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Cole, que se había sentado de nuevo, puso los ojos en blanco y dijo que estaba

satisfecho con lo que había hecho. Ordenó: "Sal de allí", al hombre en la pantalla así
que cuando este desapareció de la habitación, su madre relajó los hombros. Isaac hizo
exactamente lo mismo, levantó la mano y cubrió los ojos que ya sentía horriblemente
calientes.

—Ya lo hice, así que déjalos ir.

Hasta cierto punto, Isaac bajó la mano que estaba cubriendo sus párpados y luego le
mostró un semblante más frío que el de antes. Cole, que sostenía la taza de café, solo
levanta la cabeza y sonríe.

—Primero terminemos con nuestro asunto... Ya te disté cuenta, a quién necesito es a ti,
no a ellos. Tu madre y tu hijo son una carga difícil así que voy a aprovecharme de la
más mínima queja tuya para hacer que terminen en el cesto de basura.

—...

—Entonces, ahora trae los papeles que prometiste y déjame verlos.

Isaac se mantuvo en silencio. Se sentó, y colocó la silla muy pegada a la madera de la


mesa. No tenía más remedio que seguir sus instrucciones.

—Oh, Dios mío, es un momento muy incómodo. Revisar documentos mientras como.

Cole cortó los panqueques y se los metió uno tras otro a la boca, gruñendo, igual a si
estuviera haciendo algo verdaderamente molesto para él. Isaac, por su parte, abrió en
silencio la bolsa de papel y empujó un montón de documentos amarillentos al frente de
Cole. Su expresión, mirando y comprobando cada una de las cosas que estaban allí, era
tan natural como si estuviera leyendo un periódico o un libro.

—¿Félix dijo algo? Es poco probable que le hayas informado que vendrías hasta aquí...
Pero seguro que lo sabe.

De repente, Cole preguntó esto sin apartar la vista del papel.


—No sé de qué estás hablando.

—Oh, ¿en serio? —La pregunta parecía insignificante si tomaba café a grandes sorbos—.
Porque parece hundido hasta el fondo en esto.

—... ¿Qué cosa pusiste en el jugo que tomé?

—No es nada.

Cole se encogió de hombros y dejó la taza de café a un lado. Sin embargo,


inmediatamente después de esto, lo miró con una sonrisa más que intimidante. Unos
ojos agudos... Cómo si intentara ver cada parte del interior de Isaac. Bajo su ropa. Muy
desagradable, ciertamente.

—¿Cómo dices que no es nada cuándo me obligaste a beberlo?

—Me refiero a que no es nada grave... Pero podría ser un gran problema para ti. Bueno,
ya que lo tomaste supongo que no tiene caso ocultarlo. Es una droga que neutraliza los
inhibidores que seguramente tomaste antes de venir.

Isaac, que se enfrentó a una respuesta que no esperaba, dejó de respirar


momentáneamente.

—Tú...

—Kay. ¿Crees que no sé qué eres Omega? Incluso sé sobre que Félix es el padre del
bebé.

—Eso...

—Omega, aunque me engañaste mucho tiempo y fingiste ser un Beta. Seguramente fue
gracias a que tomaste inhibidores por años... Eso significa que no eres un Omega
dominante porque ellos son incapaces de ocultar completamente sus feromonas con
medicamentos. Eres un recesivo.

Isaac ni siquiera podía poner excusas, su garganta estaba completamente bloqueada.


—Y sobre Félix, bueno... El niño tiene tatuada la palabra "Felice" en la frente.

Isaac giró los ojos sin saberlo y vio a Benjamín en la pantalla. Estaba pálido, respirando
muy rápido y tan cansado que ni siquiera parecía querer despertarse... Pero incluso así,
tiene una cara bonita como la de un ángel. Rubio brillante, pupilas azules, la nariz
recta. "¡El niño es idéntico a él! Cualquiera que haya visto al jefe y a Benjamín puede
intuirlo...". De repente, las palabras que Tony escupió la última vez se clavaron de
inmediato sobre sus orejas.

Intentó mantener una actitud insensible, pero cuanto más pensaba, más nervioso se
sentía.

El corazón de Isaac se descontroló porque estaba enfrentándose a un escenario que


nunca había contemplado antes. Las puntas de sus dedos tiemblan y se ponen rígidas
después.

—Si Félix no me hubiera dicho que él es el padre, no hubiese descubierto que tú eres un
Omega. ¿Sabes qué? Tenemos que agradecerle por esto más tarde...

Esta vez, la expresión del rostro de Isaac se distorsionó casi de inmediato. Ni siquiera
hizo un esfuerzo por ocultar que estaba confundido.

—Ahora... ¿Qué dijiste?

—¿Qué? ¿No sabías que habíamos conversado? Él no era el contacto que tenía en mente
en realidad, pero...

—No, él... ¿Dijo que era su hijo? ¿Lo dijo de verdad?

—Y me amenazó. Dijo que si lo tocaba probaría lo cruel que puede ser un hombre. "Lo
amo". Una ridiculez como esa.

La cara de Isaac, que estaba roja de ira, se puso pálida gradualmente... Como si hubiera
alguien agarrándole del cuello con fuerza y solo apretara y apretara. Le faltaba el
aliento y sentía que estaba perdiendo toda la fuerza y la energía que había acumulado.
Cole dijo un montón de cosas más después de eso, pero era difícil mantener una mente
despejada.

—Félix...

¿Realmente lo sabías? ¿Ya sabías que Benjamín era tu hijo? Sin embargo, nunca reveló
ningún signo de saber, nunca preguntó nada así que… ¿Cómo? ¿Cuándo?

Sus pensamientos no se organizan, su cerebro parecía haber dejado de moverse. Dejó


caer los hombros porque ya tampoco podía sentarse derecho.

—Desde esa vez, cuando no lo mataste, supe que algo estaba pasando entre los dos...
No, antes de eso. Cuando viste su foto en los informes que te enseñé. Tus ojos se
pusieron, tan brillantes.

—Yo...

—Pero de eso a tener a su hijo... No sé cómo pasó, pero honestamente me da algo de


asco.

—... Entonces, ¿qué vas a hacer ahora que lo sabes?

—¿Qué voy a hacer?

Solo entonces, Cole, que había estado muy entretenido con el café y las papas, dejó la
comida y abrió un poco más los ojos.

—Honestamente lo he pensado con cuidado... Pienso que, si le corto la cabeza al niño y


la hago rodar hasta sus pies, se volvería loco. Sería asombroso y me encantaría. Verlo,
destrozado por perder al niño cuando lo tiene ya tan cerca. Una conmoción que duraría
y duraría...

Pero él también era muy impulsivo y no podía garantizar lo que sucedería después.
Félix estaba estrechamente relacionado con el gobierno y con los militares, y también
estaba el abuelo. La organización misma de la mafia trabajaba con el gobierno para
lavar dinero, tenían un negocio de impuestos... Era una mafia lo suficientemente
grande como para alcanzar a contarla con los dedos de ambas manos así que, un
hombre que tiene tantas conexiones por todos lados y puede ejercer influencia en cada
parte disponible... Es peligroso. Todos se le vendrán al cuello.

—Lo voy a liberar... Un niño no vale mi vida.

—Ah, gracias. —Isaac respiró tan profundamente que sintió que su corazón dejaba de
latir por un segundo... Organizó sus pensamientos de nuevo y levantó los ojos. Como la
obsidiana, sus pupilas negras parecen brillar de desesperación—. Entonces sería
mejor sacarlo de aquí lo antes posible. Félix seguramente lo encontrará y podrá llevarlo
con él. Por favor, solo tienes que...

—Wo, por supuesto que lo haré. Pero antes de eso...

Cole se puso de pie y lo miró de arriba para abajo. Todavía parecía bastante tranquilo,
pero, cuando caminó hasta él y le obligó a levantar la cabeza, Isaac estaba tan nervioso
que tuvo que tragar la saliva que se le había acumulado.

—¿Todavía no te enlazas?

—... ¿Qué?

Isaac levantó las cejas...

—¿Diste a luz a su hijo sin enlazarte primero? Que impropio de ti.

Bueno, si lo que había dicho era cierto, entonces Félix era todo un caso diferente que
no sabía cómo manejar. Aun conociendo que Benjamín era su hijo, actuaba como si no
supiera nada al respecto. Nunca lo trató de un modo distinto aún y cuando parecía
haber descubierto que era un Omega e incluso le dijo que iban a ir paso por paso. Que
no sabría de nada hasta que se lo dijera él... No le dolía nada de lo que hacía, pero Cole
provocaba que todo se sintiera terriblemente amargo.

—Supongo que es normal. Félix es un hombre famoso por estar siempre caliente. —
Entonces Cole, de repente se inclinó y puso la boca en la mejilla de Isaac... El aliento
húmedo del hombre se extiende desde la punta de su nariz hasta sus labios—. K...
Cole, que lo llamó por su nombre clave, extendió la mano y agarró el cabello negro de
Isaac hasta echarlo completamente hacia atrás. Isaac gimió, frunció el ceño e intentó
volver a incorporarse... Pero su cuello se doblaba cada vez más y más.

—Yo te marcaré como mío.

—... ¿Qué?

—¿Aún no lo entiendes? Vamos a enlazarnos.

No parecía ser una broma así que...

—¡¿Estás loco?! ¡Todavía soy el hijo de Keith, tu compañero! ¡Legalmente soy tu hijo!

Al final, gritó ante sus insoportables emociones y le quitó la mano de encima. Pero,
¿cómo podía huir de él?Cole siguió sus ojos con unos igual de turbios que los suyos.

—Sí, es así. Por eso me parece todavía más emocionante. No había nada interesante en
ti cuando eras un Beta... Siendo Omega es una historia diferente. Ya ves, soy un Alfa
que ama las feromonas de los Omega, más aún cuando parecen tan infinitamente
fuertes, como un caballo necio. Domesticarlos es divertido, ¿sabes? Además... Un
hombre que es el padre adoptivo, preñando al hijo. Eso agrega incluso una sensación de
inmoralidad fascinante.

—Tú... Definitivamente eres un puto loco.

Riendo en silencio, Cole volvió a acariciarle la mejilla. Estaba parpadeando sin parar.

—Cómo dije antes, no tengo ningún pensamiento sobre dejar ir a mi perro...

—Yo ya no soy tu perro.

—Pero serás mi Omega.


Querido Benjamín • Capítulo 10 | Parte 3
—¿No pensaste en que te mataría antes de permitir que me tocaras...?

—No serás capaz de tocarme hasta que los suelte.

—No, hablo en serio. Si intentas marcarme, morirás.

Entonces Cole se echó a reír como si hubiera escuchado una historia realmente
divertida.

—Kay, podrás ser un Omega... Pero no sabes nada sobre ellos. —Cole se quitó la corbata
que llevaba puesta y la arrojó sobre la silla. Se desabotonó la parte de arriba de la
camisa e incluso se aflojó un poco el cinturón... La acción fue tan amenazante, que la
parte posterior de la espalda de Isaac se congeló. Sus hombros se encogieron—. Un
Omega, una vez que se enlaza con un Alfa, no puede reaccionar a ninguna otra
feromona... En cambio, te volverás adicto a mi olor. Te guste o no, correrás a mí porque
vas a necesitarme como si fuera tu maldita agua.

—No me interesa lo que digas...

—Lo hará... Al ver cómo logro hacer que tu cuerpo sea un cuerpo obediente.
Escúchame, cada vez que sientas mis feromonas, tu agujero no va a tener más opción
que gotear y gotear para que yo pueda detenerlo... Será igual que tu padre. Negándose
al inicio y después colgándose de mí igual que si fuera una puta.

Entonces Cole pronunció otra oración inesperada...

Cuando dijo la palabra "padre" los ojos de Isaac se abrieron otro tanto.

—Mi padre… ¿Qué tipo de estupidez...?

—Hmm, probablemente no lo sabías porque nadie tenía las pelotas para decírtelo...
Pero la realidad es que Keith siempre quiso matarme. Me odiaba, no te imaginas
cuánto. Pero ah, Dios mío. Yo lo adoraba. Su coraje, su fuerza, esos ojos negros
increíbles y llenos de fuego...
Cole comenzó a reír... Isaac se había quedado completamente en blanco. El hombre
que recuerda nunca pareció colgarse de Cole, como dice. En realidad, estaba bastante
lejos de dar una apariencia lamentable. Era infinitamente fuerte, aunque en su
adolescencia pensara que había otros que lo eran mucho más. Siempre estaba
luchando, corriendo de un lado para otro. Trabajando por tantas horas que incluso se
olvidaba de llegar a casa... También, era de los que extendía los brazos cada noche para
sostenerlo tiernamente contra su pecho. Le decía que lo amaba, muchas veces al día. Lo
sentaba adelante de su automóvil, con él y con Steve, y fingían que todos eran parte de
una misión ultra secreta. Incluso cuando creció... La verdad era que siempre fue
demasiado bueno.

Desde su llegada a este lugar, Cole ha estado revelando secretos que nunca antes
hubiera imaginado. Su cabeza hormigueaba tanto que era difícil quedarse derecho.
Isaac respiró profundamente mientras se sostenía de la mesa con una sola mano...
Desearía que todo fuera un sueño. Una especie de pesadilla bastante elaborada. Si ese
fuera el caso, cuando despertara, todo volvería a la normalidad. Benjamín estaría con
él, Félix llegaría a la florería por la tarde... Y no estaría escuchando tantas historias que
incluían a su padre.

—A mi padre… ¿Tú lo marcaste a la fuerza...?

La voz de Isaac tembló sin querer... Cole solo se encogió de hombros como si fuera algo
bastante trivial.

—Hubo una situación igual a esta. El escenario, la casa, un hombre terriblemente


preocupado por su pequeño niño. Él también dijo que lo soltara y que me quedara con
él. Gritó por ti, una y otra vez...

—Entonces, tú... Me tomaste como rehén y te aprovechaste de la situación para


enlazarte con mi padre. ¿Intentas hacer lo mismo otra vez?

Su mandíbula tembló porque estaba completamente aturdido... Sin embargo, Cole no


respondió esta vez. Simplemente actuaba como siempre, caminando de manera
relajada por la habitación como si quisiera ordenar sus ideas antes de contarle toda la
verdad.
Isaac estaba en pánico.

—Es que, no puedo evitarlo... Cuando los Omega comienzan a luchar tanto,
desesperadamente y con todo su poder, la verdad es que me excita demasiado.

—Toda una perra pervertida.

Con la mano cerrada, Isaac miró otra vez a Cole, que se acercaba lentamente hasta él.
Sus ojos estaban llenos de asco, de rabia. Luego, Cole solo extendió los dedos, agarró su
barbilla y la levantó para poder quedar nariz contra nariz.

—Uh...

—¿Quieres saber algo gracioso? Los Omega no son los únicos que muestran una
adicción a las feromonas, los Alfa también se vuelven completamente locos. Solo
reaccionan a su compañero, viven por su compañero, follan solamente con su
compañero... Pero, de todas maneras, el RUT sigue resultando algo terrible. Gracias a
esto... Una vez, ambos terminamos por perder el control. Lo tomé por días y días hasta
que me di cuenta de que en realidad había dejado de respirar.

Cole se agarró la barbilla y lo miró, colocando una sonrisa gigantesca...

Isaac, quién lo había enfrentado todo este tiempo, rápidamente se oscureció. ¿De qué
está hablando este tipo ahora?Lo había escuchado, en realidad era bastante claro...
Pero las palabras están flotando, su cabeza está terriblemente confundida y apenas es
posible crear un pensamiento adecuado que se amolde a esto. Se endurece, como si
todos sus músculos fueran de piedra.

¿Un Omega podía morir en medio de un RUT y ser un accidente? Con los Beta había
casos, pero... ¿Significaba que su padre...? No, no. Eso es... Simplemente imposible.

Lo pensaba y lo pensaba, pero su corazón le decía que esa no podía ser la verdad. Él no
era así, nunca vio que "Perdiera el control"...
Steve le dijo que había tenido un accidente repentino en una misión a un puerto. Algo
que había sido ocasionado por Cole y por otros agentes de alto rango cuando se dieron
cuenta de que no lo necesitaban más.

Es asqueroso que el motivo real de su muerte fuera que ese maldito bastardo lo
violara hasta que ya no quedó nada más que pudiera arrebatar.

Por días y días...

—Pero de nuevo, demuestras que no eres nada igual a él. Pudiste resistir el estar con
Félix, incluso le diste un bebé... Un potencial increíble, ciertamente.

—...

—K. ¿Estás escuchando?

Isaac levantó la cabeza cuando sintió el tirón en su cabello... Sus ojos estaban todavía
firmes, mirando a Cole como si quisiera matarlo justo allí y con sus propias manos.

—¿Quieres que escuche? Entonces se un maldito hombre y habla con la verdad. No fue
un simple accidente, y no se trató de que ambos perdieran el control. Tú... Mataste a mi
padre. Y lo hiciste con toda la intención. Mírame, mírame y dime qué no es verdad.

Cole con una línea recta dónde antes tenía una sonrisa, parecía haber olvidado todo
rastro de emoción con el mero recuerdo de su padre. Se rascó el cuello.

—No, si fue un accidente.

Y con eso, finalmente alcanzó que se encendiera en él una tremenda furia. ¡Un
sentimiento lo suficiente fuerte como para ponerle oscura cada parte de la cabeza...!
Isaac no dijo nada, pero terminó por asentarle un buen puñetazo justo en medio de la
nariz. Se olvidó momentáneamente de todo, de su madre, de su hijo, de los inhibidores,
de su plan. Ahora simplemente estaba el rostro de su padre. Su voz, sus ojos... Una
muerte como esa para un hombre como él. ¡Que chiste!
Lo golpeó, y luego lo golpeó de nuevo hasta que su nariz terminó por romperse y la
sangre salpicó de su boca y se esparció escandalosamente por el suelo.

—Este sigue siendo tu único defecto, hijo. ¡¡Todavía no buscas tus peleas con cuidado!!

Al mismo tiempo que gritaba, las feromonas, que parecían ser visibles, se derramaron y
chocaron en todas direcciones... ¡Era una sensación horrible! Su nariz picaba, sus ojos
se oscurecían y las extremidades que había puesto en guardia decidieron que estaba
bien si dejaban de obedecerle. Se puso a temblar, así que los pequeños hombros de
Isaac se encogieron y después se vinieron abajo. Ya ni siquiera puede pensar, o hablar,
solamente está esa temible sensación de colapso. Esa asfixia, cuando cae y extiende las
manos hacia el frente... Como si necesitara sujetarse del suelo para sobrevivir.

Solo entonces mira hacia arriba y nota que Cole flexiona la rodilla para pisar su
abdomen tan fuerte como le es posible, una vez y otra vez y otra vez hasta que las
heridas de bala terminan por pasarle factura y comienza a gritar.

Esto debería ser similar a cuando Félix derramó feromonas sobre él... Pero la verdad es
que no es así. Ya sabía que cada persona tenía feromonas diferentes, pero esto se siente
tan extraño que por primera vez en todo el tiempo que lleva allí adentro, está muerto de
miedo. Nunca había respondido a ninguna feromona Alfa en su vida, excepto durante
su primer ciclo de calor hace cuatro años. Félix era dominante hasta un punto
exagerado y, de todas maneras, esto era como si su esencia se estuviera infiltrando
directamente en su piel y en sus pulmones. Igual a que si estuvieran reemplazando cada
célula, destruyéndolo todo hasta dejar algo que quemaba.

Isaac se arrastró lo suficientemente lejos como para llegar a la pata de la mesa...


Cuando se arrodilló e intentó ponerse de pie, la energía de sus extremidades
desapareció y terminó por caer sobre su espalda. El sonido fue demasiado escandaloso.

Ni siquiera podía recordar... Lo que se suponía que iba a hacer después.

—Los efectos finalmente llegaron a su punto máximo.

Cole estaba atrás, hablando con la voz áspera y entrecortada y la cara vuelta un
desastre. Sangre goteando desde una nariz hundida, la comisura de la boca abierta en
una línea que parecía demasiado profunda y la barbilla completamente roja. Pero igual,
no parecía que estuviese sufriendo de dolor. No sentía nada así que simplemente se
limpió con la manga de su camisa y escupió al suelo una masa color marrón.

—¿Olvidaste que dije que el medicamento que te había hecho beber era un
neutralizador que eliminaba el efecto de todos los inhibidores que tomaste? Ahora,
estoy listo para ver cuál es tu verdadera naturaleza Omega.

Cole sigue respirando con mucha dificultad, incluso cuando se quita la chaqueta del
traje y tira todos los botones de su camisa.

—Ah, ah... Hijo de puta.

Isaac podía insultarlo tanto como quisiera... Pero la realidad era que ya no entendía
nada. Se sentía como si tuviera niebla delante y adentro de él. Intentó despejar su
mente sacudiendo la cabeza, pero fue igual a no hacer nada.

—Es leve... Pero tus feromonas Omega están saliendo, ¿verdad? No lo había notado
gracias a la sangre, pero ahora... Ah, ahora que me acerco, puedo darme cuenta de que
eres un dulce que tengo que comer deprisa.

Cole, quién mostró su lujuria al desnudo, parecía un demonio sacado de algún tipo de
libro de terror... Tal vez ahora, con el olor de Isaac fluyendo constantemente, es que
puede permitirse revelar su verdadera naturaleza. Cómo gusanos que simplemente se
arrastran sobre su piel.

—¡No te acerques...!

—¿Por qué tendría que hacerte caso? Tienes que ser castigado. Un perro no puede
intentar morder a su dueño.

Isaac lo intentó de nuevo, pero sus rodillas solo se doblaron... Su voz ya no salía como
quería, sus ojos se volvían una línea muy delgada y a veces, la respiración era tan
caliente que tenía que abrir la boca para sacarla lejos.
Definitivamente iba a ser difícil escapar de Cole en este estado tan lamentable así que
solo maldijo una y otra vez. Por la situación, por ser un Omega, por el hecho de que su
padre y él hubieran pasado por lo mismo. Cayendo en lo mismo y posiblemente,
muriendo sin tener la oportunidad de evitarlo.

Entonces la voz de Cole volvió a abrirse paso.

—¿Sabes lo hermoso que estás? Si no fueras tan complicado... Definitivamente haría


que te vieras en un espejo para que lo disfrutaras junto a mí.

Riéndose de Isaac, Cole se deshizo por completo de la camisa. Tomó a Isaac como si
fuera un pequeño bulto de patatas y luego, Bang. Lo aventó contra la mesa tan fuerte
que pareció que iba a romperla.

Lo empujó hacia abajo, le sostuvo de los hombros y lo arrastró hasta conseguir que los
platos con comida cayeran al suelo. Tazones y vasos de sésamo, tenedores, cerámica. El
sonido era fuerte y desordenando... Pero se sentía, como si estuviera sumergido en
agua helada.Lo escuchaba y a la vez no. Sabía lo que pasaba y a la vez no. Era, un
enorme caos provocado por una droga conflictiva.

Isaac, de espaldas contra la mesa, miró hacia el techo con ojos borrosos... Alguien le
agarra la pierna. Le aflojan los botones del pantalón y meten los dedos por su bóxer.
Son dos, o tal vez varios... Y están frotándole la ingle. Parecía un sueño. Una situación
que ni siquiera había alcanzado a imaginar porque estaba demasiado preocupado en las
personas que amaba. Liberar a su madre, traer de regreso a Benjamín y, en evitar que le
hicieran daño a Félix.

Félix...

¿Dónde estará... Félix justo ahora?

Los dientes de Isaac comenzaron a hacer ruido debido a todos los espasmos que estaba
teniendo. Había ruidos, sensaciones, pero el agua definitivamente era más profunda
que todo lo anterior.
—Kay... Kay... ¿Sabes lo dulces que son las feromonas Omega que fluyen de ti? Son
mejores que las de tu padre.

Como un loco, Cole se inclinó y pegó la nariz en la curva del cuello de Isaac. Inhaló
hondo, y luego inhaló por más tiempo para intentar que sus feromonas entrarán hasta
el fondo y se quedarán descansando dentro de su garganta.

—Me pregunto entonces... ¿Qué tan bueno será tu agujero si esto ya se siente así?

Cuando lo movió y lo acomodó de lado, besó y lamió su nuca hasta que terminó por
bajarle la camisa también.

—Pervertido... Hijo de puta...

—No me importa lo que digas, puedes llamarme cómo te dé la gana.

—Hiciste lo mismo con mi padre... Maldito asqueroso. Ojalá... Pudiera matarte justo
ahora...

Cole se echó a reír, aprovechando el momento enérgico de Isaac para comenzar a jugar
con su pezón.

—Sí, lo hice. Pero como el padre murió, es responsabilidad del hijo ocupar su lugar. ¿No
te parece que esto es lo normal? Es el destino, diciendo que siempre debiste ser mi
Omega.

—Prefiero, morderme la lengua y morir...

En realidad, lo hubiera hecho desde un inicio... Pero la voz de Félix llegaba de pronto y
se posaba en lo más profundo de su oído para hacer que se detuviera. Era lo único
claro. "No puedes salir herido. No puedes morir... Solo promete eso. Que volverás
conmigo, que me mirarás como lo estás haciendo ahora y que me contarás la historia
de la que no pudiste hablarme hoy. Por favor". Eran tan claras, que irremediablemente
hicieron llorar su corazón.
Félix... Todavía piensa en él como si su mundo entero girara a su alrededor incluso en
este tipo de situaciones.

A pesar de la promesa, Cole tocaba cada parte de su cuerpo igual a si ya le perteneciera.


Ya no tenía pantalones, ni ropa interior... Solo estaban sus dedos, su mano y su boca
que besaba su rodilla y luego gritaba: "Llora. Llora y dime qué quieres que me
detenga".

—Llora.

“Solamente llora".

Y agarra el pene de Isaac. Lo acaricia y luego lo aprieta muy, muy fuerte. Tan fuerte que
un grito horrible salió por su garganta y le permitió al dolor subir hasta hacerle sentir
que estaba a punto de estallarle la cabeza.

De repente, Cole también bajó sus pantalones y sacó su pene para juntarlo con el de
Isaac.

Hace que los dos se froten, que vayan al compás de arriba y abajo mientras él, se
entretiene chupando su nunca hasta mojarla toda con su saliva.

La sensación es terrible, la humedad es incómoda y la respiración es tan asquerosa, que


Isaac pronto siente que estaría mejor si solo cerrara los ojos. Las feromonas cavan
directamente en su cabeza y en su piel y pronto se vuelven tan potentes que lo hacen
parecer un ser indefenso en lugar de un antiguo capitán de la marina.

Cole no va a detenerse nunca... Solo frota su pene y su cabeza. Lo succiona y a veces, lo


besa completo mientras comienza a jadear. No hay penetración, pero igual siente que
todo dentro y fuera de él está muriendo.

—Tu agujero ya estaba empapado y húmedo, ¿sabes?

Cole murmuró esto sobre la nuca de Isaac... Y de nuevo no dijo nada. Ya ni siquiera se
sentía como si fuera él, aunque claro que había una terrible impotencia aplastando todo
su cuerpo.
Cole estaba ansioso mientras masturbaba los genitales de su antiguo hijo, metía los
dedos hasta el fondo y los abría para hacer que el sonido descuidado de sus fluidos se
escucharan todavía más por las paredes del cuarto.

—Ya no... Más...

Cole, que chupaba tanto como podía para lastimar el cuello de Isaac, finalmente levantó
la cabeza y se echó a reír de nuevo.

—A estas alturas deberías saber que no importa cuánto te resistas, es inútil... Solo,
coopera conmigo, ¿está bien? Coopera y terminaremos con esto rápidamente. Si peleas,
solo terminarás por lastimarte. Yo no quiero hacerte daño. ¿No sientes que mis
feromonas aman tu cuerpo?

—No... Yo no...

—Un poco más.

—Suelta... Ah...

—Así, es justo así. Si me envuelves el pene con tu agujero igual que como te tragas mis
dedos, será perfecto.

Cole, lamiéndose los labios, agarró ferozmente el muslo de Isaac y lo elevó para dejar al
descubierto su ano. Lo frotó, hasta que la humedad se desbordó finalmente contra la
mesa.

—Eres mío. Es algo que tenía que pasar en algún momento de nuestras vidas...

Mientras hablaba, como un jadeo inmenso, le chupó la garganta y luego lo jaló para
poder tenerlo un poco más pegado a él. Quería poder restregarse en los genitales de
Isaac tanto como se le diera la gana. Quería... Meterse hasta el fondo.

Isaac cerró los ojos, con una horrible sensación de desprecio y rabia subiendo por su
abdomen. Mordió su labio inferior tan fuerte que la piel comenzó a quebrarse y la
sangre salpicó y corrió como un pequeño río hasta su mentón. Intentó dejar de respirar,
dejar de sentir los latidos de su corazón en el oído o el dolor o, que iba a comenzar a
suplicar de un momento para otro...

Movió la mano sobre la mesa.


Querido Benjamín • Capítulo 10 | Parte 4
Félix chasqueó la lengua.

—Este imbécil está tratando de llevarnos a la quiebra, ¿verdad? Semejante plan tan
estúpido...

El informe de Tony fue suficiente para hacer que se sintiera terriblemente enojado. Al
parecer, el cargamento de nuevas armas que habían pedido desde un buque
estadounidense era, en términos sencillos, una completa y evidente trampa. Cole
trataba de destruir y reducir la cantidad de armas que manejaban, así como reducir las
instalaciones de producción y envío.

En realidad, para ese momento ya casi lo estaba consiguiendo.

—El poder del coronel Patrick es bastante fuerte. Informantes enemigos dentro de
nuestra propia casa, trampas, tumores creciendo y creciendo...

Félix arrugó todas las páginas del informe y las tiró por la ventana. De hecho,
inmediatamente después de ver lo que estaba pasando tuvo que contactar con empresas
y proveedores para averiguar hasta donde les había hundido las garras exactamente.
Pidió e imaginó miles de soluciones, y todo mientras estaba en el asiento trasero de un
sedán.

—Tony. —Félix lo llamó al mismo tiempo que sacaba su teléfono celular del bolsillo.

—Dime —respondió de inmediato.

—Llama a nuestro CEO y dile que contacte a la persona a cargo. Desde hoy, todas las
armas que íbamos a entregar al ejército de los Estados Unidos, armada, marina, fuerza
aérea y departamentos gubernamentales, quedan retirados. Se suspenderán, hasta que
yo diga que está bien volver.

—Sí. Ya veo... Espere, ¿sí?


—Sí, vámonos por lo seguro. ¿Sabes qué? Cancela contratos con todo el mundo.
Carteles, pandillas... Nada va a salir hasta que inspeccionemos todo primero, persona
por persona.

—Pero...

—Todo se va, que regresen los cargamentos. Cierra todos los almacenes y las fábricas...
Um, buscaremos otra fábrica. Diles que hagan volar las que ya tenemos y que maten a
los trabajadores que llegaron la semana pasada.

Tony estaba tan alterado por todo esto que finalmente terminó por abrir la boca
durante un buen tramo. Destruir todo, cerrar todo, matarlos... ¿Qué alternativa era
esa? ¿Estaba retirando el negocio que les daba de comer?

—¿Realmente está buscando cerrar el negocio?

—¿Cuándo hablé sobre cerrar? Es por el momento. Un descanso necesario. —Entonces


Félix, que estaba presionando su teléfono celular, levantó los ojos y abrió la boca—.
¿Crees que mi negocio se arruinará si no le entrego armas al ejército de los Estados
Unidos o a los americanos? Para nada... Yo no voy a dejar las cosas al aire ni voy a
esperar pacientemente por un ataque más directo.

—Sí, pero...

—Todos los empleados, incluyéndome a mí, deberíamos tener unas vacaciones de vez
en cuando. No va a pasarnos nada, hombre. ¿Qué te da miedo? ¿Qué alguien nos
arrebate el negocio? ¿Crees que toda la puta milicia va a encontrar a alguien tan
generoso como yo de la noche a la mañana? Esto es... Algo controlado.

Una vez más, Félix volvió los ojos y presionó rápidamente la pantalla del teléfono.

—Y mientras tanto, yo descansaré con Isaac. ¡Tutto sarà perfetto! Él, yo y el niño, en
una cabaña al sur de Italia.

—Entiendo, pero...
—Tony. ¿Por qué te preocupas tanto y no piensas en unas vacaciones para ti también?
Dime qué quieres… ¿España? ¿Los cabos? Te daré pases ilimitados para el prostíbulo
de tu elección si eso te hace feliz.

Tony, que miró a Félix hablar tan abiertamente de vacaciones, pensó que era cierto que
no se había dado un buen descanso en mucho tiempo. Parecía bonito... Muy bonito en
realidad.

—No es tan fácil como parece, señor. —Tony volvió a suspirar con cara de
preocupación—. Y estoy seguro de que usted también lo sabe... Son problemas.

—Sí... Pero este es el pago por nuestras decisiones. No te preocupes, solo da la orden.

Miró el mapa en su tableta, el que mostraba la ubicación de Isaac. Parpadeando y


enseñándole que se había quedado inmóvil desde hace ya bastante tiempo.
Finalmente, alguien contestó el teléfono.

—¿Aló? ¿Cariño, eres tú?

—Noah. ¿Cómo te fue con los documentos?

Isaac había dicho que quería que Steve tuviera todo eso. La evidencia contra Cole
Patricks que habían reunido de forma independiente. Era un material que resumía a la
perfección todos sus actos delictivos, detalle tras detalles, con documentos y actas y
todo eso. Así que Félix planeó difundir TODO a los militares, marina, armada,
gobierno, al presidente, gobernadores y a cada medio de comunicación existente. Pero
en realidad, de nada servía que decidieran meterlo a juicio o a prisión... Cole Patricks
morirá hoy. Esa es la única verdad absoluta.

—¡Se los mandé a todos!

Noah respondió con entusiasmo... Solo entonces, Félix levantó la muñeca para
comprobar la hora. Han pasado 30 minutos desde que dejó ir a Isaac.

—¿Cuál es la situación?
—Encontré la casa. Es una cabaña construida dentro de una montaña así que pienso
que puedes disparar tanto como quieras sin alterar el sueño de nadie.

—No, vamos a comenzar ahora. Manda un mensaje a mis hombres y diles que tienen mi
permiso para matar todo lo que se mueva.

—¿Así nada más? ¡Es de día!

—¿Existe una ley para no matar gente a la luz del día? Ya tardamos mucho, Noah. Han
pasado 30 minutos, no voy a esperar ni uno más.

¿Qué tipo de plan tiene Cole? Todavía no lo sabe, pero no tiene intención alguna de
preguntar cuando su pistola podría hacerlo por él.

—De acuerdo... La alarma de la casa, la electricidad y otras comunicaciones


importantes serán eliminadas a partir de... Ahora.

—Perfecto. Yo voy por Isaac, el otro equipo tiene que encontrar a Benjamín y a la
señora Parker. ¿Entendido?

—Lo tengo.

La conversación terminó... Pero Isaac todavía no se mueve.

Félix está armado y listo desde hace bastante tiempo. Lleva un chaleco antibalas en el
pecho, un rifle de asalto y dos pistolas en cada lado de la cintura y de los muslos. Cada
rincón del chaleco estaba lleno de revistas para reducir el impacto y llevaba guantes
forrados con cuero. Literalmente, ni siquiera el dolor lo iba a detener.

—Cole, si quieres morir decentemente... Espero que al menos comiences a cooperar.

Y luego, solo bajó.

✤✤✤✤✤✤

De pronto, la sangre salpicó.


Isaac, acostado, abrió los ojos justo en el momento en que un líquido caliente salpicaba
directo en su cara y en su cabello... Era desagradable, pero de todos modos su mano
temblorosa no parece querer detenerse nunca.

Era la única opción.

La mano de Isaac agarraba un tenedor, y la sangre de Cole fluía y fluía por todas
direcciones. Cole, que se estaba agarrando la cara, gritó y se distorsionó terriblemente.
El tenedor se había hundido hasta el fondo... Estaba seguro de que incluso había
impactado contra sus dientes. Tal vez lo hizo la segunda vez, o la tercera y
definitivamente hubiera sido mejor si hubiese encontrado un cuchillo, pero esto era lo
que había.

—Te dije... Que me dejaras en paz...

Los ojos de Isaac son agudos mientras sostiene el tenedor como si fuera su navaja....
Tenía toda la intención de quitarle los auriculares y por esa razón le pegó y le pegó
hasta que el aparatito cayó en algún lugar. Tal vez, en la carne que se había colgado de
su rostro.
Isaac metió el tenedor en su pómulo, con tanta furia... Que el resultado ahora era
ciertamente perturbador.

No pasó mucho tiempo antes de que una mano aplastara la suya.

Cole, que intentaba evitar otro ataque de Isaac, sacudió su muñeca y luego se la dobló
con demasiada fuerza. Isaac gruñó. Su brazo temblaba mucho... Como si el hombre
quisiera romper eso también.

—¡Te voy a matar!

Isaac gritó, intentando darse fuerzas para poder volver a mover la mano... ¡No podía
rendirse cuando su venganza estaba tan malditamente cerca! La vida de su padre era
valiosa para él, así como también lo era la vida de su madre, y la vida de su pequeño
bebé. Por Dios. ¿Cómo pudo admirarlo tanto antes? Creía en ese tipo, tan ciegamente
que...
Estúpido, que estúpido.

—¿Cómo puedes... tener tanta fuerza todavía?

Cole agarró la muñeca de Isaac y la retorció de nuevo, jadeando, con una mirada
completamente profunda e irreconocible. Orejas, mejillas y mentón... Lo había
apuñalado tan profundamente que incluso se revelaba una parte de su hueso.

Sí, así era él. ¡Y si iba a morir entonces definitivamente sería peleando!

Isaac mueve la mano y lo intenta de nuevo. Sacude el tenedor, intenta... Clavarla justo
en su ojo derecho. Pero Cole se defendió está vez. Mueve la cabeza y logra capturar
ambas manos con fuerza entre las suyas. Lo estampa contra la madera y dice:

—K, ¿cuánto tiempo crees que puedes durar peleando contra mí? Ya te lo dije... Cuanto
más te pongas difícil, más vas a sufrir.

—Entonces... Elijo sufrir... ¡Maldito hijo de perra!

Esta vez, Cole realmente comenzó a enojarse. Cerró su palma, tomó impulso y luego
asentó un fuerte puñetazo directo a la cara de Isaac. Luego de eso vino otro, y otro y
uno que provocó que su boca estallara y la sangre se esparciera sobre la mesa. Jadeó,
pero el puño continuó golpeando. La nariz y la boca de Isaac se convirtieron en una
masa roja que terminó por humedecerle también los dedos.

—¡¿Cómo puedes hacer eso cuando ya apareció mi marca en tu cuello?! ¿Me


escuchaste? ¡¡Ya comenzó a aparecer!! ¡No tienes manera de escapar de mí!

