ash tiró del cordón de
su bata.

Ahora la bata estaba completamente abierta. Karlyle trató de cerrarla


con las manos temblorosas. Ash se lamió el labio inferior y lo miró,
luego curvó los ojos, sonrió y extendió la mano.
Las feromonas que sintió hace un momento en los brazos de Ash,
comenzaron a fluir explícitamente. Entonces, Karlyle tomó su mano
como si estuviera hechizado, mientras absorbía las feromonas
intensas que lo rodearon hasta el punto de hacerlo perder la cabeza.

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Karlyle se sentó frente a su computadora portátil mientras Ash se


daba una ducha. De todos modos, tenía que concertar una cita para
echar un vistazo a la casa, ya que quería tomar una decisión rápida
para concentrarse en su tiempo con Ash.

Pero no fue una tarea fácil. En ese momento recordó las feromonas
intensas de Ash, que seguían clavándose en su cuerpo.
Evidentemente, eran muy diferentes de lo habitual. Ash tenía la
habilidad de cautivar a la gente con su risa lánguida, pero no con sus
feromonas.

Honestamente, las feromonas de Ash fueron tranquilas desde el


primer encuentro. Por supuesto, un omega se sentiría diferente. Las
feromonas de alfa y omega tenían la propiedad de seducirse entre sí.

Sin embargo, el aroma que aún persistía en la punta de su nariz,


evocaba una emoción que habría causado que incluso un alfa se
congelara. El aroma dulce e intenso, se acercaba más a un aroma
ligero y pesado, que a uno ligero y ácido. El sabor de Ash, que pensó
que sería como el chocolate negro con ron, se había vuelto más
refinado.

Así que Karlyle decidió volver a comprobarlo. Era difícil precisar de


qué se trataba exactamente, pero le preocupaba que sus feromonas
se hubieran vuelto más intensas. Y de repente, en su mente imaginó
a innumerables personas, rodeando a Ash, poseídas por sus
feromonas.

Había muchas posibilidades. Entonces, como lo había mencionado


antes, tal vez si debería encerrar a Ash… . Al sentir la codicia que
creció en su interior sin darse cuenta, Karlyle abrió mucho los
ojos. —¿Hasta dónde piensas llegar, Karlyle Frost? —se reprendió a sí
mismo con dureza.
—¿Estás trabajando mientras me esperas?

Karlyle levantó la barbilla al escuchar la voz detrás de él. Y mientras


volvía la cabeza y miraba hacia arriba, vio a Ash mirándolo. Ash no
llevaba nada puesto.

También observó, como sus labios ligeramente levantados se


aflojaron y dibujaron una sonrisa. Las gotas de agua que se
deslizaban de su cabello húmedo, descendieron sobre su frente.
Luego, estas bajaron por sus espesas cejas, se juntaron en su barbilla
y cayeron.

Las gotas de agua se posaron sobre los párpados de Karlyle. Entonces,


los dedos de Ash las frotaron contra sus ojos.

—En lugar de eso… —dijo Karlyle mientras fruncía el ceño. La


sensación de sus dedos, frotando lentamente su delgada piel era
extraña.

—Estaba mirando una casa en venta.

Los dedos que frotaban suavemente sus párpados, tocaron los


huesos de las cejas esta vez. Karlyle cerró los ojos durante unos
segundos y luego los abrió con suavidad. Ash todavía lo estaba
mirando. Sus ojos eran profundos, tal vez debido a las sombras.
—¿Por qué miras casas a la venta? —preguntó Ash, como si no
pudiera comprenderlo.

—Yo…me siento tan apenado—dijo Karlyle, tratando de


recomponerse. Las palabras de Aiden resonaron en su cabeza, justo
en ese momento. No podía ser un amante que le causara problemas,
solo porque no tenía tiempo suficiente para verlo. Además, recordó
lo que había pensado hace unos segundos. ¿No sería eso
espeluznante? Necesitaba contenerse de hacer algo como eso.

—¿Estás apenado?

La sonrisa de Ash se oscureció gradualmente. Sus labios apretados,


evocaban la ilusión de estar extrañamente irritado.

—Debo haber dicho algo inútil de nuevo—dijo Ash en voz baja, como
si estuviera hablando con él mismo. Fue un sonido tan pequeño, que
Karlyle solo pudo leer la forma de sus labios.

—Lo siento, pero no escuché lo que dijiste.

—No, porque no te lo dije a ti, Lyle.

Ash se echó hacia atrás y abrazó a Karlyle por detrás. El aroma de gel
de baño y del agua de la ducha reciente se atenuó. Al mismo tiempo,
Karlyle pudo sentir las feromonas que había inhalado en la entrada.
No había sido una ilusión. Eran muy dulces.

Y mientras empujaba a Karlyle naturalmente hacia adelante, Ash se


sentó detrás de él. La mesa en la que trabajaba Karlyle, estaba hecha
de madera de nogal en forma de rectángulo, y estaba colocada en el
centro del piso. Ash puso una silla larga frente a la otra. Parecía una
buena forma de colaboración.

La silla no era demasiado ancha para su longitud, así que cuando Ash
se superpuso y lo abrazó por detrás, Karlyle fue empujado como un
resbalón. Ash puso a Karlyle encima de él, cuando estaba a punto de
levantarse. Los brazos de Ash que se deslizaron como serpientes, se
presionaron contra su cintura y lo encerraron.

—Entonces … ¿estás buscando una nueva casa?

—Por ahora sí.

Eso es lo que dijo Karlyle, pero eso no era lo que realmente quería.
Fue algo doloroso. No podía creer que no podría hacer eso, después
de ver a Ash después de darse una ducha todos los días. Parecía que
los síntomas de su abstinencia ya estaban llegando.

La mano de Ash se hundió en su bata, como si buscara su lugar. Y


mientras tanto, Ash desató fácilmente el cordón que Karlyle había
atado cuidadosamente. La mano que había hundido, frotó
suavemente la parte inferior de su abdomen. Karlyle enderezó la
espalda con tensión, mientras sus grandes palmas, acariciaban su
vientre plano.

Su pene ya estaba medio erecto. La mano de Ash frotó suavemente


su vientre, y luego rozó su pene con el dorso. Entonces, Ash abrió
suavemente los muslos de Karlyle con las manos. Karlyle estaba
rígido, mientras miraba fijamente su computadora portátil.

—¿Por qué de repente pensaste en eso?

—Es… .

Las palabras que iba a pronunciar, se esparcieron como humo. Eso


fue porque la mano derecha de Ash, se hundió en su ingle. —Ah—
suspiró abruptamente. Entonces, escuchó la risa baja de Ash y sus
labios se posaron en su cuello.

Los dedos de Ash rodearon y frotaron el perineo debajo de sus


testículos, y luego tocaron lentamente su agujero. —Tak—se escuchó
el sonido de una tapa de plástico abriéndose. Y cuando Karlyle volvió
la cabeza hacia ese sonido, notó que Ash sostenía la botella de
lubricante en su mano izquierda.

Ash movió la punta de su pulgar para abrir la tapa, y luego llevó la


mano hacia la entrepierna de Karlyle. Podía sentir algo duro entre
los muslos de Ash, que estaba sentado en el suelo. El pene de Ash,
que estaba debajo de sus nalgas, estaba firmemente erguido.

—Te escucho, Lyle. Sigue hablando.

—Truk—con un sonido de apretón, el gel de color púrpura


transparente fluyó sobre su pene. Sus dedos delicados pero firmes,
exprimieron mucho lubricante. Karlyle se aferró al borde del
escritorio, ante el contacto del gel frío que fluía por su glande. Una
sensación escalofriante recorrió su espalda.
—Quiero decir…comprar, casa, cerca, ah, ah…¡Ugh, ah!

