8 EL CAMINO HACIA EL PROGRESO EN AJEDREZ
Tras sólo veinte jugadas la posición de las
negras luce bastante desgraciada: una colec­
ción de peones débiles, piezas pasivas, un rey
de apariencia sospechosa, y ni que hablar de
contrajuego. Las blancas, en cambio, tienen la
pareja de alfiles, columnas abiertas para sus to­
rres, una dama activa, y posibilidades de jugar
en ambos flancos.
21 a4!
Quitando la casilla de escape al alfil (2 1 d5?
.i.a4) y preparándose a golpear d6.
21 �h8
•..
Si 2 1 . . .lHe 8 entonces 22 cii>d2 'it>h8 (no hay
tiempo para acosar a la dama blanca: 22 . . . ttJf8
23 d5 .i.d7 24 'ii'xf6) 23 .l:.g3, y el peón-g7 ne­
cesitaría un rápido rescate tras 24 .l:.ag l .
Después de la jugada del texto, sin embargo,
me di cuenta de que el asalto directo sobre la
columna-g podría no funcionar, pues la torre-eS
está lista para prestar servicio: 22 'it>d2 .l:.f7 o 22
.i.d l .l:.fe8. En ambos casos las negras moverán
su caballo a f8, a menudo amenazando mi dama
con . . . .i.d7 . Empecé a considerar otros planes,
particularmente el que incluía un cambio de da­
mas.
22 .i.g4 l:.f7 23 'ii'e6 'ii'f8! ?
A l menos esto deja algunas posibilidades
prácticas; tras 23 . . . ttJf8 24 flixe7 .l:.xe7 25 .i.a3
l:td8 26 l:bl l:tb7 la jugada 27 .i.f5 golpea sobre
e4, eliminando así la amenaza sobre el peón-a.
Las negras estarían entonces atadas y práctica­
mente sin esperanzas contra el sencillo plan de
doblar las torres en la columna-h.
24 i.a3 fS 25 .i.xd6 �g8
Evitando correctamente tanto 25 . . . .l:.f6 26
.i.xf8 l:.xe6 27 .i.xg7+ 'it>xg7 28 i.xf5+ 'it>f6 29
.i.xe6 �xe6 30 d5+ como 25 . . . l:!.e8 26 .i.xf8
l:xe6 27 .i.xf5, que se ramifica en:
a) 27 . . . l:txf5 28 i.xg7+ 'it>h7 29 d5 .i.xd5 30
cxd5 l:xd5 3 1 l:d l .l:.xd l + 32 'it>xd l tlJc5 33
.i.d4 l:e7 34 .i.xc5 ! bxc5 35 .l:.g6 .l:lb7 36 l:ta6,
capturando peones a voluntad.
b) 27 . . . %:.ef6 ! 28 i.xd7 i.xd7 29 i. a3 i.xa4
es más desafiante, pero las blancas tienen 30
.i.e7 ! l:txe7 3 1 .l:txa4 .l:.f5 32 .l:.g6 .l:.b7 33 .l:.e6
con un final de torres mucho mejor.
Éstas son las variantes que calculé durante el
juego, y genuinamente esperaba que se jugase
una de ellas; la terquedad de mi rival comenza­
ba a molestarme.
26 .i.a3 .i.xa4 (D)
La alternativa 26 . . . fxg4 27 'ii'xc6 .l:.c8 28
'ii'xe4 l:txc4 29 'ii'e6 es insatisfactoria, pues
29 . . . l:xa4? pierde tras 30 'ii'c 6.
B
27 .i.e2?
Un punto de inflexión. Rechacé la jugada co­
rrecta mediante consideraciones superficiales,
pensando que las cosas se habrían vuelto in­
ciertas después de un sacrificio de calidad. Un
análisis concreto demuestra que estaba total­
mente equivocado. 27 i.xf5 ! gana contra:
a) 27 . . . lhf5 28 'ii'xf5 11Vxc4 29 .l:.c l 'ii'b3 (la
variante 29 . . . 'ii'd 3 30 'ii'f7 l:tg8 3 1 l:txg7 ! .l:.xg7
32 l:tc8+ �h7 33 'flif5+ muestra lo que sucede
si las negras deciden apegarse al peón-e4) 30
'ikxe4 l:tg8 3 1 .i.d6 tlJf6 32 'ii'b l 'iid5 33 i.e5 -
la iniciativa de las negras ha terminado.