La feromona del Alfa volvió a extenderse tanto que Isaac solo pudo intentar arrastrarse
sobre la mesa y, entonces, vomitó todo. Los pedazos del pastel de carne, su sangre y el
jugo de naranja diluido con el agua fresca que le ofrecieron antes de que bajara del
avión.

Y, también había...

—¿Qué es esto?
Cole, que había presenciado atentamente todo esto, se aproximó para agarrar un
pequeño objeto en forma de píldora. Era pequeño y definitivamente podía parecer un
inhibidor o algo parecido... Pero definitivamente era una máquina. Isaac jadeaba y no
podía abrir los ojos correctamente, pero de todas maneras Cole le agarró la cabeza y la
levantó en el aire. Gritó:

—¡¡Pregunté qué era!! ¿Es para intervenir en los teléfonos? ¿O es un GPS?

Isaac no pudo decirle nada por un momento. Cole sacudía su cabeza de un lado a otro
como un demente, su visión era borrosa debido a las lágrimas y a la sangre... Y en
realidad no sabía nada al respecto.

Aunque obviamente, tenía una corazonada.

—Félix... Parece más preocupado por mí de lo que yo estaba por él.

—... ¿Félix?

—Te dije que... Ibas a morir. —Isaac sonrió, pero su rostro estaba terriblemente pálido.
Escupió más sangre—. Si no lo hago yo, será él.

Cole golpeó el rostro de Isaac una vez más hasta que se escuchó el sonido de algo
rompiéndose. Lo aventó contra la mesa y luego: Bang, bang, bang. Pisó la cápsula
hasta que tronó bajo su suela. Se hizo añicos, como polvo de oro...

—Incluso si Félix viene ahora, es demasiado tarde... ¡¿Entiendes?! ¡Nos enlazamos ya!
¡Mi marca está apareciendo en ti! ¡Tú eres mío!

Cole gritó, completamente enloquecido mientras miraba a Isaac, abriendo la boca para
intentar tener algo de aire. Entonces, Cole le separó las piernas otra vez... Agarró los
muslos de Isaac y sacudió su propio pene con la mano para intentar ponerlo duro de
nuevo. Aún herido, era inevitable que la lujuria se elevara si volvía a concentrarse en el
cuerpo que tenía justo en frente de él.

Isaac se muerde los labios y vuelve a bajar la mano. Debe haber algo más, un cuchillo o
algún otro tenedor. Cualquier cosa. Lo que sea.
Fue en ese momento, que la televisión que le mostraba a Benjamín y a su madre se
apagó de pronto. Junto con esto, se escuchó el sonido de la electricidad bajando hasta
que finalmente desapareció. Los focos se volvieron todos negros.

Era tarde, pero el corte de luz no oscureció los alrededores. Sin embargo, cuando todo
el sonido se apagó y el cuarto quedó sumido en el silencio... Comenzaron a escucharse
disparos. Había de todo, golpes, el sonido de explosiones y de ventanas rompiéndose.
Gritos que venían de arriba pero también de abajo.

—¿Qué mierda...?

Cole intentaba usar una pequeña radio para llamar a alguien... Pero la respuesta nunca
regresó. En cambio, la televisión se prendió otra vez, y un personaje lindo apareció a la
vista de todos.Es un video de un conejo redondo, sonriendo y corriendo no en un uno,
sino en todos los dispositivos de la casa. Cole tomó el control remoto e intentó
cambiarle, pero al final no tuvo más remedio que ver al personaje de conejo brincar por
allí y por acá hasta que dejó de moverse y luego, abrió la boca.

—Cole Patricks, tu mansión ya está bajo asedio. Ríndete lo antes posible, levanta las
manos y ponte de rodillas y así, puede que no tengamos muchas bajas el día de hoy. Si
luchas, entonces nadie sobrevivirá.

—Qué tontería...

—Oh, por supuesto, tienes que saber que a partir de hoy ya no eres coronel. En
realidad, yo puedo decir que ya lo perdiste todo. Por tu corrupción, una investigación
especial comenzará de inmediato... Tendrás que prepararte mucho, porque la prensa
está ansiosa por hundir tu nombre todavía más de lo que ya lo hice yo.

A pesar de estar manchado con sangre oscura, fue evidente que Cole comenzó a ponerse
increíblemente pálido. El conejo rosado volvió a abrir la boca:

—No debería ser muy sorprendente para ti, después de todo siempre cosechas lo que
siembras... El problema ahora es que es una semilla que no es de tu agrado.
El conejo rosado y redondo continuó hablando, como un anciano inteligente que en
realidad tenía voz de adolescente. Cole no podía reconocerlo, así que eso lo hacía sentir
todavía peor.

—¡Maldita sea! ¡¡Maldita sea!!

Los sonidos tumultuosos de afuera se asemejan al de un campo de batalla. Se estaba


haciendo más grande, así que entendía que no había nada que él pudiera hacer. Estaba
completamente rodeado. Encerrado.

Cole miró para todos lados, de derecha a izquierda... El comedor estaba bien cerrado,
pero de pronto la puerta de la habitación se rompió a la mitad y entonces, un hombre
alto y rubio hizo su entrada. Cada vez que caminaba, el sonido de sus botas llenaba
todo el espacio. Se escuchó el estruendo de cuando cargó de nuevo su pistola.

—Félix... —Cole, que se enfrenta a Félix, frente a él y completamente armado, de pronto


se siente tan desprotegido como un niño pequeño—. Sabía que solo era cuestión de
tiempo.

Pero él no lo está escuchando... Solo ve que sus pantalones están a la mitad, que su
pene está afuera y que en la mesa... Tiene a su Isaac. Sin ropa, con la cara aplastada,
desgarrada y completamente ensangrentada. Tiene... Un tenedor en la mano.

Félix apretó de inmediato el gatillo de la Colt.

"Tang"

Cole gritó. Había tratado de disparar lo más lejos posible porque estaba demasiado
cerca de Isaac... Pero igual había fallado. Que tonto. Félix volvió a cargar su arma y
cruzó el comedor con paso rápido mientras miraba a Cole.

—Oh, de ninguna maldita manera...

Y tiró de Isaac hasta colocarlo frente a él. Era obvio que apretaría el gatillo sin
dudarlo, así que fue un intento desesperado de usar a Isaac como escudo.
—Félix, no sé lo que estás pensando... Pero si intentas algo, él morirá también.
Querido Benjamín • Capítulo 11 | Parte 1
—Enlace—

Cole abraza a Isaac por la espalda y aprieta los brazos alrededor de su cuello. Isaac
parece... Como si estuviera parado al borde de un acantilado, indefenso y sin ningún
lugar a donde ir.

—Quita tus manos de él... Y yo escucharé lo que tengas que decirme.

Félix bajó la boca de la Colt al suelo. Intentó razonar... Pero Cole parecía no tener
intención de escucharlo en absoluto. Retrocedió.

—¿Cómo puedo creer en la persona que invadió mi casa?

A pesar de sus tremendas agallas, Félix no pudo evitar que su ira se elevara hasta la
cima de su cabeza. Cole arrastraba a Isaac hacia abajo, retrocediendo, formando un
pequeño caminito con su sangre...

Fue entonces, cuando Cole gritó de la nada. Aparentemente Isaac había logrado meter
su tenedor en el muslo de Cole, aprovechando la manera tan descuidada en la que
estaba parado.

—¡Carajo! —Con el sonido de su muslo desgarrándose, los nuevos gritos de Cole se


extendieron finalmente desde su garganta hasta terminar fundido en las paredes.
Sin aliento y mojado con sangre, agarró la muñeca de Isaac, la empujó y la apretó de un
modo bastante exagerado—. ¿Qué te atreviste a hacer con esta mano?

“Dang", el espeluznante sonido de un hueso roto, cuando Isaac se mueve hacia adelante
y golpea con el codo en la mandíbula de Cole. Junto con el estruendo, el hombre, suelta
a Isaac y cae de espaldas contra el suelo... La mano sujetando un pedazo de carne y
Félix caminando directo hacía él.

—Había pensado en dispararte en la cabeza... ¡Pero definitivamente es una acción muy


misericordiosa para desperdiciarla en alguien como tú!
Fue allí que comenzó a escucharse el "Puck" "Puck" de cuando Félix le aplastó la cabeza
con la suela de su bota en un claro y palpitante impulso por matarlo. Sin embargo,
antes de la cuarta patada, Cole logró defenderse y subió los brazos para evitar un daño
más severo. Su boca goteaba, ya ni siquiera podía sentirla.

—Félix... ¿Sabes qué si muero, todo por lo que trabajaste se derrumbará?

La voz de Cole, la que rápidamente se había vuelto desastrosa y pequeña, parecía


estarse burlando todavía de él...Félix, de todos modos, decidió que era mejor dejar de
moverse por el momento.

—Así que, escúchame... Y déjame salir de aquí. Es lo que más nos conviene a ambos.

—¿Lo qué más nos...? ¿Cómo puede ser lo mejor para ti cuando ya estás completamente
jodido? ¿No lo escuchaste del señor conejo? Toda tu corrupción se ha extendido a pasos
más que gigantes. No solo los JSOC y NCIS están detrás de ti ahora, sino también
compañías militares y mediáticas. —Con una nueva rabia emergiendo desde el fondo de
su pecho, Félix liberó sus manos envueltas en guantes negros. Los aventó por allí, le
miró fijamente y al final, sujetó de nuevo el arma—. No, tú ya estás muerto... Es solo
que me gusta demasiado verte sangrar.

En realidad, cuando recordaba la imagen de Isaac sobre la mesa, destruido y


ultrajado... La idea de destrozarlo en lugar de simplemente dispararle se volvía
todavía más intensa. Desesperante.

¡Maldita sea! Debería... Estarlo desmembrando. Definitivamente debería cortarle el


pene y definitivamente tendría que estar metiéndolo dentro de su boca.

Apretó los puños, quitó el seguro y apuntó justo a su entrepierna.

—¡¡Si muero Isaac también morirá!! ¡Entrará en shock!

Gracias al grito de Cole, los movimientos de Félix una vez más se detuvieron en el aire.

—¿De qué mierda estás hablando?


—Porque... Estaba enlazándome a él para que fuera mi Omega. Puedes verlo tú mismo,
las marcas ya están subiendo por su nuca.

—Eso es...

—Lo hice, metiendo mis feromonas dentro de su cuerpo. Si muero, el flujo se perderá,
su cuerpo entrará en un shock y...

Pero las últimas palabras salieron en forma de un vomito sangriento cuando le


aplastó violentamente el abdomen con la punta de su pie.

Cole le estaba diciendo, en pocas palabras, que siempre tuvo razón en sus suposiciones.
El hombre era un Omega. Debió notarlo, cuando pateó la puerta del comedor y sintió
que el interior estaba lleno de un calor insoportable y ardiente que no tenía que ver en
absoluto con las feromonas de Cole.

Félix volvió la mirada y se encontró con el cuerpo que temblaba sobre el suelo. La
sangre fluía de su nariz rota, la boca y los ojos rasgados y pequeños. Lo pensó una vez,
en el hotel... Pero él había dicho varias veces que “no” y luego comenzó a portarse como
todo un guerrero antiguo. Llegó herido, y de todas maneras mató a los hombres que
estaban en su florería. Cuando robaron a su hijo lo vio correr tras el auto en
movimiento, con agujeros en los brazos y en el abdomen. ¡Lo vio, levantándose a los
dos días! Tan fresco como si solo hubiese caído de una bicicleta. Tenía una fuerza física
y mental más alta que la normal.

Omega...

Si era un Omega...

Las palabras de Cole se convirtieron en un fuerte shock, en un dolor mental tan fuerte,
que le provocó patearle la nariz una última vez antes de correr hacia el único hombre
que necesitaba ver para estar bien.

—Isaac. ¡Isaac! —Tomó sus mejillas empapadas de sangre entre las manos, pero sus
ojos oscuros estaban absolutamente desenfocados y perdidos—. No.... No me hagas
esto.
Félix agarró la barbilla de Isaac y la levantó para buscar heridas... Detrás de la oreja,
cubierto por su cabello, había marcas débiles que mostraban que los aullidos de Cole no
habían sido una mentira.

Se había enlazado, pero su progreso aún era lento porque las feromonas estaban siendo
rechazadas.

Los ojos de Félix se volvieron más oscuros que nunca antes.

—¡Joder! ¡Maldita sea! ¡¡Maldita sea!! ¿Eras realmente Omega? ¡¿Es verdad?!
¡¡Contéstame!! ¿Cómo pudiste hacerme eso? ¿Cómo pudiste ocultarlo, aunque te
pregunté? ¡¿Cómo puedes ser tan...?! ¡¡Ah!! ¡Maldición! —Félix no podía soportarlo así
que comenzó a gritar y a gritar como un auténtico demente... Sin embargo, Isaac, que
había perdido la razón, solo estaba allí. Con la cabeza colgando y sin entender
realmente nada de lo que sucedía—. Háblame, maldición... ¡¡Solamente abre los
malditos ojos y mírame!!

Entonces... Cuando Isaac se despertó por un momento y miró en su dirección, con los
ojos borrosos y bastante pequeñitos, Félix soltó todo el aire que tenía en los pulmones y
comenzó a besarlo con tremenda furia. Era algo desordenado y absolutamente
impaciente.

—¡Maldita sea! ¿Cómo pudiste hacerme esto? ¿Cómo fuiste capaz?

Lo besaba y lo besaba, pero las yemas de sus dedos temblaban sin saber la razón.
¡Sentía que el corazón realmente iba a escapársele del pecho!

—Benjamín...

—Ya envié a alguien, él está bien. ¿De acuerdo? Está bien. Pero tengo que moverte de
aquí.

—Benjamín...

—Será un momento, solamente un momento. Lo prometo. —Lo sostuvo entre sus


brazos de inmediato... El enlace iba a seguir su marcha si continuaban en un lugar tan
lleno de las asquerosas feromonas de Cole. Tenía que salir de allí a toda prisa y
después... Ya vería que hacer después—.Voy a ir rápido cariño. ¿De acuerdo? Sé que te
duele, pero no puedo detenerme...

Va lento... Sus feromonas van lento. Todo va a estar bien, todavía puedo detenerlo.

Con Isaac contra su pecho, Félix salió corriendo del comedor y cruzó el pasillo
olvidándose de que Cole seguía con vida detrás de él. ¿Y si escapaba? ¿Y si alguno de
sus hombres entraba y se lo llevaba lejos de allí? Era difícil mantener la razón centrada
en una sola cosa cuando estaba tan infinitamente enojado, preocupado y loco. Estaba
molesto por Isaac y estaba bastante molesto consigo mismo. Tan asustado... Porque
tenía que detener el enlace antes de que fuera muy tarde y el hombre terminara
desapareciendo frente a él. Dios. ¿Y si Cole moría? Entonces eso detendría el flujo de
feromonas de golpe y entraría en paro.

—Ben...

—Todo va a estar bien... Mi amor, todo va a estar bien.

✤✤✤✤✤✤

Félix entró en una habitación vacía que parecía haber servido antes como un pequeño
estudio individual. Quitó toda la basura y materiales viejos del camino y recostó
suavemente a Isaac a lo largo del sofá... Muy lento, cuidando que su cabeza no cayera
de golpe y quitando las líneas de cabello que se le habían pegado a la piel debido a la
sangre y al sudor.

—Félix...

—Aquí estoy.

Isaac abrió los ojos de repente, respiró hondo y sostuvo la mano de Félix
completamente entre la suya... Estaba mojada, pero se sentía tan fría que estaba
aliviando el calor que le brotaba desde adentro.

—Félix, ve por Benjamín... ¡Por favor, toma a Benjamín y sácalo de aquí!


Las feromonas de Cole estaban asfixiándolo tanto que apenas había logrado abrir los
ojos para verlo. Su voz era débil, su respiración era muy pequeña... Isaac era como una
vela frente al viento. Y si no lo protegía con ambas manos definitivamente iba a
apagarse de un momento para otro.

—Ya fue alguien por él, te prometo que está bien...

Isaac sacudió la cabeza.

—No, ve por él... ¡Tienes que ir y traerlo porque no sé qué harán los hombres de Cole
esta vez!

—Isaac. ¿Cómo voy a irme si estás así de mal justo ahora? ¿Cómo podría dejarte?

—Es tu hijo... ¿Solo vas a dejar que alguien más se encargue de él?

En respuesta a la pregunta, Félix terminó por congelarse por completo...

De acuerdo, no esperaba que dijera algo como eso.

—¿...Benjamín es mi hijo? ¿De qué estás hablando?

Estaba en blanco... Como si alguien le hubiese dado un golpe tremendo y después


hubiera sacado todo lo que había guardado dentro de su cabeza para reemplazarlo por
algo más.

Primero, las palabras que salieron de Isaac le resultaron incomprensibles. Después, se


sintió como si hubiese olvidado como respirar y parpadear y... Ser una persona.
Entonces Isaac mostró una expresión confundida también.

—Benjamín... Ya sabías que era tu hijo, ¿no?

Cuando se lo preguntó de nuevo, Félix se dio cuenta de que había perdido la voz. Su
pupila azul estaba fija en algún punto extraño. Simplemente, ya ni siquiera parpadea.
Es decir, había una voz que le decía todo el tiempo: "Es parecido a ti. ¿Qué no puedes
verlo?". Y otra muy diferente que repetía: "De ninguna manera. Dice que es un Beta, y
tú no has eyaculado dentro de nadie desde ya hace mucho tiempo... ¿O lo hiciste?

Félix solo se sacudió un poco.

—¿Sabes...? Yo le dije eso a Cole, pero, no estaba seguro de que... Yo no sabía que tú...
Es decir... —Félix apenas podía pensar así que no estaba seguro de poder decir una
oración completa. Solo se quedó allí, mirando a Isaac durante mucho, mucho tiempo—.
Le dije eso a Cole... Pero... ¿Dijiste hijo? Tú... ¿Diste a luz a mi hijo? ¿Cuándo diablos...?
Oh dios mío. ¡Isaac!

Isaac también estaba sorprendido así que no sabía que hacer ni mucho menos que
decirle.

—¡¿Por qué no me contaste eso tampoco?!

—...

—¡¡¡CONTÉSTAME!!!

Félix le gritó a Isaac. Era la primera vez que hacía eso... La primera vez que parecía
estar absolutamente fuera de sí. Como si no pudiera soportarlo.

Solo entonces, Isaac intentó ser valiente.

—Es lo que es. Yo soy Omega y Benjamín es tu hijo...

—Te pedí que respondieras correctamente. Isaac, ¡sé que eres Omega! Lo sé, ya entendí
esa parte. Lo que yo quiero saber es... ¿Cómo fue qué diste a luz a mi hijo sin...? ¡¿Cómo
fue qué hiciste esto sin decirme nada?!

—Dijiste... Que ya lo sospechabas.

—Sí, una sospecha que siempre negaste... Y no me hubiera enojado contigo si me


hubieses contado sobre esto. ¡¡Hace dos putas semanas antes de esta puta situación!!
¿Sabes por qué? ¡Porque ahora todo está jodido! Y yo... Solo puedo pensar que estuve 4
malditos años sin conocer a mi hijo. ¿Dónde diste a luz? ¿Cómo pasó?

Isaac sentía que ahora sí que había dejado de respirar. Los ojos de Félix se habían
puesto todos negros...

Es inevitable ya.

—Yo fui el Omega que sufrió el celo en tu isla hace cuatro años... Yo te amarré y te corté
y te rompí el maldito brazo. Yo di a luz a tu hijo. ¡Ese es Benjamín! ¡¡Entonces, ve ahora
y ponlo a salvo!!

—Ese Omega idiota...

—No importa eso. ¡Es tu hijo! ¡Es tu hijo...! Y te estoy pidiendo que vayas por él porque
eres la única persona en la que confío justo ahora. Por favor...

Isaac sollozó, con los dedos temblorosos sosteniendo fuertemente el brazo de Félix... La
pupila del Alfa solo se hace más gruesa esta vez.

—Yo... Confiaba en ti. Y pensé que estaría bien no investigar ni pensar de más hasta que
estuvieras listo... ¡Pero mira esto! ¿Cómo me haces algo así? ¿Cómo pudiste ser así
cuando yo... solo te he demostrado que te amo?

—¡Félix...!

—Escondiste cosas... Tantas que, terminé por perderlo todo. Porque no confiaste en mí
en el momento exacto.

Isaac cerró los ojos. Un escalofrío atraviesa su espalda y le cruza el pecho cada vez que
lo escucha hablar así.

Da mucho miedo.

—Prometiste... No lastimarme ni a mí ni a mi familia. Sin importar lo que pasara.


Isaac se hizo instintivamente hacia atrás... Trataba de huir de esos ojos azules que lo
perseguían pero que al final siempre terminaban chocando contra él.

—¿Todo fue planeado para este momento? ¿Sabías que me iba a enojar tanto qué tu
único plan seguro fue ponerlo en un contrato?

Las feromonas palpitantes y ásperas que fluían de él comenzaron a hacerlo temblar...

Aunque no había lugar para escapar, sigue empujando su cuerpo hacia atrás tanto
como puede... Pero lo gracioso es que no era capaz de quitar la mano que sostenía su
brazo. Tal vez porque, él también lo amaba terriblemente.

Era cobarde. ¿Cómo podía soltar al hombre que lo había sostenido durante todo este
tiempo? Incluso si las cosas estaban bastante mal ahora, se sentía imposible.

—Sí... Lo hice. Porque, tenía miedo de las cosas que podrías decir y el enojo que
sentirías hacía mí. Es cierto que solo pensaba egoístamente y es cierto que no estaba
listo para afrontar nada de eso. Todo es mi culpa. Más tarde, tanto como quieras,
aceptaré toda tu ira y tus palabras, pero por favor, salva a Benjamín y a mi madre
primero. Ellos no tienen la culpa.

—... ¡Joder!

El puño de Félix golpeó el respaldo del sofá, provocando que algunas partículas de
polvo terminaran flotando por todos lados... Isaac seguía sin poder soltarlo.

—¿Lo aceptarás? ¿Y cómo vas a manejar una ira que ni yo no puedo manejar?

Isaac, quién se enfrentó a la rabia que inevitablemente se derramaba de sus ojos azules,
respiró hondo por tercera vez en el transcurso de la conversación.

Fue la primera vez en el día que tenía muchas ganas de llorar.

—Félix... Por favor.


—No hables, ya no importa. Es solo, un jodido contrato, como dices. No puedo matarte
ni lastimar a tu familia, lo prometí... Y yo soy un hombre de palabra. —La voz de Félix
era horriblemente fría cuando, sin esperarlo, su hermoso rostro se precipitó de pronto a
centímetros del suyo—. En fin... No me importa si Benjamín es mi hijo o no o si eres un
Omega o no. Estás herido, y ahora lo importante es pensar en detener el enlace. ¿Está
bien?

—... Está bien.

Félix regresó la vista a su nuca.


Querido Benjamín • Capítulo 11 | Parte 2
Isaac es el Omega que le rompió el brazo hace cuatro años y se escapó para permitir que
lo torturaran por meses enteros. Dio a luz a su hijo, lo ocultó de él, intentó hacer todo
por su cuenta y ahora... Tenía la marca de un enlace, creciendo y creciendo sobre la piel
de su nuca.

Era mucha información para absorber, pero ya no tenía tiempo para más retrasos
innecesarios... Después de todo, se había permitido gritarle por un minuto o dos.

—Bueno, ¿qué está pasando exactamente?

Isaac parecía rechazar las feromonas de Cole... Tal vez porque había tenido mucho sexo
con Félix antes. También estaba el hecho de que lo había mordido cada que tenía la
oportunidad y definitivamente, se debía en parte a que Isaac era un hombre
demasiado fuerte.Incluso su mente luchaba cuando su cuerpo no podía más... Era el
tipo de persona que hubiera matado a Cole si hubiese visto que ya estaba
completamente enlazado, sin importarle morir también como parte del proceso.

Debe haber entonces... Alguna medida inmediata para contrarrestarlo.

—Carajo...

La expresión de Félix perdió su energía una vez más, y luego hubo un momento en el
que solo sacudía la cabeza para quitarse todo el enojo y poderse concentrar
nuevamente. Se agarra la barbilla y luego sube los dedos para cubrirse los ojos. Un
movimiento repetitivo que no terminaba.

—¿Dijiste que serías mi perro guardián? —Isaac se sorprendió ante la pregunta así de
repentina. Sin embargo, antes de que pudiera contestar, escuchó—: ¿Qué te parece si
mejor eres mi Omega?... Eliminaré las feromonas de Cole, cubriéndolas con las mías.

La voz de Félix seguía siendo pequeña y cortante... Pero su pupila azul parecía estar
bastante firme. No hubo temblores. Ni dudas.

—Vamos a enlazarnos, tú y yo.


Félix había pensado en dos formas de hacerlo. Como la marca era pequeña podía matar
a Cole para terminar con el flujo de feromonas de un solo golpe y luego, esperar que de
alguna forma milagrosa el cuerpo de Isaac fuera tan firme como para seguir
respondiendo con normalidad. La segunda era llenarlo con feromonas más fuertes que
las de Cole antes de que se completara el enlace. Reemplazar el color amarillo
colocando un trazo con plumón negro justo encima.

Bueno... Félix era el Alfa dominante más fuerte de su generación, definitivamente


incluso más que Cole. Podría hacerlo bien... Si Isaac soportaba otra ronda de dolor
insoportable de un modo adecuado.

—¿Estás de acuerdo?

—Yo... No importa lo que...

Pero antes de que pudiera contestar, Félix presionó los labios de Isaac fuertemente con
los suyos. Su lengua lo invadió, como si fuera natural entre ellos dos hacerlo así. Unos
labios codiciosos. Una humedad que se mezclaba y se sentía como la lluvia que
necesitaba...

Y así, lento, las feromonas Alfa comenzaron a verterse sin previo aviso sobre él. Por
supuesto, las feromonas de Cole son incomparablemente fuertes y oscuras así que tiene
que hacer un esfuerzo extra. Un poquito más agresivo.

La feromona se vierte tan violentamente que su cabeza se paraliza en un instante.


Quema... Así que ya está temblando y gimiendo de dolor.

—¡Uf! ¡¡Ah!!

Cuando las dos feromonas diferentes se enredan dentro de su cuerpo, el corazón


comienza a latirle como si hubiera participado en un maratón. Las puntas de sus dedos
tiemblan, sus extremidades tiemblan y su visión se vuelve tan oscura que ya ni siquiera
ve a Félix juntó a él. Parece tener una convulsión, así que el Alfa solamente intenta
ponerse encima para sujetar sus piernas y controlar que no vaya a lastimarse.
Es definitivamente una sensación terrible, como si todo el cuerpo se rompiera en
pedazos y se reconstruyera otra vez. Al final, incluso la sangre explotó dentro de la nariz
de Isaac y comenzó a fluir como si estuviera fracturada.

Félix no se movía, solo lo besaba y lo sostenía mientras palpaba su cuello para


encontrar su pulso. Convulsionó por segunda vez y luego dejó los ojos en blanco...
Estaba preocupado por la reacción tan violenta, pero no había nada que pudiera hacer
de inmediato más que ser paciente y esperar lo mejor.

Isaac cerró los ojos, jadeando, pálido como una hoja, pero sosteniendo todavía el brazo
de Félix.

—Félix, Benjamín... Por favor...

Mientras tanto, al escuchar a Isaac pedirle de nuevo salvar a su hijo, Félix no pudo
hacer más que ponerse a reír. Él era así todo el tiempo... Pensando en Benjamín incluso
cuando estaba a un paso de morir.

Félix extendió la mano y frotó la nuca de Isaac. La marca de Cole seguía allí, pero ahora
estaba desvaneciéndose poco a poco en lugar de crecer. Si esperaba el tiempo suficiente
entonces desaparecería por completo y aparecería una nueva marca en su lugar... Hasta
entonces, Isaac tenía que descansar, respirar y dormir hasta que su corazón se relajara
y el cuerpo entrara en una fase más estable.

Félix se quitó la playera que tenía sobre el chaleco para ponérsela a él.

—Isaac, estoy muy enojado. Tanto que ni siquiera sé exactamente la razón... Pero como
prometí, no voy a hacerte daño. Ni a ti ni a tu familia.

—Um...

—Este es nuestro nuevo contrato. Eres mi Omega ahora.

Succionó la boca desgarrada de Isaac mientras arrojaba una nueva ronda de feromonas
sobre él. El hombre tembló como si estuviera experimentando otra convulsión, pero
ahora fue más leve y se detuvo en un instante... Esperó, y luego suspiró con fuerza
cuando notó que sus labios se estaban coloreando.

—Voy a ir por Benjamín... ¿Está bien?

Mientras Isaac se encontraba inconsciente en el sofá, Félix rápidamente se levantó y dio


un paso hacia adelante. La sala se llenó entonces de feromonas feroces y pesadas.
Feromonas de enojo, feromonas de tristeza, feromonas y más feromonas que
definitivamente ningún Alfa iba a poder soportar. Amenazantes y formando una
especie de burbuja alrededor de Isaac.

Era su forma de protegerlo para que nadie se atreviera a poner una mano sobre el
hombre mientras no estaba allí.

Estaba enojado... Pero su amor seguía siendo más fuerte.

✤✤✤✤✤✤

Félix, que cerró la puerta con fuerza, caminó por el pasillo con los ojos bien abiertos. Su
cabeza aún se sentía bastante complicada y su corazón latía como si estuviera loco.
Isaac era un Omega, el Omega de la isla, el Omega de la isla que le había dado un
hijo.¡Realmente es su niño también! Nunca había tenido una relación demasiado
formal precisamente porque no quería tener uno. Utilizaba condones, anticonceptivos
orales... Y ahora tiene una calabacita que crece y que llora.

—Ah, me estoy volviendo loco.

Cuando recuerda todos los sucesos, palabras y gritos extraños que intercambiaron hace
unos minutos, su cabeza comienza a arder como si todavía tuviera adentro una
increíble furia.

Félix hizo una pausa por un momento para intentar controlar su respiración agitada...
Dios mío. Isaac es su Omega y Benjamín es su hijo. ¿Cómo se enfrenta algo así? Cerró
los ojos y presionó su frente contra la pared pensando que definitivamente llegaría un
momento en que estallaría en golpes contra cualquier cosa... Sin embargo, pronto logró
apaciguar su ira y reírse un poco de lo extraño que resultó ser su destino.
La perra Omega tuvo un ciclo de celo exitoso, por lo que obviamente era posible que
quedara en embarazo sin problema. Sin embargo, pasaron muchas cosas al mismo
tiempo en las horas siguientes así que... Solo lo olvidó.

Ahora el oscuro recuerdo se superpone lentamente con la cara de Isaac. No solo la


cara, sino también el físico, los gestos y los gemidos. Todos se vuelven hacia Isaac. El
Omega que jadeaba desde abajo se vuelve nítido, sus gemidos, sus ojos. Sus manos, sus
besos.... Finalmente se da cuenta de que sus palabras pasadas eran absolutamente
ciertas. Al tratarse de Isaac, no tenía más remedio que caer de rodillas. Si no fuera él,
entonces no se hubiera sentido tan emocionado al verlo, ni enamorado, ni hubiese
sentido... Que así era justo como tenía que ser.

Después de una revelación tardía, Félix volvió a reír. La ira parecía ser nieve que
comenzaba a derretirse entre sus dedos. Pensamientos que habían sido una verdadera
ayuda, ciertamente.

—Isaac... Mi destino era enamorarme de ti. Desde el principio hasta ahora.

Con una metralleta en la mano, Félix tenía una extraña sonrisa cuando se abrió paso
por un par de pasillos angostos y oscuros.

Sí, era el mejor momento posible para matar a algunas perras.

✤✤✤✤✤✤

Félix primero contactó a Tony para emitir nuevas instrucciones.

—Si encuentran a Cole, quién sea, solamente deben capturarlo y traerlo ante mí. No
deben matarlo. ¿Entiendes lo que te estoy diciendo?

Tony, quién respondió afirmativamente a los gritos urgentes de Félix... La verdad es


que estaba bastante confundido con esa nueva orden. ¿Qué había pasado? La última
vez dijo que iba a dispararle tan pronto como lo viera y ahora dice que no tienen que
matarlo. ¿Por qué? Sin embargo, parecía que no había lugar para explicaciones, ni
siquiera para los detalles más esenciales.
La mansión seguía estando bajo asedio, aunque ciertamente el espectáculo principal se
había terminado. Ya no estaba el sonido de los disparos o los gritos agudos, ni siquiera
el impacto constante de los muebles quebrándose por aquí y por allá... Ahora solo era
Félix, y el impacto de sus botas haciendo eco en los pasillos. Gritaba:

—¡Cole está prohibido! ¡Manténganlo vivo para mí!

Y después, Félix saltó directamente en dirección a las escaleras.

—Noah, dame la ubicación de Benjamín.

Félix seguía corriendo en línea recta. En su oído, llevaba algo similar a lo que había
utilizado Cole al inicio. Unos auriculares inalámbricos que lo conectaban directamente
con la estación de Noah. En realidad, no dejaron de transmitir ni una sola vez por lo
que, muy probablemente, el hombre había escuchado toda la conversación que
mantuvo con Isaac. Desde el inicio hasta el final...

Estaba tan enojado y preocupado que simplemente se había olvidado de que estaba allí.

Noah se encontraba en silencio, sin decir ni siquiera una sola palabra sobre el asunto...
No es algo común en él.Parece gustar mucho de ponerle apodos extraños, hablar sobre
lo ridículo que luce su atuendo o su cabello y burlarse de su desgracia cada que tiene la
oportunidad. Debería estarle gritando justo ahora... Así que inmediatamente comienza
a ponerse algo nervioso.

Félix toca el manguito de los auriculares.

—¿Estás escuchando?

—... Por supuesto que estoy escuchando.

—¿Entonces por qué no dices nada?

Félix preguntó porque estaba preocupado de lo que podría estar pensando... Pero Noah
pretendió no saber a lo que se refería.
—Estoy buscando todavía la ubicación de Benjamín y de Jessica Parker...

—¿Todavía? ¿Cómo qué todavía? ¡Habías dicho que estaban bajo tierra!

Cómo parecía muy nervioso, Noah suspiró.

—Solo estaba adivinando. Dije: "Creo que". Eso no significaba que tuviera la ubicación
exacta.

—Necesito el helicóptero.

—Ya está listo.

El lugar era completamente terrible para un bebé y una mujer de mediana edad. Estaba
húmedo, frío y seguramente estaban heridos... O al menos se sentían lo suficientemente
mal. Necesitaba un helicóptero para sacarlos en el menor tiempo posible y llevarlos
directo a casa.

Cuando llegó al final de las escaleras, de repente aparece una voz llamando suavemente
a Félix.

—Oye, animal...

—¿Qué pasa?

—Saca a mi sobrino a salvo.

—Idiota. ¿Crees que voy a dejar que le pase algo...? Espera. ¿Cómo que sobrino?

—¡Es mi sobrino! ¡Y quiero verlo! A ti no, odio verte, cuando lo rescates mándalo con
Tony.

—Cállate.

—¡¡Quiero a mi sobrino!! ¡No me importaba hace unos minutos, pero ahora no quiero
que le pase nada! ¡Ayúdalo! ¡Sácalo ya! ¡Sácalo, sácalo, sácalo!
—¡Carajo, que te calles! —La voz sentimental de Noah mezclada con un llanto
exagerado, hace que Félix parezca a punto de sufrir un derrame cerebral—. Si se
pierde... Puedo conseguir otro sobrino para ti.

—... Maldita perra loca. Sabía que tu personalidad estaba podrida, pero hablar de mi
sobrino como si fuera una lata de Coca Cola es inaceptable. ¡Inaceptable te digo! Si se
lastima voy a... Te voy a... Yo... ¡Le voy a decir a mi abuelo! Es más… ¡Le voy a decir
ahora mismo! ¡Perra del mal! ¡Estúpido...!

Félix, que no podía soportar el arranque de Noah, terminó apagando sus auriculares.
Ah... Era suficiente por un día, realmente suficiente.

—Jefe, creo que es por allá.

Una de las escoltas que lo seguía iba adelante de él, revisando el perímetro
cuidadosamente con una metralleta entre las manos.

Tal y como había dicho, tan pronto como sus hombres y él bajaron por las escaleras y
llegaron a un nuevo y más estrecho pasillo, se dieron cuenta de que había una inmensa
cantidad de sangre esparcida por el suelo. También era difícil respirar porque estaba
lleno de olores asquerosos, pólvora, vomito, carne... ¿Quién iba ganando aquí? ¿Sus
aliados o los enemigos? ¿Dónde estaba el niño y la abuela?

Félix se aproximó al frente e inspeccionó la situación. Las puertas de hierro que los
separaban de los otros cuartos estaban cerradas herméticamente. No había sonidos
provenientes del interior ni rastros de alguna otra persona... Aunque era obvio que
estaban esperando por él.

Los hombres no tuvieron más opción que aguardar silenciosamente por las nuevas
órdenes de Félix.

Hubiera sido difícil para un tipo tan severamente herido salir de esta mansión con sus
propios medios. Casi todos sus hombres estaban muertos así que, en la cabeza de Félix,
solo había un escenario posible y real. Habían tomado como rehén a Benjamín y a la
abuela, y ahora los estaban utilizando como un escudo. ¿De qué otra manera le
cederían el paso tan fácilmente?
—Ábranla.

Era difícil ignorar a un hombre que parecía tan intimidante como él... Rápidamente
instalaron pequeños explosivos en puntos estratégicos de la puerta porque, cuando
intentaron hacerlo a punta de disparos, las balas únicamente rebotaron y terminaron
perdiéndose en cualquier otro lugar. Cuando todo estuvo listo y retrocedieron al
unísono, Félix decidió volver a tomar la delantera del equipo y ponerse en guardia.

¡¡BOM!!

La puerta estaba hecha jirones así que se abrió sin ningún tipo de problema... Y en ese
instante, sin que nadie se lo esperara, las feromonas Alfa de Félix se propagaron
fuertemente por el suelo que ya de por sí apestaba a pólvora. Es, como un río pesado
que arrastra su aroma hasta colorear los alrededores con una especie de niebla espesa y
asfixiante.

Pero Félix era, después de todo, un Alfa dominante puro y repleto de una infinita furia.

Todos los Alfa que estaban a su lado comenzaron a retroceder. Incluso estaba pasando
lo mismo con los Beta.

Mas que un olor, se sentía como si estuvieran siendo rociados con agua hirviendo.
Ardía y dolía igual a estar en el infierno... Las feromonas habían sido esparcidas hacía
las habitaciones que tenía adelante así que, mientras caminaba y apuntaba, miraba
hombres gritar, rodar por el suelo, vomitar e incluso convulsionar con la nariz repleta
de sangre. Algunos Beta y Alfa dominantes apuntaban en su dirección con armas de
fuego... Pero temblaban tanto que naturalmente no pudieron ganar contra él.