El lubricante que fluía por su pene se deslizó, mojando sus testículos


en un círculo. Y de inmediato, mojó el interior de sus muslos
ligeramente abiertos. Una parte de eso cayó al suelo, y la otra fluyó
por su perineo.

Un dedo que rozó suavemente las arrugas cerca del agujero recogió
el lubricante y se enterró en él. La hidratación comenzó a humedecer
las arrugas. Entonces, Ash movió sus piernas por completo, colgó las
rodillas debajo de las de Karlyle y las estiró. Karlyle jadeó y sacudió
la espalda.

—Si. Eso veo.

Gracias a sus anchos muslos, su pene colgaba debajo de la mesa. Con


una rígida erección, Ash ignoró por completo el pene que caía debajo
de su estómago.

Entonces Ash, que puso el lubricante cerca del orificio, lo exprimió


directamente sobre él, como si rociara agua. Luego, se escuchó el
sonido del aire drenado, y el gel comenzó a fluir de manera
indiscriminada.

—Ugh, ah, ugh, Ash… .

Ash roció tanto gel en su interior, hasta el punto en que fue


incomparable con lo habitual. Era como si quisiera gastarse toda la
botella. Karlyle no pensó que él hubiera usado toda esa cantidad en
su rut la semana pasada.

El ano de Karlyle se contrajo y sus ojos hormiguearon por el calor. Se


sentía tan extraño que su trasero estuviera todo mojado.

—¿Estás diciendo que has estado buscando una casa desde el


principio?

—Ah, ugh, ah, ah, eso es… .

Dos dedos se hundieron a la vez. Los muslos de Ash, y el fondo de las


sillas en las que estaban sentados, estaban cubiertos de lubricante.
Su dedo índice y medio se hundieron en el agujero, ligeramente
rígido, y luego se separaron de forma similar a una tijera. Karlyle
abrió la boca ante la sensación de que las arrugas se expandían y el
agujero se abría. Jadeó sin aliento. Se le puso la piel de gallina y le
picaba la nuca.

Ash puso nuevamente la tapa del lubricante en el agujero. Karlyle


suspiró y giró la cabeza. Cuando miró a Ash con los ojos enrojecidos
tratando de averiguar lo que iba a hacer, él dijo con los ojos
entrecerrados:

—Voy a exprimirlo todo por dentro.

Nunca había hecho eso. El agujero se estremeció con ansiedad y


anticipación. Los dedos abrían el agujero que se apretaba y se
aflojaba repetidamente.
—Si no te gusta, no lo haré.

Aparentemente, el Ash de hoy era un poco extraño. Parecía una


persona ligeramente diferente, pero la forma en la que le pidió su
consentimiento, fue amistosa. No parecía estar enojado. Entonces,
Karlyle le hizo una pregunta, mientras apretaba los dedos sobre la
mesa.

—¿Está bien…hacer eso?

—Es casi agua, así que debería estar bien. Es para alfas…Usé cuatro
botellas la semana pasada. ¿Se siente extraño?

Karlyle no podía creer que hubiera usado cuatro botellas. Mientras


enfrentaba el rut que experimentaba cada medio año, Karlyle saltó
sobre Ash y estuvo inconsciente durante dos días.

Como si hubiera recuperado lo que había perdido, su cuerpo quedó


envuelto en las feromonas de Ash y se excitó salvajemente. Sintió
tanto placer, que se desmayó por un tiempo, así que realmente no
recordaba la situación.

—Recuerda, bueno, ¡Ahhh!

—Puedes recordarlo correctamente esta vez.

Un poco de lubricante fluyó hacia su pared interior. Las nalgas de


Karlyle se apretaron, cuando el líquido frío tocó su carne caliente.

—¿No te gusta? —preguntó Ash de nuevo. ¿No te gusta? No era eso.


Karlyle negó con la cabeza lentamente. Y como si lo hubiera hecho
bien, los suaves labios de Ash tocaron su mejilla.

—Lindo—y tan pronto como termino de hablar, el lubricante se


precipitó en su interior. Karlyle encogió los hombros, mientras tu
torso se estremecía cuando el lubricante lo invadió con un solo
apretón.
Los dedos de Ash aumentaron a tres. Sus dedos empezaron a rozar
su interior húmedo. El sonido acuoso crujió. Karlyle miró hacia abajo
con lágrimas en los ojos.

—Ese sonido…tu, ah… .

—Es porque eres lascivo, Lyle. Escucha con atención.

El chirrido se hizo más fuerte. Sus dedos estaban metidos en su


interior y luego se deslizaban hacia afuera. A medida que aumentaba
la velocidad, el lubricante se deslizaba de su interior. Realmente
parecía que estaba salpicando agua.

Karlyle, que era incapaz de ver esa escena, levantó los ojos y miró su
computadora portátil.

—Bueno, Lyle, vuelve a tu trabajo—le dijo Ash, con una voz


extrañamente profesional. Karlyle movió sus muslos, mientras
distraía sus ojos. No había forma de que eso fuera posible Pero
Karlyle de alguna manera, fingió hacerle caso a Ash.

Entonces, tocó el panel táctil con sus manos temblorosas. Sus dedos
temblaron inquietos. Y tan pronto como Ash le frotó la próstata,
Karlyle se inclinó hacia adelante, sosteniendo la almohadilla con la
palma.

—¡Ah, ugh, ah, ah…Ah, Ugh!

—Concéntrate, Lyle.

Entonces, hizo clic sobre una de las imágenes que estaba viendo y
esta apareció. Ash miró la pantalla y dijo:

—¿Te gustó la casa? Yo también iré a verla.

—Oh, sí, ah, no… .


—No creo que la propiedad esté orientada hacia el sur. ¿No estaría
un poco oscura en invierno?

Ash se inclinó y presionó a Karlyle hacia abajo. Su pecho firme se


frotó contra su espalda. El calor era abrasador. Sus dedos le
presionaron obstinadamente la próstata. Lo hacía sin parar, hasta el
punto de volverlo loco.

Karlyle, que estaba tratando de cerrar sus muslos, fue ensanchado


aún más por las piernas de Ash. Sentía que se estaba volviendo loco.
Y mientras movía las palmas de su mano para escapar, esta vez
apareció otra imagen.

—Ah, Ugh, esto, no…Ash, Ugh, ah… .

—¿No te gusta esta casa? A mí tampoco me gusta.

Karlyle negó con la cabeza frenéticamente. El sudor goteaba por su


espalda temblorosa. Y mientras contraía el agujero, Karlyle quería
que Ash lo penetrara.

—Por favor… .

—¿Qué? ¿Quieres que te acompañe cuando vayas a ver la casa?

Ash seguía diciendo cosas fuera de contexto. Karlyle logró apretar su


brazo para sostenerse, y luego cerró su computadora portátil por
completo. Karlyle se puso de pie con los ojos llenos de emoción.

Los dedos de Ash se deslizaron lentamente de su interior. Ash dejó


que Karlyle lo hiciera solo. Jadeando sin aliento, Karlyle buscó a
tientas con los brazos hacia atrás. Entonces, posó la mano sobre el
muslo duro de Ash, encontrando el pene que estaba debajo de su
trasero.

—¿Por qué sigues…hablando… estoy al límite, ah— dijo Karlyle de


mal humor. Su cabeza da vueltas. Tenía que hacer algo de inmediato.
Karlyle sabía exactamente lo que iba a hacer. Era algo que había
aprendido de Ash durante las últimas semanas. Pero fue la primera
vez que lo puso así.

Entonces, Karlyle acomodó lentamente el pene que sostenía con la


mano, en su agujero brillante. Como la entrada estaba
completamente mojada, el pene no pudo entrar de inmediato y
resbaló.