b) 27 . . . l:te8 28 'ii'g6 l:txf5 (no tiene sentido
intentar 28 . . . tlJf6, pues las blancas ganan rápida­
mente tras 29 d5, seguido de i.f5-e6; 28 . . . .l:.f6
29 'flig4 no cambia nada) 29 'ir'xf5 'ii'xc4 30
.l:.xg7 ! (este golpe termina rápidamente la parti­
da) 30 . . . 'ii'c 3+ 3 1 �f l 'ii'x al + 32 'it>g2 cii>xg7 33
'ii'g 6+ �h8 34 'ii'xe8+ rJi;g7 35 'ftig6+ 'it>h8 36
'ir'xh6+ �g8 37 'ikg6+ �h8 38 h6.
La jugada textual consolida la ventaja de las
blancas, tal como pensaba, pero esta ventaja ya
no es decisiva. Queda por delante una larga lu­
cha, y ya había omitido una victoria forzada en
favor de satisfacer el falso sentido de seguridad
que me venció tras ganar el peón-d6.
 UNA VISTA PREUMINAR DE W QUE VERDADERAMENTE TRATA ESTE UBRO
27 :e8 28 'it'g6 lU6 29 'iig3 �el?
•••
La inmediata 29... �b3 habría sido mejor; las
blancas pueden continuar con 30 d5 llf7 31
i.b2lüf8 32 .id4.
30 .ib2 lU7 31 dS lDf8
Esto parece horriblemente pasivo, pero
3l ...lüf6 permite 32 'iig6.
32�d2?
32 .id4 debería ser suficiente para mantener
la ventaja de las blancas. La textual solamente
acelera el único contrajuego de las negras (...b5)
y expone al rey a toda clase de peligros.
32 ••• JLb3 33 .b4'f! (U)
Otra coyuntura crítica. Sintiéndose molestas
por las inesperadas dificultades, por ejemplo 33
i.d4 llc8 34 llgc1 llb7, seguido de ...a4 y ...b5,
las blancas deciden terminar la partida con un
ataque de mate sin tener en cuenta los obvios
riesgos estratégicos involucrados en el pasaje
de las torres al flanco de rey.
N
33 �h7!
•••
Rechazando dos amenazas al mismo tiempo.
Yo contaba con:
a) 33...a4 34 llxg7! llxg7 35 llgl a3 (si las
negras juegan 35...1le7, entonces 36 'iixe7) 36
i.xg7+ '6'xg7 (36... �h7 37 'iif6) 37 :Xg7 �g7
38 �c3 :as 39 'iih 1 a2 40 'iial.
b) 33...1lc8 34 llg6! .ixc4 (34...lüxg6 35
hxg6, y no se puede parar 36 'iixh6+) 351lxh6+
li)h7 36 :Xb6, seguida de la decisiva 37 h6.
341lg3
A pesar de que odiaba tener que desacelerar,
34 llg6 no llevaría a ningún lado: 34...lüxg6 35
9
hxg6+ �xg6 36 llgl+ �h7 37 �h5 (37 'iih5
'iif8) 37... g6 38 .idl? (iniciando una fallida
combinación, pero ¿qué más queda? 38 .ixg6+
'iixg6 y las negras están perfectamente bien)
38....ixdl 39 'iixh6+? �xh6 40 llhl+ .ih5.
34 ..1lee7 35 llagl lld7
•
Las negras han logrado defenderse y están
listas para jugar 36...b5. En este momento em­
pecé a darme cuenta de la realidad; sólo podía
lamentarme por haber perdido la oportunidad
de terminar la partida mucho antes (27 .ixf5!).
Mientras tanto las cosas empeorarían en el apu­
Th'lit�.
36 �el bS! 37 cxbS .ixdS 38 llg6 lUe7!
(D)
De caras a una agobiante tarea defensiva,
Mikhail Braude demostró un extraordinario es­
tado de alerta y gran aplomo. Todas sus jugadas
fueron defensas medidas, tal como ésta que
rehusa caer en la celada 38...lüe6 391lxh6+!!
gxh6 (o 39...�xh6 40 llg6+ �h7 41 h6 'iid8 42
hxg7+ 'iixh4 43 g8'ii#) 40 :Xg8 �xg8 41
'iig3+ lüg7 42 'ii g6.