Unos pocos disparos, uno o dos insultos y luego, la situación finalmente terminó.

Un Alfa dominante como él lleva todas las de ganar en batallas dentro de espacios
cerrados. Utilizan sus feromonas como un arma, y son tantas y tantas, controladas de
una manera tan perfecta y estable, que seguramente ninguno de ellos notó que estaba
en peligro hasta que ya era inevitable.
Félix sentía el sudor frío fluir por su espalda y a su corazón latir en su cabeza... Revisó
cada una de las habitaciones, de arriba hacia abajo, y de todas maneras no podía
encontrar al bebé ni a la mujer. No estaban bajo las camas, no estaban dentro de
ningún mueble. Félix miró a su alrededor una y otra vez y luego, decidió aventar la
cama hasta que chocó y se desarmó en el suelo... El muro de piedra, que había estado
cubierto por el colchón, podía verse un poco fuera de forma así que, cuando
rápidamente se acercó y pateó tan fuerte como le fue posible, el pesado muro se vino
abajo de inmediato.

—El loco lo tenía todo preparado.

La frente de Félix se arrugó. Noah ya le había advertido que podía haber tantas
habitaciones como si se tratara de un cuartel militar, aunque tenía el aspecto de ser
solamente una pequeña cabaña. Isaac debió sospecharlo también porque había sido
muy persistente con la idea de que fuera de inmediato a traer a Benjamín. Fue el
único inteligente.

Rápidamente encendió los auriculares porque no sabía con exactitud a dónde conducía
este pasaje. Está bajo tierra y no tiene ninguna luz.

Espera un segundo, y luego otro, y otro... No hay conexión, así que definitivamente hay
algo que bloquea todos sus aparatos. Lo único que escuchaba, eran crujidos.

Cole, puta perra.

Después de apagar inevitablemente los auriculares de nuevo, Félix comenzó a ir mucho


más despacio que hace un momento. El cañón del arma en frente, apuntando como si
estuviera viendo su cabeza.

Dio un paso, dos pasos, tres... Se preguntaba si era de la clase de persona que perdía la
cabeza al enfrentarse a alguna situación complicada. Pensaba si es que acaso los
lastimaría al sentir mucho estrés. Si le haría algo al bebé o a la señora.

Tenía miedo. Un miedo real.


Fue en ese momento... En qué escuchó algo. Félix dejó de caminar casi de inmediato e
intentó agudizar el oído para notarlo mejor. No venía de muy lejos, y definitivamente se
trataba de la voz del bebé.

De pie, con la espalda contra la pared, Félix se movió lentamente otra vez. Sus manos se
habían llenado de un sudor frío y pegajoso.

—¡Dile que cierre la puta boca!

—¡Es un niño! Solamente está muy asustado, por el amor de Dios.

—¡Te lo advierto mujer! ¡Si no lo haces, entonces yo se la cerraré!

La voz de Jessica vuelve a elevarse furiosa y luego, se escucha el impacto de un golpe.

El llanto del niño aumenta.

Grita.

—¡No toques al niño!

La mujer rogó, pero el niño solo estaba llorando y llorando. Decía: "¡Ya no! ¡Ya no!".
Solo después de eso, Félix no pudo soportarlo más y corrió con toda su fuerza... Estaba
cansado y mareado debido a la manera tan descuidada en la que había estado ocupando
sus feromonas y, aun así, no puede detenerse porque siente que hay una tremenda ira
derramándose ahora de su corazón.

Bruscamente, las feromonas comenzaron a estallar.

—¡¡Quita tus manos de él!!

Además de los feroces pasos, la voz violenta de Félix llena de pronto cada parte del
pasaje cuando se acerca y le apunta directo entre las cejas.

Cole estaba frente a él, con la cara repleta de sangre y los ojos muy, muy abiertos. Tenía
a Benjamín del brazo. Una cosa pequeñita de cabello amarillo y enormes lágrimas en
los ojos. A su lado, Jessica Parker, que sangra por una herida gigantesca junto a la boca,
está temblando... A punto de romper a llorar mientras extiende los brazos hacía el niño.

Cole tenía los dedos alrededor del cuello del bebé.

—¡No te acerques! ¡Si no quieres ver el cuello de tu hijo partirse a la mitad, retrocede!

—No me di cuenta de que eras un hombre que tenía tantas ganas de morir. —La voz de
Félix, quién miraba atentamente a Cole casi sin pestañear, parecía completamente
incómoda y cargada de asco—. Te advertí lo que pasaría si tocabas a mi hijo. ¿Lo
recuerdas?

Jessica Parker miró enseguida a Félix cuando lo escuchó decir "mi hijo", y sin embargo,
Félix estaba lo suficientemente molesto como para notar que lo hacía.

—¿Entonces por qué no me matas de una vez? Oh... Es verdad, todavía está el asunto de
Isaac.

Aunque el hombre, que sudaba frío, pareció darse el lujo de burlarse de él... Las
feromonas intensas emanan de nuevo y lo golpean como si fueran un enorme tsunami.
Tragándose de inmediato el cuerpo de Cole.

El hombre temblaba escandalosamente, como si le hubieran aplicado una descarga


eléctrica. Cayó de rodillas, y entonces la mano que agarraba el cuello del bebé
inevitablemente perdió su energía y se derrumbó también.

Jessica Parker aprovecha este descuido para abalanzarse de inmediato y sostener


apresuradamente al niño entre sus brazos.

—¡Oh! Abuela, abuela. Papá. ¡Quiero a papá! —Sus ojitos estaban hinchados, rojos y
completamente llenos de lágrimas—. ¡Quiero a papi!
Nota: Estoy llorando por nuestra calabacita😭😭😭. Bebé ya te llevan con tu papi.
Querido Benjamín • Capítulo 11 | Parte 3
El cabello del niño es bastante similar al suyo, es brillante y cercano a la plata. Por
supuesto, el propio Félix era idéntico a él cuando era joven. No solo por el color del
cabello... Se notaba en sus bonitas mejillas enrojecidas, en sus pupilas azules, en esa
nariz recta y delicada. Félix abrió mucho los ojos cuando pensó: «Dios mío. De verdad
es mi hijo». Porque incluso cuando Isaac se lo contó, no pudo hacerse a la idea
inmediatamente después. Estaba demasiado sorprendido y enojado y su cabeza no
giraba del todo bien. Ahora, siente que de verdad Benjamín era un pedacito de él.
Tanto así que todo tipo de emociones, que eran difíciles de describir con palabras, se
mezclaron entonces y se vertieron sobre él como una fuerte lluvia...

Félix entonces, solo respira.

Quería llegar con él y consolarlo. Tomar sus manitas y decir algo, cualquier cosa...
Desafortunadamente, lo que sentía era difícil de describir y de demostrar.

Fue cosa de un instante.

Cole, que había estado arrodillado en el suelo todo este tiempo, de repente corrió hacia
Jessica haciendo que tanto ella como el bebé fueran atrapados rápidamente por sus
brazos.

—¡Ah!

Jessica gritó y levantó las manos para intentar aventar a Benjamín con Félix... Pero,
aunque trató de apresurarse tanto como pudo, Cole le golpeó en la cabeza con la
empuñadura de su pistola hasta hacer que sonara una y otra vez. La hizo sangrar.

Jessica se derrumbó entonces contra el suelo de piedra al mismo tiempo en que


comenzaron a escucharse algunos disparos desesperados. Uno, dos, tres... Cole
disparaba mientras le mostraba al niño que tenía en las manos. Gritaba:

—¡¡Si no quieres que lo mate, no te muevas!!

Benjamín lloraba otra vez, con los bracitos extendidos en la dirección de Félix.
Maldita sea.

No debería haber subestimado la fuerza de Cole porque después de todo era un


comandante de la armada. ¡El comandante naval principal!

Era un error de novato que estaba dispuesto a corregir inmediatamente.

—Félix, necesitas recordar que también soy un Alfa dominante. No importa que tan
fuertes sean tus feromonas, puedo soportarlo tanto como tú.

Aunque Cole le soltó todo esto con bastante arrogancia, la verdad es que parecía que su
cuerpo se iba a venir abajo de un momento para otro. Tenía la cara desgarrada, el pecho
subiendo con dificultad, un espeso sudor frío mezclándose con su sangre... Incluso si
pretende ser capaz de darle una larga batalla, ¿cuánto tiempo puede seguir haciendo
esto antes de vomitar hasta los huesos?

Félix miró la cara casi azul de Cole.

—Dame... A mi hijo.

—Entonces baja el arma y retrocede.

—Dámelo.

—Todo es tu culpa. ¡Todo se volvió un desastre gracias a ti! ¡Es el precio por tus
acciones!

Cole gritaba, con los ojos bien abiertos y la pupila temblorosa... Félix entonces, dijo que
estaba bien.

—Ya está... ¿Lo ves? No tenemos que actuar de esta manera tan salvaje. —Con ambas
manos levantadas, Félix arrojó la metralleta al suelo hasta formar un sonido realmente
pesado—. Pero quiero decir, que igual hay algo que estás pasando por alto.

—¿Y qué estoy pasando por alto según tú?


—No soy un Alfa dominante y ya, SOY EL MEJOR ALFA DOMINANTE DE TODO EL
PUTO MUNDO... Y ciertamente puedo aplastarte en cualquier momento y siempre que
yo quiera, sin necesidad de un arma.

Cuando respondió así, pronto pareció como si todo el color de Cole comenzara a
desvanecerse realmente rápido.

—No... No eres capaz de hacer eso. ¡¿No viste que tus feromonas no pueden
detenerme?!

—¡¡Suelta a mi hijo!!

Félix gritó con tanta fuerza, que Cole tragó toda la saliva que pudo para aliviar su
garganta terriblemente reseca. Al final, agarró al niño y lo jaló hacia adelante en un
intento por protegerse utilizándolo a él... Pero las feromonas de Félix fueron más
rápidas que eso y corrieron para inundar ferozmente la cabeza del hombre.

—No vas a salir de esto, pedazo de mierda.

—¡¡¡Aaaah!!!

—Cometiste el horrible error de tocar a mi gente, a la madre de mi compañero y a mi


hijo... Y nunca voy a perdonarte por eso. Ni siquiera al morir.

La sangre salpicó de su nariz y de su boca con un temible impulso... Realmente no


podía soportar cuando tantas feromonas pesadas lo golpeaban de una sola vez y en
diferentes direcciones. Sus extremidades temblaban de tal manera, que no fue
sorprendente cuando dejó ir a Benjamín por segunda vez y volteó los ojos hasta dejarlos
completamente en blanco. Al mismo tiempo, Félix corrió con urgencia para sostener al
niño antes de que terminara por estamparse contra el piso.

—Ya está, ya está.

El niño, envuelto firmemente entre sus brazos, lo miró por un momento antes de
ponerse a llorar con demasiada fuerza. Lo abrazó del cuello y hundió la carita en su
chaleco. Era, como si toda la pena acumulada finalmente explotara en sollozos y
gritos.

Félix le acaricia la cabeza de arriba para abajo. Siente el aliento húmedo del niño en su
piel y las lágrimas cayendo cuando se pega como si quisiera fundirse con él.

—... No llores, ya no llores.

No sabe que hacer exactamente así que, por un momento, Félix le frota la punta de la
nariz como si se tratara de un gatito. Después, la pequeña espalda de Benjamín queda
completamente envuelta en unas manos grandes y pálidas... Comienza a darle
pequeños besitos sobre la cabeza porque recuerda que un día, Isaac abrazó al niño justo
de esta manera.

Enterró el rostro en su cabello y, mientras cerraba los ojos y lo sentía, el olor a talco de
bebé y leche fluyó a través de sus fosas nasales. Era relajante, así que el abrazo se
volvió más fuerte sin que se diera cuenta.

—Está bien... Ya estoy aquí contigo.

—Sí... Um...

—No pasa nada... No tienes que tener miedo porque no voy a dejar que te hagan daño
otra vez, ¿entendiste?

El llanto del niño comenzó a desvanecerse. Mientras tanto, la señora Jessica Parker
estaba siendo atendida por una de sus escoltas para rectificar que no tuvieran más
problemas que "una cara hinchada y sangrante"

Aunque posiblemente estaba muriendo de miedo y ansiedad, su expresión se miraba


tan serena como si no pasara nada así que, inevitablemente le recordó mucho a su
Isaac.

Félix mantuvo una sonrisa amarga ante eso.

—Tú... ¡Maldito hijo de puta!


Fue allí cuando escuchó a Cole gritarle otra vez. Las feromonas seguramente están
golpeando tanto que ahora tiene que arrastrarse por el suelo. Cómo un gusano que no
deja de quejarse y quejarse.

—Bastardo idiota...

—¿Qué pasa ahora? ¡¿Es que acaso tengo que enseñarte a no decir ese tipo de palabras
delante de un niño?!

A Benjamín no le gustaba cuando Félix comenzaba a hablar así. Tiembla de nuevo y


vuelve a hacerse una bolita diminuta sobre su pecho... Gracias a esto, el hombre tuvo
que respirar lentamente una vez más y alejarse un poco de él para poder calmarse. No
quiere mostrarle esa imagen a su hijo, en especial ahora que parece tan terriblemente
asustado.

Al final, cuando Félix comenzó a mecerlo lentamente de un lado a otro para calmarlo,
los ojos de Cole brillaron de burla. Comenzó a reírse.

—¿Cómo vas a matarme... si te pones a actuar como la amorosa madre del año delante
de mí? Tan asqueroso.

—Dije que te calles. —Félix tuvo el incontenible impulso de sacar otra arma, ponerse en
cuclillas y colocar el cañón dentro de la boca de Cole hasta casi tocarle la garganta...
Como antes, un gruñido terrible salió de su boca—. Sigue jugando conmigo, pequeña
puta... Y verás lo amorosa que voy a portarme contigo.

Para evitar que Benjamín se sorprendiera de nuevo, Félix sostuvo la pequeña cabecita
del niño de tal manera que cubriera su oído y sus ojos al extender los dedos.

—Seguro estás ansioso. ¿No es verdad?

Al final de la charla, las feromonas de Félix se extienden de nuevo sobre él hasta que su
nariz comienza a escurrir como una llave rota y luego, PAM. Se escucha el sonido
tenebroso de cuando su mandíbula se rompe por el impacto de un golpe dado con su
mismo cañón.
—¡¡Ugh!!

Mientras Félix se pone de pie y acomoda al niño una vez más contra su pecho, levanta
la muñeca para comprobar la hora. Frunció el ceño. Ha pasado bastante tiempo desde
que dejó a Isaac solo en aquella pequeña sala... El enlace todavía no estaba terminado
así que necesitaba llegar con él lo antes posible y verificar que todo estuviera bien. Que
su color fuera el adecuado, que respirara, que abriera los ojos.

Estaba tan ansioso que cuando vio a Tony acercarse como si hubiese estado esperando
a que terminara de pelear, solo extendió los brazos y se lo pasó.

—Noah me dijo que el helicóptero ya estaba aquí. Tómalo, y llévalo a él y a la señora


Parker al hospital lo antes posible. No quiero que atiendan a Cole, solo diles que lo
arrastren y lo avienten tal y como está en alguna habitación. ¿Está claro?

—Entiendo.

—Yo te alcanzaré cuando pueda... Solo saca a todos de aquí...

Tony se volvió hacia Félix, esperando poder decirle algo más sobre toda esta extraña
situación... Pero antes de darse cuenta, Félix ya había comenzado a correr
rápidamente en dirección al pasillo.

✤✤✤✤✤✤

—Oh, Dios mío...

Isaac no podía hacer que los gemidos dejaran de escaparse de sus labios. En realidad,
se estaban desbordando tanto y tanto que finalmente, pensó que sería mejor dejar de
luchar.

—¡Ah! ¡Ah, maldición...!

Después de lo fuerte que le había resultado todo el proceso del enlace, comenzó una
lucha constante contra el dolor de sus articulaciones y músculos. Las feromonas de Cole
seguían adentro, pero las de Félix ya estaban actuando. Cubriendo y borrando de tal
manera, que había vomitado tres o cuatro veces mientras limpiaba su nariz repleta de
sangre. Se sostuvo el estómago y luego gritó debido al dolor de cabeza más terrible que
hubiera experimentado jamás en la vida. Fue un dolor inimaginable... Abrazó su
cuerpo, que estaba teniendo escalofríos escandalosos y después mordió con fuerza sus
labios desgarrados.

A medida que pasaba el tiempo, sentía que las feromonas de Cole se habían suavizado
hasta casi desaparecer... Pero en su lugar tenía un montón de feromonas
amenazadoras alrededor de su cuerpo.Es como una envoltura que debería estarlo
protegiendo y que en realidad lo está haciendo reaccionar de la peor manera... Hace 4
años tuvo su primer y último ciclo de calor. El mismo calor y la misma sensación que
ahora está sintiendo. ¡Es exactamente la misma!

—Ah... De ninguna manera.

¿Por qué el ciclo de calor tuvo que venirle precisamente en este lugar? Pensó en la
pregunta, pero las respuestas no llegan fácilmente cuando todo es nebuloso y tienes la
cabeza tan mareada. Apretó los dientes mientras sostenía la parte delantera de su
playera, agitándola para intentar hacer un viento que pudiera refrescar su maldito
cuerpo.

—Hmm... ¡Ah, maldita sea!

Isaac no podía soportar lo enojado que lo hacía sentir su propio cuerpo así que golpeó
el sofá una y otra vez... Pero nada iba a cambiar si solo lograba sacar polvo.

Respiró profundo, aguantó el aire y se arrancó de encima la playera de Félix... Sus


manos bajaron entonces hasta su vientre, a su pecho, pellizcaron los pezones que
todavía tenían un moretón azul ocasionado por Cole y, luego siguieron el camino de su
vello. Sollozó, bajó lentamente hasta tocarse la ingle... Su cintura salta de inmediato.
Dios mío. ¿Qué demonios es esto? Sus ojos estaban oscuros, pero sus manos parecían
saber exactamente lo que querían conseguir.

No hubo dudas cuando agarró y frotó sus genitales de arriba para abajo, muy, muy
lentamente... Se sentía tan bien que no pudo aguantar las ganas de darse la vuelta
contra el sofá para restregarse justo como un perro. A veces se frotaba la frente, las
mejillas y el pecho expuesto contra los cojines. Otras, simplemente se tumbaba y
levantaba el trasero en el aire para comenzar a meterse los dedos.

Ah, es horrible que el calor no se desvanezca, aunque lo intente con tantas ganas.

Masturba sus genitales lo mejor que puede hacerlo y con más ganas que nunca... Pero la
sed no desaparece y en su lugar solo comienza un ardor que le quema la garganta.
Comenzó a llorar...

Dentro de su trasero había una extensa cantidad de fluidos. Ya ha pasado mucho


tiempo desde que se sintió tan humedecido así que ni siquiera recordaba lo extraño que
se sentía cuando los muslos también se manchaban.

En general, es un asco perder la cabeza y estar haciendo esto cuando no tiene noticias
sobre lo sucedido con su madre ni con Benjamín. Isaac trató de dejar en paz su cuerpo y
aguantar de alguna manera, mordiéndose los labios una y otra vez o apretando los
párpados hasta que comenzó a ver pequeñas luces. Sin embargo, aunque la sangre
estalló, no pudo dominar el ciclo de celo que ya había tomado completo control de él.

—¡Oh! ¡Maldita sea!

Tan injusto... No era lo que quería, pero su cuerpo ya no lo estaba obedeciendo. Su


voluntad ya no era su voluntad. Su sudor frío se mezclaba con sus gotas de sangre y
caían hasta la punta de su mentón. La ropa de Félix estaba toda bajo su rostro porque
le encantaba olfatearlo mientras gemía con ganas. Frotó la entrada húmeda de su ano
con las yemas de sus dedos.

—Ah, ah, Félix...

Sollozó otra vez... Porque no importaba cuanto frotara su pene o su pubis ni cuántas
veces comenzara a jugar con sus pezones. Su hambre es verdadera... Su sed es dolorosa
y no se puede resolver.

No necesita sus dedos. Lo que quiere ahora es, algo más duro.

—¡Félix! ¡Félix...! Por favor... Ah, por favor ven por mí...
Ese sonido no parecía ser conocido. No sonaba como su voz... No parecen ser sus
manos las que masturbaban su culo. Pero lo hace, y le encanta.

—Félix... Ah, Félix.

—Aquí estoy, mi amor... Casi exploto cuando escuché que me llamabas.

Fue en ese momento cuando escuchó una voz bastante bajita. No podía verlo porque
sus hombros estaban encogidos y sus ojos seguían estando fuertemente cerrados, pero,
al voltear la cabeza, ve a Félix, apoyado contra la puerta abierta.

Sus botas suenan con bastante fuerza cuando se aproxima hasta él.

—Uh, ¿cuándo...?

Mientras lo miraba con los ojos bien abiertos, Félix sonrió de un modo demasiado
amplio. Llegó hasta el frente del sofá.

—Desde que te quitaste la ropa...

Su tono era infinitamente ligero, pero su mirada fija en el rostro de Isaac era más que
oscura. Extiende la mano, le acaricia los labios ensangrentados.

—Oh, Dios mío. ¿Por qué estabas mirando en lugar de ayudar?


Querido Benjamín • Capítulo 11 | Parte 4
—Oh Dios mío. ¿Por qué estabas mirando en lugar de ayudar?

Pero luego, cuando pensó en lo que había dicho y en la manera tan vergonzosa en la
que lucía, sintió de pronto que su cara ardía debido a tanto calor acumulado.

Isaac parecía querer desaparecer inmediatamente por algún lado, pero Félix volvió a
hablar:

—Quería esperar a que me llamaras... Y lo hiciste.

—No lo hice...

—Jajaja, cariño... Dijiste que querías que viniera por ti. ¿Qué hubiese pasado si no
llegaba en el momento justo?

—Me haría cargo por mi cuenta...

—¿Sí? Ven, déjame verte... Parece que las feromonas de Cole desaparecieron en cierta
medida, eso está muy bien.

Entonces Félix bajó el tono de su voz y miró la nuca de Isaac con bastante
detenimiento. La marca de Cole, en su piel detrás de su oreja izquierda, estaba
desapareciendo con bastante rapidez. En cambio, detrás de la oreja derecha, en el otro
lado, estaba la señal de Félix. Una mancha de color rosa intenso.

Después de confirmarlo, Félix se rio de alivió y murmuró:

—Gracias a Dios.

Sin embargo, Isaac no siente que su condición sea algo para agradecerle a Dios. Le
disparó a Félix con su mirada.

—Idiota...

—¿Sentiste que ibas a explotar sin mí?


Isaac parecía enojado, pero Félix solo comenzó a reír de nuevo. Barrió su cabello
sudoroso.

—¿Eso te hizo enojar? ¿Sentirte loco por tenerme? Maldición, puede parecer injusto
para ti, pero también es bastante injusto para mí... —Su voz era infinitamente suave, a
diferencia de sus quejas de que era injusto.

Antes de llegar a la habitación, la ira, la tristeza e incluso el miedo más extremo,


desaparecieron cuando lo miró y escuchó la familiaridad de sus palabras. Se había
quedado mirando porque se sentía bien hacerlo, de todas las maneras en las que eso
podría ser posible.

—¿Recuerdas que prometiste hacer lo que yo quisiera al terminar con todo esto?

—... ¿Y qué es lo que quieres?

Isaac susurró esto de inmediato porque no podía resistirse a la voz que parecía
extenderse por todo el largo de su cabeza... Tal vez sea porque sigue oliendo bien o por
la manera tan desordenada en que su aliento le mueve el cabello, pero el calor que
comenzó a extenderse desde el interior explotó ahora en todas direcciones... Fue una
completa locura. Contrariamente a lo que diga o a la apariencia que tenga, parece que
no puede evitar desearlo. Quiere que lo toque, que se meta hasta el fondo.

Pero el deseo impuro no duró mucho tiempo... Porque Benjamín y su madre vinieron a
su mente de inmediato para quitarle de enfrente toda esa molesta niebla.

—Mi mamá... Benjamín. ¿Cómo están?

Su voz tembló ligeramente, siempre pensaba en el peor escenario posible. Sin embargo,
Félix ya había vuelto. Él era demasiado arrogante así que, por su actitud, estaba claro
que Benjamín y su madre estaban bien y a salvo.

De todas maneras, no podría estar tranquilo hasta que lo escuchara de su propia


boca.
—No tienes nada de qué preocuparte. ¿Bueno? Como me dijiste, encontré a Benjamín y
a tu madre, y luego los mandé en helicóptero al hospital.

—¿Un hospital? ¿Están lastimados? —Isaac, que apenas había respirado profundo por
la tranquila respuesta de Félix, escuchó el sonido "hospital"y volvió a abrir los ojos con
fuerza—. ¿Cole les hizo daño?

—La señorita Parker sufrió algunos golpes importantes... Mi escolta se encargó de ella
en cuanto fue posible. Benjamín estaba muy asustado y parecía algo afiebrado. Te
prometo que todo estará bien con los dos.

—... ¿Cole?

—Debo decir que lo estoy manteniendo con vida. Aún pienso sobre lo que debería hacer
con él...

Félix fue muy amable en su respuesta. Estaba tratando de hacer su mejor esfuerzo para
tranquilizar a Isaac y quitar los temblores de sus dedos... Él tenía, un sentido de
maternidad realmente fuerte. ¿De verdad era un recesivo capaz de actuar así?

—Me gusta la manera en la que siempre piensas de Benjamín y de tu madre. No sé si es


tu mente, tus instintos o solo, se debe a que amas mucho a tu familia.

—¿Qué... significa eso?

Félix se elevó de hombros. Para empezar, Cole lo había marcado y luego lo hizo él.
Seguro que dolía demasiado. Es decir, sudaba, temblaba y sus ojos estaban
completamente enrojecidos. No era de extrañar que se sintiera como si todo su cuerpo
fuera una inmensa bola de fuego y, aun así, estaba más preocupado por su madre y
por Benjamín que por su propia condición.

Isaac respiró profundo.

—El problema, es que yo estoy entrenado para esto. Mi bebé tiene cuatro años y mi
madre es una oficinista. Hay una brecha enorme...
—De todas maneras, me preocupa.

—Pero yo...

—Más que eso, creo que la palabra aquí es que estoy muriendo de celos.

Pero Félix no parecía enojado, en realidad estaba acariciando el cabello de Isaac todo el
tiempo. Besando sus mejillas y sus labios resecos.

—... ¿Estás celoso?

Contrario a su actitud suave, el color de los ojos de Félix es terriblemente apasionado


ahora.

—Estoy celoso... Porque te importan. Donde quiera que vayas y sin importar lo que esté
sucediendo en ese momento, los únicos pensamientos que tienes presentes son sobre
ellos. Tu familia.

Isaac miró a Félix nuevamente. De verdad estaba sorprendido porque había mostrado
sus sentimientos honestos frente a él sin que pareciera que le costaba horrores. No lo
sabía así que, ¿eso significaba que le molestaba la actitud que mostraba con
Benjamín? ¿Era molesto?

—Eso es... Porque es la única familia que me queda.

—Ya veo. Es extraño para mí, porque yo no estoy demasiado al pendiente de mi familia
en realidad.

Félix se rio al darse cuenta de lo que había dicho. Después de todo, la familia de cada
persona es distinta según sus circunstancias y las emociones que les muestras son, por
lo tanto, completamente diferentes también.

—Yo... Bueno, la única persona que siempre estuvo conmigo fue mi padre así que,
cuando falleció, me sentí terriblemente solo. No era el caso, por supuesto... Pero
siempre me parecía como si me hubiese quedado desamparado y arrumbado en una
esquina del mundo y luego, Benjamín vino a mí. Gracias a él tomé mucha fuerza y
encontré a mi madre otra vez—. Isaac habló con un suspiro, tomando la mano que le
estaba acariciando el abdomen—. Fueron los que me hicieron darme cuenta de que si
había alguien aguardando por mí.

Quería ser un poco más honesto y decirle que, él, su madre y su hijo, eran igual de
preciosos para él. Quería hacerle entender que no tenía que estar celoso porque lo
quería, y ya era especial en un sentido bastante profundo... Sin embargo, pensarlo solo
hace que su cara se ponga más roja y que la razón que ya había acumulado vuelva a irse.

Félix, que escuchaba atentamente su respuesta, suspiró como si no pudiera evitarlo.

—Sí, eso es verdad... Y es verdad que yo no hice nunca un esfuerzo por conocer tus
sentimientos profundos sobre tu familia o sobre lo solo que estuviste. Ni siquiera
pregunté si te sentías triste.

—...

—Pero quiero entender, y quiero convertirme en una de esas personas por las que te
preocupas tanto.

—No tienes que estar celoso de eso...

Isaac, que todavía no podía entender el significado de sus palabras, parpadeó y lo miró
para intentar tranquilizarlo... Fue en ese momento que Félix, que lo había estado
mirando atentamente también, inclinó la cabeza para cubrir los labios de Isaac con los
suyos. Lo presionó, chupando y lamiendo todo el tiempo. Agarrando su barbilla y
elevándola para poder abrirle un poco más la boca. Enrollando la lengua en un beso
profundo y completamente impresionante... Cómo si deseara comerse no sus labios,
sino cada parte de él.

Félix era un depredador feroz y ese era un beso febril, un calor que le frotaba la lengua
a voluntad hasta desbordar en saliva. Su interior ardía y ardía como si le hubiesen
vertido aceite. Incluso su cabello parecía haberse derretido debido a las gotas de sudor
que no dejaban de bajar.
Isaac, exhalando con fuerza, estiró los brazos y abrazó el cuello de Félix para tenerlo un
poquito más cerca. Luego, siguió con los besos. Con la sensación de él, estimulando su
membrana mucosa y su paladar... Lamiéndole los dientes como si se estuviera burlando
de él.

Félix sonrió sin separarse.

—Estoy pensando en follarte ahora mismo, Isaac... ¿No vas a rechazarme incluso si se
trata de mi forma egoísta de dejar de sentir celos?

—Puedes hacer cualquier cosa... Te necesito.

Cuando Félix, que estaba ofreciéndole un nuevo beso igual de dulce, cerró los ojos,
Isaac se apresuró en poner un poco más de fuerza a los brazos que sostenían su cuello.
Todo está bien si lo tiene a su lado, pensó. Todo está bien mientras pueda bajar los
labios por los suyos, y sentirlo, y escucharlo respirar...

Es él, no es otra persona.

Es solamente él...

Isaac sintió que le lamía los labios repletos de cicatrices antes de escuchar:

—Debería matarte, eres un gran problema para mí.

—¿No garantizaste que no harías nada de eso?

Isaac también lamió los labios de Félix... Pero ahora él se separa y solamente extiende
la mano para tocar su nuca.

El Alfa está preocupado, pero el Omega realmente está ansioso de él... Quiere tocarlo,
besarlo, que lo bese. Que lo tome justo como la noche en que lo conoció y pensó que era
su princesa. Cuando lo envolvió entre sus brazos y le besó las lágrimas de los ojos
hasta hacerlo suspirar...

Es extraño, guardar un recuerdo como este con tanto afecto.


—Félix...

Pero ahora, a diferencia del pasado, está bien ser el primero en llamarlo. También está
bien ser el primero en acercarse.

Tiene que ser este hombre, nadie más. Solamente él puede enfriarle tanto calor. Solo él
puede abrirle las piernas y solamente con él puede llegar hasta el final. Todos los
finales.

Isaac, que estaba lleno de bastantes pensamientos conflictivos, estiró las manos para
acariciar el cabello de Félix con los dedos.... Su cabello dorado y rizado, el que se
enrollaba entre sus dedos para provocarle cosquillas.

—Tócame... Justo aquí, ahora...

Luego, mientras Isaac guiaba su mano hacia abajo, Félix, que curvada la espalda y
colocaba después la boca en su oreja, dice suavemente:

—Prométeme que vas a ser mi compañero.

El susurro que fluyó le ocasionó dejar de respirar. Isaac levantó los ojos y luego mostró
un semblante confundido porque, era una petición que ya le había cumplido, ¿no es
cierto? Según Cole, ambos se volverían adictos a las feromonas del otro. Vivirían solo
por y para el otro. ¡Y eso ya sonaba como todo un compañero! ¿Qué más queda por
dar?

—Ya lo somos.

—Quiero ser tu compañero ante la ley... Quiero ser tu esposo, y el padre de Benjamín.

—...

—Aunque biológicamente soy su padre, sé que tú eres el único que puede llamarse el
"papá" de Benjamín... Entonces, dame la oportunidad. Permíteme ser su padre,
ayúdame a ser el padre que merece.
Isaac no se sentía inteligente en ese momento, así que solamente abrió la boca. Félix
volvió a decir:

—Acéptame. Quiero ser parte de tu preciosa familia también.

La voz de Félix, que era nerviosamente cantarina, se volvió pequeña de un momento


para otro... Y luego los dos se quedan en blanco.

Félix pudo haber hablado sinceramente con él, pero igual sigue pareciendo una
situación que no encaja para nada con el momento.

—De ninguna manera... ¿Me estás proponiendo matrimonio?

Isaac aclaró brevemente sus pensamientos así que, volvió a hacer que sus ojos se
vieran muy pequeños.

—Sí. ¿Quieres casarte con...?

—¿En esta situación? ¿En serio?

—¿Eso es un no?

—¿Sin un anillo?

Cuando Isaac preguntó esto, Félix sintió que su rostro se ponía horriblemente caliente.
Bueno, era la primera vez que se sentía así y la primera vez que pedía matrimonio.
¡Obviamente no iba a salir del todo bien! No quería hacerlo notar, pero se estaba
muriendo de ansiedad y de vergüenza.

—Oh... Si nos casamos, si vivimos juntos, será un completo caos.

Al final, Isaac se rio con fuerza. ¡Es algo muy surreal! Además, este hombre, que
parecía demasiado ciego como para darse cuenta hasta de las cosas más sencillas, se ve
tan lindo cuando no sabe qué hacer.

—Entonces, ¿significa que no? Lo entiendo.


Félix bajó las cejas como un niño decepcionado. Alguien que no recibió dulces o la
comida que le gustaba para la hora del almuerzo... Y eso lo hace más gracioso.

Desde adentro del pecho de Isaac, la emoción que era difícil de soportar de pronto se
disparó.

¡No podía aguantar esta furia! Quería abrazarlo con fuerza justo en ese momento así
que, agarró la espalda de Félix y se aproximó para besarlo una vez más. Un beso de
verdad, algo que no tenía nada que ver con su ciclo de celo.

Cuando mordió y succionó sus bonitos labios, como un hombre hambriento, su


estómago vuelve a sentirse todo tenso. Suspira, agarra sus mejillas, saca la lengua otra
vez y lame lentamente sus labios antes de introducirse por completo. Sus alientos se
mezclaron, sus jadeos. Todavía hay un gemido atorado en la garganta de Félix que se
niega a salir.

Después de un rato, Isaac finalmente levantó sus ojos borrosos.

—¿Te dije que mi celo comenzó?

—Debo ser una molestia.

Félix miró a Isaac como deseando decirle que lo disculpara, pero Isaac lo miró como si
pensara que era un estúpido.

Tomó su mano otra vez.

—La respuesta a tu propuesta dependerá de cuán bien me hagas sentir.

—Oh, Dios mío, Isaac...

Isaac le acunó el rostro entre las manos y tiró de él antes de que el avergonzado Félix
dijera otra cosa innecesaria. En un abrir y cerrar de ojos, el cuerpo de Félix dio media
vuelta en el aire y, cuando todo se detuvo, descubrió que ya estaba todo tendido en el
sofá. Acostado completamente boca arriba.
En un instante, Félix miró a Isaac con una expresión desesperada.

—Oh, mierda, debería ser una falta usar tus habilidades en estos casos. ¿No crees?

Félix hizo un puchero enorme, pero Isaac pretendió no escuchar y rápidamente se sentó
sobre su cintura.

—Entonces, ¿no es una falta dejarme a punto de volverme loco por mi celo?

Isaac le quitó el chaleco antibalas de inmediato... Cuando lo tiró al suelo, surgió un


sonido pesado que provocó que saliera todavía más polvo del que ya había. Luego le
quitó la prenda que tenía debajo, se quitó su camiseta y después, comenzó a
entretenerse con su cinturón.

Félix solamente comenzó a reír.

—Isaac, la verdad es que sigo estando enojado.

—¿En serio?

Félix intentó responder a eso, pero Isaac, que ya tenía los ojos turbios, estaba más
concentrado en el cuerpo que estaba abajo de él. No hubo dudas en morderle y chuparle
todo el cuello. Era un estado donde la emoción y la lujuria aumentaban y aumentaban
hasta volverlo terriblemente loco.

Acariciando el fuerte pecho de Félix con las yemas de los dedos y respirando las
feromonas que fluían desde cada parte posible, Isaac deja caer la cabeza hacia atrás y
cierra los ojos. Dios, es tan potente y está tan mareado. Seguramente va a perder la
cabeza si continúa así.

—Bueno, no lo sé del todo. Es que desde que te vi excitarte y frotar tu agujero con el
dedo... Me hiciste olvidar todo lo que pasaba. Eso es una falta enorme desde mi punto
de vista.

Para Isaac, que lo mira con una sonrisa, Félix sigue siendo todavía un niño. ¿No
debería ser ese su papel ya que era el menor en la relación?
Gruñó:

—Entonces, ¿es una falta que pensar en ti me haga jadear?

Isaac, que continuaba chupando su cuello y su clavícula, se balanceó hacía adelante


para sostenerle el pene con una mano. Lo frotó lentamente y lo acarició como si lo
hubiese hecho muchas veces, aunque tenía que decir que tener los genitales de Félix de
esta manera lo hacían sentir muy nervioso. Tenía una erección, y estaba aterrorizado
porque era tan grande que se resbalaba de sus dedos sin que lo pudiera evitar. Tenía
que ocupar la izquierda y la derecha. ¡Dios santo!

Pero al contrario de su idea del miedo, su agujero ya estaba completamente


humedecido.

—Me hubiera gustado... Hacerte el amor en otro lugar...

Cada que Isaac se frota los genitales con los otros y después, suspira fuerte y
largamente... Félix siente como si se estuviera derritiendo bajo sus manos.

Cuando ponía el pene bajo su agujero mojado y hacía un nuevo vaivén suave sobre él, se
escuchaba un sonido húmedo tan absolutamente delicioso que... ¡Maldición! De verdad
que se sentía muy bien.

Félix chasqueó la lengua.

—¿Te estás burlando de mí?... ¿Incluso ahora?

Félix agarró el trasero de Isaac con ambas manos y le obligó a empalarse por
completo.

—Ah... Estaba tratando de ir lento...

—Ah, ah. ¡¿Por qué carajo decidiste hacer eso?! ¿Por qué necesitas reducir la velocidad
cuando dijiste que te estabas volviendo loco?