—Ja, ja—exhalando con impaciencia, Karlyle frunció el ceño. Ash


movió lentamente su cintura. Karlyle apenas logró meter el pene en
el agujero. Como acababan de salir tres dedos de ese lugar, el glande
tocó la entrada que estaba ligeramente abierta.

Entonces Karlyle lo agarró y se sentó. Pero el pene volvió a resbalar.


Su ansiedad aumentó. Karlyle dejó escapar un suspiro caliente a
través de sus dientes, y apretó la barbilla. Había fallado de nuevo.

—Ash, por qué, no … no lo haces… .

—Si pudiera responder a mi pregunta de antes—dijo Ash dulcemente,


mientras le mordía la espalda. A Karlyle se le puso la piel de gallina,
cuando Ash levantó ligeramente los dientes y le mordió la piel. Sus
ojos estaban dando vueltas. ¿Qué dijiste? ¿Qué me preguntó Ash? ¿Qué
fuéramos a ver la casa juntos…?
—Vamos juntos…sería feliz si fueras…¡Ahhh!

Eso fue correcto. Ash le apretó la cintura con las manos y penetró el
agujero de Karlyle. Su enorme pene se hundió profundamente en el
estrecho orificio. Su pene, tan sólido y punzante como siempre,
atravesó a Karlyle con una sensación increíblemente pesada.

—Karlyle me lo pidió, así que lo haré—dijo Ash satisfecho,


mencionando una petición que nunca había hecho. Las feromonas
de Ash estallaron en llamas. El fuerte aroma que parecía llegar a sus
entrañas, despertó la emoción de Karlyle. Pero a diferencia de un
omega, sentía como si estuviera viniendo de frente y sacando algo de
su escondite. Era una colisión.

Con la sensación de ser apuñalado hasta la garganta, el pene lo


penetró hasta el final. Karlyle gimió como un animal, cuando el pene
de su Alfa presionó su próstata con fuerza.

—Ah, ah, ugh—gimió acalorado Karlyle, y quedó atrapado en su


asiento. Entonces, Ash sacó el pene que había estado perforando su
agujero a un ritmo largo. Luego, levantó a Karlyle y lo puso sobre la
mesa.

Sus cuerpos estaban mezclados como bestias. Con un movimiento


brusco, su razón se fue volando. Karlyle abrió las piernas, mientras
descansaba la espalda en la dura mesa de madera. Ash agarró la parte
posterior de sus rodillas y las empujó hacia arriba. Karlyle estaba
atrapado por los tobillos con las piernas bien abiertas.

La computadora portátil fue empujada bruscamente de la mesa. El


celular colocado al lado de la computadora portátil ya se había caído
al piso. Ash le mordía los labios como si se los fuera a comer.

Él se estaba comportando como una verdadera bestia. Y ese acto fue


contagioso. Como si se hubieran vuelto locos al mismo tiempo,
Karlyle envolvió sus brazos alrededor de la espalda de Ash y le hincó
las uñas. Y mientras inclinaba la barbilla y dejaba escapar un gemido
acalorado, Ash comenzó a moverse con un movimiento salvaje, que
nunca antes había experimentado.

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Fue su computadora portátil que cayó al suelo y se partió en dos, la
que saludó a Karlyle después del sexo. Esa fue literalmente una
catástrofe causada por su comportamiento bestial. A pesar de todo,
no había ningún problema porque en la computadora no había
ningún documento importante, y solo la usaba para trabajos ligeros.

Pero el solo hecho de haber roto su computadora portátil mientras


tenían sexo en la mesa, dejó a Karlyle con una terrible sensación de
vergüenza. Su formalidad cayó al suelo y fluyó hacia la alcantarilla.
Ahora era imposible recomponerse.

Karlyle se culpó a sí mismo. Toda esa situación superó su límite de


aceptación. Karlyle nunca había tenido sexo con Ash fuera de la cama.
Los lugares en los que hicieron algo antes de eso, fue al baño y al sofá
de la sala.

Pero en conclusión, Karlyle nunca había usado un espacio que no


fuera la cama como escenario para el sexo, ya fuera en su casa o en
la de Ash. Por lo tanto, para Karlyle, que tenía una vida sexual
educada, la situación en sí, era un choque contra sus valores.

No le era familiar poder tener ese tipo de sexo, incluso aunque


estuviera en celo. La espalda de Ash estaba llena de marcas rojas,
además, Karlyle al final no pudo superar el clímax y le mordió el
hombro, dejándole una marca parecida a un moretón.

El cuerpo de Karlyle estaba, por supuesto, más rojo. Todo su torso y


el resto de su cuerpo estaba lleno de marcas de besos como un lienzo.
La parte posterior de sus muslos y sus nalgas, estaban sucias con
lubricante y semen densamente secos.

Fue solo en ese momento que se dio cuenta de que ambos habían
perdido los estribos, ya que Ash se había corrido tres veces en su
interior sin usar condón, a diferencia de lo normal.
—Lyle…lo siento—se disculpó Ash, con una cara menos sonriente de
lo habitual, mientras lo ayudaba a sentarse en la cama. Luego, cerró
los ojos y se frotó la frente con una mirada de vergüenza.

—Te compraré la computadora portátil de nuevo. ¿Tenías algún dato


importante en ella? Si quieres, contrataré una empresa de
restauración.

—No tienes que hacerlo.

—Pero la dejaste caer por mi culpa.

En realidad, Ash lo había hecho acostarse boca abajo, y lo penetró


con tanta fuerza, que Karlyle se arrastró sobre la espaciosa mesa e
intentó huir, entonces la golpeó y la dejó caer. En otras palabras, el
culpable del hecho era Karlyle.

—Todo está bien.

Además, el hombre relativamente rico allí, era el mismísimo Karlyle


Frost. Por lo tanto, Karlyle solo estaba avergonzado de sí mismo, por
haberse visto de esa manera.

—No, lo siento. Además, los condones… . En esta época del año me


pongo medio loco. Tal si debamos buscar una casa—susurró en Ash
con voz muy baja, como antes. Pero esta vez, Karlyle pudo escucharlo.
Al escuchar su voz mezclada con suspiros, su velocidad se redujo al
máximo. Como resultado, eso impidió que Karlyle no pudiera
escuchar cuando Ash dijo: ‘esta vez’.

Como era de esperarse, Ash estaba pensando lo mismo… . Es un poco triste.


Parece que Aiden tenía razón.
Entonces su cuerpo perdió su energía. Quizás una de las razones fue
porque se había esforzado demasiado, sobre una mesa de madera
dura hasta la una de la mañana. Karlyle se humedeció los labios y
desvió la mirada. Estaba cansado.
—Ash, no tienes que hacerlo. Debes estar cansado, así que será mejor
que te vayas a la cama.

—Pero primero debes lavarte, Lyle. Yo te ayudaré con la limpieza.

Ash parecía realmente arrepentido de que su computadora portátil


se hubiera arruinado. Mientras tanto, las feromonas de Ash se fueron
intensificando gradualmente. Por lo general, cuando aliviaba su
deseo sexual, tendían a suavizarse un poco, pero en lugar de eso, el
fuerte olor hizo que Karlyle se excitara de nuevo. Si no se hubiera
sentido así, podría haber estrangulado a Ash.

—Yo lo limpiaré.

—No hagas eso. Déjame hacerlo.

Karlyle estaba completamente agotado, porque sentía que estaba


trazando una línea extraña. Así que le pareció que seguir insistiendo
también era una molestia.

—Está bien.

—Gracias.

¿No se siente realmente como si trataras a un invitado? Karlyle quería


compartir ese trabajo de limpieza con Ash. Porque por mucho que
Ash no quisiera que él sufriera, Karlyle sentía que él también era
culpable.
Mientras daba una ducha ligera, Ash puso la computadora rota y la
lata de lubricante que estaba tirada en el piso en una bolsa que trajo
de la cocina. Y para cuando Ash llegó a la cama después de limpiar el
desorden del suelo ligeramente, Karlyle ya estaba medio dormido.