39'iih3
Las blancas fallan el remate. Tenía simple­
mente que jugar 39 b6 porque esta jugada sen­
cillamente tiene que ser correcta - los peones
pasados deben avanzarse. Entonces las negras
deben sortear todos los peligros: 39.. . a4 40 �b5;
39....ic4 40 .ixc4 'iixc4 41 'iixe7! :Xe7 42
:Xg7+: o 39...lüe6 40 :Xh6+! �xh6 41 llg6+
�h7 42 h6- todas pierden en el acto. Si de nue­
vo él juega la mejor movida - el inspirado
 JO EL CAMINO HACIA EL PROGRESO EN AJEDREZ

Mikhail B raude probablemente lo habría hecho 27 .i.e2. El fracaso en calcu l ar (¡y en ir a por
-las blancas finalmente tendrían la po sibil idad él!) una variante aparent e mente arriesgada en
de ejecutar su princ ipal idea combinatoria. Vean una mejor posición puede atribuirse al temo r a

esto: 39 ...i.b7 40 �xh6+! �xh6 (40 ...gxh6 41 c ome ter un error g arra fa l . El p rob l e ma es que la
llxg8 Wxg8 42 i.c4+ Wh7 43 �f6 baja el te­ j u g ada 'más segura' puede l l e var a peligros aún
lón ) 41 �g5+ �h7 42 �xf5+ �h8 43 h6 (D) mayores debido a las crecientes complicacio­
con un pode ros o ata que. nes del juego posterior. Los problemas tienden
a ser como una bola de nieve. multiplicados por
nuestra percepción: parece como que todas las
' fue r z a s oscuras' de 1 ajedrez emergen contra ti
N para castigar la cobardía.
Veamos aquí dos ej emp l os rápidos para sus­

tentar esta hipótesis.

Las negras no tienen defensa:

a) 43 ... �d5 44 hxg7+ .Uxg7 45 � x f8+ �g8
46l:thl#.
b) 43 ... .i.c8 44 hxg 7 + .Sxg7 4 5 íhg7l::txg7
46 �xc8.
e) 43 .. . i..d5 44 hxg7+ ñxg7 45 .ilhl+ tt:lh7
46 'ti'xd7.
Yermolinsky - Manion
d) 43 ... i..c6 (lo mejor) 44 hxg7+ llxg7 45 Chicaxo IW5
lihl+ tt:lh7 46 .i.c4 �d5 (46 . . . .i.d5 47 'ti'xd7
i..xc4 48 .Sg 1 ) 47 i..xd5 i..xd5 48l:!.xh 7 + �xh7 Las ne gra s ya habían ganado un peón y po­
49 �xd5 �h 1+ 50 '.td2 �fl 51 �d4. drían tomar otro me d i ante 1 X ... �xd5. La tor­
La textual. a pesar de todo. es otro titubeo. menta que habrían tenido que capear habría
La dama luce realmente estúpida en h3. pasado pronto: 19 �g4 0-0 20 .�h6 il..f6 21
39 ... i.i..e6 40 b6 �b7 41 ñxe6?? �f5 �fd8 22 �xh7+ WfX. El rey está seguro. y
De pronto. ahora que el control de tiempo ha la amenaza de .. . We7 ....1!h8 otorga a las negras
pasado. las blancas realizan un golpe alocado. la ventaja.
simplemente porque han omitido la o bv ia refu­ Mi joven rival. no obstante. decidió cvttar
tación. cualquier peligro defendiendo la tone-c8 de
41...'�xe6 manera anticipada.
Sin compensación por la calidad. las blancas l8 . . .�c5? 19 ii.h6!!
perdieron tras unas pocas jugadas absurdas. El altil que lucía completamente embotado
de pronto entra en acción. despejando el camt··

Es fa scinante el trabajo de cálculo que tuvie­ no para una tone.

ron q ue realizar las blancas (y finalmente se l9... �xd5
pagó un precio por e l lo ) para crear una segunda Demasiado tarde ... No le gusta como luce
ola de ataque sólo a causa de la haragana¡ugada 19 ... gxh6 20 .llac l. donde ni 20 .. . 0-0 .' 21 l!xc..J.