—¡¡Oh!! Dios, Félix...


A pesar de que su agujero está horriblemente mojado, su pene se siente tan duro como
un arma. De verdad es inmenso... Y duele mucho.

Cuando los genitales de Félix se deslizaron casi hasta el tope, dejó de respirar y abrió la
boca ante el sentimiento de que definitivamente su estómago iba a estallar. Está claro
que este no es ni siquiera el inicio, pero el cuerpo de Isaac ya ha llegado al límite. No
parece que resista mucho más, aunque lo quiera.

—Mierda... ¡Maldita sea! —Félix, que contuvo el aliento tanto como Isaac, de repente lo
llamó con una voz más preocupada que al inicio. Se incorporó, y le sujetó suavemente la
cara—. Hay que detenernos, tu cuerpo...

—¿No dijiste... que estaba bien no disminuir la velocidad?

Ni siquiera pudo responder a su pregunta.

Félix sonrió, con una expresión bastante afilada... Isaac entonces se sentó
completamente sobre él y, en ese instante, los gritos salen.
Querido Benjamín • Capítulo 11 | Parte 5
—Oh, ah... Félix. Es demasiado... Demasiado profundo.

Había una chispa intensa en sus ojos. Su ano se convulsionaba y las paredes internas
estaban ardiendo con más fuerza que nunca antes... Sin embargo, el mayor problema
era la inmensa alegría que subía por su cabeza. Explotando hasta casi hacerle ver
chispas.

—Tus feromonas Omega son... Ah, Dios mío. Son tan fuertes que puedo sentirlas
claramente dentro de mí. Me están, absorbiendo.

—Oh...

—Aunque no hagas nada, ellas solamente salen y salen. ¿Puedes darte cuenta de eso?
¿De lo mucho que parecen amarme?

Su pupila azul, como las profundidades del mar, proyectaba una pasión tan peligrosa
que, irremediablemente lo estaba consumiendo entero.

Félix se lamió los labios y miró de nuevo a Isaac... El hombre le recuerda ahora a una
bestia hambrienta.

Los hombros de Isaac se encogieron de inmediato debido a esa expresión así que Félix
solo levantó la mano. Agarró la nuca de Isaac, subió por su cabello y después, tiró con
fuerza para adelante. Isaac, que fue arrastrado de inmediato, perdió su centro y
terminó con su pecho contra su pecho y los brazos todos estirados para sujetarse del
sillón. Tras la cabeza de Félix.

—¡¡¡AH, AH!!!

Sus gritos suenan como si estuviera siendo desgarrado, pero Félix seguía pareciendo
incapaz de escuchar nada. En realidad, estaba muy ocupado mordiendo y chupándole
la nuca. Besando su piel por completo hasta perderse en su oído... La eficacia del
inhibidor que había tomado estaba desapareciendo y parecía que su Alfa le pedía por
más. Más del Omega, más de ese olor, más de todo. Además de eso, mientras chupa
ferozmente, Félix continúa moviendo la cintura para penetrarle.
Su mano sube, agarra su espalda y luego viaja para agarrarle el pene. Le separa las
nalgas un poquito más y entonces, va más rápido que la primera vez. Mucho más...

El sonido de la piel húmeda golpea incesantemente todo el lugar.

Recostado sobre el abdomen de Félix, Isaac no pudo evitar morderse los labios... Han
pasado solo unos minutos desde que comenzaron con el juego, pero ya está
terriblemente mareado.

Los gritos y los gemidos se dispersaron una y otra vez y, en la boca que no se cerraba, la
saliva de pronto fluyó por su barbilla hasta desparramarse sobre aquella piel blanca.

—¡Isaac, maldita sea! ¿Cómo has estado escondiendo esta maravilla de mí? ¿Eh? Huele
tan bien... Es en verdad tan rico.

Félix, mordiendo y chupando lo suficiente como para hacerle un gran hematoma violeta
en la nuca, no deja de decir lo delicioso que es. Lo bien que le hace sentir, lo excitante
que le parece... Gruñe y luego agarra la mandíbula de Isaac para besarlo con ganas.

Isaac, que no podía ser del todo consciente de sus acciones, respiró ruidosamente y
abrió la boca para dejarlo pasar... La suave lengua de Félix se desliza en su mucosa
caliente hasta terminar en un escenario ciertamente obsceno. Isaac, medio fascinado,
no tuvo ninguna negativa y lo aceptó hasta el final.

Sus lenguas se enredan.

Una lengua dulce.

Una saliva dulce también.

—Isaac, me estoy... Yo ya no... ¡Oh, maldita sea! ¡Esto es una locura!

Gritó, y luego agarró el trasero de Isaac y volvió a penetrarlo hasta llegar al fondo.
Levantó un poco más su cintura y logró que el sonido viscoso de sus fluidos sonara
como un "puck" "puck" "puck" que se volvía gradualmente más fuerte. Su pecho sube y
baja con desesperación.
Isaac besó sus hombros. La pared interna se sentía tan sensible que pronto ya ni
siquiera pareció importarle acomodar la cabeza junto a la suya ni besarlo cuando le
pedía atención.

Su pene se vio obligado a frotar sobre sus abdominales, tantas veces, que el clímax
llegó rápidamente acompañado de un montón de lágrimas gordas y escandalosas. Félix
suspiró, deslizando su lengua por sus mejillas empapadas, por su mentón y después,
por su nuca herida. Isaac abrazó su espalda y se recuperó como si sus labios fueran su
única medicina.

A medida que los movimientos de su cintura continuaban, el pene de Isaac se frotó con
más descaro. Subiendo y bajando por su ombligo, dándole un estímulo más que
irresistible por su piel repleta de sudor.

Isaac exhaló y después, eyaculó allí mismo. El semen rebotó sobre su estómago y
también en el estómago de Félix. El olor picante del esperma está por el aire.
Estimulando la punta de la nariz del Alfa, haciendo sus pieles resbaladizas y calientes.
Muy calientes.

El sillón se mancha cuando comienza a escurrir.

—Oh... Dios mío. Félix, espera un momento.

Isaac respiró lento, con la frente nuevamente sobre los hombros de Félix... Todo su
cuerpo temblaba tanto que ni siquiera se había dado cuenta de que la eyaculación no se
detenía todavía.

—Isaac, ¿cómo puedes pedirme que espere? Es la primera vez que disfruto de tu ciclo
de calor después de 4 años... Creo que tengo todo el derecho a revivirlo.

—¡Pero...!

—Además, nos estamos enlazando, ¿no es verdad? Y me dijiste que tenía que
esforzarme si quería recibir una respuesta a mi petición así que, asume la
responsabilidad como un niño bueno.
Félix rodó la punta de la lengua sobre sus labios con sangre... Le lamió de arriba para
abajo así que parecía una acción arrogante, pero absolutamente sexy. Era una
expresión que parecía ser tan salvaje que la cintura se le movía sola y las piernas se le
volvían de gelatina. De alguna manera, incluso parecía algo así como un demonio. Un
íncuboque le chupaba toda la energía para regenerarse el cuerpo.

Isaac, con esa idea en la cabeza, no pudo resistir la sed ardiente y volvió a besarlo y a
morderle la lengua. Luego, tomándose un momento para respirar... Se dio cuenta de
que Félix ya tenía otros planes en mente.

El hombre le agarró la cintura firmemente y tiró de ella hacía abajo con fuerza. Fue una
sensación de presión impresionante. Se hunde y se extiende y hace ver como si sus
intestinos hubieran aumentando de tamaño. Sus ojos se pusieron en blanco.

—¡Oh, maldita sea!

—Y ahora tengo que decirte que acabo de descubrir que en realidad no me gusta que se
suban en mí de esta manera.

De repente, Félix empujó los testículos contra el culo de Isaac para embestirlo mientras
le sostenía de la espalda... Era una palabra inesperada, así que Isaac, que apenas
respiraba, hizo su mejor esfuerzo para levantar los ojos y preguntar:

—Ah, ah... ¿Qué...? ¿Qué quieres decir?

En el momento en que hubo contacto visual, Félix suspiró y le cepilló suavemente el


sudoroso cabello negro con los dedos. Le mostró una sonrisa tan refrescante, que por
un momento le pareció un hombre que acababa de regresar de un paseo en la playa en
lugar de uno que estaba teniendo sexo duro.

—Básicamente, porque no me gusta esto de que me mires desde arriba... No siento que
tenga mucha participación estando aquí. Incluso si sé que estás sentado sobre mi pelvis
y que te estoy penetrando, la verdad me siento atrapado.

—...
—Es... La primera vez que soy consciente de una posición que no me gusta. Aunque sé
que lo estoy haciendo de puta madre. Es decir, se trata de mí.

—Tú de verdad eres un...

Isaac, que se tragó una palabra que parecía inadecuada, suspiró de un modo largo antes
de que Félix, como un gatito que pedía perdón, le lamiera la barbilla una y otra vez y
luego le besara los labios.

En ocasiones, su pezón se toca con la punta de un dedo frío hasta volverlo puntiagudo.

—Entonces, ¿tu posición favorita es...?

—¿Mi posición favorita?

—Demonios. ¿Cuál posición te hace sentir bien?

Entonces Félix sostiene firmemente la pelvis de Isaac con ambas manos y lo eleva un
poquito en el aire.

—¿Te gustaría que te la mostrara ahora?

—... Sí.

Fue ese el momento en que Isaac sintió una nueva y maravillosa emoción. Respiró con
tanta dificultad que incluso sintió como si su pecho estuviera ondulando.

Félix entonces lo voltea y lo deja tendido en el sofá. El pene que llenaba su agujero no
se movió nunca así que, la sensación fue tan intensa que comenzó a gemir y a temblar
como su estuviese experimentando un nuevo orgasmo. ¡Y ni siquiera había hecho nada
realmente!

—¡Oh! ¡¡Aah!!

La cabeza y los hombros de Isaac están atrapados en el sofá, pero sus caderas están
todavía en el aire.
—Esta es mi posición favorita.

—Ah... Lo que esperaba de una bestia como tú.

—Entonces, ¿lo odias?

De rodillas, Félix agarró los muslos de Isaac para poder subirlos otro tanto... Era tan
extraño. Una posición que ya habían probado anteriormente ahora le estaba haciendo
morir de la vergüenza.

—No creo que lo odies, ¿verdad?

Con una voz suave, Félix amortiguó el sonido de su pene cada vez que este salía y
entraba... Golpea profundamente una vez y luego otra vez, y otra, hasta que provoca
que Isaac clave las uñas en los cojines.

—¿Estás listo para responder?

—Hmm, Hmmmm... Un poco... ¡¡Ah!! Más despacio. Félix más despacio...

—¿Pero cuántas veces hemos hecho esto ya? ¿De verdad quieres que te crea que quieres
ir más despacio?

—¡Oh Dios!

—Entonces solo dime... ¿Ya tienes la respuesta?

Isaac no podía detener las acciones de su propio cuerpo. Tal vez, porque había pasado
por alto lo terrible que podía ser un ciclo de calor.

Después de todo, la primera y última experiencia la tuvo hace 4 años.

—Oh, mmm, se siente bien allí... Ah, sí, es ahí. Un poco más...
Ni siquiera importaban las horas que hubieran transcurrido, habían cambiado de
posición varias veces ya. Ahora, por ejemplo, tenía la cara en el sofá y el trasero
completamente levantado.

A medida que pasaba el tiempo, en lugar de perder energía o desvanecerse a causa del
esfuerzo, simplemente se sentía como si se estuviese quemando cada vez más y más.
Además, se había vuelto demasiado sensible para su propio bien. Incluso aunque
solamente estuviera rozando con su mano.

El pezón que Félix había estado mordiendo y chupando, estaba todo rojo. Hinchado
hasta un nivel insoportable. Su piel estaba llena de marcas de mordidas, moretones,
rasguños, y no hacía falta decir que el agujero que el Alfa había decidido molestar, era
un completo y total desastre.

Debido a que Isaac y Félix habían eyaculado más de diez veces, el semen estaba todo
mezclado y ahora se desparramaba hasta el sillón y el suelo.

Ninguno de los dos se dio cuenta de esto, por supuesto.

—Más, más profundo. Ah, es tan bueno... ¡De verdad es tan bueno! ¡Ah, Félix! ¡Me
gusta mucho así!

Mientras lloraba, Isaac agarraba los brazos de Félix para tener un soporte de seguridad.
Tiene una rodilla arriba y un par de dedos en su muslo.

El hombre lo penetraba y lo penetraba y después, dejaba de moverse para erosionar a


Isaac con el calor de su semen.

Isaac parecía estar viendo luces ahora. Destellos, un color blanco en todas direcciones
que se desvanecía para dejarle paso a un rojo intenso y, sin embargo, su agujero sigue
siendo extremadamente codicioso. Estaba mordiendo el pene de Félix, con más lujuria
de la necesaria.

—Oh, mi amor... Aunque recuerdo que hicimos algo como esto hace cuatro años, ahora
realmente siento que lo estás haciendo mucho mejor. Es maravilloso. Me quedaría aquí,
por días y días. Solamente contigo.
Después de limpiar el sudor que goteaba de su barbilla, Félix volvió a acomodarlo para
revisarle el trasero. En su agujero, el semen del Alfa fluía constantemente, como un
manantial espeso y blanco.

El crujido y el burbujeo comienzan a dispersarse por sus muslos cuando los separa de
par en par.

—Oh, oh, más... ¡Quiero más! No te detengas, sigue. ¡Ah! ¡Sigue así!

Isaac rogó como toda una puta.

A pesar de que parecen movimientos y caricias iguales a las que ya intercambiaban


desde mucho antes, también es terriblemente diferente. Especial, posiblemente.
Insoportable y emocionante.

Las pupilas azules estaban hinchadas con una lujuria y un amor desbordante y eso lo
demuestra todavía más cuando se detiene nuevamente para agarrarle el culo y meterle
tres de sus dedos en vertical... Borbotones de semen comienzan a salir, como si
estuviera excavando y abriéndose paso a través de una carne bastante caliente y
palpitante.

—... Me estoy volviendo loco.

—Félix...

—Es tan difícil tenerte así... Ah, cuando ruegas siento que dejo de respirar.

Isaac estaba sollozando, ansioso. Más ansioso que antes. Era como si no pudiera
soportar ni un solo momento el tener el pene de Félix lejos de su interior.

Entonces, le agarró las caderas con ambas manos y luego, satisfecho con su trabajo, se
puso en posición y empujó su pene hasta que se perdió completamente entre sus
paredes y la pelvis le comenzó a chocar contra el trasero. Luego, lo sacó lentamente y
repitió la acción una y otra vez.
Cada vez que lo golpeaba, que lo golpeaba con verdadera fuerza, Isaac era empujado
hacia arriba y su cabeza pegaba en el reposabrazos. El semen gotea de su culo como si
nunca se hubiera ido de allí en primer lugar.

—¡Ah, ah! Esto es... ¡Es demasiado! ¡Uf! ¡Es muy fuerte!

—No lo es... Todavía puedes resistirlo.

Isaac dejó caer un montón de lágrimas regordetas y luego, frotó su propio pene con las
manos completamente temblorosas y torpes.

—No hay nada más que pueda salir de tu bonita verga así que, ¿por qué sigues
tocándote?

Sus movimientos se vuelven más violentos y rápidos tras decir eso. Empuja sus
genitales completamente hacia adentro y después, saca ruidos feroces cada que choca
su carne con la otra.

Gimiendo, Isaac dobló los dedos de los pies, cerró los ojos y dejó que su cabeza se le
fuera toda para atrás. Se le puso la piel de gallina y la cintura le tembló con rabia.
Aunque esté muy feliz, no puede evitar sollozar de nuevo.

—¿Crees que podamos hacer que tu agujero no se vuelva a cerrar de nuevo?

—Oh, ah, ah, eso es... Deja de ...

—¿Hasta cuándo podré estar satisfecho si sigues actuando así, mi amor? ¿Cuándo
llegará el momento en que me canse de ti?

Mientras sostenía los brazos de Isaac y los acomodaba de manera que quedaran
inmovilizados y sobre su cabeza, Félix volvió a penetrarlo sin el menor problema.

—...
Isaac ni siquiera podía responder, pero estaba sacudiendo la cabeza mientras abría la
boca... Quería hacerle ver que podía alcanzar el orgasmo sin hacer nada más que
quedarse tendido y esperar.

Y, a juzgar por su reacción, lo había logrado exitosamente.

—¡Oh, ah, ah, ah! ¡Dios mío!

Isaac podía ver claramente un par de cuernos de demonio asomarse de la cabeza de


Félix... Pero igual no podía pensar en nada, ni decir nada, ni moverse. Era como si su
mente se hubiese vaciado al igual que sus testículos.

Cuando los movimientos de Félix se volvieron lo suficientemente intensos como para


que las caderas de Isaac ardieran, una llama deslumbrante chispeó en su pupila. La piel
se le puso de gallina por tercera vez y una especie de corriente eléctrica comenzó a
extenderse dentro de él hasta hacer explosión. La respiración le va tan rápido que
parece que ya empezó a hiperventilar y luego, todo se tensa y arde... Y cosquillea con
ganas.

—¡¡Félix!! ¡Félix! ¡Félix!

Cuando alcanzó su primer orgasmo seco, la idea de que definitivamente podría morir
en ese cuarto le llegó tan rápido como lo hicieron los sollozos y los gritos.

Estaba temblando, como una hierba azotada por el viento.

Desde la parte de atrás de su cabeza, se escucha la voz apasionada de Félix susurrando:


"Maldita sea".Siente como si su pared interior se derritiera hasta volverse agua.

El calor se derrama.

Existe una sensación de emoción más intensa que la que esperaba y también, un
sentimiento bastante familiar.
Después de que Félix gimió y eyaculó por última vez, Isaac sintió el momento exacto en
que su cuerpo temblaba antes de que sus ojos se pusieran completamente borrosos y
después, cayera contra el sofá sin que lo pudiera evitar.

Tenía los ojos abiertos, pero frente a él ya estaba todo oscuro.

Ahora realmente, no podía pensar en nada.


Querido Benjamín • Capítulo 11 | Parte 6
Ahora realmente, no podía pensar en nada.

Fue cuando surgió una profunda sensación de cosquilleo en su nuca que finalmente se
despertó.

Isaac quería dormir un poco más y descansar sus músculos fatigados, pero, ahora y sin
que pudiera darse cuenta, extendió una mano al aire y susurró:

—¿Félix?

Isaac estaba sorprendido por lo rasposa que sonaba su voz, pero Félix solo estaba allí.
Mirándole con una cara absolutamente brillante y perfecta. Sonrió, y fue tan intenso
que Isaac se sintió tentado en preguntarle qué estaba pasando.

Félix simplemente se abalanzó de inmediato y lo abrazó.

—¡Isaac, lo logramos! ¡Realmente lo logramos, mi amor!

—Bueno, ¿qué logramos exactamente?

Isaac se endureció inconscientemente por la voz tan maravillada de Félix. El hombre


había decidido sostenerle del rostro con ambas manos.

—Lo había olvidado, pero realmente es importante que lo sepas antes que nada. —La
voz de Félix, clavándose en sus oídos, era el producto de una verdadera emoción. Isaac
todavía ni siquiera se despertaba por completo, así que no sabía que cosa decirle.
Parpadeó... Y de inmediato el Alfa lo besó con demasiado amor—. En tu nuca, mi marca
está completa finalmente. Se ve perfecta.

—¿Sí?

Con su cabello todavía empapado en sudor, Félix terminó por susurrarle como si
estuviera contando un secreto:

—Logramos enlazarnos a la perfección, mi amor.


Isaac entonces se tocó la nuca de inmediato... Pero en realidad no podía sentir alguna
diferencia.

—Esto... ¿Cómo se ve? ¿Es cómo un sello?

Félix se encogió de hombros.

—¿No es así?

—Es más bien, como un tatuaje.

—¿Sí? Es increíble.

A pesar de que su voz era temblorosa, Isaac no pudo quitar la mano de la marca de su
nuca. Lo tocaba, y luego lo tocaba otra vez. Incluso intentó mover un poco la cabeza
para mirarlo y que aquella imagen se le quedara grabada en la córnea. No podía creer
que este hombre ¡Justo Félix Felice! Realmente se hiciera suyo de la noche a la mañana.
Es decir, el hecho de que se convirtiera en su Alfa todavía no tenía sentido.

—... Diablos, tú también la tienes.

—Sí, eso es verdad. Porque significa que yo soy tuyo, así como tú eres mío.

Isaac miró a Félix otra vez. Parecía honestamente confundido y... Tal vez incluso algo
temeroso.

—... ¿Estás satisfecho con eso?

—¿Satisfecho? Por supuesto que no estoy satisfecho. ¡Estoy enojado porque nunca me
dijiste que eras un Omega! ¡¿Sabes todo lo que pudimos evitarnos?!

En respuesta a sus palabras tan firmes, Isaac sonrió. Solo un poquito. Félix lo mira con
la pupila todavía oscurecida.

—Pero... Debes haber vivido toda tu vida ocultando el hecho de que eras un Omega, ¿no
es verdad? No solamente a mí. Sé que todos tus conocidos tienen la idea de que eres un
Beta y, también sé que ahora será difícil continuar aparentando tranquilidad debido a
la marca que llevas encima. Sin embargo, quiero decirte que no estás solo en esto. ¿De
acuerdo? Vamos a salir adelante. Tú y yo.

Isaac suspiró con fuerza.

Tiene razón, siempre estuvo enfrentando el mundo como un Beta así que es posible que
encuentre cosas inesperadas en el futuro. Muchas cosas inesperadas. Será algo
diferente y puede haber varios problemas desconocidos y aterradores esperando por él.
Especialmente, si va por la vida mostrando que es el "Omega de Félix".

—Bueno, en realidad no importa. Es algo que ya acepté.

Después de responder tan tranquilamente como de costumbre, Félix abrió la boca y


luego abrió un poco más los ojos. Parecía que no podía aguantar la risa, así que dejó
que esta saliera tanto como se le diera la gana.

—Isaac, incluso en estas circunstancias, eres tan valiente que no puedo hacer más que
asombrarme y enorgullecerme de ti.

Isaac lo observaba todavía, como si la hermosa sonrisa o el bonito sonido de su voz lo


hubiera atraído inevitablemente a sus redes. Bueno, después de todo era una belleza
rara. Su belleza rara.

—Entonces, mi amado omega valiente. ¿Puedes responderme ahora?

Félix, que tocó la nuca de Isaac con la punta de los dedos, sonrió como si estuviese a
punto de derretirse en el suelo debido a tanta euforia.

—¿De qué respuesta hablas?

—¿Te gustó cómo te follé?

Isaac no pudo ocultar su vergüenza y lo miró por un último momento antes de bajar la
cabeza para mirarse las manos... ¡Pero Félix las tomó entre las suyas y luego se
arrodilló!
¡En serio se arrodilló!

Maldita sea.

¡¡Maldita sea!!

—¿Te casas conmigo?

—...

—Porque te gustó, ¿no es verdad?

—¿Y eso qué tiene que ver?

—Fuiste tú quien dijo que me respondería dependiendo del sexo.

—Yo no recuerdo que...

—Tienes que responder.

—Pero... Estoy muy cansado. Seguramente tú también lo estás así que, yo digo que
primero vayamos a dormir y... Y después te digo.

—... Isaac. ¡De esa manera no voy a poder dormir en absoluto!

A medida que mueve su cuerpo en el sillón para darle la espalda, siente unas manos
inmensas agarrándole los hombros y unos labios suaves en su mejilla que dicen:
"Dime...".

¡Maldita sea! ¡No puede estarle pidiendo una respuesta a eso! ¡Es vergonzoso,
vergonzoso de verdad! ¿Qué pasa con toda esta inesperada atmósfera romántica? ¡Este
es un comerciante de armas asociado con la mafia! Un hombre cruel que asusta a los
otros Alfa y secuestra bebés, clava dagas y lanza hombres al mar para que se los coman
los delfines o alguna otra clase de animal así que… ¡Debería quedarse así y no actuar
como alguien adorable salido de una tarjeta de felicitación!
—Dime.

Sin embargo, Félix todavía está insistiendo.

—Dime, dime, dime.

Isaac, que ya no tenía ánimos de participar en sus trucos de chantaje, se volteó de


nuevo y extendió las manos para apretarle las mejillas.

A pesar de que no han descansado adecuadamente en varias horas, la piel de ese


hombre sigue siendo suave y brillante. Incluso sus labios parecen glamorosos cuando
los toca con la punta de sus dedos y contesta:

—¿No es obvia mi respuesta?

Mientras susurraba esto, Isaac presionó un poco más las yemas de los dedos sobre su
boca para detenerlo antes de que comenzara a interrumpir.

El aliento caliente que se filtró débilmente le hizo cosquillas, pero Isaac igual no
pensaba liberarlo así de fácil.

—Desde que preguntaste, incluso si no lo hubieses hecho, la respuesta será siempre la


misma.

—...

—Sí quiero.

Mientras sus palabras fluían suavemente por toda la habitación, aquellos ojos, como el
profundo mar azul del puerto, temblaron inconteniblemente hasta que de pronto se
llenaron de un montón de pequeñas lágrimas. Su boca se tensó en una especie de
puchero y entonces... Isaac sintió que su corazón comenzaba a latir con demasiada
fuerza. ¡Cielos! No importa lo que pase, tiene la sensación de que inevitablemente se
verá debilitado por este hombre brillantemente hermoso en cualquier momento.

¡Más vergüenza que añadir!


—¡Ahora a dormir!

Pero, aunque le dio la espalda y cerró los ojos con toda la fuerza posible para imaginar
que no estaba allí... No pudo evitar que un torso rocoso presionara de pronto contra su
espalda.

Lo escuchó:

—Dios mío. ¿Sabes qué? Es el momento más feliz de toda mi vida.

La respiración húmeda de Félix se estrelló directamente contra su oído hasta causar


una emoción impresionante que incluso le paralizó la columna. Como resultado, puede
sentir como el vientre se le tensa de nuevo y también como el calor comienza a
expandirse en la cima de su pecho. Su ciclo de celo no ha terminado del todo así que
todavía se siente demasiado sensible a él.

Su pene reacciona... Y sin embargo Isaac sigue fingiendo que no pasa absolutamente
nada.

—Isaac, hay una cosa más.

Entonces Félix, con una expresión complicada, lanzó la segunda palabra extraña del
día.

—... ¿Qué más queda?

Félix, con una bonita sonrisa sobre la cara, besó la mejilla de Isaac una infinita cantidad
de veces. No, no solo en las mejillas, también en su barbilla y en la nariz y sobre sus
párpados llenos de cicatrices. Al final, incluso le tomó del rostro para verter un beso
largo y absolutamente sensual en sus labios... Gracias a esto, la emoción y el calor de su
ciclo explotan hasta hacer que la fiebre sea inaguantable.

—Ah...

—No te preocupes. Mi RUT está comenzando también.


Sin embargo, las palabras pronunciadas dulcemente en sus oídos no parecían ser
nada dulces. Los ojos de Isaac están bien abiertos ahora.

—De ninguna maldita manera.

—Debo haber reaccionado a tus feromonas.

—De ninguna manera, de ninguna manera.

—Tu ciclo de calor tampoco termina todavía, mi amor. ¿Ya qué más da? Si me
preguntas, yo diría que esta es una afinidad absolutamente perfecta.

Isaac, quien se enfrentó a un Félix tan brillante como el mismísimo reactor nuclear de
Chernóbil antes de explotar, dejó que tomara sus hombros endurecidos y después, dejó
que siguiera con otro beso tan apasionado como el primero... Era tan bueno, tan rico,
que Isaac finalmente se rindió y puso los brazos alrededor de su cuello.

La dulce y codiciosa acción continuó tanto tiempo que pareció una eternidad... Sus
cuerpos, estaban hirviendo como si fueran uno mismo.

✤✤✤✤✤✤

Se escuchaba el sonido del metal sobre un espacio vacío. Los "clics" que anunciaban la
secuencia necesaria para liberar el dispositivo de seguridad y cargarlo con balas.

Mientras miraba la mano experta de Isaac, que estaba parado a menos de un metro de
distancia de él, Félix chasqueó la lengua y dijo que estaba bien si comenzaba ahora.

Isaac entonces le apuntó a su oponente con la boca de la pistola. Tenía un semblante


realmente despiadado, con dedos que nunca le habían parecido tan firmes y unos ojos
completamente oscurecidos. No tenía ninguna expresión, los labios en una línea recta
casi perfecta...

Definitivamente no parecía la misma persona de cara roja y jadeos interminables que


había tenido debajo de él el otro día.
Cuando el sexo intenso se terminó y la mente que tenían completamente nublada se
volvió tan blanca como para permitirles razonar, decidieron que lo mejor para todos
sería ir a ver primero como se encontraba su "buen amigo Cole".

—Me sentiré con más ánimos de ver a mi madre y a mi hijo si les llevo la noticia de que
Colt ya no existe.

El día en que lo mataron, Félix cerró todas las puertas y ventanas de la mansión de
Cole y ordenó que nadie a parte de ellos pusiera un solo pie adentro. Como el FBI y la
CIA seguramente ya venían en camino, Isaac tuvo que aceptar el hecho de que el Alfa
pusiera toda una barrera de feromonas agresivas alrededor de los dos... Feromonas que
no le hacían daño en absoluto, debido al enlace.

Cole fue arrastrado al lugar más alejado de la casa. Una habitación subterránea que le
recordaba a una prisión estatal. Sin ventanas, pequeño, con olor a humedad y a tierra.
Su boca estaba amordazada y sus extremidades completamente clavadas a una silla
estacionaria. Las lesiones que tenía en todo el cuerpo habían comenzado a hincharse y
a pudrirse porque no lo habían tratado. Comenzaron incluso a vomitar una asquerosa
pus amarillenta. Sus ojos, que parecían estar desenfocados, se veían tan turbios como
los de un pez que jadeaba para recibir aire... Y, sin embargo, los de Isaac, que estaban
completamente abiertos, no le mostraron ni siquiera un poco de compasión.

A pesar de ser consciente de la molesta mirada de ira que su compañero llevaba


encima, Félix sacó el arma delante de él y la cargó de inmediato para apuntarle a Cole
directo a la cabeza. Tenía... Una horrible necesidad de dispararle a cada ojo y disfrutar
de la masa cerebral saliéndole incansablemente por los agujeros en su cráneo. Isaac, le
agarró la mano de inmediato.

—Dijiste... Que me dejarías matarlo. A mí, y sin importar qué.

Isaac lo miró de arriba para abajo, su expresión era tan helada como una bola de nieve
que crecía y crecía hasta hacerse gigante y entonces, al momento siguiente ¡Tang! Un
disparo lo suficientemente fuerte como para hacerles doler las orejas se extendió y
provocó un eco que tardó bastante en detenerse. La bala atravesó la rodilla de Cole,
pero, como el hombre tenía la boca toda cubierta, no se escucharon más que algunos
gruñidos que nunca llegaron a ser gritos. Como sucedió sin dar aviso, incluso Félix se
sorprendió.

Isaac no dijo nada... Solo disparó otra vez, y otra vez, y otra vez hasta que la rodilla se
desmoronó de un modo tan escandaloso que Cole comenzó a estremecerse de dolor
como una babosa sobre la tierra.

—Sé que esto no borrará todo lo que hiciste con mi padre. Tampoco hará que vuelva
conmigo... —Isaac, que estaba hablando con Cole, perdió la cabeza debido a los
recuerdos de su padre. Tang, Tang, Tang. Tres disparos en sucesión fueron suficientes
para que la sangre y los pequeños pedazos de hueso volaran por todas direcciones... —
Pero al menos ya no me quitarás a nadie más. Ese es mi único consuelo.

Con los brazos cruzados y la espalda pegada a la puerta, Félix solo pudo fruncir el ceño
y aguantar la respiración.

Si hubiese sido él, definitivamente no lo habría matado de un tiro a la cabeza. No


hubiera sido tan misericordioso y las heridas no solo hubieran soltado pus sino también
montones de gusanos.

Pero no parecía que fuera su venganza, era la de Isaac.

✤✤✤✤✤✤

Cuando salieron de la habitación, Félix finalmente se puso en contacto con algunos de


sus trabajadores para pedirles que eliminaran el cuerpo y limpiaran cada uno de los
destrozos de la casa. Isaac, por su parte, continuó estando en un profundo silencio
hasta que pisó el primer escalón de las escaleras en el sótano.

—... Gracias, Félix.

La voz tranquila pero baja, finalmente le hace soltar todo el aire que había estado
guardando. Félix asintió y se volvió a él para tomarle de la mano... Su cara seguía
siendo bastante sería, pero, cuando lo besó, descubrió que lo hacía del mismo modo
gentil y hermoso de siempre.
—De nada, Isaac.

Ahora, era un día brillante y fresco. Isaac lo supo más tarde, pero en ese preciso
momento Félix había reportado la muerte de Cole como un suicidio. El hombre se
había ahorcado en las montañas por temor a las represalias que tomarían por las
corrupciones que cometió.

Algo propio de la gente cobarde, seguramente.

Era difícil de comprobar, pero tampoco parecía que quisieran hacer el esfuerzo en abrir
una investigación por alguien que solo les había ocasionado mala fama.

Desde entonces, la investigación criminal prosiguió.

Durante un tiempo, todos los medios informativos presentaron diversos artículos sobre
la corrupción que ejercían los oficiales navales y como es que los Omega continuaban
siendo víctimas de violencia y discriminación por el simple hecho de su género. Como
se convirtió en un tema popular, las cosas se descontrolaron verdaderamente rápido.
Algo de lo que se hablaba todo el día y que podías escuchar con solo encender la radio.

Las acusaciones que implicaban al capitán Casey Patrick fueron eliminadas y se le


permitió regresar a la marina...Sin embargo, el pasado, en el que era un guerrero
especial, fue completamente olvidado y la tienda de flores en el centro de San Diego fue
reabierta una semana después.

Isaac rasgó la carta de reclutamiento y la tiró a la basura


Querido Benjamín • Capítulo Final | Vol. 1
Isaac tuvo que volver a ducharse, cambiarse de ropa y alistarse para ir al hospital donde
Benjamín y Jessica Parker seguían internados. Les habían realizado varias pruebas,
exámenes de sangre, tomografías y los revisaron exhaustivamente en un intento por
encontrar otros traumas o síntomas un poco más específicos.

Ahora estaban allí, esperando por Isaac para que pudieran darles el alta.

Cuando Isaac llegó al hospital, se dirigió a la habitación sin ocultar ni por un momento
sus sentimientos de ansiedad extrema. Tomó el elevador y dio un respiro bastante
profundo. En su mano, tenía un gran ramo de flores rosas para su madre, y a su lado...
Félix estaba inmóvil como una enorme roca. Pálido, con regalos en las manos y los ojos
bien abiertos. Había conseguido enredarse un gran globo de Mickey Mouse repleto de
helio en los dedos de la derecha y en la otra, llevaba un muñequito también de Mickey
Mouse. Es bastante enorme. ¡El peluche era aproximadamente del doble del tamaño de
Benjamín!

Isaac le había dicho que el niño podría asustarse mucho si le enseñaba al muñeco, pero
Félix lo compró de todos modos y le dijo que era lo suficientemente inteligente como
para saber lo que le podía gustar y lo que no. Aparte de eso, le había puesto un pastel de
chocolate en los brazos que lo hacía ver... Bastante ridículo. ¿Pero qué podía hacer si
era el regalo de Félix especialmente preparado para su mamá?

—... ¿Estás bien?

Dentro del elevador, solo se escuchaba el sonido de los globos que chocaban entre sí y,
tal vez, sus propias y cortantes respiraciones. Miró a Félix, pero él parecía perdido en su
propio planeta.

—No lo sé... Creo que estoy sufriendo un ataque cardíaco porque estoy temblando un
montón.

—Oye...

—¿Voy a morir?
—No seas estúpido. Ya estuviste todo un día con mi madre y Benjamín. ¿Por qué sería
diferente ahora?

—Es verdad, uff, es verdad...

Félix, que estaba dando respiraciones bastante profundas, miraba los números en el
frente. Subiendo y subiendo más...

—¿Y si Benjamín me odia? ¿Y si le digo que soy su padre y él comienza a decir que soy
el peor hombre del mundo y me golpea con el tripié?

—¿Mi bebé golpeándote?

—¡Tu madre va a golpearme con un tripié!

—Deja de actuar como un...

—¿Les dijiste que trabajo en la mafia?

—¿Y qué pasa si descubren que eres de la mafia? Eso no significa que seas un mal...

—No, no, no... ¡Tienen que pensar que soy un buen ciudadano, ya te lo había dicho!

—Como dije la última vez, nunca fuiste un buen ciudadano a menos que matar a todos
los ciudadanos sea la nueva definición para esa palabra.

—... Ay Dios, no siento el brazo izquierdo.

—... Dios mío.

A medida que aumentaba el número de pisos, Félix se puso todavía más y más nervioso.
¡Si no estuviera sosteniendo el regalo seguramente estaría arrancándose las uñas con
los dientes!

Finalmente, cuando Isaac volteó a verlo por segunda vez, se echó a reír con ganas. Una
risa escandalosa. Entonces, Félix volvió la cabeza solo para darse cuenta de que la cara
de Isaac se iba directo hacia él y luego, sintió sus bonitos labios. Eran dulces, como
siempre. Un aliento con una mezcla de manzana y margaritas.

Cuando el elevador se detuvo, Isaac se separó un poco de él. Sonrió.

—No hay nada por lo que tengas que estar tan tenso. Ya eres un padre bastante
increíble.

Isaac acarició ligeramente el hombro de Félix —como pudo—y se bajó del ascensor
primero.

✤✤✤✤✤✤

Tony y otros de los muchos hombres de Félix llevan días haciendo una guardia bastante
bien organizada en el pasillo. Ninguno había preguntado nada o escuchado alguna cosa
sobre Félix y el florista así que, cuando vio a su jefe aproximarse hacía ellos... Los ojos
de Tony se abrieron tanto que pensó que definitivamente se le iban a salir. Tiene
globos, un muñeco enorme y una expresión bastante pasmada en la cara.

Entonces, cuando lo examinó con un poco más de cuidado y descubrió las marcas en el
cuello de Isaac y de Félix, se sorprendió tanto que gritó:

—¡¡¡Madre mía!!!

—No bloquees el camino. Quítate de allí.

Pero igual estaba tan sorprendido que ni siquiera podía obedecerle.

—Entonces, los globos son porque...

—Te contaré más tarde. Ahora vete.

La atmósfera en el pasillo se volvió terriblemente fuerte. Sus hombres hablaban y lo


miraban tanto que, inconscientemente, Isaac le pasó el pastel a Félix para poder
cubrirse la marca que lleva encima. Es porque parece que todos los ojos van
directamente a esa parte... Y eso lo está poniendo de verdad muy nervioso.
A diferencia de Isaac, Félix caminó por el pasillo con paso bastante firme. Como si no
sintiera la atmósfera en lo más mínimo. Y no era solo por la atmósfera. ¡Era increíble
que no le molestara tener tantas miradas encima de él!