Cuando Karlyle levantó sus ojos somnolientos, Ash lo miró a los ojos
y se inclinó con una sonrisa.

—Buenas noches.
Una voz dulce que siempre le hacía tener un buen sueño, un beso de
buenas noches y una mano cálida que tocaba sus mejillas. Karlyle no
podía dormir sin esas cosas ahora. Entonces, cerró los ojos con
melancolía, ante la repentina y clara comprensión de ese hecho.

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

La visita de las casas comenzó al día siguiente. Quizás fue sincero


cuando le dijo que podían ver la casa juntos, porque Ash le preguntó
a Karlyle sobre el tema con cierto detalle.

Cuando Ash le preguntó a Karlyle que tipo de casa le gustaba, él eligió


a regañadientes cuatro de ellas, que no tenían ningún atributo en
especial. Como Ash no iba a estar en esa casa, no tenía necesidad de
preocuparse por eso de todos modos.

La primera casa fue visitada el 11 de febrero. Como era un día laboral,


programaron la visita a las 7 de la tarde. La casa estaba ubicada en
una zona residencial, a 10 minutos a pie de la estación de Notting Hill,
estaba pintada de blanco como una Mansión en el Mediterráneo, y
las enredaderas se cultivaban maravillosamente en el jardín.

El interior de la mansión no era particularmente bueno, pero


tampoco estaba mal. Había un enorme garaje y lo inusual era que
tenía un estanque en el patio trasero. El interior era de estilo
victoriano. Mirándolo, era similar a la casa de Natalie.

Y era incomparablemente más pequeña que la mansión de


Hampstead Heath, donde originalmente vivía Karlyle. Pero eso no
importa, ya que voy a vivir solo de todos modos… .
—Es demasiado pequeña—dijo Ash, tan pronto como entró a la casa.
Karlyle parpadeó y miró hacia adelante

—¿Eso crees?
—Si, considerando la casa en la vivías, Lyle…¿No sería esta
demasiado pequeña?

Era aproximadamente el doble del tamaño de la casa de Ash. Pero


ante eso, Karlyle fue rápidamente persuadido

—Probablemente lo sea.

—Hay cierto entorno en el que solías vivir, pero no creo que sea
este—dijo Ash, y se dio la vuelta. Luego, inclinó la cabeza, curvó las
cejas y le dijo:

—Claro, esa es solo mi opinión. Si a Lyle le gusta, lo que yo opine no


importa. Yo te ayudaré con la mudanza.

Karlyle se quedó atónito cuando escuchó la palabra ‘Mudanza’.


Entonces, con una cara tranquila y fría, negó con la cabeza. Y luego,
le explicó a su secretaria por qué no le gustaba esa casa, con una
mirada seria como si estuviera trabajando.
—Tienes razón, Ash.

Solo porque Ash había dicho eso.

—¿De verdad?

—Sí.

Karlyle asintió rápidamente, y luego miró a su secretaria, que estaba


detrás de ellos, y le hizo un gesto negativo con la cabeza. Y de
inmediato, una de las opciones en la lista fue tachada.

—Me alegro de que estés de acuerdo, Lyle.

Ash sonrió como una rosa y lo miró fijamente con sus ojos brillantes.
El corazón de Karlyle se llenó con su bonita sonrisa. La decisión que
Karlyle acababa de tomar, fue muy prudente y racional. En cuanto al
diseño de interiores, Ash era más experto que él de todos modos.
Además, Karlyle estaba en el negocio inmobiliario, pero no se
ocupaba de vender casas en sí. Simplemente administró los activos y
firmaba. Por lo tanto, cuando se trataba de casas, Ash obviamente
debía tener razón.

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El 12 de febrero continuaron visitando las casas. Vieron dos en ese


día. Una de ellas estaba ubicada a unos 15 minutos a pie de la casa de
Ash. La situación de la propiedad y la ubicación no eran malas.

La casa rodeada de paredes de ladrillo estaba muy bien cuidada. El


aspecto renovado en tonos blanco y negro, que se asemejaba a un
apartamento, parecía haber sido sacado de algunas de las casas más
caras de Mayfair.

—No me gusta la dirección de las ventanas. Por supuesto, esa es solo


mi opinión.

A diferencia de la mansión anterior, esa casa era del mismo tamaño


que la de Ash. Mientras subía las escaleras, mirando cuidadosamente
el interior con la barbilla apretada, Ash respondió la solicitud de
opinión de Karlyle.

—La temperatura corporal de Karlyle todavía es baja, así que


personalmente quiero que vivas en un lugar cálido. No creo que este
tipo de casa permita que entre mucha luz solar en el invierno. Hay
una diferencia entre tener una buena calefacción y tener buena luz
solar, ¿verdad?
En la práctica, el cuerpo humano producía vitamina D a partir de la
banda UVB de luz ultravioleta. El comentario de Ash tenía mucho
sentido, porque si no lograba una exposición adecuada tendría un
gran impacto en el cuerpo.

Además, el clima nublado durante más de la mitad del año,


contribuía a la naturaleza sombría de la mayoría de los británicos.
Cuando llegaba el verano, esa era una de las razones por las que se
quitaban la ropa y se acostaban en el césped donde brillaba el sol.
Eso sucedía en todo el país, independiente de la región.

—Debe ser deprimente.

Eso también era cierto, porque siempre estaba deprimido cuando


Ash Jones no estaba cerca. Ante las palabras de Karlyle, Ash se frotó
la barbilla con seriedad.

—Me entristecería mucho si mi Lyle estuviera deprimido. Es posible


que ni siquiera pueda comer.

Ese era solo el trabajo de un libertino, hacer que un ser querido se


entristezca lo suficiente como para afectar su alimentación. Karlyle
era un caballero educado en modales desde una edad temprana. De
hecho, ¿acaso no estaba realmente mezclado con la sangre noble?

—Creo que este lugar tampoco es adecuado.

—Bien pensado.

Ash, que tenía ojos tristes, sonrió suavemente. Lo hizo de una forma
tan bonita, que Karlyle incluso sintió que sus entrañas se derretían.
Como no pudo resistirse, extendió la mano y agarró la mano de Ash.
Ash tomó la mano de Karlyle con fuerza y le besó el dorso con una
sonrisa.

Entonces, se trasladaron de inmediato a la casa de al lado. La


secretaria ajustó el horario, ya que pasaron menos de10 minutos
mirando la otra casa. Pero esta vez , la mansión estaba en la dirección
opuesta.

Ash miró el interior con ojos indiferentes. Karlyle ni siquiera


consideró mirar adentro él mismo, y esperó en silencio la revisión
de Ash. Detrás de él, su secretaria parecía desconcertada.

—No me gusta la cocina de aquí. A Lyle le gusta cocinar.

Karlyle Frost se había asociado con la cocina durante más de 20 días,


a excepción de los 43 días de este año y 3 días del año pasado cuando
conoció a Ash, en sus 33 años de vida. A parte de eso, decir que era
bueno para la cocina, era solo una delicadeza de su parte.

Porque su carrera culinaria, solo totalizaba unos 66 días. Ese periodo


era demasiado corto, como para considerar la cocina como uno de
sus pasatiempos.

—La inducción tampoco es buena.

De hecho, se podían los electrodomésticos, pero de todos modos, ese


era el argumento de Ash. Karlyle asintió sin problemas esta vez.

—Ash, tienes buen ojo.

—¿De verdad? Sin embargo, creo que el hecho de haber estudiado


diseño de interiores fue útil. Me avergüenzan un poco tus cumplidos,
Lyle.

