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5.

EL CONTROL DEL MIEDO


Hablemos claro. Es uno de los más grandes temores que se pueden tener. Los estragos
que puede causar son enormes, no solo durante la presentación sino en los días
previos a la misma. Con solo recordar que te enfrentarás a un auditorio, el nivel de
ansiedad aumenta, la taquicardia se hace presente y la mente empieza divagar sobre
todas las probables situaciones que pueden presentarse.

Te quiero recordar que los pensamientos negativos y fatalistas son la primera causa del
nerviosismo para hablar en público, aunado a la falta de conocimiento en el tema y a la
poca preparación en técnicas para dominar el miedo y para expresarte correctamente.

Los signos de nerviosismo pueden detectarse desde antes de subir a un escenario, y


quienes te solicitan la charla pueden detectarlo y dudar de tu capacidad. Por más
nervioso que te encuentres, nunca lo digas, ni lo demuestres.

Frecuentemente me preguntan en los minutos previos:


¿Doctor, no se pone nervioso? Imagínate que contestara que sí. ¿Qué gano? ponerme
más nervioso o la lástima o conmiseración de los organizadores. Tengo la costumbre
de contestar que en lugar de estar nervioso, ¡estoy emocionado!, (aunque esté a
punto de desmayarme u orinarme del miedo).

Tengo que reconocer que el nerviosismo previo puede ser hasta cierto punto normal,
sobre todo cuando las condiciones no están como lo deseas:
• Cuando el público está cansado y te lo dicen quienes te invitan.
• Tienen hambre o llevan varias horas sentados.
• Hace mucho calor o mucho frío.

Sin embargo, desde el momento en que estás frente al grupo, por más justificaciones
que digas, la responsabilidad de que la gente asimile al máximo la información es toda
tuya.

Cuando uno empieza como conferencista o entrenador es natural que antes de cada
presentación se sienta el papaloteo de las mariposas en el estómago, pero conforme
pasa el tiempo y adquieres experiencia, la sensación tiende a disminuir, pero deseo
que nunca desaparezca por completo.

¿Cuál es la mejor definición de estrés?


Es una respuesta específica de nuestro organismo a cualquier situación física o
emocional en la vida.

Todas las personas vivas en este planeta tienen estrés. Los únicos que no lo tienen
están en el panteón.

Hay tres tipos de estrés:

1. Bajo.
- Cansancio crónico
- Desmotivación
- Pereza
- Desperdicio de talentos y habilidades. Sabes y estás preparado, pero no
entiendes por qué no aplicas o pones todo tu entusiasmo.
- Apatía

2. Alto.
- Es el que generalmente se tiene al hablar en público.
- Preocupación
- Tensión
- Angustia
- Irritabilidad
- Mala memoria
- Nerviosismo
- Depresión

3. Óptimo
- Energía total
- Uso de talentos y habilidades
- Visualización
- Creatividad
- Realización plena
- Buena memoria
- Buena percepción

Cierta dosis de estrés te ayuda a poner tu mayor esfuerzo.

¿Cómo responde la gente ante el estrés alto y bajo?


1. Cambios en el carácter.
-Coraje
-Depresión
2. Se enferman.
3. Buscan canales de escape (alcoholismo, depresión).

¿Cómo detectas el nerviosismo al hablar en público?


1. Sudoración.
2. Movimiento de manos y brazos excesivos.
3. Muletillas.
4. Movimientos tipo “mecedora”.
5. Se “lengua la traba”.
6. Tartamudeo.
7. Cambio en la velocidad de las palabras emitidas.
8. Silencios prolongados.
9. Verborrea.
10. Bloqueo total.

Recomendaciones:

1. Prepárate.
Conoce a fondo el tema que vas a impartir. Prepara y organiza bien tu tema sin
necesidad de que tenga tantos argumentos o desees dar tanta información. No
olvides, “lo poco agrada, lo mucho enfada”. Siempre ten presente este
concepto: Claro, preciso y conciso.