Aunque en general, es una persona tan despistada que puede no haberse dado cuenta
de esto en primer lugar.

—¿Benjamín?

De cualquier manera, cuando Isaac se apresuró a llegar a la habitación y abrió la puerta


por completo... Fue, como si las miradas de todos no importaran realmente.

En la espaciosa y cómoda habitación de hospital, que parecía más bien un cuarto de


hotel, había una cama grande acomodada justo al lado de una ventana. Y un niño
pequeñito estaba jugando con su abuela y un cochecito rojo de juguete.

De pronto, voltea la cabeza.

—¿Papá?

—Benjamín...

—¡¡Papá!! ¡Papá! ¡Papá!

Benjamín, quien descubrió a Isaac parado en la entrada, abrió mucho sus de por si
inmensos ojos azules y comenzó a moverse como si en realidad no supiera que hacer.
Luego, pese a su pequeño cuerpo, rápidamente se bajó de la cama y corrió a toda
velocidad para abrazarlo.

Isaac, entonces finalmente inhaló su aroma después de tanto tiempo.

Puso la nariz sobre los hombros del niño y respiró el talco y la leche. Besó sus mejillas
rosadas y besó también el suave cabello dorado que era su sol. Solo así, se dio cuenta de
la realidad. Estaba de vuelta. Finalmente, su pequeño niño estaba de vuelta.
—Siento venir tan tarde, mi vida... ¿No hay ningún lugar qué te duela? ¿Estás bien? ¿Te
trataron bien aquí? ¿Comiste?

Isaac le pasó la mano por la frente y luego le soltó un montón de preguntas con una voz
demasiado preocupada. Entonces Benjamín, valientemente, comenzó a sacudir la
cabeza de un lado para otro.

—¡No! ¡Nada de mi duele!

—¿En serio? Eso es genial, de verdad es genial.

Isaac hablaba mientras le besaba la cabeza, pero Benjamín estaba lo suficientemente


feliz de ver a su papá como para apartarlo, aunque le hacía muchas cosquillas por todas
partes. Sonreía y reía tanto que su corazón comenzó a latir al compás de ese hermoso
sonido... Ah, Tenerlo allí era algo bueno. Era toda la recompensa que necesitaba
después de haber sufrido tanto estando con Cole.

—¡Mickey Mouse! ¡Mira papá! ¡Es un globo de Mickey Mouse de verdad!

No pasó mucho tiempo antes de que Isaac dejara que el niño se le escapara de los
brazos... Era inevitable. Levantó la cabeza y comenzó a saltar para intentar conseguir el
globo de Mickey Mouse que estaba sosteniendo Félix. Es decir, era su ratón favorito
rodeado de un montón de globos coloridos que flotaban en el aire. ¡No había forma de
que no estuviera fascinado con eso!

Félix, que había observado en silencio toda la escena, extendió la mano que sostenía el
globo y, en ese momento, dejó al descubierto el gran Mickey Mouse de peluche.

—¡Ah! ¿Qué es eso papá? —El niño gritó y enterró de inmediato su cabeza en el hombro
de Isaac—. ¡¡Da miedo!!

Entonces, inevitablemente el niño se puso a llorar a gritos... Isaac ya sabía que eso iba
a pasar.

Era un muñeco enorme, negro, con orejas gigantes y una cola de ratón muy larga
también. El niño le tenía bastante miedo a las cosas que se veían de esa manera así que,
cuando Isaac lo abrazó para consolarlo y volvió a mirar en dirección a Félix, notó como
el hombre abría de inmediato la puerta y aventaba el muñeco lejos de allí. Incluso sin
importarle que cayera sobre la cara de Tony. Después, solo cerró de nuevo.

—No hay nada, ¿ves? Ya no está.

Félix, que mostró sus manos vacías, parecía incluso más nervioso que al inicio.

—Era... Muy grande...

Todavía estaba asustado así que no parecía poder levantar bien la cabeza. Félix da un
paso lento hacía él.

—Lo tiré para que ya no tuvieras miedo. Mira, solo están los globos ahora. No, eso es
mentira. También tengo un pastel de chocolate... Justo aquí. ¿Te gusta el pastel?

—¿Puedo comer pastel?

El pastel de chocolate era otro de los regalos extrañamente gigantescos que había
conseguido, así que Benjamín miró de cerca como si estuviera de verdad muy
impresionado.

Todavía tiene un montón de lágrimas resbalando de sus ojitos.

—¿Es mi otro regalo de cumpleaños?

Félix se echó a reír y le dijo que ciertamente era un regalo. Todo para él si así lo
quería... Solo entonces, Benjamín se acercó de nuevo a él y levantó su manita para
poder sujetar la cuerda del globo. Félix incluso se tomó el tiempo de amarrarla
alrededor de su muñeca para que no lo fuera a perder.

El Alfa volvió los ojos y miró a Isaac esta vez. Fue su manera de preguntar: ¿Qué
hacemos ahora?

—¿Cómo se dice?
Jessica Parker, quien ahora se acercaba a ellos, habló gentilmente mientras Benjamín
soltaba un "gracias"bastante quedito.

—De nada.

Y ese fue el momento justo en que Isaac se permitió ofrecerle el ramo.

—Mamá, este es un regalo preparado por Félix para ti.

—Oh, es muy bonito. Gracias de verdad, Félix.

Jessica Parker sonrió. Era agradable ver que tenía una tez más brillante que la de hace
unos días.

—También quería... Presentártelo formalmente. Mamá, él es mi compañero. Y también


es el padre de Benjamín.

Jessica Parker ya lo sabía, pero era un asunto completamente diferente cuando lo


escuchaba de la boca del propio Isaac.Miró a su hijo y a Félix con los ojos muy
abiertos.

—Entonces, aquí vamos de nuevo. Mi nombre es Félix Felice. —Félix se inclinó


cortésmente y con bastante fluidez... Aunque había hecho el ademán de sujetarse el
pecho al escuchar las palabras "compañero" y "padre". —Gracias por todo.

Jessica Parker, que estaba un poco confundida por la actitud tan seria de Isaac y de
Félix, de pronto dejó salir su respiración y abrazó a Félix con bastante ternura... Se rio.
Sorprendido por su reacción, Félix se puso todo rígido por un tiempo, pero pronto sus
brazos también le rodearon la espalda.

Isaac miraba mientras tanto a Benjamín, que estaba inclinando la cabeza para ver la
escena desde un ángulo diferente. Se agachó, y lo sujetó de las manitas para poder
hablar con él. Susurró en voz baja:

—Benjamín. ¿Está bien para ti tener dos papás a partir de hoy?


—¿Dos papás?

—Sí... Porque él es tu padre también. Entonces, ¿estaría bien para ti al menos decirle
“hola”?

Seguramente su explicación no tiene sentido para él, así que Benjamín solamente se
dedica a mirar al hombre sin moverse y sin decir ninguna palabra.

Demonios, si fuera igual a otras ocasiones, Félix seguramente diría algo como: "¡Si no
me dices “Hola” entonces voy a quitarte ese globo!" Pero ahora está tan asustado que
también mira en silencio a Benjamín.

—... Hola.

Benjamín le dio un pequeño saludo, y luego pareció que podría ponerse a llorar otra
vez. Definitivamente no le gustaba mucho la idea de tener dos papás.

Félix entonces simplemente se acercó y se arrodilló frente a Benjamín. Le extendió la


mano.

—Hola, Benjamín.

La voz del hombre tembló sin que se diera cuenta. Estaba emocionado. ¡Más feliz que
nunca antes! Porque estaba saludando a su hijo, y el niño respondía diciendo "hola"
otra vez.

Y luego, Benjamín le dio la mano.

Isaac miraba a su nueva familia con una ligera sonrisa en la boca. La verdad es que
había sido un momento más emocionante de lo que había pensado que llegaría a ser.

—Fin—

NOTA: Fin del primer volumen , espero lo hayan disfrutado. A CONTINUACION se agregarán los extras de este libro.
QB • Extra 1 | Parte 1
—Un día maravilloso—

Fue el día después de que Félix regresara a la mansión de San Diego que decidió
llamarle a Tony para contarle todo lo que había pasado en casa de Cole. Por supuesto,
tuvo que esperar a que todos se quedaran dormidos.

Tan pronto como la mamá y el pequeño bebé del florista fueron dados de alta del
hospital después de recibir el suficiente tratamiento médico, Félix pareció convencer
exitosamente a la familia para que todos fueran de inmediato a vivir junto a él en la
mansión. Por lo tanto y tal vez, de un modo más que satisfactorio, el tiempo pasó tan
rápidamente que apenas encontraron el tiempo necesario para acordar su reunión.

Había sido muy pesado para todos adaptarse al nuevo ambiente de la casa, así que se
fueron a la cama, aunque todavía no era de noche.

Su estudio era tranquilo. Sin cambios fuera de la ventana. La ciudad estaba allí,
extendiéndose bajo un cielo despejado. El mar azul pasaba por todo lo largo de la casa y
el sol brillaba tanto que incluso entraba en los espacios más oscuros de la habitación.
Un ambiente cálido y acogedor ciertamente.

—¿Qué es lo que pasa, señor?

Tony no pudo ocultar su creciente tensión y terminó por tragar saliva con un sonido
bastante exagerado. Incluso si parece que hay algo bueno en la vida de su jefe, la verdad
es que nunca sabe cuándo dejar de tener la guardia en alto.

Félix, que ahora estaba tomando Ron, tiene una pupila tan oscura que parece inevitable
que sus hombros se pongan todos rígidos.

—En realidad...

—Lo escucho.

Después de estar rodeado de su nueva familia, el hombre tenía una atmósfera más
amigable que nunca antes. Era todo sonrisas y palabras amables y la verdad es que
todos estaban muy aliviados. ¡Tony siempre supo que esto era pasajero! El sudor frío
fluyó sobre su espalda cuando Félix extendió sus manos sobre la mesa.

—Benjamín es mi hijo, Tony.

Pero la confesión de Félix, que fue arrojada con una voz muy seria, fue incluso bastante
ridícula para esas alturas. Tony estaba a punto de comenzar a soltar un montón de
palabras enojadas sobre lo que sabía, pero en lugar de eso, decidió no hacer nada y
dejar que siguiera con su historia.

—Isaac dijo que era el Omega que... Humm, ya sabes. El omega que había estado
buscando durante los últimos cuatro años. Yo lo había imaginado antes de eso, pero
una vez, cuando le pregunté si lo era, me dijo que no era así. Dios, ya te imaginarás
como me puse. Estaba como: ¿Diste a luz a mi hijo y lo criaste lejos de mí? ¡Benjamín
era mi hijo todo este tiempo! ¡¿Nos viste la cara a todos?!

—Oh, sí... A todos.

—Es una sorpresa, ¿cierto?

Tony dijo que sí, porque iba a ser muy vergonzoso para el pobre hombre si todavía se
daba el lujo de contradecirlo.

Después de hablar, Félix golpeó los hombros de Tony y se permitió poner una mirada
toda seria.

—En fin, solo quería decírtelo en persona. A ti antes que a nadie más. Que tengo un hijo
y un compañero que me importan y que... Pues, me gustaría que pudieras cuidar de
ellos como cuidas siempre de mí.

—...

—Vamos hombre, no llores.

—Es que eso me hace muy feliz, señor. ¡Enhorabuena!


Con la voz toda atorada en la garganta, Tony tragó todos sus sollozos para intentar
hacer lo mismo con sus lágrimas. Estaba realmente conmovido por lo que le había
escuchado decir, así que no podía soportar cargar con sus sentimientos ni un momento
más. Su nariz goteaba y seguramente su expresión era un completo desastre.

Estuvo presionando demasiado fuerte, y lo lamenta.

Cuando en secreto intentó hacerle pruebas genéticas para demostrar que Benjamín era
su hijo... ¿En realidad estaba pensando en lo mejor para el hombre o solamente era su
deseo egoísta de hacerle saber que de nuevo tenía la razón? Cuando piensa en eso, se
siente tan mal consigo mismo que parece como si una punzada estuviera subiendo por
su pecho.

—Vamos, tampoco es para tanto.

Pero Félix, que no tenía forma de conocer los sentimientos de culpabilidad de Tony,
solo pensaba que eran lágrimas de un hombre emocionado.

Tony perdió toda su energía y se vio obligado a soltar los hombros y dejar caer su
cabeza hacia adelante.

—Así que por eso se enlazaron tan rápido.

Tony, que se limpiaba las mejillas una y otra vez mientras trataba de dejar de lado los
pensamientos desagradables, habló con una voz todavía bastante ronca. Félix no apartó
la mirada de él.

—Sí. En realidad, si él me hubiese dicho que era un Omega antes, lo habría hecho de
inmediato y nos hubiéramos evitado todo este mal trago.

Félix murmuró esto como si el mero recuerdo de sus problemas le hubiese hecho enojar
una vez más.

Pronto, se trasladó a la mesita que estaba cerca de la ventana y comenzó a buscar una
taza en los cajones que estaban bajo un lavabo. Había puesto a calentar un poco de té
así que inmediatamente preguntó: "¿Quieres qué te sirva un poco?". Pero como estaba
actuando extraño de nuevo, Tony solo decidió mirarlo.

Era difícil creer en toda la sinceridad que fluía de su boca así que, no había ninguna
duda en que el hombre había sido completamente cautivado por Isaac.

Recordó entonces el día del hospital. Cuando vio la marca sobre su cuello y pensó que
ya no recordaba ni como se respiraba. No solo Tony, sino todos los otros empleados que
creían conocer como era en realidad el hombre, abrieron los ojos hasta un punto
exagerado y se quedaron viendo sus cuellos durante toda la caminata que hicieron por
el pasillo... Y así hubiesen seguido de no ser por Benjamín gritando "papá" y
corriendo a los brazos del florista.

Todos pensaron que debía haber una razón política o de negocios para que Félix
estuviera tan interesado en ambos... Pero resulta que todo se trataba de algo un poco
más sencillo que eso. Y él casi lo arruina por completo con sus intentos de espía.

—... ¿No quieres té? Está bueno. —En un día caluroso de verano, el extraño hombre
había comenzado a tomar un caliente té de manzanilla en lugar de seguir bebiendo
cerveza o licor. Ciertamente era otro cambio impresionante—. O al menos dime lo que
te pasa. Me estás asustando.

—Es que...

—¿Um?

—Es Isaac.

—¿Isaac está bueno? Pues sí, bastante.

—¡No! Es solo que... ¿Él es bueno para usted? ¿Está seguro de que esos son los deseos
de su corazón?

Félix frunció el ceño como si hubiera escuchado la pregunta más estúpida del mundo
entero. Suspiró brevemente y luego dijo que sí.
—Este es el compañero que el cielo ha decidido ofrecerme.

Tony sonrió levemente ante tan bonita conclusión. Sin duda, Félix encontró a su
compañero ideal. En realidad, el hecho de que fuera el mismo Omega que había estado
buscando durante cuatro años definitivamente era obra del cielo.

—También te llamé para algo más.

—¿Señor?

—Necesito un anillo de bodas. Encuentra el que sea verdaderamente inmenso, brillante


y más caro del mundo, y luego tráelo de inmediato aquí conmigo.

Los ojos de Tony se agitaron debido a la petición de Félix. Todo el ambiente bonito fue
arrojado a la basura.

—¿Un anillo?

—Nos hemos enlazado así que no tenemos que casarnos de inmediato... Pero necesito
tener un anillo de todas maneras. Encuéntralos y verifica que sea algo que yo
utilizaría... Um, ¿sabes qué? Debido a la personalidad de Isaac, mejor trata de que no
sea algo lujoso. Pide algo que diga "Tengo el suficiente dinero como para comprar
Hawai pero no tanto como para comprar Rusia".

—...

—No, olvídalo. Ve a comprar un diamante en su lugar.

—Entonces...

—¿O debo elegir y ordenar el diamante yo mismo?

—¿Así que...?

—Tienes razón, voy a ir yo.


Félix dejó la taza sobre la mesa y a Tony completamente en blanco.

—Voy a buscar un salón de bodas entonces.

—No lo necesito.

Tony elevó una ceja ante una respuesta así de clara.

—¿Por qué no lo necesita?

—Isaac dijo que no quería una boda muy elaborada. Voy a llevarlo al registro civil del
condado.

Pero la respuesta de Félix fue realmente increíble.

—Wow, el registro civil. Pero... No importa que sea puro papeleo, la gente que lo hace
así por lo general tiene una fiestecita después. Una boda es una boda.

—No... Está bien así.

Félix, que habla sobre su futuro matrimonio, de pronto se recarga en su escritorio y


continúa bebiendo de su té. Tony todavía no entiende la razón de querer hacer de su
boda un evento tan... Chiquito. De hecho, Félix Felice era el tipo de hombre que podría
tener una gran boda solo con chasquear los dedos. Gigante y bastante exagerada. No
solo tenía un abuelo millonario, sino que el propio Félix podía quemar billetes en
invierno para calentarse las manos y de todas maneras tener tanto como para comprar
20 islas.

Si se trata de un matrimonio que incluya a Félix, tú pensarías que tendría pasteles y


acróbatas y tal vez, al presidente de invitado principal. Pero no. Solo va a ir a una
oficina de gobierno.

El registro civil del condado es una pequeña oficina con algunas sillas tras un escritorio
viejo. Para 5 o 6 personas cuanto mucho. En realidad, allí también hacían actas de
nacimiento, de divorcio y de defunción por lo que, no era del todo romántico o especial.
El personal del ayuntamiento simplemente ve sus credenciales, sus papeles, firma unas
cosas, sella y les dice: "Ya está". Pero como sigue siendo una boda, por lo general las
mujeres llevan un atuendo bonito o un vestido blanco y los hombres un traje.

Este matrimonio es muy simple, pero puede ser una forma cómoda para aquellos a los
que no les gusta tanto armar un escándalo. Y a Félix le gustaba ser escandaloso.

Nunca imaginó que pusiera primero la comodidad de alguien más antes que la de él,
pero ya estaba pasando.

—Entonces... Al menos los invitados.

—Claro. Anota: Isaac y Félix.

—...

—Bueno ya... La señora Parker y Benjamín. Y Noah también.

—¿Le gustaría notificar a su abuelo?

—No. Se lo diré a mi abuelo más tarde. Después de que termine la ceremonia.

—Tal vez se enoje.

Después de todo, era un anciano que había dicho varias veces que su sueño dorado era
ver la boda de su querido nieto Félix. Pero el hombre que estaba frente a él, como
siempre, solo tomaba sus propias decisiones sin pensar primero en las consecuencias.

—Pues que lo haga.

—Ya veo. —Tony inclinó la cabeza—. Entonces así será.

—Así será.

✤✤✤✤✤✤

Tan pronto como cruzó el pasillo del segundo piso, Félix frunció el ceño al darse cuenta
de lo que tenía frente a él.
En la habitación de Benjamín, parado en una puerta entreabierta, un tipo loco estaba
espiando hacía adentro.

Un tipo loco que... Además, era su primo.

Félix, acercándose silenciosamente a su espalda, lo miró como si de verdad quisiera


matarlo. Aunque en realidad no era tan insensible como para decirle que se largara.

Noah, que todavía se ve bastante joven cuando lo tiene de frente, entra a la habitación
sin darse cuenta de que Félix se acerca también. Dios. ¿Qué quiere hacer ahora ese
sujeto?

Mientras se asomaba, Félix se vio obligado a pensar seriamente en su estado mental. Su


vida era estar rodeado de computadoras y todo tipo de máquinas extrañas así que, sin
importar cuánto le dijeran que saliera de su casa para tomar el sol —o del sótano de
Félix—, el hombre apenas y asomaba una mano. A veces incluso se preguntaban si
tenían que ir a verificar que continuara respirando. Además, está ese cabello largo, sus
pantuflas de conejo y esos pantalones cortos que hacen ver sus piernas bastante
delgadas. ¡Y espiar la habitación de Benjamín lo hace ver como un viejo pervertido!
Aunque bueno... Si se arreglara adecuadamente, este omega de primera línea se vería
bastante bonito. Igual a un muñeco. Para Félix, sin embargo, el hombre era más bien
una copia barata del "Tío cosa".

Era natural que lo viera mal cuando estaba husmeando tan fervientemente en la
habitación de su hijo. ¿No es verdad?

Félix, que miraba a Noah con una expresión desagradable, siguió observando muy de
cerca... En el centro de la habitación decorada con Mickey Mouse, había una cama roja
con forma de automóvil, y acostado sobre ella estaba Isaac, durmiendo
profundamente mientras abrazaba al bebé por la espalda. Era una siesta tranquila, con
los dos respirando suavemente bajo la luz tenue del sol. Una vista encantadora que le
hace cosquillas en el fondo del pecho.

Félix olvidó al hombre por un momento y se dedicó completamente a mirarlos con una
expresión cargada de amor honesto... Pero pronto, al lado de la cama, Noah se arrodilló
para poder ver mejor la carita de Benjamín.
—¿Qué estás haciendo ahora?

Solo entonces, Noah pegó un salto impresionante y levantó la cabeza para ver en
dirección a Félix. Su cara estaba completamente pálida.

—¡¡Joder!!

—¿Qué estás haciendo?

—¿De qué manera un puto demonio cómo tú pudo tener un angelito igual a él?

—Te preguntaré de nuevo. ¿Qué estás haciendo?

—Estoy viendo a MI sobrino, porque resulta que es el niño más bonito de todo el
mundo entero. Míralo nada más, mira sus ojitos. ¡No puedo quitarle la vista de encima
ni aunque lo intente con todas mis fuerzas!

—¿Qué dices? Chico loco.

—Um... ¿Pero sabes qué? Aunque tu personalidad es una mierda, admito que te ves
bien. Mi sobrino se parece mucho a ti.

—Pues eso es...

—Ojalá sea mucho más guapo y más inteligente que tú, o vamos a tener bastantes
problemas en el futuro.

—Pues ojalá no fuera tu sobrino.

—¡Ojalá no fueras el papá!

—Ah. ¡Retráctate!

Pero Noah aparta la vista de Félix y vuelve a centrarse completamente en el pequeño


niño que ahora parece muy entretenido chupando su mano. Solo estaba allí, mirando
como si estuviera muerto de amor por él... Cuando estiró los dedos para tocar su
manita libre, el niño lo apretó como un reflejo. Lo apretó fuerte, hasta hacer un puño.

La vista calma el corazón molesto de Félix.

—Es un niño muy tierno.

Fue cuando Félix habló inconscientemente, que Noah hizo los ojos en blanco.

—¿Y lo acabas de descubrir? Maldito ciego.

Pero ahora era Félix quién no le prestaba atención a Noah. El Alfa estaba
absolutamente atento en Isaac y en Benjamín. En sus rostros, en la manera en la que
parecían tan cómodos estando allí... Tanto así, que una nueva sonrisa se extiende sobre
sus labios hasta hacerlo brillar.

El niño, que dormía con la boca abierta, había esparcido su brillante cabello de tal
forma que el rostro de Isaac, quién había decidido sujetarlo con un poco más de fuerza,
quedó casi completamente oculto. El hombre suspiró... Y el sonido se escuchó tan bello
que Félix se estremeció con fuerza. Incluso había ocasionado que toda la sangre se le
acumulara en la entrepierna.

Cielos, se está volviendo loco.

Cuando Félix había decidido que era tiempo de salir, el niño comenzó a mover las
piernas y los brazos y después, sus ojos inmensos se abrieron. Bostezó, haciendo
temblar sus párpados blancos repletos de pequeñas pestañitas de plata.

—¡Oh, se despertó, se despertó! Whoa. ¿Quién es este sobrino hermoso? ¡Es tan bonito!
¡Me voy a morir! ¡Me voy a...! ¡Ugh!

Aparentemente a Félix también le gustaba bastante dar puñetazos.

Benjamín solo miraba a Noah. De hecho, llevaban así varios minutos. Tal vez sea
porque todavía está medio dormido o, porque Noah estaba pateando a Félix o tal vez,
porque no estaba para nada familiarizado con él.
Sin sentarse o moverse, solamente parpadeaba y parpadeaba. Como si tuviera miedo de
preguntar algo y que fuera una pregunta que no le pudieran responder.

Entonces Noah se aproximó otro poquito a él y buscó de inmediato en el bolsillo de su


pantalón para sacar una paletita de fresa. De hecho, la agita de un lado a otro como si
fuera la bandera nacional. Luego, simplemente sonríe.

Benjamín, que notó el dulce, bajó lentamente de la cama y caminó pasito tras pasito
hasta extender las manos en dirección a Noah. Tenía curiosidad por el dulce y también
sentía mucha curiosidad por él... Pero luego simplemente se detuvo y miró a Félix.

—¿Puedo tomarlo?

Félix asintió con la cabeza al niño, diciéndole en silencio que estaba bien.

—Él es tu tío... También va a estar por aquí para cuidarte.

—Sí... Lo soy.

Al mismo tiempo en que decía eso, Noah se puso en cuclillas y extendió también los
brazos hacía él. Su voz, que parecía estarse derritiendo y su expresión aniñada, era tan
encantadora, que inmediatamente el niño se relajó y se aproximó con una marcha
mucho más firme.

—¿Tío?

Frente al niño que repite la palabra con una pronunciación torpe, Noah parece ponerse
a temblar. Benjamín había extendido los deditos y sostenía la paleta utilizando toda la
palma... Ese dulce era su favorito, pero en realidad nadie lo sabía. ¿Cómo es qué él sí?

—Benjamín, ¿te gustan los dulces?

Cuando Noah pregunta, el niño asiente vigorosamente.

—¿Qué tal si compro una caja de dulces para ti? No, además de eso. ¿Qué otra cosa te
gusta? ¿Me puedes decir?
—¿Cho...? ¿Chocolates?

—¿Sí? A mí también me gustan mucho.

—Sí, anda y pudre sus dientes tanto como te dé la gana. Te doy permiso.

Pero Noah fingió no oír a Félix en absoluto y en su lugar metió la mano de nuevo para
sacar un chocolate... Solo eso bastó para que las cejas de Benjamín se levantaran de
inmediato y sus pupilas brillaran tanto como si tuviera todas las estrellas del cielo
metidas allí.

—¡¡Magia!!

—Magia... Dime, ¿qué otra cosa quieres?

—¡Una oveja! Papá, papá me lee un libro de ovejas antes de dormir así que...

Noah se rio de inmediato.

—Entonces te conseguiré una granja entera.

—... Yo le compré un establo. Solamente digo.

—Pero el tío va a conseguir mejores cosas para ti. ¿No es verdad?

—¡¡Sí!!

Como estaba pareciéndole una escena demasiado molesta, Félix intentó decirle que se
callara y que regresara de inmediato a su habitación... Pero Noah había agarrado la
mano de Benjamín y ahora se lo estaba llevando en dirección a la puerta. El niño seguía
a Noah, diciendo que estaba emocionado, que le encantaba la paleta, que la fresa era su
favorita y que también podía leerle el cuento a él. Aunque todavía no lo hacía bien,
estaba dispuesto a enseñarle los dibujos.

El hombre parecía un secuestrador que había logrado embaucar a un niño inocente


con dulces, así que Félix frunció el ceño.
Definitivamente estaba comprometido a decirle a su hijo que nunca, nunca, debía
seguir a nadie que le diera dulces.
QB • Extra 1 | Parte 2
Félix había estado esperando por más de cinco minutos a que el niño y su primo
regresaran... Pero al parecer eso jamás iba a suceder.

Después de rascarse la mejilla y soltar una respiración bastante pesada, volvió la


cabeza.

En la habitación decorada completamente con Mickey Mouse, sobre la cama de donde


escapó Benjamín hace unos minutos, Isaac mantenía sus ojos completamente fijos en
Félix. Su mirada similar a la obsidiana negra y su boca en una línea perfecta. El Alfa
abrió la boca, pero solamente pudo quedarse en silencio. Después de todo, habían
armado todo un escándalo gigante y el niño se le había escapado de las manos segundos
después de hablar sobre paletas. Obviamente iba a despertar.... No, tal vez nunca se
durmió en primer lugar.

—¿Tengo que preocuparme?

Noah era el décimo tercer personaje que había descubierto merodeando por su puerta.
Incluso Jack, que fue herido terriblemente en el muslo, llegó cojeando solo para poder
ver a Benjamín.

—¿Todos tus hombres tienen ese mal hábito?

—No te preocupes, es solo que están muy emocionados. Es la primera vez que tenemos
un niño viviendo aquí.

Félix, que descartó las visitas como un problema, se apoyó contra la puerta y la cerró
antes de ir en dirección a la cama de Benjamín.

Isaac, que yacía cómodamente sobre su estómago, comenzó a estirarse e incluso se


permitió bostezar.

—Trato de dormir con Benjamín para comenzar a acostumbrarlo. —Isaac murmuró y


dejó que Félix se le acercara para comenzar a enredar los dedos en su cabello negro—.
Pero, bueno, si logré hacerlo un minuto o dos fue un milagro.
Han pasado dos días desde que llegó a la casa, pero Benjamín se fue y se durmió con su
abuela como si fuera lo más natural del mundo. Incluso cuando Isaac había dicho que
quería que durmiera con él a partir de ahora, la verdad es que Benjamín era terco. No
era porque odiara a su padre, es solo que no estaba acostumbrado a pasar todo el día
con Isaac. Cuando trató de bañarlo y luego acostarlo a su lado, Benjamín tomo sus
cosas y se fue de inmediato a la habitación de Jessica... Pero, ¿qué podía decir? Era su
rutina natural y un hábito difícil de cambiar.

No mucho después del nacimiento del niño, tuvo que irse y dejarlo solo. Su ambiente
familiar era su abuela y él era un mero intruso.

Ahora que la situación se ha solucionado y que puede pasar todo el tiempo del mundo
con Benjamín... La verdad es que cuando no lo toma en cuenta no puede evitar sentirse
absolutamente triste. En primer lugar, Benjamín, que tiene cuatro años, ya no toma
una siesta larga. Siempre se le escapa porque ya no tiene sueño y jugar es
definitivamente más entretenido que estar con él. Iba a la escuela y de alguna manera
se las arreglaba para tomar una siesta de algunos minutos, luego se levantaba con
rapidez.

—El tiempo transcurrido no regresa... Y me perdí el momento en que mi bebé era un


bebé.

Era perseguido por Cole, así que no podía pasar nada de tiempo con Benjamín...
Mientras, el niño ya había crecido tanto y tanto hasta que finalmente logró alcanzar
este punto. Era una pena.

—No es apropiado que hables sobre eso conmigo. Yo ni siquiera lo vi nacer.

Entonces Félix sonríe, barriendo las mejillas de Isaac con la punta de los dedos hasta
hacerlo suspirar. El hombre lo miró, con una expresión bastante incómoda.

—Yo...

—Pero, aunque es una pena, ya no podemos remediarlo, ¿verdad? En cambio, solo


podemos pensar que quedan incontables horas por venir. Y definitivamente vamos a
estar con él para acompañarlo en todas.
—Félix...

—Me alegra que ustedes sean mi familia.

El débil olor de Félix, que susurra cosas tan tiernas sobre su cabeza, le hace cosquillas
en la punta de la nariz... Después, Félix le mordió ligeramente el labio superior y el
labio inferior también. Fue un beso pequeñito que en realidad pasó en un abrir y cerrar
de ojos, pero que dejó una emoción que se extiende en todas direcciones.

—Y piénsalo. ¿Qué es lo bueno de que Benjamín se escape?

—Um... ¿Qué es lo bueno de algo así? —susurró, mientras cerraba los ojos para permitir
que le lamiera los labios hasta dejarlos completamente húmedos. Le hizo cosquillas en
un lugar que no conocía.

—Si Benjamín dice que quiere ir con la abuela, entonces puedes venir y dormir a mi
lado.

—Oh...

—Te necesito mucho más de lo que Benjamín te necesita.

Félix se tragó rápidamente sus labios en un beso que impidió que Isaac continuara
hablando.

Hasta ahora, parecía haber sido una broma candente, pero su lengua caliente entra y le
derrite la membrana mucosa de la boca. El movimiento lento y suave le hace temblar la
barbilla hasta el punto en que incluso lo deja sin aliento. La saliva se derrama y le hace
surcos en el cuello y después, viene un gemido.

Un gemido fuerte y duro.

—¡Ah! Dios mío...


Una vez enlazados, las feromonas de otros no pueden afectarlos... Pero se vuelven
terriblemente adictos a las feromonas de sus compañeros. Eso dijo Cole, y la verdad
parecía ser cierto.

Ahora, por ejemplo, estaba muriendo de calor por un simple beso.

—Isaac, ¿por qué te diviertes tanto excitándome?

—Ah... Fuiste tú quien comenzó.

—Bueno, sí, pero... ¿Realmente es mi culpa cuándo te ves así?

—¿Esa es tu mejor excusa?

—No es excusa, mi omega tiene una expresión verdaderamente sucia justo ahora.
Además, ¿no es esto lo normal en los recién casados?

Cuando Isaac murmuró débilmente las palabras "recién casados" se sintió como algo
tan embarazoso que rápidamente se le subió todo el color a la cara. Félix, que era
absolutamente desvergonzado, parecía estar entreteniéndose demasiado con la idea de
morderle el lóbulo de la oreja con los labios una y otra vez.

—Somos recién casados, porque nos enlazamos.

—Um...

—Y los recién casados deberían poder hacer el amor como bestias sin importar si es de
día o de noche o el cuarto de sus hijos.

Félix es insoportable cuando no para de hacer ni de decir cosas así de obscenas. Le


muerde el lóbulo de la oreja y luego solo lo lame utilizando la punta de la lengua... Isaac
termina gritando. El aliento húmedo de Félix le llega al oído y baja por sus
terminaciones nerviosas hasta concentrarse en el área alrededor de su coxis. Parece que
está palpitando, así que comienza a hacer un vaivén lento con la cintura.
El deseo se levantó como el humo de una chimenea. Por supuesto, habría aceptado
seguirle el juego si solo estuvieran ellos dos.

—... No, no podemos hacer algo así en la habitación de Benjamín.

Después de tomar un poco de aire y hablar en un intenso tono de queja, Félix comenzó
a reír otra vez.

—Sí. Tienes razón. Si nos quedamos aquí definitivamente voy a perder el control.

Los húmedos labios de Isaac fueron frotados con la punta de sus dedos así que se
permitió cerrar los ojos otra vez... Félix entonces suspiró con fuerza, se levantó de la
cama y agarró las manos de Isaac para acomodarlas suavemente entre las suyas.
Parecía muy, muy feliz.

—Sígueme, cariño. Vine aquí porque había algo importante que quería mostrarte.

—¿Qué quieres mostrarme? ¿Puedo saber?

—Lo sabrás cuando estemos allí.

Isaac ya no hace preguntas mientras se coloca los zapatos y se deja guiar por lo largo
del pasillo. Estaba preparado para cualquier cosa, una fiesta sorpresa, un evento
público, un desfile, más caballos... Fuera lo que fuera, piensa que definitivamente será
algo tan exagerado como para hacerle doler la cabeza. ¿No es así lo normal?

—No está muy lejos.

Poco después y así como había prometido, dejaron de caminar y se detuvieron frente al
salón principal... Le habían dicho que era un lugar destinado para recibir a invitados
importantes así que comienza a sentirse especialmente nervioso cuando escucha un
pequeño sonido saliendo de allí. Como si... Alguien los estuviera esperando.

Félix abrió la puerta...


Había un hombre de mediana edad, saludando cortésmente tan pronto como Félix e
Isaac entraron. Y Tony estaba allí también, parado muy dignamente junto a la ventana.

—Señor, este es Christopher Santz, el mejor joyero de San Diego.

El comportamiento del hombre era limpio e impecable. La actitud era de todo un


caballero. Como un comerciante que estaba más que acostumbrado a ocuparse de los
ricos. Miró a su alrededor y después de la breve introducción, Christopher arregló su
traje negro y desplegó su maleta de terciopelo lujosamente diseñada sobre la mesa.
Había todo tipo de anillos, joyas y una gran variedad de collares de mujer. Hay muchos
conjuntos de pulseras y anillos y en el otro lado, hay pequeñas gargantillas y varios
accesorios diversos. Sus diseños definitivamente eran uno de los mejores, con las
gemas más finas y los arreglos más bonitos del mundo entero. Los que hacían que
quisieras tenerlos sobre ti con solo mirarlos.

Isaac cree que es mucho para él, pero definitivamente es muy del estilo de Félix.

—Isaac, no te preocupes por el precio. Solo mira los anillos y dime cuál te gusta.

—Pero yo te había dicho que estaba bien no tener anillo. Lo de esa vez era solamente
una broma.

Isaac finalmente habló, mirando al lugar donde se alineaban docenas de anillos.

—Por supuesto que vamos a tener un anillo. ¿Quién es tan idiota como para casarse sin
uno? Obviamente yo no.

No pudo evitar que Isaac se riera de su voz.

—Bueno, entonces me gustaría un diseño que sea fácil de usar. Ya sabes... Algo que no
sea demasiado grande, pesado o hermoso.

—Um...

—No quiero que miren mi mano todo el rato y no quiero que interfiera con mi vida
cotidiana. No quiero que se atore y me gustaría que...
Isaac, quien audazmente explicó todo lo que quería, dejó de hablar ante la mirada tan
profunda que le dirigía Félix. Antes de preguntar por qué hacía eso, el hombre inclinó la
cabeza y pegó de nuevo los labios en la punta de la oreja de Isaac.

—Me encanta que parezcas tan emocionado como yo.

—...

—El sol se pondrá pronto, y de todas maneras estoy dispuesto a escuchar tus palabras
toda la noche y el resto de la madrugada.

Una voz risueña y cálida se aferra a su piel. El susurro hace que se encoja de hombros.

—Pues entonces procura hacerme caso, ¿sí?

Fingiendo no escuchar la queja de Isaac, Félix va hasta los anillos que están en la parte
derecha y elige un anillo de platino que parece bastante simple pero muy sofisticado.
Un diseño delicado y hermoso. Christopher también alabó el ojo perspicaz del hombre
y pasó a decirle una lista de beneficios y costos... Isaac solo miraba en silencio. No solo
los anillos que Félix tomaba eran caros, sino que todos los anillos en exhibición son en
su mayoría de alta calidad.

Platino, con o sin gemas. Oro o plata. Incluso fantasía... Piensa que sería maravilloso si
tuviera un anillo que pudiera encajar con los ojos de Félix. En realidad, en lugar de
analizar anillos y joyas que ni siquiera sabía si iba a utilizar, era mejor mirar a Félix y
perderse un poquito en él... Mientras el hombre todavía no se daba cuenta.