Su voz era desvergonzada, pero Ash curvó sus ojos tímidamente y


levantó sus labios hasta el punto de formar hoyuelos. Su sonrisa era
como una pintura dibujada por sus labios finalmente curvados.

Karlyle miró sus labios, deseando besarlo inconscientemente, y


como si se diera cuenta de ello, Ash le dio un beso en los labios, con
tanta suavidad como una pluma. Al ver esa escena, la secretaria se
marchó avergonzada.
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La visita tan esperada a la última casa, fue el 13 de febrero. Ash no


pudo acompañarlo ese día. Él parecía un poco cansado por la mañana.
Karlyle lo notó de inmediato.

—¿Estás bien, Ash? —dijo preocupado y tocó su hombro. Las


feromonas de se habían vuelto muy intensas en los últimos días.
Rozaban su piel de una forma tan tangible, como si pudiera verlas.

Ash, que acababa de despertar, miró a Karlyle sin expresión. El lento


movimiento de su mirada se detuvo en la mano que Karlyle puso
sobre su hombro.

Karlyle sabía que Ash tendía a ser inexpresivo por la mañana. Pero
hoy se sentía particularmente diferente. Ash, que parpadeó cuando
se inclinó, levantó su mano lentamente.

Entonces, agarró la muñeca de Karlyle. La mano que le había puesto


en el hombro fue apartada y llevada a la boca de Ash. Los labios de
color rosa pálido de Ash se abrieron, revelando sus dientes blancos.
Y luego, mordió los dedos de Karlyle con fuerza.

—…Ugh.

Ash frotó los dedos de Karlyle como una bestia con colmillos, y luego
comenzó a lamerlos con fuerza. Le lamió las yemas de los dedos,
hasta el punto de hacer un desastre con su lengua. Karlyle
permaneció acostado.

Y mientras Ash le chupaba los dedos, comenzó a frotar la parte


inferior de su cuerpo contra Karlyle. Los penes de dos hombres
adultos que tenían erecciones por la mañana, se frotaban con su
delgada ropa interior de por medio.

Karlyle se excitó rápidamente al presionar y frotar su duro pene. Su


cuerpo estaba ardiendo. Ash generalmente lo deseaba a cualquier
hora del día, pero tendía a abstenerse de hacerlo por la mañana, a
excepción de los fines de semana. Además, nunca lo había mordido
de esa manera.

Ash, que le chupaba los dedos como un animal, los sacó de su boca
empapados de saliva. Esta vez, su objetivo cambió hacia su cuello.

Los Alfas no podían imprimirse entre sí, pero Karlyle siempre vivía
con marcas en el cuello porque se dejaban huellas el uno al otro cada
vez que lo hacían, como si se estuvieran imprimiendo. Sus labios
tocaron algo parecido a un hematoma púrpura que se estaba
volviendo más claro.

—¿Ash…?

Pero él nunca había estado así desde la mañana … Karlyle estaba


perplejo. Ash le chupó la nuca con fuerza, como si no lo hubiera
escuchado. Entonces, se erigió para masticar su delicada piel,
haciéndole una marca recta en el cuello como si le estuviera
chupando la sangre. Las marcas continuaron hasta la clavícula y
luego hasta el pecho.

Mientras abría su camisón, Ash frotaba su nariz contra su pecho. Los


pezones expuestos al aire ya estaban medio erectos. Ash le chupó
suavemente los gruesos pezones, que tenían un bonito color y forma
con sus labios. El cuerpo de Karlyle se puso rojo de la emoción,
porque Ash lo chupaba como si le estuviera sacando leche. Era
demasiado vergonzoso

—Ash, esto es, más tarde… .


Karlyle trató de apartarlo empujando sus hombros. Pero Ash ni
siquiera se movió. Actuaba como si no pudiera escuchar a Karlyle
correctamente. Entonces Ash, quien negó con la cabeza de manera
gruñona, se pegó aún más a Karlyle, decidido a hacer lo contrario.
Parecía comportarse de manera infantil, por lo que el corazón de
Karlyle comenzó a latir fuera del ritmo promedio. Es tan lindo.
Pero su acción posterior no fue linda. Porque Ash, cuya lengua estaba
muy extendida, le lamió los areolas y los pezones con fuerza.
Sintiendo su saliva mojando sus áreas sensibles, Karlyle arqueó
levemente su cintura.

—Ah… .

Lo que sintió en su pecho fue absolutamente vergonzoso. Karlyle


apretó con más fuerza su hombro. Fue un acto demasiado atrevido
para hacerlo por la mañana.

—Ash, eso, ah… .

Sus pezones fueron estimulados y comenzaron a enrojecerse. Ash


comenzó a masticarlos con ese fin. La sensación de una corriente
eléctrica brotando de su pecho, se extendió lentamente por todo su
cuerpo. Sus dedos de los pies se estremecieron.

—Ahí, no, oh, ahí, Ash… .

A medida que la estimulación que parecía rascar su estómago se


extendía por su cuerpo, Karlyle se puso ansioso. Los dedos de sus
pies se contrajeron y luego se extendieron de nuevo. Ash contuvo los
movimientos de su torso y comenzó a frotar la parte inferior de su
cuerpo. Y mientras le frotaba el pene abajo, le chupaba los pezones
arriba, dejando su cabeza en blanco.

—¡Oh, uh, ah, detente, uh, uh, ah…!—le suplicó Karlyle,


distorsionando sus ojos doloridos. Pensó que sería extraño que su
corazón latiera más rápido que en ese momento. Y justo a tiempo,
sonó su teléfono celular como para salvarlo. Era su secretaria. La
agenda de Karlyle empezaba bastante tarde ese día, así que decidió
ir a ver la casa a las 10 am.

—Ash, eh, ah, el teléfono, teléfono…tengo que contestar, debo


hacerlo.

Como si lo hubiera escuchado, Ash que había estado chupándole los


pezones sin descanso, levantó los ojos. Sus feromonas se clavaron en
su nariz. Karlyle jadeó, sintiendo que sus feromonas se apoderaban
de su cerebro.

Ash se incorporó. Y cuando él se levantó como si estuviera a punto


de retroceder, las emociones inundaron a Karlyle, sin saber si era
alivio o pesar. La parte inferior de su bata estaba ligeramente mojada
debido a que su pene ya había comenzado a derramar líquido
preseminal. Karlyle jadeó y se miró a sí mismo, y luego, se las arregló
para tomar su teléfono celular y contestar la llamada.

—Soy…Karlyle Frost.

Pero Ash no se retiró.

[Hola, director. Llamo para confirmar que el horario de su visita es en una


hora. ¿Quiere que le envía la agenda?]
Ash, que se levantó, agarró el muslo de Karlyle y lo abrió. Con una
mano grande detrás de la rodilla empujó su pierna hacia arriba.
Karlyle miró hacia abajo con los ojos bien abiertos. ¿Qué…?
Sus ojos se encontraron. Una extraña sonrisa volvió a su rostro
inexpresivo. Con ojos lánguidos y peligrosos, Ash se agachó.
Entonces, inclinó su torso y metió la cara entre las piernas de Karlyle.
Y luego, su lengua… .

—¡…!
Debido a que lo había usado anoche, su lengua lamió su agujero
abierto. Podía escuchar el sonido de sus besos, como si estuviera
saboreando algo delicioso.

La punta de su lengua presionó el agujero como si estuviera


extendiendo sus arrugas. Karlyle se mordió los labios y apretó la
mano que sostenía el teléfono celular. Pero no pudo evitar que su
aliento caliente se filtrara.

—…ugh…ah.

[¿Director?]
Su lengua revoloteó en el interior todavía caliente. Su lengua larga,
flexible y blanda, se movía hacia adentro y hacia afuera, mientras su
agujero se contraía. Fue tan vergonzoso y placentero al mismo
tiempo.