2. Actitud mental positiva.


Desde que estás preparando tu material. Piensa siempre en que vas con la
mejor intención de compartir lo que sabes.
Nunca olvides que un pensamiento provoca un sentimiento; y un sentimiento
provoca una acción.
De ti depende la calidad de pensamientos que permites en tu mente. Antes de
una presentación, es momento de reservarte el derecho de admisión de
pensamientos fatalistas, derrotistas y negativos, donde te conviertes en víctima
de las circunstancias.
Piensa en lo que sí deseas que ocurra. Visualiza a tu audiencia dispuesta a
escucharte.

Dos de mis mejores estrategias para mejorar la actitud:


- Sesión de agradecimiento. ¿De qué debería estar agradecido hoy?
- Empieza actuando y terminarás creyendo. ¿Cómo se ve una persona
negativa? Mirada hacia abajo, hombros hacia adentro, respiración débil,
movimientos lentos y al preguntarle cómo está, simplemente contesta:
“Estoy… que ya es ganancia”

¿Cómo se ve una persona positiva? Mirada hacia arriba, hombros hacia


afuera, respiración fuerte, movimientos precisos y al preguntarle ¿cómo
está? Contesta: “¡Muy bien!”

La técnica es clara: Empieza actuando y terminarás creyendo. En caso de


nerviosismo ¡actúa! como si estuvieras plenamente seguro que todo va a
salir bien.

¿Qué hacer antes de salir a un escenario?

• Pienso e imagino lo que deseo que ocurra, no lo que no quiero que ocurra.
Utilizo la visualización, la oración o la meditación unos cuantos minutos y
ocasionalmente decretos que me ayuden a lograr el objetivo planteado.
• Se supone que debo recomendar lo que hago por congruencia, pero tengo
que aclarar que no acostumbro a realizar ejercicios de vocalización que tanto
me ha recomendado el médico Otorrinolaringólogo a quien he acudido
cuando me he quedado afónico. Lo que sí realizo son ejercicios de
estiramiento de brazos, cuello y gesticulaciones para abrir más la boca y que
se entiendan mejor mis palabras.
• Algo fundamental, unos minutos a solas para repasar mentalmente lo que
vas a decir, los puntos más importantes, las historias o anécdotas que
enfatizarán el mensaje y la forma en la que cerrarás la presentación.
• Por último y como parte de esa preparación previa a tu presentación, revisa
tu ropa, tu peinado, y sobre todo los cierres del pantalón o falda que estés
utilizando. Nunca olvidaré el momento más bochornoso que he vivido en
un escenario. Impartir una conferencia a 500 religiosas y novicias y no
darme cuenta que traía el cierre del pantalón abierto. ¡Imagina la cara de la
Madre Superiora! Y más cuando sutilmente entrega un papelito a una de sus
religiosas para que me lo den en el escenario. Ya te imaginarás el texto del
mismo: -Doctor, con todo el respeto que se merece, pero trae usted la
bragueta abierta. ¡Zas! ¿Pues qué haces? Intentar de poner algo de toque de
buen humor con un comentario y subir el cierre y ¡ya!
César, ¡No te enganches más a tan penosa situación! -Me decía una y otra
vez… Lo malo es que varias novicias ahí mismo, ¡aventaron el hábito! –No te
creas- No soportaría tan grave afrenta…

Compartiré más información sobre vestuario y accesorios en el capítulo de


imagen y carisma.

3. Respira.
Los pulmones no solo sirven para oxigenar; también para sirven para el control
de emociones. Inhala y exhala profundamente antes de una presentación. Te
ayuda a oxigenar el cerebro, a limpiar tus vías respiratorias y a controlar el
estrés.

4. Haz uso de tu buen humor.


Una sonrisa, verte al espejo y decirte algo positivo siempre ayudará a mejorar la
imagen que tienes de ti.

5. Te ves mejor de lo que te sientes.


Por más nervioso que estés, siempre te ves mejor de lo terrible que te puedes
sentir en ese momento. La mente te hace creer lo que no hay y lo que no
detecta la gente, y eso puede ocasionarte más estrés o tensión. En caso de
nerviosismo, repite una y otra vez, “me veo mejor de lo que me siento”.