Entonces, Isaac, que tenía a Félix en sus ojos, de repente se dio cuenta de que había
algo más allí.

—Pero, ¿qué es eso?

En respuesta a la pregunta de Isaac, Félix, que metía un anillo en su dedo meñique,


instintivamente comenzó a sonreír.
—Es que quiero darle un anillo también a Benjamín y un brazalete a la señora Parker.
¿O debería decir mejor la palabra "suegra"?

—Ella no...

—Le voy a dar un set de joyas. No sé su gusto, así que por favor recomiéndame algo.

La respuesta fue simple y precisa, pero Isaac de todas maneras no podía


comprenderlo.

—No tienes que hacer eso. —Isaac nunca le había visto tener ningún accesorio
demasiado extravagante así que suponía que ese no era su estilo—. Si quieres, entonces
tal vez otras flores...

—Es mi libertad dar regalos, así que no tienes derecho de pararme.

Pero Félix fue duro en cuanto a eso. Isaac lo ve, y entonces todas sus palabras se
derriten en un instante y le hacen contestar con un tono más tembloroso:

—Además, Benjamín no necesita...

—Hey, escúchame. Tengo la posibilidad y el dinero suficiente para hacer lo que crea
mejor para mi familia. Además, ¿por qué no piensas que es un regalo de los dos?
Porque mi dinero también es tu dinero.

Los comentarios de Félix, que fueron arrojados de la nada, silenciaron de inmediato


todas las quejas de Isaac. Fue algo inesperado y definitivamente lo había dejado con la
boca abierta.

—Por no mencionar que, si muero primero, toda mi riqueza irá a ti y a Benjamín.

—Por favor no digas eso...

—Pero tanta belleza no puede ser eterna, ¿verdad?


Félix lo había dicho como una broma, pero Isaac todavía lo miraba como si eso lo
hubiera hecho enojar.

—Creo que estás pensando de más, Isaac, así que te lo voy a decir de antemano.

—¿Qué es?

—Tú ya tienes mucho dinero por tu cuenta. Ni siquiera necesitas preocuparte por lo que
gasto.

—¿Cómo así?

Isaac era el ex capitán de la marina y además era un miembro especial de los DevGru.
Su subsidio de vida era en realidad enorme porque el país les otorgaba distintos tipos
de beneficios a los soldados vocacionales. Las pensiones también eran generosas...
Aunque fue expulsado del ejército, ahora está siendo objeto de una investigación
especial por lo que es probable que amerite otro subsidio grande.

De todas maneras, esa no puede ser una "gran riqueza." Isaac lo miró en silencio, sin
saber que decir.

—Noah lo descubrió.

Félix se encogió de hombros como si fuera un poco difícil de decir.

—¿A qué te refieres?

Frente a un desconcertado Isaac, Félix solo sonríe levemente.

—Noah estuvo buscando cuál era la fortuna de Cole Patrick. Debe haber estado
bastante aburrido o, solo tenía curiosidad al respecto.

Cole Patricks. El nombre que Félix escupió fue realmente inesperado y todavía le
ocasionaba escalofríos. Era un tema que no quería escuchar, así que trató de
detenerlo... Pero Félix habló sin dudarlo:
—Todas sus propiedades en los Estados Unidos fueron confiscadas por los militares.
Por supuesto, eso es lo que se esperaba. —El tamaño de la corrupción que cometió en la
Marina fue enorme así que no era sorprendente que los militares se hubieran
apoderado de él como un intento torpe para encubrirlo. Félix agregó—: Pero nadie
sabía que tenía una fortuna escondida en una cuenta de un banco en Suiza.

—¿Una cuenta suiza?

El dinero que ganó fue escondido tan fervientemente que se acumuló de maravilla, así
que...

—No entiendo...

—Keith Patricks. ¿Olvidaste que eres el hijo de Cole? Además de ti, nadie está
legalmente involucrado así que eres el único que puede heredar el legado de Cole
Patrick. Y son millones.

—Carajo.

—Eso te convierte en su heredero.

Sin embargo, no fue un buen sentimiento. No quiere tener el legado de un hombre


como él. Alguien que ganó dinero matando y engañando y dañando a muchas personas.
Violando...

—Noah hará la preparación... Solo tienes que firmar.

—Si es así ¿Puedo... Donar el dinero? No hay razón para tener dinero sucio conmigo.
No quiero una fortuna que fue ganada con la vida de alguien más así que... Utilizaré
una parte para la florería. Como fue Cole quien rompió la tienda, sería mejor hacerlo
pagar.

Félix se encogió de hombros.

—Lo que tú quieras... Aunque no sabía que ibas tan enserio con la florería.
—Es mi sueño.

—Y es un sueño bonito... Solo pensé que ibas a regresar a las fuerzas armadas.

—De ninguna manera. No tengo intención de volver al ejército. Alistarse en la Marina


era el deseo de Cole...

Una tenue sombra se instaló sobre el rostro de Isaac, quién había recordado
inconscientemente el terrible pasado. Félix le frotó los hombros de arriba para abajo y
luego, vuelven a mirar en dirección a la mesa llena de anillos y joyas.

Lo había olvidado ya que la historia con Félix se hizo larga... Y era vergonzoso que el
joyero y Tony todavía estuvieran allí. Isaac pronto se tocó las mejillas que le estallaron
de calor.

—Lo siento... Fue un mal momento.

Cuando se disculpa, Christopher sonríe y dice un "no". Suave. Félix, que se ve


excepcionalmente feliz hoy, pronto vuelve al tema inicial y comienza a tomar muchos
otros anillos. Empezó a elegir joyas y a ponerlas sobre sus manos para hacerlas resaltar.

—Bueno, entonces... ¿Te gustan?

Isaac suspira, porque sus ojos azules son más brillantes y hermosos que las joyas.

—Mucho.
QB • Extra 1 | Parte 3
—¡Félix!

Su voz aumentó sin su conocimiento.

El problema había surgido porque mientras salía de bañarse y se secaba el cabello con
una toalla, Félix, que entró de la nada, lo abrazó por la espalda y comenzó a acariciarle
el vientre.

Ya pasó una semana desde que se mudaron a la residencia de Félix y ahora utilizan la
misma habitación y la misma cama. Pero incluso en este corto periodo de tiempo, Isaac
se siente incómodo con la realidad que implica estar con alguien.

A menudo lo sentía, que no se acostumbraba. No solo era por los inconvenientes de


compartir por primera vez su espacio con otras personas, sino por la existencia misma
de Félix. Por ejemplo, cuando es momento de cambiarse de ropa, acaba con un montón
de besos derramándose sobre sus hombros. Al despertar, se da cuenta de que ya lo
tiene acariciando su rostro y también está este nuevo problema de la ducha.

—¿Cuántas veces piensas hacer eso? ¿Eres una bestia o qué te pasa?

—Exacto. ¡Soy toda una bestia con cuernos!

Con una voz ridícula, el Alfa con cuernos que respondía al nombre de Félix, agarra los
pectorales de Isaac con fuerza y lo aproxima un poco más hacía él... Aspirando
profundamente su olor, comenzó a morder la parte de la nuca que tenía la marca.

—¡Pues basta!

—¿No es lo normal? ¿Qué tenga ganas de molestar a mi Omega cuando se ve así de


indefenso?

Su voz estaba mezclada con bastantes risas así que Isaac se molestó de inmediato.

—¿Estoy indefenso? Entonces… ¿Debería tomar una postura defensiva al salir de la


ducha?
—Eso suena muy agresivo.

—Pero parece que eso quieres, ¿no es verdad? ¡Que me ponga agresivo y cambie mi
actitud!

Isaac agarró sus muñecas y respondió bruscamente haciendo un tipo de llave que
terminó con Félix gimiendo... Y no precisamente de dolor. Cuando liberó un poco su
agarre y dejó que se aproximara contra su pecho, el hombre giró la barbilla de Isaac
para besar ligeramente sobre sus labios.

—No, no tienes que cambiar tu actitud... Aunque carajo, el número de capitán de la


marina resistiéndose me endureció el pene.

—... Suficiente.

—De verdad te amo demasiado.

Su voz, pese a todo, era desafortunadamente dulce. Los sentimientos que tenía por él
eran tan fuertes como vergonzosos y frustrantes así que su cuerpo se apagó.

Félix lo besó apresuradamente y cambió a una posición en la que pudiera succionarle


los labios y meter poco a poco su lengua.

El beso, que siguió por algunos minutos más, se convirtió rápidamente en un beso
violento. Lleno de pasiones explícitas que hicieron que la fiebre se les subiera por el
vientre hasta llegarle al pecho. Al final, igual que un perro Pavlov, en el momento en
que comienzan sus besos el interruptor que está oculto en algún lugar del cuerpo de
Isaac se enciende y el interior se calienta hasta hacerlo babear. Fue como ponerlo a
hervir.

Cuando Isaac, borracho de placer y de lujuria, exhala todo el aire caliente que lleva en
los pulmones, Félix camina con él hasta ponerlo casi completamente sobre el lavabo de
mármol.

El pecho de Félix, tocando su espalda desnuda, provoca que sienta una presión tan
intensa que hace que su cabeza cuelgue por completo hacia adelante. Luego, gira el
brazo de Isaac hacia atrás. En una posición que la mayoría de los sospechosos
arrestados por la policía experimentan siempre. La policía solía esposar el brazo del
criminal y lo hacía girar justo sobre su cabeza. Así como ahora lo está haciendo él.

Isaac, que era un ex capitán, nunca había sido atrapado ni tratado así antes por lo que
gruñó y trató de liberarse. Félix puso sus labios en su oído y susurró:

—Isaac, quiero que mantengas la calma sin importar lo que haga contigo.

—¿Y por qué te dejaría hacer eso?

Después de todo, Félix finge no haber escuchado. Aunque en realidad, estaba tan
excitado como para entender qué demonios había dicho.

Isaac se muerde los labios, con el pecho y las mejillas en el mostrador del fregadero.
¡Definitivamente no era su plan golpear el fregadero justo después de ducharse!

Como él dijo, todo se sentía como si fueran recién casados, pero se preguntaba
frecuentemente si los recién casados realmente hacían esto. Él quería hacer el amor con
él. ¡Por supuesto que moría de ganas! Pero pensaba que era el tipo de cosas que podían
hacer en la cama. Bajo las sábanas y actuando de una manera "bonita." No mentía, el
italiano era una especie de bestia hambrienta e insaciable, y empeoraba a medida que
pasaban los días.

Está vez... Su lengua está lamiendo las gotas de agua sobre sus hombros.

—¿Sabes qué? Las feromonas Omega se están volviendo más espesas desde que dejaste
de beber el inhibidor. Es difícil soportarlo.

Después de lamer y morderle, Félix se movió lentamente a lo largo de su columna


vertebral. Lo besa muy suave y a veces incluso chupa la marca que queda del beso. El
calor se extiende, como una deslumbrante corriente eléctrica que escala a través de
cada nervio y se extiende a todos los rincones de su cuerpo... Incluso si lo hacen todos
los días, este fue definitivamente un estímulo más intenso.

—Um... Si es así, creo que sería mejor volver a tomar el inhibidor.


Mientras murmuraba esto, Félix mordió el área alrededor de su cintura... Las marcas de
sus dientes están claramente talladas por aquí y por allá así que Isaac solo tembló y
soltó un gemido más intenso.

—¿Sigues diciendo tonterías? ¿Por qué siempre quieres quitarme las cosas que me
gustan tanto?

—Entonces... ¡Ah!

Las palabras se derriten rápidamente en su lengua, entre gritos y los dedos de Félix, y
su boca que baja hasta instalarse en su ano para comenzar a hacerle sexo oral... Un
terriblemente lento sexo oral desde arriba para abajo.

La corriente intensa fluye a la punta de sus manos mientras se recuesta completamente


sobre el lavabo y aprieta los dedos en una posición que parece bastante extraña. Es
espeluznante, realmente espeluznante.

—Tienes que aprender a controlar el flujo...

Félix se levantó, y sus dedos cayeron lentamente hasta quedarse sobre la toalla de baño
que estaba amarrada alrededor de la cintura de Isaac. Luego, como si fuera todo lo que
necesitaba para ser feliz, agarró la toalla y se la quitó de inmediato para aventarla casi
hasta el otro extremo.

—Las feromonas... No sé cómo... ¡Ah! ¡Ahí, Félix!

Isaac de repente levantó la voz cuando Félix volvió a agacharse para poder colocar la
lengua nuevamente en el espacio palpitante de su trasero. Empezó a temblar...

Definitivamente era mejor cuando no tenía la toalla encima.

—¡Espera! ¡Félix, espera!

Isaac, avergonzado, lo llamó apresuradamente una y otra vez, pero las manos que
sostenían su cadera solamente se aprietan con más fuerza. ¡Si no se hubiese sostenido
del fregadero era más que seguro que sus extremidades colapsarían sin que lo pudiera
detener! El sonido de chupar y lamer ya se estaba volviendo demasiado insoportable
para su propio bien.

—He estado entrando y saliendo de aquí, pero nunca me lo había comido de esta
manera...

Pronto, cuando la voz absolutamente excitada de Félix se elevó hasta sus oídos, su
estómago comienza a sentirse como si estuviera contrayéndose.

Cada vez que susurraba, su aliento cálido y húmedo caía por la piel arrugada de su ano
y, sumado a eso, estaba la sensación de que le estuviera frotando con la punta de la
lengua tan expertamente como si estuviera comiendo una paleta.

Ah, su cabeza va a estallar.

—Oh, oh... Para... Por favor para...

—Si hubiese sabido que era tan delicioso, lo habría probado desde mucho antes. Desde
la primera vez que te vi.

Gimiendo como un animal, las piernas que apenas habían logrado sostenerse tiemblan
tanto que incluso parece exagerado. No puede hablar, ni pensar, solamente exhala y
jadea mientras siente como las feromonas que fluyen de Félix lo invaden sin siquiera
darse cuenta de lo que está haciendo. Huelen increíblemente dulces, para tratarse de un
Alfa.

—Ha, ha... Félix, por favor. Ya está bien así.

Intentó agarrar la mano de Félix para guiarlo a otro nuevo movimiento, pero él
solamente se apartó.

Dios mío. ¿Cuánto tiempo va a seguir haciendo eso? Tal vez su agujero se derrita antes
de que puedan pasar a la parte de la penetración así que... No, Félix pudo haber tenido
la intención de hacerlo así en primer lugar. Estaba pensando en derretirlo desde el
principio para dejarlo completamente vulnerable después. Está claro.
Es tan maldito.

Después de más gritos obscenos y más movimientos extraños de su lengua en el


interior, la verdad es que su ano se escucha tan mojado que da miedo. ¡Era una
sensación de muerte total! Sin embargo, Félix solo siguió chupando y lamiendo al
mismo tiempo en que incluso agarraba el pene que estaba a punto de estallar.

—¡Ugh!

Con más gemidos, su cintura se reclina hacia atrás, pero sus manos siguen implacables.
No dejaban ni por un solo segundo de masturbarle el pene con movimientos certeros de
atrás para adelante.

—¡Oh no, Félix! Me voy a... Voy a...

La saliva gotea de la boca que no se cierra y las lágrimas comienzan a caer también de
unos ojos que se habían vuelto bastante chiquitos. No es tan fuerte como para soportar
un estímulo así de terrible por lo que el pene de Isaac termina vomitando una inmensa
cantidad de semen hacia la pared... El líquido salpicó y cayó en línea recta, haciendo un
desastre también en el suelo.

Isaac ya estaba exhausto porque fue masturbado y chupado y había logrado eyacular
sin que lo planeara, pero Félix parecía no tener intención alguna de dejar de moverse.
El miembro de Isaac continúa entre la mano de Félix, empapada en esperma... Solo lo
frota y luego, lo vuelve a frotar.

Isaac respira hondo con una cara al rojo vivo. Desde la cabeza hasta la punta de los
pies, todo su cuerpo estaba empapado en la feromona de Félix. En su saliva... Su pared
interior ya estaba suave, como si no fuera la suya. Su cabeza se desvanece en blanco y se
vuelve una niebla.

—¿Es raro que te desee tanto, mi amor? Cuando te veo, realmente me siento como una
bestia.
Solo entonces, cuando Félix dejó en paz su culo, Isaac se dejó caer, levantando
lentamente la mirada y dirigiéndola a él. Sus pupilas están desenfocadas, pero esos ojos
azules no se ignoran así de fácil.

—Isaac... Solo aguanta un poco más.

Fue cuando Félix sostuvo la mirada de Isaac que su voz se sintió un poco más baja.
Isaac ni siquiera podía verlo correctamente, pero sabía lo que estaba haciendo esta
vez.

Con un grito silencioso, el pene de Félix comienza a entrar lentamente en su ano.

Gracias a lo que había hecho con su boca, la entrada ya estaba toda suelta... Pero de
todas maneras había una presión considerable. Se sentía llenó, justo en el estómago.
Las arrugas en su ano están tensas y la sensación de aceptar los genitales de Félix no es
algo a lo que se pueda acostumbrar rápidamente.

—¡Félix! ¡No! Espera...

Isaac tembló y volvió a echar todo su cuerpo para adelante. Es solo el comienzo, pero
sus ojos ya están llenos de lágrimas y su interior está increíblemente mojado. Más que
antes. De su boca, solo salió el sonido del dolor y del gozo... No tuvo más remedio que
ponerse a sollozar.

Félix tiró bruscamente de su muñeca, alzándole la cintura de inmediato para seguir


moviéndose una y otra vez.

—Oh, ah, ah, Félix. Basta. Para. De verdad...

Así, cada vez que Isaac sollozaba y sacudía la cabeza, el sudor goteaba hasta hacer gotas
gordas sobre el fregadero. La cintura de Félix se estaba volviendo cada vez más feroz.
"Puck, puck" dentro y fuera. El movimiento oscilante se hizo tan intenso que Isaac no
pudo seguir con el ritmo y el sonido obsceno de los golpes terminó por destrozarlo más.
Hizo sonar el baño, hizo que doliera. El hombre está sollozando sin ocultar un rostro
completamente distorsionado.
—Isaac, no deberías hacer esa cara. —Entonces Félix, que miró a Isaac con atención, se
detuvo los segundos necesarios para hacer que una gruesa sonrisa se extendiera sobre
su hermoso rostro. Al mismo tiempo, se escuchó una risa tan deslumbrantemente bella
como espeluznantemente malvada—. ¿Qué debo hacer si lloras con una cara tan
perdida? Solo me dan ganas de más.

Tenía razón, era una verdadera bestia con cuernos. El pobre Isaac parecía a nada de
desmayarse sobre sus brazos.

Dentro del orificio que cubre los genitales de Félix, el líquido húmedo se vierte hasta
fluir por sus muslos. Los dedos de sus pies se contraen sin que lo pueda evitar y un
gemido comienza a sobresalir con fuerza de su boca.

—Isaac, ¿qué pasa con todas estas reacciones? ¡Maldita sea, tú realmente...!

Entonces no lo soportó.

Aparentemente comenzó a cavar en su interior con mucha más violencia que la qué
había ocupado antes.

El sonido lujurioso de su carne empapada sonó tan ruidosamente que parecía estar
rondando ya no por el baño, sino por la casa misma.

Isaac jadeó, abrió las piernas y se tocó el trasero y... Habló. Rogando. Estaba dispuesto
a aceptarlo todavía más. Tanto como quisiera.

Sus pensamientos ya no eran sus pensamientos así que, sollozando y gimiendo


repetidamente, ofreciendo su cuerpo a Félix como una persona diferente, al igual que
las noches que pasó con él, otra noche larga parecía estar tocando su puerta.
QB • Extra 1 | Parte 4
Isaac abrió los ojos lentamente... Sus párpados se sentían bastante pesados y su visión
estaba muy borrosa. Movió un poco las piernas y luego descubrió que las tenía todas
envueltas en la cintura de Félix. También tenía los brazos alrededor de su cuello.

Los recuerdos de llorar son muy claros... Pero fuera de eso no tiene idea de que más
pasó y tampoco entiende del todo lo que pasa con esta nueva situación.

Isaac está acostado en una gran bañera, de espaldas y sosteniendo al hombre entre sus
manos... Sintió que de pronto tenía mil millones de dificultades y dudas.

—... ¿Cuándo pusiste el agua?

—Justo ahora.

—No puedes tratar mi cuerpo así todos los días. ¿Entiendes?

Isaac, acostado ahora sobre el pecho de Félix, murmuró sus quejas sin una sola gota de
energía. Suspira, y ve entonces aparecer una sonrisa suave junto con el sonido de sus
labios tocando sus mejillas.

—Félix... En serio. No puedes estarme empujando por toda la casa.

—Quiero hacerlo correctamente, pero es difícil porque mi agenda es muy pesada. Ya


ves... Encontrar estos espacios libres son más bien una bendición.

—Otra excusa tonta.

—Bueno, entonces que tal esto. Me pongo terriblemente loco cuando te veo. Me
distraes. No puedo ser un sujeto de modales cuando te tengo tan cerca y solamente para
mí.

Un leve susurro se filtra desde la punta de los labios que todavía se presionan una y
otra vez contra sus mejillas húmedas. Isaac trató de girar la cabeza, pero era difícil
liberarse de los dedos de Félix cuando estaban agarrándole tan firmemente de la
barbilla.
—¿Cómo puedo actuar normal cuándo todavía tienes la cara roja? Incluso siento como
escurres junto a mí...

Isaac, que estaba escuchando atentamente todas sus palabras, de pronto se avergonzó
con fuerza. Cuando sus mejillas se enrojecieron y se calentaron, Félix se sintió como
una bestia otra vez. Una bestia que quería comérselo. Félix aprovechó el momento para
morderle ligeramente la oreja, chuparle y besarle el cuello de una manera tan perfecta
que... Isaac cerró los ojos y lo dejó seguir.

Ciertamente, los Alfa son bastante fieles al instinto en comparación con los Beta. Son
como animales así que, ¿qué puede esperar si Félix es un alfa dominante de nivel
superior? Quizá por eso era tan persistente en lo que respecta al sexo, a los besos y a
esos cuidados algo innecesarios.

Desafortunadamente para él, solo ha pasado un tiempo desde que se enredó con Félix
así que ya está más que agotado. Por supuesto, también estaban enlazados así que
cuando juntaban sus cuerpos y se miraban... Se sentía tan bien que se volvía una escena
completamente absurda. Estaba muy ocupado sacudiendo su cintura para él, rogando
por más y diciendo que siguiera, pero después de despertar... Era difícil mover sus
extremidades después de despertar.

Si tiene que quejarse por eso, entonces se va a quejar todo el día.

—No importa cuánto lo piense, es difícil que sigamos teniendo sexo todos los días de
esta manera.

Isaac exhaló y abrió los ojos para poder adoptar una postura lo suficientemente firme.
Las torpes manos de Félix ya estaban revoloteando por su pecho de todas maneras.

—¿Qué quieres decir, cariño?

—Me gusta... Pero es difícil moverme después y eso es algo que de verdad odio. Me
siento cansado, y tengo cosas que hacer en la mañana que no me permiten estar así.
Tengo la tienda y a Benjamín así que quiero evitarles la molestia de verme tirado en el
suelo.
Isaac, que básicamente había sido entrenado para no dormir por una semana entera,
tiene una resistencia tan fuerte que puede decirse que incluso no es humana. Era
extremadamente raro que estuviera exhausto y eso solo significaba que Félix estaba
llevando las cosas hasta el límite.

—Cuando terminamos... Solo quiero dormir.

Félix miró a Isaac, que estaba apoyando la cabeza cómodamente sobre su hombro con
los ojos cerrados y los labios entre abiertos... Tampoco era su intención hacerle sentir
así, por lo que comenzó a decir que estaba bien, con la boca nuevamente pegada a su
cabeza.

—¿Entonces...?

—Ya lo decidí... Así que hablemos ahora. No puedo hacerlo todos los días.

—Yo estaré de acuerdo con lo que quieras hacer.

—Una vez cada cuatro días entonces.

Ante una decisión firme, Félix lanzó un grito parecido a un "¡De ninguna manera!".
Pero Isaac igual no volvió los ojos.

—¡Piensa cuidadosamente sobre esto Isaac!

Por un momento, Félix, que parecía sumido en un intenso pánico, abrió un discurso
repleto de gritos y malas palabras. Isaac giró un poco para poder mirarlo mejor.

—¿Qué pasó con el: "Yo estaré de acuerdo con lo que quieras"?

—¿No sería mejor hacerlo cuando puedas hacerlo, pero todos los días?

—... ¿Qué quieres decir con eso?

—Una vez cada día. Solo una vez... Larga.


—Si aguantaste hacerlo cada lunes cuándo no estábamos juntos, entonces
definitivamente hacerlo cada cuatro días no te matará.

Isaac, que murmuró esto como un suspiro bajito, extendió las manos para poder
acariciar la cabeza mojada de Félix. Lo abrazó, y lo miró hasta que sus cejas terminaron
por juntarse y su barbilla se cayó para descansar a un lado de la suya. Ah, antes era un
completo desastre así que no deseaba que el mismo panorama se repitiera. Es decir, lo
follaba, conducía todo el día sin tomar un descanso, y al día siguiente, incluso si iba a la
tienda solo medio día, se sentía morir. Realmente morir.

¿Por qué debe ser así incluso ahora?

—Estoy tratando de salvar mi trasero. Literalmente.

Cuando murmuró esta palabra, Félix despegó los labios y se echó a reír. Una risa con
ganas. Luego, terminó por acariciar también su cabello empapado hasta quitarle las
gotas de agua que bajaban por su frente y sus orejas.

Le da la razón. Debe ser una cosa difícil ser el compañero de un Alfa y peor aún, estar
enlazado con él... Aunque de todas maneras es mejor hacerlo poco a poco todos los días
que acumular todo su deseo y soltarlo cada cuatro. Es decir, ¿no es mucho mejor para
la salud de todos?

—¿Puedo preguntar algo antes?

Félix levantó la vista así que Isaac también.

—¿Qué es?

—Entonces, cuando firmaste el contrato... ¿Por qué dijiste que podía hacer contigo lo
que quisiera? ¿Por qué me dejaste tener sexo contigo? ¿No pensaste que podía hacerte
daño?

Cuando escuchó la pregunta inesperada, Isaac miró sus ojos azul oscuro y carraspeó la
garganta.
—Yo... Hace cuatro años, mi ciclo de calor estalló por primera vez en un lugar y tiempo
inesperados. Me encontraste así y me abrazaste y... Bueno, luego me gritaste así que
escapé.

—Es porque me rompiste el brazo.

Los ojos de Félix sobre Isaac eran bastante agudos. Ni siquiera puede ver el final de su
nuevo mal carácter porque el final no aparece.

—Pero lo importante es... ¿Recuerdas lo qué pasó esa vez? Me preguntaste si quería
tomar un descanso y yo te dije que NO. "No me dejes" "Puedes hacer lo que quieras
conmigo".

Isaac murmuró como si estuviera soñando despierto, recordando un pasado que Félix
no...

—No me acuerdo.

Félix, mirando a Isaac, intentó sacar el recuerdo que había estado enterrando durante
mucho tiempo... Isaac no sabía si realmente no podía recordar o fingía no saberlo así
que solo comenzó a reír.

—Cuando fue el día del contrato... No sé por qué, pero el momento de repente vino a mi
mente. Entonces lo dije, porque pensé que me ibas a recordar allí mismo y sin la
necesidad de explicarte algo.

—...

—Por supuesto, inmediatamente me di cuenta de que te había sobreestimado.

Esta vez Isaac tenía una cara complicada. Cuando sacudió la cabeza y cerró la boca,
Félix le clavó la mirada de una manera realmente penetrante.

—¿Estás enojado porque no te reconocí de inmediato?


Luego, inmediatamente después, planteó una pregunta que logró que Isaac solamente
se elevara de hombros.

—Sí, quería que lo hicieras por tu cuenta... Pero ya no sé. A decir verdad, no estoy
seguro de como sentirme.

—Ok...

—Pero... Es confortable, ¿verdad?

—¿Qué es confortable?

—Que aunque no me reconocieras igual te enamoraras de mí.

Esas palabras lo hicieron estremecer hasta el punto en que se sintió como una gelatina
humana. Luego, sujetando la barbilla de Isaac, movió un poco la cabeza y lo besó con
fuerza. Sabía a agua y a loción para baño. Sus labios estaban húmedos, tanto como la
punta de la lengua que abre suavemente su boca y lame la delicada piel dentro de sus
labios. También es algo cauteloso.

Isaac apoya su pecho sobre el suyo, acomoda su cabeza entre sus manos y cierra los
ojos... Es, un beso dulce y tierno en lugar de los besos salvajes y descuidados que
siempre se daban. Y debido a que estaban empapados en un agua que se había ajustado
a una temperatura cálida, se soltaron libremente. Derritiéndose justo como la miel en el
chocolate.

—Isaac...

Isaac continuó besándole, ignorando el sonido de esa voz llamándole mientras sentía
ese vaivén de aquel vientre contra su vientre... Con sus piernas abiertas, Félix envuelve
las caderas de Isaac con ambas manos. Lo abraza.

—¿Entonces está bien? ¿Acordamos no hacerlo todos los días y si cada cuatro? —
Cuando Isaac se derrumbó sobre él y preguntó, Félix ya estaba muy concentrado en
tomar su trasero—. Duele... En serio.
Su mano no se quitó, pero al menos no hacía nada más.

—¿Cómo voy a hacer eso cuando te veo poniendo la mesa frente a mí para comenzar a
comer?

Su voz estaba excitada, pero seguía siendo increíblemente dulce con él. Isaac se echó a
reír, levantó su mano mojada y le acarició las mejillas.

—Porque es muy difícil para mí, así que solo tienes que besarme. ¿De acuerdo?

Susurrando con calma, Isaac inclinó la cabeza hasta dejar los labios a centímetros de
los suyos... Entonces, en lugar de una respuesta, Félix se volvió más amable que nunca
antes. Chupó sus labios dulcemente, su lengua estaba fría y la saliva sabía bastante
familiar. Los sonidos húmedos también se escapan de sus labios entrelazados, junto
con el sonido del agua.

Como siempre, Isaac responde fervientemente a un beso que lo derrite en un instante.


Una larga noche que parece como si nunca fuera a terminar.

✤✤✤✤✤✤

El personal de la recepción deslizó la puerta con los ojos bien abiertos y miró fijamente
al hombre que entró.

Trabajaba en uno de esos preescolares que eran famosos por ser muy buenos pero
extremadamente caros así que había conocido a muchos padres excéntricos. La
mayoría de los que llegaban hasta allí eran en su mayoría ricos y con trabajos
consistentes: presidentes, profesores, abogados, contadores, médicos. Sin embargo,
podía asegurar que nadie era como el hombre que acababa de cruzar la puerta. Alto y
ancho. Hombros fuertes, un rubio brillante, nariz esculpida y una línea delgada en la
mandíbula debajo de unas gafas de sol negras. Una figura prominente, quizá era un
actor de Hollywood o algo así... Sin embargo, a diferencia de la apariencia brillante y
hermosa que tiene, el otro hombre que llega detrás de él parece más bien "intimidante".
Trae una camisa polo amarilla de manga corta y pantalones cortos de color caqui. De
hecho, el hombre que lo acompaña era incluso feo. El físico, la altura, la cara y los ojos
feroces que miran alrededor de la habitación son como el fuego en un bosque. Es, como
un oso.

Si el chico hermoso que entró primero no estuviera sosteniendo a un niño entre los
brazos, entonces definitivamente hubiera llamado a la policía.

El niño, que tiene unos tres o cuatro años, es el hijo de ese hombre deslumbrante. Lo
sabía, definitivamente eran familia. El cabello rubio brillante y las características
llamativas en su cara lo delataban. En realidad, ¿quién podría ser tan tonto como para
no saberlo?

—Oh, bienvenidos.

Por un momento, el personal de recepción los miró fascinado... Pero el hombre rubio
con el niño se le acercó y abrió su discurso de una vez:

—Sé que el registro ya terminó, pero llamé y me dijeron que podían hacer una
excepción conmigo.

—Oh, ya veo. ¿El nombre del niño es...?

—Benjamín Parker.

La cara de Félix siempre se distorsionaba cuando decía ese nombre. Todavía no han
hecho los trámites necesarios así que el apellido de Benjamín sigue siendo el mismo
que el de Jessica Parker, su abuela. Sabe que lleva tiempo para que todo se organice
correctamente, pero a veces no puede evitar quejarse cada que lo piensa. Esto se debe a
que tiene el apellido de la ex pareja de su suegra, alguien que ni siquiera tiene relación
de sangre con el niño o con nadie. No le gusta, y piensa que necesita limpiarlo lo antes
posible.

—Ah, sí. La directora lo anotó aquí. No hay problema porque podemos comenzar con la
inscripción ahora así que Benjamín puede quedarse hoy mismo si así lo prefiere.
Iniciamos hace un mes, pero estoy seguro de que se adaptará pronto.

—Perfecto.
—Hola, Benjamín.

El empleado, que golpeaba todavía la computadora, sonrió con una expresión


claramente ensayada y comenzó a agitar sus manos brillantemente hacia Benjamín.

—Benjamín, ¿no vas a saludar?

—...

—¿Estás nervioso por estar en una escuela nueva?

—...

—Es lo normal. Así que entremos los dos y veamos que podemos encontrar, ¿está bien?
No sé, tal vez conocemos algunos amigos nuevos.

Susurrando, la voz de Félix parece demasiado cariñosa y comprensiva para ser verdad.
La atmósfera peligrosa que fluye de él se evapora y demuestra ser suficientemente
intensa como para que los ojos del personal de recepción se abran tres veces su tamaño
normal.
Después de eso y todavía algo mareado, abrió la puerta del pasillo que conducía al aula
de niños.

—¿Está bien si entramos? Le podemos hacer un recorrido.

—Sí.

—Los padres pueden llevarlos al salón de clases si quieren, pero en realidad les pedimos
que los dejen aquí para que puedan aliviar la tensión lentamente. Casi todos nuestros
niños lloran al inicio así que...

—Puede explicarle más tarde, primero necesitamos ver el salón para asegurarnos de
que todo esté bien.

Fue Jack, parado detrás de Félix, quien cortó su amable explicación con una palabra
ruda. Todavía tiene una herida de bala por lo que tenía que llevar muletas a todos lados
pero, aunque le dijeron que lo mejor era que descansara apropiadamente, Jack solo
contestó que estaba bien y que no podía perderse el primer día escolar de Benjamín.
Por supuesto, Noah también estuvo rogando poder ir para verificar que el niño
estuviera bien, pero al final, solo se le había ocurrido encerrarlo en el sótano. ¡Además
era un día de padre e hijo! Gracias a eso, solo Jack, que a fin de cuentas era el
guardaespaldas, estaba más que eufórico de lograr llevar a cabo esa misión especial.

Aunque de cualquier manera, Benjamín hablaba tanto de Noah que había logrado
hacerlo enojar… "¿Mi tío va a venir más tarde?" "¿Podemos llamarle?" "¿Podemos
llevarle esto?" ¿Podemos llevarle esto otro?" "Noah, Noah, Noah, Noah"

Así que ahora, estaba desquitando todo eso gritándole al hombre de la recepción.

—Claro. Adelante.

El personal, que seguía siendo terriblemente amable, se dirigió con Félix y lo guio de
inmediato al aula diciendo que era: "La nueva residencia de Benjamín." El edificio en
sí era grande y espacioso y las instalaciones eran excelentes. ¿Cuántos niños hay en el
aula? Había muchos como para contarlos, pero las paredes, los juguetes, los decorados
con papeles de colores, pinturas y las fotografías, estaban perfectamente ordenados.
Todo muy limpio, libros y manteles pequeños.

Félix, después de mirar alrededor del salón, finalmente posa la mirada en Benjamín. El
niño no dice nada y solo se queda con las mejillas recargadas sobre los hombros del
hombre.

—¿Benjamín?

Cuando lo llama en voz baja, Benjamín solo levanta los ojos.

—Voy a bajarte para que puedas mirar tu nuevo salón. ¿De acuerdo?

—...

—¿Qué pasa? ¿No quieres ver? Hay un montón de niños allí. ¿No quieres ir y decir
Hola?
Hizo otra pregunta, pero Benjamín solo mantenía la mejilla contra su hombro y dejaba
la boca cerrada.

—Benjamín...

Escuchó que le gustaba mucho estar en la guardería de La Jolla así que debe ser difícil
adaptarse a un nuevo ambiente. Además, descansó en casa durante más de un mes
porque iba constantemente al hospital infantil para recibir tratamiento psicológico... Y,
en realidad con esas cosas uno nunca está seguro.

Félix se frotó la frente con una expresión compleja y volvió a mirar al niño. Si hubiese
sabido que se quedaría tan en blanco, entonces definitivamente le hubiera dicho a Isaac
que viniera también.

—¿Benjamín?

Félix todavía no escucha ninguna respuesta de Benjamín, quien tiene la cara hundida
en su ropa. Simplemente se arrodilló y luego tomó suavemente la espalda del niño para
bajarlo al suelo... Fue en ese momento que descubrió que estaba repleto de lágrimas.
Con la boca en un puchero enorme y el pecho subiendo y bajando.

—¿Podemos...? ¿Podemos ir a casa?


QB • Extra 1 | Parte 5
Ya pasó aproximadamente un mes.

Félix tenía miedo de que la florería estuviera tan lejos así que le instaló una tienda un
poco más cerca de casa. El área era grande y limpia y el tamaño de la nueva tienda era
considerable. En realidad, se trataba de un lugar excelente. Tenía una gran ventana
que hacía que la luz del sol se filtrara y provocaba que el interior fuera muchísimo más
brillante. Había demasiado trabajo que hacer para que se sintiera como algo suyo y
todavía estaba muy desordenado para su gusto, pero podía decirse que era un proceso
divertido.

Era un deseo honesto. Estar en su pequeña tienda desde la mañana hasta la noche.
Haciendo ramos, y moviendo sus macetas de barro. Además, se sentía bien, operar la
tienda libremente sin que nadie lo molestara y sin ser perseguido por un hombre
demente. Ahora Benjamín y su madre pueden vivir junto a él y... El niño ya puede estar
con Félix. Su padre. Se preguntaba si estaba soñando despierto... Un sueño tan feliz
que definitivamente no quiere despertarse.

Isaac, mirando por la ventana, encerrado en un pensamiento verdaderamente


agradable, pronto se da cuenta de que está actuando como un adolescente enamorado
así que decide intentar olvidarse de eso haciendo algo más. Con agitación, comienza a
mover una olla pesada para cambiarla de la puerta de la entrada a la puerta de atrás...
Cada que se movía en la tienda llena del deslumbrante sol de la mañana, la música de la
radio parecía seguirlo y escucharse igual de fuerte sin importar que estuviera allí o allá.
Y, aunque la temporada hacía que el sudor se formara con frecuencia en su frente, la
verdad es que sentía que era una mañana lo suficientemente tranquila como para que
eso pudiera llegar a molestarlo.