 UNA VISTA PRELIMINAR DE LO QUE VERDADERAMENTE TRATA ESTE LIBRO
'i'xd5 22 �xc8 �xc8 23 'ii'g4+, ni tampoco
20 ..'i'xd5 2 1 i.xc4 'ii'a8 22 i.d5 'it'b8 23 'ii'xa6
. que las blancas ganarían una calidad - de nin­
1hc 1 24l:l.xc l parecen particularmente agrada­
bles, especialmente cuando se las compara con
lo que tenían las negras sólo unas jugadas atrás.
20 'ir'g4!
La dama, y no el alfil, será mucho más útil en
g7.
20 ... �c5 21 'ir'xg7 'ii'xd3 22 'ii'xh8+ �d7 23
l:tab1
De pronto las negras han perdido la calidad y
están casi perdidas . La única chance de conti­
nuar la lucha era 23 .. Jlb5, pero Josh estaba vi­
siblemente conmovido.
23....U.c7? 24 l:1b8 'ii'g6 25 'ili'e8+ �e6 26
llc8 :l.d7 27 .l::txc4 'ii'xh6 28 'ii'c8 'ii'f8 29 'ii'xa6
1-0
N puesto. Ahora todo termina rápidamente.
Yermolinsky WChess
-
G/25, Desafío contra la computadora,
Copa Harvard, Boston 1 994
La posición tras la normal 27 ..liJeS es in­
. mortal.
cierta, pero lo que es normal para un jugador
humano puede no serlo para una computadora
- ¡y viceversa !
27 lbxb2?!
.•.
No habría creído lo que veían mis ojos en
esta jugada, de no haber sabido cómo juegan las
computadoras. El caballo por supuesto no tiene
retomo, pues . . . lbd3 siempre se encontraría
con lid l. La verdadera cuestión es cómo casti­
gar a las negras por tal decisión. Vi la fuerte
11
respuesta 28 �e l !, amenazando 29 i.c2. Sabía
gún modo un mal negocio - pero me decidí
(una vez más, ¡ superficialmente ! ) a tratar de se­
llar primero el destino del rey negro.
28 h6?
Esto parece mortífero, pero la máquina en­
cuentra una estupenda réplica.
28 .. Ji'c8! !
Impide 2 9 l:tc 1 , pero sólo por u n momento,
¿de acuerdo?
29 'íti>b1 a6!
Desequilibrando a la dama blanca. Ahora el
caballo volverá de la misión suicida.
30..Wb6?
El único camino era 30 'ii' b4 lbd3 3 1 'ii'e7,
para si 3l...lbe5 ? entonces 32 .l::t dl. Increíble­
mente, me parece que las blancas todavía pue­
den escaparse con un empate - lo mejor para las
negras es 3 1 . . .l:tb2+ 32 'ífi>al l:lf2 33 'it>bl , etc. -
a pesar que su propio rey está ampliamente ex­
30 lbd3 31 'ii'd4
. ••
3 1 l:td 1 (lo pretendido) 3 1 . . .l:ld2 ! ( ¡tonte­
rías !).
31. lbe5 32 l:td1 l:1g2 33 'ii'b 6 l:tg8 34 'ii'd6
••
'ii'a8 35 'ii'd4 'iff8 36 .l::t h 1 l:tg6 37 'ii'b6 lbf3 38
'ii'xa6 lbd2+ 39 'ífi>a1 'ii'cS 40 'ii'd3 lbxb3+ 41
axb3 'i&'a5+ 42 'íti>b1 l:l.g2 0-1
La partida antedicha demuestra claramente
cuán rápidamente las cosas pueden ponerse
agrias. Una falla en producir las mejores juga­
das en una posición ganadora es algo bastante
malo en sentido ajedrecístico, pues podrías no
tener una segunda oportunidad, pero es el im­
pacto psicológico el que nos asesta un golpe
A menudo, vuelvo una y otra vez (mental­
mente) a la posición crítica, aun cuando la par­
tida todavía esté jugándose - un rasgo muy
humano -. Tan pronto como comprendo que
podría haber terminado hace un largo tiempo,
el sentido de autofastidio comienza a interferir
con mi proceso de pensamiento. En lugar de
trabajar en la solución de los problemas actua­
les, tengo tendencia a castigarme duramente a
mí mismo, básicamente por haber creado ese
 12 EL CAMINO HACIA EL PROGRESO EN AJEDREZ
desorden. Aunque este fenómeno puede cierta­
mente atribuirse a la falta de autodisciplina -
otra área que puede requerir algún trabajo -
prefería no ocuparme de este problema muy a
menudo. Es bastante difícil continuar jugando
en pleno potencial cuando se está de mal humor.