Debido a que Karlyle era tan tímido con el beso negro, Ash realmente
no se lo había hecho desde que comenzaron a salir. Por esa razón,
ese era su primer beso negro después de mucho tiempo.

—La agenda… .

Karlyle habló lentamente, temiendo que se le filtrara un gemido.


Intentó en vano apartar a Ash moviendo las piernas. Entonces,
extendió la mano y agarró su cabello. Pero cuando la lengua de Ash
se movió en su interior, Karlyle lo atrajo involuntariamente hacia él.

—¡No, envíala, no…ah…!

Fue tan bueno. No debería ser bueno, pero lo fue…las lágrimas


brotaron de sus ojos sin parar. Karlyle se mordió los labios, frotando
sus mejillas rojas contra la almohada. Una vena se asomó en su cuello.
Los pies debajo de sus piernas temblorosas se contraían sin parar.

[¿Está bien?]
Desafortunadamente, la lengua comenzó a acelerar sus movimientos.
Aunque no había lubricante, se escuchó un sonido húmedo viniendo
de abajo. Un gemido subió hasta su garganta. Karlyle finalmente
colgó el teléfono. La mano que logró terminar la llamada dejó caer el
teléfono.

—Ugh, ah…¡Ah! ¡Ugh, ah…!

¿Es bueno excitarse tan rápido? ¿Por qué me siento así? Las lágrimas
corrieron por sus mejillas cuando sintió una oleada de vergüenza.
Pero no quería decirle que se detuviera.
Mientras negaba con la cabeza, Karlyle arqueó la espalda con fuerza.
Comprendiendo su estado de ánimo, Ash tiró de la parte inferior del
cuerpo de Karlyle hacia él y empujó su lengua lo más que pudo.

Después de un rato, Karlyle se corrió solo con eso. Ash lo hacía


correrse con tanta facilidad, hasta el punto en que sería ridículo
mencionar, que alguna vez tuvo un periodo de trastorno del orgasmo.
Ahora alcanzaba el clímax demasiado rápido.

Al ver a Karlyle jadear con el pecho agitado, Ash abrió la boca. Sus
dedos le frotaron el glande por donde salía semen. —Ah, ah—
jadeando, Karlyle se dio la vuelta como si estuviera huyendo. Ash lo
frotó en silencio, y luego parpadeó lentamente.

—Oh… . Has hecho un desastre—dijo Ash. Karlyle lo miró con ojos


llorosos.

—Lyle… .

Ash se pasó la mano por el cabello, con una mirada más perpleja que
la última vez. Entonces, frunció el ceño con nerviosismo, sacudió la
cabeza y suspiró.

—Lo siento. Sé que odias el beso negro. Ahora… .


Ash se humedeció los labios y negó con la cabeza. Su pecho, que se
agitaba sin control, se calmó gradualmente. Karlyle se quedó en
silencio por un momento. Trató de decir que estaba bien, pero era
cierto que la situación de antes fue muy vergonzosa.

—Pareces… extraño estos días.

Karlyle terminó diciendo lo que había estado sintiendo durante días.


entonces pudo sentir las feromonas de Ash vibrando nerviosamente.
Ash parpadeó y lo miró. Se veía muy sorprendido.

—Lyle… .

—Yo…iré a darme una ducha.

Honestamente, Karlyle no lo había odiado y había sentido mucho


placer. Sin embargo, fue un poco extraño e incómodo, porque Ash
parecía otra persona. Comenzando con el sexo en la mesa, Ash se
había comportado más atrevido que antes.

Fue diferente al día que lo hizo llorar, haciendo expulsar algo


cercano a la micción. Pero eso había sucedido en un momento en el
que los dos estaban excitados, pero esta vez, Karlyle sintió que Ash
le estaba haciendo algo que era difícil de manejar desde el principio.
¿No te gusta eso? ¿No te gusta?

—Lyle, espera un minuto.

Ash lo persiguió con una expresión de tristeza. Karlyle se detuvo


después de dar unos pocos pasos. Frotándose las mejillas enrojecidas,
levantó los ojos y miró a Ash. Ash lo miró sin poder tocarlo fácilmente,
luego cerró los ojos y se tocó la cara. Era un comportamiento que
había estado viendo mucho últimamente.

—Lo siento de nuevo. Perdí la cabeza por un momento.


Karlyle vaciló. En lugar de no gustarle, para Karlyle todavía era difícil
familiarizarse con la sensación de volverse loco con el sexo.

Parecía estar cegado por la lujuria, lo que lo convertía en un hombre


sin formalidades. Sin importar lo que hicieran los demás. Sin
embargo, el propio Karlyle se sintió incómodo.

—… bueno.

—Vas a ver la casa en un rato, ¿verdad? —preguntó Ash, bajando los


ojos con pesar. Al ver su apariencia débil, el corazón de Karlyle se
derritió como la nieve. Quería abrazarlo.

—Así es.

—Buena suerte—le dijo Ash con voz resignada—Espero que sea una
casa que te guste.

Con esas palabras, Ash dejó ir a Karlyle. Curiosamente desconsolado,


Karlyle se quedó quieto y miró en silencio a Ash darle la espalda.

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¿Se ha hecho realidad el deseo de Ash? La última casa que Karlyle vio
fue perfecta sin duda alguna. O podría verse de esa manera porque
Ash no la había mirado cuidadosamente.
Karlyle dio un paso adelante lentamente con los ojos hundidos. El
sonido de sus zapatos resonó huecamente en el suelo de mármol. No
recordaba haber tenido nunca un conflicto con él desde que
empezaron a salir. Ash siempre trataba a Karlyle con mucha cautela.
Al mismo tiempo, cumplió con todas sus demandas.
Sin embargo, Karlyle había hecho enojar a Ash solo porque estaba
demasiado emocionado por el sexo. ¿Qué hay de malo con un beso
negro? No es como si Ash nunca le hubiera lamido el agujero, e
incluso le había hecho cosas peores.
El corazón de Karlyle se volvió más pesado gradualmente. Lo inundó
una oleada de depresión fuera de control. Las palabras de
Ash: ‘Espero que sea una casa que te guste’, resonaban en su cabeza
constantemente.
Probablemente Ash también quería que se fuera. Era natural que Ash
pensara eso, ya que siempre deseaba que a Karlyle le fuera bien en
todo.

Sin importar cuanto revisara la casa, no había razón para no


comprarla. El precio también era razonable. La piscina también tenía
un tamaño razonable, y la casa contaba con cuatro pisos de altura,
incluyendo el sótano.

El tamaño, el diseño y la ubicación eran perfectos. Estaba a 20


minutos a pie de la casa de Ash, pero si iba en coche llegaría en cinco
minutos.

Karlyle le pidió a su secretaria que pusiera su nombre en la lista,


mientras la felicitaba por su buen trabajo. Podía comprarla de
inmediato si quisiera, pero sus vagos lamentos permanecieron.

Pero lamentablemente, su tristeza no terminó allí. Karlyle no había


tenido noticias de Ash en toda la tarde. Como alguien que espera una
gran noticia, Karlyle estuvo en alerta máxima durante todo su trabajo.
Y mientras buscaba su teléfono celular inconscientemente, Alice
finalmente le habló:

—¿Qué está pasando?

—Nada.
Aunque Karlyle había conocido los verdaderos sentimientos de su
madre, ella seguía siendo una persona difícil para él. Entonces, él
enderezó su postura y negó con la cabeza. Pero luego, cuando
escuchó la notificación de un mensaje de texto, Karlyle se estremeció
y revisó su bolsillo de nuevo.

—Parece que esa es la llamada que has estado esperando, atiéndela.

—…Discúlpame.