Hasta que... Alguien entró a la tienda y comenzó a abrazarlo por la espalda.

—¡...!

Una fuerza extraña se envuelve alrededor de sus hombros y hace que su cuerpo se
incline por completo hacia adelante. Isaac, confundido, agarró el brazo del hombre, se
inclinó un poco más y entonces lo tomó y lo tiró hasta terminar tumbándolo contra la
pared. Fue una acción involuntaria así que, en un abrir y cerrar de ojos, ya tenía al
sujeto tirado en el suelo. A un par de pasos del mostrador.

Dos ojos azules se entrecierran y luego, el hombre frunce el ceño como si eso le hubiera
ocasionado demasiado dolor.

—¿Félix?

—A...Uch.

—Dios, Félix.

—Estoy bien... Mi pulmón ya estaba colapsado de todas maneras.

Isaac estaba allí, completamente congelado. Viendo como Félix se ponía de pie y se
sacudía la ropa igual a si todavía le costara horrores coordinar... Había pensado que era
un ladrón. ¡¿Quién hubiera dicho que era él?!

—No te defendiste...

Isaac murmuró esto porque fue lo primero que le llegó a la cabeza. En realidad,
lamentaba mucho haberle hecho eso, pero no encontraba las palabras adecuadas para
expresarlo.

—Es porque no pensé que fueras a atacar...

—¡Entonces debiste entrar normalmente! ¿Qué es eso de venir hacía mí como un


idiota?

—Estaba tratando de sorprender... Ok, olvídalo. Ya no lo haré más. —Las palabras de


Isaac llevaron a Félix hasta el punto en que comenzó a aparentar una completa
rendición. Elevando ambas manos en el aire—. Aprendí mi lección, lo siento.

—No, fue mi culpa. Me moví inconscientemente.

—Fui yo el culpable, cariño. Ya no hace falta que nos pasemos la carga.


—¡Pero casi te rompo el brazo!

—¡¡Ya me lo rompiste!!

Félix sacudió la cabeza. No, no era necesario volver a sacar ese tema otra vez cuando
era obvio que deseaban conversar sobre otra cosa. Isaac se encogió de hombros.

—¿Entonces qué pasó? ¿Cómo estuvo el primer día de Benjamín? ¿Si entró?

En lugar de responder, Félix, que estaba todavía intentando acomodarse los huesos de
la espalda, contesta algo como un "Umm..."Bastante largo. También se sentía como el
comienzo de una larga excusa.

—¿Quieres decir que no se pudo? ¿No te dejaron inscribirlo? O... ¿No te gustó la
escuela?

Isaac preguntó de nuevo, quitando la suciedad de sus manos para dejarla toda en su
delantal. Su voz es la misma de siempre, pero como era un tono grave de por sí, Félix
evitó a toda costa hacer contacto con su mirada. Además, estaba el hecho de que sus
ojos negros eran bastante amargos.

Al final, sin embargo, no tuvo más remedio que hablar.

—Pues… ¿Qué haces cuando tu hijo está llorando y diciendo una y otra vez que quiere ir
a casa?

Isaac, mirando la cara preocupada de Félix, exhaló profundamente antes de pensar en


algo adecuado que decir. La verdad es que había pensado que no tendría ningún
problema porque era maravilloso cuidándolo y creyó, que definitivamente sería un
padre estricto. ¿Pero qué pasa si un niño llora y en lugar de ser estricto el papá se
pone a llorar con él? Porque el hombre tiene los párpados inflamados.

Cada vez que cree que tiene la solución a algún problema, Félix viene y le muestra que
no es así.
—Bueno... Si hubiera sido yo, lo habría dejado en el salón con su profesora. Incluso
aunque hubiera estado llorando. —Isaac, que todavía miraba a Félix, habló con una voz
bastante firme—. Me despediría y, solamente saldría de allí antes de que todo se pusiera
peor.

—Es algo inteligente. No lo había pensado.

Félix murmuró como si bromeara, pero era obvio que seguía estando muy nervioso.

—Pero, creo que es algo bueno que lo regresaras a casa si sentías que era lo mejor para
Benjamín. Después de todo, es solamente el primer día.

—¿Qué...? ¿Qué fue lo que hiciste tú?

—Pues... Cuando Benjamín fue a la guardería por primera vez, yo lo llevé junto con mi
madre. Pensé que era natural que se pusiera a llorar así que lo dejé hacerlo tanto como
quisiera. Lloró y lloró, por dos días... Pero mejoró y comenzó a hacerlo bien sin
necesidad de pedírselo. Escuché que tienes que acostumbrarlo poco a poco a que... Será
así a partir de ahora. La escuela es un buen cambio.

Isaac suspiró, recordando el día que llevó a Benjamín a la escuela por primera vez.
Llorando tanto. Ah. Realmente lo dejo, aunque estaba así de mal. Llorando y gritando y
él, solo salió y regresó hasta la tarde. Claramente surge un sentimiento complejo al
pensar... Que aunque parece estar seguro ahora esa vez no lo hizo nada bien. Se siente
culpable, de hecho. Tan inexperto como Félix. Es decir, esa vez ni siquiera podía tomar
al niño correctamente entre sus brazos.

—Yo fui... Muy frío, tal vez.

—No. Te entiendo. Es que... Es tan difícil tratar con un niño pequeño. Más aún cuando
está asustado y llorando. ¡El mismo hombre de la recepción me dijo que lo dejara allí!
Pero, no me gusta. ¿Sabes? Me rompe.

Isaac lo escuchó... Y de inmediato una esquina de su pecho comenzó a hacer cosquillas.


Incluso se sentía cálido. Criar a un niño es difícil. Tienes que aprender mucho de todo y
necesitas tener demasiada paciencia y poner el doble de esfuerzo del que ya pones
siempre... Le hacía bien tener a Félix a su lado, ver su expresión y escuchar su
experiencia porque, eso significaba que en realidad no había una respuesta correcta
en ningún lado, ¿verdad? No era... Completamente un fracaso.

—¿Qué tal... si nos saltamos el preescolar y la primaria y lo dejamos ir cuando llegue a


la universidad? De todas maneras, la casa está llena de gente que le enseñaría de todo
con tal de mantenerlo a salvo. Yo podría mostrarle un método para aprender a leer y,
Tony es excelente con las matemáticas.

Por supuesto, la idea de Félix no es del todo la mejor ni la más razonable, pero es
bonito que se esté contemplando a sí mismo en algo que incluye el futuro del niño.
Como si estuviera despertando la parte paternal que no sabía que tenía.

—Es bueno tenerte.

Isaac susurró esto de repente. Una confesión extraña.

—¿En serio? Bueno... No es del todo una sorpresa que lo digas.

El hombre arrogante habitual acababa de regresar y, en realidad era mejor tenerlo así
que con una cara desesperada y los ojos irritados.

Una leve sonrisa se instaló en los labios de Isaac.

—Cuando pienso en mi infancia, recuerdo a mi padrastro. Él actuó como un soldado


conmigo, siempre exigiendo más y más, todo el tiempo... Entonces, a veces siento que
hay momentos en que presiono muchísimo a Benjamín o que incluso lo estoy tratando
mal. —La sonrisa en la punta de sus labios de pronto se volvió amarga—. Así que...
¿Sabes qué? Si yo soy el padre que lo deja llorar, por favor sé el que lo trae de vuelta a
casa. Continúa siendo amable con Benjamín como lo eres ahora.

—Isaac...

—Además, tú lo dijiste. Criar a un niño es muy difícil.


Cuando Isaac se rio, Félix envolvió sus mejillas suavemente entre sus manos. Era algo
tan tierno que los pensamientos que tenía en la cabeza, incluso los más complejos y
aterradores, se esfumaron de inmediato en forma de un suspiro profundo... Parecía que
había mucho más por aprender en el futuro, pero estaba bien aprenderlo junto a él.

—Entonces, ¿dónde está Benjamín ahora?

Félix lanzó una respuesta rápida.

—En el auto. Está jugando con Jack.

—¿No lo dejaste en casa?

—Lo traje porque pensé que ibas a querer verlo.

Isaac, que estaba desconcertado con el Félix que ahora, hasta ahora, le había dicho que
Benjamín estaba aquí, se quitó de inmediato el delantal y los guantes sucios y los dejó
aventados por allí. Estaba arreglando sus plantas y colocando la tierra en cada una de
sus macetas, pero… ¿qué importa eso ahora? Isaac sale rápidamente de la tienda
desordenada y busca el automóvil de Félix por todos lados.

Mientras tanto, mirando la espalda de Isaac, Félix solo chasquea la lengua y cruza los
brazos sobre su pecho. No puede ganarle al niño. Incluso si le dice las palabras más
tiernas del mundo y lo deja medio matarlo, él reacciona de inmediato ante la más
mínima mención de Benjamín.

Solo corre y lo busca...

En un carro que es difícil de ver, Jack mira hacia el frente y rápidamente baja la
ventanilla para poder hacerle señas con las manos. Entonces Benjamín saca la cabeza y
grita: "¡Papá!'. Con una cara tan brillante como ninguna otra.

—¡Benjamín!

Isaac abrió la puerta apenas llegó y abrazó a Benjamín con todas sus fuerzas. Todavía
tiene marcas de lágrimas secas bajo sus pestañas, su nariz está roja y sus párpados
están completamente hinchados. El niño se ríe mientras deja que su papá frote los
labios contra su mejilla una y otra vez.

—¿Lloraste mucho? —Isaac abrazó al niño con ternura y le preguntó esto mientras le
revisaba cuidadosamente la cara. Benjamín parece avergonzado de que se hubiera dado
cuenta, así que dice que no, muy bajito—. Seguro estabas muy nervioso... ¿Quieres que
vayamos a comer algo rico? ¿Quieres ir a pasear a algún lugar hasta que te sientas
mejor?

Mientras Isaac lo consuela y le acaricia la espalda en pequeños circulitos, el niño se


emociona de inmediato y levanta la cabeza para decir que eso lo haría muy feliz. Luego,
comienza a contarle todos los lugares a los que quiere ir, las cosas que quiere comer y
cada plan que quiere cumplir con él antes de que se haga de noche.

—¿No querías ir al parque Balboa, Isaac? Dijiste eso una vez, que deseabas ir de picnic
con Benjamín allí... Y también a Disneyland.

Isaac se sorprendió cuando escuchó la pregunta de Félix detrás de su espalda. ¿Cómo es


que sabía eso? Fue solamente una mención pequeña en un momento extraño así que es
increíble que todavía lo recuerde.

—Sí. Era... Otro sueño. Ir de picnic con Benjamín sin tener que preocuparme por nadie
más.

Después de mudarse a la mansión de Félix, a menudo salían a caminar al parque cerca


de casa o al zoológico que estaba cruzando la estación. Pero, a parte de eso, no han ido a
ningún parque temático y tampoco habían comido juntos sentados en el jardín... De
hecho, casi lo había olvidado.

—Vamos ahora.

La propuesta de Félix fue inesperada así que Isaac solo alcanzó a sostener con un poco
más de fuerza a Benjamín... El hombre se inclinó, miró al niño y le hizo una pregunta
con una voz bastante suave:

—Benjamín. ¿Quieres tener un picnic en el parque Balboa con tu papá y conmigo?


Parecía el espécimen perfecto de un padre ejemplar.

—¡Sí! ¡Vamos!

Benjamín asintió vigorosamente porque era mil veces mejor estar con ellos que ir al
prescolar. Pero Isaac, que todavía parece algo confundido, solo miró a Félix y abrió la
boca, aunque no podía decir nada. Era una persona muy ocupada así que, ¿realmente
estaba bien para él estar con ellos así como si nada?

—¿No está llena tu agenda?

—Tony se encargará de eso.

Aunque había preguntado de un modo bastante ansioso, como siempre, Félix solo
arrojó una respuesta rápida y desinteresada... Entonces lo ve, y se da cuenta de que el
atuendo que lleva encima es uno bastante ligero. Algo que definitivamente usaría para
dar un paseo.

Que sospechoso.

—Entonces, voy a cerrar la tienda.

—Por supuesto, te esperaremos justo aquí.

Félix, quien tomó al niño de los brazos de Isaac, rápidamente lo colocó en el asiento
trasero para hacer que Jack comenzara a amarrarle el cinturón. Benjamín ni siquiera
sabía realmente lo que era el parque Balboa, pero estaba tan emocionado que no
dejaba de moverse de un lado para otro.

Mientras Jack lo acomoda, le explica a Félix como ajustar la sillita de bebés para que
pueda hacerlo por su cuenta en el futuro.

—No, esto se encaja aquí. Justo... En esa hendidura.

—¿Esta? ¿Aquí?
—Sí. ¡Es allí! ¡Allí!

Isaac está escuchando la voz de Benjamín, alabando a su padre para luego regañarlo:

—¡Tienes que cerrar la puerta con seguro!

—Por supuesto, ¿Puedes explicarme eso también?

—¡Sí!

La sonrisa se extendió en su cara.

Al igual que los días brillantes y soleados, su vida también se sentía extrañamente
confortable justo ahora. ¡Todo iba tan bien! Su florería se estaba organizando a su
antojo, Benjamín crecía sano y brillante, su madre parecía estar recuperando su estado
mental normal y su buena salud física... Y, sobre todo, estaba Félix. Que los amaba y se
preocupaba por ellos más que nadie.

Es una infinita paz, donde está con su preciosa familia y puede disfrutar del tiempo sin
ningún tipo de miedo absurdo. Siente que incluso está flotando en un nuevo sueño con
los ojos abiertos.

Sí, tal vez es hora de pellizcarse las mejillas y volver a la realidad.

Isaac fue a cerrar la puerta de la tienda, bajó la cortina y volvió la cabeza hacia el auto.
Bajo un cielo azul sin nubes, Félix está allí de pie Esperando por él. Con la cabeza
inclinada y esos hermosos ojos azules.

—¿Estás listo, cariño?

De repente, en una tienda alineada al otro lado de la calle, como si fuera una jodida
broma o la escena de una película extranjera, escuchó la canción de Louis Armstrong.
"What a wonderful world"

I see trees of green, red roses too — Veo árboles de color verde, también rosas rojas.
I see them bloom, for me and you — Las veo florecer, para ti y para mí.

And I think to myself, what a wonderful world — Y pienso... que mundo tan
maravilloso.

Una voz audaz, una melodía de jazz lenta y letras llenas de felicidad. Cuando piensa en
el sentimiento, incluso alguien cómo él tiene ganas de cantar sobre lo bien que se siente
en ese mismo momento. Un hombre hermoso, con los brazos abiertos, diciéndole
cariño...
Isaac tiene una sonrisa más brillante que nunca antes, así que casi corrió hacia él.
QB • Extra 1 | Parte 6
Hubo muchas razones por las que la boda se realizó tan tarde.

En primer lugar, los diamantes, los anillos y otras joyas que ordenó al joyero que se
llamaba Christopher, se retrasaron porque había que hacer varias modificaciones. Jack
se enfermó y luego Benjamín tuvo gripa y en la semana del evento, Félix de repente se
fue de viaje de negocios así que el registro de matrimonio tuvo que posponerse mucho
más.

Sin embargo, anoche, Félix de repente se despertó para sacudir a Isaac. Su rostro
estaba lleno de determinación cuando comenzó a decirle:

—Isaac, despierta. Despierta.

Fue un amanecer bastante inusual para Isaac. Gracias a Félix no había podido dormir
bien. Estuvo jadeando, gritando y llorando toda la noche así que definitivamente no se
siente con fuerzas como para seguirle la corriente.

—... ¿Qué pasó?

Isaac luchó contra el sueño, parpadeando con los ojos terriblemente perezosos y la
respiración entrecortada. No entiende por qué tiene que suceder esto desde antes del
amanecer y precisamente hoy, pero Félix igual tiene una voz bastante seria.

—Vamos a casarnos ahora.

Isaac ni siquiera abrió la boca. Era natural que no se le ocurriera la respuesta correcta
porque estaba completamente en blanco, pero Félix tomó una fuerte determinación y se
levantó mientras le decía constantemente que tenía que apurarse.

Después de eso, simplemente desayunaron como si estuvieran siendo perseguidos por


un tigre y salieron de la casa sin cerrar bien la puerta... Es un sentimiento extraño y
para nada romántico.Isaac tiene dolor en todas partes y su cabeza está matándolo
después de tener puro sexo.
Lo estaban, literalmente, arrastrando como un muñeco para irse a casar. ¿Pero quién
puede vencer la terquedad de Félix?

El Alfa llega a las 8 de la mañana. Tan pronto como se abrió la oficina del registro civil,
entró como si se le estuviera haciendo terriblemente tarde — aunque los jueces todavía
no estaban allí—, Jessica Parker caminó detrás, con una cara brillante y Benjamín entre
sus brazos, vestido con un lindo trajecito negro que mandaron a traer para él desde
Inglaterra. Todo un caballero. Por supuesto, Noah también estaba allí... Existiendo.
Solo estaba sentado con una cara pálida y una expresión de cadáver porque si los demás
habían dormido tres horas, él lo había hecho media. Entre ellos, Félix estaba
completando cuidadosamente la solicitud de matrimonio. Siempre arrogante y
relajado, con un traje de la más alta calidad y el cabello todo arreglado hacía atrás.
Comparado con eso, Isaac, que solo estaba agonizando tanto como Noah, intentaba
poner en orden su adolorido cuerpo para al menos fingir que estaba bien.

Félix está golpeando el monitor para poner sus datos. Las yemas de sus dedos son
bastante bonitas así que Isaac se queda un buen rato observando. Pensando que le
gustaba bastante el aspecto prolijamente organizado de sus uñas y el tono de su piel.

Pronto, sin embargo, se da cuenta de que está pensando demasiado en cosas inútiles así
que se pone muy tímido y se da la vuelta.

Es horrible el hecho de que no pueda concentrarse en escribir su propia solicitud de


matrimonio así que comienza a gritarse a sí mismo una y otra vez. Concéntrate Issac,
solo concéntrate.

En la puerta, Félix estaba a punto de hacer una pregunta sobre su salud... Pero en lugar
de eso le echó un vistazo rápido a su papeleo y luego comenzó a reír.

—¿Ya casi terminaste?

—De hecho... Creo que lo hice.

Félix lo miró tan emocionado como un niño pequeño. Mientras tanto, el personal recibe
los documentos, arregla el papeleo y después uno de ellos los guía a todos a una
habitación en la parte de atrás.
En un cuarto que no es demasiado espacioso, hay bancos para que los invitados se
sienten y un pequeño pedestal adornado con flores. El personal, parado frente al
escenario con una bata larga, simplemente da la bienvenida, dice algunas palabras y
finalmente, cuando llama a los testigos a firmar y luego sella un par de cosas, les dice
que está bien ponerse los anillos en los dedos.

Fue una boda demasiado simple y rápida.

Tres invitados celebraron con una cara emocionada mientras observaban un breve
matrimonio de menos de diez minutos. Benjamín les había dado a Isaac y a Félix un
pequeño ramo. Por supuesto, Jessica Parker lo había preparado, pero las flores de
arriba habían sido acomodadas por él así que estaba muy emocionado de verlos
tomarlo.

Una esquina del corazón de los dos se sintió muy cálido debido a esto.

Por otro lado, Isaac todavía tiene varios sentimientos extraños que son difíciles de
explicar. En primer lugar, ¿realmente se está casando con Félix? Todavía no lo asimila
por completo así que hay un montón de preguntas flotando por su cabeza.... Félix
Felice, ese Félix Felice será su compañero por el resto de su vida. Por supuesto, están
enlazados, tienen un hijo y están viviendo juntos... Aunque, la sensación de tener el
certificado de matrimonio después de completar el registro del documento sigue
pareciendo muy irreal.

Que locura.

—¿Entonces ya puedo besar a mi esposo?

Isaac lo miró, como si estuviera completamente atrapado en su pupila azul prusiano. Su


olor corporal, mezclado con el aroma fresco de su loción, terminan dando vueltas en su
nariz hasta hacerle cosquillas.

Isaac cerró los ojos con las manos alrededor del cuello de Félix.

—Puedes...
Después de susurrar en una voz realmente baja, los dos sostuvieron un beso ligero y
dulce. Algo cálido y especial.

Una vez más, llega el sonido de los aplausos así que Isaac levanta la cabeza, sintiéndose
ligeramente avergonzado por ello.

—Te amo.

Al mismo tiempo, una confesión muy pequeña sobresale de entre tanto ruido. Isaac
solo se ríe.

—Yo también te amo.

Félix apretó la mano de Isaac y finalmente llegaron a la puerta de la oficina siendo


esposos. Paso por paso. Pasos ligeros.

Al final, cuando salieron del edificio, los granitos de arroz cayeron sobre su cabeza.
Incluso eso se sintió bien. El clima cálido con una suave brisa, se siente inusualmente
bien.

✤✤✤✤✤✤

—Oh, Félix, Félix, Félix, Félix.

Fue al final y en medio del camino hacia el estacionamiento que Noah, quien los seguía
dando grandes pasos, de repente llamó a Félix con una voz desesperada.

Noah, que es más emocional de lo que todos pensaban, derramó varias lágrimas en
secreto durante toda la boda. Aplaudió y los felicitó a grandes y escandalosos gritos.
Pero lo de ahora, parecía ser un poco más urgente.

—¿Qué pasa?

Félix estaba presumiendo a todo el mundo que era un recién casado así que sostenía la
mano de Isaac y la agitaba de un lado para otro vigorosamente. Noah, por el contrario,
parecía haberse quedado sin oxígeno.
—¡¿Qué puedo hacer ahora?!

—¿Qué? ¿Qué otro accidente ocasionaste esta vez y cuánto dinero piden para
solucionarlo?

—No... Es que... El abuelo quiere hablar contigo.

Noah le pasó su teléfono móvil con una cara bastante inocente para su gusto. Félix lo
toma, tiene una ceja en alto...Como dijo el hombre, el abuelo envió un breve mensaje
de texto. Un memorial para celebrar el matrimonio que era más bien una orden de
volar inmediatamente a Italia para que pudiera conocerlos a todos de la manera
tradicional. Por supuesto, hablaba de su nueva familia. De Isaac y el niño.

—Noah...

Después de leer el texto, Félix alzó los ojos y miró a Noah como si quisiera darle una
patada directo en la entrepierna.

—Yo... Le conté un poco sobre todo y luego me preguntó si había tomado un vídeo de la
boda. Le dije que estaba muy ocupado llorando como para hacerlo, él se enojó y una
cosa llevo a la otra y... No pude evitar decir que sería mejor si organizaba una comida
o... Algo así.

Dio un paso atrás, evitando su mirada como si ya supiera exactamente lo que estaba
pensando hacer con él — o lo que ya estaba haciéndole en su mente—. Isaac, que estaba
arrullando a Benjamín contra su pecho, no pudo evitar participar en la discusión.

—Oye, es natural ir a saludar a tu familia ahora que ya estamos casados. Ya te lo había


dicho antes... ¿Cuánto tiempo vas a seguir posponiéndolo?

Cuando se lo preguntó en voz baja, Félix frunció el ceño como si estuviera preocupado o
tal vez, en desacuerdo total con el plan.

—Lo resolveremos más tarde, cariño. Otro día.

—¿Quieres esconderme a mí y a Benjamín?


—¡Por supuesto que sí!

—...

—Ups.

Félix entró en pánico total. No sabía que hacer ni que decir porque Jessica Parker,
quien también los había estado siguiendo, se veía absolutamente perpleja. Benjamín se
quedó en silencio y Noah llevó una mano a su boca de manera exagerada. Isaac suspiró.
Definitivamente no quería ponerse a pelear frente a su madre o su hijo así que solo dijo
que estaba bien, y se dio la vuelta para seguir buscando el auto.

Félix llegó urgentemente a su lado y tomó su mano otra vez. Comenzó a hablar:

—Isaac... No es lo que piensas. Yo ya te había contado sobre el carácter que tiene mi


abuelo así que, simplemente lo pospuse por un tiempo porque queríamos hacer algo
muy sencillo y no deseaba escucharlo quejarse por ello.

—...

—Yo solo quería que estuvieras cómodo. Tú, Benjamín y tu madre...

Demasiado cansado de pensar, Isaac solo sacudió la cabeza.

—No hace falta que te preocupes por mí. Es tu familia y pienso que saludar es lo
correcto.

—... Entiendo.

—Entonces dile que vamos a ir la siguiente semana.

—Umm. Está muy lejos.

Pero como un niño pequeño que atrasa las cosas que no quiere hacer, Félix vuelve a
excusarse de nuevo. La apariencia que tiene cuando evade la mirada de Isaac es justo la
que pone Benjamín. ¡Exactamente la misma!
Isaac apretó la mano que todavía lo estaba sosteniendo. Sigue siendo un poco doloroso,
pero tampoco es como si quisiera verlo estar mal justo el día en que finalmente se
casaron.

—Mira, cuanto antes terminemos con esto será mejor para todos nosotros. ¿O no lo
crees así?

—Es que... ¿Estás realmente bien con eso?

—Dios. ¿Qué dices?

—Mi abuelo es un poco... Yo estoy hablando en serio cuando digo que no quiero que...

Como quería elegir sus palabras con cuidado, Félix hizo una pausa algo larga y densa.
Mientras tanto, Noah, desde el costado, comenzó a susurrar cosas como: "No quiero
que te sientas mal, amor mío. Mi abuelo es raro y muy malo". Imitando su voz.

Las cejas de Félix volvieron a ponerse muy juntas.

—Sí, justo eso.

—No importa. Estuve tratando con mucha gente en el ejército, algunos de ellos eran
raros y otros eran extremadamente crueles también.

—Pero...

—Solo vamos a saludar y ya. Tampoco tienes que hacer todo un drama en tu cabeza.

Ante la decisión de su esposo, Félix solo asintió. Aparentemente era algo que no podía
evitarse, aunque lo quisiera así que, ¿qué otra cosa podía decir?

Solo entonces, Isaac, que ya no parecía estar enojado con él, agarró mejor su mano para
entrelazarla con la suya.

—Entonces ya no te preocupes. ¿Está bien? Yo estoy aquí contigo.


Como fue consolado por Isaac, Félix solamente se rio.

—Sí, tienes razón.

Las cosas saldrán bien, seguramente... Después de todo, ahora está pasando por un
momento demasiado feliz como para comenzar a crear un escenario tan fatalista. Es
decir, puede caminar de la mano del hombre que adora, por siempre y para siempre.
Tanto como se le diera la puta gana.

Soñando con el momento dulce, Félix susurró una vez más que ya estaba más tranquilo,
que lo amaba y que esperaba que siguieran caminando juntos por mucho tiempo más...
Y desaparecieron, bajo la deslumbrante luz del sol.

—Fin del extra No. 1—


QB • Extra 2 | Parte 1
—Día de Halloween—

—¡Truco o dulce!

Los niños se arremolinaban alrededor de la gran canasta con forma de calabaza que
había preparado Isaac. Sacaban un puñado de dulces y caramelos de chocolate y los
metían en sus respectivas bolsas decoradas. Cada uno de los niños, que sostenía una
bolsa de dulces con ambas manos, gritaba con una voz poderosa y luego se reían.

Benjamín estaba junto con el grupo de niños. Sus mejillas estaban rojas y sus ojos
brillaban intensamente. Está muy feliz porque generalmente no le dejaban comer
dulces o chocolates para cuidar sus dientes y porque después de probarlos no quería
seguir con su leche o se volvía muy hiperactivo. Ahora, ¿qué van a hacer si su cesta está
repleta de caramelos, paletas y chocolates?

Isaac, mirando a Benjamín morder una paleta de cereza, solo pudo reírse al ver sus
gestos y la manera tan descuidada en la que lo masticaba.

En el patio de la mansión, habían organizado una fiesta de Halloween para los niños del
salón de Benjamín. Había payasos, Elsas y Annas, varias hadas y héroes. Algunas
familias se vistieron como los personajes completos de Star Wars y algunos otros de los
personajes de Harry Potter. Había una linda familia que tenía un conjunto de salsa de
tomate, mayonesa, hamburguesas y hot dog. Muy divertido.

El disfraz de Benjamín este año fue el del Capitán América, no de Mickey Mouse.
Había sido Mickey Mouse por dos años consecutivos hasta este mes, cuando en la
escuela proyectaron para ellos películas de Marvel. Sus juguetes más queridos eran los
del capitán y ahora Mickey estaba en el oscuro pasado. Fue un desarrollo asombroso, a
decir verdad. Además, Isaac tenía un sentimiento extraño porque era evidencia de que
el niño estaba creciendo.

Ahora, su niño de cuatro años y medio que apenas le pasaba las rodillas, usa un disfraz
de capitán América, una máscara y un escudo. Mantenía una pose majestuosa mientras
la sostenía en su mano, pero igual seguía pareciendo hermoso y absolutamente tierno.
Su pequeño hombrecito.

La fiesta era inmensa y corría alrededor de la mansión. Todos los hombres de Félix
estaban cuidando el perímetro con armas de primera generación ocultas tras su ropa,
pero llevaban disfraces bastante amables. Tony era Winnie Pooh. Jack era Tigger y
Noah... Era Josef Mengele. Un médico nazi que había pasado a la historia por ser un
maníaco que hacía experimentos atroces con niños. Incluso había manchado su ropa
con sangre y había conseguido equipo médico real que además estaba oxidado. Aunque
los invitados se abrumaron al verlo y le dijeron a Isaac que el hombre estaba
ocasionando demasiado miedo entre los niños, nadie podía hacer nada contra él porque
tenía fascinado a Benjamín. Además, el hombre era inofensivo y los guardias lo estaba
cuidando a la distancia.

El patio trasero de la mansión tenía música y decoraciones asombrosas. Sobre las


mesas con manteles naranjas y morados se amontonan ratas, arañas, galletas y pasteles
con forma de fantasmas, y lindas calabazas que iluminan la oscuridad. Es bastante
lindo para niños de cuatro.

De hecho, cuando planearon tener la fiesta de Halloween en casa, comenzaron a alistar


las decoraciones, la comida, el día y las invitaciones para los amigos de su escuela. Algo
así como un agradecimiento por haberle ayudado tanto al niño con su recuperación.

Obviamente no era una mansión ordinaria. En el sótano hay una sala de información
con una increíble cantidad de computadoras y documentos gubernamentales. Incluso
hay un arsenal inmenso abajo de ellos... Pero Isaac aún no sabía sobre eso así que, muy
inocentemente, pensó que todo estaría bien. De hecho, fue una situación difícil para
Félix, pero no podía detenerlo porque no sabía de una buena excusa que pudiera darle.
Pero Tony, que vio que estaba incómodo con esto, le dijo que podían tomar ventaja. En
realidad, los muchachos del gobierno todavía están en todas partes. Vigilando como
perros. Entonces, si invita a los niños a una fiesta normal, definitivamente se verá como
un hogar amable por lo que estarán "camuflajeados".

Así que, aunque era un hombre extremadamente dulce con su hijo y con su esposo,
tenía una cara de no poder soportar ni un momento más a ninguno de los niños que
corrían por su patio. Niños normales de tres o cuatro años que tenían mucha energía
debido al azúcar de los dulces, las galletas, los chocolates y el jugo de naranja. La
música infantil era demasiado ruidosa para su gusto así que ya le estaba doliendo la
cabeza.

En un lado había un artista que hacía figuras con globos. También habían contratado
varios puestos de juegos simples, como lanzar una pelota o un aro o pescar pequeños
pececitos... Y está el asunto de sus hombres de Disney. Ellos estaban jugando con los
niños y tomando fotos para los padres... Y a veces, el loco doctor Noah gritaba diciendo
que necesita niños para hacer algún pastel.

El amplio patio estaba abarrotado como si fuera un parque de diversiones, y los sonidos
agradables y emocionantes resonaban por aquí y por allá.

Isaac era definitivamente el anfitrión de la fiesta. Hablaba con los padres, comía en
una mesa y luego se iba a otra a beber refrescos. Da la vuelta a cada rincón y se asegura
de que no falte nada. También va con Benjamín y juega con él tanto como se lo pide.

Desafortunadamente, en lugar de estar en la fiesta, la vista de Félix desde la ventana del


segundo piso está completamente puesta en él.

—Creo que se ve demasiado indecente.

Isaac estaba vestido como Spider-Man,el segundo héroe favorito de Benjamín después
del Capitán América... Y eso no hubiera sido un problema si su atuendo no estuviera
tan pegado a su cuerpo. Se dice que el atuendo de Spider-Man se adhiere de la cabeza a
sus pies para que pueda moverse por los edificios y atrapar criminales. ¡Pero no tiene
que ser lo mismo que en la película!

En otras palabras, el atuendo se le pega tanto que revela todo el delgado cuerpo de
Isaac. Es como si estuviera desnudo. Pantorrillas lisas, muslos firmes, nalgas
elásticamente redondeadas y bien entrenadas. Cintura notable, vientre plano y
pectorales esculpidos en granito junto con esos brazos llenos de músculos hermosos.
No hay lugar donde no se revele algo. No importaba que parte mire. ¿De verdad estaba
caminando frente a tanta gente vestido así?

Félix abrió los ojos como si lo hubieran golpeado en la cabeza. Fue como un impulso
asesino.

De repente, Isaac puso su mano sobre su delgada cintura en forma de triángulo


invertido y se quitó la máscara que llevaba en la cabeza... Tiró su cabello negro hacía
adelante, como una escena de película. Algo tentador. No, fue más que tentador. Fue
erótico.Su pene ya está creciendo.

Isaac, bajo las luces, está más fresco que nunca. Es tan bello. No puede quitar los ojos
de sus ojos ni de su sonrisa.

Félix, que persiguió a Isaac por un buen rato, puso los labios en su copa de vino para
calmar una extraña sed que estaba creciendo en su interior. Sin embargo, la mirada que
se clava en él no se enfría, al contrario, se vuelve más profunda y oscura. Si pudiera
fallárselo lo haría, si pudiera comérselo a mordidas...

Después de tragarse incluso hasta la última gota de vino, Félix arroja su vaso sobre la
mesa y se limpia con toda la mano.

Se acercaba el momento de asistir a la fiesta de Halloween.

✤✤✤✤✤✤

Isaac se frotó la nuca y exhaló un largo suspiro. Es el primer disfraz de Halloween que
se pone y en general, es más incómodo de lo que pensaba que sería. El traje de Spider-
Man tiene que cubrir todo el cuerpo de la persona por lo que queda increíblemente
marcado. Se siente muy avergonzado al respecto... Sin embargo, incluso si el disfraz de
Spider-Man es un diseño que se adhiere tanto al cuerpo, hay algo extraño a su
alrededor que no había sentido en todas las horas que llevaba de fiesta. Como si alguien
lo estuviera viendo fijamente, en algún lugar... ¿Se veía mal? ¿De verdad era muy
inusual para los padres? ¿Se estaba pegando mucho? ¿Era bastante pequeño? Se le
ocurrieron varios pensamientos y varias razones por lo que alguien podría estarlo
viendo mal, pero no parece que ese sea el caso.

Isaac, frustrado y avergonzado, se quitó la máscara y exhaló con fuerza. Después de


cepillarse el pelo hacía adelante, miró a su alrededor una vez más y se volvió en
silencio. La fiesta de Halloween casi había terminado. Como era una fiesta para niños
de solo tres o cuatro años era natural que comenzaran a cansarse de jugar y comer, por
lo que también era hora de que se fueran a casa para lavarse y dormir. Entonces, si se
quita el disfraz un poco antes, no debería tener ningún problema. Benjamín puede
ponerse triste sin Spider-Man, pero todavía tiene a Pooh y a Tigger y también a su
médico loco.

Isaac, mirando a su alrededor, entró en la mansión rápidamente, notando casi al


instante que el interior estaba demasiado silencioso. Del lado de la cocina había una
sirvienta que estaba ocupada yendo y viniendo con más pasteles y galletas, ocupando la
puerta trasera que te mandaba al patio directamente desde allí en lugar de dar toda la
vuelta. Era natural que la sala estuviera silenciosa, como una casa vacía.

Isaac cruzó la espaciosa sala de estar, dejando pasos que sonaron bastante
escandalosos, y se dirigió directamente a las escaleras. Era un salón inmenso que servía
para hacer pequeñas reuniones, dar la bienvenida a hombres de negocio y reunirse con
algunos invitados del extranjero. Luego tienen una pequeña sala de recepción, otra
cocina y un comedor familiar. Todas las habitaciones privadas están en el segundo piso,
así que para cambiarse de ropa tiene que subir. Es algo muy difícil tener una casa tan
grande.

De pronto, comenzaron a sonar pasos detrás de él y la luz se apagó repentinamente.


Isaac deja de moverse y gira la cabeza... Quería decir algo como: ¿quién está ahí? Pero
la verdad es que se había quedado sin palabras. ¿Es un corte de energía? Incluso mira
alrededor para intentar comprobarlo. En la sala de estar la luz se apagó, pero el resto de
la casa permaneció igual. Incluso se escucha la música del patio.

Isaac volvió a subir las escaleras, pensando que tendría que cambiarse y llamar a
alguien para que verificara los focos. Luego, las luces del pasillo que conducen a la
cocina se apagaron también así que Isaac dejó de lado todas sus ideas de caminar.
Solo cuando la tensión pasó por los huesos de su espalda, giró la cabeza con los ojos
bastante pequeños. Al mismo tiempo, todas las otras luces comenzaron a apagarse...
Como una auténtica película de terror. La única luz era la de las escaleras donde Isaac
estaba parado. Era difícil incluso intentar enfocar algo.

Isaac lentamente chasqueó la lengua y formó un puño con la mano... ¿Era una broma o
era un ladrón? De hecho, Halloween era el día en que más crímenes se cometían en los
Estados Unidos. Todos utilizan máscaras así que es más fácil esconderse. Tenía lógica,
pero nunca imaginó que sucedería en su mansión ni mucho menos ese día. Es decir,
¿quién robaría la casa de Félix?

—Si hay alguien allí, salga.

Cuando habló, alguien se movió en la oscuridad. Es negro y su cabeza es una máscara


blanca... El personaje clásico de la película Scream.

Isaac comenzó a reír gracias a eso y, sin embargo, tan pronto como abrió la boca, el
fantasma realmente desapareció en la oscuridad como un... Fantasma.

Ok. ¿Qué estaba pasando aquí?