Sin duda, sentirse mal con uno mismo durante
una partida de ajedrez es un camino seguro ha­
cia la derrota.
Tras muchas amargas experiencias en el pa­
sado, ahora encontré muy útil tener conciencia
de mi estado emocional y de los cambios que
ésta sufre en el transcurso de una batalla, pero a
veces no hay nada que yo pueda hacer al res­
pecto.
Gobernado por las emociones
A los ajedrecistas a menudo se les presenta un
problema: cómo elegir entre varias jugadas que
parecen igualmente atractivas (o poco atracti­
vas, dependiendo de la situación). Hacemos
ciertas jugadas automáticamente, porque son
obligadas; jugamos ciertas posiciones en 'pilo­
to automático' , porque son triviales; pero a ve­
ces nuestra base de datos de conocimientos,
unida a nuestra habilidad de cálculo, no resultan
suficientes para proporcionarnos una respuesta
clara. Sencillamente, el ajedrez es demasiado
profundo y complicado (por eso sobrevive aún
en la era de las computadoras) para ser resuelto
únicamente en base a fuerza bruta. Por largo
tiempo, los creadores de los programas ajedre­
císticos de computadora han tratado de 'resol­
ver' el ajedrez como una ecuación matemática.
Hasta el momento, no lo han logrado; inclu­
so el mejor de sus monstruos no está aún en el
nivel de GM, a pesar de Deep Blue. La profun­
da comprensión de los principios posicionales,
la intuición para confiar en las complicaciones
tácticas, la experiencia en situaciones de par­
tidas reales- todas ellas juegan un papel impor­
tante. Un fuerte GM me dijo una vez que duran­
te la partida, nosotros (se refería a los mejores
100 jugadores del mundo) debemos conocer, o
poder calcular, o descubrir de cualquier otra
forma, la mejor jugada, en aproximadamente el
90% de las posiciones. Esto significa que, si
una partida promedio dura 50 jugadas, ¡habrá 5
veces durante el juego que no sabremos qué ha­
cer! Ahí viene la parte más interesante, y al
mismo tiempo, difícil. También dijo que esos
momentos son muy característicos de la perso­
nalidad y el estilo del ajedrecista; a veces, pue­
den darnos la posibilidad de reconocer quién ha
j ugado esa partida, aunque sólo tuviéramos el
registro de la misma sin los nombres. En otras
palabras, el ajedrez actual en los niveles máxi­
mos es 90% de técnica y 1 0% de inspiración.
Aburrido.
Para jugadores de baja gradación la relación
cambia hacia proporciones más excitantes. El
tiempo de tomar decisiones surge casi con cada
jugada. Es muy importante estudiar este proce­
so.
Si las computadoras, cuando no pueden ha­
llar una variante clara, comenzarán a mover las
piezas sin rumbo fijo, entonces ¿qué decir de
nosotros, frágiles humanos, a quienes nos afec­
tan Jos cambios de ambiente (inicio temprano
de la última ronda, silla incómoda, dolor de ca­
beza, tan sólo para nombrar unas pocas moles­
tias) al punto de que no nos es posible rendir al
nivel habitual? ¿Cómo realizamos nuestra se­
lección? Con gran dificultad, por supuesto.
Algunos de los peores casos de enfermedad del
'apuro de tiempo' pueden atribuirse a la inhabi­
lidad para tomar esas decisiones de manera rá­
pida y confiada. También podemos actuar en
forma distinta en situaciones de partida simila­
res, dependiendo de la forma en que nos senti­
mos en ese momento.
Durante la partida estamos expuestos a olea­
das de emociones: euforia, temor, odio, aburri­
miento, desesperación. Y aun así tenemos que
tomar decisiones.
Hodgson - Yermolinsky
Hastings Premier 199516
1 d4 lZ'lf6 2 Ji.g5
É sta es el arma favorita de mi rival, y estaba
bastante consciente de los peligros que me es­
peraban. A pesar de eso, ningún jugador debe­
ría abandonar nunca sus aperturas por temor a
la superior preparación del rival. A menudo veo