Entrevistas de radio y televisión efectivas

Sabe mucho, pero no se le entendió…


Dijo tanto, que la verdad no me quedé con nada…
Se la pasó viendo el monitor…
Estaba tan nervioso que tartamudeó en toda la entrevista…

Frases más, frases menos, de una realidad que podemos ver y oír diariamente con solo
encender la radio o la televisión. Si a la poca capacidad de expresión le agregamos un
entrevistador que no sabe absolutamente nada del tema que se trata, ya podrás
imaginar el producto insípido e incoloro que resulta.

Generalmente tienes solo unos minutos para desarrollar tu tema y venderte. Unos
cuantos minutos cruciales para tu éxito o se esfuma tu oportunidad. Minutos cruciales
que debes aprovechar al máximo para expresar lo que deseas, vender tu marca o tu
producto. Los medios de comunicación visuales, auditivos, siguen siendo la mejor
estrategia para comunicar y expresar.

Las redes sociales bien utilizadas han sido la plataforma que ha disparado la carrera de
personas con ambición de ser conocidos y generalmente perduran solamente quienes
se adaptan a los cambios que la tecnología nos ofrece.

Entrevistas de radio.

Como en todo, existen sus pros y contras.

Pros:
-Sigue siendo el medio efectivo para llegar a millones.
-No requiere atención total.
-No requiere énfasis en tu imagen visual.
- Tu voz es la que impone.
-Más posibilidad de que seas entrevistado.

Contras:
-No hay lenguaje corporal, visual.
-Requiere que el expositor incremente la imaginación del radioescucha.
-Requiere más ritmo y modulación de voz.

Entrevistas de televisión

Pros
1. Cuentas con toda la capacidad para darte a conocer.
2. Te permite incluir imágenes.
3. La apariencia impacta. Tu voz también.

Contras
1. Mayor detección de signos de nerviosismo.
2. Generalmente menos cantidad de tiempo.
3. Identificar la fuerza del contacto visual, tomando en cuenta al entrevistador.

Cuidado con el maquillaje.

Los maquillistas pueden ser o no personas capacitadas para realizar dicha actividad
especialmente para televisión.

Por supuesto que el maquillaje es bienvenido siempre y cuando no cambies


completamente tu apariencia natural y lo que deseas transmitir.

En hombres, el objetivo fundamental es evitar el brillo excesivo que puede


interpretarse o confundirse con sudor y por lo tanto como signo de nerviosismo. De
pasada, eliminar las ojeras que se interpretan como cansancio.

En mujeres, enfatizar su belleza natural y la mirada. Nunca será buena elección el


maquillaje en exceso cuando se trata de una entrevista de televisión.

No subestimes la capacidad de darte a conocer gracias a la radio y la televisión, pero es


fundamental para una entrevista cinco puntos:

1. Conocer el tema tratar.


2. Identificar el objetivo principal.
3. Saber sintetizar la información al tiempo asignado.
4. Saber concluir correctamente.
5. Saber venderte.

Sin lugar a dudas el problema más grave al que te puedes enfrentar en entrevistas de
radio y televisión son los nervios que se producen al estar frente a cámaras o con un
micrófono, al imaginar la cantidad de personas que pueden estar escuchando o viendo
tu ponencia, aunado al temor que siempre existe de equivocarte o decir una tontería.

Nunca sabemos a ciencia cierta qué pasa en la vida o en la mente de quien te


entrevista:
1. Ineptitud
2. Mal humor
3. Frustración
4. Neurosis crónica
5. Signos de estrella (divos al aire)

En los puntos del 2 al 4, digamos que no tienes muchas injerencia. En el primero sí, la
ineptitud. Es fundamental que ante tal signo, seas tú quien saque adelante la
entrevista.

Ante una respuesta o comentario equivocado sobre lo que estás diciendo, tienes dos
caminos:
1. Evidenciar su poco conocimiento. Lo cual no recomiendo mucho, ya que muchos no
soportan saber menos que el entrevistado, lo cual es un error garrafal, ya que para
eso vas a la entrevista.
2. Salvar, por el bien de todos, la entrevista. Pondré ejemplos durante mi ponencia en
la certificación.

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