Lo correcto era decirle que no, pero Karlyle no tuvo paciencia, y


deslizó su mano dentro de su traje para confirmarlo. El mensaje era
de Ash. Sin embargo, el contenido no fue lo que esperaba.

[Lo siento, Karlyle. ¿Podrías dormir en la casa de tus padres esta noche?
¿Podrías hacer eso hasta pasado mañana?]
Cuando leyó ese mensaje, Karlyle sintió como si el cielo se estuviera
cayendo. Entonces, frunció el ceño. Sus pestañas temblaron
nerviosamente. Ash también debía estar enojado. No estaba siendo
ni comprensivo, ni considerado.

Si decía eso, significaba que él había sido considerado con la estadía


de Karlyle y solo la había aceptado. Aiden tenía razón.

—Karlyle.

La mano de Alice tocó su hombro. Karlyle suspiró y bajó la mirada.


Alice lo estaba mirando. Había un atisbo de preocupación en sus fríos
ojos azules.

—No sé que está pasando…pero puedes irte.

—Estoy bien—respondió Karlyle, con voz insegura. Alice negó con la


cabeza.

—Vete—dijo con severidad. Al escuchar eso, el corazón de Karlyle se


rompió en varias partes. Había hecho enojar a Ash y le estaba
causando preocupación a su madre. Era tan patético. Ahora que
había tocado fondo, pensó que solo había una cosa que podía hacer
para subir de nuevo, pero era absurdo que no pudiera hacerlo.

—Escuché que mañana es el Día de San Valentín—dijo Alice. Una


palabra inimaginable salió de su boca. Entonces, el estado de ánimo
de Karlyle, que había estado cayendo en picado, se calmó por un
momento.

—…¿Qué?

—Diviértete con el señor Jones. Puedes tomarte un descanso esta


semana.

Eso fue algo realmente inesperado. Karlyle estaba perplejo. Nunca


pensó que escucharía eso de sus padres. Lo mismo sucedió con Alice,
quien miró a Karlyle con el ceño fruncido y se dio la vuelta primero.

No fue hasta que vio partir el auto que esperaba frente a ellos que
Karlyle comenzó a reflexionar sobre sus palabras.

Nunca había celebrado un aniversario comercial de ese tipo. Pero


sabía aproximadamente qué regalar. La pregunta era si a Ash le
gustaría su regalo. ¿Cómo puedo hacer que Ash se sienta mejor por
quedarme en la casa de mis padres hasta pasado mañana…?
No pudo encontrar una forma creativa de hacerlo. A Ash
seguramente no le gustaría un regalo costoso. Los pensamientos de
Karlyle fluyeron constantemente, hasta recordar a la única persona
a su alrededor que podía darle un consejo al respecto.

[Debes tener sexo.]


A la única persona que pudo hacerle esa pregunta fue a Aiden.
Karlyle le preguntó si alguna vez había celebrado el día de San
Valentín con alguien. Pero Aiden solo le respondió con esa frase
vulgar. Karlyle frunció el ceño.

[Eso es demasiado como para ser un chiste.]


[Eso es lo mejor. Pero tienes que hacer algo que no haces habitualmente.]
Karlyle no tenía intención de tener esa conversación tan privada con
un conocido. Entonces, Aiden comenzó a jactarse de sí mismo ante
Karlyle, quien no le respondió.

[Es un cliché y es infantil, pero es sorprendentemente fácil aplicar chocolate.


Pero, ¿cuál de los dos es el que recibe?]
Ni siquiera valía la pena responderle.

[Por lo que parece, debe ser el que tiene más conocimientos, pero si haces
algo que la otra persona normalmente quiere pero no puede hacer, es un
regalo de San Valentín. Ten en cuenta que este es un consejo caro.]
Karlyle guardó nuevamente su celular en su bolsillo. Parecía que
había recibido un par de mensajes más después de eso, pero Karlyle
no los revisó. Era evidente que Aiden le diría alguna tontería, similar
al texto anterior.

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Karlyle estuvo pensando en el regalo perfecto para Ash durante


medio día, pero las opciones no eran lo suficientemente buenas.
Tratando de ignorar las palabras de Aiden de que debería ofrecerle
sexo, Karlyle se decidió por 34 rosas, un reloj y una cena que había
reservado recientemente en el restaurante más popular de Chelsea.

Su plan parecía estar bien, pero tampoco era algo tan especial. Sin
embargo, este año parecía haber mejorado mucho. De hecho, Karlyle
tenía muchas cosas que aprender en el futuro.

Sin embargo, para Karlyle lo más importante era saber si Ash estaba
disponible para una cita al día siguiente, incluso aunque estuviera
planeando todo eso por su cuenta. Ash tenía un trabajo importante
que atender, así que sería difícil para él si programaba una cita de
repente.

Después del mensaje de texto de Karlyle, quien respondió que sí, Ash
no se comunicó con él hasta el anochecer. El miedo y la ansiedad se
alternaron en su mente. Le era difícil conciliar el sueño.

A las diez de la noche, Karlyle luchó por darse una ducha e irse a la
cama. Pero todo fue en vano. Como no pudo escuchar la voz
deseándole buenas noches, sintió que iba a tener insomnio.

A medida que se multiplicaba su ansiedad, comenzó a tener dolor de


estómago. Era como si los nervios de todo su cuerpo estuvieran al
límite. El sonido del segundero de su reloj de pulsera resonó en sus
oídos, hasta el punto de resultar molesto. Fue muy doloroso soportar
el lento paso del tiempo. Ni siquiera había peleado con Ash, pero
parecía que había sucedido algo importante.

Karlyle finalmente decidió cambiarse de ropa. Entonces, se colocó


un suéter de lana sencillo, pantalones formales y un abrigo. Y antes
de dirigirse a la casa de Ash, lo llamó tres veces.

Sin embargo, al final no pudo contactarse con él. En ese momento,


tuvo el terrible presentimiento de que algo podría haberle pasado.
No hacía falta decir que Ash nunca hubiera evitado unilateralmente
contactarse con Karlyle. Había una razón por la que no había
respondido a sus llamadas en el pasado, y en esa época ni siquiera
estaban saliendo.

Karlyle sabía que era de mala educación ir a la casa de su novio a altas


horas de la noche. Por lo general, Ash se quedaba dormido después
del amanecer, pero ese comportamiento podría molestarlo. Sin
embargo, Karlyle quería asegurarse de que Ash estuviera bien,
incluso si lo odiaba. De lo contrario, podría volverse loco.
Su preocupación venció al miedo. Era más correcto decir que sus
preocupaciones se habían convertido en miedo. Entonces, Karlyle
tomó una decisión y condujo hacia la casa de Ash.

Las luces en la casa de Ash estaban apagadas. Solo el jardín estaba


iluminado con una luz naranja. El lugar estaba silencioso. Un viento
frío sopló violentamente y sacudió el dobladillo de su abrigo. La
frialdad que penetró a Karlyle fue feroz, porque no estaba vestido
adecuadamente.

Karlyle ingresó la contraseña en la puerta principal. Sin embargo,


necesitaba una llave para entrar a la casa de Ash. En el Reino Unido,
todavía había demasiados lugares donde aún se utilizaban llaves. No
sabía si era una preferencia por lo clásico, pero había muchas casas
que usaban tales puertas, incluso después de ser renovadas.

Ash solía guardar sus llaves debajo de un muro de piedra en el jardín,


para que Karlyle las usara. La contraseña era necesaria para entrar
al jardín de todos modos, así que no era tan peligroso. Era la primera
vez que Karlyle intercambiaba llaves de esa manera, así que le
gustaba sentirse extrañamente emocionado cuando hacía tal cosa.

Karlyle se volvió, y levantó la piedra más grande y redonda de todas.