De repente, algo se precipitó hacia él a una velocidad impresionante. Isaac levantó la


mano para defenderse, pero el movimiento fue más rápido de lo que pensaba. No solo
es rápido, sino que también era perfecto y habilidoso. Lo atacaba una y otra vez así que
mientras retrocedía, sintió el sudor frío que fluía por la parte posterior de su cabeza
hasta su columna vertebral. Es un oponente sorprendente, con una técnica impecable y
profesional. Isaac, que estaba perplejo, lo analizó por un instante e inmediatamente
después comenzó a contraatacar. Puñetazo, puñetazo y luego le siguieron las patadas.
La lucha de las escaleras terminó en la sala, se vuelve violenta. Se estaban golpeando,
defendiendo y golpeándose otra vez. La pelea de unos profesionales con golpes agudos,
rápidos y precisos y una defensa perfecta. Isaac estaba tratando de pelear con un traje
que se sentía bastante sujeto a su cuerpo por lo que era difícil moverse bien. El
oponente llevaba una máscara, pero sorprendentemente no parecía tener dificultades
para verlo. ¡Ni una maldita dificultad! Además, si empuja la mano para intentar
quitársela y él le sostiene la muñeca, será realmente difícil escapar y la pelea puede
volverse en su contra.
Los dos, que parecían haber peleado durante mucho tiempo, comenzaron a respirar con
dificultad. Isaac estaba planeando huir y llamar a un guardaespaldas, pero en realidad
no estaba mal calentar un poco después de tanto tiempo.

Atacó otra vez, su puño se extendió en un movimiento limpio y rápido que incluso
rompió el aire. El fantasma lo evitó con un gemido corto y después inclinó la cabeza
para intentar volver a hacerlo retroceder... Sin embargo, los ataques de Isaac son lo
suficientemente rápidos como para que incluso sean invisibles. El oponente, que antes
parecía no querer retirarse, comenzó a entrar en pánico y perdió el equilibrio.

PAM, una pierna larga le golpeó la espalda.

El fantasma, que rodó por el suelo un buen tramo, se golpeó contra la mesa y luego se
quedó inmóvil. Cuando Isaac se movió lentamente hacia él y levantó el pie para pisarle
la cara, el fantasma gritó con una voz realmente aguda y entonces, un aroma
increíblemente intenso penetró a través de la punta de su nariz.

El aroma hace que sus ojos se nublen y sus rodillas pierdan fuerza. Un estímulo tan
fuerte que lanza una corriente eléctrica sobre él y lo deja indefenso.

Entonces el fantasma va por él, toma sus muñecas y lo sostiene hasta dejar todo su
cuerpo recargado entre sus brazos. Su cabeza colgaba e incluso había comenzado a
gemir... El hombre de la máscara de Screamlo sienta y comienza a cruzarle
rápidamente los brazos hacia atrás para amarrarlos con fuerza utilizando solo una
cuerda.

—¿Por qué...? Uff...

La pregunta de Isaac no se completó correctamente porque estaba lleno de feromonas,


de pies a cabeza.

Isaac, que nunca había sido golpeado de esta manera, no puede manejar las feromonas
que se derraman sin previo aviso así que solo opta por dejarse caer. Por supuesto,
incluso antes de enlazarse con él, estaba claro que Félix tenía feromonas realmente
fuertes. Pero era un omega recesivo así que a pesar de que el hombre lo rociaba con
ellas constantemente, podía soportarlo hasta cierto punto.
Ahora que son pareja y que tiene su marca en la nuca, las feromonas se vuelven tan
insoportables como para hacerlo llorar.

Sus ojos se oscurecieron y su cuerpo se estremeció tanto que se hubiera caído de no ser
porque habían comenzado a cargarlo otra vez. Su fuerte aliento sale de su boca... El
sudor frío le escurría como si se acabara de bañar.

La sala de estar tiene todas las cortinas hacía abajo. Hay mesas y sillas para reuniones,
televisores y teléfonos para llamadas de conferencia, así como una estantería con libros
y enciclopedias enormes. Es un interior que le recuerda a la sala de conferencias de una
empresa poderosa... Pero al otro lado de la mesa, pasando un estante, hay una
chimenea y dos sofás dobles, uno frente al otro. Algo que también le da al lugar un
ambiente bastante acogedor.

El hombre con máscara puso a Isaac sobre sus hombros y lo colocó en el sofá igual a si
fuera un costal de papas. Su cara estaba pegada a los cojines y su cadera estaba toda
levantada. Completamente en el reposabrazos. Trató de levantar su cuerpo dándole
fuerza a las piernas que colgaban contra el piso, pero como tenía los brazos atados y las
feromonas en sus pulmones, su pequeña rebelión no tuvo sentido.

La mano del hombre le acaricia los glúteos y luego se los aprieta. Lo besa, y luego
comienza a morderle. Isaac gritó, pero su cuerpo estaba tan caliente que en lugar de
enojarse comienza a sentirse bastante penoso.

Lo desea, realmente lo desea tanto.¡Malditas feromonas! ¡Malditas!

—¡Ah! ¡Félix!

El Omega y el Alfa enlazados no pueden reaccionar a ninguna otra feromona que a la de


su pareja, y además estaba el hecho de que había decidido atacarlo con su aroma
cuando estaba a punto de perder. Tan malditamente típico de él. ¡¿Pero por qué?!
Aunque era un hombre con muchas dificultades en la comprensión, ¿no podía entender
que estaban en la fiesta de Halloween de su hijo?
Isaac tomó aire e intentó moverse lejos de allí... Pero el hombre levantó un poco más su
culo sin siquiera quitarse la máscara. Le toca los muslos y le acaricia el pene encima del
pantalón. Era, literalmente, una bestia maligna.

—¿Estás loco? ¡¿Qué es esto?! —Isaac, que yacía en el reposabrazos del sofá, giró la
cabeza y apretó los dientes—. ¡Responde! ¡Pedazo de... Animal en celo!

Pero como si la rebelión de Isaac fuera graciosa en lugar de triste, comenzó a reír
mientras volvía a verterle todas las feromonas que fueran posibles. Con un gemido
impresionante, Isaac se sacudió sobre el sofá como un pez que se quedaba sin oxígeno.
Su calor lo golpea de inmediato y comienza a gemir porque también es estimulado
cuando su vientre se frota suavemente contra el sofá. Su sangre baja lo suficiente como
para inflamarle el pene y es doloroso, es demasiado doloroso estarse presionando duro
contra el reposabrazos.

Su cabeza parecía quemarse...

Como si el ciclo de calor comenzara en él, todo su cuerpo se calentó visiblemente hasta
el punto en que fue insoportable. Su respiración se acortaba y su agujero ya había
comenzado a mojarse.

Isaac estaba conmocionado por el estado de su cuerpo así que comenzó a decir todas las
groserías e insultos que se sabía de memoria. El hombre, que miraba las caderas de
Isaac y observaba su adorable reacción, comenzó a buscar algo en el bolsillo de su
pantalón hasta que finalmente sacó su navaja. Isaac nota la cuchilla así que comienza
a alarmarse. En el momento en que endureció sus hombros y sintió como lo
presionaban con fuerza hacía abajo, escuchó el sonido de la tela rasgándose.

El pantalón se cortó tan fácilmente que cuando el aire frío golpea directamente su piel,
el hombre llora y gime.

—Félix, oh Dios mío... Basta...

Fue en el momento en que Isaac murmuró esto, que un dedo frío le tocó el agujero que
no dejaba de palpitarle. Sus dedos son largos y ásperos y le hacen sentir tan bien que
cuando le acaricia, Isaac solo alcanza a cerrar los ojos con mucha fuerza.
Cuando dos de sus dedos son enterrados a la vez, su agujero húmedo comenzó a
tragarlos. No, no es tragar, parece que súplica por más. Por toda su mano... Luego, los
dedos, que llegaron lo suficientemente profundo como para no poder ir más allá,
comenzaron a estimular también su pared interna. Círculos, tijeras, líneas rectas. Un
estímulo que duele de un modo delicioso.

—¿Está bien si solo pongo mis dedos?

Solo entonces, ante una voz tan temblorosa, Isaac se volvió y lo miró con los ojos
completamente rojos.

—Maldito. ¡¡Saltaste de la nada y utilizaste tus feromonas para atacarme!!

Mientras gruñía, Félix sacudió la cabeza.

—Tuve que derribarte de alguna manera... No queremos que ocurra un accidente justo
en Halloween, ¿verdad?

—Entonces, Hmm.... ¿Por qué me estás haciendo esto?

Gruñendo e ignorando el sonido lujurioso que viene cada vez que un dedo se mueve en
su interior, se queja mientras intenta hacer que lo suelte. Félix se elevó de hombros.

—Mi disfraz es de un mal hombre, así que intento meterme en el papel.

—¡Esa tontería es la peor excusa hasta ahora!

—Además el trasero de nuestro Spider-Man aquí presente estaba siendo observado por
todos los invitados. ¿No es motivo suficiente para un castigo?

—¡Nadie me estaba mirando! ¡¿Lo mejor que se te ocurre es que no te gusta esta ropa?!

Félix siempre ha sido terriblemente infantil, lo sabía. ¡Pero nunca pensó que podía
llegar hasta ese extremo por un disfraz!
—Ah, quería romperlo desde la primera vez que lo vi. —Y luego agregó un: "De esta
manera", y agarró su dobladillo para tirar de él hacia arriba. Se escucha un crujido, un
sonido agudo y luego sus piernas parecen abrirse de un modo casi exagerado—. No
podía apartar la mirada de tu hermoso culo.

—¡Eres un perver...!

Isaac levantó la voz, pero no pudo continuar hasta el final.

El pene del hombre tiene un grosor completamente diferente al de sus dedos así que,
cuando lo penetró sin decirle algo antes, se sintió como si lo estirara con fuerza y
construyera una forma diferente en sus paredes. Su respiración está bloqueada y sus
ojos ven todo negro. Parpadeó, pero era tan bueno que el placer se extendió por todo su
cuerpo como si fuera la corriente de un río.

—Ah ... Hmm...

Desde el momento en que le ofreció sus feromonas, el calor que hervía en su cuerpo fue
arrastrándose y quemando todo lo que tenía en su paso hasta volverse una llama
ardiente en un bosque. Parecía quemarse... No, parecía que su cuerpo era
electrocutado. Las puntas de sus dedos se curvaron y sus caderas, impulsadas por el
enorme pene de Félix, comenzaron a agitarse como si fueran terriblemente frágiles.

No había forma de que no lo aceptara. Le gustaba tanto que lo quería más profundo,
más hacia adentro. Más fuerte.En su cabeza, las palabras que no podía decir pero que
deseaba gritar solo estaban allí, flotando.

—Oh, Félix. Félix, Félix...

El puck, puck, puck y el "Félix",hacen que lo sostenga con todavía más emoción y que lo
penetre sin tener un descanso. Desde la boca abierta de Isaac, la saliva fluyó y empapó
el sofá, se soltó por completo y la visión se le volvió extrañamente blanca. Si sus brazos
no estuvieran atados él habría tomado su mano y lo hubiese abrazado con ganas. Pero
en el sofá, como un rehén, estaba luchando con las terribles ganas... Solo tenía ganas.

Es una pena que esté temblando.


Si conoce o no los sentimientos que tiene en ese instante, él no parece hacerlo notorio
porque solo estaba apretando y agarrando sus nalgas como si quisiera romperlas.
Luego, golpeando el trasero para que el sonido de su interior sonara como el fuego
chisporroteando en una chimenea, Isaac comenzó a gritar.

—Dios mío, oh Dios mío, Dios...

—Basta, Isaac... Si estás tan emocionado vas a desconcentrarme y voy a eyacular


primero.

—¡Oh, ah...!

—Realmente me matas...

Mientras murmuraba con un tono desesperado, Félix volvió a golpear sus caderas. Una
y otra vez y otra vez hasta que unas huellas rojas comenzaron a saltar sobre su cadera y
en su agujero... Félix insiste en que tiene que quedarse quieto así que todo termina con
una palmada en su culo e Isaac entregándose a él.

Cómo un círculo vicioso.

Con todo el dolor, el placer estimulante aumenta de manera que la punta de sus pies se
encoge. Oh, por primera vez le gusta sentir ardor, y dolor y le gusta tanto que lo
golpee... La sensación le hizo dudar de si acaso tenía algún fetiche que nunca había
conocido.

—Isaac, tu trasero está tan rojo.

Félix, que había estado aplastando la pared interior del hombre a una velocidad
impresionante, de pronto se puso repentinamente lento. Suave... Solo entonces, Isaac
finalmente sintió que le ardía el culo. Estaba hinchado y palpitante. La fiebre se eleva
por encima de su piel y entonces solo se le ocurrió morder sus labios sin poder decir
que se siente como un demente por amar que no deje de darle nalgadas.

Félix comenzó a reír.


—Dios estás tan mojado... Igual a una pequeña fuente.

Cuando susurró esto, con la cara inclinada hasta su cintura, Isaac abrió los ojos de un
modo increíble. Frente al disfraz que no se puede quitar, las palabras hacen que de
verdad sienta su ingle tan húmeda como Félix dice que lo está. Sus mejillas se ponen
rojas como un rábano. No sabía qué decir así que estaba masticando sus labios de
nuevo.
De repente, Félix tomó la máscara que no se había quitado y la arrojó bruscamente al
suelo. La máscara rueda y choca muy escandalosamente, pero Isaac no escuchó nada.

Félix, quien se reveló frente a él, tenía unos ojos azules maravillosos que estaban
absolutamente nublados. Barre su cabello sudoroso con una mano y sonríe, como un
hombre malvado. Brilla en la oscuridad, tan hermoso y encantador como de costumbre.

Un alfa atractivo de ojos oscuros.

De verdad quiere tocarlo.

—Mis manos, desátalas...

Isaac, pensando en lo tonto que era la posibilidad de volver a enamorarse de ese tipo en
un momento tan extraño, soltó un suspiro inmenso. Félix, que se quitó la túnica y se
desabrochó la camisa, solo se inclinó.

—¿Por qué? Todavía estoy enojado.

La respuesta le pareció completamente molesta, pero Isaac solo suspiró otra vez. Un
suspiro largo.

—¿Cómo pretendes que continúe estando así?

Isaac preguntó, sintiéndose desesperado mientras estaba todavía acostado en el sofá.


Las manos de Félix se sueltan y comienzan a acariciarle las caderas que ya están
terriblemente enrojecidas hasta el punto del ardor.

Entierra el pene profundamente en su interior. De verdad profundamente.


—Quiero volver a rociar feromonas en ti porque te ves delicioso cuando te derrites entre
mis dedos.

—... Moriré si haces eso.

—Pero sabes que te encanta morir así.

Con una sonrisa, Félix, una vez más, vertió feromonas dentro y fuera de él... Todo su
cuerpo tembló y estalló en un nuevo gemido parecido más bien a un grito de pánico.
Sus ojos se abren y su espalda dibuja una curva.

Ah, no puede hacerlo.Definitivamente no puede.

—¡Ahhh! Félix, ahora... Para.

Su pene estaba frotándose una y otra vez contra su ropa y el sofá así que su semen solo
se derrama.

—Oh, Dios mío, Isaac, Isaac... ¿Cómo es que eres tan erótico? ¿Eh? ¿Cómo es que tienes
un culo tan bueno?

Félix sonrió suavemente, acariciando el cabello negro de Isaac. Donde quiera que mire,
su amante, ahora su esposo y Omega, era tan encantador, tan maravilloso y sexy, que
no podía soportarlo.

Él aplastó las mejillas desordenadas de Isaac contra el sillón y luego se inclinó para
poder sostenerlo... Así, tomando la barbilla de Isaac entre sus dedos, pudo meter la
lengua entre su bonita boca. Se empujó, y luego incluso se permitió morderlo hasta
sangrar. La lengua gruesa de Félix ocupa todas las partes de la boca de Isaac, lo
succiona y lo jala. La cabeza, el cuerpo, la boca, su pecho, el fondo de él, todo lo que
está afuera, estaban siendo tomados por él. ¡Y ni siquiera podía pensar en nada más
perfecto! Todo, sus entrañas y su piel, estaban temblando y lo hacía sentir
extrañamente mareado.

Como la bestia con cuernos que le había mostrado ser, Félix esparció una inmensa
cantidad de semen caliente dentro de él. Isaac gruñó, y sus caderas de color rojo
comenzaron a moverse como si palpitaran o como si tuvieran vida propia. Su aliento se
acabó porque estaba muriendo con el placer que le estaba lloviendo a cántaros.

Su pene, que estaba de verdad congestionado, derrama semen otra vez hasta que el sofá
queda vuelto un desastre y sus muslos comienzan a sentirse asquerosamente pegajosos.

Era, definitivamente la puta gloria.

—Oh, ah, Félix. ¡No pares! Más, más, ah. ¡Dame más!

Félix agarró su pierna y la levantó para poder meterse hasta la raíz. Todavía más
profundo que las veces anteriores. Isaac sollozó por el estímulo y sacudió su cintura
hasta que Félix, que había estado manejando la situación de una manera dura, de
repente se volvió un poco más "gentil".

Fue allí cuando se derrumbó y dejó de moverse. De nuevo, las llamas hirvientes se
estaban extendiendo dentro de él. Su estómago se estaba calentando y calentando hasta
un punto insoportable. Incluso sus sentimientos ya estaban desordenados como si no
tuviera control sobre ellos tampoco. Su aliento no se calma y no puede dejar de gritar
tan fuerte como la música de afuera.

Se escuchó el sonido de una queja tras su espalda.

—Haces esto todo el tiempo. Cada vez que intento controlarme, te vuelves lo
suficientemente lujurioso como para volverme loco.

Félix murmuró como si realmente eso le pareciera muy molesto, pero Isaac solo estaba
allí. Respirando, quejándose y derramando de su semen. Los muslos abiertos de Isaac,
temblando, comienzan a acalambrarse. Su pupila negra se colorea ahora de placer y de
lujuria y, jadea. Jadea porque, por extraño que parezca, estar lleno de él se siente
muchísimo mejor que en otras ocasiones.

Félix lo agarró del cabello y lo besó con fuerza. Tanta, que la mandíbula de Isaac
comienza incluso a mancharse de una saliva que no es la de él. Le muerde los labios, se
los chupa y besa después sus mejillas y junto al lóbulo de su oreja para comenzar a
inhalar la fragancia de su hermoso Omega. Sus feromonas... Pero el problema es que
cuando su dulce incienso se mete profundo en sus pulmones, la sangre vuelve a
acumularse en su ingle, haciendo que la excitación no disminuya.

Félix parece estar colgado de las manos de Isaac, intoxicado con un olor dulce mejor
que el del vino y de los caramelos.

—Oh, mmm, Félix, ahora... Mis brazos. Libera mis brazos.

Las demandas de Isaac se dispersaron tan pronto como Félix lo besó... Lo miró. No le
molestaba, pero era la primera vez que le amarraban los brazos así que estaba
demasiado entusiasmado consigo mismo.

La sensación de emoción que viene de estar sumiso, atado y empujado por un hombre
más fuerte que él... Le gustó tanto que lo odió.

—No.

Con una sonrisa oscura, Félix balanceó su cintura mientras gemía contra la piel blanda
de su cuello... Isaac volvió la cabeza hacia Félix. Sus ojos todavía están rojos, húmedos.
Incluso había un deseo que nunca antes había existido dentro de él.

—... Me duele el brazo.

—Tal vez tienes razón. Ya estuviste atado durante mucho tiempo.

En el momento en que Isaac susurra esto con el ceño fruncido, Félix baja la mano hacia
su bolsillo para volver a encontrar la empuñadura de su cuchillo. Luego, sin dudarlo,
cortó la cuerda que ataba los brazos de Isaac y dejó que las cuerdas se precipitaran
hasta el suelo de un modo de verdad descuidado.

Isaac respiró hondo, pero no levantó el cuerpo. Debido a que sus brazos habían estado
hacia atrás por un tiempo largo, no cree poder moverlos fácilmente. No los siente en
realidad.

—¿Estás bien?
Aunque Isaac ni siquiera sabía qué hacer o que decirle, Félix extendió las manos y
preguntó esto suavemente, frotándole la piel de un modo tierno. En pequeños y muy
lentos circulitos.

—No. —Una respuesta corta fluyó, de un modo rebelde. Luego, intentando ponerse
derecho, preguntó—: ¿Ya no estás loco? ¿O tengo que llamar a la policía?
QB • Extra | Parte 2
Félix lo sujetó con cuidado y lo sentó en el sofá donde había estado recostado hace unos
minutos. Se dedicó a acariciarle la cadera y a besarle lentamente las puntas de los pies.

—Esto es lo que pasa cuando no te vigilo.

Isaac todavía estaba respirando de un modo agitado, sacudiendo su pecho y


presionándose completamente contra él de tanto en tanto... Félix entonces levantó la
vista y se echó a reír mientras sentía a Isaac, intentando desesperadamente tomar su
mano entre las suyas.

—Cada vez que te veo me sorprendes, mi amor. Dices que no, pero en realidad eres muy
bueno controlando el flujo de tus feromonas.

—Bueno, ¿cuántos días crees que llevamos juntos?

Isaac contestó sin rodeos, pero Félix realmente pensaba que era increíble.

Antes, aunque dejara de tomar los inhibidores, no había cambios significativos en su


cuerpo por lo que llegó a pensar que era algo que tenía que corregirse con asesoría
médica y tal vez, con más tiempo. Por supuesto, siempre reaccionaba a sus feromonas
de la mejor manera. Era un hombre hermoso, con un poder mental superior a cualquier
otro Omega que hubiese visto antes. Tan inexperto que le encantaba. Tan inteligente.

—¿Por qué sonríes?

—¿Estás enojado? Solamente quería jugar un rato para ponerle emoción a la noche.

—Ese no es exactamente mi concepto de emoción.

De hecho, los ojos de Isaac todavía estaban rojos y su respiración no podía controlarse.
Era difícil salir completamente del estado de excitación así que su apariencia era como
la de un animal pequeño y tembloroso.

Y sí, eso fue más que suficiente para excitar a Félix.


—Isaac, quiero tanto hacerte el amor...

Félix se lamió los labios y frotó la entrepierna de Isaac con la palma completa de su
mano. Sin embargo, la expresión de Isaac era más que fría.

—Entonces no utilices feromonas.

—¿Por qué? No parecía que las odiaras hace un momento.

—No me gusta sentirme mareado o adicto a ellas... Realmente odio que parezca que no
soy yo así que, tendrás que hacerme caso si quieres seguir.

Al ver a Isaac y escuchar la manera en la que se sentía, se arrepintió de inmediato y dejó


caer los hombros hacia el frente... Sin embargo, pronto pareció ponerse a pensar en
algo interesante así que sonrió brillantemente y levantó la cabeza una vez más.

—Si es tan malo… ¿Qué tal si lo haces conmigo?

—¿Quieres decir...? ¿Recibir una ducha de feromonas Omega? ¿Por qué?

—¿Y por qué no? Si yo soy tu Alfa y puedo darte de mis feromonas, entonces mi Omega
puede hacer exactamente lo mismo.

—No. Es suficiente así, realmente suficiente. Eres un demonio con cuernos cuando
piensas y si te vuelves más demonio por mi culpa, no lo voy a soportar. Sería mejor no
ponerte feromonas ni decirme que lo haga.

Isaac habló, con una cara ligeramente rojiza, los ojos hacia abajo y un olor
completamente dulce saliendo por cada poro de su piel... Félix lo miró otra vez, y se
echó a reír ante la imagen de su esposo que gritaba: "Me muero de ganas, pero
también me muero de vergüenza.

—Me voy a volver más demonio, ¿eh?... No sé si es un cumplido o un insulto.

Félix estaba sonriendo, con una mirada completamente seductora. Una mirada, con un
total toque de hambre en ella. Isaac suspiró, se subió mejor al sillón y después se sentó
sobre las piernas de Félix para mirarlo a los ojos. A veces es tan ridículo como letal. Es
infantil y también termina haciendo y diciendo las cosas más raras de la vida. En una
palabra, es de los que reacciona directamente, aunque igual es muy tierno. Como casi
gritó que le dolía el brazo, lo dejó ir y se rindió de inmediato así que podía decir, sin
temor a equivocarse, que era un hombre que siempre escuchaba sus opiniones y se
preocupaba por él. Así que a veces se siente enojado y a veces, muy especial.

Félix lo debilita. Pensó, que podría tratarse de una nueva debilidad.

—¿Qué pasa, cariño?

La cara deslumbrante de Félix, incapaz de ocultar su sorpresa, se acercó un poco más a


la de él. Lo sostiene... El pecho de Isaac contra su pecho, su corazón contra el suyo, sus
bonitos labios en su boca. Fue un beso impulsivo que comenzó por Isaac. Siempre
termina con ganas de besar a ese tipo que es tan infantil, lindo, raro, violento y amable.
El pensamiento vino a su mente y solamente, lo hizo y ya.

Con un sonido de succión, la punta de su lengua pasó sobre sus labios. La metió en su
boca y frotó toda su membrana mucosa de arriba para abajo. Lo mordió una y otra vez y
entonces, Félix le tocó el cuello y cerró los ojos.

Las feromonas que salían de él se estaban volviendo más gruesas con el paso del
tiempo. El pequeño aliento caliente de Isaac, haciéndole cosquillas en la punta de la
nariz, hizo que Félix soltara un gruñido intenso y que sus cuerpos comenzaran a emitir
más calor. Sudan y se pegan el uno contra el otro. Es peligroso.

En el momento en que intentó respirar otra vez, los fuertes brazos de Félix se
envolvieron como serpientes en su torso. Se siente tan duro, parece que no hay forma
de que pueda salir de su abrazo tan fácilmente.

—Si terminamos hasta las dos de la madrugada, quiero que sepas que fuiste tú quien
me provocó.

—¿Solo por un beso?


—Si entendieras lo lujurioso y sucio que fue tu beso no dirías tan inocentemente: ¿Solo
por un beso?

—Claro...

Isaac quería decir algo más inteligente, pero su esposo lo está besando tan suavemente
que solo se le ocurre cerrar los ojos y, dejarse llevar...

Vuelven el beso tierno algo obsceno, violento y completamente sexual. El pene caliente
de Félix crece e Isaac tiene los genitales mojados. Quería frotar su entrada contra él y
pedirle que lo follara tan fuerte como antes. ¿Es porque las feromonas no se han ido por
completo de su cuerpo? Sus paredes internas parecen ponerse a palpitar. Sus brazos lo
sostienen. De hecho, lo tiene fuertemente envuelto, estallando en un gemido contra su
oído.

Ah, se siente como si su estómago fuera a estallar también.

—Al menos... La cama...

Isaac, acostado sobre el pecho de Félix, estaba respirando con bastante dificultad. Pero
Félix solo levantó la parte superior de su cuerpo y cambió su postura para dejarlo
recostado nuevamente.

—No creo que pueda dejarte ir... Ni siquiera a la cama.

Mientras chupaba el cuello de Isaac, Félix susurra con una voz terriblemente dulce y
gentil, como si deseara calmarlo, aunque desafortunadamente solo estaba haciendo que
su corazón corriera con una infinita furia.

—Ah, ah, entonces detente por un momento, luego... No, espera, lentamente. Uh,
Félix... Hazlo lento.

—Mierda, eso también es difícil.

Ya han eyaculado más de dos veces así que toda la parte inferior de sus cuerpos está
manchada y pegajosa. Como no se han quitado la ropa por completo, se siente húmeda
y grasienta y, sin embargo, cuando Félix comienza a tener sexo con él, se muestra
ansioso y codicioso y no quiere soltar a Isaac ni siquiera para desnudarse.
Gradualmente su cintura se vuelve pesada y comienza a jadear por sentir su peso sobre
su pecho. Su pene parece estarle acariciando el ano...

—Lento... Ah, hazlo lento... ¡Ah, ah! ¡Félix!

Cuando Isaac sacudió la cabeza y le suplicó, agarró los hombros de Félix y levantó
lentamente la pelvis para él. El hombre de repente deja de moverse y hace más amable
su mirada. Toca la mejilla de Isaac con las manos calientes y disminuyen la velocidad
mientras besa ahora a lo largo de sus mejillas, su barbilla y su frente sudorosa.

Isaac, que intentaba dejar de moverse hasta el punto en que contuvo el aliento, tragó
saliva y sintió entonces la garganta terriblemente seca.

Las yemas de los dedos de Félix acarician su pecho circularmente entre cada nueva
estocada.

—Todavía lo detesto... Esto de aquí.

Isaac inclinó la cabeza cuando escuchó esa palabra final. No lo comprendía... Hasta que
vio como delineaba la araña de su traje. Como dijo, es verdad que el disfraz de Spider-
Man todavía estaba unido a su cuerpo. Quería quitárselo, pero había decidido detenerlo
y cortar la parte de su ingle como un maldito pervertido. Lo rasgó todo, así que ya no
servía.

—Me encantaría tanto quemarlo, no debí dejar que lo compraras en primer lugar.

Félix frunció el ceño. Después de todo, él lo había pagado así que era culpable de sus
propios males y sus peleas internas con el disfraz ajustado de Isaac. Lo miró, una y otra
vez y luego volvió a acariciarle... Isaac luchó por tener algo que decir y sacudió los
labios, pero antes de eso, Félix lo rasgó.

Al igual que con su dobladillo, Félix tomó una parte del traje y lo rompió de extremo a
extremo, como lo que hace Supermanen sus películas. Pero la diferencia con Superman
y con él es que cuando él rompe su camiseta se revela una S de su traje, pero Isaac solo
reveló un pezón rosado completamente erguido. Isaac intento cubrirse el pecho
expuesto y levantó los ojos hacia Félix para intentar que dejara de hacer eso... El
hombre, sin embargo, solo escucha su corazón latiendo sin parar en sus oídos.

—Wow, eres realmente precioso.

Isaac se sentía avergonzado, pero también estaba más que satisfecho de que Félix le
estuviera mirando como si le tuviera lamiendo el pecho expuesto, aunque todavía no se
había acercado tanto como para hacerlo. Le gustaba esa expresión de hambre.

—Ojalá lo hubiéramos roto desde el principio.

—Prefiero quitármelo.

—Esto me gusta más.

—De verdad eres un pervertido.

De repente, todavía con esas palabras en la boca, el sudor caliente se adhiere


inmediatamente a su pecho y una nueva corriente eléctrica emocionante sube por su
columna vertebral hasta hacer una curva en su espalda. Isaac gritó. Su areola y sus
pezones estaban siendo atacados por unos dientes afilados al mismo tiempo.

—¡Félix, espera! ¡Por favor espera!

Isaac se sintió extrañamente sobre estimulado e intentó apartar la cabeza de Félix


ocupando las dos manos... Pero él ni siquiera se mueve. Por el contrario, fortalece los
brazos y abre un poco más la boca. No hubo dudas en chupar suavemente cada parte
que encontró. Y no solo eso, sino que comenzaba a jugar con las pausas. Deteniéndose
justo en la parte en que sabía que lo necesitaba más. Las extremidades le temblaron...

Por lo general, los pezones a menudo se mordían y chupaban en sus encuentros


sexuales... Pero esta vez es terriblemente diferente. Están más sensibles. Cuando
enrolla la lengua en su pezón y lo levanta para morderlo, obtiene un fuerte placer que se
extiende por todo su cuerpo. Una excitación que le roba hasta las lágrimas. Puede ser,
tal vez, nuevamente por obra y gracia de sus feromonas.
—Oh, ah, espera, espera... Hmm. Es demasiado, realmente demasiado.

Isaac se encogió de hombros y puso sus dedos entre el cabello de su esposo. Aun así,
aunque gritara y lo abrazara, no podía soportarlo. No podía dejar de estar excitado ni
aunque le enterrara las uñas con fuerza... Pero Félix reaccionó más sensible que de
costumbre a la reacción de Isaac. Como si disfrutara jugar con él, lo apretó y lo
absorbió hasta el punto en que el pezón y la areola se le hincharon y crecieron hasta
hacerle tener una cara roja brillante.

Frente al acto violento y el modo tan salvaje en que le sostenía la cintura con fuerza,
chupando y apretando, sintió una sensación similar a la de morir.

—¿Esto es igual a cuando Benjamín te succionaba leche?

—¡No seas ridículo...! Ah, ah.

Pero Félix, pegado al pecho, era terco.

Isaac, quien finalmente lloró, se inclinó otro tanto contra él... Su ingle estaba toda
mojada de nuevo, pero no podía masturbarse. Ni siquiera podía extender las manos,
aunque vomitaba semen como un lunático y… ¡No puede ni recordar la cantidad de
veces que ya lo hizo!Se sentía enfermo y drogado así que dejó su frente sobre él. Lo
abrazó.
No se había dado cuenta, pero Félix también estaba en mal estado. Su rostro se notaba
caliente y temblaba mucho cuando le preguntó:

—¿Te gusta cuando chupo tus pezones? ¿Cuándo te volviste tan sensible, mi amor?

Isaac se mordió los labios y pensó sobre ello, porque era verdad que esta vez fue
diferente de las anteriores. Las feromonas rociadas por Félix eran muy poderosas y él
estaba excitado así que pudo deberse en parte a eso, ¿verdad?

Cuando se tocó el pecho con la mano, sintió un hormigueo otra vez. ¿Qué tanto
mordió? Parece estar bastante puntiagudo. La areola le arde, es más fuerte. Como una
quemazón que no se calma... Félix susurró con los labios en la mejilla de Isaac:
—¿Es que acaso estás embarazado?

—... ¿Es broma verdad? —Isaac hizo aún más pequeños sus ojos—. ¿O no?

Si era broma o no lo era, Félix se rio... Pero Isaac no podía hacer lo mismo. Había un
aura extraña a su alrededor, flotando por todos lados como si le perforara la cabeza. Tal
vez, no era precisamente un buen sentimiento.

—¿Cuándo fue mi último celo?

Cuando Isaac murmuró esto, Félix se sintió confundido así que dijo algo como: "¿Eh?"

—¿Cuándo...?

—Hace un par de meses.

Nunca se había atrasado en su ciclo... Desde el día en que tuvieron su primer encuentro
hace cuatro años. Cuando se mezcló por primera vez con Félix sin conocer su cara.

—¿Eso está bien?

Félix se rascó la mejilla como si estuviera avergonzado. Solo entonces, Isaac levantó la
cabeza y pareció despertarse por completo. Cuando lo piensa con atención, siente un
escalofrío terrible.

—Necesito lavarme.

Era una voz y expresión determinadas, igual a si estuviera entre asustado y nervioso,
aunque se mueve tan fluidamente como siempre. Se levanta y se escucha un chasquido
en su agujero debido al derramamiento de semen... Era difícil soportar la horrible
sensación, por lo que Isaac se mordió los labios y se sostuvo el abdomen. Sus
extremidades tiemblan un momento así que tiene que tomar a Félix de los hombros con
ambas manos.

—Bueno, cálmate. Lo sacaré por ti así que quédate quieto.


Con una cara sería, el hombre empujó su mano a través del agujero de Isaac. Cuando
extiende los dedos como tijeras, el semen se vierte sobre él una y otra vez y cuando
rasca la pared interior, escucha el sonido del burbujeo de las líneas blancas que
comienzan a derramarse hasta formar gotas sobre el suelo.

Isaac frunció el ceño y luego dejó de respirar.

—Rápido…

El Omega estaba impaciente, pero su Alfa todavía se daba el lujo de acariciarle


completo y chuparle el pezón con su lengua larga... Isaac estaba lo suficientemente
perdido con todas las ideas del embarazo como para reaccionar o levantar la cabeza.
Era un sentimiento de verdad extraño. Lo suficiente como para que fuera insoportable.

Un poco más y la duda lo iba a matar.

—Tengo que ir al hospital. —Félix se enfrió y miró a Isaac, parado con sus delgadas
piernas temblorosas y su rostro pálido como una hoja—. Si es verdad, entonces necesito
saberlo de inmediato para comenzar a...

—Oh, Dios mío, Isaac. Es de noche. El hospital está cerrado.

El confundido Félix dijo la verdad, pero Isaac fingió no escuchar y se volvió hacia las
escaleras. Se quitó el desafortunado disfraz de Spider-Man y lo aventó en una esquina.

—Entonces necesito lavarme y dormir ahora para ir mañana por la mañana. Si me


quedo contigo toda la noche, voy a perder el tiempo.

—¡Oye! No hay que adelantarnos a las cosas.

Quería tener sexo con él toda la noche así que, cuando encontró que Isaac ya se estaba
marchando, Félix puso una cara de descontento total.

Isaac cruzó la habitación sin dudarlo y de repente, se quedó inmóvil para mirar por la
ventana.
—La fiesta de Halloween ya terminó.

Fue una situación en la que soltó un inmenso suspiró. No sabía que decir sobre
Benjamín o sobre la fiesta porque en realidad, su cabeza estaba destinada a ser el caos
mismo. Solo estaba intentando... Respirar muy lento.

—Tony seguramente terminó con la fiesta y llevó al niño a la cama. No te preocupes por
eso.

Félix, tan en blanco como Isaac, apoyó la cabeza contra el sofá... Pero de nuevo el
hombre solo sigue derecho y camina sin mirar atrás. Abre la puerta y deja que un viento
fresco entre en la habitación.

—Cariño... Si vas al hospital mañana y obtienes la confirmación de un embarazo...

Antes de salir, Félix habló en voz baja. Entonces Isaac volteó a verlo, sorprendido.
Esperando que dijera como se sentía o alguna palabra que pudiera hacerlo sentir mejor.

—Si estás esperando un bebé, entonces si podemos hacer realidad lo de la leche


materna. ¿No es cierto?

—...

—Porque eso sería genial.

Isaac suspiró con fuerza.

—No vamos a tener sexo por el momento.

Sin embargo, en lugar de responder a la pregunta de la leche materna, cayó un aviso


sobre su cabeza como una pared enorme y pesada. Los ojos de Félix se abrieron un
montón.

—¿Pero qué demonios estás diciendo?


—¿No es eso lo que hace un buen esposo? Si hiciste una anotación y lograste
embarazarme, entonces debes ser responsable.

—No, yo, tú... ¿Por qué siempre me quitas el sexo?

—Porque eso es lo que hace un buen padre también. Es tu trabajo portarte bien. Pídele
detalles al médico mañana.

Isaac, que dijo esto con frialdad, siguió derecho a las escaleras y luego, desapareció.

La fiesta terminó hace mucho tiempo, incluso las personas que trabajaban para él se
habían ido a dormir así que Félix se quedó completamente solo muy pronto. Era cierto
que quería un segundo bebé, pero también era cierto que eso le parecía muy cruel de su
parte. Muy, muy cruel de su parte... ¿Las personas embarazadas no tienen relaciones
sexuales? ¿Hasta cuándo? Dios mío, que tontería. Si no puede sostenerlo por un día, va
a explotar y su polla también lo va a hacer. ¡Prefiere morir!

—Aaah. ¡Isaac! ¡No quiero eso!

Los pasos sordos de Félix sacuden una mansión que se hunde en el silencio. Que
duerme. Es serena, como si nada hubiera pasado en realidad. Pero el día después de
Halloween, el primer día de noviembre, la mansión estaba nuevamente de cabeza.

—Fin del extra No. 2—

Esta historia continuará en el volumen 2: “Love, Benjamín”

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