Entonces, se dio cuenta de que no había ninguna llave debajo de la
piedra para él. En ese momento, sintió un vacío en su interior.
¿Y ahora qué voy a hacer?
Karlyle sintió que todo se había arruinado. Con una mirada
temblorosa, miró el lugar durante mucho tiempo. ¿Ash ni siquiera
quiere que vuelva a casa ahora? Estaba tan triste que se quedó quieto
durante unos minutos.
Su valor se desvaneció. Sin embargo, ahora que había llegado tan
lejos, tenía que comprobar cuál era la condición de Ash. El viento se
hizo más fuerte y su cabello se desordenó. Sus mejillas se
enrojecieron por el frío.
De pie frente a la puerta, Karlyle presionó el timbre suavemente. Al
tocar el timbre, le preocupó que las luces de la casa estuvieran
apagadas. Pensó que si vivieran juntos, no se sentiría así.

¿Realmente necesito más de un año para convertirme en una persona


adecuada para Ash? ¿Qué pasa si no me convierto en eso después de un año?
¿Qué pasa si rompo con Ash? Una idea siniestra en la que no había
pensado durante mucho tiempo, lo golpeó salvajemente.
Karlyle, que había llamado cortésmente a la puerta tres veces, bajó
la mano débilmente. Si Ash está enfermo, ¿debo llamar a una ambulancia?
Si hubiera sabido qué diablos era, no me sentiría tan distante.
Al regresar, hizo sentir mal a Ash, y cuando entró, se sintió triste
porque parecía estarlo interrumpiendo y siendo presuntuoso. La
mano de Karlyle frotó la puerta, incapaz de renunciar a su
prolongado afecto.

La puerta se abrió cinco minutos después. En ese momento, Karlyle


se estaba preguntando si debería tocar el timbre. La temperatura
había bajado gradualmente y ahora sus oídos estaban entumecidos.
Y tan pronto como su mano trató de tocar el timbre, la puerta se
abrió de golpe.

—…¿Lyle? —se escuchó una voz baja. Al mismo tiempo, Karlyle sintió
el aire caliente y una vertiginosa cantidad de feromonas. Entonces,
dio un paso atrás.

—Oh, lo siento—se disculpó primero. No podía ver el rostro de Ash,


que parecía estar enterrado en la oscuridad, por lo que era difícil
notar su expresión.

—¿Cuánto tiempo llevas ahí parado?

La voz de Ash se hizo un poco más fuerte. Entonces, uno de sus


brazos atravesó la oscuridad y agarró a Karlyle por la muñeca. Y
luego, Karlyle fue empujado hacia adentro. En ese momento, la piel
helada de Karlyle se calentó y su corazón se derritió. Y cuando la
puerta se cerró de golpe, Karlyle cayó en los brazos de Ash.

—¿Por qué estás tan frío? —dijo Ash en voz baja. Parpadeando,
Karlyle luchó por ver el rostro de Ash. Una mano caliente le tocó la
mejilla. Fue un poco sorprendente. No fue solo porque estaba afuera,
sino porque las manos de Ash estaban hirviendo.

—Ash, tus manos están calientes, ¿estás bien?

—Yo no soy el problema. ¿Cuánto tiempo has estado de pie ahí?

—Cinco… minutos.

Sus manos calientes le apretaron las mejillas. Y luego, sus labios se


tocaron. Los labios de Ash estaban tan calientes como sus manos. La
temperatura era tan alta como el aire hirviendo, incluso con una
ligera fuga.

—¿Qué voy a hacer si te resfrías?

Parecía que él era el único que estaba enfermo, pero para Karlyle fue
tan bonito verlo preocupándose por él incluso en ese momento. Sus
labios volvieron a frotarse de nuevo.

—Pero estaba preocupado porque no contestabas el teléfono—


susurró Carlyle con sinceridad. Podía sentir la fuerza en las mano
que sostenían sus mejillas. Fue un movimiento lleno de deseo, como
si quisiera hacerle lo mismo a Karlyle.

Ash exhaló silenciosamente y agarró a Karlyle. Entonces, sus ojos


adaptados a la oscuridad capturaron la silueta de Ash. Luego,
comenzaron a subir las escaleras que conducían al piso de arriba.
Ash solo llevaba puesto los pantalones. Sus músculos curvados, eran
apenas visibles.
Toda la casa estaba llena de feromonas, como si se desbordaran
densamente. Era como si estuviera viendo el rut de Kyle. Kyle tenía
su rut, una vez cada tres meses, pero antes de salir con Nick, lo
soportaba todo el tiempo con un fuerte inhibidor.

Por eso para Kyle, el rut era como una enfermedad. Ash ni siquiera
era un Alfa dominante, pero la feromona que rodeaba la casa era
igual de intensa que la de Kyle.

Solo entonces, Karlyle se quedó perplejo al recordar la palabra rut.


En ese momento, se dio cuenta de que nunca había visto a Ash en su
rut. Era una pregunta en la que debería haber pensado naturalmente
hace mucho tiempo, por lo que era patético que solo hasta ahora se
diera cuenta.

Luego, lentamente, comenzó a recordar las palabras de Ash. La


expresión de que ‘siempre se volvía un poco loco, en esa época del
año’, y el comportamiento que parecía un poco diferente… .

—Ash, por casualidad…¿Llegó tu rut?

Entonces Ash, que estaba subiendo las escaleras, dejó de caminar.

—Sí. Llegó un poco antes de lo que esperaba.

Karlyle notó que Ash estaba temblando.

—Es tarde. Me quedaré en el primer piso. Ve a dormir a mi habitación.

Sin embargo, Ash trató de alejarse de Karlyle, a pesar de que le dijo


que estaba en rut. Karlyle tuvo una sensación de pérdida. Parecía que
Ash quería mantener la distancia. Alejándolo, reduciendo el tiempo
que pasaba con él. A ese ritmo, la ansiedad de que todo parecía
desaparecer gradualmente, se hizo más fuerte.

—Podemos dormir juntos. O yo…—dijo Karlyle como si le suplicara.


Pero Ash fue implacable.
—No bajes a donde estoy. Si yo llego a subir, ni siquiera me dejes
entrar en la habitación. Mantén la puerta cerrada.

Su voz parecía filtrarse en un espacio bien cerrado. Sonaba como si


estuviera enojado.

—Ash, ¿qué hice mal…?

Cuando Karlyle le hizo esa pregunta, realmente temió que Ash le


dijera que había hecho algo mal. Sin embargo, tenía que preguntarle.
Si había hecho tal cosa, tenía que hacer todo lo posible para
arreglarlo.

—Lyle…—su voz sonó como un suspiro—Ahora…me estoy


conteniendo para no penetrarte de inmediato…—dijo, con un
gruñido.

Sus feromonas ahora envolvían bruscamente a Karlyle. Al llegar a sus


pulmones, las feromonas de Karlyle también comenzaron a
reaccionar violentamente. Su estómago se revolvió. Algo se atascó en
su garganta, sin saber si era producto de la excitación o el mareo.

—Escúchame—dijo, como si le diera una orden. Ash nunca le había


hablado de esa manera. Un escalofrío recorrió su columna vertebral.

—No, no quiero—se negó Karlyle. Entonces, el brazo de Ash se


envolvió en su cintura con rudeza. Luego, acercó su rostro.
Finalmente, Karlyle pudo ver el rostro de Ash de cerca. En los ojos
de Ash podía vislumbrarse un atisbo de locura.

—Te estoy hablando en serio. Mi rut es diferente al de los demás.


Sería demasiado para ti.

Su calor se transmitía por todas las partes que entraban en contacto


con su piel hirviendo. Una mano áspera el subió el suéter. La otra
mano se hundió en sus pantalones. Karlyle retrocedió. Pero Ash lo
empujó contra la pared. La espalda de Karlyle se chocó contra ella.

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